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Oso polar

Los osos polares (Ursus maritimus) son animales pertenecientes a la familia Ursidae y al género
Ursus del cual también se desprenden otras especies como el oso negro americano, el oso negro
asiático, el oso pardo y otras especies que ya se han extinto. Son grandes depredadores
terrestres, considerados los más grandes sobre la Tierra. Sus tres metros de largo y 700 kilos
de peso en los individuos de mayor tamaño, unido a su fuerza y agilidad, le dan el mérito a este
nombramiento. Aparte de ello, son excelentes nadadores que alcanzan 40 km/h en distancias
cortas.

Su distribución geográfica abarca regiones de Noruega, Canadá, Rusia, Dinamarca, Alaska y


Groenlandia, todo ello dividido en 19 subpoblaciones, por lo que se entiende que su alcance
comprende la región de la tundra ártica. Sin embargo, el calentamiento global, la caza
deportiva, la contaminación oceánica y las expediciones petroleras, que son causadas por los
humanos, han puesto en estado de vulnerabilidad esta majestuosa especie.

Objetivo general

Investigar, aprender y exponer las características de los osos polares, su taxonomía, territorio,
comportamiento, reproducción y el estado de vulnerabilidad en que se encuentra consecuencia
del calentamiento global y la invasión del hombre a su hábitat

Objetivos específicos

 Conocer todas las características del oso polar y su relación con el medio donde vive.
 Dar a conocer la importancia de este animal en la cadena alimenticia.
 Analizar. todos factores que están afectando el crecimiento poblacional de esta especie.
 Analizar el impacto directo e indirecto que ejerce el hombre, quien puede ser el causante
de una posible extinción de la especie.

Etimología taxonomía
Constantine John Phipps fue el primer científico, quien en su expedicion al polo norte en 1774
describió al oso polar como una especie distinta con el nombre científico de Ursus maritimus,
del latín “oso marítimo”, debido al hábitat nativo de este animal.
Expertos sugieren que la familia Ursidae se separó de los otros carnívoros hace
aproximadamente 38 millones de años. La subfamilia Ursinae se originó hace unos 4,2 millones
de años. Según la evidencia fósil y los análisis de ADN, hace solo 150 000 años ocurrió la
divergencia de esta especie y el oso pardo (Ursus arctos). Los fósiles muestran que hace entre
10 000 y 20 000 años, los molares del oso polar diferían significativamente de los del oso
pardo. Es posible que la especie se haya originado a partir de una población aislada de osos
pardos, sometida a una fuerte presión genética durante las glaciaciones del Pleistoceno.
Los estudios genéticos relacionan lo estrechamente al oso polar con su antecesor el oso pardo,
esto implica que estas dos especies pueden reproducirse y obtener híbridos fértiles llamados
grolar o grizzly-polar (Ursus arctos x maritimus). Algunas teorías sugieren que el
calentamiento global ha causado el deterioro del hábitat del oso polar al derretir grandes áreas
heladas de esos territorios. Por ese motivo, se han mudado hacia el interior, y se cree que por
ello ha aumentado la frecuencia de los híbridos.

