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Regionalismo y soberanía
nacional en América Latina:
Los nuevos desafíos

Andrés Serbin
15
Regionalismo y soberanía
nacional en América Latina:
Los nuevos desafíos

Andrés Serbin

CRIES
DOCUMENTOS

Coordinadora Regional de
Investigaciones Económicas y Sociales
Presentación

Documentos CRIES es una publicación de la distintos campos como para la discusión


Coordinadora Regional de Investigaciones académica de los avances de los estudios sobre
Económicas y Sociales que periódicamente problemáticas de la región.
presenta artículos de investigadores de la
región ligados a los programas y proyectos Confiamos que el conjunto de estos aportes
que desarrolla la Red. contribuyan a ampliar el campo de discusión
y de incidencia tanto de redes y organizaciones
Este conjunto de materiales constituyen un de la sociedad civil como de académicos y fun-
aporte invaluable tanto para el trabajo de cionarios de América Latina y el Caribe en el
las organizaciones de la sociedad civil en análisis de temáticas que afectan a la región.

Coordinadora Regional de Regional Coordination


Investigaciones Económicas y for Economic and Social
Sociales Research
La Coordinadora Regional de Investigaciones The Regional Coordination for Economic and
Económicas y Sociales (CRIES) fue establecida Social Research (CRIES) was established in
en Managua en 1982. CRIES es una red de cen- Managua in 1982. CRIES is a network of research
tros de investigación, think tanks, ONGs, funda- centers, think tanks, NGOs, foundations and
ciones y asociaciones profesionales de América professional associations from Latin America
Latina y del Caribe cuyo objetivo principal es and the Caribbean which main goal is to
promover la participación de la sociedad civil y promote civil society participation and related
la investigación económica y social vinculada a social and economic research.
esta participación.
CRIES main mandate is to deepen civil society
El mandato principal de CRIES es profundizar la
participation in regional integration processes and
participación de la sociedad civil en los procesos
in the public debate on regional and subregional
de integración regional y en el debate público
issues, and to increase the involvement of
sobre temas regionales y subregionales, e incre-
civil society networks and organizations in the
mentar el involucramiento de las redes y organi-
formulation and implementation of public
zaciones de la sociedad civil en la formulación e
implementación de políticas públicas. policies.

Actualmente más de 100 organizaciones na- Currently CRIES membership include more
cionales y regionales involucradas en proyectos than a 100 national and regional organizations
de investigación y en programas de incidencia involved in regional and sub-regional research
regional y sub-regional son miembros de CRIES, projects and advocacy programs fostering
promoviendo la creación de un modelo inclusivo, the creation of a participative, inclusive and
participativo y sustentable de integración regio- sustainable model of regional integration in
nal en América Latina y el Caribe. Latin America and the Caribbean.

CRIES publica regularmente la revista académi- Additionally to a set of collective volumes on


ca tri-lingüe Pensamiento Propio, un Anuario de regional issues, CRIES publishes regularly
Integración Regional, y una serie de documentos, Pensamiento Propio, a tri-lingual academic
conjuntamente con una colección de volúmenes journal; a Regional Integration Yearbook, and a
colectivos sobre diferentes temas regionales. series of CRIES documents and policy briefs.

-3-
cries
Nueva Sociedad Coordinadora Regional de
Investigaciones Económicas
y Sociales (CRIES)

Publicado en Buenos Aires en el mes de septiembre de 2010

-4-
Regionalismo y Introducción 1

soberanía nacional El agotamiento del modelo de regionalismo abier-


to, que primó en la década del 90 en la América
en América Latina: Latina y el Caribe, ha dado paso al inicio de una
nueva fase en el proceso de integración regional,
Los nuevos desafíos que algunos analistas caracterizan como regiona-
lismo posliberal o post-neoliberal. A principios de
la actual década, han emergido nuevos esquemas
y proyectos de integración de rasgos distintivos,
caracterizados por el desplazamiento de los te-
mas de liberalización comercial y desregulación
por una agenda marcadamente política signada
por el retorno a un rol protagónico del Estado. La
transformación de la Comunidad Sudamericana de
Naciones (CSN), impulsada desde la década del 90
por Brasil, en la Unión de Naciones Sudamericanas
(Unasur), con una agenda regional innovadora, es
uno de los hitos del inicio de esta nueva fase. La
creación, aún en curso, de la Comunidad de Esta-
dos de América Latina y el Caribe (CEALC) es otro
de los indicadores. La conformación progresiva de
la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA),
promovida por el presidente Hugo Chávez en base
a los recursos petroleros venezolanos en contrapo-
sición al Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA), es otro referente de este proceso de re-
gionalismo posliberal. No obstante, estos procesos
se desarrollan en un marco regional caracterizado
por la fragmentación y la heterogeneidad, en tanto
persisten iniciativas de acuerdos de libre comercio
entre algunos países de la región y EEUU, y ade-
más algunos países latinoamericanos continúan
privilegiando sus políticas y acuerdos comerciales
como prioridades de su política exterior.

Sin embargo, mientras que los derroteros de la CE-


ALC2 en términos de la integración regional aún
están en pleno proceso de definición, su creación
refuerza una tendencia distintiva del regionalismo
posliberal desarrollado en América del Sur con la
redefinición de un espacio sudamericano caracte-
rizado por la exclusión explícita de EEUU3.

Andrés Serbin
La creación de este espacio sudamericano ha
Presidente Ejecutivo de la Coordinadora
dado lugar a la progresiva configuración de un
Regional de Investigaciones Económicas
y Sociales (CRIES), Presidente de la entramado regional de organizaciones, foros e
International Coalition for the Responsibility instancias multilaterales diversas, cuyo perfil no
to Protect (ICRtoP) y miembro de la directiva está aún claramente definido, pero que marcan los
del Global Partnership for the Prevention of lineamientos generales de un proceso de regiona-
Armed Conflict (GPPAC). lismo con características propias. Algunas de ellas
e-mail: aserbin@cries.org remiten a la reafirmación de la soberanía nacional
como principio constitutivo del legado jurídico
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Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

latinoamericano, a la reticencia por parte de las limitaciones impuestas por la soberanía nacional
naciones sudamericanas a cualquier cesión de la al proceso de integración regional en América
misma en aras de algún ordenamiento jurídico Latina10.
supranacional4, y a su reafirmación como principio
inalienable del Estado westfaliano surgido en la
región con las luchas por la independencia del siglo
XIX5, junto con un cuestionamiento implícito al
América Latina y la soberanía
sistema interamericano6. nacional

No obstante, la soberanía nacional ha sido amena- América Latina detenta una tradición jurídica rele-
zada por el impacto del proceso de globalización vante en el derecho internacional y, en este marco,
económica en las décadas precedentes, al perder pese a su relativa marginalidad en el sistema in-
el Estado el control sobre ciertas actividades, en ternacional, los países de la región han promovido
particular el flujo de comercio, de inversiones y de históricamente un orden internacional regulado,
tecnología, y, a la vez, disputada por el proceso de han desarrollado innovaciones importantes en el
globalización de los derechos humanos, en tanto campo del derecho internacional, y han promovido
las normas globales sobre derechos humanos son la resolución pacífica de las disputas entre Estados
un desafío directo a un aspecto de la autoridad y el rechazo al uso de las fuerza, a través de la
del Estado –su derecho a regular las relaciones acción de diversas organizaciones multilaterales
entre sus súbditos y sus gobernantes libre de in- y sobre la base del respeto de los principios de
terferencia externa7. El derecho a intervenir en las soberanía nacional, no intervención y resolución
relaciones entre gobernantes y gobernados ha sido pacífica de disputas.
justificado, en especial a partir de la creación de
la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de
la aprobación de la Declaración Universal de los De hecho, comparativamente con otras regiones
Derechos del Hombre y, en años más recientes, a del mundo y, probablemente, en función de esta
partir de las crisis humanitarias surgidas después tradición jurídica y de una aspiración consistente
de la Guerra Fría, no sólo en términos de derechos a promover y respetar el derecho internacional, la
humanos, sino también en nombre de los dere- región es una de las más pacíficas a nivel mundial,
chos de minorías y en la necesidad de asegurar ha sufrido históricamente pocos conflictos bélicos
la estabilidad y seguridad internacionales8. Sin recientes y presenta, en comparación con otras
embargo, pese a que estos procesos han desafiado regiones, un bajo gasto en defensa11, junto con
persistentemente las soberanías westfaliana y de una capacidad crecientemente comprobada de
interdependencia, «ningún conjunto alternativo de impulsar acciones diplomáticas colectivas frente
arreglos institucionales ha suplantado a las reglas a las crisis que puedan desatarse en el ámbito
asociadas a la soberanía estatal»9. regional. Sin embargo, es a la vez la región más
violenta, en términos de índices de violencia
social y criminalidad, más desigual en términos
En este marco, el presente artículo aborda tanto la
socio-económicos y que presenta altos índices de
evolución y persistencia del principio de soberanía
pobreza y de exclusión social pero que, simultánea-
nacional en el contexto latinoamericano contem-
mente, se distingue por contar con una mayoría
poráneo (y en especial en al ámbito sudamerica-
significativa de países democráticos12.
no), como sus posibilidades de compatibilización
con un conjunto de estructuras regionales que
profundicen el proceso de integración regional. Por otra parte, según la clásica definición de
En función de este objetivo, el artículo se centra Kelsen, el concepto de soberanía refiere a que
en analizar los alcances del concepto de soberanía «soberano, bien se trate de un orden, o bien de
nacional y sus adaptaciones en el contexto latino- una comunidad, o bien de un órgano, o bien de
americano; en evaluar las características distintivas un poder, debe ser considerado como lo más alto,
y los avances del actual proceso de regionalismo como lo supremo, por encima de lo cual no puede
posliberal sudamericano, a través de las más des- haber autoridad más alta que limite la función de
tacadas experiencias actuales de integración en la entidad soberana, que obligue al soberano»13.
la región y de diversas iniciativas sectoriales, y en
explorar, en conclusión, las posibilidades efectivas En la tradición occidental, este concepto surge
de impulsar algunas iniciativas que superen las en la Edad Media, como un mecanismo para
-6-
Andrés Serbin

asegurar la autoridad real sobre los señores Dos consideraciones importantes son de resaltar
feudales y, por tanto, inicialmente refiere a una en consecuencia. La primera es que, como vemos,
dimensión interna de los Estados en formación. a través de su evolución histórica el concepto de
Sin embargo, a partir de la firma de los tratados soberanía nacional, en sus diversas acepciones, ha
de paz de Westfalia14 en 1648 entre Estados «so- sido variable y relativo, en la medida que responde
beranos», se asume como una norma esencial por a diversas énfasis de acuerdo al contexto histórico
la comunidad internacional y se incorpora como en que se lo utiliza18, de manera tal que pueden
piedra angular de las teorías de relaciones inter- coexistir diferentes ideas acerca de qué es la sobe-
nacionales. Los acuerdos de Westfalia fundamen- ranía, de dónde procede y qué es lo que requiere y
taron los elementos claves del sistema moderno permite19, como lo ilustra la tipología introducida
de Estados soberanos –Estados iguales entre sí, por Krasner citada al inicio de este trabajo. Esta
no sujetos a la imposición de ninguna autoridad situación no está disociada de la adaptabilidad del
supranacional y, sobre todo, que no intervienen Estado, como muchos estudiosos del impacto de la
en los asuntos internos de los demás Estados, con globalización lo han hecho patente. Y la segunda
derecho y capacidad de conducir tanto la guerra es que, sin embargo, la soberanía de un Estado le
como los asuntos de la paz a nivel internacional15. confiere una característica básica diferenciadora
En este contexto, la soberanía nacional en el frente a la emergencia de nuevos actores o sujetos
sentido westfaliano debe ser entendida, desde del derecho internacional tales como las organiza-
sus orígenes, como un mecanismo que permite ciones internacionales, los actores no estatales o
a los Estados lidiar con su seguridad y con los los individuos. En este sentido, Estado y soberanía
conflictos bélicos con otras naciones soberanas, son indisociables y, en la perspectiva westfaliana,
en tanto la soberanía nacional se constituyó en el no hay orden internacional sin la vigencia del
eje tanto de la defensa de los intereses naciona- concepto de soberanía nacional.
les como, eventualmente, de una normatividad
internacional que permitiese regular la guerra y No obstante, crecientemente, en el sistema inter-
los conflictos entre naciones16. nacional contemporáneo, el Estado, aún siendo
soberano, se encuentra sometido a las normas esta-
Después de la Segunda Guerra Mundial, el con- blecidas por el derecho internacional. El desarrollo
cepto de soberanía se refuerza con el inicio de los de este derecho, particularmente en el siglo XX,
procesos de descolonización que marcan, de una erosionó algunos aspectos de la noción tradicional
manera determinante, el derecho a la autodeter- de soberanía, al imponer al comportamiento de
minación de los pueblos y, consecuentemente, Estados soberanos una normatividad que excede
consolidan, desde una nueva perspectiva, la idea su voluntad de obligarse por ciertas normas20 y que
de que un Estado no puede ser afectado en sus va más allá de su independencia y de sus alcances
asuntos internos por la intervención de terceros, territoriales y políticos.
como parte del andamiaje conceptual que se de-
sarrolla en el marco de las Naciones Unidas. Desde su independencia a principios del siglo XIX,
América Latina se caracteriza por haber construido
En este contexto, la no intervención y la autodeter- gradualmente un sistema sofisticado y altamente
minación se incorporan como aspectos relevantes desarrollado de derecho internacional y de insti-
de la idea de soberanía nacional promovida por los tuciones a nivel regional, que incluyen una serie
países latinoamericanos en los debates y el proceso de normas que regulan su conducta internacional
que llevaron a la aprobación de la Carta de Na- y doméstica21. En este marco, en la región se ha
ciones Unidas en 1945, en función de sus propias desarrollado una tradición legalista y una «cultu-
experiencias históricas de dominación colonial y ra diplomática» de marcado respeto y desarrollo
de intervención externa por parte de las potencias del derecho internacional. Esta cultura legalista,
europeas y de los Estados Unidos. De hecho, los originada en el legado español y portugués, ha
países de América Latina enfatizaron la necesidad contribuido a la resolución pacífica de conflictos
de que la nueva organización incluyera reglas cla- entre Estados y a la ausencia de conflictos bélicos
ras en la protección del soberano derecho de los significativos desde finales del siglo XIX22, pero
Estados a definir su propia forma de gobierno y también ha servido como marco normativo para
contribuyeron a definir de esta manera la autode- prevenir y evitar la intervención o injerencia de
terminación y la no intervención como la base del Estados más poderosos. Como aspectos relevantes
proceso posterior de descolonización17. de esta cultura legalista y diplomática, se desta-
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Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

