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[Resumen] “La crisis climática está actualizando viejas imágenes del «fin del mundo»,
mientras la especie humana pasa de ser un agente biológico a uno geológico, capaz de
afectar el planeta. El espacio psicológico se va volviendo coextensivo con el espacio
ecológico, pero asistimos, no obstante, a una enorme distancia entre nuestra capacidad
(científica) de imaginar el fin del mundo y nuestra incapacidad (política) de imaginar el
fin del capitalismo”. (p. 37)
[Seria amenaza] “La historia humana ya conoció varias crisis, pero la así llamada
«civilización global» –nombre arrogante para la economía capitalista basada en la
tecnología de los combustibles fósiles– jamás enfrentó una amenaza como la presente
[…]”. (p. 38)
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[Caos] “[…] Más caliente o más frío, más seco o más húmedo, más o menos rápido, más
o menos sensible, mayor o menor reflectividad, más claro o más oscuro. La inestabilidad
afecta, al tiempo, las cantidades, las calidades, las mediciones mismas y las escalas en
general, y corroe también al espacio. Lo local y lo global se yuxtaponen y se confunden:
la elevación global del nivel del mar no se refleja de manera uniforme en su elevación
local; los cambios climáticos son un fenómeno global, pero los eventos extremos inciden
cada vez más en un punto diferente del planeta, lo que vuelve cada vez más difícil su
previsión y la prevención de sus consecuencias. Todo lo que hacemos localmente tiene
consecuencias sobre el clima global pero, por otro lado, nuestras pequeñas acciones
individuales de mitigación parecen no surtir ningún efecto observable”. (p. 43)
[Los cimientos] “[…] Imaginábamos que el edificio podía apoyarse solo sobre su planta
baja –la economía–, pero resulta que nos habíamos olvidado de los cimientos. Y el pánico
sobreviene cuando se descubre que la última instancia de determinación era apenas la
penúltima…”. (p. 45)
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(científica) de imaginar el fin del mundo y nuestra incapacidad (política) de imaginar el
fin del capitalismo, por evocar la tan citada boutade de Fredric Jameson”. (p. 46)
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