El efecto ideomotor se refiere a la influencia de la sugestión o la expectativa sobre la
conducta motora involuntaria e inconsciente. El movimiento de los punteros en los tableros
de Ouija, de las manos de un facilitador en la comunicación facilitada, de las manos y los brazos en la kinesiología aplicada, y de algunas conductas atribuidas a la sugestión hipnótica, se deben al efecto ideomotor. El término “acción ideomotora” o”efecto ideomotor” fue acuñado por William B. Carpenter en 1852 en su explicación de los movimientos de las barras y los péndulos de los zahoríes, y algunos de los giros y elevación de mesas realizados por los médiums espirituales (los que no realizados por engaño). Carpenter argumentó que el movimiento muscular puede ser iniciado por la mente de forma independiente a la voluntad o las emociones. Puede que no seamos conscientes de ello, pero la mente puede ser sugestionada por otros o por observaciones. Esas sugestiones pueden influir en la mente y afectar el comportamiento motoro. El efecto ideomotor es un fenómeno psicológico en el que un sujeto realiza movimientos inconscientemente, de manera automática, desencadenada por un estímulo particular en la zona respectiva, que debe sobrepasar cierto umbral, de lo que se deduce que no depende de la especificación de un objeto para producirse (reflejos) similar a la pilo-erección frente a cambios térmicos, explica Wikipedia.