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RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA
ORACIÓN COLECTA
Dios y Señor nuestro, salvación eterna de cuantos creen en ti, escucha las oraciones que te
dirigimos por tus hijos enfermos; alívialos con el auxilio de tu misericordia para que,
recuperada la salud, puedan darte gracias en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo tu hijo.
Amén
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 13-16
Queridos hermanos: ¿Sufre alguno de vosotros? Rece. ¿Está alegre alguno? Cante cánticos.
¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y que recen sobre
él, después de ungirlo con óleo, en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al
enfermo, y el Señor lo curará, y, si ha cometido pecado, lo perdonará. Así, pues, confesaos
los pecados unos a otros, y rezad unos por otros, para que os curéis. Mucho puede hacer la
oración intensa del justo.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Sal 142, 1-2. 5-6. 10 (R.: la; o bien: 11a)
Señor, escucha mi oración; tu, que eres fiel, atiende a mi suplica; tu, que eres justo,
escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
R. Señor, escucha mi oración.
Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca.
R. Señor, escucha mi oración.
Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tu eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe
por tierra llana.
R. Señor, escucha mi oración.
ALELUYA
2 Co 1, 3b-4a
¡Bendito sea el Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 5-6. 8-9
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —«Cuando entréis en una casa, decid primero:
“Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá
a vosotros. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed
lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el reino
de Dios.”»
Palabra del Señor.
LITURGIA DEL SACRAMENTO
PRECES
Hermanos, llenos de fe imploremos a Dios, nuestro Padre, por nuestros(as) hermano(as) N.:
Para que, con tu presencia, Padre. los(as) consueles y por esta santa Unción los(as) fortalezcas.
R. Te rogamos, óyenos.
Para que premies con tus dones a todos los que sirven a los enfermos.
R. Te rogamos, óyenos.
Para que concedas vida y salvación a quien, en tu nombre, imponemos las manos.
R. Te rogamos, óyenos.
Bendito seas, Dios, Padre, todopoderoso, que por nosotros y por nuestra salvación nos enviaste a
tu Hijo al mundo.
R. Bendito seas por siempre, Señor.
Bendito seas, Dios, Hijo Unigénito, que hecho hombre, quisiste remediar nuestras enfermedades.
R. Bendito seas por siempre, Señor.
Bendito seas, Dios, Espíritu Santo Paráclito, que con tu gracia nos das fortaleza para sobrellevar las.
enfermedades de nuestro cuerpo.
R. Bendito seas por siempre, Señor.
Mitiga, Señor, los dolores de este hijo tuyo, a quien ahora, llenos de fe, vamos a ungir con el óleo
santo; haz que se sienta confortado en su enfermedad y aliviado en sus sufrimientos. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
SANTA UNCIÓN
Por esta santa Unción y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu
Santo.
R Amén
Te rogamos, Redentor nuestro, que, con la gracia del Espíritu Santo, cures la debilidad de este
enfermo, sanes sus heridas y perdones sus pecados. Aparta de él(ella) todo cuanto, pueda afligir su
alma y su cuerpo: por tu misericordia devuélvele la perfecta salud espiritual y corporal, para que,
restablecido por tu misericordia, se incorpore de nuevo a los quehaceres de su vida. Tu que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén
LITURGIA EUCARÍSTICA
¡Oh Dios!, bajo cuya providencia transcurre cada instante de la vida; recibe las súplicas y oblaciones,
para que, superado todo peligro, nos alegremos de verles recobrar la salud. Por Jesucristo nuestro
Señor.
Antífona de Comunión
Así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo, que es la Iglesia.
¡Oh Dios!, singular protector en las enfermedades, muestra el poder de tu auxilio con tus hijos
enfermos, para que, aliviados por tu misericordia, vuelvan sanos y salvos a tu santa Iglesia. Por
Jesucristo nuestro Señor.