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1.

TRASLADO Y CITACION DE AUDIENCIA Y CONCILIACIÓN


Verificados los requisitos de la demanda, el juez emite resolución disponiendo:
1. La admisión de la demanda

2. La citación a las partes a la audiencia de conciliación, la cual debe ser


fijada en día y hora entre los veinte (20) y treinta (30) días hábiles
siguientes a la fecha de calificación de la demanda; y

3. El emplazamiento al demandado para que concurra a la audiencia de la


conciliación con el escrito de contestación y sus anexos.

Comentario: la nueva Ley Procesal de Trabajo se sostiene sobre la base de seis


procesos que son:
1. El proceso ordinario laboral
2. El proceso abreviado laboral
3. El proceso impugnativo de laudos arbitrales económicos
4. El proceso de ejecución
5. El proceso no contencioso
6. El proceso contencioso administrativo.

La nueva Ley Procesal de Trabajo hace alusión a cada uno de ellos, e inclusive
da a entender que el proceso cautelar formaría parte de este bagaje, sin embargo
nosotros no lo hemos considerado por ser este un proceso que depende de uno
principal, por lo que en estricto no tiene autonomía. Asimismo en el caso del
proceso contencioso administrativo, la nueva Ley Procesal de Trabajo establece
que es el juez encargado de llevarlo a cabo en la medida que se trate de un
conflicto jurídico originado con ocasión de la prestación personal de servicios de
naturaleza administrativa, tal como sucede por ejemplo con las prestaciones de
servicios ejecutada al amparo de los regímenes de los Decretos Legislativos Nº
276 (carrera pública administrativa) o 1057 (contratación administrativa de
servicios), empero, en este caso igualmente este proceso se regula por sus
propias normas , esto es, principalmente por la ley Nº 27584, Ley que regula el
proceso contencioso administrativo.

Pues entonces este es el escenario procesal específico contenido en la nueva


Ley Procesal de Trabajo. El primero de los procesos y el más utilizado por la
configuración competencial es el proceso ordinario, que es aquel en donde se
ventilan todas las pretensiones relativas a la protección de derechos individuales,
plurales y colectivos, originadas con ocasión de la pretensión personal de
servicios de naturaleza laboral, formativa o cooperativista, referidas a aspectos
sustanciales o conexos, incluso previos o posteriores a la prestación efectiva de
los servicios.
Los procesos laborales pueden adoptar varia formas, y una de ellas es la
ordinaria. Se puede afirmar que este carácter ordinario se da en razón de los
fundamentos jurídicos materiales de la pretensión planteada, es decir, el proceso
es ordinario porque discurre en su estructura básica y ello es así por la naturaleza
de la pretensión incoada.

La pretensión da lugar a que el proceso se desarrolle de acuerdo con su


esquema normal o regular o que se lleve a cabo con un programa especial, que
requiere de un mayor o menor número de actuaciones procesales, pero en
definitiva diferente al proceso ordinario.

El proceso es ordinario porque está pensado en que su estructura es la necesaria


para que se lleve a cabo las actuaciones procesales correspondientes; es
ordinario porque se trata del modelo típico y básico para el desarrollo de las
actuaciones procesales tendientes a dar solución a los problemas más
recurrentes del ámbito de las resoluciones laborables.

Todo lo contrario ocurre con los procesos no ordinarios, a los que podríamos
llamar también procesos especiales o típicos. Debido a la especial naturaleza de
la pretensión que se quiere hacer valer, no resulta coherente utilizar el proceso
ordinario laboral, pues seguramente ello impedirá la inadecuada tutela
jurisdiccional. En efecto, la razón de ser de estos procesos no ordinario es que
el proceso ordinario laboral no se convierta en un instrumento que retarde o
distorsione la apropiada protección de los derechos en cuestión, máxime cuando
es totalmente factible que mediante un proceso especial sí puedan protegérseles
de la manera adecuada.

Es esta forma de pensar la que ha dado origen a la creación de otros procesos


especiales, como sería el proceso abreviado laboral, el impugnativo del laudo
arbitral económico, el de ejecución, el no contencioso y el contencioso
administrativo.

Naturalmente las pretensiones ventiladas en ellos no podían incoarse en el


proceso ordinario laboral y viceversa, habida cuenta que este último no garantiza
de ninguna manera la satisfacción plena de los derechos reclamados.
Pongamos un ejemplo. Ante la existencia de un conflicto sobre pago de
beneficios laborales, las partes optan por transar y para ello suscriben un
documento privado con todas las formalidades que exige la ley. Siendo así, y ya
habiendo quedado resuelto el conflicto, es decir, no existiendo ya una
controversia jurídica, lo único que restaría seria darle cumplimiento al acuerdo.
Ocurre que el deudor opta por incumplir el acuerdo, caso en el cual el acreedor
no le queda otro camino más que solicitar tutela jurisdiccional. Como ya no existe
controversia, sería absurdo someter el pedido del acreedor, que es darle
ejecución al documento, aun proceso ordinario laboral, pues este no resulta
idóneo para tal fin, pues está diseñado para solución de conflicto jurídicos con
determinadas características; si ello fuera así, se estaría vulnerando el derecho
del acreedor a la tutela jurisdiccional, pues de ninguna manera podría argüirse
que esta es efectiva. Lo apropiado en este caso es que el trabajador a un
proceso que esté diseñado precisamente para ejecutar este tipo de acuerdos,
como lo es el proceso de ejecución.
La demanda, su calificación y su traslado

2. LA DEMANDA, SU CALIFICACIÓN Y SU TRASLADO

con acierto se ha dicho que “la demanda laboral es la forma en la cual se


constituye el ejercicio del derecho subjetivo público del actor, nacido de la
relación laboral, del contrato de trabajo o de la ley, y cuya finalidad es satisfacer
las pretensiones que en ella se impretan, por el órgano jurisdiccional del trabajo.
Es el acto constitutivo del conflicto jurídico e instrumento formal de las
pretensiones en el proceso laboral, que da lugar a su iniciación y del cual
depende su desenvolvimiento y satisfacción.
Sin embargo, para que la demanda pueda tener eficacia y dar origen al proceso,
la Nueva Ley Procesal del Trabajo exige que se cumpla ciertos requisitos de
admisibilidad y procedencia a los que nos hemos referido al comentar los
artículos 34°, 35° y 36°.

Siendo así, en el ejercicio de su función jurisdiccional, lo primero que debe


efectuar el juez laboral es calificar la demanda incoada, de modo tal que aprecie
si se presentan los mencionados requisitos. Luego de ello deberá expedir la
correspondiente resolución en donde declara la admisión de la demanda o su
inadmisión. Si ocurren estos últimos concederá a un plazo adicional de cinco
días hábiles para que se subsane la omisión o defecto.

Si la demanda es declarada admisible, en la misma resolución el juez correrá


traslado de ella tanto al demandante como al demandado fijando fecha y hora
para la realización de la conciliación, la cual deberá llevarse a cabo entre los
veinte (20) y treinta (30) días hábiles siguientes a la fecha de calificación de la
demanda.

Igualmente, en la misma resolución el juez deberá indicarle al demandado que


asista a la audiencia de conciliación con su escrito de contestación con
respectivos anexos, así como una copia de ellos y el respectivo cargo.

