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Insuficiencia hepática:
Es una enfermedad multiorgánica de etiología y diversas características
por súbito y daño hepático, en menos de 8 semanas, de signos de
insuficiencia hepatocelular por una disminución de la protrombina y por
la presencia de signos de encefalopatía hepática (Esper, 2012). El
intervalo entre el inicio de los signos de enfermedad hepática (ictericia),
la IHA se ha subclasificado en fulminante (menos de 2 semanas) y
subfulminante (2 a 8 semanas). Otros autores prefieren diferenciar tres
tipos: hiperagudo, agudo o subagudo (intervalos entre 0-7 días, 8 a 28 o
29-72, respectivamente) (Esper, 2012). En una revisión bibliográfica
manifiesta (Infante, 2001), que la insuficiencia hepática aguda (IHA) es
una de las situaciones clínicas más triste con las que tiene que
enfrentarse el médico en su práctica profesional. Se puede conceptuar
como un síndrome que se produce cuando de manera brusca y severa se
afecta la función hepática, con la subsiguiente aparición de encefalopatía
y disminución marcada de la capacidad de síntesis en la glándula
hepática, que se manifiesta sobre todo por alteraciones en los
mecanismos de la coagulación.
La insuficiencia hepática aguda es la pérdida de función del hígado que
ocurre de forma rápida, en días o semanas, generalmente en personas
sin enfermedades hepáticas preexistentes. La insuficiencia hepática
aguda es menos frecuente que la insuficiencia hepática crónica, que se
manifiesta de forma más lenta.
La insuficiencia hepática aguda, que también se conoce como
«insuficiencia hepática fulminante», puede causar complicaciones graves,
como sangrado excesivo y aumento de la presión en el cerebro. Es una
urgencia médica que requiere hospitalización.
Según la causa, en ocasiones, la insuficiencia hepática aguda puede
revertirse con tratamiento. Sin embargo, en muchas situaciones, un
trasplante de hígado puede ser la única cura.
Etiología (IHA)
La causa más frecuente es la hepatotoxicidad por fármacos, incluyendo
el acetaminofén y reacciones idiosincrásicas a fármacos diversos,
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mientras que datos recientes han documentado una menor prevalencia
de hepatitis virales como agentes etiológicos de la insuficiencia hepática
fulminante. Las complicaciones mayores de la insuficiencia hepática
aguda que requieren intervención activa incluyen alteraciones
metabólicas, coagulopatía, edema cerebral, falla renal e infección (Keeffe,
2004).
La insuficiencia hepática es un deterioro grave de la función
hepática.
La insuficiencia hepática es causada por un trastorno o una
sustancia que daña el hígado.
En la mayoría de los casos se presenta ictericia (coloración
amarillenta en la piel y los ojos), se sienten cansancio y debilidad y
se pierde el apetito.
Otros síntomas incluyen la acumulación de líquido en el abdomen
(ascitis) y la tendencia a la formación de hematomas y a sangrar con
facilidad.
El médico generalmente diagnostica la insuficiencia hepática
basándose en los síntomas, en la exploración y en los análisis de
sangre.
El tratamiento consiste generalmente en controlar el consumo de
proteínas, restringir el sodio en la dieta, evitar el alcohol por completo
y tratar la causa, pero a veces es necesario un trasplante hepático.
Causas
La insuficiencia hepática puede aparecer como consecuencia de
cualquier tipo de trastorno hepático, como la hepatitis
vírica (principalmente la hepatitis B o C), la cirrosis y las lesiones
producidas en el hígado por el alcohol o por fármacos como
el paracetamol (acetaminofeno).
Para que se presente una insuficiencia hepática, debe estar dañada una
gran parte del hígado. La insuficiencia hepática se puede desarrollar
rápidamente, en el transcurso de días o semanas (aguda) o gradualmente
durante meses o años (crónica).