can cinco conjuntos de normas distintivas: el uti formaciones recientes del sistema y del derecho
possidetis y la integridad territorial; la resolución internacional.
pacífica de conflictos, la convivencia y la concer-
tación; la seguridad colectiva, el control de armas La década del 80 y, en particular, la década del 90
y el establecimiento de medidas de confianza son períodos en que se puso en cuestión los alcan-
mutua (particularmente en América del Sur); y, ces de la soberanía nacional y, particularmente del
muy especialmente, la soberanía y la igualdad de Estado. Este tema ha dado lugar a una abundante
los Estados, con su corolario del principio de no literatura sobre los efectos de la globalización sobre
intervención. Estos principios distintivos se en- la reducción y debilitamiento del Estado y de la
cuentran profundamente arraigados en la región, soberanía nacional en función del desarrollo de
junto con el compromiso, al menos formal, con la globalización de los mercados, de la revolución
el Estado de derecho, el liberalismo político, el tecnológica que lo acompañó y de la narrativa neo-
republicanismo y la democracia política23. liberal que la justificó. Pero estudios más recientes
evidencian que, si bien la globalización económica
Por otra parte, estos principios, frecuentemente afectó los alcances de la soberanía estatal y refor-
incorporados a las respectivas constituciones de muló, en ciertos aspectos, el rol del Estado en el
los países latinoamericanos24, se han desarrollado ámbito internacional, y si bien la globalización de
en el marco de una alta inestabilidad política y los derechos humanos, como ya mencionamos,
de una debilidad externa que se combinan, desde puso en cuestión la noción de la soberanía nacio-
finales del siglo XIX, con «un paradójico contraste nal restringida al ámbito internacional, en otros
entre la violencia y la inestabilidad política do- aspectos y, particularmente en lo referente a la
méstica, y las relativamente pacíficas relaciones seguridad y a la defensa del Estado-nación, sus
internacionales»25 de los países de la región. En efectos fueron mucho más limitados de lo que
este contexto, la concepción latinoamericana de plantean algunos enfoques globalistas29.
un orden legal interamericano ha mostrado una
obsesión con las normas de soberanía e indepen- En el caso de América Latina, si se hace un balance
dencia de sus Estados miembros, con un énfasis del impacto de las reformas estructurales promo-
concomitante en el principio de no intervención, vidas en la década del 90, podemos señalar que,
particularmente ilustrativo en la doctrinas de si bien el Estado fue obligado a restringir o acotar
Calvo y Drago26. su soberanía en el ámbito financiero y comercial
por la incidencia de actores intergubernamentales
Importantes y significativos cambios en el sistema como las instituciones financieras internacionales
internacional en las décadas recientes, comen- y de actores no estatales como las corporaciones
zando por el impacto de los diversos procesos de transnacionales (y, en limitadas ocasiones por las
globalización y el impulso y la eventual crisis del ONGI y los movimientos sociales transnaciona-
multilateralismo27, parecen no haber hecho me- les), la globalización económica erosionó pero no
lla significativa en la conceptualización original eliminó su capacidad reguladora. Más bien tendió
de los principales elementos de esta tradición, a reforzar su rol en la defensa y, particularmente,
particularmente en lo referente al concepto de en la seguridad regional, en la misma medida en
soberanía nacional y de su corolario el principio que EEUU comenzaba a perder influencia en la
de no intervención. No obstante, en tanto cons- región. En suma, si bien la globalización econó-
trucciones sociales, los elementos y conceptos mica afectó el desempeño del Estado en otros
distintivos de estas tradiciones han estado sujetos ámbitos, no modificó su rol central en la defensa
a los cambios resultantes de la evolución histórica y seguridad.
de los mismos, del contexto del que han surgido y
en el que se desenvuelven, y de la percepción de En este contexto es necesario ubicar la nueva
los actores involucrados28. coyuntura regional que se desarrolla a partir de
finales de la década del 90 del siglo pasado y en
Sin embargo, en la actualidad, es válido pregun- la década actual, con el ascenso al poder de go-
tarse si el concepto de soberanía nacional remite biernos progresistas y de izquierda en la región,
a los mismos contenidos y definiciones que lo y el cuestionamiento al Consenso de Washing-
caracterizaron en sus orígenes y si no está atrave- ton. Estos procesos no han estado disociados de
sando una profunda revisión a la luz de las trans- una reafirmación de la soberanía nacional en su
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Andrés Serbin

concepción tradicional, a través del desarrollo de unilateralismo durante la administración de Geor-


diversas formas de nacionalismo y del rechazo ge W. Bush, el impacto de la globalización eco-
a la intervención o a la influencia hegemónica nómica en la región, y la creciente diversificación
de actores extrarregionales y, en particular, de de los vínculos económicos y comerciales de los
EEUU. Este fenómeno puede vincularse, en esta países latinoamericanos junto con la aceleración
fase posliberal, a dos tendencias diferenciadas: de algunas iniciativas de integración consecuen-
la construcción de un Estado más eficiente, re- tes, con el propósito de constituir economías de
gulador y protagónico tanto en lo internacional escala competitivas. Por otra parte, en el ámbito
como en lo doméstico, que profundice el sistema regional, la re-configuración del mapa geopolíti-
democrático, asumiendo el capital de las reformas co de América Latina a raíz del ascenso al poder
y la estabilización macroeconómicas de la década por la vía electoral de gobiernos progresistas y de
precedente para impulsar nuevas políticas sociales; izquierda, y la progresiva formulación de nuevas
y el rechazo pleno a las reformas de corte neolibe- propuestas de regionalismo, entre las que se des-
ral, en aras de una estatización creciente sobre la tacan tres propuestas principales que postulan,
base de la negación de este capital acumulado y a veces de una manera ambigua y fuertemente
en el marco de un sistema populista de capitalis- condicionada por los liderazgos regionales emer-
mo de Estado, con una fuerte concentración en gentes, una nueva configuración regional a partir
el poder presidencial. Ambas tendencias remiten de la crítica al regionalismo abierto de la década
a una reafirmación de la soberanía estatal, con precedente, a la influencia hegemónica de EEUU
marcadas diferencias (más allá de las narrativas y a la globalización identificada con los postulados
respectivas) en relación a la soberanía popular y neoliberales.
al empoderamiento ciudadano como soberanía
efectiva en el marco de este proceso30. En este marco, como bien lo señala Riggirozzi33,
después de la visión de la integración promovida
En este contexto es preciso ubicar, los actuales por la Cepal y desplegada en las décadas del 50 y
desarrollos predominantes en los procesos de inte- del 60, y de la imposición de la visión neoliberal
gración regional y subregional en América Latina y del consenso de Washington en la década del 90
evaluar los efectivos alcances de los compromisos con su énfasis en la liberalización comercial y la
establecidos en muchas de las respectivas consti- desregulación como pilares de los acuerdos de libre
tuciones en torno a las posibilidades de asumir y comercio del «regionalismo abierto», los cambios
acatar los compromisos y las normativas suprana- en la región y a nivel hemisférico y global han dado
cionales que puedan establecerse en el marco de lugar, desde la década pasada, a una sobreoferta34
estos procesos. de espacios, esquemas y organismos de integración
regional. Esto es así particularmente en el plano
de la concertación política y con la exclusión de
EEUU, en función de dos tendencias predomi-
nantes: una, que rescata el capital acumulado de
El regionalismo posliberal en las experiencias comercialistas desarrolladas en el
América Latina
marco del Consenso de Washington en función
de una visión productivista y, fundamentalmen-
Como hemos analizado31 una serie de factores han te, política, que permite incrementar los niveles
incidido sobre la proliferación de organizaciones de autonomía de los países de la región frente a
multilaterales en América latina y el Caribe en EEUU y diversificar sus vínculos a nivel interna-
la última década, con la exclusión explícita de cional, como lo ilustra el caso de Brasil y de Una-
EEUU32. Mencionemos brevemente sólo algu- sur. Y la otra tendencia, en función de una visión
nos de los más relevantes. Por una parte, en el distintiva, de carácter ideológico y geopolítico, en
ámbito internacional, la pérdida de importancia franca contestación con EEUU, como lo ilustra
estratégica de la región para EEUU a partir del fin el caso del gobierno de Chávez en Venezuela y el
de la Guerra Fría, el desplazamiento de sus prio- proyecto bolivariano del ALBA. Ambas visiones
ridades estratégicas a otras regiones del mundo, coinciden en un marcado retorno al estatismo
particularmente a partir del 11 de septiembre de y en su aspiración a una mayor autonomía de o
2001; la crisis consecuente del multilateralismo y al rechazo del rol hegemónico de EEUU en una
el debilitamiento del rol de las Naciones Unidas coyuntura propicia35, pero se diferencian en los
a partir de la invasión a Irak y del despliegue del contenidos. Obviamente, subsisten asimismo vi-
-9-
Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

