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en la claridad del análisis de los acontecimientos a que se refiere; a la certeza de las ideas
facultad de prever el futuro de nuestros países. Se ha insistido tanto en este último aspecto, que a
veces se olvidan otros no menos importantes o quedan opacados por la fascinación que produce
el acierto con que El Libertador predijo entonces el futuro de los países de Hispanoamérica. Esto
Los aspectos más importantes de que trata la Carta de Jamaica, son los siguientes:
realistas dominaban la mayor parte de sus antiguas colonias (Venezuela, Nueva Granada,
Quito, Perú, Cuba, Puerto Rico). En Chile y México la situación no se había decidido; y
"Porque los sucesos hayan sido parciales y alternados, no debemos desconfiar de la fortuna. En
unas partes triunfan los independientes, mientras que los tiranos en lugares diferentes obtienen
sus ventajas, y ¿cuál es el resultado final? ¿No está el Nuevo Mundo entero conmovido y armado
para su defensa?
irrevocablemente."
El Libertador considera la revolución de independencia como un hecho irrevocable, que no podía
volver atrás, y que a pesar de los fracasos sufridos, terminaría con la victoria definitiva de la
causa independiente.
En sus críticas al sistema colonial, El Libertador señala como aspectos negativos la conducta de
los españoles con la población americana, desde las "barbaridades" cometidas contra los
indígenas a partir del descubrimiento, hasta las "atrocidades" que hablan puesto en práctica
testimonios de los propios españoles, entre otros el Padre Bartolomé de Las Casas, quien fuera
emite juicios acertados sobre las condiciones económicas, sociales y políticas de la metrópoli que
"Que demencia la de nuestra enemiga, pretender reconquistar la América, sin marina, sin tesoro
y casi sin soldados, pues los que tiene apenas son bastantes para retener a su propio pueblo en
"¿Podrá España hacer el comercio exclusivo de la mitad del mundo, sin manufacturas, sin
comercio español fue en gran parte un comercio de comisión. Compraban las mercancías a otros
países europeos y luego las revendían en sus colonias. Las consecuencias de este sistema fueron
la escasez y los altos precios, y el desarrollo del contrabando, que en muchos casos fue superior
al comercio legal. Todo esto tuvo su origen en la política económica de España, que durante
de lograr una balanza comercial positiva. España no podía, pues, continuar usufructuando un
comercio que no podía satisfacer y cuyos beneficios tenían que pasar a manos de los nuevos
Carta de Jamaica, era igualmente desfavorable para la causa realista. En efecto con la
restauración vino al trono Fernando VII, quien desconoció la Constitución de 1812 dictada por
las Cortes españolas durante la guerra. Fernando restableció los privilegios y volvió al gobierno
absolutista. Estas medidas, unidas al malestar económico y al descontento que producía la guerra
con las colonias, dio origen a un movimiento liberal revolucionario en España, que culminó
nobleza, suprimió la inquisición y tomó otras medidas de clara orientación liberal. Este
movimiento fue sofocado con la intervención de la Santa Alianza, que junto con el ejército
España pretendía "reconquistar la América... casi sin soldados, pues los que tiene apenas son
Las demandas de ayuda se dirigían, en primer término, a Inglaterra; y en segundo término, a los
Estados Unidos. A Inglaterra, por su tradicional rivalidad con España por el control del comercio
Además, siendo Inglaterra la primera potencia industrial de su época, era la nación que con más
propiedad podía servir las necesidades del comercio de los nuevos estados.
En cuanto a los Estados Unidos, era de esperar que ayudaran al conflicto; primero, por ser un
país vecino, que treinta años antes había conquistado su independencia y servido de ejemplo a las
demás colonias americanas; segundo, porque les interesaba que se afirmara en América un
sistema de estados independientes como garantía de su propia seguridad; y tercero, por los
beneficios económicos que obtendrían al poder participar en el comercio con los nuevos estados.
Sin embargo, la política tradicional de Inglaterra había cambiado con la entrada de España en la
aquellos años de guerra contra Napoleón era la de garantizar la integridad del imperio colonial de
su aliada España.