Causas principales de Insuficiencia Hepática
En un estudio de la función hepática en laboratorio (Sahuquillo & López,
2011), describieron que las causas más frecuentes de daño hepático
agudo son hepatitis viral, hepatitis alcohólica, daño tóxico, y daño
isquémico. A menudo es posible sospechar del tipo de agente causante a
partir de un patrón bioquímico. Enfermedad Pico ALT (x LSR) Relación
AST/ALT Pico de bilirrubina (mg/dl) Prolongación TP (s) Hepatitis viral
10--40 2 40 >1 temprano 5 (transitorio) Daño isquémico >40 >1 temprano
5 (transitorio) Patrón de pruebas de laboratorio en tipos de daño hepático
agudo. (x- Veces; LSR límite superior de referencia) En términos
generales, (Keeffe, 2004) , como abordaje inicial a la Insuficiencia
Hepática Aguda debe establecerse el diagnóstico, considerar la etiología
y hacerse una evaluación de la gravedad y tipos de clasificación hepática
basadas en causas como:
Según su etiología la Hepatitis viral son
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Virus de hepatitis A
Virus de hepatitis B
Virus de hepatitis C
Virus de hepatitis D
Virus de hepatitis E
Hepatitis debida a otros virus
Herpes virus 1, 2 y 6
Adenovirus
Virus de Epstein Barr
Citomegalovirus
Daño hepático inducido por fármacos
Sobredosis de acetaminofén
Reacciones idiosincrásica a fármacos
Toxinas
Amanita phalloides
Solventes orgánicos
Fósforo
Metabólico
Fisiopatología:
En la insuficiencia hepática aguda, múltiples sistemas de órganos
funcionan en forma inadecuada, a menudo debido a razones y a
mecanismos desconocidos. Los sistemas afectados incluyen
Hepático: La hiperbilirrubinemia está casi siempre presente en el
momento de la presentación. El grado de hiperbilirrubinemia es un
indicador de la gravedad de la insuficiencia hepática. La coagulopatía
debido a la alteración de la síntesis hepática de los factores de
coagulación es común. Se identifica necrosis hepatocelular, que se
manifiesta con aumento de los niveles de aminotransferasa.
Cardiovascular: Disminución de la resistencia vascular periférica y la
presión arterial, causando circulación hiperdinámica con aumento de
la frecuencia cardíaca y del gasto cardíaco.
Cerebral: Ocurre encefalopatía portosistémica, posiblemente como
resultado de un aumento de la producción de amoníaco por
sustancias nitrogenadas en el intestino. El edema cerebral es común
entre los pacientes con encefalopatía severa secundaria a insuficiencia
hepática aguda; la hernia uncal es posible y generalmente es fatal.
Renal: Por razones desconocidas, la lesión renal aguda ocurre hasta
en hasta el 50% de los pacientes. Dado que el nivel de BUN depende
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de la función de síntesis hepática, el nivel puede ser engañosamente
bajo; por lo tanto, el nivel de creatinina refleja mejor la lesión renal. Al
igual que en el síndrome hepatorrenal, la natriuria y la fracción de
excreción de sodio disminuyen incluso aunque no se utilicen
diuréticos y en ausencia de lesión tubular (como puede ocurrir cuando
la intoxicación por paracetamol es la causa).
Inmunológico: Se desarrollan defectos del sistema inmune, que
incluyen defectos en la opsonización y el complemento y glóbulos
blancos y células natural killer disfuncionales. La translocación
bacteriana desde el tubo digestivo aumenta. Las infecciones
respiratorias y urinarias y la sepsis son comunes; los patógenos
pueden ser bacterianos, virales o micóticos.
Metabólico: La alcalosis metabólica y respiratoria pueden ser
manifestaciones tempranas. Si se desarrolla shock, puede ocurrir
acidosis metabólica. La hipopotasemia es común, en parte porque el
tono simpático disminuye y se utilizan diuréticos. Se puede
desarrollar hipopotasemia e hipomagnesemia†. La hipoglucemia
puede ocurrir porque el glucógeno hepático se agota y la
gluconeogénesis y la degradación de la insulina se deterioran.
