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Contenido

1. ESTRUCTURA FINANCIERA DEL PROYECTO.................................................................................2

2. La Evaluación Financiera (o Privada) del Proyecto......................................................................5

3. La Evaluación Económica y Social del Proyecto..............................................................................9

1.ESTRUCTURA FINANCIERA DEL PROYECTO

Los elementos que participan en la Estructura Financiera del Proyecto a saber son: Las inversiones
necesarias para ponerlo en funcionamiento, los costos que concurren en la elaboración,
administración, venta y financiación de cada uno de los productos o servicios y el ingreso derivado
de la venta de los mismos. Y toda esta información es proyectada a cada uno de los periodos que
componen el horizonte del proyecto.

Como resultado de la identificación y los estudios previos (mercado, técnico, organización y legal,
ambiental) se propone un “modelo financiero”, que partiendo de un formato de entrada de datos
básicos y específicos de cada proyecto, nos conduce a consolidar “flujos de caja” que permiten
analizar la conveniencia o inconveniencia de una propuesta, ya sea desde el punto de vista privado
o desde la órbita económica o social.

 Presupuestos de Inversión

Como bien se sabe, los resultados obtenidos con respecto al comportamiento del mercado del
producto, a la técnica empleada y a la organización, proveen la información pertinente para la
determinación de las inversiones del proyecto. Se trata pues, de organizar la documentación con el
fin de identificar la magnitud de los activos que requiere la empresa para la transformación de
insumos o la prestación de servicios, y la determinación del monto de capital de trabajo necesarios
para el funcionamiento normal del proyecto, después del periodo de instalación.

El horizonte del proyecto se compone de tres etapas: en primer lugar, la etapa de instalación o
ejecución en la cual se hacen la mayor parte de las inversiones,; como segundo, la etapa de
operación o funcionamiento en la cual se generan los costos y se producen los ingresos propios de
la venta de la producción o la prestación de los servicios; y la tercera etapa en la cual se supone
que el proyecto termina su actividad regular al no alcanzar a generar los beneficios de orden
financiero, económico o social y se procede a su liquidación. La duración de las etapas depende de
cada proyecto en particular; el periodo de instalación de una refinería, por ejemplo, puede durar
varios años, en tanto que la instalación de una estación de servicio se puede adelantar en tan solo
un par de meses.

Por otro lado, la construcción del flujo de caja depende de los eventos financieros previstos para el
horizonte del proyecto, en efecto, en la fase de ejecución se precisa dimensionar las necesidades
de inversión tanto fijas, como diferidas y el correspondiente capital de trabajo, que suponen
salidas de dinero (flechas hacia abajo). Durante la etapa de operación, en donde se logra el
objetivo social del proyecto mediante la producción de bienes o la prestación de servicios, se
generan costos derivados del pago a los factores utilizados y al mismo tiempo, aparecen ingresos
provenientes de la venta de los productos o los servicios (flechas hacia abajo y flechas hacia
arriba). Por último, cuando el proyecto deja de cumplir con los objetivos financieros, económicos o
sociales, se precisa su liquidación (desinversión), que supone que la venta de los activos que tienen
algún valor comercial y se generan algunos ingresos (flechas hacia arriba).

Tal como se había enunciado, la mayor parte de las inversiones se hacen antes de la puesta en
marcha del proyecto, sin embargo, algunas inversiones se pueden realizar en el periodo de
funcionamiento, ya sea porque es preciso renovar algún activo desgastado o por qué se hace
necesario incrementar la producción ante expectativas en el crecimiento de la demanda.

Las inversiones que se hacen principalmente en el periodo de instalación se pueden clasificar en


tres grupos: las inversiones fijas, las inversiones diferidas y el capital de trabajo.

o Inversiones fijas
Las inversiones fijas son aquellas que se realizan en bienes tangibles, se utilizan para
garantizar la operación del proyecto y no son objeto de comercialización por parte de
la empresa y se adquieren para utilizarse durante su vida útil; son entre otras: los
terrenos para la construcción de las instalaciones, o explotaciones agrícolas, o
ganaderas o mineras; las construcciones civiles como edificios industriales o
administrativos; las vías de acceso internas, bodegas, parqueaderos, cerramientos,
maquinaria, equipos y herramientas; vehículos; muebles y enseres, entre otros.

