Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
(EDITOR)
Fotocopiar este libro o ponerlo en red libremente sin la autorización de los editores
está penado por la ley.
PRIMERA PARTE
Jerónimo López Mozo: Mapa del teatro documento en los albores del siglo
XXI en España....................................................................................... 23
Equipo Del Seliten@t: El teatro documental en la cartelera teatral de ABC
Madrid (2000-2016)............................................................................. 42
Arno Gimber: Los expertos en el teatro documento postdramático............. 116
Juan Pedro Enrile Arrate: El teatro documento posmoderno..................... 127
Ana Contreras Elvira / Alicia Blas Brunel: La tragedia española: entre
teatro discursivo y teatro asociativo..................................................... 140
SEGUNDA PARTE
José Luis Alonso De Santos: Sobre Los conserjes de San Felipe (Cádiz 1812)
y su proceso de escritura....................................................................... 155
Jesús Campos García: Vestigios emocionales............................................... 159
Paloma Pedrero: Mi último teatro como documento................................... 169
Alberto Conejero López: Estrategias para una dramaturgia de la ausencia:
Autoficción, impersonaje, retrospección analéptica e hiperlepsis........ 174
Fernando J. López: De cuando fuimos dos a Los amores diversos: el teatro
como documento, de la visibilidad....................................................... 181
Eva Guillamón: El flamenco es un animal salvaje. Periodismo de ficción.. 191
Rafael Negrete Portillo: Prototipo de teatro cubista: Último sujeto, tex-
to y respresentación como documento histórico del estudio de la con-
ducta humana........................................................................................ 200
TERCERA PARTE
8
Jesús Eguía Armenteros: El mesianismo apocalíptico en el teatro de Angé-
lica Liddell............................................................................................ 422
Antonio César Morón: La utilización del teatro documento en La casa de
la fuerza, de Angélica Liddell.............................................................. 432
Mercè Ballespí Villagrasa: La puesta en escena de la intimidad en algu-
nas creadoras del siglo xxi.................................................................... 442
Ana María Díaz Marcos: Ensayos con bate de béisbol: género y poder en
el teatro de Juana Escabias................................................................... 451
María José Sánchez Montes: Sillas que se pliegan. El espectáculo teatral
en Lecciones milanesas de SaraMolina................................................ 461
Marcos García Barrero: Elementos principales del teatro-documento en
la Compañía Snomians......................................................................... 473
Ana Prieto Nadal: Nadia, un documental escénico de Nadia Ghulam y La
Conquesta del Pol Sud.......................................................................... 482
María Eugenia Matamala Pérez: 4.48 Psychosis, de Sarah Kane: materia-
lización de la experiencia..................................................................... 490
Alicia Casado Vegas: El uso de la cita como documento en el teatro espa-
ñol contemporáneo. De Rebeldías posibles a Nada que perder (Cuar-
ta Pared)................................................................................................ 499
Julio Fernández Peláez: Teatro invisible de Matarile. La obra como docu-
mento artístico...................................................................................... 510
M. Reina Ruiz Lluch: M.B.I.G. (Mcbeth International Group) de José Mar-
tret: un Macbeth cuerpo a cuerpo en La pensión de las pulgas............ 521
Josep Ramon Garcia I Ibáñez: Vulcão de Abel Neves como documento so-
ciopolítico............................................................................................. 528
Ewelina Topolska: Un teatro entregado a la comunidad y su historia: el
Teatro Helena Modrzejewska en Legnica (Polonia)............................. 538
José Romera Castillo: Publicaciones del Centro de Investigación de Se-
miótica Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologías.................................. 549
9
10
25 Años de los Seminarios Internacionales
del Centro de Investigación de Semiótica Literaria, Teatral
y Nuevas Tecnologías: una vigorosa andadura científica1
25 years of international seminars of the center for literary, theatrical
and new technologies semiotics research: a vigorous scientific walking
1. Pórtico
Es hora de hacer balance. O mejor, de hacer balances. Se cumplen 25 años de
la celebración de una ya larga serie de Seminarios Internaciones del Centro de In-
vestigación de Semiótica Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologías (el SELITEN@T)
y a mí como fundador me toca hacer un balance, todo lo sintético que se quiera,
pero que llevo a cabo pleno de satisfacción.
La historia del Centro está muy ligada a mis relaciones con la semiótica.
Sus orígenes hay que buscarlos en mi quehacer docente e investigador, al que me
referiré brevemente a continuación. Al repasar mi trayectoria profesional, me cabe
la satisfacción de haber contribuido a la implantación y expansión de los estudios
semióticos en España. Desde que me doctoré en la Universidad de Granada, con
una investigación sobre el Pluralismo crítico actual en el comentario de los textos
1 Este trabajo se inserta dentro del proyecto de investigación Plataforma digital para la in-
literarios (en 1975), mis inclinaciones hacia la semiótica en general y, sobre todo,
hacia la semiótica literaria y teatral en particular han sido frecuentes según se puede
comprobar tanto por mis trabajos –algunos de los cuales reseñaré después– como
por la constatación que de los mismos ha realizado la crítica. Mi labor, como pione-
ro, fundador e impulsor de la semiótica española, ha consistido, muy sintéticamen-
te, en llevar a cabo varias actividades muy relacionadas entre sí. Señalaré algunas.
2 De entre todos, citaré uno, “La Asociación Española de Semiótica impulsora de la moder-
nización del panorama científico español”. Signa 24 (2015), 13-22 (también en http://www.uned.es/
centro-investigacion-SELITEN@T/pdf/signa/SIGNA_24.pdf). Todos los enlaces que aparecen en este
trabajo han sido (re)consultados el 20/09/2016.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 13
MLA, ISOC, Scopus, SCImagoi, Ulrich’s, etc.) como nacionales (ANEP, DIAL-
NET (CIRC), DICE, Dulcinea, IN-RECH, ISOC y RESH): Se edita, anualmente,
en formato impreso (por Ediciones de la UNED) y electrónico (en http://www.
cervantesvirtual.com/portales/signa/, así como en http://dialnet.unirioja.es/ser-
vlet/revista?codigo=1349 y http://e-spacio.uned.es/revistasuned/index.php/signa/
issue/archive (desde el número 13).
Añadiré, que con motivo del aniversario de la revista, José Romera Castillo,
como director, ha recogido una relación, por secciones temáticas, de todo lo pu-
blicado en ella desde 1992 a 2016, en la que aparecen abundantes trabajos sobre
teatro3.
3 “La revista Signa: 25 años de andadura científica”, Signa 25 (2016), 13-76 (que pue-
2.1. R
econstrucción de la vida escénica en España y presencia del
teatro español en Europa y América
En efecto, una de estas líneas de investigación, la más vigorosa, sin duda
alguna, por los granados frutos que ha generado, se centra en el estudio de lo tea-
tral tanto desde el punto de vista textual (literario) como, especialmente, desde la
óptica espectacular. Sus resultados van aportando intensa luz a la historia del teatro
representado en España y a la presencia del teatro español en Europa y América,
fundamentalmente. Son ya numerosas las investigaciones, que ahora no puedo por-
menorizar, publicadas en formato impreso o en la web de nuestro Centro (según
puede verse en “Estudios sobre teatro” (http://www.uned.es/centro-investigacion-
SELITEN@T/estudios_sobre_teatro.html).
Asimismo, el interés de las investigaciones ha sido reconocido al habérse-
le otorgado nueve subvenciones, en concurso público, por la Dirección General
de Investigación Científica y Técnica (DGICYT) del Ministerio de Educación y
Ciencia, la Dirección General de Enseñanza Superior del Ministerio de Educación
y Cultura y, posteriormente, la Dirección General de Investigación del Ministerio
de Educación y Ciencia y la Dirección General de Programas y Transferencia de
Conocimiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Ciencia e
Innovación (hasta el sexto), además de los otros tres5.
gunda mitad del siglo XIX (I) (PS90-0104, 1991-1993); La vida escénica española en la segunda
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 15
3. Seminarios Internacionales
Pero, aquí, la actividad que quisiera destacar es la llevada a cabo a través de
la celebración de un encuentro científico, anualmente, de ámbito internacional, en
el que destacados investigadores de España y del extranjero tuviesen la oportuni-
dad de reunirse para exponer y discutir propuestas de trabajo sobre la literatura,
el teatro y las nuevas tecnologías. Para ello, hemos elegido siempre un tema mo-
nográfico –y de actualidad–, que no hubiese sido estudiado en España con la pro-
fundización debida, con el fin de que prestigiosos investigadores, con invitación
expresa, impartiesen las sesiones plenarias y los interesados en el tema pudiesen
presentar comunicaciones, seleccionadas antes de su exposición y publicación. A
cada uno de los Seminarios Internacionales han asistido un grupo no muy amplio
de investigadores –no más de 60-70–, con el fin de poder discutir amplia y pro-
fundamente los temas propuestos. Todas las Actas han sido publicadas por José
Romera Castillo (ed.). Los índices de todos los volúmenes pueden consultarse en
“Publicaciones” (http://www.uned.es/centro-investigacion-SELITEN@T/publiact.
html). Resumiré las líneas de investigación tratadas.
3.1.1. E s c r i t u r a ( a u t o ) b i o g r á f i c a
a) El Centro, gracias a la iniciativa de José Romera Castillo, se ha converti-
do, a su vez, en una pionera referencia sobre el tema:
b) El séptimo, Biografías literarias (1975-1997) (Madrid: Visor Libros,
1998).
c) El segundo, Escritura autobiográfica (Madrid: Visor Libros, 1993).
d) El noveno, Poesía histórica y (auto)biográfica (1975-1999) (Madrid: Vi-
sor Libros, 2000).
e) Y el duodécimo, Teatro y memoria en la segunda mitad del siglo XX
(Madrid: Visor Libros, 2003).
3.1.2. D i s c u r s o s h i s t ó r i c o s
La literatura y el teatro históricos –dos de las vías muy significativas y mayo-
ritarias por donde discurre la creación artística actual– han sido atendidos también
a través de tres Seminarios Internacionales:
a) El quinto, La novela histórica a finales del siglo XX (Madrid: Visor Li-
bros, 1996).
b) El octavo, Teatro histórico (1975-1998): textos y representaciones (Ma-
drid: Visor Libros, 1999).
c) Y el noveno, Poesía histórica y (auto)biográfica (1975-1999) (Madrid:
Visor Libros, 2000).
3.1.3. N o v e l a y r e l a t o b r e v e
Al examen del relato, en dos de sus ámbitos, hemos dedicado sendos Semi-
narios:
a) El decimoséptimo, Teatro, novela y cine en los inicios del siglo XXI (Ma-
drid: Visor Libros, 2008).
b) Y el décimo, El cuento en la década de los noventa (Madrid: Visor Li-
bros, 2001).
3.1.4. N u e v a s t e c n o l o g í a s
A la relación de las nuevas tecnologías con la literatura y el teatro hemos
atendido en tres Seminarios:
a) El sexto, Literatura y multimedia (Madrid: Visor Libros, 1997).
b) El decimotercero, Teatro, prensa y nuevas tecnologías (1990-2003) (Ma-
drid: Visor Libros, 2004).
c) Y el vigésimo segundo, Teatro e Internet en la primera década del siglo
XXI (Madrid: Verbum, 2013).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 17
3.1.5. S e m i n a r i o s s o b r e t e a t r o
De los veinticinco celebrados hasta 2016, han sido dieciséis los encuentros
centrados en el estudio de lo teatral (textos y representaciones).
3.1.5.1. S i g l o X X
Cuatro de ellos han tratado sobre la segunda mitad del siglo XX:
a) El octavo, Teatro histórico (1975-1998): textos y representaciones (Ma-
drid: Visor Libros, 1999).
b) El undécimo, Del teatro al cine y la televisión en la segunda mitad del
siglo XX (Madrid: Visor Libros, 2002).
c) El duodécimo, Teatro y memoria en la segunda mitad del siglo XX (Ma-
drid: Visor Libros, 2003).
d) Y el decimocuarto, Dramaturgias femeninas en la segunda mitad del si-
glo XX: espacio y tiempo (Madrid: Visor Libros, 2005.) –como primera
actividad de un proyecto europeo conjunto con la Université de Tou-
louse-Le Mirail6 y la Universidad de Giessen (Alemania)7, constituido
por iniciativa mía–.
3.1.5.2. E n t r e s i g l o s
Un encuentro se dedicó al teatro entre el siglo XX y el XXI: Teatro, prensa y
nuevas tecnologías (1990-2003) (Madrid: Visor Libros, 2004).
3.1.5.3. S i g l o X X I
El teatro en este siglo ha ocupado la atención prioritaria del Centro de In-
vestigación, en los últimos años, a través de once Seminarios Internacionales, con-
virtiéndose el SELITEN@T en el mayor centro, en el hispanismo internacional,
que ha dedicado su atención al estudio del teatro en estos años que llevamos de
centuria:
a) El decimoquinto, Tendencias escénicas al inicio del siglo XXI (Madrid:
Visor Libros, 2006).
6 Publicado por Roswita / Emmanuel Garnier (ed.), Transgression et folie dans les drama-
3.1.6. E l X X V S e m i n a r i o
El XVI Congreso de AES, celebrado en Bilbao (del 4 al 6 de noviembre de
2015), se centró en los estudios sobre Historias del presente. Del documento al
documental –parte de cuyas aportaciones, tras previa selección, publicaremos en
el n.º 26 (2017) de nuestra revista Signa–. Al no haberse presentado ningún traba-
jo en el mencionado encuentro científico sobre la semiosis teatral pensé que era
pertinente dedicar nuestro XXV Seminario Internacional, en el que se siguiese la
mencionada senda documental, con el fin de hermanar lo tratado en el congreso de
la AES. Dicho y hecho. Así nació nuestro encuentro, bajo el lema, El teatro como
documento artístico, histórico y cultural en los inicios del siglo XXI)8, una tesela
más que añadimos al retrato, que, a través de los 16 encuentros científicos llevados
es/centro-investigacion-SELITEN@T/publiact.html.
20 JOSÉ ROMERA CASTILLO
10 Vid. los dos grupos, creados por mí y que administro, en Facebook: Asociación Inter-
Genero surgido a mediados del siglo XX. Pretende presentar al público suficiente
información documental sobre un hecho histórico, teatralizada y estructurada de tal
forma que se haga luz sobre el mismo, se analicen sus causas y se le someta a una crítica
social y política (Portillo y Casado, 1988: 147).
En ambos casos, los autores remitían, para mayor información, a los catorce
puntos sobre el teatro documento formulados por Peter Weiss en 1968. Para lo que
aquí nos interesa, destacaré sus afirmaciones de que cualquier invención del autor
ha de ser rechazada por deshonesta y que la información, por sí sola, no basta,
sino que requiere una elaboración estética. Esa es, según el dramaturgo alemán, la
única libertad posible para el creador. A la pregunta de si, en el teatro documento,
tiene cabida la ficción, la respuesta es que no. El escrito de Weiss es perfectamente
aplicable a Discurso sobre Vietnam, estrenada ese mismo año, y a La indagación,
tres años antes. También a obras posteriores como El fantoche lusitano o Trotski
en el exilio. ¿Pero qué pasa con Marat-Sade? En principio, queda excluida. Sin
embargo, algunos titulares de la prensa española y artículos escritos a propósito
de su estreno en nuestro país, la consideraban teatro documento. Hubo una excep-
ción, la del crítico Lorenzo López Sancho, quien negaba a la obra esa calificación,
basándose en que, aunque el autor partía de hechos reales, no había renunciado a
la invención (López Sancho, 1968: 87-88). Mi opinión es que documento y ficción
son compatibles. Recientemente, Alfonso Sastre ha ido más allá al afirmar que
prescindir de la fábula comporta una simplificación empobrecedora. Por otra parte,
tal maridaje permite que el autor no se limite a ordenar y dar forma dramática a los
materiales seleccionados previamente, sino que pueda expresar sus puntos de vista.
Por eso, para mí, Marat-Sade no es el mejor ejemplo de teatro documento puro,
pero sí del más abierto y creativo.
El problema surge cuando la ficción se convierte en puerta de entrada de la
manipulación de la verdad. Pero la verdad también puede manipularse cuando se
utilizan documentos sobre los que no hay garantía de que sean auténticos o de que
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 25
no hayan sido deliberadamente modificados por sus custodios, por los historiado-
res o incluso por los propios dramaturgos. Para un autor hábil, es fácil aprovechar
la recomendación de Weiss de elaborar estéticamente la información para ir un
poco más allá y orientar el discurso en el sentido que más le convenga. De modo
que en el teatro documento hay que confiar en la honestidad del autor y, en caso de
sospecha de fraude o de falta de imparcialidad, en el escrutinio al que le sometan
los receptores bien informados. Cabe, incluso, que el rigor de los historiadores
respecto a la interpretación de los documentos por parte de quienes los convierten
en materia dramática cuestione ciertas libertades que pudieran derivar en falta de
objetividad. Una objetividad que, en el investigador aséptico, es obligada, pero
¿lo es también para el creador? ¿No le está permitido hacer una lectura interesada
de los materiales que usa, lo que incluye, por ejemplo, seleccionar los que mejor
sirven a su discurso? Durante la única ocasión en que Weiss visitó España alguien
le planteó esa cuestión. El motivo de su viaje era recabar datos para su novela La
estética de la resistencia sobre un miembro de las Brigadas Internacionales que
había estado en Albacete durante la Guerra Civil. El azar quiso que conociera a
Francisco Fuster, historiador y Jefe del Archivo Histórico Provincial de Albacete.
Weiss, agradecido, le invitó a cenar, lo que propició una charla amable en la que
hubo lugar para un desencuentro. Fuster, conocedor de la obra del escritor, dijo
que él consideraba la historia como una ciencia y que, en consecuencia, la objeti-
vidad era fundamental a la hora de servirse de ella. La afirmación causó extrañeza
en Weiss, quien le respondió algo que comparto plenamente: que la literatura es
un arma de combate y que el escritor tiene que decidir a favor de qué y en contra
de qué está. No puede defender lo que le es extraño. En definitiva, no puede ser
objetivo (Fuster Ruiz, 1996: 85-130). Para mí, los límites de esa libertad está en
el libelo y el panfleto, que considero herramientas de la propaganda política y, por
tanto, derivados indeseables del teatro documento.
Vayamos al repaso de la aportación española al teatro documento hasta fi-
nales del siglo pasado. El punto de partida hemos de establecerlo en la década de
los sesenta1. Viene a coincidir con el estreno de Marat-Sade en España y con la
llegada a los escenarios europeos de numerosas obras que llamaron la atención de
los creadores españoles. Entre ellas, El vicario y Soldados, de Rolf Hochhuth; V
1 Con anterioridad hay autores cuyas obras ofrecen rasgos que guardan relación con el
teatro documento. Como ejemplos suele citarse a José Robrenyo, Antoni Ferrer y Fernández y
Frederic Soler “Pitarra”, los tres pertenecientes al siglo XIX. El primero, dramaturgo y actor, fue
el máximo representante del teatro de agitación gracias a sus panfletos y sainetes políticos. Entre
sus obras figuran Los voluntarios de Isabel II, ante el pueblo de Ulceda (1833) y Resistencia tenaz
del conde de Toreno y su caída del ministerio, por el pronunciamiento de las provincias de Espa-
ña (1835). Ferrer y Fernández es autor de la tetralogía Los catalanes en África (1859). En cuanto
a Frederic Soler, abordó la escritura de este tipo de obras en sus dramas históricos y, después, en
los dramas llamados jurídicos, de los que el más conocido es Les heures del mas (1869).
26 JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
hubieran estado acompañados del abundante material extraído por Carlos Aladro y
Azucena López Cobo de sus cartas y escritos. Estos, junto a la proyección de imá-
genes del poeta y de los paisajes que frecuentaba, convertían al espectáculo en un
recorrido por la España de la República, de la Guerra Civil y del exilio.
Casi simultáneamante yo aportaría dos piezas: El olvido está lleno de me-
moria (2002) y Las raíces cortadas (2003). La primera, es una obra de ficción que
trata del regreso a España de un actor tras largos años de exilio. Lo que le otorga la
condición de teatro documento es, en primer lugar, que su protagonista, Edmundo
Barbero, existió realmente. Trabajó en la compañía de Martínez Sierra, formó parte
del Teatro de Arte y Propaganda y de las Guerrillas del Teatro durante la Guerra
Civil, fue condenado a muerte, escapó a Latinoamérica y llegó a ser primer actor
de la compañía de Margarita Xirgu. Todo cuanto dice el personaje está tomado
de los escritos del actor y de los de otros españoles transterrados, como la propia
Xirgu o Max Aub. Las protagonistas de Las raíces cortadas son Clara Campoa-
mor y Victoria Kent, quienes a lo largo de cinco encuentros apócrifos rememoran
su enfrentamiento en el Congreso durante el debate sobre el voto femenino y las
vivencias de sus respectivos exilios.
Si bien en los años siguientes no faltaron obras con esta o parecida temática,
hasta 2010 no llegaría una que pudiera encuadrarse en el teatro documento. Se trata
de La colmena científica o El café de Negrín, de José Ramón Fernández, con la que
se conmemoró el primer centenario de la creación de la Residencia de Estudian-
tes. Un exhaustivo recorrido del autor por las páginas de la revista Residencia, de
búsqueda en catálogos y fondos de diversas instituciones y la lectura de decenas de
libros escritos por los antiguos residentes e historiadores, desembocó en un texto
que plasmaba el espíritu que reinaba en la Residencia de Estudiantes. Situada la
acción en el laboratorio de Fisiología, en el que algunos residentes se reunían des-
pués de la comida para tomar café y charlar, vemos pasar por él, en un tiempo que
va desde 1925 a 1936, a personajes como José Moreno Villa, Severo Ochoa, Juan
Negrín, Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno y Marie Curie.
De muy distinta factura es Queipo, el sueño de un general (2011), de Pedro
Álvarez Osorio, una tragicomedia protagonizada por el famoso militar salvapatrias
que, durante la Guerra Civil, persiguió con saña a los republicanos andaluces y,
luego, durante el franquismo, su creciente enemistad con Franco le llevó a un exilio
encubierto en Roma. Planteada como un sueño con momentos de pesadilla, el texto
está elaborado a partir de documentos procedentes de muy diversas fuentes, desde
las memorias redactadas por el propio Queipo de Llano hasta las soflamas que lan-
zaba por los micrófonos de Radio Sevilla, pasando por noticias de la prensa de la
época y algunos testimonios verbales de quienes le conocieron, todo ello adornado
con una selección de anuncios comerciales que recrean el ambiente que se vivía.
De otro personaje que también combatió en el bando nacional y, concluida la
guerra, mudó en activo antifranquista y político demócrata, trata Dionisio Ridrue-
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 29
jo, una pasión española, que ya he mencionado antes. Si vuelvo a hacerlo ahora
obedece a que con el título ligeramente retocado –Dionisio. Una pasión españo-
la– fue estrenada en 2014, algo más de 30 años después de su publicación, lo cual
significa que muchos espectadores creyeron que era una obra reciente. Su autor,
Ignacio Amestoy, sitúa al personaje en el gimnasio de un centro de rehabilitación
militar y la acción transcurre a lo largo del 28 de junio de 1975 y la madrugada del
día siguiente, en la que murió Dionisio Ridruejo. En ese espacio y en esa fecha, el
exfalangista y poeta desgrana un delirante discurso que incluye tres documentos
esenciales para entender su mudanza ideológica: el encendido discurso que pro-
nunció en 1940 en Valencia ante miles de personas, una extensa carta que envió
a Franco cuando ya era jefe del Estado y otro discurso con valor de testamento
político en el que vaticinaba la llegada de la democracia.
En los primeros años de la dictadura situé mi obra Cúpula Fortuny (2011),
en la que recreo la vida de Rivas Cherif en el penal de El Dueso, donde el director
de escena y creador del Teatro Escuela, una experiencia insólita y única de teatro
carcelario, cumplía condena por su condición de republicano. Aunque ciertas li-
cencias que me tomé me impulsaron a mudar el nombre del personaje por el de Lu-
ciano Miras y a situar el penal en la imaginaria población de Alhama, en lo esencial
seguí con gran fidelidad el relato hecho por Rivas en su libro El Teatro Escuela de
El Dueso. Apuntes para una historia, que pude completar con la inapreciable infor-
mación documental que me facilitaron Juan Aguilera Sastre y Manuel Aznar. De lo
que, al mismo tiempo que Rivas ponía en pie su proyecto, sucedía en el mundillo
del teatro al otro lado de los muros de la cárcel nos ha dado cuenta un espectáculo
reciente titulado Estampas del teatro en los cuarenta (2014). Su autora, Blanca
Baltés, ha recreado uno de aquellos cafés que dieron cobijo a tertulias frecuenta-
das por escritores y artistas. En él ha reunido a siete representantes de gente de la
farándula: Ricardo Calvo, Cayetano Luca de Tena, Luis Escobar, Lola Membrives,
Celia Gámez, el iluminador Martínez Romarate y el regidor de escena Eduardo de
Lalama “Chapete”. A las de los presentes, se unen las voces de Alfredo Marqueríe
y las de otros personajes anónimos. Unos y otros levantan acta del estado en que se
encontraba nuestro teatro, lleno de luces y sombras.
Al año siguiente se estrenó La piedra oscura, de Alberto Conejero, cuya
acción transcurre en un hospital militar en el que un joven soldado del ejército
franquista custodia a un oficial republicano a punto de ser ejecutado. Bien podría
considerarse una obra de ficción sobre las últimas horas de un condenado a muerte
si la biografía de uno de los personajes, la del militar detenido, no tuviera muchas
coincidencias con la de un ser que existió realmente y que jugó un papel importante
en la vida de García Lorca. En efecto, su nombre, Rafael Rodríguez Rapún, es el de
un joven estudiante universitario que ejerció de secretario de La Barraca y que fue,
a juzgar por documentos que obran en poder de su familia, el último y gran amor
del poeta. Cuando tuvo noticias de su asesinato, se incorporó como teniente al
30 JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
2 Del mismo autor es El cartógrafo, obra en la que también aborda el tema del holocausto,
3 Algunos títulos resultan engañosos, como 23F, la versión de Tejero (2016), una comedia
musical de Pepe Macías y la dramaturga brasileña Carla Guimaraes, autores también de Hendaya:
cuando Adolfo encontró a Paco (2007), parodia de la entrevista que Franco y Hitler mantuvieron
en la estación de Hendaya durante la Segunda Guerra Mundial.
32 JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
4 Luis Herrero, hijo de Fernando Herrero Tejedor, exsecretario general del Movimiento
y gran amigo de Suárez, escribió está polémica biografía íntima a partir del conocimiento de
su actividad política y vida privada. El libro fue publicado por La Esfera de los Libros en 2007.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 33
5 En España fue publicado por la editorial Siglo XXI con el título Voces de Chernóbil.
6 En este apartado cabe mencionar dos obras: Último sujeto (2012), de Rafael Negrete
Portillo, y Salvador (2016), de Néstor Villazón. En la primera, uno de los personajes presta su voz
a asesinos reales cuyas biografías están recogida en los ficheros policiales, mientras otro, llamado
Silencio, habla en nombre de sus víctimas, cuyos nombres suelen ser olvidados. En Salvador se
escenifica la historia real de un maestro que, afectado por una enfermedad mental, fue obligado a
dejar el colegio en el que trabajaba.Ocultar publi X
7 Kurt Weill la compuso en 1934 para la pieza teatral María Galante, adaptación de la
novela del mismo título de Jacques Deval. Al año siguiente, Fernay le puso la letra. Entre sus
intérpretes más conocidos están Teresa Stratas, Tiziana Sojat, Nathalie Stutzmann, Ute Lemper y,
entre los españoles, Ana Belén y Diego el Cigala.
34 JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
durante nuestra Guerra Civil. Dicho amigo estaba llamado a ser un personaje clave
de la novela que estaba escribiendo, que no era otra que La estética de la resisten-
cia. Weiss quiso ser riguroso en la descripción de los escenarios y qué mejor modo
que recorrerlos.
En este mismo capítulo de personajes anónimos, pero relacionados con la
memoria histórica, de la que ya he hablado, está Ligeros de equipaje. Crónica
de la retirada (2013), de Jesús Arbués, en la que un abuelo relata a su nieto las
penalidades soportadas por él y otros compatriotas cuando, a punto de concluir la
Guerra Civil, se vieron obligados a cruzar a pie los Pirineos. Su destino, los campos
de concentración habilitados por el gobierno francés al otro lado de la frontera.
Desdoblados en cerca de medio centenar de personajes imaginarios, sus discursos
fueron elaborados a partir de testimonios reales y estaban acompañados de proyec-
ciones de viejas fotografías que contribuían a situarlos en su contexto.
El Aaiún en llamas a escena (2011) cierra esta, seguramente incompleta,
relación de piezas teatrales protagonizadas por seres desconocidos. Se trata de un
proyecto de la Universidad Carlos III, dirigido por Eduardo Pérez-Rasilla, en el
que participaron cuatro dramaturgos con sendos textos breves inspirados en uno
de los más dramáticos episodios vividos en el antiguo Sahara español. A finales de
2010, ante la negativa de los ocupantes del campamento de Agdaym Izik, también
conocido como Campamento de la Dignidad, a desalojarlo, la policía y el ejército
marroquíes lo hicieron de forma brutal, saldándose su actuación con más de una
decena de muertos, cientos de heridos y numerosas detenciones. La visualización
teatral de lo sucedido se hizo escenificando, bajo la dirección de Laila Ripoll, La
misma arena, de José Ramón Fernández; Lala, de Itziar Pascual; La línea de are-
na, de Antonio Rojano; y Los hijos de las nubes, de Lola Blasco. Es cierto que no
todos los textos responden a lo que entendemos por teatro documento, pero consi-
dero que tienen cabida en este censo, porque invita a ello el contexto en el que se
ofrecieron al público: unas jornadas que incluían debates sobre los citados sucesos.
De difícil ubicación en cualquiera de los apartados anteriores son El pro-
yecto Milgram (2012), de Lola Blasco, y El juicio de Dayton (2013), trabajo de
Azar Teatro con dramaturgia de Javier Esteban Lamarca. En ambos casos se esce-
nifican acontecimientos que tuvieron lugar fuera de España y que, a pesar de no
guardar relación directa con nuestra realidad, sus asuntos despertaron el interés
de los citados autores. El de la primera de las obras versa sobre el experimento
que el profesor estadounidense de origen judío Stanley Milgram llevó a cabo en
1961, orientado a medir la disposición de los individuos para obedecer las órdenes
recibidas de una autoridad, aún en los casos en que les repugnen o entren en coli-
sión con sus convicciones personales. El resultado del experimento confirmaba la
inclinación del ser humano a justificar conductas delictivas con el argumento de
que se limita a cumplir órdenes dictadas por sus superiores. En ese principio de la
obediencia debida para declarase inocentes, se han parapetado criminales como
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 37
Adolf Eichmann, del que oímos parte de su declaración ante el tribunal que le
juzgó. En su obra, Lola Blasco sitúa los experimentos del proyecto Milgram tres
meses después de que se celebrara el juicio contra el criminal nazi. Al relacionar
deliberadamente ambos acontecimientos, la autora nos recuerda que la conducta
de Eichmann no fue un hecho aislado y que un alto porcentaje de la humanidad es
proclive a comportarse como lo hizo él. El proyecto Milgram es un claro ejemplo
de teatro documento, pues no solo reproduce fragmentos de los interrogatorios a
que fue sometido el acusado durante el juicio, sino parte de los escritos del propio
Milgram, probablemente incluidos en su libro Obediencia a la autoridad: un punto
de vista experimental.
En cuanto a El juicio de Dayton, lo que se llevó al escenario fue el proceso
instruido en esa ciudad del estado norteamericano de Tennessee, en 1925, contra el
profesor de secundaria John Thomas Scopes. El motivo, explicar a sus alumnos la
teoría de la evolución de Darwin, lo que estaba expresamente prohibido por la ley
de Butler, la cual establecía que el hombre ha sido creado por Dios, como explica
La Biblia. A partir de las informaciones publicadas por la prensa de la época, Azar
Teatro recreó aquel acto, popularmente conocido como el juicio del mono. El es-
pectáculo estaba en la línea emprendida en un trabajo anterior, en el que, bajo el tí-
tulo de La última noche de Giordano Bruno, del autor italiano Renzo Sicco, abordó
otro episodio en el que la religión niega o cuestiona las verdades científicas. En esta
ocasión, se invitaba a que los espectadores participaran activamente asumiendo el
papel que corresponde a los miembros de los jurados populares.
La reciente historia de España está llena de acontecimientos políticos y so-
ciales a los que el teatro no podía estar ajeno. No son distintos a los que han tenido
lugar en el pasado, pero las circunstancias han querido que su coincidencia en el
tiempo les haya dado una dimensión nueva. A la crisis financiera mundial de 2007,
provocada por la quiebra de Lehman Brothers, siguió, en nuestro país, la provoca-
da por el estallido de la burbuja inmobiliaria, que supuso una brutal destrucción de
empleo, precariedad laboral, la tragedia de los desahucios y recortes sociales, con
el consiguiente deterioro en la prestación de servicios públicos ligados a la edu-
cación y a la sanidad. A ello se ha sumado la lacra de la corrupción, un fenómeno
nada nuevo. En la memoria de todos están los escándalos Rumasa, Filesa, Roldán,
Kio, Banesto o Marbella, pero me atrevería a decir que, más allá del interés mediá-
tico y el morbo causado por la popularidad de sus protagonistas, no hubo un gran
rechazo social. Otra cosa está sucediendo cuando hechos similares han salido a la
luz en plena crisis económica y los implicados no son solo empresarios sin escrú-
pulos o magos de las finanzas, sino que afecta a personas situadas en las más al-
tas esferas de nuestras instituciones. La indignación ciudadana ha alcanzado cotas
desconocidas y el movimiento del 15-M es buena prueba de ello. Un repaso de la
cartelera teatral confirma que el teatro se está ocupando de estos asuntos. Abundan
38 JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
los dramas de ficción y, sobre todo, las sátiras. Pero también las piezas que recrean
hechos reales, cuyos protagonistas también lo son.
Con ellas se recupera, en buena medida, el espíritu del primer teatro docu-
mento, en tanto y cuanto el creador no trata de inculcar de forma notoria sus ideas,
aunque sean de todos conocidas, pues su trayectoria no permite ocultarlas. A pro-
pósito de uno de sus trabajos, Andrés Lima lo resumió con estas palabras: “El autor
es un documentalista que transforma la realidad en espectáculo teatral”. En defi-
nitiva, lo que se pretende es mostrar al espectador determinados hechos y hacerle
reflexionar sobre ellos. No podemos ignorar las dudas que existen sobre el interés
y la eficacia de esta fórmula. Sus detractores estiman que, al margen de la calidad
artística de lo que se ofrece, la escenificación apenas añade nada al conocimiento
de lo que ya ha sido difundido por los medios de comunicación y sometido a debate
en tertulias y otros foros. Un ejemplo sería el de Ruz-Bárcenas (2014), pieza en la
que su autor, Jordi Casanovas, recreaba la declaración tomada apenas un año antes
al que fuera tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, por el juez Pablo Ruz. El
texto es la transcripción, sin añadidos ni manipulación de lo dicho en la sala de la
Audiencia Nacional, salvo la exigida para adecuar el tiempo real de la declaración
a la duración normal de una representación y reestructurar el diálogo en aras de una
adecuada teatralidad.
Otra propuesta basada en un acto judicial es El pan y la sal (2015), obra del
ya citado Raúl Quirós, en la que se escenificaba el llamado Juicio de la Memoria
Histórica, celebrado en febrero de 2012 en el Tribunal Supremo. En él, el acusado
fue Baltasar Garzón, el juez que, a instancias de familiares de ciudadanos españo-
les desaparecidos durante la Guerra civil y la dictadura franquista, había abierto
una investigación. Acusado de prevaricación, fue juzgado y absuelto. Sin embargo,
el protagonismo de la obra no recaía sobre él, ni sobre los jueces, fiscales y aboga-
dos que intervinieron en el proceso. Recaía en los descendientes de las víctimas,
cuyos testimonios eran la parte esencial de la propuesta. Siguiendo un proceso
similar al de Casanovas en la gestación de su Ruz-Bárcenas, Quirós bebió en las
actas del juicio, seleccionando las declaraciones de mayor relevancia.
En este mapa sobre el teatro documento, he omitido cualquier valoración de
los espectáculos y referencias a la acogida dispensada por el público. No es el tema
que nos ocupa. No todos han tenido el mismo recorrido escénico ni la misma re-
percusión, sin que en ello haya influido, en términos generales, la calidad artística
de las propuestas. En todo caso, se podrían contar con los dedos de una mano los
que han alcanzado una difusión y un impacto similar al obtenido por las mismas
noticias en los medios de comunicación. Lejos están los tiempos, nunca conocidos
en el teatro español, en que una obra de teatro documento despertaba el interés de
miles de espectadores. Es lo que sucedió con La indagación, de Peter Weiss, que,
tras una lectura pública en la Academia de las Artes de Berlín Oriental y de ser emi-
tida por numerosas emisoras de radio, fue representada simultáneamente en trece
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 39
teatros alemanes. La pregunta es si hoy en día merece la pena este tipo de teatro y,
más concretamente, escenificar asuntos tan actuales que ni siquiera han llegado a
su desenlace. ¿Qué nos dice que no sepamos? ¿Quiénes que no estén previamente
de acuerdo con lo que se denuncia acuden a su reclamo? En Madrid, la respuesta
está intentando darla el Teatro del Barrio, una cooperativa cultural con sede en la
antigua sala alternativa Triángulo, en Lavapiés, surgida al hilo del movimiento
15-M. Su proyecto incluye, junto a la actividad teatral, otras actividades como la
celebración de coloquios, muchos en torno al contenido de las obras representa-
das. También se imparten cursos de historia, economía y política en la que, sus
promotores, han denominado Universidad del Barrio. La plural actividad no está
orientada a lo que ellos llaman “despertar conciencias”, tarea que tendría mucho
de utópico, sino a enriquecer las que ya están avivadas. Siendo todavía breve su
andadura, es pronto para certificar el éxito del Teatro del Barrio, pero sus primeros
pasos apuntan en la buena dirección. Y en ella está, ciñéndonos a la programación
teatral, hacerla variada y atractiva. Si Ruz-Barcenas y El pan y la sal, ambas repre-
sentadas allí, tenían como escenario los tribunales de justicia, otras, sin perder su
carácter documental, se aventuraban por el camino de la sátira.
En 2011, Alberto Sanjuan presentó Marca España, cuando las ovejas miran
al horizonte, por la que transitan diversos protagonistas de nuestra vida política y
social, los cuales recuerdan momentos singulares de sus actuaciones públicas. Lo
hacen ante un hombre que acaba de despertarse tras permanecer mucho tiempo
dormido. Planteada en clave de humor, ante el individuo en cuestión y, por ex-
tensión, el público, se escucha al Rey Juan Carlos pidiendo perdón por la cacería
de elefantes en Botsuana; a Soraya Sáenz de Santamaría derramando lágrimas de
cocodrilo ante la prensa por el asunto de los desahucios; a Ada Colau calificando
de cínico y criminal, en sede parlamentaria, al Secretario General de la Asociación
Española de Banca; y a Juan Antonio Reig Plá, obispo de Alcalá de Henares, con-
virtiendo una homilía en una feroz diatriba contra el aborto y la homosexualidad.
No faltan en el desfile, con intervenciones que parecerían increíbles si no estuvie-
ran documentadas, Mariano Rajoy, Rodrigo Rato. Cayetano Martínez de Irujo y
el sindicalista Diego Cañamero. Sanjuan comparó la obra con una fotografía en
movimiento de lo que pasa en España y una forma de mostrar la realidad de forma
lúdica y festiva.