Pulmonar: Se puede desarrollar edema pulmonar no cardiógeno
Diagnóstico:
Evaluación médica
Análisis de sangre
El médico generalmente diagnostica la insuficiencia hepática basándose
en los síntomas y en la exploración. Los análisis de sangre permiten
evaluar el funcionamiento del hígado, que suele estar gravemente
alterado.
Para comprobar las posibles causas, el médico pregunta acerca de todas
las sustancias que se han podido consumir, incluyendo los fármacos
prescritos y los medicamentos sin receta, los productos a base de hierbas
y los suplementos nutritivos. También se hacen análisis de sangre para
determinar las posibles causas.
Se realizan otras pruebas, como análisis de orina, otros análisis de sangre
y a menudo una radiografía de tórax, para comprobar si existen
problemas que se pueden desarrollar, como un deterioro de la función
cerebral, una insuficiencia renal o una infección. Según los síntomas
presentes, pueden repetirse las pruebas con frecuencia.
Examen de TGO y TGP:
¿Pará que sirve el examen de TGO y TGP?
Ya que ambas enzimas son abundantes en los hepatocitos, cuando
exista daño o muerte de estas células ambas transaminasas llegarán a la
sangre y se elevarán simultáneamente en la sangre. Debido a ello, medir
los niveles de estas enzimas de utilidad al médico para evaluar la función
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del hígado y determinar si este ha sufrido daño por cualquier motivo.
Esto permitirá al médico sospechar de hígado graso, hepatitis, cirrosis o
cáncer de hígado y ordenar las pruebas necesarias para confirmar esos
diagnósticos, así como iniciar tratamiento una vez los diagnósticos hayan
sido confirmados.
Es frecuente que estas pruebas sean solicitadas para exámenes generales
rutinarios, para dar seguimiento a personas con condiciones o que estén
tomando medicamentos que puedan afectar al hígado, para dar
seguimiento a personas con enfermedades del hígado confirmadas y para
descartar la existencia de enfermedades del hígado en personas en
quienes se sospeche la existencia de una enfermedad del hígado.
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Significado clínico:
La TGO es una enzima bilocular, se encuentra distribuida en el
citoplasma y en las mitocondrias de las células, junto a la TGP cumple
un rol diagnóstico y de monitoreo de enfermedades con daño
hepatocelulares y muscular. No hay evidencia de un aumento de síntesis
de transaminasas en enfermedades hepáticas y musculares. La vida
media de la TGO es de 17 Hs. (TGP: 47Hs) lo cual da una información
muy actual de la realidad de un proceso citolítico.
La TGP es una enzima específica del hígado.
La TGO se encuentra en varios tejidos como el músculo cardíaco,
hepático, cerebro, páncreas, pulmones, leucocitos y eritrocitos. Un
aumento simultáneo de ambas concluye en un proceso de necrosis
hepatocelular de cualquier índole. En algunos casos también se la usa
en la evolución del infarto de miocardio (IAM), donde la sensibilidad
diagnóstica es del 96% y la especificidad del 86% post angor.
Debido a la localización intracelular de las transaminasas (TGP
citoplasmática y TGO citoplasmática y mitocondrial) es que se puede
inferir que ante un aumento significativo de TGP sobre TGO hay un daño
celular difuso con ruptura de membranas celulares y compromiso
citoplasmático y con un aumento de TGO>TGP el compromiso necrótico
es más profundo y severo. La magnitud del aumento de ambas se
correlaciona con la cantidad de células involucradas. El Indice de De
Rittis (TGO/TGP) es menor de 1 cuando el daño es leve (citoplasmático)
en los casos de hepatitis viral aunado a la menor vida media de la TGO
con respecto a la TGP. Cuando supera a 1 y particularmente 2, la necrosis
celular es profunda tal el caso de hepatitis alcohólicas o en hepatitis
crónicas activas.
Utilidad clínica
Evaluar magnitud del daño celular en hígado y músculo.
