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Sistema de Labranza y Productividad de los Suelos

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SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 13

2
Sistema de Labranza y Productividad de los Suelos

E.ACEVEDO Y E. MARTÍNEZ.
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas, Laboratorio de Relación Suelo-Agua-
Planta. Casilla 1004, Santiago, Chile. eacevedo@uchile.cl

RESUMEN

En este Capítulo se revisa el efecto de la labranza en las propiedades físi-


cas, químicas y biológicas del suelo. La intensificación de la agricultura
con prácticas tradicionales de labranza, que incluyen inversión del suelo,
tiene como efecto la disminución de la materia orgánica del suelo.La cero
labranza, con residuos sobre la superficie del suelo, sube el contenido de
materia organica de éste afectando positivamente sus propiedades físicas,
químicas y biológicas y por lo tanto, su productividad. La labranza tradi-
cional con inversión de la capa superficial del suelo, ayuda al control de
malezas y formación de una cama de semillas, sin embargo, expone el
suelo a la erosión hídrica y eólica y a la oxidación acelerada (quema) de su
materia orgánica. El balance de carbono del suelo en condiciones de la-
branza tradicional resulta negativo. La productividad del suelo aumenta
o disminuye de acuerdo a su contenido de carbono orgánico.

ABSTRACT

In this Chapter we discuss the effect of tillage on the physical, chemical


and biological properties of the soil.The intensification of agriculture
using traditional crop tillage practices involving the inversion of the
upper soil layer, decreases de soil organic matter content. No-tillage
practices, leaving the crop residues on top of the soil, increase the soil
organic matter content positively affecting the soil physical, chemical
and biological properties and the soil productivity. Traditional tillage
practices control weeds and allow seed bed preparation, but they expose
the soil to water and wind erosion and to an accelerated oxidation
(burning) of soil organic matter. The carbon balance of the soil under
traditional tillage is seldom positive. The soil productivity increases or
decreases according to its soil organic carbon content.
14 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS

INTRODUCCIÓN
La labranza es una práctica que facilita labores agrícolas, entre las que destacan
control de malezas, formación de camas de semillas que lleven a una buena
germinación y establecimiento del cultivo, incorporación de fertilizantes y
pesticidas al suelo, incorporación de materia orgánica y residuos del cultivo
anterior. La labranza consiste comunmente en la inversión y mullimiento de la
capa superficial del suelo (15-30 cm) a través de araduras y rastrajes que, cuando
se operan con una humedad adecuada del suelo, resultan en una disgregación
y mullimiento mejorando las propiedades mecánicas para su posterior
intervención (siembra u otro).
Junto con facilitar las labores de siembra, controlar malezas y generar el mullimiento
deseado, la labranza tiene algunos efectos no deseados. Expone el suelo a los
principales agentes erosivos ( agua y viento) y facilita el contacto de los organismos
del suelo con una alta presión parcial de oxígeno (ca 20 kpa ). El movimiento de los
gases en medios porosos como el suelo es por difusión. Es un proceso lento que, en
buenas condiciones de aireación, mantiene a una profundidad de 10-20 cm una
presión parcial de oxígeno de ca 10-15 kpa. La labranza aumenta la presión parcial
de oxígeno estimulando la actividad de los microorganismos del suelo, los que
oxidan la materia orgánica al utilizarla como furente de energía. Así, dos grandes
procesos destructivos se asocian a la labranza con inversión del suelo: erosión y
oxidación (quema) de su materia orgánica. Estos dos procesos disminuyen la
capacidad productiva del suelo. El primero de ellos es comunmente apreciado ya
que hay ruptura y remoción física del suelo perdiendose parte de la capa superficial
y junto con ésta, la materia orgánica y nutrientes. La productividad baja en función
a la magnitud de suelo removida por erosión ya que son las capas más superficiales
las que tienen la mayor concentración de carbono y de nutrientes.
La disminución del C orgánico del suelo después de que es intervenido por el
hombre ha sido documentada ampliamente. La Figura 1 muestra la evolución
de este proceso desde una situación climax de bosque a una situación de cultivo
intensivo. En un período de 50 años el carbono y nitrógeno del suelo bajan
aproximadamente a la mitad.