Del mismo autor es El Rey (2015), en la que, con idéntica intención, iban
desfilando por el escenario personas que tuvieron alguna relación con Juan Carlos
antes y después de su coronación y que influyeron en los acontecimientos que
han jalonado su reinado. Bien hubiera podido tener la pieza otro título más largo
y brechtiano, como, por ejemplo, La resistible ascensión de un rey o, el quizás
más adecuado, Ascenso y caída de Juan Carlos I. Tras una explícita escena ayuna
de palabras, en la que se produce su abdicación, el monarca echa la vista atrás
para repasar el camino recorrido hasta la llegada de la amarga hora de ceder el
40 JERÓNIMO LÓPEZ MOZO
de diversos países y era una especie de ventana abierta al mundo por la proyección
de vídeos documentales e imágenes capturadas con cámaras instaladas en orde-
nadores. En la acción, más improvisada que ensayada, intervenía un dominicano
que compatibilizaba su trabajo en un locutorio con su actividad como cantante
de rap; un senegalés siempre a punto de ser detenido y expulsado; un bangladesí
utilizaba el skype para hablar de su pequeño hijo con su esposa; el mismo vehículo
era usado por un colombiano para representar una funcioncilla teatral que su hijo
de cinco años veía a miles de kilómetros; una colombiana que se ganaba la vida
limpiando casas preguntaba a una vidente si lograría ver satisfecho su anhelo de
ser actriz… En definitiva, un conjunto de apuntes autobiográficos, que, acompaña-
dos de fotografías familiares, exhibición de documentos de identidad, instancias y
otros papeles oficiales, noticias de lo que sucedía en sus países de origen recibidas
por Internet y grabaciones de vídeo, nos permitían situar la actuación en el ámbito
de lo documental.
Experiencias como esta, dejan abiertas las puertas a explorar nuevas vías
para el teatro documento. Pero hoy y aquí no toca hablar del futuro.
Referencias bibliográficas
Dieterich, G. (1974). Pequeño diccionario del teatro mundial. Madrid: Ediciones Istmo.
Fuster Ruiz, F. (1996). “’En busca del tiempo perdido’ de las Brigadas Internacionales”. Al-Basit.
Revista de Estudios Albaceteños (extra 1), 85-130.
López Sancho, L. (1968). “Marat-Sade, una extraordinaria hazaña teatral de Adolfo Marsillach”.
ABC, 4 de octubre, 87-88.
Portillo, R. y Casado, J. (1988). Abecedario del teatro. Madrid: Centro de Documentación Tea-
tral.
Romera Castillo, J. et al. (eds.) (1999). El teatro histórico (1975-1998): textos y representacio-
nes. Madrid: Visor Libros.
Villán, J. (2000). “Recital de poesía civil y sagrada”. El Cultural de El Mundo, 4 de octubre.
El teatro documental en la cartelera teatral
de ABC Madrid (2000-2016)1
Documentary theatre in ABC Madrid newspaper (2000-2016)
Resumen: El objetivo de este trabajo colectivo, dirigido por el prof. José Romera
Castillo, es ofrecer un estudio de una cartelera selecta del teatro documental artístico,
histórico-político y cultural, representado en Madrid entre 2000 y 2016. Este trabajo se
ha elaborado a partir de cartelera ofrecida por el periódico ABC Madrid y ABC Cultural.
Este panorama tratará de esbozar una visión general de la presencia del teatro documen-
tal en Madrid en los últimos dieciséis años.
Abstract: The aim of this collective work, directed by prof. José Romera Castillo,
is to offer a study of a select theater performances represented in Madrid between 2000
and 2016 where theater is considered as an artistic, historical-political and cultural docu-
ment. This work has been developed from ABC Madrid and ABC Cultural newspapers.
This panorama will attempt to outline an overview of the presence of Documentary
Theatre in Madrid in the last sixteen years.
Palabras clave: Teatro. Documento. Periódico ABC. Cartelera. Madrid. 2000-
2016.SELITEN@T.
Key Words: Theatre. Documentary. ABC newspaper. Madrid. Theatre Market.
2000-2016. SELITEN@T.
Semiótica Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologías (SELITEN@T), dirigido por el profesor José
Romera Castillo, como puede verse en http://www.uned.es/centro-investigacion-SELITEN@T.
Además, es una actividad más del Proyecto de investigación Plataforma digital para la investiga-
ción y divulgación del teatro contemporáneo en Madrid (TEAMAD), otorgado por la Comunidad
de Madrid, en el que participa el SELITEN@T (https://www.ucm.es/teamad/).
42
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 43
1984); Valeria Lo Porto (2013), Cartelera teatral en “ABC” de Madrid (1990-1994) y Anita
Viola (2012), Cartelera teatral en “ABC” de Madrid (2000-2004). Las tres pueden leerse en la
web del SELITEN@T [consultadas el 15/05/2016].
4 Como La cartelera teatral en “ABC” Madrid durante el año 2005, de José Antonio
y practicado y teorizado por Erwin Piscator y Petter Weis como una ramificación del teatro po-
lítico), características y evolución, véanse los trabajos de Xavier Fàbregas, “Antecedentes del
teatro documento” (1972), Rafael Rodríguez, “Fundamento y memoria del teatro documento”
(1995), César de Vicente Hernando, “La práctica teórica de una dramaturgia documental” (1995)
y “El teatro en la realidad. Once notas sobre el teatro documento” (2016), M. Fernández Morales,
“¿Hacia dónde va el teatro documental? Dos ejemplos y su valor en el contexto norteamericano”
(2002), W. Mond y D. Stewart, Verbatim. Contemporary Documentary Theatre (2008), Ignacio
Amestoy, “Literatura e historia. El testimonio del teatro” (2013), Anxo Abuín González, “His-
toria oral, memoria colectiva y comunidad en el teatro del mundo: el caso del teatro Verbatim”
(2016), entre otros. Asimismo, son imprescindibles en esta materia los textos de los principales
representantes del teatro documental como: “Notas sobre el teatro-documento” (1976) de Peter
Weiss; Teatro, política, sociedad (2013) de Erwin Piscator y Escritos sobre teatro (2004) de
Bertolt Brecht. Vid. la sección monográfica, “Centenario Peter Weiss”, que le dedicó la revista
44 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
cartelera teatral del diario ABC Madrid y ABC Cultural (http://www.abc.es/). Se trata
de un trabajo colectivo que ha sido elaborado por seis miembros del grupo de investi-
gación del SELITEN@T, bajo la orientación del profesor Romera. Cada uno de ellos
se ha ocupado de un periodo cronológico concreto para abordar todo el siglo XXI:
Nerea Aburto González (2000-2001), Jesús Ángel Arcega Morales (2002-2004), Ri-
cardo de la Torre Rodríguez (2005-2007), Juan Carlos Romero Molina (2008-2010),
Olivia Nieto Yusta (2011-2013) y Miguel Ángel Jiménez Aguilar (2014-2016).
Con el fin de mantener un rigor en la localización y la selección de las obras,
se han tenido en cuenta los siguientes criterios:
El teatro, desde nuestra óptica, puede reflejar la vida o los hechos de persona-
jes históricos, políticos o de otras esferas, de periodos especialmente significativos
en la historia, así como asuntos teatrales (metateatro) o movimientos culturales
y artísticos. Para evitar un estudio demasiado extenso, debido a la rica cartelera
madrileña, se han seleccionado los espectáculos de los autores más significativos
–hasta un máximo de treinta en cada uno de los periodos cronológicos estableci-
dos–, teniendo en cuenta el teatro español, el europeo y el iberoamericano. Sería
complicado contemplar todos aquellos espectáculos en gira por lo que solo se re-
flejan las obras representadas en la capital de Madrid.
Los espectáculos aparecen dispuestos por orden cronológico, y dentro de
cada año, por orden alfabético. Cada obra se ajusta a una ficha modelo cuya estruc-
tura es la siguiente:
–En primer lugar, se proporciona datos relativos a la obra (título, autor, género,
etc.), las fechas y el lugar de la representación, los componentes del equipo técnico-
artístico y la referencia del día del estreno aparecida en ABC Madrid.
–En segundo lugar, se ofrece un breve resumen del argumento.
–Y por último, se citan las referencias de críticas (C) y noticias (N) aparecidas en
ABC Madrid y ABC Cultural. El resto de noticias y críticas presentes en ABC Sevilla o
ABC Córdoba figuran en nota al pie.
ADE-Teatro (VV. AA., 2016: 10-111). Además de otros estudios, entre otros, como los de Acosta
(1982), Piscator (2001), Freire (2006), Cantrell (2013), Hammond y Steward (2014), etc.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 45
las 21:00 horas y, después, los viernes y sábados a las 20:30 horas y domingos
a las 19:00 horas, producida por el Teatro de la Abadía, dirigida por José Luis
Gómez y protagonizada por él mismo, con escenografía de *Mario Bernedo, ilu-
minación de *José Manuel Guerra y música de *Alejandro Massó (ABC, 30.999,
06/10/2000:114). La obra es un monólogo que recoge fragmentos de cartas, dis-
cursos, artículos, novelas y entrevistas del estadista y literato Manuel Azaña (1880-
1940). N: Carlos Galindo (ABC, 30.998, 5/10/2000: 80). C: Pedro Víllora (ABC,
31.009, 16/10/2000: 92).
Baraja del Rey Don Pedro (tragedia / histórico-político), de Agustín García
Calvo (1926-2012), estreno y puesta en escena7 en el Teatro de la Abadía (sala Juan
de la Cruz), del 27 de enero al 26 de marzo de 2000, los martes, miércoles, jueves
y viernes a las 20:30 horas, sábados y domingos a las 19:00 horas, producida por
el Teatro de la Abadía, dirigida por José Luis Gómez, protagonizada por *Lidia
Otón, *Alberto Jiménez, *Carles Moreu, *Ernesto Arias, *Javier Vázquez, *Ga-
briel Garbisu, *Elisabet de Gelabert, *Josep Albert, *Cristina Arranz y *Miguel
Cubero, con escenografía de *José Luis Gómez e iluminación de *Josep Solbes
(ABC, 30.747, 27/01/2000: 109). Esta obra traslada a escena los últimos momentos
en la vida de Don Pedro I el Cruel mientras esperaba en el castillo de Montiel la
llegada de su hermanastro, Enrique de Trastámara, quien, finalmente, le arrebató la
corona. N: Pedro Víllora (ABC, 30.746, 26/01/2000: 102).
Buñuel, Lorca y Dalí (tragicomedia / cultural), de Alfonso Plou (1964),
puesta en escena8 en el Teatro Bellas Artes, del 31 de mayo al 25 de junio de 2000,
el día del estreno, miércoles, a las 22:30 horas, y a partir de entonces, martes a
las 20:00 horas, miércoles, doble función, a las 20:00 horas y las 22:30 horas,
jueves a las 20:30 horas, viernes 22:30 horas, sábados, doble función, a las 20:00
horas y 22:30 horas y domingo a las 20:00 horas, por el Teatro del Temple de
Zaragoza, dirigido por Carlos Martín y protagonizado por *Santiago Meléndez,
*Gabriel Latorre, *Pilar Gascón, *Balbino Lacosta, *Amor Pérez Bea, *Ricardo
Joven y *Francisco Fraguas, con escenografía de *Tomás Ruata e iluminación de
7 Junto a ABC, las otras fuentes empleadas para completar la ficha del espectáculo han
galileo-galilei-12303 [consultada en abril de 2016]. La encargada del vestuario fue Sue Plummer.
Se estrenó el 2 de mayo de 1999 en el Teatro Jovellanos de Gijón. Fue un espectáculo coprodu-
cido con Teatros de la Generalitat Valenciana y Tubo Mágico S.L. Se volvió a representar del 9
de enero al 9 de febrero de 2003 en el Círculo de Bellas Artes, de miércoles a viernes a las 19:30,
sábados a las 21:00 horas y los domingos a las 18:00 horas, producida por *L’om imprebís y co-
producida por *Teatros de la Generalitat Valenciana y *Tubo Mágico S.L., dirigida por Santiago
Sánchez, protagonizada por Yayo Cáceres, Xuacu Carballido, Sandro Cordero, Vicente Cuesta,
Sergio Gayol, Carlos Lorenzo, Carles Montoliu, Paloma Paso, Xus Romero y Fran Sariego, con
escenografía de *Dino Ibáñez e iluminación de *Rafael Mojas y *Félix Garma (ABC, 31.816,
09/01/2003:60).
48 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
por Santiago Sánchez, protagonizada por Vicente Cuesta, Paca Ojea, Carles Mon-
toliú, Xus Romero, Xuacu Carballido, Juan Mandili, Sandro Cordero, Fran Sarie-
go, Sergio Gayol y Carles Rosellóy con escenografía de *Dino Ibáñez e ilumina-
ción de *Rafael Mojas y *Félix Garma (ABC, 30.733, 13/01/2000:110). La obra se
centra en los últimos años de la vida de Galileo cuando, una vez ya formuladas sus
tesis sobre el sistema solar, se enfrenta a la Inquisición y lega a Andrea, el hijo de
su casera, sus documentos y conocimientos para que los difunda. N: Julio Bravo
(ABC, 30.733, 13/01/2000: 107).
Nacidos culpables (drama / histórico-político), de Peter Sichrovsky (1947),
de nacionalidad austriaca, puesta en escena11 en el Teatro de la Abadía, del 15 al 19
de noviembre de 2000, a las 21:00 horas, producido por Moma Teatre, dirigida por
*Joaquim Candeias y *Carlos Alfaro, protagonizada por *Helena Peydro, *Esther
Bosque, *Pilar Almeria, *Cristina García, *Joan Miquel Reig, *Martin Cases, *Ál-
varo Báguena, *Cristina Plazas, *Pep Ricart, *Empar Canet y *Carles Alfaro con
escenografía e iluminación de *Carles Alfaro (ABC, 31.039, 15/11/2000:114). Este
montaje pone en escena diez de las trece entrevistas realizadas por Sichrovsky a
familiares de nazis que, en el espectáculo, están sentados de espaldas al público
mientras una figura anónima los entrevista y graba de manera que sus rostros se
pueden ver en una pantalla. El comportamientos de estos personajes respecto a lo
que sus familiares hicieron les da nombres como: Esperanza, Inocente o Anclada
en el pasado. N: Carlos Galindo (ABC, 31.038, 14/11/2000: 104). C: Pedro Víllora
(ABC, 31.041, 17/11/2000: 82).
tro.es/estrenos-teatro/nacidos-culpables-nascuts-culpables-nascuts-culpables-nacidos-culpa-
bles-13600 [consultada en abril de 2016]. En la página web no se especifica la sala en la que se
llevó a cabo la representación. Nacidos culpables se representó en Madrid dentro de la progra-
mación del Festival de Otoño. Se estrenó en el Espai Moma de Valencia el 27 de enero de 2000.
El resto de los componentes del equipo fueron: Eli Elizondo (vestuario) y Teresa Lozano y Jordi
Dauder (voces en off).
12 Junto a ABC, las fuentes con las que se ha completado la ficha del espectáculo han
nos-teatro/palabras-en-penumbra-paraules-en-penombra-palabras-en-penumbra-paraules-
en-penombra-17574 y de la página del Teatro de la Abadía http://www.teatroabadia.com/es/ar-
chivo/142/palabras-en-penumbra/ [consultada en abril de 2016]. Se estrenó el 13 de febrero de
2001, en el Espai Moma, de Valencia. Tuvo versión en catalán Paraules en penombra. El resto
del equipo estuvo conformado por Roberto García y Laura Useleti (ayudantes de dirección) Rocío
Cabedo (vestuario), Josan Carbonell (maquillaje), Enric Solbes (diseño gráfico), Jordi Pla (fotos)
y Laura Useleti (traducción).
19 El título original del texto dramático escrito por Ignacio Amestoy es La zorra ilustrada
miércoles a sábado a las 19:30 horas y domingos a las 18:00 horas, producción de
la *RESAD, dirigida por Pedro Víllora, protagonizada por *Ricardo Solveira, *Va-
nesa Arévalo, *Francisco José Pacheco, *Gema Morillo, *Marta Cazorla, *Roberta
Hellín, Fran Álvarez y *José David Fernández (ABC, 31.177, 04/04/2001:105).
La obra se desarrolla en la corte madrileña del siglo XVIII a la que Félix María de
Samaniego se trasladó durante el gobierno de Carlos III. C: Juan Ignacio García
Garzón (ABC, 31.183, 10/04/2001: 72).
2.3. Conclusiones
Los años 2000 y 2001 no se caracterizaron por contar con una amplia repre-
sentación de teatro-documento en los teatros de Madrid y, entre los localizados
y seleccionados en la cartelera de ABC (5 espectáculos en el año 2000 y 8 en el
2001), en lo que se refiere a la autoría de los montajes, 6 obras fueron de origen
español y 7 de autores extranjeros y predominó, como género, el drama (8 espectá-
culos) frente a la tragedia (4) y el monólogo (1). Por otra parte, predominaron los
espectáculos basados en documentos histórico-políticos (8) frente a los montajes
fundamentados en documentos culturales (5), aunque, en su mayoría, éstos se am-
bientaban también en acontecimientos históricos reconocibles. Los montajes reco-
gidos se centraron tanto en documentos y acontecimientos ocurridos antes del siglo
XX (6) como en el propio siglo XX (7) y fueron llevados a cabo, principalmente, en
el Teatro de la Abadía (7) tanto en forma de producciones propias (5) como ajenas
a la compañía (2).
drid (2000-2004), bajo la dirección del Dr. José Romera Castillo, recogida en la base de datos
del Centro de Semiótica Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologías, SELITEN@T, centro dirigido
también por el mencionado profesor, disponible en http://www2.uned.es/centro-investigacion-
SELITEN@T/pdf/AnitaViola.pdf [15/05/2016], se realiza un estudio pormenorizado de todas las
obras teatrales llevadas a escena durante los cinco primeros años del siglo XXI en Madrid. En
relación con el año 2004, véase el Trabajo Fin de Máster dirigido por el profesor Romera Cas-
tillo La cartelera de Madrid en 2004-2007: Análisis de los espectáculos programados y de sus
resultados económicos (2014) de A. Fernández Torres, disponible en http://www2.uned.es/centro-
investigacion-SELITEN@T/pdf/tfm/Alberto_Fernandez_Torres.pdf [15/05/2016].
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 53
de Documentación Teatral:http://teatro.es/estrenos-teatro/memoria-de-un-olvido-luis-cernu-
da-1902-1963-22390 [30/03/2016]. Además de las personas ya citadas, la ficha de la obra se
completa con: Carlos Aladro y Azucena López Cobo (selección de textos y dramaturgia).
26 La ficha técnico-artística de Picasso adora la Maar se ha completado a través de la base
tiago Sánchez, protagonizada por Yayo Cáceres, Xuacu Carballido, Sandro Corde-
ro, Vicente Cuesta, Sergio Gayol, Carlos Lorenzo, Carles Montoliu, Paloma Paso,
Xus Romero y Fran Sariego, con escenografía de *Dino Ibáñez e iluminación de
*Rafael Mojas y *Félix Garma (ABC, 31.816, 09/01/2003:60). Brecht plantea en
la obra algunas cuestiones sobre la relación del científico con el poder secular y
eclesiástico. C: Julio Bravo (ABC, 30.733, 13/01/2000: 15).
El hueso de la aceituna (tragicomedia / histórico-político), de *Jesús Do-
mínguez (1950), puesta en escena30 en la sala Fernando de Rojas del Círculo de
Bellas Artes, los días 4 y 5 de octubre de 2003, a las 20:00 y a las 18:00 horas
respectivamente, producción de la compañía Teatro del Gato, dirigida por Rafael
Torán y protagonizada por *María Álvarez, *Adelfa Calvo, *Araceli Campos,
*Juan Manuel Lara, *Rosa Moreno, *Sole Palmero, *Domi del Postigo, *María
Alfonsa Rosso, *Antonia Salazar, con escenografía de *Perry Oliver e iluminación
de *Miguel Ángel Camacho (ABC, 30.082, 04/10/2003: 69). La obra está basada
en un hecho real acaecido en 1979 y trata sobre un grupo de trabajadoras de una
almazara andaluza de aceitunas de mesa, que terminan sublevándose ante las con-
diciones laborales, los rumores de cierre de la empresa y un futuro laboral incierto.
La rebelión se conconcretiza en un encierro tras haber demostrado de forma coope-
rativista que hay salida para los productos. Al no abandonar su postura el desenlace
se produce de forma trágica.
Julio César (tragedia / histórico-político), de William Shakespeare (1564-
1616), de nacionalidad inglesa, adaptación de *Álex Rigola, puesta en escena31 en
la sala Juan de la Cruz del Teatro de la Abadía, del 19 al 30 de noviembre de 2003,
de martes a domingos a las 20:30 horas, producción del Teatre Lliure, dirigida por
Álex Rigola y protagonizada por *Mireia Aixalá, *Nao Albet, *Pere Arquillué,
*Ferrán Carvajal, *Dani Casadellà, *Matilde Espluga, *Cristina Genebat, *Julio
Manrique, *Joan Palau, *Alicia Pérez, *Xavier Ripoll, *Marc Rodríguez, *Eugeni
30 La ficha técnico-artística la obra se ha completado a través de la base de datos del Centro
Vizcaíno “El meteorito del teatro”, blog que recoge más de quinientas críticas teatrales de finales
del siglo XX y principios del siglo XXI: http://elmeteoritodelteatro.blogspot.com.es/2010/06/del-
dolor-y-el-amor-propio.html [29/03/2016]. La compañía estrenó la obra el 24 de abril de 2003 en
el Teatro Novedades de Barcelona.
58 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
trances que se viven y se vivieron en la Argentina en las tres últimas décadas. Unos
emigraron a Estados Unidos y los otros se quedaron en su barrio de Buenos Aires.
C: Almudena Guzmán (ABC, 32.161, 28/12/2003: 70).
Maestros antiguos (tragedia / histórico-político, cultural), de Thomas Bern-
hard (1931-1989), de nacionalidad austriaca, adaptación de la novela Alter Meis-
ter, versión de *Xavier Albertí, puesta en escena34 en el Teatro María Guerrero,
del 30 de diciembre de 2003 al 11 de enero de 2004, de martes a sábados a las
22:00 horas, domingos a las 18:00 horas, producción del Teatre Romea, dirigida
por Xavier Albertí y protagonizada por Carles Canut, Mingo Ràfols, Boris Ruiz,
con iluminación de *Xavier Albertí (ABC, 32.169, 30/12/2003: 66). En Maestros
antiguos, se arremete contra profesores e historiadores del arte, contra Mahler,
Beethoven, Mozart, Durero, contra los artistas en general, contra los intérpretes
y la industria discográfica, contra los políticos, el Estado, la comida e incluso los
retretes de Viena. C: Juan Ignacio García Garzón (ABC, 32.172, 03/01/2004: 56).
Noche de guerra en el museo del Prado (tragicomedia / histórico-político,
cultural), de Rafael Alberti (1902-1999), estreno y puesta en escena35 en el Teatro
Madrid, del 6 al 14 de diciembre de 2003, de miércoles a viernes a las 20:30 horas,
sábado a las 19:00 horas, domingo a las 18:00 horas, producción de Artibus, dirigi-
da por *Ricard Salvat y protagonizada por * Manuel de Aguilar, *Luisa Armente-
ros, *Yolanda Diego, *Bernabé Fernández, *José Antonio Ferrer, *Luisa Gavasa,
*Alicia Gil, *Vicente Gisbert, *Iván Nieto-Balboa, *Raquel Ortega, *Leandro Ri-
vera, *Pablo Rojas, *Marisol Rozo, *Javier Ruiz de Alegría y *Carlos Seguí, con
escenografía de *Alfonso Baraja e iluminación de *Nicolás Fischtel (ABC, 32.146,
06/12/2003: 70). Noche de guerra en el Museo del Prado está inspirada en uno de
los episodios que el poeta vivió durante la Guerra Civil española. En la obra las
figuras de los cuadros de Goya del Museo del Prado toman vida durante el sitio de
Madrid y levantan una barricada para defenderse de los invasores. Rafael Alberti se
inspira en su experiencia personal durante esta contienda, cuando asumió el cargo
de secretario de la Alianza de Intelectuales Antifascistas y ejerció de Comisionado
del Gobierno de la República con el objetivo de poner a salvo los cuadros más va-
liosos del Museo del Prado. C: Almudena Gúzman (ABC, 33.047, 30/11/2003: 67).
34 La ficha técnico-artística de la obra se ha completado a través de la base de datos del
dez, Iñaki Font, Alberto de Miguel, Rafael Rojas y Alfonso Torregrosa, con esce-
nografía e iluminación de *Roberto Cerdá y música de Fernando Egozcue (ABC,
32.080, 02/10/2003: 61). Vida y muerte de Pier Paolo Pasolini nos cuenta en doce
escenas la personalidad transgresora del protagonista y su final trágico, aún por
resolver. C: Almudena Guzmán (ABC, 32.081, 03/10/2003: 59).
3.4. Conclusiones
Durante 2002 se han recopilado cinco obras relativas al teatro como documen-
to, doce en 2003 y ocho en 2004. El 52% de las obras (13 en total) son de autoría
española, el 40% de autor europeo, en concreto tres del Reino Unido, tres alemanas,
dos francesas, una austriaca y una italiana, destacando la presencia de tres obras de
Brecht. Además, se representó una obra argentina y otra sudafricana. Predomina el
género de la tragedia en estos tres años, el 40% de estas obras lo son (10 en total), el
32% son tragicomedias (8 obras), el 16% son dramas (4 obras) y el 12% (3 obras)
son comedias. De temática todas ellas histórico-políticas o culturales. Todas las
compañías son españolas, excepto una cubana y otra argentina y de carácter privado,
si bien es cierto, que cinco de ellas están coproducidas con dinero público. En cuanto
al lugar de representación, las funciones se representaron en once teatros, destacan-
do el de la Abadía con participación pública y el comercial Teatro Bellas Artes.
47 Una veintena de títulos –21– constituyen esta selección para el trienio 2005-2007. No
se trata de un listado cerrado. Otras representaciones podrían sumarse a esta nómina de teatro
documento, ya sea desde la propia cartelera de ABC, ya desde otros parámetros cuando la puesta
en escena no se recoge en dicha cartelera, pero sí, por ejemplo, en su crítica. Así, Guantánamo
(Alfonso Armada, ABC Cultural, 676, 15/01/2005: 24), de Victoria Brittain y Gillian Slovo, en La
Puerta Estrecha, en la temporada 2005-2006 (http://www.unapalabraotra.org/lapuertaestrecha/
prog2.html) [22/04/2016].
48 Puesta en escena estrenada el 15 de octubre de 2005 en el Teatro Rigoberta Menc-
Ripoll (voces: *Adrián Esparza, *Daniel Esparza, *Pedro Esparza, *Teresa Espejo,
*Jaime Miraya, *Diego Norniella, *Sara Norniella, *Rebeca Sanz Conde, *Sergio
Solanilla y *Antonio Verdú), con escenografía de *Arturo Martín Burgos e ilumi-
nación de *Luis Perdiguero (ABC, 32.878, 15/12/2005: 75). A partir de testimonios
orales, de prensa y documentos gráficos, frente a la desmemoria, se reivindica el
protagonismo histórico de las mujeres al tiempo que se da voz a las víctimas, los
hijos de padres republicanos durante los años de posguerra española en el desván
de un orfanato. Los juegos metateatrales incluyen himnos, rezos, consignas y dis-
cursos de la época. C: Juan Ignacio García Garzón (ABC, 32.881, 18/12/2005: 74).
La última noche de Giordano Bruno (tragedia / histórico-político, cultural),
de Renzo Sicco (1953), de nacionalidad italiana, puesta en escena50en el Círculo de
Bellas Artes, dentro de la programación de la X Muestra de Teatro Villa de Madrid,
el 29 y el 30 de septiembre de 2005, a las 20:00 horas, por la compañía vallisole-
tana Azar Teatro, versión y dirección de *Javier Esteban Lamarca y protagonizada
por *Mercedes Asenjo, *Francisco Mateo y *Juan Carlos Moretti, iluminación de
*Juan Carlos Moretti y *Javier Esteban Lamarca (ABC, 32.802, 29/09/2005: 65).
La puesta en escena se sirve de la biografía y lo escrito en sus obras por el pro-
pio Giordano Bruno (1548-1600), además de los datos existentes en las actas del
proceso inquisidor. Un referente de la libertad de pensamiento frente al dogma y
también de sus riesgos, más allá del siglo XVI.
nacional-cdn-2302/estrenos/buena-persona-de-sezuan-la-27873) [22/03/2016].
66 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
52 A partir del texto de Ferdinando Camon, Primo Levi en diálogo con Ferdinando Camon
(Madrid: Anaya & Mario Muchnik, 1996). Ficha artística en la base de datos del CDT (http://
teatro.es/estrenos-teatro/conversacion-con-primo-levi-26088) [22/03/2016]. Estreno: 28 de mayo
de 2005 en el Teatro Juan Bravo de Segovia.
53 Marina Bollaín, hermana gemela de la directora de cine Icíar Bollaín, es licenciada en
tín Remón y *José Luis Vila Sanjuán, puesta en escena55 programada en el Teatro
Español56 (cancelada), del 19 al 24 de septiembre de 2006, a las 20:30 horas, dirigi-
da por Pepe Rubianes y protagonizada por *Eloy Benet, *Marian Bermejo, *Jesús
Brañas, *Laura González, *Alejandra Jiménez, *Esteban Labari, *Maite Molina,
*Jonatan Minaya, *Emili Pere, *Silvana Pérez, *Ainhoa Roca, con escenografía
de *Antonio Belart e iluminación de *Josep Parramon (ABC, 33.145, 10/09/2006:
71). Los textos de los historiadores que investigaron sobre la muerte del poeta
tratan de aportar luz a los trágicos hechos en aquellas fechas siniestras. El espec-
táculo, homenaje a la figura del gran poeta y escritor, lo es también a todos a los
demócratas que fueron entonces fusilados.
Pared (drama / histórico-político), de Itziar Pascual (1967), puesta en es-
cena57 en el Teatro María Guerrero (sala de la Princesa), del 19 al 22 de enero de
2006, de martes a sábado a las 19:00 horas, domingos a las 18:00, por *Extra-
divarios Producciones, dirigida por Roberto Cerdá y protagonizada por *Miriam
Montilla y *Ana Wagener, con escenografía de *Susana de Uña, iluminación de
*DMRC y música de *Fernando Egozcue (ABC, 32.911, 19/01/2006: 72). A tra-
vés de las historias y reflexiones de dos mujeres, se denuncia el fracaso social del
maltrato y la violencia de género. Se apoya en hechos reales, extraídos de senten-
cias judiciales y de noticias periodísticas, videoinstalaciones y otras artes como la
música y la pintura.
Patera (drama / histórico-político), de Juan Pablo Vallejo Triana (1974), de
nacionalidad colombiana, puesta en escena58, en el Círculo de Bellas Artes, dentro
de la programación de la XI Muestra de Teatro de las Autonomías, el 20 y el 21
de marzo de 2006, a las 20:00 horas, por la compañía balear La Clota, dirigida por
*Pitus Fernández y protagonizada por *Luca Bonadei, *Baboucarr Mbye Cham,
*Rafa Cruz, *Cristina García Borràs, *Rodo Gener y *Ferran Lahoz, con esceno-
55 Ficha en la base de datos del Centro de Documentación Teatral (http://teatro.es/es-
CDT con el título de Once voces contra la barbarie (VV. AA., 2006), estrenada el 11 de marzo
de 2005, en siete espacios madrileños –Teatro de la Abadía, Teatro Pavón, Sala Princesa, Círculo
de Bellas Artes, Casa de América, Cuarta Pared y Teatro Español–: Ana el once de marzo, de
Paloma Pedrero; Despedida, de Raúl Hernández Garrido; Entrevías, de Yolanda Pallín; Extraños
en el tren / Todos muertos, de Jerónimo López Mozo; Harira, de Ana Diosdado; Interacciones,
de Ignacio Amestoy; El muerto y el mar, de Julio Salvatierra; Nostalgia de mar, de Margarita
Reiz; Oxígeno, de Yolanda Dorado; Pronovias, de Laila Ripoll y El tesoro del predicador, de
Juan Alberto López (http://teatro.es/estrenos-teatro/once-voces-contra-la-barbarie-del-11-de-
marzo-32760) [22/03/2016]. Editado, con título homónimo, a beneficio de la Asociación 11M
Afectados del Terrorismo (Madrid: Iberautor Promociones Culturales, 2006). El libro incluye la
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 69
partitura, “El bosque de los ausentes”, de Antón García Abril, composición musical para la repre-
sentación de los textos teatrales. Sobre el elenco y otros detalles, cf. información en la web Ma-
drid Teatro (http://www.madridteatro.eu/teatr/informacion/informacion084.htm) [22/03/2016].
64 Ficha artística en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/treinta-gra-
nos-teatro/ascenso-y-caida-de-la-ciudad-de-mahagonny-32901) [22/03/2016].
68 Ficha artística disponible en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/
por la alicantina Compañía Ferroviaria, dirigida por *Paco Macià e *Isabel Úbeda
y protagonizada por *Vicente Arellana, *Miguel Ángel Cárceles, *Ana Crousei-
lles Bastida, *Carlos G. Gracia, *José A. Grau, *Ana Guerra, *Nuria Malvado y
*Eloísa Martínez Azorín, con escenografía de *Ángel Haro, iluminación de *José
Manuel Cerdeiriña y música de *Paul Dessau y *Frans Winter (ABC, 33.391,
17/05/2007: 80). La puesta en escena en la búsqueda de solución a la discusión por
la propiedad de la tierra, en la Unión Soviética tras la segunda Guerra Mundial, se
sirve del didactismo a partir de la antigua leyenda china, la prueba del círculo de
tiza, similar al juicio de Salomón, pero de planteamiento opuesto, al determinar la
maternidad socialmente y no biológicamente.
La hija rebelde (a filha rebelde) (drama / histórico-político, cultural), de
José Pedro Castanheira (1952), de nacionalidad portuguesa, y Valdemar Cruz (?),
adaptación de la también portuguesa *Margarida Fonseca Santos (1960), estreno y
puesta en escena69 en el Teatro de Madrid, del 24 al 26 de mayo de 2007, a las 20:30
horas, producción del Teatro Nacional Dona Maria II, dirigida por Helena Pimenta
y protagonizada por *Célia Alturas, *Marques D’Arede, *Amílcar Azenha, *Ana
Brandão, *Joana Brandão, *Manuel Coelho, *Raquel Dias, *Lídia Franco, *Bibi
Gomes, *Eurico Lopes, *José Henrique Neto, *Vítor Norte, *Alexandre Ovídio,
*Rui Quintas, *Nádia Santos, *Sérgio Silva, *Anabela Teixeira y *Jaime Vishal,
con escenografía de *José Manuel Castanheira, iluminación de *José Carlos Nas-
cimento y dirección musical de *João Cabrita (ABC, 33.398, 24/05/2007: 73). La
puesta en escena tiene su origen en lo novelado a partir de una investigación perio-
dística. Es la crónica de una vida y la de una época. La vida de la portuguesa Annie
Silva Pais –hija del último director de la PIDE (Policía Internacional y de Defensa
del Estado) durante el régimen de Salazar, entre Portugal y Cuba–, de los años 60
hasta los 90 del siglo pasado. Sueños de la memoria individual y colectiva, entre la
dictadura y la revolución.
Lope de Aguirre, traidor (tragedia / histórico-político), de José Sanchis Si-
nisterra (1940), estreno y puesta en escena70 en Madrid en el Teatro Guindalera, del
jueves 1 al domingo 4 de marzo de 2007, a las 21:00 horas, producción de *Guin-
dalera Escena Abierta, dirigida por *Juan Pastor y protagonizada por *Emma
Álvarez, *Pepe Carrasco, *Natalia Díaz, *Ezekiel Iturralde, *Antonio Lafuente,
*Esther López, *Rosa Manjón, *Susana Pasamón, *Javier Pérez, *Fernando de
69 Ficha disponible en la base de datos del CDT (http://teatro.es/Plone/profesionales/jo-
se-manuel-castanheira-1302/estrenos/hija-rebelde-la-filha-rebelde-a-33227?set_language=gl)
[22/03/2016].
70 Ficha artística en el CDT (http://teatro.es/profesionales/antonio-lafuente-17077/estre-
loo, *Miguel Ángel Altet, *Carlos Bolívar, *Violeta Gil, *Angélica Liddell, *Gu-
mersindo Puche y *Vettius Valens, iluminación de *Carlos Marquerie y música de
*K. Cobain, *C. Greenwood, *J. Greenwood, Jones, *E. O’Brien, *J. P. Hasard,
*M. Nour El Mallah, *K. Maroun, *J. P. Rameau, *W. El Safi, *P. Selway, y *T.
Yorke (ABC, 33.566, 08/11/2007: 76). Se sirve de datos de la realidad del momento
para su crítica al sistema y denunciar el abuso desde algunas de sus imperfecciones
–el accidente de un autobús escolar, el tema de la pederastia por parte de una maes-
tra y el asesinato de un perro–. Denuncia que impacta sobre el espectador para una
profundización racional en los hechos que le lleve a actuar y produzca un cambio
social. C: Juan Ignacio García Garzón (ABC, 33.601, 13/12/2007: 90).
Los persas. Réquiem por un soldado (tragedia / histórico-político), adapta-
ción de la obra del autor griego Esquilo (525-456 a. C.), de Calixto Bieito (1963) y
Pau Miró (1974), puesta en escena75 en el Teatro Bellas Artes, del 14 de noviembre
al 9 de diciembre de 2007, de martes a viernes a las 20:30 horas, sábados a las
20:00 y 22:30 horas, domingos a las 19:00 horas, producción de *Focus-Festival
de Teatro Clásico de Mérida, dirigida por Calixto Bieito y protagonizada por Rafa
Castejón, Natalia Dicenta, David Fernández, Javier Gamazo, Chus Herrera, Ro-
berto Quintana, e Ignacio Ysasi, con escenografía de *Alfons Flores e iluminación
de *Xavi Clot (ABC, 33.572, 14/11/2007: 78). La obra de teatro más antigua, entre
las que se conservan, Los persas de Esquilo, basada en la Batalla de Salamina, se
recrea en un tiempo presente, con soldados en Irak, en Afganistán, en la antigua
Yugoslavia, en el Líbano. Intento de reflexión sobre el instinto de destrucción hu-
mano y en el uso de la guerra como instrumento para solucionar conflictos. C: José
Gabriel Antuñano (ABC Cultural, 810, 11/08/2007: 27)76.
Presas (drama / histórico-político), de Verónica Fernández (1971) e Ignacio
del Moral (1957), estreno y puesta en escena77 en el Teatro Valle-Inclán, del 22
de noviembre al 30 de diciembre de 2007, de martes a sábados a las 20:30 horas,
domingos a las 19:30 horas, producción del Centro Dramático Nacional, dirección
de Ernesto Caballero, protagonizada por *Esther Acebedo, *José Luis Alcobendas,
*Miriam Cano, *Lola Casamayor, *Pedro G(arcía) de las Heras, *Karina Gara-
tivá, *Marta Gómez, *Ivana Heredia, *Aurora Herrero, *María Herrero, *Marta
Hurtado, *Cristina de Inza, *Maruchi León, *Mariano Llorente, *Ascen López,
*Gerardo Malla, *Julia Moyano, *Ana Otero, *Ainoa Santamaría, Victoria Tejei-
ro, *Déborah Vukusic, con escenografía de *José Luis Raymond e iluminación de
75 Ficha artística en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/persas-los-
sas-33542) [22/03/2016].
