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EL TÍTULO VALOR EN BLANCO Y LAS INSTRUCCIONES PARA SU

DILIGENCIAMIENTO

DR. CARLOS ALFONSO PADILLA SUAREZ

TÍTULOS VALORES

X SEMESTRE

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA


FACULTAD DE DERECHO
SEDE ARAUCA
2019
EL TÍTULO VALOR EN BLANCO Y LAS INSTRUCCIONES PARA SU

DILIGENCIAMIENTO

DR. CARLOS ALFONSO PADILLA SUAREZ

TÍTULOS VALORES

AUTOR
JHON SEBASTIAN ORDOÑEZ GARRIDO

X SEMESTRE

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA


FACULTAD DE DERECHO
SEDE ARAUCA
2019
EL TÍTULO VALOR EN BLANCO Y LAS INSTRUCCIONES PARA SU

DILIGENCIAMIENTO*

Sebastián Ordoñez Garrido**

La legislación comercial colombiana establece en su regulación los requisitos mínimos

que deben contener los títulos valores para considerarse como tal, en este sentido el artículo 621

determina que, se exige (i) la mención del derecho que en el título se incorpora, y (ii) la firma de

quién lo crea. (1971)

En lo referente al primer requisito este se deriva de la naturaleza de los títulos valores,

dada la necesidad de plasmar el derecho que se pretende legitimar, el cual tiene el carácter de

literal y autónomo (Gallego Cadavid). El segundo, por su parte, se refiere a la manifestación de

la voluntad de la parte que suscribe con el ánimo de obligarse a cumplir la exigencia contenida

en el título cuando este sea presentado para su pago.

Así mismo, en el artículo 622 de la legislación mercantil nacional, se hace referencia al

título valor en blanco, analizando su validez y el procedimiento para el lleno de los espacios que

no sean diligenciados al momento de su suscripción.

Por lo cual, es claro que el ordenamiento jurídico avala la posibilidad de que se expida un

título valor total o parcialmente en blanco, otorgando al tenedor la facultad de diligenciarlos, sin

embargo, esta no es absoluta, puesto que se encuentra limitada expresamente a las instrucciones

*
Trabajo adelantado para la asignatura de Títulos Valores, impartida por el Dr. Carlos Padilla. Facultad de Derecho
Universidad Cooperativa de Colombia, sede Arauca.
**
Estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Arauca. Décimo
Semestre.
otorgadas por el suscriptor del mismo. De tal modo que, para el ejercicio del derecho consagrado

en el documento, deberá completarse adecuadamente según lo facultado.

Esta práctica es ampliamente implementada en la celebración de negocios jurídicos en la

actualidad, puesto que representa una forma rápida de respaldar las obligaciones y operaciones

dinerarias, de crédito, bienes y servicios que se celebran en el ámbito mercantil.

En atención a la generalidad de la norma y al uso recurrente de la misma, la

Superintendencia Financiera de Colombia como entidad gubernamental encargada de la

supervisión de los sistemas financiero y bursátil del país, ha señalado las condiciones cardinales

para el diligenciamiento de un título valor en blanco.

Refiere que las únicas limitantes que tiene el legítimo tenedor del título valor en blanco

para su diligenciamiento, son aquellas impuestas en la carta de instrucciones, la cual se presume

basada en la relación jurídica existente entre el creador del título y el beneficiario del mismo

(Superintendencia Financiera de Colombia, 2006).

De igual manera en la mencionada disposición, se indica por parte de la autoridad

financiera que el título debe ser llenado por su legítimo tenedor, es decir, quien tiene la posesión

de conformidad con la ley de circulación; que debe ser atestado conforme a las instrucciones del

firmante; por último se señala que deberá completarse antes de ejercer el derecho consagrado en

el mismo, esto es antes de su presentación para el pago, de su negociación o del ejercicio de la

acción cambiaria dirigida al recaudo del importe del título.

De este modo, se evidencia que las estipulaciones legales son claras al determinar las

condiciones en que debe realizarse el diligenciamiento del título con espacios en blanco, así

mismo la Superfinanciera ha conceptuado sobre la obligación de las entidades a su cargo de


suscribir la carta de instrucciones con el cumplimiento de ciertas características y de manera

formal, con el objeto garantizar la probidad de la actividad financiera y en igual sentido, soportar

eficazmente todas las obligaciones suscritas por los usuarios de sus servicios.

Al respecto la Corte Constitucional en sentencia T-943 de 2006 manifestó: “En armonía

con lo expuesto, para la sala es claro que las eventuales obligaciones representadas en títulos

valores con espacios en blanco, que no podrán ser diligenciados hasta tanto no se determinen las

instrucciones del creador del instrumento” (2006).

