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REVISTA

de la.

CEPAL
NUMERO 61
ABRIL 1997
SANTIAGO DE CHILE

OSCAR ALTIMIR
Director

EUGENIO LAHERA
Secretario Técnico

NACIONES UNIDAS
REVISTA DE LA CEPAL 61

S U M A R I O

Tres formas de coordinación social


Norbert Lechner

Brechas sociales en Colombia 19


Juan Luis Londoño de la Cuesta

Los Estados Unidos al rescate: la asistencia financiera a México


en 1982 y 1995 39
Nora Lustig

El régimen de convertibilidad y el sistema bancário en la Argentina 63


Alfredo F. Calcagno

Exportaciones de manufacturas: desafíos para las pequeñas


economías de América Latina 91
Rudolf M. Buitelaar, Pitou van Dijck

¿Por qué las inversiones en el transporte público no reducen la


congestión de tránsito urbano? 107
Ian Thomson

Notas sobre la medición de la pobreza según el método del ingreso 119


Juan Carlos Feres

La política fiscal y el ciclo económico en Chile 135


Carlos Budnevich, Guillermo Le Fort

Evaluación de la política de bienes de capital en la Argentina 149


Pablo Sirlin

Reestructuración de los grupos industriales brasileños


entre 1980 y 1993 167
Ricardo M. Ruiz

Reestructuración productiva y cambio territorial: un segundo


eje de industrialización en el norte de México 187
Tito Alegría, Jorge Carrillo, Jorge Alonso Estrada

Publicaciones recientes de la CEPAL 206

ABRIL 1997
REVISTA DE LA CEPAL 61 7

Tres formas
de coordinación social

Norbert Lechner

Profesor-Investigador, La modernización conlleva un acelerado proceso de diferen-


Facultad Latinoamericana
ciación que incrementa el dinamismo de la sociedad, pero que
de Ciencias Sociales,
también agudiza los fenómenos de disgregación y fragmenta-
Sede Académica de México
ción. Las dos caras del proceso generan incertidumbre y un
sentimiento de desamparo. El halo protector del Estado se des-
vanece al mismo tiempo que la noción misma de sociedad se
hace vacua. Cunde el malestar; un malestar que tiende a atri-
buir al "mal gobierno" la responsabilidad de todos los males.
Los desajustes de la vida social aparecen como la consecuen-
cia directa de la ineficiencia política. Mas la ansiedad por
abordar los (evidentes) problemas de gobernabilidad puede
ocultarnos las condiciones específicas. En nuestros días, ¿cuál
es el contexto estructural en que se plantea la gobernabilidad
democrática de la sociedad latinoamericana? Tal vez debamos
echar un paso atrás y preguntarnos en qué forma la sociedad
asegura cierta coordinación básica entre los diferentes proce-
sos y actores (individuales y colectivos) que la integran. Plan-
teado así, el interrogante apunta a una reconstrucción teórica
de gran envergadura. Se trata, en el fondo, de reconceptualizar
la coordinación social en las nuevas condiciones; pero antes es
preciso situar el problema de la coordinación social en el con-
texto actual. Las siguientes notas sólo buscan esbozar a gran-
des rasgos un panorama que permita vislumbrar la coordina-
ción como un problema crucial en la actual reorganización de
las sociedades latinoamericanas.

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8 REVISTA DE LA CEPAL 61 • ABRIL 1997

I
La coordinación política

En la época moderna, la instancia privilegiada de co- ii) jerárquica: las decisiones son tomadas y comu-
ordinación social ha sido el Estado. La idea clásica del nicadas por las autoridades políticas o administrativas
Estado, influyente hasta nuestros días, se basa en la so- legítimas a través de los procedimientos legales esta-
beranía. Podemos distinguir la soberanía externa del blecidos;
Estado (garantiza la unidad nacional respecto al siste- iii) pública: la coordinación política remite (como
ma internacional de Estados) y la soberanía interna fundamento y destinatario) a la ciudadanía y su ejer-
(asegura la cohesión al interior de la sociedad). Al cicio en el ámbito público;
margen de los criterios constitucionales, la soberanía iv) deliberada: la coordinación responde a propó-
estatal presupone dos rasgos fundamentales: i) una sitos y criterios fijados de antemano.
distinción clara entre Estado y sociedad y ii) la cen- Hasta el día de hoy nuestra concepción de la co-
tralización del poder en el Estado como instancia ordinación social se encuentra marcada por la forma
decisoria del ordenamiento social. El Estado representa específica de la coordinación política. Ahora bien, el
una estructura de dominación legítima en tanto es re- poder estatal de regulación legal nunca ha sido la úni-
conocido como la autoridad máxima que tiene el mo- ca forma; paralelamente, también el dinero y el cono-
nopolio de tomar decisiones vinculantes para toda la cimiento operan como mecanismos de coordinación.
población y, de ser necesario, imponerlas mediante san- Otras áreas como la religión, la ética o la cultura igual-
ciones. Sobre la base de su posición como centro je- mente contribuyen de manera indirecta. Sin embargo,
rárquico de la sociedad, el Estado articula la vida so- en la medida en que el Estado deviene la instancia
cial mediante una coordinación política. principal de coordinación, algunas dimensiones de la
¿Cómo opera la coordinación política? Ella se coordinación política se vuelven criterios generales.
apoya desde luego en la existencia de una administra- Así, la idea común de coordinación suele aludir a tres
ción pública y, por supuesto, en el derecho (tanto el dimensiones implícitas en la coordinación política:
cuerpo de leyes como la administración de justicia); i) la regulación, en tanto ordena legalmente las
pero también actúa a través de la política económica e relaciones entre diferentes procesos y actores y resuel-
incluso de la educación (socialización escolar de nor- ve posibles conflictos;
mas, conocimientos y hábitos compartidos). Mediante ii) la representación, en tanto representa las ideas
tales mecanismos el Estado articula y sintetiza la di- predominantes acerca del orden social, ofreciendo una
versidad social en un conjunto más o menos coheren- imagen simbólica de la "unidad" de la vida social me-
te. En términos generales, la coordinación política se diante la cual los diferentes actores se sienten perte-
caracteriza por ser: necientes a una misma sociedad;
i) centralizada: el Estado es el único núcleo rec- iii) la conducción, en tanto encauza las diferen-
tor o, por así decirlo, el vértice de la pirámide societal cias sociales en una perspectiva compartida respecto
desde la cual se ordena el conjunto de procesos socia- al futuro.
les; A la par con la conformación del Estado ha sido
acotada y especificada su función coordinadora. Con-
ceptos como estado de derecho y estado de bienestar,
D Este artículo recoge una ponencia presentada en el coloquio con- así como las teorías de la democracia y del pluralis-
memorativo del 35° aniversario del CENDES, Caracas, 9 a 11 de oc-
tubre de 1996; el texto es parte del proyecto "Reforma del Estado:
mo, van configurando e interpretando el alcance de la
las nuevas dinámicas de la coordinación social" que llevo a cabo en coordinación política. Estas breves alusiones serán
conjunto con René Millán y Francisco Valdés. Me he apoyado en suficientes para vislumbrar la determinación teórica.
la excelente obra de Dirk Messner Die Netzwerkgesselschaft (La
Para conocer el alcance práctico de la coordinación
sociedad de redes), que lleva como subtítulo "Desarrollo económi-
co y competitividad internacional como problema de la conducción política remito a la institución más conocida: la plani-
social" y que me parece sumamente instructiva tanto para quienes ficación. A raíz de la crisis de 1929 y la "economía
realizan una reflexión teórica sobre la reforma del Estado como de guerra", incluso en sociedades con economías de
para quienes elaboran reformas concretas de segunda generación
(véase Messner, 1995). Asumo, por supuesto, la responsabilidad mercado parecía factible y deseable un "capitalismo or-
exclusiva por el esquema que presento. ganizado", donde la coordinación estatal controlara las