Con excepción de los terrenos, los otros activos fijos comprometidos en el proceso de
producción van perdiendo valor a consecuencia de su uso y también por efecto de la
obsolescencia, debido al desarrollo tecnológico. Coste que se refleja en la
depreciación, por lo que estos activos se denominan activos depreciables.

o Inversiones diferidas
Las inversiones diferidas son aquellas que se realizan sobre la compra de servicios o
derechos que son necesarios para la puesta en marcha del proyecto, tales como: los
estudios técnicos, económicos y jurídicos; los gastos de organización; los gastos de
montaje, ensayos y puesta en marcha; el pago por el uso de marcas o patentes; los
gastos por capacitación y entrenamiento de personal.

Cuando existe cierta incertidumbre en la estimación de estos montos, es aconsejable


incluir una partida para imprevistos por un porcentaje entre el 5% y el 10% del total de
los diferidos. Las normas tributarias permiten amortizar los activos diferidos en los
primeros cinco años de funcionamiento del proyecto.

o Capital de trabajo
La inversión en capital de trabajo corresponde al conjunto de recursos necesarios, en
forma de activos corrientes, para la operación normal del proyecto durante un ciclo
productivo, esto es, el proceso que se inicia con el primer desembolso para cancelar los
insumos de la operación y finaliza cuando los insumos transformados en productos
terminados son vendidos y el monto de la venta recaudado y disponible para cancelar
la compra de nuevos insumos.
Así de esta forma, la magnitud del capital de trabajo depende en buena medida de los
recursos necesarios para atender las erogaciones rutinarias de muy corto plazo
(arriendos, salarios, pago de servicios, otros) en la empresa, de la duración del proceso
técnico de transformación y del valor de los inventarios y de la política de crédito que
asuma la empresa.

La inversión en capital de trabajo está formada por el dinero disponible


inmediatamente en caja o bancos; el monto de los inventarios necesarios en materia
prima y materiales; la magnitud de la cartera, que depende principalmente de la
política de crédito y con efecto compensatorio, las cuentas por pagar, como resultado
de los créditos a corto plazo, recibidos de los proveedores.

Varios son los procedimientos que se suelen utilizar para el cálculo del “capital de
trabajo”, dependiendo del nivel de profundidad del estudio (perfil, prefactibilidad,
factibilidad o diseño definitivo), y de la disponibilidad de datos organizados y de
tiempo, se puede optar por uno u otro método, o por uno alterno resultado de una
combinación de estos. Se tienen: el método de los contadores; el método de las
desfases y el método del déficit acumulado.

 Costos de Producción

Durante el periodo de operación se pueden identificar cuatro clases de costos: en primer lugar los
costos ligados más directamente a la producción del bien o a la prestación del servicio, son los
costos de fabricación; en segundo lugar los costos administrativos propios de la organización de la
empresa; en tercer lugar los costos causados por efecto del impulso de las ventas; y finalmente los
costos financieros generados por el uso del capital ajeno.

o Costos de fabricación
Son aquellos que se vinculan directamente con la elaboración del producto o la
prestación del servicio. Se suelen clasificar en: costo directo, gastos de fabricación y
otros gastos.

o Gastos de administración
Están compuestos con los recursos invertidos en salarios, prestaciones sociales,
depreciaciones administrativas, amortización de diferidos, seguros e impuestos.

o Gastos de ventas
Se pueden clasificar en dos grandes ramas: gastos de comercialización y los gastos de
distribución.

Entre los gastos de comercialización podemos distinguir los siguientes: sueldos y


salarios (ejecutivos y supervisores de venta, investigadores de mercado), comisiones
de vendedores; gastos de representación, viajes, viáticos, gastos de publicidad,
asistencia técnica a clientes, papelería y útiles de oficina, comunicaciones, entre otros.

