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EJERCICIOS ESPIRITUALES

DE SAN IGNACIO DE LOYOLA


una relectura del texto (3)

Josep M. rambla, sj.


Seminario de ejercicios (eIdeS)

I. Segunda SeMana de eJercIcIoS .............................................................................. 3


1. el ejercicio del reino [ee 91-98] ...................................................................... 3
2. algunas indicaciones sobre el modo de realizar el ejercicio
y para adelante [ee 99-100]) .................................................................. 8
3. contemplación de la encarnación [ee 101-109] ............................................ 10
4. contemplación del nacimiento [ee 110-117] ................................................. 15
5. repetición del primero y segundo ejercicio [ee 118-120] ........................... 18
6. traer los cinco sentidos [ee 120-126] .............................................................. 19
7. algunas notas para esta semana [ee 127-131] ............................................... 20
8. la vida oculta [ee 132-134] ............................................................................... 21
9. Mirada al conjunto ................................................................................................ 25
10. Paso a la elección [ee135] ................................................................................ 26
II. reglaS de dIScernIMIento ..................................................................................... 28
1. algunas aclaraciones previas .............................................................................. 29
2. reglas de primera semana [ee 313-327] ......................................................... 30
3. reglas de segunda semana [ee 328-336] ......................................................... 38
notaS .................................................................................................................................... 45
Josep M. Rambla, sj. Licenciado en teología. Es autor entre otros de Dios, la amistad y los
pobres. La mística de Egide Van Broeckhoven, Santander, Sal Terrae, 2007; así como de las edi-
ciones al catalán de los Ejercicios Espirituales (Exercicis Espirituals, Barcelona, ed. Proa, 1990)
y de la autobiografía de san Ignacio (El pelegrí, Barcelona, ed. Claret, 1991).

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ISBN: 978-84-9730-329-3 - ISSN: 2014-654X - ISSN (ed. virtual): 2014-6558
Febrero 2014
Revisión y corrección del texto: Pilar de la Herran
Maquetación: Pilar Rubio Tugas

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I. SEGUNDA SEMANA DE EJERCICIOS

El ejercitante termina la primera semana sintiéndose salvado, expe-


riencia de la misericordia. En este acontecimiento de su historia perso-
nal se ha desarrollado una reacción profunda, porque la salvación es
haber experimentado una relación con el que ha venido no a condenar,
sino a salvar, y la del que ha vivido el gozo de la salvación. Esta rela-
ción tan íntima y tan gratuita lleva de modo connatural a la gratitud. A
partir de la segunda semana la experiencia espiritual es el desarrollo de
esta respuesta a la cercanía bondadosa y gratuita de Dios. La respues-
ta, puesto que de relación amorosa se trata, ha de ser una respuesta
existencial, desde lo profundo de la persona.
Por esto el ejercitante deberá seguir en el camino de la liberación per-
sonal, de los afectos desordenados, para centrar su afectividad en
Jesús, el Señor, y así ser capaz de hacer una elección evangélica.

1. EL EJERCICIO DEL REINO [EE 91-98]

[91] EL LLAMAMIENTO DEL REY TEM- gracia a nuestro Señor para que no
PORAL AYUDA A CONTEMPLAR sea sordo a su llamamiento, mas
LA VIDA DEL REY ETERNAL. presto y diligente para cumplir su
Oración. La oración preparatoria sea santísima voluntad.
la sólita. [92] El primer punto es poner delante de
El primer preámbulo es composición mí un rey humano, eligido de mano
viendo el lugar, será aquí ver con la de Dios nuestro Señor, a quien ha-
vista imaginativa sinagogas, villas y cen reverencia y obedecen todos los
castillos, por donde Christo nuestro príncipes y todos hombres cristia-
Señor predicaba. nos.
El segundo preámbulo: demandar la [93] El segundo: mirar cómo este rey
gracia que quiero; será aquí pedir habla a todos los suyos, diciendo:

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Mi voluntad es de conquistar toda la al trabajo, mas aun haciendo contra
tierra de infieles; por tanto, quien su propia sensualidad y contra su
quisiere venir comigo, ha de ser amor carnal y mundano, harán obla-
contento de comer como yo, y así de ciones de mayor estima y mayor
beber y vestir, etc.; asimismo ha de momento, diciendo:
trabajar comigo en el día y vigilar en [98] Eterno Señor de todas las cosas, yo
la noche, etcétera; porque así des- hago mi oblación, con vuestro favor
pués tenga parte comigo en la victo- y ayuda, delante vuestra infinita bon-
ria, como la ha tenido en los traba- dad, y delante vuestra Madre glo-
jos. riosa, y de todos los santos y santas
[94] Tercer punto. Considerar qué deben de la corte celestial, que yo quiero y
responder los buenos súbditos a rey deseo y es mi determinación deli-
tan liberal y tan humano: y, por con- berada, sólo que sea vuestro mayor
siguiente, si alguno no acceptase la servicio y alabanza, de imitaros en
petición de tal rey, cuánto sería digno pasar todas injurias y todo vituperio
de ser vituperado por todo el mundo y toda pobreza, así actual como
y tenido por perverso caballero. espiritual, queriéndome vuestra san-
[95] En la segunda parte. La segunda tísima majestad elegir y recibir en tal
parte de este ejercicio consiste en vida y estado.
aplicar el sobredicho ejemplo del rey
temporal a Cristo nuestro Señor,
conforme a los tres puntos dichos.
1.1. Objetivo
Primer punto. Y cuanto al primer
punto, si tal vocación consideramos este ejercicio ha de ayudar a vivir una
del rey temporal a sus súbditos, experiencia de adhesión personal y ple-
cuánto es cosa más digna de consi- na a cristo, como lo único decisivo para
deración ver a Cristo nuestro Señor, un cristiano. Se trata de experimentar
rey eterno, y delante del todo el uni- algo así como la reacción de Pedro an-
verso mundo, al cual y a cada uno
te la interpelación de Jesús: «Vosotros,
en particular llama y dice: Mi volun-
tad es de conquistar todo el mundo y ¿también os queréis ir?» Y la respuesta
todos los enemigos, y así entrar en de Pedro: «Señor, ¿a quién iremos…?»
la gloria de mi Padre; por tanto, el texto ignaciano insiste en «conmi-
quien quisiere venir comigo, ha de go», porque no se trata de que el ejerci-
trabajar comigo, porque siguiéndo- tante se lance a una empresa más o me-
me en la pena, también me siga en nos seductora y con gran generosidad,
la gloria. sino que se deje arrastrar por el amor
[96] Segundo punto: considerar que to- desmedido a una persona, a Jesús, quien
dos los que tuvieren juicio y razón, desde luego le conducirá a la entrega
ofrecerán todas sus personas al generosa a su proyecto del reino de
trabajo.
dios. Probablemente en la composición
[97] Tercer punto. Los que más se querrán de este ejercicio confluyeron de una
afectar y señalar en todo servicio de parte los ideales caballerescos de Igna-
su rey eterno y Señor universal, no
cio, que todavía estaban en su mente en
solamente ofrecerán sus personas
el momento de su vigilia en Montserrat
4
(cf. au 17,1-3), y de otra, su fe profunda a centrar esta disponibilidad. Jesús tuvo
aunque elemental en cristo como único que habérselas con algunos actos de
Señor universal, alimentada por lecturas generosidad sin discreción de sus discí-
como la de la Vita Christi o por el im- pulos: se creen capaces de morir por él
pacto de la tradición cristiana que de y de no dejarle en el momento difícil;
forma viva, pero no literaria, iba asimi- Pedro cree hacer bien apartando a Jesús
lando1. del camino de la cruz y está convencido
de ser el único que no va a fallar... al fi-
nal, todas estas manifestaciones acaban
1.2. Anticipación del camino de revelando su engaño e inconsistencia.
los Ejercicios siguientes Por esto han de oír de Jesús palabras
es un ejercicio introductorio, una espe- como éstas: no sabéis de qué espíritu
cie de Principio y Fundamento del resto sois, me abandonaréis, antes de que el
de los ejercicios, porque el ejercicio gallo cante, me negarás tres veces, apár-
del reino inicia al ejercitante de algún tate de mí Satanás… Hay que prevenir
modo en la experiencia de la segunda, los engaños de la buena voluntad.
tercera y cuarta semanas. en efecto, se el ejercitante, además, ha de ser
trata de «trabajar» con cristo, de seguir- muy consciente de que este dios al que
le en la «pena», para compartir con él la quiere responder sin reservas es el dios
«gloria». el ejercitante deberá pasar por cuya comunicación y respuesta a él pa-
el momento encarnatorio o mesiánico, sa por lo humano. Porque se ha comu-
la asunción de toda la vida humana, nicado a la humanidad por medio de
hasta llegar al momento cristológico, Jesús en la historia humana, ha planta-
redentor o crucificante que lleva a la do su tienda entre nosotros y ha pasado
plenitud de vida del resucitado. no se haciendo el bien en la tierra. Por tanto,
tratará en este momento de comprome- «sólo se puede escuchar la llamada a
terse en ninguna forma de vida concre- seguir seriamente a cristo, en la medida
ta, sino de dejarse informar incoativa- en que uno es capaz de comprometerse
mente por la forma Christi, que cristo plenamente en un proyecto humano»2.
empiece a formarse en el ejercitante (cf. Para evitar, pues, un posible engaño y
gálatas 4,19). poner base sólida a la respuesta a la lla-
mada de cristo, se propone la parábola
del «llamamiento del rey temporal que
1.3. De lo humano a lo humanísimo
ayuda a contemplar la vida del rey eter-
Puesto que el ejercitante sale de la pri- nal». el ejercitante, ¿es capaz de dejar-
mera semana con el agradecimiento y se seducir por una persona de gran talla
la generosidad de quien se ha sentido humana y de reconocida significación
amado por un dios que se le ha antici- social? Y, con esta persona, ¿estaría dis-
pado en el amor, lógicamente su actitud puesto a empeñarse en un proyecto
fundamental es la de una disponibilidad liderado por tal personaje y compartirlo
sin reservas. Pero es de todo punto in- con él para la realización del bien
dispensable que el acompañante ayude común? aquí, nos encontramos con la
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gran posibilidad que ofrece una pará- 1.4. El realismo del maestro:
bola, con todo su poder interpelante y contra
movilizador. una parábola que proba- el libro de los ejercicios recoge la tra-
blemente debería crear el mismo ejerci- yectoria espiritual de Ignacio, no sólo
tante, ya que Ignacio no propone un en el retiro de Manresa, sino en el largo
caballero concreto, sino un arquetipo, recorrido de su vida, por tierras y situa-
ni un rey determinado, sino un «rey tan ciones tan variadas y arriesgadas… Por
liberal y humano». en cuanto se con- esto, el santo, al elaborar el «libro del
creta demasiado esta parábola, se le qui- maestro», deja constancia de las sinuo-
ta toda la grandeza de una persona ideal sas y dolorosas circunstancias con que
y se priva al ejercitante de una actividad deberá enfrentarse el cristiano y le ofre-
importante que es imaginar y soñar, ce en este ejercicio una especie de se-
desde un corazón ya purificado en la guro a todo riesgo. es decir, la persona
primera semana.3 Y hay que tener en que de verdad quiere seguir a cristo,
cuenta que la imaginación es una buena con cristo, en medio de la sociedad de
base para la movilización del afecto. cualquier época, deberá moverse un
además, otro elemento importante de poco o mucho a la contra. Por esto la
la parábola ignaciana es que el ejerci- palabra «contra» tiene especial relieve
tante se encuentra a solas ante dios en este momento de los ejercicios. no
como un caballero. Y el caballero era la para inducir a una actitud negativa o
persona que sólo disponía de su valor enfermiza de quien lo ve todo con los
personal (no era ni un burgués con ojos de un profeta de calamidades, sino
dinero, ni un noble con reconocimiento con aquella mirada de Jesús, manso y
social), y por tanto, o era persona de humilde de corazón, pero consciente de
gran valer por su entrega a un proyecto que en el mundo «pasaréis tribulación».
humano, o era despreciable.4 este «mundo» (el mundo por el cual
Sin embargo, esta primera parte del cristo no ora y en el cual el cristiano es
ejercicio no es más que una especie de totalmente forastero) es el complejo de
palanca que lanza al ejercitante a la realidad interior al ejercitante y realidad
inmensidad de lo divino en lo humano, exterior que lo contamina todo, inclui-
la llamada de cristo «más digna de da la misma Iglesia. Por esto deberá
consideración» que la ya de por sí muy hacer frente a la «sensualidad» (el arras-
grande del rey temporal. en efecto, tre de los sentidos corporales que tan a
dios es semper maior, y sin embargo se menudo se imponen a la razón) y al
nos da en lo humano, en lo pequeño. «amor carnal y mundano» (a la carne o
Non coerceri maximo, contineri autem apetitos desordenados) que arraiga en
a minimo, divinum est! la persona de la persona del ejercitante y que se alber-
Jesús y su proyecto de trabajar por el ga en la sociedad. en este enfrenta-
reino de dios con él, «conmigo», supe- miento consiste la substancia de la mor-
ran inmensamente las ideas e imágenes tificación que ayuda al ejercitante a
que el discípulo pueda formarse de él, despojarse de lo que es realmente con-
por elevadísimas que sean. trario a su deseo más profundo y autén-
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tico y a integrar cristocéntricamente sus que siempre está en deuda (rm 13,8) y
energías espirituales. nunca dice basta.
Y supuesto lo que precede, convie-
ne destacar que la oblación no ha de
1.5. Petición y oblación consistir en ningún esfuerzo titánico o
el preámbulo segundo y el coloquio si- heroico de arremeter con todo lo duro
túan al ejercitante en el punto de parti- posible en la vida, sino una expresión
da y en el punto de llegada. a partir de humilde –«diciendo», según el texto
la experiencia de la primera semana, el del deseo personal de responder al
ejercitante desea ser «presto y diligen- amor en la situación personal e históri-
te» a oír la llamada de dios, que se le ca en que al ejercitante le corresponde
comunicará por mediación de Jesús, el vivir. es por tanto,
Señor. aunque, naturalmente, después – una experiencia y manifestación
de haber tomado conciencia de que solo de fe amorosa (Eterno Señor, Ma-
no llega muy lejos y de que todo es gra- ría, la corte celestial);
cia, este deseo se convierte en la súpli- – centrada en cristo (imitaros);
ca: «pedir gracia…»
– un deseo (quiero y deseo y es mi
Por otro lado, al terminar la medita- determinación deliberada);
ción, ya que el ejercitante se halla en un
– que se apoya en la gracia (con
proceso dinámico de transformación y
vuestro favor y ayuda);
entrega, su actitud será de una modesta
locura de amor, por «imitaros», es decir – y en la comunión de los creyentes
movido por el amor a Jesús: «quiero y (vuestra Madre y la corte celestial)
deseo y es mi determinación delibera- y, por tanto, está marcado por la
da… pasar todas injurias y todo vitupe- confianza;
rio y toda pobreza…». es, naturalmente, – pone ante los ojos con realismo la
un inicio de respuesta total, con la sin- crudeza de las exigencias que en
ceridad del amor, pero con algo de la determinadas ocasiones puede exi-
inconsciencia del principiante. como gir el seguimiento de cristo (inju-
los discípulos que al oir la llamada del rias, vituperios, pobreza…).
Señor, enseguida lo dejaron todo y le en definitiva, es una oración diná-
siguieron. Pero, ¿cómo le siguieron…? mica, que parte del estado interior per-
el ejercitante ha adquirido la concien- sonal del ejercitante y le hace afrontar
cia de que la vida cristiana no es cosa con realismo las condiciones del segui-
de «querer y de correr, sino de miseri- miento en el compromiso por el reino.
cordia de dios» (rm 9,16). aunque, así, esta oblación supone un paso ade-
también es verdad que lo vivido en los lante respecto del «ánimo y liberali-
días anteriores de ejercicios le habrá dad» de la anotación quinta [5], por
llevado al convencimiento de que en las un mayor compromiso personal y una
cosas de dios, que es amor, lo único mayor concreción de los aspectos de la
que vale es el «más» del amor, un amor vida que se ponen en juego. la llamada
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del rey eternal toca el corazón del ejer- el mal: el mal que anida en su corazón
citante y le interpela como individuo en y el que habita en la humanidad y se
su libertad, pero para implicarse en un plasma en mil estructuras de mal y de
proyecto que partiendo de la lucha que pecado.5 resulta de mucho provecho
se libra dentro de su corazón («contra que la persona que hace ejercicios com-
su propia sensualidad y contra su amor ponga, a partir de lo que haya experi-
carnal y mundano»), se dirige a «con- mentado, su propio coloquio u obla-
quistar todo el mundo y todos los ene- ción. al acabar el ejercicio, la persona
migos». es decir, en este ejercicio se que se ejercita habrá iniciado, sólo ini-
conjugan las dos caras del compromiso ciado, el paso de la sabiduría humana a
del seguidor de Jesús que lucha contra la locura de la cruz.

2. ALGUNAS INDICACIONES SOBRE EL MODO DE REALIZAR


EL EJERCICIO Y PARA ADELANTE [EE 99-100]

materia tal como se halla elaborada en


[99] Primera Nota. Este ejercicio se hará
el corazón del «sujeto», del ejercitante.
dos veces al día, es a saber, a la
mañana en levantándose, y a una además, el carácter imaginativo de
hora antes de comer o de cenar. este ejercicio puede ayudar tanto a im-
[100] Segunda Nota. Para la segunda se- plicar al ejercitante en el seguimiento de
mana, y así para adelante, mucho cristo con todo el ser, afectivamente,
aprovecha el leer algunos ratos en como a iniciar al ejercitante en un pro-
los libros de Imitatione Christi o de ceso creativo en el seguimiento de cris-
los Evangelios y de vidas de santos. to, que a cada uno pide cosas distintas y
según momentos también inéditos. el
es importante conectar este ejercicio espíritu Santo ha de provocar «sueños»
con el momento en que se halla el ejer- y «visiones», según palabras del profe-
citante al final de la primera semana, ya ta aducidas por Pedro en Pentecostés…
que los ejercicios no son unas materias en los ejercicios se prevé que el día
que se ha de meditar o contemplar, sino dedicado al reino es un día de un cier-
un camino y transformación personal to descanso, ya que sólo se proponen
que hay que realizar. Por tanto la ila- dos ejercicios para toda la jornada [99].
ción del proceso no es temática, sino la costumbre muy extendida es la de
experiencial y hay que partir siempre hacer un día de descanso al terminar
de la «subiecta materia», es decir de la la primera semana. luego empezar la
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segunda con el ejercicio del reino, de- Pero, en segundo lugar, las tres lec-
dicando cinco ejercicios enteros en el turas que Ignacio propone representan
día, que pueden ser repeticiones del rei- tres cauces de alimento espiritual. los
no o ya contemplación del misterio de evangelios como ayuda a una asimila-
la encarnación. aunque, dado el carác- ción más completa del mensaje evangé-
ter global de la contemplación de la en- lico, ya que las contemplaciones sólo
carnación, parece mejor dedicar a esta abarcarán una mínima parte del conjun-
contemplación un día entero. cuando to de los cuatro evangelios. las vidas
los ejercicios se dan individualmente, de santos iluminarán al ejercitante en su
ya se ve que el descanso se puede orien- búsqueda de concreciones de su segui-
tar de una forma distinta a como se orga- miento de cristo. Ignacio, aunque em-
niza en los ejercicios en grupo, aunque pezó queriendo copiar a san Francisco
sean personalizados. y a santo domingo, luego halló su pro-
Ignacio propone dedicar tiempo de pio camino, pero evidentemente ilumi-
los ejercicios a la lectura espiritual nado y movido por la vida de éstos y
[100].6 dos cosas hay que destacar a otros santos. la Imitación de Cristo
este propósito. en primer lugar, que ofrece en síntesis un tratado de vida es-
«mucho aprovecha» esta lectura. aquí, piritual. tres tipos de lecturas que, por
sin duda, refleja el santo su misma lo menos el segundo y tercero, deben
experiencia cuando en loyola leyendo sin duda ser actualizados, pero que
la vida de cristo y las vidas de santos todos ellos expresan la línea afectiva y
(cf. au 5-9), experimentó el cambio práctica que han de tener, más para mo-
interior que no sólo le llevó a reorientar ver el corazón que para fomentar una
su vida al servicio de dios, sino que, reflexión teórica. en el directorio ofi-
con una gran agitación de sentimientos cial leemos: «no leyendo seguidamen-
espirituales, se inició en la sabiduría del te con avidez y ver cosas nuevas, sino
discernimiento de espíritus, de gran uti- deteniéndose y ponderando cuidadosa-
lidad para la elaboración del libro de los mente lo que lee, y participando de los
ejercicios, como él mismo confiesa mismos afectos».7 estas lecturas, bien
(au 99,3). además, esta experiencia de dirigidas por la persona que da los ejer-
la lectura, tan fecunda y fuente de una cicios, ofrecen un enriquecimiento de
orientación espiritual hacia los demás, perspectivas, un estímulo de los afectos,
es una constante que se da en el origen una incitación a la búsqueda personal,
de cambios espirituales decisivos en que suple, seguramente sin el riesgo de
la vida de muchas personas (agustín, una mentalización por parte del que da
teresa de Jesús, edith Stein, delbrêl...). los ejercicios, las pláticas o charlas.

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3. CONTEMPLACIÓN DE LA ENCARNACIÓN [EE 101-109]

[101] EL PRIMERO DíA Y PRIMERA [106] Primer punto. El primer punto es ver
CONTEMPLACIÓN ES DE LA EN- las personas, las unas y las otras; y
CARNACIÓN, Y CONTIENE EN SI primero las de la haz de la tierra, en
LA ORACIÓN PREPARATORIA, 3 tanta diversidad, así en trajes como
PREÁMBULOS Y 3 PUNTOS Y UN en gestos: unos blancos y otros ne-
COLOQUIO. gros, unos en paz y otros en guerra,
Oración. La sólita oración preparatoria. unos llorando y otros riendo, unos
sanos, otros enfermos, unos nacien-
[102] Primer preámbulo. El primer preám-
do y otros muriendo, etcétera.
bulo es traer la historia de la cosa que
tengo de contemplar; que es aquí Segundo: ver y considerar las tres
cómo las tres personas divinas mira- personas divinas como en el su
ban toda la planicia o redondez de solio real o trono de la su divina
todo el mundo llena de hombres, y majestad, cómo miran toda la haz y
cómo viendo que todos descendían redondez de la tierra y todas las
al infierno, se determina en la su eter- gentes en tanta ceguedad, y cómo
nidad que la segunda persona se mueren y descienden al infierno.
haga hombre, para salvar el género Tercero: ver a nuestra Señora y al
humano, y así venida la plenitud de ángel que la saluda, y reflitir para
los tiempos, enviando al ángel san sacar provecho de la tal vista.
Gabriel a nuestra Señora [262].
[107] Segundo punto. Oír lo que hablan
[103] Segundo preámbulo. Composición las personas sobre la haz de la tie-
viendo el lugar: aquí será ver la gran- rra, es a saber, cómo hablan unos
de capacidad y redondez del mundo, con otros, cómo juran y blasfeman,
en la cual están tantas y tan diversas etcétera; asimismo lo que dicen las
gentes; asimismo, después, parti- personas divinas, es a saber: «Ha-
cularmente la casa y aposentos de gamos redempción del género hu-
nuestra Señora, en la ciudad de Na- mano», etcétera; y después lo que
zaret, en la provincia de Galilea. hablan el ángel y nuestra Señora; y
[104] Tercer preámbulo. Demandar lo que reflitir después, para sacar prove-
quiero: será aquí demandar conoci- cho de sus palabras.
miento interno del Señor, que por [108] Tercer punto. Después mirar lo que
mí se ha hecho hombre, para que hacen las personas sobre la haz de la
más le ame y le siga. tierra, así como herir, matar, ir al in-
[105] Nota. Conviene aquí notar que esta fierno, etcétera; asimismo lo que ha-
misma oración preparatoria sin mu- cen las personas divinas, es a saber,
darla, como está dicha en el princi- obrando la santísima encarnación,
pio, y los mismos tres preámbulos etcétera; y asimismo lo que hacen el
se han de hacer en esta semana y ángel y nuestra Señora, es a saber,
en las otras siguientes, mudando la el ángel haciendo su oficio de legado,
forma, según la subiecta materia. y nuestra Señora humiliándose y ha-

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ciendo gracias a la divina majestad, y conviene advertir cómo en los dos
después reflectir para sacar algún ejercicios, de la encarnación y del na-
provecho de cada cosa de estas. cimiento, se presenta un modelo de pro-
[109] Coloquio. En fin, hase de hacer un posición del ejercicio, un modo de dar
coloquio, pensando lo que debo ha- puntos, que se deberá seguir en adelante.
blar a las tres personas divinas o al Se propone «el fundamento verdadero
Verbo eterno encarnado o a la Ma- de la historia» y esto «con breve o su-
dre y Señora nuestra pidiendo se- maria declaración» [2].
gún que en sí sintiere, para más
seguir e imitar al Señor nuestro, así
nuevamente encarnado, diciendo 3.2. La contemplación
un Pater noster.
la estructura de este ejercicio es la que
se repetirá a lo largo de todas las con-
3.1. Observaciones previas templaciones: oración preparatoria, tres
el ejercicio del reino, como se ha dicho preámbulos («traer la historia», «com-
ya, es el Principio y Fundamento del res- posición, viendo el lugar» y petición o
to de los ejercicios, puesto que dispone «demandar lo que quiero»), los puntos
al ejercitante a emprender el camino («ver las personas», «oír lo que hablan»,
de la segunda semana, es decir la vida de «mirar lo que hacen») y coloquio final.
Jesús («trabajar»), luego la tercera se- Para esta contemplación del miste-
mana, la pasión y muerte («la pena») y rio de la encarnación, Ignacio constru-
finalmente la cuarta semana, («la glo- ye una especie de drama religioso, en el
ria»). así la contemplación de la encarna- que recurre de modo especial a la ima-
ción es la «primera» del «primero día». ginación para poder ver, oír y mirar lo
a partir de ahora se introduce una que hacen las tres personas divinas. a
nueva forma de oración, una «contem- primera vista podría parecer un exceso
plación visible» [47], ya que se trata de de ingenuidad este modo de representar
«contemplar a cristo nuestro Señor, el las divinas personas. con todo recorde-
cual es visible» [47]. Hasta la cuarta se- mos que tanto el arte religioso como la
mana, con algunas variantes y añadidos, literatura religiosa se han servido ya an-
se seguirá el mismo modo de oración de tes de san Ignacio de representaciones
contemplación. del misterio trinitario, siempre necesa-
Sin embargo, en este ejercicio de la riamente inadecuadas, pero sugerentes
encarnación, ya que en parte es con- y buen apoyo para la oración creyente.
templación «invisible», puesto que se Pero, sobre todo hay que considerar que
trata de la contemplación de la trinidad, es imposible que un santo tan extraor-
la contemplación ha de integrar también dinariamente regalado por dios con la
«la vista imaginativa» [47]. así Ignacio experiencia sublime de la trinidad y tan
propondrá, como se verá en los tres pun- devoto de la misma pudiese ceder a una
tos de la contemplación, un ejercicio forma superficial de representar imagi-
imaginativo para considerar las perso- nativamente el misterio que tanto le sub-
nas divinas. yugaba.8
11
3.3. La práctica del ejercicio actividad interior. aquí no se propone
una mirada al cielo, a la trinidad, sino
3.3.1. Oración preparatoria que el ejercitante se centra en el mundo,
y preámbulos fijándose especialmente en nazaret y en
una vez hecha la oración preparatoria nuestra Señora. Puesto que el lugar del
que no puede faltar en ningún ejercicio encuentro con la trinidad será el mun-
de oración, puesto que los ejercicios se do al que dios tanto ama, Ignacio, de
dirigen a ordenar la vida, el ejercitante forma muy discreta, casi subliminal, di-
entrará en la contemplación a través del rige ya el espíritu del ejercitante hacia el
atrio de los tres preámbulos. mundo real, que es el lugar donde se va
en el primero se resume todo el mis- a realizar el proyecto del «rey eternal».
terio que se debe contemplar: las perso-
nas de la trinidad están de cara al mun- 3.3.3. La petición, o «demandar lo
do mirando la desventura de toda la que quiero»
humanidad dejada a sí misma, y deciden en la petición se conjugan los dos polos
que la segunda persona se haga hombre. complementarios de la experiencia es-
esto se realiza en la plenitud de los tiem- piritual de los ejercicios: la gracia y la
pos, cuando el ángel es enviado a María libertad, la petición y el deseo y esfuer-
y ella acepta con disponibilidad plena la zo personales. Se pide lo que realmente
propuesta divina. en síntesis, esta histo- se desea y se busca, pero el objeto de
ria condensa el relato lucano de la anun- nuestro deseo y búsqueda es un don de
ciación (lc 1,26-38), con el trasfondo dios. «no ha hecho experiencia verda-
de los profetas sobre todo Isaías («el dera de los ejercicios de san Ignacio
pueblo que andaba en las tinieblas…»: quien no haya hecho experiencia insis-
Is 9,1) y de Hebreos 1,1. así se presen- tente de oración de petición» (José
tan ya los tres protagonistas del drama: calveras). en efecto, «nadie puede de-
el mundo en situación de irremediable cir Jesús es Señor, sino por influjo del
hundimiento en el abismo, la santísima espíritu Santo» (1cor 12,3; cfr. rom
trinidad como un dios que se interesa 10,9). en esta contemplación (y en to-
por el mundo y María como una perso- das las contemplaciones propiamente
na que es espacio de acogida de la co- dichas de la segunda semana) el objeto
municación de dios para la salvación de la petición es fundamental y convie-
del mundo. ne analizarlo en detalle:
– «Conocimiento interno». como ya
3.3.2. «La composición, viendo se indicó en Una relectura del Texto
el lugar» (2),9 el conocimiento interno no es
este preámbulo debe tratar de compo- simplemente conocimiento del in-
ner al ejercitante con el relato evangéli- terior de Jesús, sino conocimiento
co creativamente vivido. como siem- relacional. Se desea, pues, y se pide
pre, ha de reservársele un lugar a la una interpenetración de relación per-
imaginación, arte importante de nuestra sonal entre el ejercitante y Jesucris-
12
to, el progreso en la familiaridad o zarse al seguimiento animado por
amistad del ejercitante con cristo. el amor. el amor lleva al seguimien-
– «Del Señor». la contemplación, to y el verdadero seguimiento es
oración desde la fe, ha de alcanzar, seguimiento amoroso y no una sim-
mediante el acercamiento a Jesús, la ple acción o compromiso frío o des-
experiencia del Kyrios, del Señor. personalizado. Pero con la palabra
esta es la sencilla sublimidad de la «más», que ya había aparecido ante-
contemplación, alcanzar la vivencia riormente tanto en el Principio y
del trascendente en la contempla- Fundamento como en el ejercicio
ción de lo inmanente: Jesús, hombre del reino («más» y «mayor» en
como nosotros, que vive una expe- [97]), se expresa la verdadera diná-
riencia humana como la nuestra y mica del amor que tiende al desbor-
damiento.11
que en ella se nos da la comunica-
ción del mismo dios. dios se comu-
nica inmediatamente a la criatura 3.3.4. Los puntos
[15], pero por la mediación de la los tres puntos que propone Ignacio son
contemplación de la vida de cristo tres aproximaciones al misterio de la
[4], (Jn 14,9-11). encarnación según un modo de oración
– «Por mí se ha hecho hombre». la que tiene raíces antiguas anteriores al
contemplación del Señor, el dios santo. tanto la tradición cisterciense
con nosotros, se actualiza en mi como la franciscana ofrecen muchos
historia personal, que es una historia elementos oracionales que muestran
humana y, por tanto, social e histó- rasgos muy semejantes a la forma igna-
ricamente contextualizada. los mis- ciana de contemplación que a partir de
terios de la vida terrena de Jesús ahora se propone en los ejercicios.12
«han sido misteriosamente dotados Mirar las personas, oír lo que hablan y
de una actualidad totalmente nueva mirar lo que hacen es una forma muy
humana de acercarse al misterio huma-
y permanente»10. Por tanto, aquella
no de la encarnación, y de los demás
dimensión contemplativa mística
misterios de vida y pasión de cristo.
del Señor, tiene una concreción his-
Según san Bernardo, dios que sabe que
tórica, no sólo una dimensión místi-
sólo podemos amar con un corazón hu-
ca, sino política. así se supera el
mano, se hizo hombre.13 en los tres pun-
riesgo de una espiritualidad monofi- tos [106-108], la inmensidad del mundo
sita, reductora de cristo a solo dios. (de ayer y de hoy) con sus distintas
– «Para que más le ame y le siga». circunstancias muy concretas, y el re-
con estas palabras se explicita la cóndito espacio de nazaret con María,
finalidad de la contemplación ya in- va desfilando ante los ojos, el oído y la
sinuada con el «conocimiento inter- mirada atenta del ejercitante, pero tam-
no». el ejercitante pide llegar a un bién, ante la imaginación muy creativa,
amor intenso que lleve al segui- cielo y tierra, mundo y gracia, dolor,
miento del Señor y, a la inversa, lan- maldad y bondad acogedora… Y tam-
13
bién todos los aspectos de la persona del trata, pues, de hacer unos propósitos
ejercitante (sentidos, imaginación, afec- concretos, sino de dejar, o dejarse, que
tividad, etc.), que informados por la fe en el interior del misterio de cristo la
que sustenta la oración, se ponen en existencia del ejercitante vaya configu-
acción para penetrar en las insondables rándose de modo nuevo, en cristo.14
riquezas de cristo (cf. ef 3,18-19), a
través de la humanidad de Jesús y del 3.3.6. «Coloquio»
entorno humano en el que se nos da y
vive. así, desde lo humano del ejerci- a partir de lo que ha precedido en la hora
tante, a través de lo humano de Jesús, se de contemplación, y en la misma línea
va llegando al encuentro con dios, más creativa del coloquio propuesto en la pri-
íntimo que nuestra intimidad, y más mera semana, donde se decía «discurrir
mundano que la mundanidad del mun- por lo que se ofreciere» y «hablando, así
do, ya que dios es el mismo corazón del como un amigo habla a otro», ahora se
mundo. esta oración, gracia totalmente sugiere hablar a las personas divinas, al
gratuita, es fundamental para ir avan- Verbo encarnado o a nuestra Señora.
zando hacia una existencia mística en la dos expresiones llaman algo la atención
mundanidad del mundo donde se desa- y merecen un breve comentario.
rrolla la vida de los ejercitantes. es, sin – «Seguir e imitar al Señor nuestro».
embargo, imprescindible que la creati- el verbo «seguir», en la espirituali-
vidad orante se mueva dentro del cauce dad suele preferirse al verbo «imi-
de la analogía de la fe, que permite la tar», aunque los dos tienen su fun-
creatividad, pero que al mismo tiempo damento bíblico. al servirse Ignacio
la modera. de aquí que la experiencia de los dos verbos unidos no creo que
de los ejercicios ignacianos completos los haya considerado sinónimos, si-
pida un mínimo de formación teológica no que, según mi parecer, en el ver-
y bíblica. además, como se verá más bo seguir se expresa más una línea
adelante en el ejercicio de las dos Ban- dinámica, social e histórica de la fi-
deras, Ignacio propondrá unas coorde- delidad a cristo, mientras que con el
nadas imprescindibles para seguir avan- verbo imitar se subrayan más las
zando en el camino de la contemplación cualidades o virtudes de la persona
creativa del misterio de cristo. que sigue a cristo. Sobre esto se vol-
verá más adelante.
3.3.5. «Reflectir» – «Ansí nuevamente encarnado».
durante la inmersión en el misterio el Pensar que este «nuevamente» se re-
ejercitante experimenta la irradiación fiere a la encarnación del Verbo en
de éste en su propia vida y se deja in- la historia de hoy sería un anacro-
terpelar. de este modo la contemplación nismo. la encarnación en el hoy y
es transformadora del sujeto, según el en la historia es un pensamiento que
ideal paulino de que cristo se vaya for- emerge en la teología desde hace só-
mando en nosotros (cf. gal 4,19). en el lo unos decenios. Sin embargo, aun-
«reflectir», palabra hoy obsoleta, no se que literalmente el texto ignaciano
14
no tiene esta significación actualiza- tanto ama, solidaridad intratrinitaria, in-
dora, no resulta en nada disonante manente, ya que la encarnación es de-
con la teología ignaciana una con- terminación de las tres personas divi-
templación actualizada del misterio, nas, solidaridad ad extra, con el mundo,
como la que hoy es muy corriente. por cuanto el misterio de la encarnación
Y, por tanto, creo que el ejercitante es obra solidaria del Padre que envía,
puede muy bien contemplar la en- del Hijo, que es enviado, y del espíritu,
carnación con una dimensión histó- que realiza la encarnación en María. Y
rica y actual.15 la encarnación, desde la parte humana,
también es misterio de solidaridad, ya
que en un espacio poco aparente, insig-
3.4. Conclusión
nificante, se halla María, «dichosa por-
al terminar la contemplación de la en- que ha creído», a través de cuyo «sí»
carnación el ejercitante habrá dado el llega al mundo aquél que llevará a cul-
primer paso del seguimiento de cristo, minación el reino que no tendrá fin.
rey eternal. Y, el primer paso habrá si- así María es modelo e inspiradora de
do vivenciar como dios no se desen- las «minorías abrahámicas» (Helder cá-
tiende del mundo, sino que lo mira con mara), mujeres y hombres que también
cariño y compasión. Vivencia también hoy, con su fe viva que mueve monta-
de un dios todo solidaridad: solidari- ñas, son foco de esperanza en un mun-
dad en su mirada hacia el mundo al cual do que necesita y anhela liberación.

