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INTRODUCCIÓN
Se consideran pulpas mineras (slurries) las mezclas de partículas sólidas dispersas en un fluido
transportador, generalmente agua de cualquier calidad, que se tratan en las operaciones
mineras. Según el tipo de material transportado se habla de pulpas de mineral molido, de relaves
o ripios, y de concentrados.
El aspecto físico más relevante del transporte de pulpas es lograr imponer en el flujo de la
mezcla sólido-líquido un nivel de turbulencia adecuado para evitar la sedimentación y una alta
segregación de las partículas, tanto en los ductos como en canales, evitando que estos ductos
se bloqueen o que se produzcan fugas por reboses de canaletas y cajones.
Asimismo, el desaguado consiste en separar fases disminuyendo las velocidades hasta que la
gravedad decante las partículas sólidas y producir así pulpas de alta concentración y una fase
acuosa sobrenadante.
El desarrollo del conocimiento (know-how) del manejo de las pulpas mineras se realiza mediante
el estudio, la comprensión y el perfecto manejo de los principios físicos y modelos matemáticos
que rigen su comportamiento. Este conocimiento debe permitir:
• Dimensionar sistemas de transportes en forma segura para todas las condiciones
especiales de la pulpa a conducir
• No efectuar sobredimensionamientos exagerados en la potencia de los equipos de
bombeo y/o tamaño de ductos
• Los sistemas deben ser diseñados considerando materiales que permitan tener una
vida útil razonable
• Su rango operacional sea amplio de modo de evitar constituirse en el “cuellos de
botella” del proceso minero-metalúrgico global.
Vale decir, el conocimiento del manejo de pulpas es una mezcla de conceptos teóricos
debidamente complementados con resultados empíricos/operacionales y aplicados de
tecnología de sistemas de manejo de fluidos.
Lograr ese conocimiento en Chile no fue sencilla… se reseñará aquí una visión muy personal
de cómo logramos los chilenos hacernos de ese conocimiento, partiendo desde cero hasta llegar
a ser expertos, y que hoy incluso estamos exportando esta tecnología a otros países.
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El primer análisis académico serio fue realizado en 1906 por la ingeniero Nora Blatch para
evaluar el manejo de pulpas de arenas en el sistema de aguas sanitarias de Washington D.C.
en USA.
La presencia de pulpas mineras llegó a Chile con el diseño de los sistemas de tratamiento de
minerales de la gran minería extranjera (Teniente/Chuquicamata) a partir de la segunda década
del siglo 20. En ambos casos a partir del manejo de relaves por canaletas, ya sea de
mampostería de piedra o de madera, en longitudes de varios kilómetros.
El primer ducto de pulpas de largas distancia fue construido en Chile en la década del 50, y
correspondió al concentraducto Salvador- Llanta, que operó hasta el 2017 y consistió en 2
ductos de acero de 8 plg de diámetro y algo más de 20 km de largo, para transportar cerca de
mil toneladas por día de concentrados de cobre al 55% en peso en forma gravitacional y a
superficie libre a través del 90% de su trazado. La verificación conceptual del diseño de este
ducto fue estudiada en la Colorado School of Mines, Denver, USA. Allí se instaló una pequeña
planta piloto para verificar en modelo físico el diseño de la empresa de ingeniería
norteamericana a cargo del proyecto (Parsons).
De esa época vale destacar una canaleta piloto semi-industrial de la Braden Co. en El Teniente,
que diseñó y manejó un consultor, Pablo Kleiman. El sistema permitía modificar la pendiente y
el caudal. En base a los resultados de este pilotaje, Braden pudo diseñar un sistema de
canaletas de madera, con pernos/clavos de cobre y piso de mortero sulfurado, de más de 50
km de largo hasta un primer depósito de relaves en el Tranque Cauquenes, que llenó de pulpa
de relaves el embalse natural del mismo nombre.
En la década del 60, el Gobierno de Chile, vía ENAMI, empezó a desarrollar las llamadas
“Plantas Regionales”, para procesar en forma eficiente los minerales de la pequeña minería del
Norte Chico. Para el diseño de estas plantas, que normalmente eran de capacidades reducidas
(200 a 600 ton/día), existió apoyo europeo en el diseño y selección de equipos. En este contexto,
la participación de consultores belgas (con experiencia en minería de África) permitió diseñar
los sistemas de transporte de pulpas al interior de las plantas de reducido tamaño y la
conducción de relaves a depósitos cercanos.