En esta misma línea, la sala de casación civil de la Corte Suprema de Justicia mediante

fallo del quince (15) de diciembre de (M.P. Jaime Alberto Arrubla Paucar, 2009) ha señalado que

se admite la posibilidad de suscribir títulos valores con espacios en blanco, pero reafirma que

antes de la exhibición del mismo en pro de ejercer el derecho allí incorporado, la información

faltante se deberá completar por parte del tenedor legítimo de acuerdo a las órdenes emitidas por

el suscriptor.

Expuesto lo anterior, queda claro que es requisito indispensable contar con las

instrucciones para el diligenciamiento de la información faltante en el documento, sin embargo,

el problema se encuadra en la ausencia de formalidad en la exigencia de instrucciones, pues

legalmente no se encuentran prescritos los parámetros con que debe contar la llamada carta de

instrucciones, ni se establece la obligación de suscribirla de forma paralela al título.

Por lo cual es posible que las indicaciones referidas sean dadas con posterioridad y no en

el momento de la firma del título valor, acto que según la Corte Suprema de Justicia no le resta

ninguna validez a las mismas como lo expresó en decisión del treinta (30) de julio de 2009

admitiendo que:
(…) por el hecho de que se hubiera demostrado que en un comienzo no hubo

instrucciones para llenar los espacios en blanco de las referidas letras, era cuestión que por sí sola

no les restaba mérito ejecutivo a los referidos títulos, pues tal circunstancia no impedía que se

hubiesen acordado instrucciones ulteriores para hacer posible el diligenciamiento del título y su

consiguiente exigibilidad (M.P. Edgardo Villamil Portilla, 2009).

Por lo cual, la ausencia de disposición legal expresa en torno al momento en que debe

realizar la firma de la carta de instrucciones o en que estás deben ser dadas para los casos en los

que no se observa ninguna formalidad, fue subsanada a través del desarrollo jurisprudencial en

los términos anteriormente referenciados, al mencionar que el derecho del tenedor del título no

se deslegitima porque no hayan sido dadas instrucciones en un comienzo.

Se evidencia que la Corte en su estudio de fondo da prevalencia a la manifestación de la

voluntad de la parte que se obliga, más allá de la formalidad en lo referente a la fecha,

preservando el espíritu de la norma mercantil que no establece limitación en torno al asunto.

Por otra parte, es de señalar que la ausencia de formalismos en torno a las estipulaciones

que se dicten para el diligenciamiento de un título en blanco es clara, puesto que la ley no refiere

expresamente las formas o condiciones en que debe darse, como se mencionó anteriormente, en

tal sentido está permitido que estas se señalen en el mismo título, en documento separado o

incluso verbalmente.

Es esta última forma la que constituye el mayor desafío al momento de la reclamación

judicial y de la controversia de la misma a través de las excepciones del demandado, puesto que

en la práctica jurídica es común encontrar casos de diligenciamiento o integración abusiva del

título valor, lo que procesalmente genera en el obligado la carga probatoria de demostrar su

incumplimiento.
No obstante, en los casos en que las instrucciones han sido dadas de forma verbal se

dificulta la labor, pues en la mayoría de los casos los negocios particulares en que se presenta tal

situación son celebrados en privado por las partes quienes no cuentan con medios probatorios

documentales o testimoniales para demostrar efectivamente las indicaciones dadas al respecto,

por lo cual el interrogatorio a la contraparte constituye la herramienta idónea para demostrar las

condiciones iniciales del negocio jurídico que dio origen al título valor o bien, el acuerdo verbal

efectuado por las partes al momento de la suscripción del mismo.

De igual forma es de reseñar que, sobre el particular aún no existe un desarrollo

jurisprudencial detallado que permita identificar la procedencia en estos casos y otorgar

seguridad jurídica en torno a este tema, pues las excepciones encaminadas a lograr la declaratoria

de integración abusiva del título valor no encuentran amparo en el precedente de la Corte

Suprema, por lo cual no existe claridad y uniformidad en torno a las decisiones de los operadores

judiciales en los casos de alteración de la voluntad de la parte obligada por parte del tenedor del

título al momento de su diligenciamiento.

´
Bibliografía
Gallego Cadavid, H. A. (s.f.). Aproximación a la teoría de la integración abusiva del título valor
en blanco o con espacios en blanco. Repositorio Universidad Pontificia Bolivariana, 1-
39.
M.P. Edgardo Villamil Portilla, T-05001-22-03-000-2009-00273-01 (Sala de Casación Civil
Corte Suprema de Justicia 30 de Junio de 2009).
M.P. Jaime Alberto Arrubla Paucar, 05001-22-03-000-2009-00629-01 (Sala de Casación Civil
Corte Suprema de Justicia 15 de Diciembre de 2009).
Presidente de la República de Colombia. (1971 de Junio de 1971). Decreto 410. Código de
Comercio. Bogotá D.C.: Diario Oficial No. 33.339.
Sentencia de Tutela, T-943 (Corte Constitucional 16 de Noviembre de 2006).
Superintendencia Financiera de Colombia. (09 de Junio de 2006). Concepto 2006015989-001.
Bogotá D.C., Colombia.

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