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Carta al Director
Sr. Director Diario La Nación
Presente.
Junto con saludar a usted y a los lectores que se encuentren leyendo estas líneas, me
permito a través de la siguiente carta responder a la columna de opinión del Embajador de
Turquía, Taner Karaka, titulada “El Genocidio, un delito definido por la ley”, publicada en
vuestro medio el día 26 de abril de 20131. En ella, el representante diplomático del Estado
turco niega la calificación de genocidio con la que ha sido internacionalmente reconocido el
crimen de lesa humanidad cometido contra el Pueblo Armenio por el Imperio Otomano, y
posterior Turquía, entre los años 1915 y 1923.
Los hechos mediante los cuales el gobierno de los Jóvenes Turcos inició en 1915 la
masacre que desapareció a casi un millón y medio de armenios, de manera planificada y
sistemática, han sido ya larga y probadamente demostrados por múltiples fuentes, entre ellas
documentos de la época del mismo gobierno turco e innumerables testimonios de víctimas y
testigos de este crimen. El embajador Karaka al parecer olvida, muy convenientemente, que
fueron los propios países aliados, Francia, Inglaterra y Rusia, los que apenas a un mes del
inicio del genocidio, el 28 de mayo de 1915, realizaron una declaración condenando la
violencia otomana contra el pueblo armenio, utilizando por primera vez el concepto de
“crímenes contra la humanidad”2. Fueron las posteriores conveniencias económicas y
geopolíticas de estas mismas naciones en su relación con la naciente República de Turquía,
las que terminaron respaldando el silenciamiento, el negacionismo y la impunidad3.
1
Disponible en https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-genocidio-un-delito-definido-por-la-ley-
nid1576277
2
Décadas más tarde, el concepto de “crímenes de guerra” fue de relevancia central en la formulación jurídica
de las acusaciones de los juicios de Nüremberg, revelando otro punto de relación entre ambos genocidios. Lo
que deja también de manifiesto esta declaración de los aliados, además de calificar los hechos como un
crimen, es el reconocimiento del uso de una violencia que resulta novedosa, aún en el contexto de la Gran
Guerra. ( DerGhougassian (2009), p.33)
3
DerGhougassian, K. (2009) “Contra el Gran Silencio. La lucha Internacional por el reconocimiento del
genocidio”. En Despauy, L. “El Derrumbe del Negacionismo”. Ed. Planeta: Bs. Aires. Pp. 31-64.
TAREA FINAL MÓDULO 4: “El negacionismo en el caso del Genocidio Armenio. Políticas de Estado que niegan dentro de las propias
fronteras y fuera ellas”
esto que, a diferencia de los judíos, los armenios se habrían rebelado contra el gobierno turco,
señalando que su Estado les habría brindado protección al momento de ser “reubicados”, que
es el eufemismo utilizado habitualmente para referirse a las deportaciones masivas de
armenios, en las que eran exterminados. El señor embajador no logra profundizar en cómo
es que después de esta supuesta protección, fueron asesinados casi un millón y medio de
armenios, cómo es que en esta rebelión resultan asesinados mujeres, niños y ancianos
incapaces de defenderse, y cómo es que un pueblo dedicado en un porcentaje mayoritario a
las labores agrícolas, pudiera hacer frente en igualdad de condiciones a un ejército regular,
entrenado, equipado y asesorado militarmente por los alemanes, además de grupos armados
paramilitares organizados y armados también el gobierno4. Tampoco encontramos en dicho
argumento una respuesta para comprender por qué, entonces, los armenios que lucharon junto
a los turcos fueron también aniquilados.