En suma, el auto admisorio debe contener tres puntos esenciales: a) el


pronunciamiento sobre la admisión de la demanda interpuesta; b) la citación a
los sujetos procesales para que concurran a las audiencias de conciliación; y
finalmente, c) el emplazamiento al sujeto pasivo de la relación jurídica procesal
para que cumpla con asistir a la audiencia de conciliación convocada y para que
acuda a tal audiencia provisto de su escrito de contestación de demanda y de
los correspondientes anexos.

Es de resaltar que, en virtud del artículo 122° del código procesal civil, la
resolución que no cumpla con estos puntos será nula, no produciendo ningún
efecto jurídico. Excepcionalmente, y solo tratándose del último punto, es posible
que la resolución no devenga en nula en la medida que el emplazado convalide
el acto procesal asistiendo a la audiencia con su escrito de contestación y sus
anexos a pesar de que en el auto admisorio no se haya señala ello.

3. EL NUEVO MODELO DEL PROCESO LABORAL, EN LO QUE


RESPECTA A LA ADMISIÓN DE LA DEMANDA Y LA CITACIÓN A LA
AUDIENCIA CONCILIATORIA.

Es claro que la nueva Ley Procesal de Trabajo nos muestra una estructura del
proxceso ordinario laboral muy distinta a la que regulaba la Ley N° 26636, y en
esta diferencia tiene mucho que ver la preponderancia de la oralidad.

Antes que nada es importante referirnos a la calificación de la demanda y, en


este sentido, debemos decir que ella supone que el juzgador debe evaluar el
cumplimiento de una serie de condiciones y requisitos que la ley exige. En este
caso, podemos decir que no existe una gran diferencia con lo regulado por la Ley
N° 26636, ya que ella igualmente le imponía al juez la obligación de calificar la
demanda en los mismos términos en que se lo exige la Nueva Ley Procesal de
Trabajo.

Tratándose del proceso ordinario laboral, lo primero que debe verificar es el


cumplimiento de los requisitos de admisibilidad y procedencia contenidos en el
artículo 16° y 17° de la Nueva Ley Procesal de Trabajo. Luego de establecer su
presencia de forma correcta, el juez declarará admisibilidad de la demanda y
ordenará que se continúe con el trámite del proceso. Sin embargo, ante la
omisión o defectos de estos, podrá disponer la inadmisibilidad y la improcedencia
de la demanda, según sea el caso.

En puridad, la calificación supone que el juez laboral realice un análisis profundo


y primario sobre la parte formal y sustancial de la pretensión, corroborando la
existencia de las formas requeridas y, preliminarmente, que la pretensión es
susceptible de ser ventilada judicialmente.

Posteriormente a la calificación, el juez laboral ordenará que se le corra traslado


al demandado. Y aquí sí hay una importante diferencia con la predecesora de la
Nueva Ley Procesal de Trabajo.

Con la Ley N° 26636 después de presentada la demanda y resuelta su admisión,


se le corría traslado al demandado para que este pueda contestar la demanda
de forma escrita, pudiendo reconvenir, plantear excepciones y formular
cuestiones probatorias.

Ello suponía que podrían presentarse varias situaciones que dilataban


largamente al proceso. Así, por ejemplo, lo más recurrente era que en su escrito
de contestación el demandado formule excepciones y cuestiones probatorias.
Ante ello, estas debían serles notificadas al demandante para que las absuelva.
Solo luego de ello o de transcurrido el plazo legal es que el juez citaba a las
partes a audiencia única. En este caso estamos hablando que desde la fecha de
planteada la demanda hasta que efectivamente se realice la audiencia
transcurrieron aproximadamente 6 o 7 meses.

Sin embargo, dada la regulación contenida en la Ley N° 26636, el trámite podía


durar aún más. Así, si junto con la contestación de la demanda se planteaba una
reconvención-asumamos que en el mejor de los casos la demandada no formula
excepciones ni cuestiones probatorias, debía trasladársele ella al demandante a
efectos de que efectúe la correspondiente contestación. Si en esta contestación
el demandante formula excepciones o cuestiones probatorias, ellas debían serle
comunicadas al demandado a efectos de que las absuelva. Al igual que en el
caso anterior, luego de ello o de transcurrido el plazo legal el juez citaba a las
partes a audiencia única. En este supuesto estamos hablando que, en el mejor
de los casos, desde la fecha en que se planteó la demanda hasta que
efectivamente se realizó la audiencia, transcurrió aproximadamente un año.

No obstante, la Nueva Ley Procesal de Trabajo nos trae una regulación más
prolija y eficiente, pues se recortan los plazos de manera radical sin menoscabar
los derechos de las partes. Como se observa de la revisión del texto del artículo
42° de la Nueva Ley Procesal de Trabajo, se destacan dos aspectos del periodo
que abarca desde la admisión de la demanda hasta el emplazamiento al
demandado para que concurra a la audiencia.

El primero de ellos es el recorte del tiempo que transcurre entre la admisión de


la demanda y la citación para la audiencia de conciliación. La Nueva Ley
Procesal de Trabajo dispone que la citación a las partes a audiencia de
conciliación debe ser fijada en día y hora entre los 20 y 30 días hábiles siguientes
a la fecha de la calificación de la demanda.
Y ello no admite dilación en la medida que la fijación del día y hora para la
realización de la audiencia se efectúa de manera independiente a la contestación
de la demanda y de cualquier otro tipo de defensa que pretenda hacer el
demandado.

En efecto, si tenemos en consideración que el empleador demandado se


encuentra impedido de reconvenir, que su contestación la debe efectuar durante
la audiencia de conciliación y que si desea formular alguna excepción o cuestión
probatoria deberá hacerla también durante la audiencia y forma oral, es claro
que nada impide que se establezca la fecha de la audiencia de conciliación para
un momento más pronto que el regulado en la Ley N° 26636.

Debemos dejar en claro que esta regulación no vulnera derechos del


demandado, dado que si bien se encuentra impedido de reconvenir en el proceso
que se ha incoado en su contra, nada le impide que pueda hacer valer los
derechos que alega en otro proceso. La razón para establecer esta restricción
no es otra que la celeridad y tutela urgente de los derechos del trabajador.

Igualmente, tampoco se transgreden los derechos del demandado cuando se


dispone que asista directamente a la audiencia de conciliación con su suscrito
de demanda, pues lo importante en este caso es que se le otorgue u plazo
razonable para que pueda efectuar su contestación de demanda.

En este caso, es de resaltar que, contrariamente a lo que piensan algunos


autores, el plazo concedido por la Nueva Ley Procesal del Trabajo no
necesariamente siempre será mayor al que regulaba la Ley N° 26636, que era
de 10 días. A estos efectos es importante leer adecuadamente la norma, pues el
literal b del artículo 42° de la Nueva Ley Procesal del Trabajo establece que la
citación a las partes a audiencia de conciliación se hará entre los 20 y 30 días
hábiles siguientes contados desde de calificación de la demanda, y no desde la
fecha en que la demanda fue notificado con la resolución que la contiene, lo que
no quiere decir otra cosa que ente el día en que se calificó la demanda lo que
constará en el auto admisorio y en el día en que se lleve a cabo la audiencia
deberán haber transcurrido como máximo 30 días hábiles y como mínimo 20 días
con la misma calidad.