74 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
4.4. Conclusiones
Una veintena de títulos –2 en 2005, 8 en 2006 y 11 en 2007– constituyen
esta selección para el trienio 2005-2007. A la mayoría de autoría española –Albert
Boadella, Marina Bollaín, Angélica Liddell, Itziar Pascual, Jerónimo López Mozo,
Laila Ripoll, Pepe Rubianes, José Sanchis Sinisterra…– se suman las de europeos
e iberoamericanos. En conexión con el teatro documento y sus orígenes, además de
Marat-Sade, de Peter Weiss, tres en torno al teatro épico de Bertolt Brecht. En cuan-
to a los géneros, mayor presencia del drama y la tragedia frente a la comedia. Res-
pecto a la temática, las que abordan la denuncia del hecho bélico y sus horrores es
objeto de un buen número de obras. Junto a las producciones propias o en colabora-
ción del teatro público e institucional –Centro Dramático Nacional, Teatro Español,
Teatro Nacional Dona Maria II–, las de compañías privadas de diversa procedencia.
adios-el-33265) [22/03/2016].
79 Ficha artística y técnica en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/
el-color-de-la-justicia-33687) [22/03/2016].
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 75
80 A partir de los datos del CDT (ver nota79) se completa la ficha artística y técnica: Ben-
representaciones de los días 31 de enero y 1 de febrero hemos tenido noticia a través de http://
www.resad.es/publicacio-nes/expresion_17.pdf [22/03/2016].
82 Publicado en Frank (1998).
83 Ficha artística y técnica en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/
el-diario-de-ana-frank-un-canto-a-la-vida-diario-de-ana-frank-el-un-canto-a-la-vida-33761)
[24/03/2016].
84 El 5 de abril el espectáculo no se anunció en la cartelera de ABC y el archivo del 6 de
dirección musical de José Luis Tierno, vestuario de Rosa García Andújar, sonido de Germán
Rodríguez y coreografía de Goyo Montero.
86 Publicada en Palau (2008).
87 Este dato lo hemos tomado de la siguiente dirección http://cultura.elpais.com/cultu-
ra/2008/02/15/actualidad/1203030002_85-0215.html [03/04/2016].
88 Ficha artística y técnica en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/
don-juan-principe-de-las-tinieblas-33696) [03/04/2016].
89 A partir de los datos del CDT (ver nota 88) se completa la ficha artística y técnica: direc-
don-juan-tirso-moliere-zorrilla-33868) [27/03/2016].
91 Al presentarse en un festival de teatro autonómico, se trataba de una obra ya represen-
tada. No hemos podido encontrar la fecha de estreno del montaje. La referencia más temprana de
la representación del montaje de la que disponemos es de ABC Sevilla (33.771, 03/06/2007: 30).
92 Dirección musical de Paco Seco y vestuario de Mary Canto.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 77
ñaque-o-de-piojos-y-actores-33060) [02/04/2016].
99 Estreno de este montaje: 26 de octubre de 2007 en el Teatro Salón Cervantes de Alcalá
de Henares (Madrid).
100 Hay una incongruencia entre el horario del espectáculo en la cartelera y en el anuncio
de la misma página: en la aquella se dice a las 20:00 horas y en la publicidad a las 20:30 horas.
101 A partir de los datos del CDT (ver nota 98) se completa la ficha artística y técnica:
opera-de-tres-centavos-la-la-opera-de-tres-centavos-27881) [28/03/2016].
104 Al presentarse en un festival de teatro autonómico, se trataba de una obra ya represen-
tada. Según la ficha artística y técnica en la base de datos del CDT (véase la nota 103), se estrenó
el 25 de julio de 2006 en el Parque de Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria, durante el
Festival de Teatro y Danza.
105 El horario de las representaciones lo hemos tomado de la página web del Círculo
dirección musical de Luis Navarro, dirección de cantos de Esperanza Abad, vestuario de Carmen
de Giles, coreografía de Jordi Cortés y sonido de Rafa Calderón.
107 Ficha artística y técnica en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/
palacio-del-fin-39558) [24/03/2016].
108 Este montaje no apareció en la cartelera de ABC. Hemos recogido información acerca
de su estreno de la noticia del periódico que citamos al final de la reseña y la hemos completado,
además de con la ficha artística y técnica de la base de datos del CDT, con el cartel de la represen-
tación (http://www.pasionar-te.es/ini-cio.html) [24/03/2016].
109 A partir de los datos del CDT (ver nota 107) se completa la ficha artística y técnica:
111 A partir de los datos del CDT (ver nota 110) se completa la ficha artística y técnica:
todos-los-que-quedan-33211) [25/03/2016].
113 La fecha de la representación del 16 de noviembre de 2008 la hemos obtenido de la
de su estreno de la noticia del periódico que citamos al final de la reseña y de la que dio Julio
Bravo de este y otros montajes (ABC, 33.935, 14/11/2008: 98 y 99) y la hemos completado, ade-
más de con la ficha artística y técnica de la base de datos del CDT, con las otras fuentes citadas
en la nota 112.
115 El reparto no coincide con el que aparece en la ficha artística y técnica de teatro.es que
hemos vinculado en la nota 112, allí aparecen Ángel Savín y Ángeles Espinosa de los Monteros.
116 Tampoco este dato coincide con el que aparece en la ficha artística y técnica de teatro.es
que hemos vinculado en la nota 112, allí se le atribuye la iluminación a Alfonso Ramos.
117 Vestuario de María Galea Díaz.
80 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
la-boda-de-los-pequeños-burgueses-boda-de-los-pequeños-burgueses-la-39216) [23/03/2016].
122 Estreno: 15 de octubre de 2008 en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria (Las
la-opera-de-3-peniques-opera-de-3-peniques-la-40420) [25/03/2016].
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 81
Teatros del Canal (*sala B126 o *sala Verde127), durante el XXVI Festival de Otoño
de la Comunidad de Madrid, del 27 de noviembre al 13 de diciembre de 2009, a
las 20:30 horas de *martes a sábados y a las *19:30 horas los domingos, producida
y dirigida por Marina Bollaín e interpretada por *Enrique R. del Portal, *Enrique
Sequero, *Eva Diago, *Mar Maestu, *Xavier Ribera-Vall, *Carmen Gurriarán,
*Marco Moncloa, *Yayo Cáceres, *Norma Santana, *José Gamo, *Carlos Heren-
cia, *Joaquín Abad, *Paula Galimberti, *Natalie Pinot, *Silvia García de Pe, *Rita
Siriaka, *Marilyn Torres y *Juan León, con escenografía de *Mónica Boromello e
iluminación de *Olga García128 (ABC, 34.310, 27/11/2009: 97). La ópera de 3 pe-
niques presenta una incursión en los bajos fondos londinenses a través del enfrena-
miento entre un novio y su futuro suegro a cuenta de la boda de la hija desaprobada
por el padre de la novia. N: J. B. (ABC, 34.310, 27/11/2009: 116).
El último viaje de Antonio Machado (Collioure. Último viaje de Antonio
Machado) (drama / histórico-político, artístico), de Marco Canale (1977), de na-
cionalidad argentina, idea original de *Ginés Sánchez, puesta en escena129 en el
teatro Muñoz Seca130, del 11 de junio al 10 de julio de 2009, a las 20:00 horas de
miércoles a viernes, a las 19:30 horas y las 22:00 horas los sábados y a las 19:00
horas los domingos, producida por *Barranco Producciones y *Meditea, dirigida
por Ginés Sánchez e interpretada por *Ángel Amorós, *Juan Carlos Puerta, *Charo
Soriano, *Claudia Gravi, *Resu Morales, *Manuel Brun, *Francisco Vidal y *Glo-
ria Sanvicente, con asesoramiento de Ian Gibson, escenografía de *Felype de Lima
e iluminación de *Juanjo de la Fuente131 (ABC, 34.141, 11/06/2009: 80). El último
viaje de Antonio Machado recrea los últimos días de la vida del poeta sevillano en
el exilio francés en Collioure. N: Redacción (ABC, 34.142, 12/06/2009: 88). C: J.
I. G. G. (ABC, 34.163, 03/07/2009: 95).
dirección musical de Manuel Coves, vestuario de Inés Aparicio y Teresa Mora y músicos solistas
de la Orquesta de la Comunidad de Madrid.
129 Ficha artística y técnica en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/
collioure-ultimo-viaje-de-antonio-machado-33429) [25/03/2016].
130 Se representó el 22 de enero de 2008, a las 19:00 horas, en el Círculo de Bellas Artes
(sala Fernando de Rojas), dentro del programa de la Feria de Artes Escénicas de Madrid, según
informó ABC en la sección “Hoy en Madrid» (ABC, 33.639, 22/01/2008: 62). No hemos podido
corroborar si esta fue la fecha de estreno en Madrid. Antes de representarse en la capital, estuvo
de gira por provincias de lo que se hace eco la página web http://www.revistadeteatro.com/artez/
artez130/engira/vidamuertepoesia.htm [22/04/2016].
131 A partir de los datos del CDT (ver nota 129) se completa la ficha artística y técnica:
vestuario de Juan S. Domínguez y Susana Sanz y sonido de Juan Carlos Puerta y Ginés Sánchez.
82 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
amar-en-tiempos-revueltos-41837) [25/03/2016].
133 Estreno: 17 de septiembre 2010 en el Teatro Principal de Zaragoza. Véase la nota 132.
134 A partir de los datos del CDT (ver nota 132) se completa la ficha artística y técnica:
madre-coraje-y-sus-hijos-40810) [25/03/2016].
137 A partir de los datos del CDT (ver nota 136) se completa la ficha artística y técnica:
servidor-vostre-orson-welles-su-seguro-servidor-orson-welles-servidor-vostre-orson-welles-su-
seguro-servidor-orson-welles-33806) [29/03/2016].
140 Estreno: 27 de junio de 2008 en el Teatre Romea de Barcelona, dentro del Festival de
Barcelona Grec.
141 A partir de los datos del CDT (ver nota 139) se completa la ficha artística y técnica:
vestuario de María Araujo, espacio sonoro de Damián Bazin y caracterización de Liliana Pereña.
142 Publicada en Hare (2010).
143 Ficha artística y técnica en la base de datos del CDT (http://teatro.es/estrenos-teatro/
via-dolorosa-41825) [26/03/2016].
144 La hora en la cartelera de ABC que citaremos a continuación indica las 19:30 horas
para el día 30, el de la única función que se anuncia. La distinción de horario la hemos tomado de
la página del museo, http://www.museoreinasofia.es/actividades/teatro-esquirla-dolorosa-david-
hare [26/03/2016].
145 A partir de los datos del CDT (ver nota 143) se completa la ficha artística y técnica:
vestuario de Colectivo.
146 Solo apareció anunciada en la sección “Hoy en Madrid» el 30 de enero, no el 27 ni el
28. La razón puede encontrarse en que ese día se acompañaba la representación con una entrevista
al autor por el crítico teatral David Ladra.
84 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
5.4. Conclusiones
Salvo Bertolt Brecht, con cuatro montajes, ningún otro autor repite, aun-
que sí sus procedencias: hay dos británicos, dos alemanes y dos estadounidenses.
Se añaden una autora canadiense, un italiano y los del ámbito hispánico, el cual
no sólo incluye españoles (ocho, tres de ellos catalanes), sino también dos hispa-
noamericanos. En cuanto al género, encontramos once dramas, cinco monólogos
dramáticos, tres musicales y una farsa. En el teatro documental artístico se pueden
encuadrar cinco obras; en el histórico-político, quince; en el cultural, cinco. El mito
escénico de Don Juan Tenorio inspira dos montajes en un mismo año. El teatro
documental sube a los escenarios comerciales, tiene presencia en la programación
de festivales o ciclos (cuatro obras), compañías estatales y en las tablas del off
madrileño (dos obras).
himmelweg-42408 [13/03/2016]. El resto de componentes del espectáculo son Juan Antonio Hur-
tado ‘Sopas’ (dirección musical) y Pascual Peris (vestuario). El espectáculo se inserta dentro de
las Muestras de Teatro de las Autonomías. Desconocemos si este montaje de Himmelweg (camino
del cielo) dirigido por Paco Macías se estrenó previamente o si nuestra noticia responde a su
estreno.
152 Este espectáculo se celebró dentro de la VIII Edición del Ciclo Premios Buero de Teatro
Joven. No he podido localizar el nombre del director o directora ni de los miembros del equipo
86 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
Dramático Nacional Teatro María Guerrero el 4 de julio de 2011 a las 19:00 ho-
ras, por el Grupo Hayku Teatro del IES Emilio Ferrari de Valldolid (ABC, 34.888,
4/07/2011: 61). Imagina forma parte de la Trilogía de la Juventud, tres obras que
relatan las vivencias de tres generaciones distintas en la posguerra, la industriali-
zación y el recién llegado siglo XXI. En Imagina se ha querido mostrar el cambio
experimentado por España en la década de los setenta con la llegada de la indus-
trialización. Para ello se ha recurrido a testimonios de distintas generaciones y a
documentos como el Informe Petras, textos de la Sección Femenina o de Comi-
siones Obreras.
Kaspar (tragedia/histórico-político), de Peter Handke (1942), de nacionali-
dad austriaca, se estrenó y puso en escena153 en el Teatro de la Abadía (sala Juan de
la Cruz), del 1 al 4 de junio de 2011, a las 20:30 horas, por la compañía *Theater
an der Ruhr, dirigida por Roberto Ciulli, protagonizada por *Maria Neumann, *Si-
mone Thoma, *Petra von der Beek, *Rosmarie Brücher, *Fabio Menéndez, *Ste-
ffen Reuber, *Volker Roos, *Ferhat Keskin, *Khosrou Mahmoudi, *Kalus Herzog,
*Albert Bork, *Peter Kapustam y *Rupert J. Seidl, con escenografía de Gralf-
Edzard Habben (ABC, 34.855, 1/06/2011: 74). Recreación teatral del caso real de
Kaspar Hauser, un joven alemán que estuvo dieciséis años desaparecido, aislado
del mundo, y que fue asesinado a su regreso por su propia comunidad incapaz de
aceptar a un individuo que no obedece a sus patrones de adiestramiento.
La ópera de los tres reales (comedia musical/artístico, histórico-político) de
Bertolt Brecht (1898-1956), de nacionalidad alemana, se puso en escena154 en el
Teatro Fernán-Gómez (sala Guirau), del 21 al 31 de julio de 2011, de miércoles a
sábado a las 20:30 horas y domingos a las 19:30 horas, por la compañía del Cen-
tro Dramático Galego, dirigida por *Quico Cadaval (director escénico) y *Diego
García Rodríguez (director musical), protagonizada por Luis Tosar, *César Goldi,
*Alba Messa, *Víctor Mosqueira, *Mónica de Nut, *Marcos Orsi, *Marta Pazos,
*Francisco Pérez, *Muriel Sánchez, *Begoña Santalices y *Sergio Zearreta, con
escenografía e iluminación de *Baltasar Patiño y música de *Kurt Weill (ABC,
34.905, 21/07/2011: 54). Con esta sátira social Brecht denuncia la corrupción y
miseria de la clase burguesa a través de escenas que se desarrollan en ambientes
suburbiales de la Alemania de los años treinta. C: Cristina Sánchez (ABC, 34.904,
20/07/2011: 68).
El proyecto Laramie (drama/histórico-político), de Moisés Kaufman (1963)
y Tectonic Theatre, de nacionalidad venezolana y estadounidense respectivamente,
se estrenó y puso en escena155 en el Teatro Español Sala Pequeña, del 13 de enero al
20 de febrero de 2011, de martes a sábado a las 20:30 horas y domingos a las 19:00
horas, producción de Proyecto Kieu, dirigida por Julián Fuentes Reta, protagoni-
zada por *Ana Cerdeiriña, *Antonio Mulero, *Consuelo Trujillo, *Diego Santos,
*Iñaki Guevara, *Jorge Muriel, *Mónica Dorta y *Victoria Dal Vera, con esceno-
grafía de *Nuria Martínez, iluminación de *Jesús Almendro y música de *Iñaki
Rubio (ABC, 34.724, 20/01/2011: 72)156. En 1998 Matthew Shepard fue asesinado
en la ciudad estadounidense de Laramie por ser homosexual. La obra surgió de la
investigación y reconstrucción de los hechos a través de testimonios y entrevistas.
C: Carmen R. Santos (ABC Cultural, 980, 15/01/2011: 25); Juan Ignacio García
Garzón (ABC, 34.743, 8/02/2011: 63).
Queipo, el sueño de un general (drama/histórico-político) de Pedro Álva-
rez-Ossorio (1945), se puso en escena157 en las Naves del Español Matadero (sala
Max Aub), del 7 al 25 de septiembre de 2011, de martes a domingo a las 21:00
horas, por la compañía sevillana La Fundición-Escarmentados, dirigida por Pedro
Álvarez-Ossorio, protagonizada por *Antonio Dechent, *Amparo Marín, *Anto-
nio Campos y *Oriol Boixader, con escenografía de *Juan Ruesga y *Vicente Pala-
cios e iluminación de *Florencio Ortiz (ABC, 34.953, 7/09/2011: 64). Este montaje
plantea algunas hipótesis verosímiles sobre los acontecimientos acaecidos entre
bob-60689 [15/03/2016]. El equipo estuvo integrado a su vez por Jocelyn Clarke (adaptación del
texto), James Schuette (vestuario), Darron L. West (sonido) y Barney O’Hanlon (movimiento
escénico). Esta obra se inserta dentro del ciclo Una mirada al mundo y ha sido coproducida con
el Theater Archa de Praga. Bob se representó en inglés con subtítulos en español.
163 Según la cartelera de ABC, Bob se representó del 15 al 18 de noviembre de 2012
espectáculo se representó en la sala principal del Teatro Español. La ficha se ha completado con
http://teatro.es/estrenos-teatro/los-conserjes-de-san-felipe-conserjes-de-san-felipe-los-60664
[15/03/2016]. El resto de miembros del equipo técnico-artístico son Pepe Uría (vestuario), Juan
Bellia (sonido) y María Cabeza de Vaca (movimiento escénico). Este espectáculo ha sido copro-
ducido con el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812, y
se inserta en el proyecto La Vía del Actor del Laboratorio Rivas Cherif.
90 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
cartelera de ABC indica que los pases de Nuestra clase son a las 19:00 horas. A partir del 26 de
abril figura a las 18:00 horas. La web del Teatro Fernán-Gómez recoge únicamente el horario de
las 18:00 horas para los domingos, horario que he decidido incluir finalmente en la ficha.
168 Esta obra se inserta en el Ciclo Escritos en la Escena. El resto de datos de Proyecto
Milgram se han completado a través de la página web del Centro Dramático Nacional http://cdn.
mcu.es/espectaculo/proyecto-milgram/ [15/05/2016].
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 91
2016] para completar la ficha. El resto de datos técnico-artísticos son los siguientes: Juan Caño
Arecha y Miguel del Arco (versión y adaptación), Ana López Cobos (vestuario), Sandra Vicente
Estudio 340 (sonido) y Chevi Muraday (coreografía). El estreno absoluto fue el 8 de marzo de
2012 en el Teatro Arriaga de Bilbao (Vizcaya).
170 En coproducción con el Teatro Arriaga de Bilbao, Teatro Calderón de Valladolid, Clece,
S.A., Kamikaze Producciones, S.L. y con la colaboración del Teatro Cuyás de Las Palmas.
171 Los datos de El tiempo es un sueño se han completado a través del dossier que ela-
figura a las 19:00 horas, sin embargo en la web del Teatro Español http://teatroespanol.es/222/el-
tiempo-es-un-sueno/ [15/03/2016] el pase es a las 19:30 (he dado prioridad a esta última fuente).
173 Se ha consultado http://teatro.es/estrenos-teatro/un-trozo-invisible-de-este-mun-
do-60921 [16/03/2016] para localizar el resto de datos del espectáculo. La ficha la completan
Pelayo Gutiérrez (diseño de ambiente), Carlos Aparicio (vestuario) y Carlos Bonmati y Pelayo
Gutiérrez (sonido). Es un espectáculo coproducido por Producciones Cristina Rota y el Teatro
Español. Un trozo invisible de este mundo se repuso en el mismo teatro del 8 de mayo al 15 de
junio de 2014 con el mismo equipo técnico-artístico http://www.mataderomadrid.org/ficha/1731/
un-trozo-invisible-de-este-mundo.html [15/03/2016].
174 El sábado 6/10/2012 se representó a las 21:30.
175 La cartelera de ABC no anuncia Un trozo invisible de este mundo hasta el día 9 de
resto de datos del espectáculo a los que cabe añadir el nombre de María Fernanda Videla (diseño
integral). Este espectáculo se inserta en el ciclo Una Mirada al Mundo y ha sido coproducido con
la Fundación Festival Internacional Santiago a Mil.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 93
*Macarena Zamudi (ABC, 35.365, 25/10/2012: 66). Villa sube a las tablas el debate
en el que actualmente está inmersa la sociedad chilena y diversas organizaciones
de derechos humanos en torno al proyecto de remodelación de Villa Grimaldi,
centro de tortura y exterminio durante la dictadura de Pinochet. Discurso gira en
torno a la hipotética dimisión de la presidenta chilena Michelle Bachelet. En Chile
las obras se representaron en centros de tortura y otros lugares relacionados con la
dictadura.
179 Para conocer más sobre el proyecto puede visitarse la siguiente dirección de Internet
http://lagartijastiradasalsol.blogspot.com.es/p/derretire.html [20/03/2016].
180 La ficha de Kafka enamorado se ha completado con http://teatro.es/estrenos-teatro/
monja alférez se representó en el Teatro Español (sala principal). Para completar los datos del es-
pectáculo se ha recurrido a la base de datos del CDT http://teatro.es/estrenos-teatro/la-monja-al-
ferez-monja-alferez-la-60964 [22/03/2016]. El resto de componentes del equipo técnico-artístico
son Pedro Moreno (vestuario) y Sandra Vicente (sonido).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 95
6.4. Conclusiones
En las 24 obras recogidas, la nacionalidad española se impone con 14 obras
–Lola Blasco, Juan Mayorga, José Luis Alonso de Santos, etc.– frente al resto de
países europeos e iberoamericanos. En relación con el teatro documental alemán
destaca La ópera de los tres reales de Bertolt Brecht. El drama, con 13 obras, es el
género por excelencia. En cuanto a la temática, se impone de manera categórica el
teatro histórico-político centrado en la época contemporánea (Guerra Civil espa-
ñola, segunda Guerra Mundial, dictadura de Pinochet). Casi la mitad de las obras
(10) se inclina por un tipo de teatro ‘biográfico’ centrado en personajes históricos o
políticos –Queipo de Llano–, ciudadanos anónimos –Kaspar Hauser– o científicos
e intelectuales –Stanley Milgram, Beaumarchais–. El Teatro Español lidera la lista,
acogiendo un tercio de las obras señaladas. Las compañías nacionales ganan en
presencia por amplia mayoría.
de la asesoría escultórica, Bungy Sistem de los efectos especiales, marcosGpunto de las fotos y
Carlos García González del diseño del cartel. José Domingo trabajó como asesor de baloncesto y
Pilar Valenciano como ayudante de dirección.
187 Los datos que figuran con un asterisco han sido completados también a partir del Centro
a partir de las *20:00 horas, los *sábados a las *19:00 y *21:00 horas y los *do-
mingos a las *19:00 horas, producido por *Teatro de la Abadía, con dirección de
*Àlex Rigola, interpretación de *Andreu Benito y *Joan Carreras, escenografía
de *Max Glaenzel y *Raquel Bonillo e iluminación de *August Viladomat (ABC,
25.825, 29/01/2014: 68). A raíz de un relato breve de Kafka, Josefina la Cantora o
El pueblo de los ratones, la obra invita al espectador a reclamar su espacio frente
a los poderes políticos y económicos, lo individual frente a lo público. C: Car-
men R. Santos (ABC Cultural, 1124, 25/01/2014: 26); Julio Bravo (ABC, 35.827,
31/01/2014: 69).
El testamento de María (monólogo / histórico-político, cultural)189, de Colm
Tóibín (1955), de nacionalidad irlandesa, en traducción de *Enrique Juncosa, se
puso en escena190 la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán, del 19 de no-
viembre al 21 de diciembre de 2014, *de martes a sábados a las *19:00 horas
y *domingos a las *18:00 horas, producido por el Centro Dramático Nacional,
*Testamento, *Grec 2014 Festival de Barcelona y *Avance PT., dirigido por Agus-
tí Villaronga y protagonizado por Blanca Portillo, con escenografía de *Frederic
Amat, iluminación de *Josep Maria Civi y música de *Lisa Gerrard (ABC, 36.119,
19/11/2014: 68). La obra muestra el lado más humano de María de Nazareth. C:
Julio Bravo (ABC, 36.114, 14/11/2014: 78); Juan Ignacio García Garzón (ABC,
36.120, 20/11/2014: 52).
El triángulo azul (tragicomedia / histórico-político), de *Mariano Llorente
(1965) y *Laila Ripoll (1964), estreno y puesta en escena191 en la Sala Francisco
Nieva del Teatro Valle-Inclán, del 25 de abril al 25 de mayo de 2014, *de martes
a sábados a las *19:00 horas y los *domingos a las *18:00 horas, producida por el
Centro Dramático Nacional, dirigida por *Laila Ripoll e interpretada por *Manuel
189 El Centro Dramático Nacional repuso esta obra del 26 de febrero al 20 de marzo de
2016, en la misma Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán, como puede verse en http://cdn.
mcu.es/espectaculo/el-testamento-de-maria/ [17/04/2016].
190 Los datos que figuran con un asterisco han sido completados con la base de datos de
192 Los datos con asterisco has sido tomados de la web del Centro de Documentación
Teatral http://teatro.es/estrenos-teatro/el-viaje-a-ninguna-parte-viaje-a-ninguna-parte-el-62083
[17/04/2016] y del Centro Dramático Nacional http://cdn.mcu.es/espectaculo/el-viaje-a-ningu-
na-parte/ [04/03/2016], en la que figuran además Myriam Ibáñez como responsable del vestuario,
Álvaro Luna de la videoescena, Amparo Fernández del movimiento escénico, Esperanza Santos
del diseño del cartel, David Ruano de las fotos, Paz Producciones del videoclip, Anna Rodríguez
Costa y Claudia Tobo como ayudantes de dirección, y Carlos Montalvo y Ángel Ruiz como voces
en off.
193 Los datos con asterisco has sido tomados del blog de la propia compañía http://ronlala-
35.784, 19/12/2013: 66; ABC, 36.148, 18/12/2014: 66). En una gran biblioteca
imaginaria, mientras Miguel de Cervantes escribe su magistral novela, el hidalgo
Alonso Quijano recrea sus hazañas como caballero andante. C: Juan Ignacio Gar-
cía Garzón (ABC, 35.792, 27/12/2013: 72).
Éramos tres hermanas (drama / cultural), de *José Sanchis Sinisterra (1940),
estreno y puesta en escena194 en la Sala José Luis Alonso del Teatro de la Abadía,
del 27 de marzo al 25 de abril de 2014, *de martes a sábados a las *20:30 horas
y los *domingos a las *19:30 horas, producido por *Teatro de la Abadía, dirigido
por *Carles Alfaro e interpretado por *Julieta Serrano, *Mariana Cordero y *Ma-
men García, con escenografía de *Carles Alfaro y *Vanessa Actif, e iluminación
de *Carles Alfaro (ABC, 35.882, 27/03/2014: 66). Éramos tres hermanas recoge
la esencia de Tres hermanas, en las que las protagonistas muestran sus ansias por
volver al Moscú de su juventud. C: Julio Bravo (ABC, 35.883, 28/03/2014: 72).
Estampas del teatro de los cuarenta (dramatización / artístico)195, de *Blan-
ca Baltés (1974), estreno y puesta en escena196 en la Sala de la Princesa del Teatro
María Guerrero, los días 30 y 31 de mayo de 2014 a las *19:00 horas y el 1 de junio
de ese mismo año a las *18:00 horas, producida por el Centro Dramático Nacional,
dirigida por *Roberto Cerdá, con un reparto formado por *Antonio Gómez, *Gua-
dalupe Lancho, *Elisa Marinas, *Juanma Rodríguez, *Rafael Rojas y *Fernando
Soto, y *Carlos Jaime Álvarez como voz en off (ABC, 35.946, 30/05/2014: 95).
En un café de posguerra, varios personajes vinculados al teatro muestran con sus
metas y fracasos cómo se va conformando la nueva escena española, a través de los
ojos del crítico Alfredo Marqueríe. C: Julio Bravo (ABC, 35.946, 30/05/2014: 77).
Haz clic aquí (drama / cultural), de *José Padilla (1976), estreno y puesta
en escena197 en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero, del 4 al 15 de
diciembre de 2013 y del 15 de octubre al 23 de noviembre de 2014, producido por
194 Los datos con asterisco has sido tomados de la web del Centro de Documentación
Teatral http://teatro.es/estrenos-teatro/eramos-tres-hermanas-variaciones-sobre-chejov-era-
mos-tres-hermanas-variaciones-sobre-chejov-62530 [17/04/2016] y de Teatro de la Abadía
http://www.teatroabadia.com/es/archivo/412/eramos-tres-hermanas-variaciones-sobre-chejov/
[04/03/2016], según la cual, entre otros, Ikerne Giménez se ocupó del vestuario, Javier Almela del
espacio sonoro, Esther Barcenilla y Nayra Lobato del maquillaje y peluquería, y Montse Calles y
Andrea Delicado trabajaron como ayudante y asistente de dirección, respectivamente.
195 Este espectáculo formó parte del Ciclo Maestros de la Escena.
196 Los datos con asterisco están tomados del Centro Dramático Nacional http://cdn.mcu.
es/espectaculo/estampas-del-teatro-en-los-cuarenta/ [04/03/2016].
197 Los datos con asterisco se han completado con la página del Centro de Documenta-
el Centro Dramático Nacional, dirigido por *José Padilla e interpretado por *Pablo
Béjar, *Inma Cuevas, *Gustavo Galindo, *Nerea Moreno y *Ana Vayón, con esce-
nografía de *Mónica Boromello e iluminación de *David Hortelano (ABC, 35.769,
04/12/2013: 73; ABC, 36.115, 15/10/2014: 76). A partir de un caso real de agresión
física, la obra desarrolla una acción que habla de la responsabilidad que supuesta-
mente se ejerce cuando se hace uso de la red Internet. C: Julio Bravo (ABC, 36.086,
17/10/2014: 81); Juan Ignacio García Garzón (ABC, 36.108, 08/11/2014: 50).
Julio César (tragedia / histórico-político), de William Shakespeare (1564-
1616), de nacionalidad inglesa, según la traducción de *Ángel Luis Pujante, se
puso en escena198 en el Teatro Bellas Artes, del 22 de enero al 2 marzo de 2014,
producida por 59 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida 2013, Tea-
tro Circo Murcia y Metaproducciones, dirigida por *Paco Azorín e interpretada
por *José Luis Alcobendas, *Pedro Chamizo, *Pau Cólera, *Mario Gas, *Carlos
Martos, *Sergio Peris-Mencheta, *Agus Ruiz y *Tristán Ulloa, con escenografía
de *Paco Azorín e iluminación de *Pedro Yagüe (ABC, 35.818, 22/01/2014: 69).
La obra dramatiza la historia de la corte inglesa en un momento en el que vivía
cierta inquietud, previa al fallecimiento de la reina Isabel I. C: Juan Ignacio García
Garzón (ABC Cultural, 1123, 18/01/2014: 26); (ABC, 14/02/2014: 71); Julio Bravo
(ABC, 35.820, 24/01/2014: 68-69).
Kafka enamorado (tragedia / histórico-político, cultural)199 de Luis Araújo
(1956), se puso en escena200 en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero,
del 17 de enero al 2 de marzo de 2014, de martes a sábados a las 19:00 horas y los
domingos a las 18:00 horas, producida por el Centro Dramático Nacional, dirigida
por José Pascual e interpretada por *Beatriz Argüello, *Jesús Noguero y *Chema
Ruiz, con escenografía de *Alicia Blas Brunel, iluminación de *Pilar Velasco y
música de *Luis Delgado (ABC, 35.813, 17/01/2014: 90). Partiendo de las dife-
rentes biografías, diarios, cuadernos y cartas, la obra dramatiza los aspectos menos
conocidos de Franz Kafka, entre otros un amor frustrado que condicionó su carrera
artística.
198 Los datos con asterisco se han completado con la base de datos del Centro de Documen-
Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán. Según la base de datos del Centro de Documenta-
ción Teatral http://teatro.es/estrenos-teatro/kafka-enamorado-60961 [17/04/2016], este montaje
se estrenó el 15 de marzo de 2013 en la misma Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero
(véase en este trabajo la cartelera teatral de Olivia Nieto Yusta).
200 La ficha de Kafka enamorado se ha completado con los datos de http://cdn.mcu.es/
como asesor de verso y prestó colaboración artística, Carlos Casella se encargó del movimiento,
Belén Paqualini de las canciones, y Aníbal Duarte del vestuario.
205 Los datos con asterisco han sido tomados de la base de datos del Centro de Documen-
espectaculo/los-macbez/ [05/03/2016], según el cual Beatriz San Juan se encargó también del
vestuario, Mick Powell del espacio sonoro, Cecile Kretschmar de la caracterización, Antonio
Ruz de la coreografía, Joseba Gil de la producción de la compañía, Luis Castilla de las fotos,
Carlos García González del diseño del cartel y La Buena Estrella del vídeo. Laura Tajada fue
ayudante de dirección. Según la base de datos del Centro de Documentación Teatral http://teatro.
es/estrenos-teatro/los-macbez-macbez-los-62460 [17/04/2016], este montaje se estrenó el 21 de
marzo de 2014 en el Pazo da Cultura de Narón, A Coruña.
104 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
Dramático Nacional, dirigida por *Andrés Lima e interpretada por *Chema Ade-
va, *Jesús Barranco, *Laura Galán, *Javier Gutiérrez, *Carmen Machi, *Rebeca
Montero y *Rulo Pardo, con escenografía de *Beatriz San Juan, iluminación de
*Valentín Álvarez y música de *Mick Powell (ABC, 35.916, 30/04/2014: 75); N:
Julio Bravo (ABC, 35.918, 02/05/2014: 69). Se trata de una versión bastante fiel al
texto shakesperiano, que trata el tema de la ambición de poder contra el absolutis-
mo, que Cavestany encuentra análogo a la situación de corrupción del momento.
C: Julio Bravo (ABC, 35.918, 02/05/2014: 69).
Montenegro (Comedias bárbaras) (tragedia / histórico-político), adapta-
ción de *Ernesto Caballero de la trilogía de Ramón M.ª del Valle-Inclán, estreno
y puesta en escena207 en el Teatro Valle-Inclán, del 29 de noviembre de 2013 al 19
de enero de 2014, *de martes a sábados a las *19:00 horas y los *domingos a las
*18:00 horas, producida por el Centro Dramático Nacional, dirigida por *Ernesto
Caballero e interpretada por *Fran Antón, *Ramón Barea, *Ester Bellver, *Da-
vid Boceta, *Javier Carramiñana, *Bruno Ciordia, *Paco Déniz, *Silvia Espigado,
*Marta Gómez, *Carmen León, *Toni Márquez, *Mona Martínez, *Rebeca Mate-
llán, *Iñaki Rikarte, *José Luis Sendarrubias, *Edu Soto, *Juan Carlos Talavera,
*Janfri Topera, *Alfonso Torregrosa, *Yolanda Ulloa y *Pepa Zaragoza, además
de los músicos *Javier Coble y *Kepa Osés, con escenografía de *José Luis Ray-
mond, iluminación de *Valentín Álvarez y música de *Javier Coble (ABC, 35.764,
29/11/2013: 102). La obra narra el esplendor y la decadencia de una estirpe galaica
de altivos y despóticos señores feudales encarnados en la figura de Don Juan Ma-
nuel Montenegro. C: Julio Bravo (ABC, 35.764, 29/11/2013: 80).
Petit Pierre (comedia / histórico-político), de la *Suzanne Lebeau (1948), de
nacionalidad canadiense, en traducción de *Jaume Policarpo, se puso en escena208
en el Teatro de la Abadía, del 17 al 28 de septiembre de 2014, *de martes a sábados
a las *20:30 horas y los *domingos a las *19:30 horas, producida por la compa-
ñía *Bambalina Teatre Practicable, dirigida por *Carles Alfaro e interpretada por
*Adriana Ozores y *Jaume Policarpo, con escenografía de *Jaume Policarpo, ilu-
minación de *Víctor Antón y música de *Albert Sanz (ABC, 26.054, 17/09/2014:
207 Los datos con asterisco han sido completados con la página del Centro de Documentación
Teatral http://teatro.es/estrenos-teatro/montenegro-comedias-barbaras-montenegro-comedias-bar-
baras-61863 [17/04/2016] y del Centro Dramático Nacional http://cdn.mcu.es/espectaculo/montene-
gro-comedias-barbaras/ [06/03/2016], según la cual el montaje contó con el vestuario y caracteri-
zación de Rosa García Andújar, el diseño de cartel de Mar López y Riki Blanco, las fotos de Valentín
Álvarez, el videoclip de Paz Producciones, y Víctor Velasco como ayudante de dirección.
208 Los datos con asterisco han sido tomados de la página de Teatro de la Abadía http://
209 Esta obra no figura en la cartelera de ABC, sino que ha sido extraída a partir de las
críticas.
210 Los datos con asterisco han sido tomados del dossier de la obra http://producciones-
críticas.
213 Los datos con asterisco han sido completados con la base de datos del Centro de Docu-
*Carolina Herrera, *Ignacio Jiménez, *Helena Lanza, *Xavi Mira y *Alba Ribas,
con escenografía de *Jon Berrondo e iluminación de *Albert Faura. En un Insti-
tuto californiano, en los sesenta, un joven y carismático profesor pone en marcha
el experimento de reproducir un aparato totalitario. C: Julio Bravo (36.191, ABC,
30/01/2015: 67); Carmen R. Santos (ABC Cultural, 1172, 31/01/2015: 27); Juan
Ignacio García Garzón (ABC, 36.198, 06/02/2015: 66).
La piedra oscura (drama / artístico, histórico-político) 214, de *Alberto Co-
nejero (1978), estreno y puesta en escena215 en la Sala de la Princesa del Teatro
María Guerrero, del 14 de enero al 22 de febrero de 2015, y del 18 de septiembre al
18 de noviembre de ese mismo año 2015, *de martes a sábados a las *19:00 horas
y los *domingos a las *18:00 horas, producido por el Centro Dramático Nacional
y *Lazona, dirigido por *Pablo Messiez e interpretado por *Daniel Grao y *Na-
cho Sánchez, con escenografía de *Elisa Sanz e iluminación de *Paloma Parra.
La obra, sobre la memoria como espacio de justicia y la necesidad de redención,
dramatiza la fidelidad de Rafael Rodríguez Rapún a Federico García Lorca, que
custodia importantes documentos y manuscritos del poeta. C: Juan Ignacio García
Garzón (ABC Cultural, 1171, 24/01/2015: 26).
