Aspectos generales En el tema anterior presentamos, a modo de repaso de lo estudiado en el Curso sobre san Pablo, los esquemas temáticos de sus cartas. Ahora entramos a considerar las cartas llamadas “Católicas”. En este tema abordaremos algunos aspectos generales que nos faciliten comprenderlas mejor.
1. El nombre de “cartas católicas”
Se llaman “cartas católicas” a un conjunto de siete cartas del Nuevo Testamento: carta de Santiago, 1 y 2 de Pedro, carta de Judas y 1, 2 y 3 de Juan. ¿Por qué se les llama “católicas”? El término “católic@” significa “universal”. Y se llama así a estas cartas porque fueron escritas para todas las iglesias, y no para una comunidad en particular. Además, su contenido es también universal, en cuanto que se refiere a doctrinas de interés común a las iglesias. Aunque a estos escritos se les llama “cartas”, realmente no son cartas como lo son las de san Pablo. Son breves exposiciones y sentencias doctrinales acompañadas por algunas normas prácticas para los cristinos. 2. Destinatarios de las cartas católicas Estas cartas están dirigidas tanto a los cristian@s de origen judío que se encuentran dispersos por todo el mundo grecorromano como también a los cristianos del Asia Menor que provienen de la gentilidad, evangelizados por san Pablo. 3. Finalidad de las cartas católicas Estas cartas se escriben con la finalidad de defender la pureza de la fe cristiana, que en esos momentos se ve amenazada por doctrinas heréticas, es decir, enseñanzas contrarias a la verdadera doctrina oficial y tradicional. Estas doctrinas heréticas se habrían introducido en el seno de las comunidades por “falsos maestros”, tal como ya había anunciado san Pablo (Hch 20, 29-30). 4. Contenido de las cartas católicas En las cartas católicas se anima a los cristian@s a permanecer fieles en la sana doctrina, y en ellas se desenmascara a los falsos maestros que introducen enseñanzas heréticas. Además, estas cartas son una llamada a los cristian@s para que hagan vida y obras la fe, practicando las virtudes cristianas. Fray Ramón Aníbal Echavarría T.; OAR