De esta manera, si conforme al artículo 17° de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
el juez laboral debe calificar la demanda dentro los 5 días hábiles siguientes de
recibida, la resolución que contiene la fecha y hora para la realización de la
audiencia podría serle notificada al demandado antes o después de los 10 días
anteriores a la fecha en que se deberá llevar a cabo la audiencia de conciliación.
De hecho, podría ocurrir que el demandado sea emplazado con la aludida
resolución 15 días antes de la fecha de la realización de la audiencia; también
podría darse el caso que ello ocurra días antes del día fijado para la audiencia.
Tanto como en uno como en otro caso las notificaciones serán válidas. El único
caso en que el emplazamiento sería invalido y, por lo tanto, debería fijarse una
nueva fecha para la audiencia, seria aquel en el que se le notifique al
demandante con dos días de anticipación al día en que se deberá llevar acabo
la audiencia de conciliación, pues esto implicaría transgredir el artículo 147° del
Código Procesal Civil, que establece entre la notificación para una actuación
procesal y su realización, deben transcurrir por lo menos tres días hábiles, salvo
norma en contrario.
En suma, a diferencia de la Ley N° 26636, La Nueva Ley Procesal del Trabajo
no establece un plazo fijo o determinado para que el demandado pueda
contestar la demanda, pero por aplicación supletoria del Código Procesal Civil,
este plazo no podrá ser menor de tres días, dado que, además de contravenir el
mencionado artículo 147°, también se le estaría colocando en un estado de
indefensión, violando con ello sus derechos al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional efectiva.

En el plano factico, podemos afirmar que el hecho de que el demandante tenga


más o menos días para contestar su demanda dependerá, en un primer
momento, el juez y, en un segundo momento, de los responsables de las
notificaciones, pues si estos realizan su función en menor tiempo del máximo
concedido por ley, lograran que el demandado conozca de la resolución en
cuestión con más días de anticipación al día en que se celebrará la audiencia de
conciliación.

Ahora bien, el segundo de los aspectos a destacar es el momento y cómo se


realiza la contestación de la demanda. Como hemos dejado notar, el demandado
ya no debe presentar su escrito de contestación ante las mesas de parte del
Poder Judicial para, luego de ser calificado, esperar que se le notifique la
resolución que contiene la fecha de la realización de la audiencia única. Con la
nueva norma adjetiva laboral la contestación deberá ser presentada el mismo
día de la audiencia de conciliación y personalmente ante el juez. Ello implica un
ahorro de tiempo abismal con relación a lo que establecía y ocurría en la práctica
según la Ley N° 26636. No existe posibilidad de dilación por parte del
demandado, salvo por error o deficiencia del juez.

En suma, consideramos que la regulación de la Nueva Ley Procesal del Trabajo


en donde prima la oralidad es más deficiente a la luz de la protección adecuada
de los derechos del trabajador, pues erradica formalismos innecesarios que a la
larga terminaban por demorar el proceso de modo absurdo. Recordemos que
justicia retardada es justicia denegada o, como acertadamente se ha dicho,
“justicia retardada no es justicia”.
ART. 43°.- AUDIENCIA DE CONCILIACION
La audiencia de conciliación se lleva a cabo del siguiente modo:

1. La audiencia, inicia con la acreditación de las partes o apoderados y sus


abogados. Si el demandante no asiste, el demandado puede contestar la
demanda, continuando la audiencia. Si el demandado no asiste incurre
automáticamente en rebeldía, sin necesidad de declaración expresa, aun
cuando la pretensión se sustente en un derecho indisponible. También
incurre en rebeldía automática si, asistiendo a la audiencia, no contesta la
demanda o el representante o apoderado no tiene poderes suficientes
para conciliar.
El rebelde se incorpora al proceso en el estado en que se encuentre, sin
posibilidad de renovar los actos previos.

Si ambas partes inasisten, el juez declara la conclusión del proceso si, si


dentro de los treinta (30) días naturales siguientes, ninguna de las partes
hubiese solicitado fecha para nueva audiencia.

2. El juez invita a las partes a conciliar sus posiciones y participa activamente


a fin de que solucionen sus diferencias total o parcialmente.
Por decisión de las partes la conciliación puede prolongarse lo necesario
hasta que se dé por agotada, pudiendo incluso continuar los días hábiles
siguientes, cuantas veces sea necesario, en un lapso no mayor de un (1)
mes. Si las partes acuerdan la solución parcial o total de su conflicto, en
el acto, aprueba lo acordado con efecto de cosa juzgada; asimismo,
ordena el cumplimiento de las prestaciones acordadas en el plazo
establecido por las partes o, en su defecto, en el plazo de cinco (5) días
hábiles siguientes. Del mismo modo, si algún extremo no es controvertido,
el juez emite resolución con calidad de cosa juzgada ordenando su pago
en igual plazo.
3. En caso de haberse solucionado parcialmente el conflicto, o no haberse
solucionado, el juez precisa las pretensiones que son materia de juicio,
requiere al demandado para que presente, en el acto, el escrito de
contestación y sus anexos; entrega una copia al demandante; y fija día y
hora para la audiencia de juzgamiento, la cual debe programarse dentro
de los treinta (30) días hábiles siguientes, quedando las partes notificadas
en el acto.
Si el juez advierte, haya habido o no contestación, que la cuestión
debatida es solo de derecho, o que siendo también de hecho no hay
necesidad de actuar medio probatorio alguno, solicita a los abogados
presentes exponer sus alegatos, a cuyo término, o en un lapso no mayor
de sesenta (60) minutos, dicta el fallo de su sentencia. La notificación de
la sentencia se realiza de igual modo a lo regulado para el caso de la
sentencia dictada en la audiencia de juzgamiento.

1. LA AUDIENCIA DE CONCILIACION Y SUS PRINCIPALES


CARATERISTICAS

1.1. La conciliación extrajudicial y la judicial


En términos generales, la conciliación es un mecanismo alternativo de
solución laborales en el que puede ser parte un trabajador, ex trabajador,
jóvenes en formación, personas en capacitación para el trabajo, la
organización sindical o prestadores de servicio que invocan subordinación,
y la persona que se beneficia de los servicios de los servicios, comúnmente
denominada empleador, en virtud de la cual las partes exponen sus
perspectivas ante un tercero, que colabora para que estas superen sus
diferencias, identificando los intereses de las mismas. El tercero, llamado
conciliador, debe proponer fórmulas de solución para quienes decidirán en
qué términos resolverán su controversia de la manera más acorde con sus
intereses.

La conciliación puede llevarse a cabo de forma extrajudicial o de forma


judicial. Es extrajudicial cuando, antes de iniciar cualquier acción judicial
tendiente a solucionar la controversia, una de las partes decide someterla
ante un tercero a efectos de darle solución al problema. Cabe precisar que,
según nuestra normativa, la conciliación en algunos casos resulta
obligatoria, mientras que en otros no lo es. Así, por ejemplo, la Ley de
Conciliación, Ley N°26872, establece que son materia de conciliación las
pretensiones determinadas o determinables que versen sobre derechos
disponibles de las partes, tales como los alimentos, régimen de visitas,
tenencia, división y partición de bienes, liquidación de la sociedad de
gananciales, obligación de dar suma de dinero, obligación de dar, de hacer
y no hacer, desalojos por incumplimiento de contrato, desalojo por
precario, desalojo por vencimiento del contrato, desalojo por falta de pago,
indemnizaciones, incumplimiento de contratos, pago de alquileres, entre
otros que sean de libre disposición de las partes.

