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Asiria
Localización geográfica
País(es) Siria
Líbano
Turquía
Irak
Irán
Características geográficas
Asiria es una antigua región del norte de Mesopotamia, que toma su nombre de la ciudad
de Aššur —del mismo nombre que Assur, su deidad tutelar—, que data de 2600 a. C..
Fundada a orillas del río Tigris, originalmente era una de una serie de ciudades de habla
acadia en la región. En los siglos XXV y XXIV a. C., los reyes asirios fueron líderes
pastorales. Desde finales del siglo XXIV a. C., los asirios se convirtieron en súbditos
de Sargón de Acad, que unió a todos los pueblos acadios y sumerios de Mesopotamia
bajo el Imperio acadio, que duró desde ca. 2334 hasta 2154 a. C..1 A partir de esa región
se formó, en el II milenio a. C., un poderoso reino que luego se convirtió en un imperio, que
por antonomasia se asocia con Asiria. También fue conocido como Subartu y, tras su
declive, como Athura, Syria (en griego antiguo), Assyria (en latín) y Asuristán. En el
momento de máxima expansión, en los siglos VIII y VII a. C., Asiria controlaba un territorio
que hoy son, en todo o en parte, los países de Siria, Líbano, Turquía, Irak e Irán.
La asiriología —disciplina que estudia la Asiria antigua y más ampliamente la Mesopotamia
antigua—, distingue tres fases en la historia asiria, sabiendo que antes de alrededor
del 700 a. C. las fechas son aproximadas: el período paleoasirio, desde el siglo XX a
principios del siglo XIV a. C.; el período medioasirio, hasta 911 a. C.; y el período
neoasirio, hasta 612-609 a. C., fecha del final del reino asirio. Esquemáticamente, durante
el primer período, Asiria se resume a la ciudad-estado de Aššur, conocida principalmente
por el dinamismo de sus mercaderes. El segundo período vio el nacimiento del reino asirio
como tal, un poderoso estado territorial, que, sin embargo, se debilitó significativamente en
el cambio del II al I milenio a. C.. El tercer período vio a Asiria convertirse gradualmente en
un imperio, gracias en particular a su formidable ejército. Fue este período por el que Asiria
es más conocida, gracias a los descubrimientos del siglo XIX en las capitales
sucesivas, Aššur, Kalkhu (Nimrud), Dur-Sharrukin (Jorsabad) y Nínive(destruida
en 612 a. C.; sobre gran parte de sus ruinas se asienta Mosul). Fue también el poderío de
este Imperio y de sus soberanos lo que permitió que la memoria de Asiría continuara a
través de la tradición de la Biblia hebrea y de los autores griegos clásicos.
La gran cantidad de documentación epigráfica y arqueológica recogida del período asirio
durante casi dos siglos permite conocer muchos aspectos de este reino, que fue un
componente esencial de la civilización mesopotámica antigua, al igual que el que se
convirtió en su rival al sur, el reino de Babilonia. Esta fue la última fase del reino que, sin
embargo, es con mucho la más conocida. Se puede dibujar una imagen importante de
varios aspectos de la administración del reino, de las actividades económicas, de los
componentes de la sociedad, de la cultura asiria, incluida la religión y el arte. Muchas
áreas grises permanecen porque la documentación no se distribuye homogéneamente
según los lugares, los períodos y los aspectos de la vida de los antiguos asirios, debido
tanto a la desaparición de muchas fuentes desde la Antigüedad, como también porque que
los descubrimientos se refieren principalmente al medio de las élites.
La región de Asiria cayó luego bajo el control sucesivo de los
imperios medo, aqueménida, macedonio, seléucida, parto, romano y sasánida. Entre
mediados del siglo II a. C. y finales del siglo III surgió un mosaico de pequeños reinos
asirios independientes en la forma de Ashur, Adiabene, Osroene, Beth Nuhadra, Beth
Garmai y Hatra. La conquista islámica árabe a mediados del siglo VII finalmente disolvió
Asiria (Asuristán) como una entidad única, después de lo cual los restos del pueblo
asirio (ya entonces cristianos) gradualmente se convirtieron en una minoría étnica,
lingüística, cultural y religiosa en la tierra asiria, sobreviviendo hasta el día de hoy como un
pueblo indígena de la región.23
¿ES IGUAL
SIRIA Y
ASIRIA EN
LA BIBLIA?
1
Quiero definir 5 palabras para que podamos comprender qué trae el espíritu de Senaquerib:
Senaquerib era un rey combativo, guerrero, hijo y sucesor de Sargón II y quien combatió
contra Ezequías quien es mencionado en esta palabra. Senaquerib quería conquistar las
ciudades fortificadas de Judá para forzarlas a pagar tributo y así los reyes extranjeros
construyeran la base de sus ingresos. Dice el versículo 1 y claramente que "acampó contra las
ciudades fortificadas con la intención de conquistarlas". El iba determinado a conquistar a
Judá para cumplir su propósito pero, el rey Ezequías cuando se dio cuenta de todo esto tomó 2
decisiones las cuales lo llevaron a tener victoria sobre Senaquerib:
1- hizo todo lo posible para manejar la situación de forma sabia. Tomó medidas y cegaron
las fuentes y el arroyo; edificó los muros caídos y columnas; hizo muchas espadas y escudos;
puso capitanes de guerra sobre el pueblo y reunió al pueblo para dar palabra de ánimo,
confianza y fuerza.
2- la más importante decisión: CONFIAR EN DIOS
Las palabras usadas por Ezequías para infundir aliento al pueblo fueron las siguientes y se
encuentran en 2 Crónicas 32:7-8 ... " Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del
rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con
él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos
y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá
". Ezequías conocía muy bien cuál era su posición y su postura en Dios. El sabía que no podía
vencer la multitud que venía con el rey Senaquerib, pero sí sabía, entendía y creía que al Dios
que él le servía le daría la victoria. Senaquerib comenzó a manifestarse en toda su dimensión
ejerciendo la intimidación y la manipulación apelando a las victorias de sus antepasados, para
así traer el desánimo y el desaliento al rey y al pueblo. La manipulación y la intimidación
tienen como propósito en el creyente que bajemos la guardia, bajemos los brazos y dejemos que
el temor y el miedo nos invada para así el desánimo y desaliento tome control de nuestros
pensamientos y nuestras emociones. Así el enemigo tendrá control sobre nosotros y no
permitirá que podamos batallar. Senaquerib insultó al rey, blasfemó contra Dios, trató de
espantar y de atemorizar al pueblo para poder tomar la ciudad. (32:10-19). Cuál fue la
respuesta del rey Ezequías? CLAMAR. ORAR. CONFIAR. Qué sucedió ante la respuesta de
Ezequías y el pueblo ? Jehová envió un ángel el cual destruyó a todo el campamento del Rey de
Asiria. DIOS LES DIO LA VICTORIA !!!
Hay momentos en nuestras vidas donde las situaciones, pruebas, personas que nos rodean son
utilizadas por el enemigo de las almas para infundirnos miedo, desaliento, tratan de
intimidarnos por lo grande de su presencia; penetrar nuestras fortalezas, pensamientos y
emociones y así poder derribarnos. Pero debemos siempre recordar que la palabra es muy
clara cuando expresa que nuestra lucha y batalla no es contra carne y sangre, no es contra
seres humanos o personas, es contra el régimen espiritual de principados, potestades, poderes
de este mundo, huestes espirituales de maldad en regiones celestes (Efesios 6:12). Por lo tanto,
las medidas que hemos de utilizar para combatir son espirituales. Ezequías asumió su posición
en Dios clamando, orando, esperando, creyendo y confiando porque sabía que Dios era quien
único le daría la victoria. El ejército del Rey de Asiria superaba en número posiblemente al
pueblo del rey Ezequías, pero Dios superaba a todos los ejércitos. Ezequías fortaleció sus áreas
débiles; cerró su oído carnal a las blasfemias, vituperios e intimidaciones de Senaquerib y
abrió sus sentidos espirituales y clamaron al Señor. Ezequías en ningún momento atentó en
contra del rey de Asiria que lo atacaba. Solo hablaba y clamaba a Dios. Cuando conocemos
nuestra posición en el Señor y estamos conscientes de nuestra posición como Hijos del Dios
viviente no tenemos nada que temer, no tenemos que atentar en contra de quienes nos hacen la
guerra, pues nuestras armas son espirituales. Nuestro llamado es a orar, interceder, clamar,
ayunar, confiar y esperar. Mientras llega la victoria nos mantendremos en actitud combativa
espiritualmente. Alabando y adorando al que vive !!!
Debemos llevar bien presente que el Señor siempre está tratando con nosotros y que como su
trabajo no cesa tampoco el enemigo de las almas cesará de atacarnos y de tratar de capturar
nuestra atención. No podemos, no debemos de dejarnos arrastrar por las maquinaciones del
enemigo, por sus intimidaciones, sus manipulaciones, es experto tirando dardos que van directo
a esas áreas que en nuestra vida aún están en proceso de sanación y formación. Tenemos que
tomar control de nuestras acciones, de nuestras actitudes, de nuestros pensamientos,
posicionarnos en lugar correcto sobre nuestras rodillas y no sobre quienes se levantan en
contra del pueblo de Dios. Ningún siervo del Señor que asume una actitud correcta ante el
enemigo, ante la adversidad, ante las situaciones será o podrá ser derrotado. La palabra está
llena de ejemplos de siervos los cuales mediante la actitud correcta alcanzaron la victoria (
David vs Saúl; Nehemías vs Sanbalat y Tobías; Jesús vs Satanás; etc ... ). Uno de los mayores
problemas que enfrenta el ser humano es el desánimo, especialmente el pueblo de Dios. Este
llega por medio de la intimidación del enemigo cuando desviamos nuestra mirada del Autor y
Consumador de nuestra fe y la ponemos en los problemas y personas. Cuando asumamos el rol
que como Hijos de Dios tenemos y aprendamos a ser sabios en cómo pelear nuestras batallas,
no habrá "Senaquerib" que nos pueda derrotar.
FAMILIA:
SALIENDO DE
LA
ESCLAVITUD
septiembre 12, 2013
Por medio de la 53ª Verdad, en la que Dios reveló que las mujeres
ahora pueden ser ordenadas en el ministerio de Su Iglesia, Dios
también ha abierto más “el camino” para la eliminación de la
maldición, que ha estado sobre las mujeres desde el principio. Esta
única gran verdad revela mucho sobre el “espíritu” del matrimonio,
que va a producir un relacionamiento mucho más estrecho dentro de
las familias y con Dios, durante todo el milenio.
