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Intervención Psicosocial, 2007, Vol. 16 N.° 3 Págs. 339-359.

ISSN: 1132-0559

INVESTIGACIONES APLICADAS

Características de una muestra de niños con


sospecha de abuso sexual en un dispositivo
especializado andaluz
Characteristic of a sample of children with
suspicion of sexual abuse in an Andalusian
specialized device

Encarna María SÁNCHEZ ESPINOSA*


Irene MARTÍN SÁNCHEZ**
Fecha de Recepción: 08-03-2005 Fecha de Aceptación: 17-12-2007

RESUMEN
Objetivo: Describir las características más relevantes de los casos con sospecha de
abuso sexual evaluado por un equipo especializado. Aporta información sobre la fuente de
detección, tipologías de abuso, situación administrativo-legal de los niños; características
de éstos y sus familias; relación entre víctima y ofensor y características de los ofensores.
Método: Se realizó un análisis retrospectivo de 198 casos evaluados entre los años
1998 y 2001. Se recoge información sobre 250 niños, 198 madres, 350 parejas víctima
ofensor y 277 supuestos ofensores. Se extrajo información relativa a 128 variables.
Resultados: La fuente de detección más frecuente fue la madre. Predomina la alega-
ción de abuso sexual intrafamiliar. Algo menos de la mitad de los niños provenían de pro-
tección infantil. Un tercio fueron preescolares. Casi la mitad no convivía con su padre bioló-
gico. La relación entre la supuesta víctima y el ofensor más frecuente fue la de padre bioló-
gico. La conducta abusiva más general fue tocamientos en genitales. Entre los supuestos
ofensores predominan los varones de edad comprendida entre 18 y 40 años.
Conclusiones: Se confirma la presencia de varias características señaladas como fac-
tores de riesgo por la literatura. Se discute la mayor representación de algunas de estas
características y su similitud o diferenciación con las encontradas en niños víctimas de
maltrato y /o abuso sexual.

* Diputación Provincial de Sevilla


** Equipo Eicas (ADIMA).

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Características de una muestra de niños con sospecha de abuso sexual en un dispositivo especializado andaluz

PALABRAS CLAVE
Abuso sexual alegado, Niño víctima, Familia, Cuidador, Pareja víctima ofensor, Ofensor.
ABSTRACT
Objective: Describe the characteristics of alleged sexual abuse cases with the assess-
ment of a team of specialists. Provide information about the source of detection, type of
abuse, legal-administrative situation of children, characteristics of children and their fami-
lies, relation between children and offender and characteristics of offenders.
Method: A retrospective analysis was performed of 198 cases assessed between 1998
and 2001. Information was collected covering 250 children, 198 mothers, 350 offenders’
victim’s couples and 277 offenders. Information was obtained concerning 128 variables.
Results: Mothers were the most frequent source of detection. The allegation of intrafa-
mily sexual abuse prevails. Slightly less than half of the children came from child protec-
tion services. A third were at pre-school age when supposed abuse occurred. Almost half
no longer lived with their natural father. The most common abusive behaviour consisted of
touching of genitals. The most frequent relation between the supposed victim and offender
was that of biological father. Among supposed offenders there was a prevalence of males
aged between 18 and 40.
Conclusions: The study confirmed the presence of several characteristics seen as risk
factors in the literature. The greater representation of some of these factors is discussed,
as are the similarities or differences with those found in child victims of physical/psycho-
logical abuse and/or sexual abuse.

KEY WORDS
Suspects sexual abuse, Victim child, Family, Caretaker, Offenders.

