Você está na página 1de 3

DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL EN LA JUNTA DE ANDALUCÍA A LA

CONFLICTIVIDAD SOCIAL.

Hace ya algún tiempo que resulta incuestionable que en nuestra Comunidad Autónoma
estamos asistiendo a una auténtica revolución social protagonizada por los empleados públicos
de la Junta de Andalucía que, junto a los opositores y ciudadanos en general, se han revelado
contra el Decreto Ley 5/2010, auténtico símbolo del nepotismo, enchufismo y desvergüenza del
gobierno andaluz, un gobierno que no escucha, que manipula permanente a la opinión pública y
que no se ha dado cuenta, o no quiere darse, de que las protestas no son una rabieta ocasional y
aislada de unas pocas personas (unos 40.000 nos manifestamos el día 13 de noviembre en
Sevilla), sino un auténtico movimiento social que no va a decrecer, por más que CANAL SUR, la
televisión de ¿todos? los andaluces, se empeñe día tras día en manipular las noticias, alterando
la realidad de los hechos que están sucediendo o silenciando los mismos, sometiendo los
acontecimientos a una auténtica censura informativa digna de tiempos pretéritos.

Dijo hace algún tiempo Groucho Marx que “la política es el arte de buscar problemas,
encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar un remedio equivocado”.

El Sr. Griñan y su antecesor en el cargo (Manuel Chaves) buscaron y encontraron un


problema: en su afán de huir del Derecho Administrativo y del control presupuestario, y facilitar la
contratación de personal afín sin un proceso selectivo basado el los principios de publicidad,
igualdad, mérito y capacidad, crearon una “Administración” paralela (A TODAS LUCES
INNECESARIA) formada por un entramado de cientos de empresas públicas, fundaciones,
consorcios o sociedades mercantiles. Si al personal contratado en las mismas le unimos los
contratos de asistencia técnica, superfluos, innecesarios y ficticios en muchos casos, celebrados
en su mayor parte sin publicidad, y firmados para colocar personal en los Servicios Centrales y
Periféricos de la Junta de Andalucía (la mayoría de ellos en puestos reservados a funcionarios
que se desdotaban en las RPT), el personal externo que trabaja para la Junta ha alcanzado la
nada desdeñable cifra de unas 35.000 personas (ni la Junta lo sabe, o no quiere saberlo).

Buscado y encontrado el problema, y ante la adversidad de las encuestas políticas,


hicieron un falso diagnóstico que no se creen ni ellos mismos y aplicaron el remedio
equivocado: basándose en una extraordinaria y urgente necesidad que no concurre, y por
razones de eficacia, eficiencia y economía del gasto público (tiene huevos), por Decreto Ley hay
que meter (por no decir “enchufar”) a todos los contratados en la Administración Pública, y ello, a
costa de los empleados públicos (género a extinguir por más que algunos PLD lameculos y
soplagaitas traten de convencer al resto de que no), opositores y ciudadanos en general, cuyos
servicios públicos esenciales acabaran privatizados (mejor dicho, politizados). Una vez trazado
el plan, había que buscar cómplices, y nada mejor y más fácil que dos sindicatos,
suficientemente engordados y atiborrados de subvenciones públicas y otras prebendas, y que
hoy son una sombra alargada y lúgubre de lo que fueron: UGT y CCOO.

Pero ha ocurrido que el plan se ha torcido, quizá como ya dije en otra ocasión, porque no
contaron con algo tan sumamente peligroso para la tiranía como es la DIGNIDAD, surgiendo una
revolución social en Andalucía que, poco a poco, y debido a la mediocridad, mezquindad y
mentiras de ciertos políticos y sindicalistas tiene trazas de convertirse en un auténtico
CONFLICTO SOCIAL. Y digo esto con fundamento, porque cada vez que alguno de los
principales responsables sindicales y políticos hablan en los medios de comunicación social de lo
que está ocurriendo, “sube el pan”, y también los termómetros, exaltando aun más a los
empleados públicos ante las injurias y mentiras que escupen y consiguiendo aumentar
progresivamente las movilizaciones en todas las provincias andaluzas, al tiempo que se
incrementa el número de personas que salen a la calle, y con ello, el nivel de concienciación de
la ciudadanía que, afortunadamente y a marchas forzadas, empieza a tomar conciencia de la
importancia de la figura del empleado público en la defensa de los valores esenciales de nuestra
comunidad y de lo que realmente se está cociendo en la Junta de Andalucía.

