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TALLER DE COMUNICACIÓN

EL ESTADO

Alicia Roxana Paucar Flores


Junio 2018.

Universidad Peruano de Ciencias e Informática


EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

INDICE

INTRODUCCIÓN

I. EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO COMO NUEVO


PARADIGMA JURÍDICO.

1.1. EL Estado
1.2. EL Constitucionalismo
1.3. El Estado Constitucional como nuevo paradigma jurídico.

II. FORMAS DE ESTADO EN RELACIÓN AL DERECHO.


III. EL BUEN GOBIERNO
IV. LA DEMOCRACIA COMO FORMA DE GOBIERNO

BIBLIOOGRAFÍA

II
EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

En toda comunidad tiene que haber una


obediencia sujeta al mecanismo de la
constitución estatal, con arreglo a leyes coactivas
(que conciernen a todos), pero a la vez tiene que
haber un espíritu de libertad, pues en lo que atañe
al deber universal de los hombres todos exigen
ser persuadidos racionalmente de que tal
coacción es legítima, a fin de no incurrir en
contradicción consigo mismos.
Immanuel Kant

INTRODUCCIÓN

El Estado, como un concepto de organización jurídica de poder, fue utilizado por


Macchiavello, en su obra “El Príncipe”, en cuya obra dicho autor señala que la razón
de la existencia del Estado era el orden y la seguridad, para lo cual señala, el príncipe
de obrar contra su fe, contra su religión y contra la humanidad a aras de preservar el
orden.

Platón estima que la estructura del Estado y del individuo son iguales, y con ello,
analiza las partes y funciones del Estado y posteriormente, las del ser humano, con lo
cual establece el principio de Estado anterior al hombre, porque, además, la estructura
de aquél, aun siendo igual a la de éste, es más objetiva o evidente.

Aristóteles, por su parte, es más enfático y declara que el Estado existe por naturaleza,
y por tanto, es anterior al hombre, no por ser éste autosuficiente y solo podrá serlo
respecto al todo, en cuando a su relación con las demás partes, complementando su
expresión al decir, en base a su Zoon Politikón, que quien no convive con los demás en
una comunidad, "o es una bestia, o es un dios".

Por su parte, Luis XIV rey de Francia, en la época del absolutismo se atreve a decir la
ya conocida frase "El Estado soy yo", que esto no implica más que la falta de raciocinio
en la que se vivía en ese tiempo, indica solo la más pura esencia del absolutismo en sí,
se tomaba al Estado como un régimen político en el que una sola persona, el soberano,
ejercía el poder con carácter absoluto, sin límites jurídicos ni de ninguna otra manera.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

El Estado no era sino una prolongación de las características absolutas del rey en ese
tiempo.

Por otro lado, a la revolución francesa se le considera como la pauta principal


del cambio de la evolución del significado de la palabra Estado, pero ello es que parte
del presente análisis, es precisamente ese desarrollo de estado constitucional.

I EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO COMO NUEVO


PARADIGMA JURÍDICO.

En ese contexto, se puede señalar que el Estado nace como único depositario de la
dominación humana, esta arbitrariedad no sólo se circunscribió a la esfera de la política,
sino que fue general, más, resulta evidente que el Estado, por sí solo, nunca habría
logrado acaparar tal trascendencia sino hubiera contado con la colaboración de su aliado
natural: la ley.

No andaba Hobbes equivocado, cuando sostuvo que antes del Estado y de la ley no se
conocía la diferencia entre lo justo y lo injusto. Hobbes, el precursor del absolutismo
político, nos hablaba de un pacto social y por ende político y con él, el paradigma de
Estado, se sitúa, como el debate por excelencia, en todas las Facultades de Ciencias
Políticas, del mundo occidental, al menos.

Ahora bien, pretender esbozar un estudio mínimamente serio sobre constitucionalismo,


resulta inoficioso si no se maneja una noción, al menos básica del pensamiento y de la
influencia histórica de aquellos autores que sentaron las bases de esta rama del
conocimiento, por ello, se hace ineludible citar a un hombre, considerado el “darkman”,
de una época en la que predominaban dos grupos:
a) por un lado, los que sostenían que la monarquía absoluta estaba investida de
una legalidad suprema otorgada por Dios, y
b) por otra parte, aquellos que proponían una soberanía dividida entre el monarca
y su pueblo. Así, en un mundo caótico (no muy diverso al actual), entre bandos

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

de fanáticos monárquicos y parlamentarios, Hobbes se atrevió a observar la


realidad desde otra perspectiva1.

Según Hobbes, cuando el ser humano advierte que en este “estado de naturaleza”
acabará por no dejar piedra sobre piedra y se autodestruirá, sólo en ese instante,
transfiere su poder absoluto, mediante un “pacto” a una organización que le garantice
un “estado de paz”. Después de Hobbes, aparece la teoría defendida por Locke, quien
conceptualiza a la ley natural como un decreto divino que impone la armonía global a
través de una disposición mental (reverencia, temor de Dios, afecto filial natural, amor
al prójimo), concretada en acciones prohibidas (robar, matar y en definitiva toda
violación de libertad ajena), que obligan en favor de la convivencia.