4. CONTEMPLACIÓN DEL NACIMIENTO [EE 110-117]

[110] LA SEGUNDA CONTEMPLACIÓN echó en todas aquellas tierras,


ES DEL NACIMIENTO. núm. [264].
Oración. La sólita oración prepara- [112] Segundo preámbulo. Composición
toria. viendo el lugar; será aquí con la vis-
[111] Primer preámbulo. El primer preám- ta imaginativa ver el camino desde
bulo es la historia: y será aquí cómo Nazaret a Belén, considerando la lon-
desde Nazaret salieron nuestra Se- gura, la anchura, y si llano o si por
ñora grávida casi de nueve meses, valles o cuestas sea el tal camino;
como se puede meditar píamente asimismo mirando el lugar o espe-
asentada en una asna, y José y una lunca del nacimiento, cuán grande,
ancila, levando un buey, para ir a cuán pequeño, cuán bajo, cuán alto,
Belén, a pagar el tributo que César y cómo estaba aparejado.

15
misterio que hay que contemplar. en
[113] Tercer preámbulo. Será el mismo y
por la misma forma que fue en la
el segundo preámbulo, hay que notar,
precedente contemplación. junto con la brevedad propia de los
[114] Primer punto. El primer punto es ver
ejercicios, el margen que se deja a la
las personas, es a saber, ver a creatividad del ejercitante y también la
nuestra Señora y a José y a la anci- importancia que se da a demorarse en
la y al niño Jesús después de ser los detalles: «considerando la longura,
nacido, haciéndome yo un pobreci- la anchura, y si llano o si por valles o
to y esclavito indigno, mirándolos, cuestas sea el tal camino», y respecto de
contemplándolos y sirviéndolos en la cueva, «cuán grande, cuán pequeño,
sus necesidades, como si presente
cuán bajo, cuán alto, y cómo estaba apa-
me hallase, con todo acatamiento
y reverencia posible; y después rejado». evidentemente, a Ignacio no le
reflectir en mí mismo para sacar preocupa la exactitud geográfica o ar-
algún provecho. queológica de los lugares, sino, como a
[115] Segundo punto: Mirar, advertir y con- los mismos evangelistas, que se con-
templar lo que hablan; y reflitiendo temple el misterio en unos lugares bien
en mí mismo, sacar algún provecho. concretos. el tercer preámbulo, «de-
[116] Tercer punto: Mirar y considerar lo mandar lo que quiero»: «será el mismo
que hacen, así como es el caminar y por la misma forma que fue en la pre-
y trabajar, para que el Señor sea na- cedente contemplación», puesto que la
cido en suma pobreza, y al cabo de contemplación, aunque introduce as-
tantos trabajos, de hambre, de sed,
pectos distintos de la vida de Jesús, tie-
de calor y de frío, de injurias y afren-
tas, para morir en cruz; y todo esto
ne el objetivo de progresar en la relación
por mí; después reflitiendo sacar de amistad con él.
algún provecho spiritual.
[117] Coloquio. Acabar con un coloquio,
así como en la precedente contem-
4.2. Los puntos y el coloquio
plación, y con un Pater noster. de la contemplación
los distintos puntos y el coloquio tie-
nen el mismo carácter formal que los
4.1. Oración preparatoria de la encarnación (y lo mismo en las de-
y preámbulos [EE 110-113] más contemplaciones que seguirán),
pero en ellos resaltan algunos aspectos:
después de la contemplación de la en-
carnación, la entrada de cristo en nues-
tra historia, el ejercitante pasa a la con- 4.2.1. La implicación activa
templación del nacimiento, la entrada de la persona que contempla
de cristo en un lugar, en un lado de la «Haciéndome yo un pobrecito y escla-
historia. a continuación de «la sólita ora- vito indigno… sirviéndolos [a nuestra
ción preparatoria», siguen dos preám- Señora y a José]… como si presente me
bulos, la «historia» y la «composición hallase». estas indicaciones sugieren
viendo el lugar», que corresponden al obviamente una manera de hacer la
16
contemplación de modo muy activo. to, Ignacio explicita este aspecto de la
San Francisco de asís creando el pri- vida de Jesús: «y todo esto por mí». de
mer pesebre o abrazando a cristo cru- este modo se va avanzando cada vez
cificado, san antonio teniendo en bra- más en la experiencia de la actualidad
zos al niño Jesús, santa teresa de Jesús del misterio contemplado, ya que no es
enjugando el sudor de sangre de cristo un simple recuerdo de algo que aconte-
en el huerto, etc. son algunas muestras ció hace años, sino la experiencia, en el
que avalan la calidad de esta ingenua espíritu, de la actualidad del misterio de
forma de orar. cristo. en efecto, el espíritu Santo es la
anámnesis y la actualización o «com-
4.2.2. Suma pobreza pleción» del misterio de cristo: «el es-
píritu Santo… hará que recordéis lo que
esta contemplación introduce al ejerci- yo os he enseñado y os lo explicará to-
tante en un elemento del seguimiento de do… os iluminará para que podáis en-
cristo que, a partir de ahora, estará pre- tender la verdad completa» (Jn 14,26;
sente constantemente a lo largo de la ex- 16,13)
periencia de los ejercicios, la pobreza.
notemos, en primer lugar, el relieve que
tiene la pobreza, ya que la pone como 4.3. Observaciones finales
punto culminante de un camino, como
un designio de dios mismo, «para que 4.3.1. Los puntos
el Señor sea nacido en suma pobreza». al comparar los puntos propuestos en
en segundo lugar, no deja lugar a esca- las dos contemplaciones de la encarna-
patorias fáciles para convertir la pobre- ción y del nacimiento, se ve una coinci-
za evangélica en algo un tanto platóni- dencia formal, pero con algunas varian-
co, como si se tratara sólo de una actitud tes que he subrayado más arriba. esto
interior, sino que la pobreza pasa por la indica que en la manera de proponer los
privación, dolor y humillaciones pro- puntos ha de haber, a la par que la su-
pias de los que viven pobremente: «tan- maria y breve declaración tan impor-
tos trabajos de hambre, de sed, de calor tante, una cierta creatividad por parte de
y de frío, de injurias y afrentas». Final- la persona que los propone. Pero, ade-
mente, entrar en una vida de pobreza, más, también indica que, sin perderse en
con los verdaderamente pobres, es en- largas y tediosas explanaciones, es im-
trar en el camino del fracaso humano, portante que el ejercitante en cada pro-
«para morir en cruz». posición de puntos encuentre algo de
novedad que le estimule.16
4.2.3. Por mí
aunque la relación de la encarnación 4.3.2. La pobreza del nacimiento
con la vida del ejercitante es algo obvio el texto ignaciano es heredero de una
y se expresa en el tercer preámbulo, tradición medieval, que aunque no coin-
«por mí se ha hecho hombre», aquí en cide con la literalidad del texto evangé-
la misma contemplación del nacimien- lico, no le es del todo ajena. en efecto,
17
la que podríamos considerar una legíti- zación del misterio en el hoy de nuestro
ma exégesis mística, o la interpretación mundo, con todo el peso de pobreza ma-
espiritual de los evangelios, ha desta- terial que conlleva, nos conduce a con-
cado la pobreza y los pobres en el men- templar en el nacimiento a una humani-
saje navideño y no podemos ignorar la dad que a través del largo recorrido de
sabiduría de los santos, confirmada por los siglos está sumida en gran parte en
la tradición viva de siglos, desde san «suma pobreza». Y, naturalmente, esta
Francisco a charles de Foucauld y contemplación nos invita a reflectir pa-
antoine chévrier. Francisco de asís, un ra sacar provecho de esta contempla-
santo que no se perdió en una concep- ción. el sobradamente conocido y cita-
ción romántica o folklórica de la pobre- do texto del juicio final (Mt 25,31-46)
za, quería que el día de navidad se ce- deja bien claro que hoy día podemos to-
lebrase de modo extraordinario, que davía responder de modo real y efecti-
todo el mundo hasta las paredes del con- vo al cristo nacido en suma pobreza o,
vento participasen en la fiesta, porque tal vez, cerrarnos a su imperiosa inter-
«dios siendo rico se hizo pobre por no- pelación. Pero, ciertamente, «la pobreza
sotros para enriquecernos con su pobre- del Verbo encarnado es nuestra riqueza»
za» (2cor 8,9). es más, la contextuali- (san león Magno).

5. REPETICIÓN DEL PRIMERO Y SEGUNDO EJERCICIO


[EE 118-120]

lo dicho a propósito de la repetición en tido la persona algún conocimiento,


la primera semana (ee 119, cf. Relec- consolación o desolación» [118]. Ya se
tura 2, p. 34) conviene tenerlo presente ve que, al hacerse la repetición sobre
aquí y en adelante. Máxime con la pers- dos misterios en el mismo tiempo, no se
pectiva de la elección a la que conducen trata tanto de seguir la línea de desa-
los ejercicios de la segunda semana, ya rrollo del misterio, cuanto de ahondar
que para realizarla convenientemente desde la fe y con todo el ser en las
es de todo punto imprescindible una vivencias que el espíritu ha hecho bro-
escucha atenta y afinada de la acción de tar en el corazón de la persona que
dios. Por esto Ignacio dice que la repe- se ejercita. es ya «cristo en vosotros,
tición no es una oración sobre materia esperanza de la gloria» (col 1,27) y no
distinta de los ejercicios anteriores, sino un relato o unas palabras en sí mismas,
que se hace «notando siempre algunas sino la letra escrita en el corazón del
partes más principales, donde haya sen- ejercitante (cf. 2cor 3,3). tan impor-
18
tante es esta forma de oración para el tición se hará dos veces sobre las mis-
proceso de transformación personal de mas dos contemplaciones precedentes
los ejercicios espirituales, que la repe- [120].

6. TRAER LOS CINCO SENTIDOS [EE 120-126]

6.1. Finalidad de este ejercicio gusto, amargura, satisfacción del alma,


dulzura, suavidad, toque agudo en el
al final del día, cuando el ejercitante ha
alma, silencio… es decir, sentimientos
contemplado ya dos misterios y ha he-
que el mismo libro describe en diversos
cho dos repeticiones sobre los mismos
momentos [cf. ee 2,69,76... y en las
conjuntamente, vuelve sobre ellos con
reglas de discernimiento, sobre todo de
otra forma de oración. al ser esta forma
segunda semana].
de orar el punto culminante de un día
entero de contemplación sobre dos mis- esta manera de orar es, pues, un
terios, es evidente que ha de ser un ejer- ejercicio del espíritu que informado por
cicio que ayude a una más personal y la fe, esperanza y amor, por medio de
profunda asimilación de los misterios actos análogos a los de los sentidos cor-
contemplados. Por tanto, no es simple- porales («los cinco sentidos de la ima-
mente un ejercicio suave y de reposo al ginación»), penetra y saborea los miste-
final del día, sino de verdadero progre- rios a los cuales se ha hecho presente en
so contemplativo, aunque no ha de ser las contemplaciones y repeticiones pre-
fatigoso. cedentes. Supera, pues, en calidad espi-
los dos primeros puntos, «ver» y ritual la forma incipiente de aplicación
«oír» [ee 122-123] corresponden de de sentidos propuesta en el quinto ejer-
algún modo a los tres ya practicados en cicio de la primera semana (ee 65-71 y
las dos primeras contemplaciones [ee Relectura 2, p. 37). es un modo de orar
106-108,114-116], pero no cabe duda de mayor simplicidad después de haber
de que la calidad de la experiencia que contemplado una y otra vez el misterio
ahora se realiza, después de las dos re- en distintas facetas y desde las resonan-
peticiones precedentes, es notablemen- cias en el propio espíritu y, por consi-
te superior y quizá guarda sólo una guiente, más intuitivo y afectivo, que
semejanza con lo experimentado en los analítico y racional.
ejercicios anteriores. al final del día la Por razones muy distintas, no ajenas
persona que se ejercita podrá revivir del todo a la sospecha de iluminismo de
intensamente sentimientos espirituales que fueron objeto los ejercicios igna-
experimentados durante la jornada: cianos, esta oración se interpretó como
19
un ejercicio ascético y simple de ora- jante, el ejercitante deberá «oír con el
ción. Sin embargo, ya desde los co- oído lo que hablan o pueden hablar»,
mienzos, la interpretación en este senti- sin más precisiones.
do no fue unánime. Y si la aplicación de
sentidos se practica de este modo, fiel a 6.2.2. La «divinidad»
la mistagogía ignaciana del libro de los
ejercicios, creo que nos hallamos ante la distinta tradición textual permite
un modo de orar muy afín a la tradición leer la «divinidad» en sí misma, o bien
de aquella percepción espiritual que la «divinidad del alma». en cualquier
orígenes y muchos autores posteriores caso se trata de percibir la cualidad
atribuían a los «cinco sentidos espiri- «divina», lo que nos trasciende total-
tuales»17. mente. Y para esto, Ignacio propone la
mediación de «oler y gustar con el olfa-
to y el gusto», es decir los sentidos más
6.2. La práctica de esta espirituales, que alcanzan más allá de la
contemplación percepción material del objeto del olfa-
to y del gusto.
6.2.1. Dejar margen a la acción algunos autores hablan de la analo-
personal del Espíritu gía de estos dos sentidos con la fe y la
Puesta la honda experiencia espiritual esperanza. en cualquier caso, puesto
vivida durante el día, las orientaciones que nos hallamos en el terreno de lo
para este ejercicio dejan un amplio mar- simbólico y analógico, esto parece su-
gen a la experiencia creativa personal: gerir que la oración puede alcanzar
«meditando y contemplando en parti- unos niveles que superan en mucho lo
cular sus circunstancias», sin precisar que nuestras potencias y sentidos cor-
cuáles, ya que será el espíritu el que las porales pueden conseguir según sus
dictará al ejercitante. Y, de modo seme- potencialidades propias.

7. ALGUNAS NOTAS PARA ESTA SEMANA [EE 127-131]

Puesto que los ejercicios no son un cur- anticiparse al espíritu, sino dejar a dios
so, sino una experiencia muy personal, ser dios, que haga su obra según sus
el libro se extiende en orientaciones ritmos, de modo que «la consideración
metodológicas para ayudar a la tarea de un misterio no estorbe a la conside-
estrictamente personal del ejercitante. ración del otro» [127].
como ya se había indicado en la a medida que avanza el progreso de
anotación 11ª, conviene vivir el tiempo los ejercicios, como en cualquier tarea
presente como kairós y por tanto, no humana muy personalizada, se produ-
20
cen cansancios o cambios de ritmo per- ejercita». la misma atención a lo que
sonales que hay que atender. Por esto, más ayuda ha de tenerse en lo referente
dentro del esquema horario de las cinco a penitencias [130].
horas de oración propuesto hasta el aunque los ejercicios no son sólo
momento presente, se pueden hacer oración, ciertamente la oración es la
acomodaciones, en cuanto al cambio de actividad privilegiada y por esto, a lo
horas (sobre todo eliminando la oración largo de los ejercicios, conviene recor-
a media noche), manteniendo las cinco dar oportunamente las condiciones para
horas de oración o, incluso, reducién- hacer bien la oración: centrar el espíritu
dolas a cuatro [ee 128-129].18 en el Señor y en lo que uno va a con-
algunas adiciones se deben acomo- templar y luego entrar en oración
dar a esta semana: al levantarse «poner tomando conciencia de que está bajo la
enfrente de mí la contemplación que mirada de dios [131].
tengo que hacer»; durante el día, traer en resumen, se ha de atender a lo
frecuentemente a la memoria los miste- que más ayuda «para hallar lo que de-
rios contemplados hasta el momento; sea la persona que se ejercita». Y, para
también servirse del ambiente (luz u os- esto, se deben tener en cuenta no sólo
curidad y frío o calor) según «sintiere las disposiciones interiores del ejerci-
que le puede aprovechar y ayudar, para tante, sino también las circunstancias
hallar lo que desea la persona que se exteriores, incluso las más materiales.

8. LA vIDA OCULTA [EE 132-134]

[132] Segundo día. Tomar por primera y ve para mejor hallar lo que desea,
segunda contemplación la presen- tomando sola una contemplación
tación en el templo, núm. [268], y en amaneciendo y otra a la hora de
la huida como en destierro a Egipto, missa, y repetir sobre ellas a la hora
núm. [269], y sobre estas dos con- de vísperas, y traer los sentidos an-
templaciones se harán dos repeticio- tes de cena.
nes y el traer de los cinco sentidos [134] Tercer día. El tercero, cómo el niño
sobre ellas de la misma manera que Jesús era obediente a sus padres
se hizo el día precedente. en Nazaret, núm. [271], y cómo
[133] Nota. Algunas veces aprovecha, después le hallaron en el templo,
aunque el que se exercita sea recio núm. [272] y así consequenter ha-
y dispuesto, el mudarse desde este cer las dos repeticiones y traer los
segundo día hasta el cuarto inclusi- cinco sentidos.

21
8.1. Breve o sumaria declaración cuatro misterios, con un escueto conte-
nido, sobre todo el referente a «la vida
Para el segundo y tercer día de la se-
de cristo nuestro Señor desde los doce
gunda semana, el libro de los ejercicios
años hasta los treinta» [271]. ¿Qué con-
propone cuatro misterios de la vida de
templa el ejercitante durante una hora
Jesús: presentación en el templo, huida
entera y en las repeticiones y aplicación
a egipto, vida de nazaret, con el episo-
de sentidos? la pregunta es pertinente
dio de la pérdida y hallazgo en el tem-
porque a continuación, antes de entrar
plo. en los misterios que presenta es-
en las elecciones, Ignacio dará por su-
quemáticamente aparecen estos cuatro
misterios, pero además se añade el del puesto que el ejercitante habrá contem-
regreso de egipto [268-272]. este pe- plado este período de la vida del Señor
queño detalle tiene su significación: las en que vivía «en obediencia a sus pa-
orientaciones propuestas en los ejerci- dres» [135]. además, los años nazareta-
cios admiten y piden una cierta flexibi- nos de Jesús son un tiempo largo, de
lidad en su aplicación tanto por parte de silencio y escondimiento, pero tienen
la persona que da los ejercicios como especial trascendencia para la compren-
de la persona que los hace. sión de la humanización de Jesús y para
captar mejor el mensaje que comunica-
esta misma flexibilidad, no arbitra-
rá en la vida pública. Y la vida de Jesús
riedad, siempre «para mejor hallar lo
en nazaret durante treinta años de vida
que desea» el ejercitante, se muestra en
corriente es de especial significación
la nota que propone de reducir las con-
ya que condensan la existencia de la
templaciones a cuatro en lugar de cin-
mayor parte de la humanidad que vive
co, «porque algunas veces aprovecha»
una vida humana sin atributos esen-
[133]. Y, además, es muy interesante la
ciales (familia, trabajo, situaciones co-
expresión repetida «hallar lo que desea
rrientes de gozo y de dolor, sumisión a
la persona que se ejercita» [130,133], ya
las circunstancias que les vienen dadas
que indica que lo que dirige el itinerario
sin capacidad de elegir, etc.). «gente
de los ejercicios y los medios para rea-
de la calle», diría Madeleine delbrêl,19
lizarlos bien es el deseo de la persona,
que experimentó y valoró el latir mudo
un deseo que es obra del espíritu. «tu
del tiempo. Y, en este paso silencioso
oración es tu deseo», dice san agustín.
del tiempo, dios sale al encuentro de
Y con esta breve y sumaria decla- todo el mundo. es como la «soledad
ración Ignacio deja al ejercitante y a la sonora», de san Juan de la cruz. dada,
persona que da los ejercicios. pues, la importancia que atribuyen los
ejercicios a este tiempo oculto de la
8.2. Los años de la vida oculta vida de cristo y de su trascendencia
para el mundo de hoy, mundo de efica-
«el latir mudo del tiempo era también cia y pragmatismo, propongo a conti-
dios» (José María Valverde). nuación algunas reflexiones que pue-
como hemos visto, para dos días dan ayudar en la proposición de los
enteros de ejercicios, Ignacio propone puntos.
22
8.3. Aproximarse a la vida oculta 8.3.2. Exégesis creativa
del Señor Partiendo de la misma naturaleza de la
es bien sabido el problema que supone Biblia y de la exégesis se puede llegar a
aproximarse a la vida oculta del Señor, una forma imaginativa y creativa de
estos treinta años de los que apenas sa- leer el evangelio, de modo que sin trai-
bemos nada: concepción, nacimiento, cionar el texto original, el ejercitante
unos pocos episodios alrededor del na- inventa ampliaciones, relatos, parábo-
cimiento y luego egipto, templo, y lar- las nuevas que iluminen lo que en el
gos años de crecimiento humano y ante mismo texto está de alguna manera
dios. ¿de dónde se ha de nutrir el fun- implícito o que lo extrapolan, sin trai-
damento verdadero de la historia? Y, cionarlo. es decir, esta forma de acer-
sobre todo, ¿cuál es el apoyo en el que carse al texto evangélico no se ciñe a la
el ejercitante alimenta su discurso per- exégesis formal, aunque, sin ignorar la
sonal para llegar a sentir y gustar inter- interpretación científica, despega de
namente de manera suficientemente este terreno hacia la captación de nue-
sólida y no arbitraria? Para responder a vos sentidos. este camino lo expone y
esta cuestión, me apoyaré en tres consi- justifica el exegeta gerd theissen
deraciones que, a mi parecer, aportan dando alas a una lectura y comentario
luz y sendas útiles para la contempla- de la Biblia, no arbitrario, pero sí ima-
ción. ginativo y creativo: «los textos son
abiertos. Permiten una multiplicidad de
8.3.1. El concepto de permisión explicaciones, pero no todas... no se
debe esperar, por tanto, de la exégesis
Según el concepto antropológico de explicaciones estereotipadas, sino sólo
permisión, desarrollado por M. de proposiciones. esto da libertad al predi-
certeau, un determinado texto no sólo cador... las predicaciones bíblicas han
deja abiertos significados que se hallan de seguir la gramática interna de los
implícitos en el sentido más literal de textos, sin por ello repetir la letra»21.
dicho texto, sino que permite interpre- Ignacio nos invita a una cierta creativi-
taciones a partir de una cierta coheren- dad cuando dice, por ejemplo, que des-
cia o analogía con el texto fuente. Por cubramos con nuestra reflexión o que
ejemplo, se puede hablar de la multipli- contemplemos lo que las personas
cación de los panes como un milagro o hablan o pueden hablar.
portento de verdadera multiplicación o,
en sentido permisivo, de una dinámica
de solidaridad que produce el prodigio 8.3.3. Leer la vida oculta desde la
de que el pan alcance a todos los ham- vida pública del Señor
brientos. este fenómeno quizá no está Suponiendo las dos maneras de acercar-
justificado en el sentido primigenio del se al texto bíblico que acabo de exponer,
texto, pero el texto permite esta inter- otro modo de adentrarse en la con-
pretación del milagro de la solidari- templación de la vida oculta es hacerlo
dad.20 partiendo de lo que de una manera u
23
otra (más o menos explícita) se dice corre a menudo el peligro de refugiarse
indirectamente de este largo tiempo de en paraísos espirituales (en lo distinto,
la vida de Jesús en la vida pública. no en lo espiritual, en lo eclesial…). así se
sólo que era carpintero o cuál era su puede contemplar a Jesús en medio del
familia, por ejemplo, sino lo que se adi- pueblo sencillo, participando en todos
vina en su manera de comportarse per- los aspectos de la vida de la gente,
sonalmente y de hablar, en las expe- desde la de los niños hasta la de los
riencias humanas y sensibilidad que adultos y ancianos; su vida de fe (ora-
revelan sus parábolas, en los rasgos de ción, biblia, sinagoga, templo,…); vida
la persona que muestran sus relaciones de trabajo sencillo y no especializado,
personales, en su libertad ante la ley an- con lo que conlleva de sumisión a la
te los poderosos, ante las prácticas ri- materia y a las exigencias de los ritmos
tuales, en su sentido de pertenencia a un lentos; gozos y penas personales y de la
pueblo, etc. todo esto deja entender al- gente… Se puede también contemplar
go de cómo sería la infancia y la juven- el impacto educativo de María (con sus
tud de Jesús: experiencia de trabajo ma- actitudes manifestadas en los evange-
nual y relación con el pueblo, conoci- lios) y de José, en su discretísima, pero
miento directo de situaciones de la vida importante vida de fidelidad al deber,
(campesinos, familias, apuros econó- su aguante de las inclemencias de la
micos y pobreza, enfermedades, exclu- vida, la sumisión a las exigencias de la
sión social de muchos, etc.), momentos vida social… también puede contem-
de soledad, de oración, de participación plarse la inculturación del Señor, sinte-
en las prácticas religiosas de la gente, tizada en los misterios de egipto, en el
etc. cumplimiento de la ley (circuncisión,
purificación de María, subida al tem-
plo…)… Y, sobre todo, la centralidad
8.3.4. Algunas pistas concretas del Padre en la vida corriente de
de acuerdo con lo que precede, el perí- Jesús…. grandes cristianos contempo-
odo de nazaret ofrece una rica fuente ráneos como charles de Foucauld,
de experiencia espiritual de lo que pue- antoine chévrier, Madeleine delbrêl,
de llamarse la humanización de Jesús, abbé Pierre, etc. oraron, vivieron y
experiencia espiritual muy importante escribieron desde su experiencia de la
para la vida cristiana y espiritual que vida oculta de Jesús.22

24
9. MIRADA AL CONJUNTO

9.1. Un proceso brá contemplado al dios que nace «en


al terminar las contemplaciones prece- suma pobreza» y que se revela en lo
dentes de esta segunda semana, el ejer- corriente y cotidiano de la vida. así el
citante habrá realizado una inmersión seguimiento de cristo deberá encarnar-
en el proceso de la comunicación de se en la vida desde la perspectiva de los
dios en cristo. pobres, porque es el lugar donde dios
en primer lugar, en el ejercicio del se nos manifiesta y desde donde nos
reino, habrá vivido la experiencia de llama.
un cristianismo de llamada personal,
porque dios se nos comunica llamán- 9.2. «Seguir e imitar» [109]
donos personalmente a compartir con él
un empeño de transformación del mun- Ya me he referido a estos dos términos.
do. Y por esto, el cristianismo no es en los ejercicios «imitar» y «seguir»
simplemente una forma de vivir ética- concurren con frecuencia en la expe-
mente, sino una relación personal, una riencia espiritual. no creo que se pueda
alianza. esta relación con un dios que hacer una distinción plenamente ade-
es amor y Bondad choca evidentemen- cuada de la significación de los dos tér-
te con las fuerzas del mal que andan en minos en los ejercicios, pero sí que en
nuestro corazón, pero que tienen mil conjunto se descubren dos acentos que
formas en el entorno de nuestra propia manifiestan dos facetas de nuestra rela-
vida. Pero, la persona de cristo que lla- ción existencial con cristo.
ma será quien dominará en el corazón
del ejercitante y le llevará a una res- a) Imitar. este término indica más
puesta de amor sin medida. bien el aspecto de transformación per-
en la contemplación de la encarna- sonal en nuestra relación con cristo. a
ción se entra en el misterio de un dios veces indica unas actitudes de fondo:
que se hace historia, que en vez de «imitaros» [98], «gracia para imitarle»
desentenderse del mundo se implica en [139], «imitar y parecer más actualmen-
él, en la historia. este es el contenido te» [167]. en otras ocasiones significa
del proyecto que el ángel propone a algunos aspectos particulares de la imi-
María, para el cual le solicita su partici- tación, como «procure de imitarle» en
pación. en síntesis, misterio de dios el comer [214] o «imitar en el uso de
con el hombre, con el mundo, con la sus sentidos» [248] o bien (aunque sin
historia. dios es el emmanuel. el ejer- usar el verbo imitar] «cuanto más se
citante aprenderá a encontrar a dios no acercare» a cristo modelo «en lo que a
mirando al cielo, sino a la tierra. su persona y estado de casa toca» [344].
en el nacimiento y en los años de además, de alguna manera, se trata de
vida oculta de Jesús, el ejercitante ha- imitar a cristo en el compartir los dolo-
25
res de la Pasión o la gloria y gozo del c) En síntesis. Imitar no es tanto
resucitado [ee 193,203,206,221,229].23 repetir, sino responder a una invitación
b) Seguir. tiene una significación creativa del Señor; una creatividad obe-
más dinámica, referida a la acción, al diente al que no es modelo, sino princi-
apostolado, al compromiso. así: en la lla- pio inspirador de una manera de ser.
mada del rey eternal: «siguiéndome», Mientras que seguir es una manera de
«me siga» [95]; en la petición propia de prolongar en la historia al Señor que
segunda semana, «más le ame y le siga» pasó haciendo el bien y curando (cf.
[104] y en la adición también propia de Hechos 10,38). en conclusión, se pue-
segunda semana, «más le amar y seguir» de decir que la vida del discípulo ha de
[130]. de modo implícito aparece en el ser a la vez «más seguir e imitar» al
«conmigo» del rey eternal [95].24 Señor nuestro [109].