Los Hermanos Karamázov (drama / histórico-político)216, de *Fiódor Dos-
toievsky (1821-1881), de nacionalidad rusa, en versión de *José Luis Collado,
estreno y puesta en escena217 en el Teatro Valle-Inclán, del 20 de noviembre de
2015 al 10 de enero de 2016, *de martes a sábados a las *20:30 horas y los *domin-
gos a las *19:30 horas, producido por el Centro Dramático Nacional, dirigido por
*Gerardo Vera e interpretado por *Juan Echanove, *Óscar de la Fuente, *Fernando
Gil, *Markos Marín, *Antonio Medina, *Antonia Paso, *Marta Poveda, *Lucía
Quintana, *Chema Ruiz, *Ferrán Vilajosana, *Eugenio Villota y *Abel Vitón, con
escenografía de *Gerardo Vera, iluminación de *Juan Gómez-Cornejo y música
de *Luis Miguel Cobo. La obra desarrolla la tragedia de un parricidio, en un plan-
teamiento del crimen como delito y también como pecado. C: Julio Bravo (ABC
214 Este espectáculo aparece en ABC como crítica del día 24 de enero de 2015, cuya refe-
Cultural, 1208, 14/11/2015: 20); Julio Bravo (ABC, 36.485, 20/11/2015: 73); Juan
Ignacio García Garzón (ABC, 36.492, 27/11/2015: 80).
Nora, 1959 (drama / artístico) 218, de *Lucía Miranda (1982), estreno y pues-
ta en escena219 en la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán, *del 12 al 22
de noviembre de 2015, *de martes a sábados a las *19:00 horas y los *domingos
a las *18:00 horas, producido por el Centro Dramático Nacional y el Laboratorio
de Creación LAZONAKUBIK, dirigido por *Lucía Miranda e interpretado por
*Nacho Bilbao, *Ángel Perabá, *Rennier Piñero, *Efraín Rodríguez, *Belén de
Santiago y *Laura Santos, con escenografía de *Javier Burgos, iluminación de
*Toño Camacho y música de *Javier López. Basada en Casa de muñecas de Ib-
sen, esta obra habla del derecho de las personas a decidir qué hacer con su vida,
a través de la historia de una mujer que, desde su casa, se conecta con el mundo
a través de la radio N: Julio Bravo (ABC, 36.478, 13/11/2015: 76). C: Carmen
R. Santos (http://www.abc.es/cultura/cultural/abci-nora1959-ibsen-postguerra-
espanola-201511202013_noticia.html) [17/04/2016].
218 Esta obra ha sido extraída de una noticia de ABC, cuya referencia puede verse en su
lugar correspondiente.
219 Los datos con asterisco proceden del Centro de Documentación Teatral http://teatro.
el apartado correspondiente.
221 Los datos con asterisco están tomados de la base de datos del Centro de Documen-
7.4. Conclusiones
En conclusión, de los autores representados en 2014-2016 predominaron los
españoles, el 60%, 17 frente a 13 extranjeros, y de estos 8 eran europeos y 5 ame-
ricanos. Tras el español, las obras fueron escritas en inglés, seguido del francés, el
alemán y el ruso. Bertolt Brecht estuvo presente con Vida de Galileo. El drama fue
el género más habitual, en 9 ocasiones, seguido de la tragedia y la comedia, ambas
con 6 obras. En su mayoría estas se basaron en documentos histórico-políticos
sobre la biografía de personajes reales y humanizados como María de Nazaret o
Franz Kafka, y la historia, con especial interés en la Antigüedad. Tampoco faltó el
documento cultural, en 8 obras, cuyos referentes fueron la literatura y las nuevas
tecnologías, y el artístico, en 5 obras de contenido metateatral. En cuanto a las
compañías, el CDN produjo la mitad de los espectáculos y la CNTC dos, solos o
en colaboración con compañías nacionales y extranjeras.
ABC de Madrid en el siglo XXI (2000-2016), suman un total de 125 obras, algunas
de las cuales fueron representadas en más de una temporada, como en el caso de
Kafka enamorado, de Luis Araújo, puesta en escena en 2013 y 2014 por el Centro
Dramático Nacional. Otros espectáculos fueron versiones diferentes de una misma
obra, como en el caso de Galileo, producida por L’om Imprebís, y Vida de Galileo,
por el Centro Dramático Nacional, ambas basadas en la obra de Bertolt Brecht.
La condición de teatro como documento viene ligada a la de los restantes
géneros tradicionales, de manera que una obra, a la vez que documento, puede ser
clasificada en cualquier otro género dramático. De acuerdo con esto, se han reco-
pilado concretamente 54 dramas, 24 tragedias, 13 comedias, 12 tragicomedias, 8
monólogos, 2 de teatro épico, 1 comedia dramática, 1 farsa, 1 thriller, 1 obra de
teatro breve, 1 diálogo dramático, 1 dramatización y 1 performance; y de teatro
musical, 2 comedias musicales, 2 musicales y 1 tragicomedia musical.
A raíz de estos datos, el drama y la tragedia parecen ser los géneros que
mejor convienen al teatro como documento, ya que 4 de cada 10 espectáculos
participaron del drama –el 43% del total–, y 2 de cada 10 de la tragedia –el 19%
concretamente–, género predominante en la primera mitad de la década. Juntas,
pues, suponen casi dos tercios de las obras representadas. En cambio, fueron co-
medias tan solo un 10% de las obras, porcentaje similar al de la tragicomedia. Otro
género con cierta presencia fue el del monólogo, tan significativo en la escena ac-
tual española, con un 6% del total. A partir de 2008 adquieren relevancia, además,
las obras musicales, con lo que el teatro como documento entra a formar parte del
teatro comercial y también del off madrileño.
No es de extrañar, por otra parte, que el documento encuentre profundas
concomitancias con el drama y la tragedia, dado que, aunque haya existido desde
siempre en diferentes formas y medidas –ya sea en la tragedia griega y shakes-
periana, el teatro político de Piscator, el teatro épico de Brecht, etc.–, el teatro
como documento surge modernamente “en los primeros años sesenta, cuando la
guerra fría” (Rodríguez, 1995: 118), en un contexto convulso, pues, agravado por
otros acontecimientos y conflictos internacionales. Y siente un nuevo impulso, una
revitalización, ahora que “la inflación informativa que sufrimos hace necesario
un distanciamiento” (Mariño, 2007: 8), en la era de la globalización, con nuevos
intereses políticos y económicos, y unas desigualdades sociales más acentuadas.
No obstante, a pesar de su condición de documento, en la mayor parte de los
casos los programadores y las compañías, la prensa y la crítica prefirieron presentar
sus espectáculos o simplemente referirse a ellos como dramas, tragedias o tragi-
comedias, antes que como teatro como documento en sí, quizá debido a la falta de
conocimiento del género, a cierta desafección hacia el documento, o sencillamente
a su práctica ausencia en la cartelera de los teatros, incluso en los planes de estudio.
En cuanto a los temas que abordaron, fueron muy diversos. Clasificados en
los tres subgéneros, en el apartado de documento artístico, un total de 15 obras,
110 NEREA ABURTO GONZÁLEZ / JESÚS ÁNGEL ARCEGA MORALES / RICARDO DE LA TORRE RODRÍGUEZ…
225 Para entender esta cifra, hay que tener en cuenta que algunos espectáculos fueron crea-
Referencias bibliográficas
Abuín González, A. (2016). “Historia oral, memoria colectiva y comunidad en el teatro del mun-
do: el caso del teatro Verbatim”. Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica
25, 273-296. Disponible también en la siguiente dirección: http://e-spacio.uned.es/fez/
eserv/bibliuned:signa-2016-25-7100/ABUIN_GONZALEZ.pdf [18/05/2016].
Acosta, L. (1982). El drama documental alemán. Salamanca: Universidad de Salamanca.
Amestoy, I. (2013). “Literatura e historia. El testimonio del teatro”. Revista Anthropos: Huellas
del conocimiento 240, 89-114.
Bonacorsi, A. D. (2016). Cartelera teatral en ABC de Madrid (1980-1984). Tesis de doctorado,
dirigida por José Romera Castillo, en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Disponible en la siguiente dirección de Internet: http://www.uned.es/centro-investigacion-
SELITEN@T/pdf/Tesis_Cartelera_teatral_ABC_Madrid_1980-1984.pdf [15/05/2016].
Brecht, B. (2003A). “La ópera de cuatro cuartos”. En La ópera de cuatro cuartos. Ascensión y
caída de la ciudad de Mahagonny. Vuelo sobre el océano. Pieza didáctica de Baden sobre
el acuerdo. El consentidor y El disentidor (Teatro completo, 3), M. Sáenz (trad.), 7-116.
Madrid: Alianza Editorial (El Libro de Bolsillo. Biblioteca de Autor. Bertolt Brecht, 0593),
1.ª reimp. [1.ª ed.º 2000].
–––––––––– (2003b). “Madre Coraje y sus hijos”. En Vida de Galileo. Madre Coraje y sus hijos
(Teatro completo, 7), M. Sáenz (trad.), 131-232. Madrid: Alianza Editorial (El Libro de
Bolsillo. Biblioteca de Autor. Bertolt Brecht, 0597), 4.ª reimp. [1.ª ed.º 2000].
–––––––––– (2004). Escritos sobre teatro. Barcelona: Alba editorial.
–––––––––– (2005). “La boda de los pequeños burgueses”. En Piezas en un acto (Teatro comple-
to, 12), M. Sáenz (trad.), 7-40. Madrid: Alianza Editorial (El Libro de Bolsillo. Biblioteca
de Autor. Bertolt Brecht, 0604).
Camon, F. (1996). Primo Levi en diálogo con Ferdinando Camon. Madrid: Anaya & Mario Mu-
chnik.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 113
Roldán Fernández, J. A. (2013). La cartelera teatral en “ABC” Madrid durante el año 2005.
Trabajo Fin de Máster, dirigido por José Romera Castillo, en la Universidad Nacional de
Educación a Distancia. Disponible en la siguiente dirección de Internet: http://www.uned.
es/centro-investigacion-SELITEN@T/pdf/tfm/Jose_Antonio_Roldan.pdf [15/05/2016].
Romera Castillo, J. (2011a). Pautas para la investigación del teatro español y sus puestas en
escena. Madrid: UNED.
–––––––––– (2011b). Teatro español entre dos siglos a examen. Madrid: Verbum.
–––––––––– (2012). “Teatro en escena: un centro de investigación sobre la vida teatral en Espa-
ña”. Teatro de Palabras (Université de Québec a Trois-Rivières) 6, 175-201. Disponible
en la siguiente dirección de Internet: http://www.uqtr.ca/teatro/teapal/TeaPalNum06Rep/
TeaPal06Romera.pdf [15/05/2016].
–––––––––– (2016). “La revista SIGNA: 25 años de andadura científica”. Signa. Revista de la
Asociación Española de Semiótica 25, 13-76. Disponible también en: https://dialnet.uni-
rioja.es/servlet/articulo?codigo=5476761 [10/06/2016].
Sanchis Sinisterra, J. (1996). Trilogía americana (Naufragios de Álvar Núñez o La herida del
otro, Lope de Aguirre, traidor, El Retablo de Eldorado). Virtudes Serrano (ed.). Madrid:
Cátedra (Colección Letras Hispánicas).
–––––––––– (1999). Ñaque o De piojos y actores: versión americana. Ciudad Real: Ñaque Edi-
tora (Libretos de Mano).
–––––––––– (2009). “Ñaque o de piojos y actores”. En Ñaque. ¡Ay, Carmela!, M. Aznar Soler
(ed.), 121-184. Madrid: Cátedra (Letras Hispánicas, 341), 13.ª ed.º [1.ª ed.º 1991].
Vallejo, J. P. (2004). Patera. Primer Acto 302, 25-54.
Vicente Hernando, C. de (1995). “La práctica teórica de una dramaturgia documental”. ADE-
Teatro 41-42, 120-122.
–––––––––– (2016). “El teatro en la realidad. Once notas sobre el teatro documento”. Revista Ar-
teEscena (Universidad de Playa Ancha, Chile) 2 (noviembre), 34-45 (en línea: http://www.
artescena.cl/wp-content/uploads/2016/11/n2_art3_p34-45_devicente.pdf [23/12/2016)]).
Vidal Egea, A. (2010). El teatro de Angélica Liddell (1988-2009). Tesis doctoral. Disponible en la
siguiente dirección de Internet: http://www2.uned.es/centro-investigacion-SELITEN@T/
pdf/TESIS_ANA_VIDAL_SOBRE_LIDDELL.pdf [15/05/2016].
Viola, A. (2012). Cartelera teatral en “ABC” de Madrid (2000-2004). Tesis de doctorado, di-
rigida por José Romera Castillo, en la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Disponible en la siguiente dirección de Internet: http://www.uned.es/centro-investigacion-
SELITEN@T/pdf/AnitaViola.pdf [15/05/2016].
VV. AA. (2006). Once voces contra la barbarie. Madrid: Iberautor Promociones Culturales.
–––––––––– (2016). “Centenario Peter Weiss”. ADE-Teatro 162 (octubre), 10-111.
Weiss, P. (1976). “Notas sobre el teatro-documento”. En Escritos políticos, F. Formosa (trad.),
99-110. Barcelona: Lumen.
Webgrafía
Arno Gimber
Universidad Complutense de Madrid
agimber@filol.ucm.es
Resumen: Los expertos tal y como aparecen en el teatro documento actual son
personas reales que se muestran en el escenario y comunican al público sus experiencias
en el ámbito profesional. Aparecen como ellos mismos, es decir, no representan un papel
y no actúan. Pretenden ser quienes son, y como técnica de autentificación, entre otras,
utilizan sus propios nombres. En su caso personaje y biografía se funden y los cuerpos
presentes en la escena, así la hipótesis de partida, son los documentos mismos de este
teatro documento. Sin embargo, causan determinados efectos de inseguridad entre el pú-
blico y de esta forma crean efectos de extrañamiento en el sentido brechtiano y aportan
una importante dimensión artística al teatro documento postdramático.
Abstract: The experts as appear in the current documentary theatre are real per-
sons that show themselves in the scenario and communicate to the public their expe-
riences in their professional field. Appear as they themselves, i.e., they do not represent
a role and they do not act. They pretend to be the persons they are, and as technique of
authentication they use, among others, their own names. In their cases biography and
character join together, and the bodies present on the stage, this is the initial hypothesis,
are the documents of this document theatre. However, they achieve an intended effect
of insecurity among the public and create effects of alienation in the sense of Brecht,
and that is the reason why they bring an important artistic dimension to the posdramatic
documentary theatre.
Palabras clave: Teatro postdramático. Teatro documento. Expertos de la vida co-
tidiana.
Key Words: Posdramatic Theatre. Documentary Theatre. Experts in Everyday
Life.
Preámbulo
Los expertos en el teatro documento de última generación1 no son actores
sino personas reales que se muestran en el escenario y comunican al público sus
experiencias en el ámbito profesional. También se les llama expertos de la vida
1 Distiguimos tres fases de teatro documento. Primero, el inicio del género se produce
tras la Primera Guerra Mundial en los escenarios de Erwin Piscator. Segundo, la fase del teatro
documento digamos clásico se centra en Rolf Hochhuth, Peter Weiss y Heinar Kipphardt, que tras
la Segunda Guerra Mundial realizan una labor memorística a través de su teatro. Últimamente,
en la fase postdramática (Lehmann), las propuestas teatrales de Rimini Protokoll, de Milo Rau o
116
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 117
Dokumentartheater Berlín, una pieza documental que saca del olvido la historia de personajes
maltratados y asesinados por el régimen Nazi, que no pertenecían a los grupos mayoritariamente
perseguidos como son los judíos, los comunistas, los gitanos o los homosexuales. Se tratan de
migrantes y gente de color de otras etnias. Otra obra sería Tänzerin hinter Stacheldraht que
cuenta la historia de la bailarina ucraniana Alla Rakitjanskaja, utilizada por los Nazis para sus
fines artísticos y más adelante internada en un campo de concentración estalinista. Por aportar un
ejemplo del ámbito español, la compañía Sudhum Teatro estrenó hace tres años la obra Ley de va-
gos y maleantes, que sobre la basa documental de la ley del código penal español del 4 de agosto
de 1933, referente al tratamiento de vagabundos, nómadas, proxenetas y cualquier otro elemento
considerado antisocial, representa y narra la historia de una víctima, presente en el escenario, de
esta ley. Otro proyecto de la misma compañía es Silenciados, que cuenta la auténtica historia de
cinco personas asesinadas por su orientación homosexual.
118 ARNO GIMBER
En este “poder ser él mismo” se halla quizá el germen del teatro épico de
Brecht, quien exige a sus actores que, aun siéndolo, salgan de su papel y muestren
al público que representan algo que no es real. De esta forma lo obligan a una
postura de distanciamiento y a la reflexión, lo que repercute en el objetivo que el
concepto brechtiano tiene en común con el teatro documento, a saber, intervenir a
través de la escena en la vida política misma. Es decir, el actor demuestra que es
3 Rolf Hochhuth, en diciembre de 2013, en una mesa redonda con representantes del teatro
documento postdramático, que se organizó en la Academia de las Artes en Berlín, demostró una
falta de comprensión acerca del nuevo concepto dramático y preguntó por el lugar en el que queda
visible la dimensión artística en este tipo de teatro performativo. Cf. https://www.youtube.com/
watch?v=BjZeCn9UeEc (última consulta: 21/09/2016).
4 “Curiosamente, este experimento dio al actor una nueva libertad. Todo lo falso de los
3. Confianzas y desconfianzas
Los expertos como actores no profesionales5 causan varias incertidumbres
durante las representaciones. Por ejemplo, no tienen voces entrenadas y pueden
entonces confundir a los espectadores, que suelen acudir al teatro con una actitud
receptiva tradicional, por su forma diletante y de difícil comprensión a la hora de
declamar. Por otro lado, a veces sí las tienen y representan tan bien sus papeles que
el público duda de si son o no actores profesionales, lo que introduce una tensión
entre fiabilidad y desconfianza en la escena. El veterano estadounidense de la gue-
rra de Vietnam, Darnell Stephen, convence en Wallenstein. Eine dokumentarische
Inszenierung (2005) de Rimini Protokoll de tal manera que el público lo toma por
un actor profesional. Esto significa que la autenticidad o la no-autenticidad de los
expertos son cuestionables.
En la obra documental Imitation of life, de Boris Nikitin, dos personas anun-
cian al público que van a contar parte de sus biografías a través de materiales
documentales. Pero resulta que se trata de un juego con incertidumbres, de un
funambulismo entre conciencia e información incierta, y la cuestión es lo que el
espectador puede creer o no. La obra pone en juego y pretende revisar el principio
del teatro documento, es decir, la representación de lo factual en la ficción. Una
documentación sobre falsificaciones puede ser una documentación con material
falsificado o simplemente una documentación falsa con lo que el teatro documento
destruye su tradicional pretensión de autenticidad. Algo parecido ocurre en la ya
mencionada obra Karl Marx: Das Kapital. Erster Band de Rimini Protokoll cuan-
do aparece Ulf Mailänder, el autor real de la biografía del delincuente económico
Jürgen Harksen6. Solo al final de su intervención revela que no es Harksen sino
el autor de su biografía, pero el espectador durante todo su monólogo por fiarse
demasiado, ha sido engañado. Entre la confianza y la desconfianza, lo frágil se
convierte en lo auténtico y lo auténtico en lo frágil.
El experto, en un principio, es experto de lo auténtico a través de su experien-
cia profesional y sus conocimientos adquiridos, pero en el escenario se convierte
desde el punto de vista de la actuación y del arte dramático en un no-experto que
aporta, según Piscator en su artículo sobre el actor amateur, frescura y la libertad
de lo intuitivo. Crea una tensión que ayuda a garantizar la dimensión artística de la
descripción de la realidad.
Florian Malzacher (Dreysse / Malzacher 2007: 27) menciona en este con-
texto la “dramaturgia del cuidado” (Dramaturgie der Fürsorge) y se refiere a una
5 Piscator revaloriza, como ya se ha mencionado, el actor amateur en su teatro proletario,
Rimini Protokoll insiste, sin embargo, en que los expertos no deben ser confundidos con actores
amateurs porque éstos llevan practicando el teatro, lo que se entiende por teatro burgués, en su
tiempo libre con más pena que gloria.
6 Es coautor del libro Wie ich den Reichen ihr Geld abnahm, publicado en Frankfurt en
2006.
122 ARNO GIMBER
atención especial por parte de los profesionales del teatro con los expertos que en
primer lugar asumen un riesgo cuando se exponen en un escenario ante los espec-
tadores. A los expertos, hay que protegerlos (lo que no es el caso con los personajes
ficticios que pueden quitarse los papeles como si fuesen abrigos después de la re-
presentación). Las producciones de Rimini Protokoll se caracterizan por una mutua
responsabilidad entre los expertos del teatro y los expertos de la vida cotidiana ya
durante los ensayos. Estos últimos se someten a un proceso de aprendizaje (volun-
tario) parecido al que Brecht propone a sus actores. El método de Rimini Protokoll
se basa en un trabajo colectivo, es decir, como en la práctica de Brecht, los actores,
aquí los expertos de la vida cotidiana, toman protagonismo también en la génesis
de las obras. Este método resta de nuevo autenticidad.
Pero a diferencia de la exigencia brechtiana, es decir, el desdoblamiento de
una figura en personaje real y actor y la no identificación del espectador con los
personajes en el escenario, el público en el teatro documento actual sí que tiene la
posibilidad de empatizar con los expertos como personas reales y las historias que
cuentan de sus vidas diarias. Por otro lado este acercamiento queda obstaculizado,
como ya se ha dicho, por la falta de profesionalidad teatral de los expertos, motivo
por el que a la vez se puede impedir esta identificación. De nuevo se extrae de estas
contradicciones y tensiones una compleja visión del mundo, en cuya demostración
reside su alta sustancia artística ya que permite, como diría Milo Rau, dotar al tea-
tro documento de un alto valor artístico: “Das ist doch Theater! Es ist genau das,
was Theater kann und soll: diese schillernde Mehrschichtigkeit, wo keiner mehr
weiß, was unten und oben ist, und alle sich auf Augenhöhe begegnen. So ein totales
und befreiendes Durcheinander schafft nur die Kunst” (Bossart, 2013: 102)7.
Sea como fuere, el experto narra sus experiencias como experto, y el simple
hecho de que narre ya lo condiciona: quien narra inventa y manipula la percepción
de la realidad del que lo escucha o lo lee. El teatro documento, por haber introdu-
cido al experto, ya no puede pretender la objetividad que exigían al género Erwin
Piscator, Peter Weiss o Rolf Hochhuth a la hora de recuperar la memoria a través
de los documentos que para ellos son los garantes más fiables de la verdad. La
manipulación se limitaba en aquel entonces a la selección de unos documentos u
otros que realizó de forma intencionada el propio autor de las obras documentales.
4. El proceso
Finalmente queremos insistir en la estructura de proceso, que, según Herbert
Lindenberger (Lindenberger 1975: 21), mantiene una afinidad natural con el teatro.
7 “¡Eso es teatro! Es exactamente lo que el teatro puede y debe ser: esta complejidad iri-
sada, donde nadie sabe lo que es arriba y abajo, y todos se encuentran a un mismo nivel. Un caos
tan completo y tan liberador solo se puede crear a través del arte”.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 123
8 Solo aludo al caso Hans Filbinger, que en 1978 tuvo que dimitir como presidente de
Baden-Württemberg cuando el dramaturgo Rolf Hochhuth sacó a relucir el pasado del juez de la
marina hitleriana.
9 Y por ello Hochhuth retiró el quinto y último acto de Der Stellvertreter que se desarrolló
… was wir hier erleben, ist einerseits Fiktion, weil es eine Theaterproduktion ist, aber
andererseits ist es auch real. Und das heiß, das Urteil vor dem Sie stehen, oder die Ents-
cheidung, vor der Sie stehen, für die gilt dasselbe: Es ist rechtlich völlig bedeutungslos,
aber es ist nicht irrelevant! Sie senden ein Signal. Und das ist relevant – auch über den
Gerichtssaal hinaus… (Rau, 2014: 139)10.
10 “[…] lo que estamos viendo por un lado es ficción, porque se trata de una producción
teatral, pero por otro lado, también es real. Y eso significa que el veredicto que tienen que pronun-
ciar, o la decisión que tienen que tomar desde el punto de vista legal es totalmente insignificante,
pero no es irrelevante. Vds. envían una señal. Y esto es relevante […]”.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 125
5. Conclusión
Al final se plantean varias preguntas. La primera es si en el teatro de expertos
se puede constatar una pérdida del carácter artístico de la obra. Los textos suelen
ser suyos, es decir, de los expertos que no son escritores y por lo tanto, dicen algu-
nos críticos, carecen de habilidades para crear literariedad. Sin embargo, como ha-
brá quedado claro en este estudio, cada obra es compleja y lo estético puede nacer
de varias dimensiones entre las que la tensión entre pretensión factual y estrategias
ficcionales de despiste es la más recurrente. Y se trata de una nueva forma de inte-
racción con el público en el sentido de que se liberan procesos entre la confianza
y el distanciamiento, lo que entendemos como una ampliación y matización de las
exigencias de Brecht. La tendencia de recurrir, en vez de a actores profesionales,
a expertos y personas afectadas por determinados acontecimientos, corresponde a
intentos de extrañamiento en el sentido de que de esta manera se introducen en el
escenario elementos irritantes de imperfección artística. A la vez, se trata de una
nueva posibilidad de crear empatía entre el público y estos individuos que (re)
presentan sus propias historias.
La pregunta final no es si en el teatro documento se consigue realmente llevar
la realidad al escenario, sino cómo esa realidad, lo que en ella es socialmente rele-
vante, puede ser tratada en el escenario. El teatro documento da su respuesta desde
hace un siglo aproximadamente y el testigo de la vida real (el experto) juega un
papel importante en las respuestas, porque provoca una situación de confrontación
con la realidad de la vida en el escenario. El teatro documento no es una forma de
descripción no ficcional de la realidad, el teatro documento no lleva la realidad
como tal al escenario sino que lo hace, como cualquier otra obra de arte, con un va-
lor estético añadido. Y los expertos, aparentemente garantes de la realidad externa,
constituyen un factor de inseguridad en la obra y por ello también son un garante
para devolver al teatro documento su dimensión artística. El teatro documento no
puede ser simplemente la sucursal de un archivo histórico, un artículo de prensa
11 “[…] que, así el propio Milo Rau, he reunido, por ejemplo para los Procesos de Zúrich
a gente de diversa procedencia, para armar bajo el pretexto de un proceso una Suiza en la que en
realidad esta compresión es imposible, una Suiza que no existe y que, curiosamente, en la repre-
sentación resulta mucho más real de lo que podría serlo jamás en la realidad”.
126 ARNO GIMBER
o una lección magistral pronunciada en una academia, sino que debe insistir en
su manera particular de crear fantasías, fantasías sociales y utópicas, cuando por
ejemplo una parte de la población suiza gana en el teatro un proceso contra la
xenofobia de algunos de sus compatriotas o cuando unos valencianos representan
la obra Zero responsable12 en contra de las autoridades políticas que quisieron
ningunear aquel accidente en el metro de Valencia.
Referencias bibliográficas
Bachmann, Michael (2011). “Inszenierte Zeugenschaft: Vom Umgang mit Auschwitz im Theater
und Film”. En Wendezeiten. Historische Zäsuren in Drama und Film Alfred Gall (ed.),
325-346. Tübingen: A. Francke Verlag.
Bossart, Rolf (ed.) (2013). Die Enthüllung des Realen. Milo Rau und das International Institute
of Political Murder. Berlin: Theater der Zeit.
Dreysse, Miriam / Malzacher, Florian (eds.) (2007). Experten des Alltags. Das Theater von
Rimini Protokoll. Berlin / Köln: Alexander Verlag.
Hochhuth, Rolf (1991). Alle Dramen. 2 Bde. Reinbek: Rowohlt.
Hofmann, Ludwig (ed.) (1972). Deutsches Arbeitertheater 1918-1933, Bd.1. Berlin: Henschel-
verlag.
Lehmann, Hans-Thies (1999). Postdramatisches Theater. Frankfurt/Main: Verlag der Autoren.
Lehmann, Stephanie (2014). Die Dramaturgie der Globalisierung. Tendenzen im deutschsprachi-
gen Theater der Gegenwart. Marburg: Schüren.
Lindenberger, Herber (1975). Historical drama. The relationship of literature and reality. Chi-
cago / London: University of Chicago Press.
Piscator, Erwin (1968a). Schriften 1. Das politische Theater. Berlin: Henschelverlag.
–––––––––– (1968b). Schriften 2. Aufsätze, Reden, Gespräche. Berlin: Henschelverlag.
Rau, Milo (2014). Die Züricher Prozesse. Die Moskauer Prozesse. Berlin: Verbracher Verlag.
Schweiger, Hannes (2009). “Die soziale Konstituierung von Lebensgeschichten. Überlegungen
zur Kollektivbiographik”. En Die Biographie. Zur Grundlegung ihrer Theorie, Bernhard
Fetz (ed.), 317-352. Berlin / New York: De Gruyter.
Tobler, Andreas (2014). “Kontingente Evidenzen. Über Möglichkeiten dokumentarischen Thea-
ters”. En Dokument, Fälschung, Wirklichkeit. Materialband zum zeitgenössischen Thea-
ter, Nikitin, Boris / Schlewitt, Carena / Brenk, Thomas (eds.), 147-161. Berlin: Theater
der Zeit.
WEISS, Peter (1971). Werke in sechs Bänden. Frankfurt/Main: Suhrkamp.
en el que murieron 43 personas y 47 fueron heridos. De esta catástrofe, que nadie se hizo respon-
sable, y el objetivo de la obra es como en el caso de los Züricher Prozesse aclarar los hechos y
revindicar la justicia cuando los políticos y las instituciones han fallado lamentablemente.
El teatro documento posmoderno
Postmodern document drama
espacio público, sino que se ofrece como una plataforma artística para mostrar un
material sacado de la realidad.
dad escénica. Este es uno de los elementos básicos que plantea el teatro documento
relacional, el ofrecer a los espectadores la posibilidad de modificar la realidad en
lugar de interpretarla, ya que los espectadores pasan de ser observadores de algo a
co-creadores del hecho escénico. En lugar de expresar sentidos, de apropiarse de
significados, se pretende construir la experiencia de encontrarse en el mundo, lo
que producirá documentos escénicos. No se trata, en esta teatralidad, de interpretar
el mundo, sino de transformarlo.
En este dispositivo participativo se va a cuestionar junto a los espectadores
algún hecho histórico determinado que tiene un valor social, político o económi-
co, que explica las causas profundas que hacen posible esa realidad concreta; la
estructura de poder que esconde. Esta dimensión política es lo que hace del teatro
relacional una de las mejores materializaciones del teatro documento posmoderno.
La dramaturgia en esta teatralidad consiste en idear unas instrucciones para
generar un contexto escénico participativo, es algo muy similar a la creación de un
juego en el que intervienen varios jugadores, como indica Roger Bernat (2010) en
Las reglas de este juego. Este dispositivo participativo debe ser libre y sustituir las
reglas que organizan la vida cotidiana por otras reglas que generan una realización
escénica relacional. Del mismo modo que en la dramaturgia narrativa se sigue
un modelo de ruptura de equilibrio con un incidente que desencadena la acción a
través del personaje, en este teatro también se produce un desequilibrio, pero en
este caso no en el personaje sino en el público que tiene que participar de la pro-
pia realización escénica y tomar decisiones. No se trata por lo tanto de construir
una narración, una argumentación o una asociación de ideas, sino un dispositivo
participativo.
Por otro lado, en este teatro documento relacional no se trata de ofrecer al
público un proceso exclusivamente intelectual, en el que cada espectador puede
construir significados a partir de una representación escénica, sino de ofrecerle la
posibilidad de participar en una situación dada. Es un proceso físico que se activa
al participar en el evento, por lo que no se puede saber con certeza lo que ocurri-
rá durante la realización escénica, ya que lo que se construye es un contexto en
donde pueden ocurrir cosas. No hay una interpretación del mundo, unos sentidos
que expresar desde la escena, sino una venida a la presencia, un encuentro con el
público, un tocar el mundo allí donde la existencia hace sentidos. Esta teatralidad
implica físicamente a los espectadores en la realización escénica, porque rechaza la
separación entre el mundo de las ideas y el mundo de los cuerpos para defender que
a través del cuerpo el ser se vincula al mundo. Todo ser se relaciona con el mundo
a través de comportamientos que le implican corporalmente, es una intervención
corporeizada (Fischer-Lichte, 2004). En esta teatralidad lo importante es la expe-
riencia compartida de cuerpos reales y espacios reales, pasando así de representar
ficciones a producir acontecimientos. Este teatro documento relacional pretende
generar unas relaciones diferentes a las impuestas en el teatro convencional y cons-
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 131
sus decisiones, participa en la producción del documento. De este modo los espec-
tadores, en este caso sería más exacto decir los participantes, pueden experimentar
un determinado hecho concreto y descubrir las causas profundas que lo hacen po-
sible, así como confrontarse con la realidad desde la práctica.
Algunos ejemplos de este tipo de teatro documento posmoderno son el Teatro
Foro de Augusto Boal, Cal Cutta de Rimini Protokoll o Pendiente de voto de Roger
Bernat. Este último es un director catalán con formación en pintura, arquitectura
y teatro, que estudia Dirección Escénica y Dramaturgia en el Instituto del Teatro
de Barcelona, donde se gradúa con el Premio Extraordinario en 1996. En 1997
funda General Eléctrica con Tomàs Aragay, un centro de creación para el teatro y
la danza que cierra en el año 2001. Durante esos años dirige varios espectáculos
de teatro contemporáneo y desde 2008 realiza espectáculos en los que el público
ocupa el escenario y se convierte en protagonista. En sus realizaciones escénicas
participativas se construyen varios antagonismos en los propios espectadores. Por
un lado, entre el teatro convencional y el teatro participativo: el rol del espectador,
el concepto de narración, la separación entre actores y espectadores, la idea de re-
presentación y de presentación, etc.; por otro, las cuestiones que se tratan en cada
presentación escénica, produciendo un documento de gran complejidad escénica.
Un segundo ejemplo de teatro documento relacional es Cal Cutta, de Rimini
Protokoll, un colectivo integrado por Helgard Haug, Stefan Kaegi y Daniel Wetzel.
Los tres se conocieron en los años 90 mientras estudiaban en el Instituto de Cien-
cias del Teatro Aplicadas de la Universidad de Giessen, Alemania; un instituto de
teatro de vanguardia que combina la docencia con la producción de realizaciones
escénicas contemporáneas. Al comienzo de cada proyecto trabajan de forma sepa-
rada y en una segunda fase construyen acuerdos donde cada uno aporta su trabajo
previo y llegan a un lugar común. Muchos de sus espectáculos se desarrollan fuera
de los espacios teatrales convencionales para encontrar su lugar en la vida cotidia-
na: una calle, un edificio abandonado, un escaparate, un camión, etc., fundiendo el
límite entre el teatro y la vida cotidiana.
La segunda tendencia del teatro documento posmoderno es el teatro docu-
mento argumentativo, que rechaza también los marcos convencionales de repre-
sentación escénica, ya que en lugar de contruir la escena a partir de los sucesos de
una ficción la construye a partir de los argumentos de un discurso. Así, aunque en
esta teatralidad se mantiene la separación entre el espacio escénico y el espacio de
observación, en el espacio escénico no hay actores construyendo personajes, sino
actores-expertos en algún determinado tema que defienden una tesis. Por esto sería
más exacto llamarlos oradores, es decir, los que se expresan con elocuencia. En
muchos casos, como el que voy a describir a continuación, los oradores ni siquiera
tienen experiencia teatral sino que son expertos en la tesis que se va a defender,
lo que les legitima para subirse al escenario. Estos oradores, como ya planteaba
Brecht (1938-1955), rechazan la interpretación en la que se pretende simular la es-
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 133
pontaneidad y fundirse con unos personajes que no son ellos mismos, para intentar
persuadir al público de una tesis construyendo un discurso convincente. Frente a
un trabajo de actor, en que este pretende encarnar al personaje y asumirlo en una
totalidad temporal, emocional y actuante, el orador en esta forma de teatro docu-
mento posmoderno no abandona sus posiciones como ser social y se muestra así
mismo, con sus formas de hablar y comportarse, manteniendo esa independencia
que es crítica. Las biografías de los expertos con su material documental, al ser
introducidas en un contexto teatral, son inevitablemente adaptadas y alteradas, por
lo que este tipo de espectáculos se sitúa en un lugar entre la realidad y la ficción.
No pretende representar la realidad fuera del teatro sino llevar la realidad al teatro,
pero al mismo tiempo indica la distancia que hay con esa realidad y que, de este
modo, se introduce en el teatro mediante una transferencia. Los oradores no se
presentan como una parte afectada reviviendo la situación, sino como sujetos de su
propia historia que desean modificar la realidad.
Esta teatralidad no intenta colocar un trozo de realidad en escena, ni tampoco
pretende crear una ficción, sino que construye un documento teatral que apela a la
objetividad de un material localizado en un contexto determinado, es un conoci-
miento situado. Una forma específica de relacionarse con lo real (Sánchez: 2007).
El elemento básico de construcción dramatúrgica y con el que se construye el dis-
curso escénico es el argumento, que se relaciona con el mundo a partir de la teoría
científica. Así como el teatro documento relacional pretende que el público partici-
pe del dispositivo, en el teatro documento argumentativo la finalidad es persuadir
al público de una tesis y para ello se utilizarán varias herramientas persuasivas que
veremos a continuación.
El trabajo de estos oradores en lugar de realizarse a partir de las herramientas
tradicionales de la interpretación teatral se realiza a partir de la retórica, que ha
aportado a lo largo de la historia una gran cantidad de material. Pongamos como
ejemplos la Retórica de Aristóteles, la Institutio Oratoria de Quintiliano de Ca-
lahorra, el De inventione o De oratore de Cicerón, el Onomasticon de Julio Póllux,
las Institutiones Oratoriae de Pedro Juan Núñez, la Epístola a los actores y repre-
sentantes de la Philosophia Antigua Poética de Alonso López Pinciano, etc., sin
olvidar todas las investigaciones contemporáneas sobre las posibles maneras de
persuadir al público. A partir de esta gran variedad de maneras de persuadir, tenien-
do en cuenta la diversidad de públicos y de contenidos, la tradición clásica propuso
establecer tres estilos que todo orador debe utilizar para lograr la elocuencia: un
estilo sencillo con un lenguaje corriente, sin excesivas figuras estilísticas, que debe
huir de formalismos y con la apariencia de sencillez, para la demostración. Un esti-
lo mediano, tranquilo, elevado pero pulido, con la utilización de figuras estilísticas
pero sin exageración, y que puede contener fragmentos eruditos, para el deleitar.
Finalmente un estilo amplio, grave, con mucha fuerza e impetuoso, para conmover.
Como explica Ángel Luis Luján (1999) debido a la rigidez de esta clasificación
134 JUAN PEDRO ENRILE ARRATE
estilística, que no permite dar cuenta de la diversidad de las funciones del orador
en cualquier discurso, aparecieron otras clasificaciones como la de Hermógenes
que Pedro Juan Núñez reduce a seis estilos: grandeza, claridad, belleza, rapidez,
carácter y habilidad.
Hay muchos grupos y directores de teatro que trabajan el teatro documento
argumentativo como Verbatim theatre, DV8, Fernando Renjifo, etc. A continua-
ción voy a describir un ejemplo de esta teatralidad que dirigí yo mismo junto
con la dramaturga Paz Buelta. El espectáculo se tituló Libres hasta el final, y se
estrenó el 9 de mayo de 2016 en la RESAD. El proceso de creación del espectá-
culo se puede estructurar en cinco partes fundamentales. La primera consistió en
elegir el tema de investigación. En lugar de buscar un texto literario dramático
para realizar una puesta en escena, en este caso se trató de encontrar un tema que
motivara el proceso de creación. En lugar de partir de un texto ya escrito se parte
de un tema que proviene de la misma realidad circundante. De ahí la importancia
de estar activamente interesado en la realidad política y social, es decir, la im-
portancia de una praxis política como ya apuntó Piscator [1963]. En esta primera
etapa el tema puede surgir de una vivencia, una lectura, un encuentro inesperado,
etc. Santiago García de la Candelaria, uno de los grupos emblemáticos de la crea-
ción colectiva latinoamericana, explica así como encontraron el tema de uno de
sus montajes:
psicóloga, etc., pero todos unidos por una causa común la defensa del derecho a
morir con dignidad.
