Você está na página 1de 22

"Porque de tal manera amó Dios al mundo

que nos ha dado a su Hijo unigénito...":


Jn. 3,
16

www.reflejosdeluz.net
La oración del árbol

Sonríe a todos. Cuida las re-


laciones. Mima a los que quieres.Cuen-
ta las estrellas. Llama a tus amigos por
teléfono. Di a alguien: "te quiero mucho". Ha-
bla con Dios. Déjate acurrucar. Delega tareas.
Salta a la cuerda. Ríete. Despierta a tus hijos con tor-
titas con nata. Pide ayuda. Muéstrate débil. Escucha a los gri-
llos. Inventa cosas nuevas. Atrévete a dar pasos. Perdónate. Escríbete
una lista de cosas que haces bien. Da una sorpresa a alguien. Apaga
la TV y habla. Sueña despierto. Aprende algo que siempre has deseado.
Permítete equivocarte. Agradece a Dios que haga sol. Mira llegar la prima-
vera. Déjate cuidar. Date un placer en el desayuno. Descubre los gustos de
los que te rodean. Prepara sus cumpleaños. Dales una sorpresa bonita.
Abandónate en las manos de Dios. Demuestra tu felicidad. Por hoy no te preocupes.
Mira una flor con atención. Canta por dentro. Prepara una comida nueva. Vive ca-
da minuto intensamente. Sonríe a1 portero. Acepta que tu vecina haga mejor las
croquetas. Encaja las arrugas que van llegando. No te preocupes mucho de tu
salud. Habla poco de te que te due!e. Date una palmada en la espalda.
Dirígete sonriendo a un dependiente. Da los buenos
días al conductor del autobús. Cam-
bia la decoración de tu casa.
Prepara tú mismo
los regalos de
Navidad. Hazle
sentirse impor-
tante a alguien.
Estate atento a
la gente más pe-
queña. Pon la
razón en todo
lo que haces.
Permite que alguien te ayude.
Haz de tu vida un nudo de relaciones. Regala.
Comprométete a vivir con pasión: que el mundo sea mejor depende de ti.
DINÁMICA DE ADVIENTO

Un curso más nos disponemos a celebrar el Adviento, la llegada de


Jesús a nuestros corazones. En esta ocasión hemos elegido el símbolo
de EL ÁRBOL DE NAVIDAD por ser muy conocido por los niños
y porque nos recuerda las fechas a las que nos aproximamos.

El adviento se celebra a lo largo de 4 semanas, culminando en el día 24 de diciembre.

Como preparación y motivación para la venida de Jesús hemos pensado hacer hincapié
en los personajes principales que aparecen en el misterio de Dios encarnado. Cada
semana dedicaremos especial atención a estos personajes teniendo en cuenta los valores
que nos transmiten a nivel humano y cristiano.

Por ello, construiremos un árbol de navidad en cartulina para cada clase y, en las fechas
indicadas abajo, pondremos una bola con el personaje escrito en su interior.

También añadimos textos que nos parecen interesantes para celebrar este tiempo de
adviento que posiblemente podáis utilizar con los alumnos más mayores.

Los personajes y sus valores son:


LUNES 29
ANGEL Anuncia, comunica, proclama, transmite alegría, ofrece esperanza…

JUEVES 2
PASTORES Transmiten el mensaje, salen de su tristeza, ofrecen lo que tienen…

JUEVES 9
MARÍA Se pone al servicio de Dios, escucha, goza, se alegra, calla…

LUNES 13
JOSÉ Está junto a María, guarda silencio, protege a Jesús, ofrece cariño…

MIÉRCOLES 15
R. MAGOS Buscan a Jesús, viajan sin descanso, ofrecen sus tesoros,

VIERNES 17
JESÚS Nos recuerda la importancia de amar, perdonar, alegrar, ser solidarios,…
Dios que se hace niño para hacerse cercano a nosotros.

A continuación ofrecemos las bolas en papel para recortar y poner en el árbol así como
algún texto haciendo referencia al adviento y navidad para que lo utilicéis en las clases.
Anuncia
comunica
proclama
transmite alegría
ofrece esperanza
Transmiten el mensaje
Salen de su tristeza
Se alegran
Ofrecen lo que tienen
Está al servicio de Dios
Escucha
Goza
Se alegra
Guarda silencio
Ofrece amor

Está junto a María


Admira
Protege a Jesús
Cuida del Hijo de Dios.
Ofrece cariño.