Entre los gastos de distribución podemos enunciar los sueldos y salarios de


supervisores, secretarias, impulsadoras, conductores de vehículos de reparto y
auxiliares; fletes, empaques y envases, además de la operación de los puntos de venta
y almacenes.

 Ingresos

En un proyecto los ingresos están representados por el dinero recibido por concepto de las ventas
del producto o la prestación de los servicios, o por la liquidación de los activos que han superado la
vida útil dentro de la empresa, o también por los rendimientos financieros producidos por la
colocación de excesos de liquidez.
El flujo de ingresos puede presentar una estructura muy variada dependiendo de la clase de
empresa de que se trate y de los mecanismos de venta adoptados. Las fechas de recepción de los
ingresos, dependiendo de cada proyecto, tiene importancia significativa en el flujo de caja y, por
ende, en el cálculo de la rentabilidad; se conocen casos de fracasos prematuros de proyectos, por
no tomar medidas oportunas tendientes a corregir el desfase que se presenta entre las
erogaciones propias de las inversiones y los ingresos generados por las ventas (escaso capital de
trabajo), de ahí la importancia de hacer una buena planeación financiera, especialmente en los
primeros momentos del proyecto.

(Se determina el Anexo 8, Capítulo VIII, Estructura Financiera, del Libro Gestión de Proyectos de
Juan José Miranda Miranda, como lectura complementaria de la información de éstos temas).

2.La Evaluación Financiera (o Privada) del


Proyecto

La tarea fundamental de los analistas de proyectos es contribuir directa o indirectamente a que los
recursos disponibles en la economía, sean asignados en la forma más racional entre los distintos
usos posibles. Quienes deben decidir entre las diversas opciones de inversión o quienes deban
sugerir la movilización de recursos hacia un determinado proyecto, asumen una gran
responsabilidad, pues sus recomendaciones pueden afectar en forma significativa los intereses de
los inversionistas (públicos y privados), al estimular la asignación de recursos hacia unos proyectos
en detrimento de otros.

Antes que nada es preciso definir un patrón o una norma que permita calificar las diferentes
opciones de utilización de los recursos escasos, en sus usos más eficientes. La evaluación de
proyectos es precisamente la metodología escogida para determinar las ventajas y desventajas que
se pueden esperar de asignar o no recursos hacia objetivos determinados; y toma como punto de
partida la organización, estudio y análisis de los diferentes factores de orden económico, técnico,
financiero, administrativo e institucional considerados en la formulación del proyecto.

En efecto, la tarea de evaluar consiste en medir objetivamente ciertas magnitudes resultantes de la


formulación del proyecto y convertirlas en cifras financieras con el fin de obtener indicadores útiles
para medir su bondad. La valoración consiste entonces en asignar precios a los bienes y servicios
que participan en el proyecto a manera de insumo o de producto. Los precios considerados
dependen en alguna forma de la orientación con que se quiera adelantar dicha evaluación: se
consideran “precios de mercado” cuando el interés de la evaluación se encamina a estimar las
ventajas y desventajas desde el punto de vista de una unidad económica aislada (una empresa
pública o privada, o una persona natural), y se tendrán en cuenta los “precios económicos” cuando
la evaluación se hace en términos del interés de la comunidad nacional.

En consecuencia el proceso de evaluación del proyecto consiste en determinar hasta qué punto se
justifica el sacrificio de inversión por efecto de los resultados que se esperan obtener al confrontar
las erogaciones con los ingresos, esto significa finalmente que la evaluación se orienta a
determinar la rentabilidad de la inversión.

En aras de comprender mejor el concepto, hagamos un seguimiento por las distintas etapas del
proceso: en primer lugar los recursos monetarios invertidos se convierten en activos (se compran
terrenos, equipos, edificaciones, vehículos, se contratan estudios, se hacen previsiones, para
capital de trabajo, entre otros); estos activos a través de un proceso de producción y combinados
adecuadamente con ciertos insumos (mano de obra, materiales, procesos, otros) producen ciertos
bienes o servicios que al ser vendidos generan ingresos. Al comparar los ingresos con la inversión
en activos y la compra de insumos, se podrá determinar la rentabilidad del proyecto.