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E. M. Sánchez, I. Martín

INTRODUCCIÓN No obstante hay que tener presente


una limitación común de estos estudios
Aunque en número limitado, se han y del que se presenta y es que la mayoría
realizado investigaciones sobre abuso tienen la dificultad de que se basan en
sexual infantil en nuestro país en la últi- casos con distintos grados de certeza o
ma década. La primera, que sacó a la luz confirmación del diagnóstico de abuso
la existencia de este problema social sexual. Realmente es muy difícil estable-
(López, 1994), fue un estudio de preva- cer cuáles son casos confirmados de
lencia con adultos que fueron entrevista- abuso, ya que son pocos los signos físi-
dos sobre sus recuerdos de experiencias cos determinantes y las reglas para deci-
abusivas en su infancia. En cambio, los dir si una declaración de un menor es
estudios de incidencia existentes son falsa o verdadera varían según los auto-
investigaciones sobre maltrato infantil, res (Garrido y Masip, 2004). Por tanto
en las que el abuso sexual es contempla- creemos que es más apropiado hablar de
do como una tipología más del maltrato abuso sexual “alegado” o supuesto abuso
de que pueden ser objeto los niños y se sexual cuando se describen estos casos.
refieren a determinadas comunidades o
zonas del país (De Paúl, Arruabarrena, En los últimos años, la investigación
Torres y Muñoz, 1995; Gracia y Musi- sobre el abuso sexual en nuestro país ha
tu,1993; Inglés, 1993; Moreno, Jiménez, aportado resultados de dispositivos de
Oliva, Palacios y Saldaña, 1995; Verdu- atención especializada a niños supuestas
go, Gutiérrez, Fuertes y Elice 1993) o al víctimas de abuso sexual. Estas unida-
conjunto del estado español (Saldaña, des o equipos de evaluación, recogen
Jiménez y Oliva, 1995). En todos ellos la casos procedentes de diversas fuentes de
incidencia del abuso sexual fue en torno derivación, pudiendo así captar a niños
al 5% del maltrato detectado. con diversas situaciones familiares y
sociales y con distintos tipos de victimi-
En las primeras investigaciones, los zación. Los primeros estudios realizados
datos se obtuvieron de los expedientes de con fuentes de ese tipo fueron los estu-
protección, lo que hace que el abuso dios de Pou et al. (1996, 2002) de la Uni-
sexual descrito sea el de menores con dad del Hospital Clínico de San Juan de
desprotección asociada, víctimas de Dios de Barcelona. En esta misma línea
abuso sexual intrafamiliar y con familias se enmarca el que a continuación se pre-
de nivel socio-económico desfavorecido. senta.
Por tanto, no recogen otros tipos de
abuso sexual como el extrafamiliar o el Los datos de este estudio proceden del
entre iguales, ni a aquellos niños vícti- dispositivo especializado “Equipo para la
mas que no han sido objeto de atención investigación de niños supuestas vícti-
por el sistema de protección infantil y mas de abuso sexual” (EICAS) en Sevilla,
que podrían representar a poblaciones programa encuadrado en la Asociación
más “normalizadas”. Asimismo, dada su Andaluza para la Prevención del Maltrato
finalidad más general, no aportan datos Infantil (ADIMA) y en la Federación de
específicos del abuso sexual tales como Asociaciones para la Prevención del Mal-
indicadores, conductas abusivas, dura- trato Infantil (FAPMI), fue subvencionado
ción, gravedad, testimonio y lugar, entre por el Ministerio de Trabajo y Asuntos
otros aspectos de interés. Ante ese estado Sociales y en la actualidad por la Junta
de la cuestión, resultan de interés estu- de Andalucía. Este equipo que estaba
dios específicos, que ayuden a completar compuesto por un trabajador social,
la caracterización en nuestro contexto. cinco psicólogos evaluadores y un psicó-

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Características de una muestra de niños con sospecha de abuso sexual en un dispositivo especializado andaluz

logo que diseñó y coordinó el programa, recibida en un periodo amplio. El 29% de


recibía casos con sospecha de abuso los casos incluidos fueron recepcionados
sexual derivados por el sistema de pro- en 1998, el 34% en 1999, el 24% en
tección, escuelas, hospitales, juzgados, 2000 y el 12.5% en 2001. Los casos
policía, centros de la mujer y otros. La incluyen a 250 niños supuestas vícti-
procedencia geográfica de los casos era mas, 198 madres o figuras cuidadoras,
de Andalucía occidental y especialmente 350 sospechas de abuso o parejas vícti-
de Sevilla y su provincia. ma ofensor y 277 supuestos ofensores.
El presente trabajo, es parte de un
estudio más amplio. Aquí se describen Material
los resultados de caracterización global
de la muestra. Los objetivos de este El material utilizado para la recopila-
apartado han sido describir: a) proceden- ción de los datos fue elaborado para el
cia de los casos y su detección; b) com- estudio. Se construyó un Manual de
posición de la muestra en cuanto a tipos Definición de variables de abuso sexual,
de abuso sexual alegado y situación con las definiciones operativas de las
administrativo-legal; c) características de 128 variables incluidas en el estudio y
los niños y sus familias; d) aspectos rela- una Ficha para la Recogida de Datos,
tivos al propio abuso o relación entre víc- compuesta de siete áreas, en cada una
tima y ofensor y e) características de los de las cuales se recoge la información
supuestos ofensores. relevante respecto de una faceta del
objeto de estudio. Además se elaboró
Se espera con ello ampliar la informa- una clasificación de indicadores de
ción sobre casos con sospecha de abuso abuso sexual siguiendo la del Manual
sexual infantil detectado en el contexto “Child Sexual Abuse: Intervention and
andaluz y aportar sugerencias y elemen- Treatment Issues” (Faller, 1993), del
tos que ayuden a planificar nuevos estu- National Center on Child Abuse and
dios y programas en el campo de la pre- Neglect. Al igual que en éste, se ha dis-
vención, la evaluación y el tratamiento tinguido entre indicadores en niños
del citado problema. menores o mayores de 10 años, de alta o
baja probabilidad e indicadores conduc-
tuales o físicos.
MÉTODO
La selección de variables y de categorías
Casos se realizó atendiendo a las señaladas por
la literatura, especialmente las conside-
Los casos incluidos en esta investiga- radas como factores de riesgo. Otros cri-
ción son peticiones de estudio de niños terios de selección de variables fueron la
de 0 a 18 años, con sospecha de abuso disponibilidad de información en el expe-
sexual, recibidas en el equipo. Cada peti- diente y la opinión del equipo investiga-
ción o caso puede incluir a una o más dor sobre la idoneidad de tal o cual
supuestas víctimas. De las 401 peticio- variable para describir y contextualizar
nes recibidas en el citado equipo desde la población supuesta víctima de abuso
1998 hasta septiembre del 2002 se han en nuestro ámbito geográfico y cultural.
incluido en esta investigación 198. Se Para la organización y tratamiento de los
tomó un porcentaje de las peticiones datos se utilizaron los programas Micro-
recibidas en cada año, para así poder soft Access y SPSS en versión 11.5 y
tener una perspectiva de la demanda otras previas