Buscan a
Jesús

Viajan sin descanso


Ofrecen sus tesoros
Nos recuerda la importancia de amar,
perdonar, alegrar, ser solidarios…
Dios que se hace niño para hacerse
cercano a nosotros.
Mis doce peticiones a los Reyes
Magos.
• Una estrella pequeñita, que no sea artificial, para enseñarla a
los que buscan en la noche.
• Una copia del arco iris, para ponerlo donde haya guerras.
• Un retrato del Niño Jesús, para imitarle.
• Las palabras que comentaron María y José, para guardarlas y
decirlas.
• Un breve relato de vuestro viaje, que explique con más detalle
lo de la estrella y lo del Niño, y la historia de vuestra vida
posterior.
• Una historia del cuarto Rey Mago, que gastó todos sus tesoros
en los pobres, enfermos y esclavos.
• Una medicina eficaz para toxicómanos y enfermos del Sida, o
mejor alguna pista que ilumine a los investigadores.
• Lo mismo para el cáncer.
• Algún cuento bonito.
• Un espejo que me diga mis defectos.
• Lo dejo a vuestra elección.
... ... ...
La leyenda del árbol de navidad

Era Nochebuena. Todo el día había nevado, pero al final de la tarde,


la nieve había dejado de caer y el cielo estaba todo cubierto de estrellas.

Un leñador volvía a su casa, atravesando el bosque oscuro y frío. El


hombre venía preocupado y triste porque se le había hecho tarde, la noche
lo había sorprendido en el bosque y estaba sumamente cansado. Además,
habría querido llevarle a su familia algún presente por ser Nochebuena y
nada había encontrado.

Aunque quería llegar pronto a su hogar, pues anhelaba compartir esta


noche tan especial con su esposa e hijos, el hombre se detuvo unos
instantes a reposar. Cuando de pronto, quedó maravillado. Sus ojos no
daban crédito a tanta belleza: frente a él, un pequeño abeto parecía alzarse
hacia el cielo y miles de estrellas se posaban en sus ramas, como
recubriendo sus verdes brazos con hilos de plata.

Estaba ahí contemplando tanta belleza, cuando una voz le habló. El


no sabía de donde venía, pero de pronto descubrió que era el pequeño abeto
que le decía: "Tómame y llévame a tu casa". Pero el hombre, no quería
estropear el arbolito. Sin embargo, éste insistió: "Soy tu regalo de Navidad.
Vamos, llévame a tu casa".
Entonces el leñador cortó el abeto con gran delicadeza pues no
quería dañarlo y lo llevó a su hogar, donde lo esperaban su mujer y sus dos
pequeños niños. Como por milagro, las estrellitas se había quedado
prendidas del árbol y durante toda la noche iluminaron la humilde casa del
leñador, transformándola en la más bella noche que jamás hayan vivido.

EL ACEBO Y LOS PAJARITOS

Como el invierno se aproximaba, todos los pajaritos del bosque


decidieron emigrar. ¡Qué frío haría en esas tierras, se llenarían de nieve y
sin duda las azotaría el viento!

Solamente un pajarito resolvió quedarse en su nido. Lo había hecho


en un acebo y era tan acogedor. Pero en realidad, lo que el pajarito quería
era otra cosa: él anhelaba la llegada de la Navidad para pedirle a Jesús algo
sumamente especial.

El frío invierno llego con toda su crudeza. Caía la nieve, soplaba el


viento y el pobre pajarito estaba medio congelado y muerto de hambre
esperando con paciencia que llegara la Navidad.

Al final, cuando pensaba que casi no le quedaban fuerzas, llegó


Nochebuena. Entonces, reuniendo todo su ánimo y empujado por su
confianza, emprendió vuelo hasta el pesebre del pueblo, llegó hasta la
imagen del niño recién nacido y le dijo:

- Querido Jesús, te he esperado tanto para pedirte un favor, ¿podrías decirle


al viento del invierno que no estropease mi nido? Así, podría quedarme
hasta la primavera y esperar el regreso de mi hermano que un día se perdió
en el bosque.

