Você está na página 1de 75

TEOLOGÍA FUNDAMENTAL.

(Versión 2017, para Profesores de Religion y Ética)

Siempre estén dispuestos a dar una


respuesta acertada al que les pide
cuenta de su esperanza.
1 P 3,15.

Si ustedes no creen, no entenderán.


Is 7,9 (según la Vulgata)

Creo para entender.


San Agustín
Fides quaerens intellectum: La fe que busca
inteligencia.
San Anselmo (Siglo XI)

La teología fundamental, por su carácter propio de disciplina que tiene la misión


de dar razón de la fe (cf. 1 Pe 3, 15), debe encargarse de justificar y explicitar la
relación entre la fe y la reflexión filosófica.
(Juan Pablo II, Fides et Ratio, 67)

1
PRIMERA PARTE: EL SER HUMANO ES UN SER RELIGIOSO.

Cap. 1.- ¿Qué es la TEOLOGIA?


1.- La Palabra "TEOLOGIA"
La palabra 'Teología' viene del griego ‘Theos’ que significa Dios y ‘Logos’ que se traduce
por Palabra, discurso: La Teología es un discurso sobre Dios. Así tenemos una primera definición
de la Teología: es la reflexión metódica sobre la verdad revelada por Dios.

Esto significa que todo cristiano cuando reflexiona sobre Dios, la Biblia, la Iglesia, etc...,
hace teología. Aunque normalmente se llama 'teología' solamente los estudios que hacen los
seminaristas y los que se especializan en esta ciencia, es importante reconocer que todo cristiano
debe hacer teología a su nivel, debe profundizar su fe por la reflexión para vivir mejor esta fe y
poder dar respuesta al que le pida razones de su fe (1 Pe 3,15).

Esto nos indica la importancia de la Teología. Si la teología es el discurso sobre Dios,


entonces todo cristiano debe ser teólogo (sin que sea necesario ser teólogo de profesión). El
cristiano debe ser teólogo porque debe conocer a su Dios cada vez más y, para eso, tiene la
oración y el uso de su razón. Pero además debe dar a conocer a ese Dios de amor (y no se puede
dar a conocer a lo que no se conoce) y ayudar a otros cristianos a profundizar su fe
(responsabilidad social). También debe ayudar a los no creyentes y no cristianos a conocer a ese
Dios (responsabilidad misionera).

La palabra ’teología’ no aparece en la Biblia ni en los Padres de la Iglesia. En la Biblia


aparece la ‘Sacra Doctrina’ frente a las doctrinas falsas (2 Tm 4,1-5) o diabólicas (1 Tm 4,1).
Solamente desde el siglo XI se utiliza oficialmente el nombre de ‘Teología’ para hablar del
estudio sagrado. ¿Por qué no antes? Porque los griegos antiguos utilizaban esta palabra para
hablar de los mitos sobre los dioses, o hablaban de la teología política de los legisladores y del
culto público estatal.

Un teólogo místico del siglo VI que se llama a sí mismo Dionisio Areopagita 1 habla de
teología apofática (o negativa), catafática (o afirmativa) y mística. La teología negativa habla de
Dios solamente con negaciones: Dios no es (por ejemplo: no es luz, no es padre, no es grande, no
es pequeño, etc.). Esta tipo de teología es difícil para nosotros, pero insiste en mostrar que Dios
está más allá de nuestras palabras. Hoy estamos acostumbrado a hablar de Dios con afirmaciones:
Dios es (por ejemplo, es luz, es padre, es grande, es pequeño, etc.).

Los 2 tipos de teología son importantes porque muestran el esfuerzo del cristiano, que es
una criatura, para expresar a Dios que es creador. Pero tenemos que darnos cuenta que nuestras
palabras son débiles para expresar a Dios. Por eso, cada vez que usamos una palabra tenemos que
reconocer que muy débil para expresar la realidad de Dios. Esto significa que las palabras son
análogas, es decir: hay una semejanza entre las palabras y su significado, pero estas mismas
palabras no expresan exactamente lo que queremos que signifiquen. Por ejemplo: decimos que
Dios es Padre y esta misma palabra la usamos para nombrar a nuestro padre genético y para
llamar a los sacerdotes. No es igual ser Padre como Dios, ser padre genético y ser sacerdote. La
palabra ‘padre’ es análoga. Entre los 3 significados, hay semejanza, pero también hay diferencia.
1
En referencia a la visita de San Pablo Atenas: Hch 17,34. Por este motivo se le llama Pseudo-Dionisio.

2
Llamar a Dios ‘Padre’ a veces provoca conflicto (en jóvenes, sobre todo) porque proyectan en
esta palabra el conflicto generacional que existe en su hogar. Pastoralmente hay que aprender que
el verdadero padre es Dios y que el padre genético es solamente una imagen (pobre) del Padre
celestial. Ahora vemos como en un mal espejo, dice san Pablo (1 Co 13,12). Esa es la analogía.
Recordemos que aunque el espejo sea bueno, es decir, aunque refleje perfectamente nuestra
imagen, siempre nos muestra al revés.

2.- Teología y Fe.


Un ateo, un no-cristiano no puede hacer teología. Un ateo puede leer la Biblia tal como lo
hace un creyente, puede conocer muy bien la historia de Israel y la historia de la Iglesia (existe
ramos de historia religiosa en universidades laicas), puede hasta hablar de Dios y reflexionar
sobre la palabra 'Dios'. De hecho, la mayoría de los filósofos, aún los ateos, han estudiado muy
bien la palabra 'Dios'; "Dios" es una voz castellana muy corriente en el vocabulario de todos. Un
ateo puede hacer todo esto, pero no puede hacer teología.

Una persona puede reflexionar sobre Dios; hasta puede ayudar a un cristiano en su
reflexión y en su vida cristiana. Pero para hacer teología verdadera se necesita no solamente
reflexionar sobre Dios como todo hombre lo puede hacer, es decir reflexionar a partir de lo que
piensa de esta palabra. Además se necesita aceptar que Dios ha hablado a los hombres, que El se
ha dado a conocer. La teología es entonces reflexionar sobre Dios tal cual es y no tal como me lo
imagino, y tal como se ha revelado El mismo. Por eso sólo aquel que tiene fe puede emprender
este tipo de reflexión.

Por eso, San Agustín expresa su idea de la teología en la fórmula célebre: Crede ut
intelligas (cree para entender: Sermo 43,9), haciendo alusión a Is 7,9 (según la Vulgata): nisi
credideritis non intelligetis (Si Uds. no creen, no entenderán). En el S. XI, San Anselmo retoma la
misma fórmula: credo ut intelligam (creo para entender) y defina la teología como: Fides
quaerens intellectum (la fe buscando inteligencia).

Podemos decir entonces que la teología, como ciencia de la fe, es la forma cualitativa y
articulada del conocimiento de y por la fe. Es no solamente conocimientos de datos (para eso no
se necesita fe), sino que busca el porqué de las cosas en toda su profundidad.

La misión de la Teología no es determinar cuál es la fe, sino fundamentar, aclarar,


demostrar el sentido de nuestra fe. Dice el Concilio Vaticano I: "Y ciertamente, la razón ilustrada
por la fe, cuando busca cuidadosa, pía y sobriamente, alcanza por don de Dios alguna inteligen-
cia, y muy fructuosa, de los misterios, ora por analogía de lo que naturalmente conoce, ora por la
conexión de los misterios entre sí y con el fin último del hombre; nunca sin embargo, se vuelve
idónea para entenderlos totalmente, a la manera de las verdades que constituyen su propio objeto.
Porque los misterios divinos, por su propia naturaleza, de tal manera sobrepasan el entendimiento
creado que, aun enseñados por la revelación y aceptados por la fe, siguen, no obstante,
encubiertos por el velo de la misma fe y envueltos en cierta oscuridad, mientras en la vida mortal
peregrinamos lejos del Señor; pues por la fe caminamos y no por visión (2 Cor 5,6s)". (Dz 1796).

¿Cómo podemos conocer a Dios? ¿Cómo podemos atrevernos a hacer teología? En primer
lugar porque Dios mismo se nos ha comunicado por la creación (Cf. infra Revelación natural). En
segundo lugar porque Dios se nos ha comunicado por su Palabra: es una primera humanización

3
del pensamiento de Dios (Cf. Jn 1, 1-5.9-10; Mt 11, 25-27; Heb 1, 1-3; 1 Cor 1,21). La segunda
humanización acontece cuando este pensamiento es recibido por nuestra fe. Esto significa que la
teología es gracia (porque parte de Dios), pero hay responsabilidad del hombre porque es
respuesta del hombre a Dios. Esto supone una relación entre teología y antropología, ya que el
hombre recibe la Palabra y la entiende según su cultura, según las situaciones que le toca vivir.
Puede hablarse de una teología europea, latinoamericana, etc. Pero no olvidemos que la Palabra
revelada es una y única.

Si Dios habla, el hombre hace un esfuerzo por recibir esta Palabra, por comprenderla y
vivirla. Para eso, hay 2 caminos:
- la vía mística: (más afectiva) por la caridad y los dones del Espíritu Santo. Es personal e
incomunicable, excepto por testimonio.
- el discurso racional: procurar entender mediante la actividad del espíritu, de la razón, con los
conocimientos. Aquí se inscribe la Teología. Por eso, la teología es un hecho meramente
cristiano. Nació y se desarrolló para conocer mejor nuestra fe, para explicar a otros las
afirmaciones de la fe (para defender, polemizar o catequizar) y para explicar todo dentro de una
nueva cultura. (Aunque hoy se habla de teología musulmana, budista, etc., hay que reconocer que
durante muchos siglos la teología fue un hecho exclusivamente cristiano)

En resumen: Dios habla al hombre. El hombre al querer escuchar esta palabra, entenderla
y acogerla se hace necesariamente teólogo.

Inteligencia y razón son constitutivos de la Teología: es una ciencia. Pero el objeto de la


teología es esencial y necesariamente inadecuado e inalcanzable porque es Dios. Por eso no
puede haber un sistema teológico cerrado. Siempre los teólogos podrán buscar más y siempre
habrá distintas escuelas teológicas.

3.-Revelación natural:
He dicho que sólo un creyente puede hacer realmente teología. Pero al mismo tiempo, hay
que reconoce que todo hombre puede y debe conocer a Dios, porque Dios se revela a todos: es lo
que se llama "Revelación natural". La Revelación Natural es todo tipo de conocimiento de Dios
que puede lograrse por medio de la simple razón humana a partir de la naturaleza. Leer Sab 13, 1-
9; S 19; Job 12; Hch 17,24-29; Rm 1,19-23.

El mundo como tal revela a Dios porque Dios es la causalidad primera de la naturaleza (lo
que supone una opción filosófica: la imposibilidad del sin-sentido de la realidad).
-- La razón natural puede inducir con certeza la existencia de Dios (Cf. Hch 17; ver Sócrates).
-- A partir de las cosas creadas (Rm 1,20) se puede inducir a Dios como causa de efectos
positivos.

Dice León XIII (en su encíclica "Aeterni Patris" de 1879): “De la razón humana sacamos
en primer lugar este fruto, por cierto grande y magnífico, el que nos demuestre la existencia de
Dios... Después nos descubre cómo Dios se aventaja singularmente en todo género de
perfecciones, y en primer lugar, nos muestra su infinita sabiduría a la que nada puede estar
oculto; su justicia suma a la que jamás puede vencer afecto alguno desordenado y, por tanto,
muéstranos la luz natural que Dios no sólo es veraz, sino también la suma verdad incapaz de
engañarse y de engañar. De esto evidentemente se deduce que la razón humana plenísimamente

4
cree a la palabra de Dios. De modo semejante la razón natural nos muestra la verdad evangélica
brillando ya desde su origen con maravillosas señales, como con ciertos argumentos de la verdad
cierta, y por tanto, todos los que creen en el Evangelio... sujetan su inteligencia y juicio propio a
la autoridad divina con sujeción absolutamente racional...”.
Del Vaticano I (1870): “La misma Santa Madre Iglesia sostiene y enseña que Dios,
principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón
humana partiendo de las cosas creadas, porque “lo invisible de Él se ve, partiendo de la creación
del mundo, puede ser entendido por medio de lo que ha sido hecho (Rm 1,20). (Dz 1785)
Vaticano II (1965) en la Dei Verbum (Nº 6), retoma Vaticano I: “El santo Sínodo profesa
que el hombre puede conocer a Dios con la razón natural por medio de las cosas creadas (Rm
1,20); y enseña que, por medio de dicha revelación, todos los hombres, en la condición presente
de la humanidad, pueden conocer con absoluta certeza y sin error las realidades divinas, que en sí
son inaccesibles a la razón humana.

En resumen:
- El hombre es capaz de conocer a Dios por su propia razón porque Dios se muestra a través de
sus obras.
- Pero hay límites: Por una parte, la razón nos muestra que Dios existe, nos muestra ciertos
atributos de Dios (Cf. la encíclica de León XIII), pero no nos ayuda a conocer su vida íntima. Por
otra parte, de por nuestra debilidad, el conocimiento será precario y puede llenarse de errores,
como de hecho pasó (Rm 1,18.21-25; 1 Cor 1,21).
La Iglesia tuvo que combatir errores, especialmente: el Fideísmo que funda el
conocimiento de las primeras verdades no en la razón sino solamente en la Revelación o la fe. El
Modernismo que acepta solamente la fenomenología (Dz 2072).

4.- Divisiones de la Teología.


La teología tiene más de un objeto: Dios y las creaturas. Porque nace de la Revelación, la
teología es participación del saber divino: es grabación del saber divino único y absolutamente
simple en la mente creada del hombre (ST I,1,3). Por eso hay distintas partes en la teología que
sigue siendo una ciencia única.
- la Teología dogmática: es la exposición científica, basada en el dogma católico de todas las
enseñanzas teóricas que por revelación divina se nos ha comunicado acerca de Dios y de sus
operaciones. Expresa y estudia las verdades que hemos de creer. El método puede ser positivo, es
decir análisis de los datos revelados, o especulativo (escolástica) que es esfuerzo por comprender
estos datos a través de la razón humana.

- la Teología histórico-bíblica: Sagrada Escritura, exégesis, historia de la Iglesia, etc.

- la Teología práctica: moral, pastoral, Derecho canónico; todo lo referente al actuar.

Evolución de la Teología.
La teología es la ciencia de lo Absoluto (Dios). Entonces no puede variar ni evolucionar
porque Dios no cambia. Pero también la teología es la ciencia de lo Absoluto por lo no-absoluto
(el hombre) que él sí cambia y evoluciona. En este sentido la teología evoluciona y se puede
hablar de una historia de la teología. Toda ciencia progresa (ST I,65 y 74,a.1).

5
Cap. 2: La Religión y las religiones.
El escritor francés Vercors cuenta en una de sus novelas2 que un grupo de antropólogos
descubrieron en una isla remota una tribu de seres muy primitivos; se parecían más a los monos
que a los seres humanos. Además estos seres eran fácilmente domesticables y podían ser
aprovechados para trabajos domésticos y otros. La rentabilidad se sumaba al descubrimiento
científico. Pero, ¿son simios o seres humanos? Para no destruir el rendimiento económico del
descubrimiento, todos prefieren ver solamente a animales. Uno de los antropólogos quiere hacer
reaccionar a la sociedad y mata a uno de lo seres. ¿A quién o qué ha matado? ¿Su caso debe
debatirse en la sociedad protectora de animales o en un tribunal de justicia? El juez a cargo del
caso no sabe qué pensar; el jurado tampoco. ¿Cómo definir lo que es un ser humano? La esposa
del juez da la solución: hay que averiguar si esos seres tienen amuletos; si los tienen son seres
humanos. Y así resultó. Tener amuletos significa creer en algo superior (sea un dios o una fuerza).
Es el comienzo de la religiosidad. Solamente el ser humano utiliza amuleto; solamente el ser
humano es religioso por naturaleza.
La finalidad de este capítulo es de presentar y estudiar al ser humano como ser religioso,
de comprender la religiosidad como parte de la esencia del hombre.
Como punto de partida, tomemos la Declaración "Nostra Aetate" (NA) del Concilio
Vaticano II. Antes del Concilio, existía un curso de "Religiones comparadas" en el cual se trataba
de entender las distintas religiones existentes, sobre todo para mostrar cómo nuestra religión
católica es una verdadera religión y la única religión verdadera. El fin era apologético.
El Concilio transformó la mentalidad cristiana en este aspecto, como en muchos otros. El
Concilio reconoce que hoy, más que nunca por la unión y los vínculos entre pueblos, nos damos
cuenta que "todos los pueblos forman una comunidad y tienen un mismo origen... y tienen
también un mismo fin último, que es Dios, cuya providencia, testimonio de bondad y designios
de salvación se extienden a todos" (NA 1). Todas las religiones tienen un valor básico porque "los
hombres esperan de las diversas religiones la respuesta a los enigmas recónditos de la condición
humana, que hoy como ayer conmueven profundamente los corazones de los hombres: ¿qué es el
hombre?, ¿cuál es el sentido y fin de nuestra vida?, ¿qué es el bien y qué el pecado? ¿cuál es el
origen y el fin del dolor?, ¿cuál es el camino para conseguir la verdadera felicidad?, ¿qué es la
muerte, el juicio y la retribución después de la muerte?, ¿cuál es, finalmente, aquel último e
inefable misterio que envuelve nuestra existencia, del cual procedemos y hacia donde nos
dirigimos?" (NA 1). En consecuencia, "La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas
religiones hay de verdadero y santo. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir,
los preceptos y doctrinas que...no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina
a todos los hombres" (NA 2). Dicho de otra manera, la Iglesia respeta profundamente a las demás
religiones. La Declaración "Dignitatis Humanae" (DH) sobre la libertad religiosa profundizará el
mismo aspecto de respeto hacia todas las religiones. Lo fundamenta en que "todos los hombres,
conforme a su dignidad, por ser personas, es decir, dotados de razón y de voluntad libre, y
consiguientemente enaltecidos con responsabilidad personal, se sienten impelidos por su misma
naturaleza a buscar la verdad, y tienen obligación moral de ello; sobre todo, la verdad religiosa...
La libertad religiosa no se funda en una disposición subjetiva de la persona, sino en su misma
naturaleza" (DH 2). La oración compartida en Asís en 1989 por el Papa Juan Pablo II y los
representantes de todas las grandes religiones del mundo es una muestra de la importancia que le
da la Iglesia a toda religión. Esto no suprime ni disminuye el esfuerzo de la Iglesia por anunciar a
Jesucristo (NA 5; DH 14).

2
VERCORS, L’assassin philantrope (el asesino filántropo).

6
Tenemos que recuperar este espíritu de Vaticano II. Por una parte, sabemos que el ser
humano es por naturaleza un ser religioso. Esto nos sitúa de verdad en nuestra realidad profunda
y en nuestra realidad frente al Creador. Por otra parte, tenemos que recordar que toda religión
tiene algo de verdad (los Padres de la Iglesia hablaban de "logos spermatikos" o semillas del
Verbo diseminadas en las religiones antiguas). Conocer las otras religiones nos ayuda a ser
comprensivos, a conocer más la realidad cristiana (porque hay influencia recíproca), a conocer
más la realidad religiosa del ser humano. Por eso, muchas veces habrá al mismo tiempo simpatía
por todas las religiones e insistencia en nuestra realidad judeocristiana (la Biblia está muy
presente).

1.- DEFINICIÓN DE LA RELIGIÓN.


Bibliografía: DTF: Religión, col. 1128ss. J.D. ESCOBAR, Religión y religiones, Veritas 5 (1997),
pp. 95-124. Franz KONIG: El hombre y la Religión in: Fr KONIG, Cristo y la religiones de la
tierra, BAC Madrid 1960, pp. 15-76. P. KNITTER: El cristianismo como religión absoluta,
Concilium 156 (1980), pp. 329-347. René MARLE, Religion et Foi, DTC, 321-335. Jaime
VELEZ C.: Al encuentro de Dios, Celam Bogota 1989, pp. 61-91.

Al utilizar la palabra ‘religión’, entramos ya en una complicación. ¿Qué significa


exactamente la palabra ‘religión’? Hablamos de religión católica, musulmana, hinduista, budista,
etc., y esta palabra ‘religión’ refiere a una creencia (católica, evangélica) o a un sistema moral
(confucianismo, budismo). Algunos estudiosos prefieren no hablar de religión, sino de seres
religiosos porque la religión siempre depende de los seres humanos3.

Las religiones son formas de fe. Muchos teólogos no aceptan que el cristianismo sea una
religión. Los primeros seguidores de Jesús se llamaron ‘cristianos’ (Hch 11,26), pero jamás
hablaron de una religión cristiana; utilizaron la palabra ‘camino’ (Hch 9,2; 18,25-26; 19,9.23;
22,4; 24,14.22). Esto significa una manera de vivir, un dinamismo, una espiritualidad, un
seguimiento de Jesús que es el Camino (Jn 14,6), más que un conjunto de dogmas y ritos. Es
cierto que toda religión es obra humana en cuanto tiene una organización social, dogmática,
ritual, espiritual. La peculiaridad del cristianismo es que es obra del hombre, pero en respuesta a
una revelación de Dios. Por otra parte, ¿existe fe solamente en el cristianismo? Es lo que veremos
poco a poco.

Podemos Partir de una primera definición. La religión es un encuentro vivencial con lo


santo (R. Otto), sea éste un Dios personal, un ente superior o la última realidad. La religión es la
realización de una relación con salgo que supera o abarca al hombre y su mundo, realización
viva, social e individual que tiene lugar dentro de una tradición y de una comunidad. Así la
religión es algo vivido, es una forma de vida; tiene una manifestación social, sea en ritos o en
convivencia. También tiene un fundamento trascendente. Si no tiene este fundamento
trascendente, se habla de casi-religión (o de seudo-religión). Por ejemplo, el comunismo, el
materialismo consumista y la ciencia llegan a ser casi-religión. Se habla de superstición cuando la
fe es entrega total, de manera irreflexiva (en exceso, dice santo Tomás) a una persona o una idea.

Existen varias etimologías, sin que haya acuerdo sobre cual es la primera, la más
fundamental o la más común.

3
H. KUNG, Debate sobre el término ‘religión’, en VV.AA., EL cristianismo y las grandes religiones, p. 8.

7
1. ‘Religión’ viene de ‘relegere’: re-legere significa leer de nuevo, estar atento, considerar
con cuidado, entendiendo que se trata de estudiar algo para cumplirlo (lo contrario es negligere:
descuidar). Dice Ciceron: “los que manejan con cuidado y están muy atento (releen, estudian) a
todas las cosas que sirven para el culto de Dios, se dice que son religiosos por estar atentos (por
sus lecturas, sus estudios)”. La religión significa un cumplimiento de un mandato divino. Así dice
Sto Tomás: hay que meditar en el corazón conforme al mandato de la escritura (IIaIIae,82,a1).
Con eso, se entiende lo que toda religión puede tener de ritualismo, muchas veces
exagerado cuando se relega lo religioso a formalidades. También religión va con estudio y parece
que sólo los estudiosos pueden ser religiosos y pueden mandar en la organización de la religión.
(Véase todas las grandes religiones). Toda religión necesita ritos porque tiene una parte visible,
formal. No se puede reunir a hombres de una misma religión sin preparar algún rito. Para eso se
necesita personas preparadas, que hayan estudiado los ritos y/o los fundamentos de la religión. El
peligro viene de que la religión puede llegar a ser solamente algo exterior y que sólo los
estudiosos puedan dirigirla y, a veces vivirla 4. Pero, ¿cómo unir ritos comunes exteriores y
religiosidad personal interior? ¿Cómo entender que no hay que adorar al Padre en un templo, sino
en espíritu y verdad (Jn 4,21-24)?

2. ‘Religión’ viene de ‘religare’: re-ligare es atar de nuevo o atar fuertemente. Lactancio


(siglo IV) escribe: “A Dios estamos atados fuertemente con el vínculo de la piedad, de donde
toma origen la palabra religión” (Instituciones divinas 4,28). San Agustín (siglo V) afirmaba que
esta etimología le gustaba mucho (Retractationes 1,13,9) y santo Tomás (siglo XIII) explica que
el hombre estaba en Dios, salió de Dios por el hecho de la creación y debe volver a unirse o
‘religarse’ al mismo Dios para vivir perfectamente su vida (Contra impugnantes religionem 1).
Para el mismo santo, la religión es “el ordenamiento del hombre hacia Dios” (ST IIaIIae, 81,1,c).
Ordenamiento significa orientación. Por eso, sigue santo Tomás, la religión es una virtud (es decir
una disposición constante), y una virtud moral porque orienta el comportamiento humano hacia
su fin último. Además el objeto de la religión son los actos de cultos tanto interiores como
exteriores. No hay que olvidar que el culto de Dios pasa por el culto del hermano.
Quizás hoy hemos olvidado este sentido de la religión. Sólo sigue válido cuando se habla
de vida ‘religiosa’: todavía se habla de entrar en religión, de votos de religión. El sacramento de
la vida religiosa es el bautismo: entonces, ¿cómo puede un cristiano común ‘religarse’ con Dios,
orientar, ordenar toda su vida hacia Dios?

3. ‘Religión’ viene de ‘re-eligere’ (reelegir): Escribe San Agustín: “Dios es la fuente de


nuestra felicidad, El es el fin de nuestros deseos. Eligiéndole, o mejor, reeligiéndole, pues le
habíamos perdido por nuestra negligencia; reeligiéndole, de aquí tomó su nombre la religión,
tendemos a El por amor” (De Civitate Dei, 10,3,2). La religión es entonces una (la) manera de
volver a Dios después de la caída. Esta última interpretación ha sido abandonada por los
pensadores modernos porque insiste demasiado en la caída y también porque le da poca
importancia a la creación. Pero lo importante de esta definición está en que insiste en el señorío
de Dios y llama a la conversión: la religión es una lucha contra la maldad y una relación vivencial
con el Dios, Señor de todo.

4. ‘Religión’ viene de ‘relinquere’ (retirarse). Escribe Macrobio (siglo V) en las Saturnales


(III,3): “Todo aquello que está alejado de nosotros y como puesto a parte, por tener cierto carácter

4
Véase Jn 7,49. También la pregunta angustiada de los apóstoles: ¿Quién se podrá salvar? (Mc 10,26).

8
sagrado, que impide tener trato familiar con ello, se llama ‘religioso’ porque hay que apartarse de
ello”. La religión presenta entonces lo misterioso (realidad totalmente diferente a este mundo)
que atrae y da miedo5.
Esta definición tiene el peligro de separar demasiado lo sagrado de lo profano, de insistir
en el miedo y no en el amor. La religión es entonces un apartarse del mundo que puede a ser malo
o por lo menos no necesario para la salvación6. La religión se transforma en ‘opio del pueblo’ (K.
Marx). Además no hay sentido comunitario; sólo un individualismo.

Muchos autores modernos prefieren la etimología de "religare" (atar): la religión es una


unión fuerte entre el hombre y Dios por intermedio de creencias y prácticas. La definición más
común de religión es: una relación entre el hombre y la fuerza sobrehumana en la que se cree y de
la que se siente dependiente. Esta definición nos muestra que: 1) hay una convicción de la
existencia de una fuerza sobrehumana, 2) hay un reconocimiento existencial de la dependencia
respecto de esa fuerza y 3) hay una ordenación de la vida de acuerdo a esta dependencia en el
aspecto individual y social7.

La religión abarca todo el hombre: conocimiento, voluntad, afectos y ánimo. Tiene un


aspecto subjetivo, es decir, hay una actitud humana por la que se afirma la dependencia de
fuerzas superiores. También hay un aspecto objetivo: hay una suma de creencias (dogmas), ritos,
oraciones en las que esta dependencia encuentra su expresión.

Tanto el aspecto subjetivo como el aspecto objetivo dependen del modo de existencia
histórico, social y político. 'Histórico' porque el hombre vive en la historia y Dios le habla (se
revela) según como el hombre concreto pueda entenderlo 8. 'Social' porque el hombre no puede
vivir fuera de la sociedad (el marxismo y la sociología lo reafirman hoy con énfasis). 'Político'
porque el ser humano se realiza comprometiéndose.

El comportamiento religioso es una mezcla de temor ante lo sagrado (se habla de lo


TREMENDUM: lo terrible; es sentimiento de distancia) y de atracción ante el misterio (se habla
de lo FASCINOSUM: lo fascinante; es sentimiento de atracción). La fe religiosa mezcla siempre
estos aspectos. Si falta temor, la fe se transforma en magia; si no hay atracción, la fe se queda
solamente en el moralismo.

Podemos profundizar estos aspectos preguntándonos cuáles son los determinantes de la


actitud religiosa. El primer aspecto determinante es el aspecto sagrado. Lo Sagrado o lo Santo (R.
OTTO en Lo Santo lo describe como lo "numinoso" 9) se separa de lo profano. Darse cuenta que
algo es santo es darse cuenta de la diferencia con lo profano: lo Santo explica muchas cosas, pero

5
Cf. infra lo tremendum y fascinosum.
6
Los medievales hablaban de fuga mundi (huída del mundo) y muchas veces se ha visto la vida religiosa bajo este
prisma.
7
“Lo primero que llama la atención en cualquier forma de manifestación de la fe popular es la centralidad del sentido
de Dios... Tradicionalmente, para el catolicismo oficial, la importancia de la manifestación de la gracia divina reside
principalmente, aunque no exclusivamente, en los sacramentos... En cambio, la fe popular, aunque le asigna
importancia a la vida sacramental, privilegia la relación más directa con Dios a través de sus intercesores
privilegiados, la Virgen, San Sebastián, las imágenes y santos populares... La animita es intercesora de gran poder”
PARKER C., Animitas, machis y santiguadoras en Chile, Santiago Rehue, 1992, pp. 164-165.
8
Dice Santo Tomás: “Quién honra a Dios ha de honrarlo a través de algo determinado” (ST I-II, 103,1).
9
OTTO R., Lo Santo; lo racional y lo irracional en la idea de Dios, Revista de Occidente, Madrid 1965.

9
no puede ser explicado. Que una cosa sea sagrada muestra que hay 2 dimensiones de la realidad:
una realidad física que no varía y una realidad espiritual o simbólica.

El segundo determinante de la actitud religiosa es el “Misterio”. Lo sagrado se relaciona


con lo Otro. Sea esto ‘Otro’ una persona o una fuerza, hay algo misterioso. En la antigüedad,
“misterion” es toda verdad comunicada por la divinidad, es decir una verdad escondida,
indemostrable. La palabra griega ‘misterion’ viene de “mu” que es el sonido onomatopéico que
pronunciamos cuando queremos decir algo con la boca cerrada. El verbo ‘muo’ se traduce por
‘callar, ser mudo’; la palabra ‘terion’ significa el lugar. El ‘misterion’ es el lugar no pronunciable;
no es objeto de conocimiento, sino de revelación 10. Los cultos mistéricos, tan de moda en la
época del Cristianismo naciente, aseguraban salvación con una mezcla de conocimiento y
ocultamiento. Los latinos tradujeron ‘misterion’ por ‘sacramentum’; es el sacramento, símbolo
que realiza lo que significa. El misterio es una fuerza para el hombre, sin suprimir su libertad.