En la quinta fase se realizó la dispositio, es decir, la articulación del discur-
so escénico. Para ello lo estructuramos en cuatro partes, según marca la retórica
clásica. La primera parte del discurso es el exordium; en el que se trata de lograr
tres objetivos; alcanzar la benevolencia, la atención y confianza del público. En
esta parte utilizamos un primer fragmento asociativo en el que los diez expertos
realizan una partitura gestual a partir del título del espectáculo, y posteriormente se
colocan frontales al público para decir sus testimonios simultáneamente.
La segunda parte de la dispositio es la narratio; la parte en la que se expone
el asunto a tratar de manera verosímil, comprensible y concisa, es decir, los hechos
sobre los que se va a organizar la argumentación. Esta parte la escenificamos con
tres testimonios repartidos a lo largo del espectáculo, en los que los expertos cuen-
tan su experiencia vivida acerca de la muerte.
El primer testimonio es el de José Luis Rodríguez que lo relata situado en
proscenio, frontal al público y de pie:
tipos: Ethos, Logos y Pathos. Los argumentos del Ethos están relacionados con
la manera en que se muestra al sujeto de la enunciación, el actor, la compañía, el
grupo, etc., que pretende inspirar confianza en el auditorio. Puede mostrarse sensa-
to, sincero, verídico, con gran conocimiento sobre el tema, etc. La persuasión por
medio del carácter del orador se basa sobre todo en la autoridad del que habla, y en
la imagen que éste logra crear a través de su propio discurso. Los argumentos del
Logos pretenden demostrar la tesis utilizando argumentos deductivos, inductivos
o analógicos. También pueden aportar ejemplos que prueben la tesis. Finalmente
los argumentos del Pathos son los que pretenden apelar a los afectos del público,
la persuasión por medio de las pasiones suscitadas en el oyente. Este tipo de per-
suasión se puede lograr representado emociones por parte del orador para buscar
la identificación o apelando a las emociones de los espectadores relacionando la
tesis con valores de la sociedad como la felicidad, la prosperidad, la libertad, la
felicidad, la juventud, etc., o con sentimientos muy arraigados como los patrióti-
cos, lo religiosos, la seguridad, etc., u ocultos como las fantasías, los miedos, las
obsesiones, etc.
Esta tercera parte, la argumentatio, la escenificamos con cinco fragmentos
en los que se argumenta a favor de la legalización de la eutanasia, tres fragmentos
explicativos de la situación actual entorno al tema y tres fragmentos cómicos que
pretenden acercar el tema al público desde una perspectiva divertida y cercana.
El primer fragmento argumentativo lo realizó Marisol Eizari a partir del si-
guiente texto:
Me llamo Marisol Eizarri y soy una mujer de la transición, por edad y por cir-
cunstancias. Me educaron para ser una buena esposa y una buena madre. Pero me
rebelé, y he andado un camino de pequeñas peleas y grandes satisfacciones. No fue fácil
que mi padre me permitiera pasar un año en Londres estudiando ingles, y lo conseguí.
(¡¡Una auténtica extravagancia, entonces!!) Accedí a la universidad, (en mi generación
eramos una minoría) y tuvimos trabajos profesionales.
La pelea personal se convirtió en social y política al unirme a otras mujeres (y
algunos hombres) para que los ginecólogos nos recetaran la píldora anticonceptiva. Fue
una pelea muy dura, y tuvimos que oír barbaridades. Mi hija cree que exagero, pero se
cerraban centros de planificación, se procesaban a los médicos. Aun así se siguió con la
ley del divorcio y luego con la del aborto.
Son peleas contra los que no aceptan que las personas tengan control sobre su
propia vida, sobre su cuerpo.
Hoy estoy aquí de nuevo para invitarles a otra pelea. La muerte de mi herma-
na de 50 años, de mi sobrina de 34, de mi cuñada, de su madre de 68 años, han sido
dramáticas. Amo la vida y quiero vivirla lo más largamente posible, pero no quiero
sufrimientos inútiles, no quiero alargarla cuando la salida natural sea la muerte. Quiero
morir con dignidad.
Casi 200.000 personas hemos hecho testamento vital en España. Hoy les invito
a pelear con todos nosotros para que las Comunidades informen a la población de
138 JUAN PEDRO ENRILE ARRATE
sus derechos, para que a las personas que quieran hacerlo se les facilite en todos los
consultorios y hospitales del país, para que quede registrado en la ficha médica de
cada paciente y para que esa voluntad vital sea accesible desde todos los hospitales
de España.
Hoy les invito a reivindicar con firmeza el derecho a decidir sobre el cómo y
cuándo queremos morir. A liberar a nuestros hijos, a nuestra familia, a nuestros médi-
cos. Que no tengan que decidir porque ya lo hemos hecho nosotros.
Hoy dejemos el trabajo bien hecho.
Referencias bibliográficas
Bernat, Roger (2010). Las reglas de este juego. En Utopías de la proximidad en el contexto de la
globalización. La creación escénica en Iberoamérica, coord. O. Cornago (ed.), 307-314.
Castilla-La Mancha: UCLM.
Boal, Augusto (1980). Teatro del oprimido, trad. de G. Schmilchuk. Barcelona: Alba, 2009.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 139
Bourriaud, Nicolas (1998). Estética relacional, trad. de C. Beceyro y S. Delgado. Buenos Aires:
Adriana Hidalgo, 2008.
Brecht, Bertolt (1938-1955). Escritos sobre teatro, tomo I, trad. de N. Mendilaharzu. Buenos
Aires: Nueva Visión, 1977.
Debord, Guy (1967). La sociedad del espectáculo, trad. de J. L. Pardo. Valencia: Pre-Textos.
Enrile, Juan Pedro (2016). Teatro relacional. Una estética participativa de dimensión política.
Madrid: Fundamentos.
Fischer-Lichte, Erika (2004). Estética de lo performativo, trad. de D. González y D. Martínez.
Madrid: Adaba.
García, Santiago (2002-2006). Teoría y práctica del teatro. Bogotá: Teatro La Candelaria, 3
vols.
Lehmann, Hans-Thies (1999). Teatro posdramático, trad. de CENDEAC. Murcia: CENDEAC,
2013.
Luján, Ángel Luis (1999). Retóricas españolas del siglo XVI. Madrid: CSIC.
Piscator, Erwin (1963). El teatro político, trad. de S. Vila. Hondarribia: Argitaletxe Hiru, 2001.
Rolnik, Suely (2010). “El espectador sujeto activo”. En El espectador activo. MOV-S, 49-60.
Madrid: Generic.
Sánchez, José Antonio (2007). Prácticas de lo real en la escena contemporánea, Madrid: Visor
Libros.
Vicente, César De (2013). La escena constituyente. Teoría y práctica del teatro político. Madrid:
Centro de Documentación Crítica.
Weiss, Peter (1965). Escritos políticos, trad. de F. Formosa. Barcelona: Lumen, 1976.
La tragedia española:
entre teatro discursivo y teatro asociativo
Spanish tragedy: between discursive and associative theatre
Resumen: Aunque sobre la sociedad española pesa una suerte de ley del silen-
cio, y se intenta en vano pasar la página no escrita de la tragedia española, el teatro del
siglo XXI quiere dar voz, literalmente, a los muertos y a los vivos; levantando acta de
la Historia y de las historias. Apropiarse de la narrativa, imponer el relato, es un acto de
violencia simbólica. El teatro ha devuelto la palabra a sus protagonistas. En este artículo
queremos dar fe de estos intentos de lucha contra el olvido, desenterrando memorias de
la represión franquista, mediante un análisis de los diferentes procedimientos llevados
a cabo en escena. De la ficcionalización de la realidad, pasando por el uso de datos de
archivo y relatos de vida, a la creación de (nuevos) documentos históricos (y escénicos).
Como ejemplos hemos elegido tres escenificaciones representativas de estas tres dis-
tintas aproximaciones: Los vivos y los m(íos), de José Cruz, La entrega de Madrid, de
Rubén Buren, y Exhumación, materia cruda, de Mercedes Herrero.
Abstract: Even though some sort of law of silence hangs heavy over Spanish
society, and amidst vain attempts to turn over the unwritten page of Spanish tragedy,
XXIst century theatre wishes to give voice, quite literally, both to the living and the dead;
writing up the minutes of both history and stories.Appropriating narrative, imposing
the tale, is an act of symbolic violence. Theatre has given back their voice to its main
characters. It is this paper wish to vouch for those attempts at fighting against oblivion,
uncovering memories of General Franco’s repression, by analyzing different processes
deployed on the stage. From fictionalizing reality to creating (new) historical (and sce-
nic) documents in a range which includes both the use of archive data and life stories.
Three stage works have been chosen as representative of these different approaches:
José Cruz’s Los vivos y los míos (Mine and The Living), Rubén Buren’s La entrega de
Madrid (The Handing Over of Madrid) and Mercedes Herrero’s Exhumación, materia
cruda (Exhumation, Raw Matter).
Palabras clave: Teatro español del siglo XXI. Teatro documento. Tragedia. Femi-
nismo. Guerra civil española. Los vivos y los m(íos), de José Cruz. La entrega de Madrid,
de Rubén Buren. Exhumación, materia cruda, de Mercedes Herrero.
Key Words: Spanish Theatre of the 21st Century. Vervatim Theatre. Tragedy. Fe-
minism. Spanish Civil War. Los vivos y los m(íos), de José Cruz. La entrega de Madrid,
de Rubén Buren. Exhumación, materia cruda, de Mercedes Herrero.
140
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 141
1. Introducción
Apropiarse de la narrativa, imponer un relato, es un acto de violencia sim-
bólica. La construcción de un discurso lineal implica la inevitable selección de
datos, la jerarquización de los mismos y el sacrificio de unas informaciones frente
a otras. Esa elección es en sí misma una violación de la unidad original, mediante
la cual se muestran enfrentados aspectos que también podrían haberse visto como
complementarios y simultáneos. Empezando por la supuesta separación radical
entre lo que representa y lo que es representado, la ficción y la realidad, el presente
y la historia.
Tragedia es un término estético e histórico, un género escénico y una voz
común, pero sobre todo es un concepto que nos permite trascender el tiempo y me-
ditar sobre su paso, ir a contracorriente rescatando los jirones que quedaron en los
márgenes, y dejar hablar a los muertos. Decía Strauss que la tragedia “es un medio
para decir en lenguaje poético lo que un antropólogo –o un historiador– expresa
en un lenguaje preciso” (citado en Orsi, 2007: 45). La misión del artista, en ese
sentido, no sería tanto formar imágenes, sino romperlas. En este caso, romper las
falsas imágenes de la Historia y los prejuicios interesados asociados a conceptos
como progreso y objetividad.
Por ello no es casual que una de las funciones de la literatura dramática y del
teatro –ya desde su texto inaugural: Los persas, de Esquilo–, haya sido el debate
de las ideas de las sociedades en las que se crearon, y la reflexión acerca de la
Historia:
Así, la voz de la tragedia no es la de un individuo aislado que, como el profeta
del Antiguo Testamento, se dirige crítica o apocalípticamente al resto de los ciudadanos
sino, en cierto modo, la de la ciudad en su conjunto que se representa a sí misma, a veces
cuestionándose, a veces celebrándose, a veces haciendo las dos cosas a la vez (Rocío
Orsi, 2007: 13).
el horror de la misma recurre a un medio que no es teatral y, sobre todo, a una lógi-
ca que no es narrativa y a una metodología que no es ficcional. En el libro Kriegfi-
bel (Abecedario de la guerra), realizado junto a Ruth Berlau, Peter Palizsch, Gün-
ter Kunerr y Heinz Seydel, cada página presenta una fotografía –todas previamente
publicadas en revistas– y, debajo, un epigrama de cuatro versos que contiene un
comentario paradójico y poético sobre la imagen, y que conmina a repensar críti-
camente la realidad. Una suerte de, en palabras de Reinold Grimm, “emblemática
marxista” (Didi-Huberman, 2013: 139).
Del mismo modo, hoy día el teatro que pretende dar cuenta de la Historia
recurre a procedimientos asociativos y discursivos, inaugurando una forma con-
temporánea de tragedia, usando documentos y constituyéndose en documento.
Como explica César de Vicente (2014), el teatro documento aparece por dos
vías distintas: el teatro político y el teatro historicista. Nos interesaba aquí tratar es-
pecíficamente el documento en el teatro y el teatro como documento en propuestas
escénicas relativas al tratamiento de la Historia. En concreto la Historia de España,
y más específicamente, la historia de la represión franquista. Para introducir unos
hechos, unas personas y una ideología que de alguna forma son tabú aún para el
discurso dominante.
“España sigue siendo hoy un laberinto hecho en buena parte de mil heridas
que aún sangran y no se pueden simplemente olvidar”, escribía Amador Fernán-
dez-Savater (2014, en línea). ¿A quién pertenece la Historia? ¿A quién pertenece
el escenario de ese dolor? nos preguntamos. Aunque la política española del post-
franquismo, más conocida como cultura de la transición (CT), ha intentado tapar
casi todo vestigio de la tragedia española del siglo XX o, como la denominó Paul
Preston, del holocausto español, y sobre la sociedad española pesa una suerte de
ley del silencio, el teatro del siglo XXI intenta dar voz, literalmente, a los muertos
y a los vivos; levantar acta de la Historia y de las historias, y escribir esas páginas
perdidas, colocando a republicanos y represaliados en el escenario, concediéndoles
simbólicamente un lugar en la Historia; el lugar que se les había negado.
Todos somos hijos de víctimas y verdugos, por ello no es tanto una cuestión
de heroísmo o cobardía, sino de dolor: el dolor del duelo y el dolor de la memo-
ria. Desde esa perspectiva no existen las dos Españas; o al menos, no las que
nos suelen contar. Las únicas dos Españas que se manifiestan son la de quienes
144 ANA CONTRERAS ELVIRA / ALICIA BLAS BRUNEL
Gatti, hasta propuestas y reflexiones más contemporáneas. La tesis del autor, por lo
tanto, no queda clara: temáticamente parece defender una ideología libertaria, pero
formalmente, y a pesar del proceso de trabajo, propone la opuesta, lo que en cierto
modo simplifica la potencialidad del discurso de las figuras protagonistas: Melchor
Rodríguez y sobre todo su hija Amapola.
6. Algunas conclusiones
Como decíamos, lo personal es político, y hay ideología en toda afectación
íntima. Por eso, haciendo un análisis desde nuestra perspectiva, que inevitablemen-
te como feministas que somos es de género, observamos cómo en los tres casos
propuestos, independientemente –o quizás no– de que estemos trabajando textos
de dos dramaturgos y una dramaturga, los personajes o actantes que guardan la
memoria son mujeres (la muchacha y las vecinas; Amapola; Goya, Julia, Milagros,
Carmina), porque quienes escriben la Historia y las historias, la ficción, son hom-
bres. Recordándonos que quizás la auténtica tragedia, y la posible significación
metafísica de la irrupción de lo real como crueldad en el arte en general, y en el
teatro en particular, que supone la inclusión de documentos tan descarnados, o más
bien en-carnados, como los aquí mostrados, tiene su origen en, como ya señalaron
Artaud y antes Nietzsche, la consciencia de animal sufriente que ha ganado la
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 149
tasar Patiño), El canto de la Cabra (Elisa Gálvez y Juan Úbeda), Rimini Protokoll
(Helgard Haug, Stefan Kaegi, Daniel Wetzel), entre otras, es documento también
del intento de recomponer la separación originaria de manera radical, de hacer
teatro éticamente en todos los aspectos.
Referencias bibliográficas
Blas, Alicia y Contreras, Ana (en prensa). “Duelo y memoria. El origen de la tragedia españo-
la”. Ukrania 3-4.
Buren, Rubén (2015). “La entrega de Madrid”. Acotaciones 34, 161-227.
Castellucci, Claudia y Castellucci, Romeo (2013). Los peregrinos de la materia. Madrid: Con-
tinta me tienes.
Cruz, José (2008). Los vivos y los m(íos). Madrid: Asociación de Directores de Escena.
Didi-Huberman, Georges (2013). Cuando las imágenes toman posición. Madrid: Antonio Ma-
chado.
Dumoulié, Camille (1996). Nietzsche y Artaud: por una ética de la crueldad. México D. F.: Siglo
XXI.
Fernández-Savater, Amador (2014). “¿Hay que guardarse la memoria en el bolsillo? Eldiario.
es: http://www.eldiario.es/interferencias/guardarse-memoria-bolsillo_6_233836627.html
[28/02/2014].
Fisher-Lichte, Erika (2005). Theatre, Sacrifice, Ritual. Exploring Forms of Political Theatre.
London-New York: Routledge.
–––––––––– (2011). Estética de lo performativo. Madrid: Abada.
Haraway, Donna (1997). Ciencia, cyborgs y mujeres: la reinvención de la naturaleza. Madrid:
Cátedra.
Herrero, Mercedes (2013). Exhumación, materia cruda (texto inédito).
Kristeva, Julia (2004). Poderes de la perversión: Ensayo sobre Louis-Ferdinand Céline. Buenos
Aires: Catálogo.
Lechado, José Manuel (2015). “La recuperación de una memoria”. Acotaciones 34, 135-160.
Millett, Kate (2010). Política sexual. Madrid: Cátedra.
Mnouchkine, Ariane (2007). El arte del presente. Conversaciones con Fabienne Pascaud. Bue-
nos Aires: Atuel.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 151
Orsi, Rocío (2007). El saber del error. Filosofía y tragedia en Sófocles. Madrid-México: Plaza
y Valdés.
Sennett, Richard (2002). Carne y piedra. El cuerpo y la ciudad en la civilización occidental.
Madrid: Alianza.
Vallejo, Javier (2012). “Los vivos y los míos: recordar o no recordar”. El País, 19 de diciembre,
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/12/19/actualidad/1355935572_385304.html [19-
5-2016].
Verzero, Lorena (2010). En las tablas libertarias. Buenos Aires: Atuel.
Vicente, César De (2013). La escena constituyente. Teoría y práctica del teatro político. Madrid:
Genérico.
–––––––––– (conferencia, 2014). “Notas sobre teatro documento posmoderno”. Conferencia pro-
nunciada en la Real Escuela Superior de Arte dramático el 4 de junio.
Víllora, Pedro (2008). “Teatro y atmósfera de José Cruz”. En Los vivos y los m(íos), 11-19.
Madrid: Asociación de Directores de Escena.
SEGUNDA PARTE
Sobre Los conserjes de San Felipe (Cádiz 1812)
y su proceso de escritura
On Los conserjes de San Felipe (Cádiz 1812)
and writing process
Resumen: Obra teatral histórica sobre las Cortes de Cádiz y el asedio a la ciudad
en 1812. Retablo de personajes y situaciones que dan un panorama general político y
social de la época.
Abstract: Historical play about the Cortes of Cadiz and the siege of the city in
1812. Altarpiece of characters and situations that give a general political and social
landscape of the time.
Palabras clave: Teatro. Los conserjes de San Felipe (Cádiz 1812). Constitución.
Cádiz. Pueblo. 1812. Carnaval. Historia.
Key Words: Theater. Custodians of San Felipe (Cádiz 1812). Constitution. Cádiz.
Town. 1812. Carnival. History.
159
160 JESÚS CAMPOS GARCÍA
1. Inicio
Lo que se ve a continuación son entradas de teatro. De teatro romano.
La primera de las tres la compré en Burgos por treinta pesetas, hace unos
cuarenta años. No para ir al teatro –como ya podéis imaginar–, sino como pie-
za de colección. Desde muy joven he coleccionado arqueología. Ahora, menos,
y siempre piezas provenientes de otras colecciones. Y es que en aquella época
aun no éramos conscientes de que comprar arqueología estimulaba la excavación
furtiva y el destrozo de los yacimientos. El anticuario que me la vendió no tenía
muy claro lo que era, aunque me aseguraba que la habían encontrado en el teatro
romano de Clunia, ruinas que estaban a media hora de camino de donde la compré.
Tardé en encontrar en revistas especializadas imágenes de piezas similares y lo más
parecido que encontré fueron los dos tejuelos griegos que veis a continuación; en
ellos resaltan unas letras que sin duda hacían referencia al sector en el que debía
acomodarse el espectador. No es que fueran exactamente entradas compradas en
taquilla –generalmente los gastos de los espectáculos los costeaba el Estado–, sino
que más bien cumplían la función de controlar desde los vomitorios los aforos de
las cáveas respectivas. Y también para comprobar que el rango social de los asis-
tentes se correspondía con el asignado a cada sector: proedria para senadores, ima
cavea para caballeros, media cavea para plebe libre, summa cavea para esclavos
y libertos y el matroneo para mujeres. Es lo que he podido saber leyendo por ahí.
Ya se puede imaginar la emoción de tener en mis manos la entrada con la que
siglos atrás alguien había ido al teatro, puede que a ver una tragedia, tal vez una
comedia, aunque lo más probable es que fuera un espectáculo de “variedades”, que
era lo que más se programaba. En cualquier caso –fuera teatro o no–, fue la imagen
de este tejuelo lo primero que vino a mi mente cuando los profesores José Romera
Castillo y Francisco Gutiérrez Carbajo me invitaron a participar en este seminario
cuyo enunciado reza así: El teatro como documento artístico, histórico y cultural
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 161
en los inicios del siglo XXI. Vale que el tejuelo es anterior al siglo en cuestión,
pero era un hilo que me invitaba a tirar de él para extraer algunas reflexiones. De
ahí mi agradecimiento al SELITEN@T, por ponerme en el disparadero de pensar
sobre estos temas y por darme después la oportunidad de venir aquí a contarles lo
pensado.
El caso es que este vestigio de la actividad teatral aporta cierta información y
me documenta los usos y costumbres de una época, al margen de que la intención
de los que lo fabricaron o lo utilizaron nada tuviera que ver con el deseo de do-
cumentar nada. La pieza, como podéis comprobar (mostrándola), es un tejuelo de
unos 3 cm. de diámetro, sin duda un trozo de vasija sigillata fabricada en el torno,
rota y recortada para ser reciclada. Para este nuevo uso, sobre el engobe rojo de la
sigillata, en una de las caras, se grabó torpemente con un punzón el número VI. “El
reciclaje es tan antiguo como el hombre”, dice uno de mis personajes.
Y aquí me surgen algunas preguntas: ¿por qué mi afición a la arqueología?,
¿qué busco en los objetos del pasado? Probablemente datos en los que sustentar
una ficción: quién rompió la vasija, quién la recuperó fabricando tejuelos, quién
finalmente entró con esa entrada en un teatro. Situarnos en un tiempo anterior nos
permite ampliar los límites de nuestro propio tiempo. Somos conscientes de nues-
tra finitud (nacemos y morimos en momentos concretos; ese es nuestro tiempo) y
la historia nos da las herramientas para ampliar nuestro tiempo real con ese tiempo
incierto e imaginado. Y no solo cuando recobramos el pasado, también cuando nos
proyectamos hacia el futuro.
Tal vez eso explique de algún modo la pulsión histórica que se da en nues-
tros días (el discurso histórico, el gol histórico, las elecciones históricas, la derrota
histórica, el éxito histórico, etc.). Intuimos que la historia la documentarán los
hechos, los objetos, los vestigios más impensados y, como quien tiene un hijo,
planta un árbol o escribe un libro, todos queremos prolongar nuestra existencia más
allá de los límites de nuestra propia vida. (La transcendencia que, al debilitarse las
creencias tradicionales, busca otras estrategias). La historia nos amplía. Nos hace
partícipes de una entidad mayor. (Por ese camino llegaríamos al panteísmo). Y
nos amplía tanto cuando los documentos nos muestran el pasado, como cuando, a
fuerza de generar documentos, nos vamos haciendo un huequecito en la posteridad.
Qué tierno, ¿verdad?
Va pues de documentos. Hay dos tipos de documentos: los que tienen volun-
tad expresa de documentar (el acta, la crónica, el monumento conmemorativo) o
los vestigios (restos, ruinas, fragmentos), que se generan al margen de nuestra vo-
luntad. Y entre el blanco y el negro, toda la gama de grises. El documento artístico,
o el vestigio artístico, estaría entre esos grises. Las emociones que se vuelcan en
cuadros, esculturas, músicas o literaturas, cuyo fin inmediato es comunicar, queda-
rán como rastro de visiones del mundo. (Un valor que se acrecienta en el teatro, ya
que al dramatizar, se concretan visiones contrapuestas). Y aunque nadie es cons-
162 JESÚS CAMPOS GARCÍA
ciente de que tiene un hijo, planta un árbol, o escribe un libro para perpetuarse…
A saber.
Personalmente hago teatro, creo, por varios motivos: por jugar, por interpre-
tar –o por reinterpretar– la realidad, por comunicarme con los demás, o porque no
lo puedo evitar. Jamás por documentar, no se me ocurriría, lo que no significa que
no documente: de algún modo.
El otro día oía decir al Papa Francisco que había que abrir la Iglesia a los
divorciados. ¡Santo cielo! me dije: Matrimonio de un autor teatral con la Junta de
Censura ya es pasado. La obra trata de más cosas –no se preocupen, que no la voy
a contar–, pero acaba con que la Mujer ha matado al marido y, cuando el amante le
pregunta que por qué lo ha hecho, esta le responde:
Mujer. ¿Pero es que no lo entiendes? Mientras siguiera vivo, estaríamos come-
tiendo adulterio. De nada nos valdría confesarnos. Siempre viviríamos en pecado mor-
tal. En cambio, matándolo, no hay nada que temer. Haces un acto de contrición perfecto
y se te perdonan los pecados.
Entonces no había divorcio. Solo al comienzo de los 70, con la presión social
que había en torno al tema, tenía sentido un comentario así. Hoy no se entendería.
Y es justo en ese sentido ya periclitado –también en otros, la obra es alegoría de la
censura– en el que podría decirse que la obra documenta una época. Ficcionalmen-
te, emocionalmente, pero la documenta.
Llegado a este punto, toca pedir disculpas por extralimitarme. La convocato-
ria nos cita en el siglo XXI y, una vez más, saco obras de mi mochila del siglo XX.
Y es que, al ser un autor de entrambos siglos, aunque mis ramas se extiendan por
el XXI, mis raíces están en el XX, y no lo puedo evitar. De hecho, al tratar de elegir
una obra sobre la que hablarles (mi condición de autor me capacita más para dar
testimonio de peripecias personales que para ponerme a teorizar), pensé en mi últi-
mo estreno (… y la casa crecía…), nada más reciente, pero enseguida vinieron a mi
mente otras dos del pasado siglo (Es mentira y 7.000 gallinas y un camello), pues
entre las tres se documenta emocionalmente la historia de la que hemos formado
parte. Cualquier otra obra de las escritas o estrenadas últimamente podía haber ser-
vido como muestra para lo que nos ocupa. Todas documentan algo, todas por tanto
dejarán vestigios emocionales de nuestras vidas: en Naufragar en Internet será la
tecnología como metáfora de nuestro cerebro, la herramienta potenciando nuestras
capacidades (aunque de esto ya hablamos aquí en 2003); en Patético jinete del rock
and roll será la droga, las adicciones, incluida la adicción a vivir; en Entremeses
variados será la violencia de género, aunque también el marco en el que se genera;
en Danza de ausencias será la muerte y las distintas formas de afrontarla (un clá-
sico de Medievo reescrito en nuestros días); y así podría seguir con otros estrenos
(La fiera corrupia, d.juan@simetrico.es o las piezas breves editadas recientemen-
te); todas dejarán su vestigio emocional y todas fueron escritas, estrenadas o edita-
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 163
das en el XXI, pero he preferido centrarme en las tres anteriormente referidas (pese
a extralimitarme) porque el conjunto documenta un periodo (el de nuestras vidas)
en su vertiente más colectiva.
Como se verá no estoy hablando del Teatro documento (mi teatro nada tiene
en común con el de Weiss, de momento), ni del teatro documentado, para lo que
tendría que referirme a Gerberto de Aurillac. (La cabeza del diablo), única pieza
documentada en el corpus completo de mis obras, sino que, como reza el título del
seminario, trato de centrarme en El teatro como documento artístico, histórico y
cultural en los inicios del siglo XXI. Vamos, que salvo la licencia cronológica antes
comentada (que no es menor), voy a tratar de ser disciplinado.
Es mentira con las dos Españas de la dictadura, 7.000 gallinas y un camello
en plena Transición, e … y la casa crecía con la crisis de nuestro crecimiento
exuberante, bien podrían ser, en su conjunto, mi crónica emocional de los últimos
cincuenta años de nuestra historia. Faltaría una cuarta: Diente por diente (que va de
desencanto y corrupción), de la que solo daré esta referencia por no haber sido es-
trenada ni editada. Jamás tuve el proyecto de ser cronista emocional de nada, pero
salió así. Y es que esto va de hacer teatro, de jugar con situaciones conflictivas.
Y para ello, nada como estar atento para captar los cortocircuitos que se puedan
producir entre los archivos de la memoria.
2. Es mentira
Estábamos haciendo una instalación comercial –entre mis muchos oficios
está el de la decoración de interiores, de hecho es de lo que he vivido toda mi vida–
y, según demolíamos el local, vimos unas manchas en el techo, antiguas goteras
que tratamos de reparar en previsión de que volviera a haber humedad una vez
acabada la obra. Subimos al piso de arriba y allí encontramos, cuando conseguimos
entrar, a una mujer encerrada en un piso vacío (no recuerdo que hubiera muebles)
rodeada de ratas, cucarachas y bichos de todo tipo. Desolador. La hermana, que
vivía un piso más arriba, aseguraba que estaba loca. Y era ella quien la daba de co-
mer, quien la “cuidaba” y quien la mantenía encerrada. Denunciamos la situación
y la internaron en una residencia. El piso lo alquilaron como ampliación del local
que estábamos reformando, por lo que finalmente acabé “decorándolo”.
Una experiencia inolvidable que olvidé, hasta que años más tarde volvió a
mi memoria. (Yo antes no escribía teatro, pero después sí.) A esto se le llamaba
inspiración, aunque yo prefiero hablar de asociación de ideas; lo cierto es que, sin
saber por qué, se había puesto en marcha el proceso creativo. Una mujer, encerrada
por su hermana, convivía con ratas. ¿Con quién hablaba? ¿Con quién jugaba? Pues
con las ratas. Y así comienza la obra. La situación no podía ser más teatral.
El recurso de las dos hermanas como encarnación de las dos Españas estuvo,
al parecer, muy en boga, aunque eso lo supe después. Más inesperada fue la apari-
164 JESÚS CAMPOS GARCÍA
ción de Santa Teresa. Con ratas humanoides, con una hermana que resulta ser rata,
con un juez rata y un sacerdote rata, tanta sordidez demandaba elevación. Huelga
decir que yo suelo escribir al dictado de la obra, y que jamás renuncio a las asocia-
ciones de ideas por muy disparatadas que puedan parecer. Ahí suele estar siempre
la solución. Y la solución (teatralmente hablando) era el fusilamiento, como puede
verse en la imagen siguiente.
con referencias concretas, mientras que así, más sugerido, la eficacia dramática es
muy superior.
Como ya dije anteriormente, refiriéndome al vídeo, la obra se estrenó en
1980. En dictadura no hubiera sido posible. Aun así, la sombra de las dos Españas
se sentía como una amenaza cierta: de hecho, aún estaba la obra en cartel cuando
se produjo el intento de golpe de Estado del 23F. Menudo susto.
Y esa mi crónica de la dictadura. Una crónica intuida, a la que ya solo se
podrá acceder de un modo imperfecto a través del texto, o de la grabación, claros
vestigios emocionales.
que me fue muy útil para dirigirlas en escena. A los camellos solo los conocía de
vista. El recuerdo de una pequeña peripecia rural ocurrida en aquel barranco fue el
desencadenante.
(El texto y el reportaje fotográfico, únicos vestigios de aquel montaje –no
existe video– están en la página web antes citada. También en dicha página puede
accederse a un amplio “Cuaderno de Bitácora” en el que se relatan pormenorizada-
mente todos los avatares de la escritura y puesta en escena de la obra –incendio del
Teatro Español incluido–, lo que me permite pasar directamente a lo que nos ocupa
sin tener que contar la función).
La obra documenta, ya con su estrategia, la existencia de una censura que
había que evitar. Lo usual era situar la acción en otro tiempo o en otro lugar, pero
yo quería situarla en el “aquí y ahora”, por eso encomendé la comunicación de toda
la carga critica a los signos no verbales, en el convencimiento de que los censores
serían más laxos en la lectura de las acotaciones, tal como ocurrió. Las dificultades,
y no pocas, llegaron con la puesta en escena, pues ahí ya las intenciones quedaban
más claras. El incendio del teatro, que a punto estuvo de abortar el estreno, y la
muerte del dictador –todo en unos meses– culminó con el estreno de la obra en el
Teatro María Guerrero.
Al margen de lo que puedan “documentar” las propias vicisitudes del estre-
no, lo más interesante, en mi opinión, es cómo la obra refleja, sin proponérselo,
la incidencia de dos penetraciones del imperialismo económico norteamericano
en la vida de dos personajes pequeño burgueses y su entorno rural. Por una parte,
tras la II Guerra Mundial, y como respuesta a una alarmante carencia de proteínas
animales, en Norteamérica se había desarrollado extraordinariamente la avicultura,
un sistema de ganadería industrial que llegaría a España una década más tarde, con
el desarrollismo. El negocio avícola, tal como aquí se producía, era seguro para las
multinacionales que vendían las aves, para las granjas reproductoras o incubado-
ras, y también para los fabricantes de piensos o de jaulas; no así para los nuevos
granjeros –oficinistas, aventureros y desesperados; rara vez campesinos, al menos
al principio–, que entre epidemias y fluctuaciones del mercado con frecuencia se
veían abocados a la autoexplotación.
Por otra parte, también desde Norteamérica, la “fábrica de sueños” daba res-
puesta a la alarmante carencia de expectativas que existía en el mundo tras la con-
tienda fabricando la ficción enlatada que a diario consumíamos en programa doble.
Hasta que llegó el cine de carne y hueso. El rodaje de la película Lawrence de Ara-
bia puso a la ciudad patas arriba y, lo más sorprendente, la dejó llena de camellos.
Trescientos camellos que era más caro repatriar a Marruecos que buscarles alguna
utilidad (unos acabaron en el matadero, a otros se les veía arando en los bancales y
a algunos se los llevaron a la Casa de Campo de Madrid).
Avicultura y cinematografía, gallinas y camellos, realidad y ficción de un
presente transitando entre el pasado y el futuro. De ahí que la representación, que
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 167
transcurre en una granja, se inicie en una sala de conciertos con una orquesta de
cámara interpretando La Primavera de Vivaldi, la misma música que se les pondrá
a las gallinas para que mejoren la producción y que, finalmente, será un grito libe-
rador en un espacio vacío.
4. … Y la casa crecía
Ya de lleno en el siglo XXI, la casa nos crece de forma desorbitada. La es-
cenografía, cuya función suele ser ilustrativa, se convierte en espacio dramático,
cuando al palacete burgués le da por crecer, convirtiéndose así en el desencadenan-
te del drama. La obra, por tanto, es igualmente alegórica, y de algún modo hace
referencia al mundo y su sobreexplotación, un mundo que nos ha sido dado –todo
facilidades– pero que no obliga a entrar en una espiral acumulativa que, como
todo sistema piramidal, conduce a su autodestrucción. Menos basada en peripecias
personales que las anteriores, aunque mínima, también mi afición al coleccionismo
y mi profesión de decorador de interiores me da soporte para adentrarme en este
territorio, y ya de paso hacer algo de autocrítica.
5. Para terminar
Y estos son los vestigios que se podrían encontrar si alguien escavara en
mi teatro. Así viví tres momentos cruciales de nuestra historia reciente. Esa fue,
o esa ha sido mi visión del mundo que me tocó vivir. Quede claro que nunca fue
mi propósito dar fe de nada, ni documentar nada, entre otras razones por que soy
muy consciente de la naturaleza efímera del teatro, y de que ya solo el cambio de
los receptores a los que la obra se dirige, cambiaría su significado. Pero nos hemos
reunido aquí para reflexionar sobre la capacidad del teatro para documentar y mi
“humilde” conclusión es que de nuestro trabajo solo quedarán vestigios, aunque
eso sí, vestigios emocionales.
Mi último teatro como documento
My last theater as document
Paloma Pedrero
Dramaturga
ppedrero@telefonica.net
1. Preámbulo
Desde el año 2000 hasta el presente he escrito unas cuantas obras en las que
he pretendido reflejar, del modo más bello posible, ciertos momentos históricos y
culturales de nuestra sociedad. Sus transformaciones, sus estancamientos, su por-
venir. Su realidad matizada por mi propia mirada subjetiva y poética. Desde el año
2000 he escrito, entre otras, y las cuento por orden cronológico, sobre los inclina-
ciones neonazis de un número no desdeñable nuestros adolescentes (Cachorros
de negro mirar). He escrito sobre la ceguera de la sociedad de consumo salvaje,
en la que hemos convertido al dinero y a la importancia social en un dios canalla,
aparcando el alma y las verdaderas necesidades del ser (Los ojos de la noche). He
escrito sobre la muerte y la incapacidad que tenemos en nuestra cultura para afron-
tarla (En el túnel un pájaro). He escrito sobre las relaciones madre-hija, cuando
la madre por vez primera es una madre ausente. Una mujer que no antepone, sino
que lucha por compaginar la maternidad y su carrera profesional (En la otra habi-
tación). He escrito sobre los atentados del once de marzo en los trenes de Madrid
(Ana el once de marzo). He escrito sobre las personas que viven en la calle (Caídos
del cielo o Magia Café). He escrito sobre el fracaso de la pareja convencional (An-
droide mío). Y finalmente, he escrito sobre el desastre de la desigualdad de opor-
tunidades y trato a las mujeres, a través de un personaje inglés dos siglos anterior
169
170 PALOMA PEDRERO
a mí, Mary Wolstonecraft, madre de la conocida Mary Selley y del feminismo más
moderno con su libro Vindicación de los derechos de la mujer (Mary para Mary).
En fin, que creo que estas, y el resto de mis obras, son siempre documento
del presente, a veces proyectado hacia el futuro. Pero ahora voy a centrarme en las
últimas. Porque siempre las últimas son las más reveladoras para su autora. Diré
algo sobre Caídos del cielo, Androide mío y Ana el once de marzo.
del Festival de Otoño de Madrid, en el Teatro Fernán Gómez, Caídos del cielo,
la obra que escribí para ellos, con ellos y por ellos. Y que fue un éxito tan grande
como inesperado por los escépticos. Tanto gustó a la profesión, a la crítica, al pú-
blico, que el propio teatro nos pidió que hiciéramos temporada en invierno. Como
así hicimos. Con la serenidad de saber que nadie iba a fallar, ni siquiera la paloma
blanca que volaba desde entrecajas al brazo de uno de los actores y que tuvo que
ser sustituida por una paloma negra unos días antes del estreno por un ataque de
estrés. Fue la única que no pudo vivir la experiencia, creo que tampoco le importó
mucho. El resto estuvo día a día en camerinos a su hora, haciendo su calentamiento
a su hora, en escena a su hora, con toda su luz y sus sombras a su hora durante
quince días. Y nadie, ninguno de los espectadores que especulaban con esto, pudo
acertar nunca quiénes eran actores profesionales o personas sin hogar. Mérito de
todos. Mérito de un grupo que se mezcló hasta perder la identidad social y vestirse
con la identidad poética. Mérito del arte del teatro. Al acabar esta experiencia fun-
damos una ONG con el nombre de la obra, Caídos del cielo, con la que llevamos ya
varios años de travesía, no fácil pero sí apasionante. Y, como siempre en este país
tacaño con la hermosura, estamos sin ayudas institucionales. Sin ayudas a pesar
de que ninguna de esas personas que comenzaron desde la calle, y pasaron por el
escenario, han vuelto a vivir sin un techo sobre sus sensibles cabezas.