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E. M. Sánchez, I. Martín

Procedimiento • Intrafamiliar: La víctima y ofensor


forman parte de la misma familia. El
La información considerada por cada ofensor es un miembro adulto de la
caso procede de los expedientes e inclu- estructura familiar y tiene una relación
ye la obtenida por el propio equipo en la de consanguinidad con la víctima de
evaluación y la enviada por las entida- hasta 4º grado o es un adulto sin rela-
des que derivan (SSCC, Juzgado, etc.). ción biológica, miembro de la estructura
Las fichas de recogida de datos para el familiar, que representa un rol familiar y
estudio eran cumplimentadas por convivencial con el niño.
miembros del equipo que evaluaba a los
niños, siempre que fue posible sobre los • Extrafamiliar: El ofensor es un adul-
propios casos que cada uno había eva- to, mayor de 18 años, que no tiene lazos
luado, siendo todas revisadas por una de consanguinidad con el menor o éstos
de las autoras del estudio. La informa- no son los descritos como propios de
ción de cada ficha era vertida a una abuso sexual intrafamiliar , no convive
base de datos, construida al efecto, que con él en el domicilio familiar, ni ocupa
en la actualidad sirve para mantener un un rol de parentesco convivencial.
registro actualizado de los casos atendi-
dos. • Entre iguales: El ofensor tiene
menos de 18 años y entre víctima y ofen-
sor existe una diferencia de edad de 5 o
Definición, tipos de abuso y figuras más años. Si esa diferencia es menor se
consideradas considera que hay abuso si se trata de
una sola víctima y varios ofensores que
Ante la diversidad de definiciones actúan a la vez agrediendo sexualmente
existentes en la literatura (Finkelhor, y/o queda probada la existencia de coer-
1979; Friedrick, Urquiza y Bielke 1986; ción. Se ha distinguido entre casos de
Leitenberg et al. 1992; López 1995; Rind, intra y extrafamiliar.
Tromovitch y Bauserman,1998; Schaaf y
McCann 1988), se consideró como caso • De varias tipologías: Si presenta
con sospecha de abuso, o caso de abuso alguna combinación de dos o más de los
alegado a aquel cuya petición recibida en anteriores tipos de abuso sexual.
el equipo, fue referida a un menor o
menores de 18 años con sospecha de Las figuras contempladas han sido:
haber estado o estar implicado en una
interacción de carácter sexual, con o sin Pareja víctima-ofensor o sospecha: Se
contacto físico, que se produjese con asi- refiere a un niño supuesta víctima y su
metría o coerción. La asimetría se ha supuesto ofensor. Pareja víctima-ofensor
establecido por una superior capacidad o sospecha en el presente estudio se
física y psíquica del ofensor sobre la víc- usan como sinónimos y agrupan a las
tima, entendida cuando hay al menos variables que describen la relación entre
cinco años de diferencia entre víctima y el niño y el ofensor.
ofensor hasta los 16 años y de 10 años a
partir de los 16. La coerción se definió Figura cuidadora/madre: Aquel de los
como el uso de fuerza física, amenazas o progenitores o persona sustituta que se
intimidación. ocupa fundamentalmente de los cuida-
dos y protección del niño en el momento
Los tipos de abuso sexual considera- del abuso. Por cada niño víctima y/o
dos han sido los siguientes: grupo de hermanos se ha estudiado a

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Características de una muestra de niños con sospecha de abuso sexual en un dispositivo especializado andaluz

una figura cuidadora o cuidador princi- profesionales y profesionales, las no pro-


pal. fesionales detectaron 133 (67.2%) casos
y las profesionales 63 (31.8%); no se
tuvo esta información en 2 (1.0%) casos.
RESULTADOS La fuente de derivación profesional con
mayor volumen de casos derivados fue
LA PROCEDENCIA DE LOS CASOS Y protección infantil y servicios sociales
SU DETECCIÓN comunitarios con 101 (51.0%), seguidas
del ámbito judicial y policial con 54
La mayoría de los casos del estudio, (27.3%), salud con 14 (7.1%) y otras
concretamente 154 (77.8%), procedían fuentes con 29 (14.6%) casos.
de Sevilla y su provincia y los restantes
44 (22.2%) fueron derivados de otras El primer contacto del equipo evalua-
provincias de Andalucía Occidental. Res- dor con la fuente de derivación se produ-
pecto a la procedencia geográfica de los jo en un intervalo de 5 días desde la
menores 107 (42.5%) procedían de capi- fecha de recepción del caso para 112
tales de provincia, 80 (31.5%) de munici- (64.4%) casos, y antes de 15 días en 145
pios de más de 10.000 habitantes y 59 (83.4%). Se recibieron una media de 3.77
(23.4%) de poblaciones de menos de informes o documentos por caso. Cada
10.000 habitantes. niño antes de llegar al equipo había sido
entrevistado por una media de 1.29 pro-
La fuente de detección en 92 (46.5%) fesionales. Así, 119 (47.6%) niños no
casos fue la madre de la supuesta vícti- habían sido entrevistados por ningún
ma. Si distinguimos entre fuentes no profesional, 45 (18.0%) lo fue por uno, y

