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Fojas 1

C-9053-2015

NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : 15º Juzgado Civil de Santiago
CAUSA ROL : C-9053-2015
CARATULADO : CAMPUSANO / EMPRESAS LA POLAR S.A.

Santiago, veinticuatro de Julio de dos mil diecisiete


VISTOS:
Comparece a fojas 1 y 25, don Raúl Andrés San Martín Rodríguez,
abogado, domiciliado en calle Miraflores 178, piso 13, comuna y ciudad de
Santiago, mandatario judicial de doña Julia Alejandra Campusano Cruz,
empleada, domiciliada en calle Isla Guaiteca N° 869, comuna de Las Condes,
interponiendo demanda de indemnización de perjuicios derivada de
responsabilidad civil extracontractual en contra de La Polar S.A., persona jurídica
del giro de su denominación, representada por don Gino Manríquez Ossandón,
ambos domiciliados en Avenida Eduardo Frei Montalva N° 520, comuna de Renca.
Funda su acción en que la demandante es una mujer joven, de 45 años de
edad y con un hijo de años de edad, encontrándose en la plenitud de su vida, con
la posibilidad de desarrollar el máximo de sus capacidades, tanto físicas como
intelectuales, desarrollando su proyecto de vida en conjunto con su familia,
realizando desde hace 18 años labores dentro de la Ilustre Municipalidad de Las
Condes, en conjunto con desarrollar la disciplina de yoga desde hace varios años
atrás, todo lo cual se vio frustrado con motivo del grave accidente experimentado
por ella en julio de 2014.
Agrega que mientras la demandante se encontraba junto a su familia
recorriendo la tienda de la sociedad demandada ubicada en Avenida Francisco
Bilbao N° 8750, comuna de La Reina, impactando con su pierna derecha una lata
que sobresalía desde el piso, cercenándole su calzado y provocándole una lesión
calificada como entesitis aductor muslo derecho. Los dependientes que se
encontraban en el lugar corrieron a socorrerla, pero nadie le prestó auxilios
médicos, puesto que dicho local no contaba, en ese momento, con la enfermería
de rigor que debe tener tal establecimiento de comercio por expreso mandato
legal, negligencia que fue reconocida por la Gerente de dicha tienda, doña
Verónica Rojas. Acto seguido, comenzó a gritar y a desesperarse por el dolor que
no cesaba, siendo derivada de urgencia hasta Sapu Aníbal Ariztía.
Posteriormente, y dada la envergadura de su lesión, se puso en contacto
con los representantes de la sociedad demandada, quienes le manifestaron que
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repararían todos los daños ocasionados, pero que para tales efectos debía hablar
con los aseguradores, en particular con Violler & Asociados Ajustadores de
Seguros; mientras, la lesión de la actora no fue mejorando, sino que todo lo
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contrario, porque a raíz de no haber sido atendida, agravándose hasta presentar


una invalidez prácticamente total en su pierna derecha, debiendo ser infiltrada en
más de una oportunidad, lo que no sólo le impide no sólo moverse libremente,
sino que desarrollar las clases de yoga que tanto beneficio moral y espiritual le
traían, con ello, no sólo dejó de practicar dicha disciplina, sino que además dejar
de practicar deporte y trabajar.
La demandada siempre tomó conocimiento de estos hechos a través de
sus aseguradores, con quienes se intentó lograr un acuerdo, ante lo cual
inicialmente desconocieron los hechos que fueron reconocidos por los
demandados; y luego sostuvieron que para llegar a un arreglo, debían contar con
toda la documentación de rigor necesaria para plantear una negociación, en
circunstancias de que la misma ya estaba en poder de la parte demandada, así, y
con el objeto de no dilatar más un eventual acuerdo, y por los daños físicos,
morales y patrimoniales sufridos por mi representada, se les solicitó a los
aseguradores el respectivo informe de liquidación, para luego perder todo
contacto con ellos.
En síntesis, los aseguradores de la parte demandada jamás han tenido la
intención de reparar el daño ocasionado por la negligencia de su asegurada, sino
que simplemente intentaron, de mala fe, dilatar una potencial entrada al juicio,
esgrimiendo, por ejemplo, que toda negociación debía realizarse sin abogados de
por medio, en circunstancia de que mi representada se contactaba con los
abogados de la demandada.
Que también se ha podido constatar, a partir de avaluaciones psicológicas,
complementarias de las médicas, la actora ha caído en una profunda depresión,
respecto de la cual aún no ha podido salir, de lo que se concluye el daño moral
por ella sufrido, de tal manera que los perjuicios experimentados y cuya
reparación íntegra se requiere, consisten en:
a) La suma de 1000 unidades de fomento, o en la cantidad mayor o menor
que el Tribunal determine de acuerdo al mérito del proceso, por concepto de daño
emergente.
b) La suma de 2000 unidades de fomento, o en la cantidad mayor o menor
que el Tribunal determine de acuerdo al mérito del proceso, y la extensión y
duración del daño causado, por concepto de lucro cesante.
c) La suma de 2000 unidades de fomento, o en la cantidad mayor o menor
que el Tribunal determine de acuerdo al mérito del proceso, por concepto de daño
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moral.
Cantidades a las que debe añadirse el máximo interés aplicable en la
especie, desde la fecha de la interposición de la presente demanda hasta la fecha
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de su íntegro y cumplido pago, con expresa condenación en costas.


Termina por citar lo dispuesto en los artículos 2314 y siguientes del Código
Civil, los que regulan la responsabilidad extracontractual, cuyos requisitos son la
existencia de un hecho del hombre; antijurídico; imputable, mediando dolo o culpa
del autor y dañoso, existiendo una relación de causalidad entre dichos elementos,
exponiendo que todo daño debe ser siempre reparado, conforme a lo dispuesto
en los artículos 1437, 2314, 2316, 2323, 2326, 2327, 2328 y 2329 del Código
Civil, citando jurisprudencia en el mismo sentido, debiendo repararse el daño
moral, el lucro cesante y el daño emergente, citando doctrina y jurisprudencia al
efecto, terminando por solicitar se condene a la demandada al pago de las
cantidades previamente reseñadas.
A fojas 32 se notificó la demanda.
A fojas 49, la demandada contesta, manifestando que reconoce la
efectividad del hecho que el 03 de julio de 2014, la actora sufrió una caída en el
área de deporte al interior del local de La Polar, ubicado en Avenida Francisco
Bilbao N° 8750, comuna de La Reina, el que le es absolutamente inimputable a su
parte, pese a lo cual, personal de la tienda se aproximó a la accidentada,
ofreciéndole su cooperación, decidiendo ella por sí misma, dirigirse a un centro
asistencial, pero antes de retirarse hizo presente que producto del golpe había
resultado dañado uno de sus zapatos y su teléfono móvil, solicitando el reembolso
del valor de estos productos, a lo que accedió, sin embargo, en los días
posteriores, la señora Campusano Cruz comenzó a incorporar injustificadamente a
su petición original nuevos desembolsos efectuados supuestamente a raíz de su
accidente, lo que llevó a su parte a solicitarle la documentación de respaldo, la que
nunca fue entregada.
De esta forma, sin perjuicio que el accidente se debió a circunstancias
absolutamente ajenas a su parte y por el solo hecho que el incidente ocurrió al
interior del local de su propiedad, Empresas La Polar le prestó toda la atención
necesaria a la demandante, recibiendo cada uno de los múltiples requerimientos
que fue adicionando hasta la interposición de la presente demanda.
Expresamente señala que controvierte en su totalidad las consideraciones
de hecho expuestas por la parte demandante en el texto de su demanda,
especialmente en todo aquello que dice relación con la dinámica del accidente,
sus causas y consecuencias y en especial, con los supuestos perjuicios sufridos a
raíz de este, y que motiva la acción deducida en estos autos, aclarando que la
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caída de la actora no se produjo por una acción u omisión culpable o negligente de


su parte, tampoco ha incurrido en una acción u omisión culpable o negligente,
cumpliendo su parte con todas y cada una de las medidas necesarias para prestar
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un servicio de calidad y seguro al interior del establecimiento y, si el hecho tuvo


