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CONTENIDO

1. ESTRUCTURA ECONÓMICA EN COLOMBIA

1. SECTOR INDUSTRIAL

2. SECTOR PETROLERO

3. SECTOR AGRICULTURA

4. SECTOR MINERÍA

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1. ESTRUCTURA ECONOMÍA DE COLOMBIA – SECTOR INDUSTRIA

La Economía Colombiana se caracterizó en el período 1850-1920 por ser agro


exportadora, basándose fundamentalmente en la salida de productos como: tabaco,
quina, añil y café y a su vez estaba importando productos manufacturados (de
Inglaterra especialmente).

El café, es el único producto de los mencionados que logra mantenerse como bien
de exportación, fenómeno diferente al de los otros productos examinados por no
desarrollarse de manera casual. En realidad, el café se ajustó al modelo que durante
el siglo XIX se había impuesto a Colombia, es decir abastecedor temporal en
coyunturas de precios favorables. Lo diferente con respecto a las experiencias
precedentes fue el establecimiento del café en casi todo el territorio colombiano en
proporciones nunca antes conseguidas por otro producto. Las áreas de producción,
las formas de organización social y los centros de mercadeo que se desarrollaron
con el cultivo, variaron y se transformaron a lo largo de la historia del café; situación
manifiesta en dos regiones del país: oriente y occidente. En la parte oriental
(Cundinamarca, Santanderes, Tolima) predominaba la gran hacienda, cuya
explotación se basaba en las formas precapitalistas: arrendatarios y aparceros.

En la parte occidental, (hoy Antioquia, Quindío, Risaralda y Caldas) se dio


especialmente la pequeña y mediana propiedad, explotada por el trabajo familiar
fruto de la colonización antioqueña.

En la década de los años 20 se presentaron condiciones favorables en la


comercialización externa del grano debido tanto a los buenos precios. como a las
cantidades exportadas. Hecho que permite aumentar la capacidad importadora del
país, la que se utilizó para la importancia de bienes de capital, formándose de esta
manera la base industrial e iniciándose el proceso de "sustitución de importaciones".

Hasta 1925, en lo que compete a lo que es hoy el departamento de Risaralda y


específicamente la ciudad de Pereira careció de desarrollo industrial.

A partir de este año aparecen los primeros brotes Industriales dentro de las ramas
de: Vidrio, tejidos de algodón, cerveza y chocolates. A estos productos se suma-

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ron la industria de la construcción y los servicios del transporte urbano. El tranvía
eléctrico y los servicios bancarios.

Por las características de explotación de la tierra en esta región (minifundista en alto


porcentaje), el acervo de acumulación de capital fue mínimo por lo que las fuentes
de capital invertido en las empresas industriales provenían sobre todo de
comerciantes antioqueños y de fusión de capitales de personas de la región, lo que
a su vez permitía en este proceso la ocupación de un gran número de personas
sobre todo mujeres.

Para la década de los 30, de las empresas industriales constituidas en la región,


algunas fueron absorbidas por empresas a nivel nacional que ya habían
desarrollado una mejor estructura productiva y de mercado (consorcios) por
ejemplo: la cervecería continental paso a ser propiedad del consorcio Cervecería
Babaría S.A.; la Compañía Chocolatera de los Andes S.A. pasó a ser propiedad de
la Compañía Nacional de Chocolates; la compañía Vidriera de Pereira, se fusionó
con Envases de Colombia S.A. de Bogotá y allí fue trasladada. Otras de las
empresas desaparecieron como Hilados y Tejidos de Pereira S.A. y Tranvías de
Pereira S.A.

Otro hecho relevante de esta década es la fundación y modernización de numerosas


fábricas pequeñas de velas, jabón y bebidas gaseosas, molinos de harina,
trilladoras de café. La trilla de café llegó a ser perfectamente industrial. Es
significativo que en ella aparecieron por primera vez los sindicatos obreros (en 1932
la primera huelga).

La segunda guerra mundial, trajo como consecuencia para la economía colombiana:

 Una disminución en la tasa de crecimiento industrial (de 1930 al 39 la tasa


de crecimiento fue del 12.4 % en promedio anual, mientras que del 39 al 45
fue del 5.4 %).
 Postergación en la reposición del capital fijo.
 un aumento en la capacidad para importar.