Y en este orden de ideas, el sacrificio de invertir deberá ser compensado con los resultados que se
logren al operar el proyecto; en la medida en que el flujo de ingresos supere a los egresos
(medidos en valor presente), se logrará una utilidad neta, que representará la rentabilidad del
proyecto, que dependiendo de su monto justificará o no la inversión. En efecto, el estudio de la
rentabilidad se encamina a presentar en forma sistemática la información sobre costos y egresos,
con el fin de establecer las ventajas y desventajas del proyecto, y compararlas con otras opciones
de inversión.

En consecuencia la evaluación supone dos grandes pasos:

o La identificación del “flujo de fondos” con base a la magnitud y cronología de los ingresos y
egresos, basado en los aspectos económicos, técnicos, administrativos e institucionales,
políticos y ambientales del estudio de preinversión. Dado que la evaluación supone
identificar plenamente, medir y valorar los costos y beneficios que se pueden prever en
cada una de las alternativas para alcanzar un objetivo determinado, es preciso ser lo
suficientemente cuidadosos y rigurosos con relación a la identificación de los costos y
beneficios pertinentes, o sea, aquellos que se deben atribuir al proyecto. Con alguna
frecuencia los analistas incluyen costos no pertinentes y omiten beneficios relevantes, lo
que conduce a valoraciones falsas y en ocasiones, recomendaciones claramente
inconvenientes que terminan en decisiones desafortunadas.
o La aplicación de criterios de evaluación conducentes a establecer la bondad del proyecto y
la posibilidad de comparar su rentabilidad con otras alternativas.

Flujo de Fondos

El primer paso es identificar plenamente los ingresos y egresos en el momento en que ocurren. El
“flujo neto de cada” es un esquema que presenta en forma orgánica y sistemática cada una de las
erogaciones e ingresos líquidos registrados período por período. El principio básico de la
evaluación es que el proyecto resulta recomendable en la medida que los beneficios superen a los
costos. Las complicaciones se derivan normalmente de identificar adecuadamente los beneficios y
los costos. Algunas parecen deliberadamente ocultos; otros que parecen importantes y relevantes,
y de hecho, pueden no serlos.

Es bien importante resaltar los elementos involucrados en el flujo de caja:

 Las erogaciones correspondientes a las inversiones que se realizan principalmente en el


período de instalación del proyecto. (Es frecuente también considerar inversiones
adicionales durante distintos períodos de la operación, encaminadas a reponer activos
desgastados o aumentar la capacidad de producción).
 Los costos que se causan y se pagan en el período de funcionamiento del proyecto.
 Los ingresos recibidos por la venta de la producción o la prestación de los servicios.
 Los valores económicos (no contables) de los activos fijos en el momento de liquidar el
proyecto.
 Otros ingresos generados por la colocación de excesos de liquidez temporal en inversiones
alternas.

De igual manera es muy importante establecer no solamente la magnitud de cada factor, sino
también el momento en que se recibe o entrega el efectivo.

Con el fin de simplificar los cálculos se ha aceptado la convención de ubicar los flujos de dinero al
final de cada período, a pesar de que las transacciones se realicen durante todo el tiempo (en
diferentes momentos durante el año); esto sin menoscabo alguno en la precisión y confiablidad de
las cifras resultantes.

3. Costo de Oportunidad

En algunas ocasiones los costos propios de un proyecto no se presentan tan explícitos que
permiten su identificación clara e inequívoca. Ilustradamente, si seguir la actividad M significa no
seguir la actividad N, entonces el valor de hace N es el costo de oportunidad de M. por ejemplo,
adelantar un posgrado en la universidad significa renunciar a trabajar y por ende, a unos ingresos.
De modo que la decisión de estudiar implica no solamente asumir el costo de la matrícula, libros e
implementos de estudio, sino también los costos de oportunidad de no contar con un salario. El
analista tendrá que estar muy pendiente de no dejar pasar por alto los costos de oportunidad
pertinentes a un proyecto determinado.