En este punto, se hace necesario considerar que, tanto la forma como el contenido de
la columna del embajador Karaka, obedecen a una política sostenida históricamente por el
Estado turco, para mantener el silenciamiento, el negacionismo y la impunidad del mismo
Estado por su responsabilidad directa en la organización y ejecución del genocidio contra los
armenios. De esta manera, es evidente como, a partir de una verdad tergiversada y parcelada
arbitrariamente, e instalada en el medio público a través de los medios de comunicación,
mientras se silencia a los sobrevivientes y descendientes de las víctimas, el Estado turco
pretende escabullir el reclamo de restitución de la verdad histórica y reparación de las
víctimas armenias, manteniendo una versión distorsionada, y en definitiva mentirosa, de un
genocidio que merece el repudio y condena internacional.
4
“El diferencial de poder es necesario para el genocidio, ya sea como condición de posibilidad o como fin por
alcanzar. Pero este diferencial puede incluir cualquier combinatoria del estatus de las víctimas y los
perpetradores mientras que estos últimos ocupen la posición de dominación” (p.63). En Theriault, H. (2016)
“A contrapelo: reflexiones críticas sobre el presente y el futuro de los estudios sobre genocidio”. Revista de
Estudios sobre Genocidio. Año 8, volumen 11, Buenos Aires. pp. 37-66 - ISSN 1851-8184 / ISSN-e 2362-3985
5
Kaplan, G. (2010). “La política del negacionismo: el extraño caso de Ruanda. Reseña del libro La Política del
Genocidio, de Edward S. Herman y David Peterson” (p.16). En Africaneando, Revista de Actualidad y
Experiencias. N° 3. Pp 7-24
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fronteras y fuera ellas”
6
Ver por ejemplo https://www.lanacion.com.ar/opinion/hablan-de-30000-desaparecidos-y-saben-que-es-
falso-nid1621505; “Gómez Centurión: La dictadura no fue un plan genocida”. America TV, 29 de enero de
2018, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=6xtIwuMZWh0
7
Artinian, J.P. (2019). “Clase 1: Contexto Histórico previo al ascenso al poder de Adolf Hitler”. Apuntes de
clase. Sin publicar.
8
Artinian, J.P. (2019). “Clase 1: “Definiciones sobre Genocidio y Violencia de Estado.” Apuntes de clase. Sin
publicar.
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fronteras y fuera ellas”
Esta interesada política de negar y distorsionar una verdad histórica establecida, que
conocemos como negacionismo, constituye una forma de violencia simbólica hacia las
víctimas de un genocidio. Representa en sí mismo un doble crimen, al negar el delito y al
negar también a las víctimas su condición de tales, impidiendo así procesos de enorme
relevancia para la reparación de un daño traumático como el establecimiento y
reconocimiento de la verdad histórica, los procesos de reparación y de duelo individuales y
comunitarios, así como el castigo a los perpetradores y el acceso a la justicia.
Tampoco puede obviar que es representante diplomático del Estado turco en uno de
los países latinoamericanos en los que reside una de las diásporas más grandes, aquellos
armenios sobrevivientes y descendientes de las víctimas del genocidio, y que son la prueba
viva de aquellos horrores de los que se vieron obligados a huir, emigrando de sus territorios
para resguardar la vida. Han recorrido un largo camino para primero dimensionar un daño
que impacta en todas las dimensiones de la existencia, y que se va transmitiendo, y
9
DerGhougassian, K. (2009) “Contra el Gran Silencio. La lucha Internacional por el reconocimiento del
genocidio”. En Despauy, L. “El Derrumbe del Negacionismo”. Ed. Planeta: Bs. Aires. Pp. 31-64.
10
Ver https://www.nuevospapeles.com/nota/3066-el-genocidio-armenio-argentina-y-la-onu
11
Ver https://www.diarioarmenia.org.ar/a-treinta-anos-de-su-aprobacion-el-informe-whitaker-en-las-
naciones-unidas/
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fronteras y fuera ellas”
transformando, de una generación a otra, para lograr después de dos generaciones, articular
los inicios de una lucha por el reconocimiento internacional del Genocidio Armenio, la que
ha debido enfrentar obstáculos a nivel de comunidad internacional, así como también los
devenires de la realidad política Argentina12.
12
Derghougassian, p.59