Otro aspecto importante para entender la religión es la hierofanía (de hieros sagrado, y
faino manifestar). La hierofanía es toda manifestación del misterio mediante la unión de lo
sagrado con lo profano: lo sagrado irrumpe en el espacio-tiempo (Cf. Gn 28, 10-22; Ex 3, 1-15).
En la hierofanía siempre está presente algo profano que es signo (símbolo) de lo sagrado: por
ejemplo, la piedra en Gn 28, la zarza que no se consume en Ex 3.

El símbolo es algo importante en toda religión. Merece que lo estudiemos más


detenidamente11. 'Símbolo' viene de ‘sin’ (con) y ‘ballo’ (lanzar) y significa "reunir", "lanzar
juntos" (el contrario del símbolo es el "dia-bolo" o "diablo" que es el que separa, enemista). El
mundo simbólico es el mundo de la unidad entre diversos niveles. El mundo diabólico es el
mundo de la ruptura y de la destrucción. En la antigüedad, el "símbolo" era un pedazo de metal
que recibía una persona al separarse por ejemplo de su amigo o en señal de deuda. El pedazo era
roto y cada amigo (o deudor) guardaba una mitad. Este pedazo podía guardarse por un tiempo
indeterminado, o por generaciones. Al reunir los 2 pedazos cada uno sabía perfectamente el
significado y actuaba en consecuencia (confiaba plenamente en el enviado por venir en nombre
del amigo, o pagaba la deuda al portador del 'símbolo'). El símbolo es una realidad mediadora;
une dos realidades y les da su significado. En el ámbito religioso, el símbolo tiene plena
importancia porque une nuestro mundo, nuestra manera de entender con el mundo del misterio,
es decir que el símbolo 1) presenta la existencia en la realidad sensible de algo inasequible a los
sentidos y al juicio racional, 2) posibilita la conexión del hombre con esta dimensión y 3) es la
expresión de la captación de esta dimensión por medio del lenguaje, imagen, sonido gesto, etc...
No hay que confundir el símbolo con la alegoría (que es algo abstracto que representa; por
ejemplo, la bandera), pero sí podemos acercarlo a lo que es la analogía en nuestro sistema
intelectual. El símbolo es algo que por su existencia misma "simboliza" algo del misterio, es decir
hace presente el significado (la piedra es eterna; el agua es vida, pureza, etc.).

El símbolo tendrá su plena vivencia en los mitos y sobre todo en los ritos. Los ritos son
celebraciones del misterio a través de signos sensibles (palabras, gestos, cantos, etc.). Pensemos
en nuestra liturgia: ¿qué símbolos usamos? ¿Los entendemos? ¿Sabemos utilizarlos
10
ARGÁRATE P., La Iglesia celebra a Jesucristo. Introducción a la celebración litúrgica, San Pablo Buenos Aires
1994, pp. 99ss. Odo Casel define el ‘misterio’ como “una acción sagrada y cultual en que una obra redentora del
pasado se hace presente bajo un rito determinado (id. p. 103).
11
SALAS R., Lo sagrado y lo humano, San Pablo Santiago 1996, pp. 26ss.

10
adecuadamente? ¿Sabemos explicarlos a nuestra gente? ¿Hay que explicarlos? En la Iglesia
primitiva, los catecúmenos no conocían los ritos hasta vivirlos. Esto significa que la vida y
expresión supera la explicación12. El símbolo tiene su fuerza en sí para vivir el misterio.

Volvamos ahora a la definición de la religión. Los sociólogos dan una definición funcional
de la religión: "la religión es un sistema para la interpretación del mundo que articula la auto-
comprensión de la comunidad, así como su lugar y la tarea que le corresponden en el
universo...La religión es el símbolo que ofrece una interpretación total del mundo, el mito que
relaciona a las personas con las condiciones últimas de su existencia" 13. Según esta definición, se
puede hablar de religión "civil". Todas las religiones estatales antiguas están en el mismo nivel
que las ideologías modernas porque dan (o tratan de dar) un sentido comunitario a la existencia
(Ver el sistema comunista y otras sociedades laicas). Para entender estas ideas, hay que recordar
que Durkheim y la gran mayoría de los sociólogos defienden el positivismo. Otros sociólogos,
además de la definición funcional, aceptan una definición sustantiva de la religión. Es la que
estudia los fenómenos religiosos y reconoce que el hombre, siendo mortal, sólo supera la angustia
al aceptar a dioses inmortales14.

Siempre es difícil definir exactamente lo que es la religión. J.B. Cobb resume la


definición en 4 condiciones. En toda religión hay 1) una atención a un mundo que no nos viene
dado en la experiencia sensible ordinaria, 2) hay un sentido de lo absoluto; es lo que llamamos la
sacralidad; 3) hay ceremonias cultuales y 4) hay interés por ciertos estados psíquicos o espi-
rituales15.

Preguntémonos ahora: ¿Existe una religión mejor que las otras? O la consecuencia obvia:
¿Es el cristianismo la única religión? No es fácil contestar de manera seria a estas preguntas.
Reconocer y afirmar que el cristianismo es la única religión válida puede ser señal de
orgullo desmesurado. De hecho, la Iglesia, en nombre de esta afirmación, ha cometido errores
graves en lo político, en lo social y, sobre todo, en su evangelización (por ejemplo: los problemas
en la evangelización de China y de alguna manera en América latina). En efecto, si el
Cristianismo es la religión absoluta, no les queda a las demás religiones que convertirse al
cristianismo. Es el adagio "extra ecclesiam, nulla salus" (fuera de la Iglesia, no hay salvación)
que algunos quieren reemplazar por "sine ecclesia, nulla salus" (sin la Iglesia, no hay salvación)16.
El Concilio Vaticano II y el estudio renovado de los Padres nos acostumbran a ver en los demás
"semillas del Verbo": hay elementos de verdad y bondad en las demás religiones (NA 2). Esto
significa que deben ser consideradas como vías legítimas de salvación y que la libertad religiosa
y el respeto por los demás deben llegar hasta ayudar a cada religión a ser ella misma, a
profundizar su creencia propia. Podemos decir lo mismo si reflexionamos sobre Cristo. Decir que
12
ARGÁRATE P., o.c., pp. 146ss
13
BAUM G., Definiciones sociológicas de la religión, Concilium 156 (1980), p. 351.
14
id., p. 356ss.
15
COBB J.B., Es el cristianismo una religión, Concilium 156 (1980), p. 322.
16
Este adagio está tomado de una carta de san Cipriano (siglo III) a Pomponio, obispo de Dionisiana (Norte de
Africa). Este preguntó por el problema de vírgenes consagradas que abandonaron su consagración a Cristo por el
lecho de un hombre. Cipriano pide misericordia para las que se arrepientan y exige excomunión para las que no se
sometan. Excomunión significa arrojarlas de la Iglesia: “fuera de ésta no pueden tener vida puesto la casa de Dios es
única y nadie puede salvarse excepto en la Iglesia” (neque enim vivere foris possunt, cum domus Dei una sit et
nemini salus esse nisi in ecclesia possit). Es decir se trata de problema interno a la Iglesia. Cipriano no pensaba en la
salvación de los no cristianos.

11
Cristo actúa igualmente en todas las religiones es descalificar a Cristo y despreciar a las
religiones no cristianas. Cristo anuncia el Reino de Dios; el Reino ya está presente en Cristo, pero
el Reino llegará con plenitud al fin de los tiempos. Hoy día la Iglesia está al servicio del Reino.
Al fin de los tiempos, Dios reunirá a todos los pueblos y todas las religiones en su Reino. El
Reino es de Dios, no nuestro. Debemos aceptar que Dios trabaja en todos los hombres, en todas
las religiones y llama a todos a convertirse "asintiendo y cooperando libremente a su gracia" 17.
Dios es el único que puede unir a las religiones.

El diálogo con otra religión no puede ser una táctica; es reconocer lo que somos y lo que
es el otro. Debe haber respeto, esperanza y caridad 18: “la divina Providencia no les niega los
auxilios necesarios para la salvación a los que sin culpa por su parte no llegaron todavía a un
expreso reconocimiento de Dios” (LG 16). Es la actitud de Pablo en Atenas (Hch 17,21). El
cristiano debe entender que necesita de otros para progresar en la inteligencia de la verdad. Aquí
puede ser bueno leer el encuentro de Pedro con Cornelio en Hch 10: “Entonces Pedro tomó la
palabra y dijo: Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en
cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato” (Hch 10, 34-35) 19. Los primeros
cristianos al estudiar los pensadores y escritores paganos descubrieron en ellos la presencia de
Dios a la que llamaron ‘logos espermáticos’, lo que se traduce por ‘semillas del Verbo. Querían
expresar así su certeza de encontrar rasgos (aunque incompletos) de Cristo y de su enseñanza.

Así el Cristiano no niega que Dios haya hablado definitivamente con su Hijo y en su Hijo
(Hb 1, 1-2; 9,26), sino que, con humildad se acerca al Dios de Jesucristo que sabe inaccesible,
semper mayor (siempre más grande), inefable en su misterio. Es bueno recordar que buscar a
Dios (lo que es la finalidad de toda religión) no es para el cristiano dominar la verdad o dogmas;
es ante todo ser desposeído de sí mismo.

Es bueno, al mismo tiempo recordar aquí la gran diferencia entre el Cristianismo y las
demás religiones. El cristianismo cree que en Jesús es Dios mismo quien habla. Dios busca al
hombre. En todas las religiones, el hombre busca a Dios, y esta búsqueda es válida aunque se
haga a tientas (Cf. Hch 17, 27; Rm 1, 19ss). En el cristianismo, Dios se revela y pide la fe como
respuesta. En Jesús, Dios busca al hombre (Gn 3,9. Cf. Lc 15, 1-7); esto quiere decir que muestra
su amor al hombre hecho a su imagen, al hombre que es su propiedad. Porqué lo busca? porque el
hombre se esconde (Gn 3, 8-10). Así Dios lo invita a abandonar el mal. Derrotar el mal, eso es la
redención por el sacrificio de Cristo. La religión es, entonces, permanecer en la intimidad de Dios
(Gal 4,6) porque somos hijos de Dios a semejanza de Cristo 20. Por eso, el cristiano se siente
obligado a predicar (¡Ay de mi si no predicara el Evangelio! 1 Co 9,16) y lo hace con temor y
temblor (Flp 2,12).

También es importante recordar que, para el cristianismo, Dios es el totalmente Otro. Con
eso, queremos decir que Dios no se identifica en absoluto con la creación (como en el panteísmo)
y que, al mismo tiempo, Dios no es extraño a la creación con su amor providente. Podemos
explicar esto con la imagen de la madre que cuida de su hijo en su seno. El hijo no puede vivir sin

17
Así habla el Concilio de Trento (DS 1525; Dz 797).
18
Se puede releer todo el nº 56 de Redemptoris Missio de Juan Pablo II.
19
Leer también Nm 11, 25-29; Mc 9, 38-43.
20
Juan Pablo II, Tertio millenio adveniente, 6-8.

12
la madre y, sin embargo, son dos seres distintos. Cada uno tiene vida, cada uno es persona y tiene
sus derechos y deberes (Cf. Sal 139; Hch 17,28).

Para profundizar vamos a ver algunos aspectos importantes de la religiosidad para las
religiones en general y para el cristianismo en particular.

2.- LOS CULTOS MISTÉRICOS.


En la antigüedad existían cultos mistéricos que aseguraban la salvación mediante un rito
que proponía unir el creyente con un dios. En este rito se recordaba y se representaba 21 un mito
fundador y su misterio22. Estos ritos se celebraban en un lugar apartado donde podían ingresar
solamente los iniciados. Existían los cultos mistéricos cruentos e incruentos.

Los mitos cruentos nacen de un mito con derramamiento de sangre. Por ejemplo: el mito
de Isis-Osiris. Osiris, rey de Egipto, fue asesinado por su hermano Seth que lo despedaza y
entierra las partes de su cuerpo en distintas islas del delta del Nilo. Isis, mujer de Osiris,
encuentra el cuerpo de su marido y con su magia lo ‘resucita’. El iniciado que participaba de
estos ritos (donde posiblemente había asesinato y supuesta vuelta a la vida) estaban seguros de
volver a vivir plenamente después de la muerte. Las palabras claves son: muerte y resurrección.

Los mitos incruentos fueron más difundidos. Por ejemplo, el mito de Orfeo, patrono de
los músicos antiguos. Euridice, mujer de Orfeo, murió. Orfeo descendió a los infiernos. Con su
músico, apaciguó al can Cerbero, guardián del lugar, y se le permitió volver a la tierra con su
mujer, pero con la prohibición estricta de mirarla mientras subían. Orfeo no resistió la tentación y
mirar para atrás y perdió a su mujer para siempre. A los iniciados, se les ofrecía descender a los
infiernos para después subir a la vida verdadera. Las palabras claves son: ascenso-descenso.

Los ritos se celebraban solamente unos día al año. Por eso, estas religiones eran ocasión
de grandes fiestas populares. Los iniciados podían entrar en los recintos sagrados. Pero en su
alrededor se agrupaban fieles no iniciados, curiosos, vendedores. Para ellos, había ritos especiales
con procesiones y pago de mandas. Eleusis, cerca de Atenas, acogía multitudes 2 veces al año.
Para darnos cuenta del fervor religioso, podemos comparar con las fiestas de lo Vasquez el 8 de
Diciembre o de la Tirana el 16 de Julio.

Algunos (Bultmann, protestante y Loisy, católico) proclaman que el cristianismo es la


última religión mistérica porque hay un rito de iniciación (el bautismo), hay representación de la
última Cena que sólo puede hacer un sacerdote en momentos determinados por el rito. Además el
vocabulario que emplean los cristianos se parece al de las religiones mistéricas: se habla de
resurrección, de descenso a los infiernos (1 Pe 3, 18-22) y de ascensión al cielo (Hch 1, 6-11). Por
supuesto que el cristianismo no es una religión mistérica. El punto de partida del cristianismo no
es un mito, sino un hecho histórico: Jesús es un hombre histórico: nació, vivió, murió en una
fecha determinada. Por eso, es importante la inclusión de Poncio Pilato en el credo católico:
prueba la realidad histórica de todo lo enunciado.

3.- EL TOTEMISMO.
21
El teatro tiene un origen religioso. Todavía en la Edad Media el teatro representaba las vidas de los santos bajo el
nombre de ‘misterios’.
22
Cf. supra lo que se dijo del misterio.

13
La palabra "Tótem" es de origen algonquina (América del Norte). El totemismo está muy
presente y desarrollado entre los indios de América del Norte, entre los aborígenes de Australia y
de Polinesia. El Tótem es generalmente un animal.

Tomemos un ejemplo. Varias tribus indias de Canadá tienen como tótem el castor. El
castor es un excelente arquitecto: él mismo corta árboles, construye diques en los cuales establece
su hogar. Estas construcciones pueden hasta hacer cambiar los cursos de los ríos. Es evidente que
para estas tribus, el castor es el "Ancestro" (sin nombrarlo "dios") de quien desciende toda la
tribu (no hay que confundir con la zoolatría que es la adoración de animales). La mejor manera
de definir el Tótem es hablar del Ancestro o del padre de la tribu. En otros muchos casos, el tótem
será del clan o tribu; en otros casos, será personal (cada uno recibe su tótem, que se asemeja al
nombre para nosotros) o sexual (de hombres y mujeres).

El hombre primitivo se da cuenta de las fuerzas o espíritus de la naturaleza. Frente a su


sentimiento de impotencia, trata de hacer alianza con uno o algunos de esos poderes
- para que sea su guía y así pueda transmitir su fuerza vital o virtud,
- para tomar su nombre,
- para llevarlo consigo como fetiche o amuleto y guardarlo como espíritu protector.

En el aspecto cultural, existen dos leyes fundamentales:


- la exofagia que es la prohibición de matar y comer el tótem.
- la exogamia que la prohibición del incesto, es decir prohibición de casarse con alguien del
mismo tótem. En varias tribus (de Polinesia, por ejemplo) los hijos heredan el tótem del padre, las
hijas el tótem de la madre. Esto da como resultado que está permitido el matrimonio entre
hermanos, porque tienen un tótem distinto.

Según los antropólogos (y también Freud) esto corresponde al doble instinto del hombre:
la alimentación y la procreación. Hay un deseo de garantizar comida y pareja sin ley de la selva.
Estas leyes (no escritas) evitan todo monopolio.

En el aspecto religioso, dos aspectos:


- el banquete totémico: para las fiestas especiales de la tribu, hay un permiso especial para matar
y comer el tótem. Esta comida es un banquete de comunión entre todos y el ancestro y así recibir
el poder del ancestro.
- los ritos están muchas veces unidos con este banquete totémico. Hay ritos para adoptar nombres
relacionados con el tótem; otros ritos para vestirse (ejemplo, las plumas de aves), pintarse,
tatuarse, a veces mutilarse para parecerse al tótem; otros ritos para consultar al tótem como
augurio.

Para algunos, el Judaísmo y el cristianismo son religiones totémicas. En efecto, en el


judaísmo, hay prohibición de alimentos y existe una comida especial con ritos bien definidos en
que se come un animal (el cordero pascual). El cristianismo también tiene una comida especial
con sus ritos: la eucaristía donde comemos al cordero de Dios. Si bien hay cierta semejanza, ni el
Judaísmo, ni el cristianismo con religiones totémicas. Las prohibiciones de alimentos del AT, más
que leyes religiosas son leyes higiénicas 23. Para nosotros los cristianos, la eucaristía es

23
Ver por ejemplo Lv 11-16. Además la Biblia prohíbe terminantemente las uniones entre consanguíneos (Lv 18).

14
ciertamente comer el cuerpo de Cristo que es el cordero de Dios; y lo comemos para recibir su
gracia y su fuerza. Pero ningún cristiano pensaría que está comiendo el tótem. Para nosotros,
Cristo no es el ancestro; es un ser que vivió realmente hace algunos siglos y que se nos da
realmente en la eucaristía. Sin entrar con detalles en teología trinitaria y sacramental, creemos
que la historicidad de Cristo no permite asemejarlo a un tótem.

4.- LA MAGIA
Para algunos, la magia es la consecuencia lógica del animismo; para otros, es la anti-
religión y quizás existió antes que la religión.

El hombre primitivo ignora las causas de los fenómenos e intenta oponerse a la influencia
nefasta de los espíritus mediante ritos. De allí nace la magia: el hombre quiere obligar a la
divinidad. La magia es entonces (definición): el arte de someter las fuerzas de la naturaleza por
ciertos actos que sólo la afectan en apariencia. Ya tenemos una primera gran diferencia con la
religión; en ella, hay ritos de súplicas y se reconoce de manera implícita u explícita la inferioridad
del hombre.

La magia llena todos los actos de la vida: fabricación de armas, utensilios, construcción de
casa, comienzo de la siembra, fabricación de vestidos, medicina, etc. De allí viene el origen de las
técnicas y de la medicina.

El hombre primitivo no conoce el principio de causalidad natural. Los fenómenos


ordinarios no estimulan su inteligencia. Si siembra en primavera será porque el mago puede
dominar al espíritu en primavera y no en otoño. Si tiene un pedazo de algo será para recibir toda
la fuerza de la persona (por ejemplo, el valor de un animal) o para comunicar un maleficio al que
lo poseerá (la llamada magia negra). Así el hombre cree que puede dominar al destino.
Profundicemos con la teoría de Frazer. Para este antropólogo, la magia es un arte, no una
ciencia. El punto de partida de la magia está en la creencia de que las cosas actúan a distancia
unas sobre otras en virtud de una secreta simpatía. Según como será esta simpatía, tendremos la
magia homeopática (porque hay ley de similitud) y magia contagiosa (por la ley del contacto).

La magia homeopática parte del presupuesto que un efecto se parece a su causa, o lo


semejante produce lo semejante24. El mago sabe que puede producir un efecto imitándolo porque
las cosas que se parecen son iguales. Muchos ejemplos se relacionan con la agricultura: el
hombre abre una zanja y pone la semilla y la mujer se abre para ser fecundada; es la prostitución
sagrada muy común en la antigüedad. En Sumatra, se siembra arroz con el pelo tendido; el
significado es evidente: para que el arroz crezca bien recto. En Malasia, se siembre el arroz con el
estómago lleno para que de muchos frutos. Otros ejemplos: para obtener lluvia el mago iniciará
una danza que imita la lluvia. Al dibujar a su enemigo en alguna parte y pincharlo o borrarlo, el
mago sabe que le hace daño a éste. Otro ejemplo muy estudiado: los dibujos o pinturas rupestres;
es muy posible que estas pinturas tengan un significado mágico: se trata de obtener buena crianza
de animales o buena caza.

La magia contagiosa parte del presupuesto que las cosas han estado en contacto alguna
vez continúan influyéndose mutuamente aún después de haber perdido el contacto físico;

24
Recordar lo que es la medicina homeopática.

15
entonces lo que afecta a una afecta a la otra. Ejemplos: teniendo un pelo, una uña de una persona,
se puede proferir maleficios sobre ellos; éstos llegarán al poseedor. Si una flecha ha causado una
herida, él que la disparó beberá o mascará algo irritante y así agravará la herida; el herido,
además de curar su herida, deberá limpiar la flecha misma para así disminuir la herida.

La magia y la religión muchas veces se mezclan y esta mezcla puede ser peligrosa para la
fe (pensemos en lo peligroso que pueden resultar las mandas). Por eso es importante saber
diferenciar magia de religión25:
- Los ritos mágicos tienen una acción mecánica inmediata, mientras que los ritos religiosos tiene
un efecto indirecto y obran por una especie de respetuosa persuasión; su agente es un
intermediario espiritual. La religión es sumisión; la magia es imposición.
- La religión presupone creencia en seres sobrenaturales; supone oraciones y ritos para ganar su
voluntad, aún para alterar el curso de la historia o de la naturaleza. La magia presupone que los
procesos naturales son rígidos e invariables. Por eso, la magia es la antecesora de la ciencia: la
magia es un instrumento de un poder; la religión es creer en un poder mayor.
- La religión hace entrar al creyente en una comunidad (por ejemplo: la Iglesia). La magia realza
el poder a un individuo y éste, por el hecho de tener poder, se aparta de la comunidad, aún cuando
muchos, incluso los príncipes lo buscan.
- En el fondo, la pregunta básica es: ¿las fuerzas que gobiernan el mundo son conscientes o
inconscientes? ¿personales o impersonales? La religión supone seres personales conscientes; por
eso, el sacerdote se postra humildemente ante el altar. La magia supone lo contrario. El mago
ordena. El mago puede hasta amenazar a los dioses. Por eso, no se pueden mezclar y siempre
hubo odio y pelea entre sacerdotes y magos.

En la historia, la magia es más empleada que la religión porque ésta se utiliza solamente
en algún momento bien preciso mientras que la magia es útil en cualquier momento. La Biblia
nos muestra una larga lista de guerra entre la religión y la magia. Ya en el cap. 3 del Génesis se
nos presenta a la serpiente como la más astuta de la creaturas del campo (Gn 3,1). La serpiente no
es un símbolo sexual, aunque es posible que provenga de los cultos cananeos de la fertilidad; es
símbolo de la sabiduría humana frente a la sabiduría divina. La sabiduría humana es la magia y
quiere dominar a los dioses o por lo menos ser igual a ellos (Gn 3,5)26. cf. 1 Co 1,19ss.

La circuncisión era un rito mágico de iniciación para el matrimonio. Cuando los hombres
se circuncidaban, los dioses tenían la obligación de asegurar la fecundidad del miembro viril. En
Israel, este signo es signo de la Alianza (Gn 17) y da origen a Israel como pueblo. Al pueblo fiel,
Dios promete prosperidad, fecundidad y grandeza. La circuncisión llegará a ser algo más que una
marca visible en la carne: hay que circuncidar el oído (Jr 6, 9-10), el corazón (Dt 10, 16-18; Jr
4,4; 9, 24-25; Ez 44,7; cf. Rm 8, 25-29; 1 Co 7, 17-19; Gal 5,6; Flp 3,3; Col 2,11; 3,11)27.

En Éxodo, el envío de Moisés a Faraón es una guerra entre Yavé y los magos: las plagas.
En las 2 primeras plagas, los magos de Egipto pueden hacer lo mismo (Ex 7,22; 8,3). No hay que
extrañarse de ver magos haciendo ‘milagros’. Era común en la antigüedad la fe en hombres
25
Diccionario de Teología Fundamental 1131-1132.
26
Nabash significa serpiente. También puede ser verbo y significar practicar la magia, adivinar el futuro. La
serpiente predice el futuro y eso impide al hombre construir su futuro. El hombre no debe pretender adivinar el
futuro, sino construirlo, labrarlo. GONZALEZ FAUS J.I., Proyecto de hermano, Sal Terrae Santander 1987, p. 327.
27
GÜELL P. y otros, Acción de Dios, fiesta del pueblo, Santiago Paulinas, 1981, pp. 56-59.

16
milagreros28. En la tercera plaga de Egipto, hay desazón entre los magos de faraón y se sienten
vencidos (Ex 8,14; "Es el dedo de Dios": v.15; 9,11: los magos no pueden salvarse a sí mismos).
Dios dará una ley contra los magos: "A la hechicera no la dejarás con vida" (Ex 22,17); e insiste
varias veces (Lv 19,26.31; 20,6.27; Dt 18, 9-20). La historia de Israel mostrará rasgos de esta
guerra. Ver los libros históricos: 1 S 28, 3-25; 2 R 17,17; 21,6; 23,24; 2 Cr 33,6; también los
profetas: Miq 3,7; Is 2,6; 3, 2-3; 8, 16-19; 47,12ss; Ez 13, 17-23; Zac 10,2; Mal 3,5; en el NT:
Hec 8, 9-24; 13, 6-12. Mt 2, 1-12 nos muestra unos Magos que vienen a adorar al niño Jesús.
Estos magos representan a las naciones paganas (que viven de la magia) que reciben la luz de
Cristo.

Sin embargo, hay que reconocer que el hombre de todos los tiempos ha tratado de buscar
el favor del dios sobre los acontecimientos y sobre las personas. Los antiguos, especialmente los
orientales, desarrollaron muchas técnicas para descubrir la voluntad de Dios o de los dioses. Estas
técnicas son: adivinación, aruspicio, ensueños, presagios, consulta de la suerte, astrología, etc...
Por lo general estas prácticas fueron combatidas en Israel (1 Sm 15, 22-23; 28,3; Is 2,6; 3, 2-3;
8,19; Ez 13, 17-23; Zac 10,2; Mal 3,5; etc...) pero su presencia está siempre visible (Zac y Mal
vivieron después del exilio) hasta en el NT (Hch 8, 9-24; 13, 6-12) y sigue hoy día (Catecismo
católico 2115-2117).

Pese a la prohibición, Israel desarrolló 3 técnicas bien específicas para tratar de conocer el
pensamiento divino. Al consultar Saúl a Yahvé se queja de que "Yahvé no le respondió ni por los
sueños ni por los urim ni por los profetas" (1 Sm 28,6).

Los sueños son utilizados por Dios para dar a conocer su voluntad (Gn 20,3-6; 28, 12-15;
31,11ss; 37, 5-10; 46,2; Jc 7,13ss; 1 Re 3, 5-14). José es especialista en interpretar sueños (Gn
40-41) con una copa (Gn 44, 2-5). Progresivamente se distingue los sueños que Dios da a los
verdaderos profetas (Nm 12,6; Dt 13,2-4) de los de los falsos adivinos (Jer 23, 25-32; Cf. Lv
19,26; Is 28, 7-13; Qo 5,2; Sir, 34,1-6). Esta técnica tiende a desaparecer para ser reemplazada
por la Palabra de los profetas o para transformarse en procedimiento literario en el género
apocalíptico (Dn y Zac). Está de nuevo presente en el NT (Mt 1,20; 2,12.13.19).

El Urim y Tummim son los antecesores de los dados. Parecen ser 2 dados, piedras o
palitos, que el sacerdote lleva en el efod (Lv 8, 6-9; Ex 28,30; Dt 33,8; Nm 27,21). Son muy
útiles para juicios (1 Sm 14, 36-45+; 23,10ss; Jos 7) o para elegir alguna persona (Hch 1, 23-26).
Si se acepta que el azar no existe y que Dios mismo lleva nuestra vida, el "echar la suerte" es
someterse de antemano al juicio de Dios (Pr 16, 33).

Los profetas son los continuadores de los videntes o adivinos29 (1 Sm 9,11; 2 Cr 16,7ss).
El profetismo tendrá mucha importancia en Israel, quizás porque, más que una técnica, será una
persona. El profeta en Israel tendrá que aprender a hablar la palabra de Dios y no una palabra
propia. El profeta será el primer teólogo en el sentido que él recibe de Dios la revelación (o la
auto revelación) y no podrá comunicar nada sino bajo las órdenes de Dios, a diferencia de los

28
Cuando Jesús rechaza la tentación de saltar desde el pináculo del templo (Mt 4, 5-6), está rechazando la tentación
de ser presentado como uno de tantos magos de su época. Ver hoy día los curanderos u otros que se dicen enviados
de Dios y hacen supuestos milagros.
29
Cf. lo dicho sobre el chaman en el curso de Introducción a la Biblia.

17
falsos profetas o profetas paganos que inventan sus propias profecías (ver Jr 28; 14, 13-16; 23
9ss; 27, 9-10.16-18; Ez 13; cf. Mt 7, 22-23).

5.- EL MITO.
Todas las civilizaciones antiguas se fundan en relatos que cuentan cómo el hombre, la
ciudad o la civilización misma han llegado a ser lo que es. Estos relatos están a cargo del chamán,
del anciano o de un encargado especial. A este respecto, es interesante leer la novela de Mario
Vargas Llosa, El Hablador. Algo parecido tienen los mapuches con el weupife o historiador
local30.

Es difícil definir el mito. Para M. Eliade, el mito cuenta una historia sagrada. Relata un
acontecimiento que tuvo lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los "comienzos".
Cuenta cómo, gracias a las hazañas de seres sobrenaturales, una realidad llegó a la existencia... Es
relato de una "creación", y es una irrupción de lo sagrado (o sobre-natural) en el mundo que
funda realmente el mundo y lo hace tal como es hoy31.