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irracionalidades del mercado. Tal intervención cas específicas y que, por lo tanto, el manejo político
racionalizadora del Estado depende, sin embargo, de de las variables económicas se encuentra restringido;
ciertas condiciones. Presupone una realidad social de ii) una crisis de legitimidad: la polarización ideo-
escasa complejidad (para que las normas abstractas lógica de aquellos años señala una profunda división
sean aplicables); una cadena de causalidad simple y de la sociedad acerca del orden social deseado;
directa (para poder influir sobre los destinatarios); el iii) una crisis de motivación: el conflicto políti-
acceso a toda la información relevante (para poder co-ideológico debilita la identificación con el Estado
presumir que las indicaciones son correctas) y, final- y, por ende, la disposición a obedecer sus indicacio-
mente, una ejecución obediente de las medidas (o sea, nes.
sin requerir iniciativas propias del ejecutor o su iden- La función coordinadora del Estado se encuentra
tificación con las metas). Se puede hablar de un "pa- en entredicho no sólo en América Latina. También en
radigma de la planificación racional" que descansa Europa muestra más y más deficiencias. En los años
sobre tres supuestos: i) metas inequívocas y claramente setenta las esperanzas depositadas en la planificación
priorizadas, medios inequívocos y claramente atribui- y en la "mano invisible política" del pluralismo se di-
dos y una causalidad también inequívoca; ii) criterios luyen. Se observa, por el contrario, una situación pa-
claros —rentabilidad, eficacia, eficiencia— para deter- radójica: una creciente demanda de intervención esta-
minar y evaluar el cumplimiento de las metas fijadas; tal provoca una sobrerregulación de la vida social a la
y, sobre todo, iii) el supuesto de que una pluralidad de vez que, por otro lado, traslada al Estado una sobre-
acciones racionales individuales se agrega sin fisuras carga de exigencias.1 La concepción de una coordina-
ni lagunas en un resultado final racional y óptimo ción integral o planificación global de la sociedad se
(Messner, 1995, p. 89). desmorona a la vez que surgen dudas acerca de la
En América Latina, la coordinación política ha gobernabilidad democrática. También fórmulas más
tenido su expresión más nítida en el Estado desarro- suaves como el neocorporatismo, basado en el reco-
llista de los años sesenta. Podemos caracterizar esta nocimiento de que los principales intereses organiza-
forma de Estado por la articulación de tres ejes: i) el dos (empresarios y sindicatos) han de colaborar en
Estado como motor del desarrollo económico, fomen- cualquier intento efectivo de coordinar el proceso eco-
tando un proceso de industrialización sustitutiva de las nómico, dejan ver sus limitaciones. Por doquier la
importaciones; ii) la afirmación del Estado como re- coordinación jerárquica por parte del Estado comien-
presentante de la nación, extendiendo la ciudadanía za a enfrentar serios obstáculos a raíz de:
(política y social) a los sectores sociales hasta enton- i) problemas de implementación: las instancias
ces marginados, y iii) la racionalización de la interven- estatales no logran ejecutar adecuadamente los progra-
ción activa del Estado en nombre de un proyecto de mas políticos, ya sea porque las estructuras institucio-
modernización. En este marco los países latinoameri- nales no son aptas, ya sea porque las instancias inter-
canos crean instrumentos especiales de planificación medias distorsionan la comunicación;
con el fin de coordinar los distintos aspectos del desa- ii) problemas de motivación: los destinatarios
rrollo socioeconómico. rehusan obedecer, sea porque los actores sociales de-
En un análisis retrospectivo resulta más fácil ver mandan mayor autonomía o porque hay intereses or-
los méritos y fracasos del Estado desarrollista en ganizados con un relativo "poder de veto";
América Latina. Habiendo sido la respuesta adecuada iii) problemas de conocimiento: hay una falta de
a la realidad (nacional e internacional) posterior a la información acerca de los contextos y las dinámicas
segunda guerra mundial, pronto se revelan sus contra- sobre los cuales se pretende influir;
dicciones internas. Tal vez el quiebre de la democra- iv) problemas de complejidad: a raíz de la crecien-
cia chilena en 1973 sea la expresión más dramática de te diferenciación y complejidad de la realidad social
sus límites, pues en ese entonces explota un conjunto el instrumental político disponible resulta ineficiente.2
de problemas que en los años siguientes afectarán en
mayor o menor medida a los demás países de la re-
gión. En términos habermasianos podemos constatar:
i) una crisis de racionalidad: la recurrente crisis 1
Messner, 1995, p. 144. El diagnóstico inicial data del conocido
fiscal (agravada por la crisis de la deuda externa a informe de la Comisión Trilateral, Crozier/Huntington/Watanuki,
1975.
comienzos de los años ochenta) indica que las diná- 2
Messner, 1995, pp. 90 y siguientes, citando investigaciones de
micas de la política y de la economía obedecen a lógi- Renate Mayntz.

