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TIEMPO DE CRECER

El siguiente texto fue extraído de “Tiempo de Crecer” y se ofrece como muestra gratis desde
www.sembrarediciones.com.ar. Sembrar Ediciones. El diseño no corresponde con el original del libro.

CAPITULO 1: ¿QUÉ SIGNIFICA SER CRISTIANO?


CAPITULO 2: LAS BENDICIONES DE SER CRISTIANO
CAPITULO 3: UNA SALVACIÓN SEGURA
CAPITULO 4: ¿QUÉ PASA SI VUELO A PECAR?
CAPITULO 5: NO ESTAMOS SOLOS
CAPITULO 6: COMUNICADOS CON DIOS
CAPITULO 7: DIOS HABLA
CAPITULO 8: VIVIR EN FAMILIA
CAPITULO 9: COMPARTIENDO NUESTRA FE
CAPITULO 10: MI COMPROMISO CON LA IGLESIA

INTRODUCCIÓN

¡Bienvenido a la familia de Dios! Quiero felicitarte por comenzar a formar parte de


la iglesia de Señor. Es un gran desafío y la más grande aventura que un ser humano pueda
experimentar en esta tierra: disfrutar a Dios como padre y caminar cada día
preparándonos para la eternidad.

Escribí este libro pensando en cada uno de ustedes que comienzan a caminar la
vida cristiana. Hay todo un nuevo lenguaje que no les es común y una gran cantidad de
verdades que quisieran saber todas juntas y que no es posible. Espero que este pequeño
escrito te ayude a descubrir en la Palabra de Dios toda la riqueza que dispones para vivir la
vida cristiana.
Cada uno de los conceptos expresados en estas páginas están fundamentados en
la Biblia, la Palabra de Dios. Utilice la versión Reina Valera 1960 y en los casos indicados en
el texto la Nueva Versión Internacional (NVI).
Agradezco a quienes participaron con sus sugerencias y oraciones para que pueda
salir este escrito deseando que su lectura sea de ayuda para el pueblo de Dios.
Dedico este libro al Señor de la Iglesia, a Jesucristo, quien merece toda la honra y
gloria.
CAPITULO 1

¿QUÉ SIGNIFICA SER CRISTIANO?

Creo que debiéramos comenzar diciendo ¿qué no significa ser un cristiano?


Muchas personas tienen algunas ideas equivocadas respecto a lo que significa ser un
cristiano. Para algunos ser cristiano es IR A LA IGLESIA. Por esta razón tratan de asistir a
todas sus reuniones y cumplir con los compromisos que la iglesia pide a sus miembros.
Piensan que es la iglesia la que los hace cristianos. Pero la iglesia no tiene ningún poder
para transformar a una persona en un cristiano.
Otros creen que por IMITACIÓN se puede ser cristiano. Es decir, hacer las cosas
que ellos hacen, cantar las canciones que ellos cantan, asistir a los cultos, leer la Biblia y
algunos libros que explican su contenido. Pero la fe cristiana no es por imitación sino por
decisión y compromiso personal con Jesucristo.
Hay personas que se empeñan en HACER BUENAS OBRAS para ser buenos
cristianos. Es verdad que Dios se agrada cuando hacemos buenas obras, pero tampoco
ésto nos hace ser cristianos.
Algunas personas piensan que por haber NACIDO EN UNA FAMILIA CRISTIANA son
cristianos. Esto me recuerda la frase del doctor Billy Graham cuando habla de este asunto
dice: ¨ si uno nace en un garage, no significa que por ello es un automóvil ¨.

Entonces nuestra pregunta sobre ¨¿qué significa ser un cristiano?¨ tiene que tener
otra respuesta. Sí, la Biblia nos dice con claridad lo que significa ser un cristiano.
Es importante tener presente que cuando Dios nos creó lo hizo con el propósito de que
vivamos en armonía con él. El primer libro de la Biblia nos dice: ¨ Y dijo Dios: hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar,
en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra
sobre la tierra ¨ (Génesis 1:26). Si este propósito que Dios tenía, el hombre lo hubiera
cumplido, habría sido verdaderamente feliz. Pero tristemente no fue así. Adán y Eva
desobedecieron las instrucciones que Dios, el Creador, les dejó y se desviaron tras su
propia voluntad. Dios les había dicho: ¨ Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo
árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás ¨ (Génesis 2:16-17). Ellos no
obedecieron este mandato y por su desobediencia quedaron fuera de la comunión con el
Creador. A esto la Biblia lo llama pecado y como consecuencia no serían felices y sufrirían
la separación eterna de Dios. Dice la Biblia que ¨ Por tanto, como el pecado entró al
mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron ¨ (Romanos 5:12). Sí, todos sufrimos las consecuencias de la
desobediencia de Adán. Dios dice que ¨ Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apartó por su camino… ¨ (Isaías 53:6). La Biblia es mas específica al respecto,
nos dice que ¨ Por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios ¨ (Romanos
3:23). Y esto significa que no tenemos posibilidad de tener comunión con Dios. Es por
esta razón que Dios que nos ama y que no ha cambiado su propósito para con la
humanidad, nos envío un Salvador. El evangelio de Juan nos dice ¨ Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en el cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna ¨ (Juan 3:16). Ser cristiano es ser un seguidor de
Cristo, así es como los llamaron a los discípulos de Jesús en el primer siglo, ¨ Y a los
discípulos se los llamó cristianos por primera vez en Antioquia ¨ (Hechos 11:26). Ser
cristiano significa volver a tener comunión con el Dios Creador, y esto sólo es posible
aceptando por la fe a su Hijo Jesucristo quien vino a salvarnos de la condenación eterna
ocupando nuestro lugar de condenación, allí en la cruz. Jesús dijo: ¨ Yo soy el camino y la
verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí ¨ (Juan 14:6).
Quizás aún tengas algunas dudas acerca de qué hay que hacer para ser un
cristiano. Quiero decirte cuatro cosas que debes hacer si aún no eres un cristiano
verdadero:

1. CONFESAR tus pecados a Jesucristo. La palabra confesar significa ¨ decir lo mismo ¨


que Dios dice sobre la gravedad del pecado. No significa explicar el por qué hemos
pecado sino declararle a Dios que le hemos fallado, reconocerse un pecador. Solo
así Dios puede perdonarnos. Nunca habrá perdón si no hay confesión. La Biblia
dice: ¨ Si confesamos nuestros pecados él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados y limpiarnos de toda maldad ¨ (1° Juan 1:9). Esto incluye el
arrepentimiento, que quiere decir estar dispuesto a abandonar el pecado y
transformarnos en seguidores de Cristo.

2. CREER que Jesucristo murió en la cruz en lugar nuestro para pagar la deuda que
nosotros teníamos frente a la santidad de Dios. Dice la Biblia: ¨ Jesucristo llevó él
mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero…¨ (1° Pedro 2:24). Creer
que él resucitó de los muertos y vive para nuestra salvación. ¨ Que si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de
los muertos, serás salvo ¨ (Romanos 10:9).

3. ACEPTAR el regalo gratis de la salvación, esto significa apropiarnos por la fe de la


bendición de ser declarados por Dios salvos de la condenación eterna. Así dice la
Biblia: ¨ Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros
pues es don (regalo) de Dios, no por obras para que nadie se gloríe (se
enorgullezca)¨. (Efesios 2:8-9)

4. PEDIR a Jesucristo que venga a tu vida y sea de ahora en más tu Salvador y Señor.
La Biblia enseña que: ¨ Mas a todos los que le recibieron a los que creen en su
nombre les dió el derecho de ser llamados hijos de Dios ¨ (Juan 1:12) Jesús dijo: ¨ Yo
estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él…¨
(Apocalipsis 3:20). Jesús sólo va a intervenir en tu vida si lo invitas a que lo hagas,
él no forzará tu voluntad, es muy respetuoso de nuestras decisiones. Sólo así una
persona se transforma en un cristiano, es decir, cuando se hace seguidor de Cristo
y obedece voluntariamente las instrucciones de su Palabra.
MI NUEVA VIDA EN CRISTO

Si luego de leer este primer capítulo del libro te diste cuenta que aún no eres un cristiano
verdadero y estás dispuesto a comenzar una relación personal con Dios, te invito a que
recibas a Jesucristo como tu Salvador personal. Para eso puedes hacer la siguiente
oración:
Santo Dios: reconozco que soy un pecador y me doy cuenta que solo no podré jamás
llegar a relacionarme contigo ni entrar al cielo. En este momento te pido que perdones mis
pecados. Creo que tu Hijo Jesucristo, murió en la cruz en mi lugar y que resucitó de los
muertos para mi salvación. Lo acepto como mi único y suficiente Salvador personal..
Hoy abro mi corazón para ti y te pido que cambies mi vida y me hagas un verdadero
cristiano.

Si de todo corazón hiciste esta oración de fe, la Biblia enseña que: “Mas a todos los
que le recibieron y creen en su nombre les dió el derecho de ser llamados hijos de Dios”.
(Juan 1:12).
A partir de ahora Jesús te asegura que tu salvación es para siempre, él dijo: “El que
oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no vendrá a condenación, mas
ha pasado de muerte a vida”(Juan 5:24).

Ahora sí podrás disfrutar de las bendiciones que Jesús prometió a sus seguidores. En el
próximo capítulo quiero mencionarte algunas de estas bendiciones.
CAPITULO 2

LAS BENDICIONES DE SER CRISTIANO

Vivir la vida cristiana es un gran desafío pero también incluye grandes bendiciones
que debemos valorar y disfrutar cada día de nuestra vida. Quiero mencionarte algunas de
las tantas bendiciones que llenan la vida de los verdaderos cristianos.