Dicho de otra manera:


a) el mito constituye la historia de los actos de los Seres sobrenaturales
b) esta historia es considerada absolutamente verdadera (porque se refiere a realidades) y sagrada
(porque es obra de los seres sobrenaturales).
c) el mito se refiere siempre a una creación.
d) conociendo el mito, se conoce el "origen" de las cosas. Este conocimiento no es externo o
abstracto. Se le vive realmente.
e) se vive el mito, es decir, el creyente está tomado por el poder sagrado que resulta de los
acontecimientos que son recordados y reactualizados32.

Otra definición del mito: es un "relato poético, una historia transmitida de generación en
generación, situada en la noche de los tiempos, en un 'tiempo indeterminado', y que nos cuenta de
forma imaginada hechos-tipo cuya significación es duradera y constantemente actual para los
hombres. Por ello, los hombres se sienten interpelados por esta historia, aunque los principales
personajes sean dioses u héroes fuera de lo común, actuando en un escenario fantástico... Hay que
añadir que los mitos... no lo son plenamente, sino en la medida en que continúan vivos, mientras
son vividos, aceptados sin discusión en la fe de un pueblo, practicados en el juego de un culto
litúrgico"33.

Lo importante para entender lo que es un mito es no olvidar que es una historia en un


tiempo a-histórico (in illo tempore: en aquel tiempo) que se refiere a la (o a una) situación actual
del hombre y que se actualiza en un rito. En efecto, la función del mito es de revelar los modelos
ejemplares de todos los ritos y actividades humanas significativas: alimentación, matrimonio, etc.
El mundo es, el hombre es porque in illo tempore ha pasado algo que lo hace existir así (por
ejemplo: el hombre es mortal, sexuado, social, pecador, etc.). El hombre primitivo se siente
obligado a rememorar (que es distinto de recordar) la historia mítica y a reactualizar
30
SALAS R., Lo sagrado y lo humano. Para una hermenéutica de los símbolos religiosos, San Pablo Santiago 1996,
p. 132.
31
Mircea ELIADE, Aspect du mythe, Gallimard Paris 1963, p. 15.
32
id., pp. 31-32.
33
AUZOU G., En un principio, Dios creó el mundo, Verbo Divino Estella (Navarra) 1976, pp. 28-29.

18
periódicamente todo o en parte esta misma historia. Ejemplo: el 18 de septiembre es una fiesta de
recuerdo, no de reactualización. Pero el que conoce el origen del fuego, puede caminar sobre él;
un remedio funciona si se conoce el origen de la planta, etc. El mito es indispensable para el
mago34.

El mito sirve para actos religiosos. Toda fiesta nace de un mito y celebra un mito. Toda
fiesta litúrgica manifiesta un comportamiento litúrgico porque todo pasó "in illo tempore".
Ejemplo: hay que guardar el día sábado porque "in illo tempore"...ver la diferencia entre Ex 20,
8-11 (porque en seis días hizo Yahvé el cielo y la tierra…) y Dt 5, 12-15 (porque fuiste esclavo en
el país de Egipto…).

Hay todo tipo de mitos. Quizás el más antiguo es el huevo cosmogónico (que habría dado
nacimiento al huevo de pascua). Hay mitos de fraternidad: dioses que se casan, dioses que
cambian para vivir con los humanos o cerca de ellos (Baco). Muchos mitos hablan de divinidades
cambiantes: Yavé terrible y dulce (Sal 76). Muchas veces el primer hombre es andrógino (a veces
esférico) o pareja (Adán y Eva en la Biblia; Epimeteo y Pandora en Grecia). La naturaleza nunca
es natural; hay un proceso que es una experiencia religiosa. De allí los numerosos mitos de
creación, muchas veces unidos con los mitos de muerte-vida y otras veces con mitos presentando
dificultades: los trabajos de Hércules, Teseo, los Argonautas. Algunos los relacionan con los
mitos de búsqueda del paraíso (El Dorado).

Hoy día no hay mitos, pero hay historias sobre lugares, apariciones (la Tirana, San
Sebastián, etc.). No hay dioses, pero seguimos inventando y adorando a nuevos héroes: Elvis
Presley, el Che Guevara, Marilyn Monroe, tal actor, actriz, cantante o futbolista. Además, hay
novelas contadas, escritas o puestas en escena (teatro, película, revistas de dibujos), en una
palabra: los cuentos. Los cuentos son literatura de diversión (para niños y campesinos) o de
evasión (para gente de la ciudad). Tienen la misma estructura que los mitos (lucha, trabajos
imposibles, etc.), pero el cuento siempre tiene un final feliz. Los historiadores de religiones
suponen que el cuento nació en momento en que el mito, que era reservado para un elite y para
momentos secretos de iniciación, podía caer en desuso; o bien el cuento es una banalización de
los mitos que permite al hombre común (no iniciado) evadirse de su realidad sin por eso benefi-
ciarse de la prueba iniciática, de la reactualización del mito35.

En todo tiempo, el ser humano necesita del mito (o cuento) porque allí ve reflejada su
existencia con peinas y alegrías, con sus preguntas y certezas 36. La función del mito no es
presentar un dogma, sino de incentivar la reflexión del lector. Quizás haya muchas
interpretaciones de un solo mito, a veces contradictorias. Pero esta misma fragilidad muestra la
profunda humanidad del mito y prueba que la verdad (o Verdad) está fuera de nuestras manos. Su
búsqueda, aunque no de resultados, es indispensable: el mito es el camino.

Ahora podemos preguntarnos: ¿Las historias que cuenta la Biblia pueden ser asimiladas
sin más a los mitos? Ciertamente que no, aunque hay muchas veces mucho parecido. La creación
de Adán desde el barro y de Eva desde la costilla de Adán, el diluvio y otros relatos son mitos o

34
Cf. lo que se dijo supra sobre la magia
35
Mircea ELIADE, o.c., pp. 233-244.
36
Por eso Freud tomó los grandes mitos griegos para reflejar sus ideas psicológicas sobre el ser humano.

19
muy cercanos a los mitos. Contestar a esta pregunta nos tomaría demasiado tiempo 37. Los autores
hablan de ‘etiología’ o de ‘mitos etiológicos’. La etiología es la ciencia de la causas (Los médicos
y enfermeras tenían un curso de etiología para aprender a hacer un diagnóstico). Al hablar de
mitos etiológicos, se quiere decir que los mitos de la Biblia son verdaderos mitos, pero quieren
explicar algo profundamente verdadero. Ejemplo: El mito de Prometeo pretende explicar que los
hombres robaron el fuego (y la civilización) a los dioses para competir con estos dioses. Se sabe
que Prometeo nunca existió y que el fuego no es divino. Otro ejemplo: Adán y Eva es un mito;
nunca existieron. La Biblia nunca pretende explicar un hecho histórico comprobable, pero aquí es
verdadero el significado del mito: Dios a creado todo (cielo, tierra, plantas, animales, hombres) y
todo es bueno. El mito explica una causa verdadera. Además, para los antiguos, el tiempo es
cíclico y, para la Biblia, el tiempo es lineal. Para el judeo-cristianismo, no hay un retorno al
paraíso. La escatología es el triunfo de una historia sagrada; es llegar a un nuevo paraíso (Is 11,6-
9; 35,1-10; Ap 21,1-5).

37
Ver los distintos cursos sobre Biblia

20
SEGUNDA PARTE - LA REVELACION.

INTRODUCCION.
Llamo "REVELACION" la transmisión que Dios hace de sí mismo al hombre. Es la auto-
comunicación de Dios.

Revelar significa "sacar el velo" (dice lo mismo la palabra griega "Apocalipsis"). Revelar es
sacar el velo que escondía algo. La revelación completa de Dios se hace en Jesús (quien me ve a
mí ve al Padre: Jn 14,9), y específicamente en su muerte y resurrección. En el momento de la
muerte de Jesús se rasga la cortina del Santuario (se saca el velo) dejando al descubierto el
Santísimo (Mt 27,51).

En teología se habla de "Revelación natural" y de "Revelación sobrenatural". Ya hemos


descrito la revelación natural38. Nos dedicaremos exclusivamente aquí de la Revelación
sobrenatural.

Dios se auto-comunica a través de su Palabra. La palabra no se distingue de la persona que la


dice (no hay palabra sin alguien que la diga), pero al mismo tiempo, la palabra a penas dicha ya
no pertenece al que la pronunció, tiene vida propia en los oídos que la recibieron. Cuando
decimos que Jesús es la Palabra de Dios, afirmamos su unión (consustancialidad) con el Padre y,
al mismo tiempo, su "diferencia" del Padre.

Cap. 3.- LA REVELACION EN LA BIBLIA.


1.- El AT.
Bibliografía: Antonio BENTUE, La Opción creyente, ed. Mundo Santiago 1981, passim.
René LATOURELLE, Teología de la Revelación, Sígueme Salamanca 1982, pp. 17-44.
Octavio RUIZ ARENAS, Jesús, Epifanía del amor del Padre, Celam Bogota 1987, pp.
107-125.

1.- Lo más antiguo.


Los textos más antiguos hablan de apariciones de Dios: a Abraham (Gn 17,1; 18,1s), a Isaac
(Gn 26,2), a Jacob (Gn 32, 23-32; 35,9). ¿Son visiones sensibles o visiones interiores? Es
evidente que tenemos un antropomorfismo para traducir el carácter intenso de la experiencia
interior (id. Ex 6, 2-3)39. También se nos muestra un Dios que habla (ejemplo: Gn 12, 1-2: "Dijo
Dios..."). El texto no se pone como testigo de una experiencia, sino de una historia: Dios tiene la
iniciativa y garantiza el éxito de la historia. Para poder decir esto, hay que tenerlo de Dios mismo:
Dios se ha comunicado.

La fe afirma que Dios actúa a través de la historia (leyes, guerras, acontecimientos, etc…).
Para saberlo hay que recibir la confidencia de Dios mismo. Por eso la historia de Israel empieza
por una palabra de Dios dirigida a Abraham.

38
Cf. supra p. 4.
39
Lo mismo podemos decir de las relaciones de Dios con Moisés: “Le hablo cara a cara. Es una visión clara, no son
enigmas” (Nm 12,8); “Moisés subió con Aarón, Nadab y Abihú, y setenta de los ancianos de Israel. Contemplaron al
Dios de Israel (…) Dios no dejó que su poder aplastara a los que había elegido, sino que vieron a Dios; luego
comieron y bebieron” (Ex 24,9-11).

21
¿Cómo probar que Dios habló a Abraham (y no a Buda o Mahoma)? Esta experiencia ha
transformado a un hombre, lo ha sacado de sus raíces, relaciones, costumbres. La promesa
resume todas las esperanzas de Abraham (descendencia, territorio), pero superan la imaginación:
Abraham no renuncia a nada, pero debe aceptar que Dios lleve a cabo su existencia y esperanza.
Abraham aceptó. Esto es el comienzo de la historia.

¿Es el verdadero Dios el que habla? ¡Hay tantos dioses! Abraham rompe con todo (con los
suyos, con sus raíces humanas y religiosas) porque Otro ha intervenido y este otro es incompara-
ble, por encima de todos los países, de todos los linajes, es decir, de todos los dioses (Gn 12,3: no
hay fronteras; Cf. Ex 19,5). Dios habla. No se puede decir cómo, pero Abraham lo puede
reconocer y señalar. Esta primera palabra es un llamado, es decir se dirige al corazón, supone un
hombre libre, responsable, actuando en el mundo. Si Dios habla al hombre es porque necesita de
su inteligencia y espera una respuesta. Dios se comunica: esto significa que puede y quiere
comunicarse40.

¿Cómo entender el hecho que algunos afirman haber visto a Dios? Por ejemplo: Jacob
(Gn 32,23-33), Moisés (Ex 33,18-23), Gedeón (Jc 6,22-23), Elías (1 R 19,9-18), Isaías (Is 6,1-
13). La Biblia afirma que no puede ver a Dios y seguir viviendo (Ex 33,20). Cada vez que Dios
se deja ver o habla, señala la inmensidad de su santidad y la pequeñez del hombre, aún santo. Por
eso, el hombre se cubre la cara con temor religioso. Sólo en el NT, el hombre podrá ver a Dios si
tiene alma de pobre y es limpio de corazón (Mt 5,8). En Jesús, Dios se hace hombre, es decir
visible y podemos ver su gloria (Jn 1,14) y nos muestra al Padre (Jn 1,18). Algunos han visto a
Cristo en toda su gloria (Mt 17,1-8) o han tenido experiencias especiales (2 Co 12,1-6).

2.- El Sinaí: la Alianza.


Dios habla directamente (verbos al imperativo en Ex 20 o al futuro en Ex 21); hasta escribe las
2 tablas de la Ley (Ex 31,18; 32,16; 34,29).

Israel nace de la iniciativa de Yahvé (Ex 19,4; Jos 24, 1-13). Yahvé ha mostrado su poder y
fidelidad, entonces se apropia de este pueblo (Ex 19, 3-6) e invita al pueblo a seguirle (Ex 19,5;
Jos 24,14). Yahvé da los 10 mandamientos (las 10 palabras: Dt 10,4) que son la condiciones
puestas por Yahvé vivir las bendiciones. Expresan el exclusivismo del Dios de Israel y sus
exigencias morales. La Alianza hace de las tribus un pueblo, una comunidad que tiene un culto,
una ley, un Dios.

Dios habla. Dios interviene en la historia de los hombres hablando. Ya en el episodio de la


zarza ardiente (Ex 3, 1-14) Dios se da a conocer hablando. Moisés no lo puede ver, pero sí
escuchar. Dios interviene de muchas maneras ("Uds. han visto lo que he hecho": Ex 19,5; hasta
lucha con su pueblo: Jos 10, 6-11), pero la manera principal es hablando, diciendo lo que ha
hecho y por qué lo ha hecho (Dios dice por qué eligió el pueblo: Dt 7, 6-9, lo que ha hecho por su
pueblo: Ex 19, 3-8; etc...). La religión judía se puede llamar "la religión de la Palabra".

El Dt es una reflexión sobre la Alianza. Dios había prometido su bendición a la obediencia:


para vivir, hay que practicar la ley (Dt 29,28; 32,47; 30, 15-20). La ley es la palabra de Dios (Dt
4,13; 9,9-10; 10,4; 28,69; 30,14; Cf. Ex 34,28).

40
Cf. supra las técnicas aceptadas en Israel para conocer la voluntad de Dios: sueños, urim, profetas.

22
3.- El Profetismo (escrito y antes del exilio).
Dios habla a algunas personas, quienes dan a conocer este mensaje, juicio o palabra de Dios.
Estas personas son los profetas. El profeta es como la boca de Dios (Jer 15,19).

El profeta es aquel que habla en nombre de Yahvé. Llega a ser como el guardián del orden
moral del pueblo llamando a la justicia, a la fidelidad y al servicio de Dios. "Palabra de Yahvé",
"oráculo de Yahvé" son expresiones frecuentes en los libros de los profetas y son expresión de la
voluntad de Dios y es decisiva en la historia de Israel. También anuncia condenación y castigo si
Israel es infiel (Cf. Am 4, 1-13; 5, 1-13; Os 8; Miq 6; Is 1, 10-20; 30, 12-14; 39, 5-8).

El profeta afirma haber visto a Dios (ejemplo: Is 6), pero no puede describirlo; quiere expresar
que lo que ha visto lo pone en presencia de Dios. El profeta percibe realmente una palabra de
Dios y por eso profetiza (Am 3, 7-8): hay una comunicación directa de Dios al profeta. Veamos
un ejemplo: Am 1,2; 3, 3-8: se escucha un león. Amos es pastor (7, 14-15) y es el único que al
escuchar el rugido del león sabe que Dios habla. Parte de algo común para llegar a un mensaje.
En resumen Dios dice y hace (Ez 36,36; 37,14; Sal 33,9 y también Gn 1): su palabra es eficaz. El
profeta habla en nombre de Dios. Su palabra tiene que ser eficaz: lo que dice se realiza, tiene una
palabra que actúa. Esto es el criterio del verdadero profeta (Dt 18,18-20; Cf. Jr 28,7-9).

¿Cómo podemos saber que un profeta habla en nombre de Dios? En todos los tiempos (hoy
día también) hubo hombres que declararon hablar en nombre de Dios: ¿cómo comprobar la
verdad de su misión? Según Jeremías, el verdadero profeta tiene que cumplir 3 reglas. En primer
lugar, nadie se autonombra profeta; es una misión que el profeta recibe directamente de Dios.
Entonces el profeta tiene que dar testimonio de su vocación (Jr 1, 4-6; 26, 12-15; Cf. Is 6,1ss;
8,11; Am 3,8; 7, 12-14). En segundo lugar, la palabra del profeta tiene que cumplirse. Hay que
poder comprobar fehaciente si el profeta es enviado de Dios (Jr 28, especialmente v. 9; 32, 6-9;
Dt 18, 21-22; Cf. 1 R 17,24; 22,28). Por fin, el profeta tiene que hablar de fidelidad a Yahvé y a la
religión tradicional (Jr 23, 13-32). Hay muchos falsos profetas: Dt 13, 1-5; Is 9, 13-16; Jer 14, 13-
18; Ez 13; Mt 7, 15-23.

Para Jeremías, Dios habla y sus palabras se realizan (1,9). Esa palabra es un alimento delicioso
(15,16) o una fuente de sufrimientos (20, 8.9.14). La palabra tiene un dinamismo irresistible
(5,14; 23,29; 25,13; 26,12).

4.- Los libros históricos.


La historia es historia de salvación. Los éxitos y fracasos de los hombres se ven a través de la
Palabra de Dios. Esta palabra forja la historia y la hace inteligible. Para Israel, la religión es
historia. Dios habla e interviene directamente en la historia (1 Re 2,4; 3, 11-14; 6, 11-13; 8, 46-
52; 9, 3-9; 11, 31-39; 12,15; 14, 6-16; 15, 29-30; 16, 1-4.7; 2Re 9, 7-10; 21, 10-15; 22, 16-20; 24,
2-4; Cf. Jos 10, 5-15).

Para entender esta época y las posteriores, tiene mucha importancia el texto de 2 Sm 7 que
funda el mesianismo real. La alianza es alianza con el Rey: todo depende de su fidelidad o
infidelidad. La esperanza descansa en el rey presente y en el rey futuro, el Mesías. Aquí se puede
notar las diferencias con la alianza del Sinaí donde se hablaba de exigencias diarias.

23
5.- El Exilio y el Post-exilio.
La palabra, sin dejar de ser viviente, se hace más escrita (Ez 3,1s).
Ezequiel es ministro de la Palabra irrevocable: anuncia acontecimientos (12, 25-28; 24,14).
Ezequiel se preocupa por enseñar a través de sus numerosas visiones (1; 2,8 -3,9; 8-11; 37; 40,1
-48,35). Su tono es siempre pastoral (ejemplo: 33, 1-21). Israel ya no existe como nación;
Ezequiel anuncia el Consuelo. Trata de formar el nuevo Israel (33, 1-9): siempre hay una
esperanza. Para él, no es suficiente escuchar la palabra, hay que ponerla en práctica (33,31; Cf.
Mt 7,26; Lc 8,21).

El Deutero-Isaías ve la Palabra de Dios en su dinamismo cósmico e histórico. La


trascendencia de Dios se manifiesta en la naturaleza (Is 40,26; 45,12; 48,13). Su soberanía sobre
la creación es el fundamento y garantía de su acción poderosa en la historia (48, 3-8.12.16).
También resalta la eficiencia infalible de la Palabra (55, 10ss).

6.- Los sapienciales.


La sabiduría tiene una tradición ya antigua en Israel (Salomón es el símbolo del sabio), pero
tiene una nueva acogida con la influencia griega (Siglo IV-III AC). El mismo Dios que ilumina a
los profetas se ha servido de la experiencia humana para revelarse y revelar al hombre a sí
mismo.

Sab 1: v.2: Dios se revela a los que se abren (Cf. Mt 11,25s). V.7: El Espíritu se ha
difundido por el mundo. V.14: todo lo creó para que sea y que sea para nosotros (Cf. 2, 23-24).

Sir 1: La sabiduría viene de Dios (v.1). Con ella, creó todo (v.3-4 y 9-10). El temor es la
raíz de la sabiduría. Sir 42,15 -50,31: Dios se revela en 3 cosas fundamentales: en la creación
(42,15-43,3141, en la historia porque manifiesta los caminos de Dios (44,1ss) y también en los
profetas y en la ley (48,1ss). Los profetas reciben la revelación y así son portadores de ella (39, 1-
15). El Sir presenta el tema del temor de Dios como central ya que es un elemento de formación
personal: es gozo (1,11), humildad (1,27), amor de Dios (2,15s); es búsqueda de Dios (32,14),
hace confiar en Dios (2,6).

7.- CONCLUSION.
En AT, Dios se revela a sí mismo como:
- un Dios personal y viviente (no como los ídolos). Es justo, amoroso, todopoderoso, creador
del mundo. Podemos conocer los atributos de Dios: su justicia (Am), su amor tierno y celoso
(Os), su majestad y trascendencia (Is). Ese Dios personal es un Dios que se relaciona con el
hombre, que llama al hombre a establecer una comunión de vida con El.

- un Dios salvador: está presente sobretodo en Ex, pero ya estaba presente en Gn 1 con la
salvación del caos y Gn 3,15 con la esperanza de salvación del pecado. La experiencia básica es
la salida de Egipto: es salvación y promesa de una tierra que es tierra de salvación. La alianza se
sella en este clima. Y a pesar de las infidelidades, Dios promete una nueva alianza.

- un Dios con iniciativa. El hombre no descubre a Dios. Es Dios quien se manifiesta cuando
quiere y porque quiere. Es libre. Es libre también en la manera de manifestarse: a través de la

41
Cf. la revelación natural p. 4.

24
naturaleza, de personas escogidas; de distintos modos (teofanías, sueños, visiones, etc. ); sobre
todo a través de su Palabra.
En resumen, el AT privilegia tanto la palabra que el pecado es visto como un "no escuchar":
Jer 7,13; Os 9,17; Sal 95,8; 40,7.

2.- El NT.
Heb 1,1: Jesús es la cumbre y la plenitud de la revelación.
Bibliografía: Antonio BENTUE, La opción creyente, ed. Mundo Santiago 1981, passim.
René LATOURELLE, Teología de la Revelación, Sígueme Salamanca 1982, pp. 45-86.
Octavio RUIZ ARENAS, Jesús, Epifanía del amor del Padre, Celam Bogota 1987, pp.
127-157.

1.- Los Sinópticos.


Jesús predica y enseña como Hijo de Dios.
- Jesús predica como los profetas (Ex 4, 15-16; 7,1; Jer 1,9). Jesús empieza predicando lo
mismo que Juan el Bautista (Mt 3,2; 4,17); predica la venida inminente del Reino (Lc 4, 18-19 =
Is 61,2). Por eso el pueblo lo reconoce como profeta (Lc 7,16; Mt 16,14; 21, 11.46; Lc 24,19). Se
sabe que es el profeta de Dt 18,18 (Mc 6,14s; 8,28; Mt 21,11; cfr Jn 6,14; 7,40; Hch 3, 22-26).
Jesús no se aplica el título de profeta, pero se sabe profeta (Mt 13,57; Lc 13,33), y aún superior a
los profetas (Mt 12,40; Mc 9, 2-10; 12, 35-37; también Mc 12, 1-12 y Mt 5,17) y superior a Juan
el Bautista (Mt 11, 2-6; Lc 7, 18-23). En su predicación no dice "Palabra de Dios" como lo
profetas, sino "yo les digo" (Mt 5, 21.27.32.34.38.44). También es importante reclacar que Jesús
llama a otros a participar de su misión (Mc 3,14; Lc 9,2; Mt 10, 7-8) y los envía (Mc 16, 15.20):
quiere que haya continuidad.

- Jesús enseña: es doctor. Jesús es rabbi (Mc 9,5; 11,21; 14,45; Mt 26,25). Su principal trabajo
es enseñar (Mc 1,21; Mt 4,23; 9,35; 5, 1-2). Además como los doctores Jesús tiene discípulos
(Mc 4,34; 6, 37-41; 11, 1-6). Fuera de las parábolas, no se sabe nada de su manera de enseñar,
pero sabemos que tiene una manera especial de enseñar (Mc 1,22; 11,28; Lc 4, 31-32; Mt 7, 28-
29).

- Jesús es Hijo del Padre (Mt 11, 25-27). El Padre le ha entregado todo (Mt 11,26). Jesús llama
a Dios "mi" Padre (Mt 7,21; 10, 32-33; 11,27; 12,50). Jesús conoce al Padre. En la Biblia el
conocimiento no es algo intelectual: Jesús conoce la vida íntima del Padre y nadie entra en este
conocimiento si no es por revelación propia. La revelación es gracia y la aceptación de la
revelación también es gracia (Mt 11,25; 16,17).

2.- Los Hechos de los Apóstoles.


Después de la Ascención, los apóstoles dan testimonio. En Hch, la palabra "testigo" es
equivalente a "apóstol" (1, 8.22; 2,32; 3,15; 5,32; 10, 39.41; 13,31).

Hay 2 características principales del testigo 42. La primera, que sea elegido por Dios (1,26;
10,41) y la segunda, que haya convivido con Jesús durante su vida y lo haya visto después de su
resurrección (1,22). Lo más importante es que haya conocido toda la obra de Jesús desde el
bautismo hasta la resurrección (10,41; Lc 1,2; 1 Jn 1,3). El caso de Pablo es especial: es apóstol
por gracia desde que vio a Cristo glorificado y recibió de El su doctrina (22, 14-15; 26,16).
42
Recordemos que en griego "testigo" se dice "mártir".

25
Los testigos proclaman la Buena Nueva: es el Kerigma. La palabra "kerigma" significa en
griego "proclamación"; se utiliza ahora en teología como término técnico para hacer resaltar la
primera proclamación cristiana. El kerigma es: "Este Jesús que murió, Dios lo resucitó; nosotros
somos testigos" (2, 31-32; 3, 14-15; Cf. 1 Co 15, 3-4).

El testimonio es fidelidad a una experiencia y valentía para darlo: eso es evangelizar (8, 25.35;
14,21; 16,10).

3.- San Pablo.


Para hablar de revelación, Pablo utiliza una palabra técnica: Misterio (Rm 16, 25-27; 1 Cor 2,
7-9; Ef 1, 9-10; 3, 3-9; Col 1, 25-27).

El misterio es el lugar no pronunciable. No es objeto de conocimiento, sino de revelación 43. El


misterio tiene un doble sentido. Tiene un sentido profano (es una cosa escondida): Jdt 2,2; Pr
20,19; Sir 22,27; 27,17; 2 M 13,21; 2 Ts 2,7; Ap 17,5. También tiene un sentido religioso: es todo
conocimiento reservado a iniciados (de allí los cultos mistéricos). En AT, es un término tardío;
trata los secretos de Dios asociados a la revelación: Am 3,7 (no hace nada el Señor Yahveh sin
revelar su secreto a sus siervos los profetas) (cf. Nm 24,4.16). En el DeuteroIsaías muestra el
destino histórico de Israel en el plan divino (Is 41, 21-29). El término tiene más importancia en
Dn 2,19-29.47; Sab 2,22+; 6,22 (Sab ya conoce los cultos mistéricos: 14,15.23). En NT ya es
término técnico: Mt 13,11. San Pablo lo utiliza 21 veces, generalmente en singular

Para Pablo, el Misterio es lo que estaba escondido desde siempre y que ahora Dios revela.
Dios establece a Cristo como centro de la nueva economía y lo constituye por su muerte y
resurrección, único principio de salvación para todos los hombres, judíos y gentiles. El Misterio
es Cristo (Rm 16,25; Col 1, 26-27; 1 Tm 3,16).

La revelación del misterio se realiza en distintas etapas:

a) estaba escondido en Dios: MISTERIO DE DIOS. Es la sabiduría de Dios (1 Cor 2,7).

b) manifestado ahora: MISTERIO DE CRISTO. Cristo realiza el plan salvador de Dios (Ef 1,7-
9). Este plan lo revela a testigos privilegiados (Ef 3,5), profetas y apóstoles que son el
fundamento (Ef 2, 20-21; también Pablo lo es: Col 1, 25-26; Ef 3,3-4.8-9).

c) notificado a la Iglesia: la tarea de los apóstoles es proclamar el contenido del misterio que es el
Evangelio: MISTERIO DEL EVANGELIO (Rm 16,25; Col 1, 25-26; Ef 1, 9-13; 3, 6-7). Este
misterio del Evangelio tiene un doble objetivo. Por una parte, un objetivo soteriológico: se trata
de la salvación de todos (Ef 1,1-10). Por otra parte un objetivo escatológico: hay una promesa de
gloria (Ef 1,18; Col 1,28; 1 Cor 2,7).
d) El misterio es la reunión en Cristo de todos los hombres: MISTERIO DE LA IGLESIA. La
Iglesia es ese organismo de salvación que reúne en Cristo a judíos y gentiles. La Iglesia es el
término definitivo del misterio. Por medio del Evangelio se revela y proclama en la Iglesia el plan
43
Bibliografía: ARGÁRATE Pablo, La Iglesia celebra a Jesucristo. Introducción a la celebración litúrgica. Buenos
Aires, San Pablo 1994, pp. 99ss. Odo Casel define el misterio como “una acción sagrada y cultual en que una obra
redentora del pasado se hace presente bajo un rito determinado (id. P. 103). Cf. lo que se dijo de los cultos mistéricos.

26
salvífico y se realiza este plan (Ef 3,10). Por medio de la Iglesia, se hace llegar la salvación a
todos los hombres.

e) MISTERIO ESCATOLOGICO: Este plan se revela ahora (Rm 16,25; 3,21) pero llegará a su
plenitud el día de la venida de Cristo (1 Cor 1,7; 2 Tes 1,7). Entonces triunfarán los que están con
Cristo (Rm 8, 17-19).

En resumen: Para Pablo, el hombre es capaz (por gracia) de recibir conocimiento de misterios
de parte de Dios y del misterio de Dios en Cristo44.

4.- La carta a los Hebreos.


Esta carta fue escrita para los judeo-cristianos. Quiere mostrar la excelencia de Cristo como
mediador y la superioridad de su sacerdocio sobre el sacerdocio de la antigua alianza.

La lectura de Heb 1, 1-4 nos muestra que:

- hay continuidad entre AT y NT: Dios ha hablado y es el mismo Dios que interviene, se
manifiesta en la historia para dar a conocer su voluntad. Entonces, el creyente tiene que escuchar
con atención (2,1; 12,25), creer (3,12-19; 4, 2-3; 10,22.38-30; 11; 13,7-9) y obedecer (10,36;
11,8; 12,9).

- Hay diferencia que muestran la superioridad del NT. Hay diferencias en épocas (otros tiempos...
estos últimos días), en modo de revelación (antes de diversas formas... ahora a través de una
persona), de destinatarios (antes a nuestros padres i.e. a Israel... ahora a nosotros i.e. a todos los
que escuchan el Evangelio), de mediadores (antes los profetas... ahora el Hijo).