1. 1. EL Estado

El concepto de Estado puede tener diferentes significados, en las ciencias


naturales, el estado es una situación o modo de estar en que se encuentra una
persona o cosa; así como también el grado o modo de cohesión de las moléculas
de un cuerpo o materia (sólido, líquido o gaseoso).

En términos jurídicos y sociales, un Estado es la forma y organización de la


sociedad, de su gobierno y al establecimiento de normas de convivencia
humana; es la unidad jurídica de los individuos que constituyen un pueblo que
vive al abrigo de un territorio y bajo el imperio de una Ley, con el fin de alcanzar
el bien común.

El Estado es un sistema organizado mediante la cual se hace efectivo


el poder político; y el gobierno es quien, en una primera aproximación, detenta
ese poder, ya que está constituido por el conjunto de personas que manejan dicha
maquinaria.

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Leviatán

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

La teoría política de Montesquieu no se limita a la separación de poderes, sino


que su pensamiento político es más amplio y profundo, dado que cada tipo de
gobierno surge a causa de la Naturaleza propia de su organización social, y se
fortalece en virtud del cumplimiento de sus respectivos Principios de gobierno,
de allí es que se sostiene que los poderes ejecutivo, legislativo y judicial no
deben concentrarse en las mismas manos, a fin de poder contrarrestarse y
equilibrarse.

Para cumplir con el alcance de sus fines propuestos, el Estado realiza funciones
legislativas, ejecutivas y judiciales, basado en de ahí es que se hable de la
división de poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial).

1. 2. Formas de estado

El Estado presenta diversas formas, las más conocidas son: según su


organización tenemos al Estado Simple, donde el poder político dirige todo y
existe una sola autoridad, éste se divide en Estado Unitario y Estado
Descentralizado.

Se tiene también al Estado Compuesto, el cual engloba una pluralidad de


Estados, formando así uniones entre ellos, se divide en Estado Federal, es un
Estado dividido territorialmente en varios Estados o provincias (se da en un
gobierno democrático), y en Confederación de Estados, el cual es
la unión permanente de Estados libres e independientes, mediante
un pacto internacional.
Según los principios que sirven de base a esa organización, se tiene al Estado
Liberal, que persigue asegurar al máximo la libertad individual; y el Estado
Totalitario, donde la libertad está seriamente restringida y se ejerce todo el
poder sin divisiones ni restricciones.

1. 2 EL Constitucionalismo

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

Landa César, (2011) respecto al concepto de Constitución señala Landa citando


a DE VEGA GARCÍA, Pedro “la Constitución no es un puro nombre, sino la
expresión jurídica de un sistema de valores a los que se pretende dar un
contenido histórico y político. Y es, en última instancia, desde este prisma
valorativo, desde donde hay que interpretar y entender la justicia
constitucional”.

De ello, es que se puede sostener que el constitucionalismo es la forma de


organizar un Estado en base a una ley suprema, al que el resto de las normas
jurídicas deben respetar, la Constitución, que asegure al pueblo la igualdad, el
goce de sus derechos naturales, el respeto a su dignidad humana; y organice y
limite los poderes del Estado, diferenciando entre poder constituyente, propio
del pueblo soberano para darse una constitución y poder reformarla, y los
poderes constituidos que gobiernan en base a ella, limitados unos por otros, y
son elegidos por la mayoría popular.

Si bien hubo antecedentes importantes en Inglaterra de reclamos de normas que


limitaran el poder monárquico, logrados con la sanción de la Petición de
Derechos de 1677, el Acta de Habeas Corpus de 1679 y la Ley de Derechos de
1689, esta tendencia de organizar los Estados por medio de constituciones se
consolidó luego de que se pusiera fin al poder ilimitado de los reyes, tras el
triunfo de la ideología de los penadores iluministas, concretado en
la Revolución Francesa que acabó con el Antiguo Régimen, y sentó la base de
las democracias modernas.

Fue Estados Unidos el primer país que tuvo su Constitución escrita en 1787, con
un procedimiento rígido de reforma, y donde se estableció la división de
poderes. Luego se añadieron diez enmiendas para consagrar los derechos de los
habitantes. A esta Constitución estadounidense, le siguieron las de Francia, de
los años 1791, 1793 y 1848. Suecia tuvo su Constitución en el año 1809, y
España tres años después. En América Latina, fueron pioneros Venezuela y
Colombia, que estrenaron su Carta Magna en 1819.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

Como constitucionalismo se conoce el sistema político que es regulado por


un texto constitucional. Asimismo, es una ideología partidaria de este
sistema, con sus respectivas manifestaciones en la esfera de lo social, lo
político y lo jurídico.

Según el constitucionalismo, todos los poderes públicos deben encontrarse


sujetos a un marco normativo que los modere y limite. Así, el constitucionalismo
defiende la idea de que la autoridad gubernamental, independientemente de que
emane de una ley fundamental, debe ser controlada por leyes escritas que, a su
vez, funcionen como el principio básico de la organización social del Estado.

Cesar Landa, en artículo sobre los principios rectores y Derechos


Fundamentales del Administrado en la Constitución Económica de 1993, señala
“…será preciso tener en consideración que la Constitución, desde un punto de
vista normativo, constituye un sistema racional de normas que no solo expresa,
sino también crea un orden; y en el cual son constitutivos el control y balance
de poderes y la tutela de los derechos fundamentales”.

