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¿Qué es estrés?
Hay una gran diferencia entre el estrés y tener un "trastorno relacionado con el
estrés", en el que una condición o enfermedad particular y bien definida se
desarrolla después de un evento específico e intensamente estresante. Un
ejemplo dramático es el trastorno de estrés postraumático (TEPT), en el que una
lesión física o psicológica grave conduce a una serie de problemas, incluidos
recuerdos angustiosos e intrusivos del evento traumático; problemas de
memoria; apatía; e irritabilidad.
Una observación particularmente importante fue que, para aquellos con TEPT
que estaban siendo tratados con un ISRS (un tipo de antidepresivo), el aumento
de la tasa de enfermedad autoinmune fue menos dramático. Si bien estas
observaciones son intrigantes, no nos dicen por qué o cómo un trastorno
relacionado con el estrés puede provocar o causar una enfermedad autoinmune.
Conclusiones y relevancia
En esta cohorte sueca, la exposición a un trastorno relacionado con el estrés se
asoció significativamente con un mayor riesgo de enfermedad autoinmune
posterior, en comparación con individuos no expuestos emparejados y con
hermanos completos. Se necesitan más estudios para comprender mejor los
mecanismos subyacentes.
Tomás Álvaro
https://www.cuerpomente.com/salud/segundo-cerebro-intestinos-piensan-
intuicion_4510
Memoriza experiencias
Trata de tú a tú al cerebro
Saber que llevamos un cerebro en las tripas es una invitación a conectar con él.
Nuestra intuición reside allí y su contribución en la toma de grandes
decisiones es bien conocida. Lo irracional sería no escucharla.
Resulta que el viejo consejo de “no te dejes influir por las emociones” lleva a la
decisión equivocada. Si no la equilibramos con el cerebro intestinal, la
decisión se queda coja. El principal motivo es que el intelecto busca
básicamente actos cómodos.
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«Nunca se puede obtener la paz en el mundo externo hasta que hagamos la paz
con nosotros mismos»
-Dalai Lama-
-Periandro de Corinto-
Vivimos en una cultura de masas donde se nos insta a buscar pareja como
si de este modo pudiéramos alcanzár por fin la ansiada autorrealización.
Frases como «cuando tenga novia asentará la cabeza» o «todas tus penas se
aliviarán cuando encuentres a tu hombre ideal», no hacen más que anular de
forma constante nuestra identidad para erigir una idealización absolutista y
errónea del amor.
El mejor estado del ser humano no es pues amar hasta quedar anulado. No es
darlo todo hasta que nuestros derechos vitales queden difuminados solo por
ese miedo insondable a estar solos. El mejor estado es estar tranquilos, con una
adecuada armonía interior donde no quede espacio para los vacíos, para los
apegos desesperados o las idealizaciones imposibles.
Porque el amor, por mucho que nos digan, no siempre lo justifica todo. No
si implica abandonarnos a
nosotros mismos.
Esta frase encierra una realidad evidente. Las personas acumulamos en nuestra
mente un sinfín de problemas, objetivos, necesidades y anhelos. Lo curioso de
todo ello es que hay quien llega a creer que el amor lo soluciona todo, que
es ese bálsamo multipropósito que todo lo resuelve, que todo lo ordena.
-Adlai E. Stevenson-
La llave al corazón
Oxitocina: el vínculo nos protege del estrés
https://www.cuerpomente.com/salud/oxitocina-vinculo-ayuda-protege-riesgos-estres_4471
Salvador Nos-Barberá
Es la hormona del sentimiento maternal y paternal, del sueño, del apetito (el
sexual también), de la creación de vínculo, del apego, de la complicidad, de lo
social...
Se apoyó para ello en el hallazgo de que casi todas las células presentan y
expresan receptores y producen y emiten neurotransmisores como la
serotonina, la adrenalina o la oxitocina. Eso dejaba atrás mucho “conocimiento
médico” en el que se que sostenía una gran parte de los tratamientos
farmacológicos en psiquiatría.