La conciliación extrajudicial por los conflictos derivados de una relación de


trabajo no es obligatoria, sino facultativa, y se rige de modo especifico por
el Decreto Legislativo N°910, norma que establece que la conciliación esta
destinada a promover el acuerdo entre empleadores y trabajadores o ex
trabajadores a fin de encontrar una solución autónoma a los conflictos que
surjan en la relación laboral.

Por su parte, la conciliación judicial es aquella que se lleva a cabo durante


el mismo proceso judicial, y se instaura como una etapa del proceso. Se
trata de “un acto intraproceso donde las partes a través de un
procedimiento obligatorio y bajo la dirección del juez, van a intercambiar
sus puntos de vista sobre sus pretensiones y propuestas de composición,
atribuyendo a los acuerdos que logren, los efectos de la cosa juzgada y
sancionando pecuniariamente a quien se resiste a ello”

Durante la etapa de conciliación judicial, luego de escuchar la posición de


cada una las partes, el juez propone una fórmula conciliatoria, la que puede
ser aceptada o rechazada por las partes, incluso, puede serlo solo por una
de ellas, no obstante, la conciliación solo habrá logrado su objeto cuando
todas las partes en litigio estén de acuerdo. De esta manera, si ambas la
aceptan, el acuerdo se hará constar en un acta firmada por ellas y
refrendada por el juez, quedando en litigio culminado. Cabe recalcar que
el acta de conciliación tiene la calidad de una sentencia con la autoridad
de cosa juzgada.

1.2. La conciliación extrajudicial y la judicial


La doctrina le reconoce a la conciliación judicial una serie de
características, que son las siguientes:

a. Es un acto jurídico, porque requiere de la expresión o manifestación


de voluntad de las partes (justiciables) para que se creen, regulen,
modifiquen o extingan relaciones jurídicas sobre derechos disponibles.
b. Es un acto procesal, porque es realizado por las partes dentro de un
proceso judicial, poniendo a fin a la controversia judicial; asimismo
requiere de la probación de juez para que sea válida.
c. Es un acto complejo, porque puede contener concesiones reciprocas,
o un allanamiento, un desistimiento, una novación, mutuo disenso,
etc. o inclusive algunas o todas ellas parcialmente en combinación
d. Es un acto Solemne, porque debe llevarse en una audiencia judicial
dirigida exclusivamente por el juez, ha de ser aprobada por él, y debe
ser registrada en un acta formal y suscrita por todas las partes,
incluyendo al juez y al secretario correspondiente. Esta acta debe ser
registrada en libro de conciliaciones del juzgado, el cual es numerado,
y permanece en el órgano judicial en que se llevo a cabo.
e. Es un acto conmutativo, pues las prestaciones acordadas entre las
partes son establecidas de manera expresa, clara y determinada; no
existe ni puede existir aleatoriedad ni incertidumbre No cabe la
imprecisión.
f. Es de libre discusión, ya que se trata de un acuerdo que, como tal,
proviene de la autonomía privada de las partes. En efecto, estas
negocian y pactan sus obligaciones en ejercicio de su libertad d
resolver sus conflictos por sí mismo.
g. Es típicos, porque se encuentra tipificado expresamente por la ley.
h. Es nominado, ya que tiene un NOMEN JURIS, cual es la conciliación
2.-LA AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN JUCIAL EN PROCESO LABORAL.
2.3. CON LA VIGENCIA DE LA LEY N°26636

Si bien es cierto que durante la vigencia de la ley N°26636 la conciliación juega


un rol fundamental al igual lo que sucede a la luz de la ley N°29497, también lo
es que la regulación contenida en esta última norma, a priori, resulta ser más
eficiente, pues independientemente de lo célere del trámite para llegar a ella, se
establece una serie de mecanismo que incentivan y que coadyuvan a la solución
del conflicto jurídico de la manera más prontas posible. Pero la diferencia más
notoria es, sin lugar a dudas, que con la nueva regulación la conciliación no solo
puede dar lugar al acuerdo de las partes, sino también, en la medida que se trate
de una cuestión de puro derecho o de hecho pero sin necesidad de actuar
pruebas, a que el juez laboral pueda dictar la correspondiente sentencia durante
la audiencia misma.

Recordemos que con la vigencia de la ley N°26636 las partes accedían a la etapa
conciliatoria luego de una serie de acto procesales largos y muy lentos. Así, se
llegaban a la conciliación luego de que tanto la demanda, como su contestación
eran admitidas por el juez correspondiente no obstante, estos demoraba mas
cuando las partes formulaban excepciones y /o cuestiones probatoria, pues era
necesario que ellas las absuelvan para continuar con el proceso y llegar a la
conciliación. En resumen, se trataba de al menos de 8 meses contados desde el
día en que se presentó la demanda.

La conciliación se llevaba durante la audiencia única, la que tenía las siguientes


etapas: Saneamiento Procesal, conciliación, fijación de punto controvertido,
saneamiento probatorio y actuación probatoria.

En buena cuenta al conciliación se realizaba luego de que se haya saneado el


proceso y comprobado que entre las partes existe una relación jurídico –
procesal valida. Siendo así, el juez invitaba a las partes a conciliar el conflicto
pudiendo conciliarse en forma total o parcial el petitorio contenido en la demanda
lo que se hacía constar en el acta de la invitación a conciliar y de la falta de
acuerdo si fuera el caso.

Si las partes conciliaban totalmente, el juez daba por concluido el proceso,


haciendo constar todos los acuerdos en la respectiva acta; sin embargo, si ello
no era así, es decir, si no había conciliación u esta se daba de manera parcial,
el juez continuaba con la audiencia, pasando a fijar los puntos controvertidos y a
llevar a cabo las subsecuentes etapas del proceso.

2.4. CON LA VIGENCIA DE LA LEY N° 29497

Con la vigencia de la ley N°29497, luego interpuesta la correspondiente


demanda, el juez laboral expide resolución en la dispone su admisión, fijando en
ella también la fecha para la realización de loa audiencia de conciliación y
emplazando al demandado para que concurra en dicha audiencia con su escrito
de contestación y sus anexos.

Como se advierte, el tramite para llegar a la audiencia de conciliación es


muchísimos más breve que el regulado por la ley N° 26636 y en esta tarea tiene
mucho que ver la incorporación al nuevo proceso laboral del principio de oralidad.
Con acierto se ha señalado que “las celeridad es un resultado; Es el resultado
de instaurar un proceso oral, concentrado, y en el que el juez está en contacto
con las partes, las pruebas y las causas. La celeridad, conocida también
´concentración temporal´, refiere a un proceso estructurado en plazos breves, es
decir, con momento procesal. Sencillamente recortados hasta suprimidos con
relación a otros procesos, sobre todo el proceso ordinario es conocimiento civil
con templado en la mayoría de las legislaciones”

En efecto, la instauración de la oralidad en el nuevo proceso laboral supone, por


un lado una aligeración de las formas procesales y, por otro lado, y como
consecuencia de ello una mayor rapidez en la evolución del proceso
principalmente en el que se refiere a su desarrollo y a la cercanía entre uno y
otro acto procesal, de manera que si tenemos en consideración que con la
oralidad de buscar suprimir los actos procesales no esenciales definitivamente
el proceso resulta ser mucho más corto.
3. EN TRÁMITE DE LA AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN
3.1 LA ACREDITACION DE LAS PARTES

El inicio de la audiencia de conciliación se da con la acreditación o verificación


de la identidad del demandante, del demandado de los apoderados o
representantes de los sujetos procesales y, si fuera el caso, de los abogados
patrocinantes de los primeros de los nombrados.