Figura 1. Evolución del carbono y nitrógeno del suelo en la medida que


aumenta la intensidad de uso del suelo (Sierra, 1990)
SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 15

LABRANZA Y EROSIÓN
La erosión hídrica del suelo y el transporte de sedimentos en un campo depende
del impacto que causa la gota de lluvia en el desprendimiento de las partículas
de suelo y de la energía del flujo superficial que contribuye a desprender y
transportar los sedimentos en sentido de la pendiente (Peralta, 1976; Logan,
1990). Este proceso depende tanto de la naturaleza del suelo como de la lluvia
y, específicamente, de la cubierta con plantas o residuos vegetales. La agricultura
basada en cero labranza reduce la erosión eólica e hídrica mediante el
impedimento físico que ejerce la cobertura de residuos de cosecha de las
temporadas anteriores depositados en la superficie del suelo.
El arado, usado en los sistemas de labranza tradicionales, aumenta la erosión
del suelo en terrenos ondulados y con pendiente (Lal et al., 1990) mediante una
acción de tipo mecánica inducida por las herramientas de corte del suelo. Esta
erosión es conocida como “erosión por labranza” (Torri y Borselli, 2002), dejando
al suelo suceptible a la acción del viento y agua.
La erosión del suelo por labranza es proporcional a la pendiente. Torri y Borselli
(2002) distinguieron tres fases que explican el movimiento de traslación del suelo:
1. Arrastre, el suelo es transportado en contacto con la herramienta de corte.
2. Salto, los terrones de suelo son eyectados por la herramienta de corte y
viajan en caída libre bajo el efecto de la gravedad y la velocidad inicial al
momento de la eyección.
3. Rotación, los terrones rotan – o bien se deslizan – por efecto gravitacional,
de resistencia al roce y de velocidad, al término de la fase de salto.
Al remover el suelo, mediante la labranza tradicional (LT), ya sea quemando o
incorporando los residuos de la cosecha anterior, se destruyen los agregados naturales
del suelo quedando particulados y expuestos a los agentes erosivos. En un estudio
realizado en un suelo franco arcilloso, haploxeralf típico, de la VIII Región, Chile, se
encontró una relación significativa y positiva entre el grado de cobertura del suelo y
la estabilidad de los agregados (Gallegos, 1998). Otros estudios muestran que la
estabilidad de los agregados, indicada por el diámetro ponderado medio de los agregados,
aumenta al realizar cero labranza y dejar los rastrojos sobre el suelo (Figura 2).

Figura 2. Sistema de labranza (CL = cero labranza y LT = labranza


tradicional ) y su efecto en el diámetro ponderado medio de los
agregados (Reyes et al., 2002).
16 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS

LABRANZA Y PROPIEDADES FÍSICAS DEL SUELO


El rol de la materia orgánica en la estructuración de las partículas del suelo es
ampliamente reconocido (Follett y Stewart, 1985). A su vez, la estructura del
suelo afecta su porosidad y por lo tanto, la retención y disponibilidad de agua
del suelo, además de su capacidad de aire. La figura 3 muestra la distribución
del espacio poroso con diferentes manejos de suelo. Al agregar materia orgánica
al suelo aumentan los poros de mayor diámetro, que retienen el agua con menor
energía siendo de mayor accesibilidad a las plantas. La conductividad hidráulica
a saturación del suelo, es decir, la capacidad del suelo de transmitir agua cuando
está saturado (velocidad de infiltración estabilizada) aumenta notablemente
(Cuadro 1) facilitando la infiltración del agua. Reyes et al (2002) informaron un
aumento de la humedad aprovechable de 35% en un mollisol de Chile Central
sometido a manejo de cero labranza por cuatro años. La porosidad total fue
ligeramente inferior en cero labranza en comparación con el suelo labrado en
forma tradicional, sugiriendo un desplazamiento de la curva de la figura 3 hacia
la izquierda, hacia poros de mayor diámetro. El mayor contenido hídrico del
suelo en cero labranza, por otra parte, aumenta su capacidad calórica (cantidad
de calor necesaria para subir su temperatura), por lo que los suelos bajo cero
labranza generalmente son ligeramente más fríos y pueden demorar la
emergencia y crecimiento inicial de plantas cultivadas.