10. PASO A LA ELECCIÓN [EE 135]

[135] PREÁMBULO PARA CONSIDE- del enemigo de natura humana; y


RAR ESTADOS. cómo nos debemos disponer para
Ya considerando el ejemplo que venir en perfección en cualquier es-
Cristo nuestro Señor nos ha dado tado o vida que Dios nuestro Señor
para el primer estado, que es en nos diere para elegir.
custodia de los mandamientos,
siendo él en obediencia a sus pa-
dres, y asimismo para el segundo,
como se ha dicho más arriba, para en-
que es de perfección evangélica,
cuando quedó en el templo, dejan-
trar en elección se supone haber con-
do a su padre adoptivo y a su ma- templado a fondo la vida oculta del
dre natural, por vacar en puro servi- Señor. Porque para Ignacio, los años de
cio de su Padre eternal; comenza- nazaret son un tiempo en que Jesús
remos juntamente contemplando su dejó esbozados con su vida los dos es-
vida, a investigar y a demandar en tados en que se puede vivir la vida cris-
qué vida o estado de nosotros se tiana: mandamientos y perfección evan-
quiere servir su divina majestad; y
gélica. evidentemente, el pensamiento
así para alguna introducción dello,
en el primer ejercicio siguiente
de Ignacio no es el que se impuso en la
veremos la intención de Cristo Iglesia con el Vaticano II, cuando se han
nuestro Señor y, por el contrario, la desdibujado los límites entre la vida se-
gún los mandamientos y según los con-
26
sejos, a cuya práctica están llamados gue llamando a la perfección evangéli-
muchos cristianos aunque no sean per- ca.
sonas especialmente consagradas en la a partir de ahora el ejercitante,
vida monástica, religiosa u otras formas mientras sigue contemplando la vida
de vida. Sin embargo, Ignacio es cons- del Señor comenzará a «investigar y a
ciente de que los consejos no sólo se demandar en qué vida o estado de noso-
pueden vivir en estado de vida religio- tros se quiere servir su divina majes-
sa, sino también en múltiples situacio- tad». Por tanto, se supone que el ejerci-
nes de vida, según él mismo dice en los tante está ya bastante dispuesto para
directorios.25 es más, aunque para él «investigar», es decir, para descubrir la
parece que en sí es mejor el medio de voluntad de dios mediante el discerni-
«los consejos» para llegar a la perfec- miento de sus mociones y pensamien-
ción evangélica,26 sin embargo esto es tos, para lo cual el acompañante le ha-
así si se considera la forma de vida en sí brá ido instruyendo de modo oportuno
misma, pero no respecto de cada perso- sobre el discernimiento. conviene,
na que ha de elegir, ya que todas ellas pues, antes de pasar a los ejercicios que
están llamadas a la perfección. de aquí propone Ignacio, detenernos en sus
que de entrada hay que ver si dios lla- orientaciones sobre el discernimiento
ma al ejercitante al camino considerado contenidas en las reglas de primera y
más eficaz, pero si no es así, dios le si- segunda semana.

27
II. REGLAS DE DISCERNIMIENTO

Una vez terminadas las contemplaciones de la vida oculta del Señor,


los Ejercicios proponen entrar en el proceso de elección: «investigar en
qué vida y estado…» [135]. Para realizar esta búsqueda se da por
supuesto que el ejercitante ha adquirido ya una buena práctica de dis-
cernimiento.

efectivamente, a medida que la expe- se ninguna agitación interior, la persona


riencia espiritual de la primera semana que da los ejercicios debería estar muy
y los tres días y medio de la segunda atenta para ayudar a descubrir las cau-
semana lo pedían, el ejercitante, conve- sas de esta ausencia de movimientos in-
nientemente apoyado por la instrucción teriores [6]. esto no quita que en algún
del que da los ejercicios, habrá ido apli- momento se puedan dar, en forma de
cando la sabiduría espiritual del discer- síntesis, todas las reglas ignacianas o un
nimiento de mociones y pensamientos. grupo de ellas.
Según las anotaciones [8,9,10], la per- en consecuencia, antes de entrar en
sona que da los ejercicios ha de propor- el comentario de las meditaciones y
cionar al ejercitante las orientaciones contemplaciones propuestas para el
oportunas a medida que en él van apa- cuarto día de segunda semana y si-
reciendo las mociones o pensamientos guientes, conviene detenernos en el aná-
distintos. Y, el no hacerlo de acuerdo lisis de las reglas ignacianas de primera
con cada momento de la experiencia y segunda semana, ya que su conoci-
interior del ejercitante, puede ser perju- miento práctico es imprescindible para
dicial [9:4]. Y si el ejercitante no sintie- la elección que seguirá.
28
1. ALGUNAS ACLARACIONES PREvIAS

Sin embargo, antes de entrar en el co- valente virtual de moción» (Hervé


mentario de las mismas reglas conviene coathalem). «Se trata en realidad de
explicar una serie de términos que apa- todo tipo de mociones: el ser ilumi-
recen y se repiten y, además, explicar el nado, el ser movido y agitado, el ser
sentido de las reglas mismas. asaltado y tentado, etc. a lo largo de
a) Mociones, pensamientos y espí- los ejercicios, no son los espíritus los
ritus: que desempeñan el papel principal,
sino las mociones»27. Sin embargo,
– «Mociones». Son experiencias es- matizando algo más, hay que decir
pirituales sin contenido mental en sí que tanto mociones, como pensa-
mismas, aunque pueden ser origina- mientos y espíritus indican los sín-
das por algún pensamiento o in- tomas que se dan en el ejercitante a
cluirlo. conviene también precisar través de los cuales ha de hacer su
que las mociones de que se habla en diagnóstico, es decir, reconocer su
esta parte de los ejercicios no pre- significado. «unos movimientos
tenden abarcar todo el campo de las (mociones) en los que la persona no
mociones espirituales que dios, en es sujeto agente, sino paciente, y que
su inmensa bondad y originalidad, estas mociones están estrechamente
causa en las personas. vinculadas a la experiencia espiri-
– «Pensamientos». Son experiencias tual, a la transformación interior que
espirituales en forma de luces, ide- provoca la búsqueda de dios»28.
as, deseos, etc. en el desierto, los b) las reglas no exponen una teolo-
discípulos que acudían a Padres o gía, ni una psicología sobre el tema,
Madres experimentaban kinémata sino una sabiduría práctica, natural-
y logismoi, que iban discerniendo mente bien fundada teológica y psico-
con la ayuda de un Abbas o una lógicamente. Su ayuda consiste en una
Amma. iniciación espiritual para saber distin-
– «espíritus». Seguramente son las guir el sentido de lo que se experimen-
mismas mociones o pensamientos, ta y para poder reaccionar de forma
pero destacando su dimensión tras- evangélica. en este sentido las reglas
cendente. Por esto, en la práctica po- contienen una sabiduría psicológica y
demos decir que «espíritu es el equi- teológica muy notable.29

29
2. REGLAS DE PRIMERA SEMANA [EE 313-327]

[313] REGLAS PARA EN ALGUNA MA- cuando ninguna cosa criada sobre
NERA SENTIR Y CONOCER LAS la haz de la tierra puede amar en sí,
VARIAS MOCIONES QUE EN EL sino en el Criador de todas ellas.
ÁNIMA SE CAUSAN: LAS BUE- Asimismo cuando lanza lágrimas
NAS PARA RECIBIR Y LAS MALAS motivas a amor de su Señor, agora
PARA LANZAR; Y SON MAS PRO- sea por el dolor de sus pecados, o
PIAS PARA LA PRIMERA SEMA- de la pasión de Cristo nuestro Se-
NA. ñor, o de otras cosas derechamen-
[314] 1ª regla. En las personas que van te ordenadas en su servicio y ala-
de pecado mortal en pecado mortal, banza; finalmente, llamo consola-
acostumbra comúnmente el enemi- ción todo aumento de esperanza, fe
go proponerles placeres aparentes, y caridad y toda leticia interna que
haciendo imaginar delectaciones y llama y atrae a las cosas celestiales
placeres sensuales, por más los y a la propia salud de su ánima,
conservar y aumentar en sus vicios quietándola y pacificándola en su
y pecados; en las cuales personas Criador y Señor.
el buen espíritu usa contrario modo, [317] 4ª regla. La cuarta de desolación
punzándoles y remordiéndoles las espiritual: llamo desolación todo el
conciencias por el sindérese de la contrario de la tercera regla; así
razón. como oscuridad del ánima, turba-
[315] 2ª regla. En las personas que van ción en ella, moción a las cosas ba-
intensamente purgando sus peca- jas y terrenas, inquietud de varias
dos, y en el servicio de Dios nues- agitaciones y tentaciones, movien-
tro Señor de bien en mejor subien- do a infidencia, sin esperanza, sin
do, es el contrario modo que en la amor, hallándose toda perezosa,
primera regla; porque entonces pro- tibia, triste y como separada de su
pio es del mal espíritu morder, tris- Criador y Señor. Porque así como
tar y poner impedimentos inquietan- la consolación es contraria a la
do con falsas razones, para que no desolación, de la misma manera los
pase adelante; y propio del bueno pensamientos que salen de la con-
dar ánimo y fuerzas, consolaciones, solación son contrarios a los pensa-
lágrimas, inspiraciones y quietud, mientos que salen de la desolación.
facilitando y quitando todos impedi- [318] 5ª regla. En tiempo de desolación
mentos, para que en el bien obrar nunca hacer mudanza, mas estar
proceda adelante. firme y constante en los propósitos
[316] 3ª regla. La tercera de consolación y determinación en que estaba el
espiritual: llamo consolación cuan- día antecedente a la tal desolación,
do en el ánima se causa alguna o en la determinación en que esta-
moción interior, con la qual viene la ba en la antecedente consolación.
ánima a inflamarse en amor de su Porque así como en la consolación
Criador y Señor, y consecuente nos guía y aconseja más el buen

30
espíritu, así en la desolación el ma- que no es de nosotros traer o tener
lo, con cuyos consejos no podemos devoción crecida, amor intenso, lá-
tomar camino para acertar. grimas ni otra alguna consolación
[319] 6ª regla. Dado que en la desolación espiritual, mas que todo es don y
no debemos mudar los primeros gracia de Dios nuestro Señor, y por-
propósitos, mucho aprovecha el in- que en cosa ajena no pongamos
tenso mudarse contra la misma de- nido, alzando nuestro entendimien-
solación, así como es en instar más to en alguna soberbia o gloria vana,
en la oración, meditación, en mu- atribuyendo a nosotros la devoción
cho examinar y en alargarnos en o las otras partes de la espiritual
algún modo conveniente de hacer consolación.
penitencia. [323] 10ª regla. El que está en consolación
[320] 7ª regla. El que está en desolación, piense cómo se habrá en la desola-
considere cómo el Señor le ha deja- ción que después vendrá, tomando
do en prueba en sus potencias na- nuevas fuerzas para entonces.
turales, para que resista a las varias [324] 11ª regla. La undécima: el que está
agitaciones y tentaciones del ene- consolado procure humiliarse y ba-
migo; pues puede con el auxilio di- jarse cuanto puede, pensando cuán
vino, el cual siempre le queda, aun- para poco es en el tiempo de la
que claramente no lo sienta; porque desolación sin la tal gracia o conso-
el Señor le ha abstraído su mucho lación. Por el contrario, piense el
hervor, crecido amor y gracia inten- que está en desolación que puede
sa, quedándole tamen gracia sufi- mucho con la gracia suficiente para
ciente para la salud eterna. resistir a todos sus enemigos, toman-
[321] 8ª regla. El que está en desolación, do fuerzas en su Criador y Señor.
trabaje de estar en paciencia, que [325] 12ª regla. El enemigo se hace como
es contraria a las vejaciones que le mujer en ser flaco por fuerza y fuer-
vienen, y piense que será presto te de grado, porque así como es
consolado, poniendo las diligencias propio de la mujer, cuando riñe con
contra la tal desolación, como está algún varón, perder ánimo, dando
dicho en la sexta regla. huída cuando el hombre le muestra
[322] 9ª regla. La nona: tres causas prin- mucho rostro; y por el contrario, si
cipales son porque nos hallamos el varón comienza a huír perdiendo
desolados: la primera es por ser ánimo, la ira, venganza y ferocidad
tibios, perezosos o negligentes en de la mujer es muy crecida y tan sin
nuestros ejercicios espirituales, y mesura; de la misma manera es
así por nuestras faltas se aleja la propio del enemigo enflaquecerse y
consolación espiritual de nosotros; perder ánimo, dando huída sus ten-
la segunda, por probarnos para taciones, cuando la persona que se
cuánto somos, y en cuánto nos alar- ejercita en las cosas espirituales
gamos en su servicio y alabanza, sin pone mucho rostro contra las ten-
tanto estipendio de consolaciones y taciones del enemigo haciendo el
crecidas gracias; la tercera, por dar- opósito per diametrum; y por el con-
nos vera noticia y conocimiento trario, si la persona que se ejercita
para que internamente sintamos comienza a tener temor y perder

31
ánimo en sufrir las tentaciones, no las reglas de primera semana respon-
hay bestia tan fiera sobre la haz de den a situaciones más bien incipientes
la tierra como el enemigo de natura de la vida espiritual, las de aquella per-
humana, en prosecución de su sona «que en cosas espirituales no haya
dañada intención con tan crecida sido versado» o «es tentado grosera y
malicia. abiertamente» [ee 9,1-2]. es más, pues-
[326] 13ª regla. Asimismo se hace como to que las personas ya adelantadas en el
vano enamorado en querer ser se- camino espiritual no será preciso que se
creto y no descubierto: porque así
detengan mucho en la primera semana,30
como el hombre vano, que hablando
a mala parte requiere a una hija de
tampoco necesitarán tanto de la ayuda
un buen padre, o una mujer de buen de estas reglas. Siempre en el bien en-
marido, quiere que sus palabras y tendido que ocasionalmente la pueden
suasiones sean secretas; y el con- necesitar, puesto que las reglas «son más
trario le displace mucho, cuando la propias para la primera semana», pero
hija al padre o la mujer al marido des- no exclusivas. Sin embargo, para perso-
cubre sus vanas palabras y intención nas poco iniciadas en la vida espiritual,
depravada, porque fácilmente colli-
mucho «le aprovecharán las de primera
ge que no podrá salir con la impresa
comenzada: de la misma manera,
semana» [9]. el testimonio de las pri-
cuando el enemigo de natura hu- meras ejercitantes de alcalá, mujeres
mana trae sus astucias y suasiones muy sencillas y poco iniciadas en la
a la ánima justa, quiere y desea que vida espiritual, lo avala plenamente.31
sean recibidas y tenidas en secreto; estas reglas, y también las de la segun-
mas cuando las descubre a su buen da semana, son una educación de la
confesor o a otra persona espiritual, afectividad y ayudan a progresar en el
que conozca sus engaños y mali-
sentido de lo real, en la lucidez del co-
cias, mucho le pesa: porque collige
que no podrá salir con su malicia
nocimiento y en la libertad respecto de
comenzada, en ser descubiertos sus lo que nos condiciona o puede condi-
engaños manifiestos. cionarnos. las de primera semana tien-
[327] 14ª regla. Asimismo se ha como un den más bien a ordenar la sensibilidad y
caudillo, para vencer y robar lo que la voluntad, mientras que las de segun-
desea; porque así como un capitán da semana ayudan a iluminar la inteli-
y caudillo del campo, asentando su gencia con la sabiduría de cristo.
real y mirando las fuerzas o dispo-
sición de un castillo, le combate por
la parte más flaca; de la misma 2.1. Título [EE 313]
manera el enemigo de natura huma-
na, rodeando mira en torno todas en el título se indica una triple acción
nuestras virtudes teologales, cardi- del ejercitante:
nales y morales; y por donde nos – Sentir: darse cuenta, estar atento.
halla más flacos y más necesitados
esto es propiamente el silencio en su
para nuestra salud eterna, por allí
nos bate y procura tomarnos.
sentido más profundo, es decir, la
capacidad de atención.
32
– Conocer: distinguir, identificar la rección profunda y habitual de nuestra
dirección o sentido de lo que se ex- vida. Porque, naturalmente, si la direc-
perimenta. ción de la vida es de alejamiento serio y
– Recibir/Lanzar: saber reaccionar a continuado de la senda evangélica, todo
las mociones, puesto que se trata de lo que inquieta va en la línea de la ac-
un conocimiento o sabiduría orien- ción de dios, y contra la acción de dios
tada a la práctica y no simplemente lo que tranquiliza. Pero si la vida se man-
de un análisis de la interioridad. tiene en una fidelidad habitual a lo más
esencial del evangelio, todo lo que da
Y, como para proceder adecuada- paz o estímulos para seguir en la misma
mente en la experiencia espiritual, se dirección es manifestación de la acción
pueden dar orientaciones o pistas, pero de dios; y, al contrario, lo que desalien-
no unos recursos precisos o infalibles, el ta o bloquea. dada la importancia de la
título de la reglas añade un matiz que línea habitual y profunda de vida cristia-
relativiza algo el valor de las mismas: na del ejercitante en orden a interpretar
«para en alguna manera…». en todo el la significación de las distintas mocio-
proceso de la experiencia espiritual, po- nes, puede ser útil ya al comienzo de los
demos tener una gran confianza en ejercicios que la persona que los da ex-
dios, pero no llegar nunca a dominar el plique que suelen darse dos tipos de per-
arte de la vida espiritual. sonas y también dos tipos de mociones.
Finalmente, también dentro de este
mismo margen de la modestia, las reglas
2.2.2. «El sindérese de la razón»
que ahora se proponen «son más propias
para la primera semana». aunque, cier- a la persona que lleva una vida contra-
tamente, no se pueden hacer clasifica- ria al evangelio lo que le retiene en su
ciones tajantes en el itinerario de la vi- mala vida son los «placeres aparentes».
da espiritual. en cambio, puesto que el bien no pue-
de resultarle agradable, ya que tiene el
gusto espiritual estragado, sólo reaccio-
2.2. Punto de partida [EE 314-315] na a partir de la inquietud que le brota
no de placeres contrarios a los que le re-
2.2.1. La polivalencia de tienen en el mal, sino mediante «el sin-
los sentimientos espirituales
dérese»32 de la razón, es decir, el juicio
«no os fiéis de cualquier espíritu…» razonable que le descubre el mal en el
(1Jn 4,1). conviene no caer en el espejis- que se ha afincado con deleite.
mo de creer que todo sentimiento tran-
quilizante o pacificador es cosa de dios;
o, a la inversa, que lo que nos inquieta es 2.3. Consolación espiritual y
contrario a la acción de dios. Por tanto, desolación espiritual [EE 316-317]
para identificar la significación de nues-
tros sentimientos, sean bloqueadores o 2.3.1. Espirituales
sean alentadores, hay que tener con- Se trata de dos tipos de mociones espi-
ciencia clara de cuál es el sentido o di- rituales, es decir, que aunque tengan
33
componentes psicológicos, su impulso todo, es muy corriente que la persona
afecta a la vida espiritual, a la vida evan- que vive una vida cristiana de fidelidad
gélica, favoreciéndola o dificultándola. habitual a la voluntad de dios, se halle
Son la repercusión experimental de la en estado de consolación espiritual. es
vida de fe, la cual se mantiene aunque más, las lágrimas no son algo muy ex-
no se den mociones como éstas. es de- cepcional e Ignacio, que las presenta co-
cir, son mociones que se producen en las mo una consolación, tuvo este don en
«potencias naturales» [ee 320]. grado extremo. Según la tradición cris-
tiana oriental, junto al bautismo-sacra-
2.3.2. Consolación mento, existe el bautismo de las lágri-
mas. en cualquier caso, para Ignacio las
la consolación espiritual abarca una
lágrimas son preferibles a penitencias
amplia gama de vivencias espirituales
corporales excesivas.35
que van desde lo más sublime a lo más
sencillo. Por ejemplo, «inflamarse en
amor de su criador y Señor», «cuando 2.3.3. Desolación
ninguna cosa criada… puede amar en sí, como dicen los ejercicios, «es todo el
sino el criador de todas ellas»33, «lágri- contrario» de la consolación. aunque,
mas motivas a amor de su Señor», «to- dado que las manifestaciones de la
da leticia interna que llama y atrae a las desolación responden a experiencias o
cosas celestiales». Sin embargo, estas mociones que se manifiestan «grosera
descripciones de ningún modo indican y abiertamente» [9], es más fácil com-
estados espirituales extraordinarios, que prenderla. en efecto, oscuridad en el al-
no se den en una vida cristiana corriente ma, turbación, moción a cosas bajas,
seria. «Yo te alabo, Padre, Señor del cie- pereza, tristeza, etc. son mociones ex-
lo y de la tierra: tú revelas a los senci- perimentadas por muchos.
llos estos misterios que has escondido a
los sabios y entendidos….» (lc 10,21). 2.3.4. Dos inclinaciones,
la acción de dios, siempre es del más no dos niveles de vida espiritual
alto nivel en nuestras vidas, es sublime
es importante subrayar que ni la conso-
en lo pequeño. «Non coerceri maximo, lación indica un nivel alto o más eleva-
contineri autem a minimo, divinum est». do de vida espiritual, ni la desolación lo
Y, desde luego, para Ignacio, la conso- contrario. Se trata de dos mociones con
lación, aún la más aparentemente senci- sentido opuesto, pero que se dan en mo-
lla, es don del espíritu Santo.34 mentos distintos de la vida espiritual.
a la vista de esta doctrina, se ha de Por ejemplo, santa teresa del niño
evitar que el ejercitante espere que se Jesús o Pedro arrupe o la Madre teresa
produzcan en los ejercicios sentimien- de calcuta vivieron desolaciones muy
tos especialmente intensos, llamaradas duras en los últimos tiempos de su vida,
espirituales, y, si se dan estos senti- cuando, por supuesto, su vida espiritual
mientos, el acompañante ha de estar había alcanzado niveles muy elevados.36
alerta para que no se apegue a ellos. con ahora bien como «los pensamientos
34
que salen de la consolación son contra- se halla en desolación está movida en la
rios a los pensamientos que salen de la dirección del «mal espíritu», debe resis-
desolación», la persona que vive estas tir sin «hacer mudanza». es un consejo
mociones, en la medida en que sepa «re- de buen sentido no tomar decisiones en
cibir» unas y «lanzar» otras, progresa en momentos de oscuridad, de turbación,
el camino de la vida espiritual. una y de niebla espiritual… Y todo el mundo
otra situación son ocasión de avance en sabe que principios de vida muy ele-
la vida cristiana. en un caso, las difi- mentales son los que se olvidan en los
cultades son tentación de impotencia en momentos en que se deberían aplicar.
el otro de prepotencia. Son dos claves Sin embargo, esto no significa que no se
del dinamismo espiritual. deba hacer ya ningún cambio, sino sólo
que el tiempo de desolación no es el mo-
mento de hacerlo. además, esta perse-
2.4. En tiempo de desolación
[EE 318-322]
verancia en lo determinado, ya que el
cristianismo es una vida de alianza con
es importante no vivir la desolación a dios, es una expresión de la fidelidad al
la defensiva, sino como un tiempo pro- Señor que nos ama.
picio para progresar en la vida de fe: en
la fe, en la esperanza y en el amor. así 2.4.2. El «más» del amor
las reglas no son una especie de gimna-
sio espiritual en el que uno se ejercita resulta muy provechoso no sólo resistir
para no sucumbir a la tentación y forta- a la desgana, a la oscuridad, al miedo y
lecerse, sino como una forma sencilla de otras manifestaciones que son propias
maduración en lo esencial de la vida de la desolación, sino hacerles frente
cristiana, que es la vida teologal, a tra- con decisión e incluso, con resistencia
vés de circunstancias muy corrientes en activa, ir más allá de lo que es debido.
nuestro cotidiano vivir. Porque, además, es algo parecido a lo que ocurre en la
lo que ocurre en ejercicios es lo que vida humana corriente, por ejemplo, en
suele ocurrir a menudo en circunstan- la amistad, en la vida matrimonial o en
cias distintas, en la vida de cada día. el el desempeño de la profesión, donde se
ejercitante ha de persuadirse que todo dan también situaciones de desolación,
momento es «tiempo de gracia», «tiem- que se superan haciéndoles frente con
po favorable», verdadero kairós (cf. decisión y llevándoles la contra con más
2cor, 6,2). dedicación de tiempo, con mayor inte-
rés y entrega, poniendo más imagina-
ción en la atención a las personas… esta
2.4.1. «Nunca hacer mudanza» forma de reaccionar en la vida espiritual
esta expresión que es como el abc del no sólo es muy válida para mantenerse
camino espiritual, y que ha pasado al pa- en el camino del bien sin retroceder,
trimonio de la espiritualidad cristiana y sino que es una forma de afianzarse y
de la sabiduría universal, requiere en- crecer en el amor al Señor, «afectándo-
tenderse bien. Puesto que la persona que se más», diría Ignacio. entre las formas
35
de resistencia espiritual, en ejercicios, dable y la espera. con todo, no basta una
es muy útil la constancia en la oración, actitud espiritual defensiva, sino que,
la perseverancia en el tiempo señalado además del amor y de la fe, el ejercitante
y también hacer algún tiempo extraor- puede madurar en esperanza, pensando
dinario de oración. «que será presto consolado». es la acti-
tud contraria a la de los discípulos de
2.4.3. Fe y confianza emaús, que se dejaron llevar por la os-
curidad del momento de la muerte de
la desolación es una prueba que se vive Jesús y sucumbieron a la desesperanza
en «las potencias naturales», pero no es y, por esto, huían de Jerusalén, precisa-
de ningún modo una ausencia o aban- mente el lugar del encuentro con el
dono de dios. Por esto, es un tiempo en Señor. la esperanza sostiene la perse-
que la fe se puede purificar, arraigando verancia y es una esperanza activa.
en dios mismo y no en sus gustos. nos
hallamos en medio de la tormenta como
los discípulos en la barca o como los 2.4.5. ¿Por qué nos hallamos
israelitas en el desierto y la tentación desolados?
es la tendencia a desfallecer en la fe o las causas inmediatas de la desolación
a buscar becerros de oro que den una son muy difíciles de precisar, y proba-
seguridad fuera de dios. la fe en dios blemente Ignacio usa aquí el término
que es el verdadero apoyo de nuestra «causa» en un sentido muy general, que
vida, ya que cualquier persona «puede claramente indica la conexión que se da
mucho con la gracia suficiente» [324], entre la desolación y determinadas si-
puede madurar mucho en medio de la tuaciones personales de vida espiritual.
tempestad de la desolación. en definiti- Porque cuando una persona cede a la
va, la confianza de que dios no nos va pereza o a la desgana en las cosas espi-
a faltar puede purificarse y crecer en rituales, cuando lleva un cierto abando-
momentos de desolación si sabemos no en la práctica de la vida cristiana, es
reaccionar convenientemente. «Senci- claro que el gusto espiritual tienda a dis-
llamente, sin miedo alguno. cuanto más minuir y a desaparecer. en paralelismo
te abandones, más se te llevará» (Hélder
con lo que sucede en la vida humana
cámara).
(amistad, matrimonio, trabajo, aposto-
lado, etc.), donde, en la medida en que
2.4.4. Esperanza aflojamos en nuestras actitudes y com-
la desolación no suele ser agradable portamientos, nuestra vida se nos va
(aunque hay estados de desolación en haciendo más pesada, menos atractiva,
forma de atonía, que no suelen ser desa- hasta incluso puede hastiarnos. también
gradables) y, por tanto, no ceder a ella la desolación espiritual es una ocasión y
supone paciencia, que significa dolor y un test de nuestra gratuidad en la rela-
espera. Por tanto, lo que se ha dicho de ción con dios en la oración y en todos
resistir y reaccionar más allá de lo debi- los aspectos de la vida, que ha de ser vi-
do, pide paciencia, soportar lo desagra- vida evangélicamente. los momentos
36
de sequedad espiritual, cuando la rela- dera gracia que se le da y no como una
ción con dios se nos hace árida y poco conquista obtenida por su obra o es-
atractiva, son una buena oportunidad fuerzo, ya que le basta recordar lo frágil
para mostrar que se obra por dios y no que uno es en el momento de la desola-
por el placer espiritual. algo semejante ción. la humildad de este reconoci-
aparece en las relaciones personales, miento, si tuviese el aire negativo de en-
cuando nos resultan pesadas o dificul- cogimiento o alguna forma de tristeza y
tosas, es un buen momento para expre- no procediese del mismo gusto de la
sar la gratuidad del amor o del servicio. consolación, experimentada como algo
de este modo, los ejercicios ayudan no recibido, degradaría la naturaleza de la
sólo a progresar en nuestra relación con misma consolación que por su naturale-
dios, sino también en cualquier forma za es un impulso positivo. la humildad
de relación humana. la desolación es- de la consolación ha de ser como la hu-
piritual, además, puede ayudar a tomar mildad de María que confiesa las mara-
conciencia de nuestra radical pobreza, villas que dios hace en su vida, «en su
es decir, de que todo es gracia y que por humildad». en cualquier caso, la expe-
tanto nosotros no dominamos a dios y riencia muestra que momentos de con-
a sus dones. Y así, es una invitación a solación pueden ser momentos de en-
despegarnos de las aparentes segurida- greimiento y autosatisfacción, como en
des en las que muy a menudo ponemos el caso del fariseo de la parábola evan-
nosotros nuestra fuerza, a no «poner ni- gélica (cf. lc 18,11-12). Y cuando las
do» en nada que no sea dios. consolaciones se dan en la vida de cada
día, fuera de los ejercicios, pueden ser
o momentos de gracia, un regalo, para
2.5. «El que está en consolación» las personas que rodean a la persona
[EE 323-324] agraciada, que puede irradiar o conta-
giar paz, serenidad, gozo, etc. aunque
también la consolación es un estado también, si esta persona no sabe vivir
espiritual en el que se puede crecer o se bien la consolación en la vida, puede
puede retroceder en el camino evangé- convertirse en una persona prepotente,
lico. Pero, puesto que es un don del intolerante, desdeñosa, etc.
espíritu, hay que agradecerlo, pero de al final de las breves indicaciones
modo activo, es decir, guardándolo en el sobre la consolación, parece que Igna-
corazón con todo amor, sabiendo que cio, como guía espiritual, quiere ayudar,
los momentos de consolación que no desde la perspectiva de la consolación,
son permanentes, se convierten, a través a reaccionar bien en los momentos de
de la memoria, de la anámnesis, en re- desolación, que suelen ser los más peli-
ferentes privilegiados para los momen- grosos. Por esto, vuelve a recordar que
tos de desolación, que no faltarán. en la desolación dispone de «la gracia
además, conviene que la persona suficiente para resistir a todos sus ene-
que se ejercita reconozca humildemen- migos, tomando fuerzas en su criador y
te el don de la consolación como verda- Señor».
37
2.6. Tres advertencias finales al terminar el breve comentario de
[EE 325-327] estos apuntes elementales e importantes
al final de la serie de reglas, Ignacio de vida espiritual, es bueno hacer dos
añade tres orientaciones prácticas con observaciones. Primero, destacar que la
una excepcional abundancia de imagi- comparación de la regla 12ª [325], que
nación. el mal espíritu, espíritu de mie- ofende al más elemental sentido femi-
do y cobardía, cede inmediatamente nista, tiene una obvia explicación en los
ante la persona que le planta cara deci- tópicos de una época que de modo in-
didamente al punto de sentir su tenta- consciente se fueron transmitiendo du-
ción, yendo incluso hacia lo contrario de rante muchas generaciones hasta hace
lo que se le sugiere. en cambio, si uno muy pocos años. unos tópicos a los que
se acobarda y cede, acaba cayendo en no fueron ajenas mujeres de gran altura
las seducciones del mal espíritu. otra humana y espiritual como teresa de
observación práctica, el mal espíritu de- Jesús.37 Por lo demás, la relación de Ig-
sea que sus insinuaciones y tentaciones nacio con las mujeres fue muy delicada
se mantengan bien ocultas, de modo que y respetuosa, como lo muestra la bien
cuando la persona que experimenta al- conocida obra de Hugo rahner sobre la
guna astuta seducción suya se encierra correspondencia ignaciana con mujeres.
en sí misma y la mantiene oculta, acaba Y otra observación: dentro de la demo-
enredado en las maquinaciones del mal nología en la que se mueve la teología
espíritu. Y, finalmente, otra observación de Ignacio hay que destacar la califica-
apunta a la necesidad de ser muy cons- ción constante de «enemigo» y «enemi-
cientes de los puntos flacos de nuestra go de natura humana» que emplea el
vida cristiana, porque por este flanco santo. en efecto, para Ignacio el diablo
más vulnerable va a vencernos el mal es lo que daña profundamente a la per-
espíritu. sona humana.