Monitoreo de la evolución del daño de los tejidos que la contienen
hepatopatía, cardiopatías.
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Cardiopatías como el IAM, embolia pulmonar, miocarditis, pericarditis,
disritmias, cirugía de revascularización cardíaca.
Variables por drogas:
Aumentado:
Drogas hepatotóxicas, acetaminofen, allopurinol, aminopurina, ácido
aminosalicílico, anfotericina B, ampicilina, alcohol amílico, andrógenos,
asparaginasa, aspirina, barbituratos, cefalosporina, cloramfenicol,
cimetidina, eritromicina, imipramina, carbamacepina, levodopa, niacina,
valproato. Paracetamol, piroxicam, halotane, cocaina, amiodarona,
estrógenos sintéticos, ácido valproico, tetraciclinas, metotrexate,
esteroides anabólicos, ciclofosfamida, isoniazida, rifampicina,
cloropromacina, alfa metildopa, verapramil. Nitrofurantoina, fenofibrate,
papaverina, fenilbutazona, diclofenac, allopurinol, propiltiouracilo,
quinina, quinidina, diltiazem, haloperidol, nitrofurantoina, cimetidina,
glibenclamida, sales de oro, captopril, dextropropoxifeno, tetracloruro de
carbono.
Disminuido:
Penicilamina, fenotiazinas.
Examen TGO: Para qué sirve y cuándo realizar
El examen del aspartato aminotransferasa, AST o TGO, es un examen de
sangre solicitado para investigar lesiones que comprometen el
funcionamiento normal del hígado como por ejemplo hepatitis o cirrosis.
La AST es una enzima presente en el hígado y que normalmente se
encuentra elevada cuando la lesión que presenta el hígado es crónica, ya
que se localiza en la célula del hígado a un nivel más interno. Sin
embargo, esta enzima también puede estar presente en el corazón,
pudiendo ser utilizada como marcador cardíaco, pudiendo indicar infarto
o isquemia.
Como marcador hepático, la AST normalmente se mide en conjunto con
la ALT, ya que puede estar elevada en otras situaciones. Los valores
normales de la enzima son entre 5 y 40 U/L de sangre, pudiendo variar
de acuerdo al laboratorio.
¿Qué significa la AST alta?
A pesar de que el examen AST no es muy específico, el médico puede
solicitar este examen en conjunto con otros que indican la salud del
hígado como la dosis de gamma-glutamil-transferasa (GGT), la fosfatasa
alcalina (ALK) y, principalmente la ALT/TGP. Más información sobre
el examen ALT.
La AST elevada puede indicar:
Pancreatitis aguda;
Hepatitis viral aguda;
Hepatitis alcohólica;
Cirrosis hepática;
Absceso en el hígado;
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Cáncer primario en el hígado;
Politraumatismos;
Uso de medicamentos que causan daño en el hígado como por
ejemplo el roacután para tratar el acné;
Insuficiencia cardíaca;
Isquemia;
Ataque al corazón;
Quemaduras;
Hipoxia;
Obstrucción de las vías biliares como colangitis o coledocolitiasis;
Lesión muscular e hipotiroidismo;
Uso de medicamentos como heparinoterapia, salicilatos, opiáceos,
tetraciclina, torazina o isoniazida.
Los valores por encima de 150 U/L generalmente indican alguna lesión
en el hígado y por encima de 1000 U/L puede indicar hepatitis causada
por el uso de medicamentos como paracetamol o hepatitis isquémica, por
ejemplo. Por otro lado, los valores disminuidos de AST pueden indicar
deficiencia de vitamina B6.
Relación de Ritis
La relación de Ritis se utiliza en la práctica médica para evaluar la
extensión de la lesión en el hígado y, así, establecer el mejor tratamiento
para la situación. Esta razón tiene en cuenta los valores de AST y ALT,
de manera que cuando es superior a 1 indica lesiones más graves como
cirrosis o cáncer de hígado. Cuando es inferior a 1 puede indicar que el
individuo se encuentra en la fase aguda de una hepatitis viral, por
ejemplo.