Figura 3. Distribución del espacio poroso en suelos con diferentes tipos


de manejo (SM = paja más 22 T/ ha de guano con paja incorporado
en el suelo.FB =paja quemada en el otoño después de la cosecha.
+N =paja incorporada al suelo + 90 Kg / ha de N ) (Pikul y
Allamaras,1986).
SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 17

Cuadro 1. Conductividad Hidraulica del suelo bajo diferentes sistemas de


manejo, tratamientos de acuerdo a la figura 3, C= control (Pikul
y Allamaras, 1986).
Tratamiento Superficie Cubierta de Pie de arado Suelo
descubierta rastrojo
K mm/s
SAT

C 1,08 1,97 0,34 1,74


SM 2,24* 3,61 0,85* 1,80
FB 1,52 3,15 0,29 1,76
+N 2,36* 4,15 0,23 1,89
LSD (0,05) 0,89 0,25

* Significativo al 5%

El espacio poroso del suelo se distribuye entre agua y aire en proporciones que
dependen del grado de saturación hídrica. La capacidad de aire de los suelos, o
contenido volumétrico de aire cuando el suelo se encuentra a capacidad de
campo, generalmente se torna limitante al crecimiento de las plantas cuando
disminuye de un 10% en volumen (Figura 4). La cero labranza aumenta la
proporción de poros de mayor diámetro aumentando su capacidad de aire.

Figura 4. Efecto de la capacidad de aire del suelo sobre el rendimiento


(Baver y Farnsworth, 1940).
Al aumentar la materia orgánica del suelo disminuye la densidad aparente, y
con ello aumenta la porosidad y disminuye la resistencia a la penetración y al
crecimiento de las raíces de los cultivos (Figura 5) permitiendo una mejor
exploración de agua y nutrientes del suelo por las plantas.
18 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS

Figura 5. Resistencia a la penetración en función de la densidad


aparente y humedad del suelo (Singh y Ghildyal, 1977)

LABRANZA Y PROPIEDADES QUÍMICAS DEL SUELO


El principal efecto de la cero labranza sobre las propiedades químicas del suelo
está vinculado al aumento de la materia orgánica (MOS) de éste. La figura 6 muestra
el cambio de MOS después de cuatro años de cero labranza en un mollisol de Chile
Central en que se cultiva una rotación trigo-maiz dejando los residuos de cosecha
sobre el suelo. La mayor acumulación de materia orgánica ocurrió en los primeros
dos centímetros del suelo, pero la diferencia fue significativamente superior hasta
los cinco centímetros de profundidad entre los tratamientos de manejo.
Materia Orgánica (%)

Figura 6. Sistema de labranza (CL = cero labranza; LT = labranza tradicional)


y acumulación de materia orgánica en un alfisol de Chile central
(Reyes et al., 2002).
SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 19

En los sistemas agrícolas tradicionales los balances de carbono en el suelo son


generalmente negativos (Reicosky et al., 1995 ) ya que comunmente se queman
los rastrojos de la cosecha anterior y se invierte la superficie del suelo para
preparar la cama de semilla. Los requerimientos de carbono para compensar el
efecto, son del orden de 2 a 2,5 T / ha.
El Cuadro 2 presenta valores estimados para un balance de carbono que son
del mismo orden de magnitud que observaciones realizadas en campo por
Rasmussen y Collins, 1991 y Rasmussen y Parton, 1994.

