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El ABORTO

En una decisión de siete votos contra dos en 1973, la corte suprema de los Estados
Unidos, en el caso de roe versus Wade, dictaminó una de sus decisiones más
radicales en la historia moderna. Generalmente, cuando un caso llega a la corte
suprema, se le pide a la corte que dicte un juicio sobre la interpretación de la
constitución. La corte decide lo que quiere decir la constitución y, en este caso, la
corte tenía que decidir si los estados (en este caso fue el estado de Missouri)
pueden restringir el derecho de la mujer de tener un aborto. La corte no pudo citar
ninguna parte de la constitución que estableciera el derecho de tener un aborto,
tampoco pudo encontrar ese derecho en las diez primeras enmiendas a la
constitución (llamadas Bill of rights). Por lo tanto, la corte sentó un precedente que
no apelaba directamente a la constitución, declarando que hay un derecho
implicado de privacidad en la constitución, y así, sobre esta base, estableció el
derecho de la mujer de tener un aborto.

El resultado es que, en los Estados Unidos, ahora existe una de las leyes más
liberales acerca del aborto en todo el mundo. En la práctica, el aborto se realiza
cuando uno quiera. El aborto es una forma de control de la natalidad. Como sea la
situación del embarazo, si una mujer puede encontrar a un médico o una clínica
que la apoye, está garantizado el aborto. La corte arguyó que el peso de la historia
estaba a favor del aborto. El peso del argumento de la corte realmente descansaba
sobre la proposición de que el feto inviable deriva su significado solamente del
deseo de la madre de dar a luz a su bebé. En otras palabras, los derechos de la
madre son establecidos, excluyendo totalmente los derechos del bebé.

Un estudio reciente, que es considerado el acercamiento más riguroso al tema en


ese país, socava ese argumento. Durante cinco años los investigadores le dieron
seguimiento a mil mujeres que buscaron practicarse un aborto en ese país y
descubrieron que las que se sometieron al procedimiento no experimentaron más
depresión, ansiedad, baja autoestima ni insatisfacción con la vida que aquellas a
quienes se les negó.

El estudio, publicado en (JAMA Psychiatry) solo encontró un aumento de síntomas


psicológicos en las mujeres que solicitaron abortos pero no les permitieron
someterse al procedimiento porque sus embarazos habían sobrepasado la fecha
límite.

Sin embargo, su angustia fue corta, bien sea que buscaran abortar en otro lado o
que tuvieran al bebé. Aproximadamente, seis meses después de que las
rechazaran en la primera clínica su salud mental se parecía a la de quienes habían
abortado.

“Lo que considero increíblemente interesante es cómo todas de alguna forma se


emparejan después de seis meses a un año”, señaló Katie Watson, una
especialista en bioética de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad
Northwestern, quien no participó en la investigación.
“Este estudio nos habla de la resiliencia de la gente que lidia lo mejor que puede
con las circunstancias y sale adelante”, dijo. “La revelación es lo común que es”.

ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN

En mi opinión pocos temas causan tanto debate, controversia, emoción como es la


cuestión del aborto.

Ha sido tema de incontables artículos, libros, pláticas y demostraciones.

Hay una falacia de pensamiento que invocan muchas mujeres y también los hombres:
el pensar que, en última instancia, es la mujer embarazada la que tiene autoridad para
decidir qué va a hacer con SU cuerpo, con SU vida, y que nadie tiene derecho a
entrometerse y decirle lo que tiene que hacer. El error conceptual está en el uso del
adjetivo posesivo “SU”, porque en realidad ese feto no es parte de su cuerpo, como lo
serían el hígado, el corazón, los riñones, etc. No es un órgano más, al cual se lo puede
extirpar como si fuese un ente impersonal. Es, en potencia, todo un ser humano que,
si se le permite vivir, puede ser tan digno de respeto y valoración como cualquier
persona. No es que, en caso de querer abortar, esa mujer esté disponiendo de SU
cuerpo; está disponiendo del cuerpo y de la vida de OTRO ser humano. Por lo tanto, al
quitarle la vida a otro está cometiendo un homicidio.

En realidad, una de las cosas que Dios aborrece es “las manos derramadoras de
sangre inocente” (Proverbios 6:17).

La vida es santa, pura e inmutable, por eso tenemos que respetarla tal como
respetamos a Dios, el dador de la vida misma. Es claro a través de toda la Biblia que
Dios sabe todas las cosas, tanto las de ahora como las venideras, y lo ha sabido por la
eternidad. De tal forma, Él conoce a cada persona, cada vida aún mucho antes de la
concepción.

Dios no solamente conoce a cada individuo antes de que nazca, sino que también
tiene un propósito para todos y cada uno de ellos.

Isaías :1, 5 Haciendo referencia al Mesías Dios lo llamó a cumplir su misión desde el
vientre. La vida prenatal es preciosa para Dios. Jeremías 1:5

 Retrasar el inicio de la actividad sexual


 Prevenir el consumo de alcohol y drogas que alteran la percepción de la
realidad y el estado de conciencia.
 Entrenamiento a los padres respecto a la afectividad y sexualidad de sus hijos.
 Educación integral afectiva y sexual: para niños y adolescentes basado en el
autoconocimiento, autodominio y auto-respeto acorde con el desarrollo
fisiológico de los niños y adolescentes

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