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Benemérita Universidad Autónoma

de Puebla

Preparatoria Lázaro Cárdenas del Río

Lenguaje e investigación

Ensayo:

¿Pobreza es igual a analfabetismo?

María del Pilar Guzmán Flores

2CM

Fecha de entrega: 12/04/18


Introducción.

El propósito de este ensayo es lograr que los lectores reflexionen y analicen si las
personas son analfabetas por gusto o les falta el apoyo del gobierno y las instituciones
ligadas a este tipo de proyectos, para progresar en el aspecto educativo.

Debemos entender la palabra “analfabetismo” como una condición transitoria donde las
personas no saben escribir y por ende tampoco saben leer. Al decir transitoria me
refiero al hecho de que no es una condición permanente, estudiando se puede aprender
a leer y escribir, e ir mejorando con el tiempo.

Me enfocaré más en la Sierra Norte de Puebla ya que de acuerdo con Guillermo


Deloya este estado ocupa el quinto lugar, con un 8.3% de analfabetismo, a nivel
nacional (Anexo 1) y llega hasta un 24.4% en la Sierra Norte del mismo nicho
nacional, también menciona que “la suma de la población analfabeta, más la que no
concluyó su educación primaria o secundaria, alcanza el 60% de los poblanos, la
mayoría integrado por indígenas, los más pobres de las ciudades y campesinos en
condiciones extremas de pobreza…” (Deloya Cobián, 2014)
Desarrollo.

Gilberto Fregoso y Luz Aguilar mencionan que “las mujeres pobres representan dos
tercios de analfabetas a escala planetaria, mientras que el 60% de los niños
marginados no asisten a la escuela” (Fregoso Peralta & Aguilar González, 2013) ¿Será
acaso que la pobreza es el principal factor que influye para que brote el analfabetismo?

En ciertas zonas de la comunidad de Santa Inés, Zacatlán, han existido campañas de


alfabetización, sin embargo, no todas son 100% efectivas; ya que no llegan a cubrir
toda una zona, las personas que suelen brindar este tipo de “trabajo social” no tienen la
suficiente vocación como para enseñar de manera didáctica y eficaz, los horarios de
clase no son accesibles, los temas son aburridos o fuera de contexto. Además las
personas viven del campo, necesitan trabajar varias horas y apenas tienen tiempo para
ellos mismos, así que retomar sus estudios no es una opción.

A través de una guía de observación, aplicada a personas que asistían a clases en la


campaña de alfabetización (dirigida por la BUAP) en los meses de junio, julio y agosto
2017, pude notar que las alumnas coincidían en varios aspectos, por ejemplo, todas
estaban de acuerdo con que en la comunidad hay aún demasiados analfabetos; decían
que para ellas la educación no fue una opción y si lograron estar alguna vez en la
escuela tuvieron que abandonarla debido a la escasez de dinero en casa, ahora cada
una de ellas busca que sus hijos tengan una mejor vida y educación, ¿qué otra cosa
pueden hacer las personas sino trabajar arduamente para conseguir que sus hijos
salgan adelante?

Doña Guadalupe Huerta es un claro ejemplo de que el trabajo tiene mayor peso que la
educación, vive en Jilotzingo, cerca de Santa Inés, Zacatlán; ella y su esposo trabajan
duro recolectando frutas, vendiendo leña y criando unos cuantos pollos y puercos, para
ellos estudiar no es algo para lo que tengan tiempo, sus hijos acuden a la escuela, en
busca de un mejor futuro, sin embargo faltan a clases cuando el trabajo de sus papás
es bastante y deben apoyarlos, intenté apoyar a la familia con unas cuantas clases de
matemáticas, pero debido al horario y la temporada de trabajo no se pudo avanzar
demasiado.