Anatomía
Las hembras son más pequeñas que los machos, pero no por ello logran verse insignificantes.
Los osos polares alcanzan a medir hasta 3 metros de largo, 1.6 metros de altura y pesar hasta
700 kilos en los ejemplares más grandes, Las hembras suelen pesar alrededor de la mita, sin
embargo, en el tiempo en el que acumulan grasa antes de dar a luz, pueden pesar entre 350 y
500 kg. Todo ello viene acompañado de poderosas garras, afilados dientes caninos. Aunque a
simple viste vemos que su pelaje es blanco, pero esto es eso una ilusión óptica. En realidad
cada uno de sus pelos son translúcidos y huecos lo que le ayuda como aislante del calor, su piel
es oscura para atraer mejor la radiación solar y aumentar así el calor corporal. La luz ordinaria
se refleja sobre el pelaje, generando normalmente la falsa sensación de blancura. No obstante,
en determinados momentos y lugares puede verse amarillenta o incluso parda clara, pero esto
se debe a la exposición prolongada a la radiación, El pelaje que cubre cada centímetro de su
cuerpo, con excepción de la nariz y las plantas de los pies, tiene una textura aceitosa que
funciona como repelente al agua. Es por ello que son capaces de nadar sin ningún problema en
aguas heladas. La capa de pelo puede tener un máximo de 5 cm de espesor.
Las patas de los osos polares vienen equipadas de pelaje entre las almohadillas negras para
evitar que se deslicen en la nieve. Los dedos contienen largas garras no retráctiles de forma
curveada que son muy útiles para aferrarse a la nieve y para sujetar a sus presas. Estas poderosas
armas miden hasta 5 cm de largo, tienen cola. Esta es corta y compacta, de alrededor de 12 cm
de largo. También tienen orejas muy pequeñas que están cubiertas de pelaje casi en su totalidad.
El tamaño de ambas características los ayuda a conservar el calor. No tienen un sentido de la
vista muy bien desarrollado; sin embargo, debido al fuerte reflejo producido por la luz y la
nieve de su hábitat, cada ojo contiene una membrana que los protege contra los destellos. Estas
especies se basan totalmente en su sentido del olfato para detectar presas; tanto, que pueden
oler a una foca a una distancia de 1 km y a 1 m por debajo de la nieve.
A pesar de verse anatómicamente robustos y pesados, son excelentes nadadores que atraviesan
largas distancias con ayuda de sus patas, donde las traseras tienen la función de timón y las
delanteras realizan todo el movimiento que los impulsa a alcanzar hasta 10 km/h. En tierra
tienen un andar de aproximadamente 6 km/h, pero cuando se trata de correr, sorprenden con
velocidades de hasta 40 km/h en tramos cortos. Poseen 42 dientes lo suficientemente fuertes
para recibir el alimento que los representa como grandes depredadores carnívoros. Con los
incisivos desprenden grasa y carne accesible; los caninos son para sujetar a la presa, perforar y
desgarrar la carne más dura, y con los premolares y molares mastican, aunque esto último no
siempre es aplicado, ya que optan por tragar la mayoría de sus alimentos.
Alimentación
El oso polar es carnívoro. Esto quiere decir que su dieta no incluye otra cosa que no sean
nutrientes provenientes de otros animales. De toda la familia de los osos, esta especie es la
mayor consumidora de carne. Es la máxima depredadora de su hábitat, por lo que no tiene
enemigos naturales a los que deba temer.
Su dieta se basa principalmente en focas anilladas (Pusa hispida), focas pías (Pagophilus
groenlandicus) y focas barbudas (Erignathus barbatus). También se alimentan de cadáveres,
mayormente de ballenas, que murieron por otras causas. Esto último representa un festín para
los osos polares, pues significa que se proveerán de alimento durante varios días y no tendrán
que preocuparse por cazar, aunque las disputas no se hacen esperar y cuando el macho
dominante descubre el motivo por el cual todos están reunidos, acaparará la zona y no permitirá
que otros individuos se acerquen a su comida.
El peso y tamaño de un oso polar es variable, pueden comer hasta treinta kilogramos de
alimentos en un día, pero en promedio necesitan hasta dos kg de grasa cada día para poder
mantenerse saludables y las focas son primordiales para su dieta, pues les proporcionan varios
días de alimento rico en grasa, que se traduce a varios días de energía. Las madres son las más
ingeniosas a la hora de buscar alimento. Son capaces de arriesgar su propia vida con tal de
alimentar a sus pequeños. Cuando la caza no ha sido exitosa, recurren a “robos” de carne que
otros ejemplares han capturado y reservaron para horas más tarde. son especies “limpias”, ya
que no les gusta tener la suciedad de los cuerpos sin vida de sus víctimas alrededor de la boca