Conforme a todo lo señalado, La Constitución, vendría a ser ese marco


normativo sobre el que se sustenta el ordenamiento jurídico de un Estado
y, en este sentido, la base de la pirámide normativa a la cual se deben
supeditar el resto de las leyes de un país. Así, desde un punto de vista
jurídico, el constitucionalismo es un sistema normativo fundamentado en
la preeminencia, por encima de los poderes, de un texto constitucional.

Por otro lado, desde un punto de vista social, el constitucionalismo es un


movimiento que procura limitar el poder de los gobernantes de turno con la
finalidad de que los intereses personalistas no pasen por encima de las reglas
acordadas para la conducción del Estado.

Finalmente, el constitucionalismo también puede considerarse una disciplina de


conocimiento que tiene por objeto el estudio de la función y posición que ejercen
las constituciones en las diferentes sociedades y sistemas políticos, así como la

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

evolución histórica del texto constitucional en un determinado Estado, de allí


que se define como constitucionalismo social al movimiento que tiene como
objeto defender y promover la inclusión de los derechos sociales en los textos
constitucionales de las naciones, siendo a nuestro juicio una de esas primeras
manifestaciones de constitucionalismo social, la Constitución de México de
1917, pues dicha norma suprema fue resultado de los ideales de la revolución
mexicana. Paulatinamente, otras naciones alrededor del mundo han ido
incorporando propuestas de este orden en su respectivo marco jurídico y legal.

1. 3. El Estado Constitucional como nuevo paradigma jurídico.

La implementación de una jurisdicción constitucional nunca estuvo exenta de


conflictos de carácter sistémico y luego intrasistémicos con el poder, es decir,
conflictos no resueltos, democráticamente, bajo el imperio de la Constitución, o
resueltos políticamente, más no jurídicamente.

Por ello, frente a los intentos de control constitucional de la justicia


constitucional en el proceso democrático se alzan voces aisladas que procuran
someter la justicia constitucional a los designios políticos conservadores
parlamentarios, de allí que resulta necesario esbozar la noción de derecho y la
interpretación que debe hacer de él, donde el ensayo de Fernando de
Trazegnies cobra vital importancia académica.

DE TRAZEGNIES Fernando, citado por Roland Barthes sobre el derecho y la


interpretación sostiene que el positivismo nos plantea que el hombre siempre
tiene una aspiración de seguridad, pero ello no se puede lograr descubriendo
dogmas universales, como se pretende desde el iusnaturalismo que busca
alcanzar la verdad del derecho en la naturaleza, sino creando dogmas concretos
para cada momento a través de la legislación.

El autor sostiene, que el positivismo nos propone como un elemento objetivo en


las normas legales, el criterio de verdad que el intérprete debe encontrar y
explicar, pero que, sin embargo, esta intención entendida como única y

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

estrictamente razonada según el autor es una fantasía, ya que no cubrirá todas


las situaciones posteriores en que la ley tendrá que intervenir.

El proceso legislativo, no tiene una coherencia perfecta en su razonamiento


debido a que no es único, sino un cuerpo colegiado, por ello desde que varias
personas intervienen no se puede hablar de una intención del legislador en
singular.

Aun cuando una ley muestre un pensamiento relativamente coherente, al no ser


propia de un solo legislador, siempre constituirá la intención de un colegiado,
quedando agotada dicha coherencia en el texto de la norma, por consiguiente, la
intención del legislador siempre será inalcanzable, debido a que lo único que
tenemos al frente un texto legal que se presta a diversas interpretaciones.

De allí que el autor enfatiza, que la misión del jurista debe ser la búsqueda de la
forma más adecuada de la aplicación de ese texto a la realidad, siendo finalmente
la intención de legislador solo un mito. Los positivistas lo han entendido así,
admitiendo que la aplicación del derecho no es una suerte de silogismo, dado
que quien aplica la norma tiene que crear nuevos sentidos de ella y ejercitar
opciones no previstas por el legislador. El Derecho se crea no se interpreta, se
construye y reconstruye constantemente producto del choque de
voluntades o de confrontaciones de acuerdo con las dinámicas sociales e
individuales. La seguridad jurídica no es producto del dogmatismo ni de la
rigidez, sino de una creatividad coincidente, una libertad creadora organizada
socialmente por la razón.

Finalmente, a modo de conclusión el autor citado sostiene, que el derecho es una


forma de organizar la sociedad de los hombres y por consiguiente pertenece al
campo de las relaciones humanas donde prima la materia controvertible donde
todo está en permanente transformación de acuerdo a las circunstancias. La
interpretación es la inserción del derecho en la vida, el paso de un derecho
nominal a un verdadero derecho actuante dentro de la sociedad. Toda norma
importa la construcción de una interpretación, dado que tiene que ser aplicada

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

dentro de un contexto teniendo en cuenta las circunstancias, por ello, la ley


admite siempre múltiples significados y muy diversas utilizaciones.

Sobre la función Constitucional, Cesar Landa citando a LUDWIG VON


RONNE señala el “Gobierno no solo debe ejercer el poder observando los
límites y requisitos externos constitucionalmente establecidos, sino que habrá
de actuar también de conformidad con el sentido y espíritu de la Constitución”.
De allí, citándose asimismo afirma que “Esta vinculación directa de la
Administración Pública a la Constitución ha motivado una discusión en torno
a la posibilidad de que la primera se aparte de la ley cuando ésta sea
manifiestamente contraria a la Constitución”.