Cuándo se solicita el examen
El examen de sangre AST puede ser solicitado por el médico cuando es
necesario evaluar la salud del hígado, después de observar que la persona
tiene sobrepeso, tiene grasa en el hígado o presenta signos o síntomas
como color amarillento de la piel, dolor del lado derecho del abdomen o
en el caso de presentar heces claras y orina oscura.
Otras situaciones donde también puede ser útil evaluar esta enzima es
después del uso de medicamentos que pueden dañar el hígado y para
evaluar el hígado de las personas que consumen muchas bebidas
alcohólicas.
Examen de TGP:
TGP
Método
Espectrofotometría UV
Muestra
Suero o plasma
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Valor de referencia
P 5% = 15 mU/ml
P 95% = 33 mU/ml
Significado clínico
La alanina-aminotransferasa (ALT o TGP) es una enzima unilocular
(citoplasmática) cuya mayor actividad se localiza en el tejido hepático.
En mucho menor proporción, se encuentra actividad de ALT en: músculo
esquelético, corazón, riñón, páncreas y eritrocitos (en orden decreciente). La
actividad de ALT en eritrocitos es 6 veces superior a la del suero.
La destrucción o cambio de permeabilidad de las membranas celulares en los
tejidos antes mencionados, provoca la liberación de ALT a la circulación
sanguínea.
Los mayores aumentos de actividad ALT en suero se producen como
consecuencia de alteraciones hepáticas (colestasis, hepatitis tóxicas o virales).
La enzima ALT es más específica del daño hepático que el cociente AST/ALT.
En el caso de hepatitis virales, por ejemplo, el aumento de ALT antecede a la
aparición de ictericia, alcanzando un máximo inmediatamente después de la
observación de dicho síntoma.
Si los valores permanecen elevados luego de 6 semanas, debe pensarse en la
posibilidad de una hepatitis activa o en el comienzo de una hepatitis crónica.
Comparando los valores de actividad ALT en suero con los de AST, es posible
determinar el origen hepático o cardíaco de una alteración de los patrones
enzimáticos. Además, es útil la relación AST/ALT. En las hepatitis alcohólicas
(con necrosis) este índice es generalmente >1, mientras que en las hepatitis
virales es generalmente <1.
La determinación de ALT adquiere importancia diagnóstica cuando sus valores
se comparan con los de otras enzimas de similar origen tisular, permitiendo así
completar el perfil enzimático de órganos como el hígado.
En niños con leucemia linfoide aguda incrementos de ALT se asocian con un
rápido proceso de la enfermedad.
Utilidad clínica
Evaluar hepatopatías.
Variables por enfermedad:
Aumentado: Necrosis hepática, traumatismo extenso del músculo esquelético;
golpe de calor; miocarditis, cirrosis, ictericia obstructiva, infarto agudo de
miocardio, enfermedades hemolítica, síndrome de Reye, hepatitis vírica aguda,
amebiasis, tuberculosis, brucelosis, tétanos, septicemia, mononucleosis
infecciosa, linfo-granuloma venéreo, histoplasmosis, hidatidosis, triquinosis,
sarcoidosis, galacto-semia, síndrome de Dubin Johnson y síndrome de Reye.
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Variables por drogas:
Aumentado: Drogas hepatotóxicas, acetaminofen, allopurinol, aminopurina,
ácido aminosalicílico, anfotericina B, ampicilina, alcohol amílico, andrógenos,
aspara-ginasa, aspirina, barbituratos, cefalosporina, cloramfenicol, cimetidina,
eritromicina, imipramina, carbamacepina, levodopa, niacina, valproato.
Disminuido: Penicilamina, fenotiazinas.
Variables preanalíticas:
Aumentado: Lipemia. Ingestión de alcohol; ácido bórico; cobre. Sucrosa. Masaje
muscular, inyecciones musculares. Trauma. Obesidad. Fumadores. Hemólisis.