lugar, fue exclusivamente por causas que no le son imputables, por el hecho de un
tercero ajeno y con posterioridad al accidente, se preocupó de brindar la mayor
ayuda posible, controvirtiendo todas y cada una de las lesiones reclamadas por la
actora, en su origen, naturaleza, monto y extensión, controvirtiendo que las
supuestas lesiones reclamadas, se debieran a los hechos ocurridos al interior del
local el 03 de julio de 2014, así como el hecho que cualquier conversación que
haya existido entre las partes de este juicio, se interrumpiera por causa que le
fuera imputable, controvirtiendo en todas sus partes los perjuicios, incluyendo el
daño emergente, lucro cesante y daño moral, reclamados por la actora, tanto en
su existencia, origen, naturaleza, monto y entidad de los mismos, haciendo
presente que siendo lo perseguido su responsabilidad extracontractual, la
demandante deberá probar todas y cada una de las circunstancias de hecho
relatadas en la demanda, en especial en lo referido a la dinámica del accidente, a
las lesiones referidas, y a los supuestos perjuicios alegados, acreditando -en caso
de existir- la entidad de los mismos, que estos se originaron única y
exclusivamente a raíz del accidente, y además que estos son imputables a culpa o
dolo de su parte.
Agrega que en el evento que el Tribunal estime que su parte tiene algún
grado de responsabilidad por el hecho debatido en autos, alega la ausencia de
elementos de la responsabilidad extracontractual, controvirtiendo todas y cada
una de las imputaciones de responsabilidad efectuadas por la actora en su
demanda, ya que, contrario a lo sostenido por ella, no existen fundamentos de
ningún tipo para atribuirle responsabilidad extracontractual, controvirtiendo todos
los fundamentos de derecho en que la actora apoya su acción, porque no
concurren los elementos constitutivos de responsabilidad alegados, no obstante
lo cual hace énfasis en la inexistencia de responsabilidad extracontractual a su
respecto.
Aclara que no ha llevado a cabo ninguna conducta dañosa, de forma que
no puede pretenderse una supuesta responsabilidad extracontractual ante la
inexistencia del hecho ilícito que pudiera haber ocasionado perjuicios, sin que
tampoco puedan ellos ser imputables a su dolo o culpa o a la de alguno de sus
dependientes, faltando el vínculo de causalidad necesario para configurar la
responsabilidad extracontractual imputada, el que igualmente debe ser probado
por el demandante, porque se trata de un antecedente necesario para acreditar
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la obligación indemnizatoria impetrada, en los términos planteados en el artículo


1698 del Código Civil, exponiendo que tampoco consta a su parte la entidad de
los daños reclamados por la demandante, ni la causa de los mismos, siendo el
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daño un requisito sine qua non para establecer la existencia de responsabilidad


extracontractual de un ente determinado, en conclusión, para acoger la
demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual
entablada en autos, además de los otros requisitos, debe la actora acreditar los
daños, debiendo también hacer lo propio con la relación de causa a efecto, tanto
en su fuente directa como en su extensión.
En subsidio, alega el hecho de la víctima como una causal eximente de
responsabilidad, atendido que éste interrumpe el indispensable vínculo de
causalidad que se requiere entre la acción u omisión dolosa o culpable y el
daño, citando doctrina y jurisprudencia en el mismo sentido. Cuando la víctima
se expone imprudentemente al daño, como en este caso, existe una causal que
exime de responsabilidad, ya que rompe el indispensable vínculo de causalidad,
además, nuestros tribunales han fallado que los individuos no estamos
relevados del deber mínimo y elemental de resguardar nuestra propia integridad
física y salud, la fundamentación de esta excepción se desprende del propio
texto de la demanda, ya que es la actora, quien expresamente reconoce que no
se percató de la situación que permitió la ocurrencia del accidente, siendo
evidente que si la actora hubiera transitado por los pasillos en forma atenta y
cuidadosa, el hecho no se habría producido.
En cuanto a los perjuicios reclamados, señala que ellos son
absolutamente improcedentes, antojadizos y carentes de todo sustento, lo que
conducirá indefectiblemente al rechazo de la demanda en todas sus partes;
llamando la atención que pese a la certidumbre que exige la cuantificación del
daño, en especial en lo que lucro cesante y daño emergente se refiere, se
solicite en la demanda cifras cerradas, avaluadas en unidades de fomento,
omitiéndose cualquier referencia a los conceptos y materia que los componen,
por lo que controvierte la totalidad de las sumas reclamadas, su identidad,
origen, extensión, composición y su naturaleza o especie, resultando del todo
desmedida la suma de 5000 unidades de fomento, la que no ha sido acreditada
por la actora en forma alguna. El principio del resarcimiento íntegro del daño
conlleva la reparación total, pero precisa de aquél, la víctima no puede recibir
menos y tampoco más de lo necesario para reparar íntegramente el daño
efectivamente sufrido, cuya existencia, naturaleza y monto obviamente
corresponde probar a quien lo alega.
Respecto del daño emergente, la demandante ha efectuado una
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reclamación por la suma de 1000 unidades de fomento, cantidad que


controvierte en su totalidad, ya que, en primer lugar, esta suma ha sido
requerida de manera caprichosa, porque no existe claridad en la demanda
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respecto a qué conformaría o cuál sería el origen de la suma reclamada, a


mayor abundamiento, el daño emergente solo puede considerar aquellos gastos
efectivamente realizados, por cuanto este ítem supone el resarcimiento de
pérdidas patrimoniales efectivas, por lo que no se podrá dar lugar a la pretensión
indemnizatoria por este concepto.
En cuanto al lucro cesante, la actora ha requerido el pago de 2000
unidades de fomento, cifra que controvierte, por cuanto no existe ningún
antecedente que permita acreditar o inferir cuál es la merma efectiva en el
patrimonio de la actora a raíz del accidente, pues ni someramente ha indicado la
forma de cálculo con la que obtuvo la cifra que demanda y tampoco se ha
referido al ingreso mensual que supuestamente obtenía y que dejó de percibir,
producto del accidente, menos ha indicado cuántos meses habría estado sin
trabajar, razón por la cual debe rechazarse la demanda en este punto, porque la
certeza respecto del daño, es un requisito indispensable para dar lugar a una
acción de responsabilidad extracontractual.
Termina por señalar, respecto del daño moral reclamado, la demandante
exige la suma total de 2000 unidades de fomento, cantidad que resulta
absolutamente desmedida y si tuviera éxito trasunta en un enriquecimiento
injusto, al cual no se puede dar lugar, citando doctrina y jurisprudencia al efecto,
debiendo aplicarse en este apartado lo dispuesto en el artículo 2330 del Código
Civil, a propósito de la exposición imprudente de la víctima, alegada como
eximente de responsabilidad.
A fojas 64, la demandante replica, reiterando las argumentaciones vertidas
en la demanda, haciéndose cargo de lo señalado en la contestación de su
contraria, aclarando que la demandada reconoce expresamente la ocurrencia del
accidente, afirmando haber prestado socorro a la actora mi representada, pero
esgrimiendo que el mismo no le sería imputable y que los daños originales sólo se
referían al calzado de la demandante y a un celular, agregando que con el paso
del tiempo los requerimientos fueron aumentando, lo que no es efectivo, porque el
contacto se mantuvo con los liquidadores de seguros, quienes desde un comienzo
mostraron la intención de resolver la situación indemnizándola, voluntad que fue
diluyéndose en el tiempo.
Agrega que su contraria omite, que además de esos daños materiales, tuvo
lugar un severo daño físico, que es real y que ha traído una serie de
consecuencias a la actora, lo cual debe ser reparado por la demandada, atendido
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su actuar negligente, que generó el accidente de autos y si éste no le era


imputable a la demandada, ¿por qué prestó inmediatamente socorro y ayuda a la
actora, y además, siempre estuvo dispuesta a indemnizarla?.
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En cuanto a la forma en que se materializaron hechos, insiste en que ello