siones asociadas a la orientación de libre comercio Sin embargo, como ya señalamos, los cambios en
de la década del 90 que, sin embargo, en América el contexto geopolítico de la región y del mundo
Latina no se reflejan en iniciativas específicas de generaron una progresiva transformación de este
integración regional, más allá de los acuerdos de panorama inicial a principios del siglo XXI. En
libre comercio entre EEUU y los países de Centro- este contexto, el ALCA comenzó a confrontar
américa y la República Dominicana (CAFTA-DR) crecientes dificultades en su materialización,
y las iniciativas prevalecientes entre los países de la tanto por los obstáculos y de las presiones políti-
costa del Pacífico36, EEUU y los países asiáticos. cas domésticas en EEUU, como por la creciente
reticencia de algunos gobiernos de América Lati-
na y el Caribe (en particular de los más alejados
geográficamente y los menos dependientes co-
Del ALCA a la conformación de UNASUR
mercialmente de EEUU), y por el desarrollo de un
y del ALBA creciente cuestionamiento por parte de diversos
movimientos sociales, aglutinados en torno a un
proceso de movilización y de reacción frente a los
El proceso de globalización económica contribuyó efectos sociales negativos de los acuerdos de libre
a acelerar, en la década del 90, la profundización comercio39.
de los procesos de integración regional orientados
a desarrollar economías de escala y a una más
En este contexto, no tardaron en surgir propuestas
eficiente inserción en el sistema económico in-
alternativas sin la participación de EEUU. En la se-
ternacional. El hemisferio occidental no escapó gunda mitad de la década del 90, comienza a esbo-
a esta dinámica. Junto con el establecimiento del zarse un Área de Libre Comercio de Sur América
Área de Libre Comercio de América del Norte (ALCSA), promovida por Brasil, sobre la base de la
(NAFTA, por sus siglas en inglés), los países de articulación de un acuerdo de libre comercio entre
América Latina y el Caribe impulsaron, aceleraron el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones40
o intentaron profundizar diferentes esquemas de que, progresivamente, devino, en el año 200441 , en
integración. Así, por un lado, persistieron, con la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN),
altibajos, los esfuerzos integracionistas de más con la inclusión de los países andinos y del Cono
larga data, como el Sistema de Integración Cen- Sur (incluyendo Chile), y de Guyana y Surinam
troamericano (SICA), la Comunidad Andina de (tradicionalmente vinculados con la Caricom). Por
Naciones (CAN) y la Comunidad del Caribe (Ca- otra parte, en el Norte del hemisferio, el ALCA
ricom), y surgieron nuevas iniciativas, de mayor seguía presente y, manteniendo como referencia
o menor alcance, como el Mercosur, el Grupo de la estructura del NAFTA, daba lugar a un Acuerdo
los Tres (entre Colombia, México y Venezuela) y de Libre Comercio entre EEUU y Centroamérica,
la Asociación de Estados del Caribe (ACS), todas al que se sumó la República Dominicana en 2007,
ellas enmarcadas, en mayor o menor medida, en derivando en el CAFTA-DR (sus siglas en inglés),
una concepción de «regionalismo abierto»37. junto a avances en acuerdos bilaterales entre
EEUU y algunos países andinos.
El lanzamiento de la iniciativa de un Área de Libre
El eje inicial de la conformación de la CSN es-
Comercio de las Américas (ALCA) en 1994, ins-
taba asociado a la articulación de un acuerdo de
pirada en el modelo del NAFTA, pareció augurar,
libre comercio entre la CAN y el Mercosur, pero
en este sentido, un nuevo esfuerzo de materializar
también se vinculó con algunas otras dimensiones
un proceso de integración a nivel hemisférico, aso-
relevantes, como la constitución de una Zona
ciado con los procesos de reforma estructural y de de Paz en América del Sur y el desarrollo de una
apertura comercial impulsadas bajo el paraguas del infraestructura vial y comunicacional. Su objetivo
llamado Consenso de Washington. Más allá de las central era «impulsar la concertación y coordi-
diferencias y asimetrías existentes entre los países nación política y diplomática» y «desarrollar un
de la región, bajo el impulso hegemónico de EEUU espacio sudamericano integrado en lo político,
y en base a un enfoque manifiestamente neolibe- social, económico, ambiental y de infraestructura»,
ral, el hemisferio pareció iniciar, a mediados de la que le otorgase a la región «una mayor gravitación
década del 90, un ensayo de integración regional, y representación en los foros internacionales»42,
de filiación predominantemente comercialista, desplazando progresivamente la prioridad de los
que abarcaría todas las Américas38. temas comerciales en la agenda regional.
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Andrés Serbin

Pero más allá de esta progresiva tendencia a la cano que promovió la CSN apuntaba a impulsar
decantación entre dos iniciativas y entre dos pa- la coordinación política y diplomática como así
radigmas de integración diferenciados –el ALCA también la profundización de la convergencia
y la CSN–, la Cumbre de las Américas realizada entre Mercosur, la CAN y Chile. Por otra parte,
en Mar del Plata en noviembre del 2004 marcó el Programa de Acción46 de la CSN, surgido de
una creciente polarización entre los alineamientos la Cumbre de Brasilia de septiembre del 2005,
regionales a favor del ALCA y a favor del Mercosur. planteaba, además de los vínculos institucionales
Asimismo, marca el inicio de una nueva relación
entre el Mercosur y la CAN, temas de infraestruc-
entre movimientos sociales y gobiernos de izquier-
tura en transporte, energía y comunicaciones, y
da frente a los dilemas de la integración, e inicia,
en el caso de los primeros, un progresivo desplaza- asomaba la iniciativa de creación de una red de
miento desde las posturas anti-ALCA promovidas Gasoductos del Sur.
en años anteriores hacia el desarrollo de propuestas
alternativas de integración43, sintetizadas en el Sin embargo, la creación de la CSN y, en particu-
lema «otra integración es posible». lar, su Cumbre fundacional en Brasilia, marcaron
una divergencia en los marcos ideológicos de los
En este contexto, la fragmentación continental se mandatarios sudamericanos, entre una línea que
hizo cada vez más patente, en función del desarro- «suponía que en función de potenciar la capacidad
llo de tres paradigmas de integración que, como de negociación externa o el desarrollo socioeco-
bien señala un analista, plantearon un rediseño nómico todo es posible, y la visión más asociada
de la región en un nuevo marco geopolítico44. con un enfoque comercialista de la integración»47.
Mientras que el ALCA se planteaba originalmente En los hechos, se hicieron evidentes, en el plano
como un gran proyecto de integración hemisférica político, las divergencias entre Brasil y Venezuela,
a través del libre comercio bajo la hegemonía de
particularmente a raíz de la crítica referencia de
EEUU, progresivamente derivó de gran diseño
Chávez a los procesos de CAN y Mercosur, como
hemisférico en una sucesión de acuerdos bilate-
«experiencias neoliberales», y se comenzaron a
rales.
definir dos liderazgos regionales48 conceptual,
política e ideológicamente contrapuestos.
Por otra parte, el Mercosur, nacido originaria-
mente de los acuerdos de seguridad entre Brasil
y Argentina, como acuerdo comercial adoleció de Para Brasil, el Mercosur, y por extensión la CSN,
graves deficiencias en su desarrollo institucional, se constituyeron en un instrumento fundamen-
en la resolución de sus conflictos internos, en el tal para lograr una mejor negociación con otros
cumplimiento de los compromisos de sus socios, bloques económico-comerciales y para asumir
y en la persistencia de marcadas asimetrías entre un rol de actor global, utilizando como base un
ellos. Básicamente impulsado por los gobiernos, incipiente liderazgo regional49.
se apoyó en el compromiso de sectores empre-
sariales. La creación del Mercosur benefició, en Por otra parte, la aún pendiente incorporación de
su primera fase, principalmente a las grandes Venezuela al Mercosur como quinto socio pleno y
corporaciones transnacionales instaladas en Brasil
su posterior desincorporación de la CAN50, junto
y Argentina y, progresivamente, a los intereses
con la promoción del ALBA, no contribuyeron a
de algunos sectores empresariales de estos dos
una mayor unidad de la región sudamericana, sino
países45. Sin embargo, el Mercosur no tuvo la
a una nueva fragmentación.
aspiración hemisférica del ALCA, constituyendo
fundamentalmente un acuerdo subregional, que
comienza a potenciarse a nivel sudamericano con En suma, más allá de sus contenidos y prioridades,
la creación de la CSN. el contrapunto entre las concepciones del ALCA,
de Unasur y del ALBA, abrió el debate sobre la
En este sentido, sobre la base de sumar a la posibilidad de nuevos enfoques regionalistas, más
Comunidad Andina de Naciones (CAN) en el politizados y multidimensionales y con mayor
2004, dio lugar a la creación de una CSN, poste- énfasis en la integración social y la equidad entre
riormente rebautizada como Unión de Naciones Estados, relevantes no sólo para las Américas sino,
Suramericanas (Unasur). El espacio sudameri- eventualmente, para otras regiones del mundo51.
-11-
Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

La Unasur Si bien Unasur es, en gran medida, el resultado


de un diseño geopolítico brasileño55, acuna en
su seno una evidente pugna entre las visiones
Como señaló en su momento la ex presidenta chi-
brasileña y venezolana en torno a la concepción
lena Michelle Bachelet, la Unasur constituye «un
del espacio sudamericano y a las estrategias y ob-
poderoso instrumento de integración» que apunta
jetivos que debe perseguir. En este marco, se ha
a crear un nuevo mecanismo de coordinación po-
evitado cuidadosamente enfatizar la integración
lítica entre los países de América del Sur, en torno
económica y los acuerdos comerciales como ob-
a cuestiones de infraestructura, finanzas, políticas
jetivos principales y se ha optado por una agenda
sociales, energía y defensa. Sin embargo, aún carece
multidimensional de temas, ya mencionados, que
de una estructura funcional instalada y confronta
le confieren un carácter eminentemente político
numerosas tensiones entre sus miembros.
a su proceso de construcción.

El mecanismo de traspaso de la presidencia pro


témpore del organismo de Chile a Ecuador en la
III Cumbre en Quito no contribuyó a despejar la El ALBA
incertidumbres acerca de la posibilidad de que esta
estructura se consolide a corto plazo; las reticencias El ALBA56, concebida básicamente para contra-
de Colombia a incorporarse a un esquema y, en rrestar la hegemonía de EEUU y como proyecto
especial, a algunos acuerdos de seguridad como el contrapuesto al ALCA, tiene su epicentro en Ve-
Consejo de Defensa Sudamericano, que pudieran nezuela, en las iniciativas del presidente Chávez, y
amenazar sus vínculos con EEUU, constituyeron en los recursos petroleros de este país. En el marco
otro factor relevante que cuestionó la unidad de la integración regional, introduce nuevas varia-
sudamericana propuesta, particularmente refor- bles conceptuales de fuerte contenido ideológico,
zada por la crisis desatada con Ecuador en marzo sobre la idea del intercambio solidario basado en
de 2008 y por la instalación de bases militares ventajas complementarias, y se basa en gran parte
estadounidenses en su territorio; el conflicto por en la integración y cooperación energética (a través
las papeleras agudizó las tensiones entre Uruguay del impulso de mecanismos como el Gasoducto
y Argentina, y la tensión permanente entre las del Sur, PetroCaribe y PetroAmérica), y en la
aspiraciones de liderazgo de Brasil y de Venezuela integración financiera a través de la creación del
dificultaron la articulación de diversas iniciativas Banco del Sur. A estas iniciativas cabe agregar la
específicas, particularmente en torno a sus concep- integración comunicacional a través de Telesur y
ciones contrastantes sobre si los «núcleos duros» de el impulso a una «diplomacia de los pueblos» que
este nuevo esquema iban a referir a los modelos de apunta a consolidar un apoyo social a este proyecto
Mercosur o del ALBA, respectivamente52. a través de la convocatoria de movimientos socia-
les y políticos de diversos países de la región.
La constitución oficial de la Unasur53 en Brasilia
en mayo de 2008 incluyó la definición de algunos Este conjunto de iniciativas, sin embargo, no pue-
elementos de su estructura institucional: una den disociarse de una visión predominantemente
Secretaría General en Quito, un Parlamento geoestratégica, política e ideológica del Presidente
Sudamericano en Cochabamba, planes para crear Chávez, en su afán de contrarrestar la hegemonía
un Banco Central regional y una moneda única, estadounidense promoviendo una integración re-
un pasaporte regional y la propuesta de creación gional en el ámbito sudamericano y caribeño, y una
del Consejo Sudamericano de Defensa54. Sin em- serie de alianzas estratégicas regionales y globales
bargo, también puso en evidencia las reticencias, que consoliden la conformación de un mundo
tensiones y dificultades políticas que enfrentaba multipolar que acote y enfrente esta hegemonía57.
el establecimiento de esta estructura. El caso En este marco, el instrumento privilegiado de
más paradigmático giró en torno a la designación política exterior es la utilización de los recursos
de la persona que se haría cargo de la Secretaría petroleros58.
General después de la renuncia del ex presidente
ecuatoriano Rodrigo Borja y la resistencia, final- Como señala Carlos Oliva59, de hecho, «el ALBA
mente superada después de un largo impasse, por se construye en la práctica», como un modelo
parte de Uruguay a que la ocupara el ex presidente novedoso de integración, con un nuevo formato
argentino Néstor Kirchner. que privilegia la cooperación, la solidaridad y las
-12-
Andrés Serbin

ventajas complementarias, sobre la base de una En suma, mientras que en el ámbito sudamericano
serie de criterios claramente diferenciados de los en general persiste una visión positiva de un rol
del ALCA y, eventualmente, de Mercosur y de equilibrado entre las funciones del Estado y del
Unasur. mercado, con una mayor presencia y capacidad de
incidencia del primero, sin cuestionar la dinámica
capitalista global, en el caso del ALBA, el Estado
Como hemos visto, el eje protagónico de esta
asume un papel protagónico61. Ambas concep-
propuesta reside en las iniciativas presidenciales
ciones dan lugar a visiones diferenciadas no sólo
y en la actuación de las elites políticas, es decir en
de la integración regional y de sus alcances sino
iniciativas gubernamentales fundamentalmente
también de su inserción en la escena internacio-
asociadas con la nacionalización de los recursos y
nal, tanto en términos de prioridades como de
el desarrollo de empresas estatales e interestatales,
agendas. Sin embargo, adicionalmente parecen
claramente visible en los casos de Venezuela y de
coincidir en una visión subordinada de la sociedad
Bolivia.
frente al Estado, ya sea porque este se abroga el
derecho de conducir el proceso político y social
o porque representa, a través de la existencia de
mecanismos democráticos, el interés de los dis-
La Unasur y el ALBA: contrastes y tintos sectores de esta sociedad. Por otra parte, es
diferencias evidente, en este contexto, que para algunos de
los países miembros de Mercosur y de Unasur, y
En este contexto, se evidencian marcadas diferen- en particular para Brasil, las posiciones antiestado-
cias entre el proyecto de Unasur y el del ALBA. unidenses promovidas por el ALBA no contribuyen
En el marco de las limitaciones de este artículo a establecer una relación equilibrada con EEUU
analicemos algunas de las que aparecen como más ni propician una inserción más ventajosa en el
relevantes. sistema internacional.