Tratándose de la parte demandante, en principio será el mismo titular del


derecho quien deba participar en la audiencia; no obstante, si existe legítimo
poder, podrá verse representada por otra persona. En este caso a efecto de
poder participar, será necesario que esta última no solo acredite la
representación con el poder correspondiente, el cual deberá constar en escritura
pública o en acta suscrita ante el juez, también resultara indispensable que
acredite a identidad. Cabe resaltar que el solo hecho de exhibir el documento
nacional de identidad no concede la habilitación para actuar en la audiencia, se
requiere además de dicho documento de identidad se encuentre vigente. Existe
cierto cuestionamiento al hecho de que si una persona no cuenta no los stickrs
de votación correspondiente no podrá participar en la audiencia; no obstante
consideramos que ello no es impedimento alguno, en la medida que no niega ni
pone en duda la identidad de la persona.

En el caso del demandado, la figura es similar, pues si se trata de una persona


natural se aplicarán las mismas reglas, sin embargo si se trata de una persona
jurídica, además deben realizarse algunos apuntes, quien debe hacerlo
mediante un representante legal o un apoderado, según sea el caso quienes
deben contar con las facultades generales y especiales que se requieran en el
proceso. A estos efectos, los representantes legales, de ser una sociedad
irregular deberán presentar exhibir el documento correspondiente de donde se
aprecie expresamente que tiene los poderes suficientes para representarla. De
ser una sociedad regular, esto es, una asociación, una empresa individual de
responsabilidad limitada, o entes similares, los representantes legales deberán
acreditar la representación con la respectiva partida registral de donde se aprecie
que expresamente tiene facultades de representación judicial. En el caso de los
apoderados estos deberán compadecer al proceso con el poder
correspondiente, el cual deberá constar en la escritura pública en el acta suscrita
ante el juez, evidentemente, también deberán acreditar su identidad mediante su
documento nacional de identidad.

En el caso de los abogados patrocinantes, estos deberán su identidad con el


carnet otorgado por el colegio de Abogados correspondiente, el cual
necesariamente contiene todos los datos de identidad del letrado. En el supuesto
de que al momento de asistir a la audiencia de conciliación el abogado no contara
con el mencionado carnet, no por haber sido separado ni suspendido en el
ejercicio de la profesión sino por extravió, perdida, robo u otras situaciones
similares, se podrá identificar con su documento nacional de identidad, para lo
cual el respectivo auxiliar judicial, de ser el caso, deberá verificar que se trata
en efecto de una bogado o, de no poder cerciorarse, deberá concedérsele un
plazo razonable para que acredite su habilitación.
2. INASISTENCIA DE LAS PARTES A LA AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN.

Lo ideal es que a la audiencia de conciliación asistan las partes en litigio puesto


que solo si todas ellas asisten será posible cumplir con su finalidad. No obstante,
pueden presentarse hasta tres situaciones que el demandante no asista, que el
demandado no asista, o que ambas partes no asistan.

En el primer caso, ello constituirá impedimento alguno para que continúe dicha
audiencia, aunque, como es obvio, no habrá conciliación alguna por no estar
presente ambas partes debiendo la parte demandada contestar la demanda.

Diferente efecto se genera en el segundo supuesto, pues si el sujeto pasivo de


la relación jurídica procesal no concurre a la audiencia de conciliación, entonces,
incurrirá en rebeldía, situación esta que no debe solicitarle la contraparte ni
tampoco declararla el magistrado, pues, ante la inasistencia del demandado a la
audiencia de conciliación se le tiene por rebelde en forma autónoma y sin mayor
tramite. La constitución automática del estado de rebeldía opera en todos los
casos de que el demandado no concurra a la audiencia de conciliación incluso
cuando la pretensión ventilada en el proceso laboral se base en derechos de
carácter indisponibles o irrenunciables.
También se le tendrá por rebelde al sujeto pasivo de la relación jurídica procesal
si asiste a la audiencia de conciliación, pero no cumple con contestar la
demanda, situación esta que igualmente, no precisa ser declarada en forma
expresa por el juez ni solicitada por la parte contraria, pues ante tal modo de
proceder del demandado la rebeldía opera automáticamente.
También incurrirá el demandado en rebeldía automática si el representante
operando a través del cual actúa en el proceso se apersona a la audiencia de
conciliación sin contar con las facultades especiales que se exigen para conciliar.
Al respecto, cabe indicar, en principio, que se necesitaría estar provisto de
facultades especiales, porque la conciliación es un típico acto de disposición de
derecho y para ello el poderdante debe haber autorizado en forma expresa la
posibilidad de conciliar. Sin embargo, advertimos en la norma bajo análisis una
contradicción en el texto del artículo 30° de la Nueva Ley Procesal de Trabajo,
que claramente exige que el acuerdo conciliatorio debe ser adoptado por titular
del derecho, lo que excluiría la intervención de cualquier representante o
apoderado para efectuar dicho acto de disposición. En nuestra opinión, dado los
fines que se quieran alcanzar con el medio de solución de conflicto en qué
consiste la conciliación, no debe ponerse reparos para la participación del
representante o apoderado de alguna o de ambas partes, siempre y cuando
efectivamente cuente con facultades especiales para llevar a cabo la conciliación