tuvo lugar en los términos descritos en la demanda, originándose la caída de la
actora, por la negligencia culpable de la demandada, la que origina
responsabilidad civil extracontractual, sin cumplir con todas las medidas de
seguridad necesarias para que quienes transitan al interior de su local comercial
no sufrieran accidentes, sin cumplir con las medidas necesarias para prestar un
servicio de calidad y con posterioridad al accidente, no se preocupó de brindar
toda la ayuda posible, siendo las lesiones sufridas por la actora reales y graves y
la indemnización reclamada por la actora es real y equivalente a los daños
sufridos por ella, tanto en su origen, monto y entidad. Las conversaciones o
negociaciones no avanzaron ya que la demandada jamás tuvo la voluntad de
reparar los daños y perjuicios sufridos por la actora, pese a lo cual el daño
emergente, lucro cesante y daño moral, son efectivos y reales y tienen como
origen el actuar ilícito y culpable de la parte demandada.
También expresa, respecto de las excepciones de fondo opuestas por su
contraria, que concurren todos los elementos generadores de responsabilidad
extracontractual; existencia de un hecho ilícito, porque la demandada no procuró
que el lugar en el cual transitaba la actora, estuviera libre de todo obstáculo y/o
desperfecto que provocara un accidente; existencia de un hecho dañoso, lo que es
reconocido por la demandada; imputabilidad, sin mediar en este caso ninguna
causal o eximente de responsabilidad; nexo causal, un vínculo entre el hecho
dañoso y la negligencia o culpa, los que se materializan en autos y existiendo
daños reales.
Continúa, negando la existencia de un hecho de la víctima que hubiere
generado el accidente, el cual no es descrito por su contraria, limitándose a
expresar que la actora no se percató de la situación que llevó a la ocurrencia de
este accidente, argumento absurdo, porque finalmente implica que la demandante
debía tener cuidado al caminar dentro de una tienda comercial, en la que
generalmente sobresalían latas cortantes desde el piso, de tal forma que si no se
fija, el accidente es culpa de ella; excepción que debe ser desestimada de plano,
conforme a las presunciones de culpa existentes en la ley y el deber de cuidado
debido que la propia demandada debía tener, el que fue negligentemente violado
por ella, es más, el N° 2 del artículo 2329 del Código Civil en este punto establece
una presunción de responsabilidad que resulta aplicable al caso de autos, no
cabiendo duda que el no mantener en correcto funcionamiento el piso de la tienda
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o establecimiento de comercio de la demandada a la fecha de ocurrencia de los


hechos, la hace responsable, por su culpa, de este accidente; no siendo aplicable
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lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil, porque no ha existido exposición


imprudente al daño.
A fojas 72 la demandada duplica, señalando que la réplica no ha agregado
ningún antecedente de hecho, ni de derecho, por lo que ratifica lo expuesto en su
contestación, insistiendo en que la demanda debe ser rechazada en todas sus
partes, con costas y limitándose a señalar que es obligación de la actora,
demostrar de manera suficiente y efectiva el origen, naturaleza, extensión y monto
de los daños y perjuicios reclamados, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
1698 del Código Civil, insistiendo en que fue la propia acción descuidada de la
demandante, la que ocasionó su accidente, ya que de la propia relación de los
hechos efectuada en la demanda, siendo posible desprender que la caída se
produjo por su proceder descuidado y desatento; haciendo presente que llama
atención a su parte que pese al cuestionamiento efectuado por su parte en la
contestación, la actora simplemente omitió toda referencia a la forma en la que
arribó a cada una de las cifras demandadas, las cuales adicionan un total de 5000
unidades de fomento ($125.000.000.-).
A fojas 83 las partes fueron llamadas a conciliación, la que no se produjo.
A fojas 84, se recibió a prueba la causa, rindiéndose la que consta en autos.
A fojas 255, se citó a las partes para oír sentencia.
CONSIDERANDO
I.- EN CUANTO A TACHAS
PRIMERO: Que la parte demandante, en audiencia de 03 de junio de 2016,
solicitó la inhabilidad de la testigo de su contraria, doña Adriana del Carmen Silva
Albuquerque, conforme a lo dispuesto en el N° 5 del artículo 358 del Código de
Procedimiento Civil, toda vez que la deponente manifestó trabajar en forma
dependiente para la parte demandada, Empresa La Polar S.A. desde el año 2013,
lo que configura el presupuesto legal señalado por el legislador para configurar la
tacha o inhabilidad referida y, a mayor abundamiento, la parte demandada exige
su declaración a la luz de la presentación de 17 de mayo de 2016, ordenando la
citación judicial de la deponente, lo que unido al estampado respectivo, materializa
la ya referida tacha.
SEGUNDO: Que, por su parte, la demandada solicitó el rechazo de la tacha
deducida, atendido en primer lugar el tenor literal de la norma citada y el mérito de
autos es posible desprender que no se configura bajo ningún concepto la causal
de tacha deducida, porque la norma no solamente establece como requisito que el
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testigo sea dependiente de la parte que lo ofrece, sino que demás que ésta exija
su comparecencia, situación que de los propios argumentos vertidos por su
contraria queda descartado, por cuanto de la respuesta de la testigo y del mérito
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del expediente consta que ella ha comparecido en virtud de la citación judicial que
ha recibido y no porque se lo haya exigido o impuesto la parte que lo presenta, en
efecto, se logró la comparecencia de la testigo a la audiencia utilizando los medios
que la ley dispone al efecto para evitar situaciones como las que la causal
invocada busca evitar, siendo incorporada a su lista de testigos y solicitando su
citación por medio del Tribunal y no a través de personal de la empresa, con lo
que se rompe con uno de los requisitos contenidos en la causal invocada, cual es
la exigencia por parte de quien ofrece al testigo. Además, la testigo ha señalado
formar parte de un protocolo que registra los incidentes denunciados por los
clientes y en tal sentido su declaración para el presente juicio, atendido el fondo de
la discusión, es de vital importancia, para la parte que la presenta y, en general,
para el esclarecimiento de los hechos que motivan el presente juicio.
Por último, señala que la evolución que ha tenido nuestra legislación laboral
en los últimos años ha implicado una derogación tácita de la causal de tacha
invocada, por cuanto del análisis de nuestro actual Código del Trabajo y de la
jurisprudencia de nuestros tribunales superiores de justicia es posible obtener el
convencimiento que se garantiza la plena estabilidad de los trabajadores en sus
labores, no consagrándose en disposición alguna como causal de desvinculación
la disponibilidad o negación a declarar en juicio, ya sea a favor o en contra de su
empleador, disponiéndose una serie de acciones destinadas a sancionar a la
empresa en caso de que se constituya alguna infracción en este sentido,
consagrándose en nuestra legislación laboral la acción de derechos
fundamentales en virtud de la cual el testigo puede evitar otras situaciones
vulneratorias por parte de su empleador por los mismos motivos, por lo que solicita
el rechazo de la tacha deducida por la demandante, con costas.
TERCERO: Que la regla general en materia de testigos, es que éstos son
hábiles para deponer, salvo las excepciones expresamente contempladas por el
legislador, de tal forma que la parte que alega la inhabilidad, es la que debe
acreditar la concurrencia de los hechos que la configuran.
CUARTO: Que, habiéndose invocado respecto de la testigo Silva
Albuquerque la causal contemplada en el N° 5 del artículo 358 del Código de
Procedimiento Civil, es necesario señalar que si bien de sus declaraciones queda
de manifiesto su calidad de trabajadora dependiente de la parte que la parte que la
presenta como testigo, debe considerarse que la norma en cuestión pretende
evitar una declaración que eventualmente pueda ser objeto presión, la que se
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daría sobre el trabajador dada las características propias de la relación laboral