3. Androide mío
Esta, mi penúltima obra, nació de una buena pregunta; ¿habrá un día en el
que las máquinas puedan darnos el amor que nos falta? Seguro que ya ustedes se
han respondido que no, que de ninguna manera. Pues en esta obra no está tan claro.
Porque en una cocina una mujer sola espera el regreso de un hombre que nunca
llega. Es una noche especial, nochevieja; una hora especial, casi las doce; una si-
tuación especial, los hijos tampoco vendrán a cenar con la madre, se han perdido en
lugares más atrayentes. Así que ella hace la cena para ella. ¿Hay algo más triste que
cocinar para uno mismo? De pronto suena el timbre de la puerta. Unos hombres
traen una inmensa caja, casi de tamaño humano. Dentro hay un regalo. Un robot,
un androide que el marido, ingeniero robótico, con destino profesional en Tokio,
ha diseñado para su esposa. Así comienza la obra que no les voy a seguir contando.
Solo decirles que es una comedia amarga. O quizá un drama chocante. Bueno, creo
que es muy divertida. Al menos eso me pareció percibir por la reacción del público
cuando la leyeron Carlos Hipólito y Silvia Marsó hace unos meses largos en la
Sala Manuel de Falla de la Sociedad de Autores. A pesar de su celebrada lectura,
con una sala llena de profesionales amigos (que no todos lo son), Androide mío no
tiene, de momento visos de estreno. Les confieso que para que esto ocurra todavía
tengo que convencer al actor principal, el mejor androide y más solicitado actor
del mundo, y no sé cómo hacerlo. De momento, estoy aprendiendo a esperar. Y
172 PALOMA PEDRERO
aquejada de demencia senil. Una ligera demencia que le permite darnos la visión
más verdadera y tragicómica de la vida. Con ella está una joven enfermera con la
que tiene una relación cómplice. La madre de Ángel es la que sabe, es la que nos
hace ver con la claridad del agua clara, la estupidez humana, en especial la de los
hombres que disfrutan con las guerras.
Acabadas las tres partes, y después de un tiempo de reposo, vi que lo mejor
era intercalar esas tres historias. Hacerlas suceder en el mismo tiempo, en diferen-
tes espacios entretejidas, como la gran bola del mundo que teje la madre durante
toda la obra. Una gran bola que hay que levantar al acabar la historia. Otra vez el
principio, otra vez ellas curando heridas.
Esto es lo que puedo contar, lo demás lo dijo el público y la crítica. Cinco
grandes actrices bajo mi dirección y la de mi compañera Pilar Rodríguez. También
nos dieron sus palabras las víctimas reales del atentado, como Irene Villa, que asis-
tió al estreno y nos acompañó al vino con una enorme sonrisa. Un documento quizá
diferente a los otros. Porque este no saldrá en periódicos ni libros de historia. Este
quedará para los escenarios. Dice Irene Villa en su artículo de La Razón:
“Quería recomendaros una obra de teatro: Ana el 11 de marzo (hasta el 10
de abril en el Teatro Español de Madrid). Tres mujeres en diferentes etapas de la
vida con las que cualquiera puede identificarse y cuyos sentimientos te atraviesan
magistralmente: una madre, una esposa atravesando tiempos difíciles en su matri-
monio y una apasionada e ilusionada amante. Las tres acaban de perder al hombre
de su vida en los trenes de la muerte y las tres tendrán que mejorar un mundo im-
predecible, cruel e injusto por culpa del terrorismo, con su actitud. La obra de Palo-
ma Pedrero, tiene mensajes maravillosos. Lo principal: no olvidar lo inolvidable”.
Es todo… Mil gracias.
Estrategias para una dramaturgia de la ausencia:
Autoficción, impersonaje, retrospección analéptica
e hiperlepsis
Strategies for a drama of absence:
Autofiction, imcharacter, retrospection analeptic
And hiperlepsis
1. Pórtico
Agradezco al profesor Romera Castillo y a toda la organización del Semina-
rio la invitación, así como también a los presentes por su asistencia y a los futuros
lectores. Quisiera empezar mi intervención citando unas líneas del ensayo que Pas-
cal Quignard dedicó a Butes, una figura prácticamente desconocida de la mitología
griega. Butes fue compañero de Orfeo y él único de los navegantes que sucumbió
al hechizo de las sirenas, arrojándose de la nave.
Hay olvidados del recuerdo del mundo. Hay que ceder un poco de agua pura,
es decir, un poco de lengua escrita, a los viejos nombres que ya no se pronuncian.
Hay que inclinarse y exhumar las tumbas que se han perdido entre las hierbas y los
siglos y las piedras. Hay que abrir un instante la puerta de un libro a estos héroes de
la vida legendaria o a estos fantasmas de la vida histórica que han sido abandona-
dos, bien porque sus ejemplos eran contarios a la reproducción social, bien porque
sus proezas despreciaban las elecciones estéticas más populares, bien porque su
determinación contravenía los mandamientos religiosos que reúnen a las naciones
en el vínculo poderoso de la guerra. Hay que dejar una silla vacía para lo que han
sido injustamente condenados al ostracismo. Hay que dejarles un poco de perma-
174
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 175
nencia –un aumento de permanencia– en las “horas”, a pesar de los “milenios” que
han desfilado ya desde su aparición (Quignard, 2011: 23-24).
Cuando descubrí este párrafo sentí que otra voz nombraba con exactitud el
ejercicio de mi voz en la visible oscuridad de la escritura. La entrega de un teatro
que ceda una silla a los olvidados del mundo, a los fantasmas olvidados de la
Historia, a aquellos que quizá encuentren en el escenario algo de justicia, algo de
memoria, y por qué no, algo de piedad y descanso. Juan Mayorga (2016: 174) ha
hablado de la recurrencia de “los muertos sin tumba” en el teatro contemporáneo.
Desde luego, y por fortuna, no soy el único que ha acudido a esta llamada. Reco-
nozco, por citar a los más cercanos en este camino, el magisterio de Laila Ripoll,
José Ramón Fernández y el propio Juan Mayorga.
Pero han sido las obras las que han revelado esta voluntad. Sólo tras la es-
critura he comprendido esta intención, esta necesidad que era tan sólo un balbuceo
en el inicio de cada historia. Con los años y la generación de una pequeña galaxia
de textos, he comprendido por qué me pierdo tantas veces en esa fantasmagoría de
la Historia. Y también cómo mi propia formación, que yo creí abigarrada y con-
fusa –Licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia, Doctorado en Ciencias
de las Religiones, doctor con una tesis sobre la identidad nacional y cultural de
los griegos del Imperio Otomano– terminó por darme los aparejos necesarios para
atravesar esta nebulosa.
Quiero hablarles brevemente de la génesis y estrategias compositivas de cua-
tro textos que abordan un lustro exacto de escritura, pueden categorizarse como
“teatro histórico” o un teatro de fantasmas de la Historia: se trata de Cliff (2009),
Ushuaia (2012), La piedra oscura (2013) y La extraña muerte de una cupletista
contada por su perro (2014). Con frecuencia acudiré a algunos conceptos clave en
esta intervención como autoficción especular, impersonaje, mediación y metadrama.
del personaje, la impersonalización crea un personaje abierto a todos los roles, a todos los po-
sibles de la condición humana. El impersonaje es fundamentalmente transpersonal” (Sarrazac,
2012: 232).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 177
3 En Todas las noches de un día aparece la misma estrategia del “recuerdo amenazante”
(Conejero, 2015).
178 ALBERTO CONEJERO LÓPEZ
sino un combate con los fantasmas del pasado, un agón cuyo desenlace no está
en absoluto subordinado a la posición de fuerza del narrador pero tampoco a lo
ocurrido previamente.
En Ushuaia ese recuerdo se articula además con una serie de intertextos fun-
damentalmente de Moby Dick, la Biblia y la Ilíada. Es una estrategia dramatúrgica
distinta a la de la mediación, que pasamos inmediatamente a abordar.
Regreso ahora a la idea inicial de la silla vacía, de los muertos sin tumba, de
la violencia sobre los cuerpos después incluso de la muerte. En este seminario otros
compañeros han hablado de La piedra oscura por lo que sólo quisiera reconocerme
en la mirada de Wilfried Floeck cuando afirma que “el modelo del drama histórico
parece haber evolucionado hacia el modelo de un teatro de la memoria que lucha
abiertamente contra el olvido de un pasado vetado durante mucho tiempo” (Floeck,
2005: 186).
En esta obra, que sucede en agosto de 1937, la figura de Sebastián, sin ningún
antecedente real, nos permitirá descubrir la de Rafael Rodríguez Rapún, secreta-
rio de la Barraca y compañero de García Lorca en los últimos años de sus vidas.
Simone Trecca otorga al el personaje de Sebastián, la labor de mediación. Cito su
definición:
teatro histórico es una victoria sobre la visión historicista del ser humano según la
cual éste se halla clausurado en su momento histórico, del que es producto”.
Como en las tres obras anteriores, La piedra oscura entreteje sucesos verda-
deros con otros meramente ficcionales. La ocasión que genera la obra, el encuentro
entre Rafael y Sebastián, pertenece a la ficción aunque toda la información que co-
munica Rafael a su custodio proviene de dos años de investigación en el archivo de
los Rapún y otras fuentes más secundarias. De nuevo recurro a Mayorga cuando
afirma que “el poeta no ha de ser fiel al documento sino a la Humanidad. A toda ella:
a los hombres del pasado, a los del presente y a los del futuro” (Mayorga, 2016: 155).
Para poder contar lo que yo considero la verdad de Rafael tuve que ausen-
tarme de lo real, para poder interrogarme sobre la naturalización de la barbarie del
franquismo y cómo toleramos vivir en un país que tiene a miles de compatriotas
aún enterrados en cunetas.
6. Conclusión
He intentado con esta intervención recoger algunas de las estrategias compo-
sitivas de este teatro histórico que somete al documento a la tensión de la ficción y
a la ficción a la tensión del documento. Un teatro que pretende situar al espectador
frente a una silla vacía, a esa ausencia recobrada tan sólo durante el tiempo de la
representación. Muchas gracias.
Referencias bibliográficas
Augé, Marc (1998). Las figuras del olvido. Barcelona: Editorial Gedisa.
Casas, Ana (ed.) (2014). El yo fabulado. Nuevas aproximaciones críticas a la autoficción. Ma-
drid / Frankfurt: Iberoamericana / Vervuert.
Colonna, Vincent (2004). Autoficción y otras mitomanías literarias. París: Tristram.
Conejero, Alberto (2011). Cliff / Acantilado. Madrid: Fundación Autor.
–––––––––– (2013). La piedra oscura. Madrid: Ediciones Antígona.
–––––––––– (2014). Ushuaia. Madrid: Asociación de Directores de España (Literatura Dramática
Iberoamericana, n.º 69).
–––––––––– (2015). Todas las noches de un día. Madrid: Asociación de Autores de Teatro.
Floeck, Wilfried (2005). “Del drama histórico al teatro de la memoria. Lucha contra el olvido y
búsqueda de identidad en el teatro español reciente”. En Tendencias escénicas al inicio del
siglo XXI, José Romera Castillo (ed.), 185-209. Madrid: Visor Libros.
García Barrientos, José Luis (2003). Cómo se comenta una obra de teatro. Madrid: Síntesis.
Mayorga, Juan (2016). Elipses. Segovia: La Uña Rota.
Quignard, Pascal (2012). Butes, trad. Carmen Pardo y Miguel Morey. Madrid: Sexto Piso.
Sarrazac, Jean-Pierre (2012). Poétique du drame moderne. París: Les Éditions du Seuil.
TRECCA, Simone (2016). “Historia y memoria en la tablas: la función de mediación en algunas
técnicas metadramáticas del teatro español último”. Cuadernos ASPI 7.
VV.AA. (2014). II laboratorio de escritura teatral. Madrid: Fundación Autor.
De cuando fuimos dos a Los amores diversos:
el teatro como documento de la visibilidad
When We were two to Various you push:
The theater as a document of visibility
Fernando J. López
Dramaturgo. Doctor por la UNED
nandojlopez@gmail.com
Analizar la propia obra constituye siempre un reto del que resulta difícil salir
indemne, ya que se ha de buscar una perspectiva adecuada para valorar un trabajo
que, en la mente y el ánimo del autor, sigue estando en proceso. En este caso, más
allá de esa complejidad intrínseca a cualquier autorretrato –por literario que este
sea–, hay un nexo que creo que sí permite articular toda mi obra, tanto dramática
como novelística, aunque a lo largo de las siguientes páginas nos centraremos solo
en la primera de ellas.
Ese vértice que podría constituir, en cierto modo, el eje de la mayoría de mis
textos –o, al menos, de los más relevantes en mi trayectoria– es el afán de visibili-
dad, la voluntad consciente de retratar nuestro tiempo a partir de la tensión entre el
individuo –la intimidad del yo– y la sociedad en la que se enmarca –el ellos o, más
frecuentemente, el nosotros, donde la identidad de ese yo se ve irremisiblemente
modificada en cuanto deja de ser un sujeto singular y se transforma en uno colec-
tivo. En todas mis obras intento que los personajes y las situaciones compongan
un retrato de ciertos aspectos de la contemporaneidad, de modo que el teatro sea
documento de una realidad tan evidente en su presencia y tan intangible en su
incorporeidad como la emocional. Documento, por tanto, del hecho sentimental,
sexual, íntimo, de todo lo que, en esa intersección entre el yo y el nosotros, se pue-
de convertir en una realidad cuestionada o incluso marginal. De ahí que realidades
como la cotidianidad de las parejas LGTB sea uno de los motivos recurrentes en
181
182 FERNANDO J. LÓPEZ
mi producción dramática, de la que son ejemplos Cuando fuimos dos, El sexo que
sucede o Los amores diversos.
La voluntad de documentar este ahora desde su dimensión más íntima res-
ponde a una doble motivación. Por un lado, al intento de dar cuenta de los cambios
y transformaciones de un tiempo tan convulso como, a la luz de la conquista de
ciertos derechos y libertades, esperanzador. Un tiempo en el que conviven las leyes
que legalizan el matrimonio y la adopción por parejas LGTB en países como el
nuestro con el mantenimiento de la cárcel o incluso de la pena de muerte en más de
setenta naciones. Ese violento contraste entre el avance hacia la igualdad real y la
presencia –ya sea explícita o implícita– de la lgtbfobia es uno de los motores que
guían la escritura de textos como Tour de force, donde se aborda este motivo a par-
tir de la compleja relación entre Luis Buñuel y Federico García Lorca, o Cuando
fuimos dos, donde pretendí aplicar una suerte de “activismo literario” a través de la
exploración de la vida cotidiana de una pareja gay, obviando el hecho diferencial y
buscando los elementos comunes y universales a cualquier otra historia de amor y
sexo tan intensa y, a la vez, tan reconocible como la que vivían sus dos protagonis-
tas. Desde esta perspectiva, el teatro se convertiría en un documento con una doble
vertiente, ya que daría cuenta tanto del logro –es decir, de los avances consegui-
dos– como de cuanto aún queda por hacer. El objetivo último, sin embargo, no es
meramente testimonial, sino que se pretende incomodar al espectador a través de
preguntas para las que será el público quien haya de encontrar sus propias respues-
tas, ofreciendo así un fresco del tiempo en que vivimos que lucha por alejarse del
dibujo maniqueo de personajes y roles sociales.
El segundo gran motivo que justifica este interés documental es mi necesidad
de investigar en ciertas realidades que, como la violencia, la desigualdad o la inco-
municación, considero que no pueden analizarse sin atender al individuo, sin buscar
–en esa intimidad que trato de aprehender en mi teatro– los motivos que explican
su dificultad para relacionarse con el mundo que lo rodea. Ese mundo puede res-
ponder a esferas muy diversas: conyugal (Cuando fuimos dos), familiar (De mutuo
desacuerdo), laboral (Darwin dice), cultural (Los amores diversos)…, pero siempre
hay un detonante que dificulta la comunicación y la interacción en ese ámbito que,
a su vez, se convierte en un símbolo de una realidad más amplia y compleja. Las
discusiones de Sandra en Ignacio en De mutuo desacuerdo, por ejemplo, serían un
reflejo –en tono cómico e incluso paródico– de nuestra dificultad para comunicar-
nos y de las consecuencias de la falta de empatía, así como de la desorientación de
hombres y mujeres de una cierta generación ante la progresiva –y necesaria– desa-
parición de los roles de género que habían guiado su conducta décadas atrás.
Junto con la violencia, el tema de la igualdad –o, más bien, de la pervivencia
de la desigualdad– es otro de los grandes ejes de muchos de mis textos, ya sea en
títulos que abordan la realidad LGTB o en obras donde se reflexiona sobre el papel
de la mujer y los vestigios del machismo y el peso del heteropatriarcado, tal y como
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 183
sucede en Las harpías en Madrid, donde una novela picaresca del siglo XVII de
Castillo Solórzano se convierte en el punto de partida para hacer un recorrido por la
literatura misógina de la época y presentar así un espejo al público en el que habrá
de reconocer muchos de los tópicos y –como dicen sus personajes– “necedades
sobre la mujer” que, aún hoy, siguen vigentes.
En lo que respecta a la visibilidad LGTB, a lo largo de estos años he in-
tentado –y estoy seguro de que seguiré haciéndolo en cuanto escriba– dar cabida
a realidades tan diversas como las que componen el colectivo, de ahí que haya
personajes homosexuales (César y Eloy en Cuando fuimos dos, Ariadna en Los
amores diversos), bisexuales (Eva en El sexo que sucede) o transexuales (Dylan en
#malditos16). Como autor, lo que más interesa dentro de esta faceta documental
no es plantear su sexualidad como el eje de su conflicto dramático, pues eso nos
conduciría a fórmulas ya trilladas y, sobre todo, a un victimismo que ni contribuye
a la igualdad ni permite una verdadera altura estética y literaria. Lo que realmente
me importa de todos y cada uno de estos personajes es construirlos desde un lu-
gar donde su género y su sexualidad solo sean un elemento más, pero no lo que
define –de manera única y, menos aún, unívoca– ni su identidad, ni su situación
en escena, ni su relación con los demás o su ubicación en el mundo. Sí les afecta,
sin embargo, la visibilidad –propia o ajena– ya sea por la mirada homófoba de los
demás (como la que padece Bárbara por parte de sus padres en Saltar sin red) o
porque la cobardía del otro o, en el caso de Los amores diversos, de la otra dificulte
su crecimiento personal.
Pese al peso específico del hecho LGTB en mis obras teatrales y en mis
novelas, todos estos texto nacen desde una voluntad firme de no ser etiquetados:
¿alguien calificaría un drama teatral protagonizado por una pareja compuesta por
un hombre y una mujer como un “drama hetero”? En ese caso, ¿qué sentido tiene
que un drama como Cuando fuimos dos sea definido como hizo cierta crítica tras
su estreno, como “drama gay”? ¿Existe el “teatro gay”? Y en caso de que exista, ¿a
qué responde esa etiqueta: a la orientación de los personajes, a la orientación del
autor, a la orientación y el sentido de la propia trama? Mi interés por documentar
la intimidad y los cambios de nuestro tiempo nace, precisamente, de ese deseo de
suprimir etiquetas y dar cuenta de la diversidad de formas de relación, de sexuali-
dad, de amor y de familia que presiden este siglo XXI y que no siempre gozan de
la visibilidad necesaria. El teatro, en este sentido, es un arma de progreso que nos
permite, mediante la creación de un espacio poético y simbólico, consolidar y dar
voz a esas realidades que, demasiado a menudo, permanecen en su segundo plano.
Convertir en protagonista a la minoría y dejar que sea la mayoría la que se acerque
a la singularidad del otro para compartirla, conocerla y, si la emoción del hecho
teatral lo permite, empatizar con ella.
Esa misma voluntad de provocar la empatía es la que guía el retrato de la
lucha feminista en algunas de mis obras, ya sea a través de personajes concretos
184 FERNANDO J. LÓPEZ
(como Ruth, en El sexo que sucede, a través de quien se explora el gravísimo pro-
blema de la violencia machista) o de comedias ácidas que giran de modo mucho
más explícito en torno a ese tema, como sucede con Sandra y su reivindicación de
su condición de mujer más allá de ser madre en De mutuo desacuerdo o con Teo-
dora y sus hijas en Las harpías en Madrid. En otros casos, la voluntad documental
–o, en cierto modo, activista– es más indirecta, como sucede en Los amores diver-
sos, donde se denuncia la falta de visibilidad de grandes autoras de la Literatura
Universal a partir de su mención en el propio texto o de la presencia destacada
de los versos de una de estas escritoras (Gloria Fuertes) en uno de los momentos
centrales de la obra. El machismo también es un motivo recurrente en mis piezas
breves e incluso en mi teatro para adolescentes, donde intento provocar una re-
flexión sobre la involución que se está viviendo en este asunto y, de modo muy
especial, en las relaciones de pareja de la generación más joven, donde el control
y la posesión se han convertido en formas asumidas –y consentidas– de relación.
Textos breves como El cuento equivocado o Mándame un whatsapp reflejan, a tra-
vés de sus protagonistas adolescentes, esta realidad y guardan una relación directa
con algunas de mis novelas juveniles, como Los nombres del fuego. En todos estos
textos subyace, con mayor o menor fortuna, mi faceta de educador y mi firme
creencia en la capacidad del hecho literario –ya sea narrativo, ya dramático– para
provocar interrogantes y plantear debates que permitan cuestionarnos situaciones
que, como el micromachismo, asumimos como naturales cuando nunca deberían
serlo.
Teatro como herramienta de visibilización de aquellas realidades que prefe-
rimos no mirar o de colectivos que, como el adolescente, se hallan a menudo en
la frontera entre el olvido y el cliché. Protagonistas habituales de mi novelas, los
adolescentes lo son también de mi teatro, en piezas como Saltar sin red o novelas
como La edad de la ira, en cuya versión teatral ando trabajando ahora mismo. En
ambos casos se intenta dar cuenta de unos adolescentes que escapan a la visión
unidimensional –y casi monosilábica– que tenemos de ellos y, asimismo, se pre-
tende aunar lo universal (los grandes problemas atemporales de la adolescencia
son, en esencia, los grandes problemas irresolubles del ser humano: la identidad,
la desubicación, la duda…) con lo particular (¿qué diferencia a esta generación de
adolescentes de las anteriores?, ¿cómo son los quinceañeros del siglo XXI?, ¿en qué
medida afecta la tecnología o las redes sociales a su comportamiento y su modo
de relacionarse?).
Ese es el afán que guía propuestas como la adaptación teatral de La edad de
la ira, que dirigirá en 2017 José Luis Arellano con La Joven Compañía o #maldi-
tos16, un proyecto seleccionado por el CDN dentro su convocatoria 2016-17 de
Escritos en la escena, y donde los personajes están tomados de hechos y situacio-
nes reales, con la voluntad de visibilizar tanto los conflictos que les hicieron querer
quitarse la vida cuando solo tenían dieciséis años como la labor de los educadores,
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 185
orientadores y psicólogos que trabajan con ellos para encontrar el modo de que
abandonen la oscuridad que los consume. De este modo el teatro me permite ofre-
cer esa otra visión de la realidad que queda siempre al margen de los medios de
comunicación, donde apenas se narra el hecho –casi siempre, desde el alarmismo–
y se olvidan tanto las causas como las soluciones: interesa la herida –en especial,
si es sanguinolenta– pero no el modo en que habrá de curarse ni quienes se afanan
por conseguirlo.
Mi interés por visibilizar la complejidad del mundo adolescente es, de nue-
vo, doble, pues no solo permite convertir el espectáculo teatral en un revulsivo y
un mecanismo de reflexión colectivo acerca de una problemática que nos atañe
a todos, sino que también es un modo de acercar a estas nuevas generaciones al
teatro para seguir formando un público que encuentre en cuanto sucede en escena
un testimonio provocador y apasionante de sus propias vidas, ya sea a través de
personajes coetáneos o de clásicos ubicados en lugares y momentos muy alejados
a su realidad, pero donde se sientan capaces, después de esa primera aproximación,
de interpretar la verdad que se esconde tras cada uno de ellos.
Aunque de manera menos habitual, también el mundo de la infancia encuen-
tra su lugar en alguno de mis textos, como sucede en De mutuo desacuerdo, donde
se emplea el humor para denunciar la conversión en víctimas de los menores dentro
de algunas parejas. La obra, inspirada por las vivencias de los llamados “niños-
mochila”, presenta esta realidad desde la comedia, pero sin recurrir al enredo o la
caricatura, sino tan solo buscando en la mezquindad de los dos personajes –incapa-
ces de anteponer el interés de su hijo a su propio orgullo– rasgos que resulten tan
poco generosos como habituales, de modo que el espectador se ríe del comporta-
miento pueril de ambos a la vez que siente incomodidad –y una distancia progre-
siva– hacia el egoísmo que manifiestan. La comedia reivindica así la necesidad de
buscar nuevos modelos de familia frente a la rigidez del patrón convencional y la
importancia de convertir al menor en prioridad, no en objeto de disputa y víctima
de ese enfrentamiento.
Desde el punto de vista literario, resulta imprescindible dar una respuesta
formal a la visibilidad de cualquiera de estos temas y motivos. En mi teatro, ese
interrogante suele resolverse a partir de un hecho mínimo e íntimo que, sin em-
bargo, sirve de detonante para desvelar esa realidad que subyace bajo la anécdota
que sostiene la trama. Anécdota que puede desarrollarse de manera alambicada e
incluso barroca, como en los enredos de Las harpías en Madrid, o que surge de un
sencillo malentendido que mediante la amplificatio alcanza unas dimensiones épi-
cas o incluso histriónicas, como De mutuo desacuerdo. La construcción del relato a
partir de la vida íntima de los personajes permite huir de lo panfletario y cambiar el
discurso por la acción, de modo que el mensaje se desprenda de los hechos y, más
aún, de las emociones que esos hechos provocan, no de lo que defiendan –verbal
y explícitamente– los personajes. La reivindicación de la realidad gay en Cuando
186 FERNANDO J. LÓPEZ
juega con una estructura temporal en la que se rompe la linealidad y donde cada
recuerdo (o flash-back) es, a la vez, un argumento o contraargumento esgrimido
por uno de los miembros de la pareja para abogar por su continuidad o por su
ruptura definitiva. La función acaba con las mismas dudas con las que se inicia,
aunque con una diferencia esencial: ahora conocemos tanto a César como a Eloy y
hemos sido, a su lado, parte de esa relación, de modo que sí podemos decidir qué
haríamos si estuviésemos en su lugar. La obra intenta desnudar a los personajes
y, con ellos, también muchas de nuestras certezas y de nuestros miedos: ¿y si la
pareja y las relaciones no responden al modelo aprendido en nuestra educación
sentimental? ¿Y si esa educación sentimental se sostiene en un continuo espejismo
que nos impide la realización y la verdadera felicidad? Los personajes mantienen
un debate que tiene algo de homenaje al Banquete de Platón y a los diálogos re-
nacentistas sobre el amor: la palabra como vehículo de conocimiento o, en este
caso, de introspección. Un viaje doble en el que para bucear en sí mismos han de
reconocerse primero en el otro, aunque para ello hayan de deconstruirse o, en el
peor de los casos, de destruirse.
En otros casos es el contexto socio-económico el que motiva esa deconstruc-
ción / destrucción del yo, tal y como ocurre en Darwin dice, una pieza en la que
las aspiraciones de cinco jóvenes se dan de bruces con una realidad en la que solo
parece que solo podrán sobrevivir los más fuertes. De nuevo, el humor se convierte
en el recurso desde el que se documentan realidades contemporáneas de un mo-
mento muy concreto: el inmediatamente anterior a la crisis global surgida en 2008
y que, sin embargo, hacían preverla. La progresiva animalización de los persona-
jes, sumada al lenguaje próximo a lo esperpéntico de quienes han de entrevistarlos,
aleja esta obra del realismo y la sitúa en un terreno más indefinido y, a ratos, de cla-
ra influencia beckettiana, pues todos los personajes aguardan algo que ni saben en
qué consiste ni tampoco si finalmente llegará. En este texto, escrito cuando apenas
acababa de licenciarme y me hallaba en un mar de dudas muy similar al de sus pro-
tagonistas, el conflicto entre la esfera íntima y la esfera exterior se hace evidente,
pues todos los candidatos sienten cómo sus expectativas individuales están condi-
cionadas por ese ellos que no llegan a conocer aunque sí padezcan su presión hasta
el punto de que ni siquiera poseen nombre, sino que es la circunstancia externa la
que los designa, convirtiéndolos en Candidato 1, Candidato 2 y así sucesivamente.
Esa esfera externa puede ser, a su vez, parte de la esfera íntima tras un pro-
ceso de interiorización, de modo que nos resulte imposible diferenciar la primera
de la segunda. Así le sucede a Ariadna en Los amores diversos, donde el personaje
siente que su yo está formando por el ellos que nace de todos los libros que ha
leído a lo largo de su vida. La función reflexiona, entre otros temas, sobre la pre-
sencia del hecho literario en nuestra vida (¿es más real lo que vivimos que lo que
leemos?), de modo que la protagonista se siente incapaz de analizarse sin recurrir
a los versos que le han ayudado a construir su identidad. Algo hay de cervantino y,
190 FERNANDO J. LÓPEZ
Eva Guillamón
Dramaturga
eva@evaguillamon.com
of the word flamenco in Spanish is lost. In Spanish flamenco means a musical genre and also an
animal, and flamenco (the animal) is translated into English as flamingo.
191
192 EVA GUILLAMÓN
las circunstancias en las que se inserta esa habitación propia en la que escribimos,
como decía Virgina Woolf.
Este 2016 hace diez años que comencé en la Real Escuela Superior de Arte
Dramático mis estudios de Dramaturgia. En una de las asignaturas, Crítica teatral,
en la que teníamos que teorizar sobre qué era para nosotros el teatro, yo tracé una
analogía entre teatro y conducción: “El conductor debe estar comprometido con el
hecho mismo de la conducción, todos los sentidos están al servicio de esa tarea, y
cualquier cosa que ocurra alrededor es accesoria, porque hay algo que requiere su
presencia casi total”. Así había de ocurrirle también al público en el teatro, y ésa
era mi entrega a la hora de asistir al teatro, entonces. Hoy, recuerdo con ternura
aquella comparación, al igual que mi predisposición y actitud como público; pero,
diez años después, aquella entrega está considerablemente debilitada.
Como todos los estudiantes de teatro, y como todos los amantes del teatro, la
cantidad de obras leídas y presenciadas son incontables; e incontables son también
la cantidad de decepciones, bostezos, movimientos nerviosos en la butaca y ganas
de salir a respirar, por fin. He mantenido a su vez innumerables conversaciones
con compañeros de profesión, con profesionales de otras disciplinas, con personas
que nada tenían que ver con el mundo del arte… para intentar arrojar un poco de
luz a esa pereza teatral de la que soy tantas veces víctima. Por supuesto que la
subjetividad del gusto va por delante, y no estoy hablando aquí de temáticas o
estilos, sino de la desconexión entre el escenario y el espectador que acompaña a
tantas propuestas teatrales, al menos según mi visión, la de otros muchos que la
han compartido conmigo y la de otros tantos a quienes sin conocer escucho, por
ejemplo, a la salida del teatro.
Se puede hablar largo y tendido de por qué una obra funciona y otras no, o
analizar las cifras oficiales referentes al teatro; por ejemplo, según la Encuesta de
hábitos y prácticas culturales en España 2014-2015 del Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte, referidos al conjunto de la población española de 15 años en
adelante, la valoración media del grado de interés por el teatro es de 5,3 sobre 102.
En lo que respecta a otras artes escénicas, la danza logra una valoración media de
3,3, el circo de 3,9 y la ópera de 3,0. El cine español, por su parte, alcanza el 7,0 (el
norteamericano de 7,5) y la música en general 7,3. Es decir, en vista de estas cifras,
y comparando el teatro con el resto de escénicas, la cosa no parece ir tan mal; de
hecho en los últimos años son varias las obras que han agotado localidades todos
los días que han permanecido en cartel. Pero agotar las localidades no es el deno-
minador común de la mayoría de la industria teatral, no nos llevemos a equívocos.
No sé cómo ni –aunque supiera– tengo la certeza de que arrojar más teoría
a este asunto pueda resultar útil. Lo que a mí me resulta más que útil necesario es
2 Siendo los madrileños los que mejor puntuación le dan, con un 6,2, y los cántabros los
el teatro. Escribir, subirme al escenario, hacer teatro; porque, a pesar de todo, sigo
confiando en él, gracias, entre otras cosas, a trabajos de creadores que siguen ilu-
minándome la vocación, como es el caso del dramaturgo y director libanés Wajdi
Mouawad, del dramaturgo y director también libanés Rabih Mroué, del dramatur-
go y director peruano César Escuza y su Vichama teatro, del dramaturgo y director
español Miguel del Arco, o algún trabajo del dramaturgo y director Pablo Gisbert
–compañero de estudios en la RESAD– y su compañía El Conde de Torrefiel. Hay
varios más, pero tampoco es cuestión de citarlos aquí a todos. Y digo a todos, en
masculino, porque la presencia de las mujeres en la escena llamemos relevante
sigue siendo ridícula, como pusieron de manifiesto los pasados Premios Max, en
los que apenas había mujeres nominadas en las principales categorías, y esta situa-
ción es sin dudas extrapolable al ámbito internacional. En un Festival de Teatro de
La Habana, al que asistí como dramaturga, alguien me preguntó cuántas autoras
tenía en mi biblioteca. Fui incapaz de decirle más de tres o cuatro, intercaladas a
trompicones entre una interminable lista de autores. ¿No escriben las mujeres? ¿No
escribimos? ¿No hacemos cosas relevantes? Por suerte, o por constancia, que a ve-
ces van de la mano, algunas creadoras son capaces de abrir rendijas en la estructura
dominante, como es el caso de la dramaturga y directora francesa Ariane Mnouch-
kine y su Théâtre du Soleil, de la dramaturga y directora serbia Sanja Mitrović o
de la dramaturga alemana Dea Loher. Gracias a sus trabajos, como a los de algunas
otras creadoras, para mí el teatro sigue teniendo sentido.
medio que ofrece más espacio, más palabras y un mayor alcance que los periódi-
cos, radios y la televisión”. Desde que Norton-Taylor hizo estas declaraciones la
tecnología ha cambiado de manera radical el mundo del periodismo, convirtiéndo-
lo en algo mucho más accesible que cualquiera de los escenarios del planeta tierra.
Aun así, el secreto del teatro, independientemente de cuán multidisciplinar sea, de
cuántas pantallas aparezcan en escena o de cualquier tipo de invento tecnológico
que lo convierta casi en una pantalla de videojuegos es su necesidad de presencia.
Ese anacronismo que lo convierte en real –en oposición a virtual– y que es el res-
ponsable de los éxitos del teatro, porque nada hay más poderoso que la carne, y a
su vez de sus fracasos, porque la carne tiene muchas limitaciones. Esa presencia,
esos cuerpos en el escenario, marcan la diferencia.
Hace unos dieciséis años que comencé a trabajar en el ámbito del periodismo
y he desempeñado diferentes tareas a lo largo del tiempo: documentalista, fotógra-
fa, redactora, directora de fotografía, editora gráfica, editora de cierre y desde hace
siete años locutora de radio. Cuando me encontré con el teatro me deslumbró la
ficción, probablemente por oposición a lo habitual, pero poco a poco la realidad, lo
documental, fue matizando la fantasía porque, a pesar de mis múltiples intentos por
huir del periodismo, me interesa, y creo en él tanto como en el teatro.
Cuando a principios de este año estalló el conflicto entre Europa y los re-
fugiados sirios, yo acababa de terminar un poemario, Memoria y pirámide para
los inocentes –cuya segunda parte está dedicada a la activista hondureña Berta
Caceres, asesinada por defender los derechos de su pueblo Lenca, la comunidad
indígena más numerosa en Honduras–, y la poesía era el único formato en el que
pude seguir escribiendo. La poesía, que a priori parece situarse en las antípodas del
teatro, tiene una rapidez y una capacidad de síntesis que atraviesa la realidad para
desechar las partes accesorias, y desde ahí comencé mi acercamiento a los refugia-
dos sirios, sin intención todavía de que esas palabras fueran a subir al escenario:
3. Periodismo de ficción
Los materiales de no ficción utilizados en El flamenco es un animal salvaje
proceden de documentales, artículos de prensa y archivos sonoros grabados en
el campo de batalla. A priori, la obra estaba escrita para una intérprete, un cajón
196 EVA GUILLAMÓN
La obra incluye también un texto que forma parte de las conversaciones que
mantuvieron Wiam Simav Bedirxan, una maestra de escuela primaria siria-kurda
procedente de Homs –la tercera ciudad más importante de Siria después de Da-
masco y Alepo– y el cineasta sirio exiliado en París Osama Muhammad. Ambos
podían comunicarse sólo vía Internet: Wiam Simav Bedirxan registraba con su
cámara el asedio de Homs, enviándole las imágenes a Osama Muhammad, que
estaba en París. Se conocieron en persona cuando finalmente Wiam Simav Bedir-
xan consiguió escapar de Homs y pudo asistir al estreno mundial del documental,
Agua plateada. Autorretrato sirio, firmado por los dos, en el Festival de Cannes
de 2014. La decisión de incluir un extracto de sus conversaciones –que conforman
un monólogo ya que sólo he utilizado intervenciones de Wiam Simav Bedirxan–
obedece a la necesidad de escuchar la guerra como contexto sociopolítico donde
enmarcar la decisión de los refugiados de abandonar Siria, como nota de aviso que
recuerde el porqué de su decisión. Que nos recuerde, porque supongo que a ellos
no se les olvida.
4. Consideraciones éticas
Este método de trabajo pone en juego, de una manera más destacada si cabe,
los problemas éticos del teatro documental y del mismo periodismo, si nos plan-
teamos, por ejemplo, ¿hasta qué punto es lícito utilizar la palabra del Otro para
enmarcarla en mi propio discurso?, a pesar de que yo no haya variado más que la
longitud de sus frases y decidido la colocación de esa información en el lugar que
he creído conveniente entre otros artículos de prensa; es decir, ¿hasta dónde se res-
peta la palabra del Otro?, ¿sigue siendo su palabra o ya se ha convertido en la mía?
No olvidemos que el teatro, por muy documental o político que sea, sigue siendo
una suerte de espectáculo cuyo motor principal es despertar el interés del público,
198 EVA GUILLAMÓN
por lo que sería absurdo pensar que los materiales utilizados no se han adecuado,
en mayor o menor medida, a la finalidad de generar una reacción en los asistentes.
¿Es factible o necesario perseguir la objetividad? ¿Dónde están los límites de la
verdad? ¿Es lícito convertir el genocidio judío de La indagación de Peter Weiss o
la muerte de los reclutas de Philip Ralph en Deep Cut en un espectáculo? Y me lo
pregunto también como periodista, como fotógrafa.