Dentro de esta perspectiva, Cesar Landa viene a definir ya una aproximación


del Estado Constitucional como nuevo paradigma jurídico, cuando sostiene
“El tránsito del Estado Legal de Derecho al Estado Constitucional de Derecho
supuso, entre otras cosas, la necesidad de dotar al ordenamiento jurídico de
mecanismos jurisdiccionales orientados a salvaguardar la plena vigencia del
principio de supremacía constitucional y la tutela de los derechos
fundamentales, superando así la concepción de la pretendida soberanía
parlamentaria que consideraba a la ley y a los códigos como las máximas
normas del ordenamiento jurídico nacional”.

El Tribunal Constitucional, viene asumiendo la posición de un Estado


Constitucional como nuevo paradigma jurídico, para lo cual basta remitirnos
a la Sentencia de Acción de Amparo Expediente N° 3741-2004-AAlTC LIMA
Caso RAMÓN HERNANDO SALAZAR y ARLENQUE, fundamento 5, 6 y 7
“Un razonamiento en este sentido obliga a este Tribunal a hacer algunas
precisiones previas. En primer lugar, se debe recordar que tanto los jueces
ordinarios como los jueces constitucionales tienen la obligación de verificar si
los actos de la administración pública, que tienen como sustento una ley, son
conformes los valores superiores, los principios constitucionales y los derechos
fundamentales que la Constitución consagra. Este deber, como es evidente,
implica una labor que no solo se realiza en el marco de un proceso de

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

inconstitucionalidad (previsto en el artículo 200.°, inciso 4, de la Constitución),


sino también en todo proceso ordinario y constitucional a través del control
difuso (artículo 138.°)”; “Este deber de respetar y preferir el principio jurídico
de supremacía de la Constitución también alcanza, como es evidente, a la
administración pública. Esta, al igual que los poderes del Estado y los órganos
constitucionales, se encuentran sometida, en primer lugar, a la Constitución de
manera directa y, en segundo lugar, al principio de legalidad, de conformidad
con el artículo 51.° de la Constitución. De modo tal que la legitimidad de los
actos administrativos no viene determinada por el respeto a la ley -más aún si
esta puede ser inconstitucional- sino, antes bien, por su vinculación a la
Constitución. Esta vinculación de la administración a la Constitución se
aprecia en el artículo IV del Título Preliminar de la Ley del Procedimiento
Administrativo General, el cual, si bien formalmente ha sido ominado por la
propia Ley como «Principio de legalidad», en el fondo no es otra cosa que la
concretización de la supremacía jurídica de la Constitución, al prever que
«[l]as autoridades administrativas deben actuar con respeto a la Constitución,
la ley y al derecho ( ... »> (énfasis agregado)”.
“De acuerdo con estos presupuestos, el Tribunal Constitucional estima que la
administración pública, a través de sus tribunales administrativos o de sus
órganos colegiados, no sólo tiene la facultad de hacer cumplir la Constitución
-dada su fuerza normativa-, sino también el deber constitucional de realizar el
control difuso de las normas que sustentan los actos administrativos y que son
contrarias a la Constitución o a la interpretación que de ella haya realizado el
Tribunal Constitucional (artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional). Ello se sustenta, en primer lugar, en que si bien la
Constitución, de conformidad con el párrafo segundo del artículo 138.°,
reconoce a los jueces la potestad para realizar el control difuso, de ahí no se
deriva que dicha potestad les corresponda únicamente a los jueces, ni tampoco
que el control difuso se realice únicamente dentro del marco de un proceso
judicial”.

Rosas Joel, (2016) respecto al ámbito penal y procesal en la introducción


ofrecida por Arsenio Ore, señala “…en lo que concierne al Derecho penal, la

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

Constitución permite reconocer que el Estado tiene poder de crear delitos y


decidir la imposición de penas (ius punendi), pero a su vez permite reconocer
que dicho poder tiene límites”.

El Tribunal Constitucional, citando la doctrina de la jurisprudencia comparada


de Chile a FERRADA BÓRQUEZ, Juan Carlos, en el Expediente N° 3741-
2004-AAlTC, fundamento 13 “En el Derecho constitucional comparado -es el
caso puntual del ordenamiento chileno-, se admite, por ejemplo, que un órgano
constitucional como la Contraloría General de la República realice un control
constitucional de las normas en sede administrativa. El control que realiza esta
entidad administrativa ( ... ) es, como es obvio, un control estrictamente
jurídico, en el que la Contraloría confronta la actuación administrativa
reglamentaria o singular, contenida en un decreto o resolución, con el
ordenamiento jurídico en su conjunto, haciendo primar este último por sobre
aquélla, como consecuencia del principio general de legalidad que establece el
propio Art. 7° CPR. Sin embargo, es en el control de los aspectos
constitucionales de la actuación administrativa donde la actividad fiscalizadora
de la Contraloría adquiere mayor entidad, en la medida que su
pronunciamiento no puede ser "salvado" mediante la insistencia
gubernamental, ya que -se considera- al estar el decreto o resolución en pugna
-aparentemente- con la Constitución, pone en peligro valores, principios o
derechos de la más alta consideración en el ordenamiento”.