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El alcance cada vez más restringido de la inter- pacidad de presionar y "colonializar" la intervención
vención estatal indica un debilitamiento de la sobera- estatal y también por la expansión de motivaciones
nía tanto externa como interna del Estado. Externamen- individualistas que socavan el sentido comunitario, es
te, el Estado nacional ve disminuida su soberanía de decir, los recursos ético-normativos en que se basaba
cara a la globalización, especialmente por la gran au- la coordinación política (Messner, 1995, pp. 121 y si-
tonomía de las corrientes financieras internacionales y guientes). A fines de los años setenta y definitivamen-
la gravitación de las instancias supranacionales. Inter- te con el colapso financiero de 1982 se hace patente
namente, la centralidad del Estado se encuentra cues- el agotamiento del "modelo estadocéntrico". Es en este
tionada por la nueva complejidad de la vida social, por contexto que la ofensiva neoliberal propone e impone
el auge de múltiples actores socioeconómicos con ca- una nueva forma de coordinación social.

II
La coordinación social mediante el mercado
El éxito del neoliberalismo responde a la decepción ge- i) descentralizada: supone que la diferenciación de
neralizada acerca de la coordinación política. Desde fi- la sociedad conlleva la abolición no sólo de un centro
nales de los años setenta la estrategia neoliberal denun- único, sino de cualquier centro;
cia los efectos paradójicos de la acción estatal —por ii) privada: la coordinación ya no remite a la ciu-
provocar un bloqueo del desarrollo social en lugar de dadanía y, por tanto, a alguna idea de "bien común",
fomentarlo—, a la par que impulsa un conjunto de me- sino a la relación entre individuos en tanto propieta-
didas (liberalización de los mercados, desregulación, rios privados;
privatización, descentralización administrativa) desti- iii) horizontal: el debilitamiento de la jerarquía es
nadas a fortalecer el papel del mercado. En vista de las radicalizado al punto de negar toda relación de domina-
crecientes insuficiencias de la coordinación política, el ción, sustituyéndola por una secuencia de acuerdos
neoliberalismo —al menos en su discurso ideológico— entre iguales acerca de intercambios entre equivalen-
pretende hacer del mercado el principio exclusivo de tes;
coordinación social. Subyacente a esta "revolución iv) no intencionada: tomando al mercado por un
silenciosa" encontramos una concepción diferente del paradigma del equilibrio espontáneo de intereses, la
orden. Retomando la inspiración liberal que concebía coordinación social es concebida como el resultado no
la sociedad "como resultado de la acción humana, pero intencionado, automático, de la interacción social.
no como ejecución de algún diseño humano" La estrategia neoliberal tiene éxito en tanto ajus-
(Ferguson, 1767), la propuesta neoliberal entiende el te estructural de los países latinoamericanos a las nue-
orden social como un orden autoorganizado y vas condiciones nacionales (diferenciación) e interna-
autorregulado. Por consiguiente, en lugar de contrarres- cionales (globalización), mas fracasa en su propósito
tar las tendencias centrífugas de una sociedad diferen- fundamental de reorganizar la coordinación social en
ciada mediante una coordinación central pretende, por torno a la racionalidad del mercado. Conviene recor-
el contrario, eliminar toda interferencia política que dar una vez más la paradoja neoliberal: en los hechos,
distorsione las "leyes del mercado" como mecanismo una estrategia dedicada a desmantelar la intervención
automático de equilibrio. estatal sólo tiene éxito allí donde se apoya en una fuerte
A pesar de que el objetivo declarado del discurso intervención política. Es el caso de Chile bajo Pinochet,
neoliberal apunta a una reorganización radical de la so- pero también de México bajo Salinas, Argentina bajo
ciedad, en los hechos las reformas operan primordial- Menem o Perú bajo Fujimori. En todos estos casos es
mente como correctivo de la intervención estatal. No notorio que la modernización económica depende de
obstante, conviene distinguir bien las dos formas de manera decisiva del protagonismo presidencial. Este
coordinación con el fin de apreciar los problemas plan- nuevo "decisionismo" no es mero reflejo del régimen
teados. A diferencia de la coordinación política, la presidencialista. El Poder Ejecutivo adquiere tal gra-
coordinación a través del mercado se caracteriza por vitación porque la coordinación horizontal que efec-
ser: túa el mercado es parcial. En efecto, el buen funcio-

