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La visión utópica de una futura sociedad capaz de resolver sus conflictos sin la
necesidad del derecho penal es una constante histórica. Muchos autores y
escuelas vaticinan sobre la desaparición del derecho penal. Anuncian que
morirá de muerte natural y pacifica cuando se superen las formas de
producción y estructuras criminógenas de determinados modelos de sociedad1
Siguiendo esta línea argumentativa, es que podemos afirmar que ningún buen
jurista o científico del derecho, puede sentirse cómodo frente a instituciones
1Pensamiento marxista ortodoxo, ver Tratado de Criminología, autor García Pablos, editorial
Tirant lo Blanch. 1999.
2 Francesco Carrara (Lucca, 1805 - 1888), jurisconsulto y profesor italiano. Fue el mayor
representante de la escuela clásica del derecho penal. Según él esta escuela tiene su concepción de
delito, responsabilidad penal y sanción
3 Tomado textual de: Fundamentos Constitucionales y Teoría General el Proceso Penal, Colombia,
universidad externado de Colombia. 2013 Tomo I. 6ta edición.
4 Entre muchos, LUIS PRIETO SANCHIS. Justicia constitucional y derechos fundamentales, Madrid,
Esto es una justificación más que suficiente para esta publicación que explora
las alternativas posibles a la privación de la libertad en general y la vigilancia
electrónica en particular en el marco de los procesos de reforma de la justicia
penal. Este ensayo abordara desde varias aristas el problema de la detención
preventiva, el aumento desmedido de las penas en Colombia, las constantes
reformas a las normas penales, la disminución de beneficios a los penados, la
“política criminal” del país, si es que existe, la realidad carcelaria del país y
culminaremos por una justificación del porque debe ser contemplada a pesar
de todo dentro de las medidas de aseguramiento la vigilancia electrónica como
medida menos restrictiva a la libertad.
Sin embrago, el fin del siglo nos sorprende con un nuevo cambio en lo
penitenciario, la tendencia a enfrentar a la delincuencia con mayor represión,
5Tomado textualmente de: Revista do. instituto brasileiro de Direitos humanos. vol. 10-2010-
edición especial. pág. 73
mayores penas, menos garantías, menos interés en la reeducación y en la
readaptación, aprobaciones de leyes contra la delincuencia organizada
(entiéndase la ley de seguridad ciudadana para el caso colombiano)6, primer
paso en sentido inverso en cuanto al reconocimiento de garantías individuales,
normatividad de aplicación inmisericorde de penas cuyo cumplimiento resulta
inalcanzable (piénsese en la pena máxima contemplada por nuestro
ordenamiento jurídico de 60 años. Es decir, que una persona con plena
capacidad para ser un sujeto imputable deberá tener 18 años y si para el caso
específico se le impusiera dicha pena máxima, obtendría su libertad en teoría a
los 78 años. Esto en las actuales situaciones de hacinamiento y mala atención
a los reclusos en nuestro país. Nos preguntamos ¿finalmente no constituye
esta pena algo similar a la cadena perpetua aunado a la esperanza de vida?),
por su duración y sin opciones de mejorar las sentencias por buena conducta y
capacitación laboral o por su mejor desempeño humano.
6 Al respecto la ley 1453 de 2011, ley de seguridad ciudadana, aumento las penas, incluyo algunos
tipos de delitos y redujo beneficios
7 Lynett Montealegre, Eduardo. Fundamentos Constitucionales y Teoría General el Proceso Penal,
Colombia, universidad externado de Colombia. 2013 Tomo II. 6ta edición. Pág. 521
8 Ver al respecto: Las penas, Muerte, vergüenza pública, confinamiento, pérdida de derechos.
Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República. Edición en la biblioteca virtual: 2005-05-16
francés de 1810 y el español de 1822. El código dividió las penas en
"corporales" y "no corporales". Las primeras comprendían los trabajos
forzados, "la vergüenza pública", la expulsión del territorio nacional y el encierro
carcelario que se denominaba como prisión, presidio o reclusión, según el
número de años de condena. Las penas no corporales estaban constituidas por
la "declaración de infamia", la privación o suspensión de los derechos políticos
y civiles, la inhabilitación, suspensión o privación del ejercicio del empleo,
profesión o cargo público, la multa, la vigilancia por las autoridades, la fianza de
buena conducta, arresto o encierro no superior a cuatro años, y el
"apercibimiento" o llamado de atención por un juez de la República.
Una de las críticas más fuertes a la detención preventiva radica en que ésta
“facilita el aprendizaje delictivo y ocasiona los mismos efectos nocivos,
Por otro lado, tenemos que existen otras medidas de aseguramiento distintas a
la detención intramural. Y es en este punto, donde queremos centrar la
importancia de este trabajo, pues si bien cumplidos los requisitos de ley se
puede dictar una medida de aseguramiento, los derechos de los reclusos y los
fines de la pena no se pueden quedar al margen de la problemática actual del
sistema penitenciario en Colombia.
11TRIBUNAL SUPERIOR DE MEDELLÍN SALA SEXTADE DECISIÓN LABORAL Medellín, Marzo cuatro
de dos mil trece. Acción de tutela contra el INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO CARCELARIO –
INPEC – y otros
relación con la detención domiciliaria, pero la diferencia entre estas dos figuras
es de carácter temporal.
Alguna vez, un criminólogo13 publicó en una revista jurídica que “las cárceles
nunca son marcos ideales para educar o reintegrar a las personas a la
sociedad, pero dado que existen, parece necesario desarrollar un trabajo de re-
socialización, más esta finalidad primaria es absolutamente inidónea para el
caso de la prisión preventiva”.