CASTRO ALBERTO (2014) respecto al buen gobierno señala “Si tomamos


como parámetro el modelo de Estado previo a la existencia del Estado
democrático constitucional, tendríamos que recordar lo que Thomas Hobbes
señalaba: “La autoridad y no la verdad hacen las leyes”. Este era el principio
en virtud del cual el Estado se encontraba sujeto a la decisión de la autoridad
del monarca y no a un gobierno de leyes. Este es precisamente el fundamento
de todo Estado de Derecho: el que todos somos iguales ante la ley sin que exista
distinción entre las personas. La formación del Estado democrático liberal trató
en sus orígenes de traducir ello en dos principios fundamentales. Allí está el

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

artículo 16° de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de


1789 que se dio en Francia y que señala: “No hay Constitución si no se
garantizan los derechos de las personas ni se asegura la división del poder”.

II FORMAS DE ESTADO EN RELACIÓN AL DERECHO.

Estado unitario En el existe un solo centro de poder político que


extiende su accionar a lo largo de todo el territorio
del respectivo Estado, mediante sus agentes y
autoridades locales, delegadas de ese mismo poder
central.
En relación al derecho cuenta con un solo poder
legislativo que legisla para todo el país; un poder
judicial, que aplica el derecho vigente a todo el
territorio del Estado y que en su seno se establece una
Corte Suprema de Justicia, la cual tiene jurisdicción
a nivel nacional, un solo poder ejecutivo que está
conformado por todos los gobernantes (presidente,
gobernadores, alcaldes...);
La Constitución política rige en todo el territorio y a
la cual se hallan sometidas todas las autoridades y
habitantes del Estado. En otras palabras en el Estado
unitario se da la cuádruple unidad: unidad de
ordenamiento jurídico (derecho), unidad de
autoridades gubernativas, unidad de gobernados o
destinatarios del ordenamiento jurídico y de las
decisiones políticas y unidad de territorio.
Los estados unitarios puros Estos estados conforman una sola entidad con un
gobierno estatal único, sin ninguna división
administrativa. Los únicos estados unitarios puros
son Mónaco y la Ciudad del Vaticano.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

El estado unitario regionalizado Son estados divididos en diversas zonas o regiones


o estado centralizado. político-administrativas que no son autónomas en
sus regímenes internos.
Los gobernantes de las regiones son designados
directamente por el gobierno central, dentro de los
que se encuentra Perú.
Estados regionales o Estos estados tienen un pasado centralista, pero que
descentralizados. progresivamente han otorgado mayor autonomía a
las diversas regiones que los conforman.
El grado de autonomía varía dependiendo del estado,
y si el grado de autonomía es bastante elevado los
estados regionales suelen ser considerados
"federaciones de facto".
En este caso la única diferencia entre el estado
federal y el estado regional es el origen de las
atribuciones: en los estados regionales el gobierno
central ha cedido o devuelto algunos derechos y
competencias a la región, mientras que en los estados
federados son las regiones las que han cedido
algunas de sus atribuciones al poder central.
Debido a que el grado de autonomía puede variar
sustancialmente con el tiempo, esta clasificación no
es excluyente y a menudo es muy ambigua, es decir,
algunos estados que han permitido el desarrollo de
asambleas regionales locales con poderes muy
limitados aun son considerados estados centralizados
(como Francia), otros han permitido un elevado
grado de autonomía (como Italia, España y el Reino
Unido), y otros ya se han convertido en federaciones
propiamente tales (como Bélgica). Si las regiones
reciben la autonomía que gozaban en el pasado
(como derecho histórico), el proceso de

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

descentralización a menudo es llamado "proceso de


devolución".
Estados complejos Se caracterizarían por tener un orden jurídico
integral que regula, a la vez, una jurisdicción
federal y otra jurisdicción que es la local, y que es
distinta en cada uno de los estados o que puede ser
distinta. Por tener a la vez una jurisdicción federal y
una local en cada uno de los estados, pero ambas
supeditadas a la Constitución federal, son un pacto
federal, con autonomía interna en cada una de las
partes integrantes de la federación, lo cual significa
que las entidades federativas pueden adoptar,
incluso, su propio régimen interior y su propia
organización interna política y administrativa.
Estados federales Las federaciones son estados conformados por
entidades soberanas y autónomas. El estatus
autónomo de estas entidades no puede ser alterado de
manera unilateral por el gobierno central, aunque
pueden existir excepciones (como el caso de
Argentina, donde el gobierno federal ha intervenido
en diversas ocasiones en las provincias; y en México,
mediante la figura de la desaparición de poderes en
los estados). Los siguientes estados son
federaciones:
Argentina (23 provincias y 1 Ciudad Autónoma)
Brasil (26 estados y un Distrito Federal)
Canadá (10 provincias y 3 territorios)
Estados Unidos de América (50 Estados, el Distrito
de Columbia, y otros territorios y dependencias)
Etc.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

III EL BUEN GOBIERNO

CASTRO ALBERTO (2014) respecto al buen gobierno señala “El reconocimiento


paulatino del derecho a una buena administración en documentos y normas jurídicas
ha llevado a Cassese a hablar del “siglo de la buena administración”.1 Este auge de
la buena administración está vinculado con la reivindicación creciente del papel del
derecho en la gestión pública.2 Una perspectiva, la legal, que debe abandonar “el
acartonamiento de la corporación administrativista en el paradigma
antidiscrecional”,3 que considera la discrecionalidad como el Caballo de Troya del
Estado de Derecho. 4 Asimismo conecta con una reivindicación creciente del Derecho
Público en la gestión pública, como instrumento habilitador de la calidad de ésta con
el respeto de los derechos implicados en la misma”.