Gráfico 1. Tipología de abuso en el niño

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E. M. Sánchez, I. Martín

86 (34.4%) por más de dos. Los tres correspondiendo a entre iguales intrafa-
ámbitos que con mayor frecuencia entre- miliar 7 (2.8%) y entre iguales extrafami-
vistaron al menor fueron justicia, que lo liar 15 (6.0%). Los niños supuestas vícti-
hizo en 48 (19.2%) niños, salud en 42 mas de varias tipologías fueron 24 (9.6%)
(17.2%) y policía, en 32 (12.8%). Los
niños más entrevistados fueron los de 13 Como puede verse en la gráfica 1, pre-
a 15 años, con una media de 2.05 profe- domina el abuso sexual intrafamiliar,
sionales, frente a los de 0 a 3 años en los pero la muestra nos ofrece una diversi-
que la media fue de 0.46. dad en cuanto a los tipos de abuso
sexual del que pueden ser objeto los
niños.
TIPOS DE ABUSO SEXUAL ALEGADO Y
SITUACIÓN ADMINISTRATIVO-LEGAL La situación administrativo legal fue
66 (26.4%) niños con expediente judicial
El total de niños supuestas víctimas abierto, 65 (26.0%) con expediente de
de abuso sexual en la muestra fue de protección abierto, 49 (19.6%) presenta-
250. De ellos 175 (70%) fueron supues- ban las dos circunstancias anteriores y
tas víctimas de intrafamiliar, de los cua- 70 (28.0%) no tenían expediente abierto
les 146 (83.4%) tenían con el supuesto de ningún tipo.
ofensor una relación de consanguinidad
y 29 (16.6%) sin consanguinidad. Los En la gráfica 2 se observan cuatro
niños supuestas víctimas de abuso grupos con un volumen similar de
extrafamiliar fueron 29 (11.6%) y de casos. Destaca que algo más de un
supuesto abuso entre iguales 22 (8.8%), cuarta parte fueron niños sin ningún

Gráfico 2. Situación administrativa y legal del niño

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tipo de relación con el sistema judicial de 8.8 años. Casi la mitad (48.0%) tenían
ni con el de protección de menores. antecedentes o presencia de otros mal-
Atendiendo únicamente a la pertenen- tratos asociados y en algo más de uno de
cia o no del niño al sistema de protec- cada cuatro, el supuesto abuso se inició
ción, se observa que el porcentaje de antes de los 6 años. Por otra parte, algo
los que no pertenecían al sistema de menos de uno de cada cuatro niños pre-
protección (54.4%) fue ligeramente sentaba absentismo escolar. Además, el
superior al de los que pertenecían 40% de los niños fueron explorados
(45.6%). médicamente y algo más de uno de cada
diez presentaba déficit físico o psíquico.
CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS Y
SUS FAMILIAS Indicadores de abuso sexual
Las características de los niños Indicadores físicos
supuestas víctimas de abuso sexual
estudiados se exponen en la tabla 1. Se tuvo constancia de indicadores físi-
cos en 65 (26%) niños y en 176 (70%) no,
De los anteriores resultados se deduce siendo desconocido el dato en 9 (3.6%)
que hay una proporción de 2.52 niñas niños. De los que presentaban indicado-
por cada niño. Más de la mitad de los res, en 49 niños (75.4%) eran de baja
niños (58.8%) tenían menos de 10 años y probabilidad, en 5 (7.7%) de alta y en 11
el rango de edad que más frecuentemen- (16.9%) de ambos tipos. Los dos indica-
te fue derivado para estudio era el de 4 a dores físicos de alta probabilidad que se
6 años. La edad media de los niños fue reiteraron fueron: la abertura himineal

Tabla 1. Características niño supuesta víctima

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E. M. Sánchez, I. Martín

agrandada para la edad con signos aso- sentaban indicadores 155 (70.5%) pre-
ciados de ruptura o ausencia de himen, sentaron una combinación de indicado-
que se dio en 8 (3.2%) niños, y las lesio- res de alta y baja probabilidad, 37
nes recientes en genitales, ano o paladar (16.8%) sólo de alta y 28 niños (12.7%)
sin una explicación accidental adecuada, sólo de baja.
que se dieron en 5 (2.0%) niños. Los
indicadores físicos de baja probabilidad Los indicadores conductuales de alta
más frecuentes fueron: el eritema vaginal y baja probabilidad de mayor frecuencia,
y o perianal que se dio en 37 (14.8%) encontrados en los 163 (45.2%) niños
niños, dolor en genitales en 19 (7.6%), pequeños (de hasta 10 años de edad),
prurito en 14 (5.6%) e infecciones de aparecen en la tabla 2.
trasmisión no exclusivamente sexual
(vulvovaginitis, vulvitis, vaginitis, candi- La relación de indicadores con mayor
diasis o herpes entre otras) en 7 (2.8%) presencia en los 87 (34.8%) niños mayo-
niños, y dilatación anal refleja en 6 res (más de 10 años) y su frecuencia
(2.4%) niños. aparece en la tabla 3.
En las siguientes tablas se observa
Indicadores conductuales que el indicador más presente a cual-
quier edad es la verbalización del niño de
La presencia de indicadores conduc- que ha sido objeto de abuso sexual. En
tuales fue casi generalizada. Estaban los pequeños los miedos inespecíficos
presentes en 220 (88.0%) niños, no se fueron el siguiente indicador más pre-
consignaron en 23 (9.2%) y no se tuvo sente y en los mayores las dificultades
información en 7 (2.8%). De los que pre- en la escuela.