En primer lugar, es evidente que surge una di- En segundo lugar, desde el punto de vista geopo-
ferenciación conceptual e ideológica muy clara. lítico, es evidente que ponen en conflicto visiones
Para Mercosur y, por extensión, por lo menos en hegemónicas e intereses nacionales diferenciados,
entre las aspiraciones de liderazgo de Brasil y las
sus orígenes, para la CSN/Unasur, los principios
de Venezuela. El liderazgo regional de Brasil y su
de la liberalización económica y la economía de
rol como actor global62 pasa por el desarrollo de
mercado no están en cuestión, en tanto uno de
una buena relación con EEUU63 y, a la vez, por la
sus objetivos relevantes sigue asociado con la po-
consolidación de una mayor influencia regional, en
tenciación de la capacidad regional de insertarse
el marco de un «liderazgo benigno». Su potencial
más ventajosamente en la economía internacional, liderazgo regional valida y consolida su posición
más allá del tono diluido con que la integración internacional. En contraposición, en la percepción
económica pueda aparecer en los documentos fun- de Chávez, EEUU, la globalización y el sistema
dacionales de la Unasur. La llegada de gobiernos internacional en su actual arquitectura aparecen
progresistas y de centro-izquierda en algunos de como amenazas a sus intereses estratégicos64, pese
los países miembros no ha puesto frontalmente a la evidente contradicción con el hecho de que
en cuestión estos principios, pero si ha enfatizado, EEUU sigue constituyendo el principal mercado
en muchos casos, un rol más activo del Estado para los hidrocarburos venezolanos.
frente al mercado y al impacto de la globalización
económica, frecuentemente en el marco de una En suma, como hemos analizado en otra parte65, la
crítica explícita o implícita a las concepciones neo- creación de Unasur y del ALBA reflejan liderazgos
liberales. El planteamiento del ALBA, en cambio, y proyectos diferenciados entre Brasil y Venezuela y
apunta a enfatizar tres principios muy claros «1. una clara fractura en la actual etapa de integración
Oposición a las reformas de libre mercado, 2. No de la región y en el seno mismo de Unasur, en don-
limitar la acción reguladora del Estado en benefi- de los planteamientos más radicales de Chávez son
cio de la liberalización económica. 3. Armonizar asimilados y digeridos en función de los intereses
la relación Estado-Mercado»60, esto último prin- brasileños66. Ilustraciones cabales de esta situación
cipalmente a favor de las empresas estatales y de se dan tanto por la progresiva dilución del proyec-
las micro-iniciativas empresariales. to del Gasoducto del Sur propuesto por Chávez,
-13-
Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

sustituido por una red de distribución naviera que adoptar, el incumplimiento de las reglas pactadas
beneficia a esta industria brasileña y a su estruc- y la carencia de recursos suficientes para abordar
tura portuaria; por las reticencias de Brasil frente las políticas nacionales y regionales necesarias69.
a la propuesta de la creación del Banco del Sur y Paradójicamente, sin embargo, más allá de las
su gradual desplazamiento por las actividades del referencias permanentes a abordar este tema en
BNDES; o por la rápida reformulación, por parte la documentación en la CSN y la Unasur, en años
de Brasilia, de la propuesta de Chávez de crear recientes, en el marco del ALBA, ha tendido a ocu-
una Organización del Atlántico Sur (OTAS) y una par un plano destacado y a desplazar la tradicional
fuerza militar sudamericana, con la creación del retórica antiestadounidense y anti-ALCA, en un
Consejo Sudamericano de Defensa. mensaje claro a muchos de los países miembros
de este organismo, particularmente afectados en
Es evidente, a partir de este somero relevamiento su relación asimétricas con países más grandes
de algunos de los puntos de tensión y de diferen- de la región.
ciación, que, pese a que el ALBA pueda ser percibi-
da como «el núcleo duro de la integración latinoa- América Latina alberga considerables recursos
mericana» por Chávez, y de que «ambos procesos energéticos, en un mundo con una creciente sed
marchan de forma paralela pero coordinada»67, de energía70. Sin embargo, en lo que a la integra-
existen marcadas diferencias conceptuales, ideo- ción energética en América del Sur, la mayoría de
lógicas, de liderazgo y de vinculación externa. los analistas coincide en que en la región «tiende
a prevalecer una visión de la integración ener-
gética poco amplia, muchas veces restringida y
encapsulada en las categorías del pensamiento
Los nuevos temas de la agenda neorrealista»71, es decir en una reiteración del
sudamericana en el marco del discurso de la soberanía y el interés nacional, con
regionalismo posliberal
lo cual se convierte no sólo en un potencial factor
de fragmentación regional, sino también en un
Además de un creciente énfasis en la agenda social, potencial factor de conflictos entre los Estados y
la nueva agenda regional incorpora una serie de en el seno de los mismos. De hecho, si bien existe
temas nuevos. Estos temas se destacan en todos los una alta complementariedad energética entre los
documentos, desde la CSN a la Unasur, y remiten países de la región, la integración existente es muy
tanto al desarrollo de una infraestructura vial y baja72. Bodemer señala que en este plano, como en
de comunicaciones que incluye de manera desta- el de la integración regional, se ha acentuado una
cada el IIRSA, como a la cooperación en energía dinámica de fragmentación, de pérdida de insti-
y en finanzas, en temas de medio ambiente y de tucionalidad y de retorno a prácticas unilaterales.
seguridad y defensa, en el marco general de una La utilización del petróleo como un instrumento
politización significativa de esta agenda. Obvia- geopolítico por parte de Venezuela es un claro
mente, existen otras áreas de cooperación, como la ejemplo, pero a este cuadro no escapa Brasil. De
cooperación sur-sur, la coordinación de políticas de hecho, pese a la apertura a los mercados iniciada
salud pública, y el diseño de políticas coordinadas en la década del 90, se ha mantenido en algunos
de seguridad alimentaria, entre otros. Pero, dados países un fuerte nacionalismo energético73. Adicio-
los límites del presente trabajo, solo abordaremos nalmente, en el ámbito político, la importancia de
aquellos temas que se destacan de manera especial las empresas estatales se ha hecho sentir no sólo
como ejes del regionalismo posliberal. por el hecho de financiar políticas públicas no
relacionadas a la temática energética, sino tam-
En este sentido, en relación al tema de las asi- bién por su peso como instrumentos de política
metrías en el ámbito sudamericano, existe, en exterior, como lo ilustra cabalmente el caso de
primer lugar, una ausencia de un diagnóstico PDVSA en Venezuela. Por otra parte, dado que el
sobre su impacto en las dificultades de concretar tema despierta sensibilidades políticas muy altas,
un proceso de convergencia hacia un desarrollo es difícil prever que una empresa estatal promueva
económico y social más equilibrado, por la falta efectivamente un régimen latinoamericano de
de estudios sobre las asimetrías en los sistemas energía o ayude a impulsar un proceso de inte-
de integración sudamericanos68. Las pocas inicia- gración, que implique cesiones en el control de
tivas existentes se ven socavadas por la falta de estos recursos o en la soberanía nacional que esto
concreción de objetivos a alcanzar y de medidas a conlleva74. El interrogante clave frente a la evo-
-14-
Andrés Serbin

lución de una política de cooperación energética la CAF, de comprobada eficiencia. Pero a la vez,
en América del Sur tiene que ver, fundamental- por iniciativa venezolana, pone en cuestión,
mente, con un diseño que asuma una estrategia desde una perspectiva ideológica, toda relación
de integración energética, ya sea como «alianza con instituciones multilaterales como el Banco
defensiva o concebida ofensivamente al estilo de Mundial y el Fondo Monetario Internacional,
la OPEP, o un régimen concertado para construir en tanto los asocia con las reformas promovidas
complementación y beneficios mutuos»75 . en el marco del «consenso de Washington» y de
una visión neoliberal, y a un proyecto promovido
Por otra parte, la Iniciativa para la Integración de esencialmente por EEUU81. Paradójicamente, este
la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA), cuestionamiento venezolano no se conjuga con
un megaproyecto que apunta a la creación de una una propuesta técnica claramente diseñada, más
infraestructura regional iniciado en el marco de la allá de que las reservas del Banco del Sur sirvan
CSN y continuado en el de Unasur, y financiado para la introducción de una moneda regional. En
por el BID, la CAF, Fonplata y el BNDES de Bra- el marco de Unasur, esta posibilidad es resistida
sil76, ha tendido, por un lado, a la subestimación por el resto de los países, poco «dispuestos a em-
de los costos de los proyectos, con lo cual de los 31 prender un proceso de mínima unidad política
proyectos consensuados para el período 2005-2010, para tomar decisiones comunes para una moneda
sólo se han puesto en ejecución diez y sólo uno de única»82.
ellos se ha finalizado (el puente sobre el río Arce
entre Perú y Brasil)77. Uno de los principales desa- Nuevamente, en esta área se interpone la noción
fíos es la necesidad de probar que los países tienen de soberanía nacional.
la capacidad necesaria para coordinar sus esfuerzos
y, sobre todo, aumentar y destinar recursos a este
En el área de medio ambiente, pese a los reite-
mega emprendimiento. En el plano político Brasil
es el país que pone más esfuerzos en el desarrollo rados llamados a la necesidad de prepararse para
del IIRSA, mientras que Venezuela es el país me- los efectos del cambio climático, los avances son
nos comprometido. Brasil es el destinatario de la limitados. Los vastos recursos naturales y energé-
principal obra en ejecución en relación con el eje ticos de la región atraen el interés tanto de actores
Mercosur-Chile, pero además «interviene como internos como externos. Sin embargo, la nueva
miembro directo o indirecto en seis de los nueve geopolítica de la energía en América Latina está
proyectos de interconexión vial en ejecución, con reactivando la frontera de recursos energéticos y
un tercio de la inversión aplicada en su territorio y mineros «bajo una nueva versión del nacionalismo
una participación total en obras que ocupan casi energético, a menudo definido en detrimento del
las nueve décimas partes del total de dicha inver- ambiente»83. Mientras que la presión sobre los
sión», con el BNDES como financista principal de recursos se ha incrementado, las estrategias de
algunos de ellos, y con la participación de varias desarrollo que se impulsan tienen en general una
empresas constructoras brasileñas78. De hecho, relación adversa con el medio ambiente. Conse-
detrás de la IIRSA, los mayores beneficiarios son cuentemente, enfrentar la amenaza del cambio
las grandes empresas transnacionales productoras climático requiere de un cambio de las políticas
de commodities y las empresas brasileñas dedicadas de desarrollo. Sin embargo, gran parte de las ini-
a la construcción, la prestación de servicios o la ciativas impulsadas en el marco de la nueva fase
producción de bienes primarios. En este marco, de integración sudamericana colisionan con la
más que beneficiar colectivamente a un proyecto preservación del medio ambiente y de los recursos
regional sudamericano, la IIRSA parece beneficiar naturales, como lo evidencian tanto las críticas
fundamentalmente a la economía brasileña79. ambientalistas al IIRSA como, en su momento,
al Gasoducto del Sur84. En este marco, está por
En el área de la cooperación financiera, el Banco verse la capacidad de coordinación de políticas
del Sur ha despertado grandes expectativas en regionales en defensa de estos bienes públicos en
la región y ha sido incorporado como uno de los el futuro, en tanto persisten los lineamientos de
temas relevantes en la constitución de la Unasur, las decisiones a nivel de los Estados, en una nueva
aunque no existe aún una relación institucional reafirmación de la soberanía nacional.
entre ambos organismos80. El Banco del Sur de-
bería complementar las capacidades financieras Finalmente, el área de cooperación más exitosa
de las instituciones existentes, como el BID y sigue siendo la de la seguridad regional, especial-
-15-
Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