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En la época de la postguerra se dan dos hechos que mejoran aún más la capacidad
para importar del país: aumento en el precio internacional del café y la inserción de
capital extranjero en forma directa y progresiva. Tal capacidad de importación fue
utilizada para inyectar acervo de capital fijo en la industria nacional.

A nivel regional, a partir de 1945 surgen empresas industriales que responden a la


situación descrita a nivel nacional, como: Compañía de Tejidos de lana S.A. (Capital
francés), Comestibles La Rosa en 1949 (grupo Grace), Fábrica de Hilos Cadena en
1952 (Capital Inglés), Confecciones Valher en 1949 (Capital regional), Industrias
Aladino 1948 (Capital regional).

Las empresas creadas hasta esta época en la región como se anotó, se


caracterizaron por ser productoras de bienes de consumo corriente (alimentos,
bebidas, confecciones).

A finales de la década de los 50 se comienza a hablar a nivel nacional del


agotamiento del proceso de sustitución de importaciones o estrechez del mercado
interno (debido a la inelasticidad ingreso de los bienes que ¡producía la industria y
a la concentración del ingreso, lo que permite plantear dos soluciones posibles: Una,
diversificar y diferenciar la producción generando así, bienes para los grupos de
ingresos medios y altos y la otra producir para el mercado externo, solución que se
daba a más largo plazo que la primera.

Desde 1958 hasta 1967, el desarrollo industrial colombiano se basó entonces en la


producción de bienes de consumo duraderos, bienes intermedios y bienes de
capital, es decir ampliándose el marco de sustitución de importaciones.

Los que hoy en día constituyen el Departamento de Caldas, Risaralda y Quindío


conformaban la llamada Región del viejo Caldas, la principal zona cafetera del país.
La industria de esta región se encontraba ligeramente menos concentrada en sus
dos principales centros urbanos de Manizales y Pereira (solamente el 18 % del valor
agregado regional quedaba para utilización de la misma). La Región registraba una
marcada tendencia hacia la especialización en la producción de bienes intermedios
al mismo tiempo que el ritmo de crecimiento del sector de bienes intermedios y de

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capital superaba el del promedio nacional comenzando así a mostrar una
diversificación de su estructura productiva. Esta tendencia va a ser más marcada
en el período siguiente (década de los 70), aunque de menor intensidad a la de los
demás centros.

Para este período (década de los 60) y de acuerdo a las estadísticas del Dane,
Pereira contribuyó con el 2 % del producto industrial nacional, aunque el sector
cafetero había sido el generador de impulsos primarios para el desarrollo industrial
Para entender esta baja participación en el producto industrial nacional de la región,
es necesario comprender que el desarrollo' Industrial colombiano desde sus
orígenes ha sido desigual, puesto que han existido determinadas regiones que han
centralizado y concentrado tal producción.

La necesidad de nuevos mercados para la producción de Los Centros Líderes y la


progresiva integración físico-económica incorporaron cada vez más a Pereira y
Manizales a la corriente de circulación del país. Sólo en la década de los 70 estas
ciudades empezaron a mostrar una cierta dinámica Industrial debido al rápido
crecimiento de algunas ramas de bienes intermedios y de capital.

Entre 1969 -1978 nuevos elementos que afectan el proceso de industrialización


surgen y provocan modificaciones sustanciales sobre la estructura productiva
interna, la expansión del mercado de bienes industriales, la concentración de la
actividad económica y la configuración de la malla urbana del país.

En cuanto a los cambios en la estructura productiva el hecho más relevante fue el


aumento del sector de bienes de capital cuya tasa de crecimiento en el periodo 1973
- 1978 fue del 39.6 % superando a la del promedio nacional: 31.1 %.

Para la ciudad de Pereira, las estadísticas reflejan una tendencia similar a la de la


nación según lo expresa el cuadro de la evolución de su valor agregado.

Por lo que concierne a la expansión del mercado de bienes industriales es necesario


distinguir entre mercado Interno y Externo.