1. VIDA ETERNA. La vida que vivimos sobre la tierra tiene varios inconvenientes: es
muy corta, tiene demasiadas complicaciones y además no sabemos cuándo
deberemos partir. Pero el problema mayor es qué pasará cuando muramos. Esto,
ya no es una preocupación para nosotros los cristianos ya que Jesús lo resolvió
definitivamente. La Biblia enseña que por haber creído en Jesucristo como nuestro
Salvador somos acreedores del regalo de la vida eterna. ¨ El que oye mi palabra y
cree al que me envío tiene vida eterna y no vendrá a condenación, mas ha pasado
de muerte a vida ¨ (Juan 5:24). Jesús aseguró que él se iba al cielo y prepararía un
lugar para cada uno de sus seguidores. ¨ En la casa de mi Padre muchas moradas
hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para
que donde yo estoy vosotros también estéis ¨
(Juan 14:2-3)

2. LIBERTAD. Jesús aseguró: ¨ Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres ¨
(Juan 8:36). Somos declarados libres en tres sentidos:

a. Libres del miedo a la muerte: Muchas personas viven atemorizadas por la


realidad de la muerte, sienten que es un salto al vacío del cual no podrán
escapar. Para los cristianos el saber a dónde iremos luego de nuestra
muerte física nos da una absoluta tranquilidad y no nos inquietamos ni
perdemos el sueño por el temor a nuestra muerte. La Biblia nos enseña:
¨Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él (Jesús)
también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que
tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por
el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre ¨
( Hebreos 2:14-15).

b. Libres del poder del pecado: El pecado no sólo son las acciones malas que
cometemos, sino que además es un poder, una fuerza interior o mejor
dicho una inclinación al mal que traemos al nacer. A ésto el apóstol Pablo lo
llama ¨ley del pecado¨, que nos lleva cautivos a hacer aquello que no
quisiéramos hacer y nos prohíbe hacer lo bueno que quisiéramos hacer. La
buena noticia es que para los cristianos hay una liberación dada por Dios
respecto de esta tragedia del hombre. ¨ Así el pecado no tendrá dominio
sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley, sino bajo la gracia ¨
(Romanos 6:14 NVI)

c. Libres de cargo de conciencia: Éste es un serio problema para la mayoría


de las personas. ¿Qué hacer con el sentido de culpa que producen nuestras
malas acciones o aquellas que sin ser tan malas han producido perjuicios a
nuestro prójimo?. Tener cargo de conciencia es arrastrar un dolor interior
que perdura en el tiempo, una carga muy pesada sobre nuestro corazón. Es
el no poder perdonarnos por algo que sabemos que está mal. Es creer que
tampoco Dios nos perdonará. La gran noticia del evangelio es que los
cristianos tenemos la provisión del poder de la sangre de Cristo que
resuelve esta tragedia y libera nuestro ser interior de tan pesada carga:
¨…la sangre de Cristo… limpiará vuestras conciencias de obras muertas para
que sirváis al Dios vivo ¨(Hebreos 9:14).

2. PAZ. Esta es otra de las tantas bendiciones que disfrutamos los cristianos.
Podemos vivir en paz, que no es lo mismo que tener paz. Muchas personas,
cuando resuelven algún problema, suelen decir ¨por fin ahora tengo un poco de
paz¨. Pero esta paz alcanzada es temporal porque sólo dura un tiempo limitado y
es condicional porque está sujeta a que se den ciertas circunstancias. No es así con
la clase de paz que ofreció Jesús a sus seguidores. Cuando Jesús dijo: ¨ La paz les
dejo, mi paz les doy, yo no se la doy a ustedes como la dá el mundo. No se
angustien ni se acobarden¨ (Juan 14:27 NVI) él estaba hablando del concepto real
de la paz. En la Biblia paz no significa ausencia de problemas o tiempo de
tranquilidad, sino que significa armonía con el Creador. Cuando una persona está
en armonía con su Creador vive seguro y no teme por nada de lo que pueda
sucederle ya que es su Creador quien se encargará de sus asuntos. El apóstol Pablo
lo expresa claramente cuando dice: ¨ Justificados pues por la fe tenemos paz para
con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo¨ (Romanos 5:1). Y para que esto
sea aún mas claro nos da la siguiente instrucción para cuando las circunstancias
sean adversas: ¨ No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración
y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones sus pensamientos en Cristo
Jesús¨ (Filipenses 4:6-7 NVI).