mente en lo que se refiere al mantenimiento de la Sin embargo, la dificultad en la construcción de


estabilidad y de la paz regional, y a la resolución pa- consensos regionales en torno a los temas de de-
cífica de conflictos. En este marco, la constitución fensa evidencia una vez más la complejidad del
del Consejo Sudamericano de Defensa, planteada desafío de articular visiones políticas y estratégicas
como propuesta por Lula en mayo de 2008, parece diferenciadas. Como señala un análisis reciente
resumir muchos de los planteamientos del legado «en una región como la sudamericana, con un
acumulado, particularmente cristalizados en la proceso de integración en su fase de inicio y con
propuesta de convertir a América del Sur en una niveles incipientes de articulación jurídico-institu-
zona de paz. En este contexto, el Consejo Sudame- cional, proponerse la construcción de consensos en
ricano de Defensa se estructura en base a algunos temas de defensa puede ser una pretensión difícil
ejes fundamentales –en especial, la integración de de ser concretada»91.
las industrias de defensa y el intercambio técnico
y académico en esta área– orientados a promover
la formación de una identidad sudamericana en
cuestiones de defensa85 . Un balance preliminar del
regionalismo posliberal en
América Latina
Esta propuesta, sin embargo, no puede desvincu-
larse de varios elementos relevantes para la estra- Ambas iniciativas regionales –la Unasur y el
tegia brasileña. En primer lugar, porque permite ALBA– en la actual etapa de regionalismo poslibe-
definir un espacio específicamente sudamericano ral se caracterizan por un recurrente nacionalismo
para los temas de defensa, que excluye a EEUU, y por la recuperación, explícita o implícita, de la
con lo cual a la vez de marcar distancia con la soberanía nacional como principio rector de las
presencia hegemónica de este país, abre las puertas relaciones internacionales. Esto se expresa muy
para el impulso de una estrategia brasileña a nivel claramente en la cautela con que se estructuran
global. De hecho, potencia la capacidad de Brasil y construyen las diferentes instancias de integra-
de desempeñar un rol como actor global, amén ción regional que promueven y en la reiterada
de que la apuesta por un sistema de seguridad aspiración de imponer los intereses nacionales en
colectivo le confiere un rol protagónico tanto en los distintos esquemas que configuran la actual
términos de liderazgo como de principal proveedor arquitectura regional.
de la región86.
No obstante, y más allá de las fracturas, de las
En segundo lugar, porque «regionaliza» y «sudame- divergencias y de los liderazgos en pugna que se
ricaniza», como señala Sanahuja87, la propuesta de reflejan en las propuestas del ALBA y de Unasur,
Chávez de crear una Organización del Tratado del es evidente que el regionalismo en América Latina
Atlántico Sur (OTAS) y de conformar una alianza está atravesando una etapa de transición que, sin
militar en el seno del ALBA. En este sentido, es embargo, permite identificar algunas tendencias
particularmente relevante que el CSD no sólo y rasgos comunes.
busca consolidar América del Sur como una zona
de paz, construir una «identidad» suramericana
En primer lugar, a diferencia de la década prece-
en materia de defensa y generar consensos para
dente, hay una marcada politización de la agenda
fortalecer la cooperación regional en los temas de
regional y un desplazamiento de los temas comer-
defensa, sino también impulsar la subordinación ciales y económicos, que expresa un «retorno de la
de los militares a la autoridad civil y promover la política» en las relaciones exteriores y el desarrollo.
defensa soberana de los recursos naturales88. En segundo lugar, este proceso no está disociado
de un marcado «retorno del Estado», tanto en
En tercer lugar, porque el CSD, además de confi- las relaciones exteriores como en las políticas so-
gurar «un novedoso espacio político e institucional ciales y de desarrollo, con un rol protagónico de
para el diálogo político y la cooperación regional los gobiernos y un desplazamiento de actores no
en seguridad»89 hace un guiño al más reticente de estatales, como el sector privado y la sociedad civil,
los países sudamericanos ante la iniciativa –Co- en tanto el grueso de los acuerdos es de carácter
lombia– al reconocer la importancia de las nuevas intergubernamental incluyendo la creación de
amenazas a la seguridad y al rechazar la existencia empresas interestatales en el marco regional. Este
o la acción de grupos armados fuera de la ley90. «retorno del Estado» viene asimismo asociado con
-16-
Andrés Serbin

visiones que retoman una mirada tradicional de un referente fundamental en estos procesos y
la soberanía nacional. En tercer lugar, en relación sigue incidiendo sobre su configuración, así fuere
con los dos cambios anteriores y, en particular, con en otro rol94, dando continuidad y renovado vigor
la necesaria legitimación interna de los gobiernos al principio de soberanía nacional. Y, en tercer
electos democráticamente, con una agenda social lugar, que la recuperación de este principio no
impulsada desde arriba, se registra un «retorno a la sólo se asocia con un renovado nacionalismo, sino
agenda del desarrollo», en franco distanciamiento también con una serie de características distintivas
del Consenso de Washington. A estos tres «retor- y particulares de una nueva etapa de los procesos
nos» fundamentales hay que sumar la prioridad de integración en América Latina.
otorgada a una serie de temas nuevos en la agenda
regional, algunos de los cuales ya hemos analizado.
A este cuadro cabría agregar una creciente aten-
ción a la cooperación sur-sur, tanto como parte Entre conclusiones y
del andamiaje regional como, particularmente recomendaciones generales
en los casos de Brasil y Venezuela, de una serie de
iniciativas en el marco de los países del Sur Global
en función de una estrategia de vinculación extra- En conclusión, dado el nivel de fragmentación de
regional y de proyección global92. la región (reiteradamente señalado por algunos
investigadores95), y el resurgimiento de visiones
nacionalistas que, con mayor o menor énfasis,
En particular, tanto la crisis entre Colombia y
revitalizan las concepciones tradicionales de la
Ecuador desatada en marzo de 2008 (y superada
merced a la intervención del Grupo Río), como soberanía nacional en su versión westfaliana, así
la posterior crisis de Pando en Bolivia (con la in- sea asociándola con la soberanía popular inherente
tervención de Unasur), y la crisis provocada por el a los sistemas democráticos, es difícil precisar, en
acuerdo entre Colombia y EEUU para la instala- esta «navegación en la niebla» como acertada-
ción de bases militares en el territorio del primero mente describe este nueva etapa un analista96,
(tratada en el marco de Unasur), evidencian que recomendaciones específicas para profundizar en
los temas de seguridad siguen constituyendo un el proceso de integración regional, así sea a nivel
componente fundamental de la agenda regional. general o a niveles sectoriales específicos.

En este contexto es que hay que ubicar, en primer En este marco, la actual etapa de la integración
lugar, la importancia que vuelve a asumir el prin- regional, con sus distintivas características esta-
cipio de soberanía nacional, al legitimar el rol del docéntricas, intergubernamentales (y frecuen-
Estado como principal promotor de las iniciativas temente interpresidenciales) y con un marcado
de integración, en el marco de acuerdos intergu- déficit democrático en términos de participación
bernamentales que, sin embargo, no condicionan o empoderamiento de la ciudadanía, abre una serie
su autonomía o independencia, pero que clara- de interrogantes sobre la efectiva posibilidad de
mente apuntan a la construcción de una comu- impulsar mecanismos de integración que no se
nidad política a nivel regional a través del diálogo basen exclusivamente en la construcción de con-
político y de la concertación. La construcción de sensos políticos en espacios intergubernamentales
consensos como instrumento privilegiado para la
en temas y coyunturas específicas, sino en una
toma de decisiones se convierte frecuentemente
institucionalidad más densa y estructurada y en
en un impedimento para avanzar, a través del diá-
una normatividad supranacional en función de
logo y de la concertación, en la conformación de
una arquitectura y de una normatividad regional una estrategia de más largo plazo, por más que
de mayor desarrollo institucional. En segundo lu- esta normatividad pueda ser aceptada formal-
gar, es necesario no perder de vista que la mayoría mente por las constituciones de algunos países de
de los recientemente creados espacios y esquemas la región y por más que el derecho internacional
de integración inaugurados en América Latina se y, en especial, los derechos humanos y el derecho
caracteriza por su carácter reactivo y/o defensivo internacional humanitario, sean crecientemente
en su exclusión de EEUU, en función del histórico reconocidos como un referente obligado en la
fantasma de la amenaza de una influencia o una articulación de las nuevas formas de soberanía
injerencia del hegemón hemisférico93. De hecho, nacional, particularmente en el marco de los sis-
para bien o para mal, EEUU sigue constituyendo temas democráticos vigentes.
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Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

Los principios de soberanía nacional, no interven- unidense– se han incrementado, en función, entre
ción, auto-determinación y resolución pacífica otros elementos, de la promoción de un mundo
de conflictos que han caracterizado y distinguido multipolar –en lo que coinciden, desde perspecti-
la cultura diplomática intergubernamental de la vas diferentes, tanto el proyecto bolivariano como
región han servido tanto para prevenir una inter- la política exterior de Brasil–, se abren numerosos
vención externa como para mantener la paz de interrogantes sobre los límites y alcances (y la uti-
la región. De hecho, en este sentido, la soberanía lidad en su formulación tradicional) del concepto
nacional (y el interés nacional) en el marco de soberanía nacional, particularmente frente a la
la preservación de la estabilidad y de la paz de necesidad de abordar colectivamente y con cierto
la misma, han servido para construir consensos éxito no sólo los temas de seguridad y paz regional,
y para desarrollar un definido legado de derecho sino todo una amplia gama de bienes públicos re-
internacional que contribuyen tanto a prevenir gionales que demandan políticas transnacionales y
la intervención externa como a evitar la guerra una eficiente estructura institucional y normativa
y a mantener la paz de la región. Sin embargo, de carácter regional. En este marco, más allá de
a la vez, en el marco del regionalismo anárquico los temas ya presentes en la agenda regional actual
que Hirst97 le atribuye al proceso de integración –cooperación energética, finanzas, infraestructura y
en América Latina, ha impedido la construcción agenda social–, crecientemente se van ubicando en
y la aceptación de normas e instituciones supra- un primer plano (y con urgencia de respuestas) una
nacionales que permitan avanzar en el proceso serie de temas nuevos de carácter transnacional.
de integración y gobernanza regional a través de
compromisos que impliquen una cesión de algu- En primer lugar, formas de concertación y coope-
nos aspectos de la soberanía nacional en aras de ración regionales para la defensa de los recursos
la conformación de una institucionalidad regional naturales en los que es rica la región y que han
más avanzada. En este sentido, en la práctica, la contribuido, en gran medida, a su crecimiento
soberanía nacional sigue constituyendo una limi- económico en los últimos años, en tanto estos
tación importante para la profundización de los se verán crecientemente afectados por el cambio
procesos de integración regional. climático, el incremento de los desastres naturales,
la desertificación, y la voracidad por el control y la
Las nuevas corrientes del regionalismo posliberal, explotación de las fuentes de agua y de los recursos
con su retorno al Estado, a la soberanía nacional naturales en general. En segundo lugar, la necesi-
y a la política, han reforzado los componentes dad de profundizar en la cooperación sur-sur para
nacionalistas –en ambas vertientes del regio- el desarrollo de una agenda regional propia frente
nalismo actualmente en vigencia, aunque con a problemas compartidos que, crecientemente,
matices y énfasis diferenciados–, sin que, por trascienden las fronteras nacionales. Estos y otros
ahora, se haya desatado un conflicto bélico entre temas similares en muchos casos remiten no sólo
las naciones de la región, es decir que han logrado a los bienes públicos regionales, sino también a los
preservar consecuentemente la paz en el marco de bienes públicos globales y se verán afectados por
una agenda regional fuertemente politizada. Sin avances en el derecho internacional y en las nor-
embargo, los nuevos desafíos que presentan a la mativas internacionales existentes. En tercer lugar,
región tanto la globalización y la interdependencia una serie de temas referidos a la globalización de
económica como los nuevos temas de una agenda los derechos humanos y a la ampliación de las res-
regional basada en la cooperación sur-sur, y en la ponsabilidades del Estado tanto ante su población
articulación de ámbitos y entramados políticos de como ante la comunidad internacional, claramente
concertación, probablemente obligue a repensar ilustrados por la discusión de normas como «la res-
los alcances del concepto de soberanía nacional ponsabilidad de proteger» en el seno de la ONU y su
en el contexto latinoamericano y caribeño y, consagración en algunas organizaciones regionales
eventualmente, a honrar en la práctica, lo que como en el caso de la Unión Africana99.
oficialmente asume la retórica de constituciones,
acuerdos y tratados vigentes98 . En este marco, muchos de los nuevos temas a
abordar por la región, escapan a una agenda es-
Si la presencia hegemónica de EEUU ha decrecido trictamente interna y se vinculan y conectan con
y los márgenes de autonomía de los países de la dinámicas regionales y globales. Consecuentemen-
región –de acuerdo con su ubicación geográfica y a te, así sea en función de dinámicas y características
su vinculación económica con la economía estado- propias, las lecciones aprendidas en torno a la
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Andrés Serbin

