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1 Aunque no es un concepto
exclusivo de Martín Lutero, fue popularizado por él. 2 Una de las primeras referencias data
de 1519, durante un debate entre Lutero y Johann Eck en Leipzig. Lutero declaró: “Ningún
creyente cristiano puede ser forzado [a creer en un artículo de fe] más allá de las
Sagradas Escrituras”.3 La misma idea se materializa en su defensa en Worms el 18 de
abril de 1521: “Si no se me convence mediante testimonios de la Escritura y claros
argumentos de la razón –porque no le creo ni al papa ni a los concilios ya que está
demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mismos– por los textos de la
Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la Palabra de
Dios. Por eso, no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la
conciencia no es seguro ni saludable. ¡Dios me ayude, amén!”. 4
Los adventistas del séptimo día afirman el principio de la sola Scriptura y se les conoce
como “la gente del Libro” porque ponen un gran énfasis en la Escritura. Sin embargo, lo
que Lutero entendía por sola Scriptura es un tema controvertido entre los historiadores y
teólogos de la iglesia.5 Este capítulo explora y compara el significado del principio sola
Scriptura por Lutero y cómo es entendido por los adventistas.
CONCLUSIÓN
Lutero y los adventistas comparten dos características principales sobre el principio de
la sola Scriptura. Primero, ambos afirman de manera decisiva que la Biblia es la única
piedra de toque infalible y final de la fe y la práctica. Significa que toda doctrina debe
pasar la prueba de la Escritura para ser considerada válida. La Biblia es la única fuente de
conocimiento religioso. En segundo lugar, ambos están de acuerdo en que la Escritura es
su propio intérprete. No depende de las autoridades externas o de la ciencia para
autenticar su afirmación. Un pasaje bíblico difícil debe ser entendido a la luz del testimonio
de la Escritura como un todo. Por último, en la aplicación del principio de sola Scriptura,
cualquier enseñanza o doctrina que no pasa la prueba de la Escritura debe ser
rechazada.
* Este ensayo proviene de Michael W. Campbell y Nikolaus Satelmajer, eds., Here We Stand: Luther, the Reformation,
and Seventh-day Adventism (Boise, ID: Pacific Press Publishing Association, 2017). El libro ha sido escrito por 27
académicos y publicado en conmemoración del 500º aniversario de la Reforma de Lutero. Utilizado con permiso.
Citación Recomendada
Remwil R. Tornalejo, "Sola Scriptura: una comparación entre Lutero y la comprensión
adventista," Diálogo 29:3 (2017): 5-9
NOTAS Y REFERENCIAS
1. La sola Scriptura generalmente se acepta como el significando de que solo la Biblia es la
autoridad en materia de fe y práctica. Los otros dos principios que completan las
tres solas son sola gratia (gracia) y sola fide (fe).
2. Véase Arthur Skevington Wood, Captive to the Word: Martin Luther, Doctor of Sacred
Scripture (London: Paternoster, 1969), 31–40. Wood se esfuerza en explicar que Lutero está
en deuda con sus predecesores en muchos aspectos, especialmente con Agustín de Hipona y
Guillermo de Occam, y con los teólogos occamistas posteriores con respecto a su visión de
las Escrituras. Sin embargo, la sola Scriptura como fórmula teológica es un subproducto de
la Reforma en vez de su presuposición. Véase Bernhard Lohse, Martin Luther: An
Introduction to His Life and Work (Edinburgh: T & T Clark, 1986), 153; cf. Bernhard
Lohse, Martin Luther’s Theology: Its Historical and Systematic Development, trans. y ed.
Roy A. Harrisville (Minneapolis, MN: Fortress, 2011), 22, 23. La expresión sola
Scriptura en sí misma no se encuentra en las obras de Lutero. Sin embargo, la idea de que la
Escritura se mantiene como la autoridad suprema sobre la iglesia y otras autoridades
religiosas es central en su teología más desarrollada.
3. Lohse, Martin Luther’s Theology, 123.
4. Martin Luther, Luther’s Works, t. 32, Career of the Reformer 2, ed. George W. Forell
(Philadelphia, Pennsylvania: Fortress, 1958), 113.
5. Para un abordaje del significado de sola Scriptura, véase James R. Payton Jr., Getting the
Reformation Wrong: Correcting Some Misunderstandings (Downers Grove, Illinois: IVP
Academic, 2010), 132–159; John C. Peckham, “Sola Scriptura: Reductio ad Absurdum?”
Trinity Journal, n.s., 35, no. 2 (Fall 2014): 195–223; Aleksandar S. Santrac, “The Sola
Scriptura Principle in the Current Debate”, Journal of the Adventist Theological Society 24,
no. 1 (2013): 107–126; Kwabena Donkor, “Contemporary Responses to Sola Scriptura:
Implications for Adventist Theology,” Reflections: The BRI Newsletter 41 (January 2013):
5–8.