A nivel nacional en el primero se encuentra que la expansión de los bienes de


consumo se ha apoyado en la continua diferenciación del producto, facilitando así
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"El crecimiento de los oligopolios. En cuanto a la demanda externa se ha venido
convirtiendo en una fuente adicional de expansión para el sector manufacturero.”

Las ramas más dinámicas habían sido las de alimentos, textiles, sustancias y
productos químicos, refinación de petróleo y minerales no metálicos. representando
el 67 % de las exportaciones manufactureras entre 1968. 1910. Durante el primer
quinquenio de los años 70, ras exportaciones de vestuario, productos metálicos y
maquinaria no eléctrica han venido a sumarse a los anteriores; así que todos estos
productos en conjunto constituyeron el 72 % de las exportaciones manufactureras
entre 1977 .1979. Las principales características de los sectores exportadores son:
"Alta concentración, existencia de importantes Inversiones extranjeras, alta
dependencia de insumos importados en algunos sectores y utilización de técnicas
intensivas en capital".

El tercer rasgo sobresaliente de este período, ha sido la fusión del capital financiero
y el capital industrial, auspiciando el fortalecimiento de los conglomerados o grupos
económicos, generando al proceso de oligopolización nuevas dimensiones y
provocando una reagrupación de firmas y una mayor estabilidad para sus Industrias.

La última característica a describir consiste en la modificación que se ha dado en la


estructura espacial del país, la que se ha manifestado en la constitución de Bogotá
como el principal centro Industrial, financiero y político de la nación.

Se evidencia así, como las modificaciones de la estructura económica, que han


acompañado el proceso de concentración en los ocho (8) grandes centros: Bogotá,
Cali, Medellín y en menor escala Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Pereira y
Manizales se habían venido constituyendo como los centros más dinámicos y de
mayor atracción dentro de la red urbana del país, llegando a concentrarse en ellos,
en 1978, más del 70 % del valor agregado industrial, más del 50% del empleo y más
del 60 % de la población urbana del país.

Para el caso regional según cuadro número 1-1 el sector industrial ganó
participación con relación a la actividad nacional de este sector, pasando del 1.7 %

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al 2.5 % entre 1968 y 1978 respectivamente; pero a partir de 1979 empezó a perder
peso relativo, contribuyendo en la actualidad con un 2 % aproximadamente.

Hasta 1970, la base industrial productiva del Departamento estaba constituida


fundamentalmente por la generación de bienes de consumo, indicando un alto grado
de especialización en este ramo. A partir de este año comienza un proceso de
diversificación basado en la producción de bienes de capital, sin que la producción
de bienes de consumo pierda su alta participación con respecto a las anteriores.

2. ESTRUCTURA ECONOMICA DE COLOMBIA – PETROLEO

La industria petrolera incluye procesos globales de exploración, extracción, refino,


transporte (frecuentemente a través de buques petroleros y oleoductos) y
mercadotecnia de productos del petróleo. Los productos de mayor volumen en la
industria son combustibles (fueloil) y gasolina. El petróleo es la materia prima de
muchos productos químicos incluyendo productos farmacéuticos, disolventes,
fertilizantes, pesticidas y plásticos.

La industria del petróleo se divide normalmente en tres fases:

"Upstream": Exploración, extracción y producción.


"Midstream": Transporte, procesos y almacenamiento.
"Downstream": Refino, venta y distribución

El petróleo es un producto esencial para muchas industrias, y es de vital importancia


para el mantenimiento de la misma civilización industrializada, por lo que se
considera una industria crítica en la mayoría de las naciones. El petróleo alimenta
un porcentaje muy alto del consumo de energía del mundo, entre el 32% de Europa
y Asia hasta el 53% de Oriente Medio. En otras regiones geográficas el peso
energético del petróleo es el siguiente: Sudamérica y América Central (44%); África
(41%) y Norteamérica (40%).

Aunque Colombia no puede considerarse un país petrolero, este energético es uno


de los ejes fundamentales de la economía nacional por el importante peso en las
exportaciones, en el PIB y en los ingresos tributarios, además de su contribución a
la inversión pública vía regalías; por lo tanto, su comportamiento, visto desde la
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producción y de los precios, es de vital importancia para predecir cambios en los
principales indicadores económicos nacionales.