1
a) Empezando por la cabeza, y omitiendo sus reiteradas, engañosas y enfermizas
referencias al PP como instigador único y desalmado de esta revolución social, resultan cuando
menos llamativas las últimas y más recientes palabras del Sr. Griñan que ha dicho públicamente
que ningún artículo del Decreto Ley dice que se pueda ser funcionario sin un procedimiento
basado en el “principio de publicidad”. ¿Ha olvidado quizás el Sr. Griñan otros tres principios
esenciales de acceso a la función pública como son los de igualdad, mérito y capacidad?. ¿Es
olvido, o ignorancia?. ¿O quizás hay algo más?.

b) Las Sras. Moreno y Aguayo, no se quedan atrás, y cada vez que abren la boca, es para
escupir un hediondo aliento a mentira y manipulación, como cuando dicen que los empleados
públicos están protestando por la rebaja de las pagas extras, que están desinformados, que no
están en contra del Decreto Ley sino que se manifiestan por motivos políticos o, que los
funcionarios están desprestigiando a los empleados públicos que no son funcionarios. Sra.
Aguayo, creo que usted es médica, pues dedíquese a recetar, y deje la Consejería porque
todavía, y ya ha llovido, no tiene ni idea de lo que es un empleado público. Se lo explico por
tercera vez en un mes: los contratados en sus fundaciones, sociedades mercantiles, empresas
públicas, etc., NO SON EMPLEADOS PÚBLICOS. Déle una ligera lectura al Estatuto Básico del
Empleado Público, a la Ley de Función Pública de Andalucía y a la jurisprudencia de este país, y
NO CONFUNDA A LOS CIUDADANOS/AS con sus juegos de palabras. Para ser empleado
público (condición reservada única y exclusivamente a los funcionarios, personal laboral del VI
Convenio de la Junta, interinos y eventuales), para ser funcionario o laboral de la Junta de
Andalucía, HAY QUE SUPERAR UN PROCESO SELECTIVO BASADO EN ESOS 4
PRINCIPIOS QUE USTED YA SABE, PROCESO QUE EL PERSONAL EXTERNO NO HA
SUPERADO. Para que usted lo entienda mejor, léase algo, un poquito aunque sea, de las
Relaciones de Puestos de Trabajo y del Registro General de Personal de la Junta de Andalucía.
Haga un esfuerzo, venga.

Y compórtese, Sra. Aguayo, porque hoy en Córdoba, en la inauguración del curso de la


UNED, puedo entender que se enfade porque sea difícil dar un discurso con un engorroso ruido
de fondo de pitos, vuvuzelas y megáfonos, y con gritos tales como “Aguayo dimisión”, “esto no
es vuestro cortijo”, o “esto sí que es una dictadura”), pero jamás entenderé por qué a tres de
mis compañeras, y a uno de mis compañeros, a gente humilde y sencilla, a personas que
estaban invitadas al acto, que son de la UNED, por el solo hecho de ponerse y lucir una camiseta
de color naranja o blanca con una cruz en su presencia, sin decir nada, sin alborotar, sin pitar, ni
gritar, y permaneciendo sentados, los han sacado del recinto como si fueran delincuentes,
incluso a una de ellas a rastras por el suelo. Simplemente por lucir en silencio una camiseta que
decía: “DEROGACIÓN DEL DECRETO LEY 5/2010 YA”. Hasta un miembro respetable de su
partido (cuyo nombre silencio para que no le reprima) ha manifestado públicamente que ha
sentido vergüenza ajena al ver como desalojaban a las chicas. Creo que está usted nerviosa, y
es normal. Ayer cuando abandonaba Córdoba la vi en su coche, y me pareció que estaba algo
abatida (o quizá fuera cansada). Pero sepa que la tramitación del infame Decreto Ley como
proyecto de Ley, aún va a encender más los ánimos, y si cree que esa artimaña legal nos va a
hacer desistir, está usted totalmente equivocada. Estaremos allí ese día, en el Parlamento, y
ojala 50.000 andaluces lo rodeen, creando un manto de libertad, dignidad y democracia. Y le
cantaremos el himno de Andalucía, ese que habla de levantarse (ANTE LAS INJUSTICIAS), de
esperanza, de libertad y de hombres de luz (¿Se lo sabe?). Y seguiremos después de ese día,
luchando hasta que derogue esta innoble basura normativa.