3. REGLAS DE SEGUNDA SEMANA [EE 328-336]

«cuando el que da los ejercicios siente que no se platiquen estas reglas de se-
que el que los recibe es batido y tenta- gunda semana a quien se halla poco ver-
do debajo de especie de bien, entonces sado en las cosas espirituales, «porque
es propio de platicarle sobre las reglas cuanto le aprovecharán las de la prime-
de la segunda semana» [ee 10]. esta ra semana, le dañarán las de la segun-
anotación, ya comentada en su momen- da» [ee 9]. unas observaciones que es
to, completa la anterior en la que dice bueno recordarlas en plena práctica de
38
los ejercicios para no sucumbir al espe- a la ánima sin causa precedente;
jismo de poner excesiva fe en exposi- porque es propio del Criador entrar,
ciones completas y quizá brillantes de salir, hacer moción en ella, trayén-
las reglas a destiempo, ya que las reglas dola toda en amor de la su divina
propuestas fuera de la situación concre- majestad. Digo sin causa, sin ningún
ta personal del ejercitante «dañarán». previo sentimiento o conocimiento
de algún objeto, por el cual venga la
Ser tentado debajo de especie de
tal consolación mediante sus actos
bien es característico de personas ya de entendimiento y voluntad.
avanzadas en la vida espiritual, porque
[331] 3ª regla. Con causa puede consolar
ordinariamente no sucumbirán a ten- al ánima así el buen ángel como el
taciones que se presentan «grosera malo, por contrarios fines: el buen
y abiertamente» y, en cambio, pueden y ángel, por provecho del ánima, para
suelen ser seducidas por solicitaciones que crezca y suba de bien en me-
aparentemente positivas, que a la corta jor; y el mal ángel para el contrario,
o a la larga desvían del buen camino y adelante para traerla a su dañada
de la vida evangélica. la experiencia de intención y malicia.
Ignacio se halla debajo de las orienta- [332] 4ª regla. Propio es del ángel malo,
ciones aquí propuestas, al igual que de- que se forma sub angelo lucis, en-
trar con la ánima devota, y salir con-
bajo de las reglas de primera semana,
sigo; es a saber, traer pensamientos
como consta en su relato autobiográfico buenos y sanctos conforme a la tal
del modo «como dios le había dirigido ánima justa, y después, poco a po-
desde el principio de su conversión»38. co, procura de salirse trayendo a la
con todo, la experiencia personal de ánima a sus engaños cubiertos y
Íñigo, a la hora de formularla en las perversas intenciones.
reglas, se completó con las lecturas y [333] 5ª regla. Debemos mucho advertir el
estudios posteriores.39 discurso de los pensamientos; y si
el principio, medio y fin es todo
bueno, inclinado a todo bien, señal
[328] REGLAS PARA EL MISMO EFEC- es de buen ángel; mas si en el dis-
TO CON MAYOR DISCRECIÓN DE curso de los pensamientos que
ESPÍRITUS, Y CONDUCEN MÁS trae, acaba en alguna cosa mala o
PARA LA SEGUNDA SEMANA. distrativa, o menos buena que la que
[329] 1ª regla. La primera: propio es de el ánima antes tenía propuesta de
Dios y de sus ángeles en sus mo- hacer, o la enflaquece o inquieta o
ciones dar verdadera alegría y gozo conturba a la ánima, quitándola su
espiritual, quitando toda tristeza y paz, tranquilidad y quietud que an-
turbación, que el enemigo induce; tes tenía, clara señal es proceder
del qual es proprio militar contra la de mal espíritu, enemigo de nuestro
tal alegría y consolación espiritual, provecho y salud eterna.
trayendo razones aparentes, sotile- [334] 6ª regla. Cuando el enemigo de na-
zas y asiduas falacias. tura humana fuere sentido y conoci-
[330] 2ª regla. La segunda: sólo es de do de su cola serpentina y mal fin a
Dios nuestro Señor dar consolación que induce, aprovecha a la persona

39
que fue dél tentada, mirar luego en diatamente de Dios nuestro Señor;
el discurso de los buenos pensa- y por tanto han menester ser mu-
mientos que le truxo, y el principio cho bien examinados, antes que se
dellos, y cómo poco a poco procuró les dé entero crédito ni que se pon-
hacerla descendir de la suavidad y gan en efecto.
gozo espiritual en que estaba, has-
ta traerla a su intención depravada;
para que con la tal experiencia 3.1. Título [EE 328]
conocida y notada, se guarde para
adelante de sus acostumbrados Supuesto que estas reglas tienen la mis-
engaños. ma finalidad que las de primera semana
[335] 7ª regla. En los que proceden de bien («para el mismo efecto»), es decir, «sen-
en mejor, el buen ángel toca a la tal tir, conocer y recibir o lanzar» ¿a qué se
ánima dulce, leve y suavemente, refiere la «mayor discreción» y los «es-
como gota de agua que entra en píritus»? la «discreción» aquí significa
una esponja; y el malo toca aguda- discernir o identificar los movimientos
mente y con sonido y inquietud, interiores. Sorprende que no se use el
como cuando la gota de agua cae
término discernir o discernimiento, por-
sobre la piedra; y a los que proce-
den de mal en peor, tocan los so- que de hecho la discreción tiene propia-
bredichos espíritus contrario modo; mente el sentido de moderar.40 aquí, con
cuya causa es la disposición del todo, la palabra discreción referida a es-
ánima ser a los dichos ángeles con- píritus significa sin duda discernir, es
traria o símile; porque cuando es decir, identificar o descifrar. en cuanto
contraria, entran con estrépito y con a «espíritus», también según la explica-
sentidos, perceptiblemente; y cuan- ción hecha más arriba, se refiere a las
do es símile, entra con silencio co-
mociones o a los pensamientos interio-
mo en propia casa a puerta abierta.
res, que son impulsos o atractivos que
[336] 8ª regla. Cuando la consolación es experimenta la persona que se ejercita.
sin causa, dado que en ella no haya
engaño por ser de solo Dios nues-
ahora bien, al hablar de espíritus en se-
tro Señor, como está dicho, pero la gunda semana, muy probablemente Ig-
persona espiritual, a quien Dios da nacio quiere significar la sutileza de las
la tal consolación, debe, con mucha mociones o pensamientos de que se tra-
vigilancia y atención, mirar y discer- ta, ya que es «materia más sutil» [ee 9].
nir el propio tiempo de la tal actual Supuesto todo esto, no sorprende que la
consolación, del siguiente en que la discreción requerida en este momento
ánima queda caliente, y favorescida de la experiencia de los ejercicios sea
con el favor y reliquias de la conso-
«mayor».
lación pasada; porque muchas ve-
ces en este segundo tiempo por su
propio discurso de habitúdines y
consequencias de los conceptos 3.2. Un primer principio [EE 329]
y juicios, o por el buen espíritu o por terminada ya la primera semana de
el malo forma diversos propósitos y ejercicios, es de esperar que quien los
pareceres, que no son dados inme-
practica se halle en situación de mayor
40
estabilidad en su respuesta al Señor y vi- miento de la acción de dios en su vida.
va en un clima más espiritual y de me- Y la duración será una manifestación
nor dependencia de las reacciones in- del origen divino de una moción. Ya en
controladas de la sensibilidad. Por tanto, loyola, Íñigo advirtió que los senti-
estará más preparado para reconocer la mientos de consolación que experimen-
manera como dios se comunica. Porque taba con sus ensueños caballerescos
lo propio de dios es «dar verdadera ale- eran de breve duración, mientras que los
gría y gozo espiritual» y, por lo contra- que sentía al leer la vida de Jesús y las
rio, quitar «toda tristeza o turbación que de los santos, arraigaban de forma du-
el enemigo induce». Y lo propio del ene- radera en su alma.41 otro síntoma de la
migo es luchar contra estas mociones verdad de una consolación es que llevan
tan liberadoras y gratificantes que dios al sujeto que la experimenta a salir de sí
comunica. naturalmente, este principio mismo a abrirse a los demás y al mundo.
es evangelio puro, ya que Jesús nos da
la paz que nadie puede dar, o una ale-
gría completa, una alegría que nadie nos 3.3. Consolación sin causa
puede quitar. precedente (CSCP) [EE 330 y 336]
la aportación de Ignacio es situar el tipo de consolación aquí descrito por
esta doctrina evangélica en el proceso Ignacio ha producido una diversidad in-
de los ejercicios como criterio de dis- mensa de interpretaciones y de perple-
cernimiento y, además, distinguir entre jidades. ¿Se trata de una experiencia ex-
la verdadera alegría y la engañosa. Se traordinaria fuera de lo que es corriente
comprende, pues, que Ignacio hable de en la vida de fe cristiana? esta consola-
«mayor discreción», ya que se trata de ción ¿excluye toda «causa precedente»
discernir unas mociones no tanto por o sólo «determinadas» causas prece-
sus efectos, como por su calidad. es
dentes (conscientes o relacionadas con
cuestión de un oído espiritual más afi-
el objeto de la consolación)? distintas
nado que capta los matices de los senti-
aproximaciones se han realizado desde
mientos espirituales, «verdadera alegría
ángulos variados de la teología, la psi-
y gozo espiritual», al igual que Jesús da
cología y el análisis lingüístico.42
un gozo «que sólo él puede dar» o «su»
alegría que es una alegría «completa». a mi entender, teniendo en cuenta la
evidentemente, el buen oído sólo se cul- gran variedad de aproximaciones al tex-
tiva escuchando a menudo la voz del to ignaciano, hay que mantener estos
espíritu en la contemplación, que es una puntos fundamentales para una inter-
forma de inmersión en el misterio de pretación sólida y la aplicación prove-
cristo. Por esto, la persona que da los chosa de esta regla:
ejercicios ha de acompañar con delica- – la cScP es una comunicación
deza y finura espiritual el proceso de la muy notable de dios, pero no de ca-
contemplación del ejercitante, porque rácter extraordinario. en ella se ex-
será «juntamente contemplando» [ee perimenta de modo particular la ini-
135] como progresará en el conoci- ciativa y la gratuidad de Dios en la
41
propia vida, porque «es propio del ritual a la que está llamada cualquier per-
criador entrar, salir, hacer moción sona que se deja llevar por la fuerza del
en ella…». a este propósito, me pa- espíritu, el cual nos recuerda la vida y
rece muy acertado el título de la obra palabra de Jesús y nos va llevando a la
de Jean gouvernaire, Quand Dieu verdad completa (cf. Jn 14,26;16,13).
entre à l’improviste. ahora bien, pasada esta consolación
– es una experiencia de amor, con y con el calor de la experiencia, uno ha
carácter totalizador, ya que el alma de estar muy atento a los pensamientos y
se siente toda ella plenamente capta- a los propósitos que pueda sentirse incli-
da por dios en su amor: «trayéndo- nado a hacer, ya que en este período no
la toda en amor de la su divina ma- interviene sólo dios, sino el pensamien-
jestad». to personal del ejercitante y su voluntad.
– no media ningún pensamiento o es decir «forma diversos propósitos y
sentimiento previo consciente que pareceres que no son dados inmediata-
tenga relación y proporción con la mente de dios nuestro Señor» [336].
experiencia espiritual de la consola-
ción que embarga al ejercitante. en
esto consiste la circunstancia expre- 3.4. Consolación con causa
[EE 331-335]
sada por «sin causa precedente».
– Pero esta experiencia no implica cuatro reglas para la situación en que el
una acción de dios fuera de la con- ejercitante experimenta la consolación
ciencia, ya que en lo más profundo espiritual con causa. notemos cómo en
del hombre, en lo más íntimo de la las reglas de primera semana predomi-
conciencia radica esta presencia de nan las orientaciones sobre la desola-
dios que puede «entrar» y «salir». ción, porque la desolación es quizá lo
la voz más humana que resuena en que más ha de combatir el ejercitante en
el corazón del hombre, es también la primera semana. el hecho de centrarse
más divina.43 ahora sólo en la consolación parece in-
es bastante sintomático que una re- dicar que en segunda semana se han de
ferencia a santo tomás de aquino se dar más consolaciones espirituales que
halla tachada en el Autógrafo de los en la primera y estas consolaciones son
ejercicios y no aparece en la Vulgata44. las que requerirán más discreción, por-
Probablemente Ignacio quiso evitar que que el ejercitante no es «tentado grose-
se encuadrase esta experiencia en una ra y abiertamente» y por tanto ha de pre-
interpretación teológica determinada, venirse de los engaños, que sólo le
podrán acechar «bajo especie de bien».
ya que su fundamento se halla en la mis-
ma vida espiritual de Ignacio y en su
práctica de acompañante de ejercicios 3.4.1. Un primer principio práctico
espirituales.45 [331]
esta consolación, sublime y ordina- aunque sólo dios puede entrar en el
ria a la vez, nos habla de la altura espi- centro del alma de una persona, sin in-
42
termediario alguno, tanto «el buen án- 3.4.3. «Advertir el discurso de los
gel como el malo» pueden causar mo- pensamientos» [333-334]
ciones en ella. ahora bien, tratándose de
dado que el ejercitante en segunda se-
consolaciones espirituales ¿es posible
mana se guiará por pensamientos bue-
que un principio malo cause este tipo de
consolación? Quizá se trata más bien de nos y éstos pueden deteriorase, cuando
sentimientos que el ejercitante percibe desvían y conducen a cosa mala (aspec-
como buenos y consoladores o de falsas to objetivo) o producen sentimientos no
consolaciones con apariencia de conso- acordes con la acción del espíritu, que
lación, «debajo de especie de bien», lo se distingue por la «suavidad y gozo es-
cual pedirá una especial vigilancia. en piritual» (aspecto subjetivo), deberá
cualquier caso, en esta regla se nota un «mucho advertir» en el discurso o pro-
progreso en relación a las dos primeras ceso de dichos pensamientos. es decir,
de la primera semana, porque aquí ya que en el modo como se presentan esos
sólo se habla de consolación, quizá por- pensamientos o en el objeto al que in-
que, como acabamos de decir, es la que ducen no hagan descender hasta la «in-
puede dominar a partir de la segunda se- tención depravada» del «enemigo de
mana o al menos ha de ser objeto de es- natura humana». Y aquí lo importante es
pecial atención como más propia de progresar en sabiduría espiritual y en co-
dios. nocimiento propio, de modo que «para
adelante» sepa guardarse de estos enga-
ños [334]. Por tanto, las reglas de dis-
3.4.2. La táctica del ángel malo [332]
cernimiento no son para no errar nunca,
en continuidad con lo que se acaba de sino también para aprender de los erro-
decir, hay que notar que los desvíos o res propios: mejor comprensión de los
pérdida de altura en la vida espiritual, en hechos, mayor conocimiento de las
la vida cristiana en general, cuando la fuerzas y flaquezas propias, de las for-
persona ya se halla en situación de se- mas de reaccionar, de la manera cómo
gunda semana, es decir vive en fideli- actúa dios en la vida espiritual perso-
dad habitual a dios y anda «de bien en nal, de la dirección y modos de la acción
mejor subiendo», el riesgo que corre es del «mal espíritu». la experiencia de
que a partir de buenos pensamientos, Ignacio está de modo muy claro debajo
poco a poco, se vaya engañando y ale- de todas estas orientaciones.46
jando del buen camino, acabando en
«engaños cubiertos» y arrastrada por 3.4.4. «Como gota de agua» [335]
«perversas intenciones». Porque a una
persona ya avezada en la vida espiritual como una conclusión y síntesis de la
no se la podrá engañar a partir de ten- mayor discreción, más propia de la se-
taciones claras y groseras. estos pen- gunda semana, la séptima regla, que es
samientos tal vez tengan una breve du- la última que trata de la consolación en
ración o sean instantáneos, pero su general, expone una caracterización de
descubrimiento puede ser más lento. la acción del «buen ángel» y del «malo»,
43
en las personas «que proceden de bien pero aplicada a una situación de mayor
en mejor», como suelen ser las que vi- elevación espiritual.
ven de hecho en la segunda semana. la al terminar el recorrido por las reglas
comparación de la gota de agua que cae de segunda semana, se llega a la con-
en la esponja y la que cae en la piedra vicción de que aquella reserva que po-
es muy iluminadora, pero para su apli- ne Ignacio en el título de las de primera
cación se supone aquel afinamiento del semana es aquí más necesario: «en algu-
oído espiritual de que ya he hablado más na manera sentir y conocer». en efecto,
arriba. obviamente, «a los que proce- la acción de dios es tan original e indes-
den de mal en peor tocan los sobredi- criptible, que para reconocerla sólo se
chos espíritus contrario modo». en este pueden ofrecer algunas indicaciones,
caso se tratará de personas que, aunque como señales en el camino. Y, por tanto,
no pecan habitualmente, se buscan a sí sólo el mismo ejercitante, que en la ne-
mismas, caen en la rutina o pereza espi- cesaria contemplación de los misterios
ritual, dureza de entendimiento, auto- de cristo va asimilando sus sentimien-
complacencia, fariseísmo, etc. el moti- tos, puede captar y distinguir la acción
vo de la forma distinta como se hace totalmente personal de dios en su alma.
sentir el buen espíritu y el malo «es la Por su parte, la persona que da los ejer-
disposición del ánima ser a los dichos cicios, que debe ser muy experta en esta
ángeles contraria o símile». es decir, es- mayor discreción, ha de ser un observa-
ta regla encierra una sabiduría semejan- dor atento que ofrece indicaciones, pero
te a la propuesta en las dos primeras re- se queda con gran respeto contemplan-
glas de primera semana [ee 314-315], do la acción de dios en el ejercitante.

44
NOTAS

1. esta tradición tiene una expresión clásica en la 7. n. 31. M. loP, Los directorios de Ejercicios,
regla de San Benito: «Militar bajo el Señor, Bilbao-Santander, Mensajero-Sal terrae, 2000,
cristo, rey verdadero» (Prólogo, 3). p. 328.
2. Jean-claude guY en: Saint Ignace de Loyola, 8. es sobradamente conocida la devoción de Igna-
Exercices, Spirituels, Text définitif (1548), Tra- cio a la santísima trinidad ya desde los años
duit et commenté par Jean-Claude Guy, Paris, de Manresa, donde sin saber letras ya estaba
Seuil, 1982, p. 163-164. Incluso daniel gil dispuesto a escribir un libro sobre la santísima
llega a hablar del «valor político del rey tem- trinidad, hasta las sublimes experiencias ro-
poral» (Valor político del Rey Temporal, es- manas, constatadas en parte en su Diario Espi-
tudio-oración-acción, Suplemento del centro ritual. (cfr. Au, 28 con notas; Pedro arruPe,
de espiritualidad, Buenos aires, 16 (1972). «Inspiración trinitaria del carisma ignaciano»,
3. no sobra aquí recordar que el espíritu Santo lle- en: Pedro arruPe, La identidad del jesuita en
va a tener visiones y sueños (cf. Hechos 2,17). nuestros tiempos, Sal terrae, Santander, p. 391-
4. Florencio Segura desentraña profundamente el 435). Sobre los intentos de la tradición religiosa
sentido humano de la parábola destacando los cristiana de expresar imaginativamente la san-
valores que contiene su estructura: valores de tísima trinidad, baste recordar el arte románico
relación interpersonal, valor objetivo de la em- y los iconos orientales, entre los que destaca la
presa propuesta, valores personales de la res- trinidad de rublev. Precisamente la presenta-
puesta (o contravalores de la no respuesta). con ción que hace Ignacio en el primer punto, «las
mucha razón insiste en la importancia de des- tres personas divinas… cómo miran toda la haz
velar la riqueza humana de la estructura de la de la tierra», sugiere un cierto parentesco con
parábola, porque como advierte «es peligroso esta obra del arte ruso cristiano.
una traducción sin más del rey temporal» 9. Josep M. raMBla, Ejercicios espirituales de
(Valores humanos en el llamamiento del Rey San Ignacio de loyola. Una relectura del texto
temporal, en: El llamamiento del Rey temporal (II), Barcelona, cristianisme i Justícia, eIdeS
ayuda a contemplar la vida del Rey Eternal. 63 (2011). Ver p. 33 y nota 45, en p. 47.
Curso de aportaciones por varios directores 10. david StanleY, «la contemplación de los
jesuitas, Secretariado de ejercicios, Maldo- evangelios, Ignacio de loyola y el cristiano
nado, 1, Madrid-6, p. 13-26). Por tanto, en el contemporáneo», en: Para entender mejor los
caso de proponer al ejercitante que elabore su Ejercicios de san Ignacio, México, d.F.,
propia parábola, es necesario, para su eficacia, colección renovación. Serie adjunta, 1972,
mantener la estructura que tiene en el libro de p. 41-74. la cita en p. 57.
los ejercicios: una llamada personal, la pro- 11. en Pablo aparece repetidamente perisseúein
puesta de un proyecto humano solidario uni- (sobreabundar) como expresión de este des-
versal que se debe realizar en colaboración y bordamiento: Fil, 1,9; 1tes 3,12; 4,1. Para la
en compañerismo. significación ignaciana del «más», puede
5. no es de extrañar que, según Jerónimo nadal, de verse una breve y muy buena síntesis: luis de
este ejercicio, junto con el de las Dos bande- dIego, Espiritualidad del «magis», en: deI,
ras, haya nacido la compañía de Jesús, cuyo vol. 2, p. 1166-1167.
fin es manifiestamente apostólico (cf. Mn, V, 12. aparte de los estudios clásicos de a. codina y
p. 40). H. Watrigant sobre el origen de los ejercicios
6. cf. J.M. raMBla, Mucho aprovecha el leer espirituales, puede verse: ewert H. couSInS,
algunos ratos… [EE 100], Manresa, 1995, p. «Franciscan roots of Ignatian Meditation»,
317-326. en: george P. ScHner (ed.), Ignatian Spiritua-
45
lity in a Secular Age, Waterloo, ontario, cana- Maréchal divide los sentidos en imaginarios,
da, Wilfrid laurier university Press, 1984, p. alegóricos y espirituales. los alegóricos son
51-64. en este estudio, aparte de la influencia los que tiene presentes san Ignacio a partir de la
franciscana en los ejercicios, se trata también segunda semana, aunque la práctica de éstos
de la cisterciense. dispone fácilmente a la gracia de los sentidos
13. dios se hizo hombre porque «deseaba captar el propiamente espirituales, que son gratuitos. en
afecto de los hombres carnales, que eran inca- la aplicación de sentidos el reflectir («refletien-
paces de amar de otro modo, atrayéndolos pri- do en sí mismo») podrá llevar a la transforma-
mero al amor salvífico de su propia humani- ción en la misma imagen del Señor, según 2cor
dad, y luego gradualmente elevarlos al amor 3,16-18 (cf. François MartY, Sentir et Goûter.
espiritual» (San Bernardo, Sobre el Cantar Les sens dans les «Exercices Spirituels» de
de los Cantares, 20, 6, citado por ewert H. saint Ignace, Paris, cerf, 2005, p. 52-55).
cousins, p. 56). 18. Javier Melloni describe muy bien el orden y
14. Véase la acertada traducción de reflectir que progreso de las horas de oración y exámenes
ofrece Javier Melloni: «Reflectir, es decir, to- a lo largo del día (MellonI, La mistagogía...,
mar conciencia del reflejo que lo contemplado p. 119-120).
va dejando en el interior, dejándose transformar 19. aunque ya han pasado más de setenta años
por ello y provocando aquel conocimiento ínti- desde que Madeleine delbrêl escribió «noso-
mo que se convierte en amor y seguimiento» tros gente de la calle», su escrito sigue perfec-
(J. MellonI, La mistagogía de los Ejercicios, tamente válido para «personas de la vida ordi-
Santander, Sal terrae, 2001, p. 171). naria. aquellos a quienes uno encuentra en
15. cf. lo que dice la Gaudium et Spes, n. 22: «el cualquier calle». la traducción española de
Hijo de dios con su encarnación se ha unido esta obra está ya agotada desde hace muchos
en cierto modo con todo hombre». años, pero la edición francesa se halla todavía
16. Aliquid novi semper afferatur («siempre se pre- a la venta.
sente algo nuevo») dice el mismo Ignacio en 20. Michel de certeau, La rupture instauratoire
uno de sus directorios (M. loP, Los directo- ou le christianisme dans la culture contempo-
rios..., p. 26). raine, esprit, 1971, p. 1201.
17. Ignasi casanovas presenta una completa pano- 21. g. tHeISSen, «defensa de una relación renovada
rámica histórica de las interpretaciones de esta entre exégesis y homilética», Selecciones de
forma de oración. destaca bien las tendencias Teología, n. 163, 2002, p. 184-194. las citas en
que la reducen a una simple forma de medita- p. 187, 188, 193.
ción para ejercitantes poco iniciados y las que 22. Véase P. H. KolVenBacH, «no ocultéis la vida
la clasifican como contemplación. con razón, oculta de cristo», en: Decir… al «indecible».
casanovas sostiene que la causa de que varios Estudios sobre los Ejercicios Espirituales de
comentaristas antiguos, cada vez más aparta- San Ignacio, Bilbao-Santander, Mensajero-
dos de la época de san Ignacio, reduzcan la Sal terrae, 1999, p. 77-89.
aplicación de sentidos a una especie de medi- 23. «no se trata de imitar un modelo externo, ni
tación, se debe al «temor al iluminismo que simplemente de un ejercicio ascético-moral,
traía entonces perturbados a muchos espíritus, sino de una comunión real de vida con cristo,
y al sensualismo, compañero casi inseparable pobre y humillado como expresión de su amor
del primero» (I. caSanoVaS, Comentario y ex- salvífico» (rogelio garcÍa Mateo, Imitación
planación de los Ejercicios Espirituales de san de Cristo, deI, II, p. 1000).
Ignacio de Loyola, tomos I y II, Barcelona, 24. «Ignacio presenta siempre la relación a la ‘perso-
Balmes, 19542 [el original catalán es de 1933], na’ de Jesús unida a la relación con el ‘proyecto’
p. 183-194. la cita en página 189). en línea de vida que asumió Jesús» (José Mª caStIllo,
parecida se pronuncia Joseph MarécHal en su Seguimiento de Cristo, deI, p. 1620).
estudio «application des sens», en: Diction- 25. «acerca de las elecciones, le parece que la prime-
naire de spiritualité, tomo I, col. 810-828. ra cosa que se proponga es, si seguirá consejos
46
o preceptos... lo segundo, si determinó consejos, 30. «en la primera semana no es menester [dete-
si en religión o no, porque podría en hospita- nerse] mucho con hombres que caminan muy
les, etc.» («notas dadas de palabra», M. loP, adelante en la vía del espíritu, que ha mucho
Los directorios..., n. 4, p. 24). que frecuentan la confesión y comunión y que
26. «8. Para estar más dispuesto a mayor gloria tienen deseo de entender en qué estado podrían
divina y a su mayor perfección, le disponga a servir más a dios» («directorio dictado al P. Vi-
desear más los consejos que los preceptos, si toria», n. 19 en: loP, Los directorios..., p. 34).
dios fuese más de ello servido. 9. le dispon- 31. en el proceso de alcalá de 2 de mayo de 1527,
ga y le haga capaz, que son menester mayores María de la Flor, declara que pidió a Íñigo que
señales de dios para los preceptos que para los «le mostrase el servicio de dios» y él «le dijo
consejos, pues cristo nuestro Señor aconseja a que la había de hablar un mes arreo; e que en
los consejos y pone dificultad en poseer este mes había de ocho a ocho días de comul-
haciendas, lo que se puede en los preceptos» gar; e que la primera vez había de estar muy
(«directorio autógrafo de san Ignacio», M. alegre, e non sabría de dónde le venía; e la otra
loP, Los directorios..., n. 8-9, p. 20). semana estaría muy triste; mas que él espera-
27. William a. PeterS, «Ignacio de loyola y la ba en dios que ha de sentir en ello mucho pro-
‘discreción de espíritus’», Concilium, 139 vecho» (Monumenta Historica S.I., Scripta de
(1978), p. 530-538. la cita en p. 531. Sancto Ignatio, I, p. 611; José calVeraS, Ejer-
28. carlos garcÍa HIrScHFeld, Espíritus, deI, p. cicios espirituales, Directorio y Documentos
820-826. la cita se halla en p. 824. este artí- de S. Ignacio de Loyola, Barcelona, Balmes,
culo de garcía Hirschfeld es una síntesis de 19582, n. 659, p. 336).
gran calidad sobre el tema. 32. es la sindéresis o «capacidad natural para juz-
29. lo que dice louis Beirnaert respecto del dis- gar rectamente», según la rae.
cernimiento realizado por Íñigo en Manresa, 33. esta proposición fue atacada como propia de
durante sus meses de intensa y agitada expe- los alumbrados, pero defendida por Polanco.
riencia espiritual, ilumina bien el carácter de cf. dalMaSeS, Ejercicios Espirituales, San-
las reglas de discernimiento: «Sin que llegase tander, Sal terrae, p. 168, nota.
a ser consciente de las tendencias psicológicas 34. «directorio autógrafo de san Ignacio», n. 11;
que lo apegaban a uno u otro objeto, las captó loP, Los directorios..., p. 20.
en su significación de obstáculo al servicio de 35. en una carta a Francisco de Borja, Ignacio le
dios, que era el supremo objetivo de su perso- escribe que modere sus penitencias corporales,
nalidad, y renunció a ellas, de modo que así sobre todo si hacen brotar sangre, para «bus-
progresó a la vez hacia la santidad y su madu- car más inmediatamente al Señor de todos, es
ración psicológica» (l. BeIrnaert, «discerne- a saber, sus santísimos dones, así como una
ment et psychisme», Christus, n. 4 (1954), 50- infusión o gotas de lágrimas, agora sea, 1º,
61, la cita en p. 59-60). Para la relación de las sobre los propios pecados o ajenos; agora sea,
reglas con la Psicología, véase también: Jordi 2º, en los misterios de cristo n. S. en esta vida
Font, Discernimiento de espíritus. Ensayo de o en la otra; agora sea, 3º, en consideración o
interpretación psicológica, Manresa, 1987, amor de las personas divinas; y tanto son de
127-147; «los afectos en desolación y en mayor valor y precio, cuanto son en pensar y
consolación: lectura psicológica», en: carlos considerar más alto» (20 septiembre 1548,
aleManY y José a. garcÍa Monge (eds.), Bac, 1991, p. 831).
Psicología y Ejercicios Ignacianos, Bilbao- 36. la «noche oscura» del Padre arrupe es tal vez
Santander, Mensajero-Sal terrae, 19962, vol. I, menos conocida que las de teresa de lisieux
p. 141-153. Sobre la teología implícita en las y teresa de calcuta. el mismo arrupe cuenta
reglas ignacianas, véase: Karl raHner, en «la cómo vivió esta «noche oscura» en la tensa
lógica del conocimiento existencial en San relación con el papa Pablo VI. cf. Víctor
Ignacio de loyola», en: Lo dinámico en la codIna, La noche oscura del P. Arrupe. Una
Iglesia, Barcelona, Herder, 19682, p. 93-181. carta autógrafa inédita, Manresa, 1990, 165-
47
172. el texto de la carta está también editado María, reconoce que entonces se hallaba «ni
en Pedro Miguel laMet, Arrupe. Un profeta sabiendo qué cosa era humildad, ni caridad, ni
para el siglo XXI, Madrid, temas de Hoy, paciencia, ni discreción para reglar ni medir
2002, p. 480. estas virtudes» (au 14,4).
37. Pueden verse en teresa de Jesús expresiones 41. cf. Au, 8.
como éstas: «Me parece cordura huir como de 42. es inmenso el panorama bibliográfico referente
una fiera de la lengua de una mujer apasiona- a esta cScP: F. Suárez, g. Fessard, K. rahner,
da» (Carta 384,10). «el gran valor de estas daniel gil, Jean gouvernaire y todos los co-
almas y el ánimo que dios las daba para pade- mentaristas del texto de los ejercicios (Mes-
cer y servirle, no cierto de mujeres» (Fundacio- chler, casanovas, arzubialde, demoustier,
nes 1,6). «es muy de mujeres [las “ternuras” etc.) o de las reglas en particular (gagliardi,
las “palabras regaladas”] y no querría yo, hijas clémence, gil, toner, etc.). Hay que destacar
mías, lo fuésedes en nada, ni lo pareciésedes, una de las aportaciones recientes de más cali-
sino varones fuertes; que si ellas hacen lo que dad, por su análisis completo y profundo: José
es en sí, el Señor las hará tan varoniles, que garcÍa de caStro, El Dios emergente (Men-
espanten a los hombres» (Camino 7,8, códice sajero-Sal terrae, Bilbao-Santander, 2001).
de Valladolid). «Vuestra reverencia y las demás aparte del muy notable valor de la obra en sí,
están más obligadas a ir como varones esfor- en ella se halla una excelente panorámica de
zados y no como mujercillas» (Carta 424,13). las diversas interpretaciones que se han dado
38. Au, Prólogo del P. nadal, n. 2. de esta regla ignaciana.
39. Sabemos, como dice nadal, que «post consum- 43. Jean cléMence, El discernimiento de espíritus
mata studia congessit delibationes illas Exer- en los Ejercicios Espirituales de san Ignacio
citiorum primas, addidit multa, digessit om- de Loyola, Madrid, Secretariado de ejercicios,
nia» (Mn, ep. IV, p. 826). Muy probablemen- 1979, p. 28. (el original apareció en Revue
te para esta reelaboración final del texto de los d’Ascétique et Mystique, 1951, 347-375; 1952,
ejercicios se sirvió de lecturas de clásicos de 64-81). Según clémence, una persona equili-
la espiritualidad cristiana como evagrio del brada con atención continuada podrá descu-
Ponto, casiano y san Bernardo, entre otros. brir una causa subconsciente; una inconscien-
una formulación clásica de los engaños en la te, tal vez con el progreso de la vida espiritual
vida espiritual se halla en la presentación que se haga subconsciente y consciente. la forma
de la acedia hacen evagrio del Ponto y ca- psicológica mediante la cual la acción de dios
siano. con especial habilidad, San Bernardo se hace consciente es «la forma del amor ente-
interpreta el cantar de los cantares (2,15): las ramente gratuito y desinteresado» (p. 29).
raposillas, que se esconden fácilmente, son el 44. la cita de santo tomás se conserva en los tex-
peligro engañoso de los proficientes, mientras tos P1 y P2 y hace referencia al modo como es
que los novicios o incipientes, son amenaza- movida la voluntad por la inteligencia y por
dos por peligros más aparatosos como las dios (cf. dalmases, p. 172, nota a ej. 330).
heladas y los incendios (Sermones 63 y 64 45. en la autobiografía ignaciana hallamos estos
sobre el cantar de los cantares). puntos en los que aparece, con mayor o menor
40. Ignacio, al hablar del encuentro con el moro probabilidad, la cScP: 21,2;28,4;29,2;79,8.
con el cual debate sobre la virginidad de 46. cf. Au, 26,2-4;54,5-55,1;82,3-4.