Dios dijo a Eva que su deseo (anhelo) como esposa sería para su
marido. Ya hemos hablado antes de cómo una mujer desea y anhela
que su marido “comparta” más de su vida juntos. Esto es
especialmente cierto en lo que se refiere a su deseo de que él
comparta (que de más de si mismo) en los esfuerzos y tiempo que
son necesarios para se construir un matrimonio y familia sólidos.
Sin embargo, hay otro “anhelo” que es muy típico en el matrimonio,
que es el anhelo por seguridad, sinceridad, confianza y “fidelidad”
en el matrimonio.
La Verdadera Libertad
La capacidad que el ser humano ahora tiene para destruirse muchas
veces físicamente, mediante la destrucción de toda la vida en la
tierra, es lo mismo que él ser humano ha estado haciendo
espiritualmente, mediante su rechazo a los caminos de Dios;
destruyendo por completo la verdadera belleza de aquello que la
familia estaba destinada a ser desde el principio. De hecho, sólo la
intervención de Dios en este tiempo del fin podrá preservar la vida
humana. Y solamente la intervención de Dios podrá “restaurar” la
familia, y sacarla completamente de la esclavitud espiritual a la que
ha sido sometida.
El Nuevo Pacto de Dios con nosotros puede resumirse en una poderosa declaración:
¡Es su irrevocable promesa librar a su pueblo del dominio del pecado - a través del
poder del Espíritu Santo!
Este nuevo pacto elimina todos nuestros esfuerzos inferiores de complacer a Dios
por medio de la carne. Es el fin de todos nuestros empeños de vencer al pecado,
ya bien sea por nuestra determinación, fuerza, razón o cualquier otro medio de la
carne. En resumen, el Nuevo Pacto de Dios nos quita la presión a nosotros -¡Y la
pone toda en él!
Por medio de este pacto, el Señor dice: "Ya no te pediré que me traigas un corazón
piadoso. Por el contrario, quitaré tu corazón de piedra - y pondré en ti un corazón
nuevo, uno que tenga anhelo por mí. ¡Yo haré que ansíes y hagas mi voluntad por
medio del poder de mi Espíritu!"
En términos sencillos, el Nuevo Pacto es el fin del "yo puedo" en el hombre. Este
es el hombre en nosotros que dice: "Yo lo puedo todo en mi poder y mi
fortaleza. Si tuviera suficiente tiempo para orar y estudiar la Biblia - si tan sólo
pudiera resolver todos mis problemas - entonces podré hacer cambios en mi vida."
El Nuevo Pacto de Dios le dice adiós a ese viejo hombre del "yo puedo" - y presenta
al "nuevo hombre" que dice: "No puedo hacer nada por mi propio esfuerzo. No
tengo el poder para efectuar cambio alguno en mi vida. ¡Pero todo lo puedo a
través del poder del Espíritu Santo!"
Una de las cosas más importantes que aprendí en mis estudios del Nuevo Pacto es
que es el secreto para obtener una vida victoriosa en los últimos días. A medida
que la venida de Cristo se acerca, el diablo abrirá las compuertas del infierno contra
los hijos de Dios. Él dejará libre poderes demoníacos, tales como el mundo nunca
ha visto.
El Señor nos contesta prometiendo que él mismo se hará cargo del problema. Nos
asegura: "No tengas miedo. Yo voy a tomar este asunto en mis manos. Yo te daré
poder en contra de todo ataque del enemigo. ¡Y lo haré por medio de mi Nuevo
Pacto contigo!"
Tan pronto comencé a estudiar el Nuevo Pacto pude ver las verdades gloriosas
saliendo del trato de Dios con Israel en el Antiguo Testamento. Pablo declara:
"Estas cosas les acontecieron como ejemplos y están escritas para nuestra
instrucción, para nosotros sobre quienes ha llegado el fin de las edades" (1
Co.10:11). Yo sentí del Señor preguntándome: "David, ¿quieres las llaves de la
victoria? ¿Quieres saber cómo vencer el pecado, la carne y al diablo? ¿Quieres
saber cómo batallar con el enemigo? Entonces ve al Antiguo Testamento y
aprenderás de los ejemplos que allí hay. ¡Los he guardado para ti, de manera que
puedas aprender las lecciones de santidad!"
La primera lección que aprendemos del
Antiguo Testamento es: ¡cuán seguro está
el hijo de Dios cuando éste confía en la sangre!
El hecho es, que aunque hayamos sido salvos y asegurados por la sangre de Cristo,
aún estamos enfrascados en una batalla contra principados, poderes satánicos y
huestes de maldad. Y tenemos que clamar el poder que está disponible a nosotros
a través del Nuevo Pacto. ¡Pero ese poder sólo viene por fe!
El profeta Isaías advirtió a Israel que no había posibilidad de victoria para ellos si
trataban de pelear con su adversario en su propia fuerza. Isaías 31 describe un
cuadro perfecto de la futilidad de tratar de batallar con el enemigo en nuestra
habilidad humana. Yo creo que este capítulo es tipo y sombra de la ineficiencia de
nuestros esfuerzos en la actualidad para derrotar la lujuria, hábitos y pecados
dominantes, confiando en ideas y ayudas humanas.
Ezequías era el rey de Israel cuando Senaquerib y los asirios llegaron. Y mientras
miraba al enorme ejército que rodeaba la ciudad, su viejo hombre de "yo puedo"
salió a relucir en él. El rey pensó que con un poco de tiempo, estrategia y ayuda
del exterior, los israelitas podrían librarse ellos mismos de esta terrible
situación. Él pensó: "Estamos enfrentando una situación muy opresiva. Asiria es
un poderoso enemigo. Pero creo que todo lo que necesitamos es un poco de ayuda
militar. Probablemente podamos aguantar ese ejército hasta que consigamos que
alguien nos ayude."
Ahora bien, puedes pensar que sencillamente a Israel le faltaba fe en medio de esta
situación. ¡Pero Dios catalogó sus acciones como una rebelión! Isaías escribe: "¡Ay
de los que descienden a Egipto por ayuda! Buscan apoyo en los caballos; confían en
los carros de guerra, por ser numerosos y en los jinetes, por ser muy poderosos.
Pero no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!" (Is. 31:1). Dios estaba
diciendo: "¡Te has rebelado en mi contra! Tú sabes que yo soy tu única fuente de
victoria. ¡Sin embargo, has rehusado venir a mí!
Al igual que Israel, muchos cristianos hoy en día recurren a cosas hechas por el
hombre en un intento de alcanzar la victoria sobre la carne. Un ejemplo notorio es
el vasto número de libros de "ayuda propia" que se encuentran en las librerías
cristianas. Literalmente, miles de libros prometen maneras seguras de como
mejorar nuestro "yo" y aquietar y subyugar nuestra carne. De hecho, a
dondequiera que vamos se nos ofrecen opciones carnales para todas nuestras
necesidades. Las iglesias prometen reuniones ungidas de avivamiento en donde
podemos satisfacer todas nuestras necesidades bien sea por la oración, o por la
imposición de manos. Evangelistas ofrecen liberación instantánea, sanidad
instantánea, y palabra instantánea, de Dios.
Este hombre era hijo de un pastor presbiteriano. Como adulto fue miembro de la
iglesia y director del coro. Se casó, tuvo dos hijos y fue considerado como un gran
padre de familia por todos los que le conocían. Pero Applewhite tenía un problema
que no podía resolver - una tendencia muy marcada a ser homosexual.
Años más tarde, después que Applewhite abandonara a su familia, inició un grupo
que llamó "The Overcomers" (Los Vencedores). Este grupo enseñaba la abstinencia
sexual y Applewhite esperaba que el estilo de vida que predicaban lo liberaría. Pero
no fue así. En informes recibidos se decía que el mismo se había castrado para
liberarse de su demonio. De los otros 38 que murieron en el suicidio masivo, una
tercera parte de ellos estaban castrados en su esfuerzo desesperado por liberarse
del dominio del "pecado."
Puede que sintamos repulsión por las prácticas del culto de Applewhite y por el
suicidio en masa que él instigó. Pero lamentablemente, miles de cristianos hoy en
día, también están peleando batallas que están perdiendo en contra de hábitos de
vida y lujurias. El pecado ha tomado dominio sobre muchos en la iglesia, aún
aquellos que gimen y oran por liberación. Su clamor es profundo y claro:
"¡Miserable hombre de mi! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?"
(Ro.7:24). "...lo que aborrezco, eso hago" (verso 15).
Puedes tener una voluntad santa, un sólido trasfondo moral y una mente sin
contaminación. De hecho, puedes ser una de las personas más santas que camina
en esta tierra. Pero ningunos de estos atributos son armas efectivas para combatir
los poderes del infierno. La Biblia dice que ningunos de los poderes o habilidades
humanas funcionan contra el diablo. ¡Siempre fracasarás por tus propios
esfuerzos!
Si estás en medio de una lucha abrumadora, debes aprender la palabra que Dios le
dio a Zacarías: "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová
de los ejércitos" (Zac. 4:6). Tu victoria nunca vendrá por la espada del hombre - ¡y
menos la tuya!
Al asociar esta espada con la boca de Cristo, Juan está diciendo que nuestra arma
efectiva en la batalla contra nuestros enemigos será la voz del Señor. De hecho,
esta es la misma imagen que usa Isaías para describir como Dios derrotará a los
asirios: "Porque Asiria será hecha pedazos a causa de la voz de Jehová; con un palo
la golpeará" (Is. 30:31).
Isaías está diciendo: "Tu Señor promete pelear por ti. Él dará a conocer su voz y
pondrá todos tus enemigos a huir. "Entonces Jehová hará oír su potente voz, y
dejará ver el descenso de su brazo con furor de ira y con llama de fuego
consumidor, con lluvia violenta, torrente y piedras de granizo" (Is. 30:30).
Seguidamente Isaías usa la figura de un ave para ilustrar el poder protector de Dios
para con su pueblo: "Como los pájaros que vuelan, así defenderá Jehová de los
Ejércitos a Jerusalén. La defenderá y la auxiliará, la preservará y la rescatará" (Is.
31:5). El significado de este verso en hebreo es: "Así como la gallina se pavonea
sobre sus crías, así hará Jehová, Dios de los ejércitos, esparcirá sus alas sobre
Jerusalén."
Dios le estaba diciendo a Israel "Si quieres ser protegido del asalto del enemigo,
entonces refúgiate bajo mis alas. Yo te daré seguridad cubriéndote de la manera
que una gallina cubre a sus polluelos. ¡No tienes que vivir en temor de tus
enemigos de ahora en adelante!