y sobre las patas. Ellos se limpian la sangre y la grasa de su pelaje con ayuda del agua o la
nieve.
Sus técnicas de caza son sorprendentes. Una de ellas es por medio del acecho. Vigilan a su
víctima desde una distancia considerable para luego acercarse poco a poco de una manera
sigilosa. Cuando la presa pierde de vista a su depredador, es cuando debe permanecer alerta,
ya que en cualquier momento puede aparecer sorpresivamente con sus colmillos en espera de
sentir la carne fresca. Principalmente atacan a focas solitarias que permanecen en descanso
sobre bloques de hielo.Otra técnica muy utilizada para capturar focas es por medio de la espera.
Esto llega a demorar una hora o más y necesitan tener mucha paciencia, pero ha demostrado
ser un método efectivo gran parte de las veces. El oso polar se posiciona en alerta al lado de un
agujero de respiración donde el pinnípedo saldrá a tomar aire. Debe estar muy pendiente, ya
que si la foca se percata de su presencia y el depredador está distraído, la oportunidad se habrá
ido, pero si tiene éxito, con ayuda de sus garras y colmillos, sacará a su víctima a tierra firme
y con una mordida en su cráneo dará por terminado su objetivo.
Los osos polares que no lograron cruzar a tiempo a las regiones de hielo permanente y se
quedaron en zonas cuyo hielo está completamente derretido por la llegada del verano, son
obligados a alimentarse de algas, roedores o huevos de aves para subsistir. Esos pocos
alimentos más su grasa corporal los mantendrá vivos durante algunas semanas, aunque esto no
siempre es así. Comúnmente son los machos más grandes y fuertes los que logran sobrevivir,
a diferencia de los más débiles o las hembras de menor tamaño que debido a la poca grasa y a
la posible alimentación deficiente que tuvieron días antes, no pueden resistir mucho tiempo. Se
ha descubierto recientemente que pueden llegar a ser caníbales, en especial los machos, ya que
si sufren demasiada hambre, no tienen problemas en comerse a otros osos en especial jóvenes
o muertos generalmente.
Hábitat y distribución
El oso polar tiene una distribución que abarca regiones de Canadá, Alaska, Groenlandia, Rusia,
Dinamarca y Noruega. Su presencia se extiende hacia aguas costeras, hielos marinos, ríos y
lagos de la tundra ártica. Los lugares donde viven están rodeados de paisajes que la mayor parte
del año están cubiertos de nieve. Icebergs, bloques de hielo flotante y extensos mares también
conforman el entorno del oso polar.
Aunque ya no son los únicos osos que habitan esas regiones. Debido al aumento de la
temperatura originado por el calentamiento de la tierra, los osos pardos han ocupado territorios
septentrionales que antes eran exclusivos del oso polar. En muchos casos, los osos pardos
tienen a dominar a los polares en disputas relacionadas con el alimento.
Durante los meses que conforman el período invernal ártico las temperaturas son muy bajas,
descendiendo hasta -45° C en ciertas temporadas de la estación, aunque se han alcanzado
increíbles grados de hasta -68° C. El grueso y abundante pelaje del Ursus maritimus así como
su gruesa capa de grasa bajo la piel, son parte de sus características anatómicas que ayudan en
la regulación de su temperatura y le permiten soportar tanto los fríos vientos como las heladas
aguas del norte. Estos mamíferos están acostumbrados a recorrer grandes distancias y a cruzar
hielos marinos durante todo el año con el fin de encontrar mejores opciones de alimento. Uno
de los problemas relacionados con este trayecto es el cambio de estación. Hay regiones como
la bahía de Hudson donde el mar congelado se derrite completamente hasta el punto de
convertirse en agua líquida y modificar completamente el panorama con colorida vegetación.
Si a los osos polares que se alejaron demasiado no les da tiempo de regresar a las áreas donde
el hielo permanece rígido, se ven en la obligación de residir varios meses en esas tierras
calurosas donde el alimento es muy escaso y donde las oportunidades de supervivencia son
bajas. Muchos sobreviven de sus reservas de grasa corporal, pero si anteriormente no se
alimentaron en abundancia, morirán de inanición.
Hasta hoy se ha registrado 19 subpoblaciones de osos polares dentro de su rango territorial pero
no están del todo aisladas, ya que estudios de ADN han encontrado ciertas relaciones genéticas
entre individuos de diferentes grupos. Alrededor del Mar de Beaufort, la bahía de Hudson y la
bahía de Baffin, se encuentra el mayor número de ejemplares de osos polares, tanto como un
70 % de la población total
Se estima que la suma de todas esas subpoblaciones alcanza aproximadamente los 25,000
ejemplares de osos polares y que lamentablemente van descendiendo debido a los múltiples
problemas ecológicos que enfrentan.