48
EJERCICIOS ESPIRITUALES
DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
UNA RELECTURA DEL TEXTO (4)

Josep M. Rambla, sj.


Seminario de Ejercicios (EIDES)

INTRODUCCIÓN: SEGUNDA PARTE DE LA SEGUNDA SEMANA .................................... 3


I. EL CUARTO DÍA ............................................................................................................... 4
1. Las Dos Banderas ................................................................................................. 4
2. Los Binarios ........................................................................................................... 10
II. A PARTIR DEL QUINTO DÍA ........................................................................................... 14
1. Contemplando ........................................................................................................ 14
2. «Antes de entrar en elecciones… tres maneras de humildad» ...................... 16
III. «JUNTAMENTE…» [EE 135]: LA ELECCIÓN ....................................................... 20
1. Disposición previa ................................................................................................. 20
2. Objeto de la elección ............................................................................................ 22
3. Elección [EE 175-188] ........................................................................................... 24
4. Para enmendar y reformar la propia vida y estado ............................................... 31
5. Distribuir limosnas .................................................................................................. 34
NOTAS .................................................................................................................................... 38
Josep M. Rambla, sj. Licenciado en teología. Es autor entre otros de Dios, la amistad y los
pobres. La mística de Egide Van Broeckhoven, Santander, Sal Terrae, 2007; así como de las edi-
ciones en catalán de los Ejercicios Espirituales (Exercicis Espirituals, Barcelona, ed. Proa, 1990)
y de la autobiografía de san Ignacio (El pelegrí, Barcelona, ed. Claret, 1991).

Este cuaderno cuenta con la colaboración de la Direcció General d'Afers Religiosos


del Departament de Governació i Relacions Institucionals

Edita Cristianisme i Justícia - Roger de Llúria, 13 - 08010 Barcelona


93 317 23 38 - info@fespinal.com - www.cristianismeijusticia.net
Imprime: Ediciones Rondas S.L. - Depósito Legal: B-22045-2014
ISBN: 978-84-9730-342-2 - ISSN: 2014-654X - ISSN (ed. virtual): 2014-6558
Octubre 2014
Revisión y corrección del texto: Pilar de la Herran
Maquetación: Pilar Rubio Tugas

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a c/ Roger de Llúria 13, Barcelona.
INTRODUCCIÓN: SEGUNDA PARTE DE LA SEGUNDA
SEMANA

Las páginas del presente comentario tienen como tema central la elección,
momento que da una identidad particular a la experiencia de los Ejercicios
ignacianos. La clásica división de los intérpretes entre «eleccionistas»
(Hummelauer, H. Rahner, Fessard, K. Rahner….) y «unionistas» (Peters,
Casanovas, Cusson…), según pongan el fin de los Ejercicios en la elección
de estado o en la disposición para la perfección cristiana o la unión con
Dios, no tiene especial relevancia. Porque en definitiva hay que reconocer
que los Ejercicios llevan a la contemplación para alcanzar amor que dispo-
ne para «en todo amar y servir a su divina majestad» [EE 233], pero a la
vez, la manera como se dispone la persona que se ejercita para llegar a
esta disposición final es la elección del estado o forma de vida o la reforma
de la propia vida y estado según los modos de elegir que Ignacio propone.
Sin embargo, estas discrepancias que en el fondo son diferencias de pers-
pectiva, no hacen sino poner de relieve el papel central que tiene la elec-
ción en el proceso espiritual de los Ejercicios.1
Si nos fijamos en el momento que representa la elección en la mistagogía
de los Ejercicios y en el camino recorrido por el ejercitante, hemos de reco-
nocer la luz que aportan aproximaciones como las de Gaston Fessard o de
Javier Melloni, que destacan el carácter de experiencia cumbre de la elec-
ción, que delimita un antes y un después en el transcurso del camino espi-
ritual que recorre el ejercitante. Según el esquema tradicional de las tres
vías (purgativa, iluminativa y unitiva) a las que se refiere el texto de los
Ejercicios [cf. EE 10,2-3], la elección es el momento de la unión que divide
en dos el proceso de los Ejercicios. Por tanto, las distintas partes del pre-
sente comentario hay que entenderlas como piezas de un único mosaico,
la forma de vivir cristiana del ejercitante, que es el objeto de la elección.
Conviene destacar que el itinerario propuesto por el libro de los Ejercicios
a partir del «cuarto día» abarca: las dos meditaciones propias del cuarto día
[EE 136-157] y ocho días de contemplación de los misterios de Cristo en
los que se tratará la materia de elecciones [EE 158-163]. Para iniciar de
modo conveniente esta materia y «afectarse a la vera doctrina de Cristo»,
se propone la consideración de las tres maneras de humildad [EE 164-
168]; y, para interpretar bien la experiencia espiritual de la elección se aña-
den unas relativamente extensas orientaciones [EE 169-189]. Son días de
una trascendencia y riqueza espiritual notables en los que culmina el camino
de los Ejercicios, puesto que luego llegará el tiempo de la inmersión gratuita
en el misterio nuclear del cristianismo, el misterio pascual (3ª y 4ª semanas).

3
I. EL CUARTO DÍA

Ya ha pasado al lenguaje corriente llamar «cuarto día» al día de los Ejer-


cicios, que incluye las meditaciones de Dos Banderas y de Tres Binarios.
Es un día de particular importancia e intensidad espiritual, que introduce la
segunda parte de esta semana en la que llega a su punto culminante el pro-
ceso de elección, momento central de los Ejercicios.

1. Las dos bandeRas

1.1. situación del ejercicio ma el ejército de cada uno de los contrin-


cantes.2 El ejercicio se construye sobre
A este ejercicio se dedicarán cuatro horas
unos presupuestos que Ignacio no expli-
de oración, con lo cual se sugiere la im-
cita, pero que son fundamentales para la
portancia capital que tiene este momento realización apropiada del mismo. En pri-
dentro del conjunto de la experiencia. Pue- mer lugar, se da por supuesto que la vida
de decirse que esta meditación marca una cristiana es una continua opción. Esto es
inflexión en el proceso de los Ejercicios: lo que la tradición bíblica nos transmite
se acentúa el momento cristológico, o sea con formas, palabras y símbolos muy va-
la ruptura con todo intento de reduccio- riados: elegir entre vida y muerte, entre
nismo del seguimiento a un mesianismo cielo y tierra, entre construir sobre arena
jesuánico. o sobre roca, entre pasar por la puerta es-
Este ejercicio toma de nuevo la ima- trecha o la ancha, entre día o noche, entre
gen del servicio guerrero que ya apareció luz y tinieblas, etc. Y esta elección es el
en la meditación de la llamada del Rey resultado de un combate entre dos fuerzas
Eternal, aunque aquí la mirada no se fija o actores en nuestra vida: el príncipe de la
en la persona que llama, sino en la ban- luz o el de las tinieblas, Dios o Satanás.
dera que convoca al campo donde se for- En segundo lugar, en este momento de los
4
Ejercicios la persona que se ejercita no mortal enemigo de nuestra humana
se halla en la situación de determinarse natura. La sólita oración preparatoria.
entre el bien y el mal, puesto que ya ha [137] 1º preámbulo. El primer preámbulo es
realizado la primera semana en la que se la historia: será aquí cómo Cristo
ha decidido firmemente por el camino del llama y quiere a todos bajo su bande-
bien, por la voluntad de Dios. ra, y Lucifer, al contrario, bajo la suya.
Ahora se plantea al ejercitante la nece- [138] 2º preámbulo. El 2º: composición vien-
sidad de optar por una manera concreta de do el lugar; será aquí ver un gran
dirigir su vida en el camino del evangelio. campo de toda aquella región de
Es decir se pasa del horizonte general del Jerusalén, adonde el summo capitán
general de los buenos es Cristo nues-
bien al del bien concreto en el seguimien-
tro Señor; otro campo en región de
to de Jesús, al cual se ha decantado en los Babilonia, donde el caudillo de los
primeros días de esta segunda semana. enemigos es Lucifer.
Podríamos decir que se halla en la situa- [139] 3º preámbulo. El 3º: demandar lo que
ción de Pedro en Cesarea, cuando recono- quiero; y será aquí pedir conocimien-
ce a Jesús como el Mesías, pero ha de dar to de los engaños del mal caudillo y
el paso de «pensar como Dios y no como ayuda para de ellos me guardar, y co-
los hombres» (cf. Mc 8,33). Y precisa- nocimiento de la vida verdadera que
mente porque pasar a la manera concreta muestra el summo y verdadero capi-
de hacer de Dios, manifestada en la vida y tán, y gracia para le imitar.
palabra de Jesús, supone salir de las for- [140] 1º punto. El primer punto es imaginar
mas simplemente humanas de ver que así como si se asentase el caudillo
muy a menudo se cruzan con los designios de todos los enemigos en aquel gran
campo de Babilonia, como en una
de Dios, este ejercicio es una iniciación en
gran cátedra de fuego y humo, en
la sabiduría evangélica, una ayuda para figura horrible y espantosa.
guiarse bien en la opción concreta y evi-
[141] 2º punto. El 2º: considerar cómo hace
tar los engaños que nos suelen amenazar. llamamiento de innumerables demo-
El ejercitante se halla ante la necesidad de nios y cómo los esparce a los unos en
pronunciarse por la «vida verdadera», lo tal ciudad y a los otros en otra, y así
cual indica que hay vida falsa y engaño- por todo el mundo, no dejando provin-
sa, y, por tanto, ha de evitar dejarse llevar cias, lugares, estados, ni personas
por los «engaños del mal caudillo». La algunas en particular.
meditación de Dos Banderas apunta, [142] 3º punto. El 3º: considerar el sermón que
pues, a la lucidez del amor, es decir, es una les hace, y cómo los amonesta para
iniciación en la sabiduría de Cristo para echar redes y cadenas; que primero
no dejarse seducir por los engaños bajo hayan de tentar de codicia de riquezas,
como suele, ut in pluribus, para que más
apariencia de bien que tantas veces nos
fácilmente vengan a vano honor del
desvían del recto camino evangélico. mundo, y después a crecida soberbia;
de manera que el primer escalón sea
[136] El cuarto día, Meditación de dos ban- de riquezas, el segundo de honor, el
deras, la una de Cristo, summo capi- tercero de soberbia, y de estos tres es-
tán y Señor nuestro; la otra de Lucifer, calones induce a todos los otros vicios.

5
[143] Así por el contrario se ha de imaginar otro tanto al Padre, para que él me lo
del summo y verdadero capitán, que conceda, y decir un Pater noster.
es Cristo nuestro Señor. [148] Nota. Este ejercicio se hará a media
[144] 1º punto. El primer punto es considerar noche y después otra vez a la mañana,
cómo Cristo nuestro Señor se pone y se harán dos repeticiones de este
en un gran campo de aquella región mismo a la hora de misa y a la hora de
de Jerusalén en lugar humilde, her- vísperas, siempre acabando con los
moso y gracioso. tres coloquios de nuestra Señora, del
[145] 2º punto. El 2º: considerar cómo el Se- Hijo y del Padre. Y el de los binarios
ñor de todo el mundo escoge tantas que se sigue a la hora antes de cenar.
personas, apóstoles, discípulos, etc.,
y los envía por todo el mundo, espar-
ciendo su sagrada doctrina por todos
estados y condiciones de personas. 1.2. optar y elegir
[146] 3º punto. El 3º: considerar el sermón Seguir a Jesús no puede consistir en
que Cristo nuestro Señor hace a todos
«imitarle», ya que la persona y las cir-
sus siervos y amigos, que a tal jorna-
da envía, encomendándoles que a to-
cunstancias de quien quiere seguirle son
dos quieran ayudar en traerlos, prime- totalmente distintas de las de Jesús y de
ro a summa pobreza espiritual, y si su su mundo. Seguir a Jesús es prolongarle
divina majestad fuere servida y los en el presente con todas las circunstan-
quisiere elegir, no menos a la pobreza cias personales y sociales. De aquí que el
actual; 2º, a deseo de oprobrios y me- seguimiento es creativo. Creativo, pero
nosprecios, porque de estas dos cosas no arbitrario, puesto que supone guiarse
se sigue la humildad; de manera que
por el estilo de Cristo (sus valores, su
sean tres escalones: el primero, po-
breza contra riqueza; el segundo, opro-
manera de vivir y de hacer). Ahora bien,
brio o menosprecio contra el honor según el mensaje bíblico, el creyente y el
mundano; el tercero, humildad contra la cristiano, se hallan situados ante la encru-
soberbia; y de estos tres escalones cijada de decidirse o de proceder guián-
induzcan a todas las otras virtudes. dose por criterios contrapuestos: el estilo
[147] Coloquio. Un coloquio a nuestra Se- de Jesús, por un lado, y el del mal espíri-
ñora, porque me alcance gracia de su tu, por otro. Se nos habla en el NT del
hijo y Señor, para que yo sea recibido dinamismo del «espíritu» y el dinamismo
bajo de su bandera, y primero en sum- de la «carne» que nos atraen o impulsan.
ma pobreza espiritual, y si su divina
Y, naturalmente, hay que optar, hay que
majestad fuere servido y me quisiere
elegir y recibir, no menos en la pobre-
decidir entre dos alternativas. Veamos la
za actual; 2º, en pasar oprobrios y inju- sustancia de cada una de ellas.
rias por más en ellas le imitar, sólo que El «espíritu», o el estilo de Cristo, es
las pueda pasar sin pecado de ningu- una forma de vivir que se edifica sobre
na persona ni displacer de su divina roca. Es la alternativa positiva a la hora
majestad, y con esto una Ave María. 2º de tomar decisiones en las encrucijadas
coloquio. Pedir otro tanto al Hijo, para
que se nos presentan con frecuencia (ad-
que me alcance del Padre, y con esto
decir Anima Christi. 3º coloquio. Pedir
ministración del dinero, opciones socia-
les o políticas, decisiones apostólicas o
6
pastorales, cuestiones familiares, elec- refugio en el nombre del Señor. El resto
ción de estado de vida, etc.). Construir de Israel». Estos humildes, pobres que se
sobre roca es escuchar o asimilar la pala- refugian en Dios, se contraponen a los
bra del Señor y guiarse de hecho por ella «arrogantes fanfarrones» que serán extir-
en la decisión. Es decir, fundar la vida pados (Sof 2,3;3,11-13).
(personal, comunitaria, apostólica o de De forma elocuente, la Biblia va trans-
compromiso) en solo Dios (su palabra, su mitiendo este mensaje de fecundidad de
gracia). «Ningún sarmiento puede produ- la pobreza a partir de contrastes como
cir fruto por sí mismo, sin estar unido a la éstos: la virgen es madre, la estéril es
vid...» (Jn 15,4). Es decir, abandonarse fecunda, el pobre es enriquecido y el rico
plenamente a Dios y a su «pensamiento» desahuciado, el humilde es exaltado y el
y, así, construir sólidamente, sobre roca. poderoso desbancado... Por esto, en cuan-
La «carne» que es el criterio contrario to aparece Jesús, son los anawim quienes
al de Cristo lleva a construir sobre arena. le reconocen y le acogen y responden a su
Es la alternativa negativa en dichas en- mensaje: María y José, los pastores, los
crucijadas frecuentes en nuestra vida. Se magos, Simeón, Ana.
construye sobre arena cuando se toma La tradición cristiana no podía hacer
una decisión que funda la vida (personal, otra cosa que prolongar en sus mejores
comunitaria, apostólica o de compromiso testigos esta enseñanza bíblica: Benito
social) al margen de Dios. Es decir, con- con sus grados de humildad, Francisco con
siste en poner la confianza en uno mismo su pobreza evangélica, Ignacio con las
o en pensamientos ajenos a Dios y al evan- «dos banderas», Teresa de Lisieux con su
gelio, en ídolos: construir sobre cosas que infancia espiritual, Charles de Foucauld
no tienen consistencia, sobre arena. «La con su abandono en manos del Padre...
dinámica del orgullo –la pulsión de apro-
piación llevada hasta el extremo– comien-
za por el deseo irrefrenable de cosas, se 1.4. el camino verdadero
prolonga por el deseo de dominar a las y el camino engañoso
personas, y culmina en el autocentramien- En sintonía con esta tradición, Ignacio
to y en la autodivinización de Lucifer»3. señala una senda que conduce a construir
Ya en el mismo título de la medi- sobre roca y otra que lleva a construir so-
tación Ignacio decanta hacia un lado la bre arena. Ésta se presenta de forma enga-
presentación de los protagonistas del ejer- ñosa, es la manera de hacer del «enemigo
cicio: Jesús es jefe y Señor, mientras que de natura humana», ya que la persona que
el diablo es «enemigo…». quiere seguir a Jesús no va a deslizarse
por rutas claramente antievangélicas, sino
que a veces decidirá mal, pero «bajo apa-
1.3. La verdadera sabiduría cristiana
riencia de bien»... ¿Cómo es cada camino?
La tradición bíblica nos presenta los La senda hacia la roca firme, es decir,
auténticos creyentes como los anawim, el el camino hacia una vida verdaderamente
resto de Israel: «Humildes de la tierra... evangélica, tiene tres etapas: Primero, el
Un pueblo pobre y humilde, que buscará desapego real de los bienes (dinero, cul-
7
tura, poder, cargos, etc.). Como conse- quieren hacer rey, cuando Pedro le quiere
cuencia de esto, se suele llegar a sufrir apartar del camino de la cruz, cuando los
una cierta «minusvaloración» (ser menos discípulos quieren que haga bajar fuego
considerado y tenido en cuenta, se cierran del cielo, cuando siente pavor y resisten-
algunas puertas, hay menos gente que le cia ante la pasión que se le viene encima,
rodee a uno o que le busque, no se le ofre- cuando en la cruz se le pide que baje de
cen determinados cargos o responsabili- ella... En el Padre Nuestro pedimos «no
dades, se le tiene por persona exagerada nos dejes caer en la tentación», ya que la
o radical, o con poco sentido del humor, o tentación nos acompaña continuamente.
extremista, etc.). Finalmente, estos dos
escalones o etapas conducen a la auténtica
humildad, que es la verdad: poner la segu- 1.5. dos características de cada
ridad en Dios, la roca que salva y en nadie itinerario
más y en nada más.
1.5.1. Universalidad de la necesidad
La senda que conduce a la tierra are-
de optar
nosa, insegura e inconsistente, va en di-
rección contraria. Primero, uno pone su Cada alternativa (roca-arena) con su iti-
corazón en los bienes, como dinero, po- nerario propio es una fuerza o dinamismo
der, cultura, cargos, comodidades, etc. Es que atrae o seduce a su manera a todas
decir, se deja llevar por la «codicia». Esto las personas, porque nadie, sea en el esta-
suele producir un halo de prestigio y falsa do o condición de vida que sea, se halla al
valoración: se pondera a esta persona, se abrigo de esta doble corriente. Además,
recurre a ella, se la honra, se le da fácil- estas dos corrientes no sólo tienen fuerza
mente la razón, su parecer tiene peso, aun- sobre el campo más estrictamente perso-
que no siempre tenga la razón, ni tenga nal, sino que también influyen en lo co-
verdaderos amigos, ni valga más que munitario y en el terreno de la acción
otras personas menos apreciadas. Su exis- (apostolado, compromiso, familia). En
tencia es de «cartón piedra». De resultas definitiva, todos nos hallamos siempre
de esta falsedad en que vive, insensible- ante la alternativa de poner nuestra segu-
mente va cayendo en la soberbia: llega a ridad en Dios o al margen de Él. Esto sí,
ser una persona segura de sí misma, que desde la perspectiva simplemente humana,
obra por prestigio, con medios puramente muchas cosas siguen funcionando, pero
no tienen vida propiamente evangélica.
humanos. Construye sobre arena.
Jesús se halló en esta necesidad de de-
cidirse por una de las alternativas que se 1.5.2. Rasgos opuestos de cada camino
le presentaron: dejarse llevar por la «ten- Cada camino tiene sus cualidades pro-
tación» del poder, del prestigio hasta do- pias, que en el texto ignaciano se insinúa
blar las rodillas ante el tentador, o bien con la repetición del como, de manera,
abandonarse a la voluntad del Padre po- como si...4 La misma descripción y na-
niendo toda la fuerza de su misión en él. rración del proyecto de Dios y del enemi-
Una tentación que se irá repitiendo a lo go muestran cómo el camino hacia Dios
largo de su vida, por ejemplo: cuando le tiene rasgos opuestos al que nos aleja de
8
Él, es decir, tiene un estilo de actuar muy para entrar en el palacio de la sabiduría
distinto del propio del enemigo de natura evangélica, conseguir «ser recibido». En
humana. En efecto, la senda de los enga- este palacio es donde habita el Dios hu-
ños, la alternativa negativa, se caracteriza milde, ya que «la humildad es, tal vez, el
por presentarse en forma de sutilezas (so- más divino de los atributos de Dios»5. En
fismas, falsas motivaciones, razonamien- consecuencia, hay que pedir y esperar
tos complicados, etc.) y con turbación con insistencia ser recibido en el segui-
(miedo, inquietud, confusión, etc.). Mien- miento de Cristo, en pobreza evangélica,
tras que la acción de Dios es, a la larga, en los menosprecios que comporta el es-
fuente de luz (sinceridad, claridad, sin tilo de vida de Jesús pobre, para alcanzar
ambigüedad, etc.) y paz (serenidad, segu- la verdadera humildad y así estar plena-
ridad, gozo, confianza). mente en las manos de Dios, fuente de
toda fecundidad. La intercesión de María
ante su Hijo, de Jesús ante el Padre y la
1.6. Todo es gracia… súplica al Padre cierran así este ejercicio
De todo lo que precede resulta evidente en el que es Dios quien ha de realizar su
que el fruto de este ejercicio no es el de obra.
un esfuerzo moral para conquistar el espí-
ritu evangélico, sino un don que hay que
1.7. el ejercicio de la meditación
desear, pedir y esperar. Por esto es suma-
mente importante tanto el tercer preám- La presentación de este ejercicio se hace
bulo como el triple coloquio. El «conoci- a menudo recurriendo a textos de la Bi-
miento de los engaños del mal caudillo» blia: las Tentaciones de Jesús, el diálogo
es don especial, ya que no hay una tabla de Jesús con Simón Pedro después del
segura para dilucidar estos engaños. Y, primer anuncio de la Pasión, las Biena-
todavía más, el «conocimiento de la vida venturanzas o el Magnificat, etc. Con to-
verdadera que muestra el sumo y verda- do, siempre permanece el interrogante de
dero capitán, y gracia para le imitar», por qué san Ignacio, que conocía bien los
como quiera que se trata de asimilar el textos evangélicos, e incluso propone en-
sentido de la vida verdadera, que aparen- tre éstos el misterio de «cómo Cristo fue
temente, en medio de los valores domi- tentado» [cf. EE 274], recurrió a la crea-
nantes en la sociedad, es fracaso y anula- ción de una parábola, al igual que en el
ción humana y, en consecuencia, imitar al ejercicio de la llamada del Rey temporal
«verdadero capitán» es un don de la gra- y del Rey eternal. Por poco que se exami-
cia divina. Todo es cuestión de saber dis- ne el texto ignaciano se ve que el santo
tinguir lo verdadero de lo simplemente quiso realizar una síntesis evangélica y
aparente y engañoso. una mistagogía, cosa que no se da en un
La meditación, realizada cuatro veces solo texto evangélico, para lo cual creó
en el mismo día, hará crecer todavía más una parábola que cumpliese con este do-
el convencimiento de que la ayuda de ble objetivo. Es evidente que esta parábo-
Dios es imprescindible, porque se trata de la es hija de la sensibilidad de una perso-
algo así como conseguir la autorización na y de una época (como ocurre también
9
con los textos bíblicos que nos transmiten que ha de desempeñar la función semán-
la palabra de Dios) y, a la hora de propo- tica, según la terminología de Roland
ner este ejercicio, la sabiduría de la per- Barthes, a partir del texto de los Ejerci-
sona que acompaña es determinante, ya cios bien practicado y estudiado.