Cuadro 2. Estimación de balance de carbono para sistemas de cero


labranza y labranza tradicional. Cultivo de trigo que produce 3
T / ha (Acevedo,E. datos no publicados).
Arado vertedera Cero labranza
(T C / ha)
Ingresos + 1,49 + 1,49
Egresos
Quema - 1,64 0,0
Oxidación M.O. - 2,36 - 0,54
Erosión (10 T/ha) - 0,11 0,0
TOTAL - 2,17 + 0,95

La importancia de la materia orgánica en las propiedades químicas del suelo


radica en el aporte directo de nutrientes esenciales como N, P y S y micronutrientes
presentes en la materia orgánica, además de aportar coloides que aumentan
substancialmente la capacidad de intercambio catiónico del suelo. Cabe
mencionar que prácticamente la totalidad del nitrógeno aportado por el suelo
a un cultivo proviene de la descomposición de la materia orgánica por lo que,
en general, a mayor contenido de materia orgánica en el suelo hay mayor
disponibilidad de nitrógeno.

PROPIEDADES BIOLÓGICAS
El cultivo de los suelos no perturbados representa una serie de cambios en la
estructura y actividad de la comunidad biológica nativa del suelo (Hendrix et
al., 1990). Sin considerar la introducción de sustancias químicas tóxicas, como
pesticidas, los cambios en la abundancia y actividad biótica del suelo pueden
estar relacionados a cambios en los factores reguladores de ella, como
temperatura, agua y cantidad y distribución de materia orgánica. En los sistemas
arables, las fluctuaciones estacionales de las propiedades microbiológicas
pueden ser significativas (Petersen et al., 2002).
El uso intensivo de herbicidas, por otra parte, puede alterar la fauna del
suelo.Tales cambios en las condiciones del hábitat y disponibilidad de nutrientes
reducen la diversidad de especies, pero, en muchos ocasiones pueden
incrementar la abundancia de otras.
20 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS

En un estudio realizado al Este de Washington, USA, durante el cultivo de trigo


primaveral sobre un suelo franco limoso, Petersen et al. (2002) compararon la actividad
biológica del suelo manejado a largo plazo con arado de cincel y CL . El estudio
encontró una fuerte asociación entre el N biomásico y las condiciones del suelo,
principalmente con la disponibilidad de N. Las condiciones en CL favorecen una
mayor relación hongo / bacteria respecto a los sistemas de LT (Hendrix et al ,1990).
En estudios realizados en el fundo Chequén, en la VIII Región de Chile, se comparó
el efecto de la CL y LT sobre algunas propiedades biológicas del suelo, como se
aprecia en los cuadros 3 y 4 (Crovetto, 2002).

Cuadro 3. Recuento microorganismos del suelo en diferentes sistemas


de labranza.
Microorganismo Cero Labranza Labranza tradicional
Bacterias aeróbicas viables (±+) (±-)
Bacterias fijadoras de N (+)* (-)
no simbióticas
Bacterias nitritadoras (+) (-)
Bacterias nitratadoras (+) (-)
Hongos viables (±) (±)
Esporas de micorrizas (+) (-)
vesiculo-arbusculares
Levaduras viables (+) (-)*
Algas (±) (±)
Actinomicetes viables (±+) (±-)

(+): mayor, (-): menor, (±): sin diferencias, (±+): tendencia a aumentar, (±-): tendencia a disminuir
*: Más estable durante el año.
Crovetto, 2002.

Cuadro 4. Recuento organismos de la mesofauna del suelo en diferentes


condiciones de labranza.