De ello, es que el autor sostiene “El derecho a una buena administración, al imponer
obligaciones jurídicas en el núcleo del ejercicio de la discrecionalidad, actúa como
límite más allá de la mera arbitrariedad, siendo, además, guía para los gestores
públicos en la toma de decisiones. Y, por tanto, se trata de un útil instrumento en el
control administrativo en garantía de los derechos e intereses de los ciudadanos, tanto
individuales como colectivos. Como señala el Tribunal Europeo de Derechos”.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

Cuadro

Gestión Pública: La relación entre poder y función marca la


esencia de la administración pública, donde a través de ésta se
pone en práctica el ejercicio del poder, mediante un gobierno en
beneficio de la sociedad.

El modelo de la nueva
Gestión Pública (NGP)
La NGP busca satisfacer las necesidades de los ciudadanos a
través de una gestión pública eficiente y eficaz.
Desarrollo de servicios de mayor calidad en un marco
de sistemas de control.
Transparencia en los procesos de elección de planes y
resultados, así como en los de participación ciudadana.

 a) La formulación estratégica de políticas de desarrollo y


gestión.
 b) La gradual eliminación del modelo burocrático hacia
una GESTIÓN POR RESULTADOS.
La Nueva Gestión
Pública se
fundamenta
 c) La creación del valor público.
 d) El desarrollo de las instituciones y
dimensionamiento adecuado del Estado.
 e) El mejoramiento de las conquistas macroeconómicas y
la equidad social.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

IV LA DEMOCRACIA COMO FORMA DE GOBIERNO

El célebre jurista austriaco Hans Kelsen (1881-1973) solía afirmar que el tipo de
democracia que llevaba a un grado más alto el ideal de esa forma de gobierno era la
democracia directa, o sea, aquélla en la que se reunían en una asamblea soberana los
individuos que gozaban de derechos políticos, sin mediación alguna de representantes,
para tomar decisiones obligatorias para todos los miembros de la ciudad Estado. Esa
fue sustancialmente la manera en que se practicó el gobierno popular en el mundo
antiguo Tal convención de ciudadanos no se integraba por lo que hoy llamaríamos
partidos políticos ni procedía por votación. Tampoco conoció la separación de poderes
ni la división territorial. Más aun, lo que en nuestra época es parte inescindible de la
democracia, los derechos individuales, igualmente fueron desconocidos por la
democracia clásica.

La democracia fue adquiriendo una serie de rasgos que, ciertamente, en un inicio le


fueron ajenos. Las influencias que recibió provinieron de otros regímenes o de líneas
de pensamiento de diferente cuño, pero que supo adoptar sin perder su naturaleza
esencial. Como se aprecia, en la exposición del tema nos moveremos en un marco
histórico bastante amplio, comparando insistentemente los orígenes con la actualidad y
los periodos intermedios con las mutaciones institucionales. También pondremos frente
a frente las ideas y las doctrinas que estuvieron y están en juego en esos movimientos
históricos.
Por otra parte, es un hecho que hoy que la democracia disfruta de un gran
reconocimiento solemos poner esperanzas en ella y le pedimos muchas cosas, quizá
demasiadas. Tanto así que la estamos sobrecargando de peticiones que acaso no pueda
resolver. Como sea, el asunto es que, al hablar y colocar sobre ella tantos objetos,
corremos el riesgo de vaciarla de contenido o hacerla demasiado confusa.

Desde su origen en la antigua Grecia, la democracia fue considerada como una forma
de gobierno donde las decisiones políticas eran tomadas por la mayoría, es decir, donde
el poder era ejercido por el pueblo. Pero, bien se sabe que esa no es la única constitución
posible. Hay otras maneras de organizar una comunidad, según se otorgue el mando en

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

lugar de al pueblo a una clase formada por unos cuantos individuos, lo que se llama
aristocracia, o a una sola persona, lo que se llama monarquía. Estas nombran a las
formas de gobierno según sean muchas, pocas o una las personas que detentan el poder,
y tienen sus correspondientes formas incorrectas en la demagogia, la oligarquía y la
tiranía. Luego entonces, debemos señalar, de entrada, que el conocimiento de la
democracia no puede separarse del análisis del sistema en el que se ubica al lado de
otros regímenes políticos. La democracia es parte de un sistema mayor.