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namiento del mercado depende a su vez de la institu- de que ya no exista una moral única, vinculante para
cionalidad social y política. todos, pone de relieve las exigencias de un reconoci-
En pocos años el intento de coordinar la vida miento recíproco en las relaciones sociales. En reali-
social por medio del mercado deja algunas experien- dad, la autonomía individual en la formulación de pre-
cias importantes. En primer lugar, los países latinoa- ferencias y decisiones se encuentra relativizada por el
mericanos aprenden rápidamente que el mercado mun- entorno sociocultural y, en concreto, por las identida-
dial —principal referente del ajuste estructural— ope- des colectivas. Por eso, la dimensión simbólica de la
ra conforme al paradigma de la "competitividad sis- coordinación es de gran relevancia. El mercado, en
têmica".3 Esto significa que la competitividad interna- cambio, no ofrece ni un imaginario colectivo acerca del
cional no valora tanto la ventaja comparativa de uno u orden existente ni un horizonte de futuro. Es decir, la
otro factor económico como la capacidad de organi- coordinación mediante el mercado no asume dos di-
zación y gestión que tenga un país para combinar un mensiones típicas de la coordinación política: la repre-
amplio conjunto de factores económicos y no econó- sentación y la conducción.
micos. "El mundo productivo regido por el nuevo pa- A comienzos de los años noventa se pueden sa-
radigma se caracteriza por la importancia de la tecno- car dos lecciones básicas de los procesos de moderni-
logía, cuyo desarrollo y consecuencias se realizan en zación en América Latina. Por un lado, la estrategia
el largo plazo. En ese marco, el mantenimiento de la que predomina da lugar a una impresionante expansión
eficiencia depende de que se establezcan estrategias de la sociedad de mercado, la cual genera un dinamis-
con un amplio horizonte temporal, así como mecanis- mo social inusitado en la región. La sociedad latinoa-
mo colectivos capaces de aminorar los altos niveles de mericana adquiere un grado tal de complejidad que ya
incertidumbre correspondiente" (Pérez, 1996, p. 363). no es posible pensar en una instancia central de coor-
Requiere pues una articulación deliberada de muy di- dinación social. Simultáneamente empero, el mismo
versos actores en torno a un "consenso estratégico avance de la modernización y la consiguiente diversi-
colectivo"; o sea, una intervención activa que rebasa ficación de los actores (potenciada por la globalización)
las iniciativas privadas del mercado. incrementan las demandas de coordinación. Ello indi-
En segundo lugar, la experiencia latinoamerica- ca, por otro lado, las severas limitaciones que enfren-
na pone de manifiesto que el mercado por sí solo no ta la función coordinadora del mercado. La coordina-
genera ni sustenta un orden social. El mercado (junto ción espontánea y horizontal entre los actores es im-
con la administración) fomenta una integración portante, pero insuficiente para establecer las reglas
sistêmica basada en la racionalidad formal (técnica), fundamentales de la convivencia social, generar re-
pero no impulsa una integración social. Por el contra- presentaciones colectivas del orden social y ofrecer una
rio, acentúa las desigualdades sociales, fomenta la conducción anticipatoria de cara a los desafíos futuros.
exclusión y generaliza las tendencias de desintegración. Como consecuencia, en poco más de una década
La misma globalización de los mercados va acompa- América Latina pasó del descubrimiento del mercado
ñada de una fuerte segmentación al interior de cada al redescubrimiento del Estado. Actualmente no caben
sociedad. Así, las dinámicas disgregadoras del merca- dudas de que la reconversión económica sólo es via-
do hacen patente sus limitaciones como instancia coor- ble (económica y socialmente) si puede apoyarse en
dinadora. una serie de instituciones nuevas y específicas de una
En tercer lugar, cabe poner en entredicho el pos- sociedad de mercado, como entidades reguladoras,
tulado neoliberal (incluyendo el public choice) del "in- comisiones antimonopolios, agencias de desarrollo
dividualismo radical" como única conducta racional regional, entes de fomento de la exportación, agencias
(Messner, 1995, pp. 176 y siguientes). Como indican de protección al consumidor y, sobre todo, redes de
los párrafos anteriores, no hay coordinación social sin seguridad social. El desarrollo de tal institucionalidad
que los individuos se orienten por cierto "bien común". es tanto más difícil por cuanto ahora no sólo existe un
La coordinación social supone de parte de los actores número mucho más alto de actores que intervienen,
(individuales y colectivos) una combinación de racio- sino que éstos tienen una capacidad mucho mayor de
nalidad instrumental (para maximizar sus beneficios resistencia y movilización frente a medidas que afec-
privados) con una orientación comunitaria. El hecho ten sus intereses particulares.4 A diferencia de la prime-
ra fase, ya no se puede invocar el "miedo al caos" para

3 4
Entre otros, véase Bradford (1994), así como Esser, Hillebrand, Sobre los aspectos institucionales de la reforma del Estado en
Messner y Meyer-Stamer (1996). América Latina, véase entre otros Naím, 1994.

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imponer determinadas reformas. En todos los países negociación y concertación. Reaparece, entonces, en
existe, con mayor o menor intensidad, una "sociedad un lugar prioritario la política en tanto elaboradora de
civil" fortalecida y altamente diversificada. La situa- consensos acerca de las normas fundamentales y de
ción se caracteriza por una creciente complejidad acuerdos sectoriales. Es en este contexto que gana
social que obliga a lentos y complicados procesos de fuerza una tercera forma de coordinación social.