5.- San Juan.

Para Juan, Cristo es la Palabra eterna, subsistente, personal. La revelación se lleva a cabo
porque esta Palabra se hace carne para manifestarnos al Padre (comparar Jn 1, 1-2 y Is 55, 10-11).
Es el "yo soy" (8,58; 18, 5-8; Cf. Ex 3,14 - también "Yo soy el pan verdadero": 6,48; "yo soy la
luz": 8,12; "Yo soy el Buen Pastor": 10,14; "Yo soy el camino, la verdad y la vida": 14,6; "yo soy
la vid": 15,1).

El prólogo de Juan es un resumen de la historia de las manifestaciones de Dios por su Palabra:


el Verbo es pre-existente (v. 1-2), estaba en el mundo que por él se creó... y fracasó (v.10); vino a
los suyos (i.e. en su pueblo por los profetas) y fracasó (v.11); se hizo carne (v.14). Resumen: v.
17-18. "A Dios nadie le ha visto jamás; el Hijo único que está en el seno del Padre, él lo ha
contado" (Jn 1,18). "Contado": Cristo es el máximo revelador del Padre. Jesús es la Revelación:
en su ser y hacer, él revela la esencia del Padre (Cf. 12,44-45).
- Cristo es testigo del Padre (3, 11.32; 8, 26.38.40). El conoce al Padre porque viene de El (6,46;
7,29; 8,55; 16,27; 17,8). El conoce al Padre (7,29) como el Padre lo conoce (10,15) porque está
en el Padre y el Padre en él (10,30; 17, 21.23).

44
Los latinos traducirán la palabra ‘mistero’ por ‘sacramentum’. El sacramento es símbolo que realiza lo que
significa. Hoy hablamos del misterio de la Santa Trinidad.

27
- El Padre da testimonio en favor de su Hijo con las obras (5,36; 10,25) y por la atracción (6, 44-
45). Sabemos también que la fe es don del Padre (6,65); el Padre da al Hijo los que creen (6,39;
10,29; 17, 9-11).

Así podemos ver algunas características de la revelación:

- la Palabra pone al hombre ante una opción decisiva: la vida (3, 16-18; 12, 47-48; Cf. Dt 30).

- Jn presenta la Revelación como algo que hace escándalo, que va contra toda lógica humana.
Tomemos un ejemplo: una palabra hecha carne, que se ve, oye, palpa (1 Jn 1-3). Veamos también
3, 9-10; 6,42; 7, 15.26.52; 8, 33.52; 12,34: en todos estos textos, los judíos se escandalizan
porque se dan cuenta de lo que Jesús revela.

- Jesús presenta la revelación como luz (8,12; 9,5; 12,46) y vida (3,16; 5,24; 6,53; 10,10; 17,3).

28
Cap. 4.- REFLEXIONES TEOLOGICAS.
1.- VATICANO II: Constitución "Dei Verbum".
Hay un paso cualitativo importante en la manera de ver a Dios y cómo éste se manifiesta. Si
comparamos Vat I (Dz 1785) y Vat II (DV 2): en Vat I se habla de decretos, lo que significa una
orden (estamos en una Iglesia vertical) mientras que en Vat II se habla de un misterio y es algo
que hay que descubrir: Dios se relaciona con los hombres de manera más amigable (Iglesia con
rostro humano). Además Vat I es teocéntrico y Vat II cristocéntrico e implica una visión más
cercana del hombre y del mundo.

Lectura de la "Dei Verbum":


El texto presentado en la primera sesión fue rechazado, pero no por 2/3. El papa lo retiró.
Tuvo 5 formulaciones, lo que significa muchas discusiones. Fue aprobado con amplia mayoría
(solamente 6 en contra) y promulgado solemnemente por el Papa Paulo VI el 18 de Noviembre
1965.

Proemio: Dei Verbum = Palabra de Dios: Dios habla, Dios sale de su misterio. Eso es la
definición de la revelación. Dios se hace conocer hablando y Dios se revela por su Palabra que es
su Hijo.
- proclamando confiadamente: con confianza y con valentía (Cf. Hch 4, 29.31; 9,28; 19,8).
- escucha y proclama = revelación pasiva y activa.
- 1 Jn 1, 2-3: lo esencial de la Constitución: la vida que estaba en el Padre, cerca del Padre se
nos manifestó.
En resumen: Toda la revelación viene a través de la Palabra de Dios que es Cristo. La
Constitución se pone en la línea de la Tradición (Trento y Vat I).

Cap. 1: Siempre insiste que el motivo de la revelación es el amor de Dios (2) en Cristo para la
salvación (4), y nos pide adherirnos (5).
Nº 2: El origen de la revelación está en Dios mismo. El se revela porque quiere, en total libertad.
El contenido de la revelación viene a ser los misterios de Dios mismo y el motivo de la
revelación es el amor de Dios para con los hombres: Dios quiere que los hombres conozcan su
misterio y así alcancen la salvación. Cristo es la plenitud de la revelación.
Nº 3: Dios se manifestó personalmente desde el momento de la creación y sigue revelándose en la
historia (revelación natural y sobrenatural).
Nº 4: (Heb 1, 1-2; Jn 14,9) Jesús manifiesta la intimidad de Dios. El mismo completa la
revelación y confirma para nosotros la decisión de Dios.
Nº 5: obediencia de la fe.
Nº 6: relación entre revelación natural y revelación sobrenatural.

Cap. 2: Transmisión de la Revelación: hay 2 maneras básicas: la Escritura y la Tradición. La


Iglesia insiste mucho en que la Tradición comienza en la Escritura. La Tradición no es algo
nuevo; es más bien la explicación o explicitación de la Escritura a través del magisterio de la
Iglesia. Entonces la Tradición empieza con los apóstoles.
Nº 7: la tradición, desde los apóstoles, bajo el Espíritu Santo, es un espejo donde se contempla a
Dios.
Nº 8: la tradición encierra todo y es viva y vivificante.
Nº 9: Tradición y Escritura se enlazan. Por eso la Iglesia puede fundamentar la certeza de su
enseñanza también en la Tradición (Ej.: el dogma de la Asunción).

29
Nº 10: Ambos son un solo depósito. Le toca al magisterio interpretarlo.

Cap. 3:
Nº 11: La inspiración es un carisma individual (Inspiración y autenticidad son 2 cosas distintas).
El autor sagrado está inserto en su tiempo y es un hito de una cadena de la Revelación, es decir,
un libro no es algo caído del cielo. Se escribe la verdad para nuestra salvación.
Nº 12: Es importante aprender a leer la Biblia en la Verdad e interpretarla con el mismo espíritu
con que se escribió.
Nº 13: Condescendencia de Dios: Dios se pone a nuestro nivel.

2.- TEOLOGIA BIBLICA FUNDAMENTAL: La Escritura como revelación.


Bibliografía: Antonio BENTUE, La opción creyente, ed. Mundo Santiago 1981, pp. 69-
96. René LATOURELLE, Teología de la Revelación, Sígueme Salamanca 1982, pp.
399-470. Salvador PIE I NINOT, Tratado de Teología fundamental, Salamanca,
Secretariado Trinitario 1989, pp. 375-393. Octavio RUIZ ARENAS, Jesús, Epifanía del
amor del Padre, Celam Bogota 1987, pp. 285-344. Juan Luis SEGUNDO, El dogma
que libera, Sal Terrae Santander 1989, pp. 49-166.

La Escritura nace de la necesidad de fijar el lenguaje y de reunir elementos orales. Se escribe


lo que vale la pena reunir: de allí su carácter sagrado.
Existen escritos sagrados, es decir sobre realidades sobrenaturales o de revelaciones divinas.
Las grandes religiones tienen sus textos sagrados: el Hinduismo tiene los Vedas (1.500 AC), el
Zoroastrismo, la Avesta (500 AC), el Islam el Corán (Siglo 7 DC) y el cristianismo la Biblia.

1.- La Escritura es Historia de Salvación.


La Biblia está compuesta de varios libros, normas, discursos que relatan una historia y sobre
todo reflexiones sobre esta historia. El punto de partida es la salida de Egipto y la Alianza del
Sinaí, historia que será retomada (¿transformada?) durante siglos. Podemos por ejemplo releer Ex
14, 15-31 en Sal 66,6; 77, 17-20; 78,13; 89, 10-11; 106, 9-12; 114; Is 51,10; 63, 11-14; 44,27; Mc
6, 47-50 (también podemos relacionar Ex 3, 14-15 con Jn 8 y Jn 18: yo soy).

La historia moderna quiere ver solamente unas series de acontecimientos y trata de encontrar
los relatos exactos de estos acontecimientos. Para los Israelitas (como para todos los antiguos),
sólo interesa la interpretación de los hechos: Dios ha actuado salvando. Entonces la Escritura nos
muestra que Dios sigue actuando de la misma manera -salvando- y así suscita nuestra fe. Por
ejemplo, las confesiones antiguas (Jos 24, 1-5; Dt 6, 20-24; Dt 26, 1-10) relatan hechos profanos
que muestran la intervención de Dios e interpelan al hombre en su actualidad (hoy).

La Crítica histórica tiene su valor porque ayuda a relacionar los textos con hechos históricos
(cuando se puede verificar su existencia); sobre todo ayuda a descubrir y reconstituir las ideas, el
ambiente, la manera de escribir del autor sagrado y así comprender mejor el texto sagrado y su
mensaje. Pero no sirve si quiere "desmitificar" el texto buscando todas las "mentiras" históricas.
Esto sería olvidar que muchos textos son frutos de la experiencia de un pueblo, experiencia en un
Dios que salva, que es fiel. La revelación se da gracias a la fe de un pueblo que interpreta unos
acontecimientos concretos.

30
La Escritura nos describe la importancia de la CONDESCENDENCIA: Dios se rebaja y se
pone a nivel de los hombres; es la primera Kenosis (Jn 1,18; 3,13; Flp, 2, 6-8; 1 Jn 1, 1-3). Vat II
DV 13.

2.- Inspiración.
Inspiración viene de in-spirare; es tener al espíritu por dentro. La inspiración es la situación de
aquella persona que es capaz de ver y decir algo de la realidad que no aparece habitualmente. Por
ejemplo, un artista o una obra de arte es inspirada cuando muestra con lenguaje simple algo no
expresable.

Para explicar la relación entre inspiración y revelación, tomemos como ejemplo le inspiración
en Pedro (Mt 16,13ss). Estamos en Cesarea de Filipo; todos los evangelios lo notan. Estamos
fuera de Israel. Sabemos que Jesús no ha sido enviado a los paganos (Mt 15,24) aún cuando no
los rechaza (Mt 8,11; 15,28). Jesús está aislado: la muchedumbre lo ha abandonado, ni siquiera lo
reconoce (v. 14). En este ambiente, Pedro proclama: "Tú eres el Cristo" que es un acto de fe en la
persona de Jesús, no en sus gestos. Pedro pone a Jesús en el lugar de Dios. Por esto, este acto de
fe es revelación (v.17) sin que Pedro se dé cuenta (Cf. Mt 11,25; Jn 6,37; 8,47). Jesús le dice a
Pedro lo que Dios ha hecho (v.17). Pedro estaba seguro de su afirmación, pero esta afirmación no
es certeza sino cuando Jesús la acoge como justa. Pedro dice algo que él sabe sin haberlo
aprendido. Jesús nunca dice quién es él; deja la fe expuesta a todas las herejías. La pedagogía de
Jesús es hacer decir quién es él. Pedro no sabe todo; no sabe lo que une el Padre al Hijo. El "eres
feliz" (v.17) y la orden de silencio (v. 20; enérgicamente en Mc 8,30) nos muestran que hemos
llegado a una verdad capital.

¿Cómo hablar de inspiración en la Biblia? En el AT, Dios manda escribir (Ex 17,14; Is 30,8; Jr
30,2; Hab 2,2. Cf. El libro de Yahvé: Is 34,16). En el NT, se atribuye los Salmos al Espíritu Santo
(Mc 12,36; Hch 4,25) y el mismo Espíritu inspira a los autores (1 P 1,10-12). Para interpretar las
profecías se necesita la ayuda de Dios (2 P 1,20-21; 2Tm 3,16) porque su origen es divino (Ap
1,1-3; 22,7-10.18-19), es decir, es palabra de Dios (2T 2,13-15. Cf. 1 T 1,5; Ef 3,5). Los primeros
autores cristianos llaman al autor humano instrumento de Dios.

En resumen:
-- Los redactores escribieron todo lo que Dios quería que escribieran y sólo lo que El quería: Dios
es autor principal (ejemplo: Ex 32, 15-16; 1 Cr 16,40; Is 34,16; 2 Pe 1, 20-21; Vat II DV 11).
-- Si Dios es el autor principal, también el autor humano es autor y es respetado con todos sus
condicionamientos culturales y personales (DV 11): Dios habla a los hombres y a través de los
hombres palabras que los hombres pueden entender. Lo importante es nunca olvidar que todo está
escrito para nuestra salvación (Rm 15, 4-6).
-- Las experiencias de Israel son las nuestras. La Biblia no es un libro filosófico; es una historia
escrita parta nuestra salvación. Israel fue el pueblo escogido, es decir intérprete de su propia
historia profana. Desde su fe, leía la presencia salvadora de Dios en las circunstancias históricas.
Podemos decir entonces que Israel es inspirado, es decir tenía conciencia y convicción que su fe
en la presencia salvadora de Dios no era ilusión sino realidad. Esta garantía no es solamente para
Israel, sino para nosotros. Allí se refleja nuestra historia y la de toda la humanidad: Dios está
salvando en todo momento (Dz 706).

31
3.- La Inerrancia.
La Biblia está inspirada por Dios, entonces no puede encontrarse errores en ella: sería negar a
Dios. Sin embargo, sabemos que hay muchos errores científicos, históricos, etc... ¿Cómo
podemos ver este problema?

La Biblia es un mensaje religioso que está en la interpretación de la fe. La Biblia no enseña ni


quiere enseñar astronomía o física u otra ciencia. La Biblia quiere salvarnos (Rm 15,4; DV 11).
Hoy día se habla de la verdad de la Biblia y no de inerrancia: toda la Biblia es verdadera porque
expresa fielmente la perspectiva real de Israel asumida como tal por Dios para que, a través de la
vivencia concreta del pueblo, el pueblo pueda descubrir su salvación dentro de su cultura e
idiosincrasia.

4.- El Canon (norma).


Es la lista de los libros que están incluidos en la Biblia: son 46 para el AT y 27 para el NT.
a) ¿Cómo se estableció el Canon de la Escritura?
La mayoría de los libros no ofrece problemas; se auto-impusieron. Son los protocanónicos. En
tiempo de Jesús existía una Biblia judía en arameo y la traducción de esta Biblia al griego, la cual
contenía además los deuterocanónicos (Tobías, Judit, Baruc, Sabiduría, Eclesiástico o Sirácida, 1
y 2 Macabeos, fragmentos de Daniel y Ester) y quizás otros libros (3 Esdras, 3 y 4 Macabeos,
Salmos de Salomón, Oración de Manasés).

En el año 79 DC, los fariseos se reunieron en sínodo en Yamnia (cerca de Tel Aviv). Después
de los acontecimientos del año 70, los romanos habían prohibido a los judíos vivir en Jerusalén.
El pueblo empezaba su diáspora. Era importante ayudar a todo judío a conservar su fe pura, y
para eso darle a conocer dónde encontrar verdaderamente la palabra de Dios. El principal motivo
del sínodo de Yamnia fue determinar el canon de la Escritura (o Tanak). Los fariseos tomaron
como criterio los libros que se leía en las sinagogas y que fueron escritos en hebreo o arameo
como su lengua original45; es decir abandonaron los llamados deuterocanónicos46.

Existe otro canon que proviene de Alejandría y que incluye a los deuterocanónicos. Este canon
fue el acogido por la Iglesia porque los primeros cristianos habían dejado el hebreo y
proclamaban su fe a través del mundo helénico y a través del griego; además, estos libros eran
conocidos y comentados por los Padres de la Iglesia. Las Iglesias protestantes retomaron el
criterio de Yamnia solamente durante el siglo XIX, después muchas dudas.

Para el NT, hubo dudas acerca de las cartas a los Hebreos, de Santiago, Pedro, Juan y Judas 47.
Pero desde el Siglo IV con San Anatasio, el canon ya tiene la forma actual. El criterio fue el
origen apostólico de los escritos. Si Jesús es el centro de la revelación, parece evidente que lo que
escribieron sus más próximos colaboradores, los Apóstoles, sea la voz más autorizada 48. Por esto,
45
Otros piensan que se tomó los libros escritos desde Moisés hasta Artajerjés, es decir, desde la época inicial hasta el
comienzo del helenismo. El Eclesiástico es un caso especial. Algunos autores judíos lo rechazan y después lo toman
para apoyar sus ideas. No está en el canon, pero el Talmud de Babilonia lo cita. El cristianismo lo acepta sin
problemas. El único problema viene de que hay 2 versiones, una larga y otra corta. ¿Cuál es la canónica? Quizás las
2. Nuria CALDUCH-BENAGES, Ben Sira y el canon de las Escrituras, Gregorianum 1997, pp. 359-370.
46
La segunda determinación de Yamnia fue dejar fuera del Judaísmo a la secta de los Nazarenos, o sea los cristianos.
Yamnia marca la ruptura oficial entre el Judaísmo y el cristianismo. Ver el texto en ANEXO, p. 43.
47
Pero están citados en el canon de Muratori (año 180). Ver ANEXO, p. 43.
48
También para cortar de raíz libros e ideas herejes, como por ejemplo a Marción.

32
se salvó Hb que ahora sabemos no fue escrita por Pablo, y se dejó fuera al Pastor de Hermas y a
la Didajé. Lista en Dz 84, 92, 96, etc., por última vez en Trento Dz 784.

b) ¿Por qué cerrar el canon?


La historia de Israel es modelo de nuestra fe y es el único modelo divinamente garantizado.
Además con Jesús todo está dicho (Heb 1,1-2). En adelante sólo queda explicitar
progresivamente el significado de toda la Escritura.

Los Evangelios nacieron dentro de la Iglesia; son expresión de la Iglesia en su nacimiento.


Pero esta experiencia es única porque Jesús, centro de la revelación, desaparece y los testigos
oculares de su presencia también mueren. No se puede escribir otro Evangelio. Por eso, el NT
está terminado.

¿Esto significa que no hay otros libros inspirados? Es muy posible que haya inspirado muchos
otros autores. Lo único que pretende la Iglesia al presentar el canon es decir que estos libros
ciertamente son inspirados.

Esto significa que no puede escribirse o descubrirse nuevos libros inspirados? Por ejemplo en
la edad media y en el Concilio de Trento se habló de si había que ver la Vulgata como un libro
inspirado o no; algunos también se preguntan que pasaría si se descubriese un nuevo escrito, por
ejemplo un nuevo Evangelio49. Es evidente que Dios sigue hablando hoy día e inspirando a
muchos autores de todos los siglos. La Iglesia lo reconoce por ejemplo al nombrar a algunos
como Doctores de la Iglesia. Pero ningún autor o escrito entrará a formar parte del canon porque
en Jesús Dios nos ha dicho todo lo que tenía que decir; no tiene nada que añadir. Si fuera un
nuevo Evangelio, tendríamos que lamentarlo porque nunca ha ayudado a la fe cristiana a
formarse. Por eso tenemos que decir que el canon está cerrado. Se habla de canon abierto para
mostrar que la Palabra de Dios sigue viva e inspira a muchos autores hoy día para que expliquen
o expliciten esta palabra eterna dicha en Jesús.

c) ¿Cómo fueron escritos los libros?


Ver cursos de introducción a la Biblia.

5.- Jesús, Palabra de Dios.


a) Jesús nunca dijo que Él era la Palabra de Dios. Eso viene de los primeros testigos (Hb, Jn).
Decir que Jesús es Hijo, Mesías no es suficiente. Nombrarlo Palabra de Dios es insistir en la
unidad indisoluble, la consustancialidad de Jesús con el Padre (Jn 1,18; 5,19; 10,30) y la
diferencia entre ambos. En efecto la palabra es distinta de los labios, de la persona que la
pronuncia y, al mismo tiempo, no puede desprenderse de él, no tiene vida sino por los labios que
la pronuncian. La palabra no tiene vida sin la persona que la pronuncia y al mismo tiempo a
penas pronunciada tiene vida propia. Jesús puede hablar de Dios como de un Otro y al mismo
tiempo decir: "yo les digo..." (Mt 5).

b) La Palabra es un viviente.
Escribir es fijar (la Escritura es inmutable: Jn 19,22). Pero no podemos olvidar que el Libro es
una Persona. Él es la ley y los profetas. Por eso, la ley ya no es la ley de Moisés que separaba un

49
Cf. el libro de I. Wallace La Palabra que trata del descubrimiento del Evangelio según Santiago.

33
pueblo de los demás. La nueva ley es para toda la humanidad. También los profetas encuentran en
El su culminación: ya no dice "Palabra de Dios" sino "yo les digo". Ahora toda la Biblia se lee y
se entiende a partir y a través de Jesús.

c) Jesús y la Escritura.
Jesús no nos dejó ningún escrito propio. Aún más, los Evangelios no contienen las palabras de
Jesús porque Jesús hablaba arameo y los evangelios fueron escritos en griego. Esto significa que
nuestro texto sagrado es una traducción: hay un corte entre Jesús y nosotros. Además sabemos
que los Evangelios representan la vivencia de la Iglesia primitiva.

Los Evangelios nos transmiten la Palabra de Dios en su realidad viva. No son transcripciones
de palabras de Jesús. No hay lugar para adoración de las Palabras; lo que sería idolatría de la
letra. Tampoco hay una lengua predilecta que puedan leer sólo algunos privilegiados (como era.
el Latín hasta el Concilio Vaticano II). No hay traducción de la Biblia de segunda clase: toda
traducción bien hecha es válida.

Solamente Jesús es la Palabra de Dios total y perfectamente. Solamente él expresa la realidad


de Dios. Ninguna otra palabra humana podrá expresar la realidad de Dios ni la realidad de Jesús.
Siempre podemos conocerlo más. Por eso también puede haber palabras contradictorias en los
evangelios (por ejemplo sobre la paz en Lc 12,51 y Jn 14,27).

3.- CRISTOLOGIA FUNDAMENTAL.


Bibliografía: Antonio BENTUE, La opción creyente, ed. Mundo Santiago 1981, pp. 89-
96. Jacques GUILLET, Un Dieu qui parle, DDB/Bellarmin Paris 1977, pp. 65-88. René
LATOURELLE, Teología de la revelación, Sígueme Salamanca 1982, pp. 451-470.
Salvador PIE I NINOT, Tratado de teología fundamental, Secretariado Trinitario
Salamanca 1989, pp. 199-306. Octavio RUIZ ARENAS, Jesús, Epifanía del amor del
Padre, Celam Bogota 1987, pp. 133-155 y 379-526. Juan Luis SEGUNDO, El dogma
que libera, Sal Terrae Santander 1989, pp. 185ss passim.

1.- El hecho Jesús50.


1.1.- El problema.
Muchos teólogos protestantes (especialmente Bultmann) y algunos católicos (los modernistas)
ven una contradicción entre el Jesús histórico y el Cristo de la fe. El Jesús histórico es el hombre
Jesús que vivió, predicó, murió, etc. hace 2.000 años. El Cristo de la fe es el Cristo tal como lo
vio y predicó la primera comunidad cristiana. Para estos teólogos, Jesús es un predicador como
los profetas que llegó a ser predicado (Bultmann). Es imposible reconstruir la vida histórica de
este hombre, y ya no importa (2 Co 5,16). Lo importante es el anuncio kerigmático de la persona
de Jesús. Por eso, no interesa los evangelios de la infancia por ser muy poco históricos; interesa
poco los sinópticos porque relatan hechos imposibles de verificar históricamente. Interesa más
Juan y Pablo que son teólogos. Para Bultmann, el cristianismo no es la religión de la Doctrina de
Jesús, sino la religión de su persona.

Todo este movimiento (que sigue vivo hoy) ha sido importante porque ha ayudado (y ha
obligado) a estudiar los textos, porque ha ayudado a desarrollar la exégesis. Pero a estos teólogos
no les interesa el hombre Jesús; sólo les interesa el hecho que es un enviado de Dios. Es decir, no
50
Además Bibliografía: VILLEGAS Beltrán, El hombre Jesús, TV 1993, pp. 29-38.

34
hay negación de la divinidad de Jesús, de las 2 naturalezas en la persona de Cristo; solamente no
interesa la vida histórica de Jesús.

¿Es tan importante conocer al Jesús histórico? Es muy importante. En primer lugar porque mi
fe depende directamente de Jesús y no puede depender de lo que hayan entendido Pedro, Juan y
los otros, por muy santos que sean. Recordemos que la teología se recibe de Dios y no de los
hombres. Si fuera de otra manera, es decir si nuestra fe proviene del mensaje de Pedro y otros,
nuestra fe no podría diferenciarse de los mitos antiguos. En segundo lugar, recordemos que Jesús
nos mostró en sí mismo el camino de la verdad, es decir, toda la vida de Jesús es revelación: cada
gesto, palabra de Jesús nos revela al Padre. Además no aceptar al Jesús histórico es buscar una
revelación fuera de la historia, es decir fuera de la realidad.

1.2.- ¿Cómo podemos conocer al Jesús histórico?


Para probar la existencia de Jesús, no podemos tomar exclusivamente a los evangelistas que,
por razones obvias son parciales. Por suerte existen escritores no cristianos y a veces
anticristianos que hablan de Jesús y prueban así su existencia.

Nosotros empezamos a contar los años a partir del año del nacimiento de Jesús. Ahora parece
seguro que Jesús no nació en el año 0. El monje Dionisio el exiguo que calculó la fecha en el año
525 olvidó algunas modificaciones que recibió el calendario en la historia. Hoy se sabe que Jesús
nació entre el año 7 y el año 4 AC. En cuanto a la muerte de Jesús, los autores ven como fecha
más segura el 7 de Abril del año 30. Hoy día, los trabajos históricos y arqueológicos han
mostrado la influencia de la presencia del hombre Jesús de Nazaret. Hasta se presenta a 3 lugares
como casi seguros: la gruta de Belén donde Jesús nació, la casa de Zacarías e Isabel en Ain
Karem y el Golgota con el lugar de la crucifixión y de la sepultura de Jesús. También sabemos de
la historicidad del hombre Jesús a través de los autores judíos y paganos de los primeros siglos51.

1.3.- Lo histórico de Jesús.


Ya hemos visto que Jesús existió realmente. Creemos y sabemos que "trabajó con manos de
hombre, reflexionó con inteligencia de hombre, actuó con voluntad humana y amó con humano
corazón" (Vat II GS 22). Pero ¿podemos conocer algo de su vida o de sus palabras con seguridad
histórica? Vamos a ver ahora 2 palabras históricas de Jesús.

Abbá es una palabra aramea que se traduce generalmente por 'Padre'. Aparece solamente 3
veces en el NT (Mc 14,36; Rm 8,15; Gal 4,6). Expresa la familiaridad de Jesús con su Padre. La
traducción exacta sería 'papito', es decir la exclamación de un niño en los brazos de su padre;
expresa el cariño, la confianza. Hay varios motivos para afirmar que ciertamente es una palabra
propia de Jesús. El AT nunca utiliza la palabra ‘abba’ para habla de Dios como Padre. Muchas
veces se habla de Dios que actúa como un padre (que castiga Pr 3,12; Dt 8,5; Sab 9,11; 2 Sam
7,14; que recibe honra Mal 1,6; Dt 1,31; 32,6; que cuida: Sir 23,1.4) 52. En la mentalidad judía, un
hombre no puede tener relaciones muy cercanas con Dios; esto sería un escándalo (Mc 14, 61-64)
porque significaría hacerse igual a El, y eso es el máximo pecado (Jn 5,18). Por eso es
impensable que los apóstoles hayan inventado esta palabra, es decir empiecen por su cuenta a
51
Ver Textos en ANEXO 4, p. 46.
52
Podemos profundizar más: Israel es el hijo de Dios (Ex 4,22-23; 2 S 7,14). Dios es como Padre porque corrige (Dt
8,5; Ml 3,17). Dios e Padre porque creó (Dt 32,6; Ml 2,10), porque rescata (Is 63,16), porque conduce (Jr 31,9).
Otros textos: Padre me llamaréis (Jr 3,19); El me invocará: tú eres mi Padre (Sal 89,27).

35
hablar a Dios con familiaridad. Aprender a decir ‘abba’ a Dios, es ponerse con toda confianza en
sus brazos. Esto es el comienzo de la conversión 53. Además esta palabra no puede ser una
mitificación. Para esto se necesita tiempo y esta palabra está en los primeros escritos del NT, Mc
y Pablo.

Solamente Jesús podía decir esta palabra con toda autoridad (Cf. Mt 11, 25-27; Jn 3,35; 5, 19-
20; 8, 28-29; 14, 5-11). Además esta palabra es central en el mensaje de Jesús: Jesús vino a
enseñarnos todo el amor de Dios. Dios es un Padre que quiere profundamente a sus hijos. De allí
la importancia de la oración que Jesús nos ha enseñado, el Padre nuestro (Mt 6, 9-13; Lc 11, 2-4;
Cf. Gal 4, 4-7; Rm 8, 15-17; 1 Jn 3, 1-2). La palabra 'abba' nos muestra quién es Dios y que
podemos relacionarnos con El directa y cariñosamente. Esta palabra fue tan importante para los
primeros cristianos que la conservaron intacta dentro del NT. Para ellos era una palabra-reliquia.

Hijo del hombre es otra palabra que ciertamente Jesús pronunció. En los evangelios siempre
Jesús se la aplica a sí misma; nunca nadie dice de Jesús que él es el Hijo del hombre (ejemplo: Mt
8,20; 9,6; etc...; pero Esteban lo aplica a Jesús en Hch 7,56; Cf. Ap 1,13; 14,14).

¿Cuál es el sentido de este título? Hijo del hombre es una expresión aramea que significa
"hombre" y recuerda a Ezequiel donde Dios llama así al profeta para subrayar la distancia en
Dios y el profeta (ejemplo: Ez 2,1; está presente 93 veces en Ez; además S 8,5; 80,18; Jb 25,6; Is
51,12). Pero este título recuerda sobre todo a Dn 7, 13-14: visión de un hijo de hombre a quien se
le da el poder. Para los judíos este hijo de hombre (u hombre) era el pueblo judío que iba a
dominar el mundo (ver Dn 7,18.27), o bien representaba a un ser especial, el Mesías que, como
cabeza del pueblo judío, lo iba a llevar a dominar el mundo. Pero el uso de este término no era
muy frecuente, quizás por ser muy intelectual.

