Você está na página 1de 4

SI EL ÁRBOL QUIERE FLORECER,

QUE HONRE A SUS RAÍCES.

Este proverbio africano me sirve para comunicar a


todos una decisión de la Congregación que es motivo
de gozo. En la circular que cada año nos escribe la M.
General con motivo del aniversario de la fundación de
la Congregación (28 de junio de 1874) se nos
anunciaba este año que se ha introducido la Causa de
Beatificación de M. Encarnación Colomina, nuestra
cofundadora. ¡Ya era hora! ¡Aleluya!
Hay gente que se pregunta para qué sirve ese
reconocimiento público que supone, además, un lento
proceso de investigación de la persona que, por decirlo
de alguna manera, se quiere ver en los altares. Como
yo era de las que pensaba así puedo responder
rápidamente: todo es cuestión de afecto,
reconocimiento y gratitud. Tienen razón los que
afirman que no será más santa una persona porque la
Iglesia lo reconozca así, basta – y sobra, diría yo- que
lo sea a los ojos de Dios. Otros, más sibilinos, aluden a
lo que pueda costar el proceso, que cuesta, claro,
porque en general hay una persona que se va a
dedicar durante algunos años a eso. Y seguro que se
publicarán pequeñas biografías y estampas, claro está.
Pero ¿puede medirse el bien que han hecho a miles
de personas el conocimiento de los santos, la lectura
de sus vidas, la devoción particular que se les tiene y
tantas otras cosas? Pues no, no puede ponerse en
balanza alguna a menos que queramos caer en el
ridículo.
Son muchas las personas que han cambiado su vida
leyendo la vida de un amigo de Dios, meditando sus
escritos, siguiendo su estilo y carisma. Mi vida, por
ejemplo, no se explica sin Manyanet. Pero tampoco sin
M. Encarnación Colomina. Porque la Congregación,
por mucho empeño que puso en ella Manyanet,
precisó del aguante silencioso y fiel de una mujer.
Os la presento brevemente:
Manuela Josefa Colomina Agustí nació en Os de
Balaguer (Lleida) el 24 de diciembre de 1848.
Educada en un ambiente de piedad ingresó en las
Religiosas de Enseñanza de María Inmaculada
(Tremp) de las que saldrá, gravemente enferma, poco
después de iniciar el noviciado. Por estas fechas ha
conocido ya al Padre José Manyanet que se convierte
en su director espiritual. El 9 de marzo de 1877 ingresa
en las Religiosas de la Sagrada Familia, fundadas en
1874 por el Padre Manyanet. Pronto tendrá
responsabilidades y eso la sitúa en el ojo del huracán
pues la autoridad de Manyanet va a ser discutida hasta
tal punto que el Obispo lo destituye y le prohíbe que se
relacione con las religiosas fundadas por él. M.
Encarnación se alza defendiendo su figura y también
es destituida de su cargo de superiora. En 1880
asistirá al capítulo de Talarn que promulga un nuevo
estilo de vida. Ella será la única en no aceptar la
reforma que se aleja del espíritu del Padre Manyanet;
confinada a Granadella con la esperanza de que
“recapacite” finalmente será expulsada del Instituto en
1882. Junto con otras compañeras que también fueron
expulsadas por su fidelidad a Manyanet, se pone en
contacto con éste y pasan a vivir a Barcelona donde
tras doce años de oscuridad, fidelidad y fortaleza son
reconocidas oficialmente por el obispo de Vic al fundar
una casa en Aiguafreda. Por especial voluntad del
Padre Manyanet, Madre Encarnación Colomina llevará
a cabo la fundación de Aiguafreda y el Colegio Ntra
Sra de los Ángeles ( Sagrera, Barcelona ) En 1899 el
Padre Manyanet la designa priora del Instituto
femenino.
El capítulo de 1905, que supone un giro
congregacional, retira a Madre Encarnación toda
responsabilidad. Destinada al colegio San José y de
nuevo al colegio Ntra Sra de los Ángeles, dio ejemplar
testimonio de humildad, fortaleza y fidelidad. El 27 de
noviembre de 1916 fallece en el colegio Ntra. Sra.
de los Ángeles.
Madre Encarnación Colomina fue la roca firme sobre la
que el Padre Manyanet se apoyó para fundar el
Instituto femenino. Extremadamente fiel a su vocación
y al estilo de vida consagrada propugnado por el Padre
Manyanet fue su excelente colaboradora y una mujer
que no buscó otra cosa que cumplir la Voluntad de
Dios dando honor a la Sagrada Familia.