Con la derrota de Napoleón, 1815, la política inglesa debía volver a su antiguo cauce y ayudar a
la independencia de las colonias españolas, por ser lo más conveniente a los intereses de
patriota.
En cuanto a Estados Unidos, su política era de neutralidad en el conflicto de las colonias con
España. Esta política en la práctica, favorecía al bando español, por la libertad de acción
hispanoamericanos. Y así lo habían denunciado los patriotas, desde comienzos del movimiento
Orea, escribía al gobierno de Caracas lo siguiente: "Usted sabe muy bien que este gobierno,
como todos los del mundo, no trata más quede su propio interés". En este caso, el interés del
A estas cuestiones relacionadas con la ayuda exterior se refería El Libertador en las siguientes
"La Europa misma, por miras de sana política, debería haber preparado y ejecutado el proyecto
de la independencia americana, no sólo porque el equilibrio del mundo así lo exige, sino porque
Sin embargo... no sólo los europeos, pero hasta nuestros hermanos del norte se han mantenido
No hay dudas que la independencia de las colonias españolas dependía en gran parte de la
situación internacional, de la correlación de fuerzas entre las potencias europeas. Y la ayuda que
buscaban los patriotas se justificaba, entre otras, por las siguientes razones: primero, por las
ventajas recíprocas que obtendrían los nuevos países y las naciones que los ayudaran, las cuales
inmenso imperio colonial; y tercero, porque la formación de los nuevos estados significaría un
emancipador.
La Carta de Jamaica es, sin duda, uno de los primeros documentos en los cuales se analizan las
siguientes:
Los colonos, dentro del sistema español, carecían de lo que El Libertador llama "el derecho a
ejercer la tiranía activa". Se les privaba del derecho elemental de gobernarse a sí mismos. El
Libertador considera que ésta fue una de las causas de descontento que provocaron el
rompimiento con España, el no haber podido los hispanoamericanos "siquiera manejar nuestros
Carta lo siguiente:
"Estábamos abstraídos y ausentes del universo en cuanto es relativo a la ciencia del gobierno y
administración del estado. Jamás éramos Virreyes, ni gobernadores, sino por causas muy
extraordinarias; Arzobispos y Obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares sólo en calidad
de las colonias para la clase de los criollos, a los cuales caracteriza como "naturales del país
originarios de España"; "americanos por nacimiento que disputaban sus derechos a los indios y a
los dominadores españoles". El Libertador hablaba a nombre de los criollos, quienes constituían
la "sociedad nueva en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo vieja en los usos de
la sociedad civil". La experiencia civil de que habla El Libertador no era la de los indios, ni
siquiera la de los pardos, sino la de la oligarquía territorial que se formó al influjo de las luchas
civiles de los cabildos, a través de las cuales se fueron definiendo sus intereses y su conciencia
de clase.
España mantuvo sus colonias como "coto cerrado" en beneficio de la economía peninsular. Se
prohibió el comercio con otros países y se impuso estricta vigilancia para impedir el
de esto, se prohibía la siembra de frutos europeos. Se prohibía establecer en las colonias fábricas
de paños y otros artículos, para que tuvieran que ser comprados a los comerciantes peninsulares.
Toda esta política económica estaba dirigida a convertir la economía de las colonias en una
Carta lo siguiente:
"Los americanos, en el sistema español... no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos
propios para el trabajo, y cuando más, el de simples consumidores, y aún esta parte coartada con
restricciones chocantes: tales son las prohibiciones del cultivo de frutos de Europa, el estanco de
las producciones que el rey monopoliza, el impedimento de la fábrica que la misma península no
posee, los privilegios exclusivos del comercio hasta de los objetos de primera necesidad, las
trabas entre provincias y provincias americanas, para que no se traten, entiendan ni negocien..".