(subordinación, dependencia y retribución económica); sin embargo, el actual
desarrollo del derecho laboral contempla una serie de restricciones y sanciones
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para el caso en que se produzca una presión indebida o una amenaza de despido
basado en la declaración de una persona, por lo que se rechaza la tacha
interpuesta, al no configurarse sus presupuestos.
II.- EN CUANTO AL FONDO:
QUINTO: Que comparece a fojas 1 y 25, don Raúl Andrés San Martín
Rodríguez, en representación de doña Julia Alejandra Campusano Cruz,
interponiendo demanda de indemnización de perjuicios derivada de
responsabilidad civil extracontractual en contra de La Polar S.A., persona jurídica
del giro de su denominación, representada por don Gino Manríquez Ossandón.
SEXTO: Que la demandada, en síntesis, si bien reconoce que el día 03 de
julio de 2014, la actora sufrió una caída en el área de deporte al interior del local
de La Polar, ubicado en Avenida Francisco Bilbao N° 8750, comuna de La Reina,
alega que este hecho le es inimputable, habiendo tomado todas las medidas
necesarias para prestar un servicio de calidad y seguro al interior del
establecimiento y en el caso que el Tribunal estime que su parte tiene algún grado
de responsabilidad por el hecho debatido en autos, alega la ausencia de
elementos de la responsabilidad extracontractual, controvirtiendo todas y cada una
de las imputaciones efectuadas por la actora. En subsidio, alega el hecho de la
víctima como una causal eximente de responsabilidad, rompiendo el indispensable
vínculo de causalidad que se requiere entre la acción u omisión dolosa o culpable
y el daño, por cuanto la víctima se ha expuesto imprudentemente al daño; siendo
los perjuicios reclamados absolutamente improcedentes, antojadizos y carentes de
todo sustento, resultando del todo desmedida la suma de 5000 unidades de
fomento.
SÉPTIMO: Que, por no mediar vínculo alguno entre los actores y los
demandados, el estatuto jurídico aplicable es el extracontractual, toda vez que lo
que a estos se le imputa es la comisión de un delito civil, de manera que en este
contexto, es fundamental precisar que son requisitos copulativos de esta
responsabilidad, la capacidad del agente, una acción u omisión ilícita del mismo, la
culpa o dolo de su parte (elemento que se estudiará conjuntamente con el
anterior), el perjuicio o daño a la víctima, la relación de causalidad entre la acción
u omisión culpable o dolosa y el daño producido, y la no concurrencia de una
causal de exención de responsabilidad.
OCTAVO: Que, en definitiva y por aplicación del principio recogido en el
artículo 1698 del Código Civil, es carga del demandante establecer el ilícito civil,
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con todos sus rasgos característicos: en la especie, el hecho culposo y perjudicial.


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NOVENO: Que, para acreditar la existencia del hecho ilícito que enuncia, la
parte demandante acompañó la siguiente prueba documental, sin objeción
contraria, o cuya objeción ha sido desestimada:
1.- Informe psicológico de la demandante, emitido por la psicóloga María
Francisca Rey Ayala, con fecha 08 de septiembre de 2014, del Centro Comunitario
Diaguitas de la Municipalidad de Las Condes, en custodia del Tribunal bajo el N°
2471-2016.
2.- Indicación de tratamiento de kinesioterapia del Departamento de
Traumatología de la Clínica Alemana de la demandante, emitida con fecha 26 de
noviembre de 2014, suscrito por don Juan Pablo Castro, en custodia del Tribunal
bajo el N° 2471-2016.
3.- Registro de reservas por RUT, correspondiente a la actora y su hoja de
firma, del servicio de kinesioterapia de la Clínica Alemana de Santiago, en
custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
4.- Presupuesto de Servicio de Medicina Física y Rehabilitación,
correspondiente a la actora, válido hasta el 31 de diciembre de 2014, en custodia
del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
5.- Presupuesto N° 425270 de Clínica Alemana, correspondiente a la
demandante, de 28 de noviembre de 2014, en custodia del Tribunal bajo el N°
2471-2016.
6.- Certificado médico de la actora, emitido el 01 de octubre de 2014, por el
Traumatólogo Juan Pablo Castro Mococain, en custodia del Tribunal bajo el N°
2471-2016.
7.- Copia simple de formulario único de declaración de accidentes de
clientes N° 02921, con símbolo de La Polar, correspondiente a la actora, por el
siniestro de 03 de julio de 2014 a las 20:40 horas, en custodia del Tribunal bajo el
N° 2471-2016.
8.- Certifico emitido por el traumatólogo Juan Pablo Castro Mococain, con
fecha 09 de septiembre de 2015, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
9.- Comprobante de atención primaria de urgencia CESFAM Doctor Aníbal
Ariztía, de la actora, emitida el 07 de agosto de 2014, suscrita por doña Dafne
Yuretic Mendoza, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
10.- Comprobante de atención primaria de urgencia CESFAM Doctor Aníbal
Ariztía, de la actora, emitida el 23 de julio de 2014, suscrita por doña Dafne Yuretic
Mendoza, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
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11.- Receta médica de la actora, del 30 de julio de 2015, suscrita por el


traumatólogo Manuel Núñez Escobar, del Centro Médico del Hospital del
Trabajador, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
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12.- Receta médica de la actora, del 10 de septiembre de 2014, suscrita por


el traumatólogo Jorge Iván Cardona Osorio, de Integramédica, en custodia del
Tribunal bajo el N° 2471-2016.
13.- Certificado, emitido por la psicóloga María Francisca Rey Ayala, con
fecha 27 de agosto de 2014, del Centro Comunitario Diaguitas de la Municipalidad
de Las Condes, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
14.- Receta médica de la actora, del 30 de julio de 2014, suscrita por el
traumatólogo Jorge Iván Cardona Osorio, de Integramédica, en custodia del
Tribunal bajo el N° 2471-2016.
15.- Receta médica de la actora, del 10 de septiembre de 2014, suscrita por
el traumatólogo Jorge Iván Cardona Osorio, de Integramédica, en custodia del
Tribunal bajo el N° 2471-2016.
16.- Receta médica de la actora, del 10 de septiembre de 2014, suscrita por
el traumatólogo Jorge Iván Cardona Osorio, de Integramédica, en custodia del
Tribunal bajo el N° 2471-2016.
17.- Receta médica de la actora, del 26 de noviembre de 2014, suscrita por
el traumatólogo Juan Pablo Castro, de Clínica Alemana, en custodia del Tribunal
bajo el N° 2471-2016.
18.- Receta médica de la actora, del 30 de julio de 2014, suscrita por el
traumatólogo Jorge Iván Cardona Osorio, de Integramédica, en custodia del
Tribunal bajo el N° 2471-2016.
19.- Receta médica de la actora, del 10 de septiembre de 2014, suscrita por
el traumatólogo Jorge Iván Cardona Osorio, de Integramédica, en custodia del
Tribunal bajo el N° 2471-2016
20.- Impresión de comunicación vía correo electrónico entre Adriana Silva
Albuquerque y la demandante, del 21 de noviembre de 2014, en custodia del
Tribunal bajo el N° 2471-2016.
21.- Detalle de honorarios médicos de Agrupación de Médicos de Clínica
Alemana N° 94162, de 27 de noviembre de 2014, en custodia del Tribunal bajo el
N° 2471-2016.
22.- Impresión de comunicación vía correo electrónico entre Adriana Silva
Albuquerque y la demandante, del 13 de noviembre de 2014, en custodia del
Tribunal bajo el N° 2471-2016.
23.- Dato de Atención de Urgencia 656173755, de 04 de julio de 2014,
suscrito por el médico cirujano de Felipe Ashwell, en custodia del Tribunal bajo el
XCGXBXSGXL

N° 2471-2016.
Fojas 13
C-9053-2015

24.- Receta médica de la actora, del 30 de julio de 2015, suscrita por el


traumatólogo Manuel Núñez Escobar, del Centro Médico del Hospital del
Trabajador, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
25.- Diagnóstico e indicación de Rehabilitación de Adulto Mayor (RAM) de
la Corporación de Educación y Salud de Las Condes, correspondiente a la
demandante, de 28 de abril de 2015, suscrito por el médico cirujano 28 de abril de
2015, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
26.- Bono de atención ambulatoria 618487268, emitido con fecha 04 de
septiembre de 2014, por el Fondo Nacional de Salud, correspondiente a la actora,
en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
27.- Bono de atención ambulatoria 618793152, emitido con fecha 10 de
septiembre de 2014, por el Fondo Nacional de Salud, correspondiente a la actora,
en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
28.- Bono de atención ambulatoria 616434566, emitido con fecha 28 de julio
de 2014, por el Fondo Nacional de Salud, correspondiente a la actora, en custodia
del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
29.- Bono de atención ambulatoria 616587422, emitido con fecha 30 de julio
de 2014, por el Fondo Nacional de Salud, correspondiente a la actora, en custodia
del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
30.- Comprobante de atención primaria de urgencia CESFAM Doctor Aníbal
Ariztía, de la actora, emitida el 04 de noviembre de 2014, suscrita por doña Dafne
Yuretic Mendoza, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
31.- Impresión de comunicación vía correo electrónico entre Adriana Silva
Albuquerque y la actora, del 30 de octubre de 2014, en custodia del Tribunal bajo
el N° 2471-2016.
32.- Boleta Electrónica N° 210562967, emitida el 30 de julio de 2014, por
Fasa Chile S.A., en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
33.- Comprobante de carga de Tarjeta Bip! N° 7048268, de 25 de agosto de
2014, en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
34.- Boleta Electrónica N° 40229430, emitida el 01 de octubre de 2014, por
Salcobrand S.A., en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
35.- Boleta Electrónica N° 444082573, emitida el 01 de octubre de 2014,
por Farmacias Cruz Verde S.A., en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
36.- Boleta Electrónica N° 0000083386, emitida el 21 de julio de 2014, por
Farmacias de Similares de Chile S.A., en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-
XCGXBXSGXL