Dios sólo pide que depongas tu espada - y que confíes en él, que el cogerá su
espada para tu beneficio. Él quiere que tu lo reconozcas y digas: "Señor, sé que la
batalla no es mía. ¡He fallado tantas veces! Ahora vengo a ti en fe. Ayúdame Dios
mío. ¡Líbrame de estos abrumantes enemigos!
Egipto nunca respondió al pedido de ayuda de Israel. La nación que una vez fue
poderosa vino a ser una caña rota. Mientras tanto, Senaquerib y el ejército asirio
había rodeado a Jerusalén. Y en ese momento Ezequías decidió: "No vamos a
apoyarnos en el brazo de la carne esta vez. ¡Vamos a hacerlo todo a la manera de
Dios!"
Ezequías sabía que Isaías tendría la palabra de Dios para guiarlos. Así que esta vez
envió sus emisarios al profeta. Estos hombres dijeron a Isaías: "Este día es día de
angustia, de reprensión y de vergüenza; porque los hijos están a punto de nacer,
pero no hay fuerzas para dar a luz" (verso 3). En otras palabras: "Esta vez
queremos hacer todo según Dios. Pero tienes que saber que estamos
extremadamente débiles. Nuestras defensas están exhaustas, sin reservas. ¿Qué
haremos?
Isaías tenía la palabra de Dios para ellos. El profeta dijo: "...No temas por las
palabras que has oído, ...haré que en su tierra (Senaquerib) caiga a espada"
(versos 6-7). Dios estaba diciendo: "Cualquier enemigo tuyo es ahora mi enemigo
- ¡porque me has entregado tu batalla! Si alguien habla en tu contra, te hiere o
abusa de ti, es un ataque contra mí. ¡Y yo me haré cargo de ese enemigo sea
mortal o sea demoniaco!
"...No entrará en esta ciudad; no tirará en ella ni una sola flecha. No vendrá frente
a ella con escudo, ni construirá contra ella terraplén" (verso 33). Dios dice: "Otros
estarán cayendo a tu alrededor, pero eso no significa nada. Tú andarás en pacto
conmigo. ¡Y he prometido hacer batalla contra todo enemigo que te ataque!"
Creo que Dios tiene un gran sentido del humor - porque envió un solo ángel para
poner el ejército asirio a la fuga. La Escritura dice: "Entonces salió el ángel de
Jehová e hirió a 185,000 en el campamento de los asirios. Se levantaron por la
mañana, y he aquí que todos ellos eran cadáveres" (verso 36).
¡Que vista espectacular debió haber sido aquella! Esa mañana los asirios se
levantaron para encontrar más de 185,000 de sus compañeros muertos - sin trazo
alguno en sus cuerpos de haber sido heridos. ¡Y todo esto sucedió sencillamente
porque los israelitas se humillaron y buscaron a Dios!
La Biblia nos dice que los asirios huyeron de Judá. "Entonces Senaquerib, rey de
Asiria, partió..." (verso 37). No sólo los enemigos de Israel fueron esparcidos, sino
que también Dios se aseguró que fueran destruidos. La Escritura nos dice que poco
tiempo después Senaquerib fue asesinado por sus dos hijos mientras este adoraba
en su templo pagano. (verso 38).
Es posible que haya un vínculo entre los señores de la guerra del Estado
Islámico y sus predecesores históricos, los beligerantes asirios: Dos
civilizaciones antiguas competían por el poder en lo que hoy es la nación
de Irak, Babilonia al sur y Asiria al norte.
La primera capital de Asiria fue Assur, ubicada a unos 150 kilómetros al norte
de la Bagdad moderna en la orilla oeste del río Tigris.
Este sitio web informativo, nos informa que al igual que el Estado Islámico,
los bárbaros asirios grababan su brutalidad; no con cámaras de teléfonos
celulares y de vídeo. Sino en los obeliscos de piedra:
En otro detalle, vemos tres estacas; cada uno con ocho cabezas cortadas,
fuera de la ciudad conquistada. Un tercer detalle muestra una fila de
prisioneros empalados, alineados en estacas colocadas en una colina fuera de
la ciudad capturada.
En una inscripción del padre de Salmanasar III, Ashurnasirpal II; éste último
nos dice: Yo capturé soldados vivos [y] los puse en estacas ante sus ciudades.
Eran como los huargos en El Señor de los Anillos: perros endemoniados con
el poder demoníaco.
¿Es posible que las fuerzas desatadas en el norte de Irak y Siria, hoy sean las
mismas fuerzas oscuras que infestaban aquella tierra hace miles de
años? Definitivamente SÍ. ¿Es el espíritu de la antigua Asiria demoníaca?
Son el antiguo Enemigo contra quien luchó el pueblo de Dios: los Judíos. Y
entonces el Espíritu Santo conquistó la patria original de la fe, cuando los
apóstoles trajeron la luz de Cristo a Mesopotamia.
Y ahora han encontrado una manera de volver e infestar los corazones y las
mentes de estos modernos asirios: con la misma sed de sangre de sus
antepasados.
Más que nunca, debemos recordar las palabras del apóstol Pablo a los Gálatas
Estas son las palabras desesperadas en la noche del Sábado 19 de julio del
Arzobispo Louis Sakko, patriarca de los caldeos iraquíes.
El religioso narra además que los jihadistas hicieron irrupción en las casas y
se llevaron todo lo que encontraron: pasaportes, documentos, dinero, joyas y
celulares.
“El mundo de hoy está dividido en dos territorios y dos lados, y no hay un
tercero: el territorio del Islam y la fe. Y el campo de kufr (incredulidad) y la
hipocresía; el campo de los musulmanes y los muyahidines en todas partes, y
la tierra de los Judíos y los cruzados, sus aliados y con ellos el resto de las
naciones y las religiones de la incredulidad, todos dirigidos por Estados
Unidos y Rusia, y movilizados por los Judios”.
De acuerdo con este punto de vista, todo lo que no es el Islam, tal como lo
entiende el ISIL, es combatido y erradicado. Y se autoriza el uso de la fuerza
con el fin de traer la victoria final sobre la incredulidad y la hipocresía.
Ahora los islamistas marcan las casas de los cristianos para saltearse la
entrega de víveres y para luego apropiarse de la casa.
Han comenzado a marcar las casas de los cristianos con la letra ‘N’, de
Nazarat (cristianos)”. El tono en que Monseñor Shleimun Warduni, vicario
patriarcal caldeo, comunica a Baghdadhope la nueva discriminación contra los
cristianos puesta en marcha por los terroristas del Estado Islámico en Mosul es
triste, casi resignado.
Detrás de esta decisión por parte de los islamistas no hay una razón práctica.
Según lo informado por Aina, el estado islámico ha ordenado a los
funcionarios del gobierno no distribuir raciones de alimentos, agua y
bombonas o garrafas de gas a los cristianos,
a los que tienen derecho todos los demás residentes sunitas en una ciudad,
donde es difícil conseguirlos por el estado de guerra.
Además de los cristianos, los chiitas y los kurdos no pueden recibir ayuda.
agosto 9, 2014
Son fotos muy fuertes estas que puede ver aquí documentando la matanza
de niños por parte del Estado Islámico, que está tomando cada vez más
territorio en Irak, matando a los cristianos y estos están huyendo en
medio de una hambruna y falta de agua.
La comunidad occidental no sale de su asombro y está casi paralizada,
salvo la declaración de la ONU llamando a parar el genocidio, el
ofrecimiento de Francia para alojar a los desplazados y los tímidos
bombardeos de EE.UU. tratando de frenar a la milicia del Estado
Islámico.
Pero dentro de ello hay buenas noticias. El Papa está liderando una
concientización mundial del genocidio y “musulmanes de a pie” en Irak oran
junto con los cristianos para detener la matanza.
Otras ciudades tomadas por los jihadistas son Tal Kaif, Bartela, Karamlesh,
Zumar y Sinjar, además de una instalación petrolera y Rabia, un puesto
fronterizo entre Siria e Irak.
Tal Kaif había también una comunidad cristiana significativa, así como
musulmanes de la minoría chiita chabak, los cuales también son víctimas del
también se vació durante la noche.
“Tal Kaif está ahora en manos del Estado Islámico. No enfrentaron ninguna
resistencia y simplemente entraron pasada medianoche”, dijo Butros Sargon,
un poblador que huyó hacia Erbil.
En declaraciones a la prensa internacional, relató que se escucharon disparos
durante la noche “y cuando miré fuera, vi un convoy militar del Estado
Islámico. Gritaban ‘Allahu Akabr’ (Dios es grande)”.
Según la ONU, unas 200.000 personas han huido por las carreteras.
“El Santo Padre sigue con viva preocupación las dramáticas noticias que
llegan desde el norte de Irak y que afectan a la población desarmada”.
Recordó que durante la oración del ángelus del pasado 20 de julio, el papa
Francisco había exclamado con dolor:
“Nuestros hermanos son perseguidos, expulsados, tienen que dejar sus casas
sin la tener la posibilidad de llevarse nada consigo. A estas familias y a estas
personas quiero expresar mi cercanía y mi constante oración. ¡Queridos
hermanos y hermanas que están siendo perseguidos, sé lo que sufren y sé que
están siendo despojados de todo. ¡Estoy con ustedes en la fe de Aquel que
venció el Mal!”.
Incluso hoy en día, el botín es uno de los principales objetivos de Abu Bakr
al-Baghdadi y sus aliados: una vasta constelación de movimientos qadeistas y
salafistas activos en Siria, milicias tribales suníes y baathistas iraquíes
dirigidos por el último jerarca del régimen de Saddam Hussein, Izzat Ibrahim
al Duri.
El objetivo del Estado Islámico está atado a saquear las casas, el dinero, la
propiedad, la riqueza, los vehículos, la tierra que se utilizará para pagar los
costos de la guerra, los salarios a los combatientes, los “dividendos” a los
diversos “accionistas” de la empresa de la cual al-Baghdadi es el CEO.
Entre los bienes requisados no hay escasez de niñas, en su mayoría cristianas
y yazidíes, convertidas por la fuerza al Islam, para darlas en matrimonio a las
decenas de miles de jóvenes voluntarios que acudieron de todas las
comunidades islámicas en Asia, África y Europa, apuntando obviamente a
conseguir una pequeña parte del botín: un trabajo asalariado como
combatiente, una casa y una esposa.
Incluso se ha denunciado la semana pasada que 300 mujeres yazidíes han sido
secuestrados por militantes del Estado Islámico, las que se utilizarán para
tener hijos con el fin de romper la línea de sangre antigua de la comunidad. La
minoría yazidí ha conservado una tez más blanca, pelo rubio y ojos azules por
sólo casarse dentro de la comunidad, pero en su intento de convertir a todos
los no-musulmanes, los jihadistas han prometido impregnar a los rehenes .