Hacia fines de esa década, en la Minera Andina de Cerro Pasco Co. se construyó los primeros
ductos en presión para pulpas, que corresponde a un ducto de acero de 12 pulgadas de
diámetro y 14 km de longitud para el relave y de acero de alrededor de 3 pulgadas de diámetro
y 25 km de largo para el concentrado. El cálculo especializado fue realizado por el Consultor
Ralph Constantini y los diseños de detalles los asumió una asociación de empresas de
ingeniería extranjera de nombre Parson-Jurden.
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Para contrarrestar la situación de falta de know-how minero, en el año 1969, el Gobierno de
Chile creó el Centro de Investigación Minero Metalúrgico (CIMM) bajo el liderazgo del Dr. Carlos
Landolt, uno de cuyos grupos de investigadores tenía por mandato entender a cabalidad el
sistema de transporte hidráulico de sólidos. Con ello empezó realmente el desarrollo nacional
del know-how sobre pulpas mineras.
La primera mitad de la década del 70, con la nacionalización de la gran minería del cobre por el
Presidente Allende y el posterior golpe de estado en 1973, implicó un cese brusco del apoyo
tecnológico extranjero en Chile. Los supervisores/diseñadores extranjeros migraron, y gran
parte de los diseños, pautas operacionales y de mantención se perdieron o no se mantuvieron
actualizados.
En ese entonces el manejo de pulpas mineras, tanto al interior como exterior de las plantas, se
transformó en conocimiento semi-artesanal, totalmente empírico, lleno de mitos y pautas
muchas veces sin fundamento.
La emigración de los profesionales extranjeros que manejaban las grandes empresas mineras
del cobre, en especial durante los años 1970 y 1971, produjo un vacío de conocimiento sobre
cómo entender, cómo manejar, cómo modificar y qué riesgos tenían pocas líneas de pulpa de
larga distancia de esa época, en especial el relaveducto y el concentraducto de Andina, los
canales de relaves de Salvador, El Teniente y Chuquicamata y los sistemas de manejo al interior
de las plantas.
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- Toda la industria minera logró mantener el funcionamiento de los sistemas de pulpa
internos a veces con equipos deteriorados y fallas frecuentes, pero se logró entender
cómo operar y cómo mantener las pulpas de molienda y de flotación.
Asimismo, el Gobierno de Chile también se preocupó del tema e impulsó el recién creado Centro
de Investigación Minero Metalúrgico (CIMM) a participar en los análisis teóricos y prácticos
sobre el manejo de las pulpas mineras. Este Instituto, que fue creado para acumular
conocimiento propio y/o transferido desde el extranjero en operaciones minero-metalúrgicas,
operó razonablemente bien durante un par de décadas, intentando cumplir los objetivos para lo
que fue creado.
Una de las tareas de desarrollo tecnológico del CIMM fue el Grupo de Operaciones Unitarias,
liderado por el doctor en ciencias Sr. Ramón Fuentes, quién ya se ligó al tema minero después
de su doctorado en Francia, cuando empezó en el año 1969 a dictar el curso de Mecánica de
Fluidos para los estudiantes de pre-grado de la carrera de ingeniería civil de minas de la
Universidad de Chile.
Durante los primeros años de la década del 70, el Dr. Fuentes, junto con un grupo de alrededor
de 6 jóvenes profesionales de las carreras de ingeniería mecánica, química y de minas, empezó
a analizar los problemas tecnológicos de Codelco, apoyándolo en resolver dudas teóricas de
operadores, haciendo ajustes menores a sistemas operativos y sirviendo de contraparte para
los pocos estudios de ingeniería que se contrataban fuera del país.
El golpe de estado de septiembre del año 1973 implicó un cambio relevante de la situación de
innovación en la industria minera, ya que además de los cambios de ejecutivos hubo una fuerte
migración de profesionales, algunos a estudiar/trabajar y otros condenados al exilio. Es así
como hacia fines de la década del 70 prácticamente todo el equipo original que estudiaba las
pulpas en el CIMM había emigrado hacia diversos horizontes y el incipiente I+D+I se deterioró
y prácticamente desapareció en el tiempo.
Sin desmedro de lo anterior, de este periodo son destacables diversos trabajos teóricos y
experimentales que son parte del activo creciente de conocimientos, que en esta materia
hicieron posibles estudios fundamentales a partir de la década de los 80´s para soportar los
grandes proyectos de inversión minera pública y privada, materializada principalmente en los
años 90.
De esta época inicial podemos destacar el análisis industrial de la canaleta de El Teniente, las
tesis de grado de profesionales en el tema de pulpas (Rayo, Salazar, González, Wellman), más
trabajos publicados en convenciones de IIMCH, o en otros ámbitos.