6. Payton, Getting the Reformation Wrong, 133.
7. Irena Backus, “The Disputation of Baden, 1526, and Berne, 1528: Neutralizing the Early
Church,” número especial, Studies in Reformed Theology and History 1, no. 1 (Winter
1993): 81, accedido el 18 de diciembre de 2016, http://scdc.library.ptsem.edu/mets/
mets.aspx?src=SRTH199311&div=11&img=3.
8. Roger E. Olson, The Story of Christian Theology: Twenty Centuries of Tradition and
Reform (Downers Grove, Illinois: IVP Academic, 1999), 385.
9. Martín Lutero, Luther’s Works, t. 31, Career of the Reformer , ed. Harold J. Grimm
(Philadelphia, Pennsylvania: Fortress, 1957), 83.
10.Wood, Captive to the Word, 120.
11.Los reformadores radicales o anabaptistas fueron más consistentes en aplicar el principio de
la sola Scriptura. Véase Alister E. McGrath, Reformation Thought: An Introduction, 3ra ed.
(Malden, Massachussetts: Blackwell, 1999), 155.
12.Martín Lutero, Martin Luther’s Basic Theological Writings, eds. Timothy F. Lull y William
R. Russell (Minneapolis, Minnesota: Fortress, 1989), 346.
13.Lutero, Luther’s Works, 32:11.
14.Wood, Captive to the Word, 120; cf. Lohse, Martin Luther’s Theology, 188. Según Ernst
Zeeden, “Lutero no estaba abriendo nuevo camino cuando se volvió a la Biblia, sino solo
cuando separó la Biblia del papa y la Iglesia, o los suboordinó”. Ernst W. Zeeden, The
Legacy of Luther: Martin Luther and the Reformation (Westminster, Maryland: Newman
Press, 1954), citado en Wood, Captive to the Word, 119.
15.Martín Lutero, “Answer to the Superchristian, Superspiritual, and Superlearned Book of
Goat Emser”, citado en Hugh T. Kerr, ed., A Compend of Luther’s Theology (Philadelphia,
Pennsylvania: Westminster Press, 1974), 15.
16.Lutero, Luther’s Works, 32:11.
17.Martín Lutero, “The Babylonian Captivity of the Church”, citado en Kerr, A Compend of
Luther’s Theology, 12.
18.Martín Lutero, On the Councils and the Church, 1539, en Selected Writings of Martin
Luther, 1529–1546, ed. Theodore G. Tappert (Minneapolis, Minnesota: Fortress, 2007), 243.
19.Luther, “Answer to the Superchristian”, 14. Martin Luther, “An Open Letter to the Christian
Nobility,” citado en Kerr, A Compend of Luther’s Theology, 13.
20.Martin Luther, Luther’s Works, ed. Jaroslav Pelikan, t. 26, Lectures on Galatians, Chapters
1–4 (St. Louis, Missouri: Concordia, 1963), 51.
21.Martin Luthero, Luther’s Work, ed. Jaroslav Pelikan, t. 9, Lectures on Deuteronomy (St.
Louis, Missouri: Concordia, 1960), 21.
22.Michael S. Horton, “Scripture Alone: Luther’s Doctrine of Scripture”, en The Legacy of
Luther, eds. R. C. Sproul y Stephen J. Nichols (Orlando, Florida: Reformation Trust, 2016),
121.
23.Martin Luthero, Luther’s Works, t. 36, Word and Sacrament 2, ed. Abdel R. Wentz
(Philadelphia, Pennsylvania: Fortress, 1959), 107.
24.Véase Wood, Captive to the Word, 125.
25.Martin Luther, citado en la introducción a su obra de 1521: Avoiding the Doctrine of Men,
en Tappert, Selected Writings of Martin Luther, 1529–1546, 204.
26.Lutero, Luther’s Works, 26:67.
27.Véase Martin Luther, Luther’s Works, t. 23, Sermons on the Gospel of St. John, Chapters 6–
8, ed. Hilton C. Oswald (St. Louis, Missouri: Concordia, 1959), 191, 192.
28.Martin Luther, Luther’s Works, ed. Jaroslav Pelikan, t. 24, Sermons on the Gospel of St.
John, Chapters 14–16 (St. Louis, Missouri: Concordia, 1961), 75; cf. Luther, Luther’s
Works, 26:383.
29.Véase Martin Luther, Luther’s Works, t. 41, Church and Ministry 3, ed. Eric W. Gritsch
(Philadelphia, Pennsylvania: Fortress, 1966), 123. Alberto R. Timm observa que para los
Reformadores Magisteriales, tal como Lutero y Calvino, la sola Scriptura no significa el
rechazo de otras fuentes de conocimiento religioso. Alberto R. Timm, “Sola Scriptura and
Ellen G. White: Historical Reflections,” en The Gift of Prophecy in Scripture and History,
eds. Alberto R. Timm and Dwain N. Esmond (Silver Spring, Maryland: Review and Herald
Publishing Association., 2015), 288.