preservación de la paz de la región deberían ser aspiraciones de liderazgos divergentes y por la par-
aplicadas y profundizadas en la construcción de ticipación de gobiernos poco dispuestos a sacrificar
respuestas colectivas frente a nuevos retos, tanto aspectos de su soberanía o de su interés nacional,
estrictamente regionales como de carácter global, eventualmente disociados de una aspiración a
que en años venideros afectarán a América Latina consolidar y reafirmar el proceso de integración
y el Caribe. En esta perspectiva, las respuestas y regional en distintas dimensiones; los limitados
acuerdos ad hoc y típicamente reactivos (cuando logros y avances en la concertación sectorial en
no meramente retóricos) de la región100 no serán torno a temas puntuales pero particularmente re-
suficientes y demandarán de estrategias colectivas levantes de la agenda regional, con la participación
de largo plazo y de la construcción de normativas de algunos gobiernos y con la reticencia de otros,
e instituciones con capacidad de impulsar polí- como hemos analizado en las páginas anteriores,
ticas regionales de preservación y defensa de los y la ausencia de un efectivo compromiso de anclar
bienes públicos regionales y de proporcionar a sus estos procesos en una participación activa de la
respectivas poblaciones el Estado de Bienestar y ciudadanía en su formulación, implementación,
una calidad de vida diferente. seguimiento y evaluación, se erigen, en este sen-
tido, en obstáculos formidables para avanzar en
La soberanía nacional, entendida en su concepción la conformación de un espacio regional –ya sea
westfaliana, ya ha comenzado a sufrir revisiones y sudamericano o latinoamericano y caribeño– de
erosiones a partir de la aplicación universal de los alta densidad y efectividad institucional, que su-
derechos humanos y del desarrollo reciente del de- pere las limitaciones impuestas por concepciones y
recho internacional, particularmente en el ámbito visiones profundamente arraigadas de la soberanía
interno de los Estados. Es altamente probable que nacional en sus vertientes más tradicionales, y que
los nuevos desafíos apuntados también presionen logre impulsar muchos de los objetivos planteados
para una revisión de la dimensión externa de este en la multitud de foros, cumbres y organismos
concepto, si se quiere construir una nueva arqui- multilaterales conformados a nivel subregional
tectura regional que preserve los logros alcanzados y regional en los últimos años, en un marco que
pero que a la vez pueda enfrentar estos nuevos contribuya al fortalecimiento de la democracia y
desafíos. En este marco, las lecciones aprendidas de los derechos inherentes a la ciudadanía de los
en torno a la necesidad de reafirmar y preservar los países de América Latina y el Caribe.
derechos humanos pueden ser de gran utilidad en
la experiencia regional, particularmente si se toma
en cuenta la participación efectiva de la ciudada-
nía en los procesos regionales. Esta afirmación no Notas
necesariamente significa que América Latina debe
seguir imitando los caminos de otras experiencias 1. El autor agradece los valiosos comentarios a
de integración regional y deba aceptar al pie de la este trabajo de Ricardo Arredondo y Gilberto
letra las fórmulas y recetas aplicadas en otros con- Rodrigues.
textos, sino que debe hacer una profunda revisión
de su propio legado, de sus objetivos históricos y de 2. Ver Mercedes Hoffay (2010). «Unasur: ¿Un
su capacidad de adaptación a las nuevas condicio- interlocutor autorizado con los EEUU?» en
nes regionales y globales. En este contexto, la gran Pensamiento Propio Nº 31, 1-7/2010, y Alcides
interrogante es si el regionalismo anárquico antes Costa Vaz (2010). «La Comunidad de Estados
mencionado y la preservación de la soberanía na- Latinoamericanos y Caribeños. La factibilidad y
cional son instrumentos conceptuales y políticos necesidad de un nuevo organismo regional» en
útiles para la nueva etapa que enfrenta la región Nueva Sociedad Nº 27, 5-6/2010, pp. 4-8.
en el ámbito internacional, para la construcción
de un regionalismo de características propias y 3. Esta exclusión también se extiende a Canadá.
distintivas, sobre la base de la reconciliación de los
4. O al eventual fracaso de cualquier iniciativa en
intereses nacionales y de los intereses regionales.
este sentido, como lo revela la experiencia de la
Comunidad Andina de Naciones (CAN).
La baja institucionalización de los acuerdos avan-
zados; la marcada politización de la agenda regio- 5. Krasner diferencia cuatro usos de la noción
nal y la necesidad de construir consensos en un de soberanía en la actualidad: la soberanía
contexto marcado por la fragmentación y por las de interdependencia, la soberanía interna,
-19-
Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

la soberanía westfaliana, y la soberanía legal 12. Con un solo «interregno» en la actual década,
internacional, con frecuencia imbricadas entre sí. con la crisis política desatada en Honduras por
Mientras que la soberanía de interdependencia un golpe de Estado contra el presidente electo
refiere a la capacidad de los Estados para en junio de 2009. Por otra parte, la crisis de
controlar el movimiento a través de las fronteras, Honduras, evidencia, una vez más, la divergencia
y la soberanía interna a las estructuras de de políticas y de intereses entre EEUU y los países
autoridad dentro de los Estados y a la capacidad latinoamericanos. Ver al respecto Andrés Serbin
de estas estructuras para regular efectivamente (2010). «Obama y América Latina: a más de un
el comportamiento, la soberanía westfaliana año» en Pensamiento Propio Nº 31, 1-7/2010.
o vatteliana refiere a la exclusión de fuentes
13. Hans Kelsen: Derecho y paz en las relaciones
externas de autoridad del Estado-nación, tanto
internacionales, Fondo de Cultura Económica,
de jure como de facto mientras que la soberanía
México, pp. 103-104.
legal internacional se refiere al reconocimiento
mutuo de los Estados en el sistema internacional. 14. Los tratados de Osnabrück y Münster que
Las características de la formación del Estado- configuran la paz de Westfalia dieron fin a la
nación en el ámbito latinoamericano, como Guerra de los Treinta Años en Europa central y
señala el mismo autor, remiten básicamente al la Guerra de los Ochenta Años entre España y
tercer tipo y, eventualmente al cuarto, en tanto los Países Bajos.
«las estructuras estatales que se desarrollaron en
15. Gareth Evans (2008). The Responsibility to
los Estados surgidos de los imperios español y
Protect. Ending Mass Atrocity Crimes Once and
portugués en el Nuevo Mundo eran compatibles
For All, Brookings Institution Press, Washington,
con el modelo westfaliano» y el ulterior desarrollo
DC, p. 16.
de las naciones latinoamericanas contribuyó a
generar una amplia gama de aportes al derecho 16. Ver Mary Kaldor (2003). «Haz la ley y no la
internacional. Ver Stephen Krasner: «La soberanía guerra: la aparición de la sociedad civil global»
perdurable» en Colombia Internacional Nº 53, en Manuel Castells y Narcís Serra (eds.):
2000, pp. 25-41 y 27-28, y Soberanía, hipocresía Guerra y paz en el siglo XXI. Una perspectiva
organizada, Paidós, Buenos Aires, 2001, p. 253. comparada, Tusquets, Barcelona, pp. 67-98.

6. Andrés Serbin (2010). OEA y Unasur: Seguridad 17. Alex Bellamy (2009). Responsibility to Protect,
regional y sociedad civil en América Latina, Polity Press, Cambridge, p. 16.
Documentos CRIES Nº 14, Cries, Buenos Aires, 18. Claribel De Castro Sánchez (2006). «¿El fin de
2010. la soberanía nacional? El derecho de injerencia
7. Stephen Krasner: «La soberanía perdurable», cit., humanitaria ante los últimos acontecimientos»
p.32. en UNED. Revista de Derecho Nº 1, p. 18.

8. Ibíd., p. 33. 19. Alex Bellamy: ob. cit., p. 14.

9. Ibíd., p. 34. 20. No obstante, es preciso señalar que cumplen


estas normas sólo aquellos Estados que carecen
10. Dados los límites del presente trabajo, no
de capacidad para escapar a las consecuencias
profundizaremos en la discusión conceptual
del incumplimiento del derecho internacional,
y en el debate contemporáneo acerca de lo
mientras que los Estados más poderosos utilizan
que se entiende por regionalismo, para lo cual
su poder para evitar o para actuar fuera del
remitimos a la abundante literatura académica
esquema jurídico-institucional vigente.
existente.
21. Arie Kacowicz (2005). The Impacts of Norms
11. Jorge Heine (2006). «Between a Rock and a Hard
in International Society. The Latin American
Place: Latin America and Multilateralism after
Experience, 1881-2001, University of Notre
9/11» en Edward Newman, Ramesh Thakur
Dame Press, Notre Dame, p. 43.
y John Tirman (eds.): Multilateralism under
Challenge? Power, International Order, and 22. Con la probable excepción de la Guerra del
Structural Change, United Nations University Chaco en 1933-1935 y las guerras entre Ecuador
Press, Tokio-Nueva York-París. y Perú en 1944 y en 1995-1996
-20-
Andrés Serbin

23. Ibíd., pp. 59-63. con la creación de la Comisión Interamericana


de DDHH y la Corte Interamericana de
24. Ver al respecto, por ejemplo, arts. 1, 4 y 170 de la
DDHH. La primera tradición responde a una
Constitución de la República Federativa de Brasil
histórica necesidad de los Estados en formación
<www.acnur.org/ biblioteca/pdf/0507.pdf>;
desde el siglo XIX de privilegiar y defender la
art.2, cap. 1 y art. 4, cap. 2 de la Constitución
soberanía nacional ante cualquier intervención
de la República Oriental del Uruguay (<www.
externa y la segunda, particularmente a partir
parlamento.gub.uy/constituciones/const004.
htm>); art. 2 y art. 155 de la Constitución de la década del 70 del presente siglo, a la
de la República de Paraguay (<http://pdba. necesidad de promover y preservar los derechos
georgetown.edu/constitutions/paraguay/ humanos frente a los regímenes autoritarios
para1992.html>); arts. 1 y 5 de los Principios que proliferaron, hasta la década del 80, en la
Fundamentales y art. 11, Título II, Capítulo 1 de región y que, paradójicamente con frecuencia,
la Constitución de la República Bolivariana de sin embargo, intentaron legitimarse en el marco
Venezuela (<www.gobiernoenlinea.ve/docMgr/ de un Estado de derecho.
sharedfiles/ConstitucionRBV1999.pdf >); art. 27. Ver al respecto Edward Newman, Ramesh Thakur
5, cap. 1 de la Constitución Política de Chile y John Tirman: «Conclusion: Multilateralism
(<www.resdal.org/Archivo/ d000008d.htm>) y Under Challenge or in Crisis?» en Edward
art. 39 y 89 de la Constitución Política de los Newman, Ramesh Thakur y John Tirman
Estados Unidos Mexicanos (<www.cddhcu.gob. (eds.): Multilateralism under Challenge? Power,
mx/ LeyesBiblio/pdf/1.pdf>). Adicionalmente, International Order, and Structural Change, cit.,
muchas de las constituciones mencionadas, sin pp. 531-540.
embargo, incluyen parágrafos especiales con
el compromiso de la nación de promover la 28. En este contexto, desde el fin de la Guerra
integración latinoamericana, como el parágrafo Fría y, en particular, a raíz del incremento de
único del art. 4 de la Constitución de Brasil; art. los conflictos internos en los Estados y de las
6 de la Constitución de Uruguay; y art. 153 de crisis humanitarias consecuentes, como en el
la Constitución de la República Bolivariana de caso de los Balcanes y de Ruanda, la noción
Venezuela, y reconocen, en otros, la normatividad tradicional de soberanía, entra en colisión con
supranacional de los tratados internacionales una nueva noción de soberanía: la noción de
como en el caso de la República de Paraguay soberanía como responsabilidad, que implica
(arts. 137 y 145) y de la Nación Argentina (arts. que el Estado tiene responsabilidades frente
31 y 75, ver <www.cddhcu. gob.mx/LeyesBiblio/ a sus ciudadanos y que el fracaso de un
pdf/1.pdf >). Todas las referencias citadas gobierno en cumplir con esas responsabilidades
remiten a las Constituciones de los países puede legitimar o requerir la interferencia
respectivos que rigen en la actualidad. externa de la comunidad internacional en sus
asuntos internos. Un significativo número
25. Arie Kacowicz: op. cit., p 48.
de las Constituciones actuales de los países
26. En este marco histórico, América Latina latinoamericanos, privilegian, en este sentido, la
se distingue por dos tradiciones jurídicas noción de soberanía del pueblo por encima de la
claramente decantadas. Por un lado, su defensa soberanía del Estado, en tanto este es asumido
de los principios de soberanía nacional y de no como expresión de la voluntad popular.
intervención que, junto con la resolución pacífica
29. Ver Alí Kazancigil (2007). «The Significance of
de disputas, constituyen los pilares de su actuación
Statehood in Global Governance» en Pierre de
en el seno de los organismos internacionales y, en
Senarclens y Alí Kazancigil (eds.): Regulating
especial de la OEA y del sistema interamericano.
Globalization. Critical Approaches to Global
Por otro, por su contribución a la promoción de
Governance, United Nations University Press,
los derechos humanos desde la década del 30
Tokio, 2007, pp. 37-68.
del siglo pasado, y a su articulación tanto en
la Declaración Universal de los Derechos del 30. En este sentido, obviamente no es suficiente con
Hombre y en la creación de la Organización de las remitirse a las Constituciones establecidas en los
Naciones Unidas, como en el marco de la OEA, respectivos países, sino que hace falta establecer
-21-
Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