Si el demandado incurre en rebeldía, cuando comparezca al proceso no se


renovaran las actuaciones procesales que se hubieren realizado antes de su
comparecencia, debiendo seguir el tramite del proceso en el estado en que lo
encuentre al tiempo de su apersonamiento o intervención.
Ahora bien, si tanto el accionante como el accionado faltan a la audiencia de
conciliación en la fecha programada para su realización, al juez no le quedara
otro camino sino declarar la conclusión del proceso; se entiende sin declaración
sobre el fondo. La referida declaración dando termino al proceso se hará
apenas haya transcurrido treinta días naturales de la fecha de la audiencia de
conciliación frustrada por la inconcurrencia de los sujetos procesales, si
ninguno de estos peticiona que se señale nuevo dia y hora para la realización
de una nueva audiencia de conciliación. En otras palabras, si el actor o el
demandado o ambos solicitan dentro del plazo indicado que se convoque a
nueva audiencia de conciliación, entonces, el juez no declarara la conclusión
del proceso sino deberá fijar dia y hora para el desarrollo de la audiencia en
mención.
3. DESARROLLO DE LA AUDIENCIA
Presente el demandante y el demandado en la audiencia de conciliación
primigenia o en la nueva audiencia de conciliación convocada por la ausencia
de las partes a la primera audiencia de conciliación, juez laboral los inviatara a
conciliar sus posiciones y diferencias, y dirigirá dicho acto tratando de
convencer a los justiciables para que lleguen a un acuerdo que ponga fin a la
controversia. Hara uso, pues, de sus dotes de la persuasión, los encaminará a
la autocomposición del litigio, sin que la participación del juez pueda
considerarse como una declaración de ellas a los efectos de la acreditación de
los hechos del proceso, en el caso que ambas partes no llegasen a un acuerdo
conciliatorio.
Si los sujetos procesales lo estiman pertinente, lo que significa que no esta
supeditado a la decisión del magistrado, la conciliación que prolongarse lo
necesario hasta que se tenga que agotada, ya sea que se llegue a un acuerdo
conciliatorio o que el juez advierte que no habrá avenimiento entre las partes.
La prolongación de la audiencia de conciliación puede dars también en los días
hábiles siguientes, debiendo convocarse a la continuación de dicha audiencia
cuantas veces sea necesario, pero siempre que el lapo del tiempo para las
conversaciones de las partes con miras a autocomponer sus diferencias no
exceda de un mes. En este caso, el juez deberá comunicar a las partes de la
fecha y hora de las posteriores sesiones. Esta comunicación se realiza en el
mismo acto en que se decide continuar la sesión en otro momento.

Pero bueno, si el actor y el demandado llegan a un acuerdo conciliatorio


respecto de todas o de algunas de las pretensiones ventiladas en el proceso, el
juez de la causa homologará el referido acuerdo, vale decir, lo aprobara
siempre que el acuerdo verse sobre derechos nacidos de una norma
dispositiva y no se afecten derechos indisponibles y haya participado el
abogado del prestador de servicios de naturaleza laboral,formativa,
cooperativista o administrativa demandante, teniendo la resolución
correspondiente, que aprueba el acuerdo conciliatorio, la calidad de cosa
juzgada, por lo que resulta en el futuro irrevisable e inmutable.

Si las parates llegan a un acuerdo conciliatorio que ponga fia a la controversia,


el magistrado ordenara el fiel cumplimiento de las pretensiones a que se
hubiera obligado los sujetos procesales en el citado acuerdo, lo que deberá
hacerse dentro del plazo fijados los últimos o, en su defecto, dentro de los
cinco días hábiles siguientes a la adopción del acuerdo conciliatoria. Además,
si algún extremo no es controvertido, el órgano jurisdiccional de primera
instancia expedirá resolución en la que dispondrá el pago repectivo dentro del
plazo señalado precedentemente, resolución esta que, puntualizamos, tiene la
autoridad de la cosa juzgada, siendo, pues, irrevisable e inmutable lo recogido
en ella.

Si la partes no hubiesen llegado a un acuerdo conciliatorio que pone fin al


conflicto del interés o si el referid acuerdo fuese parcial y vesa solo sobre
alguna de las pretensiones reclamadas en el proceso laboral, entonces, el
magistrado, en principio, tiene el deber de fijar con exactitud cuales son
aquellas pretensiones que serán objeto del proceso.
Además, el órgano jurisdiccional ordenara al sujeto pasivo de la relación
jurídica procesal que presente en el acto su escrito de contestación de
demanda, asi como los anexos respectivos, de los que entregara una copia de
ellos del actor. A continuación, el juez convocara a las partes a la audiencia
de conciliación se tienen ór notificadas de la convocatoria a la audiencia del
juzgamiento en el mismo acto en que se convoca.
4. LA POSIBILIDAD DE UN PRONUNCIAMIENTO SOBRE EL FONDO DEL
ASUNTO EN LA AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN.

Ya sea que el demandado haya contestado o no, en caso el juez laboral


considere que la cuestión debatida en el proceso fuese solo de Derecho – vale
decir, cuando no es necesario determinar en el proceso los hechos por no ser
controvertidos, debiendo solamente establecerse el Derecho aplicavle al caso
concreto – o que siendo también de hecho no hay necesidad de proceder a la
actuación de ningún medio probatorio - lo que ocurre, por lo general, cuando
únicamente se ha ofrecido prueba documental que no precise de
reconocimiento por su autor o por la persona a quien se refiere o a quien
incumbe dicha prueba -, el citado órgano jurisdiccional pedirá a lo abogados
patrocinantes de las partes que estuvieren presentes que expongan sus
alegatos en defensa de los derechos e intereses de sus patrocinados.

Expuestos por los abogados los alegatos en mención, el juez dictara el fallo –
parte resolutiva- de su sentencia. En este supuesto, la notificación de la
indicada resolución judicial se efectuar de la misma manera que la notificación
de la sentencia emitida en la audiencia de juzgamiento.
Con esto ultimo, se quiere decir que, luego de los alegatos expuestos por los
abogados, en forma inmediata o en un lapso no mayor de sesenta minutos, el
juez hace conocer a las partes el fallo de su sentencia, luego de lo cual señala
el dia y la hora, dentro de los cinco días hábiles siguientes, para la notificación
de la sentencia; excepcionalmente, por la complejidad del caso, puede diferir el
fallo de su sentencia para dentro de los cinco días hábiles, de lo cual informa a
las partes en el acto citándolas para que comparezcan al juzgado para la
notificación de la sentencia, la cual se realiza bajo responsabilidad.
Art. 44° Audiencia de juzgamiento

La audiencia de juzgamiento se realiza en acto único y concentra las etapas de


confrontación de posición, actuación probatoria, alegatos y sentencia.

La audiencia de juzgamiento se iia con la acreditación de las pates o


apoderados y sus abogados. Si ambas partes inasisten, el juez declarar la
conclusiondel proceso si, dentro de los treinta (30) días naturales siguientes,
ninguna de las partes hubiese solicitado fecha para la nueva audiencia.

1. LA AUDIENCIA DE JUZGAMIENTO EN EL NUEVO PROCESO


LABORAL

En el proceso ordinario laboral,luego de realizada la audiencia de


conciliación sin éxito alguno, es decir, sin que las partes lleguen a un
acuerdo conciliatorio que ponga fin la controversia, se da paso a la
denominada audiencia de juzgamiento, la que se desarrolla en acto
único si ello fuera posible, pues, por lo general, puede suspenderse para
ser continuada en otra fecha, dad la excesiva carga procesal del poder
judicial.
La audiencia de juzgamiento concentra las siguientes etapas:
a. Etapa de confrontación de posiciones.
b. Etapa de actuación de los medios de prueba
c. Etapa de alegatos a carga de los abogados patrocinantes de las partes
d. Etapa del dictado de sentencia

La audiencia de juzgamiento en el proceso ordinario laboral comienza con la


verificación por el juez de la identidad del actor y del demandado mediante el
documento respectivo y la de sus abogados patrocinantes, quienes deberán
identificarse con el correspondiente carnet de registro en el colegio de
abogados al que pertenezcan. Si a la audiencia de juzgamiento asisten los
apoderados o representantes de las partes, aquellos tendrán que identificarse,
igualmente, con su documento de identidad, y, además,deberán contar con el
poder correspondiente para litigar, con las facultades especiales del caso.

