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Resumen
Este artículo se constituye en la base para dejar constancia de las enseñanzas, experiencia de vida y
sabiduría adquirida por el Maestro Fernando Soto Aparicio y que quiere compartir con la humanidad a
través de unos breves coloquios que sobre la vida y otros asuntos de cierta profundidad ha sostenido a lo
largo de un año con la autora, en el breve espacio de un escritorio compartido en horas laborales en la
Universidad Militar Nueva Granada, Departamento de Educación y Humanidades”.
Key words:
Abstract
This essay represents the base in which the Master Fernando Soto Aparicio, would like to share his
experience, words of wisdom and kindness, achieved throughout his life time devoted to the practice of
writing. This was done through the series of informal conversation with the author of this essay, whi-
le sharing a little office, more a single desk. While working in the Military University of New Grenade
Department of Humanities and education.
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sin siquiera pronunciar una palabra. Yo sé secre- reconocer en el otro a un ser digno de respeto-,
tamente que él escucha sigilosamente y sin apuro, lo llaman incluso con el apelativo de “profe”, lo
y que cada personaje que se acerca y que le deja tratan con la mayor confianza como si estuvie-
su historia real o ficticia, humana o sobrenatural ran frente a un compañero de juergas y de polas
- porque muchos se creen con poderes sobrenatu- –¿aún se la llama así a esa bebida?-. He presen-
rales- le alimentará en su imaginación una posible ciado incluso, porque compartimos el mismo
novela, un posible cuento o por lo menos un pen- metro de área de trabajo, lo cual para mí es in-
samiento que él mantendrá para sí mismo, porque finitamente agradable, que le han dicho, “Listo
jamás le he escuchado hablar de ninguna persona profe, nos vidrios en clase, taluego”. Y lo aco-
que esté o no presente. san con toda clase de preguntas banales sobre
calificaciones y formas, cuando lo importante
Siempre lo vemos leyendo uno o varios libros es el fondo, aunque obviamente en estas condi-
que hacen de su escritorio una ilimitada pila de ciones precarias de urbanidad la forma también
libros debajo de libros de diversos autores y ca- podría mejorarse.
tegorías, con su inseparable y pequeño celular
gris en el bolsillo con el ring tone de una melo- Veo entonces a veces, con cierta sensación de
día clásica, y sus modales de Lord que ya no los nostalgia y dolor, cómo han cambiado los tiem-
tiene casi nadie. pos, cómo ahora no se respeta con la seriedad
que amerita, la obra y la presencia de una figu-
Es extraño sentir esa solemnidad sincera que se ra como pocas en la literatura colombiana y en
me antoja sentir en su presencia y que solamente el mundo. Google, el buscador más importante
se rompe con la llegada (casi permanente) de los y más grande del mundo, recientemente le ha
estudiantes de las asignaturas que regenta y que se dado un reconocimiento al Maestro Soto porque
dirigen a él con el mayor desparpajo, con casi irre- su nombre aparece en más de 400.000 referen-
verencia. Cómo osan vulnerar un templo sagrado cias de esta empresa en Internet. Tenemos tan
de conocimiento con palabras como “Quihubo entre las manos la excelencia, que tal vez no la
profe, acá pailas en el parcial suyo”. vemos, o nos acostumbramos a ésta, o aún peor
no le damos el sitio y el valor que debería tener.
Cuando los estudiantes van a buscar al Llevo más de un año sentada al lado del Maestro
Maestro, él con toda la paciencia y la urba- y cada que lo veo llegar, siento un orgullo secre-
nidad que “daría sopa y seco a Carreño”, los to de compartir su espacio, como si pudiera de
atiende sin quejarse, sin que ellos se den cuenta pronto por osmosis adquirir tangencialmente un
de lo que están viviendo, del momento único e poquitico de la sabiduría de este hombre que es
irrepetible de tener un Maestro al frente, de te- una leyenda en sí mismo.