El niño Jesús le sonrió, lo miró con ternura y llamó a un ángel, al que


le pidió que se encargara de cumplir el deseo del pajarito.

Desde entonces, el acebo conserva sus verdes hojas durante todo el


invierno y, además, para distinguirlo de otras plantas, luce también
pequeñas bayas rojas y brillantes.

Como si fuera poca la enorme alegría del esforzado y tierno pajarito,


sucedió que al regresar a su nido después de visitar a Jesús, ¡encontró ni
más ni menos que a su perdido hermanito! Ahora, los dos juntos celebraron
la generosidad del Niño Dios.
La historia del primer
pesebre
Hace muchos, muchos años, en el año 1182, nació en la ciudad de Asís un niño
al que bautizaron con el nombre de Francisco. Su padre era un rico comerciante y su
madre, una piadosa mujer que enseñó al niño a amar a Dios.

Francisco creció alegre y despreocupado junto a sus amigos, hasta que un día
descubrió que esa vida vacía no lo hacía feliz. El deseaba algo más. Sin saber cómo, una
tarde, llegó a una capillita derruida y abandonada y se puso a orar:

- Señor -decía-, ¿qué quieres Tú que yo haga?

De pronto, la imagen de Cristo que había en el lugar le dijo:

- Francisco, restaura mi Iglesia que ya se derrumba.

El joven entonces, decidió cambiar su vida y ser otro, entregarse a los más
pobres. Regresó a su casa, habló con sus padres y les contó sobre el nuevo rumbo que
daría a su existencia. El padre, indignado, lo trató de mal agradecido y loco, pero
Francisco le devolvió sus ricas vestimentas y comenzó a servir a Dios.

Al principio los habitantes del pueblo pensaban que el muchacho estaba


desquiciado, pero al cabo de un tiempo empezaron a escucharle con respeto, cuando él
predicaba el amor de Dios y la buena noticia del Evangelio.

Algunos de sus antiguos amigos se burlaban de él; en cambio otros, decidieron


imitarle y poco a poco se fueron reuniendo discípulos a su alrededor. Se dedicaban a
orar y predicar la palabra de Dios, formándose así la orden de Los Franciscanos.

Entre otras devociones del muchacho, siempre había sentido un amor especial
por la Navidad. Fue así que recibió otra inspiración del Señor. Se acercaba Nochebuena
y decidió representar la humildad del pesebre tal como sucedió en Belén, ¡hasta con un
burrito y un buey en una pobre gruta en medio de un bosque!. Y así lo hizo, cuando de
pronto, en la noche de Navidad, la gente del pueblo se acercó con antorchas encendidas
a la gruta que Francisco y sus hermanos habían preparado. Cuál no sería la maravilla de
todos los presentes cuando, según dice la tradición, sucedió un milagro: el Niño Jesús
quiso estar de cuerpo presente en medio de ellos. Todos los asistentes pudieron alabar al
recién nacido en ese pobre pesebre, mientras los ángeles entonaban alabanzas y cantos:
tal como sucedió en Belén.

Desde aquél día admirable, en todo el mundo se celebra Nochebuena imitando la


inspiración de San Francisco de Asís, en torno a un humilde pesebre que recibe al Hijo
de Dios.