Si hoy día nadie duda de autenticidad, sin embargo muchos discuten su significado. En efecto
es difícil saber porque lo utilizó Jesús. Podemos ver 2 razones. Hijo de hombre significa 'hombre',
'ser humano', y Jesús se presenta como el hombre perfecto, entregado a Dios; Jesús se reconoce
como el hombre que viviendo plenamente su vida humana se acerca a Dios. Por otra parte, Jesús
nunca aceptó que se le llamara 'Mesías' o 'Cristo' en público. Este título era peligroso por la
connotación política del término (ver por ejemplo Jn 6,15). Jesús quiere que cada uno, como
Pedro (Mc 8,29), lo reconozca en su corazón sin presiones externas. Es el sentido del "secreto
mesiánico" de Mc (ejemplo: Mc 1,44; 8,30; 9,9; etc...). El título "hijo de hombre" además de ser
menos peligroso, le era útil a Jesús para describir sus rasgos humanos: sus humillaciones (Mt
8,20; 11,19; 20,28) y su pasión (Mt 17,22), su resurrección (Mt 17,9), su venida gloriosa (Mt
24,30) y el juicio (Mt 25,31) (Cf. BJ Mt 8,20, nota).

Reino de Dios (o de los cielos): viene 122 veces en NT, 99 en los Sinópticos, 90 veces en boca de
Jesús y en varios géneros literarios (discursos, parábolas, milagros, etc.). Es una expresión poco
frecuente en fuentes judías54.

1.4.- La Pascua de Jesús.


53
Cf. J. JEREMÍAS, Les paraboles de Jesús, Paris Mappus 1962, p. 183. El autor añade en nota: “En todos los
numerosos pasajes donde se llama a Dios Padre, nunca encontramos el ‘abba’. Tenemos la certeza de escuchar la voz
misma de Jesús.
54
Juan Luis RUIZ de la PEÑA, La pascua de la Creación, pp. 90-91.

36
La Pascua es el acontecimiento fundamental del cristianismo. Si Jesús es hombre histórico, es
evidente que su muerte es un hecho histórico. Pero cómo hablar de su resurrección? Vamos a
presentar ahora los problemas fundamentales acerca de la resurrección de Jesús.

La resurrección era para los primeros cristianos la prueba de la glorificación de Cristo. Por eso
desde la Resurrección, lo llaman "Señor": Lc 24,3; Jn 20,13; 21,7; Hec 2,36. Los Evangelios
recalcan que nadie estuvo presente en el momento mismo de la resurrección. La resurrección
¿puede ser un invento de los apóstoles como lo quiere el rumor que hacen circular los judíos (Mt
28, 11-15)? Es evidente que no. Todos los evangelistas muestran el miedo, la cobardía de los
apóstoles en el momento del arresto de Jesús (Mt 26,56) y después de su muerte (jn 20,19).
También muestran los evangelistas que antes de la pasión, los apóstoles no entendían o entendían
muy poco el mensaje de Jesús (ejemplo Mc 8, 14-21); tenían algunas ideas muy poco en relación
con las ideas de Dios (nosotros esperábamos: Lc 24,21). Es imposible que los apóstoles hayan
inventado el mito de la resurrección. Cuando Pablo empieza a predicar, insiste en que recibió el
Kerigma, no es invento suyo (1 Cor 15,3s).

Por otra parte, Pedro en su discurso el día de Pentecostés insiste en el hecho de la tumba vacía
para demostrar el hecho de la resurrección. La tumba está vacía, esto significa que el muerto no
está; y si no está es que está vivo. Juan predica lo mismo cuando declara: "vio y creyó" (Jn 20 8-
9). Vio que no había nada que ver; el muerto está ausente; las vendas están como testigo de que
está vivo, por eso cree. Nuestra fe se funda sobre algo que no se puede probar científicamente.

En la mentalidad antigua (también la judía) no existía la realidad ni el concepto de


resurrección (ver por ejemplo Hec 17,32; Mt 22,23). Se sabe que los autores bíblicos muestran
que para ellos la muerte es el fin absoluto de la vida (solamente 2 Mac 12, 43-46 habla de
resurrección de los muertos y es un texto deuterocanónico). Cuando Jesús habla de su muerte y
resurrección, los apóstoles no entienden (por ejemplo: Mc 9,10). La palabra 'resurrección' que nos
es tan común no existe en las lenguas antiguas. La palabra usada es 're-surgere' en latín que
significa 'levantarse'. Cuando Jesús dice: "El Hijo del hombre resucitará" (Mc 9,9), los apóstoles
entienden: "El hijo del hombre se levantará de entre los muertos" y "discuten entre sí qué era eso
de levantarse de entre los muertos" (Mc 9,10). Recordemos también que el cristianismo recibió
influencia de las religiones mistéricas, por lo menos para aceptar un vocabulario55. Y recordemos
que el cristianismo no es una religión mistérica porque parte de un hecho histórico y no de un
mito inventado.

2.- Los títulos cristológicos.


Si los filósofos tienen muchos problemas para definir a Cristo, la Biblia le da títulos para
manifestar su grandeza.

MESIAS - CRISTO (el ungido) idea ya presente en el AT (1 Sm 24,7; Ex 28,41). Este título
era ambiguo por su tinte político (Cf. Jn 6,15). Los discípulos entraron en esta ambigüedad al
disputarse los primeros puestos (Mt 18, 1-4; 20, 20-24; Mc 9, 33-37; 10, 35-41; Lc 9,46-48; Hch
1,6) mientras Jesús trabaja por un reino que no es de este mundo (Jn 18,36) desde el comienzo de
su misión (ver las tentaciones: Mt 4,1-11; id. Mt 16,21-22). Por eso Jesús rehúsa dar signos (Lc
20,1-8; 23,8)

55
Cf. Supra ‘el misterio’.

37
No está claro que Jesús haya utilizado este título (solamente aparece en Mc 9,41 y Jn 17,3 que
son redaccionales). Sin embargo, Jesús estaba consciente de ser el Mesías. Así se entiende su
respuesta a Juan el Bautista (Lc 7, 18-28; también Lc 4,18-21). Algunos ven la pregunta "Uds
¿quién dicen que soy yo?" (Mc 8,29) como una preparación a la confesión mesiánica. A la
pregunta del Sumo Sacerdote (Mt 26,63; Mc 14,61; Lc 22,67), Jesús responde afirmando su
condición mesiánica, pero no a la manera esperada (hace alusión al Sal 110,1 y Dn 7,13).

HIJO DE DIOS. En AT, esta expresión marca la elección (Jb 1,6; 38,7) o la misión del pueblo
(Ex 4,22; Os 11,1; Dt 14,1; 32,19) o del rey (2 Sm 7, 12-14; S 2,6).

En NT: en Mc y Lc nunca se escucha de la boca de los hombres, excepto del centurión en la


muerte de Jesús. Sólo lo reconocen el Padre (Mc 1,11; 9,7; Lc 3,22) y los demonios (Mc 3,11;
5,7; Lc 4,3.9; 8,28). Mt emplea más este término por ser fiel a su idea de presentar a Jesús como
el Emanuel, Dios con nosotros (Mt 1,23). Jn desarrolla más el tema.

¿Utilizó Jesús este título? Es imposible saberlo. Pero sí sabemos que Jesús era consciente de
ser Hijo de Dios. Basta escucharlo: Lc 2,49; Mt 11,27 (aunque parece semitismo); Mc 12, 1-12.
También sabemos que él llama a Dios 'Abba' (Cf. supra el estudio de Abba). Aunque todos somos
hijos de Dios, Jesús lo es de manera especial (Jn 20,17; cfr Rm 8,15; Gal 4,6).
Ya hemos mencionado otro de sus títulos: HIJO DEL HOMBRE (Cf. supra).

3.- Conciencia de Jesús.


Un problema que ya hemos tocado: ¿tenía Jesús conciencia de su misión y de su ser hijo de
Dios? Vamos a resumir las 4 proposiciones de la Comisión Teológica Internacional hechas en
198656.

1) Jesús es Hijo de Dios y tiene conciencia de ello. Es la fe de la primera comunidad (Rm


1,3s; Fil 2,6ss). La palabra "Abba" revela la relación íntima. Además Jesús llama a Dios "mi
Padre" (Mt 11,27; 16,17).

2) Jesús conoce su misión: anunciar el Reino de Dios y dar su vida por muchos (Mc 14,24). Ya
lo vemos en Rm 8,3; Fil 2,7; también Rm 8,15s; Gal 4,15s.
Jesús es el enviado del Padre: Lc 4,43; Mc 2,17; Mt 5,17; Mc 10,45; sobre todo Jn 5,43; 8,42;
16,26).

3) Jesús quiso fundar la Iglesia. Vemos la unión Cristo-Iglesia (1 Tes 1,1; 2,14; 2 Tes 1,1; Gal
1,22; Rm 16,16; 1 Cor 12,27). Jesús tiene conciencia que su misión salvífica supone la fundación
de la Iglesia (Cfr Jn 19,34; 12,32).

4) Jesús tiene conciencia de ser enviado a todos los hombres; no excluye a nadie: Rm 5,8; 1
Tes 5,10; 2 Cor 5,15; 1 Pe 2,21; 3,18; Mc 9,35; 10,45; Jn 3,16-17; 12,32).

4.- ECLESIOLOGIA FUNDAMENTAL.


Dios se revela en Cristo a la Iglesia. Dios se revela al mundo a través de la Iglesia.

56
Cf. O. Ruiz, op.cit. p. 417ss

38
Bibliografía: René LATOURELLE, Teología de la Revelación, Sígueme Salamanca,
1982, pp. 471-524. Antonio BENTUE, La opción creyente, ed. Mundo Santiago 1981,
pp. 96-161. Jacques GUILLET, Un Dieu qui parle, DDB/Bellarmin Paris 1977, pp. 89-
116. Salvador PIE I NINOT, Tratado de Teología fundamental, Secretario trinitario
Salamanca 1989, pp. 313-406. Octavio RUIZ ARENAS, Jesús, Epifanía del amor del
Padre, Celam Bogota 1987, pp. 199-283. VATICANO II, DV 9-10; OT 16; SC 23.

1.- LA TRADICION.
La palabra "Tradición" viene del latín "Tradere" que significa "ENTREGAR", tanto en el
sentido de dar algo (lo que son las tradiciones) como de dar a alguien (lo que es traición).

La tradición son los valores y costumbres que hemos recibido de nuestros antepasados y que
siguen teniendo vigencia hoy. El ser humano no puede vivir sin tradiciones. Esta es un elemento
esencial a toda cultura, sea profana o religiosa. Una sociedad sin tradición no existe como tal; una
sociedad que olvida sus tradiciones tiene graves problemas de subsistencia y una sociedad que se
crea adquiere rápidamente sus tradiciones. Por sociedad, entiendo aquí todo tipo de sociedad, sea
pequeña (familia, club de fútbol, etc..), sea grande (Sociedad anónima, país con el folclore,
Iglesia, y ahora Sociedad mundial).

1.1- La tradición como categoría teológica.


La Tradición es muy importante en la Escritura. Podemos verlo en AT: Dt 26, 5-11; Sal 78,3-6;
en NT: Mt 5 (Uds. han oído...); Mc 7, 1-13; sobre todo en San Pablo: 1 Cor 15, 1-5; 11, 23-26; 1
Tes 2,13; 4,1; 2 Tes 2,15; 3,6; Gal 1,9; Rm 6,17; Fil 4,9; Col 2,6. Cf. Dt 4,9; 6,6-9; 11,18-21.

El objeto de la Tradición, en la perspectiva teológica es la Revelación, entendiendo por


revelación lo que Dios quiere decir al hombre para que éste pueda salvarse y cuya constancia se
encuentra explícita o implícitamente en la Escritura. Esto permite comprender la Tradición como
transmisión de lo que consta explícitamente en la Escritura y, al mismo tiempo, como explici-
tación de lo que allí está implícito.

Podemos distinguir 2 tipos de tradiciones:


1) La tradición apostólica: es la doctrina enseñada directamente por Jesús a los apóstoles y la
doctrina enseñada por los apóstoles a los primeros cristianos como la auténtica enseñanza de
Jesús. (Cf. lo que dijimos del Canon).

2) La tradición eclesial: es la misma tradición apostólica en cuanto continuada y explicitada


progresivamente a lo largo de la historia de la Iglesia, bajo la tutela del Magisterio de la Iglesia.
Se llama "Magisterio" los responsables de la Iglesia (Papas, Obispos, Concilios) en su función de
enseñar, es decir de explicitar la Revelación dentro de la Tradición. (Importancia de la sucesión
apostólica).

1.2.- Relación entre Tradición y Escritura.


Las Iglesias protestantes aceptan la Escritura, pero no la Tradición. Para Lutero, la Iglesia es
vana; la Tradición debe partir directamente de la Escritura. Por eso rechaza los ayunos,
breviarios, el no trabajar los domingos, etc... como opuesto a la doctrina de la gracia. Para él, lo
que llamamos "Tradición" no es sino tradiciones humanas.

39
Además podemos decir que si Dios ha hablado y nos ha dicho todo en la Escritura y
especialmente en su Hijo Jesús, no parece necesaria otra fuente de la Revelación. La Escritura es
la expresión escrita de un proceso de tradición oral. Esta tradición fue importante, pero, ya lo
hemos visto, el canon está cerrado. El sentido de la Tradición después de haber cerrado el canon
es que, si bien todo está dicho en la Escritura, ésta necesita explicaciones o explicitaciones para
ayudar a los cristianos de todas las épocas en el sentido correcto. Así lo expresa Vaticano II en
DV 8-10 (insiste en la unidad Escritura-Tradición).

2.- La Iglesia.
¿Dónde habla Dios? Sabemos que Dios se comunica personalmente a cada persona (el ‘tú’ es
cada hombre: Mt 6,3.6) y espera respuesta. Sabemos que es el mismo Dios que habla en el
Evangelio y al chino en su cultura. Entonces, ¿cómo encontrar a ese Dios, saber que realmente
nos habla? Nunca se puede afirmar con plena seguridad que tal gesto o acontecimiento sea
palabra de Dios. El único sentido pleno es la persona de Jesús: él es el criterio (Cf. Jn 14,25-28:
16,1-33; Hch 1,15-26; 2,14-21; 4,23-31; 10,24-33.44-48; 11,1-18; 15,5; etc.). Todo lo demás se
aparenta. Por eso, ¡cuidado! Con los seudo-mesianismos (Está allí: Mc 13,21). Escuchar a Dios
en el Evangelio ayudará a percibirlo en las distintas situaciones.

La Iglesia quiere ser la continuadora de la persona y de la obra de Jesús. La Iglesia ( el griego


‘ekklesia’ significa comunidad, asamblea) es la comunidad de todos los que profesan una misma
fe y la iglesia (el templo) es el lugar, el espacio, donde se reúne la comunidad para expresar su fe.
La comunidad es primera porque Dios es comunidad (la Trinidad). Para profundizar, tenemos que
hacernos 2 preguntas fundamentales: ¿quiso Jesús la Iglesia? y ¿cuál es la razón de ser de la
Iglesia?

2.1.- Jesús y la Iglesia.


Cuando leemos los Evangelios, nos parece evidente que Jesús formó una comunidad a su
alrededor, un grupo de discípulos que es conocida como "el grupo de los 12": Mc 3, 13-19; 4,10;
Mt 10,5; 11,1; 20,17; 26,14; Hch 1,26; 1 Cor 15,5. La cifra "12" recuerda y representa a las 12
tribus de Israel; esto significa que los apóstoles forman el nuevo pueblo de Dios (Ap 21,12-14).
Jesús habla constantemente de un pueblo, una fraternidad; en este sentido, una Iglesia.

No se trata solamente de un grupo que sigue a un maestro y después podrá hablar por sí
mismo. Está siempre con Jesús (Cf. Mt 28,20). Son para una misión: hacer lo que Jesús hace.
Jesús les confiere una misión. No son ‘ayudantes’ de Jesús. Tienen la misma misión que Jesús:
como el Padre me ha enviado, así los envío yo (Jn 20,21). No solamente relatan, cuentan lo que
Jesús hizo; realizan su misma tarea: es una misión salvadora. Es una misión sobrehumana: por
eso reciben el Espíritu Santo. Son representantes de Jesús (quien los recibe, me recibe a mí). Por
eso deben ser uno (Jn 17) para que el mundo crea.

Este grupo tiene una cierta estructura. Hay 3 "privilegiados": Pedro, Santiago y Juan. Estos 3
son los únicos que acompañan a Jesús en casa de Jairo (Mc 5,37), en el monte de la
Transfiguración (Mc 9,2) y en el huerto de Getsemaní (Mc 14,33). En estos 3, Pedro tiene un rol
especial (Mt 16,18). Los exégetas resaltan la primacía de Pedro tanto por lo que dice Jesús de él,
como porque él habló en nombre de todos (Mt 16,16); además en las listas siempre se le nombra
primero (Mc 3, 16-19 y paralelos; Hch 1,13; 2,14). Dentro del grupo, hay un ecónomo: Judas (Jn
12,6). El grupo siguió reuniéndose después de la muerte de Jesús (Jn 21 y Pentecostés).

40
Jesús instituyó este grupo de los 12 "para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar"
(Mc 3,14). Esto significa que Jesús quería un grupo de discípulos que pudieran aprender de Él y
que pudieran continuar su obra. La palabra "Iglesia" (ekklesia) aparece solamente 2 veces en los
Evangelios (Mt, 16,18; 18,17), pero estos 2 textos ciertamente son pos-pascuales. Aun así,
podemos decir que, a través del grupo de los apóstoles, Jesús quiso la Iglesia "para que estuviera
con El", es decir para que recibiera su enseñanza, y "para enviarla a predicar", es decir para
proclamar su mensaje".

Ya en el tiempo apostólico la Iglesia se organizó de manera jerárquica: Apóstoles y diáconos


(Hch 6, 1-7: ver la motivación); Obispos (Epíscopos significa inspector, responsable) y
Presbíteros (es decir ancianos, sabios) parecen ser una sola cosa (Hch 20, 17.28; Tt 1,5-9). En 1
Tm 3, 1-7, Pablo plantea los criterios para seleccionar a un miembro de la jerarquía.

La sucesión de obispos, ¿es sucesión apostólica (querido por los apóstoles para se sabían
sucesores de Cristo) o es sucesión ministerial (querida solamente por la buena organización de la
Iglesia)? Aunque no se pueda probar históricamente todas las sucesiones apostólicas, ésta tiene
importancia porque la fe y la Iglesia nacen directamente de Jesús y del Jesús histórico. Es
importante para que nadie pueda autoproclamarse sucesor de Cristo o de los apóstoles
(Recordemos que el Protestantismo sólo acepta una sucesión ministerial57).

En resumen:
 La Iglesia nace cuando la Palabra se hace cuerpo (cuerpo de Cristo y cuerpo social). Es el
Padre que conduce y une (Mt 16,17; Jn 6,44; 17,6s). Esto significa que Jesús no es simplemente
el fundador de una Iglesia: es La Palabra. La mejor imagen es la de las nupcias porque muestra la
fuerzo del lazo (Jn 3,29. Cf. passim AT y San Pablo): Señor, ¿a quién iremos? (Jn 6,68-69).

 La Iglesia es el lugar donde los hombres escuchan la Palabra que es Jesús. La Iglesia no
se identifica con algunos hombres o con la jerarquía. La experiencia de escuchar la Palabra no es
singular (como Buda o Mahoma). Por eso, Pedro habla en nombre del grupo (Hch 2,14). Por eso
también la Iglesia no es dueña de la palabra, la recibe. Pero es el lugar donde es reconocida,
donde toma sentido (nadie puede crear su propia interpretación de la Palabra), y, al mismo
tiempo, ¿no podemos callar’ (Hch 4,20).

 Los Evangelios nacieron en la Iglesia, son expresión de la Iglesia naciente (Cf. la


inspiración). Pero Dios sigue hablando: la Iglesia es la comunidad de los hombres que reciben el
Evangelio y el Espíritu. Por eso puede hablar: palabra dogmática de los Padres, palabra profética
de los santos y mártires, palabras de cristianos anónimos.

2.2.- Razón de ser de la Iglesia.


El designio de Dios es la salvación de todos los hombres por medio de la fe en Jesús. Entonces
la Iglesia aparece como una mediadora objetivamente necesaria para que las personas de tiempos
y lugares distintos puedan conectarse con el acontecimiento de Jesús en forma históricamente
objetiva. Dicho de otra manera, la Iglesia debe proyectar a Cristo a través del tiempo.
57
Felipe PARDO, San Clemente y la sucesión apostólica, Veritas 5 (1997), pp. 187-204.

41
La salvación del hombre no sólo supone una comunidad que le haga llegar la palabra bíblica
original, sino que debe ofrecerle un medio real de acceso a Dios. Ese medio es la humanidad de
Jesús. Desde su Ascensión, Jesús es invisible, pero la Iglesia prolonga su "visibilidad" gracias a
los sacramentos. La palabra es responsabilidad de todo cristiano; los sacramentos son respon-
sabilidad de la jerarquía.

Palabra y sacramentos son la razón de ser de la Iglesia. Pero no pasarían de ser mera búsqueda
religiosa por parte del hombre si no estuvieran animados por la presencia misma de Dios: el
Espíritu Santo. El Espíritu Santo permite que la palabra y el Sacramento no sean palabras y
gestos muertos, sino realidades salvíficas. Por eso, se puede decir que el comienzo "oficial" de la
Iglesia es el día de Pentecostés. La Iglesia está compuesta de hombres y gobernada por el Espíritu
Santo.

Jesús continúa su misión en los Sacramentos. Desde el comienzo actúa como Juan Bautista:
bautiza y predica el perdón (Mc 1,14; Jn 3,22-24; 4,1-3) 58. La diferencia es que Jesús da lo que
promete (Mc 2,1-12. Cf. Mt 21,39-43). El perdón es una palabra personal (Lc 5,20-23; 7,48) a un
hombre personal que perdona pecados concretos (Jn 8,11; Lc 19,9; 23,43). Desde su muerte,
Jesús no tiene límites. En la Iglesia continúa a proclama el Evangelio y por los sacramentos sigue
llevando a los hombres el don del Padre: el Espíritu Santo. Los sacramentos son la acción de
Cristo ejecutada por la Iglesia. Los más claro es el sacramento del perdón: ‘Tus pecados te son
perdonados’ significa Dios te perdona tus pecados. El sacramento permita a la Palabra seguir
siendo Palabra.

3.- Los Dogmas.


La palabra "dogma" significa "opinión, parecer". Cf. Hch 15, 28: "fue el parecer del Espíritu
Santo y nuestro...". En los primeros siglos del cristianismo la palabra 'dogma' tenía un sentido
disciplinario. Desde el Concilio de Trento, el dogma es una definición aprobada por el Magisterio
sobre nuestra fe y en vista a guardar la unidad de la fe.

¿Son necesarios los dogmas? La Iglesia necesita definir su fe. La elaboración dogmática no es
un aumento de la Revelación escrita. Lo que hace la Iglesia es explicitar aquella única revelación,
dando así a los fieles una mejor comprensión de la palabra revelada. Sea para la definición de los
primeros dogmas en Nicea o Constantinopla, sea para la definición de los últimos dogmas
(Inmaculada Concepción en 1854, Infalibilidad pontificia en 1870, Asunción de María en 1950),
el sucesor de Pedro no ha recibido de manera especial el Espíritu Santo "para que manifestara una
nueva doctrina, sino para que, con su ayuda, santamente custodiara y fielmente expusiera la
revelación transmitida por los Apóstoles o depósito de la fe" (Dz 1836).

Aunque a veces parece que los dogmas son nuevos, no podemos hablar de verdades nuevas. El
ser humano conoce de manera discursiva (discurrir = dis-correr: correr alrededor; lo contrario del
discurso es la intuición). El ser humano necesita reflexionar, necesita tiempo para comprender la
verdad, para profundizarla (cognita sunt in cognoscente secundum modum cognoscentis: las
cosas se conocen en el sujeto que conoce al modo de este mismo sujeto); por eso capta la verdad

58
Así Dios perdona: Os 2,22; Is 1,18; Jr 31,34; Ez 36,25.

42
poco a poco. Además tenemos que recordar que nuestras fórmulas son incapaces de agotar la
realidad inefable de Dios. Por eso hay distintos grados de certeza en teología59.

Tampoco se puede hablar de evolución de los dogmas. Si a veces cambia la formulación de un


dogma, es porque nuestras formulaciones son necesariamente humanas. Los hombres pueden
cambiar las fórmulas en el sentido de mejorarlas o adecuarlas a los tiempos, pero el sentido del
dogma no puede cambiar. La Iglesia no ha canonizado ninguna formulación de un dogma y es un
trabajo fundamental del teólogo buscar nuevas formulaciones de los dogmas o profundización de
las formulaciones existentes.

4.- Los lugares teológicos.


Son estos lugares donde los cristianos pueden aprender y profundizar su fe, aprender a vivirla
mejor.

El primer lugar teológico es la LITURGIA. Allí el cristiano vive su fe, la celebra en comunión
con toda la Iglesia. Muchos de los dogmas, antes de ser definidos oficialmente, fueron celebrados
por la Iglesia. De allí la importancia de vivir la liturgia (especialmente la eucaristía), de hacer de
ella un lugar de encuentro profundo de los cristianos con su fe.

El segundo lugar: los PADRES DE LA IGLESIA. Estos son aquellos escritores eclesiásticos
de la Antigüedad cristiana que fueron testimonios privilegiados de la fe de las primeras comuni-
dades cristianas y que ayudaron a gestar el dogma cristiano en sus puntos principales.

El MAGISTERIO DE LA IGLESIA. El Magisterio es la Iglesia, la jerarquía en su función de


enseñar: el Papa, unidos con los Obispos, ha recibido el cargo de enseñar la sana doctrina, apartar
el error y mantener la Iglesia unida, buscando siempre la salvación de todos. El Magisterio de la
Iglesia constituye una instancia objetiva suficientemente amplia para no caer en nuevos
fundamentalismos y suficientemente concreta para evitar el relativismo subjetivo.

Los TEOLOGOS. La Iglesia, especialmente el Magisterio, necesita a los teólogos, es decir


cristianos que reflexionen y estructuren la fe de la Iglesia sobre la base dogmática ya gestada por
los Padres de la Iglesia. Los teólogos estudian, definen y profundizan los dogmas, ven la relación
de los dogmas con la vida real. El teólogo tiene que estar relacionado con el Magisterio y
sometido a éste. El Papa tiene la última palabra; él conduce la Iglesia con la garantía del Espíritu
Santo: Dios no se contradice: el Espíritu Santo que nos dio en el pasado los 10 mandamientos es
el mismo que hoy dirige a nuestra Santa Madre Iglesia.
Algunos teólogos la Iglesia los llama ‘doctores de la Iglesia’. Los doctores son autoridad
reconocida por la misma Iglesia a la doctrina de un santo para la interpretación fiel y segura de
las verdades reveladas60.

El SENSUS FIDELIUM (el sentir de los fieles). Todo cristiano desde su bautismo ha recibido
el "sacerdocio real" y es portador del Espíritu de Cristo. La experiencia de fe de todos los
cristianos puede aportar una mejor comprensión y vivencia de la Palabra y del mensaje salvador.
Podemos tomar como ejemplo chileno los bailes religiosos.

59
Ver Anexo p. 44.
60
Ver la lista de DOCTORES de la Iglesia en Anexo 5, p. 47.

43
Los SIGNOS DE LOS TIEMPOS. Dios también nos habla a través de los acontecimientos y a
través de la profundización continua que los hombres hacen de sus vivencias. Todo lo que pasa en
cada tiempo tiene que impulsar a la Iglesia a una mejor reflexión. Por ejemplo hoy día tenemos
mejor comprensión de lo que son los derechos humanos, los derechos de la mujer, etc. También
es signo de los tiempos la lucha contra el armamentismo, el racismo, etc. (Cf. Puebla 420; 1128;
GS 4). Cf. ecología.

ANEXOS
ANEXO 1: Grados de certidumbre teológica:
1.- De fe divina: son verdades directamente reveladas por Dios (tienen el máximo grado de
certeza): los dogmas. Podemos hablar de verdades
-- de FIDE CATHOLICA (de fe católica) cuando la Iglesia garantiza con su proclamación que se
halla contenida en la Revelación (magisterio infalible).
-- DE FIDE DEFINITA (de fe definida): definidas de manera solemne por el papa o un Concilio.
2.- Verdades católicas o Doctrina de la Iglesia: son las ha fallado en forma definitiva el magisterio
infalible de la Iglesia y hay que admitirlas (aunque sea solamente con la autoridad de la Iglesia).
3.- Verdad próxima a la fe: Doctrina considerada casi universalmente por los teólogos como
verdad revelada, pero que la Iglesia no ha declarada todavía como tal en forma definitiva.
4.- Sentencia perteneciente a la fe (teológicamente cierta): Doctrina sobre la cual el magisterio
no ha hecho todavía manifestación definitiva, pero cuya verdad está garantizada por su conexión
con la doctrina revelada (conclusiones teológicas.
5.- Sentencia común: Doctrina que todavía cae dentro del campo de la libre discusión y es
sostenida generalmente por los teólogos.
6.- Sentencia probable: opinión teológica de inferior grado de certeza.

ANEXO 2: JAMNIA.
Sínodo de Fariseos bajo la dirección del Rabino Johannan ben Zakkai
Les 3 decisiones más importantes:
1. Calendario único para las fiestas; intensificación de la liturgia en la sinagoga.
2. Canon de las Escrituras (Tanak): se aceptó el canon corto (es decir sin los deutero-
canónicos)
3. Rechazó de los Cristianos (llamados Nazarenos). Se insertó en la lista de Bendiciones
(Shemoné Esré) una bendición nueva: ¡Que no haya esperanza para los apostatas! Señor,
desarraiga pronto en nuestros días el reino de los orgullosos; que perezcan en un instante

44
los nazarenos y herejes, que sean borrados del libro de los vivos y que no sean escritos
con los justos. Bendito seas, Señor, tú que doblegas a los orgullosos.
(Fuente: Iniciación a la Biblia 2, Estella (Navarra) Verbo Divino, p. I,9).