quien al respecto se plantea las siguientes cuestiones: ¿Debían las antiguas colonias unirse en un
El Libertador consideraba que en aquellos momentos no era posible unir todos los países
Hispano América, sino porque "climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos,
"Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nación con un solo
vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tienen un origen, una lengua, unas
costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los
El Libertador era partidario, pues, de la unidad de los países hispanoamericanos, ligados entre sí
Francisco de Miranda, quien en 1790 propuso formar con todas las colonias una monarquía bajo
vasta extensión del territorio, la diversidad de climas, el aislamiento de regiones tan distantes, y,
en particular, los intereses opuestos de los grupos regionales, impedían llevar a cabo idea tan
grandiosa. Era una idea más realizable, formar uniones regionales, unir secciones más pequeñas
de aquel inmenso territorio y establecer lazos que ligaran las distintas porciones así organizadas.
convocado y reunido por El Libertador en 1826, como un intento para unir los países
"La Nueva Granada se unirá con Venezuela, si llegan a convenirse en formar una república
central, cuya capital sea Maracaibo, o una nueva ciudad que, con el nombre de Las Casas, en
honor de este héroe de la filantropía, se funde entre los confines de ambos países...
Esta nación se llamaría Colombia, como un tributo de justicia y gratitud al creador de nuestro
hemisferio. Su gobierno podrá imitar al inglés, con la diferencia de que en lugar de un rey, habrá
un poder ejecutivo electivo, cuando más vitalicio y jamás hereditario, si se quiere república; una
cámara o senado legislativo hereditario, que en las tempestades políticas se imponga entre las
olas populares y los rayos del gobierno; y un cuerpo legislativo, de libre elección, sin otras
adoptar los nuevos estados. El Libertador era Partidario decidido del sistema republicano.
Rechaza toda idea de crear monarquías en la América antes española. Según él, el sistema
republicano está más de acuerdo con las necesidades de los nuevos estados, "ansiosos de paz,
estos objetos por medio de la guerra y la conquista contra sus vecinos. Los países
económico y social. Para estos fines, quería Bolívar que se establecieran repúblicas aunque,
El Libertador estuvo siempre en el centro de esta polémica sobre monarquía o república, que fue
mientras, por otra parte, el supuesto atraso cultural, la ignorancia, falta de virtudes en el pueblo,
fueron argumentos de quienes sostenían que nuestros pueblos eran incapaces de gobernarse por
sí mismos, y, por tanto, inaptos para el gobierno republicano. Argumentaban, además, que las
grandes potencias de Europa verían con mejores ojos la formación de monarquías América.
Consecuente con sus ideas políticas, El Libertador pensaba que dentro de un régimen
republicano sería más fácil elevar el nivel cultural y material de nuestros pueblos, sacarlos del
atraso y lograr para ellos la paz necesaria para organizar sus instituciones y superar las
devastaciones dejadas por la guerra. Pensaba, además, que la composición étnica, el carácter
mestizo de nuestros pueblos, debía contar con un sistema de gobierno que estimulara la marcha
Considera que la América Española no estaba preparada para separarse de la metrópoli, y como
consecuencia de la crisis ocurrida en la península, los americanos han pasado, "sin los
de poseer tales bienes cuando apenas recién salíamos de las cadenas. Por lo tanto, no estábamos
necesitaba la práctica y la experiencia civil política de la cual carecíamos. Era preciso organizar
los nacientes estados bajo un régimen político intermedio, a través del cual se pudiera lograr la
unidad y formar los talentos y virtudes que se requieren para el ejercicio de sistemas populares
de gobierno.
"Los estados americanos ha menester de los cuidados de gobiernos paternales que curen las
Concluye Bolívar en la necesidad de recibir ayuda y apoyo militar de los países liberales de
Europa para lograr el objetivo de la independencia para las colonias españolas. De este
modo, lo que parece una carta personal es evidentemente un petitorio de apoyo dirigido a
Acontecimientos posteriores
La Carta de Jamaica no parece haber surtido el efecto deseado, puesto que la ayuda
solicitada por Bolívar le fue ofrecida cuando ya había obtenido colaboración en Haití. Sin
embargo, el texto tiene gran valor histórico y biográfico, ya que arroja mucha luz sobre las