2. Los binaRios

2.1. situación del ejercicio [151] 2º preámbulo. El 2º: composición vien-


Al final del cuarto día, como quinto ejer- do el lugar: será aquí ver a mí mismo,
cicio de oración, se propone la meditación cómo estoy delante de Dios nuestro
Señor y de todos sus santos, para de-
de «tres binarios de hombres para abrazar
sear y conocer lo que sea más grato a
el mejor». El hecho de proponerse este la su divina bondad.
ejercicio el mismo día de las Dos Ban-
[152] 3º preámbulo. El 3º: demandar lo que
deras y como culminación del proceso de
quiero: aquí será pedir gracia para
toda la jornada, muestra que esta medita- elegir lo que más a gloria de su divina
ción está conectada con lo que precede y majestad y salud de mi ánima sea.
también que no debe ser ninguna forma [153] 1º binario. El primer binario querría qui-
de descenso en el camino ascensional del tar el afecto que a la cosa adquirida
cuarto día. Porque, en la práctica, se corre tiene, para hallar en paz a Dios nues-
el riesgo de insistir en aspectos de com- tro Señor, y saberse salvar, y no pone
promiso personal que pueden derivar ha- los medios hasta la hora de la muerte.
cia una experiencia más bien voluntarista. [154] 2º binario. El 2º quiere quitar el afecto,
más así le quiere quitar, que quede
con la cosa adquirida, de manera que
[149] Cuarto día. El mismo cuarto día se allí venga Dios donde él quiere, y no
haga meditación de tres binarios de determina de dejarla, para ir a Dios,
hombres, para abrazar el mejor. Ora- aunque fuese el mejor estado para él.
ción. La sólita oración preparatoria. [155] 3º binario. El 3º quiere quitar el afecto,
[150] 1º preámbulo. El primer preámbulo es la más así le quiere quitar, que también
historia, la cual es de tres binarios de no le tiene afección a tener la cosa
hombres, y cada uno de ellos ha ad- adquirida o no la tener, sino quiere so-
quirido diez mil ducados, no pura o dé- lamente quererla o no quererla, según
bitamente por amor de Dios, y quieren que Dios nuestro Señor le pondrá en
todos salvarse y hallar en paz a Dios voluntad, y a la tal persona le parece-
nuestro Señor, quitando de sí la gra- rá mejor para servicio y alabanza de
vedad e impedimento que tienen para su divina majestad; y, entretanto quie-
ello en la afección de la cosa adquirida. re hacer cuenta que todo lo deja en

10
da a la impregnación espiritual del ejerci-
afecto, poniendo fuerza de no querer tante de la sabiduría evangélica («vida
aquello ni otra cosa ninguna, si no le
verdadera» encarnada en Cristo) y a la
moviere sólo el servicio de Dios nues-
tro Señor, de manera que el deseo de
percepción afinada de los «engaños» que
mejor poder servir a Dios nuestro Señor se dan en la vida espiritual. En resumen, se
le mueva a tomar la cosa o dejarla. trata de alcanzar un grado profundo de
[156] Tres coloquios. Hacer los mismos tres
sensibilidad evangélica y correlativamente
coloquios que se hicieron en la con- de rechazo instintivo de lo que se le opone.
templación precedente de las dos En consecuencia, ahora, al terminar el
banderas [147]. día, el ejercitante compulsa el grado real
[157] Nota. Es de notar que cuando nosotros de aceptación de la sabiduría propuesta
sentimos afecto o repugnancia contra por Cristo. Mide de algún modo la cali-
la pobreza actual, cuando no somos dad de la acogida personal, existencial, de
indiferentes a pobreza o riqueza, mu- la «vida verdadera» propuesta por Jesús.
cho aprovecha para extinguir el tal
De aquí que en «Tres binarios» se atien-
afecto desordenado, pedir en los co-
loquios (aunque sea contra la carne)
da especialmente a la respuesta de la per-
que el Señor le elija en pobreza ac- sona que ha meditado intensamente «Dos
tual; y que él quiere, pide y suplica, Banderas» y por esto terminará con los
sólo que sea servicio y alabanza de la mismos tres coloquios. Sin embargo, aun-
su divina bondad. que la voluntad del ejercitante juega un
papel imprescindible en este ejercicio,
porque así se requiere en la vida cristiana,
lo importante es lo que «Dios nuestro
2.2. «dios le pondrá en voluntad» Señor le pondrá en voluntad» [EE 155,2].
Este ejercicio ha de ayudar a reafirmar la
respuesta libre del ejercitante a la llamada
2.3. el ejercicio de binarios
de Jesús para alistarse bajo su bandera. En
el ejercicio anterior, de Dos Banderas, do- Después de la oración preparatoria, la
minaba la presentación de los dos campos «historia» presenta la situación de tres bi-
que tratan de atraer a sí al ejercitante. En narios. «Binario» es un término conven-
él destacaba el programa y el estilo o for- cional que se empleaba en los siglos XV y
ma de actuar del «caudillo de todos los XVI para indicar en los casos de moral una
enemigos», por un lado, y de «Cristo nues- persona cualquiera. Es equivalente a «tres
tro Señor», por otro. Y aunque en el tercer tipos de personas», como suele interpre-
preámbulo se pide ayuda para guardarse de tarse en las traducciones modernas de los
los engaños del «mal caudillo» y gracia pa- Ejercicios Espirituales. Aquí se plantea el
ra imitar al «verdadero capitán», en todo el caso de tres personas que se hallan en una
ejercicio que se hará dos veces y además situación particular: han adquirido una
con dos repeticiones, sobresale la bús- gran suma de dinero; «no pura o débita-
queda del «conocimiento de los engaños» mente por amor de Dios», es decir, no de
y el «conocimiento de la vida verdadera». manera inmoral, pero tampoco según cri-
Es decir, casi toda la jornada está dedica- terios evangélicos; «quieren todos salvar-
11
se y hallar en paz a Dios nuestro Señor»; la comunión e intercesión de los herma-
y para ello quieren eliminar el obstáculo nos y hermanas que comparten una mis-
que supone el apego al dinero que tienen. ma llamada del Señor. Es un aspecto muy
Se plantea, pues, la tensión que se da importante en este ejercicio que, sin esta
frecuentemente entre el deseo de vivir cris- actitud espiritual, podría ser una especie de
tianamente y en paz con Dios y los apegos tour de force voluntarista. Además lo que
afectivos que pueden constituir un verda- se pide es «desear y conocer lo que sea más
dero obstáculo a orientar la vida en el sen- grato a su divina bondad», de modo que
tido deseado. No se trata de tomar ningu- la decisión nazca de un conocimiento y un
na decisión, sino de disponer el espíritu deseo arraigados en la persona, algo muy
para que a la hora de tomar una decisión, personal y no exterior o forzado. Luego,
ésta sea «sin determinarse por afección al- en el tercer preámbulo o petición, se pide
guna que desordenada sea» [EE 21]. «gracia» para una decisión conforme con
Aunque en el ejercicio anterior ya se ha la gloria de Dios y bien personal. Como
pedido gracia para imitar la vida verdade- se ve, pues, los puntos que siguen se en-
ra de Cristo [cf. EE 139,2], allí en todos cuadran en una actitud de fe profunda, de
los puntos se trata de «imaginar» y sobre comunión y de gratuidad, ya que es la gra-
todo «considerar» al «caudillo de los ene- cia de Dios la que ha de determinarlo to-
migos» y a «Cristo nuestro Señor» con sus do, porque de Dios procede no sólo el ac-
distintos programas, acción y forma de tuar, sino incluso el querer [cf. Fil 2,13].
proceder, de modo que el ejercitante se va-
ya imbuyendo de la sabiduría evangélica
y se vaya previniendo contra los engaños 2.5. Tres reacciones
del enemigo. Ahora se trata de asegurar la Los tres tipos de personas descritos en los
respuesta a la invitación del Señor libe- puntos tienen de común que desean poner
rándose de las malas pasadas que le pue- los medios para realizar la voluntad de
den jugar los afectos desordenados. Dios y, por tanto, «quitar el afecto» que
tienen a la cosa adquirida. Este afecto pue-
de ser una coartada para eludir lo que Dios
2.4. Comunión y gracia
quiere de cada uno.6 El primero da largas
Para este objetivo, empieza el ejercitante y no afronta el problema. Por tanto se tra-
colocándose ante Dios en comunión con ta de una voluntad sólo de palabra, falsa.
todos los santos. De modo semejante se Sin embargo, en este momento ya tan
había dispuesto en la oblación del Rey avanzado de los ejercicios, el primer bi-
Eternal y también lo hará más adelante al nario no es una persona que va «de peca-
comenzar la contemplación para alcanzar do mortal en pecado mortal» [cf. EE
amor [cf. EE 242], es decir en dos mo- 314,1], sino más bien una persona que no
mentos en los que deberá dar una res- quiere hacer frente a algún aspecto ambi-
puesta personal y libre a la interpelación guo de su vida.
del Señor. La respuesta de la fe ha de ser El segundo es el que busca escapato-
siempre absolutamente personal, pero rias, porque quiere, pero trata de llevar a
nunca un esfuerzo prometeico, aislado, sin Dios «donde él quiere». Buscará subter-
12
fugios, hacer cosas que sean muestra de ha de ser una actitud voluntarista y pela-
una cierta buena voluntad, pero sin afron- giana, ni una anticipación de una decisión
tar el problema del afecto de forma direc- que sólo podrá elaborarse a lo largo de la
ta y real. Es decir, quiere lo que Dios quie- contemplación de los misterios, «junta-
re, pero con condiciones. Aunque hace mente contemplando» [EE 135,4]. Es en
frente al problema de su afecto, hace arre- este sentido que ha de interpretarse [EE
glos para no modificar nada del punto am- 157], cuya finalidad no es inclinarse hacia
biguo y, en el fondo, manipula a Dios. lo más duro, sino tratar de garantizar que
El tercero también tiene afecto al bien los afectos no impidan abrazar lo «que sea
o cosa adquirida, pero «quiere solamente servicio y alabanza de la su divina bon-
querer o no quererla, según que Dios nues- dad». Y notemos que aquí se destaca la
tro Señor le pondrá en voluntad, y a la per- bondad de Dios, en vez de su «divina ma-
sona le parecerá mejor para servicio y ala- jestad».
banza de su divina majestad». Tiene por
tanto un afecto a la cosa, pero lo subor-
dina sinceramente a la voluntad de Dios y 2.6. al final del día…
su servicio. Por tanto está ya ahora since- Es muy de notar que este ejercicio se pone
ramente dispuesto a dejar los bienes cuya como un quinto ejercicio del día, lo cual in-
posesión tal vez no corresponda a la vo- dica que lo más importante es la tarea de
luntad de Dios, «de manera que el deseo asimilación e impregnación de la sabiduría
de mejor poder servir a Dios nuestro Se- espiritual propuesta en las Dos Banderas
ñor le mueva a tomar la cosa o dejarla». más que el esfuerzo de la propia voluntad.
En el PF se presentaba la consideración Asimismo, puesto que los ejercicios apun-
sobre la importancia de la indiferencia: «es tan hacia una decisión y no sólo a una con-
menester hacernos indiferentes» [EE 23,5], sideración espiritual, se supone que el ejer-
en cambio el ejercitante que se halla en la cicio repetido de interiorización de la «vida
disposición del tercer binario ha hecho ya verdadera» de las Dos Banderas es la base
suya la actitud de la indiferencia en la si- indispensable de la inclinación de la exis-
tuación concreta de su propia vida. tencia entera del ejercitante hacia la vida
Tenemos, pues, ante la vista tres situa- práctica de seguimiento. Pero no se ha de
ciones o tipos de personas: el deseo falso olvidar que este cuarto día es como «algu-
de dejarse guiar por la voluntad de Dios y na introducción» para la contemplación de
su servicio; el deseo ambiguo y engaño- la vida del Señor y la elección que se irá
so; el deseo sincero y operativo de poner realizando poco a poco, y que durará unos
el servicio de Dios por determinante de la ocho días [EE 163]. Ahora, el ejercitante
decisión, aún a pesar de una inclinación fija bien el objetivo para que la contempla-
afectiva en sentido contrario. Para asegu- ción de la vida del Señor no se desenfoque,
rar que la disposición es sincera y eficaz pero es en esta contemplación continuada
Ignacio propone una actitud de absoluta donde se realizará la asimilación de la
disponibilidad más a allá y en contra del vida evangélica y se llegará a concretar el
propio deseo [EE 157; cf. EE 16], pero te- evangelio en alguna vida o estado, según
niendo en cuenta que esta disposición ni se dice en [EE 135,4].
13
II. A PARTIR DEL QUINTO DÍA

A continuación del ejercicio de Binarios el ejercitante entra ya en la elección


[EE 163 y 158]. La elección se realiza, como se ha dicho, «juntamente con-
templando» [EE 135] y para esto Ignacio indica unos cuantos misterios [EE
161], que se han de tomar con una flexibilidad acorde con la situación es-
piritual del ejercitante que ya ha adquirido una considerable experiencia
y también teniendo en cuenta que los Ejercicios son «una introducción y
modo para después mejor y más complidamente contemplar» [EE 162].

1. ConTeMPLando

[158] Quinto día. El QUINTO DÍA, contem- encarnación y del nacimiento, y aca-
plación sobre la partida de Cristo nues- bando con los tres coloquios de los
tro Señor desde Nazaret al río Jordán, tres binarios, o según la nota que se
y cómo fue bautizado, núm. [273]. sigue después de los binarios.
[159] 1ª nota. Esta contemplación se hará [160] 2ª nota. El examen particular después
una vez a la media noche, y otra vez de comer y después de cenar se hará
a la mañana, y dos repeticiones sobre sobre las faltas y negligencias cerca
ella a la hora de misa y vísperas, y los ejercicios y adiciones de este día,
antes de cena traer sobre ella los y así en los que se siguen.
cinco sentidos; en cada uno de estos [161] Sexto día. EL SEXTO DIA, contem-
cinco ejercicios preponiendo la sólita plación cómo Cristo nuestro Señor
oración preparatoria y los tres preám- fue desde el río Jordán al desierto
bulos según que de todo esto está inclusive, llevando en todo la misma
declarado en la contemplación de la forma que en el quinto. Séptimo día.

14
EL SEPTIMO DIA, cómo san Andrés y
muerte de Jesús, para así darnos cuenta de
otros siguieron a Cristo nuestro Se- lo que Dios promete y cumple»8. Y la se-
ñor, núm. [275]. Octavo día. EL OC- lección de misterios que propone el libro
TAVO, del sermón del monte, que es de los Ejercicios responde a la de aque-
de las ocho bienaventuranzas, núm. llos «misterios de los que él mismo [Igna-
[278]. Nono día. EL NONO, cómo cio] en su retiro sacó mayor fruto, por la
Cristo nuestro Señor apareció a sus
más íntima relación de dichos misterios
discípulos sobre las olas de la mar,
núm. [279]. Décimo día. EL DECIMO,
con el fin de todo el retiro y su relación
cómo el Señor predicaba en el tem- con la tarea de la elección»9. En efecto, la
plo, núm. [288]. Undécimo día. EL contemplación de la vida de Cristo no es
UNDECIMO, de la resurrección de sólo un modo de orar, sino que «el lugar
Lázaro, núm. [285]. Duodécimo día. que tiene en los ejercicios, su estructura y
EL DUODECIMO, del día de ramos, sus modos, la convierten sobre todo en
núm. [287]. una manera de estar con Cristo, de ser
[162] 1ª nota. La primera nota es que en las recibido en la misión de Cristo»10.
contemplaciones de esta segunda
Sin embargo hay que destacar que
semana, según que cada uno quiere
poner tiempo o según que se aprove-
para las contemplaciones que se harán
chare, puede alongar o abreviar. Si según el modelo ya presentado en las de
alongar, tomando los misterios de la la Encarnación y el Nacimiento [EE 159],
visitación de nuestra Señora a santa se tomará un solo misterio cada día. Esta
Elisabet, los pastores, la circuncisión particularidad indica la importancia de
del niño Jesús, y los tres reyes, y así ahondar en la experiencia contemplativa
de otros; y si abreviar, aun quitar de («no el mucho saber») y la necesidad de
los que están puestos; porque esto
centrarse en la atención a las mociones del
es dar una introducción y modo para
después mejor y más cumplidamente
Espíritu que deberán ser indicadores fun-
contemplar. damentales para la elección. Además, ca-
[163] 2ª nota. La 2ª: la materia de las elec-
da contemplación deberá terminar con los
ciones se comenzará desde la contem- coloquios de Banderas y Binarios [EE
plación de Nazaret a Jordán, tomando 147 y 157], ya que constituyen los presu-
inclusive, que es el quinto día, según puestos o coordenadas de una contempla-
que se declara en lo siguiente. ción siempre creativa, pero bien fundada
en la sabiduría de Cristo. Y, se vuelve a
insistir en que se haga examen particular
Es de todo punto importante ser fieles al sobre los ejercicios y adiciones [EE 160),
«juntamente contemplando», de modo es decir, que se lleve una especial vigi-
que la elección no se realice en una acti- lancia sobre la necesaria atención a la ac-
vidad complementaria, al lado del curso ción de Dios a lo largo de todo el día, ya
de las contemplaciones, sino «juntamen- que esto ayuda «para mejor hallar lo que
te» con ellas y mediante ellas.7 La razón [el ejercitante] desea» [EE 73]. Sin em-
es que «hemos de sumergirnos siempre de bargo, todavía antes de iniciar el momen-
nuevo, muy largamente, en la vida, las pa- to de la elección, Ignacio propone una
labras, los actos, los sufrimientos y la consideración importante.
15
2. «anTes de enTRaR en eLeCCiones… TRes ManeRas de
huMiLdad»

2.1. situación del ejercicio propuesta de «considerar y advertir» nos


indica que lo que se pretende es que, me-
Aunque con Banderas y Binarios se han
diante una actividad que no es discursiva
puesto ya los presupuestos de una buena
como la meditación, sino una mirada aten-
elección, Ignacio todavía piensa que
ta al contenido de las Tres maneras de Hu-
«aprovecha mucho considerar y advertir
mildad, el ejercitante sea más consciente
en las siguientes tres maneras de humil-
de lo que supone optar evangélicamente en
dad» [EE 164,2]. Esta consideración «a
la vida. Esta mirada es consideración y no
ratos por todo el día» ha de ayudar a adhe-
contemplación, porque no es «contempla-
rirse de todo corazón a la «vera doctrina
ción o meditación visible» [cf. EE 47,1].
de Cristo». A primera vista sorprende que
esta consideración no se ponga a conti- Por tanto, como todos los ejercicios, el
nuación del ejercicio de los Tres Binarios, de las Tres Maneras de Humildad no es un
ya que es para «antes de entrar en elec- adoctrinamiento, sino una nueva ayuda,
ciones», las cuales comienzan enseguida otro recurso para la «transformación del
después de este ejercicio, en la contem- hombre interior» [cf. EE 3,16], finalidad de
plación «sobre la partida de Cristo nues- los ejercicios precedentes del «cuarto día»
tro Señor desde Nazaret al río Jordán» y de las contemplaciones que irán siguien-
[cf. EE 158 y 163]. Pero, al no tratarse de do, sin que añada un contenido nuevo.
una preparación para la meditación o la Antes de la lectura del texto ignaciano,
contemplación, la consideración de las es muy útil tener en cuenta la sabia obser-
maneras de humildad se pone justo antes vación psicológica y teológica de Carlos
de las orientaciones para la elección, que Domínguez: «Toda una representación de
se realiza «juntamente contemplando». Dios y todo un modo de concebir la salva-
ción que éste nos ofrece han de ser tenidos
El objetivo de las Tres Maneras de Hu-
en cuenta si se quiere captar la profunda
mildad no parece que sea distinto del pre-
intuición que Ignacio ha tenido en su ‘con-
tendido por los dos ejercicios de Banderas
sideración’ de las Tres Maneras de Humil-
y Binarios, sino una mayor ayuda para
dad. Aunque lo haya expresado en un len-
«imitar» la «vida verdadera» de Cristo [cf.
guaje que hoy, a partir de las luces y las
EE 139,2]. Por esto quizá el santo no pro-
sombras de la sensibilidad contemporánea,
pone una meditación, que supondría un
no resulta fácil de comprender o asimilar»11.
paso nuevo, sino un «considerar y adver-
tir… considerando a ratos por todo el día».
La práctica dominante al dar y hacer Ejer- [164] 3ª nota. La 3ª: antes de entrar en las
cicios suele ser la de proponer las Tres elecciones, para afectarse a la vera
doctrina de Cristo nuestro Señor,
Maneras de Humildad en forma de medi-
aprovecha mucho considerar y adver-
tación o contemplación, sin embargo la
16
tir en las siguientes tres maneras de Señor nuestro le quiera elegir en esta
humildad, y en ellas considerando a tercera mayor y mejor humildad, para
ratos por todo el día, y asimismo ha- más le imitar y servir, si igual o mayor
ciendo los coloquios según que ade- servicio y alabanza fuere a la su divi-
lante se dirá. na majestad.
[165] 1ª humildad. La primera manera de
humildad es necesaria para la salud
eterna, es a saber, que así me baje y
así me humille cuanto en mí sea posi- 2.2. humildad
ble, para que en todo obedezca a la
ley de Dios nuestro Señor, de tal suer-
Aun teniendo en cuenta las notas del ejer-
te que aunque me hiciesen Señor de citante Pedro Ortiz,12 dirigido por el mis-
todas las cosas criadas en este mundo, mo Ignacio, que presentan las maneras de
ni por la propia vida temporal, no sea humildad como tres maneras de amar, no
en deliberar de quebrantar un man- parece acertado dejar de lado la termino-
damiento, quier divino, quier humano, logía ignaciana, que de modo muy realis-
que me obligue a pecado mortal. ta, enfoca la cara pedagógica de la expe-
[166] 2ª humildad. La 2ª es más perfecta riencia espiritual y, por tanto, parte de la
humildad que la primera, es a saber, humildad como base del progreso espiri-
si yo me hallo en tal punto que no tual.13 Ignacio se halla en la senda de san
quiero ni me afecto más a tener rique-
Benito, que habla de humildad, como for-
za que pobreza, a querer honor que
deshonor, a desear vida larga que
ma de sumisión a Dios, una sumisión que,
corta, siendo igual servicio de Dios en proceso creciente, no es más que fruto
nuestro Señor y salud de mi ánima; y, del amor.14 El cristiano, como Cristo, ha
con esto, que por todo lo criado ni venido al mundo para «hacer su volun-
porque la vida me quitasen, no sea en tad» (Heb 10,7.9) y en esta obediencia se
deliberar de hacer un pecado venial. halla la fecundidad de la vida (cf. Heb
[167] 3ª humildad. La 3ª es humildad perfec- 10,10). De este modo, las maneras de hu-
tísima, es a saber, cuando incluyendo mildad muestran dónde se halla el lugar
la primera y segunda, siendo igual supremo de la identificación con Cristo,
alabanza y gloria de la divina majes- es decir, la tercera manera que presenta la
tad, por imitar y parecer más actual-
actitud misma que tuvo Jesús que, siendo
mente a Cristo nuestro Señor, quiero
y elijo más pobreza con Cristo pobre
de condición divina no se aferró a su con-
que riqueza, oprobrios con Cristo dición, sino que se humilló haciéndose
lleno de ellos que honores, y desear obediente hasta la muerte (cf. Fil 2,6-8).
más de ser estimado por vano y loco Así, progresivamente, las maneras de
por Cristo que primero fue tenido por humildad ofrecen la escala de la vida cris-
tal, que por sabio ni prudente en este tiana: Primero, una vida de mínimos cris-
mundo.
tianos, que supone ya un grado notable de
[168] Nota. Así para quien desea alcanzar convicción y de generosidad. Segundo,
esta tercera humildad, mucho aprove-
una vida cristiana con un grado ya muy
cha hacer los tres coloquios de los
binarios ya dichos, pidiendo que el
notable de libertad interior para el segui-
miento y de respuesta generosa al Señor
17
en momentos difíciles. Tercero, se abraza mente se confía a las disposiciones inde-
la locura de la cruz de Cristo y se toma a ducibles del amor divino, que se distancia
Cristo pobre y humilde como norma de to- todavía más de sí mismo»16. Porque el
da decisión, siempre que no se imponga contenido de esta consideración no es otro
ya un criterio evidente para inclinar la de- que el que han escrito tantas vidas de san-
cisión. Y, si Ignacio propone las tres ma- tos y santas como Pablo, Ignacio de An-
neras, y no sólo la tercera, es debido a su tioquía, Benito, Francisco, Ramon Llull,
continua atención pedagógica al ejerci- Catalina de Siena, Juan de la Cruz, Char-
tante y a los peligros de engaño con apa- les de Foucauld, Edith Stein, Juan XXIII,
riencia de bien. Es más, con realismo pas- Oscar Romero, Pedro Arrupe, etc. La
toral, para entrar en elecciones se requiere «perfecta alegría» de san Francisco ha si-
un mínimo que no es el máximo de la ter- do a menudo una referencia tradicional
cera manera de humildad. En un directo- que ilumina la tercera manera de humil-
rio autógrafo ignaciano puede leerse: dad. Y los locos de Cristo son la expresión
«Quien no está en la indiferencia del 2º viva de esta forma de asimilar el cristia-
grado, no está para ponerse en elecciones, nismo, que es sabiduría y fuerza de Dios
y así es mejor entretenerle en otros ejerci- (cf. 1Cor 1,25). Recordemos el testimonio
cios hasta que venga a ella»15. del monje de Montserrat sobre Íñigo:
«aquel peregrino era loco por amor de
nuestro Señor Jesucristo»17.
2.3. Práctica del ejercicio La Tercera Manera de Humildad, des-
No se trata, pues, de contemplar o de me- pués de las Dos Banderas y Binarios, que
ditar, sino de dejar que el espíritu se deje atienden a la liberación de dinámicas in-
impregnar por esta sabiduría evangélica ternas o externas que atan o esclavizan,
que, por otro lado, ya va penetrando en el va a dinamizar la libertad para reforzar al
ejercitante mediante la experiencia de las sujeto en vistas a la elección. Esto es po-
contemplaciones de los misterios de sible en la medida en que el ejercitante es-
Cristo que va siguiendo sin interrupción. té plenamente dominado por una pasión,
Las Tres Maneras de Humildad aportan, el seguimiento de Jesús pobre y humilde.
pues, una especie de marco o de coorde- Ahora bien, el ejercitante habrá ido des-
nadas dentro de las cuales el ejercitante si- cubriendo que Jesús nos revela a un Dios
gue contemplando y dejándose mover por débil, porque es amor rechazado. Y, mien-
el Espíritu en orden a hacer una elección tras el Dios omnipotente conduce fácil-
correcta. La repetición de los tres colo- mente a la prepotencia y a la opresión, el
quios con la nota de Binarios, muestra con Dios débil y humilde del amor, «amor que
toda claridad la conexión de esta conside- se expone y no poder que se impone»18,
ración con el objetivo de los ejercicios de nos invita al amor.
Banderas y Binarios. Y, evidentemente,
la tercera manera de humildad presenta la
2.4. banderas, binarios y humildad
cumbre de la vida cristiana, cuando una
persona no se mueve «por motivos obje- Muchas veces se ha comentado que el
tivos; y precisamente por esto, tan entera- ejercicio de Dos Banderas se dirigía a la
18
inteligencia, el de Tres Binarios a la vo- hemos ido siguiendo en este comentario,
luntad y las Tres Maneras de Humildad al también nos revela cómo en el fondo del
afecto o el amor. El fundamento de esta progreso que suponen estos ejercicios se
distinción y progreso es claro, ya que el halla una honda experiencia afectiva, una
ejercitante en las Dos Banderas es ilumi- transformación de la afectividad y, por
nado sobre la verdadera doctrina de tanto, los tres ejercicios se orientan a una
Cristo, en los Binarios trata de liberar su apertura del corazón al amor de Dios, que
voluntad para responder a la llamada con- es sabiduría, moción de la voluntad y to-
creta del Señor en la elección y las Ma- que del corazón. Por esto, como decía re-
neras de Humildad, superando la estre- petidamente el gran experto en Ejercicios,
chez de la ley, se orientan hacia el amor José Calveras, resumiendo el proceso de
sin medida a Cristo pobre y humilde. Sin estos tres ejercicios, se trata de «corazón,
embargo, el texto ignaciano, tal como lo corazón, corazón»19.

19
III. «JUNTAMENTE…» [EE 135]: LA ELECCIÓN

Recordemos nuevamente que todo el andamiaje metódico de la mistago-


gía ignaciana no ha de suponer una pausa en el proceso de contemplación
y trabajo espiritual del ejercitante que sigue escuchando las mociones y
pensamientos que el Espíritu le inspira.

1. disPosiCión PRevia

[169] PREAMBULO PARA HACER ELEC- primero quieren haber beneficios y


CION. después servir a Dios en ellos. De ma-
1º punto. En toda buena elección, en nera que éstos no van derechos a
cuanto es de nuestra parte, el ojo de Dios, mas quieren que Dios venga de-
nuestra intención debe ser simple, so- recho a sus afecciones desordenadas
lamente mirando para lo que soy cria- y, por consiguiente, hacen del fin me-
do, es a saber, para alabanza de Dios dio y del medio fin. De suerte que lo
nuestro Señor y salvación de mi ánima; que habían de tomar primero, toman
y así cualquier cosa que yo eligiere, postrero; porque primero hemos de
debe ser a que me ayude para al fin poner por objeto querer servir a Dios,
para que soy criado, no ordenando ni que es el fin y secundario tomar bene-
trayendo el fin al medio, mas el medio ficio o casarme, si más me conviene,
al fin; así como acaece que muchos que es el medio para el fin; así ninguna
eligen primero casarse, lo cual es me- cosa me debe mover a tomar los tales
dio, y secundario servir a Dios nuestro medios o a privarme de ellos, sino sólo
Señor en el casamiento, el cual servir el servicio y alabanza de Dios nuestro
a Dios es fin. Asimismo hay otros que Señor y salud eterna de mi ánima.