Desde esta perspectiva, se aprecia una cuestión por demás interesante, en contraste con
lo que sucede hoy, en el sentido de que la democracia es considerada como la más
deseable de las alternativas; en la antigüedad no fue así. En las clasificaciones de los
autores de aquella época generalmente la encontramos entre las formas indeseables.
Así, Platón (428-347 a. de C.), en La República (544, c), al presentar una tipología que
va de la menos mala a la peor, en lista a la timocracia, a la oligarquía, a la democracia
y a la tiranía, de suerte que sólo es superada por la tiranía como forma negativa. Por su
parte Aristóteles (384-322 a. de C.) en la Política (III, V) reconoce como formas buenas
a la monarquía, la aristocracia y la politéia, y como formas malas a la tiranía, a la
oligarquía y a la democracia.

La explicación de ello se encuentra en que desde aquel tiempo la diferencia entre un


gobierno bueno y uno malo se basaba en el criterio de si el gobernante (o los
gobernantes) respetaba la ley o no, pero también en la pauta de si aplicaba el mando
para provecho de todos o para beneficio particular. Dado que en el mundo antiguo había
diferentes rangos sociales, que se identificaban no sólo con el pueblo sino también con
la aristocracia o con la monarquía, se decía que cuando el poder se depositaba en la
democracia era ejercido sólo para ventaja de los pobres. Y éstos, aunque fuesen la
mayoría, no eran la totalidad, por lo que al desempeñar el poder en su exclusivo
provecho dejaban a una parte, aunque minoritaria, fuera. De allí el signo negativo que
se le atribuyó. En tal virtud, lo conducente era juntar a todas la fuerzas sociales y los
principios que enarbolaban en un régimen que los combinara. Esa es, al parecer, la
fórmula encarnada por la politéia.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

Como conclusión previa, podemos señalar que la Democracia es una forma


de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía
colectiva. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización
del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante
mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus
representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en
la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen conforme
a mecanismos contractuales.

Democracia indirecta o representativa.


El pueblo se limita a elegir a sus representantes para que estos deliberen y tomen las
decisiones con el poder que el pueblo les otorga por medio del voto.

Democracia semidirecta o participativa


Algunos autores también distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia
semidirecta, que suele acompañar, atenuándola, a la democracia indirecta. En la
democracia semidirecta el pueblo se expresa directamente en circunstancias
particulares, básicamente a través de cuatro mecanismos: Referéndum, Plebiscito,
Iniciativa popular y revocación de mandato.

Democracia Directa
Se trata de la democracia en estado puro, tal como la vivieron sus fundadores atenienses,
se practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en asamblea. No
existen representantes del pueblo, sino, en todo caso, delegados que se hacen portavoces
del pueblo, que únicamente emiten el mandato asambleario. Se trata del tipo de
democracia preferido no solo por los demócratas de la Antigua Grecia, sino también
para muchos pensadores modernos. Un ejemplo de democracia directa más conocido es
el de la Atenas clásica.

Democracia líquida.
La Democracia Líquida es una clase de democracia directa en la que cada ciudadano
tiene la posibilidad de votar cada decisión del parlamento y realizar propuestas, pero

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

puede ceder su voto a un representante para aquellas decisiones en las que prefiere no
participar.

Principios que caracterizan un Gobierno Democrático

La democracia debe entenderse como un sistema político entre las diferentes


posibilidades que han existido para configurar los Estados a lo largo de la historia. Esto
es, la democracia es una de las formas políticas en las que puede organizarse la
convivencia social, pues, así como una sociedad puede establecerse como una
democracia, también puede hacerlo como una Aristocracia o en una Autocracia. La
democracia conlleva la posibilidad de que existan medios de participación por parte de
la ciudadanía, de que existan diferencias entre los participantes de dicho proceso y de
que se expresen opiniones contrapuestas. De este modo, se afirma que la democracia
repudia la posibilidad de que una sola persona se abrogue el poder por propio y
exclusivo arbitrio, abriéndose el escaño del poder a una pluralidad de personas así como
a la crítica y oposición por parte de los propios miembros de la sociedad.

La igualdad
La democracia reconoce la posibilidad de que cualquier persona pueda
participar en el ejercicio del poder político dentro de un determinado Estado.
Por esto, es necesario reconocer la existencia de igualdad entre los ciudadanos,
ya que, sin ella, no existirían los medios necesarios para que la participación y
la oposición se desarrolle libremente. A la luz de esto, se abre la puerta a dos
paradigmas que condicionan el desarrollo de la democracia por lo que respecta
a la igualdad. El de la redistribución, por lo que respecta a la igualdad de
derechos que todo individuo tiene uno frente al otro y ante el Estado para
participar en los procesos democráticos, y El del reconocimiento, por lo que
respecta al hecho de que no todos los participantes del proceso democrático
nos encontramos en circunstancias fácticas igualitarias, por ello nuestras
opiniones serán diferenciadas entre sí.
De esto obtenemos los ideales de igualdad y de libertad, puesto que, por un lado,
tenemos la posibilidad de que una sociedad sea plural y con diversas necesidades
e ideales sobre lo que es lo justo y, por otro lado, se tiene que los miembros de

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

la sociedad –aun cuando no tuvieren entre sí cuestiones en común– participen


en la entidad política que ostenta el poder en igualdad de circunstancias.