La confirmación de la motivación económica sobre la limpieza étnica viene de
la misma evidencia de los yazidíes que dijeron que fueron “traicionados por
amigos sunitas”, que durante siglos habían sido sus vecinos.
“Las tribus Mewet, Khawata y Kejala, eran nuestras vecinas. Pero se han
unido al Estado Islámico, recibiendo armas y han indicado quien era yazidí y
quien no lo era”
Ninguna comunidad minoritaria se ha librado desde el 9 de junio, cuando
comenzó la ofensiva del Estado Islámico.
Muchas personas desplazadas nos han contado el horror que ha afectado a sus
pueblos la llegada de los jihadistas, que perseguían a las minorías yazidíes,
matando a los hombres y secuestrando a las mujeres.
“Se llevaron todas las mujeres de mi familia, incluso a mis hijas”, dijo Hamid
kurda. “Había cadáveres por todas partes en mi pueblo” – añadió Khudeida
Hussein, de 46 años – “se les dijo que se tenían que convertir al Islam de otro
modo serían muertos”.
Mientras tanto, patriarca caldeo Louis Sako de Bagdad dijo: “Hay necesidad
de apoyo internacional y un ejército profesional, bien equipado. La situación
va de mal en peor”.
El Papa Francisco y el Patriarca Sako no son los únicos clérigos que piden
rápida y decisiva acción para poner fin al genocidio en Irak. El Vicario
Episcopal de Irak, Andrew White, logró visitar la ciudad de Qaraqosh y
evaluar personalmente la situación en esa comunidad después de la captura
del Estado islámico.
MATANZA DE CRISTIANOS EN IRAK
“Hoy en día, Qaraqosh se encuentra 90 por ciento vacía, profanada por los
pistoleros del grupo fanático terrorista del Estado Islámico ahora en el
control. La mayoría de los de la ciudad de 50.000 personas han huido por
temor a que, al igual que otros cristianos en esta región, sean masacrados”.
White informó que una mujer a quien se le cortó el dedo después de que no
pudo quitarse el anillo de bodas con la suficiente rapidez.
Sin embargo, incluso las figuras, amantes de la paz, están reconociendo que
este es un mal no habitual.
Estos hombres no necesitan que se les diga qué hacer. Asesinan para su propio
placer.
¿Dónde está el resto del mundo? ¿Dónde están las resoluciones de la ONU?
¿Dónde están las condenas de los países islámicos del mundo? ¿Arabia
Saudita? ¿Dónde están los edictos o fatwas? ¿Por qué no está el mundo
combinando sus fuerzas contra estos terroristas?
1, 2. a) Desde una óptica humana, ¿por qué resulta comprensible que Jonás se mostrara reacio a
cumplir la comisión de predicar a los asirios? b) ¿Cómo respondieron los ninivitas cuando oyeron el
mensaje de Jonás?
A MEDIADOS del siglo IX a.E.C., el profeta hebreo Jonás, hijo de Amitai, se aventuró a
entrar en Nínive, la capital del Imperio asirio. Llevaba un mensaje importante. Jehová le
había dicho: “Levántate, ve a Nínive la gran ciudad, y proclama contra ella que la
maldad de ellos ha subido delante de mí” (Jonás 1:2, 3).
2
En un principio, cuando Jonás recibió aquella comisión, huyó en dirección opuesta,
hacia Tarsis. Desde una óptica humana, su reacción resulta comprensible. Los asirios
eran un pueblo cruel. He aquí lo que uno de sus monarcas hizo con sus enemigos:
“Desmembré a los oficiales [...]. A muchos de sus cautivos los quemé con fuego, y a
otros muchos los capturé vivos. A algunos les amputé las manos y los dedos; a otros, la
nariz”. Sin embargo, cuando Jonás finalmente entregó el mensaje divino, los ninivitas se
arrepintieron de sus pecados, así que Jehová, por esa vez, perdonó a la ciudad (Jonás
3:3-10; Mateo 12:41).
3
¿Reaccionan de igual modo los israelitas cuando Jonás les predica? (2 Reyes 14:25.)
No. Le vuelven la espalda a la adoración pura, hasta el punto de “inclinarse ante todo el
ejército de los cielos y [...] servir a Baal”. Peor aún, continúan “haciendo pasar a sus hijos
y a sus hijas por el fuego y practicando la adivinación y buscando agüeros, y [...]
vendiéndose a hacer lo que [es] malo a los ojos de Jehová, para ofenderlo” (2 Reyes
17:16, 17). Puesto que Israel, a diferencia de los ninivitas, no se arrepiente ante las
advertencias de los profetas que Jehová envía, este decide adoptar medidas más
drásticas.
4, 5. a) ¿A quién hace referencia la expresión “el asirio”, y de qué forma lo utiliza Jehová como “vara”?
b) ¿Cuándo cae Samaria?
4
Tras la visita de Jonás a Nínive, la agresividad asiria decae durante algún tiempo.* Pero
a principios del siglo VIII a.E.C., Asiria se afianza como potencia militar, y Jehová la utiliza
de modo asombroso. El profeta Isaías transmite a Israel, el reino norteño, este mensaje
de advertencia procedente de Jehová: “¡Ajá, el asirio, la vara para mi cólera, y el
palo que está en la mano de ellos para mi denunciación! Contra una nación
apóstata lo enviaré, y contra el pueblo de mi furor le daré una orden, para que
tome mucho despojo y para que tome mucho en saqueo y para que haga de él un
lugar de holladura como el barro de las calles” (Isaías 10:5, 6).
5
¡Qué humillación para los israelitas! Dios utiliza a una nación pagana, “el asirio”, como
“vara” para castigarlos. En el año 742 a.E.C., el rey asirio Salmanasar V pone sitio a
Samaria, capital de la apóstata nación de Israel. Desde su estratégica posición en lo alto
de una colina de 90 metros de altura, Samaria resiste casi tres años. Pero no hay táctica
humana capaz de frustrar el propósito de Dios. Samaria cae en 740 a.E.C., aplastada
bajo los pies de Asiria (2 Reyes 18:10).
6. ¿Por qué puede decirse que el asirio se extralimita en las funciones que Jehová le ha asignado?
6
Aunque Jehová se vale de ellos para dar una lección a Su pueblo, los asirios no lo
reconocen como su Dios. Por ese motivo pasa a decir: “Aunque [el asirio] no sea así,
se sentirá inclinado; aunque su corazón no sea así, él tramará, porque el aniquilar
está en su corazón, y el cortar no pocas naciones” (Isaías 10:7). Un instrumento en
sus manos: así considera Jehová al asirio. Pero este se siente inclinado a extralimitarse.
Su corazón lo incita a proyectar algo más grande: la conquista del mundo conocido.
7. a) Explique qué significa la expresión “¿No son mis príncipes al mismo tiempo reyes?”. b) ¿De qué
deben tomar nota quienes abandonan a Jehová en la actualidad?
7
Muchas de las ciudades que los asirios conquistan fuera del territorio de Israel están
gobernadas por reyes. Estos pasan a convertirse en príncipes vasallos del monarca
asirio, por lo que este último bien puede proclamar con jactancia: “¿No son mis
príncipes al mismo tiempo reyes?” (Isaías 10:8). Los falsos dioses de las principales
ciudades de esas naciones no han podido librar de la destrucción a quienes los adoran.
Tampoco las deidades que veneran los habitantes de Samaria, como Baal, Mólek o los
becerros de oro, protegerán a una ciudad que, habiendo dejado a Jehová, no tiene
derecho a esperar que él intervenga. Quienes abandonan a Jehová en la actualidad
deben tomar nota de la suerte que corre Samaria. Con razón puede alardear el asirio
respecto a esta y a las demás ciudades que ha conquistado, diciendo: “¿No es Calnó
justamente como Carquemis? ¿No es Hamat justamente como Arpad? ¿No es
Samaria justamente como Damasco?” (Isaías 10:9). Para él, todas son lo mismo: un
botín del que apoderarse.
8
No obstante, el asirio va demasiado lejos en su jactancia, pues dice: “Cuando quiera
que mi mano haya alcanzado los reinos del dios que nada vale, cuyas imágenes
esculpidas son más que las que están en Jerusalén y en Samaria, ¿no será que tal
como habré hecho a Samaria y a sus dioses que nada valen, aun así haré a
Jerusalén y a sus ídolos?” (Isaías 10:10, 11). Los reinos que el asirio ya ha derrotado
tenían muchos más ídolos que Jerusalén, más incluso que Samaria. Por consiguiente,
razona: “¿Qué me impedirá hacer con Jerusalén lo mismo que hice con Samaria?”.
9
¡Qué fanfarrón! Jehová no le permitirá tomar Jerusalén. Es cierto que Judá no tiene un
intachable historial de apoyo a la adoración verdadera (2 Reyes 16:7-9; 2 Crónicas
28:24). Jehová le ha advertido que su infidelidad le acarreará mucho sufrimiento
durante la invasión asiria. Pero Jerusalén sobrevivirá (Isaías 1:7, 8). Ezequías, quien reina
en la ciudad cuando los asirios invaden el país, no es como su padre, Acaz. De hecho,
precisamente en el primer mes de su reinado vuelve a abrir las puertas del templo y
restaura la adoración pura (2 Crónicas 29:3-5).
10
De modo que el ataque que Asiria se propone lanzar contra Jerusalén no tiene la
aprobación divina. Jehová promete que ajustará cuentas con esa insolente potencia
mundial: “Tiene que suceder que cuando Jehová termine toda su obra en el monte
Sión y en Jerusalén, me encargaré de la rendición de cuentas por el fruto de la
insolencia del corazón del rey de Asiria y por el engreimiento de su altanería de
ojos” (Isaías 10:12).
11
Transcurridos ocho años desde la caída del reino norteño en 740 a.E.C., un nuevo
monarca asirio, Senaquerib, marcha contra Jerusalén. Poéticamente, Isaías revela sus
ambiciosos planes: “Quitaré los límites de los pueblos, y ciertamente saquearé sus
cosas almacenadas, y rebajaré a sus habitantes justamente como un poderoso. Y
como si fuera en un nido, mi mano alcanzará los recursos de los pueblos; y
justamente como cuando uno recoge huevos que han sido dejados, yo mismo
ciertamente recogeré aun toda la tierra, y ciertamente no habrá quien menee las
alas ni abra la boca ni chirríe” (Isaías 10:13, 14). Puesto que las demás ciudades
han caído y Samaria ya no existe, Senaquerib cree que Jerusalén será presa fácil. Puede
que presente alguna resistencia, pero apenas sin un chirrido, sus habitantes no tardarán
en someterse, y él les arrebatará sus bienes como si fueran los huevos de un nido
abandonado.