III
La coordinación social mediante redes

La velocidad con que se derrumbó la "sociedad esta- consiguiente, la ausencia de todo centro.5 Visto así, la
docéntrica" de tan larga trayectoria en América Lati- política quedaría reducida a un subsistema más, sin
na y la celeridad aún mayor con que surgió y se agotó capacidad de influir en los demás subsistemas.6
la contraofensiva neoliberal hace que nos sintamos en La teoría de Luhmann parece exagerar las tenden-
medio de una avalancha que se desliza vertiginosamen- cias implícitas en la diferenciación funcional. Más que
te hacia quién sabe dónde. Mientras dedicamos el afán la eliminación de todo centro, cabe presumir la des-
de cada día a acomodarnos laboriosamente a las sor- aparición de un centro único, capaz de ordenar al con-
presas de la vida, perdemos de vista las transformacio- junto de la sociedad. Habrá que concebir la sociedad
nes estructurales de nuestras sociedades. Más que un como una constelación multicéntrica. Por otra parte,
debate ideológico ("Estado versus mercado") o un sim- tampoco desaparece toda influencia del subsistema
ple análisis de coyuntura, lo que se necesita es recons- político en otros ámbitos. Más bien, su campo de ac-
truir un marco interpretativo de la nueva realidad so- ción queda limitado por la compatibilidad con la lógi-
cial. Observamos, entonces, que nuestro aparato con- ca interna de los demás subsistemas. En consecuencia,
ceptual habitual se ha vuelto obsoleto. Las mismas no- conviene retener dos conclusiones cruciales para la
ciones de "Estado" o "política" parecen demasiado coordinación social: primero, la política pierde su
gruesas para dar cuenta de fenómenos que adivinamos centralidad jerárquica de modo que, segundo, cualquier
mucho más complejos. Es hora de hacer un alto y re- intervención política en otros subsistemas queda res-
currir a los avances de las ciencias sociales. Para te- tringida.
ner una visión sistêmica de los problemas que, según La diferenciación no es un proceso novedoso; en
vimos, enfrenta la coordinación social es particular- efecto, la modernidad se caracteriza por la tensión entre
mente sugerente la teoría de sistema desarrollada por diferenciación e integración. Sin embargo, la nueva
Niklas Luhmann. Ella hace especial hincapié en una calidad de la diferenciación afecta también al proceso
de integración social. Según Luhmann (1992), el fin
tendencia —de presencia creciente a lo largo de la evo-
de los metarrelatos que caracteriza a la posmodernidad
lución social— que hoy adquiere un significado noto-
significa poner término a una coordinación "de segun-
rio: el proceso de diferenciación funcional. Este pro-
do nivel". Es decir, desaparece cualquier "instancia su-
ceso característico de la modernización da lugar a que
perior" capaz de coordinar al conjunto social. Por con-
ciertas áreas de la vida social (economía, derecho, cien-
siguiente, la coordinación social habría de ser interna-
cia, educación, política) desarrollen racionalidades y
lizada al interior de cada subsistema. Los subsistemas
dinámicas específicas, conformando "subsistemas fun-
cionales" relativamente cerrados y autorreferidos. Es-
5
tos operan de acuerdo con sus códigos funcionales y, "No system of functions, not even the political, can take the place
of hierarchy and its summit. We live in a society which cannot
por lo tanto, sólo asimilan "mensajes" externos en la represent its unity in itself, as this would contradict the logic of
medida en que sean traducibles a la "lógica" interna functional differentiation. We live in a society without a summit
and without a center. The unity of society no longer comes out in
del subsistema. Luhmann extrema las conclusiones de this society" (Luhmann, 1987, p. 105).
6
esta tendencia, al poner de relieve dos consecuencias: Lo mismo vale, por supuesto, para la economía; tampoco ella puede
la gran autarquía de cada subsistema funcional y, por coordinar y legitimar al conjunto de la sociedad. Una presentación
general de la teoría ofrecen Luhmann y De Georgi, 1993.

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se coordinarían entre sí mediante ajustes internos, que actores, lo cual conduce a una sobreabundancia de
asimilarían las señales y turbulencias externas. La coor- participantes en la elaboración de políticas;
dinación quedaría incorporada pues a la autorregula- iii) la diferenciación de los actores aumenta las
ción. Pero tal adaptación recíproca parece precaria, en demandas de intervención estatal; tiene lugar, enton-
vista de la gran interdependencia de política, econo- ces, un incremento de instancias y de políticas que
mía, derecho, ciencia. Los grandes problemas no se sobrecargan al Estado;
dejan localizar en un solo ámbito. En efecto, uno de iv) lo anterior indica una mayor diferenciación
los fenómenos sobresalientes hoy en día es la simulta- interna del aparato estatal; éste nunca fue una unidad
neidad con que crece la independencia de cada sub- monolítica, pero ahora su heterogeneidad se convierte
sistema a la vez que aumenta la interdependencia de en rasgo sobresaliente;
ellos. Si todo subsistema funcional avanza inexorable- v) frente a la diferenciación de la sociedad y la
mente en su dinámica autorreferencial, por otro lado sobrecarga de la administración pública, el Estado ha
también se conforman contextos cada vez más glo- de delegar funciones; tal delegación es a su vez una
bales, que cruzan a distintos subsistemas. política;
La obra de Luhmann tiene el mérito de ofrecer un vi) esto nos recuerda la paradoja de Luhmann:
marco teórico para analizar la diferenciación y consi- aumenta la autonomía relativa de cada subsistema fun-
guiente autonomía de lógicas funcionales específicas. cional, pero también la interdependencia de ellos;
De este modo permite comprender las razones estruc- vii) la mayor interacción de instancias estatales y
turales subyacentes a las dificultades que ha tenido la actores sociales y la creación de instancias mixtas
coordinación política en el último tiempo. Queda cla- contribuyen a diluir la frontera entre lo público y lo
ro que la restricción del campo de acción de la políti- privado;
ca no se debe a una "conspiración neoliberal" ni a la viii) la necesidad de articular y compartir recur-
incapacidad de los dirigentes políticos. Estamos ante sos (información, conocimiento, etc.) distribuidos en-
una profunda reestructuración de nuestras sociedades tre diferentes actores da lugar a una interacción
que socava el anterior "primado de la política". Sin sistêmica que desborda tanto los mecanismos del mer-
embargo, no desaparece el carácter expansivo de la cado como los del control jerárquico;
política; de hecho, ésta sigue interviniendo en los de- ix) esta complejidad nueva de las relaciones so-
más subsistemas en la medida en que las decisiones ciales es potenciada aún más por los procesos de
políticas se acoplan a sus lógicas específicas. La teo- globalización, que le dan una dimensión transnacional;
ría de Luhmann no da cuenta de esta particularidad de Considerando el cambio de contexto que ha teni-
la política.7 Como toda teoría de sistemas, tampoco do lugar en los últimos años, parece obvio que es in-
aborda la interacción entre actores, aspecto central de suficiente una coordinación centralizada por parte del
cualquier coordinación. No obstante, ayuda a visualizar Estado, e inadecuada una coordinación entregada ex-
el condicionamiento de los actores de acuerdo con la clusivamente a las leyes del mercado. Hoy en día, un
"lógica funcional" del campo en que actúan. En este enfoque de la coordinación social ha de tener en cuenta
sentido, contribuye a establecer el nuevo marco de re- las siguientes dimensiones del problema (Messner,
ferencia en que debemos analizar los problemas de la 1995, p. 165):
coordinación social.
i) la complejidad creciente del proceso (desde el
Dirk Messner (1995, pp. 171 y ss.) sintetiza el reconocimiento de un problema hasta la implemen-
nuevo contexto en las siguientes tendencias: tación de las políticas y la evaluación de sus efectos);
i) el proceso de diferenciación funcional, desta- ii) la multiplicación de los actores que intervie-
cado por Luhmann, conlleva una creciente sectoria- nen (estatales y privados);
lización de la sociedad; iii) la relevancia de la cooperación entre Estado,
ii) este hecho implica un drástico aumento de los mercado e instituciones sociales (asociaciones civiles,
intereses en juego y una mucho mayor pluralidad de universidades, etc.);
iv) la existencia y combinación de diferentes es-
tructuras organizativas (coordinación jerárquica esta-
7
Véase una crítica de Luhmann desde el punto de vista de la cien- tal, pactos neocorporatistas, acuerdos empresariales,
cia política en Von Beyme (1994) y en Messner (1995, pp. 132 y
siguientes). etc);