Disminuido: Ejercicio. Disminución de vitamina B6. Tratamiento con calor de
la muestra, almacenamiento de la muestra.
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Virus De Hepatitis C
Las hepatitis son inflamaciones producidas en el hígado por diferentes
causas. Una de ellas es la infección por un virus. Los virus que afectan
al hígado son de distintos tipos y generalmente se denominan con letras.
El virus de la hepatitis C es uno de ellos este virus puede afectar al hígado
de forma aguda o crónica. La infección aguda no siempre se manifiesta,
muchas veces pasa desapercibida hasta que se detecta la afectación
crónica de la glándula, en un análisis de rutina. La hepatitis C aguda
puede curarse de forma espontánea o con tratamiento.
En un informe sobre la hepatitis mencionaron (Franciscus &
Highleyman, 2010), que el VHC es un virus que se transmite por la sangre
y que anteriormente se conocía como hepatitis no A /no B. Este virus
tiene seis genotipos principales, numerados del 1 al 6. El genotipo 1, que
es el más común en los EE.UU., es el más difícil de tratar.
Este virus se introduce en el cuerpo mediante la exposición directa a la
sangre. Desde allí ataca a las células del hígado, donde empieza a
multiplicarse (replicarse), ocasionando inflamación del hígado y destruye
las células hepáticas. Hasta un 80% de las personas inicialmente
infectadas con el VHC pueden quedar crónicamente infectadas, lo que
significa que la infección no desaparece en un plazo de seis meses. Casi
todos los afectados por el VHC crónico están libres de síntomas y llevan
una vida normal.
Sin embargo, en el 10-25% de las personas infectadas con el VHC
crónico, la enfermedad sigue progresando durante un período de 10-40
años, lo cual puede ocasionar graves daños hepáticos, cirrosis (cicatrices)
y cáncer de hígado. Hoy en día, el VHC es el principal motivo para realizar
trasplantes de hígado en los EE.UU. No existe una vacuna que proteja
del virus de hepatitis C, pero varios tratamientos pueden erradicar el
virus o ralentizar e incluso detener el avance de la enfermedad en algunas
personas.
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En una revisión de historias clínicas manifestaron que las alteraciones
con mayor prevalencia que se pueden encontrar en estos pacientes son
hipoplasias del esmalte, problemas de coagulación, alteraciones en la
metabolización de anestésicos y medicamentos de rutina, e hiperplasias
gingivales secundarias al tratamiento inmunosupresor con ciclosporina.
Insuficiencia hepática crónica
Los pacientes con insuficiencia hepática crónica presentan con mayor
prevalencia son; Periodontitis crónica, Halitos, Candidiasis, Hemorragias
por falta de coagulación, Ictericia en la mucosa y el paladar blando,
Xerostomía.
Definieron (Botero & Bedoya, 2010), la enfermedad periodontal es
considerada una enfermedad infecciosa e inflamatoria, que de acuerdo al
grado de compromiso puede llevar a la pérdida total de los tejidos de
soporte del diente. Considerando que la etiología de la enfermedad es
principalmente infecciosa que es la placa bacteriana, el tratamiento se
enfoca fundamentalmente en el control de la infección y reducción de la
inflamación. Por lo tanto, para ejecutar un tratamiento periodontal
exitoso es necesario determinar de forma adecuada el diagnóstico y
pronóstico periodontal.
Entre las causas extraorales de halitosis deben incluirse algunas
patologías sistémicas graves que en fase de descompensación se asocian
a trastornos metabólicos que pueden proporcionar olores característicos
al aliento de los pacientes.
La candidiasis o candidosis oral es la enfermedad infecciosa ocasionada
por el crecimiento de las colonias de Cándida y la penetración de las
mismas en los tejidos orales cuando las barreras físicas y las defensas
del huésped se encuentran alteradas. Es la infección micótica de
afectación oral más frecuente. Dado que, entre todas las especies de
Cándida, la que con mayor frecuencia ocasiona candidiasis es la C.
albicans, numerosos clínicos consideran candidiasis oral como sinónimo
de infección por C. albicans.