12. ¿Cómo deben verse los alardes del asirio, según lo muestra Jehová?
12
Ahora bien, hay algo que Senaquerib pasa por alto. La Samaria apóstata merecía el
castigo que recibió. Bajo el rey Ezequías, sin embargo, Jerusalén ha vuelto a ser un
bastión de la adoración pura. Quien se atreva a tocarla tendrá que vérselas con Jehová.
Indignado, Isaías pregunta: “¿Se dará realce a sí misma el hacha sobre el que corta
con ella, o se engrandecerá la sierra sobre el que la mueve de acá para allá, como
si el bastón moviera de acá para allá a los que lo levantan en alto, como si la vara
levantara en alto al que no es madera?” (Isaías 10:15). El Imperio asirio no es más
que un instrumento en las manos de Jehová, como el hacha, la sierra, el bastón o la
vara de un leñador, un aserrador o un pastor. ¡Qué osadía el que la vara quiera ahora
ensalzarse por encima del que la utiliza!
13. Señale a quiénes se refieren las siguientes expresiones y qué les ocurre a: a) “los gordos”, b) “las
malas hierbas y las zarzas” y c) “la gloria de su bosque”.
13
¿Qué le ocurrirá al asirio? “El Señor verdadero, Jehová de los ejércitos, seguirá
enviando sobre los gordos de él una enfermedad de extenuación, y debajo de la
gloria de él seguirá ardiendo un ardor como el ardor de un fuego. Y la Luz de
Israel tiene que llegar a ser un fuego, y su Santo una llama; y tiene que saltar en
llamaradas y comer las malas hierbas y las zarzas de él en un solo día. Y Él hará
que se acabe la gloria de su bosque y de su huerto, aun desde el alma hasta la
carne misma, y tiene que llegar a ser como el consumirse de uno que está
enfermo. Y los restantes árboles de su bosque... llegarán a ser de tal número que
un simple muchacho podrá apuntarlos.” (Isaías 10:16-19.) ¡Sí, Jehová recortará “la
vara” asiria! “Una enfermedad de extenuación” se abatirá sobre “los gordos” de su
ejército, sus fornidos soldados. Ya no parecerán tan fuertes. Jehová Dios, la Luz de
Israel, quemará sus tropas terrestres como si fueran mala hierba y zarzas. Y “la gloria de
su bosque”, sus oficiales militares, llegará a su fin. Cuando Jehová termine con el asirio,
quedarán tan pocos oficiales que hasta un niño podrá contarlos con los dedos (véase
también Isaías 10:33, 34).
14. Describa el avance del asirio en el suelo de Judá para el año 732 a.E.C.
14
Aun así, a los judíos que moran en Jerusalén en el año 732 a.E.C. debe de resultarles
difícil creer que las fuerzas enemigas serán derrotadas. El colosal ejército avanza
implacablemente. Observemos la lista de ciudades de Judá que han caído: “Ha venido
sobre Ayat [...,] Migrón [...,] Micmash [...,] Gueba [...,] Ramá [...,] Guibeah de
Saúl [...,] Galim [...,] Laisa [...,] Anatot [...,] Madmená [...,] Guebim [...,] Nob”
(Isaías 10:28-32a).*Finalmente, los invasores llegan a Laquis, a solo 50 kilómetros de
Jerusalén. Poco después, un numeroso ejército asirio amenaza la capital. “Él agita la
mano amenazante hacia la montaña de la hija de Sión, la colina de Jerusalén.”
(Isaías 10:32b.) ¿Qué puede detener al asirio?
15, 16. a) ¿Por qué necesita tener fe firme el rey Ezequías? b) ¿Qué razones tiene Ezequías para cifrar
su fe en que Jehová acudirá en su ayuda?
15
En la ciudad, dentro del palacio, el rey Ezequías se siente cada vez más inquieto. Se
rasga las vestiduras y se cubre de saco (Isaías 37:1). Además, envía hombres a Isaías
para que este inquiera de Jehová en nombre de Judá. Los mensajeros no tardan en
regresar con la respuesta divina: “No tengas miedo [...;] ciertamente defenderé esta
ciudad” (Isaías 37:6, 35). Pero los asirios siguen amenazando Jerusalén, completamente
seguros de su victoria.
16
La fe: eso es lo que sostiene al rey Ezequías durante esta crisis. Fe es “la demostración
evidente de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1). Supone mirar más
allá de lo obvio, pero se funda en el conocimiento. Es probable que Ezequías recuerde
las reconfortantes palabras que Jehová pronunció de antemano: “No tengas miedo,
oh pueblo mío que moras en Sión, a causa del asirio [...]. Porque todavía un rato
muy corto... y la denunciación se habrá acabado, y mi cólera, al desgastarse
ellos. Y Jehová de los ejércitos ciertamente blandirá contra él un látigo como en la
derrota de Madián junto a la roca Oreb; y su bastón estará sobre el mar, y
ciertamente lo alzará de la manera como lo hizo con Egipto” (Isaías 10:24-26).* En
efecto, el pueblo de Dios ya se ha visto en apuros antes. En el mar Rojo parecía que los
antepasados de Ezequías estaban irremediablemente perdidos ante la superioridad del
ejército egipcio. Siglos antes del tiempo de Ezequías, Gedeón se halló en pasmosa
inferioridad numérica cuando los madianitas y los amalequitas invadieron Israel. Aun
así, Jehová libró a su pueblo en ambas ocasiones (Éxodo 14:7-9, 13, 28; Jueces
6:33; 7:21, 22).
17
¿Hará Jehová lo mismo que hizo entonces? Sí, pues promete: “En aquel día tiene que
suceder que su carga se apartará de sobre tu hombro, y su yugo de sobre tu cuello,
y el yugo ciertamente será destrozado a causa del aceite” (Isaías 10:27). Los
hombros y el cuello del pueblo con el que Dios estableció su pacto quedarán libres del
yugo asirio. De hecho, este será “destrozado”. ¡Y vaya si es destrozado! En una sola
noche, el ángel de Jehová mata a 185.000 asirios. La amenaza desaparece, y los
invasores se retiran para siempre del suelo de Judá (2 Reyes 19:35, 36). ¿El motivo? “A
causa del aceite”, posiblemente el aceite con el que se ungió a Ezequías como rey del
linaje de David. De modo que Jehová cumple su promesa: “Ciertamente defenderé esta
ciudad para salvarla por causa de mí mismo y por causa de David mi siervo” (2 Reyes
19:34).
18. a) ¿Tiene la profecía de Isaías más de un cumplimiento? Explique. b) ¿Qué organización actual se
parece a la Samaria antigua?
18
Aunque el relato de Isaías comentado en este capítulo tiene que ver con sucesos que
ocurrieron en Judá hace más de dos mil setecientos años, tales acontecimientos
revisten suma importancia en nuestros días (Romanos 15:4). ¿Quiere decirse que los
principales personajes de esta emocionante narración —tanto los habitantes de
Samaria y Jerusalén como los asirios— tienen sus equivalentes modernos? Así es, en
efecto. Al igual que la idólatra Samaria, la cristiandad afirma que adora a Jehová, pero
en realidad es apóstata hasta la médula. En su obra Ensayo sobre el desarrollo de la
doctrina cristiana, el cardenal católico John Henry Newman admite que muchos
elementos que la cristiandad ha utilizado durante siglos, como el incienso, los cirios, el
agua bendita, las vestiduras sacerdotales y las imágenes, “son todos de origen pagano”.
La adoración paganizada de la cristiandad ofende a Jehová tanto como la idolatría de
Samaria.
19
Los testigos de Jehová llevan muchos años advirtiendo a la cristiandad de que incurre
en el desagrado divino. En 1955, por ejemplo, se pronunció por todo el mundo la
conferencia pública titulada “La cristiandad o el cristianismo... ¿cuál es ‘la luz del
mundo’?”. En ella se explicó gráficamente la forma en que la cristiandad se ha
descarriado de las verdaderas doctrinas y prácticas cristianas. Acto seguido se envió el
texto de este vigoroso discurso a clérigos de muchos países. Puesto que la cristiandad
en conjunto no ha hecho caso de tales advertencias, no le deja a Jehová otra opción
que castigarla con una “vara”.
20. a) ¿Quién desempeñará en nuestro tiempo el papel del asirio, y en qué sentido se le utilizará
como una vara? b) ¿Hasta qué punto se castigará a la cristiandad?
20
¿A quién utilizará Jehová para castigar a la rebelde cristiandad? Hallamos la respuesta
en el capítulo 17 de Revelación (Apocalipsis), en el que aparece una ramera, “Babilonia
la Grande”, que representa a todas las religiones falsas del mundo, incluidas las de la
cristiandad. La ramera va a lomos de una bestia salvaje de color escarlata que tiene
siete cabezas y diez cuernos (Revelación 17:3, 5, 7-12). Esta representa a la
Organización de las Naciones Unidas.* Tal como la antigua Asiria destruyó Samaria, la
bestia salvaje de color escarlata ‘odiará a la ramera y hará que quede devastada y
desnuda, y se comerá sus carnes y la quemará por completo con fuego’ (Revelación
17:16). De modo que el asirio del día moderno (las naciones miembros de la ONU)
asestará a la cristiandad un golpe devastador y la borrará de la existencia.
21, 22. ¿Quién incitará a la bestia salvaje a que ataque al pueblo de Dios?
21
¿Perecerán junto con Babilonia la Grande los testigos fieles de Jehová? No. Ellos
no han incurrido en el desagrado de Dios. La adoración pura perdurará. Sin embargo, la
bestia salvaje que destruirá a Babilonia la Grande también mirará codiciosamente al
pueblo de Jehová. No lo hará por designio de Dios, sino por el de otra persona. ¿A
quién nos referimos? A Satanás el Diablo.
22
Jehová pone al descubierto el orgulloso proyecto de Satanás con estas palabras: “En
aquel día tendrá que ocurrir que subirán cosas a tu corazón [es decir, el de Satanás],
y ciertamente pensarás algún proyecto dañino; y tendrás que decir: ‘[...] Vendré sobre
los que están sin disturbio, que moran en seguridad, todos ellos morando sin muro
[protector] [...]’. Será para conseguir gran despojo y para hacer mucho saqueo”
(Ezequiel 38:10-12). Satanás pensará: “¿Por qué no incitar a las naciones a que ataquen
a los testigos de Jehová? Vulnerables, indefensos, sin influencia política... no ofrecerán
resistencia. ¡Qué fácil será tomarlos como si fueran huevos en un nido desprotegido!”.