2016.
Fojas 14
C-9053-2015

37.- Comprobante de venta en cuotas, sin intereses, tarjeta de crédito,


emitida el 18 de julio de 2014, por Farmacias Ahumada, en custodia del Tribunal
bajo el N° 2471-2016.
38.- Boleta Electrónica N° 0000002315, emitida el 21 de julio de 2014, por
Central Parking Sistem Chile S.A., en custodia del Tribunal bajo el N° 2471-2016.
39.- Impresión de correo electrónico de 13 de noviembre de 2014, remitido
por doña Adriana Silva a la demandante, rolante a fojas 181.
40.- Impresión de correo electrónico de 07 de noviembre de 2014, remitido
por la demandante a doña Adriana Silva, que obra a fojas 181.
41.- Impresión de correo electrónico de 06 de noviembre de 2014, remitido
por doña Adriana Silva a la demandante, que consta a fojas 182.
42.- Impresión de correo electrónico de 06 de noviembre de 2014, remitido
por la demandante a doña Adriana Silva, que rola a fojas 182.
43.- Impresión de correo electrónico de 06 de noviembre de 2014, remitido
por doña Adriana Silva a la demandante, de fojas 183.
44.- Impresión de correo electrónico de 03 de noviembre de 2014, remitido
por doña Adriana Silva a la demandante, a fojas 183.
45.- Impresión de correo electrónico de 03 de noviembre de 2014, remitido
por la demandante a doña Adriana Silva a la demandante, rolante a fojas 184.
46.- Impresión de correo electrónico de 03 de noviembre de 2014, remitido
por la demandante a doña Adriana Silva, que consta a fojas 185.
47.- Impresión de correo electrónico de 30 de octubre de 2014, remitido por
doña Adriana Silva a la demandante, que obra a fojas 185.
48.- Copia simple de carta remitida por doña Verónica López, Subgerente
de Cumplimiento de Empresas La Polar S.A., al Servicio Nacional del Consumidor,
que rola a fojas 192.
DÉCIMO: Que la demandante a fin de acreditar sus asertos, hizo
comparecer a estrados a los siguientes testigos, no tachados:
a) Don Rubén Fernando Navia Villa, quien expuso que efectivamente
ocurrió un accidente a la demandante, el día jueves 03 de julio de 2014, en la
sección de deportes de la Tienda La Polar, un poco más allá de la sección de
zapatería, en que se cayeron unas ropas, por lo que fue a verificar que había
pasado y entremedio había una señora en el suelo con una de las botas rotas y
habían dos personas más, una de ellas parece que el marido y otras personas
más, quien pedía alguien que la asistiera, como un paramédico o una ambulancia,
XCGXBXSGXL

y una señora que estaba allí, funcionaría de la tienda decía que no tenía nada con
que asistirla, ya que el accidente fue entre las 20:00 y 21:00 horas y como no
había atención decidieron llevarla con su marido al vehículo de él, la llevaron en
Fojas 15
C-9053-2015

andas y de ahí dijeron que la iban a llevar a un centro asistencial o primeros


auxilios.
Agrega que no vio el momento preciso del accidente, porque estaba a unos
diez metros, sólo sintió el golpe y se dirigió hacia allá, notando que la actora tenía
la bota rota y al parecer una fractura en el pie y les dejó su número de teléfono por
si necesitaban que actuara como testigo, apreciando que vio la bota rota y algo
tenía en el pie porque no podía sostenerse, originándose la rotura del calzado en
el desprendimiento de una lata que estaba en el piso y que estaba sobresaliente
en el piso de la tienda y que intervino una funcionaria de la tienda a quien el
marido de la accidentada consultó sobre si tenían primeros auxilios o silla de
ruedas y alguien que la asistiera y ella contestaba que no, motivo por el cual
tuvieron que llevarla en andas, sin que hubiera apreciado a nadie más de la
tienda.
Respecto de los daños, supo por un llamado telefónico que ellos existían,
porque el marido de la accidentada, aparentemente, lo llamó unos tres o cuatro
meses antes de su declaración, para que se presentara como testigo y ahí le dijo
que estaba con problemas psicológicos y del pie, porque la estaban infiltrando y el
problema lo tenía en la ingle.
También manifestó que existe una relación de causalidad entre la acción u
omisión culpable o negligente denunciada y por ello espera que se haga justicia
para que la señora reciba algo por si necesita operarse y los daños psicológicos
porque estaba con estrés, porque las grandes empresas nunca responden a sus
errores, como no tener primeros auxilios, no prestar ayuda al afectado y
mantención del piso.
b) Doña Soledad de los Ángeles Soto Orellana, quien expresó que en julio
de 2014, no recuerda si el día 03 o 04, la demandante sufrió un accidente en la
tienda La Polar. Ella venía del Supermercado Jumbo de Bilbao con Padre Hurtado,
alrededor de las 21:00 horas y vio en el estacionamiento que la demandante era
traída por su esposo y otro caballero que aparentemente no era de La Polar, por lo
que se acercó y ella le dijo que se cayó en La Polar, pudiendo apreciar que tenía
una bota rota, pensando que tenía el pies derecho herido, por lo que le preguntó
qué le había sucedido, a lo que la afectada le contestó que se le rompió la bota y
que le dolía entre medio de las piernas y que no podía caminar, oportunidad en
que le consultó si había alguna silla de ruedas en La Polar, a lo que ella le
contestó que no sabía y después yo le dije que la llevaran a algún doctor ya que
XCGXBXSGXL

ella lloraba porque le dolía, se la llevaron y después ella no se presentó a ensayos


del grupo folclórico al que ambas pertenecen, es más, hasta ahora no lo hacen.
Después la fue a visitar para preguntarle cómo estaba y ella le comentó que tenía
Fojas 16
C-9053-2015

que infiltrarse y que tenía que pagar al doctor para ello, por lo que le hicieron algo
a su beneficio para ayudarle con los costos médicos, con lo que reunieron la suma
de $200.000.- para su recuperación.
En cuanto al accidente, la actora le comentó que fue a raíz de una lata que
estaba en el suelo, conforme le comentó en el estacionamiento, sin haber visto el
accidente.
En cuanto a los daños sufridos, lo que pudo apreciar era la bota rota, no
sabiendo si tenía alguna herida en el pie, pero sí que tenía mucho dolor entre las
piernas, pudiendo ver que la llevaban al médico, aunque no percibió sangre.
Respecto de la relación de causalidad entre el accidente y los daños,
expresa que los daños se originaron porque la actora tropezó con una lata o
levantamiento adentro de la Polar, que es la causa del tropiezo y de sus lesiones.
c) Doña Isabel Cristina López Bravo, quien narra que existió un accidente el
día jueves 03 de julio del año 2014, lo que recuerda especialmente porque al día
siguiente era su cumpleaños. Al día siguiente se enteró que la demandante había
sufrido un accidente, porque ambas eran compañeras de trabajo y su jefe le
informó de este hecho, porque tienen mucha actividad con niños y atienden mucho
público y ese debió estar sola. Se enteró que la demandante tuvo una lesión en la
ingle, porque cayó con las piernas a causa de una lata que estaba suelta, lo que le
provocó mucho dolor, infiltrándose dos veces en el año, lo que afectó su parte
psicológica, cayendo en depresión, porque ella bailaba, participaba en un grupo
folklórico y hacía yoga, actividades que no pudo continuar desde el accidente
hasta hoy.
Respecto del accidente, este se produjo porque la demandante iba
caminando cerca de la parte de deportes de la tienda La Polar, ubicada en Portal
La Reina, tropezando con una lata, cayendo, sin que en La Polar hubiera
paramédico, ni asistente, ni enfermera, ni nada y se tuvo que ir con su esposo a la
posta, según le mencionó su jefe.
Agrega que la actora sufrió daño físico y psicológico, el primero porque ella
se ha tenido que infiltrar, existiendo ocasiones en que no puede ni caminar y
cuando hace frío ella llora porque le duele mucho, lo que aprecia porque trabajan
juntas, existiendo ocasiones en que no se puede ni parar, pese a lo cual no falta a
su trabajo, salvo para sus terapias; el segundo, porque ella hacía clases de yoga,
asistía a un grupo folklórico y hacía baile entretenido, todo lo cual era su pasión,
todo lo cual le consta porque trabajaron juntas, siendo ella la encargada de la
XCGXBXSGXL

biblioteca y la deponente su asistente, en la Ilustre Municipalidad de Las Condes,


daños que se mantienen, siendo probable que ella deba operarse.
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C-9053-2015