ner a Miguel Ángel guiándolos en su proceso de
aprendizaje en el arte. En nuestras tardes – y también algunas ma-
ñanas- de charlas brevísimas pero profundas, le
Con toda la irreverencia digna de la ignoran- he preguntado al Maestro sobre diversos temas,
cia que ostentan y que cubren con la natural como diría mi mamá si existiera, “le he sacado el
egolatría propia del ser humano -la cual impide jugo” al Maestro Soto, y él no lo sabe todavía, de
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pronto con este escrito se dé cuenta y entonces ya primeros que han saltado sobre mi garganta para
no hablemos, pero no creo. Un Maestro -con “M” morderla han sido los colegas de labores. Han
mayúscula no puede dejar de serlo porque le ha- vituperado con saña sospechosa la labor, conse-
yan tendido una trampa a su conocimiento para cuencia de un trabajo en el tiempo, hecho a con-
alimentarse de él. ciencia y me he sentido adolorida como si un ca-
mión me hubiera pasado por el cuerpo. ¿Cómo
Repito, el Maestro Soto, no sabe que subrepti- ha manejado la crítica con tantas publicaciones
ciamente le he grabado cada palabra en mi mente que Usted tiene?, le pregunté
y en mi alma, y que su guía me ha sacado de líos
y de emociones que de otra manera hubieren te- Su respuesta fue esta: a aquellos que nos cri-
nido un manejo aún más complejo. Mil gracias tican, secretamente los mueve la envidia, que
Maestro Soto, por su generosidad con mi ingenui- es un mal de muchos. Se puede decir que en
dad e irreverencia y con tanta preguntadera. Colombia no hay crítica, pues ella presupo-
ne un tiempo largo en años para que la perso-
Procedo a transcribir algunos de los temas de na que critica se vuelva tan idónea como aquel
que hemos hablado, sobre los cuales no se habla que se toma el trabajo de escribir. La crítica en
con cualquiera. Colombia se hace desde la espontaneidad, hace
poder criticar con autoridad y con responsabi- ba porque él ya me había dicho: vivimos en el
lidad; aquellos que critican, generalmente no seno de una sociedad hipócrita y mojigata que
han escrito una palabra. Además, dentro de los reza en público y peca en privado, y esa socie-
colegas que se ocupan de los mismos oficios o dad que nunca ha sido auténtica nos obliga a
de los mismos propósitos, la llamada critica ge- llevar una serie de máscaras y antifaces para
neralmente es violenta y desfavorable porque utilizarlos en cada una de las circunstancias de
creen que desautorizando a los demás afianzan la vida. Por eso muy pocas veces somos en rea-
su propia autoridad y esto es equivocado porque lidad nosotros mismos ya que la costumbre nos
la autoridad se consigue con conocimiento y no ha predispuesto a utilizar la máscara del respe-
con el atropello a las obras de otros. to, la del miedo, la del cumplimiento a la ley, la
de la oración, la de la apatía; y en verdad nues-
Hipocresía y máscaras cotidianas tra propia cara solamente la conocemos noso-
tros cuando nos miramos al espejo, y eso si nos
“Me asomé a la conciencia de un permitimos el lujo de aceptarnos y conocernos
hombre recto y aquello era terrible” como verdaderamente somos, lo cual no sucede
San Agustín con la frecuencia que debería.
Otro día, el Maestro se refirió a las máscaras, Si queremos hacer de esto una metáfora, ten-
como si todos supiesen de qué hablaba; yo lo dremos en todo tiempo y en todo lugar la imagen
miré sin respuesta, pero sabía de lo que habla- que otros quieren encontrar en nosotros; pero sólo
del amor y atropello de casi todas las normas que de todo la vida es indudablemente maravillosa; y
puedan regular a una sociedad, que mediante el siempre he pensado y sostenido que cada ser huma-
ejercicio del respeto sería ecuánime y armoniosa. no tiene una meta específica que es la búsqueda de
la felicidad, no solamente la propia en función de
De la lectura los otros, sino la de los otros en función del mundo.
Y por curioso que parezca, no siento hacérselas repetir a los estudiantes, para nada.
ninguna gratitud hacia esos maestros. El mundo necesita más sencillez y menos com-
Khalil Gibran plejidad. Más seres humanos que sirvan de ins-
trumento de aprendizaje y menos columnas
El Maestro, con M debería ser el título que ególatras que impidan encontrar la verdad y
se les de a muy pocos que hayan logrado lle- el conocimiento a los estudiantes. A los que se
gar a un estado de responsabilidad con el otro, creen expertos hay que huirles, líbrame señor de
tal que sus propios intereses cedan cuando en- los que se creen expertos en algo porque ellos
tran en contacto con la necesidad del otro; y me impedirán encontrar la verdad.
que sus ideas no sean obcecados pilares de al-
tura infinita en donde están sus egos empotra- Dentro de todas las disciplinas que ejerce-
dos esperando que les rindan pleitesía. Hoy en mos los seres humanos a través de la vida en la
día uno ve a mucho profesor, a mucho filósofo literatura, en el arte, y en la docencia, suelen
que realmente no saben dónde están parados, verse ejemplos de personas ególatras que creen
cuya su vida es un desastre pero que tratan a que fuera de ellos nadie puede acceder a la ver-
sus alumnos y colegas como si fueran lacayos dad; y esto me parece muy grave porque quien
de sus ideas “redentoras”. más conocimientos tiene debe estar más abierto
para compartirlos y porque la verdadera gran-
Hay otros que simplemente se dedican a es- deza está mucho más cerca de la humildad que
tudiar o a repetir las ideas erradas de otros y de la soberbia.