23. ¿Por qué no podrá el asirio moderno hacer con el pueblo de Dios lo mismo que con la
cristiandad?
23
Pero ¡cuidado, naciones! Sepan que si tocan al pueblo de Jehová tendrán que vérselas
con Él. Dios ama a su pueblo, y es tan seguro que luchará por él como que peleó a
favor de Jerusalén en tiempos de Ezequías. Cuando el asirio del día moderno intente
aniquilar a los siervos de Jehová, en realidad se encontrará batallando contra Jehová
Dios y el Cordero, Jesucristo. Es un combate que el asirio no puede ganar. La Biblia
dice: “Porque es Señor de señores y Rey de reyes, el Cordero los vencerá” (Revelación
17:14; compárese con Mateo 25:40). Lo mismo que el asirio de la antigüedad, la bestia
salvaje de color escarlata “se [irá] a la destrucción” (Revelación 17:11).
24. a) ¿A qué se han resuelto los cristianos verdaderos a fin de estar preparados para el futuro?
b) ¿Cómo apunta Isaías a un futuro más lejano? (Véase el apartado de la pág. 155.)
24
Los cristianos verdaderos pueden encarar sin temor el futuro si su relación con Jehová
es sólida y su interés primordial en la vida es hacer la voluntad divina (Mateo 6:33). En
tal caso, no habrán de ‘temer nada malo’ (Salmo 23:4). Con los ojos de la fe verán
alzarse el poderoso brazo de Dios, no para castigarlos, sino para protegerlos de sus
enemigos. Y en sus oídos resonarán, tranquilizadoras, estas palabras: “No tengas
miedo” (Isaías 10:24).
[Notas]
Véase la obra Perspicacia para comprender las Escrituras, vol. 1, pág. 236.
Para mayor claridad, Isaías 10:28-32 se explica antes que Isaías 10:20-27.
En el apartado “Isaías apunta a un futuro más lejano”, de la pág. 155, se comenta Isaías
10:20-23.
Hallará más información sobre la identidad de la ramera y la bestia salvaje de color
escarlata en los caps. 34, 35 del libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica
culminación!, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
[Apartado e ilustraciones de las páginas 155 a 156]
Estos versículos describen con acierto lo que ocurrió en el año 607 a.E.C., cuando
Jehová utilizó al Imperio babilónico como su “vara”. El país entero cayó ante el invasor,
incluso Jerusalén. A los judíos se les llevó a Babilonia, donde permanecieron cautivos
setenta años. Sin embargo, transcurrido ese plazo, algunos de ellos —aunque solo
constituyeran “un simple resto”— regresaron para reinstaurar la adoración verdadera
en Jerusalén.
Según Romanos 9:27, 28, la profecía de Isaías 10:20-23 tuvo otro cumplimiento en el
siglo primero (compárese con Isaías 1:9; Romanos 9:29). Pablo explica que, en sentido
espiritual, en aquel entonces ‘volvió’ a Jehová un “resto” de judíos, pues unos pocos
judíos fieles se hicieron discípulos de Jesucristo y se pusieron a adorar a Jehová “con
espíritu y con verdad” (Juan 4:24). Más tarde se les unieron creyentes de origen gentil, y
ambos grupos formaron una nación espiritual: “el Israel de Dios” (Gálatas 6:16). En esa
ocasión se cumplieron las palabras de Isaías 10:20: la nación dedicada a Jehová ‘nunca
volvió’ a alejarse de él y a recurrir a fuentes humanas en busca de apoyo.
[Ilustración de la página 147]
Senaquerib cree que apoderarse de las naciones es tan fácil como arrebatar los huevos
de un nido
Asiria - Reina Valera 1909
ASSYRIA.
Originalmente un territorio entre los ríos Tigris superior y Zab, con su capital al
principio en Asur, luego en Nínive. Asiria fue tomada en el tercer milenio a. de
J.C. por los semitas de Arabia. Mencionada por primera vez en la Biblia en (Gn
2:14), Asiria y los asirios son nombrados con frecuencia, a veces como Asur.
Para el año 1900 a. de J.C. los mercaderes asirios tenían una colonia en territorio
heteo, en Kanish en Asia Menor. En el siglo XIII a. de J.C. expediciones militares
asirias cruzaron el Eufrates, y para el año 1100 habían llegado al Mediterráneo.
Para el año 1000 el reino arameo de Soba llegaba al Eufrates, pero David
conquistó a Soba y detuvo su invasión de Asiria, una ironía de la historia ya que
permitió que Asiria se hiciera fuerte. Bajo Salmanasar III los asirios empezaban
a expandirse hacia Palestina. En 853 fueron derrotados en Karkar pero fueron
victoriosos sobre Ben-hadad de Damasco y una coalición incluyendo a Acab, rey
de Israel. Pero no siguieron adelante con su esfuerzo.
Después del avivamiento religioso bajo Elías y Eliseo, la alianza de Israel con
Siria se deshizo. Cuando Jehú llegó al trono (2 Reyes 9:10), Salmanasar III
aprovechó la oportunidad para exigir tributo de Jehú y para debilitar a Damasco.
Dificultades internas previnieron que Asiria siguiera incursionando en Palestina
por casi un siglo, hasta poco antes de la mitad del siglo VIII a. de J.C.
Salmanasar V sitió a Samaria por tres años. Murió durante el sitio, y su sucesor
Sargón II (llamado ahora Sargón III) tomó la ciudad en el año 721 llevándose al
exilio a sus ciudadanos más prósperos, reemplazándolos con colonizadores de
otras provincias de su imperio ((2 R 17:6-41).
Posteriormente, durante casi un siglo, Asiria tenía problemas por todas partes:
de Babilonia, Elam, los medos, Frigia y Egipto. Sin embargo, Senaquerib casi
captura a Jerusalén en 701-700 a. de J.C. (2 R 18:13),(2 R 19:37),( Is 36—37)
desapareciendo el peligro cuando salió el Angel de Jehovah e hirió a 185.000 en
el campamento de los asirios seguido por el asesinato de Senaquerib. Manasés,
rey de Judá, pagó tributo a Asiria, excepto durante la breve rebelión por la cual
fue llevado a Babilonia pero puesto en libertad después que buscó al Señor (2
Cr 33:11-13). El último cuarto del siglo VII vio la decadencia y caída del Imperio
Asirio y su sujeción por parte de los conquistadores caldeos de Babilonia con los
medos. Nínive fue tomada en 612. Durante breve tiempo Babilonia reemplazó a
Asiria como el mayor poder. Los profetas Elías, Eliseo e Isaías se ocupan
mayormente de Asiria; otros varios profetas: Jeremías, Ezequiel, Oseas,
Miqueas, Nahúm, Sofonías y Zacarías, la mencionan. Jonás fue enviado de
verdad a profetizar a Nínive y el avivamiento que sin querer promovió salvó a la
ciudad de la destrucción durante un largo tiempo.
Los asirios desde el principio agregaron a su culto al primitivo dios nacional Asur
y también las deidades babilonias con su organización cultística.
religión de los asirios era politeísta, sin rastro alguno de monoteísmo. Entre sus
dioses principales estaba Asur, que era considerado como el fundador de la
nacionalidad asiria, •Bel, Anu y Ea. Bel era también una deidad babilónica (Jer
51:44). Otros dioses eran Salmán o Salmanu, el dios sol, que aparece como
parte del nombre de reyes ( •Salmanasar), y Sin, el dios de la luna, también
utilizada en esa forma ( •Senaquerib). También la famosa Istar, diosa de las
estrellas.
la ciudad de Asur se fue formando el reino asirio originalmente para los años
1700 al 1100 a.C. En cosa de tres siglos llegó a tener tanto poder como para
compararse con otros reinos al S, incluso tratando con Egipto de igual a igual.
Pero el rey que expande el territorio hasta llevarlo a los niveles de un imperio fue
Tiglat-pileser I, aproximadamente en los años 1114 al 1076 a.C. Sus conquistas
se extendieron hacia el Mediterráneo, por el O, favorecido por la declinación del
poderío de los hititas gracias a las invasiones de los pueblos egeos que venían
ocupando parte del continente desde sus bases en las islas. Luego este rey
atacó Armenia, en el N, y conquistó parte de su territorio. Nace así el imperio
asirio, que en el momento de su mayor apogeo llegó a conquistar toda
Mesopotamia, Canaán y Egipto.
és de Tiglat-pileser I vinieron varios reyes en un período de decadencia de los
asirios, hasta el arribo al trono de •Salmanasar III, que reinó en tiempos del rey
israelita •Acab. Ya había comenzado la amenaza asiria a Israel. Se hizo una
alianza sirio-israelita en contra de A., pero fue derrotada en la batalla de Karkar,
a orillas del río Orontes, en el 853 a.C. A partir de esa fecha los avances asirios
hacia el S son cada día más insistentes, llegando a conquistar varias ciudades
en Siria y Fenicia e imponiendo tributo incluso a Israel, en tiempos del rey asirio
Rimón-nirari III, en el 810 a.C.
•Acaz, rey de Judá, no compartió la rebelión de Peka contra el poder asirio, por
lo cual el rey de Israel se alió con •Rezín, rey de Siria, para atacar a Jerusalén y
obligar así a Acaz a una política unida frente a los asirios. Ante estos hechos
surge el oráculo de Isaías, anunciando la destrucción del Reino del Norte y de
Rezín (2Re 16:1-12).
más tarde “el rey de A. descubrió que Oseas conspiraba” con Egipto, para
librarse del yugo asirio, se produjo otra invasión. Samaria fue sitiada y tomada “y
llevó a Israel cautivo a A., y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en
las ciudades de los medos” (2Re 17:1-6), cumpliéndose así las profecías de juicio
que se habían hecho contra el Reino del Norte (Israel). La invasión la hizo
Salmanasar V, pero el sitio de Samaria duró unos tres años, y la conquista de la
ciudad se completó cuando reinaba Sargón II, en el año 720 a.C.
ón atacó Egipto, que era la potencia rival de A. Isaías, viendo lo que había
acontecido con Samaria en manos asirias, aconsejó siempre al reino de Judá
que no buscara alianza alguna con Egipto. Sargón conquistó a •Asdod, que se
había rebelado contra los asirios (Isa 37:1-38).
(II) El imperio medio asirio (siglos XV-XIII) tiene alguna mayor importancia. Sus
reyes concluyen acuerdos sobre fronteras con los babilonios y mandan una
embajada al rey egipcio Tutmosis III. De esta época proceden los textos de Nuzi
y de Arrapja. Surge la potencia de los mitanni.