DÉCIMO QUINTO: Que, finalmente, la demandante produjo la absolución de


posiciones del representante de la demandada, don Andrés Eyzaguirre Astaburuaga,
a quien, previas las citaciones correspondientes, se le tuvo por incurso en el
apercibimiento legal contenido en el artículo 394 del Código de Procedimiento Civil y
por confeso de los hechos categóricamente afirmados en el pliego agregado a fojas
228 del expediente, de los que es posible establecer que es efectivo que el proceso
se ha iniciado por una lesión sufrida por la actora, en el local utilizado por La Polar,
ubicado en Avenida Francisco Bilbao N° 8750, comuna de La Reina, la que tuvo
lugar el día 03 de julio de 2014, recibiendo el auxilio de personal de la empresa, pero
sin prestarle atención médica, quienes reconocieron expresamente que el accidente
aludido era responsabilidad de la empresa, ocurriendo el accidente en dependencias
de la empresa La Polar, dentro del departamento de deportes, debido a una lata
sobresaliente del piso, no cumpliendo la demandada con las medidas necesarias
para prestar una adecuada seguridad dentro de sus dependencias, ni tampoco sus
empleados prestaron las medidas necesarias para apaciguar o revertir los daños
causados por el accidente, tanto así que los daños sufrido por la demandada fueron
agravados debido a la falta de ayuda y cuidado de la demandada. Agrega que las
dependencias en que ocurrió el accidente no cumplían con las medidas de
seguridad mínimas y necesarias para que quienes transitan por ella no sufran
accidentes, no contando en el lugar con una enfermería, pese a que legalmente todo
establecimiento comercial debe contar con una, reconociendo los empleados de la
demandada el accidente materia de autos, mediante formulario único de declaración
de accidentes de clientes, siendo efectivo que a causa del accidente en comento, la
actora ha sufrido una lesión en su pierna que le ha tenido convaleciente y sin
posibilidad de recuperación desde entonces, existiendo ánimo y disposición por
parte de La Polar para indemnizar a la actora, a causa de su responsabilidad, la que
fue reconocida expresamente por la Jefa de Local de la tienda La Polar en que los
hechos ocurrieron, pretendiendo la demandada indemnizar a la actora en todo lo que
fuere necesario, lo que consta de las comunicaciones vía correo electrónico entre las
partes, viéndose la actora afectada económica, psicológica y moralmente por los
hechos antes descritos y que ellos son de exclusiva responsabilidad y negligencia
tanto de Empresas La Polar S.A., como de sus trabajadores y dependientes.
DÉCIMO SEXTO: Que la demandante solicitó informe de perito,
confeccionado por la psicóloga María Susana Abarca Reyes, rolante a fojas 245, en
el que se realizaron como pruebas entrevistas clínicas, test Waiss, test Bender, test
XCGXBXSGXL

Luscher, test Roschach y test del hombre bajo la lluvia, concluyendo que la actora
presenta daño moral y psicológico, el primero consistente en el menoscabo, perjuicio
y dolor que sufre y el segundo consistente en un trastorno adaptativo, cuyos
Fojas 18
C-9053-2015

síntomas son ansiedad, angustia, irritabilidad, miedo, tristeza y evitación de lugares


que motivan recuerdos del trauma.
DÉCIMO SÉPTIMO: Que la demandada, a fin de acreditar sus alegaciones,
acompañó la siguiente prueba documental, sin objeción contraria:
1.- Impresión de correo electrónico de 06 de noviembre de 2014, remitido
por doña Adriana Silva a la demandante, rolante a fojas 158.
2.- Impresión de correo electrónico de 03 de noviembre de 2014, remitido
por doña Adriana Silva a la demandante, que consta a fojas 159.
3.- Impresión de correo electrónico de 03 de noviembre de 2014, remitido
por la demandante a doña Adriana Silva, que obra a fojas 159.
4.- Impresión de correo electrónico de 03 de noviembre de 2014, remitido
por la demandante a doña Adriana Silva, que rola a fojas 161.
5.- Impresión de correo electrónico de 03 de noviembre de 2014, remitido
por doña Adriana Silva a la demandante, de fojas 162.
DÉCIMO OCTAVO: Que la demandada, a fin de acreditar los fundamentos
de sus defensas, hizo comparecer a estrados a los siguientes testigos, cuya tacha
fuera previamente desestimada:
a) Doña Adriana del Carmen Silva Albuquerque, quien expuso que su labor
dentro de la demandada es tomar conocimiento de los incidentes que ocurren con
los clientes en las tiendas, siendo el protocolo escrito que los jefes de operaciones
de las tiendas tienen que reportar cualquier incidente ocurrido en la tienda en
relación a los clientes, por lo cual el Jefe de Operaciones de la tienda de La Reina,
don Joel Zapata, le comunicó del incidente, ocurrido con la actora, en julio de
2014, señalándole que ella había sufrido una caída y que producto de esa caída
rompió una de sus botas y su celular. Se inició una investigación para determinar
si la empresa fue responsable de la caída y de los antecedentes que tenían a la
fecha no constaba con su responsabilidad en los hechos, presumiendo que el
accidente podía ser producto de un mareo, desconociendo lo que le sucedió a
ciencia cierta. Agrega que la empresa tiene un protocolo de seguridad física en las
tiendas por el tráfico de clientes y consumidores, por tanto, siempre hay acciones
preventivas para evitar incidentes, terminando por señalar que el accidente ocurrió
en julio de 2014 y que la demandante se comunicó con ellos en octubre de 2014,
mediante correos electrónicos en los que solicitaba el pago de los gastos en que
habría incurrido por el incidente en la tienda de La Reina, vía por la cual hizo llegar
boletas más la valorización de las botas y el celular, lo que sumaba un monto de
XCGXBXSGXL

$284.000.-, después de eso, ella le informó que iba a tomar un abogado y que la
iba a representar su marido y que demandarían por $ 12.000.000.-, época desde
la cual pasaron el caso al área legal porque esto estaba fuera de las competencias
Fojas 19
C-9053-2015

de su área, dejando de tener contacto con la demandada, aunque recibió alguna


llamada de su marido.
También expuso que cada vez que ocurre un incidente en las tiendas, a
nivel nacional, el jefe de operaciones tiene la obligación de reportar el incidente en
un software habilitado para estos efectos, señalando y describiendo los hechos y
luego el área de subgerencia de cumplimiento toma el caso y comienza a solicitar
respaldos y eventuales gastos incurridos por la primera atención médica; una vez
recopilada esta información se envía al comité que define si la empresa incurrió o
no en responsabilidad en los hechos. En el caso específico de autos, el protocolo
operó formalmente desde que la tienda denunció el incidente, tomando
conocimiento que la demandante cayó y fue asistida inmediatamente por el jefe de
operaciones de la tienda, quien evaluó físicamente si tenía alguna contusión
desde leve a grave, ya que eso es lo que deben hacer los jefes de operaciones y
le ofreció traslado a alguna asistencia médica, y les comentaron que la señora
Campusano la rechazó, manifestando que se trasladarían por sus propios medios,
aunque ninguna tienda cuenta con un protocolo de asistencia médica, sólo se
ofrece el traslado del afectado al centro asistencia más cercano y en este caso,
por su estado se solicitó ayuda a los paramédicos del mall, los cuales no
asistieron, no se encontraban.
Señala que no existe registro visual del accidente, recibiendo al respecto un
reclamo del Sernac, al que respondieron que estaban en contacto con la
demandante, esperando los documentos sustentatorios del incidente, lo que tuvo
lugar en agosto de 2014 y que los jefes de operaciones no tienen conocimientos
médicos y asisten a los clientes con ciertas descripciones globales o muy
generales del estado físico del paciente.
Dentro de la empresa existen protocolos que se hacen en forma preventiva
para mantener la tienda libre de incidentes para clientes, existiendo 3 áreas
encargadas de estos procedimientos; Store Planning, que es la encargada del
layout, infraestructura física de las vitrinas, letreros, estantería y siempre tiene al
cuidado el libre tránsito de clientes y consumidores; mantenciones generales, tal
como su nombre lo señala, se encarga de mantener las condiciones físicas tanto
de aseo, de probadores y tránsito de las personas y; prevencionistas de riesgos,
que se ocupan del cuidado físico de las personas y de higiene y seguridad,
desconociendo el detalle de sus funciones, así como la accidentabilidad dentro de
los locales comerciales de La Polar S.A., salvo que en los años que está en la
XCGXBXSGXL