Organismo Cero Labranza Labranza tradicional


Mesofauna total (+) (-)
Insectos (+) (-)
Ácaros (±+)* (±-)
Ciempies (±+) (±-)
Nemátodos (+) (-)
Lombrices (+)** (-)

(+): mayor, (-): menor, (±): sin diferencias, (±+): tendencia a aumentar, (±-): tendencia a disminuir
*: Mayor durante el mes de diciembre probablemente debido a la excepcional precipitación de 88 mm.
**: Mayor durante el período húmedo
Crovetto, 2002.
SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 21

Hay informes contrapuestos sobre los efectos de la labranza en las lombrices


del suelo (Chan, 2001). Por un lado hay resultados que vinculan la abundancia
y diversidad de lombrices con la intensidad de labranza en que la población de
lombrices disminuye en suelos manejados tradicionalmente, debido a cambios
de las condiciones del suelo que resultan del excesivo laboreo. Por otro lado, se
documenta un incremento de algunas poblaciones endógenas de lombrices
debido a la mayor disponibilidad alimenticia que se genera al mezclar los
residuos que abundan en superficie.
En un suelo aluvial franco arenoso (mollisol) de la zona central de Chile, se
midió el número y peso de lombrices en tres situaciones de manejo: LT, CL (3
años), y CL (6 años). Los resultados del cuadro 5 muestran que en LT no se
registraron lombrices. Además, la población de lombrices aumentó en forma
directa con el tiempo de incorporación del suelo al sistema de conservación de
CL. Estos resultados podrían relacionarse con la mayor disponibilidad
alimenticia en los sistemas de conservación y con los mayores contenidos de
humedad en CL (Reyes et al., 2002).

Cuadro 5. Cantidad de lombrices en distintos sistemas de labranza

Sistema de labranza Número Peso seco


-1 -1
(Lombrices ha ) (kg ha )
Labranza tradicional 0 0
Cero labranza, 3 años. 620.000 28
Cero labranza, 6 años 2.760.000 104

Laboratorio Relación Suelo – Agua – Planta, Universidad de Chile; datos no publicados.

LABRANZA Y BALANCE DE C EN EL SUELO


Se estima que la labranza intensiva ha sido responsable de pérdidas entre 30 y
50% de C orgánico del suelo, desde la incorporación de nuevos suelos a sistemas
de cultivo tradicionales (Reicosky, 2002). A nivel global se pierden por cultivo
del suelo aproximadamente 0,8 GT de C a la atmósfera (Schlesinger, 1990). Las
pérdidas de materiales húmicos de los suelos cultivados son superiores a la
tasa de formación de húmus de los suelos no perturbados, por lo que el suelo
bajo las condiciones actuales de cultivo es una gran fuente de CO atmosférico,
2
contribuyendo al calentamiento global por aumento de gases de efecto
invernadero (Kern y Johnson, 1993; Gifford, 1994; Reicosky, 2002).
El rol de la agricultura en el secuestro de C no está claramente definido
(Schlesinger, 1990). El suelo, sin embargo, es un importante componente en el
ciclo global del C, actuando como fuente y como reservorio. Entre los diversos
componentes aéreos y subterráneos, la mayor parte del C almacenado se
encuentra en el suelo (Etchevers et al., 2002). El total de C retenido en los
22 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS

suelos representa dos a tres veces la cantidad de C presente en la atmósfera


como CO2 por lo que los suelos podrían ser un gran sumidero global de C
(Gifford, 1994).
La conversión hacia sistemas de labranza de conservación aumenta el
contenido de C del suelo al reducir la erosión y la tasa de oxidación de la
materia orgánica (Fortin et al., 1996), reduciendo además las emisiones de
CO2 por el menor uso de combustibles fósiles (Kern y Johnson, 1993). Un
estudio reciente (West y Post, 2002), indica que en promedio, un cambio de
LT a CL podría secuestrar 0,57 ± 0,14 T C ha-1 año.-1 La captura de C está
estrechamente ligada a prácticas agronómicas, las que pueden contribuir a
mitigar los efectos del cambio climático global (Etchevers et al., 2002).
La MOS es el principal componente del suelo que se ve influenciado por el
sistema de labranza implementado (Alvarez et al, 1995). El contenido de MOS
disminuye frecuentemente con la intensidad de labranza incrementando los
flujos de CO2 desde el suelo hacia la atmósfera (Reicosky et al, 1997). En un
vertisol de Texas , USA, Reicosky (1997) comparó el efecto de diferentes
sistemas de labranza (tradicional, cincel y cero labranza) y diferentes cultivos
sobre la emisión de CO2, encontrando después de 24 horas los mayores flujos
de CO2 en labranza tradicional. Como no encontró relación entre el CO2
acumulado después de labranza y el contenido de N inorgánico, despreció el
efecto a corto plazo de la actividad microbiana, señalando que la liberación
de CO2 en el corto plazo se encuentra más influenciada por un flujo de masa
relacionado con los cambios inducidos en la porosidad después de labrar el
suelo. Aún después de tres meses de efectuados los tratamientos de labranza,
las pérdidas de CO2 siguieron afectando mayormente a los suelos manejados
con sistemas de labranza tradicional (Reicosky, 2002).
Una reducción del contenido de MOS puede generar un efecto perjudicial en
el medio ambiente debido a que frecuentemente resulta en una disminución
de la fertilidad, aumento de la erosión, disminución del rendimiento,
infiltración de agua, y capacidad de retención de agua del suelo (Reicosky et
al., 1997). Para minimizar tal impacto ambiental, se debe disminuir el volumen
de suelo a disturbar (Reicosky, 2002).

LABRANZA Y CONSUMO DE ENERGÍA


La labranza, junto con la preparación de la cama de semillas, pueden contribuir
fuertemente al consumo de energía de los sistemas de producción de cultivos
(Lal et al., 1990). El consumo de combustible diesel para el arado usado en los
sistemas de labranza tradicional, varía de 60 a 80 litros por hectárea (Lal et al.,
1990). La labranza de conservación presenta ahorros significativos en términos
energéticos sin poner en riesgo la productividad (Lal, 1989). Las faenas de
labranza y los productos químicos basados en petróleo como fertilizantes y
pesticidas son insumos energético - intensivos.
En USA la fabricación de fertilizantes, principalmente N, libera casi la misma
cantidad de C que la quema de combustibles fósiles empleados en labores
agrícolas –0,076 GT/año– (Kern y Johnson, 1993). Los sistemas de labranza
SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 23

tradicional son los más intensivos en términos energéticos, mientras que


los sistemas de cero labranza son los menos intensivos. En USA, la cero
labranza gasta cerca de un 45% menos de los requerimientos energéticos
(combustible) considerados para en las labores de precosecha que los
sistemas de labranza tradicional. En cero labranza se requiere un control
químico de malezas más intensivo, con lo cual se incurre en un gasto
energético adicional por concepto de herbicidas de un 15% mayor al
requerido en labranza tradicional. Aún así los sistemas de cero y mínima
labranza son más eficientes en términos energéticos que los sistemas
tradicionales. Con menores niveles de energía los sistemas conservacionistas
pueden conseguir aproximadamente los mismos rendimientos que los
sistemas tradicionales (Kern y Johnson, 1993).