(III) Imperio asirio nuevo (911-605). Período culminante del poderío asirio.
Sumisión de toda Mesopotamia, Babilonia incluida, y extensión del dominio asirio
sobre la Siria entera y parte del Asia Menor. Incluso Egipto experimenta
pasajeramente la presión asiria. Mediante deportaciones forzadas en gran
escala ( destierro) y la creación de un sistema de provincias, el poderio asirio se
consolida.
Originalmente un territorio entre los ríos Tigris superior y Zab, con su capital al
principio en Asur, luego en Nínive. Asiria fue tomada en el tercer milenio a. de
J.C. por los semitas de Arabia. Mencionada por primera vez en la Biblia en Gen
2:14, Asiria y los asirios son nombrados con frecuencia, a veces como Asur. Para
el año 1900 a. de J.C. los mercaderes asirios tenían una colonia en territorio
heteo, en Kanish en Asia Menor. En el siglo XIII a. de J.C. expediciones militares
asirias cruzaron el Eufrates, y para el año 1100 habían llegado al Mediterráneo.
Para el año 1000 el reino arameo de Soba llegaba al Eufrates, pero David
conquistó a Soba y detuvo su invasión de Asiria, una ironía de la historia ya que
permitió que Asiria se hiciera fuerte. Bajo Salmanasar III los asirios empezaban
a expandirse hacia Palestina. En 853 fueron derrotados en Karkar pero fueron
victoriosos sobre Ben-hadad de Damasco y una coalición incluyendo a Acab, rey
de Israel. Pero no siguieron adelante con su esfuerzo.
Después del avivamiento religioso bajo Elías y Eliseo, la alianza de Israel con
Siria se deshizo. Cuando Jehú llegó al trono (2 Reyes 9—10), Salmanasar III
aprovechó la oportunidad para exigir tributo de Jehú y para debilitar a Damasco.
Dificultades internas previnieron que Asiria siguiera incursionando en Palestina
por casi un siglo, hasta poco antes de la mitad del siglo VIII a. de J.C.
Salmanasar V sitió a Samaria por tres años. Murió durante el sitio, y su sucesor
Sargón II (llamado ahora Sargón III) tomó la ciudad en el año 721 llevándose al
exilio a sus ciudadanos más prósperos, reemplazándolos con colonizadores de
otras provincias de su imperio ((2Ki 17:6-41).
Posteriormente, durante casi un siglo, Asiria tenía problemas por todas partes:
de Babilonia, Elam, los medos, Frigia y Egipto. Sin embargo, Senaquerib casi
captura a Jerusalén en 701-700 a. de J.C. (2Ch 33:11-13). El último cuarto del
siglo VII vio la decadencia y caída del Imperio Asirio y su sujeción por parte de
los conquistadores caldeos de Babilonia con los medos. Nínive fue tomada en
612. Durante breve tiempo Babilonia reemplazó a Asiria como el mayor poder.
Los profetas Elías, Eliseo e Isaías se ocupan mayormente de Asiria; otros varios
profetas: Jeremías, Ezequiel, Oseas, Miqueas, Nahúm, Sofonías y Zacarías, la
mencionan. Jonás fue enviado de verdad a profetizar a Nínive y el avivamiento
que sin querer promovió salvó a la ciudad de la destrucción durante un largo
tiempo.
Los asirios desde el principio agregaron a su culto al primitivo dios nacional Asur
y también las deidades babilonias con su organización cultística.
Asiria (heb. 'Ashshûr o *Ashshur, tal vez 'paso', 'héroe' o 'igual'; 'erets *Ashshûr ;
ac. Ashshur; egip. 'Iswr; fen. *Shr; gr. Assuría, de donde se translitera la forma
española). País sobre el Tigris superior en la Mesopotamia; también el imperio
dominado por los asirios. El nombre llegó a ser sinónimo del gobierno imperial
sobre esa región, de modo que los babilonios y más tarde los persas (quienes
sucedieron a los asirios como poderes mundiales) a veces fueron llamados
'asirios' (; ). En el mismo sentido se llama 'asirios' a los gobernantes seléucidas
en un documento de la colección de los Rollos del Mar Muerto. I. Territorio. La
patria de los asirios tuvo su límite sur en el Pequeño Zab, un tributario del Tigris.
En la vecindad de la desembocadura del Pequeño Zab, y sobre la orilla derecha
(oeste) del Tigris, se encontraba Asur (Ashur), la antigua capital de Asiria. Desde
allí la patria de los asirios se extendía hacia el noroeste por unos 130 km a lo
largo del río Tigris. Las ciudades más importantes estaban a lo largo de la
margen izquierda (oriental) del río: KarTukulti-Ninurta (al norte, no lejos de Asur),
Cala, Nínive y Dur- Sharrukin. El país no era muy grande, porque al oeste del río
había un desierto, y la faja de tierra agrícola que había entre el río y las montañas
al este era estrecha y mucho menos fértil que el suelo del sur de la Mesopotamia.
Mapa XI. 47. Una puerta de ciudad asiria (reconstrucción moderna) en Bagdad.
La escasez de tierras pudo haber sido responsable de algunas de las
peculiaridades de los asirios. Fue un pueblo comercial emprendedor, y tuvo
aventureros audaces, guerreros valientes y organizadores talentosos.
Autodisciplinados rígidamente, eran crueles con los demás. No fue un pueblo
científico ni literario, como sus parientes del sur, los babilonios, sin embargo, no
carecían de talento artístico. Sus esculturas revelan el dominio de la piedra que
les proveían las montañas cercanas (figs 30, 308, 312, 421, etc.). II. Idioma.
Como los babilonios y los arameos, eran semitas y hablaban un idioma (asirio)
estrechamente emparentado con el babilónico (). También usaban la escritura
cuneiforme de los babilonios, con algunas modificaciones locales en la forma de
los caracteres. Con el tiempo el asirio fue sustituido por el arameo. Cabe
destacar el inmenso aporte literario en forma de anales de guerra, tablas
sincrónicas y diversos documentos sobre mitología, astrología y medicina. III.
Cultura. Por el 1er milenio a.C., cuando entraron en contacto estrecho con los
hebreos en Palestina, habían perdido su pureza racial, porque al gobernar sobre
todo un imperio habían absorbido a muchos de los pueblos subyugados (como
los horeos) y, por tanto, mostraban una gran mezcla de ellos en su apariencia y
en sus características. De gran riqueza artística son las formas arquitectónicas
(reflejadas mayormente en los templos) y los tallados de marfil. IV. Religión.
Como eran semitas, tenían 109 muchos dioses en común con otras naciones
semíticas, especialmente con los babilonios. Adoraban a los grandes dioses de
éstos: el dios sol Shamash; Sin, la diosa luna; Ea, el dios de la Tierra; e lshtar, la
gran diosa de la fertilidad. También honraban a Anu, Marduk (Bel*) y a su hijo
Nabu (Nebo*). Sin embargo, su dios principal, a través de toda su historia, fue
Asur (que no pertenecía al panteón babilónico). Lo representaban como un sol
alado que protegía y guiaba al rey, su principal servidor (fig 274, centro). También
se lo representaba con un árbol, símbolo de la fertilidad. Pero era principalmente
y por sobre todo un dios guerrero, y la guerra llegó a formar parte de la religión
nacional de los asirios. Pensaban que cada campaña militar se hacía en
respuesta a órdenes directas de Asur. Por ello, la participación en la guerra era
un acto de adoración. Esta asociación del dios con las campañas militares asirias
explica por qué su culto desapareció con la extinción del imperio, en contraste
con el culto a los dioses en otras naciones, que sobrevivió a la muerte de la
nación. (Por ejemplo, el dios patrono de los babilonios, Marduk, siguió siendo la
deidad principal del valle de la Mesopotarnia bajo los persas, quienes
conquistaron Babilonia; pero Asur nunca reapareció en el mundo antiguo
después de la destrucción de Nínive.) V. Período preimperial. Una breve
declaración de y 12 muestra que las ciudades asirias debían su existencia a una
expansión del poder de la Babilonia primitiva. llama a Asiria sencillamente la
tierra de Nimrod, quien fue el 1er fundador de imperios, partiendo de la
Mesopotamia inferior. En la historia secular, Asiria aparece primero en el s XIX
a.C. como un reino vasallo de los reyes de la Mesopotamia austral. Desde ese
tiempo luchó continuamente por su independencia, por la supremacía y a veces
por el poder imperial sobre otras naciones. Sus gobernantes más ambiciosos
durante su período temprano fueron Sargón I (c1780 a.C.) y Samsi-Adad I (c
1749-1717 a.C.), un amorreo, y ambos extendieron su influencia económica o
militar hasta Anatolia y Siria. Luego siguió una lucha contra los horeos de Mitani
y los hititas, de la cual, después de varios tropiezos, Asiria salió vencedora.
Durante la última parte del 2º milenio a.C. varios gobernantes fuertes y
ambiciosos trataron de establecer un imperio y tuvieron éxitos Momentáneos. Se
pueden mencionar a los siguientes: Adad-nirari I (c 1306-c 1274 a.C.), quien
derrotó a Babilonia e hizo campañas por el este y el norte con gran éxito;
Salmanasar I (c 1274-1244 a.C.); Tukulti-Ninurta I (c 1244-1207 a.C.), vencedor
nuevamente de los babilonios y conquistador de su capital, también obtuvo
victorias sobre Elam, los arameos y los urarteos; y Tiglat-pileser I (1113-1074
a.C.), quien estableció su dominio sobre un área que se extendía desde el Golfo
Pérsico hasta el Mar Mediterráneo. Luego siguieron varios reyes débiles, cuyo
poder apenas alcanzó más allá de las fronteras de su patria. VI. Período imperial.
Unos 150 años después de la muerte de Tiglat-pileser I, Asiria fue por unos 300
años (desde el 933 hasta poco antes del 612 a.C.) la nación más poderosa de la
tierra. Formó un imperio que cubrió toda la Mesopotamia y la mayor parte de los
países vecinos, grandes extensiones de Anatolia, toda Siria y Palestina y aun,
por un breve tiempo, Egipto. Fue durante este período cuando Asiria se puso en
contacto con los hebreos y luego destruyó el reino de Israel, el del norte. Por eso,
en la Biblia se menciona a varios reyes asirios, y en sus registros se incluyen 11
reyes hebreos (de Israel: Omri, Acab, Jehú, Joas, Menahen, Peka y Oseas; de
Judá: Azarías, Acaz, Ezequías y Manasés). Mapa XI. 1. Asur-dan II (933-910
a.C.). Primer gobernante fuerte de este nuevo período; conquistó el norte de la
Mesopotamia. Desde su tiempo los ejércitos asirios estaban en campaña en
países extranjeros prácticamente cada año, y lo siguieron haciendo por siglos.