30.Payton, Getting the Reformation Wrong 142; el énfasis es del original. Frank M. Hasel llega
a una conclusión similar. Escribe: “Cuando Lutero mantenía el principio de la sola
Scriptura, no estaba sugiriendo que la tradición de la iglesia no tuviera valor, más bien,
estaba argumentando un caso de relativa claridad y peso. En otras palabras, si surge un
conflicto en la interpretación de la fe, entonces la Escritura lleva la autoridad que trasciende
y juzga cualquiera de las tradiciones de la iglesia”. Frank M. Hasel, “Presuppositions in the
Interpretation of Scripture,” en Understanding Scripture: An Adventist Approach, t. 1, ed.
George W. Reid (Silver Spring, Maryland: Biblical Research Institute, 2005), 37.
31.Si bien Lutero afirmaba el principio de sola Scriptura, es evidente que no estaba de acuerdo
con el principio de tota Scriptura –la idea de que todas las Escrituras son igualmente
inspiradas. Él llama al libro de Santiago la “epístola del heno” por la razón de que
aparentemente contradice la idea de la justicia por fe solamente. Lutero escribió: “fuera con
Santiago”. “Su autoridad no es lo suficientemente grande para hacer que abandone la
doctrina de la fe y que me desvíe de la autoridad de los otros apóstoles y toda la Escritura”
Martín Lutero, citado en Paul Althaus, The Theology of Martin Luther, trad. Robert C.
Shultz (Philadelphia: Pennsylvania, Fortress, 1966), 81. Por otra parte, los adventistas
afirman la tota Scriptura en consideración que “todas las Escrituras” son igualmente
inspiradas y son beneficiosas para el creyente.
32.Véase Hasel, “Presuppositions in the Interpretation of Scripture”, 36.
33.Véase la edición de 2007 de las 28 creencias fundamentales. Creencias de los Adventistas
del Séptimo Día (Miami, Florida: Asociación Publicadora Interamericana, 2007), 11.
34.Por ej., véase Tim Crosby, “Why I Don’t Believe in Sola Scriptura”, Viewpoint, Ministry,
October 1987, 11–15; Woodrow W. Whidden II, “Sola Scriptura, Inerrantist
Fundamentalism, and the Wesleyan Quadrilateral: Is ‘No Creed but the Bible’ a Workable
Solution?” Andrews University Seminary Studies 35, no. 2 (otoño de 1997): 211–226.
35.Elena G. White, El conflicto de los siglos (Miami, Florida: Asociación Publicadora
Interamericana, 2007), 188.
36.Elena G. White, Consejos sobre la obra de la escuela sabática (Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 1992), 93; cf. Elena G. White, Mensajes Selectos, t. 2
(Mountain View, CA: Pacific Press Publishing Association, 1967), 97.
37.Elena G. White, La educación cristiana (Mountain view, CA: Publicaciones
Interamericanas., 1975), 48. En línea con E.G. White, Hasel comenta que tomar la sola
Scriptura como un principio hermenéutico no significa “excluir la ayuda de otras fuentes en
la tarea de interpretación, tales como léxicos bíblicos, diccionarios, concordancias y otros
libros y comentarios. Sin embargo, en la interpretación correcta de la Biblia, el texto de la
Escritura tiene prioridad sobre todos los demás aspectos, ciencias y ayudas secundarias.
Otros puntos de vista tienen que ser cuidadosamente evaluados desde el punto de vista de la
Escritura como un todo”. Hasel, “Presuppositions in the Interpretation of Scripture”, 1:36.
38.Elena G. White, El evangelismo (Miami, Florida: Asociación Publicadora Interamericana,
1994), 190.
39.Elena G. White, El colportor adventista (Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1999), 129.
40.Elena G. White, Testimonios para la iglesia, t. 5, (Miami, Florida: Asociación Publicadora
Interamericana, 1998), 647.
41.White, El evangelismo, 190.
42.White, Testimonios para la iglesia, t. 2, (Miami, Florida: Asociación Publicadora
Interamericana, 1998), 535, 536. White afirmó que sus testimonios estaban para señalarles a
las personas las Escrituras que ellos han descuidado. White, El evangelismo, 190.
43.White, Testimonios para la iglesia, t. 2, 535.
44.White, La educación cristiana, 49.
45.White, El conflicto de los siglos, 581.
46.Según Elena G. White, “Ni las opiniones de los sabios, ni las deducciones de la ciencia, ni
los credos o decisiones de concilios tan numerosos y discordantes como lo son las iglesias
que representan, ni la voz de las mayorías, nada de esto, ni en conjunto ni en parte, debe ser
considerado como evidencia en favor o en contra de cualquier punto de fe religiosa. Antes de
aceptar cualquier doctrina o precepto debemos cerciorarnos de si los autoriza un categórico
“Así dice Jehová”” White, El conflicto de los siglos, 581; cf. White, Testimonios para la
iglesia, t. 5, 543.
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