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Hogar Colegio La Milagrosa

Arecibo, Puerto Rico


Departamento de Computadoras
Sra. Glenda Liz Mercado Figueroa

Karla W. Collazo-González 22 de noviembre de 2010


11mo Ceiba Análisis: Película Homeless to Harvard

“Querer es poder”, dijo una persona —de por cierto, muy sabia— alguna vez. A pesar de

todos los obstáculos que se encuentren en la vida, el ser humano tiene el potencial para sobresalir

y superarse en todos los aspectos de la vida. Cada persona tiene el derecho de escoger lo que

quiere ser sin importar de donde venga, sus raíces, etc.

La historia de Elizabeth “Liz” Murray comienza cuando su madre Jean, adicta a las

drogas, es llevada al manicomio para rehabilitarse. Liz vivía con su hermana mayor, Lisa, y su

padre, Peter. Lisa y Peter no tenían esperanzas de que Jean dejara las drogas; ni siquiera estaban

al pendiente unos de los otros ni de que Liz fuera a la escuela ni de que la casa estuviera en

orden, en fin, no se preocupaban por nada. Liz pasaba de grado porque iba la última semana de

exámenes finales y los pasaba. Cuando su madre vuelve del manicomio, decide irse a vivir con

su padre, ya que, se le descubrió SIDA. Liz no acepta y se va a deambular. Al Jean abandonar a

Peter, éste cae en el vicio de las drogas y Jean recae en el vicio, pero del alcohol. En la escuela,

Liz conoce a su amiga Chris y éstas deciden deambular juntas. Tras la muerte de Jean, Chris

decide irse a un orfanato y a Liz no le queda más remedio que irse a vivir con Eva, antigua

vecina. Liz decide entrar en una escuela especial para desertores escolares. Su padre va a la

entrevista y le confiesa su padecimiento de SIDA. Liz era la mejor estudiante del curso. Gracias

a esto, logró entrar a la Universidad de Harvard.


Si mis padres fueran drogadictos, los ayudaría, haría lo imposible por ayudarlos. Si éstos

no aceptan o no quieren ayuda es su decisión, la vida sigue y no podemos estancar nuestros

sueños. Cuando alguien de verdad quiere ayudar la pide.

Actualmente, vemos muchos casos en los que si los padres son drogadictos o andan en

malos pasos, los hijos los siguen y los hijos de éstos también. Creo que esto no debería suceder.

Cada quien tiene el derecho a superarse, seguir sus propios sueños y metas. No porque mi familia

o allegados sean de tal manera significa que yo seré igual. Cada quien escoge su futuro.

Liz bien pudo caer en el vicio de las drogas y el alcohol o quizás pudo no haber hecho

nada con su vida, pero no fue así. Liz luchó por su madre hasta lo último, pero también tomó su

tiempo para seguirse a sí, para lograr sus sueños y ser una persona de bien y de gran inspiración

para muchos.

La parte de la película que más me impactó, sinceramente, fue cuando Peter le dice a Liz:

“Tranquila, viviré por siempre”, esto tras confesarle su padecimiento de SIDA. Realmente me

impactó mucho, porque pensé que Liz se iba a alejar de sus estudios, de sus sueños, ya que, se

repetía la historia de su madre, pero Liz siguió adelante.

Realmente no dudaría, en lo absoluto, en recomendar la película Homeless to Harvard.

La historia de Liz Murray es un gran ejemplo de superación para cualquier persona, sin importar

la condición o problemas que la persona tenga. “Querer es poder…”

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