Corrieron ríos de sangre y los cadáveres se apilaron como montañas, para usar
el lenguaje de aquel pueblo. 2. Salmanasar* III. Luego, unos 14 años de
gobiernos débiles. 3. Adad-nirari III (810-782 a.C.). Esto no significa que Asiria
fuera impotente durante ese período, porque sus campañas militares
ocasionalmente llegaron hasta Damasco: Adad-nirari la conquistó de Hazael, y
el rey Joas de Israel le entregó tributos; pero los éxitos militares asirios no eran
permanentes. Habría sido en esta época que Jonás cumplió su ministerio en
Nínive. Esta etapa de debilidad comparativa de Asiria fue aprovechada por
Jeroboam II, un rey fuerte de Israel, para restablecer el control sobre territorios
que se habían perdido después del tiempo de Salomón. 4. Tiglat-pileser* III. 5.
Salmanasar* V. 6. Sargón* II. 7. Senaquerib.* 8. Esar-hadón.* 9. Asurbanipal
(669-c 627? a.C.). Bajo este monarca el imperio llegó al pináculo de su gloria y
extensión territorial. Egipto, que se había rebelado en los últimos años del
reinado de Esar-hadón, fue subyugada una vez más, y Tebas,* quizá la ciudad
más grande del 110 mundo en ese entonces, fue saqueada. De estas incursiones
el rey se llevó a Asiria 2 obeliscos y estatuas del faraón egipcio (hace poco se
encontraron en estado fragmentario 2 de esas estatuas en el palacio quemado
de Asurbanipal en Nebi Yunus, uno de los montículos de ruinas de la antigua
Nínive). Babilonia, dirigida por Shamash-shum- ukin (hermano del monarca),
también se rebeló, pero esta rebelión fue aplastada. Asurbanipal también alega
que el rey Manasés de Judá le pagó tributo. Tal vez él (o su padre Esar-hadón)
desterró por un tiempo a Babilonia al rebelde Manasés (-13). Sin embargo, por
sobre todos estos éxitos militares, a Asurbanipal se lo conoce como fundador de
un gran palacio-biblioteca en Nínive (la biblioteca se descubrió en Kuyunjik, otro
montículo de ruinas en la zona de Nínive). Gran amante del arte y de la literatura,
Asurbanipal envió a sus escribas por toda la nación para que copiaran - para su
biblioteca, sobre millares de tabletas de arcilla y en escritura cuneiforme- las
producciones literarios (tablillas que son hoy uno de los tesoros invalorables del
Museo Británico). Generaciones de asiriólogos trabajaron en estas reliquias, las
que se constituyeron en la mayor fuente de informaciones literarias, históricas y
culturales sobre las civilizaciones babilónicas y asirias (fig 48). Pero las señales
de un colapso futuro ya eran claramente visibles en los días de Asurbanipal, y
unas 2 décadas después de su muerte el imperio declinó y se derrumbó. Los
detalles de los últimos años del Imperio Asirio son escasos, por falta de informes
históricos claros. Dos de los hijos de Asurbanipal lo gobernaron por unos pocos
años, pero fueron incapaces de enfrentar a las fuerzas que se conjugaban contra
el Imperio, especialmente la de los babilonios y los medos. Los primeros, que
habían proclamado su independencia bajo Nabopolasar en el 626 a.C.,
estuvieron en guerra casi permanentemente con los asirios. En el 614 a.C. los
medos, bajo Ciájares, destruyeron la ciudad de Asur, y Nínive corrió la misma
suerte 2 años más tarde (612 a.C.), cuando cayó ante los ejércitos combinados
de Ciájares y Nabopolasar. El último rey, Asurubalit II, pudo reunir un resto de
las fuerzas asirias alrededor de sí y retirarse hasta Harán, que fue su capital por
corto tiempo. Sin embargo, los babilonios pronto lo expulsaron de la ciudad, y
con su salida los asirios desaparecieron de la historia (c 609 a.C.). Bib.: Herodoto
ii. 141. A. T. Olmstead. History of Assyria [Historia de Asiria] (Nueva York, 1923);
A. L. Oppenheim, Ancient Mesopotamia [Mesopotamia Antigua] (Chicago, 1964);
CAH I-III (1970-1975).
Se cree que Asur, ciudad de Asiria situada al O. del río Tigris, fue la primera
capital de aquella región. Con el tiempo, Nínive llegó a ser su capital más
importante, aunque a veces los monarcas asirios usaron Cálah y Jorsabad como
ciudades capitales. A lo largo de la parte septentrional de Asiria corría una ruta
comercial en dirección al Mediterráneo y Asia Menor, con bifurcaciones hacia
Armenia y la región del lago Urmia. Gran parte de las guerras de Asiria tenían
como objetivo conseguir o mantener el control de esas rutas comerciales.
La religión practicada en torno a estas deidades era animista, es decir, creía que
todo objeto y fenómeno natural estaba animado por un espíritu. Sin embargo, se
distinguía en cierto modo de las religiones de las naciones circundantes que
adoraban a la naturaleza, pues los asirios pensaban que la guerra era la mejor
manera de expresar la religión nacional. (GRABADO, vol. 1, pág. 956.) Por esta
razón, Tiglat-piléser I dijo en cuanto a sus luchas: “Mi Señor, ASUR, me instó”; y
en sus anales, Asurbanipal registró: “Por la orden de ASUR, SIN, SHAMASH,
mis grandes dioses y señores cuya protección me otorgaron, entré en la tierra
de Mannai y marché a través de ella victoriosamente”. (Records of the Past:
Assyrian and Egyptian Monuments, Londres, 1875, vol. 5, pág. 18; 1877, vol. 9,
pág. 43.) Sargón solía invocar la ayuda de Istar antes de ir a la guerra. Los
ejércitos marchaban detrás de los estandartes de los dioses, que debieron ser
símbolos de madera o metal colocados sobre postes. Se daba mucha
importancia a los agüeros, y para conocerlos examinaban el hígado de animales
sacrificados, el vuelo de los pájaros o la posición de los planetas. El libro Ancient
Cities (de W. B. Wright, 1886, pág. 25) informa: “La guerra era la ocupación de
la nación, y los sacerdotes la fomentaban sin cesar. Su manutención procedía
en gran medida de los despojos de guerra, de los que siempre se les asignaba
un porcentaje fijo antes que otros pudiesen participar de ellos, pues esta raza de
saqueadores era extremadamente religiosa”.
Un aspecto de especial interés han sido las grandes bibliotecas construidas por
ciertos monarcas asirios, con decenas de miles de tablillas de barro, prismas y
cilindros, inscritos todos con escritura cuneiforme, en los que se explican
importantes acontecimientos históricos, datos religiosos y asuntos legales y
comerciales. Sin embargo, algunas leyes de cierta época de la historia asiria
ilustran de nuevo la dureza que con tanta frecuencia caracterizó a aquella nación.
El castigo estipulado para ciertos delitos era la mutilación. Por ejemplo: a una
muchacha esclava no se le permitía presentarse en público cubierta con un velo,
y si violaba tal ordenanza, se le amputaban las orejas. La siguiente ley ilustra la
desprotección legal que tenía la mujer casada: “Dejando aparte las penas que
se inscriben en la tablilla con respecto a una mujer casada, un hombre puede
azotar a su esposa, arrancarle el pelo, cortarle y lastimarle las orejas.
Legalmente no hay en ello ninguna culpa (imputable)”. (Everyday Life in
Babylonia and Assyria, de H. W. F. Saggs, 1965, pág. 152.)
El nombre de esta tierra se derivó de Asur, hijo de Sem. (Gé 10:22.) Por lo tanto,
parece que poco después del Diluvio sus primeros pobladores eran semitas. Sin
embargo, pronto se fueron infiltrando otros, como Nemrod, nieto de Cam, que
entró en Asiria y edificó a “Nínive y a Rehobot-Ir y a Cálah y a Resen entre Nínive
y Cálah: esta es la gran ciudad”. (Gé 10:11, 12; compárese con Miq 5:6.) No se
indica si la construcción de estas ciudades siguió a la de la Torre de Babel y a la
posterior confusión de lenguas (Gé 11:1-9), si bien en ese capítulo ya se
mencionan diversas lenguas. (Gé 10:5, 20, 31.) De todos modos, se deja claro
que la construcción de la ciudad de Nínive, la capital de Asiria, se dirigió desde
Babilonia, hecho con el que concuerda la historia seglar. En fechas posteriores,
se dice que las tribus que descendieron de Ismael, hijo de Abrahán, llegaron en
sus marchas nómadas hasta Asiria. (Gé 25:18.)
Según el registro histórico, entre los reyes que sucedieron a Adad-nirari III
estuvieron sus hijos: Salmanasar IV, Asur-dan III y Asur-nirari V. Sin embargo,
cabe destacar que en ese período la agresividad asiria estaba en decadencia.
Tiglat-piléser III. El primer rey asirio que se menciona por nombre en la Biblia es
Tiglat-piléser III (2Re 15:29; 16:7, 10), también llamado “Pul” en 2 Reyes 15:19.
Debido a que en 1 Crónicas 5:26 aparecen ambos nombres, en el pasado se
pensó que se trataba de dos reyes distintos. Sin embargo, la lista “A” de reyes
babilonios da el nombre de “Pulu” e indica que ambos nombres corresponden a
la misma persona. De modo que es posible que en un principio se conociera a
este rey por el nombre de Pul y que al ascender al trono asirio, adoptara el
nombre de Tiglat-piléser.
Asurbanipal fue quien consiguió la mayor expansión del imperio. Reprimió una
sublevación de Egipto y saqueó la ciudad de Tebas (No-amón). Para entonces
los límites del Imperio asirio abarcaban las regiones de Elam y parte de Media,
y se extendían hasta Ararat; por el O. llegaban hasta Cilicia, en Asia Menor, y de
ahí, hasta Egipto y luego Arabia, pasando por Siria e Israel (pero no por
Jerusalén), hasta Babilonia. Al parecer “el grande y honorable Asnapar”
mencionado en Esdras 4:10 es el mismo Asurbanipal. (Véase ASNAPAR.)
El título “rey de Asiria” se aplicó al rey persa (Darío Histaspes) que dominaba
Asiria al tiempo de la reconstrucción del templo de Jerusalén (terminado en 515
a. E.C.). (Esd 6:22.)