El último árbol de Navidad


Avisté un carruaje lleno de árboles de Navidad Él destapó la tapa del termo,
Y cada uno tenía un cuento, "¡Tomen, que ESTO les va a gustar!"
El arbolista los paró en hilera Él virtió el vaporoso chocolate
Y los puso a la venta al momento. En tres vasitos de cartón.
Él colocó algunas luces navideñas Ellos brindaron,
Y puso anuncios bien clavados; "¡En honor de la Navidad!"
"ÁRBOLES DE NAVIDAD RECIÉN Y bebieron el chocolate de un jalón.
CORTADOS" "¿Es éste el que te gusta?"
Decían en tinta roja Preguntó el arbolista,
"SE VENDEN ÁRBOLES DE NAVIDAD "¡Este pino es el mejor que tengo enfrente!"
RECIÉN CORTADOS". El niño exclamó triste:
Él se virtió chocolate caliente "Mi papi dice que usted
en una tasa de termo vaporosa, "Lo vende caramente".
Y copos de nieve empezaron a caer "En tal caso, ¡Feliz Navidad!"
En cuanto se detuvo una familia en carroza. Dijo el señor, quien enrolló el árbol con mecate,
Una mamá, un papá y un niño
Con no más que tres años en la mirada "¡Llévatelo, te cuesta sólo una promesa que
Se bajaron y empezaron a buscar "Haz de cumplir en estas fiestas para alegrarte!"
Para Navidad, el perfecto de la arbolada. "En Nochebuena a la hora de acostarte
El niño revisó de arriba a abajo, "Al juntar las manitas para rezar,
Percibiendo la hilera de pinos aromatizantes; "¡Promete en tu corazón
"¡Mami, esto me huele a Navidad! "Que con júbilo la Navidad haz de celebrar!"
"Huele a Navidad en todas partes!" "Ahora, ¡corre a casa!
"¡Llevemos el árbol más grande que podamos! Que este viento helado
"¡Un árbol muy lejos del suelo! "¡Te está dejando bien chapeado!
"¡Un árbol que pase por el techo de la casa! "¡Y pide a tu papá
"¡Un árbol que llegue al cielo!" "Que pode el árbol y lo deje bien parado!"
"Un árbol TAN grande Y así se la pasó
"Que Santa Claus Toda esa noche de viento helado
"Se detendrá, mirará asombrado y dirá, Regalando el arbolista
"‘Vaya, ¡ESE es el árbol navideño más bonito Árbol tras árbol tras árbol
"Que he visto en este Día de Navidad!’" Hasta la última persona
Parecía que contemplaban cada árbol que viniera al puesto;
Por lo menos tres mil veces; Que brindara con chocolate
Papá los sacudía, los estrujaba, les daba vuelta Y en vasito bebiera presto,
Para hallar el mejor de los cipreses. Quienes hicieran la promesa de llevar
"¡Mamá, lo encontré! El júbilo en sus corazones;
"¡El árbol de Navidad que más me gusta de Y que cantando villancicos,
todos! Se esparcieran en todos los rincones.
"Tiene un pequeño espacio pelón, Y cuando todo acabó
"¡Pero eso lo pondríamos en el rincón!" Un sólo árbol quedó sin casa;
"¡Pondremos el ángel de mi bisabuela Pero ya nadie más para regalar
"Encima de la rama que más alto va! Por la calle pasa.
"¡Ay! ¿podemos comprar ese? El arbolista se puso su
"¡¿Si, mami, POR FAVOR?! Abrigo rojo con capucha de esquimal
"¡Ay! ¿podemos comprarlo YA?" Y tirando del último árbol de Navidad
"¿Gustan un poco de chocolate calientito?" Se internó en el matorral.
Preguntaba el señor dueño del lugar. Él dejó el pino justo en un arrollo
En el frío,
Para que criaturas del bosque sin abrigo "Faltan muchos kilómetros por recorrer,
Hicieran del árbol su castillo. "¡Y mucho más qué hacer!
Él se sonrió al limpiarse "Mi amigo, regresemos a casa,
Algo de nieve de la barba, "¡Y comencemos de nuevo este menester!"
Cuando un reno Miró al cielo
De la espesura se asomaba. Y campanillas navideñas él oyó
Él acarició al majestuoso reno Luego,
De enorme cabeza: De un destello,
"¡Tal parece que ¡El arbolista desapareció!
"La Navidad nuevamente empieza!"

LAS FIGURITAS DEL BELÉN


- La Cuna de Jesús
Como esa cunita humilde, acoge a todos con amor.

- María
Con sencillez, María recibe a Cristo y nos regala a su hijo.
Que tú también lleves a todos un mensaje de amor.

- José
Siempre entregado a la voluntad de Dios, como José
confiemos en lo que el Señor nos tenga preparado.

- Pastores
Unas frutas y una oveja le llevan los pastorcitos a Jesús.
Alaba tú también a Cristo con tu esfuerzo y trabajo.

- Reyes Magos
Adoran, alaban y le traen a Jesús sus
presentes. Regálale al Señor tus
pequeños sacrificios para que El los
transforme con su amor.