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v) la diversidad de la tareas de coordinación (des- Cabe distinguir tipos diferentes de redes, según el
de el acopio de información hasta la creación de con- número de participantes, la vinculación fuerte o débil
sensos); entre ellos, el grado de estabilidad de la red, su campo
vi) la diferenciación de las funciones estatales de acción, etcétera. En todo caso, toda red responde a
(desde el ordenamiento jurídico hasta funciones de cierta lógica funcional,8 que se traduce en algunas re-
arbitraje, seguimiento, orientación y supervisión); glas mínimas, como la distribución justa de costos y
vii) la diferenciación de los instrumentos (desde beneficios entre los participantes; la reciprocidad (que
decretos administrativos y contratos de derecho públi- va más allá del intercambio e incluye confianza, fair
co hasta mecanismos suaves como incentivos financie- play y una vinculación intersubjetiva que sustenta el
ros, acuerdos formales e informales o simples "seña- sentimiento de pertenencia a una comunidad); la
les" mediante la distribución de información). autolimitación de cada actor y el respeto a los intere-
En este contexto se inserta el reciente auge de la ses legítimos de los otros actores.
coordinación mediante redes. En términos generales, En América Latina conviene retener especialmen-
ésta se entiende como la coordinación horizontal en- te la necesidad de una relación de confianza; relación
tre diferentes actores interesados en un mismo asunto tanto más arriesgada, pero también más imprescindi-
con el fin de negociar y acordar una solución. Messner ble cuanto más incertidumbre reina. La confianza (fue-
(1995, pp. 211 y siguientes) especifica así lo que cons- ra del ámbito cotidiano) opera como un mecanismo
tituye una red: reductor de la complejidad y, por ende, como un po-
i) es una invención institucional que responde a deroso lubricante de la cooperación. Apostar por la
las peculiaridades de una sociedad policéntrica; confianza, a pesar de los riesgos de ser defraudado,
ii) combina la comunicación vertical y la horizon- muchas veces es un cálculo racional precisamente en
tal, pero es un tipo específico de coordinación, dife- situaciones de confrontación. Ante situaciones de punto
rente a las formas de coordinación política o coordi- muerto y de bloqueo recíproco tan frecuentes en nues-
nación por el mercado; tros países, cabe recordar los estudios de Axelrod.9 Si
iii) vincula diferentes organizaciones, establecien- los actores no pueden evitar una relación de dependen-
do una interacción entre sus representantes (no se re- cia mutua, sea de modo conflictivo o cooperativo, y si
fiere a las relaciones al interior de una sola organiza- tal situación puede durar por tiempo indefinido, vol-
ción); viendo incalculables los eventuales costos y beneficios,
iv) es política cuando reúne autoridades estatales entonces pueden surgir relaciones de cooperación in-
(que pueden ser diferentes instancias en conflicto en- cluso en un contexto de gran desconfianza.
tre sí) y/o partidos políticos con actores económicos y
El auge de las redes durante años recientes res-
sociales;
ponde, según vimos, a la creciente diferenciación de
v) las relaciones en ella tienden a ser más infor-
la sociedad. Donde la vida social se expresa en una
males que formales (no implica la formación de una
densidad significativa de actores, la coordinación so-
nueva organización);
cial ya no puede estar entregada exclusivamente a un
vi) hay dependencia recíproca entre los participan-
ordenamiento jerárquico. A la inversa, las redes ope-
tes en ella (ninguno tiene por sí solo todos los recur-
ran satisfactoriamente sólo donde existe una pluralidad
sos necesarios —información, recursos financieros,
representativa de los intereses y las opiniones socia-
implementación legal— para resolver el problema y
les. El fortalecimiento de la sociedad civil no signifi-
depende, por tanto, de la cooperación de los demás);
ca empero una correlación de suma cero en detrimen-
vii) su objetivo es el de formular y llevar a cabo
to del Estado. La cooperación entre los actores so-
decisiones colectivas en torno a determinado tema
cioeconómicos requiere la intervención del Estado, por
compartido (es decir, los participantes se hacen cargo
cuanto éste dispone de recursos intransferibles (im-
de ejecutar debidamente las decisiones tomadas y por
plementación jurídica de los acuerdos, convenios in-
lo tanto son corresponsables en la solución del proble-
ternacionales) o medios adicionales (recursos financie-
ma; en el momento en que ésta se logra se disuelve la
ros, información sistematizada). Una premisa básica de
red en tanto vinculación limitada en el tiempo);
viii) su punto de partida es un conflicto o una
diversidad de intereses que ella encauza mediante una
cooperación competitiva (cada actor defiende sus in- 8
Véase Messner, 1995, pp. 284 y siguientes. Algunos estudios
tereses propios a la vez que colabora en decidir una empíricos de redes se encuentran en Marin y Mayntz, eds. 1991.
9
solución compartida). Messner cita a Axelrod, 1984.

