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Ecuador enfrenta desde hace varias décadas, una profunda crisis en la Gestión Integral de Residuos Sólidos (GIRS)

1. Ecuador enfrenta desde hace varias décadas, una profunda crisis en la Gestión Integral de Residuos
Sólidos (GIRS) por lo que desde el año 2011, el movimiento ecologista ha venido exigiendo al gobierno
central una declaratoria de emergencia sanitaria en este tema.
2. .Mensualmente, en Ecuador, se generan 375.000 toneladas de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), de las
cuales, el 57% es orgánico y el porcentaje restante inorgánico. De la fracción inorgánica, el 25%
corresponde a residuos plásticos. Del total de los residuos generados se entierran el 92% y únicamente se
recupera entre un 6 y 8%. El 85% de los residuos recuperados son recolectados por recicladores de base
que recogen no solamente plástico sino también cartón, papel, vidrio y chatarra a pie de vereda, en
estaciones de transferencia y especialmente en vertederos a cielo
3. Dado a que no existen políticas de separación en fuente en la mayoría de ciudades del país, únicamente
contamos con estimaciones de cuánto del material reciclable termina siendo enterrado. A esto se suma que
tan solo el 26% de los residuos enterrados en el país, se disponen en rellenos sanitarios, el porcentaje
restante se dispone en celdas emergentes, botaderos controlados o vertederos a cielo abierto. Estos
sistemas además se ubican en comunidades rurales y empobrecidas.
4. Ecuador es signatario de tratados internacionales que prohíben y regulan movimientos transfronterizos de
residuos, especialmente de la Convención de Basilea para desechos peligrosos y su eliminación. Sin
embargo, la legislación vigente en materia ambiental, deja abierta la posibilidad de ingreso de residuos
plásticos por considerarlos residuos no peligrosos.
5. La importación de residuos plásticos que ha alarmado al país no se está dando desde el Estado sino desde
empresas privadas, especialmente de colchones y de fibras de plástico para la industria textil, así como
también desde la industria cementera que incinera residuos para la utilización de su potencial calorí
6. Estas empresas se amparan en graves errores vigentes incluso en la última normativa legal aprobada
(RCOA), que permite el co-procesamiento de residuos (que no es sino la forma elegante para referirse a la
incineración de residuos con fines de recuperación energética) y las tecnologías de bajo-ciclaje o
downcycling (que son ineficientes energéticamente y que tienen graves impactos ambientales, de salud y
sociales, atentando contra el trabajo de los y las recicladores).
7. 7.El problema central radica en la incapacidad del Estado (a través del órgano rector en materia ambiental,
el Ministerio del Ambiente, MAE) de fiscalizar y regular a empresas que están importando residuos para
atribuirse prácticas “ecoamigables” cuando de por sí, la importación de residuos plásticos, genera gases de
efecto invernadero y redime a los generadores iniciales de esos residuos de sus responsabilidades,
constituyéndose en una expresión clarísimaracismo ambiental.
8. 8.Frente al comunicado del MAE que ratifica su compromiso por una nueva política de GIRS orientada a
proceso de economía circular, desdeRed Basura Cero Ecuadorexhortamos a la máxima autoridad
ambiental, a prohibir definitivamente el co-procesamiento (incineración de residuos) así como otras
tecnologías de bajo-ciclaje que solamente aumentan la generación y la mercantilización de la basura,
atentando además contra el trabajo de recicladores y recicladoras.
9. 9.La importación de residuos no peligrosos por parte de entes privados no es un caso aislado en Ecuador,
sino que sucede a nivel regional y global. Los movimientos ecologistas condenamos esta práctica e
iniciaremos un proceso riguroso de investigación que permita identificar
10. Finalmente creemos que se debe empezar a hablar de gobernanza de residuos sólidos como una
estrategia de soberanía económico y política.

Suscriben: Acción Ecológica, PlastiCo Project, GAIA Latinoamérica, Mesa de Ambiente y Animales del Cabildo
Cívico de Quito.