Tabla 2. Indicadores de abuso sexual en niños pequeños (<10 años superior)

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Características de una muestra de niños con sospecha de abuso sexual en un dispositivo especializado andaluz

Tabla 3. Indicadores de abuso sexual en niños mayores (≥10 años)

LA FAMILIA DEL NIÑO de las características de las familias apa-


recen en la tabla 4.
El número de niños supuestas vícti-
mas de abuso en cada una de las 198 En la tabla 4 se observa que predomi-
familias estudiadas fue de uno sólo en na claramente la estructura familiar com-
161 (81.3%) familias, dos en 29 (14.6%), puesta por ambos progenitores (69.7%)
y más de dos en 8 (4.0%) familias. Varias aunque destaca el elevado porcentaje de

Tabla 4. Características de la familia

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E. M. Sánchez, I. Martín

familias monoparentales (21.2%). El por- sentaron maltrato, hubo antecedentes de


centaje de parejas en disputa (22.2%), abuso sexual en 15 (20.8%) hermanos.
definidas como aquellas que mantienen
en el momento de la exploración del niño
un conflicto legal, económico, o emocional LA FIGURA CUIDADORA DEL NIÑO
es elevado. El desvelamiento del supuesto
abuso sexual produjo cambios (por ejem- Se estudiaron 198 figuras de cuidado
plo, separación de los padres) en la del niño, de las que 174 (87.95%) eran
estructura familiar en un 15.2% de fami- madres, 5 (2.5%) padres, 12 (6.15) otros
lias. Casi la mitad de las familias presen- y en 7 (3.5%) no procedía consignar esta
taron problemas de violencia doméstica. figura. Las características estudiadas en
El nivel socioeconómico se ha distribuido este grupo aparecen en la tabla 5.
con porcentajes similares para el nivel
medio/alto de un lado y el bajo y precario En la anterior tabla se observa que
de otro. Sin embargo, si agrupamos las aproximadamente la mitad de las figuras
categorías de bajo y precario, casi la cuidadoras no tiene ningún tipo de estu-
mitad de las familias estarían en el nivel dios o sólo los estudios primarios, una
socioeconómico que podríamos denomi- de cada tres pasaba mucho tiempo fuera
nar desfavorecido. del hogar y considerando sólo las que se
conoció el dato, fueron la mitad. Una de
cada cuatro presentaba consumo abusi-
Los padres y los hermanos vo de sustancias, especialmente alcohol,
y la misma proporción presentaba algún
Una mayoría de niños, 211 (84.4%), déficit o trastorno físico o psíquico. Casi
convivían con su madre biológica (sin la mitad de entre las que se conoció el
que ello excluya la convivencia con otros dato, presentaron antecedentes de mal-
miembros de la familia), 34 (13.6%) no trato y de éstas la mitad tenían antece-
convivía, y no se tuvo información en 5 dentes de victimización sexual.
(2.0%). Con el padre biológico convivían
139 (55.6%) niños y 105 (42.0%) no con- La actitud de la figura cuidadora o
vivían; no se tuvo información en 6 madre ante el abuso sexual alegado
(2.4%) niños. De los niños que no convi- fue valorada en 319 sospechas o pare-
vían con su padre biológico: 41 (39.0%) jas víctima ofensor. La actitud de
lo hacían con un padre convivencial o apoyo al niño ocurrió en 145 (45.5%)
adoptivo, 60 (66.2%) no convivían con sospechas, apoyo al supuesto ofensor
ninguna figura paterna y 17 (16.2%) lo en 61 (19.1%), ambivalencia en 54
hacían con su familia extensa, no se (16.9%), no procedía en 26 (8.2%) y no
tuvo esta información en 4 (3.8%). se conoció el dato en 33 (10.3%).
Hubo dependencia de la figura de cui-
Del total de niños supuestas víctimas, dado con respecto al ofensor en 96
el 35.2% eran hermanos entre sí, que (30.1%) sospechas, pero lo más fre-
también fueron supuestas víctimas de cuente fue no presentar dependencia,
abuso. De entre los hermanos no como ocurrió en 147 (46.1%), y no se
supuestas víctimas, la edad media fue tuvo información en 76 (23.8%) sospe-
11.6 años. Los hermanos sin anteceden- chas. Con respecto al tipo de depen-
tes de maltrato de cualquier tipo, fueron dencia, fue más frecuente presentar
79 (38.0%); sí presentaron maltrato 72 dependencia emocional (47.9%) o
(34.6%) y el dato fue desconocido en 57 emocional y económica de modo con-
(27.4%). De los 72 hermanos que pre- junto (46.9%).

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Características de una muestra de niños con sospecha de abuso sexual en un dispositivo especializado andaluz

Tabla 5. Características del cuidador principal

LA SOSPECHA DE ABUSO. La media de conductas abusivas por


LA RELACIÓN NIÑO-OFENSOR sospecha de abuso sexual alegado fue de
1.91. Las conductas abusivas alegadas
En cuanto al parentesco entre el con mayor representación aparecen en la
supuesto ofensor y el niño, la relación tabla 6.
que destaca en primer lugar fue la de
figura paterna biológica en 117 (33.8%) Como se observa en la tabla 6 la con-
sospechas. El supuesto ofensor fue tío/a ducta abusiva más frecuentemente ale-
del niño en 40 (11.6%) sospechas, gada casi para la mitad de los niños fue-
padre/madre no biológico (adoptivo o ron los tocamientos en genitales.
convivencial) en 29 (8.4%), pareja del
padre/madre en 10 (2.9%), hermano en En 235 (67.9%) sospechas o parejas
25 (7.2%), abuelo en 22 (6.4%), madre niño-ofensor hubo revelación del abuso
biológica en 10 (2.9%) y en 21 (6%) otros por parte del niño y en 108 (31.2%) no la
familiares. Sin parentesco familiar pero hubo, desconociéndose el dato en 3 (0.9%)
sí conocido del niño hubo 70 (20.2%) más. Cuando la revelación del abuso se
sospechas, y no se tuvo información al produjo, en 122 (51.9%) sospechas los
respecto en 2 (0.6%). niños revelaron antes y durante la explo-