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LA INGENIERÍA DE DUCTOS DE PULPA SE EMPEZÓ A HACER EN CHILE
Desde mediados de la década del 70, los nuevos diseños de sistemas de transporte de pulpas
fueron ejecutados con consultores extranjeros ya sea en forma directa o contratados por las
pocas empresas de ingeniería, tanto chilenas como extranjeras que estaban apoyando el
incipiente desarrollo minero chileno.
De esa época se puede comentar la ejecución de algunos ductos de pulpa de tipo relevante en
la industria minera de esa época:
- A mediados de la década del 70, la Planta El Cobre debió corregir sus sistemas de
impulsión de relaves porque requería descargar a mayor altura. La solución de diseño
fue realizado por un conjunto de profesionales liderado por el Sr. Ramón Fuentes.
Posiblemente haya sido el primer diseño industrial complejo definido íntegramente por
profesionales chilenos.
- Tras la avalancha de nieve que destruyó el Concentrador San Francisco el año 1978, la
antigua Minera Disputada (EXXON) separó la operación de molienda (Los Bronces) de
la flotación (San Francisco) en alrededor de 7 km. El transporte de mineral molido fue
realizado a través de una tubería de acero de 12 plg. de diámetro, con 2 estaciones
disipadoras. El diseño conceptual fue realizado por el Consultor Sr. Ralph Constantini,
el mismo que diseñó los ductos originales de Andina.
- A principios de la década del 80 Chuquicamata tuvo que innovar dejando de lado las
canaletas, que ya sabía manejar bien, para instalar tuberías de acero que condujeran
relaves hacia los muros. Esas tuberías fueron diseñados por un consorcio de
consultores extranjeros y empresas de ingeniería local.
Desde principios de la década del 80 también surgió la empresa local de ingeniería, JRI, liderada
por el ingeniero civil de minas Sr. Juan Rayo, quién inició sus actividades formales solucionando
problemas operativos en los sistemas de manejo de pulpas de los concentradores de Salvador
y Disputada.
Desde mediados de la década del 80, JRI empezó a acumular conocimiento por la necesidad
que tenían las empresas mineras de resolver problemas de manejo e pulpas. De esa década
se puede señalar 4 plantas piloto, diseñadas y operadas por JRI:
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- Planta piloto de desgaste de cascadas en San Francisco – CMD
La obtención de ese conocimiento industrial confiable, para alto flujo y granulometría gruesa de
relaves, fue único a nivel mundial y le permitió al Sr. Rayo desarrollar y publicar una fórmula de
cálculo de velocidades límites de depósito, segura pero no excesivamente conservadora, que
hoy usan como referencia estándar numerosos consultores chilenos y extranjeros (algunos
después de haber solicitado formalmente permiso y otros sin hacerlo).
Pero realmente, la época de los grandes ductos de pulpas de Chile no había comenzado…
El desafío tecnológico en Disputada era enorme, quizás una de las mayores desafíos de la
década del 90 a nivel mundial, ya que había que atravesar 3 cordones montañosos con túneles,
construir un puente estructural de más de 300 m de luz y múltiples cruces de quebradas con
puentes y badenes. La construcción también implicó más de 2 millones de metros cúbicos
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excavados, adquirir e instalar tuberías de acero de 20 plg de diámetro y gran espesor (sobre 1
pulgada), hacer competir a proveedores de nivel mundial para el abastecimiento de válvulas y
piezas especiales, de alto diámetro y presión, así como fuerte riesgo de deterioro por desgaste,
lo que llevó el diseño al umbral de lo conocido.
Todo el diseño del mineroducto de Los Bronces a Tórtolas fue liderado por JRI, con el apoyo de
otras empresas de ingeniería locales (ByR, Geotécnica y REG), más la asesoría de una
empresa extranjera (PSI). La ex Disputada confió en la calidad y compromiso de la ingeniería
chilena y tras varios años de implementación, una fría noche de mayo de 1992 la pulpa de
mineral molido llegó a Las Tórtolas.
La ex Disputada demostró que era posible operar ductos de pulpa a muy alta presión (sobre
3.000 psi) y que los problemas transientes, de cavitación y desgaste paulatino eran
cuantificables y mitigables en forma segura.
La última década del siglo pasado y la primera década del presente siglo pueden considerar el
período de los grandes desarrollos de sistema de manejo de pulpas. En esos 20 años se
diseñaron, construyeron e iniciaron su operación en Chile más de 10 líneas de pulpa de larga
distancia (sobre 20 km de largo cada una). Las más destacadas son:
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- (1) Mineroducto y (1) Relaveducto de Los Bronces (AAC)
- JRI. Operó hasta el año 1995 realizando la post operación del mineroducto de
Disputada, diseñando y supervisando la construcción y poniendo en marcha el primer
concentraducto en Perú (Iscaycruz), en el año 1994.