20
Entramos en la parte central de los seo de saber qué haya de hacer de su per-
Ejercicios Espirituales. Aunque no toda sona»21.
persona que hace Ejercicios deba hacer Sin embargo, nadie ha de ser inducido
una elección de estado, hay que recono- a hacer elección si no se siente especial-
cer que tanto el objetivo de los Ejercicios, mente movido a ello, porque si la elección
descrito en la primera anotación, como to- no fuera deseada resultaría perjudicial al
do el proceso de los mismos, apuntan a al- ejercitante.22 Pero lo más importante es te-
gún modo de elección, ya que en ellos el ner las actitudes espirituales de un gran
ejercitante trata de disponerse a la acción deseo de conocer la voluntad de Dios y la
de Dios en lo concreto de su vida y, para disponibilidad para seguir el camino que
esto, se deja iluminar por Dios sobre lo el Señor le descubra. Por esto los Direc-
que él espera de su propia vida en el mo- torios son muy categóricos en exigir al
mento en que se ejercita. El Espíritu Santo ejercitante las disposiciones requeridas y,
es creador, no deja nunca en un lugar por tanto, es indispensable atender fiel-
aparcado al creyente, sino que le mueve mente a las indicaciones que se proponen
continuamente en el camino del segui- en el libro, ya que ponen de relieve estas
miento de Cristo de modo dinámico. Sin condiciones necesarias para una correcta
embargo, la elección, no tomada como un elección. En concreto, «se debe insistir en
acto de decisión moral sobre un objeto ex- que entre en las elecciones, el que las ha
trínseco a la persona, supone una unión de hacer, con entera resignación de su vo-
profunda y renovada con Dios. Por tanto, luntad; y si es posible que llegue al 3º gra-
la clásica división de los intérpretes de los do de humildad… Quien no está en la in-
Ejercicios entre eleccionistas y unionis- diferencia del 2º grado, no está para
tas, que nunca se ha tomado en un senti- ponerse en elecciones, y es mejor entre-
do excluyente, habrá servido para poner tenerle en otros ejercicios hasta que ven-
más de relieve las dos orientaciones sus- ga a ella»23.
tanciales de los Ejercicios y su íntima im- El Principio y Fundamento, como se
plicación. Los Ejercicios son una expe- comentó en su momento, expresa un fin
riencia dinámica de unión con Dios y, a la y unas consecuencias prácticas que han de
vez, una forma de mayor apertura y dis- estar presentes a lo largo de todos los
ponibilidad a la orientación actual del Ejercicios, ya que enuncia un principio
Espíritu en la propia vida. Como Ignacio del que dimanan todas las consecuencias
que «no se anticipaba al Espíritu, sino que de la vida y expresa el fundamento sobre
lo seguía»20, la persona que se ejercita ha el que se ha de construir prácticamente la
de ser una persona de espíritu abierto a las vida cristiana. Sin embargo, Ignacio, co-
sorpresas de Dios, una persona en actitud mo buen pedagogo, en el momento en que
de búsqueda. Esto es lo que se expresa en se entra ya en la elección, en la toma de
uno de los directorios donde se dice que decisión, vuelve a recordar la importancia
la persona que empieza los Ejercicios ha de tener bien claro el fin de la vida hu-
de ser una persona ambigua, es decir, una mana y la trascendencia de que, con «in-
persona en actitud de búsqueda, «que es- tención simple», el ejercitante ordene los
té angustiado en alguna manera con el de- medios a este fin y no al revés. Los que
21
no proceden así, «no van derechos a lud eterna de mi alma». Es una evidencia
Dios», porque no ordenan los medios a lo que la persona que acompaña los ejerci-
que hay que ordenarlos, a «sólo el servi- cios ha de procurar que, cosa que ocurre
cio y alabanza de Dios nuestro Señor y sa- con facilidad, no se olvide en la práctica.

2. obJeTo de La eLeCCión

Para entrar en la elección de perfección


elección, no hay más que elegir, por-
[cf. EE 135,6], hay que fijar bien la mira-
que no se puede desatar, así como
da de modo que, según el PF, el ejercitante es matrimonio, sacerdocio, etc. Sólo
esté abierto a cualquier objeto de elección es de mirar que si no ha hecho elec-
«que es concedido a la libertad de nues- ción debida y ordenadamente, sin
tro libre albedrío y no está prohibido» [EE afecciones desordenadas, arrepin-
23,5]. Para esto el libro de los Ejercicios tiéndose procure hacer buena vida en
propone unas orientaciones oportunas. su elección; la cual elección no pare-
ce que sea vocación divina, por ser
elección desordenada y oblica, como
muchos en esto yerran haciendo de
[170] PARA TOMAR NOTICIA DE QUE oblica o de mala elección vocación
COSAS SE DEBE HACER ELEC- divina; porque toda vocación divina es
CION, Y CONTIENE EN SI CUATRO siempre pura y limpia, sin mixtión de
PUNTOS Y UNA NOTA. carne ni de otra afección alguna de-
1º punto. El primer punto: es necesario que sordenada.
todas cosas, de las cuales queremos [173] 4º punto. Cuarto: si alguno ha hecho
hacer elección, sean indiferentes o elección debida y ordenadamente de
buenas en sí, y que militen dentro de cosas que están debajo de elección
la santa madre Iglesia hierática, y no mutable, y no llegando a carne ni a
malas ni repugnantes a ella. mundo, no hay para qué de nuevo
[171] 2º punto. Segundo: hay unas cosas haga elección, mas en aquélla perfi-
que caen debajo de elección inmuta- cionarse cuanto pudiere.
ble, así como son sacerdocio, ma- [174] Nota. Es de advertir que si la tal elec-
trimonio, etc.; hay otras que caen ción mutable no se ha hecho sincera
debajo de elección mutable, así como y bien ordenada, entonces aprovecha
son tomar beneficios o dejarlos, tomar hacer la elección debidamente, quien
bienes temporales o lanzallos. tuviere deseo que de él salgan frutos
[172] 3º punto. Tercero: en la elección in- notables y muy apacibles a Dios
mutable, que ya una vez se ha hecho nuestro Señor.

22
La experiencia de los Ejercicios, ex- Reglas sobre el sentido eclesial puede ser
periencia espiritual esencialmente perso- necesario o al menos útil. Pero lo impor-
nal, no ha de ser una experiencia subjeti- tante es que el ejercitante vaya captando
vista o arbitraria, sino que se funda en la que vivir la fe en Iglesia no ha de ser una
«verdad» del evangelio [cf. EE 2,2] leído carga, sino un don y un gozo profundo, de
en el ámbito de la Iglesia, es decir, «la san- modo que la «santa madre Iglesia» (pala-
ta madre Iglesia jerárquica», que no se re- bras que quizá no se deberán decir al ejer-
fiere sólo a la jerarquía de la Iglesia, sino citante) pueda resultar una vivencia per-
a toda la Iglesia jerárquicamente consti- sonal cálida y amable.25
tuida24. Ahora bien, se supone que el ejer- Evidentemente, cuando hoy hablamos
citante ha adquirido ya un cierto «sentido de elección inmutable [EE 171], refirién-
verdadero» de lo que cae o no cae dentro donos al matrimonio o al sacerdocio, no
de la «Iglesia militante». Por tanto, aun- hemos de perder de vista la naturaleza in-
que las reglas que «para el sentido verda- mutable de los mismos, por más que se
dero que en la Iglesia militante debemos den circunstancias que los hagan muta-
tener» [EE 352-370] figuran al final del bles, según las circunstancias personales
libro de los Ejercicios, la sustancia de y las nuevas aportaciones del derecho
ellas debe estar ya asimilada por el ejer- Canónico.
citante en orden a hacer una correcta elec- Sobre la distinción entre vocación
ción. Para ayudar a esta asimilación, no es simplemente y vocación divina, Ignacio
necesario exponer al ejercitante las reglas, tuvo necesidad de precisar, corrigiendo el
sino ayudarle a que el mismo proceso de Autógrafo: «no podemos decir que fuese
los Ejercicios le vaya introduciendo en el vocación», supliendo por «no parece que
«sentido verdadero», una especie de ins- sea vocación divina» [EE 172,3]. En este
tinto espiritual eclesial. caso «arrepintiéndose procure hacer buena
Los Ejercicios ofrecen bastantes re- vida en su elección» [EE 172,2]. Pero
cursos, empezando por la propuesta que Dios, «por su parte no retira el don que ha
el acompañante ha de hacer del «funda- hecho al ejercitante de comprometerse
mento verdadero de la historia» [EE 2,2] eligiendo. Una elección oblicua, que no es
para las meditaciones y contemplaciones, recta, hecha libremente por una persona
la indicación de cómo Dios va condu- en nombre de Dios, sigue siendo una elec-
ciendo a los creyentes mediante la con- ción»26. Si la elección ha sido correcta y
junción de la letra y el espíritu, la interio- es inmutable, «no hay más que elegir»
ridad y la institución, el individuo y la y para este caso valen las orientaciones pa-
comunidad, las orientaciones para el dis- ra «enmendar y ordenar» la vida [EE 189].
cernimiento que reflejan la sabiduría de Otra situación es la de la persona que no
Dios plasmada en la historia de la vida ha hecho una elección «sincera y bien or-
de cristianos y cristianas, la práctica de denada» de materia mutable. Esta persona
los sacramentos de la eucaristía y de la deberá hacer la elección «debidamente»,
reconciliación, la participación en la litur- si «tuviere deseo que dél salgan frutos no-
gia de las horas de la Iglesia… Junto a tables y muy apacibles [agradables] a
esto, el comentario de algún punto de las Dios nuestro Señor» [EE 174].
23
3. eLeCCión [ee 175-188]27

3.1. situación de la elección [176] 2º tiempo. El segundo: cuando se to-


ma asaz claridad y conocimiento, por
Partimos de la convicción, repetidamente
experiencia de consolaciones y deso-
expresada, de que la elección no es un pa- laciones, y por experiencia de discre-
réntesis en el curso de la experiencia de ción de varios espíritus.
los Ejercicios, sino una parte de dicho cur- [177] 3º tiempo. El tercero tiempo es tran-
so, el tramo de un movimiento que no de- quilo, considerando primero para qué
be pararse, y que el ejercitante debe ob- es nacido el hombre, es a saber, para
servar atentamente para descifrar o captar alabar a Dios nuestro Señor y salvar
el sentido de la corriente. Las reglas de su ánima, y esto deseando elije por
discernimiento, sobre todo las de segun- medio una vida o estado dentro de los
da semana, son, pues, una ayuda impres- límites de la Iglesia, para que sea ayu-
dado en servicio de su Señor y salva-
cindible, y por lo tanto se supone que el
ción de su ánima. Dije tiempo tranquilo
ejercitante las tiene muy bien asimiladas. cuando el ánima no es agitada de va-
Además, la elección no sólo es un mo- rios espíritus y usa de sus potencias
mento más dentro del curso de los Ejer- naturales líbera y tranquilamente.
cicios, sino que representa el momento [178] Si en el primero o segundo tiempo no se
cumbre de toda la experiencia espiritual, hace elección, síguense cerca este ter-
aunque no haya elección en el sentido más cero tiempo dos modos para hacerla.
restrictivo de la palabra. En efecto, elegir EL PRIMER MODO PARA HACER
es vivir y reconocer la identificación ple- SANA Y BUENA ELECCION CON-
na con Cristo en lo concreto de la vida, de TIENE EN SI SEIS PUNTOS.
tal modo que esta identificación informe 1º punto. El primer punto es proponer
la vida futura personal del ejercitante. A delante la cosa sobre que quiero hacer
partir de este momento, los Ejercicios son elección, así como un oficio o beneficio
la experiencia espiritual de una persona para tomar o dejar, o de otra cualquier
cosa que cae en elección mutable.
configurada de un modo muy determina-
do, según un estado o forma de vida.28 [179] 2º punto. Segundo: es menester tener
por objeto el fin para que soy criado,
que es para alabar a Dios nuestro
Señor y salvar mi ánima; y con esto
[175] TRES TIEMPOS PARA HACER SANA hallarme indiferente sin afección algu-
Y BUENA ELECCION EN CADA UNO na desordenada, de manera que no
DE ELLOS. 1º tiempo. El primer tiem- esté más inclinado ni afectado a tomar
po es cuando Dios nuestro Señor así la cosa propuesta, que a dejarla, ni
mueve y atrae la voluntad, que sin du- más a dejarla que a tomarla; mas que
bitar ni poder dubitar, la tal ánima de- me halle como en medio de un peso
vota sigue a lo que es mostrado; así para seguir aquello que sintiere ser
como San Pablo y San Mateo lo hicie- más en gloria y alabanza de Dios nues-
ron en seguir a Cristo nuestro Señor. tro Señor y salvación de mi ánima.

24
[180] 3º punto. Tercero: pedir a Dios nuestro la cosa que elige es sólo por su
Señor quiera mover mi voluntad y Criador y Señor.
poner en mi ánima lo que yo debo [185] 2ª regla. La 2ª: mirar a un hombre que
hacer acerca de la cosa propósita, nunca he visto ni conocido, y desean-
que más su alabanza y gloria sea, dis- do yo toda su perfección, considerar
curriendo bien y fielmente con mi lo que yo le diría que hiciese y eligie-
entendimiento y eligiendo conforme se para mayor gloria de Dios nuestro
su santísima y beneplácita voluntad. Señor y mayor perfección de su
[181] 4º punto. Cuarto: considerar racioci- ánima, y haciendo yo asimismo, guar-
nando cuántos cómodos o provechos dar la regla que para el otro pongo.
se me siguen con el tener el oficio o [186] 3ª regla. La 3ª: considerar como si es-
beneficio propuesto, para sola la ala- tuviese en el artículo de la muerte, la
banza de Dios nuestro Señor y salud forma y medida que entonces querría
de mi ánima; y, por el contrario, consi- haber tenido en el modo de la presen-
derar asimismo los incómodos y peli- te elección, y reglándome por aquella,
gros que hay en el tener. Otro tanto haga en todo la mi determinación.
haciendo en la segunda parte, es a [187] 4ª regla. La 4ª: mirando y considerando
saber, mirar los cómodos y provechos cómo me hallaré el día del juicio, pen-
en el no tener; y asimismo por el con- sar cómo entonces querría haber deli-
trario, los incómodos y peligros en el berado acerca la cosa presente; y la
mismo no tener. regla que entonces querría haber te-
[182] 5º punto. Quinto: después que así he nido, tomarla agora, porque entonces
discurrido y raciocinado a todas partes me halle con entero placer y gozo.
sobre la cosa propósita, mirar dónde [188] Nota. Tomadas las reglas sobredichas
más la razón se inclina, y así según la para mi salud y quietud eterna, haré mi
mayor moción racional, y no moción elección y oblación a Dios nuestro Se-
alguna sensual, se debe hacer delibe- ñor, conforme al sexto punto del pri-
ración sobre la cosa propósita. mer modo de hacer elección.
[183] 6º punto. Sexto: hecha la tal elección o
deliberación, debe ir la persona que
tal ha hecho, con mucha diligencia, a
la oración delante de Dios nuestro 3.2. Los tres tiempos de elección
Señor y ofrecerle la tal elección para
que su divina majestad la quiera reci- Las personas que hacen los ejercicios se
bir y confirmar, siendo su mayor servi- hallarán en situaciones espirituales distin-
cio y alabanza. tas: iluminación, agitación o tranquilidad
[184] EL SEGUNDO MODO PARA HACER lúcida. A eso se refieren los tres tiempos,
SANA Y BUENA ELECCION CON- que no son estrictamente métodos para
TIENE EN SI CUATRO REGLAS Y elegir, sino situaciones distintas que re-
UNA NOTA. 1ª regla. La primera es quieren aproximaciones de discernimien-
que aquel amor que me mueve y me to distintas.29 En cualquier caso la elec-
hace elegir la tal cosa, descienda de ción requiere una cierta duración, como
arriba del amor de Dios, de forma que
puede comprobarse con el hecho de que
el que elige sienta primero en sí que
aquel amor más o menos que tiene a
Ignacio le asigna indicativamente ocho
días enteros de contemplaciones.
25
Primer tiempo30 La gracia de Dios del primer tiempo
Este momento del curso espiritual del ejer- no es reservada a casos muy extraordina-
citante se define por una claridad que no le rios, sino que la han experimentado mu-
permite dudar: no sólo no duda, sino que chas personas que han tomado una deci-
no puede dudar, porque la certeza que ex- sión firme y casi instantánea para toda su
perimenta se impone de modo evidente. vida (ministerio presbiteral, vida religiosa
Parece a primera vista que esta experiencia o matrimonial) y que, los hechos poste-
espiritual no pide más comentario. Pero no riores han confirmado plenamente.31 Y, en
se necesita ser muy avisado para reconocer este tiempo, aparece más claro que en nin-
muchos casos de personas que no dudan ni gún otro momento que la certeza de la
pueden dudar y, sin embargo, padecen cla- elección no se basa en un objeto que la vo-
luntad se apropia, sino en Dios que «le
ros espejismos iluministas, con resistencia
pondrá en voluntad» [EE 155,2] o «quie-
a cualquier contraste desde fuera, aún por
ra mover mi voluntad y poner en mi áni-
personas espirituales de buen criterio. El
ma lo que yo debo hacer» [EE 180,1].32
«no poder dudar» ignaciano, para no sim-
plificar el criterio de una persona tan ex- Es bien conocida la reserva del
perta en la sospecha de los engaños de la Directorio Oficial respecto de este primer
vida espiritual, no se refiere sólo al no po- tiempo,33 sin embargo, las indicaciones de
der dudar subjetivo, sino también objetivo. san Ignacio no inducen a moverse con una
En concreto, una persona que en Ejerci- reserva tal que casi se mira el primer tiem-
cios, no duda ni puede dudar sobre lo que po de elección como la constatación de al-
Dios le está pidiendo, debe dar garantías de go que puede ocurrir, pero que no hay que
que ha hecho los ejercicios de forma con- tenerlo casi en cuenta en la práctica. En
veniente, de que se halla en una situación efecto, en los directorios originalmente ig-
de madurez humana y psicológica sufi- nacianos se dice: «Declarando la primer
ciente, de que ha ido afinando su capacidad parte de la elección, donde no se puede ha-
de discernimiento según la línea de las re- cer fundamento para buscarla, debe venir
a la segunda». Dice bien claramente que
glas de segunda semana… Se puede obje-
hay que declarar este tiempo. Y también:
tar con razón que Dios, como se ve en el
«Entre los tres modos de hacer elección,
caso de Mateo y Saulo, no necesita dispo-
si en el primero Dios no moviese, débese
siciones de la persona para manifestar su
insistir en el segundo»34. Por tanto, Ignacio
voluntad o para llamar de forma inequívo-
deja claro que en los Ejercicios hay que es-
ca. Sin embargo, la dificultad está en tener
tar atentos a la posibilidad de que se dé este
las garantías para reconocer que es Dios y
primer tiempo y, en consecuencia, supues-
no el «ángel malo disfrazado de ángel de
ta la debida prudencia, hay que exponerlo
luz» quien provoca esta certeza. Para esto,
al ejercitante.
las reglas de la segunda semana son im-
prescindibles, ya que se trata de una «ma-
yor discreción»: verdadera alegría, gota de Segundo tiempo35
agua en la piedra o en la esponja, el proce- Este tiempo parece ser el más corriente en
so de los pensamientos que se generan a la experiencia de los Ejercicios, ya que el
partir del primero que es bueno… primero es una gracia totalmente impre-
26
visible y el tercero, como se verá, supone de discernimiento de primera y segunda
un estado en el que no hay agitación de va- semana. Además, el tiempo asignado de
rios espíritus. En la anotación 6ª Ignacio ocho días de ejercicios, después de unos
llama la atención de la persona que da los doce ya realizados, suscita el interrogante
Ejercicios para que observe si la persona sobre la idoneidad de unos Ejercicios
que se ejercita experimenta mociones breves para realizar una buena elección
como consolaciones y desolaciones o si es según la mistagogía ignaciana. Aunque
«agitado de varios espíritus», puesto que siempre cabe la posibilidad de que los
esta situación, si hace bien los ejercicios, Ejercicios breves sean parte de un proce-
debería ser lo normal. Ahora en la fase de so ya empezado antes y que van tener con-
elección, la atención del ejercitante con la tinuidad después del retiro.
ayuda de la persona que le acompaña, de-
be dirigirse a la interpretación de estas Tercer tiempo36
mociones, consolaciones y desolaciones,
y a la discreción de varios espíritus. ¿Qué El tercer tiempo es una situación contra-
significa esto en la práctica? Puesto que la puesta a la anterior del segundo tiempo:
elección se realiza en la contemplación, la «cuando el ánima no es agitada de varios
persona que se ejercita irá constatando ha- espíritus». Sin embargo, para evitar que
cia qué parte del objeto de elección van esta elección en «tiempo tranquilo» no
decantándose las consolaciones o las de- degenere en una elección de rebajas, hay
solaciones y en qué dirección o sentido que recordar que el ejercitante se halla en
van impulsando las llamadas de Dios. un estado espiritual propio del momento
Como la persona que junto al remanso de de elección y, por esto, ha de recordar de
un río desea descubrir hacia dónde va la nuevo el fin de la vida según el Principio
corriente, trata de averiguarlo observando y Fundamento: «alabar a Dios nuestro
algún objeto que flota en la superficie, al Señor y salvar su ánima» y el sentido fun-
cabo de un tiempo de observación descu- damental de Iglesia y así elegir «una vida
bre que el objeto se ha desplazado hacia o estado dentro de los límites de la
un lado determinado. Mediante esta ob- Iglesia». Además, debe ser capaz de usar
servación puede percibir hacia dónde se de sus potencias naturales «líbera y tran-
mueve la corriente de agua. De modo quilamente». Como se ve en este punto,
semejante, las consolaciones, luces o im- los Ejercicios repiten de algún modo el
pulsos, etc. acordes con la «vida verdade- preámbulo para hacer elección y las notas
ra que muestra» Jesús revelarán poco a siguientes [cf. EE 169-174].
poco el sentido de la acción concreta de Esto supuesto, también la elección en
Dios en la vida del ejercitante. Y, al revés, el tercer tiempo es un auténtica experien-
las desolaciones, oscuridades, resistencias cia espiritual, cosa que debe ponerse más
interiores, etc. mostrarán que el objeto de relieve si, como a veces se hace, se rea-
considerado no es del agrado de Dios. liza fuera del tiempo de los Ejercicios. Y
Sólo resta insistir en la importancia ca- para la aplicación de este tercer tiempo de
pital de que el ejercitante esté muy fami- elección, se proponen dos modos distintos,
liarizado con el uso de las orientaciones cuya forma de aplicación el santo no justi-
27
fica ni explica. Probablemente esta diver- indiferente, como el fiel de la balanza
sidad es debida o a la diferencia de ejerci- («como en medio de un peso»). Es de no-
tantes o al momento espiritual en que se tar que en el PF, Ignacio habla de «hacer-
hallan o, también, a las características dis- nos indiferentes» y aquí ya supone un pro-
tintas del objeto de elección. Trataremos de greso y dice «hallarme indiferente».
dilucidar este punto al acabar la exposición En tercer lugar se pide «a Dios nues-
de los dos modos de este tercer tiempo. tro Señor quiera mover mi voluntad y po-
ner en mi ánima lo que yo debo hacer».
Primer modo Es la petición de una verdadera gracia co-
mo objeto de esta elección, que supera el
El ejercitante procede por la ponderación fruto de una concepción racional de este
de «cómodos o provechos», por una par- tiempo de elección. Mover la voluntad in-
te, y de «incómodos y peligros», por otra. dica que, por mucho que la libertad es de-
Este modo de elección, conviene insistir cisiva a la hora de realizar la elección, sin
en ello, no es una simple ponderación de embargo la elección es gracia, es una for-
buen sentido, sino una verdadera expe- ma de experiencia de Dios en el propio co-
riencia espiritual. razón y en la vida. Y, por lo mismo, esta
En primer lugar, fiel al realismo que moción de Dios arraiga en una percepción
informa siempre toda experiencia espiri- de la realidad iluminada por la fe, ya que
tual evangélica, el ejercitante ha de po- es Dios quien ha de «poner en mi ánima».
nerse ante la realidad que se le presenta Nos hallamos, como ocurre a menudo en
como objeto de elección. Es la honradez los Ejercicios, en una experiencia espiri-
con lo real, porque la luz para la decisión tual que, aún siendo de poca apariencia,
correcta no puede esperarse del aleja- tiene una hondura o elevación inmensa.
miento de la realidad, sino de la aproxi- Sólo a partir de estos tres pasos prece-
mación a la situación real con lucidez e dentes el ejercitante puede, en un cuarto
inspiración evangélica. momento, «considerar, raciocinando» los
En segundo lugar, nuevamente reapa- «cómodos o provechos» y «los incómo-
rece el PF, que ya se había recordado de dos y peligros». Cuando se dice «racio-
modo general en el «Preámbulo para ha- cinando» no se piensa en una actividad
cer elección» [EE 169]). Aquí, en el ter- meramente racional, sino en la razón ilu-
cer tiempo, lo recuerda probablemente minada y animada por la fe. A la gran sa-
san Ignacio porque este tiempo, a dife- biduría de Ignacio no se le esconde la im-
rencia de los dos anteriores, parte de la ac- portancia de ver el objeto de la elección
tividad del ejercitante que se aproxima a la desde las cuatro caras de pros y contras
realidad objeto de elección, mientras que tanto del sí como del no a la hora anali-
en los precedentes es la misma corriente zarlo. Tenemos el testimonio de este mo-
de la experiencia espiritual la que va des- do de ponderar muy bien asimilado por el
velando el sentido de la acción de Dios. primer grupo de compañeros que tomaron
Por tanto, es importante que el ejercitante la decisión de fundar la Compañía de
se afinque en la voluntad de buscar la glo- Jesús en 1539. A la hora de decidir si ha-
ria de Dios y el bien de su vida, que esté rían voto de obediencia a alguno de ellos
28
(es decir, si fundarían una orden religiosa) En el quinto punto se propone hacer
examinaron por los cuatro lados esta po- un balance de lo «discurrido y raciocina-
sible opción. Así también se condujo do a todas partes», es decir, lo realizado
Ignacio cuando discernía si las iglesias de según el punto anterior. Hay que ver ha-
la Compañía debían tener rentas o no.37 cia dónde se inclina la razón, la «moción
Para esta ponderación de razones en racional» y no «moción alguna sensual».
un sentido u otro, la persona que hace Se trata, pues, de una «moción» no del
elección puede considerar estos aspectos simple peso objetivo y frío de las razones,
de la vida: pero esta «moción» no ha de ser en modo
alguno «sensual», orientada hacia un fin
a) La propia historia de salvación (las
distinto de la «gloria y alabanza de Dios
fuerzas en las dificultades, los deseos per-
y salvación de mi ánima».
sistentes, éxitos y fracasos significativos,
las obras grandes que Dios ha realizado en Finalmente, «hecha la tal elección», el
él, los pecados, etc.), porque en ello pue- ejercitante ha de acudir a Dios para que la
de hallar indicios de futuro, ya que Dios confirme, si lo elegido es para «su mayor
no se niega a sí mismo. servicio y alabanza». En los Ejercicios, la
tercera y cuarta semanas serán el tiempo
b) Aspectos fundamentales de la pro- oportuno para esta verificación espiritual,
pia vida cristiana: solidaridad, oración, que no necesariamente serán consolacio-
pobreza, compromiso social, vida sacra- nes, sino también pensamientos y razones
mental, vida comunitaria y de Iglesia, etc. que fortalecen la seguridad interior del
siempre en relación a sus cualidades per-
ejercitante en la decisión tomada. Fuera
sonales. En la vida cristiana personal no
de Ejercicios, tampoco se puede omitir es-
ha de faltar ningún elemento esencial, pe-
ta confirmación que se realizará de modos
ro cada persona ha de hallar su propio
muy distintos: un tiempo posterior a la
equilibrio, su armonía. El camino de vida
elección en el que la vida, la oración, el
cristiana que uno elige ha de favorecer el
parecer de otras personas ayudan a com-
desarrollo de estas dimensiones funda-
probar que lo elegido está en sintonía con
mentales del cristianismo.
la gloria de Dios. En otras ocasiones pue-
c) La consideración del mundo o en- de ser la necesaria intervención de una
torno de la vida: profesión, obligaciones persona con autoridad para confirmar que
familiares, compromisos contraídos libre- la decisión se ajusta al evangelio. En la vi-
mente, competencias y cualidades perso- da religiosa o en la presbiteral los años de
nales, etc. Porque la opción o elección no formación han de ser este tiempo de con-
puede estar en contradicción con realida- firmación, además de formación.
des que revelan designios de Dios en la A lo largo de este proceso en seis pa-
propia vida. Hay que mantener la cohe- sos, he tratado de destacar el carácter de
rencia. verdadera experiencia espiritual del tercer
Estas consideraciones son algunas tiempo ya que a menudo se reduce a una
«entradas» en la propia vida para hacer reflexión racional de sentido común, pero
una lectura de fe de ella, «discurriendo por sin la implicación de toda la persona que
donde se ofreciere»38. es condición de toda experiencia espiri-
29
tual seria. Sería contrario al proceso largo bargo, la forma de expresarse en este pri-
y profundo realizado a lo largo de sema- mer punto o primera regla, es de una hon-
nas de Ejercicios reducir el tercer tiempo dura y finura especial: «Que el amor que
a una especie de estudio al estilo de una me mueve y me hace elegir la tal cosa des-
programación empresarial de beneficios y cienda de arriba». Estas palabras vienen a
pérdidas. Sin embargo, aunque este tercer ser un toque para tomar conciencia del ca-
tiempo puede deslizarse hacia un segun- rácter verdaderamente espiritual también
do tiempo, esto no sucede siempre ni es de este modo sencillo de hacer elección.
preciso que el tercero se avale por el re- Luego siguen tres miradas o conside-
cuso al segundo. El mismo Ignacio, no só- raciones, una especie de confrontación
lo enseñó que bastaba el tercer tiempo en objetivadora para ver por dónde me lleva
sí mismo, sino que él lo practicó en mo- la acción del Espíritu: «mirar a un hom-
mentos de deliberación.39 Insisto, con to- bre que nunca he visto o conocido» y pre-
do, en que el tercer tiempo ya es una ex- guntarme qué le diría que debe hacer y
periencia espiritual, dado que es una elegir para la gloria de Dios y perfección
elección realizada por una persona trans- propia; considerar, como si estuviera en la
formada por los Ejercicios y que usa de la hora de la muerte, qué querría haber he-
razón evangelizada por esta misma trans- cho en la presente elección; considerarme
formación espiritual. en el juicio y preguntarme cómo querría
haber obrado en la presente elección.
Segundo modo Quizá estas tres consideraciones, una espe-
Hasta aquí se ha propuesto un modo de cie de test espiritual, podrían sintetizarse
elección para el tercer tiempo, «tiempo en buscar el contraste objetivo del otro, de
tranquilo», pero todavía se propone otro la globalidad de la vida y del cara a cara
que contiene cuatro «reglas» o puntos y con Dios. Hechas estas tres miradas y, si
una nota final, que es la confirmación. Es es el caso, habiéndose inclinado el ejerci-
una manera más intuitiva y sintética de tante en un sentido determinado, ha de ir
elección, tal vez, para personas que tienen a buscar la confirmación tal como se ha
un talante distinto, menos racional que las dicho en el modo anterior.40
que han procedido por el modo anterior o
tal vez para casos de elección en que un
proceso racional no se adapta tanto a su na- 3.3. Reflexiones finales
turaleza; o incluso para situaciones en que Al terminar este capítulo amplio, aunque
la elección ha de hacerse en un plazo más muy sintético, sobre las elecciones, con-
rápido de tiempo. Se supone, por tanto, co- viene poner de relieve que el período de
mo en el modo anterior que la persona no elección en los Ejercicios es el punto más
ha podido hacer elección por ninguno de elevado y decisivo de la experiencia.
los dos primeros tiempos. Incluso según algunos será «el umbral de
El punto de partida es también, como la vida unitiva», porque «por medio de la
en los otros tiempos y en el primer modo elección se ha dado una unión de volun-
de este tercer tiempo, el deseo de la gloria tades entre el ejercitante y Dios»41. En
de Dios y el bien del ejercitante. Sin em- cualquier caso, puede decirse que los
30
Ejercicios son un ascenso hasta la cima de tar a la hora de dar los ejercicios. Recor-
la elección, luego sigue un tiempo de con- demos nuevamente, con Roland Barthes,
firmación de la elección y de consolida- que la tarea del ejercitador es semántica,
ción de la experiencia espiritual. la de intérprete del libro al ejercitante.
Además, el largo texto sobre las elec- Ante las inevitablemente áridas orien-
ciones [EE 169-188], aún siendo más bre- taciones del libro, sucede como quien es-
ve de lo que uno desearía, por la cantidad tá ante una partitura, que puede ver sólo o
de indicaciones (reglas, puntos, notas, signos abigarrados o buena música. La
etc.), podría convertirse en una experien- elección debería ser de algún modo un
cia árida y detallista. El extenso conjunto tiempo de escucha de la música interior,
de orientaciones a primera vista produce para lo cual la persona que da los ejerci-
la impresión de una selva o laberinto que cios ha de hacer una tarea de iluminación
aparentemente poco tiene que ver con una y apoyo imprescindibles. Es verdad, se-
experiencia espiritual honda y atractiva. gún algunos Diretorios, que la elección es
Por esto, en este punto central de los Ejer- un parto quizá doloroso, porque tiene sus
cicios, resulta especialmente apropiado el momentos difíciles y dolorosos, pero se
aviso del directorio ignaciano de que el que trata de un alumbramiento de vida. Es
da los ejercicios no ha de llevar el libro de más, la elección es punto culminante no
los Ejercicios Espirituales cuando visita el sólo porque el ejercitante realiza la acción
ejercitante, sino que ha de llevar bien pen- más decisiva de la experiencia de los
sado qué es lo que va a decir al ejercitan- Ejercicios, sino, porque en ella, se vive de
te. Se supone, pues, que el ejercitante no manera concentrada la sustancia de la vi-
ha de usar el libro. Además, no hay que da cristiana: una vida orientada hacia Dios,
olvidar que sólo pueden dar ejercicios Padre, en la identificación con Cristo, con
quienes los tienen «en sí probados», es de- el impulso del Espíritu que mueve. La gra-
cir, que el que da los ejercicios ha vivido cia bautismal halla en la elección la pleni-
lo que en el libro se expresa al modo de tud de la inmersión en el misterio de la Tri-
un código o partitura que ha de interpre- nidad que nos acoge y funda nuestra vida.42

4. PaRa enMendaR y RefoRMaR La PRoPia vida y esTado

4.1. situación del ejercicio en situación de hacer elección, porque ya


La preocupación pastoral es lo que rige la están casadas o tienen un estado clerical
práctica de los Ejercicios que «se han de inmutable. O también para personas que
aplicar» [cf. EE 18,1]. Por esto, al termi- aunque tienen algo sobre lo que se debería
nar las elecciones se proponen unas ori- hacer elección, no tienen «muy pronta
entaciones para personas que no se hallan voluntad».
31
[189] PARA ENMENDAR Y REFORMAR LA que están fuera de la primera semana».
PROPIA VIDA Y ESTADO. Es de Sin embargo, por más que se hayan
advertir que acerca de los que están tomado todas las precauciones de no
constituidos en prelatura o en matri- permitir entrar en ejercicios más que a
monio (quier abunden mucho de los personas ya muy desprendidas, en este
bienes temporales, quier no), donde momento de los Ejercicios puede ser que
no tienen lugar o muy prompta volun-
el ejercitante se halle en algún aspecto de
tad para hacer elección de las cosas
su vida en situación de poca disponibi-
que caen debajo de elección mutable,
aprovecha mucho, en lugar de hacer
lidad para cambiar algo que podría ser
elección, dar forma y modo de objeto de elección. Sin embargo, como
enmendar y reformar la propia vida y piensa I. Casanovas «mirando además al
estado de cada uno de ellos, es a bueno o mal ejemplo que podrán dar a
saber, poniendo su creación, vida y otros muchos, san Ignacio transige con
estado para gloria y alabanza de Dios ellas [las personas que no tienen “muy
nuestro Señor y salvación de su pro- prompta voluntad”]»43. En este caso,
pia ánima. Para venir y llegar a este
como en el de la persona que no tiene
fin, debe mucho considerar y ruminar
por los ejercicios y modos de elegir,
nada que elegir, «aprovecha mucho…
según que está declarado, cuanta enmendar y reformar la vida».
casa y familia debe tener, cómo la Para ejercitantes que se hallan en esta
debe regir y gobernar, cómo la debe situación, se propone una ayuda «para en-
enseñar con palabra y con ejemplo; mendar y reformar la propia vida y esta-
asimismo de sus facultades cuanta do». «Enmendar y reformar» responden
debe tomar para su familia y casa, y a dos actividades distintas. Enmendar es
cuanta para dispensar en pobres y en
corregir aspectos de la propia «vida» per-
otras cosas pías, no queriendo ni bus-
cando otra cosa alguna sino en todo y
sonal o del «estado» en que el ejercitante
por todo mayor alabanza y gloria de se halla, o bien de «prelatura» (algún car-
Dios nuestro Señor. Porque piense go eclesiástico) o de «matrimonio». Sin
cada uno que tanto se aprovechará embargo, además de enmendar, si es el
en todas cosas espirituales, cuanto caso, siempre es conveniente «reformar»
saliere de su proprio amor, querer y o dar una nueva forma a la propia manera
interese. de vivir o enfocar de otro modo el estado
personal.