Xerostomía (uno de los factores de la caries dental)
El mecanismo patogénico no eta claro, se debate si es debido a una
posible infección de la glándula salival por el virus.
Caries dental; es una enfermedad transmisible e infecciosa de origen
multifactorial, localizada, que termina en la destrucción de los tejidos
duros del diente cuando el proceso dinámico de desmineralización.
La caries se relacionan con la acidez de las bebidas edulcoradas y de la
regurgitación relacionada con las bebidas gaseosas, también por un
déficit nutricional, con la ingesta del alcohol, como queilitis (por déficit
de vitamina E) .
Hemorragias: son causadas por traumatismo pequeños y se deben a la
alteración de los factores de coagulación, el efecto tóxico del alcohol, la
incapacidad funcional de las plaquetas y a la falta de vitamina C.
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Hepatitis C
Liquen plano
El liquen plano es una enfermedad mucocutánea inflamatoria que
frecuentemente involucra la mucosa bucal. La enfermedad afecta del 0,5
al 2% de la población, con una predilección por el género femenino y una
edad media comprendida entre la cuarta a quinta década de la vida.
MANEJO OODNTOLOGICO EN PACIENTE CON INSUFIENCIA
HEPATICA
Las tres grandes complicaciones que nos podemos encontrar ante la
llegada de un paciente hepático a nuestra consulta son el riesgo de
contagio para el personal (infección cruzada) para el resto de pacientes
principalmente, en la hepatitis vírica, la posibilidad de que se produzcan
hemorragias en los casos de lesiones hepáticas importantes, y la
disfunción metabólica que incrementa el riesgo de toxicidad
farmacológica.
1. Identificar mediante signo y síntomas a los pacientes con insuficiencia
hepática.
2. Analizar cuáles son las causas principales de una insuficiencia
hepática
3. Establecer un protocolo para el manejo odontológico en pacientes con
insuficiencia hepática.
Identificación del paciente en riesgo
Es importante la obtención de una historia clínica es muy fundamental
en el manejo odontológico en paciente con insuficiencia hepática , una
interconsulta con el médico tratante y un protocolo de normas de
bioseguridad para evitar una infección cruzada y exámenes
complementarios (Silvestre & Plaza , 2007). El tratamiento dental debe
comenzar identificando al paciente que tipo de hepatología hepática,
sobre todo aquellos portadores de hepatitis vírica tipo VHB – VHC ya que
son potencialmente infecciosos y localizar las alteraciones hepáticas que
pueden ocasionarnos complicaciones en el tratamiento odontológico
(Silvestre & Plaza , 2007).
Realizar una minuciosa exploración de la cavidad oral, dental,
periodontal, así como la revisión de la mucosa oral y del resto de la
estructuras orofaciales, pretendiendo valorar cualquier signo que nos
pueda alertar de la existencia de alguna patología y a la determinar el
tipo de tratamiento que precisa el paciente. Para la protección del
profesional, del personal y de los pacientes, debemos usar guantes en la
examinación oral y cuando toquemos fluidos corporales (sangre y saliva)
o membranas mucosas por lesiones bucales.
Interconsulta con el médico especialista
Antes la sospecha de un patología hepática grave debemos remitirlo o
consultar con el médico donde nos dará información mediante el estudio
de los marcadores hepáticos , sobre el estado actual de su enfermedad ,
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las posibles alteraciones secundarias , su medicación la posible
interacción con los fármacos de prescripción odontológica habitual.
Prevención de infecciones cruzadas
Todos los pacientes que acuden a la consulta odontológica deben ser
tratados como potencialmente infecciosos, el virus de la hepatitis B es
cien veces más contagioso.
La Asociación Dental Americana y los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades recomiendan su tratamiento bajo las
medidas de precaución universales considerando que estos pacientes y
empleados o auxiliares de odontologías está más expuesto a una gran
variedad de microorganismos a través de la sangre y las secreciones
respiratorias y bucales.