Pero lo sorprendente era que eso solo resultaba cierto en el grupo que
consideraba que el estrés era “perjudicial” para su salud. Las personas con un
nivel alto de estrés pero que no creían que fuera nocivo para su salud
presentaban un riesgo de muerte inferior al de cualquier otro individuo,
incluidas las personas que consideraban sus niveles de estrés “bajos”.
Según la extrapolación de los datos de los ocho años que duró la investigación
a toda la población, 182.000 americanos murieron “prematuramente” (a una
edad inferior a la esperanza de vida), no a causa del estrés, sino a causa de la
creencia de que el estrés es malo. Eso representa algo más de 20.000
muertes anuales.
Si todos estos cálculos eran correctos, la traducción podría ser que “creer que el
estrés es malo para la salud” fue la 15ª causa de muerte en Estados Unidos en
el año 2013, por encima del melanoma (cáncer de piel), el sida o los homicidios.
Llegados a este punto, me gustaría ilustrar con otro estudio real algo mucho más
sorprendente. Un grupo de investigadores del Departamento de Psicología de
la Universidad de Buffalo (Nueva York, EE. UU.) publicó en 2013 en el
American Journal of Public Health un trabajo bajo el título: Giving to others and
the association between stress and mortality (Dar a los demás y asociación entre
estrés y mortalidad). El objetivo del estudio: demostrar que ayudar a los demás
reduce la asociación entre estrés y muerte.
Hay más experiencias que muestran unos resultados parecidos. Y de nuevo las
de la doctora McGonigal arrojan luz en el mismo sentido. En un estudio que llevó
a cabo con un millar de personas de entre 34 y 93 años concluye que el estrés
incrementa la mortalidad avanzada en un 30%, excepto... entre las personas
que ayudan a otras. En este segundo grupo no se observa tal incremento; la
influencia del estrés es cero y no hay aumento alguno de la mortalidad.
Recuperar la calma
https://www.cuerpomente.com/salud-mental/como-prevenir-estres_1298/10
5. Priorizar
6. Focalizar
7. Descansar bien
En el día a día, nos hemos acostumbrado a soportar una presión que creemos
inevitable, pero que nos aleja de nuestra paz interior y nos impide relacionarnos
de forma abierta y receptiva con cuanto nos rodea. Aprender a detectar cuándo
estamos sobrepasando nuestros límites y priorizar lo realmente importante nos
permitirá disfrutar de todo lo bueno que la vida tiene para ofrecernos.
Son las nueve de la mañana del miércoles y no hay modo de que los
alumnos de cuarto se concentren en el texto que intenta leerles. Montse dirige
una mirada circular a la clase. Javier no para de levantarse y sentarse. Lorena y
Mónica han decidido jugar a las canicas debajo de la mesa. David protesta, no
le gusta lo que está leyendo Montse. De repente, Luis tira los colores al suelo.
Montse deja el libro sobre la mesa de un golpe, nota que su interior es una
bola de fuego que pugna por salir de su boca, le tiemblan las manos. Se pondría
a chillar. Una vocecita dentro de ella intenta detenerla:
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“Tranquila, Montse, tranquila. Tú solo estás un poco estresada y ellos son solo
niños”.
Llama a su madre, hace más de un año que no la ve, irá a visitarla el domingo.
La madre vive en un pequeño pueblo de la Sierra. Al bajar del tren, Montse
percibe los olores de la naturaleza, el perfume de la tierra húmeda, la madera de
encina quemándose en las chimeneas.
Acaso este sea el primer paso para estar mejor: parar un momento, respirar sin
juzgarse, dejarse sentir.
La madre le tiende una copa de vino. Después del primer sorbo, Montse
sonríe. Por la tarde, la convence para ir juntas a la piscina. Montse avanza
brazada a brazada. El sonido del agua y la sensación de ingravidez de su cuerpo
la relajan.
Por la tarde, retrasa la vuelta a casa: teme la reacción de Juan, no le dijo que
pasaría el domingo con su madre. Al entrar en el comedor, sus miradas se
cruzan.
Montse ve en los ojos de Juan el miedo a perderla. También ve el amor, la calidez
de los años compartidos.