- PSI-JRI. Asociación entre PSI (USA) y JRI (Chile) que duró catorce años seguidos
(1995-2008), copando entre el 70 y 80% del mercado de proyectos de manejo de pulpas
de Chile, Perú y Argentina. Esta asociación desarrolló la ingeniería general de
Alumbrera, Collahuasi, Antamina, Pelambres, además de múltiples estudios, proyectos
marginales y asesorías a otras empresas mineras de Sudamérica.
- BRASS. Surgió en la década del 90 a partir de ejecutivos que migraron desde PSI, y
logró consolidarse en el mercado a través de la segunda línea de Collahuasi y otros
trabajos relevantes.
- AUSENCO. Adquirió PSI en los años 2007/2008 y terminó el diseño del concentraducto
de Esperanza y el repotenciamiento del Concentraducto de Pelambres.
- JRI. Volvió a operar en forma independiente, tras la venta de PSI-JRI a partir del 2012,
realizando los diseños del relaveducto Atacama-Kozam, un nuevo concentraducto para
Andina y diversos ductos de relaves en Perú.
A fines de esa época también se incorporaron a trabajar en Chile OPS de Australia, y Paterson
de Sudáfrica, más algunos intentos de otras empresas del rubro de la ingeniería general o
especializado, tanto en Chile como en Perú (Arcadis, Golder, REG, Shimin, etc.).
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Hacia el año 2010, ya era posible disponer en Chile de al menos 8 empresas competentes y
organizadas en diseño de sistemas de transporte de pulpas, de las cuales hay 3 de alto prestigio
(Ausenco, Brass y JRI) más otras 5 que también participan en estudios de diseños de pulpas
mineras (Hatch, Arcadis, Golder, Shimin, Propipe, Paterson). Vale decir el conocimiento del
diseño de transporte de pulpas a larga distancia se había consolidado.
En los trabajos experimentales a nivel industrial también es necesario destacar las campañas
experimentales realizadas por JRI en las canaletas de relaves de Andina y Teniente, que
permitieron definir en detalle el comportamiento de pulpas funcionando a superficie libre,
posibilitando incrementar la capacidad de porteo de esas canaletas con modificaciones
marginales.
Durante esta década han surgido nuevos desafíos que ha obligado a “correr el cerco” en el
umbral de conocimiento teóricos y prácticas del manejo de pulpas.
Hoy en día, en Chile están operando alrededor de 25 líneas de transporte de pulpas de longitud
superior a 10 km, de carácter off-site o a campo traviesa. De ellas, 2 transportan mineral molido,
9 son concentraductos (cobre y hierro) y el saldo transporta relaves (la mitad en tuberías y la
otra en canaletas).
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- La operación de ductos de pulpa no afecta las vidas de las comunidades por las que
pasa el ducto (una vez tapada, la tubería no molesta).
- El manejo del agua en el punto de entrega del sólido a menudo es fácil de integrar a
otros procesos mineros.
- La práctica operacional de los ductos de pulpa ha mejorado y los derrames son
infrecuentes y lo serán cada vez más.
- La operación de ductos de pulpas es de una alta productividad (pocos
operadores/mantenedores) frente al transporte vial o ferroviario.
La minería en Chile y en todos los países andinos se mantendrá varias décadas más. Hay
yacimientos que tienen tonelajes prospectados, con leyes comerciales, que le permiten más de
50 años de vida útil remanente.
En ese contexto, el manejo de pulpas, tanto al interior plantas como a larga distancia, tiene un
alto potencial de desarrollo, tanto cualitativo como cuantitativo.
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¿Y CUAL SERÍA EL DESAFÍO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO DEL FUTURO?
El desafío entonces es diseñar sistemas que permitan preparar, transportar y depositar relaves
con muy baja proporción de aguas, vale decir, con concentraciones con peso superiores a los
68 – 72%, en forma fluida, pero con alta tensión de fluencia y relevante viscosidad, que permitan
su transformación en un pseudo sólido, de estabilidad creciente una vez depositado.
Tanto JRI como el Centro de Investigación de JRI están trabajando en una línea de trabajo de
I+D, que hemos denominado “Minería Sin Residuos” (WLM como marca registrada), cuya
patente está en trámite, y que podría constituirse un quiebre científico y tecnológico en mineral
mundial en la gran minería del cobre y otros minerales.
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