ANEXO 3: CANON DE MURATORI (Fragmento)


... en éstos, sin embargo, él estaba presente, y así los anotó.
El tercer libro del evangelio: según Lucas.
Después de la ascensión de Cristo, Lucas el médico, el cual Pablo había llevado consigo como
experto jurídico, escribió en su propio nombre concordando con la opinión de [Pablo]. Sin
embargo, él mismo nunca vio al Señor en la carne y, por lo tanto, según pudo seguir..., empezó a
contarlo desde el nacimiento de Juan.
El cuarto evangelio es de Juan, uno de los discípulos.
Cuando sus co-discípulos y obispos le animaron, dijo Juan, "Ayunad junto conmigo durante tres
días a partir de hoy, y, lo que nos fuera revelado, contémoslo el uno al otro". Esta misma noche le
fue revelado a Andrés, uno de los apóstoles, que Juan debería escribir todo en nombre propio, y
que ellos deberían revisárselo. Por lo tanto, aunque se enseñan comienzos distintos para los
varios libros del evangelio, no hace diferencia para la fe de los creyentes, ya que en cada uno de
ellos todo ha sido declarado por un solo Espíritu, referente a su natividad, pasión, y resurrección,
su asociación con sus discípulos, su doble advenimiento - su primero en humildad, cuando fue
despreciado, el cual ya pasó; su segundo en poder real, su vuelta. No es de extrañar, por lo tanto,
que Juan presentara de forma tan constante los detalles por separado en sus cartas también,
diciendo de sí mismo: "Lo que hemos visto con nuestros ojos y oído con nuestros oídos y hemos
tocado con nuestras manos, éstas cosas hemos escrito". Porque de esta manera pretende ser no
sólo un espectador sino uno que escuchó, y también uno que escribía de forma ordenada los
hechos maravillosos acerca de nuestro Señor.
Los Hechos de todos los apóstoles han sido escritos en un libro. Dirigiéndose al excelentísimo
Teófilo, Lucas incluye una por una las cosas que fueron hechas delante de su propios ojos, lo que
él muestra claramente al omitir la pasión de Pedro, y también la salida de Pablo al partir de la
Ciudad para España.
En cuanto a las cartas de Pablo, ellas mismas muestran a los que deseen entender desde qué lugar
y con cuál fin fueron escritas. En primer lugar [escribió] a los Corintios prohibiendo divisiones y
herejías; luego a los Gálatas [prohibiendo] la circuncisión; a los Romanos escribió extensamente
acerca del orden de las escrituras y también insistiendo que Cristo fuese el tema central de éstas.
Nos es necesario dar un informe bien argumentado de todos éstos ya que el bendito apóstol Pablo
mismo, siguiendo el orden de su predecesor Juan, pero sin nombrarle, escribe a siete iglesias en el
siguiente orden: primero a los Corintios, segundo a los Efesios, en tercer lugar a los Filipenses, en
cuarto lugar a los Colosenses, en quinto lugar a los Gálatas, en sexto lugar a los Tesalonicenses, y
en séptimo lugar a los Romanos. Sin embargo, aunque [el mensaje] se repita a los Corintios y los
Tesalonicenses para su reprobación, se reconoce a una iglesia como difundida a través del mundo
entero. Porque también Juan, aunque escribe a siete iglesias en el Apocalipsis, sin embargo
escribe a todas. Además, [Pablo escribe] una [carta] a Filemón, una a Tito, dos a Timoteo, en
amor y afecto; pero han sido santificadas para el honor de la iglesia católica en la regulación de la
disciplina eclesiástica.
Se dice que existe otra carta en nombre de Pablo a los Laodicenses, y otra a los Alejandrinos,
[ambos] falsificadas según la herejía de Marción, y muchas otras cosas que no pueden ser
recibidas en la iglesia católica, ya que no es apropiado que el veneno se mezcle con la miel.

45
Pero la carta de Judas y las dos superscritas con el nombre de Juan han sido aceptadas en la
[iglesia] católica; la Sabiduría también, escrita por los amigos de Salomón en su honor. El
Apocalipsis de Juan también recibimos, y el de Pedro, el cual algunos de los nuestros no permiten
ser leído en la iglesia. Pero el Pastor fue escrito por Hermas en la ciudad de Roma bastante
recientemente, en nuestros propios días, cuando su hermano Pío ocupaba la silla del obispo en la
iglesia de la ciudad de Roma; por lo tanto sí puede ser leído, pero no puede ser dado a la gente en
la iglesia, ni entre los profetas, ya que su número es completo, ni entre los apóstoles al final de
los tiempos.
Pero no recibimos ninguno de los escritos de Arsino o Valentino o Miltiado en absoluto. También
han compuesto un libro de salmos para Marción [éstos rechazamos] junto con Basildo [y] el
fundador asiático de los Catafrigios.
Traducido del inglés de http://members.aol.com/Judiciary/Muratori.html

ANEXO 4: Historicidad del hombre Jesús: el testimonio de varios autores no-cristianos61.


Josefo (año 94), historiador judío, escribe en su libro "Antigüedades Judaicas": "Después de la
muerte del procurador Festus (año 62) y antes que su sucesor llegase, el gran sacerdote Ananías
reunió el Consejo ante el cual hizo presentar Santiago, hermano de Jesús llamado Cristo y
algunos otros. Les acusó de haber violado la ley y les condenó a ser apedreados". En otra parte
del mismo libro escribe: "En esta época vivía un hombre sabio, llamado Jesús, cuya vida era
perfecta, sus virtudes fueron reconocidas y muchos judíos y paganos se hicieron discípulos suyos.
Pilato lo condenó a muerte en la cruz. Los que eran sus discípulos predicaron su doctrina.
Afirmaron que se les había aparecido como viviente después de 3 días de su pasión. Quizás era el
Mesías acerca del cual los profetas habían contado tantas maravillas".

Texto Judío (Siglo II): Rabbí Shimeón ben Azzai dijo: “He encontrado en Jerusalén un
manuscrito genealógico en el que está escrito que aquél es el hijo bastardo de una mujer
adúltera”.

Plinio el Joven (año 112) es embajador del emperador romano Trajano en Turquía. Hace una
investigación sobra el cristianismo y los describe como una superstición. Dice: "los cristianos se
reúnen antes del amanecer, cantan a Cristo como si fuese Dios...".

Tacito (año 115) es historiador romano, en su libro ‘Anales’. En la historia del incendio de Roma
por Nerón, escribe: "Para cortar de raíz el rumor de que él mismo había incendiado Roma, Nerón
pretextó unos culpables, personas odiadas por sus delitos y a quienes el pueblo llamaba
cristianos. Y los entregó a lo más refinados castigos. El fundador, un tal Cristo, había sido
ejecutado, bajo el gobierno de Tiberio, por el Procurador Poncio Pilato. Pero la detestable
superstición reprimida por el momento volvía a resurgir, no sólo en Judea donde nació, sino
también en Roma”.

Suetonio (año 120), otro historiador romano, en su libro ‘Vida de los 12 Césares’. Al narrar la
vida del Emperador Claudio, expresa: "expulsó a los judíos que, bajo el influjo de un tal Chrestos
(= Cristo), no cesaban de agitarse" (Cf. Hec 18,2).

61
Varios están en: Iniciación bíblica 2, Estella (Navarra), Verbo Divino, p. VIII,11.

46
Talmud de Babilonia (Sanedrín 43a): “En la víspera de la fiesta de Pascua se colgó a Jesús.
Cuarenta días antes, el heraldo había proclamado: ‘Es conducido fuera para ser lapidado, por
haber practicado la magia y haber seducido a Israel y haberle hecho apostatar. El que tenga algo
que decir en su defensa, que venga y lo diga’. Como nadie se presentó para defenderle, se le
colgó la víspera de la fiesta de Pascua”62.

También podemos citar los Evangelios apócrifos. Algunos fueron escritos por cristianos
disidentes, los gnósticos, y presentan a un Cristo falso (por ejemplo a un Cristo que no es
hombre). Otros fueron escritos por cristianos deseosos de mostrar la vida desconocidas de Jesús
y, para eso, presentan hechos "maravillosos: por ejemplo Ana y Joaquín como padres de María; la
presencia del buey y del burro en el pesebre; el niño Jesús haciendo pájaros de arcilla que
empiezan a volar; la dormición de María, etc... A pesar de insistir en lo fantástico, estos
evangelios nos muestran que Jesús realmente existió.

ANEXO 5: Lista de DOCTORES DE LA IGLESIA.


Nombre y función nombrado por en

Ambrosio, Obispo (340-397) Bonifacio VIII1295


Jerónimo, sacerdote (343-420)
Agustín, obispo (354-430)
Gregorio Magno, Papa (540-604)
Tomás de Aquino, sacerdote (1225-1274) San Pío V 1567
Atanasio, obispo (296-373) 1568
Basilio, obispo (329-379)
Gregorio Nazianceno, obispo (330-390)
Juan Crisóstomo, obispo (347-407)
Buenaventura, obispo (1217-1274) Sixto V 1588
Anselmo de Canterbury, obispo (1033-1109) Clemente XI 1720
Isidoro de Sevilla, obispo (560-636) Inocencio XIII 1722
Pedro Crisólogo, obispo (400-450) Benedicto XII 1729
León Magno, Papa (400-461) Benedicto XIV 1754
Pedro Damián, obispo (1007-1072) León XII 1828
Bernardo de Claraval, sacerdote (1090-1153) Pío VIII 1830
Hilario de Portier, obispo (315-368) Pío IX 1851
Alfonso María de Ligorio, sacerdote (1696-1787) 1871
Francisco de Sales, obispo (1567-1622)
Cirilo de Alejandría, obispo (376-444) León XIII 1890
Cirilo de Jerusalén, obispo (315-387)
Juan Damasceno, obispo (675-749)
Beda el venerable, sacerdote (673-735) 1899
Efrén de Siria, diácono (306-373) Benedicto XV 1920

62
San Justino en su ‘Diálogo con Trifón’ (69,6) (Siglo II) afirma que los judíos atribuyeron a Jesús un poder
extraordinario, pero de carácter mágico.

47
Pedro Canisio, sacerdote (1521-1597) Pío XI 1925
Juan de la Cruz, sacerdote (1542-1591) 1926
Roberto Bellarmino, obispo (1542-1621) 1931
Alberto Magno, obispo (1200-1280)
Antonio de Papua, sacerdote (1195-1231) Pío XII 1946
Lorenzo de Brindisi, sacerdote (1559-1619) Juan XXIII 1959
Teresa de Jesús, religiosa (1515-1582) Pablo VI 1970
Catalina de Siena, religiosa (1347-1380)
Teresa del Niño Jesús, religiosa (1873-1897) Juan Pablo II 1997
Juan de Ávila, sacerdote (1499-1569) Benedicto XVI 2012
Hildegard von Bingen, religiosa (1098-1179)

48
TERCERA PARTE: LA FE.

INTRODUCCION: ¿QUÉ ES LA FE?

La Fe es recibir la Revelación - no es voluntarismo.


La palabra FE viene del latín fides (pistis en griego - he-emin en hebreo: de allí: amen) y
expresa la fidelidad a un compromiso, es decir se sitúa en un contexto de relaciones
interpersonales. La fe es confianza, fidelidad a otro: éste es digno de fe, es creíble. Creer es tener
algo por cierto por la palabra de un testigo.

Al estudiar la fe nos encontramos inmediatamente con que la misma palabra "fe" significa 2
cosas distintas. La fe es una actitud: necesitamos una actitud de fe y confianza frente a Dios. Pero
la fe también es un contenido: yo creo en algo; es el contenido de todas las verdades de nuestra
fe. La Iglesia católica ha acentuado más el contenido de la fe. Las Iglesias evangélicas han
acentuado más la actitud de fe, a veces olvidando el contenido de esta misma fe. La fe verdadera
es la que une de manera armoniosa y madura los 2 tipos de fe.

Los autores modernos prefieren hablar de los 2 polos de la fe: confianza y convicción.
La CONFIANZA es el conocimiento fundado en el testimonio. Está omnipresente en la
experiencia humana: necesito confiar en otra persona para pedir una dirección... hasta para la
amistad. Todo ser humano necesito confiar en otra persona en todos los momentos de su vida.
Esto significa algo fundamental en la relaciones humanas: la VERDAD (si me miente, si
sospecho de él, ya no le creo). Confianza significa confianza en una persona importante: el
Testigo.

A veces el testigo tiende a desaparecer: por ejemplo, creo en la justicia, en la democracia...


Entonces la fe puede transformarse en ideología, la cual puede llegar a ser peligrosa porque
puede llegar a ser una esclavitud; por ejemplo esclavitud frente a una idea política, religiosa (esta
esclavitud se llama fanatismo). Los distintos tipos de fundamentalismos tienen constantemente el
peligro de caer en este fanatismo.

La CONVICCION es el convencimiento. Muestra la importancia de la fe para la vida del


hombre: creer en algo es indispensable. Necesitamos encontrar un conjunto de valores que nos
ayuden a definirnos. Estas convicciones permiten poner luz en las cosas que hacemos y darle
sentido al porqué las hacemos.

49
Cap. 6.- LA FE EN LA ESCRITURA.
1.- ANTIGUO TESTAMENTO.
Bibliografía: Antonio BENTUE, La opción creyente, ed. Mundo Santiago 1981, pp.
166-181.
1.1.- Los Patriarcas: Abrahán (Gn 12; 15; 17; 22).
- Dios tiene iniciativa: El llama primero y pide respuesta.
- Dios es un Dios personal: tiene ideas personales, tiene relaciones personales (Gn 18,23-33)
llenas de amistad.
- Inseguridad: la promesa es para futuro; hay una historia. Y al mismo tiempo, hay confianza (Gn
15,6), seguridad que ilumina la vida de Abrahán y por eso acepta la idea de sacrificar a su hijo
(Gn 22). La fe es escatológica. La fe es riesgo.
- elementos cúlticos (Gn 15): el hombre necesita signos (las estrellas, los granos de arena); Gn
12,8: altar en Betel, es signo de aceptación.

1.2.- El Éxodo.
- Dios toma la iniciativa. Descubrir a Dios como Liberador (Ex 2; 14; 17).
- Dios se relaciona con su pueblo a través de Moisés (Ex 3)
- La promesa es algo por realizarse (siempre está en el futuro, es decir es escatológica) y para que
se realice, hay que aceptar y seguir a Yahvé ahora (Ex 19; 23). La fe es Historia.
- Proyección moral: Hay que vivir conforme a la ley. La moral es consecuencia de la iniciativa de
Dios y por lo tanto de la fe en El. Ex 20: Yo soy Yahvé... entonces no tendrán...
- Las leyes de culto son importantes para seguir viviendo y así poder recordar la Alianza. Un
hombre para el culto: Aarón, los levitas.

1.3.- La Instalación. (Jueces - Samuel - Reyes).


El pueblo llega a la tierra prometida y se instala.
- La fe es algo vivo. No se puede instalar, sino cesa su crecimiento, cesa la profundización de la
experiencia de Dios y muere. Por eso Dios envía calamidades, guerras y también jueces y
profetas (Jueces 2, 11-23).
- También si un pueblo se instala y termina sus guerras, se puede reflexionar sobre la fe: los
primeros escritos.
- Al mismo tiempo se extiende y organiza el culto: Jos 6,19; 1R 8. Dios puede profundizar su
relación: 2 S 7. El Rey es el primer sacerdote. El sacerdote lo es en cuanto es funcionario real.

1.4.- El Exilio.
El exilio está pensado para hacer desaparecer a un pueblo. El motivo fue las muchas infidelidades
del pueblo: 2 Cr 36, 14-21. - El pueblo debe aprender la humildad Jer 29, 10-13; Jdt 8, 25-27
La fe es humilde Sof 3, 11-13
- Hay que descubrir la confianza: Dios no abandona a su pueblo: Jer 24, 4-7; Ez 11, 15-22.
Dios convertirá a su pueblo: Jer 31, 31-34; Ez 36, 22-30.
- En este período, los judíos están en contacto con otras religiones. Esto les ayudará a reflexionar
su fe, a abrirse a los demás. Es importante conocer a otros para dar razones de nuestra fe,
responder a las preguntas que ellos nos hacen.

1.5.- El Post-exilio.

50
Parece que, humanamente hablando, Dios no ha cumplido sus promesas: no hay rey, no hay
independencia, la tierra ya no les pertenece. Aunque haya paz (excepto la rebelión de los
Macabeos), el pueblo no es dueño de su destino. Al mismo tiempo, la paz y la falta de libertad
ayudan a la reflexión.
- se profundiza sobre el Mesías que será el Liberador del pueblo. Cantos del Siervo de Yahvé (Is
42; 49; 50; 52); Dn 7.
- se profundiza sobre el sentido escatológico de nuestra existencia: Dios cumplirá sus promesas,
pero estas promesas trascienden el espacio y el tiempo; son la fuente de la esperanza, nos ayudan
a vivir ahora.
Consecuencia de esta reflexión escatológica:
+ Universalismo: Dios es creador de todo (Gn 1), es el Dios no solamente del pueblo elegido,
sino de todos los pueblos de la tierra (ya en Ex 19,6).
+ Inmortalidad: Si Dios no parece cumplir sus promesas, es que nos prepara para que podamos
vivirlas plenamente (2 Mac 12, 38-46; quizás Ez 37).
- Sapienciales: libros de reflexión y profundización.
- se desarrolla el culto: la sinagoga.

2.- NUEVO TESTAMENTO.


2.1.- Los Sinópticos.
Hay un cambio radical: Jesús es el Mesías; la fe es seguir a Jesús. La fe está centrada en Jesús,
no en Dios.
Hay 3 contextos donde se habla de fe:
Jesús une la fe con los Milagros. La fe es condición del milagro (Mt 8,10; 9,28; 13,58) o fruto,
consecuencia del milagro (Mt 9,8; 8,23s; 14,22s). La fe es salvadora de aquello que avergüenza al
hombre; el milagro no es un acto de magia, es un acto de amor (Mt 8,17) que provoca la fe (Mc
5, 24-34); se hace en un ambiente de diálogo.
También se habla de la fe en el proceso interno de los discípulos. A ellos se les explica las
parábolas (Mt 13). Esto significa que hay que estar con Jesús para entender los misterios del
reino. Los discípulos tienen una relación personal con Jesús: la gente se impresiona por el modo
de enseñar (Mt 7, 28-29) o por el poder de Jesús (Mt 9,8) mientras que los discípulos admiran la
persona misma (comparar Mc 1,27 y Mc 4,41). Después de Cesarea de Filipo, Jesús explica que
la fe es seguirlo a El; la fe es don; es entrar en la manera de pensar de Dios (Mt 16, 13-28).
Un tercer contexto para la fe es el escándalo frente a Jesús lo que podríamos llamar la no-fe
(Mt 9, 1-8; 12, 9-14; 13, 10-17). La fe rompe lo humanamente lógico y Jesús quiere ese quiebre.
Podemos tomar como ejemplo el milagro que Jesús hace un día sábado cuando podría haber
esperado un día más y así no tener problemas. Jesús quiere insistir que la fe es conocer, es entrar
en los misterios del Reino nos da otra visión del mundo: hay que pensar como Dios (Mt 16,23).

2.2.- Los Hechos de los Apóstoles.


Lo más importante para el autor de los Hechos es el KERIGMA: Dios ha resucitado a Jesús
que había sido rechazado y ahora es salvación para todos. Somos testigos (por ejemplo: Hec 2,
23-24. 36; 4,10; 1 Cor 15, 3-4).
De este Kerigma podemos sacar conclusiones:
- ha habido una acción de Dios sobre Jesús, un hombre.
- La Resurrección es el punto central del Kerigma: fue glorificado. De allí, todos los títulos de
Jesús: Señor y Cristo, Santo, Justo, Salvador. Su muerte nos salva; es decir: tenemos el perdón.

51
- Se cumplen las promesas por la resurrección de Jesús y por la predicación a los Judíos y
gentiles, la que es la prolongación de la resurrección.
- Somos testigos: seguir a Jesús es conocerlo resucitado.
Los Apóstoles creen lo que dicen; su profesión de fe es un testimonio; dan su vida (Testigo en
griego se dice "mártir").

2.3.- San Pablo.


Ciertamente Pablo ha recibido la influencia de la experiencia de su conversión en el camino de
Damasco (Hch 9, 1-9). Esta se convirtió en una experiencia básica.
Pablo no conoció a Jesús, no fue su discípulo y, al comienzo, persiguió a la Iglesia. Todo
cambia con esa experiencia que hemos llamado básica. Por una parte Pablo sabe que Dios tiene la
iniciativa. El lo eligió a pesar de ser un perseguidor (1 Cor 15, 8-10). Por una parte será
importante en Pablo la identificación de Jesús con la Iglesia ("yo soy Jesús a quien tú persigues":
Hch 9,5).

Para Pablo, el mensaje central de la fe es Cristo resucitado. Veámoslo en 2 pasajes:


* Rm 4,24-5,11: Está la Fe en Jesús. También está la Fe en Dios que resucitó a Jesús. Hay que
creer en el mensaje (estamos en el contenido del mensaje). Pablo muestra también que la Fe es
salvadora; al hablar de fe, habla de la fe en la muerte y resurrección. Por eso tenemos una
seguridad que es también esperanza: frente a tanto amor.
* Rm 10,9-17: La fe es creer en Dios que resucitó a Jesús. Creer es también proclamar, ser
testigo; por eso hay que abrirse para predicar y abrirse a la predicación (fides ex auditu). Estamos
en la actitud de fe; la fe transforma. Además podemos ver que Dios es el Dios de todos; hay un
universalismo.

Entonces podemos sacar unas consecuencias lógicas de la fe:


- intimidad con Jesús (Gal 2, 19-20).
- la fe da al cristiano la verdadera libertad (Rm 6,7.15).
- la fe trae esperanza; la vida humana tiene sentido desde la resurrección (Rm 8,18s).
- Eclesialidad de la fe = el amor (Rm 12; 1 Cor 13).
- Humildad de la fe: Rm 12,3; Fil 2, 1-11.
- Sacramentalidad de la fe: tiene que expresarse en signos: Rm 12
El bautismo es morir y resucitar con Cristo: Rm 6.
- Fe escatológica.

2.4.- San Juan.


En Jn 20, 30-31, el mismo Juan nos indica la finalidad de su Evangelio: creer que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios y así recibir la vida. Veamos de 2 maneras:

Para Juan, los milagros son señales milagrosas, es decir: hay una finalidad más allá del solo
hecho milagroso. Ejemplos:
Jn 9: la curación del ciego de nacimiento: mientras el ciego se abre a la luz, los fariseos se cierran
siempre más. Podemos ver claramente la evolución del ciego; poco a poco se abren su ojos y
descubre a Jesús: Jesús es hombre (v.11), es profeta (v.17); viene de parte de Dios (v.33); es
Señor (v.38). Por otra parte los fariseos tienen una evolución en sentido contrario: ese hombre no
es de Dios (v.16); atemorizan (v.22); es pecador (v.24); no sabemos de donde viene (v.29); lo
expulsan (v.34). Jesús puede entonces concluir (v. 39-41) y explicar el sentido profundo del

52
milagro: "Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven vean; y los que ven se
vuelvan ciegos".

Jn 4, 46-53: curación del hijo del funcionario romano. El funcionario va a pedir un milagro. Hay
una búsqueda. Jesús parece rechazarlo: "Si no ven, no creen" (v. 48; cfr Jn 20,29). En v. 50, creyó
en la palabra de Jesús. Es la fides qua, la actitud de fe; es dejarlo todo, hasta las seguridades. Dios
promete algo y este algo esté en futuro: es la crisis de la fe (cfr la escatología). En el v. 53, Juan
emplea el mismo verbo "creyó". Esta fe es una fe probada: el hombre comprobó; su fe tiene
contenido. La crisis lleva a la CONVERSION.

Para completar leamos 1 Jn 5, 1-13.


Los v. 1-5 nos muestran el objeto de la fe: Jesús es el enviado. Por eso podemos decir que creer
es tener una relación muy particular con Dios. Y como consecuencia de esa fe tenemos que amar
a los hijos de Dios. Y segunda consecuencia: hemos vencido al mundo.
Los v. 6-11 nos hablan del motivo del acto de fe: está el testimonio del Padre que se da en 3 cosas
que son 3 momentos claves de la fe: el agua (que es vida; se nos da en el bautismo), la sangre
(representa el sacrificio, la muerte y Resurrección; se nos da en la eucaristía) y el Espíritu (que
recuerda Pentecostés; se nos da en la confirmación). Encontramos la misma idea en la muerte de
Jesús (Jn 19, 30-37): en el momento de la muerte de Jesús (entregó el espíritu: v. 30), el soldado
le atraviesa el costado con la lanza y salió sangre y agua (v. 34).

53
Cap. 7.- DESAROLLO TEOLOGICO DE LA FE.
Bibliografía: Antonio BENTUE, La opción creyente, Santiago Mundo 1981, pp. 182-
303.
1.- La GNOSIS.
La palabra griega "gnosis" significa conocimiento. Se llama "gnosis" el movimiento (los
movimientos) que durante los 4 primeros siglos marcó a la Iglesia. El nombre de "gnóstico" llegó
a ser sinónimo de hereje.

Estos grupos o sectas se empeñaban en dar un conocimiento (gnosis) especial para entender
mejor nuestra fe. Tenían como punto de partida la idea de un Dios inaccesible y desconocido.
Esto significa para ellos que este Dios no se puede mezclar con el mundo que es malo; hay en
ellos un dualismo fundamental. Consecuencia de eso: no hay encarnación; Jesús es sólo
apariencia y no acontecimiento; Jesús no salva; sólo la Gnosis puede salvar; no hay resurrección
del cuerpo.

Evidentemente hubo muchas sectas gnósticas y es difícil resumir el pensamiento de todas.


Además se conocen los gnósticos solamente por sus detractores, es decir, el conocimiento que
tenemos de ellos es muy parcial. (Ya se les nombra en el NT: Hch 8,9-25; 2 Cor 11,4-6; Col 2,7-
10). Aun así podemos ver algunas características básicas de los gnósticos, características
comunes a muchos grupos.

Todos los gnósticos leen la Biblia de manera parcial; solamente se acepta lo que les sirve. Por
ejemplo, Marción acepta solamente a Marcos porque es el único evangelista que no habla de
nacimiento de Jesús o de preexistencia; otros oponen AT y NT. Se nota en estos grupos un cierto
sincretismo: mezcla de neoplatonismo, mística persa y cristianismo. También ya hemos hablado
del dualismo: hay 2 orígenes del mundo en permanente pugna: Dios y un "otro" (demonio o
demiurgo). En esta concepción lo bueno es lo espiritual; lo malo es lo material (por ejemplo,
Maniqueo). Muchos defenderán un misticismo, influencia de las religiones mistéricas. La gnosis
promete a sus adherentes el descubrimiento del secreto de la vida; sólo los iniciados, que son los
puros e inteligentes pueden conocerlo: esos son los salvados. También la gnosis presenta un
individualismo: no se acepta a la Iglesia pecadora; basta la fe personal.

El pensamiento de la gnosis era peligroso para la Iglesia. Esta no podía dejar de reaccionar. Ya
en el NT está presente está reacción. Algunos teólogos ven en Juan el primer defensor de la fe
contra los gnósticos. Por ejemplo: Jn 1 insiste en que el Verbo es Dios. 1 Jn 1, 8-10 nos recuerda
que somos pecadores mientras 1 Jn 2, 18-19 habla del anticristo y 1 Jn 4, 1-13 pide examinar los
espíritus; también 2 Jn 7-11.

El problema gnóstico obligó a la Iglesia a reaccionar y le enseñó que la Iglesia tiene que
expresar el contenido de la fe. En 325, se reunió el primer Concilio ecuménico en Nicea. De allí
salió la primera expresión oficial de la fe: el Credo niceno (Dz 54). Los Padres de la Iglesia
también reaccionaron. Tomemos como ejemplo a San Ireneo en su libro "Adversus Haereses"
(Contra los herejes). Para Ireneo, la Escritura es un regalo de Dios. Hay que aceptar el canón
entero y no separar el NT del AT. La tradición nos ayuda a leer la Biblia y está dentro de la
Iglesia. Ireneo insiste en un Dios uno y trino; es Señor de todo, de toda la creación; como
consecuencia, tenemos que aceptar que la materia no es mala. En cuanto a la fe que para los
gnósticos era solamente cosa de iniciados, Ireneo habla de la fe de los humildes: la fe es regalo de

54
Dios; hay que recibirla. Básicamente no es necesario ser intelectual para tener fe. La fe es don y
es salvadora. Con la expresión "los humildes" Ireneo quiere decir que los humildes pueden tener
fe y que hay que recibir la fe con humildad.

2.- EL PELAGIANISMO.
Pelagio era un monje inglés (siglo V) muy asceta y muy de moda como director espiritual.
Escribió comentarios sobre San Pablo. Uno de sus discípulos, Celestio, fue condenado en un
Concilio de Cartago (411). De Allí Agustín entró en la pelea. Pelagio tuvo que defenderse en los
Sínodos de Jerusalén (donde se había refugiado). Un concilio provincial de Cartago pide al Papa
Inocencio I condenar a Pelagio. El Papa accede, pero su sucesor, Zósimo duda en seguir.
Finalmente, Pelagio está condenado por el Concilio de Cartago en 418 (Dz 101ss), condenación
aprobada por Zósimo. Pelagio muere en 422. Celestio se refugia donde Nestorio con el cual será
condenado por el Concilio de Efeso en 431 (Dz 126).

La doctrina de Pelagio se puede resumir en 2 puntos básicos. Por una parte, hay en él
optimismo básico: el hombre es bueno. De allí una cierta negación del pecado original y por
tanto, del bautismo de los niños. En Adán, hubo solamente un mal ejemplo pero nuestro libre
albedrío queda intacto. Por otra parte, Dios dio al hombre una naturaleza excelente y con ella
puede llegar a Dios. Simplemente se necesita un buen ejemplo: Jesús. Ese es el ejemplo; hay que
imitarlo; es un maestro moral. Entonces la fe es una decisión autónoma, no es un don. El don de
Dios es la naturaleza y el ejemplo de Jesús. El hombre puede salvarse solo, por su ascesis.

La Iglesia reaccionó a través de San Agustín y del Concilio de Cartago en 418 (Dz 101-108).
La doctrina se puede resumir en 3 puntos: el pecado original existe; no nos quita la libertad, pero
la deja profundamente herida. Por otra parte, el hombre tiene que abrirse a la gracia de Dios; la
libertad es aceptar ese don. Por fin, Jesús no es sólo un maestro; es alguien que nos remueve por
dentro. El cristianismo no es sólo una moral, es una vida nueva que nos es dada.