Es precisamente al emprender la evaluación económica y social que el analista empleará los


llamados “precios de cuenta” o “precios sombra” que a manera de parámetros nacionales, le
entregarán las autoridades de planeación, que corresponden a los verdaderos costos de
oportunidad de los recursos o productos involucrados en el proyecto.

El “flujo de caja” de un proyecto de inversión representa la magnitud de un sacrificio de consumo,


con miras a producir un excedente futuro.

Se puede establecer que cualquier proyecto compite por lo menos, con la alternativa de colocar los
fondos en el mercado financiero donde ganará unos intereses mínimos. De hecho, al invertir en un
proyecto se está sacrificando la oportunidad de recibir un interés en el mercado financiero, por lo
tanto, la tasa de interés que se reciba representa el costo de oportunidad del dinero invertido en el
proyecto. En este punto es preciso ser bien cuidadosos, puesto que no es cierto que la tasa de
interés del mercado financiero sea siempre el costo de oportunidad, ya que, se trata de identificar
la tasa que representa el rendimiento de las alternativas de inversión que se podrán seleccionar si
se decide no invertir en el proyecto, y el interés financiero es una entre muchas opciones. Esto
significa que, la tasa relevante de referencia es una tasa de colocación de fondos o de
productividad que refleje las oportunidades sacrificadas al decidir asignar recursos hacia un
proyecto. En consecuencia, la tasa que refleje el costo de oportunidad del dinero, será la tasa de
interés de oportunidad, lo que determina que un proyecto será atractivo en la medida que su
rentabilidad supere por lo menos la tasa de oportunidad.

4. Indicadores de Rentabilidad

Se enuncian algunos de los indicadores de rentabilidad que más se utilizan para evaluar
financieramente un proyecto. Para el caso, se presentan dos, el valor presente neto (VPN) y la tasa
interna de retorno (TIR). Los demás deberán ser consultados en el documento sugerido como
lectura complementaria de estos temas, Anexo 9, Capítulo IX, La Evaluación Financiera, del libro de
Gestión de Proyectos de Juan José Miranda Miranda.

♦ Valor Presente Neto (VPN)

El Valor Presente Neto corresponde a la diferencia entre el valor presente de los ingresos y
el valor presente de los egresos.

VPN=VPI – VPE

Aplicando la formula: P=F/(1 + i)n, que nos permite pasar a valor presente (P) los valores
futuros (F) estipulados en el flujo de caja, obtenemos resultados diversos para distintas
tasas de interés.

El cálculo del VPN suele ser muy sencillo, pues se trata de aplicar una fórmula aritmética, la
parte que resulta menos fácil, desde luego, es la selección de la tasa de interés a utilizar,
que no es otra que la tasa de oportunidad.

La regla de decisión será:


VPN > 0 Conveniente
VPN < 0 Inconveniente
VPN = 0 Indiferente

♦ Tasa Interna de Retorno (TIR)

Es la tasa de interés que equipará el valor presente de los ingresos con el valor presente de
los egresos. Redondeando la idea podemos decir que la “Tasa Interna de Retorno (TIR), es
la tasa de interés que permite obtener un Valor Presente Neto (VPN) igual a cero (VPN=0)”

En definitiva, un criterio adecuado de decisión es establecer comparación entre la TIR del


proyecto y el costo de oportunidad del inversionista, entonces:

TIR> to, Recomendable


TIR= to, Indiferente
TIR< to No recomendable
to= Tasa de Oportunidad

Complementando lo anterior, se puede afirmar que si la TIR>to, significa que el retorno del
proyecto es suficiente para compensar el costo de oportunidad del dinero y además
produce un rendimiento adicional, por lo tanto resulta llamativo. Si la TIR<to, el proyecto
no alcanza a compensar el costo de oportunidad, por lo tanto no será recomendable.