La limitación del poder


Debe garantizar dicha posibilidad de acceso; es decir, los individuos debemos
gozar de una serie de condiciones que propicien nuestra participación en la
entidad política que ostenta el poder, mismas que solo pueden desarrollarse
cuando existen los precursores democráticos ya mencionados.
Se ha afirmado que la Democracia, para el efecto de garantizar las condiciones
mínimas para la participación ciudadana, impone al poder público límites en su
ejercicio, mismos que serán tendientes a salvaguardar los intereses y derechos
de los individuos, y, además, determina las funciones del propio poder y así lo
divide; hecho ello, se crean instituciones como
el Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y se les asigna a cada rama una función
específica del poder, así como competencias y supuestos para su ejercicio. De
algún modo, en un Estado democrático se busca el límite del poder como
garantía para que los ciudadanos participen en la política nacional, límites que
se pueden identificar como dos tipos: Del Estado frente al individuo, mismo que
se garantiza mediante los derechos fundamentales que la Constitución
establezca a favor del gobernado; De las propias instituciones del Estado entre
ellas, el cual se garantiza mediante la división del poder y el establecimiento de
competencias entre estas, y De los individuos entre sí mismos, lo cual se logra
mediante la inclusión y reglamentación de los denominados derechos sociales.

De acuerdo a esto, la Constitución de un Estado democrático contará con


límites del poder tanto público como privado frente a los individuos y ante
las propias instituciones que conforman al Estado; de ese modo se evita, por
un lado, que se prive a los individuos de las condiciones necesarias para que
desarrollen su vida y estén en condiciones para participar en la entidad
política nacional, mientras que, por otro lado, se impide que el poder se
encuentre concentrado en una sola persona o institución como sucede en los
Estados autocráticos.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

Al limitarse el poder, se garantiza que no existirán abusos en el ejercicio del


mismo. De acuerdo a esto, los individuos podrán gozar de condiciones propias
para el libre ejercicio de sus derechos individuales. Además, también se impide
que el poder político se concentre en una sola institución o persona, lo cual
resultaría pernicioso al no tener esta sola persona una visión global de las
necesidades sociales y, por otro lado, podría ejercer sin limitación alguna su
poder, inclusive sobre cualquier derecho individual.

La esfera de lo indecidible
La Constitución de un Estado democrático reconoce la posibilidad de que la
totalidad de los miembros de la sociedad participen en la decisión de cómo habrá
de configurarse el nuevo ente político. Esto deriva por la injerencia de los
factores reales del poder en la toma de decisiones en el origen de la vida del
Estado. De algún modo, las decisiones tomadas por los factores reales del poder
al haber decidido el rumbo que el Estado emprendería son los principios que
regirán su desarrollo socio-político.
A estas se le denominan las decisiones políticas fundamentales, pues la totalidad
de los poderes fácticos que rigen en un determinado lugar y momento erigirán
los principios superiores que caracterizarán al sistema político-jurídico de su
comunidad. Por ejemplo, en un determinado Estado democrático podrá
decidirse que el desarrollo económico se centre en la creación de empresas
productivas del Estado, mientras que en otro Estado podría optarse por un
desarrollo liberal de tales cuestiones. Tales ideales serán conocidos como
las decisiones políticas fundamentales y, como veremos, formarán parte de
la esfera de lo indecidible.
Como se ha visto en otros apartados, una democracia se fundamenta en diversos
principios, tales como el de la división del poder, la igualdad o el respeto a los
derechos fundamentales. Así, estos mismos principios democráticos no pueden
ser desconocidos por persona o institución alguna, incluyéndose a las mayorías.

A razón de esto, es que es factible hacer una diferenciación entre la democracia


formal y la materia. Por un lado, se puede considerar que una decisión
democrática tomada por una mayoría es formalmente válida si la misma es

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

tomada conforme al procedimiento que un Estado democrático estableció en su


Constitución; pero, por otro lado, ello no es suficiente para considerar que dicha
decisión también es materialmente válida, pues esto depende de que su
contenido sea acorde con los principios fundamentales adoptados en la
Constitución por la totalidad de los miembros de la sociedad.

El control del poder


Por último, se reconoce que un Estado democrático no puede subsistir si no
existen herramientas que garanticen la regularidad de los actos de autoridad con
la esencia del Estado.
De acuerdo a esto, el control de la constitucionalidad de los actos se torna en un
eje de la eficacia constitucional, reforzando el carácter de obligatorio de la
propia Constitución y las decisiones políticas fundamentales que fueron
tomadas ahí y dotando de equilibrio a los derechos fundamentales y las
estructuras institucionales determinadas por el acuerdo constitucional.
Entonces, los medios de control de la constitucionalidad se identifican como los
recursos jurídicos diseñados para verificar la correspondencia entre los actos
emitidos por quienes detentan el poder y la Constitución, anulándolas cuando
aquellas quebranten los principios constitucionales, de esta forma también se
desprende la naturaleza correctiva de los medios de control, por lo que destruyen
actos ya emitidos. Es con motivo de esta característica por virtud de la cual
podemos afirmar que los derechos y principios contenidos en la Constitución -
el cual resulta ser el pacto político por excelencia de una democracia- adquieren
la naturaleza de norma jurídica, específicamente de una regla, que puede ser
oponible frente a todos aquellos actos que la reten, adquiriendo firmeza
inquebrantable al invalidar todos aquellos actos que transgredan su esencia.
Ante esto, se hacen exigibles los principios fundamentales adoptados en un
Estado democrático.

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EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHO

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