Precauciones Universales: Es el conjunto de medidas que deben aplicarse
a todos los pacientes sin distinción, considerando que toda persona
puede ser de alto riesgo, además considerar que todo fluido corporal
como potencialmente contaminante.
Los profesionales odontólogos y su personal auxiliar deben guardar todas
las medidas de bioseguridad como una doctrina de comportamiento
encaminada a lograr actitudes y conductas que disminuyan el riesgo de
adquirir infecciones o enfermedades profesionales en el medio laboral.
Inmunizaciones el personal odontológico debe recibir la vacuna contra la
hepatitis B, en dosis completas y según esquema vigente debe contar con
el mayor número de imnuzaciones como: tétano, rubéola, hepatitis A,
influenza, entre otras.
Uso de barreras de protección: Es el uso de dispositivos para evitar la
exposición directa a sangre y otros fluidos orgánicos potencialmente
contaminantes.
1. El uso de guantes es indispensable y obligatorio para todo tipo de
procedimiento odontológico que incluye el examen clínico.
2. Mascarillas: Se utilizan para proteger las mucosas de nariz y boca
contra la inhalación o ingestión de partículas presentes en el aire, en
los aerosoles y protección contra las salpicaduras de sangre y saliva.
3. Los protectores oculares, sirven para proteger la conjuntiva ocular y
los ojos de la contaminación por aerosoles, salpicaduras de sangre y
saliva y de las partículas que se generan durante el trabajo
odontológico.
4. El mandil protege la piel de brazos y cuello de salpicaduras de sangre
y saliva, aerosoles y partículas generadas durante el trabajo
odontológico.
5. Gorro; Evita la contaminación de los cabellos por aerosoles o gotas de
saliva y/o sangre generadas por el trabajo odontológico, cubrir
totalmente el cabello debe estar totalmente recogido, evitando la caída
hacia la parte anterior o lateral de la cara ( Ministerio de Salud Pública
del Ecuador , 2009).
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Medios de eliminación de deshechos y material contaminado
Para la eliminación de desechos los servicios odontológicos deben contar
los materiales e insumos necesarios.
Los residuos contaminados provenientes de la atención (algodones,
gasas, guantes, vendas, eyectores de saliva, elementos cortos punzantes)
deben ser depositados en fundas de color rojo.
Plan de tratamiento y adecuaciones en paciente con insuficiencia
hepática
La extensión del tratamiento odontológico depende de manera directa del
pronóstico y éste de la gravedad de la disfunción hepática y la
comorbilidad acumulada, en cirrosis leve y en aparente control médico,
las decisiones del manejo pudieran no estar limitadas por la enfermedad
sino por le deseo del paciente y su nivel de participación y compromiso.
En cambio de cirrosis de moderadas a graves, las decisiones dependerán
del grado de afectación orgánica y mental de los pacientes, cuando estos
presentan ascitis se observan riesgo infeccioso .Al planear actividades de
cirugía y extracción dental, debe de haber una interconsulta que delimite
si el odontólogo puede proceder solo o tendría que manejarse
interdisciplinaria asimismo, hay que incluir la posibilidad de hospitalizar
al paciente.
El mínimo esfuerzo que debe realizarse en pacientes afectados de
gravedad, es mantenerlos libres de consecuencias periodontales y
cariosas; el manejo rehabilitador debe ceñirse a la consideración del daño
acumulado pronostico general y expectativas de vida.
El tratamiento periodontal debe intentarse en su atención en su fase
1(control de placa dentobacteriana, raspado y alisado coronal o radicular)
y eliminación de focos cariosos activos acompañados de una terapia de
control cada 3 a 6 meses, de acuerdo a las características específicas del
paciente.
En el tratamiento de endodoncia no se observa restricciones, o cualquier
otra acción operatoria se debe tener en cuenta las punciones tronculares
que pueden producir hematomas de consecuencias leves a graves con
IRN a 3,5.
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Medidas de protección contra hepatitis:
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Manejo de protección contra VIH:
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