empresa han tenido 2 incidentes en la tienda de La Reina, el de la señora


Campusano y el de un señor al que le dio un pre-infarto y que fue atendido bajo el
protocolo y envió un agradecimiento al gerente general.
Fojas 20
C-9053-2015

b) Doña Verónica del Carmen Rojas Fuentes, quien manifestó que la


empresa tiene un procedimiento donde cualquier incidente que tenga algún cliente
es informado a través de un sistema informático, así conoció del incidente de la
actora, porque en julio de 2014 se les informó que una persona en el área de
deportes había tropezado y producto de eso, manifestaba haber sufrido un dolor o
tirón en la pierna y que se le cayó su celular y rompió una de sus botas. El jefe de
operaciones, don Joel Zapata llamó al paramédico del mall, pero no estaba, así
que no llegó y según el protocolo se ofrece trasladarla a un centro asistencial, pero
expresó que iría por su cuenta. Después hablaron mucho con el esposo de la
demandante, quien llamaba por teléfono a la casa matriz y también se
comunicaron por correo con la accidentada y un abogado cuyo nombre no
recuerda.
Agrega que la demandada tiene personal de mantenimiento que se ocupa
de cualquier detalle eléctrico, de agua, cosas operacionales y también existe un
área que se llama store planning que se preocupa de la instalación de los
muebles, como se cuelgan y exhiben los productos y hay un área en la casa
matriz que es de prevención de riesgos y ellos tienen algunos prevencionistas que
recorren las tiendas y deben informar cualquier eventual problema o peligro que
pueda afectar a los funcionarios y clientes. Los de mantenimiento tienen su centro
de operaciones en la casa matriz donde el jefe de operaciones debe informar
cualquier eventualidad y son ellos quienes instruyen al personal de mantenimiento
para que realicen las reparaciones o lo que sea necesario, mientras que los
trabajadores de store planning trabajan con el departamento de arquitectura y
marketing, quienes les instruyen respecto al layout de las tiendas y el área de
prevención de riesgos también está en casa matriz y ellos manejan un calendario
de visitas a tiendas; terminando por señalar que el jefe de operaciones tiene un
poder de decisión respecto de las reparaciones menores, cuando es algo de
mayor cuantía se informa al área central de mantenimiento de casa matriz y en el
caso de reparaciones menores, el jefe de operaciones tiene la atribución para
decidir, sin necesidad de contactar a casa matriz.
DÉCIMO NOVENO: Que de acuerdo a los hechos expresamente
reconocidos por las partes y la prueba rendida en autos, apreciada de acuerdo al
valor probatorio establecido en los artículos 324, 342, 346, 383, 384, 385, 399 y
400 del Código de Procedimiento Civil, en relación con lo establecido en los
artículos 1700, 1702, 1703, 1706 y 1713 del Código Civil, es posible tener por
XCGXBXSGXL

justificado lo que sigue:


a) Que el día 03 de julio de 2014, alrededor de las 20:40 horas, en
circunstancias que doña Julia Alejandra Campusano Cruz, junto a su marido se
Fojas 21
C-9053-2015

encontraban recorriendo la sección de deportes de una de las tiendas en que


ejerce su actividad la demandada, La Polar S.A., ubicada en Avenida Francisco
Bilbao N° 8750, comuna de La Reina, sufrió una caída, con motivo de lo cual
resultó con una afección en su pierna derecha, así como con la rotura de una de
sus botas y la pérdida de su celular.
b) Que la accidentada fue auxiliada por personal de la tienda, sin que en la
tienda o en el centro comercial en que ella se emplaza existiera asistencia médica,
negándose a esperar una ambulancia, por lo que se dirigió a un centro de salud
por sus propios medios.
c) Que las lesiones de la accidentada fueron posteriormente diagnosticadas
como entesitis de aductores muslo derecho.
VIGÉSIMO: Que, en cuanto al primero de los requisitos de la
responsabilidad extracontractual, la capacidad del agente, ella se tendrá por
acreditada con las propias actuaciones en juicio de la demandada y la documental
presentada por ella.
VIGÉSIMO PRIMERO: Que, continuando con el análisis de los elementos
constitutivos de la responsabilidad extracontractual, corresponde establecer si ha
existido una acción u omisión ilícita de las demandada y, por su íntima relación, si
ella es imputable a su culpa o dolo.
En este sentido, ha de establecerse, en primer término, que para que exista
responsabilidad “es necesario que el daño provenga de un comportamiento
objetivamente ilícito, contrario al ordenamiento jurídico, contrario a lo justo”
(Hernán Corral Talciani, “Lecciones de Responsabilidad Civil Extracontractual”,
pág. 119, Editorial Jurídica de Chile, año 2003), y que la valoración de la ilicitud de
este comportamiento puede fundarse ya sea en una infracción a un deber legal
expreso, o en la transgresión del principio general de que no es lícito dañar sin
causa justificada a otro. De ahí la íntima relación existente entre este elemento y la
imputabilidad o reproche (culpa o dolo) del agente.
VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, conforme a lo señalado por la actora, la causa
basal de los daños sufridos se encuentra en el hecho de haber impactado una lata
que sobresalía desde el piso de la tienda de su contraria, cercenándole su calzado
y provocándole una lesión que después sería diagnosticada como entesitis de
aductores muslo derecho, cuyo origen se encontraría en la negligencia de la
demandada en la mantención de los espacios de tránsito de clientes.
VIGÉSIMO TERCERO: Que analizada la totalidad de la prueba rendida en
XCGXBXSGXL

autos, es posible sostener que el documento individualizado como formulario único


de declaración de accidentes de clientes N° 02921, contiene una declaración de
un representante de la demandada, en el que expresamente reconoce que el
Fojas 22
C-9053-2015

accidente de la señora Campusano Cruz tenía como su origen precisamente el


haberse tropezado con una lata de separación del suelo, lo que se ve refrendado
por la confesional prestada por el representante legal de la demandada.
VIGÉSIMO CUARTO: Que, siguiendo al profesor Barros (Enrique Barros
Bourie, “Tratado de Responsabilidad Extracontractual” Lecciones de
Responsabilidad Civil Extracontractual”, páginas 35 a 64, Editorial Jurídica de Chile,
año 2007), en nuestro derecho, la noción de ilicitud se asocia finalmente a la de
culpa, en el sentido que la actuación cuestionada excede la esfera de aquello que el
derecho reconoce como legítimo.
“…la culpa se define a partir de un patrón abstracto o modelo genérico de
persona que permite precisar en cada caso la conducta debida y compararla con
la conducta efectiva. Una acción es culpable (y a la vez ilícita) si infringe un deber
de cuidado, que se establecerá determinando cuál habría sido, en esa situación, la
conducta del modelo abstracto de persona. Este modelo es el del hombre
cuidadoso o buen padre de familia, al cual se refiere el artículo 44 del Código Civil
a propósito de un tipo particular de culpa (la culpa leve).”.
VIGÉSIMO QUINTO: Que, conforme a lo anteriormente señalado,
acreditada la existencia de la causa material del accidente de la actora, se hace
necesario analizar su ilicitud, circunstancia que también se ha visto acreditada en
autos por la confesional prestada por el representante legal de la demandada, en
la que específicamente reconoce que al momento del accidente, en las
dependencias en que éste ocurrió no se cumplía con las medidas de seguridad
mínimas y necesarias para el tránsito de clientes, apreciación refrendada por el
hecho de existir un elemento sobresaliente del piso en áreas de tránsito, que por
sí mismo implica un peligro para quienes transitan por el lugar y las declaraciones
de los testigos de la demandada, si bien dan cuenta de la existencia de diversos
sistemas relacionados con la mantención de la tienda, sólo hacen referencia a
ellos en términos generales, desconociendo lo que se relaciona en particular con
la tienda donde los hechos tuvieron lugar.
VIGÉSIMO SEXTO: Que, también se ha acreditado en autos la existencia
de daños para la demandante, los que tienen como su fuente el accidente en
comento, como se desprende de la documental acompañada y la testimonial
rendida por la actora, especialmente de los certificados médicos, bonos de
atención médica, boletas de compra y comunicaciones vía electrónico entre las
partes.
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VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que analizando cada ítem de daño reclamado, cabe