El escenario de precios bajos impactó negativamente a Colombia a través del


comercio exterior y en las finanzas públicas nacionales y territoriales. A raíz del
shock de precios, la participación del sector de hidrocarburos se vino a menos
dentro de las exportaciones totales, pues de una participación récord de 55% en
2013, bajó a 33% en 2016. Ello significó que el valor de las exportaciones de
hidrocarburos tuviera una caída del Este aumento del déficit de la cuenta corriente,
además del reflejo del desequilibrio del comercio exterior, también muestra el
desbalance que existe entre el ahorro que genera la economía y la inversión que se
realiza. En el caso del ahorro que realiza el sector público, este ha sido negativo
durante las últimas décadas revelando así su situación de deudor neto, es decir que
su ahorro no alcanza para cubrir sus gastos de inversión, o en otras palabras que
tiene necesidades de financiamiento. Así, el aumento del déficit de la cuenta
corriente en estos últimos tres años, además del deterioro del comercio exterior
señalado, también refleja el deterioro que causó en las cuentas fiscales la reducción
de las rentas petroleras, evidenciándose la dependencia de los presupuestos
nacionales y territoriales frente a los ingresos petroleros.

El sector petrolero en la última década ha sido uno de los encargados de guiar el


ritmo y el rumbo de la economía nacional gracias a la importancia global del crudo,
la estabilización de la producción a los que ha podido llegar el país, el
comportamiento favorable durante algunos periodos del precio de referencia
internacional y las relaciones comerciales con algunos países principalmente
Estados Unidos, a tal punto que Ecopetrol, a pesar de la calificación BBB con
perspectiva negativa que Fitch Ratings le otorgó en el mes de mayo, por lejos es la
empresa más rentable en Colombia con un crecimiento de 22% y unas utilidades
envidiables que ascienden a 12.5 billones de pesos.

Sin embargo, este panorama favorable está en peligro ante la dificultad de hallar
nuevas fuentes de producción que ha desencadenado en una disminución de las
reservas (actualmente equivalen a 6.4 años), por lo que la perspectiva económica

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colombiana se ve en entredicho ya que el 6% del PIB y el 45% de las exportaciones
provienen del sector y una decaída del mismo implicaría tener que realizar un gasto
excesivo al importar crudo, que a precios actuales puede ascender a 16 millones de
dólares diarios y como consecuencia el precio comercial sería aún más elevado que
el actual. Por lo tanto, encontrar una fuente nueva para la obtención de crudo sería
fundamental y los yacimientos no convencionales son una opción.

El fracking ayudaría a incrementar no solo la extracción sino también, en un marco


ideal, los beneficios que trae la actividad en términos fiscales, sociales (generación
de empleo) y financieros. Sin embargo, se pueden encontrar escenarios
desfavorables como: unos costos excesivos para la puesta en marcha de estos
proyectos, una disminución de impuestos que incentive la inversión pero que
pueden generar vacíos fiscales, la posibilidad de encarecer el precio comercial de
la gasolina, la dificultad de involucrar mano de obra por los altos estándares técnicos
que se requieren, unas condiciones para el pago de regalías dependientes de un
precio alto del petróleo y la perpetuación de la actividad extractiva, como eje del
ejercicio económico del país.

Si tenemos en cuenta el caso de Estados Unidos que, gracias a esta técnica, ha


logrado convertirse en el productor número 1 a nivel mundial con 12 millones de
barriles diarios, el potencial es inmenso; pero también es necesario revisar casos
no tan exitosos desde el punto de vista económico y ambiental como Argentina, en
el campo de Vaca Muerta, donde la petrolera estatal YPF perdió 60 millones de
dólares el último año, o Alemania que cada día endurece más las condiciones para
ejecutar esta práctica prohibiendo la actividad en yacimientos no convencionales de
difícil acceso por encima de los 3.000 metros de profundidad, o por qué países como
Escocia, Francia, España e Italia se opusieron a esta técnica.