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la coordinación mediante redes radica pues en cierto iv) funciones de iniciativa y orientación (por ejem-
equilibrio entre sociedad y Estado. Ambas tendencias plo, haciendo presente intereses generales e intereses
—por un lado diversidad y fortalecimiento de la socie- de largo plazo en las redes);
dad civil y por otro redimensionamiento de la acción v) función correctiva (por ejemplo, promoviendo
estatal— impulsan una transformación de la política la conformación de un actor representativo o el forta-
(véase Lechner, 1996). Tiene lugar así una informali- lecimiento de actores débiles).
zación de la política; ésta tiende a desbordar la institu- En una época de gran incertidumbre que sólo
cionalidad del sistema político para instalarse en las puede ser contrarrestada, en definitiva, mediante una
nuevas zonas grises entre política y sociedad. Es la vinculación intersubjetiva, las redes operan como una
combinación de sociedad fuerte y Estado fuerte la que especie de "seguro mutuo"; ellas disciplinan la com-
da lugar a las redes políticas como combinación de petencia, inhibiendo sus dinámicas destructivas y ca-
regulación jerárquica y coordinación horizontal. nalizando las expectativas recíprocas. Las redes pue-
¿Qué significa esta nueva modalidad de coordi- den funcionar en distintos niveles (nacional, regional,
nación para el Estado? Como señala otra cientista so- local) y referirse a muy diversos problemas. Es a tra-
cial alemana, Renate Mayntz, "la discusión reciente en vés de redes que se negocia la privatización de áreas
ciencias políticas deja ver que, de hecho, no se puede tecnológicamente complejas (energía, telecomunicacio-
hablar de una retirada resignada del Estado. A las ta- nes), planes de desarrollo regional o reformas secto-
reas estatales clásicas, cuyo portador ya no suele ser riales como las que se refieren al medio ambiente, el
el Estado nacional unitario, sino un sistema político- sistema de salud o de la educación. En estos casos, una
administrativo de diferentes niveles, se agregan ahora red facilita no sólo la articulación de diferentes acto-
más y más las tareas de gestión de la interdependen- res, a veces antagónicos, y sus respectivos recursos
cia social.(...) La 'conducción', en el sentido de influir estratégicos, sino también la ejecución efectiva de las
deliberadamente en los procesos sociales, sigue sien- decisiones tomadas. Esta corresponsabilidad en la eje-
do en principio la función específica del sistema polí- cución de las medidas acordadas es de particular rele-
tico-administrativo. Lo que ha cambiado es la forma vancia, dado el debilitamiento de las capacidades es-
en que el Estado intenta cumplir sus tareas" (Mayntz, tatales de regulación.
1995, pp. 157 y 163). Vale decir, estamos no frente a Hoy en día, buena parte de la política con exis-
un retroceso, sino ante un cambio de forma de la ac- tencia real tiene lugar en tales redes. Sin embargo, la
ción estatal. relevancia de éstas en la coordinación de los procesos
Un problema crucial es, según vimos, la interde- sociales no debe suscitar ilusiones. No son una pana-
pendencia de los distintos subsistemas funcionales; por cea que resuelva todos los problemas. Por otra parte,
ejemplo, entre política y economía o entre ciencia y también la coordinación mediante redes enfrenta serios
economía. Trabajar este cruce pareciera ser una tarea riesgos. Cabe resaltar tres peligros:10
específica de la política. Según Mayntz, "formular el
Primero, un bloqueo en la toma de decisiones: sea
problema de la interdependencia permite definir los
porque un actor tiene poder de veto, sea por los lazos
contenidos de las funciones de la política: la gestión
de confianza e incluso de complicidad entre los acto-
de la interdependencia sistêmica. De hecho vemos que,
res, puede darse un estancamiento del debate y una
bajo la influencia de la teoría de la modernización, el
paralización de las decisiones. Además, la misma co-
debate en torno a la teoría del Estado se desplaza ha-
herencia interna de la red tiende a evitar conflictos y
cía las tareas de coordinación" (Mayntz, 1995, p. 155).
conducir así a un bloqueo de las innovaciones reque-
En efecto, diversos aspectos de la nueva forma de
ridas.
coordinación recaen ineludiblemente en el Estado. Dirk
Segundo, la externalización de los costos a terce-
Messner (1995, pp. 343 y siguientes) señala algunos
ros, no participantes de la red: toda red está siempre
campos típicos de la intervención estatal:
tentada de trasladar los costos de sus acuerdos a terce-
i) tareas de organización, coordinación y mode-
ras partes. A modo de ilustración, una red para la re-
ración (por ejemplo, creando redes y reuniendo a los
forma del sistema de salud reúne a instancias estata-
actores pertinentes en torno a la mesa);
les, gremios médicos y sindicatos pero no a la pobla-
ii) funciones de mediación (por ejemplo, desar-
ción, que siendo la principal afectada por el asunto no
mando situaciones de veto o bloqueo recíproco);
iii) tareas de control (por ejemplo, encargando la
ejecución de servicios públicos a instituciones priva-
das); Messner, 1995, pp. 214 y siguientes; Mayntz, 1995, p. 164.