la consistencia de lo que está escrito y aprobado 35. Ver Andrés Serbin (2010). «La Administración
con lo que en la práctica se desarrolla en las Obama y la agenda hemisférica» en Manuela
dinámicas políticas respectivas. Mesa (coord.): Balance de una década de paz
y conflictos: tensiones y retos en el sistema
31. Ver Andrés Serbin (2010). «De despertares y
internacional, Fundación Cultura de la Paz /
anarquías: avatares de la concertación regional»
Icaria, Madrid, pp. 227-252.
en Foreign Affairs Latinoamérica vol. 10 Nº 3.
36. De los cuales los acuerdos de libre comercio
32. Es importante señalar como precedente que
con Colombia y Panamá siguen a la espera de
la región dispone de un acuerdo «paraguas» de
una aprobación del Congreso de los EEUU.
integración amplio, que remonta a la ALALC
(1960) y su sucesora Aladi, en el marco del 37. Como señala la Cepal, por «regionalismo
Tratado de Montevideo de 1980. Ese hecho se abierto» se entiende un «proceso de creciente
enmarca en la tradición legalista y cepalina de interdependencia económica a nivel regional,
la región sudamericana. impulsado tanto por acuerdos preferenciales
de integración como por otras políticas en un
33. «The route to analyze the coplexities of currenbt
contexto de apertura y desregulación, con el
regional architecture in Latin America is to
objeto de aumentar la competitividad de los
make a distintion between moderate regionalist
países de la región y de constituir en lo posible un
projects bron from resilient models conceived cimiento para una economía internacional más
by the ‘open regionalism’ that prevailed during abierta y transparente». Cepal: El regionalismo
the 1990s, and more radical, counterhegmonic abierto en América Latina y el Caribe, Cepal,
models of integration led by new and deep Santiago de Chile, 1994, p. 8.
transformative institutions». Pía Riggirozzi
(2010). «Crisis, Resilience and Transformation: 38. Hemos analizado este proceso en más detalle en
Regionalism beyond Europe», trabajo presentado Andrés Serbin: «El largo (y difícil) camino hacia
en el seminario «El regionalismo en América del una integración sudamericana» en Consuelo
Ahumada y Arturo Cancino (eds.) (2003).
Sur: ¿globalización desde el Sur o continuación
Comunidad Andina y Mercosur en la perspectiva
de la política nacional por otros medios?»,
del ALCA, Centro Editorial Javeriano, Bogotá,
Buenos Aires, Flacso, 29 de junio de 2010, p.
pp. 15-54.
1.
39. Andrés Serbin (2003). «Desafíos y obstáculos
34. Josette Altmann y Francisco Rojas Aravena (2008).
políticos al ALCA» en Nueva Sociedad Nº 186,
«Introducción. América Latina: dilemas de la
7-8/2003, pp. 86-100.
integración» en Josette Altmann y Francisco Rojas
Aravena (eds.): Las paradojas de la integración en 40. Andrés Serbin: «El largo (y difícil) camino hacia
América Latina y el Caribe, Fundación Carolina una integración sudamericana», cit.
/ Siglo XXI de España, Madrid, 2008, p. XXIV.
41. Eduardo Gudynas (2006). «Comunidad Su-
Esta «sobreoferta» implica una gran presión para
damericana de Naciones» en Revista del Sur Nº
las agendas de los mandatarios, en el contexto de
168, 11-12/2006.
la Diplomacia de Cumbres; genera una sostenida
falta de coordinación; se caracteriza por un débil 42. Declaración de Cusco, Perú, 7 de diciembre de
estructura institucional y, fundamentalmente, 2004. Texto oficial en <www.comunidadandina.
asume plenamente la «regla del consenso» que org>.
«rigidiza los procesos de decisión y posibilita una 43. Ver, por ejemplo, entre otros materiales,
sucesión de vetos cruzados que impiden avanzar Richard A. Dello Buono (editor): Diálogo
de una manera efectiva» que afecta similarmente Sudamericano: otras integración es posible,
las características del multilateralismo Consejería en Proyectos, Lima, 2006; el
latinoamericano, en Francisco Rojas Aravena documento «Otra integración es posible»
(2009). Integración en América Latina: acciones aprobado por un conjunto de organizaciones
y omisiones, conflicto y cooperación. IV Informe y movimientos sociales durante el Foro Social
del Secretario General de Flacso, Flacso, San José de las Américas realizado en Caracas en enero
de Costa Rica. del 2006, y Andrés Serbin: «El gran ausente:
-22-
Andrés Serbin

ciudadanía e integración regional» en Josette Documentación Chile Latinoamérica (FDCL),


Altmann y Francisco Rojas Aravena (eds.): Las Berlín, abril de 2007.
paradojas de la integración en América Latina y
52. Andrés Serbin (2007). «Entre Unasur y ALBA:
el Caribe, cit., pp. 223-224.
¿otra integración (ciudadana) es posible?» en
44. Claudio Katz (2006). El rediseño de América Manuela Mesa (coord.): Paz y conflictos en el siglo
Latina. ALCA, Mercosur y ALBA, Ediciones XXI: tendencias globales, Fundación Cultura de
Luxembourg, Buenos Aires. Paz / Editorial Icaria, Madrid, pp. 183-207.

45. Claudio Katz: ob. cit., pp.36-37. 53. «La Unión de Naciones Sudamericanas tiene
como objetivo construir, de manera participativa
46. Texto oficial del Programa de Acción en <www.
y consensuada, un espacio de integración y unión
comunidadandina.org>.
en lo cultural, social, económico y político entre
47. Noemí Mellado (2006). «Desafíos que plantea la sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo
Comunidad Sudamericana de Naciones. Entre político, las políticas sociales, la educación, la
transformaciones y continuidades» en Aportes energía, la infraestructura, el financiamiento
para la Integración Latinoamericana año XII Nº y el medio ambiente, entre otros, con miras a
14, 7/2006, pp. 80-81. eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr
la inclusión social y la participación ciudadana,
48. Hemos analizado más en detalle estos liderazgos
fortalecer la democracia y reducir las asimetrías
regionales y el de México en el marco del
en el marco del fortalecimiento de la soberanía
vacío geopolítico creado por la priorización de
y la independencia de los Estados», Art. 2,
otras áreas por parte de la política exterior de
Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones
EEUU, en Andrés Serbin: «Tres liderazgos y un
Sudamericanas, <www.comunidadandina.org/
vacío: América Latina y la nueva encrucijada
unasur/tratado_constitutivo.htm>.
regional», en Manuela Mesa (coord.)(2008).
Escenarios de crisis: Fracturas y pugnas en el 54. Los órganos que rigen la Unasur son el Consejo
sistema internacional, Fundación Cultura de Paz de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno; el
/ Editorial Icaria, Madrid, 2008, pp. 141-157. Consejo de Ministras y Ministros de Relaciones
Exteriores; el Consejo de Delegadas y Delegados,
49. Como señala Segrelles Serrano, «Para Brasil, dado
y la Secretaría General. La Presidencia del
que posee una industria notable y diversificada y
organismo se ejerce pro tempore sucesivamente
la economía con mayor proyección internacional
por cada uno de los Estados miembros, en
en la región, encontrar un lugar en el mundo
orden alfabético, y la Secretaría General es
supone una negociación donde la fuerza relativa
la encargada de ejecutar los mandatos que le
es decisiva. De ahí su apuesta categórica por la
confieren los órganos de la Unasur y de ejercer
integración (...), siempre con el objetivo último
de promover su inserción internacional como su representación.
potencia de tipo medio y de asumir una posición 55. José Antonio Sanahuja (2010). «La construc-
de liderazgo económico y político en América ción de una región: Sudamérica y el regiona-
Latina». José Antonio Segrelles Serrano (2006). lismo posliberal» en Manuel Cienfuegos y José
«Los recientes procesos de integración regional Antonio Sanhauja (eds.): Una región en con-
de América del Sur: ALCA, ALBA y CSN» en strucción. Unasur y la integración en América
Aportes para la Integración Latinoamericana año del Sur, Fundación CIDOB, Barcelona, p. 102.
XII Nº 14, 7/2006, p. 115.
56. El ALBA comienza a materializarse, a partir
50. Así como también del Grupo de los Tres, un de la previa firma del tratado de cooperación
acuerdo de libre comercio entre Venezuela, entre Cuba y Venezuela en 2004, con la firma
Colombia y México. del «Tratado de Comercio entre los Pueblos»
(TCP) entre estos dos países y Bolivia, en abril
51. Thomas Fritz (2007). ALBA contra ALCA.
del 2006. Posteriormente, el presidente de
La Alternativa Bolivariana para las Américas:
Nicaragua Daniel Ortega, suma a este país al
una nueva vía para la integración regional en
ALBA en enero del 2007, y el recientemente
Latinoamérica, Centro de Investigación y
electo presidente de Ecuador Rafael Correa
-23-
Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

expresa asimismo su intención de adherirse. en Diana Tussie y Pablo Trucco (eds.): ob. cit.,
Asimismo se suman progresivamente los pp. 447-542.
Estados insulares caribeños de St. Kitts y
62. Juan Claudio Epsteyn: «Brasil: el escenario
Nevis, St. Vincent y Dominica. El 28 de abril
regional como complemento al escenario global»
de 2007, como parte de la declaración final de
en Diana Tussie y Pablo Trucco (eds.): ob. cit.,
la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno
pp. 109-202.
del ALBA y del Tratado de Comercio de los
Pueblos (ALBA-TCP), se estableció el Consejo 63. Baste mencionar las dos visitas de George W.
de Presidentes del ALBA, como una estructura Bush a Brasil en los tres últimos años de su
permanente del organismo que incluye una mandato, los reiterados contactos del Lula con
Secretaría y un Consejo de Movimientos Obama y la reciente firma, en abril de 2010, de
Sociales. Posteriormente se incorporaron a este acuerdo bilateral de defensa entre Brasil y EEUU,
esquema Ecuador y Honduras. Este último para ilustrar el grado de interlocución entre
país, sin embargo, se retiró del organismo por Brasilia y Washington en el ámbito hemisférico,
una decisión del gobierno de facto que depuso en comparación con las menos relevantes
al presidente Zelaya en junio de 2009. relaciones de otros países de Sudamérica.