El gran debate debe continuar y es necesario esperar a que la nueva comisión de


expertos que ordenó conformar el Consejo de Estado a la Universidad Nacional,
responda interrogantes referentes a los impactos sobre los suelos, a la salud
humana, a la biodiversidad y a los caudales del agua; además de los riesgos
socioambientales y económicos que traería la implementación de esta técnica. La

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idea de diversificar los medios de producción para el crecimiento del país tiene que
aparecer en escena, teniendo en cuenta que no todas las ideas financieramente
rentables deben ser aprobadas y no todos los proyectos que involucran recursos
naturales tienen que ser vetados.

3. ESTRUCTURA ECONÓMICA EN COLOMBIA – SECTOR AGRICULTURA

Colombia es un país privilegiado por su ubicación geográfica, variedad cultural,


climas diversos, flora, fauna, cuencas hidrográficas y recursos naturales. Tales
fortalezas han hecho que la agricultura colombiana sea una fuente de ingresos para
una parte de sus habitantes.

a agricultura juega un papel muy importante en el desarrollo económico del país,


pues es la principal fuente de ingresos del área rural, hace un aporte significativo al
avance económico, la mitigación de la pobreza, la seguridad alimentaria y el
desarrollo sostenible de Colombia.

A su vez, la agricultura colombiana es muy diversa. Según el Banco de la República


los principales productos en la economía del país son las oleaginosas, el café, el
algodón, el cacao, la caña de azúcar, el banano, el arroz, el maíz, la papa y las
flores, entre otros. Según el Banco Mundial el porcentaje de participación de la
agricultura colombiana en el Producto Interno Bruto (PIB) fue del 6.3 % entre 2011
y 2015.

En el mercado interno se encuentran una variedad ilimitada de leguminosas, granos,


frutas, vegetales, tubérculos, plantas ornamentales y aromáticas.

Las personas dedicadas a la agricultura están organizadas en la Sociedad de


Agricultores de Colombia. Esta entidad se encarga de promover el desarrollo
agropecuario, defender los intereses de los productores, cooperar con el gobierno
nacional para la formulación de políticas agropecuarias y de desarrollo rural
sostenible y vigilar la adecuada conservación del medio ambiente.

Sin embargo, no todo es positivo. Con la globalización, los Tratados de Libre


Comercio (TLC), las innovaciones tecnológicas, los aranceles y las restricciones en
el mercado la agricultura ha tenido un retraso significativo. Muchos campesinos no
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cuentan con el dinero, tecnología y capacitación suficientes para ser competitivos
en el mercado nacional y mucho menos global.

Esto sumado al cambio climático y daño ambiental que está sufriendo el planeta,
limitan aún más el acceso de los campesinos a la agricultura.

Por tal razón se hace necesario que el estado colombiano defina políticas públicas
y estrategias para fortalecer y promover una agricultura sostenible en el país. Así
se logrará un responsable y adecuado aprovechamiento de los recursos naturales.
También es necesario crear incentivos suficientes para ayudar a mitigar la
desigualdad competitiva a la que se están enfrentando los agricultores colombianos.

4. ESTRUCTURA ECONÓMICA EN COLOMBIA – SECTOR MINERO

El sector minero colombiano se caracteriza por la producción de varios minerales,


como el carbón (térmico, metalúrgico y antracitas), mineral de níquel, hierro, cobre,
metales preciosos (oro, plata, platino), esmeraldas y materiales para la industria y
la construcción. Su desarrollo se concibe en cuatro etapas: exploración,
construcción y montaje, explotación y cierre, y abandono (Ley 685 de 2001, Código
de Minas). En el esfuerzo del país por diseñar políticas públicas diferenciales, este
sector se encuentra clasificado en minería pequeña, mediana y de gran escala.

La información existente sobre la minería en Colombia es insuficiente y su calidad


deja mucho que desear, situación que debería generar un manto de duda sobre
muchas de las afirmaciones que se hacen sobre el sector. Si bien en materia de
importancia económica se tiene un conocimiento razonable sobre el principal
producto minero del país -el carbón, así como sobre el ferroníquel, sobre los demás
minerales el conocimiento es limitado.