CAMBIOS EN LA PRODUCTIVIDAD DEL SUELO ASOCIADOS A LA LABRANZA


El efecto de la MOS es decisivo en la regulación de los nutrientes de los
ecosistemas, lo que se asocia a la producción y descomposición de la biomasa
y al secuestro, asimilación y emisión atmosférica del CO2 . La cero labranza
promueve la acumulación de MOS, principalmente en los primeros centímetros
del perfil del suelo (Undurraga, 1990; Salinas 1996; Reyes et al., 2002). El manejo
de la MOS, incluyendo el uso de los residuos de cosecha y abonos orgánicos,
es considerado un factor fundamental debido a sus beneficiosos efectos en la
calidad del suelo, la productividad sustentable del suelo, y su capacidad
potencial para secuestrar C (Rasmussen y Parton, 1994; Rosell, 1999). Aunque
la relación entre la MOS y la productividad de cultivos es aceptada por
diferentes investigadores (Moreno et al, 1999), establecer su interdependencia
requiere el análisis de estudios ejecutados bajo condiciones experimentales
distintas, con escalas diferentes en tiempo, sitio, clima, y en general, en
situaciones ecológicas diversas (Rosell, 1999). Además, pese a la existencia de
abundante literatura que documenta los efectos positivos de la MOS sobre las
propiedades del suelo que influencian el desarrollo de los cultivos, existe poca
información sobre la contribución directa de un aumento de MOS en la
productividad del suelo – cultivo. Bauer y Black (1994), estimaron que para un
suelo franco de las Grandes Planicies en USA que un aumento de 1 T / ha de
MOS en los primeros 30 cm del suelo era equivalente a un aumento en
productividad de 15 kg/ha en granos de trigo. La adición de enmiendas
orgánicas, sin embargo, aunque puede mejorar la productividad del suelo, no
elimina la necesidad de fertilizar, debido a las grandes cantidades de nutrientes
que se requieren para obtener un retorno económico.
Luchsinger et al. (1979) compararon varios métodos de preparación de suelos
para estudiar la respuesta en crecimiento y rendimiento de maíz en un suelo
aluvial (Mollisol) de textura franco arcillo arenosa de la zona central de Chile,
encontrando una mayor germinación en los tratamientos que no incluían
rotura del suelo. En cero labranza, sin embargo, se observó un menor
desarrollo de raíces a los 45 días después de la siembra. En el tratamiento sin
labrar hubo una disminución no significativa en rendimiento - posiblemente
24 SERIE CIENCIAS AGRONÓMICAS

asociada, además, a un insuficiente control de malezas – como también


menores costos de producción.
Un Análisis del margen bruto de tres sistemas de labranza en la VIII Región de
Chile (Cuadro 6), muestra que el mayor costo de inversión requerido para cero
labranza, es compensado con un margen bruto 5,6 veces mayor al sistema de
labranza convencional (Salinas, 1996).

Cuadro 6. Análisis del margen bruto para siembras de trigo, bajo tres
sistemas de labranza. Salinas (1996).
Sistemas Ingreso Costo Margen bruto
(Kg/ha) (kg/ha) (kg/ha)
Convencional 1.500 1.130 370
Mínima labranza 3.000 1.870 1.130
Cero labranza 4.000 1.940 2.060

Salinas (1996), señala que las prácticas de labranza convencionales, que implican
uso intensivo de tractores e implementos agrícolas, producen modificaciones
generalmente desfavorables desde el punto de vista de la conservación de suelos,
que se traducen en: (1) degradación integral del recurso suelo (física, química y
biológicamente); (2) incremento de las superficies con problemas de erosión hídrica
y (3) paulatina pérdida de productividad de los suelos.

CONSIDERACIONES FINALES
Hay abundante evidencia de carencia de sustentabilidad en los sistemas
agrícolas de cultivos anuales en que se realiza labranza con inversión de suelo.
El problema se genera por la exposición del suelo a la erosión hídrica y eólica y
por la oxidación de la materia orgánica con la consecuente pérdida de carbono
del suelo. Los balances de carbono en suelos en que se realiza labranza
tradicional son negativos. La cero labranza, manteniendo los rastrojos sobre el
suelo, evita la erosión y ayuda a almacenar carbono en el suelo mejorando sus
propiedades físicas, químicas y biológicas, aumentando su productividad y
haciendo que el suelo cumpla un rol de almacenamiento de carbono desde el
punto de vista ambiental.Esta práctica agronómica disminuye, además, las
emisiones de CO2 a la atmósfera por menor consumo energético.

AGRADECIMIENTOS
Los autores desean agradecer las sugerencias hechas por la Sra. Paola Silva en
la redacción del manuscrito. Parte de este trabajo se realizó con aportes del
proyecto FONDEF D99I1081.
SISTEMA DE LABRANZA Y PRODUCTIVIDAD DE LOS SUELOS 25

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