Doña Edith González de 28 años de edad, (anexo 2 y 3) , vive en Santa Inés y a lo


largo de los meses de junio y julio, me mencionó varias veces que el gobierno sí manda
a personas para que enseñen a leer y escribir, pero ellos están muy poco capacitadas,
no van más allá de dar un libro y pedir que hagan planas, sin importarles si las
personas saben o no leer y escribir, al final del “curso” piden los libros contestados y
una serie de documentos para demostrar que son personas reales a las que se les
impartieron las “clases”. Por ello varias personas abandonaron el curso y decidieron no
meterse a ningún otro más que estuviera relacionado con libros y maestros.

Paulo Freire dice que “La responsabilidad ética, política y profesional del educador le
impone el deber de prepararse, de capacitarse, de graduarse antes de iniciar una
actividad docente.” (Freire, 2012) Siendo esto así, me parece que el gobierno y las
instituciones ligadas a este tipo de proyectos, impiden que las personas progresen ya
que no se cercioran de que los individuos que mandan para enseñar están realmente
capacitados para impartir clases, generando falsas ideas en los habitantes de la
comunidad, ellos creen que aprender a leer y escribir es algo complicado y fuera de su
alcance, cuando realmente es un proceso, que a pesar de que lleva tiempo, trae
consigo ventajas tanto en el área laboral como en la vida cotidiana.

Pero, ¿qué estamos haciendo como sociedad para erradicar el analfabetismo?


Conclusión

Entonces ¿de quién es la culpa, del gobierno o de las personas que no buscan
progresar?

Considero que depende de cada persona el ser o no analfabeta, sin importar su estatus
social, existen muchas personas que no tienen los recursos pero tienen el interés de
aprender, hay otras que no cuentan con los recursos y tampoco sienten la necesidad
de adquirir la habilidad de leer y escribir, piensan que el trabajo es más importante,
como ya había mencionado antes, viven del campo, no necesitan un contacto directo
con la gente, solo de manera verbal, pocas veces de manera escrita.

Gracias a la guía de observación, pude llegar a la siguiente conclusión: a pesar de que


el gobierno no ha logrado abarcar todas las zonas con programas para contrarrestar el
analfabetismo, uno siempre buscará la manera de aprender y de progresar; sin importar
la edad que tienen o el tiempo que tengan que dedicarle a esto. El más claro ejemplo
son algunas personas indígenas, que sin importar el cansancio con el que llegan de
trabajar, todavía tienen ganas de aprender nuevas cosas, a pesar de sentir miedo por
explorar un mundo nuevo lleno de símbolos que ellos vagamente conocen, se
aventuran para así poder escribir un recado o ayudar a los niños pequeños con sus
tareas.
Anexos

Anexo 1.- % de la población


mayor de 15 años analfabeta
por entidad federativa (2016) .
Tomado de: http://www.e-
consulta.com/nota/2016-12-
23/educacion/puebla-cierra-
2016-con-quinto-mayor-
numero-de-analfabetas

Anexo 2 y 3.- Doña Edith y una servidora durante campaña de alfabetización llevada
a cabo durante junio- agosto 2017
Referencias

Deloya Cobián, G. (2014). “La pobreza en Puebla, detonante de analfabetismo y


rezago educativo” Diario Cambio. Recuperado de www.diariocambio.com.mx
/2014/opinion/item/48040/la-pobreza--en-puebla-detonante-de-analfabetismo-y-rezago-
educativo.

Freire, P. (2012). Cartas a quien pretende enseñar. Brasil: Siglo Veintiuno Editores.

Fregoso Peralta, G. y Aguilar González, L.E. (2013). “Algunos indicios de analfabetismo


funcional en México”. Álabe, 7,1-2.

INEGI (2015). [En línea]. Recuperado de www.cuentame.inegi.org.mx/monografias/


informacion/pue/poblacion/ecucacion.aspx?tema=me&e=21

Villalba, e. (1986) “El analfabetismo en los instrumentos notariales de la


ciudad de México, 1836.1837”. Historia Mexicana, 35(3), 447-460.

Bibliografía
Rodríguez Sierra, O. (02/04/2015). Aprender a leer y escribir cambia nuestra forma de
pensar. [Entrada de blog]. Recuperado de pijamasurf.com/2015/02/aprender- a- leer-y-
escribir-cambia-nuestra-forma-de-pensar-/

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