Cabe anotar que si bien es cierto que en el cálculo de la TIR no se necesita conocer la tasa
de interés (ya que es precisamente lo que se está buscando en la operación), si se precisa
posteriormente conocer una tasa de oportunidad que permita su comparación.

3. La Evaluación Económica y Social del


Proyecto

Siendo un concepto que aún se encuentra en estudio y discusión por los entendidos en el tema, se
esboza una pequeña introducción al tema, clasificándolo es sus dos componentes, pero
entendiendo que a la larga, van juntos en la evaluación final de un proyecto.

Evaluación Económica.- En los métodos de evaluación se toma en cuenta el valor del dinero a
través del tiempo, como son la Tasa Interna de Rendimiento (TIR) y el Valor Presente Neto, se
anotan sus limitaciones de aplicación y son comparados con métodos contables de evaluación que
no toman en cuenta el valor del dinero a través del tiempo.

Normalmente no se encuentran problemas en relación con el mercado o la tecnología disponible


que se empleará en la fabricación del producto, por lo tanto, la decisión de inversión casi siempre
recae en la evaluación económica.

El Análisis y Administración del Riesgo es por lo general, la última parte tratada en el Estudio de
Factibilidad de la Evaluación Económica el cual nos presenta un enfoque totalmente nuevo sobre el
riesgo que puede aplicarse en economías inestables a diferencias de otros enfoques de aplicación
más restringida. El resultado de una evaluación económica tradicional no permite prever el riesgo
de una posible bancarrota a corto o mediano plazo, lo que sí es posible con esta perspectiva de
análisis.

Evaluación Social de proyectos.- La evaluación social de proyectos persigue medir la verdadera


contribución de los proyectos al crecimiento económico del país. Esta información, por lo tanto,
debe ser tomada en cuenta por los encargados de tomar decisiones para así poder programar las
inversiones de una manera que la inversión tenga su mayor impacto en el producto nacional. Sin
embargo, debido a que la evaluación social no podrá medir todos los costos y beneficios de los
proyectos, la decisión final dependerá también de estas otras consideraciones económicas,
políticas y sociales. Habrá proyectos con altas rentabilidades sociales medidas que a su vez generan
otros beneficios que no han sido posible medir (tales como la belleza); Estos proyectos obviamente
deberán realizarse. Habrá otros que tienen rentabilidades sociales medidas de forma negativa y
que también generan costos sociales intangibles, los que de ninguna manera querrán
emprenderse. Sin embargo, habrá casos de proyectos que teniendo rentabilidades sociales con
medidas positivas generan costos intangibles, y otros que teniendo rentabilidades con medidas
negativas inducen beneficios sociales intangibles. Es en estos últimos casos donde la evaluación
social del proyecto tiene una gran utilidad, puesto que ella arroja la información que es la más
pertinente para la toma de decisiones.

Por ejemplo, si la evaluación social de un proyecto de irrigación en una zona pobre y fronteriza
indica que los costos sociales del proyecto exceden los beneficios en $x por año, el encargado de
tomar la decisión podrá comparar estas cifras con el beneficio de elevar el nivel de ingreso en esa
zona (redistribuir el ingreso) y disminuir la probabilidad de un conflicto fronterizo. El costo neto
financiero del proyecto, sin embargo, puede ser $y"$x por año, información que es útil para el
ministerio de hacienda o banco central, pero no debe influir sobre la decisión de realizar el
proyecto.

La evaluación social de proyectos es así mismo útil para el caso de tomar decisiones de proyectos
que significan un drenaje al presupuesto nacional: de proyectos que tienen rentabilidad privada
negativa y que por lo tanto requieren de subsidios para operar.

Por último, la evaluación social de proyectos es útil también para el diseño de políticas económicas
que incentiven o desincentiven la inversión privada. Por ejemplo, si acaso es cierto que el llamado
precio social de la divisa es mayor que el precio fijado por el banco central a los exportadores,
deberán buscarse políticas que incentiven al sector exportador y sustitutivo de importaciones no
protegidos; si es cierto que el precio social de la mano de obra es menor que el salario de
mercado, deberán buscarse maneras de alentar las industrias más intensivas en el uso de la mano
de obra y desalentar la importación y utilización de maquinaria (capital) que la desplaza, etc.