Si el demandante y el demandado o sus apoderados no concurren a la


audiencia de juzgamiento debidamente convocada, entonces, el órgano
jurisdiccional pondrá termino al proceso, produciéndose de esa manera la
conclusión anticipada del proceso, sin declaración sobre el fondo. La
mencionada declaración de conclusión del proceso esta supeditada al hecho
de que ninguno de los sujetos procesales haya peticionado la fijación de nuevo
dia y hora para la realización de una nueva audiencia de juzgamiento, lo cual
deberá solicitarse en el plazo de ley, cual es de treinta días naturales siguientes
a la fecha en que debió desarrollarse la primera audiencia de juzgamiento.

2. CARACTERISTICAS DE LA AUDIENCIA DE JUZGAMIENTO

Los principios de oralidad e inmediación son los que caracterizan a la


audiencia de juzgamiento.
El primero de los principios adquiere magna relevancia en la medida que todas
las etapas que comprende esta audiencia se realizan de manera oral. Asi, por
ejemplo, durante la etapa de confrontación de posiciones las partes exponen
los fundamentos de sus pretensiones, sin recurrir en ningún momento a algún
acto procesal escrito. Lo mismo sucede en la etapa de actuaciones de los
medios de prueba, ya que en ella la actuación de las partes se limita a sus
expresiones orales, en especifico a formular y sustentar las cuestiones
probatorias o a las declaraciones que se puedan ofrecer. Ocurre los mismo con
los alegatos, pues las partes expondrán ante el juez sus puntos de vista
respecto a cómo es que debe resolverse la causa. Finalmente, en el caso del
dictado de la sentencia, también estamos ante un acto puramente oral, dado
que, por un lado, el juez realiza el dictado de la parte resolutiva de ella de
manera verbal, pues al margen de que posteriormente notifique el texto de la
sentencia, el resultado de ello lo conocerán las partes por la propia expresión
oral del director del proceso; y, por otro lado, de ser el caso, las partes podrán
impugnar la determinación judicial, lo cual deberán hacerlo también de forma
oral.

De esta manera, el juez laboral apreciará tanto las exposiciones de las partes
como su comportamiento, lo que le servirá de base para formarse una opinión
acerca de la verdad de los hechos.

En lo que respecta al principio de inmediación, debe resaltarse que este opera


de forma integral sobre toda la audiencia de juzgamiento, ya que, tal como esta
estructurada, se logra que el juez laboral tenga cercanía y vinculación con las
partes; además, con ello se busca que todos los actos procesales que la
comprenden se realicen de manera sucesiva, inmediata y unitaria,
concentrando lo mas posible a todos ellos.

3. LA UTILIZACIÓN DE MEDIOS ELECTRÓNICOS EN LA AUDIENCIA


DE JUZGAMIENTO

Como hemos señalado anteriormente, uno de los mecanismo que tienen por
objeto controlar y registrar a la oralidad,es la utilización de los medios
electrónicos que dejen constancia de todas las actividades de las partes, esto
con el único fin de que posteriormente no se desconozcan tales hecho y,
finalmente, se distorsionen los alcances de las defensas de las partes.

Asi, si bien con la oralidad se privilegia la habilidad oral de las partes


involucradas, en especial de los abogados, cabe la posibilidad de que de nada
o poco sirvan estas virtudes si no hay constancia de ellas. Es importante tener
siempre presente que el juez es un ser humano, al igual que los litigantes y los
abogados y, por lo tanto, también esta sujeto a olvidar o confundir las cosas,
maxime cuando sobre él recae una gran carga procesal.

Siendo así, a diferencia de lo que ocurre en la audiencia de conciliación, en


donde no es indispensable tener en consideración lo que las partes expresan,
sino solamente su decisión final si es que se llega a un acuerdo conciliatorio, en
la audiencia de juzgamiento si se hace necesario que se registre toda actividad
y expresión de las partes, y ello en principio debe efectuarse mediante medios
electrónicos de audio y video que permitan guardar fielmente el contenido de lo
acaecido en la aludida audiencia. No obstante, de no ser posible contar con estos
medios, el registro de lo expresado por las partes se hará constar en la respectiva
acta, la cual contendrá solo las ideas centrales y esenciales vertidas por los
participantes en el mencionado acto procesal.
Art 45.- Etapa de confrontación de posiciones
La etapa de confrontación de posiciones se inicia con una breve exposición oral
de las pretensiones demandadas y de los fundamentos de hecho que las
sustentan.

Luego, el demandado hace una breve exposición oral de los hechos que, por
razones procesales o de fondo, contradicen la demanda
Concordancia
-Nueva ley Procesal del Trabajo: art 44
COMENTARIO
1.LA ETAPA DE CONFRONTACION DE POSICIONES

La etapa de confrontación de posiciones tiene por finalidad que las partes en


litigio se sometan a debate jurídico sus perspectivas con relación a la
controversia, de manera que el juez, sobre la base de estas alegaciones,
complemente su parecer, cambie su punto de vista o se forme un juicio de valor.

La confrontación de posiciones no supone la mera reiteración de los


fundamentos de hecho y de derecho expuestos por las partes en la demanda y
en la contestación, en concreto implica el desarrollo enfático de algún tema en
especial o de algún punto controvertido en particular. La confrontación de
posiciones también se contrae al tratamiento de algún nuevo fundamento
jurídico, jurisprudencial o doctrinal que respalde la posición esgrimida o rebata la
contraria

En primer lugar, es el demandante quien tiene el uso de la palabra y, luego de


ello, será la parte demandada quien la tendrá. En el primer caso, el accionante
deberá comenzar su actuación con la exposición oral de las pretensiones
reclamadas, así como de la fundamentación fáctica de tales pretensiones.
Naturalmente, la expresión del petitorio del demandante debe ser efectuada en
forma concisa, señalando concretamente que es lo que exige del accionado.
Asimismo, el actor debe relatar de forma breve los fundamentos de hecho en
que se basa su pretensión o pretensiones, o sea debe dar a conocer, en forma
sintetizada y sin digresiones, los hechos fundamentales relativos al nacimiento,
desarrollo y/o extinción de la relación jurídica de naturaleza laboral, formativa,
cooperativista o administrativa de la que emana su pretensión o pretensiones.
Cabe precisar que la confrontación de posiciones no se restringe únicamente a
la participación de los abogados, pues es posible que los titulares del o de los
derechos peticionados o sus representantes también puedan participar en ella,
incluso pueden complementarse con los abogados.

Luego de la exposición por el accionante de sus pretensiones y de los


fundamentos facticos correspondientes, le toca el turno al demandado quien
debe narrar, también de manera sucinta y precisa, sus argumentos destinados a
que se declare en su oportunidad la desestimación de la demandada, vale decir,
debe el demandado señalar las razones que ameritan el rechazo de las
pretensiones del actor. Debe, en suma, el accionado señalar aquellas defensas
de forma – como las excepciones procesales- o de fondo que apuntan a
contradecir la demanda y que, por lo general, representan alegaciones
tendientes a hacer notar al juez la inexigibilidad de la obligación reclamada o su
extinción.

Ahora bien, un tema que puede ser muy interesante a la luz del texto del artículo
45 de la nueva ley procesal del trabajo es el referido al derecho de réplica. Como
es fácil advertir de la mencionada norma, ella no hace alusión alguna a esta
figura, empero surge la interrogante de si el hecho de no haber sido mencionada
implica que se encuentra prohibida.

