Sueños de tormentas con lluvias de prismas alucinantes
aterrando con colores a los hombres moribundos.
Una vez tus ojos se posaron en el tiempo
Y allí te perdí, Te fuiste en mi nombre y en todos los que oí, En aquella mujer que miraba desde el cordón, En esa que me vendió cigarrillos, En la que me besó y huyó, En la que me besa y me acompaña.
No te recuerdo con nostalgia,
creo más bien que te encontré y te menciono por ser el pasado en un papel, haré un barquito liviano que en la lluvia de algún martes se me haga invisible.