Tanto la evaluación social como la privada usan criterios similares para estudiar la viabilidad en un
proyecto, aunque difieren en la valoración de las variables determinantes de los costos y beneficios
que se le asocien. A este respecto, la evaluación privada trabaja con el criterio de precios de
mercado, mientras que la evaluación social lo hace con precio sombra o sociales. Estos últimos con
el objeto de medir el efecto de implementar un proyecto sobre la comunidad, deben tener en
cuenta los efectos indirectos o externalidades que los proyectos generan sobre el bienestar de la
comunidad, como por ejemplo, la redistribución de los ingresos o la disminución ambiental.

De igual forma, hay otras variables que la evaluación privada incluye y que pueden ser descartadas
en la evaluación social como el efecto directo de los impuestos, subsidios u otros que, en relación
con la comunidad, sólo corresponden a transferencias de recursos entre sus miembros.

Los precios privados de los factores se pueden corregir a precios sociales, ya sea por algún criterio
particular a cada proyecto o aplicando los factores de corrección que varios países definen para su
evaluación social. Sin embargo, siempre se encontrará que los proyectos sociales requieren del
evaluador, la definición de correcciones de los valores privados a valores sociales; para ello, el
estudio de proyectos considera los costos y beneficios directos, indirectos e intangibles y además,
las externalidades que producen.

Los beneficios directos se miden por el aumento que el proyecto provocará en el ingreso nacional
mediante la cuantificación de la venta monetaria de sus productos, donde el precio social
considerado, corresponde al precio de mercado ajustado por algún factor que refleje las
distorsiones en el mercado del producto. De igual forma, los costos directos corresponden a las
compras de insumos, donde el precio se corrige también por un factor que incorpore las
distorsiones de los mercados de bienes y servicios demandados.

Los costos y beneficios sociales indirectos corresponden a los cambios que provoca la ejecución del
proyecto en la producción y consumo de bienes y servicios relacionados con éste. Por ejemplo los
efectos sobre la producción de los insumos que demande o de los productos sobre los que podría
servir de insumo dependen de la distorsión que exista en los mercados de los productos afectados
por el proyecto.

Los beneficios y costos sociales intangibles, si bien no se pueden cuantificar monetariamente,


deben considerarse cualitativamente en la evaluación, en consideración a los efectos que la
implementación del proyecto que se estudia puede tener sobre el bienestar de la comunidad. Por
ejemplo la conservación de lugares históricos o los efectos sobre la distribución geográfica de la
población.

Son externalidades de un proyecto los efectos positivos y negativos que sobrepasan a la institución
inversora, tales como la contaminación ambiental que puede generar el proyecto o aquellos
efectos redistributivos del ingreso que pudiera tener.

(Se determina el Anexo 10, Evaluación Económica y Social de Proyectos de Construcción, de las
Arquitectas María Teresa Sarquis Bojalil y María Elena Parada Chavez, como documento de apoyo,
además se insta al estudiante a profundizar en el Capítulo X, Evaluación Económica y Social, del
Libro Gestión de Proyectos de Juan José Miranda Miranda, como lectura complementaria de la
información de éstos temas).

BIBLIOGRAFÍA

1. Nassir Sapag Chain; Reinaldo Sapag Chain; "Preparación y Evaluación de Proyectos"; Cuarta
Edición.
2. Ernesto R. Fontaine; "Evaluación Social de Proyectos"; 12ª Edición.
3. Karen Marie Mokate; "Evaluación Financiera de Proyectos de Inversión"; Segunda Edición.
4. Raúl Castro Rodríguez; Karen Marie Mokate "Evaluación Económica y Social de Proyectos
de Inversión"; Primera Edición. 2003.
5. Gabriel Baca Urbina. "Evaluación De Proyectos". McGraw-Hill. México. 2001.
6. Juan José Miranda Miranda: “Gestión de Proyectos”. Cuarta Edición. 2004.

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