El lugar donde residen está lejos de la mano del hombre, pero eso no significa que están exentos
de sufrir las consecuencias a raíz de la irresponsabilidad humana; estamos hablando
principalmente del cambio climático originado por el calentamiento global, aunque existen
muchos otros factores que han causado su baja poblacional.
La distribución global de los osos polares puede verse modificada cada vez más por el
incremento del calor. La falta de hielo rígido los obliga a nadar distancias kilométricas para
alcanzar tierra firme y no sabemos a ciencia cierta la capacidad que tienen estas especies para
perdurar en ambientes más calurosos, ni la resistencia de las focas, su principal y más
importante fuente de alimento.
Reproducción
El cortejo entre hembras y machos es un proceso muy peculiar. Algunas investigaciones han
afirmado que los machos siguen las huellas de las hembras reproductoras por varios kilómetros.
Se desconoce a detalle la manera en la que esto ocurre, pero se cree que el sentido del olfato y
las emisiones químicas que la hembra deja en el ambiente participan en este encuentro.
La madurez sexual es alcanzada por las hembras a los cinco años de edad y los machos
generalmente un año después, pero no se aparean hasta que cumplen los 8 o 10 años de edad,
ya que necesitan el tamaño y la fuerza necesaria para enfrentar a otros machos en las batallas.
Las competencias se dan entre dos o más machos. Por cada hembra existen tres osos en espera
para aparearse, por lo que solamente lo consigue el más grande, fuerte y perseverante, mientras
el resto tendrá que recorrer más distancia para encontrar a otra hembra disponible. Muy pocas
veces estos enfrentamientos son mortales; sin embargo, las lesiones y cicatrices son frecuentes.
Las hembras suelen demorar un poco para aceptar al macho. Este debe demostrar interés y
habilidad si es que desea obtener la oportunidad. Ellas, por su parte, se dejan perseguir, se
esconden o escalan algunos metros para observar la reacción y destreza del “pretendiente”.
Los osos polares tienen un sistema de apareamiento polígamo en el que la hembra entra en celo
durante tres días y las parejas permanecen juntas por un breve período de tiempo. Esto se
produce mayormente a finales de la estación invernal o a inicios de la primavera (marzo-junio).
Después de ello, el macho se separa para posiblemente ir en busca de otra hembra, mientras la
futura madre comienza una nueva etapa.
Los óvulos fertilizados comienzan a desarrollarse cuatro meses después, en algo que se conoce
ovulación inducida, que necesita de varios encuentros de apareamiento para estimular la
fecundación, por lo que las crías pueden ser de diferentes padres o bien, la permanencia de la
pareja por varios días conlleva a varias cópulas y garantiza el éxito reproductivo. En cuatros
meses y es cuando la hembra debe alimentarse adecuadamente antes de entrar a la guarida. En
ese tiempo, ingiere enormes cantidades de comida, incrementando su peso con 200 kilogramos
extra o hasta el doble en muchos casos. Una vez que la hembra cava en el hielo su guarida de
aproximadamente 1.5 metros de ancho, se dedica a esperar el nacimiento de sus crías y
posteriormente a protegerlos hasta que alcanzan el tamaño suficiente para conocer el mundo
exterior. Las hembras se reproducen cada dos o tres años, dependiendo de la disponibilidad de
alimento. Comúnmente tienen dos recién nacidos, sin embargo se han visto con uno o con tres.