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poder de los vocablos que deberían convocar a la no tiene ninguna significación económica en un
creatividad, a la armonía, a la convivencia se utili- país como el nuestro, en cambio sí tiene grandes
ce para la maledicencia, que es el primer paso ha- compensaciones emocionales como son el afecto,
cia el odio; y todos sabemos que el odio no destru- el respeto, la solidaridad y la fidelidad de los lecto-
ye a la persona odiada sino que acaba destruyendo res a través de los años.
a quien odia porque lo corroe como un ácido.
Palabras salvadoras
De la satisfacción como intelectual por el
deber cumplido “Las palabras tienen el poder de destruir o sanar.
Cuando las palabras son a la vez
“A los árboles no se los conoce por sus hojas, verdaderas y bondadosas,
ni por el ruido que creen que hacen sus ramas. Entonces pueden cambiar nuestro mundo,
Solamente por sus frutos se conocerán.” completamente”.
Eleanor de Aquitania Confucio
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Uno nunca sabe si lo que hace va a ser aceptado ejemplo, el hecho de fotocopiar los libros es un de-
por la mayoría, pero sí debe seguir haciendo lo que lito que se llama reprografía y que está contempla-
mejor sepa hacer, pues nunca sabrá en qué mo- do en la ley del libro. Yo a veces me encuentro con
mento unas palabras le salvaron la vida a alguien trabajos bajados de Internet; capítulos enteros de
o por lo menos le ayudaron a sentirse mejor, y en obras que uno hasta conoce, y se copian sin dar-
parte ésta también es nuestra función en la vida. le ningún crédito al autor ni indicar la fuente de
dónde se toman.
En mi relación con los lectores, que siempre
he procurado que sea cálida, fraternal y abierta Fuera de esto, los editores en países como el
he sabido de muchas personas, hombres y muje- nuestro no tienen ningún respeto por los autores,
res de diferentes edades a los que alguno de mis olvidándose que siempre podrá haber autores sin
libros les ha abierto caminos, les ha dado una voz editoriales pero nunca podrá haber editoriales
de esperanza y les ha ayudado en los pasos difíciles sin autores. Y si a esto le sumamos el atropello de
de la vida. Incluso recuerdo el caso de un enfer- los piratas que no tienen empacho en suprimirle
mo terminal cuya esposa me buscó para pedirme 80 o 100 páginas a un libro para venderlo muti-
un ejemplar de un pequeño libro mío que se titula lado y más barato, entendemos por qué tenemos
“Oración personal a Jesucristo”, ya que su marido ese título mundial tan desagradable de ser un pa-
quería tenerlo con él en el momento de dar ese paso raíso de la piratería.
definitivo de la vida a la muerte. Afortunadamente
le pude conseguir el libro y supe después que el es- Dar crédito a los derechos del otro es también
poso de esta señora le había pedido que una vez un valor perdido.
muerto se lo colocara sobre el pecho junto con el
crucifijo. Ejemplos como éste se han multiplicado Sobre la muerte y la esperanza
en diferentes circunstancias y con distintas obras a
lo largo de todo mi trabajo de escritor. Todo lo que tiene un comienzo tiene un fin.
Haz la paz con esta idea y todo estará bien
Derechos de autor en Colombia Confucio
Para vivir existen tres métodos: Pandora dejó salir de la caja todas las virtudes, pero
mendigar, robar o realizar algo. la única que se quedó en la caja fue la esperanza.