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tiene intereses organizados y, por ende, no es un "ac- diante redes y la cohesión cotidiana y difusa que ofre-
tor representable" en la red. cen las reglas de civilidad.
Tercero, una toma de decisiones sin efectos Termino estos apuntes inspirados en el libro de
vinculantes: aunque un atributo distintivo de las redes Dirk Messner con unos breves comentarios finales. En
es precisamente el que todos los participantes se com- primer lugar, debo reiterar su carácter esquemático. El
prometen a colaborar en la ejecución de los acuerdos esquema presentado me parece útil para resaltar cómo
tomados, generalmente las redes no disponen de po- los cambios en las estructuras sociales condicionan las
der de sanción para quienes no cumplan su compro- formas de coordinación social. En concordancia con
miso. El esfuerzo realizado es en vano si a la postre transformaciones de la sociedad, la coordinación ha
uno de los participantes se retrae. operado principalmente a través del Estado, del mer-
La coordinación mediante redes parece resolver cado o mediante redes. Pero no se trata de una secuen-
de manera adecuada uno de los aspectos señalados cia en que la nueva forma elimina la anterior, sino más
inicialmente: la regulación. En cambio, parece menos bien de una combinación de los tres mecanismos. Es
apta para hacerse cargo de las otras dos exigencias de en el marco de esta combinación que debe ser inserta-
coordinación social: la representatividad y la conduc- da la reforma del Estado.
ción de cara al futuro. La debilidad más notable de la En segundo lugar, la esquematización puede sig-
coordinación vía redes radica en su "déficit de demo- nificar un primer paso en la elaboración de un marco
cracia". Por eficaz, eficiente y efectiva que pueda ser interpretativo de la coordinación en sociedades dife-
esta forma de coordinación, nada asegura su carácter renciadas. Un "mapa" facilitaría el análisis de ciertos
democrático. La población no organizada no tiene ac- problemas como, por ejemplo, la mayor contingencia
ceso a las redes y si bien los representantes del Estado de los procesos sociales. Si se multiplican situaciones
en ellas deberían hacer valer los "intereses generales", que no son ni necesarias ni imposibles, también aumen-
puede no haber habido una deliberación democrática ta la incertidumbre; en situaciones contingentes se mul-
previa acerca de ese "bien común" específico. No exis- tiplican tanto las exigencias de tomar decisiones como
te una vinculación intrínseca entre la coordinación las dificultades de calculabilidad. Por otro lado, las di-
mediante redes y las instituciones democráticas. Por el ficultades de previsión tienen que ver con la simulta-
contrario, la representación funcional a través de las neidad. En la medida en que el horizonte de futuro se
redes y la representación territorial típica de las insti- retrotrae al presente, inhibiendo diferir asuntos, toda
tuciones democráticas pueden llegar a ser canales pa- acción deviene tendencialmente simultánea. Hay que
ralelos, cuando no contradictorios. En concreto, cabe tomar medidas, mientras al mismo tiempo ocurren mil
temer un desplazamiento de los partidos políticos. otras cosas que influyen sobre el curso de acción. No
Dada la precariedad de la labor parlamentaria en nues- se trata de una cuestión de información, sino de tiem-
tros países, la función legislativa fácilmente se degra- po: de la capacidad sincronizadora de la coordinación.
da a una mera ratificación de los acuerdos tomados en Finalmente cabe preguntarse a la luz de lo expues-
la penumbra de las redes. Respondiendo a tales ries- to si las actuales reformas del Estado —bastante ago-
gos, Messner (1995, pp. 359 y siguientes) propone insertar tadas en su impulso— no deberían ser revisadas en la
la coordinación vía redes en el triángulo habermasiano perspectiva de la coordinación social. Tal enfoque
compuesto por el poder comunicativo (elecciones, permitiría obtener una visión conjunta de la acción
parlamento, opinión pública), el poder social (intere- estatal, del mercado y de las redes; a su vez, la articu-
ses organizados) y el poder administrativo (gobierno, lación de los tres mecanismos permitiría reformular las
tribunales de justicia, administración pública). modalidades de una coordinación de la sociedad actual.
Otro interrogante pendiente es la integración de Visto así, la intervención del Estado aporta un com-
la sociedad. El mismo Messner destaca que la coordi- plemento indispensable a la coordinación que llevan a
nación descentralizada a través de una "red de redes" cabo el mercado y las redes, particularmente en lo que
no equivale a una integración social. De hecho, las toca a la representación del conjunto social y a la con-
redes funcionan gracias a recursos integrativos como ducción de cara al futuro. En efecto, sólo el Estado
confianza, respeto, tolerancia, reciprocidad, sensibili- parece estar en condiciones de asegurar la dimensión
dad moral, sentido comunitario y otros. Presuponen representativa de la coordinación así como cierta ca-
pues —al igual que la democracia— la existencia de pacidad de conducción política. Ambos aspectos nos
un "capital social" (Putnam, 1993) o normas básicas remiten a la democracia. ¿No radicará precisamente en
de la convivencia social. No está claro, empero, la esta función coordinadora el significado de un Estado
relación entre la coordinación explícita y acotada me- democrático?

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