57. Ver al respecto Carlos A. Romero (2006). Jugando 64. Como señala un análisis reciente: «La relación
con el globo. La política exterior de Hugo Chávez, con el régimen venezolano es (más) complicada
Ediciones B, Caracas; Michael Schifter (2007). porque incorpora elementos contradictorios
«Hugo Chávez. Un desafío para la política del interés nacional brasileño. La presencia
exterior de los EEUU», Informe Especial del de Venezuela en Mercosur ofrece grandes
Diálogo Interamericano, Washington, DC, atractivos comerciales. Al mismo tiempo,
marzo de 2007. Ver también el análisis de la introduce un factor de discordia al grupo en
«sudamericanización» de la política exterior la medida que el presidente Chávez pretende
de Venezuela en Andrés Serbin: «Venezuela: el convertirlo en una plataforma para promover
escenario regional como (un deseo de un) único su política internacional. El carácter autoritario
escenario» en Diana Tussie y Pablo Trucco (eds.) y estatizante de la Revolución Bolivariana
(2010). Nación y Región en América del Sur, resulta inaceptable para amplios sectores de la
Teseo/LATn/Flacso, Buenos Aires, 2010, pp. coalición gubernamental, el sector empresarial
447-542. y la sociedad civil de Brasil». Rodrigo Botero
Montoya (2007). «La agenda latinoamericana
58. Josette Altmann Borbón (2006). «Integración en
de Brasil» en El Colombiano, 1/3/2007.
América Latina: Crisis de los modelos regionales
y ausencia de certidumbres» en Francisco Rojas 65. Andrés Serbin: «Entre Unasur y ALBA: ¿otra
Aravena y Luis Guillermo Solís (coord.): La integración (ciudadana) es posible?», cit.
integración latinoamericana. Visiones regionales
66. José Antonio Sanahuja: «Estrategias regionalistas
y subregionales, Juricentro / Obreal / Flacso, San
en un mundo en cambio: América Latina y la
José de Costa Rica, pp. 314-315.
integración regional» en Celestino del Arenal y
59. Carlos Oliva (2007). «El ALBA y la CSN: entre José Antonio Sanahuja (coords.): ob. cit.
la concertación y la confrontación. Algunos
67. Declaraciones del Viceministro de Relaciones
apuntes para el debate», ponencia presentada en
Exteriores de la República Bolivariana de
el seminario regional Paradigmas de la integración
Venezuela Rodolfo Sanz en <www.mci.gob.
en América Latina y el Caribe, Santo Domingo,
ve>.
CRIES / Fundación Friederich Ebert, 20 de abril
de 2007. 68. Anna Ayuso (2010). «Integración con equidad:
instrumentos para el tratamiento de las
60. Josette Altmann Borbón: «Integración en
asimetrías en América del Sur» en Manuel
América Latina: Crisis de los modelos regionales
Cienfuegos y José Antonio Sanhauja (eds.):
y ausencia de certidumbres», cit., p. 313
Una región en construcción. Unasur y la
61. Ver Andrés Serbin: «Venezuela: el escenario integración en América del Sur, Fundación
regional como (un deseo de un) único escenario» Cidob, Barcelona, p. 171.
-24-
Andrés Serbin

69. Ibíd., p. 172. ¿globalizando desde el Sur o continuación de


la política nacional por otros medios?», Buenos
70. Pascal Olivier Girot: «Recursos naturales, medio
Aires, Flacso, 29 de junio de 2010.
ambiente y diversidad: la contribución, las
responsabilidades y las demandas de América 82. Jordi Bacaria Colom: ob. cit., p. 268.
Latina» en Celestino del Arenal y José Antonio 83. Pascal Girot: ob. cit., p. 308
Sanahuja (coords.): op. cit., pp. 316.
84. Thomas Fritz (2007). ALBA contra ALCA.
71. Klaus Bodemer: «Integración energética La Alternativa Bolivariana para las Américas:
en América del Sur: ¿eje de integración o una nueva vía para la integración regional en
fragmentación?» en Manuel Cienfuegos y Latinoamérica, Centro de Investigación y
José Antonio Sanhauja (eds.): Una región en Documentación Chile Latinoamérica (FDCL),
construcción. Unasur y la integración en América Berlín, abril de 2007.
del Sur, cit., p. 200.
85. Gilberto Rodrigues y Thiago Rodrigues (2010).
72. Ricardo Sennes y Paula Pedroti (2008). «Entre «A União das Nações Sul-Americanas (Unasul)
la geopolítica y la geoeconomía: la energía en e os novos temas da agenda regional de paz e
las relaciones latinoamericanas» en Ricardo segurança: papéis e mecanismos de participação
Lagos (comp.): América Latina: ¿integración o da sociedade civil», trabajo presentado en el
fragmentación?, Edhasa, Buenos Aires, p. 529. seminario «Multilateralismo, sociedad civil y
73. Como señalan los mismo autores, «La tenden- prevención de conflictos», Buenos Aires, CRIES
cia al nacionalismo ha tenido tres efectos per- / CARI, 27 y 28 de julio de 2010.
versos: 1) la inclinación hacia la construcción 86. Andrés Serbin (2010). OEA y Unasur: Seguridad
de modelos energéticos poco eficientes, 2) la regional y sociedad civil en América Latina,
definición de estrategias que, en forma par- Documentos CRIES Nº 14, CRIES, Buenos
adójica, resultan vulnerables a las variaciones Aires, p. 37.
del contexto internacional o regional; 3) la ac-
87. José Antonio Sanahuja: «La construcción de
ción contraria a la integración regional», con la
una región: Sudamérica y el regionalismo
probable excepción de Petrobrás. Ibíd., pp. 545
posliberal», cit., p. 112.
y 556 (nuestro énfasis).
88. Ibíd., p. 114.
74. Ibíd., p. 560.
89. Alcides Costa Vaz y Francine Jácome (2009).
75. Elsa Cardoso (2006). Integración energética «El Consejo de Defensa Sudamericano: Retos
y gobernabilidad en la región andina, Ildis, para la cooperación en seguridad y defensa en
Caracas, p. 13. Sudamérica», Policy Paper FES Nº 26, Programa
76. Ricardo Sennes y Paula Pedroti: op. cit., p. 559. de Cooperación en Seguridad Regional, FES,
febrero de 2009, p. 5.
77. Wilson Nerys Fernández: «La integración física
y la viabilidad del IIRSA» en Manuel Cienfuegos 90. Paradójicamente, en agosto de 2009, Colombia
y José Antonio Sanahuja (eds.): ob. cit., pp. 224 generó la primera crisis que tuvieron que
y 235. enfrentar la Unasur y el CSD, ante el acuerdo
establecido para instalar personal estadounidense
78. Ibíd, p. 237.
en bases ubicadas en territorio colombiano.
79. Ibíd, p. 239
91. Gilberto Rodrigues y Thiago Rodrigues: ob.
80. Jordi Bacaria Colom: «Fines integracionistas y cit.
posibilidades financieras del Banco del Sur» en
92. Es revelador al respecto, el listado de temas a
Manuel Cienfuegos y José Antonio Sanahuja
abordar por los Estados Miembros de la CEALC
(eds.): ob. cit., p. 268.
en formación, sobre la base de la convergencia
81. Ernesto Vivares (2010). «The Changing Regional entre el Grupo Río y las Cumbres de América
Governance of Financing Development: the Latina y el Caribe (CALC), en la declaración
Southern Bank», trabajo presentado en el final de la Cumbre de la Riviera Maya, México,
seminario «El regionalismo en América del Sur: el 23 de febrero de 2010, que incluye como temas
-25-
Regionalismo y soberanía nacional en América Latina: Los nuevos desafíos

prioritarios la cooperación entre los mecanismos Visiones regionales y subregionales, Juricentro


regionales y sub regionales de integración; el / Obreal / Flacso, San José de Costa Rica,
tratamiento de asuntos económicos vinculados a 2006; Ricardo Lagos (comp.): América Latina:
la crisis financiera internacional y al comercio; los ¿integración o fragmentación?, Edhasa, Buenos
temas de energía, integración en infraestructura Aires, 2008; Francisco Rojas Aravena: Integración
física (incluyendo el intercambio entre el proyecto en América Latina: acciones y omisiones, conflicto
Mesoamérica y el Consejo de Infraestructura y y cooperación. IV Informe del Secretario General
Planeamiento de Unasur, que incorpora la de Flacso, Flacso, San José de Costa Rica.
IIRSA), ciencia y tecnología, desarrollo social
96. Laurence Whitehead: «Navigating in a Fog:
(programas sociales y erradicación del hambre y
Metanarratives in the Americas Today» en
de la pobreza; seguridad alimentaria y nutricional;
Andrew Cooper y Jorge Heine (eds.): op. cit.,
educación, salud y servicios públicos, y cultura),
pp. 27-49.
migración, desarrollo sostenible, cambio
climático, desastres naturales, derechos humanos 97. La caracterización de regionalismo anárquico
(que incluye en el punto 72 el compromiso que le atribuye Hirst incluye el rechazo a la
con la Declaración Universal de los Derechos idea de gobierno y, consecuentemente, de
Humanos y con los instrumentos jurídicos una gobernabilidad efectiva; el rechazo a la
internacionales tanto de derechos humanos construcción de instituciones efectivas, sólidas
como de derecho internacional humanitario), y sostenibles; el énfasis en la libertad que
asuntos de seguridad (que adicionalmente a los repudia la intervención externa, aduciendo
temas de desarme, confianza mutua, solución razones históricas, en un mundo complejo e
pacífica de los conflictos, promoción de una inter-dependiente; el desarrollo espontáneo y
zona de paz y lucha contra el narcotráfico poco planificado a través de medidas y políticas
y el terrorismo, señala explícitamente en su ad hoc; la promoción de la no violencia y la
punto 79 que «La paz en nuestra región está paz, y el rechazo a la posibilidad de desarrollar
profundamente ligada al respeto a los principios liderazgos regionales efectivos, sean estos los
de la libre determinación de los pueblos, la que marcan la actual competencia entre Brasil
no intervención en los asuntos internos de los y la Venezuela Bolivariana, o la rivalidad entre
Estados, la solución pacífica de las controversias, EEUU y Brasil, ambas definidas por una especie
la proscripción de la amenaza o del uso de la de empate técnico en la región, sin mencionar
fuerza, la igualdad jurídica de los Estados y la la ambigüedad histórica de México frente a
cooperación internacional para el desarrollo»), y la misma, en Mónica Hirst (2009). «América
como tema final destaca la cooperación Sur-Sur Latina: méritos del regionalismo anárquico»
y la necesidad de impulsarla. en Clarín (Buenos Aires), 10/5/2009, <http://
93. Como señalan Cooper y Heine «anxiety about clarin.com/diario/2009 / 10/05/opinión/0-
US coercive power –wether it is acting alone 02012303.htm>.
or throgh proxies – remain implanted in the 98. Por otra parte, es de señalar que la mayoría de las
collective mentality of the region». Andrew cumbres, foros y organizaciones multilaterales
Cooper y Jorge Heine: «Introduction – The producen un ingente volumen de acuerdos y
Effect of National and Global Forces on the decisiones, cuyo seguimiento e implementación
Americas: Tsunami, Tornado or Just a Mild sólo se cumple en una limitada proporción. Las
Breeze?» en Andrew Cooper y Jorge Heine (eds.) iniciativas ad hoc, a su vez, si bien en muchos
(2009). Which Way Latin America? Hemispheric casos logran alcanzar sus propósitos inmediatos,
Politics Meets Globalization, United Nations no se articulan con una visión y una estrategia
University, Tokio, p. 303.
a largo plazo en función de los intereses del
94. Ver Andrés Serbin (2010). «Obama y América conjunto de la región o del grupo de Estados
Latina y el Caribe: a más de un año después» en miembros respectivos.
Pensamiento Propio Nº 31, 1-7/2010.
99. Ver al respecto Ricardo Arredondo (2009). «La
95. Ver Francisco Rojas Aravena y Luis Guillermo Solís responsabilidad de proteger: una visión desde el
(coord.)(2009). La integración latinoamericana. Sur» en Agenda Internacional Nº 19, pp. 24-39, y
-26-
Andrés Serbin

«La responsabilidad de proteger: de la noción a la


acción» en Pensamiento Propio Nº 29, 1-6/2009,
pp. 185-208.

100. Ver Andrés Serbin (2010). «¿Un boom del


miltilateralismo latinoamericano? Factores
condicionantes y rasgos distintivos» en Laneydi
Martínez, Haroldo Ramazzini y Marina Vásquez
(eds.): Anuario de la integración de América
Latina y el Gran Caribe, CRIES, Buenos Aires.

-27-
Coordinadora Regional de Investigaciones
Económicas y Sociales (CRIES)

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