Comportamiento
Las actividades del oso polar varían de acuerdo con la temporada. Durante los meses de verano
dedican más tiempo a la caza que en la primavera, y cuando no están buscando alimento, optan
por descansar o dormir. Son sumamente curiosos desde que salen por primera vez de su guarida
hasta que alcanzan la etapa de la adultez, por ello, en muchas ocasiones podemos observar que
se mantienen en dos patas y levantan la cabeza para mirar lo que hay a su alrededor, al mismo
tiempo que olfatean el aire. Incluso logran caminar en esa posición por distancias cortas.
Son solitarios, exceptuando a las madres con sus crías, a las parejas reproductoras y a las
agrupaciones formadas por gran abundancia de alimento, como por ejemplo cuando existe un
cadáver de ballena que es capaz sustentar la alimentación de un gran número de ellos. Algunos
permanecen juntos por pocos períodos de tiempo para finalmente ir por su camino. Su
agresividad incrementa en las temporadas reproductivas, en la que los machos se enfrentan
entre sí para tener el derecho de aparearse y cuando se emplean robos de comida.
A diferencia de otras especies de úrsidos, los osos polares no hibernan, sino que entran en un
estado de letargo en el que las funciones de su cuerpo siguen activas. Las hembras embarazadas
también atraviesan por ese estado en el que su frecuencia cardíaca y temperatura disminuye,
pero no tienen un sueño profundo como en el caso de la hibernación y cualquier movimiento o
presencia extraña puede despertarlas rápidamente.
Osos vulnerables
El oso polar es considerado un depredador con enormes cualidades y una resistencia
sorprendente. El hecho de ser un mamífero de gran tamaño y peso con una capacidad
extraordinaria para nadar largas distancias y tener excelentes técnicas para la caza, los
posiciona en la cúspide de la cadena alimenticia. Lo anterior quiere decir que no compite con
otra especie para establecer dominio territorial ni es perseguido por un animal más peligroso
para alimentarse de él; sin embargo, esto no significa que el 100 % de las veces tiene éxito en
su caza o que ningún animal pueda causarle algún daño.
Aunque no es considerado en sí como un depredador del oso polar, la morsa resulta un animal
muy peligroso para él, pues sus largos y gruesos colmillos, así como sus 2,000 kilos de peso
pueden causar heridas graves si se sienten amenazados. Es por ello que cuando un oso polar va
en busca de una morsa, es porque no le queda otra opción y porque posiblemente desea
encontrar a una cría desprotegida o a un adulto enfermo y débil. Casi nunca se enfrentan a los
machos sanos o de gran tamaño.
A medida que aumenta el cambio climático, los científicos han registrado casos más frecuentes
de canibalismo entre estas especies. Enormes machos son capaces de atacar a los más jóvenes
cuando la comida es escasa y la necesidad del hambre los obliga a cometer este tipo de actos.
No se tiene una teoría asegurada ante tal hecho, pero se cree que tiene mucha relación con la
pérdida del hielo marino y la lejanía de las focas.
La triquinosis es una enfermedad causada por un parásito que es adquirido a través de la carne
infectada. Existen varias especies, de las cuales algunas resisten las temperaturas de
congelación y logran vivir en ambientes árticos y subárticos. comúnmente no presenta
desenlaces fatales; sin embargo, su calidad de vida se puede ver afectada. Bacterias y
enfermedades de la piel también se presentan en algunos casos debido a la presencia de ácaros.