- Burro
Llevó a María embarazada a
ver a su prima Isabel; luego, a
Belén. Sirve en silencio como ese
burrito a los quienes te lo pidan.

- Buey
Manso y silencioso presenció la
venida de Dios a los hombres. Como este animalito,
acoge a Jesús en tu corazón.

- Ovejas
Dóciles van con los pastores a conocer al niño Dios. Sé parte
del rebaño de Jesús y déjalo hacer en tu vida.

Navidad... Simbolismos
La Navidad es el "Cumpleaños de Jesús"... y la esencia, es que Jesús no quiere ahora
descansar en un pesebre, sino en tu corazón, desde la Eucaristía... ¡y esto es realmente
real!... verdad de vida (Juan 6:53).

Las Velas de Adviento: Son 4, una para cada domingo. Tres son de color "morado", no
alegres, sino de penitencia... y nos indican que tenemos que "limpiar nuestra alma"
durante el Adviento, con el arrepentimiento y una buena confesión, porque Jesús no
puede estar en un alma sucia por el pecado. La Cuarta es "rosa", alegre, del último
domingo, con Jesús llenándote de su amor.

Las Luces: Jesús es "la luz del mundo"... tantas y de tantos colores, son el símbolo del
Espíritu Santo de amores, ¡el de las 7 lámparas del Apocalipsis!... y son tantísimas,
grandes y pequeñitas, porque son también símbolos de ti y de mi, de cada cristiano, que
también somos "la luz del mundo", ¡como Cristo! (Juan 8:12, Apoc.1:13, Mat.5: 14).

Los Villancicos: Parrandas, posadas... son para felicitar a los papás del Niño, a San José
y la Virgen, como hacemos en cada nacimiento... y para glorificar el mismo Niño Dios,
hecho casi nada por nuestro amor.

El Árbol: Cuando nace un niño, alguien importante es la madre, a quien le llevamos


ramos de rosas para felicitarla... pero aquí se trata de la Madre de Dios... así es que no le
damos solo un "ramo", sino "un árbol completo", bien adornado... y puesto en el centro
de nuestro hogar para decirle a María, "si cuando nació tu Hijo no tuviste sitio en la
posada, ¡ven ahora a mi casa!"... y millones de cristianos le ofrecemos a la Virgen María
nuestra casa hoy día.

Pesebre: El más importante... Jesús en un pesebre, con la Virgen y San José. La


Navidad es una "fiesta familiar".

Entusiasmo: Es la característica de la Navidad. "En theus" quiere decir "en Dios"...


cuando se está "en Dios", por fuerza, hay "entusiasmo", alegría, esperanza, ilusión,
sueños lindos de amores... ¡de mil colores!...

Un pensamiento: Mientras haya un niño con hambre, o un pobre que no tenga pan,
podremos tener fiestas, ¡pero no tendremos Navidad!.

La Navidad Diaria: Jesús ahora nos espera cada día en la Eucaristía... y esto no es
símbolo, ¡es realmente real!... nuestra Navidad de cada día... saturarnos a diario de
entusiasmo, de su amor, gozo paz... ¡y darlo a los demás!...
En Belén, Dios se hizo un niño, no podía hablar, lo tenían que limpiar... ¡un niño, pero
era Dios!... ahora en la Eucaristía se hace más humilde todavía, ¡solo vino y pan!...
¡pero es Dios!, exactamente el mismo de Belén... para lo mismo, para llenarnos de su
amor... es la ¡locura del amor de Dios! de 1Cor.1:25... ¡y su flaqueza!, añade el mismo
verso, ¡más poderosa que el mundo entero!... Jesús está enamorado de ti. Te espera
hecho pan y vino cada día. Déjate querer. Ve a recibirlo a diario en la Eucaristía.

EPIFANIA DIA DE REYES

Epifanía, la manifestación de Dios hecho hombre


Esta fiesta tiene un origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de la región europea, el 6 de
enero en la región de Egipto y Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con
evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio
invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice que los
paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén
cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos
en los que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz crece".

Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando
el bautismo de nuestro Señor. Siguiendo la creencia gnóstica los cristianos de Basílides
celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio
trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los
cristianos celebran su nacimiento.

Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual
que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como
respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la
Epifanía se llama en oriente: Hagia phota ( la santa luz).

Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV. donde se
encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD La celebración de esta
fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.

La Epifanía y los Reyes Magos


Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación como la venida de la carne y
manifestación de la divinidad; en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al
mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue
sujeto el Niño Jesús por parte de un grupo de magos (Mt 2 1-12) como símbolo del
reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.

De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres
poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que
por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza
esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que
son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la
tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y
Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana
mas importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164
fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.
El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la
generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en
cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a los
niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores
como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.

En algunos países cómo México se come la Rosca de Reyes

Padrenuestro de la
paz.
PADRE,
que miras por igual a todos tus hijos
a quienes ves enfrentados.
NUESTRO, de todos.
De los cerca de 5.000 millones de personas,
que poblamos la tierra,
sea cual sea nuestra edad,
color o lugar de nacimiento.
QUE ESTÁS EN EL CIELO,
y en la tierra, en cada hombre,
en los humildes y en los que sufren.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE,
pero no con el estruendo de las armas,
sino con el susurro del corazón.
VENGA A NOSOTROS TU REINO,
el de la paz, el del amor.
Y aleja de nosotros
los reinos de la tiranía y de la explotación.
HÁGASE TU VOLUNTAD
siempre y en todas partes.
En el cielo y en la tierra.
Que tus deseos no sean obstaculizados por los hijos del poder.
DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA
que está amasado con paz, con justicia, con amor.
Aleja de nosotros el pan de cizaña
que siembra envidia y división,
porque mañana puede ser tarde:
la guerra amenaza y algún loco puede iniciarla.
PERDONA NUESTRAS OFENSAS
no como nosotros perdonamos,
sino como Tú perdonas, sin dar lugar al odio.
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN
de almacenar lo que no nos diste,
de acumular lo que otros necesitan,
de mirar con recelo al de enfrente.
LÍBRANOS DEL MAL QUE NOS AMENAZA:
de las armas, del poder, de la sociedad de consumo,
de vivir montados en el gasto, porque somos muchos, Padre,
los que queremos vivir en paz.

El Santa Claus original nació en el


siglo IV a. d.C. en la antigua Turquía
en el pueblo de Lycia. En realidad se
llamaba Nicolás de Bari y su aspecto
distaba bastante del
que hoy se le atribuye, pues se le
representaba como un hombre de
complexión delgada y gran estatura
que vestía como un sacerdote. Dos
aspectos de su personalidad que no
han cambiado son notorios: su
generosidad y gran amor por los niños.
El hecho de que se le represente con
tres bolsas
doradas se debe
a que, según cuenta
la leyenda, Nicolás de Bari supo en
una ocasión que uno de sus vecinos se
encontraba en bancarrota y
desesperado por no tener la dote de su
hija, comprometida para casarse en
fecha próxima. Al conocer las
tribulaciones de su vecino, Nicolás
dejó una bolsa con monedas de oro
como un obsequio en la casa del
mercader. La boda se celebró sin
contratiempos. Desde entonces cobró
fuerza la costumbre de intercambiar
regalos en Navidad. El nuevo aspecto
de tan querido símbolo navideño, un
hombre regordete de sonrosadas
mejillas y larga barba blanca se debió
al arte del caricaturista norteamericano
del siglo XIX Thomas Nast, quien
representó así a Santa en una
ilustración. De 1863 a 1886 este
personaje fue el centro de atracción en
la revista Harper's Weekly.

¿Dónde están las manos de Dios?.

Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están olvidados,
cuando la tierra está quebrada y abandonada me pregunto: ¿dónde estarán las manos de
Dios?

Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al


prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino
carentes de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿dónde estarán las
manos de Dios?

Cuando contemplo a esa anciana olvidada, cuando su mirada es nostalgia y balbucea


todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿dónde
estarán las manos de Dios?

Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor; cuando observo a su pareja y a


sus hijos deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se
convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de
Dios?

Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el
alcohol, cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora
harapos sin rumbo ni destino me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?

Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en
su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe
el vestido y sale a vender su cuerpo, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?

Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico, su miserable


cajita de dulces sin vender, cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán titiritando
de frío, con unos cuantos periódicos que cubren su frágil cuerpecito, cuando su mirada
me reclama una caricia, cuando lo veo sin esperanzas vagar con la única compañía de
un perro callejero, me pregunto: ¿dónde estarán las manos de Dios?

Y me enfrento a Él y le pregunto: ¿dónde están tus manos Señor? para luchar por la
justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las
drogas, dar amor y ternura a los olvidados. Después de un largo silencio escuché su voz
que me reclamó, "no te das cuenta de que tú eres mis manos, atrévete a usarlas para lo
que fueron hechas, para dar amor y alcanzar estrellas".

Y comprendí que las manos de Dios somos "TÚ y YO", los que tenemos la voluntad, el
conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y justo, aquellos cuyos
ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos
que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se reten a si mismos para ser las manos
de Dios.

¿Cómo hablar de Dios a los más pequeños?


Apenas saben hablar y ya plantean cuestiones fundamentales sobre la muerte, la
vida... Todos los padres no tienen una vida guiada por la fe que puedan transmitir a sus hijos. Y,
sin embargo, sienten la necesidad confusa de "darles una educación cristiana". ¿Cómo
ayudarles? ¿Qué deben hacer? Las preguntas les llueven a los padres más jóvenes cuando su
chavalines comienzan a decirles cosas como éstas: «¿Pero donde está Dios, papi?», «¿Por qué
no lo veo?». Y confiesan que no saben qué responder a sus hijos.

Los más pequeños asimilan por ósmosis, las vivencias de los mayores (tanto de fe
como de incredulidad). A través de las realidades familiares en los primeros años, y del
ambiente que viva más tarde en la escuela, irá despertándose en ellos la idea de Dios. Son los
«gestos» cotidianos los que conducen a los niños a Dios: sentarse a la mesa preparará la
Eucaristía; el perdón a los hijos iniciará en el sacramento de la Penitencia (o sacramento del
gozo y de la amistad); el diálogo que los mayores mantengan con ellos les abrirá a la oración
cristiana.

Evitar las imágenes falsas de Dios


- Un Dios que nos castiga con frecuencia.
- Un Dios que impone órdenes, del que dependen las guerras, las catástrofes, la muerte...
- Un Dios lejano, al que no podemos llegar.
- Un Dios al que podemos «meter» en una fórmula perfecta, a través de la cual ya lo hemos
conocido plenamente.
- Un Dios definido con términos que no dicen nada a los más pequeños (Todo-bondadoso
expresa al niño mejor lo que es Dios que Todo-poderoso)..
- Deben saber que también para los mayores hay cosas difíciles de entender. Cosas que
ocurren, que Dios no las quiere para nosotros.

¿Cómo hablarles de Dios?


Desde el cultivo de los valores humanos como plataforma necesaria sobre
la que iniciaremos en la fe a los pequeños.
- Descubrir a los otros.
- Fomentar la confianza en ellos mismos.
- Formarles en el gusto por el esfuerzo y la superación.
- Estimularles para que sepan afrontar el riesgo.
- Despertarles la admiración por lo bello, lo gratuito...
- Desarrollar la capacidad de escucha, de reflexión, de silencio...
- Gustar la amistad, el perdón, el compartir...

Y, sobre esta base en su educación humana, presentarles a Dios desde su realidad,


desde sus experiencias fundamentales.
Estas experiencias se fundamentan en: El descubrimiento de la vida. La vida es el gran regalo de
Dios. El Señor es nuestro Creador. El ha hecho todas las cosas para nosotros.
Su propio crecimiento. Dios nos da la fuerza para crecer. Dios nos dice: «Vive y crece». Dios es
nuestro Padre. El amor. Dios me ama y quiere que sea feliz. Yo puedo amar a los demás y
hacerles felices.

Una cosa hay que tener clara. Vuestro hijo/a se


dirigirá un día a Dios como Padre, si ha tenido la
experiencia de la acogida, la ternura, el amor
de un padre y una madre que se quieren entre sí y quieren de
verdad a su hijo... Padres,
hay que pedir a Dios
que nos ayude en
esta tarea. Y
rezárselo así.

Você também pode gostar