Reseña biográfica[editar]
Infancia y Juventud[editar]
Manuela Colomina i Agustí nació el 24 de diciembre de 1848 en Os de Balaguer (Lleida). Fue bautizada al día siguiente y recibió
la confirmación un año después, el 22 de octubre de 1849. Sus padres, José Colomina y Rosa Agustí tuvieron siete hijos pero varios
fallecieron a temprana edad. Su familia, que era agricultura, se preocupó de la formación de las hijas. El gran dolor infantil de
Manuela es la muerte de su madre cuando ella cuenta cinco años de edad. Desde ese momento serán sus hermanas, Inés y Rosa,
quienes cuidarán de ella. También influye en su crecimiento espiritual el párroco y la participación en las actividades parroquiales,
pues forma parte de varias cofradías.
Vocación religiosa[editar]
Sus dos hermanas ingresaron en el convento de las religiosas Concepcionistas de Tremp. Ella sintió nacer también la vocación a la
vida religiosa y para ello tuvo que rechazar con firmeza un pretendiente. Alrededor de 1871 conoció a san José Manyanet, a quien
tomó como director espiritual. En 1874 entró en el mismo convento de sus hermanas donde el 7 de diciembre de 1874 tomó el
hábito de novicia y recibió el nombre de M.ª Manuela de San Tadeo. Por motivos de salud salió en enero de 1875.
El 9 de marzo de 1877 ingresó en las Hijas de la Sagrada Familia en Horta (Barcelona). Era una congregación recién fundada por
san José Manyanet con la aprobación del obispo José Caixal. El 25 de noviembre del mismo año comenzó el noviciado con el
nombre de M.ª Encarnación. Un mes después es destinada a Alguaire (Lleida). Allí permaneció un año y en diciembre de 1878
regresó al Noviciado de San Andrés donde profesó el 23 de abril de 1879. Poco después es nombrada superiora de la Casa
Noviciado.

Fidelidad al carisma[editar]
La reforma que vivió el Instituto en 1880 al rechazar la autoridad de san José Manyanet convertiría a la madre M.ª Encarnación
Colomina en Cofundadora de la restauración del Instituto de san José Manyanet. Los dos habían sido apartados del Instituto que
había nacido en el capítulo general de Talarn de 1880.
De 1882 a 1894 madre M.ª Encarnación fue el alma de un grupo de mujeres que deseaban consagrarse a Dios viviendo el carisma
recibido a través de san Josep Manyanet. Vivían, llevando una vida religiosa no reconocida oficialmente, en un piso de la calle
Santa Ana (Barcelona) esperando que Dios abriera caminos (“que llegara la hora de la Sagrada Familia”).

Cofundadora[editar]
En 1894 el padre José Manyanet, ayudado de madre M.ª Encarnación, en Aiguafreda (Barcelona, diócesis de Vic) restaura su
Instituto con el nombre de Hijas de la Santa Casa de Nazaret. La cofundadora es madre M.ª Encarnación. Fue nombrada superiora
y ejerció también como maestra de novicias en la casa madre de la Congregación. Durante los cuatro años que madre M.ª
Encarnación estuvo en Aiguafreda se realizaron en el noviciado 30 vesticiones y 24 profesiones. En 1898 asumió la fundación del
Col.legi Mare de Déu dels Àngels (Sagrera-Barcelona). Por esas fechas, el Instituto femenino tenía como Superior General a su
fundador, san José Manyanet i madre M.ª Encarnación era la Priora.

Últimos años y muerte[editar]


El padre Manyanet murió el 17 de diciembre de 1901 y en el Instituto femenino llegó la hora de la prueba para madre M.ª
Encarnación Colomina que culminó en la celebración del primer Capítulo General en 1905. Fue destinada al Colegio San José para
regresar nuevamente, en 1907, al Col.legi Mare de Déu dels Àngels. Madre M.ª Encarnación, de 1905 a 1916, vivió callada y
humildemente dedicada a la oración y al trabajo.
El 24 de noviembre de 1916, durante la celebración de la eucaristía, sufrió un ataque de apoplejía; su situación fue empeorando y
falleció piadosamente la madrugada del 27 de noviembre de 1916.

Você também pode gostar