Sorprende un poco que en este momento


4.2. Práctica de este ejercicio
de los Ejercicios un ejercitante no tenga
«muy pronta voluntad», siendo así que en Lo importante es que el ejercitante, tam-
la anotación 18ª Ignacio dice que en per- poco a la hora de «enmendar y refor-
sonas que aspiran a llegar «hasta cierto mar», descienda peldaños en el curso de
grado de contentar su ánima», o «de la experiencia espiritual de los Ejercicios,
quien no se espera mucho fruto», no hay ya que deberá proceder «por los ejerci-
que «proceder adelante en materias de cios y modos de elegir». Porque la
elección, ni en otros algunos ejercicios enmienda y reforma no es un apéndice de
32
los Ejercicios, sino la prolongación de los ordinariamente no hay ninguna necesidad
mismos a una situación particular de vida de hacer una elección propiamente tal.
cristiana, «consecuencia lógica del méto-
do», «marca de su fecundidad esencial»44.
En concreto, partiendo de la disposi- 4.3. Recapitulación final
ción del PF («poniendo su creación, vida Al terminar esta orientación sobre la en-
y estado para gloria y alabanza de Dios mienda y reforma de la vida, Ignacio le-
nuestro Señor y salvación de su propia vanta el vuelo a una mirada de conjunto
ánima») y luego centrándose en «consi- sobre la vida espiritual: «piense cada uno
derar y rumiar por los modos de elegir» que tanto se aprovechará en todas cosas
los distintos aspectos particulares de su espirituales, cuanto saliere de su propio
vida y estado, deberá revisar: a) el tren de amor, querer y intereses». Aquí tenemos
vida («la casa», es decir, la casa y los bie- de forma lapidaria otra instrucción igna-
nes que encierra, con las personas emplea- ciana sobre el amor, sobre cómo vivir en
das a su servicio); b) la manera de com- el amor, que, de manera muy implícita ya
portarse en su vida doméstica («cómo la se enunció en el PF46 y que será el punto
debe regir y gobernar, cómo la debe ense- conclusivo de los Ejercicios en la «Con-
ñar con palabra y con ejemplo»); c) la templación para al alcanzar amor».
administración de los bienes materiales, A lo largo de la extensa instrucción
atendiendo a familia y casa, a pobres y que empieza con el «Preámbulo para ha-
obras pías. El ejercitante que ha pasado ya cer elección» y termina con el párrafo
muchas horas contemplando a Jesús en la «Para enmendar y reformar la propia vida
vida humana con sus múltiples situacio- y estado» [EE 169-189] el santo ha insis-
nes y formas de actuar, habrá podido ya tido en la necesidad de mantener la orien-
asimilar la inspiración, en la humanidad de tación de fondo de la vida hacia la gloria
Jesús, para corregir y configurar mejor su de Dios y el bien espiritual propio del
propia vida con estilo evangélico. La con- ejercitante [EE 169;177,1;179,1.3;180,1;
templación de los Ejercicios es como la 184,3;189,5.9]. Es más, esta orientación
trama interior de la humanización a lo es la gracia que a lo largo de los Ejerci-
cristiano que va haciendo el ejercitante. cios se ha ido operando en el corazón del
Porque los Ejercicios en «sus principios ejercitante, de modo que lo que ha de
generales deben determinar las más pe- hacer en el punto decisivo de la elección
queñas opciones de quienes los han asi- o reforma es dejarse llevar por Dios mis-
milado»45. mo que actúa en la persona que se ejercita.
Como complemento a las orientacio- Esto aparece muy claro en los dos prime-
nes propuestas aquí por Ignacio, se pue- ros tiempos de elección en los que prima
den utilizar las reglas para el «ministerio la experiencia viva de Dios que «mueve y
de distribuir limosnas», que, por este atrae la voluntad» [EE 175,2] o que es
motivo, las comentamos a continuación. percibida «por experiencia de consolacio-
Esta experiencia de enmendar y reformar nes y desolaciones y por experiencia de
la vida es especialmente apropiada para discreción de espíritus» [EE 176]. Pero,
los Ejercicios de repetición en los que incluso en el tercer tiempo, el ejercitante
33
pide a Dios que «quiera mover mi volun- en fidelidad al Señor, ha de salir del amor
tad y poner en mi ánima lo que yo debo que nace de ella, para dejarse llevar por el
hacer» [EE 180,1] para decidirse «según amor de Dios derramado en nuestros co-
la mayor moción racional» [EE 182,2] y, razones (cf. Rom 5,5), ha de ir acoplando
como primera regla para la elección en el su propia voluntad a la de Dios y centrar
segundo modo del tercer tiempo, pone sus intereses en los del Reino, es decir
«que aquel amor que me mueve y me «buscar el Reino de Dios y lo que él quie-
hace elegir la tal cosa descienda de arriba, re» (Mt 6,33).
del amor de Dios» [EE 184,2]. Es decir, Así, al terminar estas orientaciones
la persona verdaderamente espiritual es la centrales de los Ejercicios, y una vez ex-
persona toda ella orientada hacia Dios y perimentado el principio fundamental que
movida por su Espíritu que es Amor. encabeza toda la experiencia, mediante la
Esto es lo que formula la sentencia opción por el seguimiento de Cristo en lo
arriba citada con la cual termina el peque- concreto de la propia vida, se enuncia de
ño tratado sobre la elección y reforma que forma sintética y muy precisa el sentido
es una instrucción para proceder evangé- de la vida cristiana plena: vivir en el Amor
licamente en las cuestiones decisivas de en la búsqueda del Reino siempre guia-
nuestra vida. No se trata, desde luego, de dos por la voluntad de Dios. El «tanto se
sofocar el amor, ni de anular la voluntad, aprovechará» es la expresión en el cami-
ni de moverse sin norte en la vida, sino de no de la vida de la plenitud a la que nos
que la persona que quiere llevar una vida dirigimos, «salvar su ánima» [EE 23,2].

5. disTRibuiR LiMosnas

5.1. situación de las Reglas para administrar evangélicamente los bienes.


distribuir limosnas Se parte del supuesto de que la persona
que desempeña este cargo o ministerio de
Aquí Ignacio tiene ante la vista las per- distribuir limosnas, dispone de unos bie-
sonas con el «ministerio» [EE 337;341,1; nes que no son propiedad suya, pero que
343,1] «oficio» [EE 340,1;341,2,] «cargo» ha de administrar evangélicamente, aten-
[EE 341,1] de distribuir limosnas. Aunque diendo a las personas necesitadas y, tam-
el término «ministerio» no aparece en las bién, reteniendo lo necesario para su
versiones Prima y Vulgata de los Ejerci- propia vida y sustento. Los criterios que
cios, el texto ignaciano parece que se re- aquí se exponen pueden ayudar muy bien
fiere a un ministerio que ha perdurado has- a la persona que en Ejercicios, o fuera de
ta años recientes en la Iglesia. Estas reglas ellos, realiza la enmienda y reforma de vi-
ofrecen un buen modelo sobre el modo de da y estado.
34
[337] EN EL MINISTERIO DE DISTRIBUIR ellas; y no dé la limosna, hasta que
LIMOSNAS SE DEBEN GUARDAR conforme a ellas su desordenada afec-
LAS REGLAS SIGUIENTES. ción tenga en todo quitada y lanzada.
[338] 1ª regla. La primera: si yo hago la distri- [343] 6ª regla. La sexta: dado que no hay
bución a parientes o amigos o a perso- culpa en tomar los bienes de Dios
nas a quien estoy aficionado, tendré nuestro Señor para distribuirlos, cuan-
cuatro cosas que mirar, de las cuales do la persona es llamada de nuestro
se ha hablado en parte en la materia Dios y Señor para tal ministerio; pero
de elección. La primera es que aquel en el cuanto y cantidad de lo que ha
amor que me mueve y me hace dar la de tomar y aplicar para sí mismo de lo
limosna, descienda de arriba, del amor que tiene para dar a otros, hay duda
de Dios nuestro Señor; de forma que de culpa y exceso; por tanto, se pue-
sienta primero en mí que el amor más de reformar en su vida y estado por
o menos que tengo a las tales perso- las reglas sobredichas.
nas, es por Dios, y que en la causa [344] 7ª regla. La séptima: por las razones
porque más las amo reluzca Dios. ya dichas y por otras muchas, siem-
[339] 2ª regla. La segunda: quiero mirar a un pre es mejor y más seguro, en lo que
hombre que nunca he visto ni conoci- a su persona y estado de casa toca,
do; y deseando yo toda su perfección cuanto más se cercenare y diminuye-
en el ministerio y estado que tiene co- re, y cuanto más se acercare a nues-
mo yo quería que él tuviese medio en tro summo pontífice, dechado y regla
su manera de distribuir, para mayor nuestra, que es Cristo nuestro Señor.
gloria de Dios nuestro Señor y mayor Conforme a lo cual el tercero concilio
perfección de su ánima; yo haciendo Cartaginense (en el cual estuvo san
así, ni más ni menos, guardaré la re- Agustín) determina y manda que la
gla y medida que para el otro querría supeléctile del obispo sea vil y pobre.
y juzgo ser tal. Lo mismo se debe considerar en todo
[340] 3ª regla. La tercera: quiero considerar modos de vivir, mirando y proporcio-
como si estuviesse en el artículo de la nando la condición y estado de las
muerte, la forma y medida que enton- personas; como en matrimonio tene-
ces querría haber tenido en el oficio mos ejemplo del Santo Joaquín y de
de mi administración; y reglándome Santa Anna, los cuales partiendo su
por aquella, guardarla en los actos de hacienda en tres partes, la primera
la mi distribución. daban a pobres, la segunda al minis-
terio y servicio del templo, la tercera
[341] 4ª regla. La cuarta: mirando cómo me
tomaban para la sustentación de ellos
hallaré el día del juicio, pensar bien
mismos y de su familia.
cómo entonces querría haber usado
de este oficio y cargo del ministerio; y
la regla que entonces querría haber
tenido, tenerla agora.
5.2. aplicación práctica
[342] 5ª regla. La quinta: cuando alguna per-
sona se siente inclinada y aficionada Las cuatro primeras reglas se refieren a la
a algunas personas, a las cuales quie- situación de la persona que ha de distri-
re distribuir, se detenga y rumine bien buir bienes a «parientes o amigos o a per-
las cuatro reglas sobredichas, exami- sonas a quien estoy aficionado». Es una
nando y probando su afección con
sabia orientación, puesto que como Jesús
35
dijo que diésemos los bienes a los pobres, Finalmente, Ignacio pasa a una regla
y éstos no siempre serán nuestros parien- más universal y de fondo, en la que se
tes o amigos, hay que estar muy atentos consideran dos partes: el tren de vida per-
ante esta situación muy corriente de re- sonal del ejercitante y la orientación de
partir bienes a parientes y amigos. En una sus bienes. Respecto del tipo de vida per-
instrucción del mismo Ignacio para los sonal se refiere a Cristo nuestro Señor
que van a entrar en la Compañía, a la hora como principio fundamental. En concre-
de repartir los posibles bienes que posean, to, supuesta la imagen de Jesús que el
insiste en este mismo criterio.47 Para acer- ejercitante ha ido asimilando a lo largo de
tar en esta decisión en la cual se pueden los Ejercicios, con la sensibilidad propia
mezclar pensamientos y afectos no bien de las Dos Banderas y las Tres Maneras de
ordenados, repite aquí «cuatro cosas», Humildad, «es mejor y más seguro […],
«de las cuales se ha hablado en parte en cuanto más se cercenare y disminuyere».
la materia de elección» [EE 184-186]. No Y lo confirma con la referencia al cuarto
podía ser de otro modo, el ejercitante se Concilio de Cartago (por error se cita el
ha de mover por el amor que «descienda tercero) en que se dice que la «supelécti-
de arriba, del amor de Dios nuestro le», es decir el ajuar, «del obispo sea vil y
Señor», Dios ha de estar en el amor a las pobre». Pero lo que dice, a modo de ejem-
personas a las que quiero ayudar y en el plo sobre el estilo de vida de los obispos,
acto de decidirlo. De una forma muy cla- vale en su orientación fundamental para
ra y contundente, Ignacio sitúa los actos todas las personas en cualquier estado de
de solidaridad, que pueden tener como vida, también para los matrimonios. Y
destinatarios personas amigas o familia- aquí, los Ejercicios, como en momentos
res, en el ámbito plenamente teologal y parecidos, presenta una síntesis que es a
no en el de la simple buena voluntad o la vez un impulso hacia adelante.48 La
del mero sentido común. Como puede sustancia de esta orientación final es la
verse, se trata de una orientación muy propuesta de unas prioridades a la hora
práctica en el campo de las actividades de repartir bienes: en primer lugar los
caritativas, tanto personales, como de ins- pobres, luego la comunidad, finalmente
tituciones, como de la Iglesia o de ONG. las mismas personas que disponen de los
Sin embargo, en el caso que plantea bienes. Por esto, acertadamente, se ha
Ignacio, la persona que ejerce este minis- visto en estas líneas ignacianas una sen-
terio puede disponer de algunos bienes cilla proposición de cómo realizar la
que administra para su propia utilidad, opción preferencial por los pobres.49
pero ha de aplicar las mismas reglas ya En resumen, estas reglas, fácilmente
citadas, para decidir sobre «cuánto y can- extensibles a la administración no sólo de
tidad de lo que ha de tomar y aplicar para dinero, sino de muchos otros bienes
sí mismo de lo que tiene para dar a otros». (medios de trabajo, tiempo, competen-
También en esta ocasión la persona que cias, ejercicio de la profesión, etc.) son
quiere administrar los bienes evangélica- una simple presentación de la vida cris-
mente ha de proceder desde una expe- tiana como una vida evangélicamente
riencia espiritual profunda de amor. pobre al servicio de los pobres. A su vez,
36
estas orientaciones pueden aplicarse no Jesús, avalado por su vida. Podemos
sólo a individuos, sino a instituciones y a decir que la inspiración de una vida cris-
la misma Iglesia en su conjunto.50 En tiana, siempre para los demás, se configu-
definitiva, los bienes no son una propie- ra mediante el dejarse mover por el amor
dad absoluta y autónoma, de modo que de Dios, que toma cuerpo en una vida ins-
una persona pueda disponer de ellos pirada en Jesús pobre y que pone en su
según criterios personales, al margen del centro a los pobres reales. Los Ejercicios,
mandamiento fundamental del amor, en forma de mistagogía, no hacen más
amar «como Cristo», y sin tener en cuen- que proponer en unas simples reglas la
ta la solidaridad, que viene exigida por la sustancia del vivir cristiano que a lo largo
condición humana, y de la prioridad que ya de unas tres semanas se ha ido asimi-
tienen los pobres, según el mensaje de lando por parte del ejercitante.

37
NOTAS

1. Es interesante este estudio que aborda el problema hagan a su debido tiempo, las cuales consue-
de las dos tendencias citadas y que propone lan el alma y disponen a hacer buena elec-
una síntesis: Charles-André BERNARD, Signifi- ción» (n. 80, en Los Directorios…, p. 204. Cf.
cation des Exercices de Saint Ignace, Revue abundantes referencias sobre este punto en
d’Ascétique et Mystique, 45 (1969), p. 241-261. Directoria, p. 307, nota 137).
Según Bernard, «no se pueden separar estos 8. Dietrich BONHOEFFER, Resistencia y sumisión,
dos aspectos de la vida espiritual, porque toda Ariel, Barcelona, 1969, p. 229.
vida espiritual tiende a realizar concretamente 9. Franciscus DE HUMMELAUER, Meditationum et
la voluntad de Dios [fin objetivo] y a operar contemplationum S. Ignatii de Loyola puncta.
una transformación de la persona [fin intrínseco Libri exercitiorum textum diligenter secutus
de la experiencia de los Ejercicios]» (p. 261). explicavit, Herder, Freiburg, 1925, p. 54.
2. Cf. Adrien DEMOUSTIER, Les Exercices de S. Ig- 10. Puede verse el análisis detallado de la selec-
nace de Loyola. Lecture et pratique d’un texte, ción de misterios propuesta por los Ejercicios
Editions facultés jésuites de Paris, 2006, p. en Claude FLIPO, «Les mystères du Christ dans
245-247. les Exercices», Christus, n. 124, Hors série,
3. Javier MELLONI, La mistagogía de los Ejerci- p. 85-98.
cios, col. Manresa, ed. Sal Terrae, Valladolid, 11. C. DOMÍNGUEZ, Las Tres Maneras de Humil-
2001, p. 181. dad: Una relectura desde la teología y el psi-
4. DEMOUSTIER, destaca que como aparece seis coanálisis, Manresa, 68 (1996), p. 287-33. La
veces, como si una y de manera dos (Les Exer- cita, en la p. 2.
cices… p. 250, nota 11). 12. Cf. «Tres maneras y grados de amor de Dios y
5. Cf. MELLONI, La mistagogía..., p. 184. Ver tam- deseo de obedecer e imitar y servir a su divina
bién la obra ya clásica de François VARILLON, majestad» (Exercitia Spiritualia, p. 627-645,
L’humilité de Dieu, Bayard, Paris, nouvelle la cita en p. 635).
édition, 2000. 13. Ignacio «no emplea la palabra ‘amor’ sino con
6. Por tanto no se trata de eliminar un afecto, sino gran reserva y, en general, habla más bien de
de desarraigar su carácter condicionante. Esto humildad, de generoso servicio de Dios. El
es tanto más importante cuando el afecto no es hombre debe más bien dejarse amar por Dios,
a cosas cuanto a personas. Sobre este punto, y cuanto él hace, humilde, prudente, modesta-
véase las reflexiones profundas de Demoustier mente, debe considerarlo como ‘servicio’, co-
(Les Exercices, p. 277-281). mo valentía para este servicio, como humil-
7. Esto no quiere decir que no se dedique tiempo, dad» (Karl RAHNER, Meditaciones sobre los
al estilo de la adición 5ª [EE 77], un tiempo ejercicios de san Ignacio, Herder, Barcelona,
propio a la reflexión sobre lo vivido en la ora- 1986, p. 188).
ción como materia para la elección. Según el 14. SAN BENITO, Regla, capítulo 7. Cf. el comenta-
Directorio del P. Miró, las consideraciones de rio de S. ARZUBIALDE sobre los distintos signi-
la elección no deben ocupar todo el tiempo ficados de la humildad en la tradición cris-
de las contemplaciones, «sino que terminado tiana: Ejercicios Espirituales de San Ignacio.
cada uno de los Ejercicios o en cualquier parte Historia y Análisis, Bilbao-Santander, Mensa-
del mismo, cuando el ánimo está ya tranquilo, jero-Sal Terrae, 1991, p. 353-355.
entonces es el tiempo propicio para tratar y 15. Los Directorios de Ejercicios (1540-1599),
raciocinar sobre ellas; y por esto debe procu- edición de Miguel LOP, Bilbao-Santander,
rarse diligentemente que las meditaciones se Mensajero-Sal Terrae, 2000, n. 17, p. 21.
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16. Karl RAHNER, Meditaciones sobre los Ejerci- Alfredo SAMPAIO, Los tiempos de elección en
cios, p. 191. los Directorios de Ejercicios, Mensajero-Sal
17. FN, III, 205. Terrae, Bilbao-Santander, 2004. También pue-
18. C. DOMÍNGUEZ, Las Tres maneras de Humil- de verse el artículo «Elección» del mismo
dad…, p. 16. Es muy interesante el apartado autor en DEI, 726-733. Una breve presenta-
conclusivo del artículo, p. 15-17. ción de la práctica de la elección en Ejercicios:
19. Véase el estudio de J. CORELLA, «Dos Banderas J. M. RAMBLA, La elección en los Ejercicios,
y maneras de humildad como experiencia uni- Perseverancia, Suplemento de abril-mayo,
taria de pobreza de espíritu», en: Juan M. 1974, p. 30-36
GARCÍA LOMAS (Ed.), Ejercicios Espirituales y 28. Véase la honda e inspiradora interpretación de
mundo de hoy, Congreso Internacional de Ejer- J. MELLONI en La Mistagogía..., p. 209-210.
cicios (Loyola 20-26 set. 1991), Mensajero- 29. Acertadamente, comenta Fessard: «Si no su-
Sal Terrae, Bilbao-Santander, 1992, p. 155-164. piéramos que la preocupación principal de
20. Jerónimo NADAL, Dialogi pro Societate, FN II, Ignacio es descubrir cómo puede insertarse
p. 252. la libertad en la existencia histórica, podría
21. Los Directorios, p. 29. parecer insólita la elección del término ‘tiem-
22. «La elección de estado no debe proponerse po’. Puesto que, lo que éste designa aquí en
más que a quienes la desean o de buena gana realidad, son tres estados de ánimo, corres-
quieran hacerla. Pues de lo contrario, siendo pondientes a tres grados de la llamada divina»
por demás externos, fácilmente podrían tur- (Gaston FESSARD, La dialéctica de los Ejer-
barse, como si por este camino quisiéramos cicios Espirituales de San Ignacio de Loyola,
inducirles hacia nuestra religión» (Directorio Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander, 2010,
del P. Miró, n. 77, en: Los Directorios, p. 203). p. 93).
23. Directorio autógrafo. Sobre elecciones…. Los 30. Cf. Luis GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, El primer
Directorios, p. 21. tiempo de elección, Madrid, Studium, 1956.
24. Según Yves M. Congar, parece que fue Ignacio 31. La convocatoria del Concilio por Juan XXIII
de Loyola el primero que atribuyó a la Iglesia es una muestra patente de este tiempo de elec-
este calificativo L’Église de saint Augustin à ción, una especial experiencia o iluminación
l’époque moderne, Cerf, Paris, p. 369-370. espiritual: «Aquel primer momento en que,
25. Es evidente que la experiencia eclesial, tan go- de improviso, brotó en nuestro corazón y en
zosamente vivida desde los años 20 del siglo nuestros labios la simple palabra “Concilio
pasado hasta los años conciliares (Guardini, ecuménico”» (Discurso del 11.10.1962, n. 7).
De Lubac, Cardenal Suhard, Congar, etc.) ha La gran confianza de Ignacio en la acción de
sufrido un eclipse colectivo, sólo algo mitiga- Dios en nuestras vidas de modo repentino e
do por los primeros meses del Papa Francisco. indudable aparece en la posibilidad que el santo
Sin embargo, en fidelidad a la mejor tradición prevé en las Constituciones de la Compañía a
cristiana, la persona que da los Ejercicios debe la hora de elegir el Prepósito General: «Y si
transmitir de manera viva una vivencia adulta, todos con común inspiración eligiesen a uno,
positiva y sana de eclesialidad, como la han sin esperar orden de votos, aquél sea el Pre-
sabido comunicar personas al estilo de De pósito General, que todas las órdenes y con-
Lubac, Congar, Karl Rahner, Pere Casaldàli- ciertos suple el Espíritu Santo, que los ha mo-
ga, Víctor Codina entre otros muchos. Esta vido a tal elección» (Co 700).
Iglesia que yo amo, de Yves M. Congar, po- 32. Cf. a este propósito, DEMOUSTIER, Les Exerci-
dría ser un lema y síntesis de una experiencia ces…, p. 347.
eclesial vivida desde la fe crítica y adulta. 33. «Como ocurre tan raras veces, no hay que
26. Cf. DEMOUSTIER, Les Exercices…, p. 318. insistir mucho en la consideración de este pri-
27. Para todo este apartado de la elección en los mer tiempo y solamente de paso hay que ex-
Ejercicios Espirituales, sobre todo en los Di- ponerlo al que hace los Ejercicios» (Directo-
rectorios, es fundamental la obra reciente de rio oficial, n. 187, en Los Directorios, p. 366)
39
34. Los Directorios, p. 20 y 21. Cf. sobre este 42. Puede verse: J. M. RAMBLA, Escoger la vida,
punto MELLONI, La Mistagogía..., p. 230-231, Sal Terrae, Santander, octubre, 1993, p. 689-700.
con las notas. 43. Ignacio CASANOVAS, Comentario y explana-
35. Cf. J. AYERRA MORENO, La elección y sus tiem- ción de los Ejercicios Espirituales de San Ig-
pos, Miscelánea Comillas, 26 (1956), p. 89-103; nacio de Loyola, Barcelona, Balmes, 1954, In-
Psicología del segundo tiempo, Miscelánea troducción y Documentos, Tomos I y II, p. 493.
Comillas, 33 (1959), p. 274-291. 44. FESSARD, La dialéctica..., p. 118.
36. Cf. B. JUANES, La elección según el segundo y 45. FESSARD, La dialéctica…, p. 113.
tercer tiempo, CIS, Roma, 1980. 46. Cf. J. M. RAMBLA, Ejercicios espirituales de
37. Para la Deliberación, véase Monumenta Cons- san Ignacio de Loyola. Una relectura del
titutionum Praevia, p. 1-7 y traducciones en Texto (2), EIDES n. 63, Cristianisme i Justícia,
distintas publicaciones. Para la Deliberación Barcelona, 2011, p. 10.
sobre la pobreza, véase, Obras Completas de 47. Para Ignacio, el jesuita a la hora de repartir sus
S. Ignacio de Loyola, BAC, Madrid, 1963, bienes, antes de entrar en la Compañía o hacer
p. 297-299. su profesión religiosa, ha de dar preferencia a
38. Pueden verse algo más ampliamente estas indi- los pobres, antes que a la familia. Cf. Consti-
caciones, en J.M. RAMBLA, La elección en los tuciones, 53. En un texto, probablemente es-
Ejercicios…, p. 33-34, inspiradas en Maurice crito por el mismo Ignacio, se recomienda
GIULIANI, «La decisión espiritual», en: Ora- como más perfecto, a no ser que haya otra
ción y acción, DDB, Bilbao, 1968, p. 43-68. obligación mayor y clara, repartir los bienes a
39. Cf. Carta de Ignacio a Alfonso Ramírez de los pobres antes que a los familiares (Cf. Mo-
Vergara (30 de marzo de 1556): «Es verdad numenta Ignatiana, Constitutiones, II, p. 42-
que para seguir las cosas mejores y más per- 43, nota 5).
fectas, suficiente moción es la de la razón» 48. Puede compararse este final con el final de Ej
(Véase la carta de Ignacio y su contexto en 189 y de Ej 233.
Obras, BAC, 1962, p. 943-945; la cita en p. 49. Véase el interesante estudio de P. H. KOLVEN-
945). Ignacio, entre otras ocasiones, se sirvió BACH, «Ejercicios Espirituales y amor prefe-
del tercer tiempo en la Deliberación sobre la rencial por los pobres», en: Decir… al
pobreza de las iglesias de la Compañía. «indecible», Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-
40. Es interesante el artículo de J.B. LIBÂNIO, Santander, 1999, p. 171-182.
«Considerarei como se estivesse no momento 50. Recientemente, el papa Francisco ha hablado
da morte… [186]», Itaici, 93 (2013), p. 53-65. de su deseo vehemente de «una Iglesia pobre
41. MELLONI, La mistagogía..., p. 231. y para los pobres».

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