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Tabla 6. Conductas abusivas más frecuentes

ración, 89 (37.9%) previamente y sólo de los abusos alegados de duración


durante la exploración en 24 (10.2%). corta (inferior a un mes); la duración
media (superior a un mes e inferior a
A continuación se presentan los resul- tres meses) fue poco frecuente. En una
tados sobre condiciones y circunstancias de cada tres sospechas el acceso del
de la sospecha de abuso alegado. supuesto ofensor al niño es alto. El
método preferido por el ofensor para
Como muestra la tabla 7, la duración controlar la conducta del niño es la
del abuso alegado larga o crónica (supe- seducción o el soborno. En casi la mitad
rior a los tres meses o un año respecti- de los casos, los abusos alegados se pro-
vamente) fue la más frecuente, seguida dujeron en el domicilio del ofensor.

Gráfico 3. Revelación del abuso

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Características de una muestra de niños con sospecha de abuso sexual en un dispositivo especializado andaluz

Tabla 7. Características de la sospecha de abuso

En cuanto a los resultados de la valo- grupo más numeroso el de alta probabili-


ración del testimonio del niño, realizada dad. Son sospechas con el nivel de con-
en el equipo por medio de el Análisis del firmación más alto a juicio de los eva-
contenido basado en criterios CBCA luadores, bien por los resultados de la
(Raskin y Esplín 1991) destaca junto a evaluación de la declaración del niño,
las sospechas con testimonio veraz-pro- bien por la presencia de indicadores
bablemente veraz, el grupo clasificado fisicos de certeza, o alguna de las dos
sin testimonio (30.6%), refiriéndose a anteriores circunstancias unidas a indi-
declaraciones en las que no hay suficien- cadores conductuales de alta probabili-
te producción verbal del niño para reali- dad. La baja probabilidad se refiere a sos-
zarla, bien porque no habló, fue escasa, pechas que a juicio del examinador tienen
o no evaluable por afectación sensorial o poca evidencia a favor de que el abuso se
psíquica del niño. También fue elevado el haya producido. El grupo de sin datos
grupo que por diversos motivos no con- concluyentes engloba a sospechas que a
cluye la evaluación (27.2%). Hubo una juicio del evaluador eran dudosas, no hay
presencia escasa de casos con testimonio información suficiente para concluir si
dudoso o no veraz. hubo o no abuso.
Con respecto al diagnostico final que Destaca el dato de que casi la mitad
otorgaba el equipo a cada sospecha estu- de las sospechas se estimaron graves
diada, los resultados presentan como o muy graves.

352 Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 3


E. M. Sánchez, I. Martín

CARACTERÍSTICAS DE LOS bién eran supuestas víctimas en el estu-


SUPUESTOS OFENSORES dio.
Se recogieron datos relativos a 277 Las características más relevantes se
supuestos ofensores sexuales. De ese exponen en la tabla 8, si bien hay que
total 220 (80.6%) supuestamente abusa- tener en cuenta en algunas variables el
ron cada uno de un único niño del estu- alto porcentaje de sujetos de los que no
dio, mientras que 43 (15.8%) de dos se tuvo acceso a la información prevista.
niños y 10 (3.7%) de más de dos. Ade-
más, en 32 (11.7%) de ellos hubo cons- En la tabla 8 se destaca que predomi-
tancia de denuncia o sospecha fundada na el género varón, de edad entre 18 y
de agresiones o abusos sexuales previos 40 años, con preferencia por el modo de
a otros niños. Es importante resaltar que actuación individual. En cuanto al esta-
5 (1.8%) ofensores fueron niños que tam- do civil es similar el porcentaje de casa-

Tabla 8. Características de los supuestos ofensores

Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 3 353


Características de una muestra de niños con sospecha de abuso sexual en un dispositivo especializado andaluz