señalar que cada uno de ellos debía ser acreditado por la demandante, tanto en
su concurrencia, como en su monto. Así, respecto del daño emergente, se dará
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lugar a lo pedido a su respecto, sólo respecto de las sumas justificadas en autos


que efectivamente digan relación directa con la afección patrimonial sufrida con
motivo del accidente, las que constan de los respectivos comprobantes de pago,
así como de las comunicaciones vía correo electrónico entre las partes, así como
el valor estimativo del celular y el calzado dañados en el accidente, señalado por
la demandante y no cuestionado de contrario; ascendiendo las primeras a un total
de $78.361.- y los segundos a $195.990.-, considerando que dichos bienes, según
la propia demandante tienen un valor de $129.990.- y $66.000.-, respectivamente;
lo que suma un total de $274.351.-
VIGÉSIMO OCTAVO: Que, respecto del lucro cesante alegado, consistente
en la utilidad legítima cierta que la demandante dejó de percibir por el acto dañoso
de su contraria, atendido que la actora no ha cumplido con su carga procesal en
tal sentido y sólo se puede concluir de su demanda y de lo reseñado por los
testigos presentados por ella, que realizaba como actividades remuneradas clases
de yoga y trabajaba en una Biblioteca, pero sin señalar una remuneración, ni el
tiempo que dejó de desempeñarse en dichas labores, de tal forma que no existen
antecedentes que permitan determinar la existencia de daños de esta índole y
menos adjudicar una indemnización respecto de ellos, por lo que se niega lugar a
lo requerido en este ítem.
VIGÉSIMO NOVENO: Que el daño moral alegado, constituye el menoscabo
de un bien no patrimonial, en cuanto al dolor, pesar, angustia y molestias
psíquicas que sufre una persona en sus sentimientos, consecuencias del hecho
ilícito, hecho externo que afecta la integridad física o moral del individuo.
TRIGÉSIMO: Que, a pesar de su naturaleza particular, el daño moral debe
ser probado por quien lo reclama, toda vez que éste constituye un presupuesto
para el origen de la responsabilidad civil, por tanto, aquel que intente beneficiarse
de la concurrencia de la misma, tendrá la carga probatoria de demostrar su
existencia. Así, la indemnización del daño moral requiere que el mismo sea cierto,
vale decir, que sea real y no hipotético, el que deberá ser demostrado por los
medios de prueba legalmente establecidos por nuestro ordenamiento jurídico.
TRIGÉSIMO PRIMERO: Que, a fin de acreditar el daño moral que ha
sufrido, la demandante aparejó un informe psicológico y también requirió un
informe pericial de la misma especialidad, cuyas conclusiones fueron previamente
señaladas; medios de convicción de los cuales se desprende fehacientemente que
desde el accidente y por varios años, la actora ha sufrido dolores, dificultades para
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desplazarse y una disminución de sus actividades sociales, lo cual le ha


significado un estado de ánimo depresivo reactivo y un trastorno adaptativo con
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diversos síntomas, apreciación refrendada por los testigos que deponen en


audiencia testimonial de fojas 121.
TRIGÉSIMO SEGUNDO: Que, en cuanto a la relación de causalidad
necesaria entre el daño sufrido por la demandante y negligencia imputada a la
demandada, ésta resulta manifiesta, toda vez que es la falta de medidas de
mantención y vigilancia de los espacios interiores de la tienda de La Polar S.A.,
ubicada en Avenida Francisco Bilbao N° 8750, comuna de La Reina, es finalmente
la causa de la caída sufrida por la actora, nexo causal sin el cual no es posible
concebir la existencia de los daños alegados, si la demandada hubiese cumplido
diligentemente con sus obligaciones.
TRIGÉSIMO TERCERO: Que la parte demandada ha alegado como causal
de exención de responsabilidad, el hecho de la víctima, por haberse ella expuesto
imprudentemente al daño, rompiendo el necesario vínculo de causalidad, no
encontrándose los individuos relevados del deber mínimo y elemental de
resguardar la propia salud física y psíquica y reconociendo la actora en su
demanda que no se percató de la situación que llevó a la ocurrencia del accidente,
requiriendo la aplicación de lo dispuesto en el artículo 2330 del Código Civil.
TRIGÉSIMO CUARTO: Que, tal como lo ha señalado la demandante, lo
que finalmente alega es una exposición imprudente a un riesgo, figura dentro de la
cual no cabe el concepto de no haberse percatado o no haber visto la pieza de
metal que sobresalía del piso. Efectivamente, cada uno de nosotros es el primer
llamado a proteger la propia integridad, ante los variados riesgos que nos rodean,
pero sobre esta misma base, cualquier agente externo que implique un aumento
de estos riesgos comunes debe indemnizar, salvo en el caso que la víctima del
daño haya realizado una acción deliberada, con conocimiento del riesgo y de las
consecuencias de su propio actuar, que afecte sus bienes patrimoniales o
extrapatrimoniales, de tal manera que se niega lugar a esta alegación de la
demandada.
TRIGÉSIMO QUINTO: Que, atendida la prueba rendida y analizada en el
proceso, el resultado del accidente sufrido como también las alteraciones
psicológicas, emocionales y de carácter social producidas a la actora, se fija
prudencialmente el monto de la indemnización por concepto de daño moral que
habrá de pagársele, en la suma de $2.000.000.- (dos millones de pesos).
TRIGÉSIMO SEXTO: Que, en lo referente a la reajustabilidad de las
indemnizaciones que se individualizarán en la parte resolutiva de esta sentencia,
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éstas se reajustarán de acuerdo a la variación que experimente el Índice de


Precios al Consumidor (I.P.C.) desde el día en que la presente sentencia quede
ejecutoriada hasta el momento del pago efectivo.
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TRIGÉSIMO SÉPTIMO: Que, respecto de los intereses, las sumas


contempladas en lo resolutivo del fallo devengarán el interés corriente desde la
fecha en que la sentencia quede firme o ejecutoriada hasta la época de su pago
efectivo.
TRIGÉSIMO OCTAVO: Que, la demás prueba rendida y a la cual no se ha
hecho referencia en las motivaciones anteriores en nada altera lo que viene
decidido.
TRIGÉSIMO NOVENO: Que no se condenará en costas a la demandada,
por no haber sido totalmente vencida al no acogerse todas las pretensiones
formuladas por la actora en su demanda.
Por tales consideraciones y de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 1437, 1698 y siguientes y 2314 y siguientes del Código Civil, y artículos
160, 170 y 341, 342, 346 N° 3, 383, 384, 385, 399, 402 y 426 del Código de
Procedimiento Civil,se declara:
I.- Que se rechaza la tacha deducida por la demandante a fojas 133.
II. Que se acoge la demanda de fojas 1, sólo en cuanto se condena a la
demandada La Polar S.A. a pagar a doña Julia Alejandra Campusano Cruz, la
suma de $$274.351.-, a título de daño emergente y de $2.000.000.- , a título de
daño moral, con los reajustes e intereses señalados en los considerandos
trigésimo sexto y trigésimo séptimo.
III.- Que cada parte pagará sus costas.
Notifíquese, regístrese y archívese en su oportunidad.
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Pronunciada por doña Carolina Montecinos Fabio, Juez Titular del Décimo
Quinto Juzgado Civil de Santiago.
Autoriza doña Janet Herman Cornejo, Secretaria Subrogante.

Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del art.
162 del C.P.C. en Santiago, veinticuatro de Julio de dos mil diecisiete
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Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
Durante el período del 14 de mayo de 2017 al 13 de agosto
CAROLINA TAEKO MONTECINOS FABIO JANET MARLENE HERMAN CORNEJO de 2017, la hora visualizada corresponde al horario de
invierno establecido en Chile Continental. Para la Región de
Fecha: 24/07/2017 09:14:55 Fecha: 24/07/2017 09:15:31 Magallanes y Antártica Chilena sumar 1 hora. Para Chile
Insular Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar
2 horas.

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