Si tenemos presente que la finalidad de la etapa de la confrontación de


posiciones es encontrar la verdad de los hechos, no existe razón lógica para
pensar que las partes no tienen el derecho de réplica. Consideramos que el
derecho de réplica se encuentra implícito en la regulación del artículo 45 de la
nueva ley procesal del trabajo.

En cuanto a él, podemos afirmar que no se trata de una obligación del juez, sino
de una facultad, la cual puede ejercerla en la medida que con la sola exposición
de las partes no haya quedado clara la verdad que se pretende encontrar. Las
réplicas o contrarréplicas serán determinadas por el juez, pues este, en su
calidad de director del proceso, deberá decidir, en primer lugar, si ellas son
necesarias y, en segundo cuantas de ellas se hacen necesarias.

De ser el caso, el derecho a réplica debe ser concedido por el juez de forma
equitativa y con las mismas garantías, siempre verificando que se efectué en
iguales condiciones, sin que se genere algún tipo de desigualdad entre las
partes.
2. REGLAS A SEGUIR EN LA ETAPA DE CONFORNTACION DE POSICIONES

Aunque el articulo bajo comentario no establece nada al respecto, basándonos


en el principio de oralidad, y en medidas que eviten su distorsión, es claro que
las exposiciones de las partes en la etapa de confrontación de posiciones deben
guiarse por ciertas reglas.
Así, en primer lugar, ellas deben ser claras, lo que supone que el discurso no
debe estar compuesto por palabras o términos ambiguos o abstractos, implica
también que la disertación debe estar dirigida a la cuestión controvertida y no a
hechos que nada tengan que ver con ella

En segundo lugar, las exposiciones deben ser ordenadas, lo que quiere decir
que deben guardar un orden sucesivo de los hechos o las circunstancias que
dan lugar al proceso judicial.
En tercer lugar, las exposiciones deben ser breves o sucintas, de manera que la
capacidad de síntesis del ponente resultara esencial. Cabe precisar que no debe
confundirse brevedad con rapidez, dado que ambas palabras no necesariamente
encajan en una misma significación. Brevedad implica sobre todo ser conciso y
preciso. Por esta razón, es que la nueva ley procesal del trabajo no ha
establecido un plazo determinado para las exposiciones, lo que da lugar a que
sea el propio juez quien, sobre la base del principio de razonabilidad, establezca
el tiempo necesario, se busca con ello evitar dilaciones en el proceso.

Finalmente, las exposiciones deben ser alturadas. Esto quiere decir que debe
guardarse pleno respeto al juez, a las partes en litigio, a sus representantes o
apoderados, a los abogados, a los auxiliares judiciales, o a cualquier persona
que se encuentre en el recinto judicial, de manera que la utilización de
calificativos agraviantes, frases ofensivas o cualquier gesto contrario al orden
público o a las buenas costumbres deberá ser sancionada de acuerdo con la
gravedad de la falta.
Artículo 46.- Etapa de actuación probatoria
La etapa de actuación probatoria se lleva a cabo del siguiente modo:

1. El juez enuncia los hechos que no necesitan de actuación probatoria por


tratarse de hechos admitidos, presumidos por ley, recogidos en resolución
judicial con calidad de cosa juzgada o notorios; así como los medios probatorios
dejados de lado por estar dirigidos a la acreditación de hechos impertinentes o
irrelevantes para la causa.

2. El juez enuncia las pruebas admitidas respecto de los hechos necesitados de


actuación probatoria.

3. Inmediatamente después, las partes pueden proponer cuestiones probatorias


solo respecto de las pruebas admitidas. El juez dispone la admisión de las
cuestiones probatorias únicamente si las pruebas que las sustentan pueden ser
actuadas en esta etapa.

4. El juez toma juramento conjunto a todos los que vayan a participar en esta
etapa.

5. Se actúan todos los medios probatorios admitidos, incluidos los vinculados a


las cuestiones probatorias, empezando por los ofrecidos por el demandante, en
el orden siguiente: declaración de parte, testigos, pericia, reconocimiento y
exhibición de documentos. Si agotada la actuación de estos medios probatorios
fuese imprescindible la inspección judicial, el juez suspende la audiencia y señala
día, hora y lugar para su realización citando, en el momento, a las partes, testigos
o peritos que corresponda. La inspección judicial puede ser grabada en audio y
vídeo o recogida en acta con anotación de las observaciones constatadas; al
concluirse, señala día y hora, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes para
los alegatos y sentencia.
6. La actuación probatoria debe concluir en el día programado; sin embargo, si
la actuación no se hubiese agotado, la audiencia continúa dentro de los cinco (5)
días hábiles siguientes.
Concordancias :
-Nueva ley procesal del trabajo artículos 21,22,24 al 29 y 44
Comentario
1. LA ETAPA DE ACTUACION PROBATORIA
En esencia, la etapa de actuación procesal probatoria tiene por finalidad, en
primer lugar, filtrar los medios probatorios necesarios para búsqueda de la
verdad y, en segundo lugar, extraer el valor de las pruebas para darle sustento
a la decisión final

La etapa de actuación probatoria se compone de una serie de sub etapas


concatenadas unas a otras, cada una de las cuales permite encontrarle un
sentido a los medios probatorios hasta que se constituyen por su propio valor
como elementos determinantes de la ratio decidendi contenida en la sentencia
judicial.
2.LAS SUB ETAPAS DE LA ETAPA DE LA ACTUACION PROBATORIA
2.1. La determinación de los hechos que requieren actuación probatoria

Luego de culminada la etapa de confrontación de posiciones, el juez da inicio a


la etapa de actuación probatoria, la que comienza a gestarse con la
determinación por parte del juez de los hechos que requieren de actuación
probatoria. Esto supone que el órgano jurisdiccional tiene la obligación de
comprobar que hechos no requieren de ninguna actividad probatoria,
igualmente, debe verificar que medios probatorios resultan inútiles,
inconducentes o improcedentes para la búsqueda de verdad.

En esta tarea, resultan ser hechos que no requieren de actuación probatoria los
siguientes:

a. Los hechos admitidos: son aquellos hechos no controvertidos o que dejaron


de serlo porque las partes los han admitido expresa o tácitamente. La
comprobación de ello se hará principalmente de la revisión de la demanda o su
contestación, o se extraerá de la confrontación de posiciones o de cualquier otro
acto procesal en los que las partes se hayan pronunciado sobre el fondo del
asunto.

b. Los hechos presumidos por la ley: se entiende en forma absoluta o iure et de


iure, ya que, si la presunción legal fuese relativa o iuris tantum, entonces, si cabe
la prueba en contrario y, por ende, si es posible hablar de actividad probatoria en
este último supuesto.
c. Los hechos recogidos en una resolución judicial con autoridad de cosa juzgada
y, por lo tanto, irrevisable e inmutable. Al respecto, debemos advertir que la
resolución en mención debe estar referida a las partes en uno y otro proceso,
pues, de lo contrario, si se tratara de personas extrañas en ambos procesos, no
les alcanzarían a los sujetos del segundo proceso los efectos de la cosa juzgada
del primero.

d. Los hechos notorios o de público conocimiento: se trata de aquellos hechos


respecto de los cuales se sabe – no se presume -

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