Las imágenes de las barbaridades que las fuerzas de ocupación realizaron a
los presos iraquíes en Abu Ghraib en el 2006 permanecen en la retina de todos los
que tuvimos el horror de contemplarlas. De no haber sido por su pública difusión
estas torturas habrían formado parte del sigiloso inventario cotidiano de los “daños
colaterales” de toda guerra; pero por suerte alguien decidió difundirlas para denun-
ciar lo injusto de una realidad vergonzante y vergonzosa. Aun así el hecho mismo
de que estas imágenes sean inolvidables indica también su potencial para ser des-
politizadas, para transformarse en imágenes atemporales de una sociedad de con-
sumo como la nuestra, donde incluso las fotografías mejor intencionadas terminan
por revelar una suerte de belleza. La perfecta composición, la original perspectiva,
lo hermoso de la gama cromática, la precisión de la mirada del fotógrafo para mos-
trar el desgarro… son más perdurables que el material temático presentado. Las
fotografías pueden angustiar con la realidad que muestran, y de hecho lo hacen,
pero su tendencia estetizante es tal que el medio que comunica la angustia termina
por neutralizarla hasta convertirla en algo sensualmente estimulante, y la realidad
denunciada se convierte en un pretexto sobre el que se apoya semejante obra de
arte. El discurso artístico es capaz de absorber cualquier imagen, como afirmaba
Walter Benjamin (2004) en los comienzos de la fotografía: “Ahora es imposible
fotografiar una pila de basura sin transfigurarla, o una fábrica de cables eléctricos.
[…] La fotografía ha logrado transformar la más abyecta pobreza, encarándola de
una manera estilizada, técnicamente perfecta, en objeto de regocijo”. ¿Acaso no
puede ocurrir lo mismo con el teatro documental?
5. Esperanza y conclusión
Si al principio decía que en algún sentido el teatro se había alejado del públi-
co, una de las razones por las que me siento atraída por el teatro documental es la
posibilidad de que sea una herramienta que permita la participación popular, como
por su parte intenta el periodismo digital con la habilitación de los comentarios
por parte de los lectores, aunque esta arriesgada propuesta conlleve el riesgo de
caer en una suerte de terapia psicológica individual, nada interesante en la prensa
y mucho menos en el teatro. Augusto Boal, muy preocupado por hacer del tea-
tro una herramienta política con la que poder fortalecer el tejido social, pretendía
que el público participara activamente en las obras de su Teatro Foro, pero con la
condición de que aquellos que intervinieran tenían que realizar obligatoriamente
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 199
las acciones físicas de los actores a los que sustituían al subir al escenario. Había
que entrar en el código, asumirlo, hacerlo propio, pagar el precio de la palabra con
la acción. ¿Funcionaría fuera del Teatro Foro o se contrapondría en exceso a las
leyes del espectáculo? Decía Shakespeare (2010), que suele ser infalible, por boca
de Graciano en El mercader de Venecia: “El mundo es sólo un teatro donde cada
cual ha de representar su papel”, que viene a ser lo mismo que lo que afirmaba Guy
Debord (2000), en su libro La sociedad del espectáculo, o Freddie Mercury en su
canción Show Must Go On. Al final, sobre el escenario, el límite entre realidad y
ficción es muy difuso.
Referencias bibliográficas
teatro, proponemos esbozar una sucinta reflexión a modo de fleje entre la dramatur-
gia o ‘texto dramático’ como fuente generadora de documentos histórico-culturales
y la puesta en escena cubista o de escenificación poliédrica simultánea.
Para ello creemos necesario recordar conceptos que la experiencia –praxis
escénico-académica– nos demuestra a diario que no son consideraciones teóricas
genéricas conocidas por todos. Sin querer reabrir viejas –y no tan viejas– llagas en
la pugna posicionante del teatro a un lado u otro del género literario, referiremos a
este, al teatro de manera árbitra, vinculada y vinculante con la literatura, pero de
autonomía intransferible en modos, medios y significaciones.
Como diría Lee Strasberg: “Lo extraordinario de actuar es que la vida misma
es efectivamente usada para crear resultados artísticos. […] La realidad efectiva
es el material de nuestra artesanía” (Hethmon, 1998: 48). El teatro mimetiza la
realidad a través de su propia realidad semi-ficcionada por lo que de pacto y de
concierto tiene: la convención, un cúmulo de conformidades y acuerdos estipu-
lados en los primeros instantes del espectáculo entre espectadores y actores. La
piedra filosofal de aceptar que teatro es igual a convención nos lleva a no poder
comprender esta si no es con una semiótica que sume la parte literaria a la escénica
(Boves Naves, 1988: 13 y ss), o dicho de otro modo: el texto dramático a la puesta
en escena.
Y para que esto funcione, debemos situar al espectador como el componente
indispensable, ya que el teatro “a diferencia de las otras artes no puede prescindir
del público, por lo tanto, el público se convierte en elemento integrante de cual-
quier propuesta” (Artaud, 1938: 4-5). Aquello que se pone sobre las tablas influye
en los consumidores escénicos, dependiendo no solo de los conocimientos previos
de estos sobre la materia, sino, además, de la capacidad de INTERPRETACIÓN
que posean. Es decir, la reescritura que se produce en la mente y emoción de los
asistentes se somete a una multi-interpretación tan sugestiva y variada, como su-
gestivos y variados sean dichos asistentes. Por esto, y antes de adentrarnos de lleno
en la consideración del teatro como documento histórico y el prototipo cubista,
queremos afianzar que, a nuestro entender, es substancial alejarse de ambos extre-
mos: del sobrevalorado intencionalismo y su pretensión de que el significado de un
texto es el aspirado por su autor-escritor –Hirsch (1967); Knaap y Michael (1992);
Juhl (1980)…–, y alejarse también del anti-intencionalismo, donde pugnan quie-
nes ignoran las intenciones del autor-escritor por irrelevantes en comparación con
las del consumidor-receptor el texto –Fish (1980); Wimsatt y Beardsley (1995)…–.
Nosotros abogaríamos más por transustanciar y traer a las Artes Escénicas la
opción de “concebir la INTERPRETACIÓN como un proceso en el que intervie-
nen el autor, el texto y el lector sumergidos en la historia, y en el que se impone el
diálogo” (García Barrientos, 2006: 424). [La cursiva es nuestra.]
202 RAFAEL NEGRETE PORTILLO
a Weiss pasando por Fisher, Freed, los posibles relevos femeninos en dramaturgas
como Emily Mann o Anna Deavere Smith o las evoluciones y revoluciones dramá-
ticas en el teatro latinoamericano –sin olvidar el español–, creemos plausible poder
plantear un bosquejo de reconfiguración conceptual.
Así pues, el teatro documental –conforme a la escritura dramática y no ne-
cesariamente a su puesta en escena– sería aquel que emplea no solo datos, sino
testimonios reales recogidos por el dramaturgo en primera persona o, en su defecto,
por acreditadas fuentes documentales históricas, sociales o políticas, poniendo de
relevancia implícita o explícita su procedencia y, siempre y cuando, la introducción
testimonial de tales referentes en el texto dramático, influyan directamente en la
evolución de la trama principal. Por su parte, el teatro documento sería aquel que
cristalice/muestre escénicamente, y no solo dramáticamente, documentos/archivos
agentes referenciales, aunque no influyan necesaria ni directamente en la evolución
de la trama principal. Por último, teatro basado en hechos reales será aquel en el
que, sin ser necesaria la intervención de testimonios reales recogidos por el drama-
turgo en primera persona ni por acreditadas fuentes documentalísticas, históricas,
sociales o políticas, ni ser tampoco necesaria la muestra de documentos/archivos
agentes referenciales, tenga una base verídica en el texto dramático donde se sus-
tente la trama principal, la cual, expondrá líneas de acción contrastables y demos-
trables extra escénicamente, sin tener que sujetarse a resoluciones aceptadas –una
vez más, extra escénicamente– como realidad documentada. En base a esto, que
insistimos se nutre de Weiss, Piscator, Fisher… hilvanamos prematuramente con
nuestras propias palabras a modo de tamiz con los estudiosos del subgénero que,
quizás, todo teatro documental será teatro documento y, a su vez, todo teatro docu-
mento será teatro basado en hechos reales, mas no así todo teatro basado en hechos
reales será teatro documento, ni todo teatro documento será teatro documental.
Esto, grosso modo, sería un primer esbozo de la concepción en la que nos
apoyamos, sobre todo para no trabajar en vacío, cuando categorizamos el texto
concebido en 2009 y cuya dramaturgia fue supervisada por el maestro Fermín Ca-
bal, Último sujeto, como teatro documental.
tenemos a ÉL –las más de las veces, aunque en algunos casos conmuta con Silen-
cio–, presentando meta-teatralmente las palabras textuales recogidas en las decla-
raciones policiales tomadas a los criminales o en sus posteriores transcripciones en
prensa o libros. En paralelo y simultáneamente, Silencio verbaliza nombres, apelli-
dos y edades de cada una de las víctimas, dejando un eco, un latido cristalizado en
texto dramático –y escénico más tarde– a modo de recuerdo. Sumado a esto, yux-
taponemos una ficha donde, asesorados por una profesional en psicopatología, se
describe el perfil psicológico de cada uno de los asesinos. Para reforzar el carácter
documental, a la hora de confeccionar la dramaturgia, seleccionamos únicamente
crímenes resueltos –de asesinos en serie o asesinos de masas–, juzgados y senten-
ciados, incluyendo, de este modo, el dictamen oficial de cada litigio, así como si se
había cumplido o se estaba cumpliendo la condena.
El texto comienza con la didascalia que pide, en oscuro, que el espectador
oiga “Grabaciones originales de Jeffrey Dahmer, Bundy, John Wayne Gacy…”
(Negrete Portillo, 2012b: 8). Tras esta grabación, la primera escucha real –veraz–
de la voz del actor convertido en el personaje de Él que llega hasta el público
se trata de un extracto –aquellos fragmentos de realidad que refería Weiss– de la
traducción de la carta que el asesino en serie David Berkowitz, conocido como ‘el
hijo de Sam’, hizo llegar al oficial Borelli, (Negrete Portillo, 2012b:10):
Él. … Las mujeres de Queens son las más bonitas de todas. Estoy progra-
mado así. Para detenerme deben matarme…
Silencio. (Sin apenas dejarle concluir la frase anterior, como si, de hecho, no
estuviera hablando con él:).– Nombre.
Él. (Igualmente, como si continuara leyendo a solas. No a modo de res-
puesta:).–… David Berkowitz… El hijo de Sam…
Silencio. (Esta forma de diálogo ‘NO dialogado’ se repetirá durante toda la esce-
na.) Fecha de actuación.
Él. De 1976 a 1977. Trece víctimas. Hombres y mujeres.
tipo podrían catalogarse o venir designadas mediante un calificativo en y del lenguaje, pues los
hablantes que lo comparten tienen necesidad de comunicación y emplean este para cubrirla.
206 RAFAEL NEGRETE PORTILLO
Elisabeth. Si yo no puedo ganar, ¿por qué te preocupas? ¿Por qué no aceptas?
¿Qué puedes perder si te conozco mejor?
Él. (Irónico.) Que no me interesas para una relación estable. Lo nuestro
es solo un lío de un par de noches… bueno, o tres, depende de cómo te
portes.
Elisabeth. A mí eso me suena a miedo.
Greta. Elisabeth…
Elisabeth. El dilema del prisionero ha demostrado que la gente no escoge la
mejor expectativa, sino la menos mala… No optan por ganar, sino por
perder lo menos posible.
Él. No. Todos, no. Los grandes no se han hecho grandes jugando a no
perder.
Elisabeth. Y tú eres grande.
Él. Yo ya he ganado… (Pausa.) He perdido mucho, pero eso se acabó.
Ahora solo gano.
Elisabeth. Demuéstramelo.
2 Actualmente se encuentra en el mercado la edición V del DSM, que salió publicada por
Cuando Mantegna, por ejemplo, pinta un espacio interior con una proyección
perspectiva y abre una ventana sobre un paisaje exterior con un punto de fuga diferente,
cabe pensar en dos miradas o en dos “posiciones” de la mirada. Ahora bien, si aumen-
tamos el número de “posiciones” […] la composición de la imagen se complica, se hace
confusa y, finalmente (si el número de miradas es excesivo) imposible: la representación
de espacios tridimensionales figurados tiene unos límites, determinados por la claridad
en la composición de la imagen. Estos límites son muy estrechos (Apollinaire, 1994:
104).
Mientras Silencio continúa diciendo los nombres y las edades de las víctimas,
Él, con mayor presencia, terminará de puntualizar los rasgos del perfil homicida de los
sujetos.
Él. Sujeto uno: Eric Harris. Dominante. Narcisista. Con rasgos paranoides
y antisociales. Asesino de masas.
Silencio. …Corey DePooter, 17 años. Fleming Kelly, 16 años. Mateo Kechter, 16
años…
Él. Sujeto dos: Dylan Klebond. Sumiso. Adecuándonos al DSM-IV con
Trastorno Esquizotípico: ansiedad social excesiva que no disminuye
con la familiarización, asociada a temores paranoides más que a jui-
cios negativos sobre sí mismo. Asesino de masas.
Silencio. …Daniel Mauser, 15 años. Daniel Rohrbough, 15 años. William
“Dave” Sanders, 47 años. […]
Oscuro
Silencio. (Voz en off:)…Masacre de Columbine.
5. Concluyendo: el prototipo
Obviamente la aplicación de normas estéticas originarias de la plasticidad
pictórica a un arte de genética literaria, efímero y co-escribiente como es el teatro,
requiere un tamiz donde estructurar una matemática menos imprecisa –en la cual,
aún seguimos trabajando–. Nuestro lienzo, el de las artes del espectáculo es, per se,
tridimensional, por lo que la disección de planos ha de darse con la experimentali-
dad de realidad ficcionada, desde la palabra hasta el gesto, en fin, con el lenguaje
del teatro, ya que estamos convencidos de que solo de este modo llegaremos a po-
der afirmar, como diría Bozal, que “no es el punto de vista de un sujeto el referente
de la imagen, ahora el lenguaje mismo [el cubismo] ha ocupado el lugar de ese
sujeto y su mirada” (Apollinaire, 1994: 106).
Para concluir, si tuviéramos que desarrollar un esbozo de prototipo para con
el teatro cubista, partiendo de nuestra experiencia literaria y escénica (teatral) de
la obra titulada Último sujeto, sería, de manera sincrética, algo así: el teatro cu-
bista supone la búsqueda escénica de aquello que en arte se ha llamado perspec-
tiva múltiple. Entendemos por deconstruir ‘deshacer analíticamente los elementos
que constituyen una estructura conceptual’. El teatro cubista pretende ser capaz
de deconstruir una realidad poliédrica ficcionada para mostrar sus distintas caras
simultáneamente. Si aplicamos esto al mensaje que tratamos de transmitir con un
texto dramático y su posterior montaje, llegamos a un posible ‘cubismo sintético’.
Es imperativo esclarecer que dicho mensaje no se de-re-construye y muestra en
todos sus fragmentos, sino que se concreta en su esencialidad, sintetizando sus
partes más significativas, equipolentes a la geometría básica de las composicio-
nes pictóricas, para que cada una de estas, sí sea exhibida por varios sujetos o
posiciones –en terminología bozaliana–, advirtiendo que no se llegue a romper la
claridad en la composición del espectáculo, a tenor, por supuesto, de la capacidad
de re-creación de los espectadores y del código o convención estipulada para la
interpretación de los signos, obviamente, sin forzarles a transitar por los límites del
anti-intencionalismo.
Desde la escritura dramática, mostrar simultáneamente varios elementos –
más allá de caligramas y recursos varios del cubismo literario preexistente u otras
vanguardias– es tarea complexa, al menos, desde nuestra humilde posición de via-
jeros en el carro de Thespis y devotos de Thalía. Creemos, pues, que nuestra labor
investigadora teatral debería tender, pragmáticamente hablando, hacia la fragmen-
tación coherente –y posterior selección– de los elementos básicos y fundamentales
para que el texto dramático y, especialmente, su ulterior representación deje a la
mente del espectador/co-autor libertad coherente para reconstruir el mensaje pre-
tendido. De aquí que estemos convencidos de que el prototipo de teatro cubista y su
implementación podría ser un medio válido y altamente resolutivo cuando se trata
de poner sobre las tablas teatro basado en hechos reales, teatro documento o teatro
documental como es Último sujeto.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 211
Referencias bibliográficas
Weiss, P. (1968). “Fourteen Propositions for a Documentary Theatre”. World Theatre XVII.5-6,
375-389. Traducción de Michael Batallion.
–––––––––– (1976): “Notas sobre el teatro documental”. En Escritos políticos, 97-111. Barce-
lona: Lumen.
–––––––––– (1998). “The Material and the Models: Notes Towards a Definition of Documentary
Theatre”. En Modern Theories of Drama. A Selection of Writings on Drama and Theatre,
1850-1990, George W. Brand (ed.), 247-253. Oxford: Claredon Press.
Wimsatt, W. K. & Beardsley M. C. (1995). “The Intentional Fallacy”. En Philosophy of Art: Re-
adings Ancient and Modern, A. Neill & A. Ridley (eds.), 375-385. Boston: McGraw-Hill.
TERCERA PARTE
El documento de la cárcel en obras teatrales actuales
Document current prison in works theater
Resumen: De la cárcel nos han legado valiosos documentos y en ella han escrito
algunas de sus obras Fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús, Cervantes, Quevedo,
Jovellanos y Miguel Hernández. Directores de escena y dramaturgos contemporáneos,
como Cipriano de Rivas Cherif, Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre, han sufrido
igualmente la experiencia de la prisión, documentada en algunas de las obras que anali-
zamos. En este trabajo se indican algunas investigaciones sobre el sistema carcelario y se
ilustra con obras de Alfonso Vallejo, José Luis Alonso de Santos, Mariana de Paco, Juana
Escabias, Ana Zamora y Jerónimo López Mozo.
Abstract: Fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús, Cervantes, Quevedo, Jove-
llanos and Miguel Hernández have lived in prison and there have written their texts too.
Theater directors and contemporary playwrights, as Cipriano de Rivas Cherif, Antonio
Buero Vallejo and Alfonso Sastre have also been prison experience. In this article some
research on the prison system are indicated, with texts of Alfonso Vallejo, José Luis
Alonso de Santos, Mariano de Paco, Juana Escabias, Ana Zamora and Jerónimo López
Mozo.
Palabras clave: Cárcel. Documento. Teatro. Actualidad.
Key Words: Prison. Document. Theater. Present.
De la cárcel nos han legado valiosos documentos y en ella han escrito al-
gunas de sus obras grandes autores de nuestra literatura como Fray Luis de León,
Santa Teresa, Cervantes, Quevedo, Jovellanos y Miguel Hernández. Directores de
escena y dramaturgos contemporáneos, como Cipriano de Rivas Cherif, Antonio
Buero Vallejo y Alfonso Sastre, han sufrido igualmente la experiencia de la prisión,
documentada en algunas de las obras que analizamos.
Una interpretación del sistema carcelario ya fue formulada por Rusche y
Kirchheimer en Punishment and Social Structure (1939), donde investigan los
diferentes sistemas de castigos carcelarios en función de los modos de produc-
ción dominantes en cada una de las formaciones sociales, y sobre ello insiste Mi-
chel Foucault en Vigilar y castigar.(El nacimiento de la prisión) Surveiller et pu-
nir (1975). Pero junto a estas formulaciones teóricas encontramos ya testimonios
concretos del régimen penitenciario durante el franquismo, expuestos, entre otras
obras, en el Libro blanco sobre las cárceles franquistas 1939-1976, publicado
por Ángel Suárez y Equipo 36 en la legendaria editorial Ruedo Ibérico (Suárez,
215
216 FRANCISCO GUTIÉRREZ CARBAJO
1 Con dirección y versión del texto de José Pascual, la interpretación corrió a cargo de
2 Con dirección de Mariano de Paco, la interpretación corrió a cargo de José Luis de Blas.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 219
internos y sobre las normas sociales que condicionan y marcan el destino de cada
persona. Aunque en este caso don Juan no viaje por diversos lugares, y parezca
atenazado y encenagado por el propio lodo del suelo carcelario, lleva a cabo un rico
y profundo viaje a su interior y al de los espectadores.
La escenografía recrea una húmeda cárcel veneciana del siglo XVII, una celda
en la que Don Juan vive las que podrían ser sus últimas horas, y el protagonista, a
la vez que experimenta todos los horrores de la prisión, trabaja en la construcción
y el desarrollo del mito de Don Juan. El protagonista escucha desde la celda cómo
construyen el patíbulo donde será ejecutado y tiene la posibilidad de sobrevivir si
firma un documento en el que se retracte públicamente de sus “crímenes”. En la
recreación de un mito, como es el de Don Juan, han de tenerse en cuenta, siguiendo
la teoría de los polisistemas, dos estructuras significantes: la del mytos de la tradi-
ción aristotélica, y la un discurso literario específico en que el anterior se encarna
(Fernández, 2000; Gutiérrez Carbajo, 2013: 215). Mariano de Paco las tiene muy
en cuenta, y puesto que el texto presenta la celda como un espacio intransitable,
ha construido un escenario compuesto de agua y lodo, que funciona como un ele-
mento vivo más.
En este lugar el personaje se enfrenta a sí mismo, e independientemente de la
resolución final de su pensamiento, pone en tela de juicio si sus actitudes han sido
las correctas o no, y estas dudas que alberga el protagonista son las que lo humani-
zan más, lo hacen más cercano al público, y logran que el espectador participe de
su experiencia carcelaria.
Ese es el objetivo fundamental del director: lograr que el espectador trate
de situarse en esa celda, sin ver la luz del día ni tener noción del tiempo durante
meses, y piense qué haría en una situación semejante. Y que mire hacia atrás, como
apuntaba Seda, que explore sus remordimientos y sentimientos, y decida si la vida
que está viviendo es la que ha querido vivir o simplemente la que ha aceptado.
Al espectador se apela también en la obra Cautivas (2015), de Juana Esca-
bias, cuya acción se desarrolla en una cárcel franquista sin especificar pero con
abundantes referencias a circunstancias históricas y a personajes muy concretos.
En el tratamiento de estos asuntos, como en la representación de la vida carcelaria,
se manifiesta el compromiso de la autora, según observa Eduardo Pérez-Rasilla:
“Tanto el profesor Gutiérrez Carbajo como el dramaturgo López Mozo en sendos
prólogos a otros volúmenes en los que se editan textos de la autora, han insistido
en el comportamiento de Juana Escabias con la realidad circundante […] en las
posibilidades políticas del teatro” (Pérez-Rasilla, 2015: 10).
Al igual que en Penal de Ocaña, el hilo conductor de la acción dramática es
un diario, en este el que escribe María, una presa con muchos años de experiencia
en su compromiso político. Estos documentos los considera necesarios como de-
nuncia de las injusticias y como contribución a la escritura de la Historia: “Estoy
escribiendo un diario con mi historia y la de todas nosotras. Lo registro todo, lo
220 FRANCISCO GUTIÉRREZ CARBAJO
escribo todo y lo saco al exterior, donde guardan cada una de mis hojas. Debemos
denunciar al mundo entero lo que está sucediendo en este país […]. La memoria
contribuye a escribir la Historia” (Escabias, 2015: 31).
María no interrumpe la escritura de su diarios, incluso después de ser tortura-
da. La escritura se convierte en un monólogo en el que se dice a sí misma que debe
recordar para denunciar, para proclamar las atrocidades de la cárcel: los golpes,
las corrientes eléctricas, el asesinato de los presos. La historia debe pervivir en la
memoria colectiva. La experiencia de María constituye una reconstrucción dra-
mática de lo que aparece documentado en Testimonios de mujeres en las cárceles
franquistas, de Tomasa Cuevas (2004) y en otros de los ensayos citados.
Las noticias que le llegan de fuera de la prisión son también dramáticas, aun
después de haber terminado oficialmente la guerra. Nada menos que el yerno de
Mussolini, el conde Ciano, mientras visita España, proporciona testimonio de estos
hechos: “Todavía hay muchas ejecuciones. Sólo en Madrid entre 200 y 250 diarias;
en Barcelona, 150; en Sevilla, una ciudad que nunca estuvo en manos de los rojos,
80…”. Como escribe Max Aub, el ministro italiano de Relaciones Exteriores, “no
paró mientes en el campo, donde el Generalísimo iba a resolver el problema agra-
rio por algunos lustros: en muchos pueblos se fusiló, por las buenas, la cuarta parte
del vecindario. Cayeron, así, el solo año de la “victoria”, más de doscientos mil
españoles, sin hablar de los que se pudrieron en las cárceles y presidios, durante
años y años…” (Aub, 1969: 169).
Estas noticias de los asesinatos seguramente llegan a la prisión donde están
encerradas las “cautivas” en la obra de Juana Escabias. En algún momento abrigan
un rayo de esperanza: “Resistid. Hitler está acorralado, caerá dentro de poco. Eu-
ropa nos salvará” (Escabias, 2015: 65). Están celebrando a su manera en la prisión
la llegada del año 1941. María le recuerda a Alba que cuando ellas se conocieron,
el gobierno de la República todavía luchaba contra el golpe de Estado de Franco:
“Madrid resistía y hubiera continuado resistiendo, pero fue traicionado desde sus
propias filas. El coronel Casado, el socialista Besteiro y el anarquista Mera deci-
dieron rendirse, en contra de la voluntad del gobierno y del pueblo” (Escabias,
2015: 45).
Julia, por su parte, le relata el fusilamiento de las trece rosas en el verano en
el que terminó la guerra. En represalia por el atentado contra el comandante Ga-
baldón, que tenía registrados a todos los colaboradores con la República, Franco
ordenó fusilar a más de cuarenta presos y a trece presas, trece rosas segadas en
la flor de la vida: “Era imposible que estuvieran implicados, se encontraban en la
cárcel cuando ocurrió, pero todos aquellos inocentes murieron” (Escabias, 2015:
58).
Un momento importante en la vida carcelaria lo constituyen las comunica-
ciones. Bajo la atenta mirada de las funcionarias, las conversaciones se agolpan,
se solapan, se interrumpen… hasta que la guardiana da una palmada y ordena el
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 221
una iglesia, el reloj de una torre. Su función esencial, sin embargo, es la de inter-
pretación de piezas de Falla, Chopin, Schubert y de otros autores románticos y
renacentistas. En consonancia con el procedimiento citado de la ostensión, en oca-
siones la pianista Isabel Zamora se sube encima del instrumento y, con los brazos
extendidos, aletea, simulando el planear de los aviones sobre Madrid, a los que se
refiere en su parlamento la actriz Eva Rufo.
Como todas las producciones de la compañía Nao D’amores, Penal de Oca-
ña presenta una puesta en escena impecable, lograda en esta ocasión con apenas
elementos ni artificios, y con una estupenda iluminación y economía del espacio
escénico. Se pone, así, de manifiesto, que lo minimalista bien utilizado logra en
el espectador efectos tan impactantes como los grandes montajes espectaculares.
En un penal también tristemente célebre, como el de El Dueso, se desarro-
lla Cúpula Fortuny (2012) de Jerónimo López Mozo. El autor ha localizado otras
obras en los espacios carcelarios, como El deicida, cuya lectura fue dirigida por
Modesto Higueras y estrenada el 27 de mayo de 1966 en el Aula del Servicio
Nacional de Educación y Cultura (Instituto Municipal de Educación, de Madrid).
La presentación corrió a cargo de Alfredo Marqueríe (ABC, 26 de mayo de 1966,
p. 119) y sus intérpretes fueron Javier de Campos, Miguel Vico, Carlos Pereira,
Pedro Valentín y el propio Modesto Higueras. El argumento de la obra está ins-
pirado en una historia real descrita por Curzio Malaparte, que cuenta cómo un
soldado ruso preso en Finlandia mató a su carcelero porque veía en él a Dios. El
suceso tuvo lugar durante la guerra mundial, pero López Mozo lo trasladó a la
Italia fascista.
En Cúpula Fortuny (2012), López Mozo nos presenta la vida en las cárce-
les franquistas y la extraordinaria labor teatral que en el Penal de El Dueso llevó
a cabo Rivas Cherif. En los años en los que este dirigió “El Teatro Escuela”, el
dramaturgo Antonio Buero Vallejo ocupó la celda 142 en el penal El Dueso y el
socialista Ramón Rubial pasó en esta cárcel desde el año 1950 al 1954. Con Buero
Vallejo mantuvo Rivas Cherif la polémica sobre el “posibilismo”, que el autor de
Historia de una escalera desarrollaría más tarde, en otras condiciones y desde una
perspectiva diferente, con Alfonso Sastre5.
5 En relación con esta obra sobre el espacio carcelario, conviene resaltar los trabajos teó-
ricos Cómo hacer teatro: apuntes de orientación profesional en las artes y oficios del teatro
español (Rivas Cherif, 1991) y El Teatro-Escuela de El Dueso. Apuntes para una historia (Rivas
Cherif, 2010). Si el primero es un libro esencialmente teórico, en el segundo detalla la gestación
y la realización de algunos espectáculos, como La casa de la Troya, de Linares Rivas, El gran
teatro del mundo y El alcalde de Zalamea de Calderón, La carátula y El paso de las aceitunas de
Lope de Rueda, El retablo de Maese Pedro y Los baños de Argel de Cervantes, Abén Humeya o
la rebelión de los moriscos de Martínez de la Rosa, El estudiante de Salamanca de Espronceda y
La leyenda de Don Juan, con textos de Tirso de Molina, Molière y Zorrilla.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 225
Referencias bibliográficas
Aguilera Sastre, Juan (ed.) (2010). El teatro escuela de El Dueso: Apuntes para una historia.
Cipriano de Rivas Cherif. Madrid: Ediciones del Orto.
Aguilera Sastre, Juan y Aznar Soler, Manuel (1999). Cipriano de Rivas Cherif y el teatro
español de su época (1891-1967). Madrid: Asociación de Directores de Escena.
Alonso De Santos, José Luis (2006). “Entre rejas”. En Cuadros de amor y humor, al fresco, 165-
170, ed. de Francisco Gutiérrez Carbajo. Madrid: Cátedra.
Aub, Max (1969). Poesía española contemporánea. México: Ediciones Era.
Canellada, María Josefa (1985). Penal de Ocaña. Madrid: Espasa Calpe, Austral.
Cuevas, Tomasa (2004). Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas. Huesca: Instituto de
Estudios Altoaragoneses.
Égido, Ángeles et al. (2011). Ciudadanas, militantes, feministas. Mujer y compromiso político en
el siglo XX. Madrid: Eneida.
Elam, Keir (1980). The Semiotics of Theatre and Drama. London: Methuen.
Escabias, Juana (2015). Cuatro obras políticamente incorrectas. Madrid: Esperpento Ediciones
Teatrales.
228 FRANCISCO GUTIÉRREZ CARBAJO
Fernández, Luis Miguel (2000). Don Juan en el cine español. Hacia una teoría de la recreación
fílmica. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela (Monografías
de USC, 208).
Fernández Almagro, Melchor (1935). “Lope en el retiro. Representación de “La dama boba”.
Ya, 28 de agosto, 7.
Foucault, Michel (1975). Surveiller et punir. París: Éditions du Seuil.
Gutiérrez Carbajo, Francisco (1999). “Algunas adaptaciones fílmicas de teatro histórico (1975-
1998)”, 265-296. En Teatro histórico (1975-1998). Textos y representaciones, José Rome-
ra Castillo y Francisco Gutiérrez Carbajo (eds.), 265-296. Madrid, Visor Libros.
–––––––––– (2007). “Adaptaciones de textos narrativos y teatrales sobre la guerra civil españo-
la”. Península. Revista de Estudos Ibéricos (Instituto de Estudos Ibéricos. Facultade de
Letras da Universidades do Porto) 3, 203-240.
–––––––––– (ed.) (2012). Cupula Fortuny, de Jerónimo López Mozo. Madrid: Huerga & Fierro.
Helbo, André (1997). L’adaptation. Du théâtre au cinema. París: Armand Colin.
Helbo, André et al. (1978). Semiología de la representación. Teatro, televisión, cómic. Barcelo-
na: Gustavo Gili.
Hernández Delgado, Fernando (2003). Mujeres encarceladas. La prisión de Ventas: de la Repú-
blica al franquismo, 1931-1941. Madrid: Marcial Pons.
Kristeva, Julia (1969). Semeiotiké. Recherche pour une sémanalyse. París: Seuil.
Lindenberger, Herbert (1975). Historical Drama: The Relation of Literature and Reality. Chica-
go: University of Chicago Press.
López Mozo, Jerónimo (2003). “La historia en el teatro español”. La Ratonera. Revista asturiana
de teatro 7, enero, 89-10.
–––––––––– (2006). “Latigazos y caricias”. ABC, 22 de julio, 26.
Lukács, Georg (1976). La novela histórica (1936). Madrid: Grijalbo.
Mackee, Robert (2002). El guion. Sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de
guiones. Barcelona: Alba.
Pérez-Rasilla, Eduardo (2016). Prólogo a Cuatro obras políticamente incorrectas, de Juana
Escabias, 9-15. Madrid: Esperpento Ediciones Teatrales.
Rivas Cherif, Cipriano De (1991). Cómo hacer teatro: apuntes de orientación profesional en las
artes y oficios del teatro español. Valencia: Pre-Textos.
–––––––––– (2010). El Teatro Escuela de El Dueso. Apuntes para una historia, ed. de Juan Agui-
lera Sastre. Madrid: Ediciones del Orto, Breviarios de Talía.
Romera Castillo, José (2000). Prólogo a Combate de ciegos y Yo maldita india, 9-24. Madrid:
UNED.
–––––––––– (2011). Teatro español entre dos siglos a examen. Madrid: Verbum.
Romera Castillo, José y Gutiérrez Carbajo, Francisco (eds.) (1999). Teatro histórico (1975-
1998). Textos y representaciones. Madrid: Visor-Libros.
Rusche, Georg & Kirchheimer, Otto (1939). Punishment and Social Structure. New York: Co-
lumbia University Press.
Rufat, Ramón (2003). En las prisiones de España. Estudio, introducción y notas de José Ramón
Villanueva Herrero. Zaragoza: Fundación Bernardo Aladrén.
Ruiz Ramón, Francisco (1975). “Introducción al teatro de López Mozo”. Estreno 1, invierno,
15-18.
Suárez, Ángel y Equipo 36 (1976). Libro blanco sobre las cárceles franquistas 1939-1976. París:
Ruedo Ibérico.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 229
pretenden reírse de ellos: “Escolti, don Alonso, que no son pas Leroy Merlin y sus
secuaces, que son empleados de este lugar, gente alegre y juguetona, que tienen
muchas ganas de pitorreo” (Boadella, 2011: 275).
Pero, como en el Quijote, Justino-don Alonso parece que ha entrado en el
juego escénico, de manera que adopta las convenciones teatrales, como cuando
entra y sale del escenario anunciando, como si de una acotación implícita se trata-
ra, que se disponen a comenzar la segunda parte de la representación del Quijote:
(Cruzan la falsa puerta).
Gabriela: ¡Hasta nunca, caballeros!
(Cierran la puerta y, en un giro inesperado como si hubiesen transcurrido varios
días o semanas, se dirigen hacia la directora con renovadas energías).
Don Alonso.– ¡Dios os guarde, señora tía! […]. Somos los que en la primera par-
te estuvimos luchando contra la tubería oxidada y ahora, en esta segunda parte, hemos
vuelto para que todo se haga según lo establecido (Boadella, 2011: 311).
Tantos niños y tuviste que elegir a la más tonta. De pronto, en lugar de decir “Sé
amable, Walter, saluda este señor”, tiró el muñeco al agua y dijo: “Escapa, Rebeca, que
viene el alemán”. Silencio. Una pena. En un momento tan hermoso, cuando estábamos
saliendo del bosque. Sólo eso ha faltado para que todo fuese perfecto (Mayorga, 2011:
169).
236 PILAR JÓDAR PEINADO
2 “La Mujer en la Sombra.– Mujer, estamos aquí Pirandelliando y no pasa nada y ¿ahora
por el citado conflicto, uno de sus personajes, Amenhotep, como representante del
Club de los Hombres que conspiran para invisibilizar a las mujeres, la rapta y la
saca del escenario, “cae el dispositivo electrónico al suelo” y, de nuevo, otra voz
femenina silenciada.
hecho notado por Virtudes Serrano (2004), a propósito del metateatro de Carmen Resino y Palo-
ma Pedrero. La investigadora explica este hecho, que parte de la Asociación de Dramaturgas, en
1987, por el interés creciente estas acerca de su puesto en el panorama teatral.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 239
2.7. La función por hacer (2013), de Miguel del Arco y Aitor Tejada
La situación que acabo de describir es lo que ocurre en esta pieza, donde
un Actor y una Actriz que están realizando su representación son interrumpidos
por cuatro personajes que les obligan a que interpreten su drama: “Hermano Ma-
yor (HM).– Queremos vivir […]. En vosotros, aunque solo sea por un momen-
to” (Del Arco y Tejada, 2013: 119). El Actor y la Actriz no tienen más remedio
que acceder, así que se convierten en directores escénicos, lo que promueve la
aparición de intervenciones autorreflexivas con presencia de metalenguaje en las
que nos desvelarán los mecanismos de la creación escénica: “Actor.– De todo lo
que nos están contando se puede extraer la información necesaria para componer
un drama. En eso consiste el proceso de la creación artística […]. ¡Simplificar y
concentrar!” (Del Arco y Tejada, 2013: 128). Esta autorreferencialidad al propio
trabajo escénico es considerada por parte de los personajes-directores como una
propuesta didáctica para que el público conozca los entresijos del montaje teatral:
“Actor.– ¿La hacemos? (Al público). Puede ser interesante para vosotros ver el
salto cualitativo del proceso del que hablábamos” (Del Arco y Tejada, 2013: 134).
Este didactismo propio del metateatro contribuye a establecer una complicidad con
la audiencia que crece hasta llegar a su abierta provocación, como hace la Actriz,
que incluso les conmina a abandonar el patio de butacas: “Actriz.– “(Al público).
Espero que tengáis claro que nosotros no tenemos nada que ver con esta gente […].
Podéis marcharos y exigir la devolución del dinero de las entradas… (Espera una
reacción). ¡Venga! […]. Podéis marcharos, joder. ¡Que os vayáis!” (Del Arco y
Tejada, 2013: 123).
De la autorreflexividad acerca de cómo se transforma en materia teatral una
historia, se pasa a un nivel más alto de metateatralidad constituido por el enfrenta-
miento actores/personajes o realidad/ficción: los actores se sienten sometidos a los
deseos de los personajes; y, por otro lado, el Hermano Mayor postula la superio-
ridad del personaje respecto del actor o actriz que lo encarne. Este personaje me-
taficcional que teoriza sobre su propio estatus no tiene otra función más que la de
equiparar su existencia con la nuestra, hacernos conscientes de nuestra fragilidad
como seres humanos: “Hermano Mayor.– Si nosotros no poseemos otra realidad
más allá de la ilusión, no estaría de más que también tú desconfiaras de tu propia
realidad” (Del Arco y Tejada, 2013: 141).
Los personajes pretenden dejar clara la superioridad del arte sobre la vida
porque aquel es inmutable y eterno, mientras que lo real es voluble. Esto es lo
que manifiesta la Madre cuando afirma que su drama se actualiza cada vez que lo
240 PILAR JÓDAR PEINADO
Madre. ¡Está muerto! Mi niño, mi niño… Otra vez, no, no, no…
Actor.–Vale ya con la imbecilidad. ¿Cómo va a estar muerto? No es más que un
golpe de efecto, pura fantasía.