12 BLACK, Matt/ Smith, RUSELL G., “Electronic Monitoring in the Criminal Justice System”,
Australian Institute of criminology, Núm. 254, Mayo de 2003, págs. 1-6. También FOX, Richard G.
1987.
“Dr. Schwitzgebel's Machine Revisited: Electronic Monitoring of Offenders”, Australian and New
Zealand Journal of Criminology Núm. 20, págs. 131-147. (Como dato relevante a considerar el 34,
79 de
los presos norteamericanos son afroamericanos frente a un 27.5 % de latinos).
13 Garland David. Nacido en Dundee (Escocia, Reino Unido) en 1955, se licenció en la facultad de
Los fines
Los sistemas
El artículo 38A del Código Penal colombiano (ley 599 de 2000) inicialmente
incluyó los sistemas de vigilancia electrónica como sustitutivos de la prisión.
Luego vino el decreto 177 del año 2008, reglamentario de la ley 1142 de 200715
que desarrolló en Colombia el tema de la vigilancia electrónica. Sin embargo,
seria en el año 2011, mediante la ley de seguridad ciudadana 16 que se
modificaría la base del concepto, es decir, se modificó el artículo 38ª, y se
estipularon los requisitos para acceder a esta medida y los delitos que están
abiertos a ella.
15 Por medio de la cual se reforman parcialmente las Leyes 906 de 2004, 599 de 2000 y 600 de
2000 y se adoptan medidas para la prevención y represión de la actividad delictiva de especial
impacto para la convivencia y seguridad ciudadana.
16 Ver al respecto el artículo 3 de la ley 1543 de 2011
Una de las maneras de aplicar al sistema de vigilancia electrónica en Colombia
es en cumplimento del artículo 38ª del código penal colombiano. Si realizamos
un análisis hermenéutico de la norma, podemos identificar aspectos objetivos y
subjetivos.
17
Franz Kafka, El Proceso. Ediciones clásicos universales
Entre los países que acogieron la cárcel virtual (cárcel sin rejas) se citan a los
Estados Unidos (desde hace más de 25 años, no obstante el hecho de que es
uno de los campeones de enclaustramiento y penas desmesuradas), Canadá,
Inglaterra, Escocia, España, Portugal, Italia, Holanda, Francia, Suecia, Nueva
Zelanda, Australia, África del Sur, Argentina, Brasil y México, en algunos de los
cuales se adopta como pena alternativa (sustitutiva o autónoma). En casi todos
se empleó por algún tiempo con carácter experimental, en programas-piloto,
periódicamente evaluados.
18
Uribe Pedro Luis. Abogado y psicólogo. Docente del área de criminología y derecho penal de la
universidad de Sabaneta y asesor del semillero de derecho penal de la misma universidad.
La conclusión a la que llegamos en aquel conversatorio, es que el estado frente
al delito, antes que aplicar tecnología y técnica investigativa, prefiere aumentar
considerablemente las penas pero esto no garantiza una reducción en la
actividad criminal, solo garantiza, que si el sujeto es apresado estará más
tiempo por cuenta del estado. Porque el homicidio pueda llegar a tener una
pena de hasta sesenta años, según la ley 890 de 2004, modificatoria de la ley
599 de 2000, no tendremos menos muertos, lo que si garantiza tal situación, es
que el homicida estará más tiempo viviendo del erario estatal, sin posibilidades
de recuperación como miembro del grupo social.
Hoy, está demostrado que la severidad del castigo es solo una de las variables
que intervienen en el mecanismo disuasorio, pero no es única ni principal.
Mantener en la cárcel al criminal, no resuelve el problema del delito frente a la
sociedad, ni frente al estado, y mucho menos del criminal mismo y su familia
cercana o su vecindad, aun menos con respecto a la víctima-sujeto y la victima-
comunidad.
19 La ley 906 de 2004 incluye a la víctima como parte esencial del proceso, pero jueces y fiscales aun
no lo asumen como esa parte vital que necesita redención y protección. La ley de víctimas es más un
sofisma de distracción que una verdadera posibilidad de rehabilitación del derecho birlado.
Debería ser el estado quien indemnice a la victima frente al delito, pues es el mismo estado quien
falló en su función protectora de los asociados.
dirigido, la academia y la capacitación, incluidos espacios para diversión y la
lúdica”20.
21 Deberá ser una gran empresa constituida como tal, no como existen hoy, al interior de las
cárceles, pequeños talleres de producción de cosas de hojalata.
Tan serias son las objeciones a la prisión preventiva que no faltan autores
como FERRAJOLI22 que postulan un proceso sin prisión provisional, en razón
que las finalidades asignadas a aquélla pueden cumplirse por otros medios, sí
debe reconducirse a sus estrictos límites y a las finalidades que se le vienen
asignando desde el pensamiento liberal de la Escuela Clásica o sea, asegurar
la persona del imputado en el juicio y evitar la desaparición o la alteración de
las pruebas. Más aunque la posición del italiano lege data, nos pudiera parecer
un tanto maximalista, es cierto que son estas posturas las que nos conducen
con frecuencia a cambiar la situación y acogiéndose a las posibilidades que
nos proporcionan las nuevas tecnologías, convertir esta aparente vaga utopía
en una realidad vivida.
22Luigi Ferrajoli (n. Florencia, 6 de agosto de 1940) es un jurista italiano y uno de los principales
teóricos del garantismo jurídico, teoría que desarrolló inicialmente en el ámbito del Derecho penal,
pero que considera, en general, un paradigma aplicable a la garantía de todos los derechos
fundamentales.1 Ferrajoli se define como un iuspositivista crítico.