4. FORTALEZA. Cuando comenzamos a vivir la vida cristiana, iniciamos el gran desafío de


seguir a Jesucristo. Esto requiere de fuerzas especiales ya que con las nuestras jamás
podremos vivir como él vivió. Dice el apóstol Pedro que Jesús nos dejó ejemplo ¨… para
que sigamos sus pisadas ¨ (1Pedro 2: 21). Quiero mencionarte algunos enemigos que
tendrás que enfrentar al comenzar este camino y tendás que estar atento a las
instrucciones de la Palabra de Dios para saber cómo vencer.
a. El diablo el enemigo de Dios. La Biblia dice que él es un mentiroso y va a
procurar engañarte para que no obedezcas la Palabra de Dios. Jesús lo
definió así: ¨… Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un
mentiroso. ¡Es el padre de la mentira! ¨ (Juan 8:44 NVI). Enfrentarnos a este
adversario cruel es una lucha espiritual y debes saber que para ganar esta
lucha tendrás que utilizar el poder que viene de parte de Dios, así lo dice el
apóstol Pablo: ¨ Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.
Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las
artimañas del diablo ¨ (Efesios 6:10-11 NVI). Esta fortaleza para vencer
viene de parte de Dios y la obtenemos leyendo y obedeciendo la Palabra, y
en una constante vida de oración, en donde le rogamos al Señor su fuerza
para enfrentar semejante desafío.

b. Los deseos pecaminosos. A este enemigo que llevamos muy adentro, la


Biblia lo llama de diferentes formas: deseos de la carne, lo terrenal, viejo
hombre, concupiscencia y malos deseos. Cualquiera sea el nombre que le
demos es importante que sepamos que nos referimos a nuestra naturaleza
pecaminosa, aquella que heredamos de nuestros primeros padres, Adán y
Eva. Esta naturaleza pecaminosa la arrastraremos hasta el día en que nos
encontremos con Jesucristo en su venida o cuando él disponga llevarnos a
su presencia, así lo dice la Biblia ¨ Mas nuestra ciudadanía está en los cielos,
de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cuál
transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante
al cuerpo de la gloria suya… ¨ (Filipenses 3:20-21). Pero hasta que esto
suceda debemos luchar contra nuestros ¨viejos¨ deseos de hacer lo malo,
aquello que a Dios no le agrada. Con una actitud de dependencia de Dios y
teniendo disposición a hacer su voluntad debemos seguir la instrucción de
las Escrituras:¨ Haced morir lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por
las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales
anduvisteis en otro tiempo cuado vivías en ellas. Pero ahora dejad también
vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras
deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros… ¨ (Colosenses
3:5-9). Es claro que todas éstas son conductas pecaminosas muy propias de
nuestra vieja naturaleza y que nos va a costar dejar. No significa que
practiquemos toda la lista de estas malas acciones, pero seguramente
tendremos que luchar con algunas y quizás varias de ellas. Lo importante es
qué nos demos cuenta que cosas son las que tenemos que dejar porque
Dios no aprueba. En esta lucha, en algunas cosas, nos costará más ganar la
batalla pero el Señor está dispuesto a ayudarnos para que seamos
vencedores y así sigamos las pisadas de Jesús nuestro Señor y Maestro.
c. Las ofertas del sistema de este mundo. A esto la Biblia lo llama: este siglo,
siglo malo, el mundo o también la vanagloria de la vida. Siempre se refiere
al sistema que gobierna a la humanidad y que por no tener en cuenta a
Dios es perverso, egoísta y solo busca satisfacción individual sin importarle
el bien de los demás. El sistema que rige a este mundo va cambiando y
acomodándose a los placeres del hombre que lamentablemente cada día
son más perversos ya que en general van en perjuicio de otros. Dios
aprueba que disfrutemos de la vida pero siempre que el placer que me
beneficia no perjudique a mis semejantes. Y este es el punto en que se
diferencia el sistema del mundo al sistema de Dios. Mientras que Dios nos
pide que pensemos en los demás el sistema del mundo nos lleva a pensar
sólo en nosotros. De allí que la infidelidad en el matrimonio no se vea como
tragedia, aún cuando deja a cónyuges e hijos en la desolación y desamparo.
Que la corrupción sea moneda corriente en los negocios, las empresas y los
gobiernos. Unos se enriquecen de forma desmedida mientras otros sufren
por no recibir lo que por derecho les corresponde. Pero nosotros como
cristianos debemos rechazar este sistema, así lo dice la Palabra de Dios:
¨No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento…¨ (Romanos 12:2). Además de no
aceptar como normal las reglas que rigen este mundo debemos buscar
seguir las reglas del sistema del reino de Dios: ¨ Poned la mira en las cosas
de arriba, no en las de la tierra ¨ (Colosenses 3:2). El Señor nos dará las
fuerzas necesarias para que estemos dispuestos a renunciar a muchos
placeres de aquí abajo por no aceptar seguir sus reglas cuando éstas van en
contra de los principios de Jesucristo.

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