El problema del pelagianismo es el problema de la relación de la fe con la gracia, o de la fe


con la libertad. Si la fe es gracia, don de Dios, entonces no es mérito mío; y se podría llegar a
decir que Dios me salva a pesar mío (sólo la fe salva y Dios da la fe a quienes quiere salvar y a
los demás no les da la fe, es decir no los salva; tenemos un cierto predestinacionismo). Por eso
Pelagio insiste en la voluntad personal y el esfuerzo personal para salvarse, imitando a Jesús.
Pero el revés de la medalla para Pelagio es que, si el hombre se salva por su esfuerzo propio, está
negando la gracia de Dios y la salvación en Cristo. Cristo-ejemplo ya no es Cristo. El Concilio se
basa en la palabra de Juan: "Sin mí no pueden hacer nada" (Jn 15,5 - Dz 105)

Pero algunos reprochan a Agustín de destruir la libertad humana con sus ideas sobre la
gracia. En 529, Cesareo de Arles (San) aprovecha la consagración de la Basílica de Orange para
proponer a los obispos y laicos presentes firmar un documento conocido como el Concilio de
Orange (Dz 173b-200). ¿Cuál era el problema? La gracia viene de Dios, pero el hombre tiene que
dar el primer paso. Hay 3 pasos que dar: el primero es creer que Dios me salva; el segundo,
desearlo de todo corazón; y el tercero pedir esa salvación en la oración. El Concilio de Orange
recuerda que el primer paso, la misma decisión de creer, ya es un don gratuito de Dios. El hombre
es incapaz por sí mismo de obrar la salvación. Dicho de otra manera: no depende de nosotros ni
el inicio ni el aumento de la fe (Dz 141 y 178). Insiste el mismo canon que la fe no es algo
"natural" al hombre, para así resaltar su carácter gratuito. El Papa, Bonifacio II, en su aprobación

55
del Concilio (Dz 200a-b) destaca 3 aspectos. El Papa insiste en primer lugar en que la fe es de
modo radical un don de Dios; no proviene del poder de la naturaleza humana. En segundo lugar
dice que nadie puede "querer, empezar o acabar" un bien sin la gracia de Dios. Por fin recuerda el
Papa que la naturaleza humana ha sufrido con el pecado de Adán y está privada de su santidad
originaria.

3.- LUTERO Y TRENTO. Siglo XVI.


Para la Iglesia, el siglo XVI es un período de decadencia espiritual y moral. La teología
escolástica está empobrecida; se transforma a veces en pura gramática. La Iglesia que tanta
influencia y tanto prestigio tuvo en la edad media se encuentra en su peor momento con su clero
mal formado, corrompido, con el Papa y los obispos que se presentan más como príncipes
terrenales que padres espirituales (Estados Pontificios; problema de las indulgencias).

En este ambiente aparece Martin Lutero: (1483-1554), fraile agustino alemán, profesor de la
Universidad de Wittenburg. Quiere reformar la Iglesia y, para eso, traduce la Biblia al Alemán
(empezando por la carta a los Romanos) y estudia San Agustín y el Concilio de Orange. Fue
excomulgado por León X, pero sus doctrinas ya se habían propagado. Fue ayudado por algunos
príncipes alemanes que veían en él la ocasión de liberarse tanto del Papa como del Emperador.

Podemos resumir su doctrina en 3 puntos:


Sola Scriptura (la sola Escritura): La Escritura es fundamental para la vida y cada uno la
interpreta con la sola ayuda del Espíritu Santo. La Escritura es su propio intérprete

Sola Fides (la sola fe). Lutero traduce la Biblia y en Rm 1,17 encuentro un texto que será
básico para sus ideas: "El justo por la fe vivirá". Para Lutero esto significa que lo que nos hace
justo es la fe. Lo importante para salvarse es creer y nada más; basta creer. No importa el
contenido de la fe; las obras no sirven para nada. Es lo que se llama la fe fiducial o la fe-
confianza: creer es tener confianza que Dios me salva. "Tener un Dios no es otra cosa que confiar
en él de todo corazón" (Gran catecismo).

Sola gratia (la sola gracia). Hay en Lutero una afirmación excesiva del pecado original. El
hombre no es verdaderamente libre, ya que, a raíz del pecado original, toda la raza humana ha
quedado mortalmente herida; no puede controlar las malas inclinaciones. Por lo tanto, si el
hombre no es totalmente libre para actuar, no es totalmente responsable de sus actos; entonces,
sólo le queda esperar confiadamente que Dios se apiade de él (fe fiducial). El hombre es puro
pecado. La justificación nos viene por la sangre de Cristo. Pero es una justificación externa,
jurídica: Dios nos salva tal cual somos sin transformar nada en nosotros. Lutero llegará a decir:
Peca fortiter sed crede fortius (peca fuertemente y cree más fuertemente) 63. En consecuencia, los
sacramentos no tienen ninguna eficacia en cuanto a otorgar gracias al hombre; son sólo
manifestación de la fe de aquel que los recibe.

63
No se sabe si esta frase es realmente de Lutero. Sin embargo, en una carta a Melanchton (01/08/1521), Lutero
escribe: “Dios no salva a los pecadores ficticios. Sé pues pecador y peca fuertemente, pero ten más fe aún y más
alegría en Cristo que es vencedor del pecado, de la muerte y del mundo” (Citado en J.L. SEGUNDO, El dogma que
libera. Sal Terrae Santander 1989, p.305). No hay que tomar este texto como un incentivo para pecar. Lutero
reconoce lo que es el hombre: es pecador. Entonces hay que aceptar este hecho. Y la respuesta está en la fe en Cristo.

56
Otro aspecto de la teología de Lutero es su rechazo de mediaciones. Sólo Cristo me salva; por
lo tanto no necesito de la Iglesia, de la Tradición ni de los Santos. La Iglesia no es mediadora;
vivir en Iglesia o en comunidad ayuda al creyente, pero en sí, no es indispensable. La tradición
que es la transmisora de la vivencia de la Iglesia no ayuda. Los Santos no son mediadores, no
ayudan en nada; su culto es solamente idolatría.

En Resumen, dice Lutero: “Cristo tiene 2 naturalezas. ¿En qué me concierne esto? Si lleva
ese nombre de Cristo, magnífico y consolador, es por causa del ministerio y de la tarea que tomó
sobre él: eso le da su nombre. Que sea por naturaleza hombre y Dios, eso es para él. Pero que
haya consagrado su ministerio, que haya derramado su amor para llegar a ser mi Salvador y mi
Redentor, allí encuentro yo mi consolación y mi bien... Creer en Cristo, eso no quiere decir que
Cristo es una persona que es hombre y Dios, lo que no sirve de nada a nadie; significa que esta
persona es Cristo, es decir que por nosotros salió de Dios y vino en el mundo. De este oficio le
viene su nombre”.

Si bien Lutero tenía buenas razones para buscar una reforma profunda de la Iglesia, ésta no
podía dejar de reaccionar. Lo hizo con el Concilio de Trento, especialmente en la sesión 6 (1547).
El Concilio de Trento retoma y profundiza lo dicho en el Concilio de Orange para así corregir la
visión luterana sobre la fe. En primer lugar, insiste el Concilio que por el pecado original, el
hombre está totalmente corrompido y debilitado; pero el pecado no nos quita la libertad. Además,
la gracia no solamente cubre al hombre sino que lo transforma. Por otra parte, sabemos que el
hombre debe tener confianza en la salvación de Dios, pero debe también asentir a las cosas que
Dios la he revelado. La fe fiducial es buena pero no es suficiente.
También muestra el Concilio que la fe es una gracia; sin embargo el hombre es libre de
aceptarlo o rechazarla. La fe es el origen y raíz de la justificación; es fructífera, es decir que da
frutos en obras.

4.- FE Y RAZON.
El mundo ha cambiado: desde el Renacimiento, pero sobre todo en los siglos XVIII y XIX, el
hombre hace descubrimientos, va desarrollando todas las técnicas y ciencias. El hombre tiene una
razón y se da cuenta de ello. Empieza a usarla y a darse cuenta que esta razón no tiene límites.
Todo este movimiento llegará a su cumbre con la Revolución francesa en Francia y con el
Aufklarung en Alemania. Es el reino de la razón autosuficiente.

Esto significa que el hombre es centro del mundo: Copernico anuncia que el sol es el centro
del universo y no la tierra; Descartes pone al ser humano como principio de su pensamiento
(pienso, luego existo); Kant exagera el valor de la razón. El hombre se da cuenta que es un ser
libre y derecho a la libertad; no vive para someterse a otros: las ciudades se liberan de los
príncipes; el hombre debe pensar por sí mismo y no a través de otro. También es el momento en
que triunfa la Razón humana: llega a ser el criterio último de todas las cosas. Las consecuencias
no se hacen esperar. Por una parte, la razón quiere emanciparse de la Tradición y de la Autoridad.
Por otra parte llega el Positivismo: todo lo conocido o por conocer debe hacerse de manera
empírica. Es decir, el hombre con el uso de su razón debe ser capaz de enfrentar al mundo, de
criticarlo, de dominarlo. El hombre puede criticarlo todo.

57
Por eso en esta época se notan cambios políticos (nace la idea de Democracia), morales,
religiosos. También nacen y/o se desarrollan de manera asombrosa todas las ciencias y técnicas
modernas.

Varios teólogos católicos reaccionaron: el Semi-racionalismo proclamará que la sola razón


puede responder a las preguntas fundamentales del hombre. El Concordismo está de moda: hay
que hacer concordar la fe con los descubrimientos de las ciencias. Por su parte el Fideísmo
defenderá la fe como algo personal que no puede ser sometido a la razón. Sólo vale la experiencia
personal. Es decir: hay una actitud afectiva, a veces romántica. En fin, el Tradicionalismo
recordará que lo importante es recoger lo que viene de atrás. Se cierra a toda idea nueva. Esto es
el horizonte con que se encuentra el Papa Pío IX y el Concilio Vaticano I.

Pio IX dio el primer golpe con su Encíclica "Qui Pluribus" (Dz 1634-1639): declara que la
fe está por encima de la razón, pero no se opone a la razón porque ambos nacen de una misma
fuente que es Dios: la fe es regalo de Dios y la razón es creada por Dios. Además se ayudan: la
razón razona, demuestra, protege y defiende la verdad de la fe; la fe libera la razón de los errores
(Dz 1635).

El concilio Vaticano I afirma con fuerza y coherencia el carácter específico de la fe que viene
de la autoridad divina, y la unidad entre los aspectos de conocimiento de la justificación
(salvación). Además toma una posición de equilibrio entre las tendencias racionalistas e
irracionalistas, y llega a definir (de manera feliz) las relaciones entre fe y razón. (Dz 1781-1820).
Vaticano I es quizás muy en la defensiva. No dará frutos inmediatos por culpa de los
problemas políticos y filosóficos del momento y también por el ambiente demasiado apologético
de la Iglesia.

5.- De Vaticano I a Vaticano II.


5.1.- El Modernismo.
El movimiento modernista comenzó en la exégesis, bajo la influencia del protestantismo
liberal. Poco a poco, aceptó la teoría de la evolución de los dogmas, dudando que fueran
realmente conciliables fe y razón; entonces intentó hallar nuevas soluciones del lado de la
inmanencia. El movimiento quería permanecer en la Iglesia para acomodarla al mundo moderno.
Desde 1890, el movimiento empezó a extenderse en diversos campos: filosofía de la religión,
apologética, ámbito político y social (La Acción católica) y reforma de la disciplina eclesiástica.

Hay en el Modernismo un primado de la experiencia particular de cada creyente. La fe no


viene de la autoridad de Dios, sino que responde a las necesidades del hombre (el hombre
necesita creer, y eso por naturaleza). Como consecuencia, los dogmas, la Revelación, la Tradición
son reinterpretados para ver si responden a la necesidad y a les experiencias religiosas de cada
uno. Además la Revelación deja de ser el objeto de la fe. Es progresiva. Cada uno con su
inteligencia va descubriendo a Dios; lo que significa que el inteligente será más creyente que el
hombre simple.

Llegamos a un relativismo religioso: todo es relativo según la experiencia personal, la cual


determina el objeto de la fe. Llegamos también a un determinismo: la fe es una percepción de
Dios en la conciencia humana; ésta hace surgir el dogma. Así también los sacramentos brotan de
la necesidad de darle a la religión una forma externa. La Sagrada Escritura recoge las

58
experiencias de los Judíos y de los primeros cristianos. La Iglesia es el fruto de la conciencia
colectiva; y la autoridad no tiene más misión que la de dar expresión a los sentimientos de los
individuos.

Pio X reaccionó con vehemencia condenando todos los errores (Dz 2001-2065 y Dz 2071-
2109) y obligando al Juramento antimodernista (Dz 2145-2147)

5.2.- Vaticano II.


Es menos defensivo, más pastoral y positivo. No hay condenaciones.
Vaticano II habla muy poco de la fe. Solamente en "Dei Verbum" (DV 5) expresa que la fe ya
no es la adhesión a las verdades reveladas sino el acoger a Dios que revela. En efecto, la
obediencia de la fe es el compromiso fundamental de la libertad en el encuentro personal y reúne
lo que está detallado después como homenaje de la inteligencia y voluntad. Dicho de otra manera,
lo primero es Dios que revela. La fe se ve a partir de Dios, en su unidad. La unidad entre el
aspecto conocimiento y salvifíco de la fe no es como una yuxtaposición de 2 notas sino que está
dado por la acción reveladora de Dios. La libertad del cristiano es la obediencia. Esa es la
grandeza y la responsabilidad, la prueba y la alegría del creyente hoy.

59
Cap. 8.- REFLEXIONES SOBRE LA FE.
1.- La fe como estructura fundamental del ser humano.
La fe es un conocimiento por confianza. "Creo en ti" significa un cierto conocimiento de la
persona y una confianza en esta misma persona, confianza que nace de este conocimiento. El ser
humano necesita para sí mismo confiar en otras personas.

Esta confianza es indispensable para vivir: necesito confiar en la persona que me indica una
dirección; necesito confiar en la habilidad del zapatero, del constructor, en la decencia del
vendedor, etc... Es la fe funcional.

La fe es necesaria para el desarrollo pedagógico y de la libertad. El niño necesita confiar en


sus padres y educadores si quiere aprender. Un alumno que no confía en su maestro tendrá
problema en este ramo. También para aprender a ser libre, el hombre necesita confiar en otras
personas. La fe es necesaria para todo encuentro personal. Necesitamos ser complementados por
otros. Por ejemplo, la amistad es un acto de fe mutuo.

La fe es sobre todo indispensable porque hay en todos nosotros la necesidad de una


percepción última. Veamos, por ejemplo, como lo expresa el teólogo alemán, Kart Rahner:
Yo soy algo más de lo que empíricamente puedo conocer (yo soy más que lo biológico). Es
decir: se puede hacer referencia a algo capaz de totalizar al hombre; eso es la trascendencia.
Además, siempre el hombre puede preguntar algo más. El hombre tiene un horizonte infinito de
conocimiento; puede hasta cuestionar las conclusiones a las que llega. Es portador de un
dinamismo sin límites. Para el hombre, ser limitado, reconocer sus límites, en vez de reprimirlo y
encerrarlo, lo abre siempre a algo más, a buscar más, a avanzar más, hasta lo infinito. Esa es la
grandeza del ser humano: puede avanzar siempre más. Además, detrás de cada acción, el hombre
afirma que la vida tiene sentido; por eso se juega más por el ser que por la nada. Por el solo hecho
de vivir, el hombre sabe y proclama que él no es el Creador de sí mismo ni del mundo. Hay otro
más: Dios.
En resumen: Cuando Dios nos regala el don de la fe, esta fe no cae como cuerpo extraño en
nosotros. Ya hay una estructura preparada para recibirla.

2.- ¿Cómo debe ser la fe cristiana hoy?


La fe es el encuentro personal con el Dios que conozco en Jesucristo y que me hace más libre.

a.- la fe es un acto personal-personalizante.


El hecho de tener fe me hace más persona; me ayuda a descubrirme a mí mismo, a ver quién
soy, y a descubrir el mundo con ojos verdaderos. También me ayuda a tomar conciencia de mi
responsabilidad conmigo mismo y con el mundo. Es decir la fe me ayuda a madurar.
Pero la fe es también el descubrimiento de una relación con otro. En la fe cristiana, ese "otro"
es Dios. No es una fuerza ciega, es una persona, es mi Creador y desde que Jesús me lo hizo
conocer, es mi Padre. La fe es entonces la base de una relación con Dios como Padre, es decir una
relación de amistad y de confianza. Toda amistad me hace más libre y responsable. Recordemos
que los medievales definían la teología como “Fides quaerens intellectum” (la fe que busca
entender). Y desde san Agustín se insiste en ‘creer para entender’. Por eso, la fe es obediencia
(Rm 1,5; 16,26): obediencia filial, como un hijo obedece a su Padre, para así crecer; como un hijo
que cree en las promesas de su Padre.

60
Además es importante reconocer que la fe se expresa en actos personales. La fe es un acto de
libertad: yo tomo la responsabilidad, yo me arriesgo a creer para crecer. Este acto es lo más
personal mío. La fe es acto liberador: me abre al mundo. Al ver al mundo con ojos nuevos, la fe
me permite superar todo tipo de angustia y alienaciones; en definitiva, me permite ser más yo
mismo.

b.- La fe es comunitaria (o eclesial).


Iglesia ad intra.
La fe es lo más personal mío, pero tiene que ser comunitaria: nace en una comunidad, se
recibe en ella, se conserva y crece en comunidad, nos relaciona con la comunidad.
Si bien cada uno ha de hacer su propio camino en la fe, y por muy compartido que sea,
siempre será un camino personal. Pero nunca será un camino individual, sino comunitario. La
Iglesia me dice lo que tengo que creer y necesito de la Iglesia para creer, para vivir y expresar mi
fe.

Iglesia ad extra.
El cristiano vive en el mundo. La fe no es una evasión del mundo. Aunque no es de este
mundo (Jn 17,14ss), el hombre de fe vive en el mundo; su fe le ayuda a vivir en este mundo como
persona responsable del mundo, en acciones y actitudes concretas.

Uno de los primeros problemas que encontramos es el aspecto misionero de nuestra fe. Si
Dios ha dado a conocer al creyente su amor infinito, al mismo tiempo le ha comunicado que ama
con ese amor a todos los hombres. ¿Puede un cristiano vivir tranquilamente su fe sabiendo que
tantos hombres no conocen a nuestro Dios y a su amor? El creyente, por el solo hecho a haber
recibido el don de la fe, debe ser misionero. Un creyente, una parroquia, una diócesis, una Iglesia,
que no es misionera pierde el sentido más profundo de su ser.

Otro de los problemas más común que encuentra el creyente es el problema política. ¿Puede
un cristiano meterse en política? ¿Puede un cristiano inscribirse en cualquier partido político? No
solamente puede el cristiano meterse en política, sino que debe. La política es la manera más
concreta de vivir en este mundo y de enfrentar los problemas concretos de nuestro región, país,
mundo etc. para solucionarlos, y el cristiano debe sentirse responsable del mundo en que vive y
de las decisiones que toman los políticos. El mensaje cristiano no se anuncia en las sacristías,
sino en lo concreto de cada día (Ver Mt 25: seremos juzgados sobre nuestro actuar diario). En
cuanto a inscribirse en algún partido político y participar activamente en el, el problema es más
delicado. Cada partido ofrece una visión del mundo muchas veces parcial. Además cada partido
ofrece una ideología que puede hasta esclavizar a sus adherentes y obligarlos por ejemplo a votar
algo por disciplina partidista aún cuando algunos sientan que esa ley va contra la moral cristiana.
En fin, la finalidad de todo partido político es llegar al poder, lo que significa mandar a personas
y dirigir los destinos del país. Este poder es atrayente y muchos harían cualquier cosa para
conseguirlo y conservarlo. Un creyente tiene que tener muy presente todos estos motivos cuando
participa de un partido político. La política es una vocación, es decir un llamado a entregarse de
lleno para ayudar al bien común de un país. Es una vocación muy difícil y aquel que acepta vivir-
la debe darse cuenta de los riesgos y tratar de influir como cristiano comprometido en su partido,
sea cual sea su tendencia. La Iglesia ha pedido a sus sacerdotes no inmiscuirse en política
partidista porque como sacerdote debe estar abierto a todos y además, como representante de la
Iglesia oficial no puede ligarse a una filosofía determinada, aún con nombre cristiano.

61
Veamos algunos ejemplos. Los Papas han actuado en política: Juan XXIII envía su encíclica
"Pacem in terris" no solamente a todos los cristianos, sino a todos los hombres de buena
voluntad. Juan Pablo II acoge la petición de Chile y Argentina y los ayuda a solucionar un
problema fronterizo (lo que es un problema exclusivamente político). La Constitución "Gaudium
et Spes" del Vaticano II nos dice que por el hecho de tener fe tenemos que actuar en mundo. En
su segunda parte (Nº 46 y siguientes), GS muestra cómo la Iglesia con su fe, dentro de su fe,
puede y debe ayudar a solucionar los problemas concretos de hoy.

La fe envía al cristiano al mundo. Un cristiano que no se preocupa de lo que pasa en el mundo,


no puede llamarse cristiano. Un cristiano que no busca soluciones cristianas, es decir basadas en
su fe en Cristo, no puede llamarse cristiano. Nuestra misión es la construcción del reino de Dios.
La dimensión escatológica del reino no es algo meramente futura. El reino empieza "hic et nunc"
(aquí y ahora). El reino es un reino de amor, justicia y paz. Y el saber que el reino no se realiza
plenamente ahora, nos ayuda a enfocar nuestra vida. Eso ha de reflejarse en nuestra posición
política y en todos los aspectos de la vida. Es lo que la teología de la Liberación llama la relación
"Fe-Praxis". La fe es obra, la fe es misión. Esta inserción del cristiano en un mundo en el que no
todos son cristianos o creyentes obliga al cristiano a ser más responsable. Desde su testimonio (en
palabras o hechos), el cristiano puede ayudar a los hombres a ser más humanos, pues la fe es lo
más profundamente humano y todo lo que es profundamente humano es aceptable para la fe, para
el cristiano.

En resumen: el cristiano debe sentirse responsable del mundo en que vive e influir en el, pues
la fe ilumina todas las posiciones y hace tomar posición.

c.- la fe dialéctica: la fe supera los dualismos.


En nuestro mundo y en nuestro pensamiento, existe todavía muchas veces una percepción
dualista de las cosas (por ejemplo: cielo-tierra, espiritual-material, etc.). Nuestra fe nos ayuda a
superar todos los dualismos. Veamos algunos ejemplos:

Cielo-Tierra. El Cielo es lo de arriba o lo que nos espera después de la muerte. La tierra es


nuestra vida actual, mortal. Cristo se encarnó, esto significa que Dios se hace hombre, vive en
nuestra tierra, y viviendo nuestra vida une cielo y tierra. En Jesús, vivimos el cielo ahora en la
tierra: Jesús es el Emanuel, es decir Dios-con-nosotros. Es todo el sentido escatológico de la fe y
de toda vida.
De la misma manera se puede resolver otras dialécticas como: la otra vida -esta vida (están en
continuidad); ya está-todavía no está (el aspecto escatológico); Pasado-futuro (Jesús nos enseña a
vivir el presente de Dios); tiempo-eternidad (el tiempo nuestro es portador de eternidad). La
resurrección de Cristo es prueba de todo esto.

Sagrado-Profano: Lo sagrado es lo relacionado con Dios, con una divinidad o con el servicio
divino. Lo profano64 es lo relacionado con el hombre y las cosas humanas. Ya en el AT, pero sobre
con Jesús, sabemos que todo está relacionado con Dios. Nuestra vida profana es sagrada: por eso,
la importancia que han tenido los derechos humanos. Por eso también podemos encontrar a Dios

64
Profano viene de pro (delante) y fanus (el templo). Lo profano es lo que está delante, es decir, fuera del templo que
representa todo lo sagrado.

62
en todas las cosas y acontecimientos, sin que esto sea panteísmo. También lo sagrado se vuelve
profano: la naturaleza no está ya divinizada. Por eso el cristianismo ha ayudado no poco al
avance de la ciencia, al poner a la naturaleza al alcance del hombre. No olvidemos que nosotros
(nuestro cuerpo) somos templos del Espíritu (1 Co 6,19; cfr 1 Co 6,15; 12,12).

En todas las religiones existen cosas o personas sagrados (pensar por ejemplos en los vasos
sagrados) muchas religiones acentúan este aspecto (no tocar tales cosas, comulgar en la boca,
etc.). En Cristo sabemos que todo y todos son sagrados, y más las personas que las cosas. Las
cosas, los objetos tienen un valor especial en cuanto nos ayudan a relacionarnos con Dios. Toda la
creación tiene este objetivo. De allí viene la importancia de los sacramentos. Ver además Jn 4.

Oración-Acción: La oración es la relación directa, exclusiva con Dios. La acción es el trabajo, el


obrar en este mundo; es el poner toda mi atención en una actividad personal mía. Sabemos que,
en Cristo, la oración que no va acompañada de acción es escapatoria y que la acción que no nace
de la oración se vuelve vacía (Para eso leer Mt 25, 31-46; 1 Jn 3, 17-24). La oración se convierte
en acción y la acción en oración.

Gracia-Libertad: La gracia es don de Dios, don gratuito e inmerecido. La libertad es algo


totalmente mío. La gracia no puede ser recibido sino en un ser libre; un robot no puede recibir
gracias porque no puede darse cuenta de lo que es una gracia. Además en Cristo sabemos que la
gracia de Dios no es algo sobrepuesto sobre nuestra libertad, sino que es un don de Dios que nos
hace más libre (ver el curso "Gracia y Pecado").

Cuerpo-Alma: El cristianismo ha retomado la antropología griega y divide al ser humano en


cuerpo y alma que representan la sustancia y esencia del ser humano. Los semitas hablaban de
cuerpo, alma y espíritu. La imagen griega del hombre está tan inmersa en nosotros que hablamos
de cuerpo diferente, separado del alma; por ejemplo, en la muerte, el cuerpo va en la tierra y el
alma sube al cielo (Cf. dialéctica cielo-tierra). Muchas veces en la historia de la Iglesia y
especialmente en los esfuerzos ascéticos se ha dado énfasis en la separación cuerpo-alma para
minimizar todo lo corporal y material (hay que dominar el cuerpo). La Biblia me recuerda que el
mismo Dios creó el cuerpo y el alma (Gn 1-2). La fe en Cristo me ayuda a respetar el cuerpo: el
cuerpo es miembro de Cristo y templo del Espíritu (1 Cor 6, 15-20). Este cuerpo resucitará igual
como Cristo resucitó. En fin, es importante afirmar no "tengo cuerpo y alma" sino "yo soy cuerpo
y yo soy alma". El cuerpo es la parte material de mi ser; el alma la parte espiritual de este mismo
ser. Mi ser no está dividido. La separación cuerpo-alma es más intelectual que real (Cf. curso de
Antropología teológica).

Iglesia-mundo: La Iglesia es la comunidad de los creyentes. El mundo es la comunidad de todos


los hombres; esta comunidad es más política y económica que espiritual. Por la fe en Cristo,
aceptamos que la Iglesia no es del mundo, pero está inserta en el mundo (Jn 17,14-16). La Iglesia
es una sociedad constituida con sus reglas propias, pero su finalidad es la transformación y
salvación del mundo entero. La Iglesia no se puede sentir extraña al mundo.

Dios-hombre: Dios es el Creador, el totalmente Otro; el hombre es creatura. En Jesús, Dios tiene
rostro humano y el hombre es divinizado. El deseo del hombre de ser como Dios (Ver Gn 3,5; 1
Jn 3,2) queda plenamente satisfecho en Jesús. Dios se hizo hombre para que el hombre sea Dios.

63
Fuerza-debilidad: Somos débiles porque pecadores y queremos ser fuertes. Dios es omnipotente,
es decir fuete y se hace débil. Tenemos que recordar que predicamos a Cristo crucificado, locura
para los griegos y escándalo para los judíos. Pero la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza
de los hombres (1 Co 1,22-25). A Cristo que no cometió pecados, Dios lo hizo pecado (quiso que
cargara con nuestros pecados) para que nosotros participáramos de la santidad de Dios (2 Co
5,21). Además en nuestra debilidad, Dios puede mostrar su fuerza (2 Co 12,9).

En resumen: el acto de fe va unificando toda nuestra vida. (Se puede añadir otros
dualismos: vida-muerte, razón-fe, etc.).

3.- RELIGION Y FE.

3.1.- la religión en la Biblia.


Un primer acercamiento a la realidad de la religión, lo tenemos en la crítica a los ídolos: Jer
16,20; S 96,5; 97,7; Is 45,20; 41,24; 44,6.9-20; Os 6,6 retomado en Mt 9,13; 12,7. A esto se
asemeja la crítica a la falsa religión: Is 58, 1-14; 1, 10-20; S 115; Is 29,13 retomado en Mc 7,7.
San Pablo, en 1 Co 8, ayuda a resolver el problema de los idolotitas. Su criterio es tomar en
cuenta al hermano débil, no ser escándalo. Tendrá el mismo criterio en 1 Co 10 23-24: "Todo es
lícito, mas no todo es conveniente. Todo es lícito, mas no todo edifica. Que nadie procure su
propio interés, sino el de los demás" (mismo criterio en 1 Co 11).

Para un acercamiento, veamos lo que es la liturgia. En AT, la liturgia tiene un significado


esencialmente cultual. También en NT, donde evoca prácticas del AT (Lc 1,23; Heb 9,21; 10,11).
En 2 Co 9,12, la liturgia es servicio profano, pero sólo en apariencia (Cfr Rm 15,17). En Flp 2,17,
la liturgia es ofrenda de la fe, es decir equivale a la fe misma. En Hch 13,2, se nos muestra a los
cristianos "celebrando el culto del Señor", es decir estamos en una reunión de oración que es un
acto de religión.

Otro acercamiento a la realidad de religión: Desde la primitiva Iglesia, la Oración siempre ha


sido muy preciada bajo sus diversas formas (Fil 4, 4-7; Mt 6,5ss) como en todas la religiones
existentes. También se asimila la fe cristiana a un camino (Hec 9,2; 18,25; 19,9.23; 22,4;
24,14.22). "Camino" indica una conducta personal y comunitaria de los que siguen a Cristo "el
camino" (Jn 14,6). Sin embargo no se puede asimilar el cristianismo simplemente a una religión y
menos a una religión como las demás. En el cristianismo hay gestos fundamentales y fundadores,
gestos que Jesús pidió hacer "en memoria" de El (Lc 22,19; 1 Cor 11,23). Son gestos cultuales
(desde el origen del cristianismo) y en relación con prácticas de caridad y solidaridad (Cf. 1 Cor
11). Esto significa que la fe cristiana no se deja asimilar a la religión. Además el cristianismo ve
el fin de la ley (o sea de la religión) (Cf. Rm 10,4).

3.2.- En la historia.
Si recorremos rápidamente la historia de la Iglesia, vemos que en la antigüedad, los cristianos
se mezclan en su ambiente. Por una parte asimilan el lenguaje corriente 65. Por otra parte son
asimilados a los ateos, porque no aceptan a los dioses estatales. Pero lo importante es que forman
un grupo social que no está determinado ni por territorio, ni por raza, ni por categoría social.