dos y separados o divorciados. El consu- Casi la mitad de los niños tuvieron


mo de drogas o alcohol se conoció sólo antecedentes o presencia de otros tipos
en algo menos de la mitad siendo predo- de maltrato junto con la supuesta victi-
minante entre éstos la presencia de con- mización sexual, lo cual coincide con los
sumo. estudios que señalan un riesgo incre-
mentado de victimización sexual en
niños objeto de negligencia (Finkelhor,
More, Hanby y Straus, 1997) y en niños
DISCUSIÓN con antecedentes de maltrato físico
(Boney-McCoy y Finkelhor, 1995).
Características de los niños
El déficit psíquico hallado es próximo
En la muestra el tipo de abuso sexual al registrado por Moreno et al. (1995) y
alegado más frecuente ha sido el intra- por Sanmartín (2002) en niños víctimas
familiar, al igual que en los estudios de de abuso. Ambos encuentran una mayor
nuestro país, cuyas muestras son de presencia de déficit psíquico en los niños
niños del sistema de protección. Sobre víctimas de abuso sexual, que en los de
esta cuestión, frecuencia de los tipos de maltrato en general. Tal como afirman
abuso, la literatura ofrece distintos Gorman-Smith y Matson (1993) y Verdu-
datos: Así, se ha señalado que el intra- go, (1993) la presencia del déficit psíqui-
familiar está en torno a la mitad del co en el niño podría ser considerado un
total de los casos detectados (Finkel- factor de riesgo para el abuso sexual.
hor,1986), que oscila entre el 10% y el
50% (Bagley & King, 1990), que presen- El absentismo escolar observado es
ta una ligera diferencia a favor del similar al de otros niños víctimas de
extrafamiliar (Fisher & McDonald, abuso sexual (Sanmartín, 2002) e infe-
1998), o inclusive que las característi- rior al de los niños víctimas de maltrato
cas de los casos denunciados varían en general (Moreno et al. 1995; Sanmar-
según las fuentes información (Berliner tín op. cit.). Este resultado plantea si el
y Elliott, 1996). absentismo escolar no es tanto un factor
de riesgo característico del abuso sexual,
En cuanto a las características encon- sino de cualquier tipo de maltrato.
tradas en los niños, se confirma el tópico
con respecto al genero ya que predomi- Se confirma además la discreta pre-
nan claramente las niñas, en proporción sencia de indicadores físicos en niños de
similar a la de otros estudios en nuestro la muestra (Bays, Chadwidk, 1993),
medio (Pou et al. 2002 y Sanmartín, siendo mucho más frecuente la presen-
2002). El resultado apoya la considera- cia conjunta de indicadores conductua-
ción de Boney-McCoy y Finkelhor (1995) les de alta y baja probabilidad.
de que ser mujer incrementa el riesgo de
padecer abuso sexual. Respecto a la
edad, el porcentaje de niños pequeños es Características de las familias
mayor al encontrado en el estudio de
maltrato en Andalucía (Moreno et al. Se ha encontrado una mayor repre-
1995), más parecido al resultado de nivel sentación del nivel socioeconómico bajo
estatal (Sanmartín, 2002); y similar a y precario, inclusive entre las familias de
ambos en la notoria disminución del por- los niños no pertenecientes al sistema de
centaje de víctimas en el rango de 16 a protección, en la línea de investigaciones
18 años. (Finkelhor 1997, Sdelak 1997, Paveza,

354 Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 3


E. M. Sánchez, I. Martín

1988) que encuentran que un nivel eco- que sostienen que el nivel educativo de
nómico más bajo se relaciona con un los padres, no está en sí mismo relacio-
mayor riesgo para el abuso sexual. El nado con la victimización sexual. Res-
volumen de hacinamiento encontrado en pecto a la actividad laboral de las
la muestra informa que es menos fre- madres, los resultados se asemejan más
cuente su presencia entre las familias de a lo encontrado en otras investigacio-
niños supuestas víctimas de abuso nes, (Jiménez, Oliva y Saldaña,1996) en
sexual que en las de maltrato en general el sentido de que es más alto el porcen-
(Moreno et al. 1995; Sanmartín 2002) y taje de madres activas entre las madres
es similar al hallado en otros niños de niños víctimas de abuso sexual que
supuestas víctimas de abuso sexual entre las de maltrato. Se ha señalado
(Sanmartín, 2002). que la ausencia prolongada del cuidador
del hogar puede suponer un factor de
En cuanto a la estructura familiar, se riesgo para la victimización sexual (Fin-
observa que predomina la estructura kelhor, 1997), los resultados apuntan
familiar compuesta por ambos progenito- en esta dirección, la mitad de las
res. La presencia de familias monoparen- madres de la muestra pasaban mucho
tales es ligeramente inferior a la encon- tiempo fuera del hogar. Otros autores
trada en los casos de maltrato en general (Dore, Doris, & Wright, 1995; Famularo,
(Sanmartín, 2002), pero más elevada que Kinscherff, & Fenton, 1992; Leifer, Sha-
la de la población andaluza general piro, & Kassem, 1993; Sheridan, 1995)
(Anuario estadístico de Andalucía, 2003). han puesto de manifiesto la relación
Casi la mitad de los niños de la muestra entre el abuso de sustancias por parte
no convivían con su padre biológico de los padres y el riesgo en los niños de
cuando se produjo el abuso. Los anterio- padecer maltrato físico y abuso sexual.
res resultados van en la línea de lo indi- En nuestro estudio, el porcentaje de
cado por diferentes autores (Finkelhor consumo de sustancias es similar al de
1997, Boney, McCoy y Finkelhor, 1995; madres de niños víctimas de abuso
Sedlak, 1997) con relación a que tanto la (Jiménez, Oliva, Saldaña, 1996), inferior
estructura familiar monoparental como al de las madres de maltrato en general
el hecho de convivir con un solo padre (Moreno,1995) y superior a la población
biológico pueden ser factores de riesgo general. La presencia de déficit físico y
para el abuso sexual. psíquico encontrada es similar a lo
hallado en el estudio de maltrato de
La mitad de las familias presentaron Andalucía (Moreno, 1995) en los padres
situaciones de violencia doméstica, en de niños víctimas de abuso sexual, pero
consonancia con los estudios, que han muy superior al dato de la población
establecido relación entre la violencia general andaluza (Anuario Estadístico
doméstica en la familia y el riesgo de de Andalucía, 2003).
maltrato (Alexander, 1992; Deblinger,
Hathaway, Lippmann, & Steer, 1993; Finkelhor (1997) señaló que la victimi-
McCloskey, Figueredo, & Koss, 1995; zación sexual parental previa está rela-
Suh, & Abel, 1990) y el abuso sexual cionada con un mayor riesgo de victimi-
(Paveza, 1988). zación sexual para los hijos de estas per-
sonas. Los resultados del presente estu-
En las madres se encontró una dio van en relativa consonancia con lo
mayoría sin estudios o sólo con estudios anterior, ya que lo más frecuente fue que
primarios. Este dato no coincide con las madres presentasen antecedentes de
aquellos resultados (Finkelhor,1997) maltrato en general, desglosando el tipo

Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 3 355


Características de una muestra de niños con sospecha de abuso sexual en un dispositivo especializado andaluz

de maltrato recibido, la mitad tenían duración del abuso predominante fue la


antecedentes de abuso sexual. del abuso largo o crónico. El siguiente
más habitual fue el de corta duración.
Como señalan distintos autores Hay ciertas similitudes con lo encontra-
(Everson, Hunter, Runyan, Edelsohn, do por otros autores (Pou, 2002).
& Coulter, 1989; Heriot, 1996;
Merrick, Allen, & Crase, 1994), el En cuanto a la gravedad, cabe resaltar
apoyo al niño víctima es un importan- que casi la mitad fueron sospechas o
te factor para la recuperación, en la interacciones niño-ofensor de carácter
muestra sólo en la mitad de las pare- grave o muy grave, lo que matiza de
jas supuesta víctima-ofensor las modo sensible lo expuesto, en el sentido
madres mostraron una actitud de de que las características que se han ido
apoyo al niño al tener conocimiento enumerando, se refieren, para al menos
del abuso. la mitad de los casos, a situaciones de
abuso sexual alegado graves o muy gra-
ves.
Características de la sospecha
de abuso Con respecto al lugar dónde se produ-
cen los abusos, se coincide con otros
Los resultados de la evaluación de las estudios en la frecuencia citada para el
sospechas, se distribuyen en un conti- domicilio del agresor, así cómo para el
nuo de confirmación o certeza del abuso, tipo de conducta ofensiva que esgrimie-
tal como es habitual en estas evaluacio- ron los ofensores (Pou, 2002).
nes. El grado de mayor confirmación
(alta probabilidad) se encuentra en cua- A modo de caracterización final, se
tro de cada diez sospechas y el resto se puede presentar un perfil de los niños
distribuye en los restantes niveles. Estos supuestas víctimas de abuso sexual
datos coinciden con lo señalado por estudiados según el cual predominan los
autores (Mraovich & Wilson, 1999) que niños, sobretodo las niñas, abusados en
afirman que la valoración psicosocial del su mayoría por familiares; en número
abuso sexual es limitada en sus conclu- superior los que no pertenecían al siste-
siones. No obstante, el número de sospe- ma de protección, aunque con alta repre-
chas o interacciones niño-ofensor diag- sentación de los que sí pertenecían, por
nosticadas de alta probabilidad de ocu- lo que no es de extrañar que en la misma
rrencia fue similar a lo encontrado en proporción fueron objeto también de
otros estudios de centros específicos de otros tipos de maltrato. Fueron más
evaluación de abuso sexual (Pou, 2002), pequeños que en otros estudios, con
pero sensiblemente inferior al volumen abusos de carácter grave, con menos
de diagnóstico de certeza que se señala absentismo escolar que los niños vícti-
en otros estudios (Moreno,1995). Sobre mas de maltrato y con pocos indicios
el testimonio de los niños, los resultados físicos. Su abuso alegado consistió prin-
confirman lo expuesto por otros autores cipalmente en tocamientos en genitales y
(Oates et al. 2000) en cuanto a la baja muchos revelaron ser víctimas de abuso.
proporción de testimonios que son valo- En la mitad de sus familias se podía
rados como poco o nada veraces. encontrar violencia doméstica, ausencia
de padre biológico, madres que pasaban
En consonancia, con el tipo de abuso mucho tiempo fuera del hogar y que no
más frecuentemente alegado en la mues- apoyaron al niño cuando se desveló el
tra, el intrafamiliar, se observa que la abuso.

356 Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 3


E. M. Sánchez, I. Martín

Por último, y en cuanto a la compara- víctimas más similares a las señaladas


ción de los resultados con los de niños en otros estudios de niños víctimas de
víctimas de maltrato en general, señalar abuso sexual en nuestro contexto fue-
que hay resultados similares tanto en ron: el tipo de abuso, el género, la pre-
cuanto al tipo de abuso sexual predomi- sencia de otros maltratos en los casos de
nante, que es el intrafamiliar, como en protección, el tipo de conducta abusiva y
cuanto al nivel socioeconómico bajo y la baja presencia de indicios físicos.
precario, el bajo nivel educativo de las
madres, la presencia de violencia domés- Los datos encontrados sugieren la
tica y el abuso de sustancias. Fueron necesidad de analizar en futuros estu-
diferentes en cuanto al hacinamiento, la dios cuáles de las variables descritas,
actividad laboral en las madres, el género, podrían ser factores de riesgo comunes
el absentismo escolar y el déficit psíquico. con el maltrato infantil y cuáles están
específicamente ligadas al abuso
Las características de las supuestas sexual.

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