Conde de Mirabeau
La vida y la muerte son la cara y el sello de
Las generaciones actuales suelen presentar tra- una misma moneda y desde el momento en que
bajos sin ninguna calidad literaria en la mayoría recibimos la posibilidad de vivir estamos reci-
de los casos, y la mayoría de las veces ni siquiera biendo al mismo tiempo la obligación de mo-
es producto de su propia autoría sino que los ba- rir. Lo que pasa es que con la muerte nos han
jan de Internet sin citar las fuentes. asustado a través de todos los momentos de la
vida y eso no me parece justo, porque vida y
Estamos viviendo en un país que es el paraíso muerte son absolutamente inherentes a la con-
de la piratería editorial en todas sus formas; por dición de persona. Una y otra deberían verse
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con la misma fe, con la misma expectativa y Mis tardes –y algunas mañanas- con el
sentir el mismo respeto sobre ambas, la misma Maestro Soto, ya van en más de un año. Y como
convicción de que son parte de una armonía dije al principio no me canso de sorprenderme
universal perfecta. cada día con la misma alegría y un orgullo cre-
ciente al verlo llegar sosegado y pausadamente,
Recomendaciones para sobrevivir en Colombia recordándome que el stress de la modernidad es
para los que no tienen una vida espiritual profun-
Sólo hay un momento en la vida de cada cual da y una paz que se refleja en los ojos. Respiro
en el cual es esencial despertar., entonces tratando de absorber algo de su calma
Ese momento es ! ahora! y siento un poco de gozo secreto por si ese día
Budha tengo dudas de la vida, entonces todavía hay es-
peranza. Sin ser colegas de ninguna especie, sí
Sobrevivir en Colombia es poco menos que me siento cercana al Maestro, porque guardo
un milagro; la gente necesitaría cuando me- hacia él un sentimiento de condiscípulos que no
nos un empleo, un adecuado sistema de salud me alcanza a cubrir a toda la humanidad, por-
que en este momento se está derrumbando por que compartimos una sucesión de días en el mis-
completo. Necesitaría también acceder a la mo salón de clase de la vida que nos ha congre-
educación pública que cada vez es más inexis- gado casi en el mismo pupitre, para aprender y
tente. Necesitaría unas verdaderas vías de ac- compartir lecciones de existencia y ello para mí
ceso a muchas regiones que parecen ubicadas es un regalo invaluable.
no solamente en otro país sino en otro planeta,
necesitaría recuperar la fe en quienes manejan Hablar de charlas de personajes, solamente me
los dineros públicos porque hace muchas dé- atrevo a recordar las de Platón con Sócrates, pero
cadas están engrosando sus bolsillos y dejando en este caso no hay tal, solamente serían las de un
anémico al país. Sócrates con un mortal corriente que las compila.
Pero las respuestas del Maestro tienen toda la tras-
Yo amo profundamente a Colombia, dice el cendencia en el tiempo y en el espacio, no se com-
Maestro Soto, amo todos sus rincones y acepto paran con charlas comunes. ¿Cómo podría com-
sus errores y sus aciertos y la considero la única pararse una charla con el Maestro Fernando Soto
casa a la que tengo derecho sobre la tierra, pero Aparicio, casi diaria, sin té sin cafecito, a palo seco,
por ese mismo amor me gustaría que todos, pu- pero con la profundidad y el detalle que le roba a
diéramos compartir la honestidad, la tranquili- la eternidad pedacitos de luz? De la total autoría
dad y la esperanza. del Maestro Soto estas lecciones de vida general-
mente las recuerdo nítidamente y procuro luego
Epílogo arrojarlas con todo entusiasmo sobre las vidas de
mis estudiantes, que son seres humanos como yo,
“No hay lugares sagrados, ni gente santa. con dudas, con miedos, con fracasos a cuestas.
Sólo hay momentos sagrados, En realidad es incomparable el sentimiento que
y momentos de sabiduría” dejan estos coloquios improvisados y brevísimos.
Ghandi Siempre grato el sentimiento en el alma.
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Para mi, las tardes con el Maestro Soto no jar en silencio en asuntos de docencia y de desa-
las cambio por nada, ni siquiera por un asiento rrollo social y humano.
ubicado en un cubículo cerrado, donde no haya
tantas voces tratando de opacar las de los otros Esos pedacitos de luz que le robo al destino
a la vez, como pasa a diario, y que no dejan tra- no tienen precio, me los llevo para la casa y los
bajar ni concentrarse; no las cambio ni por las comparto con mis hijos y con todo aquel que co-
comodidades de una vida docente prestante que nozco y que me quiera escuchar, al que le cuen-
hoy tal vez ya no ostento y que tuve en el pasa- to con alegría y sencillez que comparto práctica-
do, pero que ya no me importa ostentar porque mente el escritorio con el Maestro al que admira
he aprendido el valor de lo importante; el ver- mi tía Aminta, mi hermano Guido, y otros tan-
dadero poder no lo da un cargo administrativo, tos millones de ciudadanos del mundo: el Maestro
ni una oficina decente; el verdadero poder viene Fernando Soto Aparicio.
de adentro de nosotros y ese se tiene o no se tie-
ne, independientemente de todo el exterior. Por La verdad siempre resplandece al final,
ello no me seduce la posibilidad de una oficina cuando ya se ha ido todo el mundo.
que al menos tuviera puertas que se pudieran Julio Cerón
cerrar y que permitieran más fácilmente traba-