Los contaminantes oceánicos son uno de los peligros más alarmantes. Si el alimento de las
focas está contaminado, estas almacenarán en su organismo los mismos químicos, que a su vez
van a terminar en el interior de sus depredadores, entre ellos el oso polar. Altas cantidades de
sustancias tóxicas han sido descubiertas en la piel y grasa de varias especies de pinnípedos, lo
que ha dejado preocupación en los científicos.

En algunas zonas de Groenlandia, existen altas concentraciones de material tóxico que ya están
modificando patrones de crecimiento y salud inmunológica en osos polares, lo que también
afecta en el plano reproductivo. Esas madres alimentan a sus crías con alimentos contaminados,
trayendo como consecuencia jóvenes débiles que tendrán una mortalidad aún más temprana.

El deseo por la obtención de petróleo ya ha afectado algunas regiones sub-árticas donde el


ecosistema ha sido gravemente dañado. Compañías como la nuruega Statoil o la holandesa
Royal Dutch Shell han sido denunciadas en diferentes ocasiones por Greenpaece por verter
crudo y otros desechos en el mar en algunas de sus exploraciones, sin embargo, estas petroleras
siguen operando con el permiso de sus gobiernos. Por si fuera poco, las madres también sufren
con la llegada del hombre a esos territorios. Puesto que, la maquinaria implementada para
realizar perforaciones y detecciones, es grande, pesada y muy ruidosa, algo que causa
disturbios en áreas donde las madres y crías permanecen en las guaridas, ocasionando que ella
los abandone o tengan que huir embarazadas.

Los esquimales y en Alaska los cazan por tradición, para comer su carne y usar su piel como
abrigo. En ciertos países su caza ya está prohibida, mientras que en otros se han impuesto
reglamentos de control donde solo está permitido cazarlos con fines de supervivencia, pero
esto es difícil de controlar. Empresas tanto norteamericanas como europeas lucran con pieles
y con los cuerpos disecados. También la caza deportiva es practicada por personas con poder
y alto poder adquisitivo.

Los osos polares se han visto gravemente afectados por el cambio climático, el aumento de la
temperatura está derritiendo los glaciales y las gruesas capas de hielo de su habitad. Lo que
los investigadores han catalogado como un gran problema para muchos osos polares son los
cambios en la masa de hielo. Los osos caminan sobre el hielo para llegar a la tierra y volver al
agua nuevamente. Lo que puede ocurrir es que mientras los osos polares están en la tierra, la
formación de hielo que utilizaron para llegar hasta allí, puede romperse o derretirse. Como
resultado, pueden quedarse atrapados en un pedazo de tierra. Si no hay suficiente alimento allí,
puede que no sobrevivan. Así mismo será más dificil para las madres encontrar un lugar con
parir.

EL FUTURO DE LA ESPECIE

El futuro del oso polar es incierto, pero las predicciones sobre su próxima extinción no se hacen
esperar. De no encontrar una solución a su problemática actual, aquellos rumores que se
consideraban fatalistas serán una realidad. Los científicos que por años se han dedicado al
estudio de la situación que envuelve al Ártico, creen que la capa de hielo que comprende esa
zona desaparecerá dentro de 100 años.

Existe un documental realizado por National Geographic titulado “Seis Grados que podrían
cambiar el mundo” en el que los científicos se adelantan a explicar lo que pasaría si la
temperatura global llegara a aumentar esa cifra. Lo que intentan mostrar son las consecuencias
irreversibles que esto representaría. Si un solo grado es capaz de modificar un ecosistema, más
calor significaría una transformación total de la biodiversidad.

Se dice que dos grados más sería sinónimo de pocos insectos, muchos desiertos, corales
dañados y por supuesto, osos polares extintos. Los espectadores podrán calificar este
documental como una película de ciencia ficción, pero pensemos bien si realmente queremos
que nuestros descendientes comprueben si esto va a llegar a ocurrir.

Alaska es el único lugar de los Estados Unidos donde se permite solamente a los pobladores
indígenas capturar a los osos polares para la obtención de su carne como alimento y de su pelaje
para sobrevivir al frío. En otras regiones existen sistemas de cuotas donde se controla el número
de ejemplares capturados y Noruega prohíbe completamente esta actividad para todos los
grupos sociales sin excepción alguna. A pesar de la importancia que el mundo le ha dado al
asunto, todavía existen noticias sorprendentes e increíbles, como por ejemplo, el hecho de que
en Groenlandia se tiene previsto iniciar con temporadas de caza deportiva en unos años más o
que Canadá aún permite la caza deportiva de osos polares para cualquier persona.

Si el máximo depredador del Ártico está en peligro, ¿qué se puede decir de las otras especies?
Desafortunadamente gran parte de los miembros del reino animal está sufriendo los cambios
en el ambiente y debemos recordar que todo esto representa una cadena alimenticia, en el que
la falta de un organismo afecta a un número considerable de seres vivos que dependen de este.

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