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Inteligencia Lógica: Tiene que ver con el desarrollo de pensamiento abstracto, con
la precisión y la organización a través de pautas o secuencias.
Estas dos últimas están muy relacionadas con la inteligencia emocional toda vez
que determinan la manera como nos relacionamos entre sí y frente al mundo.
El concepto como tal de Inteligencia Emocional, se propuso por Salovey y Mayer en el año
1990 y se relaciona con la capacidad que tenemos todos de entender, sentir, controlar y/o
transformar estados conductuales a partir de las emociones, de acuerdo a diversos autores,
esta inteligencia se encuentra formada por una especie de habilidades que se categorizan en
cinco competencias diferentes:
El conocimiento de las emociones propias: La conciencia de uno mismo (el reconocer un
sentimiento mientras ocurre) es la clave de la inteligencia emocional. Una mayor
certidumbre con respecto a nuestras emociones es una buena guía para las elecciones
vitales, desde casarse hasta optar entre un trabajo u otro.
La capacidad de controlar las emociones: Se basa en la capacidad anterior. Las personas
que saben serenarse y librarse de la ansiedad, irritación o melancolías excesivas se
recuperan con mayor rapidez de los reveses de la vida.
La capacidad de motivarse a sí mismo. Las personas que saben controlar la impulsividad
y esperar para obtener su recompensa cumplen con sus objetivos y están conformes con sus
logros.
Empatía es decir el reconocimiento de las emociones ajenas: La capacidad para
reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué necesitan es la habilidad
fundamental para establecer relaciones sociales y vínculos personales.
El control de las relaciones interpersonales: Esto significa saber actuar de acuerdo con
las emociones de los demás: determinan la capacidad de liderazgo y popularidad.
Estas habilidades lo que permiten es configurar comportamientos que ayudan a mejorar las
relaciones interpersonales e intrapersonales dado que lo que se busca es reconocer las
fortalezas con el fin lograr aumentar la adaptabilidad a las situaciones que se presenten y
las debilidades para saber manejarlas y modificarlas.
En este sentido, y con miras a la mejor inserción del talento dentro de la empresa,
resaltaremos algunos rasgos que hacen a alguien emocionalmente inteligente:
Estabilidad emocional. Consiste en un rasgo que contribuye de manera directa al bienestar
y la felicidad. Las personas emocionalmente estables son más capaces de manejar sus
propias emociones y tienen una mayor tolerancia al estrés, lo que las hace más capaces de
mantener la cabeza fría en situaciones de alta presión y evitar conflictos tóxicos.
Sin embargo, las personas emocionalmente inestables tienden a ser reactivas, respondiendo
de manera negativa a ciertos acontecimientos que no afectarían a la mayoría de las
personas. La estabilidad emocional es el predictor más importante de la inteligencia
emocional, ya que representa el mayor porcentaje dentro de los estudios que definen
patrones positivos en los recursos humanos. Algunos puntos claves para mantener la
estabilidad emocional que podemos mencionar son: ajustar el enfoque, evaluar las
expectativas, definir acciones.
El enfoque tiene que ver con la posición que tomes respecto a los eventos negativos, si te
mantienes centrado en la perspectiva positiva de cada suceso, será mucho más fácil
manejarlo o identificar una solución. Generalmente nos creamos grandes expectativas de la
vida, sin considerar imprevistos.
Evaluar las expectativas y considerar que aquellos problemas que le acontecen a otros
pueden pasarte a ti también permite que estés alerta y que puedas tomar medidas
previsibles. Definir acciones es lo que te llevará realmente a movilizarte en el camino a la
solución, ya que al final es inevitable en ciertas ocasiones el enfrentarte a sucesos que
afecten el ritmo y productividad, pero el desarrollar un plan y tomar acciones permite
levantarte y emprender el camino.
Conciencia. La conciencia de sí mismos no es una propiedad intrínseca de la existencia,
sino que implica un sistema de pensamiento complejo. Como seres humanos desarrollamos
la consciencia no solo de nosotros mismos sino también de nuestro aspecto físico y del
ambiente que nos rodea. Cuando desarrollamos la conciencia, podemos tener un mejor
control de los impulsos y logramos un mejor desempeño para alcanzar las metas planteadas.
Un individuo consciente, es un individuo que trabaja por la excelencia, lo que implica
seguir direcciones, trabajo en equipo, poner un mayor empeño e incluso desarrollar una
capacidad emocional superior.
Capacidad cognitiva. La capacidad cognitiva es la cantidad total de información que
puede ser retenida por nuestro cerebro en un momento determinado. La capacidad cognitiva
hace referencia a los mecanismos mentales de aprendizaje, memoria y la resolución de
problemas más que con el conocimiento en sí mismo.
Aunque generalmente se tiende a separar de la inteligencia emocional, resultados han
arrojado que existen cruces entre uno y otro, ya que la capacidad cognitiva puede afectar la
forma en que eres capaz de asumir y adaptarte al entorno, lo que a su vez aumenta el
rendimiento y la inteligencia emocional del sujeto.
Estos son algunos puntos que deben resaltarse dentro de la inteligencia emocional de los
colaboradores de la organización con miras a que se involucren con los objetivos de la
empresa, desarrollando vínculos con las metas propuestas, pero también con el resto del
equipo de trabajo y con la forma en que este se enfrenta a los retos y compromisos del día a
día.