2
c) Mención especial merecen los escuderos sindicalistas, Sr. Carbonero y el Sr. Pastrana
(también su ahijado intelectual, el Sr. Dionisio Valverde), que tampoco se quedan a la saga, pues
cada vez que hablan demuestran que el conocimiento que tienen de los entresijos del Decreto
Ley es equiparable a la lectura de un rollo de papel higiénico. Dejen de desprestigiar a los
empleados públicos andaluces con sus estupideces, y dedíquense a intentar recuperar junto a
sus lideres nacionales (aunque les advierto que es misión imposible), el prestigio de sus
organizaciones sindicales, el más bajo de la historia de la democracia. Cuidado con sus
amenazas, señor Valverde, con eso de dar dos palmadas y sacar a la calle a 3.000 sindicalistas
(liberados, supongo), porque una batalla empleados públicos-liberados sindicales, no sé
físicamente por más que yo quisiera salir de la duda, pero moral y socialmente la tiene perdida de
antemano ante la opinión pública, y si no, a ver como le explica que quieren cerrar las bocas de
quienes defienden, de una parte, la imparcialidad y objetividad de la Administración Pública, y de
otra, a los propios ciudadanos al luchar contra el enchufismo y el control político (y sindical) de la
Administración. Relájese, y dé palmadas, muchas, pero en su pecho, entonando el “mea culpa”
por este excremento normativo que el gobierno andaluz ha aprobado con su complicidad. Y dejen
de jugar a ser legisladores en materia de función pública porque no tienen ni puta idea. Mírense
en el espejo de sus dos fracasadas huelgas generales de este año a ver que ven y saquen
conclusiones. Y digan algo coherente cuando hablen, algo que no sea “…franquistas,
tardíofranquistas, fascistas, nacionalismos excluyentes, más fascistas, otra vez franquistas…” y
un sinfín de sandeces más que solo pueden provenir de quienes tienen escasos o, más bien,
nulos argumentos para defender algo.

Para concluir, y en definitiva, lo único que pretendo, políticos/as y sindicalistas, es llamar


su atención sobre la innegable realidad de que, del aumento de la crispación y de la exaltación,
de los posibles choques o confrontaciones que pueda haber en un futuro, todos ustedes con su
actitud, con sus frases, con sus mentiras, con sus manipulaciones serán LOS ÚNICOS
RESPONSABLES. Por eso, sean listos y midan sus palabras. No olviden que son “personas
públicas” (algunos más bien personajillos). Bastaría con ser sinceros y contarle a los
ciudadanos/as de Andalucía lo que, en realidad, el Decreto Ley significa, y para qué lo han
dictado. Bastaría con derogarlo. Y les recomiendo que escuchen a los ciudadanos y que
observen lo que está pasando estos días en Andalucía, pues se darían cuenta de que los rostros
de las personas que salen a la calle rebosan dignidad, de que la bandera blanca y verde, treinta y
tres años después de las manifestaciones del 4 de diciembre de 1977, resuma libertad, y de que
nuestro lema es un viejo proverbio que dice que “la gota de agua no rompe la piedra por su
fuerza sino por su constancia”. Vamos a seguir hablando en las calles, una y otra vez, de forma
incansable, y pacífica, y entre todos, acabaremos derogando este innoble Decreto Ley. Hasta
que llegue ese día, cuando trabajen, cuando vayan al baño, cuando conduzcan, cuando
descansen, cuando coman, cuando lean, cuando paseen… alguien con una camiseta naranja, o
blanca con una cruz negra, o de torretriana o de otro tipo puede aparecer de improviso con un
silbato, un enchufe o un megáfono de los chinos. Pero no se preocupen, que no somos
peligrosos. Solo soñadores de un mundo mejor y defensores de la dignidad y la legalidad
vigente. Y métanse en la cabeza que las movilizaciones no van a cesar, que irán a más, que tras
la navidad (que están esperando como agua de mayo) van a continuar, y que seguiremos
luchando por la derogación de esta norma que supone una mancha negra y putrefacta en la
historia del pueblo andaluz.

Fdo.: Rafael Delgado (funcionario de la Junta de Andalucía).

(22-11-2010).

Você também pode gostar