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ALEJANDRO TENA
Europa produce demasiada basura. El ritmo es tal, que los restos se
terminan exportando e importando dentro de un sistema de comercio de
residuos que se articula a escala internacional. De esta forma, los países
Europeos se venden parte de sus desechos para tratarlos, reciclarlos y, en
el mejor de los casos, revalorizarlos. Pero, en este mercadeo de
desperdicios, también participan los países americanos, africanos y
asiáticos. Es decir, el mercado incluye a su manera a los países en vías de
desarrollo, que en ocasiones se convierten en los principales
importadores de inmundicia del planeta.
Hasta no hace mucho, China era uno de los principales importadores de
residuos españoles. No obstante, la mala reputación que el país asiático se
había labrado en materia medioambiental provocó que impulsara medidas
drásticas para restringir la compra de basura de otros estados. Esta medida
fue interpretada en su momento por los colectivos ecologistas como una
oportunidad de represar el modelo de gestión de residuos y avanzar hacia
un sistema mucho más comprometido con el Planeta. Sin embargo, los
cambios no terminan de llegar y el vertedero chino parece haberse
reubicado en Malasia. El Estado malayo se ha convertido en uno de los
principales países importadores de plástico, un material que
termina vertido en los mares o incinerado, debido a la difícil reciclaje.
España ocupa el octavo lugar en el ranking de países exportadores de
plásticos a Malasia, según los datos del Departamento de Gestión
Nacional de Residuos Sólidos del país asiático. Además, es el sexto Estado
de la Unión Europea en la lista de exportador de plásticos hacia países
asiáticos con una media de 318.926.161 toneladas.
Aunque las normas de importación y exportación europea son claras e
implican restricciones a los materiales que se pueden vender a países
subdesarrollados, también existe tráfico ilegal de residuos. Así se evidenció
la semana pasada, cuando la ministra de medioambiente malaya denunció
la llegada de residuos ilegales a sus territorios. Esto ha llevado a Equo a
presentar una iniciativa en el Congreso para esclarecer los hechos
y preguntar al Gobierno si Malasia es “el nuevo destino de los
deshechos, tras la prohibición de China”.
En declaraciones a Público, el diputado de Equo Juan López de
Uralde advierte de que el problema no tiene que ver sólo que los residuos
que se exportan de manera ilegal a estos países, sino el sistema de residuos
en sí. “Estamos utilizando a estos países de vertedero”, opina el político
ecologista, señalando que estos países no tienen capacidad industrial para
gestionar la basura plástica de manera adecuada.
Desde el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) informan
a Público que el Gobierno está en contacto con las autoridades malayas para
colaborar ante cualquier tipo de infracción relacionada con el tráfico ilegal
de residuos. Además, señalan que el Ejecutivo de Sánchez ha apoyado en
todo momento las recientes reformas del Convenio de Basilea –normativa
que regula el comercio de residuos– para impedir que los materiales más
tóxicos y difíciles de reciclar puedan ser exportados a países
subdesarrollados.
Pese a esa reforma reciente, un informe de GAIA (Global Alliance for
Incinerator Alternatives) revela que las importaciones de residuos plásticos
reciclables a países asiáticos como Tailandia, Malasia o Vietnam han
incrementado de manera notable desde que China endureciera su
legislación para la importación de basura. "Tailandia tuvo el porcentaje
más alto en cuanto al aumento de importaciones de residuos plásticos
a nivel mundial con más de un 1000%", advierte el estudio.

El plástico, el principal problema


Los países europeos tienden a reciclar de manera local los materiales
plásticos más sencillos en su tratamiento de reciclaje, como son
el polietileno de tereftalato (PET) y el polietileno de alta intensidad
(PEAD), pero el resto de materiales suelen ser exportados a estados en
desarrollo. “El problema central es el consumo masivo de productos de
plástico desechable”, explica Alba García, responsable de la campaña de
plásticos de Greenpeace, para añadir que en España “se ponen en
circulación cada día cerca de 50 millones de envases de bebidas, de los
cuales 30 millones no se sabe a dónde van”.
El tráfico ilegal de residuos y la falta de concordancia de los datos emitidos
por los organismos españoles ponen en duda la eficiencia del sistema de
reciclaje, el cual “ha tocado techo”, según valoran desde Greenpeace. De
esta forma, desde Ecoembes –una de las principales fundaciones de
reciclaje en España– señalan que las cifras de tratamiento de materiales
plásticos son del 78,8%. Una cifra que es muy superior a la que se barajan
desde las organizaciones medioambientalistas e, incluso, desde el
propio Ministerio para la Transición Ecológica, que en sus últimos datos
habla de un porcentaje de plásticos reciclados del 45,46%. Esto hace que
más de la mitad de objetos compuestos por este material terminan
pereciendo en vertederos.
“Llevamos mucho tiempo poniendo el dedo en la llaga del sistema de
Ecoembes. Todos los envases que se ponen en el mercado pagan una tasa
para su reciclaje pero ese reciclaje no se produce”, expone López de Uralde,
que se remite al informe Maldito Plástico en el que se denuncia que las
cifras de materiales plásticos reciclados en España no llegan siquiera
al 30%. Además, desde Greenpeace explican que el optimismo de las cifras
manejadas por Ecoembes tiene que ver con que la organización sólo
contabiliza el reciclaje de los envases ligeros de uso doméstico.
Desde MITECO detallan que “el actual Gobierno de España, por su parte, ha
trabajado en los últimos meses en el desarrollo de la Estrategia de
Economía Circular y en una Hoja de Ruta para los Plásticos en España, con
un plan de acción hasta 2030”. Pese a ello, las organizaciones ecologistas
españolas, en su denuncia con la falta de transparencia del sistema de
residuos español, reclaman medidas radicales que permitan reducir el
consumo de productos compuestos por este material.
Te nec

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