65
Cf. lo dicho acerca de la influencia de la religiones histéricas.

64
En esta situación, los cristianos reflexionan para situar a los demás con respecto a la fe
cristiana: ¿por qué Dios esperó tanto tiempo para enviar a su Hijo? qué significado tiene la fe?
etc. Los Padres griegos, a partir de Jn 1,9, desarrollaron la doctrina del "Logos spermatikos", es
decir semilla del logos dispersas en la humanidad (Los misioneros del siglo XVI volvieron a estas
ideas cuando entraron en China y Japón). Todo esto fue hecho en una perspectiva apologética,
pero provocó un acercamiento de la fe cristiana con el sentido religioso de la humanidad. San
Agustín recogerá estas ideas en su "De vera religione" para afirmar que todo llega a la verdadera
religión.

Con Constantino, la fe cristiana se transforma en una religión visible dentro del molde de toda
religión. Se habla ya de Cristianismo que es el sistema religioso cristiano con armadura de
dogmas, leyes, instituciones disciplinarias que estructuran la vida social. En cierta manera, el
cristianismo depende del poder político. En la Edad Media, se habla de "Christianitas", o sea
Cristiandad, es decir el gran imperio cristiano con doble cabeza: el emperador en lo político y el
Papa en lo religioso. Pero está el peligro de confundir el ámbito religioso con el político, para
llegar a una teocracia (donde manda el ámbito religioso) al estilo de ciertos países musulmanes.

En el Siglo XVI con la Reforma, surgirá el principio "Cuius regio eius religio" (la religión de
aquel a quien pertenece la región - Paz de Augsburgo en 1555). El pueblo será de la religión de su
Príncipe. Este principio nunca fue aceptado por los católicos, pero hoy tenemos países llamados
católicos, anglicanos, musulmanes, etc. Sólo los judíos no tenían país judío hasta 1948.

La primera guerra mundial fue una guerra entre naciones cristianas en nombre de sus valores.
En la Alemania vencida y cristiana, esta revelación provocó un escándalo e hizo reflexionar (más
que en la Francia vencedora y más laica). De allí partieron muchos estudios sociológicos. El más
conocido es "France, pays de misión?" (¿Francia, país de misión?) de H. Godin y Y. Daniel en
1943. En Chile tenemos el estudio del P. Hurtado "¿Es chile un país católico?" en 1941. Estos
estudios dan muestra que hay una descritianización de los países llamados cristianos, pero sobre
todo que una parte de la población nunca fue cristianizada. En Chile, tenemos una alto porcentaje
de católicos, pero sabemos que muchos cristianos no saben las bases de nuestra fe y que los
pueblos indígenas han recibidas las prácticas cristianas, pero su gente sigue y prefiere seguir las
tradiciones antiguas.

3.3.- Oposición Fe-Religión.


Hemos definido la religión como la relación en general del hombre con el "Ultimo". Según la
fenomenología, la religión es todo intento humano para relacionarse con el sobrenatural, lo
sagrado (lo Tremendum y Fascinosum). En este sentido, la religión sería un invento del hombre.
Para los sociólogos, es difícil definir la religión porque trasciende todas las realidades de la vida
social.

Para el protestantismo liberal (Fin del Siglo XIX), la fe es lo único que salva. Hay un primado
de la palabra de Dios que juzga al hombre y a sus obras. La religión es mala porque expresa al
hombre y viene de su psicología y de su actividad, las que son radicalmente pecadoras. Prueba de
ello: la religión es orgullosa porque pretende conocer a Dios, quiere alcanzarlo partiendo del
hombre y de sus obras. Si llevamos esto hasta las últimas consecuencias, esto significaría que el
hombre quiere alcanzar la salvación por sí mismo. Todo el protestantismo pone demasiado
adelante el principio protestante de "sola fe - sola Escritura - solo Cristo".

65
Podemos recoger también aquí las ideas que propagan muchos cristianos (también algunos
católicos) para mostrar que todas las religiones son iguales y así preparar una unión de todos los
credos; no solamente de los cristianos, sino de todas las religiones existentes. Es evidente que
todas las religiones son laudables porque tratan de acercar al hombre a lo Último y porque en
toda religión de alguna manera Dios está presente66. Pero un ecumenismo bien entendido no
puede confundirse con una mezcla (que es destrucción) de todas las religiones. El verdadero
ecumenismo es tratar de comprender a los demás y ponerse en manos de Dios. Él y sólo Él puede
unir a los cristianos y acercar a todas las religiones. Tenemos que partir de Dios: la verdadera
religión es una religión revelada. "Pudo Dios, al gobernar al hombre, imponerle solamente la ley
de la naturaleza, es decir la que grabó en su corazón cuando lo creó, y regir después el desarrollo
de ella por su providencia ordinaria; sin embargo, prefirió añadir algunos preceptos que hay que
observar, y a lo largo del tiempo, es decir, desde el origen del mundo hasta la venida de Nuestro
Señor Jesucristo, enseñó a los hombres los deberes que todo ser racional tiene para con su
creador: 'Muchas veces y de muchas maneras habló Dios en otro tiempo a nuestros padres por
ministerio de los profetas; últimamente, en estos días, nos ha hablado por su Hijo'; resulta, pues,
claro que no hay verdadera religión fuera de la que se apoya en la revelación divina que, iniciada
desde el origen del mundo, continuada bajo la ley antigua, Cristo ha llevado a su culmen bajo la
nueva ley. Ahora bien, desde el momento en que Dios habla -lo que atesta la historia-, es evidente
que el hombre tiene la obligación absoluta de creer en Dios cuando habla y la de obedecer
plenamente cuando le manda... La virtud sobrenatural de la fe tiene como objeto formal la
autoridad de Dios que revela, autoridad que no tolera distinción alguna de este género... El
magisterio de la Iglesia fue constituido para que perpetuamente guardase intacto el depósito de
las verdades reveladas y para que asegurara su conocimiento por parte de los hombres... por eso
la verdad revelada no puede hacer convenios..."67.

3.4.- Más allá de la oposición.


Podemos definir lo sagrado como la esencia de lo religioso. Lo Sagrado tiene la mezcla de
fascinación y temor. Entonces el Cristianismo no se deja reducir a esa parte religiosa que tiene.
Lo que es constitutivo del Cristianismo es una Palabra que libera de toda servidumbre, hasta de la
servidumbre de la ley. Por eso la primera respuesta a esta Palabra es la fe. Primera palabra, es
decir, antes que la respuesta se moldee en un rito. Hay que reconocer que los ritos son
expresiones privilegiadas de las religiones.

De allí la importancia de creer en Dios (credere in Deum) y no solamente creer a Dios (Deo) y
creer que Dios (Deum). Esto significa que la fe tiene un sentido escatológico indispensable: llegar
a Dios. No es solamente creer verdades intelectuales.

Por eso también, los ritos cristianos son Palabras. El sacramento antes que un rito (semi-
mágico) es una palabra y una palabra pronunciada por Cristo mismo. Para San Agustín, el
sacramento es "verbum visibile (palabra visible) (Accedit verbum ad elementum, et fit
sacramentum: se añade la palabra al elemento y se hace el sacramento - Tract. in Joh. 80,3).

66
Cf. supra la teoría del logos spermatikos.
67
Encíclica "Mortalium animos" de Pio XI del 6 de Enero de 1928, citada en R. LATOURELLE, op.cit. p. 334ss

66
Otra consecuencia: la fe implica comportamientos morales (Cf. Fil 3, 7-11, especialmente v.
9), pero ya no impuestos por instituciones o vividos en templos: el templo es la asamblea.

Pero ¡cuidado! no basta oponer fe y religión. La fe, y la teología que es la auto-comprensión


de la fe, no puede ser una verdad reservada, secreta. El monólogo (guardar para sí lo descubierto)
y el esoterismo (mezclar religiones y guardar el conocimiento para los solos iniciados) son
perversiones religiosas. La fe cristiana contiene una verdad que interesa a todos los hombres. Esta
universalidad es indispensable para entender la relación entre fe cristiana y religión cristiana:
cada una (fe y religión cristianas) debe estar abierta a todos los hombres y a todo el hombre.

El "lugar" donde se relacionan perfectamente fe y religión cristianas es en la pareja palabra-


sacramento: ella es constitutiva del Cristianismo. Gal 5,6: la fe viva se muestra en el ejercicio de
la caridad.

El sacramento es un símbolo. Del griego "sum-ballo", lanzar juntos, juntar (en oposición a
"dia-ballo" separar - de allí el diablo es el que separa). El símbolo es unir 2 cosas, una terrestre,
creada (agua, pan, etc) y su expresión divina (vida divina).

¿Qué es un sacramento? En la antigua Roma, era el conjunto de ceremonias consecratorias


que acompañaban el juramento prestado por los soldados romanos en su incorporación (hoy sería
el juramento a la bandera). En la Iglesia primitiva, los sacramentos son signos litúrgicos y
hechos sacros. La palabra "sacramentum" traduce la palabra griega "mysterion" que se emplea
todavía en la Iglesia Ortodoxa. En San Agustín es un signo sagrado. Poco a poco esta palabra será
reservada para los signos sagrados instituidos por Cristo. Cristo expresa en ellos su voluntad
soberana. Lo que significa que son fuente de la gracia por ellos mismos. El septenario (7
sacramentos) existe por lo menos desde el siglo XIII: Dz 465-6; 695s; 844. Este septenario es
organismo de la gracia inseparable de la vida de la Iglesia a la que da su estructura y una
profundamente.

4.- HISTORICIDAD DE LA FE.


Además Bibliografía: Walter KASPER, Introducción a la fe, Sígueme Salamanca 1982,
pp. 173-216. René LATOURELLE, Teología de la Revelación, Sígueme Salamanca, 1982,
pp. 433-450.

Es difícil definir la historia, pero podemos decir que siempre avanza. Esto significa que todo
se transforma: el ser humano sabe y siente la precariedad; hoy más que nunca, cuando todo está
en discusión. (Antiguamente, las leyes esenciales eran eternas). El hombre está siempre puesto en
juego en las situaciones decisivas de su vida. Sabemos además que el mundo no está acabado: el
hombre es el ser en camino entre el ser y el devenir, entre pasado y futuro.

Todo cambia y se transforma. Además sabemos por los estudios bíblicos que la Biblia depende
de otras religiones, de géneros literarios, de manera de pensar, hablar, representar, del desarrollo
histórico del ser humano. Quedará algo dónde afirmar realmente nuestra fe? Profundicemos.

4.1.- fe - ley - historia.


Si queremos diferenciar la Revelación cristiana de las mitologías, podemos decir que los mitos
siempre acontecen y nunca han acontecido. Mientras tanto, la confesión cristiana es "Jesús es el

67
Señor" (1 Cor 12,3), pero todo viene en un largo diálogo histórico (Cf. Heb 1,1). Nos
encontramos con Dios en la Historia y no en la naturaleza ni en la profundidad del alma humana.
Nuestro Dios es el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, es un Dios de vivos y no de muertos
(Mc 12, 26-27); no es el Dios de los filósofos. Si Dios es el Dios de la historia, la fe nuestra es
histórica, es decir no se puede sustraer de los problemas que nos plantea la historia. Existe 2 tipos
de peligro: el primero no plantearse ningún problema; es el peligro católico: conformarse. El otro
es el peligro del docetismo: insistir en la libertad de cada uno; si el mundo es pura apariencia, la
fe no tiene asidero "material".

La fe no es solamente creer verdades. La acción de Dios en la historia no es nunca un hecho


entre otros; es una acción oculta para el ojo humano, sólo es aceptable en la fe (Cfr los ojos de la
fe). Sólo puede conocer esta acción de Dios el que está dispuesto a salir del mundo de lo medible
y calculable, de las comodidades y evidencias para entregarse al nuevo mundo. La historia se
convierte en historia salvífica sólo cuando la acción de Dios en la historia es aceptada y
reconocida como tal por el hombre de fe. Esto significa que no se hace sin el hombre. No
podemos olvidar estos 2 aspectos importantes: una palabra pronunciada históricamente y una
respuesta también pronunciada históricamente. La historia se puede definir como un diálogo
histórico (diálogo que puede ser perturbado, por ejemplo por el pecado).

Así está evidente la diferencia entre historia universal e historia salvífica. No se puede
dividirlas en 2 unidades porque toda la realidad se encuentra bajo la luz y la gracia de Dios. Por
eso, toda la historia es potencialmente salvífica. Por eso, hay paganos santos (e imitables) y, por
eso también, hay elementos mitológicos en AT y NT.

El punto de referencia es Jesucristo. En El la historia llega a su plenitud. Él es el hombre


perfecto. En Jesús, por él y con él está la Iglesia.

La Iglesia está en "ya y todavía no". Está presente plenamente en el mundo y lo conduce a su
realización plena. La Iglesia tiene la verdad plenamente, y al mismo tiempo, no tiene la verdad de
manera plena: la tiene que buscar continuamente de nuevo. La Iglesia profundiza el depósito de
la fe y comprende y explicita de manera siempre más profunda este mismo depósito. También
ella tiene que repetir siempre de manera nueva su mensaje de salvación (decir lo mismo en
situaciones distintas). Debe estar atenta a los acontecimientos divinos en la Historia (por ejemplo,
los signos de los tiempos) para recibir y expresar el amor de Dios a los hombres.

La Iglesia es histórica, peregrina, continua (Jn 16,13). Por eso hay una historia de la Iglesia y
también una historia de los dogmas y una historia de la fe. Hay una sola cosa permanente: el
hombre está llamado por Dios históricamente a dar respuesta. Por eso, en la vida cristiana existe
el riesgo de la fe: el cristiano tiene que avanzar.

4.2.- Lo permanente cristiano.


Hemos visto que lo histórico es símbolo de progresivo. Para Aristóteles, la historia es un
fenómeno neutral antes y después del movimiento. Existe esta historia para se refiere al espíritu
humano (Agustín dice cosas semejantes). La libertad humana es la que une los pasos de la
historia: hay historia donde hay libertad. La historia no se desarrolla, se encuentra en la decisión;
la opción en la libertad decide el sentido del hombre (lo que es distinto de los caprichos).
Podemos decir entonces que la libertad es la facultad de lo definitivo.

68
Vemos como resultado que a la historia pertenecen lo mutable y lo pasajero, y también lo
incondicional y lo definitivo. Si la libertad es el punto máximo de la historia, la libertad llegó a su
meta en la Cruz. La fidelidad y el amor de Dios revelados de una vez por todas en la entrega de
Jesús son lo permanente cristiano en la historia. Por eso la escatología es un rasgo esencial de la
fe cristiana.

En este ámbito de lo histórico, de lo mudable y lo definitivo, ¿cómo podemos ver y definir la


infalibilidad? La infalibilidad no es algo sin faltas o defectos: los dogmas pueden ser superfi-
ciales; el enunciado puede ser malo, está sometido a la historicidad; los dogmas pueden ser
mejorados. Lo único infalible es que Dios ha venido al mundo con, en Jesucristo. Dios es fiel: es
lo único infalible, es la escatología definitiva.

Esto significa que la infalibilidad no está en afirmaciones muertas, sino dentro de instancias
vivas. El sujeto infalible verdadero es la Iglesia. El Papa es infalible porque es portavoz y
representante de la fe de la Iglesia: ella es permanente. La puertas del infierno no podrán contra
ella (Mt 16,18).

4.3.- El futuro de la fe.


Una fe sin futuro es una fe muerta. El futuro es el reino de las posibilidades abiertas, es el
terreno de la libertad.

Todos vivimos en una sociedad constituida. Toda sociedad se constituye, es decir se establece:
tiene sus reglas, sus tradiciones. Esto significa que se pone conservadora (lo que era, lo que
siempre se ha hecho, eso es lo eterno). Como toda sociedad, la Iglesia prefiere ser conservadora;
eso es lo normal; la historia con sus tradiciones es un peso difícil de mover. Por ejemplo, el
entusiasmo después del Concilio Vaticano II decayó; se prefiere volver hoy a estructuras que
hicieron historia porque son "seguras", y molesta ver gentes con ideas demasiado novedosas.

El peligro es dejar en otras manos (quizás manos de fanáticos) el entusiasmo escatológico.


Muchos grupos, grupúsculos o sectas aprovechan este entusiasmo que muchos buscan y
reclaman. Basta ver el auge de grupos carismáticos (evangélicos, católicos o semi-separados de
todo). Tenemos que recordar el auge de las sectas, la importancia que han tomado últimamente el
fanatismo religioso en muchos países (musulmanes sobre todo) y el fanatismo extremista de
grupos políticos (resurrección del nazismo, por ejemplo). Todos hablan de las utopías del futuro:
sea la secularización de la esperanza bíblica, sea de la venida del hombre nuevo y del mundo
nuevo, sea de un fin apocalíptico del mundo con la venida del Mesías o de un nuevo Mesías.

Toda sociedad bien organizada tienda a perder de vista su finalidad futura. Por eso, la
escatología está poco estudiada y menos vivida. En el cristianismo, y especialmente en el catoli-
cismo, la Iglesia organizada jerárquicamente tiende a dar demasiada importancia a la
organización, a la supervisión de la doctrina y a dejar de lado el sentido escatológico de nuestra
fe y organización. En este mundo demasiado organizado, hemos dejado en manos de fanáticos el
entusiasmo escatológico.

69
5.- Los milagros68.
Los milagros son importantes para la fe. El Concilio Vaticano I insistía en presentarlos
como prueba de la omnipotencia divina para la inteligencia de la revelación “los argumentos
externos, especialmente, los milagros y las profecías” (Dz 1790; Cf. 1813; 2145). Hoy, para
muchos cristianos, los milagros son hechos fantásticos. Los milagros son importantes en los
Evangelios. Si los retiramos, queda trunca la vida de Jesús y su mensaje. Pero, ¿cómo
entenderlos?
Antes (sobre todo en el siglo XIX), se veía los milagros del punto de vista apologético:
son prueba de la verdad de la Iglesia católica porque Dios la respalda haciendo milagros. Por otra
parte, los intelectuales de la Ilustración y del Modernismo, veía en ellos una farsa o un símbolo…
y desconfiaban de su existencia. También hoy voces se levantan para preguntar sobre su sentido:
si Dios ha creado el mundo con las leyes de la naturaleza, ¿por qué se arriesga a hacer algo que
va contra las mismas leyes? Las respuestas a esta pregunta son importantes. Por una parte, si Dios
se introduce en la causalidad, se hace parte del mundo y se asimila a los semi-dioses de la
antigüedad. Por otra parte, al hacer milagros, se muestra arbitrario, es decir no toma en serio su
propia obra o busca corregirla. En definitiva: Dios se muestra débil.

En la Biblia, los milagros son prodigios que autentifican la misión del profeta (Ex 3,3).
Por eso, son obras que requieren una especial intervención de Dios (Jn 9,3; 5,36; 15,24; Cf. Mt
11,21; Mc 6,2; Rm 15,19; 2 Co 12,12; 2 T 2,9). Sobre todo, son signos o señal, es decir significan
(Ex 3,12; Hch 10,38; Lc 7,22; Jn 5,36-37; sobre todo, Jn 2,11; 4,54). Pero los milagros pueden
ser peligrosos y hay que discernir (Dt 13,2-6): los magos de Egipto hacen los mismos milagros
que Moisés (Ex 7,12.22; 8,3).

Es difícil probar científicamente la historicidad de todos los milagros de Jesús, pero el


recuerdo que se tiene de él es de un hombre que curaba enfermos (Hch 2,22). Hay distintos tipos
de milagros: exorcismo, sanación, resurrección (revivificación), multiplicación de panes,
salvación (de la tempestad), aparición (camina sobre el agua), castigo (de la higuera). Los que
podemos decir es que los milagros se realizan en contexto de fe: son consecuencia de la fe (¿crees
que puedo hacerlo? Que se haga según creíste) o promueven la fe (viendo esto, muchos
creyeron). Es decir, para los evangelistas, el problema no es de causalidad natural, sino de fe (Jn
20,30) que lleva a la vida (Jn 20,31) 69. Jesús mismo habló 3 veces de sus milagros (Mt 11,2-6;
11,20-24; 12,28): para él, los milagros señalan la llegada del Reino.

Para san Agustín, los milagros son actuación por parte de Dios de virtualidades o
gérmenes ya contenidos en la creación (DT 3,8,13). Para santo Tomás, hay que distinguir entre lo
que ocurre, el acto de poder, y el objeto que es manifestación o signo. Solamente Dios puede
superar el orden natural (ST I,110,4; III,43,2). Hay un aspecto de gracia (I,104) que manifiesta la
divinidad (III,43,3). Vaticano II insiste en que revelan (DV 4; LG 5; AG 12; DH 11).Jesús es el
revelador y es la revelación (DV); en él, todos los signos adquieren sentidos. LG describe la
Iglesia como signo permanente de la presencia de Cristo en la historia (LG 1; 15) La Iglesia es
signo que lleva a Cristo porque es signo de salvación (LG 9; 48). Por eso es importante el
testimonio de vida de todos los cristianos.

68
Además Bibliografía: Wolfgang BEINERT, ¿Qué es un milagro?, Selecciones de Teología 45 (2006), pp. 219-229.
69
Además, los evangelios fueron escritos con finalidad catequética. Por ejemplo, mostrar que Jesús actúa como Elías
cuando multiplica los panes o resucita el hijo de la viuda.

70
Cómo enfocar los milagros. Veamos la sanación del paralítico (Mc 2,1-12). Hay 3 tipos de
personajes: el paralítico, Jesús y el observador. Este observador no es neutro: quedaron
asombrados y alaban a Dios. Este observador somos nosotros. El milagro es comunicación, es un
signo que debe ser recibido. Si voy a una conferencia, no me fijo (o muy poco) en la acústica,
sino en las ideas del conferenciante y su manera de presentarlas: esa e la comunicación. Dios
busca y comunica la salvación. Mc 6,5: “No pudo hacer allí milagros, a excepción de unos pocos
enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe”. Para el
hombre común, hay milagros porque hay curación. Para Jesús, no hay milagros porque no hay fe.
¿Sucedieron así los milagros? Recordemos que nuestra fe se basa en un milagro: la
resurrección del crucificado. De esta resurrección no hay pruebas científicas; sólo el testimonio
de los apóstoles que afirman que está vivo. Además, para los demás milagros, hay diferencias
entre los distintos evangelios. Por eso, hay que distinguir entre lo exacto y lo verdadero. Lo
exacto es lo empírico. Lo verdadero es la actitud frente a la realidad. Los milagros son milagros
son diálogos personales. Por eso son señales o signos. El paralítico pasa de la dependencia,
inmovilidad a la libertad. El milagro es manifestación; por eso alaban a Dios. Ver el paralítico
caminando, es preguntarse por la causalidad, pero no por curiosidad o racionalismo, sino por
Dios. Aceptar todo por credulidad es fundamentalismo; aceptar por resignación es racionalismo:
ambos son inaceptables. Lo importante son las relaciones: tener vida (Jn 20,31). El milagro
suscita admiración para llegar a Dios que ama. Así es la fe.

6.- La no-fe. El Ateísmo. GS 19-21.


Para llegar a la no-fe, hay 2 razones:
 Dios es inútil (Marx): es el ateismo pragmático. Dios existe, no hay problemas, pero no
sirve para nada. El está en el cielo y nosotros en la tierra. Hasta creer en Dios puede ser peligroso
porque nos aleja de nuestra realidad. Por eso, la religión es el opio del pueblo.
 Dios es imposible: Dios no existe y es imposible que exista. Es una posición más racional,
más filosófica y personal (no crea movimiento).

Tipos de Ateos:
 El Agnósico: el que no busca y no quiere buscar a Dios.
 El ateo práctico: Dios es posible, pero no se quiere hacer las preguntas porque no tiene
tiempo o porque las acalla.
 El ateo pragmático: Dios no está dentro de las posibilidades (por ejemplo, la creación),
pero se pone ente paréntesis o se elimina porque es traba para construir el mundo.
 El ateo agresivo (por ejemplo anticlerical o antieclesial): no cree en Dios porque no cree
en los curas. Es más afectivo que racional. La agresividad demuestra una cierta conciencia de
Dios.
 El cristiano psicológico: el que cree por costumbre, por inercia, por hacer como los
demás.
 Los pseudos-creyentes: Los que creen lo que quieren creer, o cuando les conviene creer
(por ejemplo, para recibir votos en una elección. También los que mezclan las religiones (el
sincretismo, la magia).
En resumen:
-- Hay una ausencia de Dios: Dios no está en el horizonte o está muy lejos.
-- Hay una negación de Dios por motivos utilitarios o afectivos.
-- Hay un anti-teismo: negación de Dios por motivos racionales o filosóficos.

71
Motivos para perder la fe:
-- Problema del mal: e la pregunta: ¿por qué Dios permite el sufrimiento, sobre todo inocente?
-- Posiciones doctrinales de la Iglesia: se cree ciertos aspectos y otros no. A veces en lo
dogmático, pero sobre todo en lo moral (ejemplo: el divorcio, la contracepción, etc.).
-- Problemas ciencia-religión: Para el positivismo, estamos en la era post-religiosa. La ciencia
puede dar todas las respuestas y no necesita de la fe, y menos de la religión.
-- Pluralidad de religiones: todas las religiones son iguales. De allí un cierto relativismo: puedo
seguir una religión personal y no entrar en ninguna. El problema se presenta con más agudeza
hoy (ver la propaganda de la Nueva Era).
-- Escándalo de la Iglesia: La riqueza de la Iglesia o de ciertas comunidades religiosas o de
ciertos sacerdotes, obispos provoca escándalo. Más escándalo provoca el mal o pobre testimonio
de muchos cristianos y sobre todo de muchos sacerdotes (escándalos sexuales, pedofilia, et.).

Actitud pastoral: Recordar que Dios es amor.


 Promover una sincera búsqueda; promover la formación cristiana entre los cristianos.
 Tenemos la verdad, pero esto no necesariamente es utilizable a corto plazo. No
vanagloriarse.
 Tema de la gratuidad: en nuestro mundo, no ha nada gratuito.
 Tema del asombro: hoy no hay nada asombroso; la ciencia con todos sus descubrimientos
nos ha hecho perder la capacidad de asombrarnos. Y la fe empieza por la admiración, el asombro.
 Tema de la trascendencia de Dios: el hombre necesita y busca esa trascendencia aún
cunado la niega.
 Saber aceptar todas las preguntas para nosotros y para los demás.

ANEXOS.
ANEXO 1: Los grados de Certeza.
CERTEZA: adhesión segura de la mente o espíritu que excluye todo temor prudente de creer.
 Metafísica: aquello de lo que no puede dudar.
 Matemática: resultado de una operación bien hecho
 Física: bien medida
 Moral: excluye el temor prudente de errar, pero basado en el testimonio de otros
(es acto de confianza en los otros).
POSIBILIDAD: lo que en sí puede suceder. No es contradictorio (en sí o con la certeza).
PROBABILIDAD: Lo que es razonable de suponer. La probabilidad no puede dar certeza. La
posibilidad es conclusión que se saca de lo cierto; la probabilidad es más amplia.
CREDIBILIDAD: lo que es digno de ser creído; es razonable para ser creído, es aceptable sin
destruir la razón.
CREDENDIDAD: Lo que debo creer; me siento obligado a creer a partir de un impulso.

72
BIBLIOGRAFÍA (Utilizada en este curso).

Concilio Vaticano II
BENTUE Antonio, La opción creyente, ed. Mundo Santiago 1981, pp. 9-22.
CONGAR Yves, La fe y la teología, Herder Barcelona 1970, pp. 167-270.
KASPER Walter, Introducción a la fe, Sígueme Salamanca 1982.
FRIES Heinrich, Teología Fundamental, Barcelona Herder, 1987.
GUILLET Jacques, Un Dieu qui parle, DDB/ Bellarmin Paris 1977.
LATOURELLE René, Teología de la Revelación, Salamanca Sígueme, 1982.
LATOURELLE – O’COLLINS (Eds.), Problemas y perspectivas de la teología fundamental,
Sígueme Salamanca 1982, p.25.
MARLE René, Religion et Foi, DTC, 321-335.
PARKER C., Animitas, machis y santiguadoras en Chile, Santiago Rehue, 1992.
PIE I NINOT Salvador, Tratado de Teología fundamental, ed. Secretariado Trinitario Salamanca
1989.
RAHNER Karl, Curso fundamental sobre la fe, Friburgo Herder, 1977.
RUIZ ARENAS Octavio, Jesús, Epifanía del amor del Padre, Celam Bogotá 1987.
SEGUNDO Juan Luis, El dogma que libera, Sal Terrae Santander 1989,

73
ÍNDICE.

Primera Parte: El ser humano es un ser religioso ……………………………………… 2

Cap. 1: ¿Qué es la teología?..................................................................................... 2


1.- La Palabra ‘Teología’…………………………………………. 2
2.- Teología y Fe ………………………………………………… 3
3.- Revelación natural……………………………………………. 4
4.- Divisiones de la Teología……………………………………. 5

Cap. 2: La Religión y las religiones…………….……………………………………….. 6


1.- Definición de la religión……………………………………… 7
2.- Los cultos mistéricos………………………………………… 13
3.- El Totemismo………………………………………………... 14
4.- La Magia…………………………………………………….. 15
5.- El Mito………………………………………………………. 18

Segunda Parte: LA REVELACIÓN……………………………………………….. 21

Introducción………………………………………………………………………….. 21

Cap.3.- La revelación en la Biblia……………………………………………………. 21


1.- AT…………………………………………………………….. 21
2.- NT……………………………………………………………. 25

Cap. 4.- Reflexiones teológicas ………………………………………………………… 29


1.- Vaticano II: Constitución ‘Dei Verbum’……………………. 29
2.- Teología bíblica fundamental……………………………….. 30
3.- Cristología fundamental……………………………………. 34
4.- Eclesiología fundamental…………………………………… 39

ANEXOS……………………………………………………………………………… 44

Tercera Parte: LA FE ………………………………………………………………… 49

Introducción: ¿Qué es la fe……………………………………………………………. 49

Cap. 6.- La fe en la Escritura………………………………………………………….. 50


1.- Antiguo Testamento………………………………………… 50
2.- Nuevo Testamento………………………………………….. 51

Cap. 7.- Desarrollo teológico de la fe…………………………………………………. 54


1.- Gnosis………………………………………………………. 54
2.- El Pelagianismo…………………………………………….. 55
3.- Lutero y Trento……………………………………………. 56
4.- Fe y Razón…………………………………………………. 57
5.- Vaticano II……………….………………………………... 58

74
Cap. 8.- Reflexiones sobre la fe……………………………………………………….. 60
1.- La fe como estructura fundamental del ser humano……….. 60
2.- ¿Cómo debe ser la fe cristiana hoy?..................................... 60
3.- Religión y fe……………………………………………….. 64
4.- Historicidad de la fe……………………………………….. 67
5.- Los milagros………………………………………………. 70
6.- La no-fe. El Ateísmo………………………………………. 71

ANEXOS……………………………………………………………………………… 72

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………… 73

ÍNDICE……………………………………………………………………………….. 74

75

Você também pode gostar