Si bien, con base en la información existente, Colombia no podría catalogarse como


un país minero y, excepción hecha del carbón y el ferroníquel, la actividad minera
se desarrolla en extensiones pequeñas, no se puede desconocer el interés que el
sector despierta entre los inversionistas internacionales del sector. Lo anterior
representa una oportunidad importante para el desarrollo regional, en virtud del

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cambio constitucional al sistema de distribución de las regalías realizado en 2011,
el cual hasta ahora está en proceso de implementación. Sin embargo, además del
atractivo evidente para la inversión extranjera, recelo sobre la calidad de la
regulación e implementación de la actividad minera, así como la debilidad en la
información geológica con que se cuenta en el país. En virtud de esta deficiencia en
materia de información, la decisión del Gobierno Nacional de generar rondas para
adjudicar mediante subasta áreas para el desarrollo minero puede ser altamente
riesgoso.
Afortunadamente, se ha producido recientemente un cambio sustancial en las
labores de fiscalización que realiza el Gobierno Nacional a los ya más de diez mil
títulos mineros en todo el país, labor que irá mejorando paulatinamente el
conocimiento del sector. Sin embargo, el panorama inicial que arroja esta
información indica por lo menos dos aspectos importantes. Por una parte, un
porcentaje elevado de hallazgos en el universo de títulos visitados que debería dar
origen a acciones gubernamentales para declarar la caducidad de los títulos,
situación que indica deficiencias en la observación de la regulación existente. Por
otra parte, la información sobre reservas, nuevamente dejando de lado el caso del
carbón, es mediocre. Esta combinación de bajo cumplimiento de lo estipulado en la
regulación, así como de ignorancia sobre el verdadero potencial minero del país,
dificulta la construcción de una política pública adecuada.
A lo anterior debe sumarse el desconocimiento casi absoluto de la situación de la
minería informal, sin embargo, se puede sugerir de acuerdo con algunos estudios
recientes. El hecho de que el seguimiento de la minería formal se haga de forma
tan desarticulada con las actividades de monitoreo y control de la actividad informal
se traduce en grandes dificultades de corto y mediano plazo para que el
conocimiento sobre la actividad informal mejore. Por su fortaleza institucional y
capacidad de amplia cobertura geográfica, la Agencia Nacional Minera debería
tener un papel más activo en el entendimiento y control de la actividad minera
informal. También se proponen en este documento formas de focalizar las labores
de fiscalización que se realizan para vigilar la actividad minera legal.

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Si bien, en virtud de la incipiente fiscalización, no se conoce bien la estructura de
costos ni el tipo de inversiones que se desarrollan en la actividad minera
colombiana, situación que dificulta hacer análisis de eficiencia, la comparación de
indicadores financieros de empresas mineras colombianas (con base en
información reportada a la Superintendencia de Sociedades) con las más
importantes listadas en la Bolsa de Toronto permite ver varias cosas. Por una parte,
una reducción reciente en la rentabilidad de las actividades mineras, tendencia que
las empresas colombianas comparten con las empresas referenciadas a nivel
internacional. Adicionalmente, para las empresas colombianas en relación con el
grupo internacional de referencia, un menor nivel de apalancamiento y una menor
rentabilidad. Finalmente, en términos de accidentalidad, la situación para el sector
minero colombiano ha mejorado, frente a la de otros sectores de la economía, de
acuerdo con la información de la industria aseguradora nacional que opera en el
país.
En suma, el conocimiento que las autoridades tienen del sector minero colombiano
debe continuar mejorando. Claridad en la regulación, focalización de los esfuerzos
de fiscalización, mejoramiento del conocimiento de la minería informal, son algunas
de las actividades que se deben emprender en el corto plazo. Lo anterior debe ser
complementado por mayores inversiones para mejorar la calidad y cantidad
disponible de información geológica y geofísica del país.

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BIBLIOGRAFIA
o Dialnet-SectorIndustrial-4897778.pdf

o /www.contraloria.gov.co/documents

o https://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/5003/sector_minero_c
olombiano_actual_trayectoria_organizacion_industrial_distancia_frontera_D
El_Sector_Minero_Colombiano_Actual6

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