Hermano Mayor. No, es verdad. Su muerte es real (Del Arco y Tejada, 2013: 148).
El Actor, como director escénico, decide terminar la función, apaga las luces
y, cuando vuelven, los personajes ya han desaparecido. El Actor y la Actriz han
traspasado los diferentes niveles de ficción desde donde se encontraban junto con
los personajes y han podido experimentar, junto con estos, la viveza de una expe-
riencia dramática que quizá sea más real que su vida misma.
Referencias bibliográficas
Abel, L. (2003). Tragedy and Metatheatre. Essays on Dramatic Form. New York / London:
Holmes & Meyer.
Hornby, R. (1986). Drama, Metadrama, and Perception. London and Toronto: Associated Uni-
versity Presses / Bucknell University Press.
Jódar Peinado, P. (2016). Metateatro español: estudio del concepto y de su presencia en cien
textos teatrales de los siglos XX Y XXI, Tesis de doctorado, dirigida por Emilio de Miguel
Martínez. Universidad de Salamanca (que puede leerse en http://www2.uned.es/centro-
investigacion-SELITEN@T/pdf/Pilar_Jodar.pdf) [4/5/2016].
Martínez Paramio, A. (1996). “El teatro dentro del teatro. Una perspectiva actual”. ADE-Teatro
52-53, 124-26.
Rodríguez, R. (1995). “Fundamento y memoria del teatro documento”. ADE-Teatro 41-42, 117-
119.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 241
Schlueter, J. (1979). Metafictional Characters in Modern Drama. New York: Columbia Uni-
versity Press.
Schmeling, M. (1982). Métathéâtre et Intertexte. Aspects du théâtre dans le théâtre. París: Lettres
Modernes.
Serrano, V. (2004). “El espacio y el tiempo de la mujer en la dramaturgia femenina finisecular”.
En Dramaturgias femeninas en la segunda mitad del siglo xx. Espacio y tiempo, José Ro-
mera Castillo (ed.), 95-107. Madrid: Visor Libros.
El valor documental de La Celestina
en las lecturas escénicas del siglo xxi1
The documentary value of La Celestina
on the twenty-first century stage
María Bastianes
Universidad Complutense de Madrid – ITEM
mbastianes@gmail.es
Resumen: El presente trabajo estudia las lecturas que en estos primeros años del
siglo XXI ha suscitado La Celestina en las tablas españolas, teniendo en cuenta su in-
serción dentro de la historia escénica de la obra, así como la evolución que experimenta
el valor documental de un clásico apreciado desde sus inicios escénicos por su realismo.
Abstract: The present study deals with the way in which La Celestina has been
performed over the twenty-first century, taking into account the particular stage history
and the documentary value of a classical work that had drawn the attention for its rea-
lism.
Palabras clave: La Celestina. Historia del teatro. Puesta en escena actual de los
clásicos.
Key Words: La Celestina. Theatre History. Performance and Reception of Clas-
sical Texts.
CM. Plataforma digital para la investigación y divulgación del teatro contemporáneo en Ma-
drid”, financiado por la Comunidad Autónoma de Madrid (código: H2015/HUM-3366) –en el
que participa el SELITEN@T– y “PTCE. Primer Teatro Clásico Español. Plataforma para la
investigación textual y escénica del Teatro Español del XVI (1496-1542)” del Plan Nacional de
Investigación “Excelencia”, otorgado por el Ministerio de Economía y Competitividad (código:
FFI2015-64799– 2016-2019).
242
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 243
2 Baste mencionar De Fuenteovejuna a Ciudad Juárez del Cross Border Project. Estrenada
en 2010 en Nueva York, la propuesta empleaba la obra de Lope como instrumento de denuncia
contra los feminicidios en la Ciudad Juárez actual. Para más información se puede consultar el
artículo de Fernández (2014).
3 No es el objeto en sí mismo sino la voluntad de recordar a través del objeto, de convertir-
lo en objeto de memoria, lo que hace que tenga un significado, “hable” a un determinado receptor.
4 Sobre la conexión con lo real dirá Reinelt (2009: 9 y 10): “If we want to understand the
minimal claim of the documentary, it is simple facility: the indexical value of documents is the
corroboration that something happened, that events took place. Beyond this sometimes tenu-
ous realism, however, is the phenomenological aspect of the spectator’s experience. Partnering
with the documentary as co-producer of the reality in question, spectators validate or contest the
truth-value of the documents”.
244 MARÍA BASTIANES
miento histórico de la evolución del contradiscurso de la España negra como respuesta al uso
propagandístico de la leyenda negra por el franquismo se puede consultar el libro de Villanueva
(2011).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 245
inicios de la Inquisición a finales del siglo XV hasta el rígido control moral ejercido
durante el franquismo.
Ahora bien, este cambio en la manera de interpretar y utilizar en escena LC
resulta fundamental para comprender algunas de las características que presentan
muchos de los últimos montajes del siglo XXI, con el resurgimiento de lecturas es-
cénicas oscuras; un fenómeno que obedece en parte al interés que presenta el tema
de la marginalidad y la violencia en el teatro contemporáneo (Floeck, 2004: 203-4)
y en parte a la voluntad de hacer dialogar al clásico con problemáticas actuales7.
Veamos algunos ejemplos.
El día 23 de mayo del año 2000 se estrenaba en el Salón Teatro de Santia-
go de Compostela A Celestina. Comedia dos tolos amores de Calisto e Melibea,
versión libre de LC del grupo Teatro do Noroeste8. Escrita y dirigida por Eduardo
Alonso, la obra toma la trama de la Comedia y la traslada a un nuevo marco histó-
rico y social: el mundo del narcotráfico colombiano en las Rías Bajas de Galicia en
los años 80. Esta traslación espacio-temporal permite que la codicia, los negocios
y la traición adquieran relieve dentro del montaje: Calisto, que tiene que viajar a
Medellín para pagar una partida de droga que llegó a Galicia, se enamora fugaz
y perdidamente de la dependienta de una floristería (Melibea). Tras solicitar los
servicios de la alcahueta consigue el favor de su amada. Por encontrarse con la
muchacha, pierde el avión que debía llevarlo a Colombia y el cártel lo manda a
matar. Como indica López-Ríos, las dos maletas con billetes que aparecen a lo lar-
go de la obra adquieren un valor simbólico “como recordatorio del fugaz poder del
dinero y la transitoria felicidad que aporta” (2011: 217). No obstante, este ambiente
marginal funciona aún meramente como trasfondo de la historia amorosa entre
Calisto y Melibea, cuya relación no solo se mantiene alejada, sino que se presenta
en primer plano como contraria al mundo corrompido por el dinero que la rodea.
Cabe advertir que esta idealización de los amores de la pareja constituye un tópico
de herencia romántica –se observa a los amantes de Rojas desde el modelo shakes-
periano de Romeo y Julieta (Bastianes, 2014a: 40)– que todavía sigue vigente en
muchas versiones escénicas.
Más arriesgado en cuanto a la lectura de las tensiones sociales que recorren
el texto de Rojas es la propuesta que Calixto Bieito realizó en el año 2004 para el
Festival de Edimburgo, una coproducción del Birmingham Repertory Theatre y el
propio festival. El montaje se estrenó el día 16 de agosto y, a pesar de los anuncios
en la prensa sobre una posible temporada posterior en el Teatre Romea (en ese en-
nos de los estudios sobre las carteleras del SELITEN@T (De la Torre, 2015; Aburto González,
2015; Viola, 2012; Arceaga Morales, 2016; Jiménez Aguilar, 2016).
8 Para más información sobre la versión se puede consultar el artículo y entrevista a Eduar-
9 En el montaje Bieito empleó la traducción al inglés recortada de Clifford, que redujo aun
más para el montaje. Existe una edición de la traducción (Clifford, ed. 2004).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 247
solo seduce a una Melibea con problemas con las drogas porque es “la única mujer
a la que no se ha llevado a la cama” (Subirana, 2004: 51).
Pocos meses después, el 8 de septiembre de 2004 se estrenaría en el Teatre
Lliure de Barcelona la segunda versión de la obra de Robert Lepage, una puesta
en escena de la adaptación francesa de Michel Garneau, traducida al español por
Álvaro García Meseguer10. La Celestina, allá cerca de las tenerías, a la orilla
del río fue una coproducción de la compañía de Lepage (Ex Machina) e Ysarca11.
Además, contó con apoyo financiero –en unos años de bonanza económica– de
Salamanca 2005, la Ciudad de las Artes Escénicas de la Generalidad valenciana,
el Fórum 2004, el Teatre Lliure y el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Cana-
ria (B.F.O, 2004: 10). El montaje se vio en varias ciudades españolas, aunque la
gira estuvo acotada por el coste del espectáculo y los requerimientos de espacio
que exigía la compleja escenografía. Al parecer en un inicio se preveía, asimismo,
una importante gira internacional (Rodríguez, 2005: 56; Sánchez, 2005: 60), pero
finalmente el montaje solo visitó el Piccolo Teatro di Milano en febrero de 2006.
De manera similar a lo que sucedía en la propuesta de Bieito, Calisto se nos
muestra aquí también como un joven caprichoso, brusco y aquejado de un irrefre-
nable apetito sexual hacia Melibea: la manera lúbrica con que describe el cuerpo de
la joven en el auto I, la forma de frotarse contra la cama cuando piensa en su amada
en el monólogo inicial del auto XIII, o el exaltado modo de montar a caballo cuan-
do, luego del momento de melancolía post coitum que invade al personaje al inicio
del monólogo del auto XIV, este comienza a fantasear con las futuras noches. La
desmesura de Calisto se hace patente durante los encuentros sexuales de la pareja.
La rapidez y violencia de la primera noche en el huerto, casi una violación, darán
nuevo sentido a la frase con que la joven reprocha a su amado el haber perdido
la virginidad “por tan breve deleyte” (Rojas, ed. 2001: 516; en la versión “por un
placer tan corto”, García Meseguer, c. 2004: 85). Lucrecia arrastra a una quebrada
Melibea para limpiarla y Calisto comienza a buscar la manera de salir del huerto.
La violencia no es privativa del personaje de Calisto y está especialmente
presente en el mundo bajo, asociada de alguna manera a la marginalidad. Durante
la comida del auto IX Celestina coge por los cabellos a Elicia para evitar que siga
discutiendo con Sempronio, disipando el tono festivo de la escena y produciendo
una sensación de extrañamiento. Por su parte, a lo largo de todo el montaje se
destacará el gusto por el vino de la alcahueta, a la que vemos beber, jarro y vaso
10 Seis años antes, en 1998, había llevado a escena la adaptación de Adam Nashman en el
Dramaten de Estocolmo.
11 La empresa española promotora de espectáculos Ysarca, bajo la dirección de Pilar de
Yzaguirre, había organizado en 1997 la presentación, por primera vez en España, de Robert Le-
page con el montaje de Elsinore, que se vio en el Festival de Otoño de Madrid. Más tarde estaría
implicada también (como organizadora o coproductora) en la representación de otros montajes
del director en España.
248 MARÍA BASTIANES
en mano, en todas las escenas que se desarrollan en su casa. También los criados
llegan borrachos a la casa de Celestina para cobrar su parte del botín, las risas con
las que responden a las excusas de la vieja para no entregar la cadena genera una
atmósfera de tensión (auto XII). Así, el puñal que lleva Sempronio al cinto –con el
que amenaza a Pármeno al inicio de la escena correspondiente al auto VIII y mata
a Celestina luego– se convierte en el montaje en símbolo de esta violencia latente.
Por último, cabe destacar la presencia que tiene una vez más lo escatológico
en el montaje; ya hemos mencionado cómo se nos muestra a Lucrecia limpiando a
su ama luego de que esta pierda la virginidad. Uno de los momentos más inquie-
tantes de la propuesta tiene como protagonista a Areúsa. Durante el auto VII la
prostituta se refiere a su mal no como mal de madre (desplazamiento de la matriz),
sino como un “extraño dolor” de estómago (García Meseguer, c. 2004: 48-9). Más
adelante y luego de prometer a Elicia que vengará la muerte de Celestina y los
criados (auto XV), Areúsa sufrirá una profusa hemorragia, lo que induce al espec-
tador a darle al “extraño dolor” un significado ominoso (¿una enfermedad grave?,
¿un aborto?). Este pequeño detalle otorga a la pintura del mundo prostibulario una
pincelada siniestra ausente en otras propuestas escénicas de la pieza.
El 01 de marzo de 2012 se estrenaba en el Teatro Calderón de Valladolid el
montaje de Ricardo Iniesta, que, luego de una larga gira por España, se vio del 14
al 17 de mayo de 2015 en el Teatro Pavón, antigua sede la Compañía Nacional de
Teatro Clásico12. Heredero del montaje de Facio en cuanto al empleo de un estilo
ritual, el montaje de Iniesta del año 2012 apeló al particular lenguaje escénico de la
compañía Atalaya, caracterizado por un exigente trabajo actoral de partituras físi-
cas y vocales. La versión apostó una vez más por una lectura escénica “oscura” de
LC, a la que contribuyó un diseño de luces con importante presencia de claroscuros
y la utilización de un lenguaje de la crueldad. Esta crueldad está especialmente
presente en los movimientos y acciones de los personajes bajos, con momentos
de gran violencia como sucede en la escenificación de algunas de las muertes,
en un espacio escénico donde unas mesas metálicas constituían la única esceno-
grafía. Así por ejemplo, para enfatizar la crueldad del momento en que Sempro-
nio y Pármeno asesinan a la alcahueta, la versión añade una serie de parlamentos
que prolongan la agonía de la vieja, entre maltratos y torturas (una mesa invertida
hace las veces de recipiente con ungüentos donde los criados sumergen la cabeza
de Celestina). Se acompañan los parlamentos de la escena con cantos y sonidos
rítmicos metálicos –generados por los actores al manipular la escenografía– que
crean una atmósfera ceremonial. Finalmente, se nos muestra el cadáver de la alca-
hueta colgado de las patas de una de las mesas. El montaje también escenifica el
ajusticiamiento de los criados: Sempronio y Pármeno avanzan con sendas mesas
metálicas, como si estuviesen apresados por ellas, a primer término; se deja caer
con un golpe seco una tercera mesa, imitando el sonido de una suerte de guillotina,
y los actores se desploman.
Iniesta justifica esta violencia que imprime al lenguaje físico de criados, pros-
titutas y rufián nuevamente desde una perspectiva social. De esta manera, vincula el
concepto de crueldad de Artaud a la crueldad de los marginados, “seres envilecidos
por culpa de las circunstancias, como los de la película Viridiana de Luis Buñuel”
(Bastianes, 2014b: 64). Cabe destacar que esta lectura social de la crueldad artau-
diana había sido frecuente en los años del movimiento de Teatro Independiente
(Cornago Bernal, 2000: 48-9), años en los que el director inicia su carrera teatral y
en los que este tipo de operaciones, a la búsqueda un teatro que uniera compromiso
político y renovación formal, estaban a la orden del día. Según Iniesta, en el mon-
taje la exploración de la crueldad se realiza desde el grotesco. Se trata de una con-
cepción de este lenguaje que ya había sido desarrollada por el grupo en el montaje
de Divinas palabras de 1998. El director, de esta manera, encuentra una afinidad
temática y estética entre la obra de Rojas y el teatro de Valle-Inclán:
Lo primero que me llamó la atención fue la enorme influencia que ejerció la obra
en Valle-Inclán. Al mantener hasta el año paso en gira nuestro Divinas palabras tenía
muy presente […] el tono grotesco y cruel que subyace en ambos autores. Hacía ya
trece años que había llevado a la escena la obra de Valle, que tanto me ha influido como
director; por lo que me resultaba especialmente atractiva la idea de sumergirme en ese
mundo “artaudiano” que se palpa en La Celestina. Y precisamente ésa era la visión que
quería transmitir con la puesta en escena: el teatro de la crueldad (Iniesta, 2012: 133).
ménech: “Últimamente estamos comprobando que hay un determinado teatro –clásico y contem-
poráneo– al que se había secuestrado en nombre de que ‘no es teatro’, y que, sin embargo, está
resultando ser un espléndido teatro… Eso sí, con otro denominador común: su desenvoltura, su
audacia en el lenguaje y en las situaciones. Pensamos en ‘La Celestina’, en Valle-Inclán” (1965:
55).
250 MARÍA BASTIANES
ginalidad) no resulta tan evidente. Ni siquiera en esta utilización del estilo grotesco
para la pintura de los personajes bajos, objeto aquí de un tratamiento más estilizado:
golpes y movimientos bruscos se integran en las complejas partituras físicas de los
actores. En efecto, este estilo grotesco estilizado tiende, en realidad, hacia el tono
más festivo de la farsa. Es decir, en el montaje predomina un humor más primario,
basado en el gesto y movimiento, por encima del humor más reflexivo y amargo
surgido de la deformación de una realidad que se pretende criticar. El empleo de
este estilo, no obstante, contribuye principalmente a la diferenciación entre mundo
de señores y mundo de criados, en la que todavía se observan resabios de la idea-
lización romántica de los amantes y, en especial, del comportamiento de Calisto.
Hasta este año 2016 han llegado las reverberaciones de aquellos discursos
que alentaron un cambio en las lecturas escénicas de LC en los años del montaje de
Ángel Facio. En esta última temporada de la Compañía Nacional Teatro Clásico,
ya de regreso a su antigua sede del Teatro de la Comedia, se ha visto del 6 de abril
al 8 de mayo el montaje dirigido y protagonizado por José Luis Gómez. Esta nueva
versión, que luego de una gira por España volverá a Madrid en enero en el Teatro
de la Abadía, se ubica dentro de las lecturas oscuras. Brueghel sirve nuevamente
como referente pictórico –esta vez para el vestuario (Zubieta, 2016b: 76)– y se
recupera la concepción de un mundo gobernado por el egoísmo y la violencia, que
una vez más alcanza al mundo de los señores. Se nos presenta en escena a un Ca-
listo rudo e impaciente. El joven caballero no solo desoye, sino que también golpea
con fiereza a su criado Pármeno cuando este, en el pasaje correspondiente al auto
II del original, advierte a su amo del peligro que supone para su “cuerpo, alma y
hazienda” poner el negocio en manos de Celestina (Rojas, ed. 2001: 290). Por su
parte, Melibea también es víctima del maltrato de Calisto: el encuentro en el huerto
se escenifica nuevamente como un violación, la postura de los cuerpos determina
que el momento resulte incluso más violento que en el montaje de Lepage.
Quizás uno de los rasgos más sorprendentes del montaje sea la reaparición
en escena de imágenes que remiten de manera explícita a los motivos del converso
y de la Inquisición: durante todo el montaje vemos salir y entrar a unos encapu-
chados que recorren la escena; se despliega una bandera con la estrella de David
en llamas en el momento en que Celestina habla de las visitas de Claudina a los
“enterramientos” de cristianos, moros y judíos; un candelabro aparece en el fondo
durante el planto de Pleberio. La recuperación de estos motivos se explica en parte
por la conexión que se busca establecer una vez más con los discursos de la España
negra y de las dos Españas. Se debe tener en cuenta que para su montaje Gómez
entabló una serie de charlas con Juan Goytisolo, uno de los principales impulsores
de dicha conexión durante los setenta14:
14 Cabe recordar que en su ensayo «La España de “La Celestina”», aparecido por pri-
mera en 1975 en la revista Triunfo bajo la influencia de la reciente publicación de The Spain of
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 251
Referencias bibliográficas
Aburto González, N. (2015). Presencia en Internet del teatro vasco (2000-2009). Tesis doctoral
dirigida por el Dr. José Romera Castillo. Madrid: UNED, http://www2.uned.es/centro-
investigacion-SELITEN@T/estudios_sobre_teatro.html [22/06/2016].
Arcega Morales, J. A. (2015). La vida escénica en Zaragoza (2000-2010). Tesis doctoral dirigi-
da por el D. José Romera Castillo. Madrid: UNED, http://www2.uned.es/centro-investiga-
cion-SELITEN@T/estudios_sobre_teatro.html [22/06/2016].
Bastianes, M. (2014a). “La Celestina, un siglo en escena”. En Diálogos en las tablas. Últimas
tendencias de la puesta en escena del teatro clásico español, M. Bastianes, E. Fernández
y P. Mascarell (eds.), 35-60. Kassel: Reichenberger.
–––––––––– (2014b). “Ricardo Iniesta: ‘El espectador de teatro no tiene que divertirse, sino dis-
frutar; como lo haría ante el Guernica o el Réquiem de Mozart’”. En Diálogos en las
tablas. Últimas tendencias de la puesta en escena del teatro clásico español, M. Bastianes,
E. Fernández y P. Mascarell (eds.), 61-70. Kassel: Reichenberger.
Fernando de Rojas (1972) de Gilman, el autor había expresado su afinidad con la figura de un
Rojas converso, «excéntrico» y «marginal» (Goytisolo, 1975: 23).
252 MARÍA BASTIANES
–––––––––– (2016). “La Celestina” en escena (1909-2012). Tesis doctoral dirigida por el Dr.
Francisco Javier Huerta Calvo y el Dr. José Julio Vélez-Sainz. Madrid: Universidad Com-
plutense de Madrid. Tesis doctoral inédita.
B.F.O. (2004). “La Celestina, con Nuria Espert, abrirá el programa teatral de 2005”. La Gaceta
de Salamanca, 07-09,10.
Bravo, J. (2004). “Celestina suena a rumba catalana”. ABC, 15-08, 105-107.
Brecht, Bertolt (2004). “Intimidación por los clásicos”. ADE-Teatro 103, 37-38.
Castro, A. (1954). La realidad histórica de España. México: Porrúa.
Clifford, John (2004). Celestina. Londres: Nick Hern Books.
Cornago Bernal, Ó. (2000). La vanguardia teatral en España (1965-1975). Madrid: Visor.
De la Torre Rodríguez, R. (2015). Teatro e Internet: Galicia (2000-2009). Tesis doctoral dirigi-
da por el Dr. José Romera Castillo. Madrid: UNED, http://www2.uned.es/centro-investi-
gacion-SELITEN@T/estudios_sobre_teatro.html [22/06/2016].
Delgado, M. (2006). “Journeys of cultural transference: Calixto Bieito’s multilingual Shakespea-
res”. Modern Language Review 101.1, 105-150.
Doménech, R. (1965). “La Celestina, de Fernando de Rojas (revisión de Alejandro Casona)”.
Primer Acto 69, 55-7.
Fernández, E. (2014). “La justicia está en la mujer. De Fuente Ovejuna a los feminicidios de
Ciudad Juárez”. En Diálogos en las tablas. Últimas tendencias de la puesta en escena del
teatro clásico español, M. Bastianes, E. Fernández y P. Mascarell (eds.), 141-153. Kassel:
Reichenberger.
Floeck, W. (2004). “¿Entre posmodernidad y compromiso social? El teatro español a finales del
siglo XX”. En Teatro y sociedad en la España actual, W. Floeck y M. F. Vilches Frutos
(eds.), 189-205. Madrid / Frankfurt: Iberoamericana / Vervuert.
Foucault, M. (1966). Les mots et les choses. Une archéologie des sciences humaines. París:
Gallimard.
–––––––––– (1969). L’archéologie du savoir. París: Gallimard.
García Meseguer, Á. (c. 2004). La Celestina, según la versión de Michel Garneau titulada “Ce-
lestina, allá cerca de las tenerías, a orillas del río”. Ejemplar digital. Cortesía de Pilar
Yzaguirre.
Gilman, S. (1972). The Spain of Fernando de Rojas: The Intellectual and Social Landscape of
“La Celestina”. Princeton: Princeton University Press.
Goytisolo, J. (1975). “La España de Fernando de Rojas”. Triunfo 674, 30/08, 18.
Iniesta, R. (2012). “Celestina o el teatro de la crueldad”. ADE-Teatro 141, 132-137.
Jiménez Aguilar, M. Á. (2016). La vida escénica en Málaga durante la primera década del s.
XXI. Tesis doctoral dirigida por el Dr. José Romera Castillo. Madrid: UNED, http://www2.
uned.es/centro-investigacion-SELITEN@T/estudios_sobre_teatro.html [22/06/2016].
Kennedy, D. (1996). Looking at Shakespeare: a visual history of twentieth-century performance.
Cambridge: Cambridge University Press.
Le Goff, J. (1988). Histoire et mémoire. París: Gallimard.
López Ríos, S. (2011). “Celestina habla gallego: La Comedia dos tolos amores de Calisto e Meli-
bea de Eduardo Alonso”. eHumanista, 19, 209-233.
Maravall, J.A. (1972). El mundo social de “La Celestina”. Madrid: Gredos.
Reinelt, J. (2009). “The Promise of Documentary”. En Get Real. Documentary Theatre: Past and
Present, A. Forsyth & C. Megson (eds.), 6-23. New York: Palgrave/Mcmillan.
Rodríguez, M. (2005). “El coliseo se abre por primera vez al teatro”. El Correo, 28-06, 56.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 253
1. Introducción
La Fundación Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro convo-
có para 2016 la segunda edición del proyecto Ensayando un clásico, destinado a
“favorecer la formación artística de los creadores técnico escénicos –fundamen-
talmente directores, dramaturgos, escenógrafos, iluminadores, figurinistas y músi-
cos–, con el objetivo de fomentar y provocar la calidad artística de los proyectos
en torno al Barroco”1.
En esta ocasión, y con motivo de la conmemoración del IV Centenario de la
muerte de Miguel de Cervantes, el proyecto se centró en la obra del alcalaíno, “con
1 Así se recoge en el Dosier del Proyecto (2015), Ensayando un clásico. La obra de Miguel
de Cervantes.
254
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 255
1615 y La Numancia, pero no se cita El trato de Argel, imaginamos que por confusión con Los
baños de Argel.
3 Los maestros que se encargaron del asesoramiento en distintas facetas del proceso escé-
nico fueron los siguientes: Laila Ripoll (Dirección de escena); Julio Salvatierra (Dramaturgia);
José Luis Raymond (Escenografía); Pedro Moreno (Figurinismo); Pedro Yagüe (Iluminación);
Mariano García (Espacio sonoro); Fernando Bonelli (Producción); Enrique Bordes (Diseño); El-
vira Jiménez y Ángela de la Torre (Comunicación).
4 Todas las citas de este epígrafe pertenecen al Dosier de Nueva Numancia (AA. VV.,
teatro cómico breve del Siglo de Oro, en el que el componente musical tenía una
importancia trascendental.
Tras el bombardeo de Oviedo del 34, los mineros se refugiaron en los pozos. Esta
obra relata los últimos momentos de la resistencia ante el asedio militar preludio de la
Guerra Civil Española6.
ficha técnica: el director y dramaturgo Antonio de la Casa; los dramaturgos Ana Santos de Olmo
y Pablo González, que asumiría las parcelas de fotografía y vídeo posteriormente; la ayudante de
dirección y asesora de verso y esgrima Ana Galán; la escenógrafa y figurinista Mónica Florensa;
Nicolás Enciso como diseñador del sonido y la iluminación; y Paz Villar en la producción inicial.
El reparto del espectáculo era el siguiente:
4. Conclusiones
A pesar de que el número de participantes que se presentaron al proyecto
no nos permite realizar una lectura exhaustiva del estado de la cuestión, sí que
podemos bosquejar las líneas fundamentales que marcaron la elección de los
8 El colectivo que presentó la propuesta Nwman cia. provenía de Murcia y estaba formado
por el siguiente elenco: el director y dramaturgo José Ramón de Moya, el escenógrafo José Té-
llez, la figurinista María Alemán, el músico José Hernández, el diseñador de iluminación David
Terol y el encargado del espacio sonoro Javier Almela. Todos ellos, junto al reparto artístico,
conformaban Ardil Escena.
262 F. JAVIER BRAVO RAMÓN
Referencias bibliográficas
Resumen: Fuente Ovejuna de Lope de Vega ha sido adaptada hasta en dos oca-
siones por Juan Mayorga en el siglo XXI: en 2005 para el montaje del Teatre Nacional
de Catalunya, dirigido por Ramón Simó. Y en 2015 para La Joven Compañía, bajo la
dirección de José Luis Arellano. Para el particular, centraremos el estudio en la vigencia
de una obra del siglo XVII en la sociedad contemporánea: analizaremos cómo logra
el dramaturgo recuperar un pasado que nos resuena con ecos saturados de actualidad,
porque en el clásico del Fénix se reproduce, al menos, una de las caras del poliédrico
rostro del ser humano.
Abstract: Lope de Vega’s Fuente Ovejuna has been adapted twice by Juan Ma-
yorga in the 21st century: in 2005 for the theatrical production done by Teatre Nacional
de Catalunya, directed by Ramón Simó. And in 2015 by La Joven Compañía, under the
direction of José Luis Arellano. In this paper, we will center the study on the validity
of a play from the 17th century in our contemporary society: we will analize how the
playwright recuperates a past that resonates with us with echoes saturated with the pre-
sent, because in Fènix’s classic he reproduces, at least, one of the facets of mankind’s
multifaced nature.
Palabras clave: Fuente Ovejuna. Lope de Vega. Juan Mayorga. Adaptación. 2005
y 2015.
Key Words: Fuente Ovejuna. Lope de Vega. Juan Mayorga. Adaptation. 2005
and 2015.
264
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 265
darnos a un pasado –al 23 de abril de 1476– que nos resuena hoy en día, y bajo la
pluma de Juan Mayorga, con ecos repletos de actualidad.
Señala Antoine Vitez que “El trabajo de los clásicos, si se considera a los
clásicos como nuestra memoria, me parece absolutamente indispensable” (1991:
21). Ahora bien, no se trata de reconstruir el texto tal cual fue engendrado, porque
toda creación artística nace como consecuencia de una determinada época, sino
que de lo que se trata es de tender fuertes lazos de unión entre el clásico original y
la adaptación contemporánea. Una labor genuina que nos permitirá “sentir como
coetáneo al hombre de otro tiempo” (Mayorga, 2011: 208). Domingo Ynduráin
explicaba así las dos perspectivas desde las que un dramaturgo contemporáneo
podía acercarse a un texto clásico: “Una de ellas se dirige a resaltar los elementos
de las obras que coinciden o recuerdan con las preocupaciones y la sensibilidad
contemporánea. La otra señala, por contra, lo ajeno […], vía de acceso a un mundo
diferente” (1983: 35).
Juan Mayorga, en sus dos adaptaciones de Fuente Ovejuna, se nos presenta
como un caso singular de moderada traslación del texto clásico, porque se sitúa
en una posición intermedia que intenta conciliar ambos extremos para respetar “la
fidelidad al texto original y la fidelidad al espectador actual” (Calderón de la Barca,
2001: 62). Por lo tanto, la misión del dramaturgo a la hora de adaptar Fuente Ove-
juna es la de hallar lo universal que representa al ser humano en el hecho particular
que se reproduce en el clásico del Fénix para, de esta manera, actualizarlo de acuer-
do con los asuntos característicos de la sociedad y de la época en la que la obra va
a volver a ser representada, el siglo XXI: “Adaptar un texto teatral es llevarlo de un
tiempo a otro” (Calderón de la Barca, 2001: 61). Ahora bien, ¿qué oscuro pasadizo
del alma humana emana de Fuente Ovejuna para que Juan Mayorga la haya adap-
tado hasta en dos ocasiones –en 2005 y en 2015– haciendo que el clásico tenga
plena vigencia en el siglo XXI?, ¿cuál es el tejido del argumento dramático que le
ha permitido al dramaturgo hilvanar ese pasado con nuestro presente? Sin lugar a
dudas, el abuso de poder y su acción sobre los débiles (representados por Lope con
la figura del Comendador y el pueblo de Fuente Obejuna1 respectivamente) son
comportamientos intrínsecos al ser humano y, por lo tanto, se nos presentan como
atemporales. Por otro lado, en Fuente Ovejuna el espectador-lector también asiste
a la muerte de un sistema político, el feudalismo, y al nacimiento de otro, el Estado
monárquico absolutista, con lo que la lucha entre poderes que buscan mantener su
situación de privilegio en detrimento de unos pocos se hace patente. Por su parte,
el pueblo, en realidad, no vence, porque siempre hay una fuerza que lo domina.
En consecuencia, es éste un pasado que nos concierne a todos en tanto que actual-
1 Seguimos la distinción entre los habitantes de Fuente Obejuna y la obra teatral de Lope
de Vega, Fuente Ovejuna, diferenciada por Juan María Marín (2011) en su introducción del clá-
sico.
266 ROSA AVILÉS CASTILLO
del siglo XV: “había pueblos que dependían directamente del rey y otros que lo
hacían a través de vinculaciones a los señores: los primeros gozaban de […] segu-
ridad jurídica, mientras que los segundos […] no disfrutaban de las más mínimas
garantías de justicia” (Vega, 2011: 14-15).
Por lo tanto, resulta cuando menos curioso cómo una obra que nació siendo
fiel a la ortodoxia político-social del seiscientos, donde al poder monárquico se le
otorgaba un principio divino y se lo consideraba contrario a la injusticia y al caos,
acabará entendida como pieza de agitación revolucionaria3. Sobre todo cuando
Lope no tuvo intención de erosionar el orden social establecido, “porque en ningún
caso cuestiona el estamento social y la función del comendador, sino las malas
acciones de un irreflexivo comendador en concreto” (Vega, 2005: 15). Entonces,
¿cómo ha sido posible la trasformación de una obra favorable al absolutismo mo-
nárquico en una pieza de apología de las libertades populares?
Desde una perspectiva historicista, el ser humano vive encarcelado “en su
momento histórico, del que es producto” (Mayorga, 2011: 208). Ahora bien, me-
diante el teatro histórico se reviven hechos y se encarnan hombres que existieron y,
de un modo u otro, vuelven a existir hasta que se cierra el telón. En este sentido, el
teatro histórico suprime durante unas horas la concepción del tiempo y de la muer-
te, porque “más allá de la condición histórica, hay la condición humana, la Hu-
manidad” (Mayorga, 2011: 208). Y, sin duda, la condición humana que emana de
Fuente Ovejuna es el abuso de poder que unos, los opresores, ejercen sobre otros,
los oprimidos o, lo que es lo mismo, los villanos, el pueblo. Por lo tanto, más allá
del momento en que fue engendrada la obra –más allá de los hechos históricos que
en ella se nos narran–, su verdadera esencia, aquella que realmente logra atravesar
la coyuntura del tiempo, es lo intrínseco, lo inherente al ser humano: la violencia.
Una violencia que es entendida por Juan Mayorga como la “dominación de un ser
humano o de una realidad sobre otro ser humano” (John P. Gabriele, 2000: 11).
La autoridad que se cree dios y la mentira como versión oficial del Estado
son vicios antiguos de la humanidad que se han ido reiterando sin cesar: empera-
dores, reyes, zares, caciques, dictadores, presidentes…todos ellos han sometido al
pueblo a políticas de dominación, las cuales, desde la instauración de la democra-
cia, han sido enmascaradas por el denominado “derecho a voto”. Por lo tanto, des-
de la última centuria, –en España tan sólo desde los últimos cuarenta años, porque
hasta 1975 estuvimos sometimos al dictado de Francisco Franco– los instrumentos
3 Así la percibieron los románticos, quienes vieron en ella una apología de las libertades
populares. Así se entendió también en la Unión Soviética donde se representaba cuando empezó
la revolución, y así la llevo también a escena Federico García Lorca en su adaptación para La
Barraca: como una exaltación del pueblo oprimido frente al caciquismo que acechaba en la Es-
paña de los años treinta. Evidentemente, esta concepción de la pieza dramática –exaltadora de las
minorías populares frente al abuso del poder– pasaba por eliminar de escena la figura de los reyes
o, en su defecto, por aminorar su papel en la adaptación.
268 ROSA AVILÉS CASTILLO
del poder se han vuelto más sofisticados: nos han hecho creer que no existen políti-
cas de vida alternativa. Así lo expresaba Juan Mayorga en su manifiesto “El teatro
es un arte político” leído el 27 de marzo de 2003: han querido “convencernos de
que el mundo es un enigma cuya solución sólo ellos conocen” (Mariano de Paco,
2006: 60).
Para el dramaturgo, pues, la misión del arte y especialmente del teatro4, con-
siste en desvelar la realidad. Una realidad que nos desborda y que nos es ajena
aunque se nos presente enmascarada por la rutina del día a día, por aquello que
nuestros ojos ven una y otra vez. Para Mayorga: “el arte desvela la realidad, la hace
visible. Porque la realidad no es evidente de suyo. […] Es necesario un artificio que
muestre lo que el ojo no ve” (apud Argüello, 2011: 71). Es decir, desde el artificio,
desde la mentira que es el teatro, en tanto que se crea una irrealidad en escena: los
actores pueden ser reyes o criados y, por tanto, nada es lo que parece5, podemos
hallar la verdad. Se trata de radiografiar el presente desde el pasado para que el
espectador reflexione y pueda hacer suya la experiencia dramatizada, porque “el
pasado está ante nosotros tan abierto como el futuro. […] El mejor teatro histórico
abre el pasado” (Mayorga, 2011: 216). Y eso es, precisamente, lo que hace Juan
Mayorga con sus dos adaptaciones de Fuente Ovejuna: acomodar lo universal que
palpita en la pieza dramática de Lope (el abuso de poder) a un presente donde
ese pasado está repleto de actualidad. En este sentido, la visión de Juan Mayorga
coincide plenamente con la expresada por Buero Vallejo en “Acerca del drama
histórico”: “Cualquier teatro, aunque sea histórico, debe ser, ante todo, actual. La
historia misma de nada nos serviría si no fuese conocimiento por y para la actuali-
dad” (1980-1981:19).
El pueblo de Fuente Obejuna, que parece haber sido educado en la docilidad,
asiste resignado al despotismo de un Comendador que se cree dueño y señor de
todos ellos: “¿Mías no sois?” (Vega, 2005: 58) les preguntará a Laurencia y a Pas-
cuala, hasta que ese poder injusto se desborda y el pueblo reacciona rebelándose:
matan al Comendador y se inclinan por los Reyes Católicos, la forma de gobierno
que consideran más justa6: “la mayor parte de las villas preferían ser de jurisdic-
ción real, ya que así garantizaban la paz y la justicia” (Vega, 2011: 25). Fuente
4 En su entrevista con Mariano de Paco dirá Juan Mayorga: “Yo creo que el teatro es la más
política de las artes, en la medida en que la obra es construida por un colectivo que convoca a la
ciudad –a la “polis”– y finalmente la pone en escena ante una asamblea de espectadores. Es, por
tanto, un arte naturalmente más sensible que cualquier otro a preocupaciones, deseos, intereses
colectivos” (2006: 58).
5 Véase el discurso pronunciado por José Ortega y Gasset (2008) en el Ateneo de Madrid
ron particularmente accesibles a sus súbditos: dedicaban los viernes a administrar personalmente
justicia; con ellos se acabó la costumbre” (Vega, 2005: 19).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 269
Obejuna supo, por tanto, unirse para crear una sociedad más justa, donde el hombre
–el gobernante– no fuera un lobo para el hombre. La pregunta es ¿necesita la socie-
dad del s. XXI volver a tomar consciencia de este hecho?, ¿necesitamos reivindicar
un gobierno que nos represente con justicia? La respuesta es clara: no una, sino dos
adaptaciones ha realizado Juan Mayorga del clásico del Fénix.
teatro –cuyos únicos elementos imprescindibles son el actor y el espectador– es muy poderoso.
Es un arte líquido, capaz de reaccionar inmediata, urgentemente, a preocupaciones que están en
el aire. En ese sentido, es el arte del futuro” (2006: 58).
8 En la entrevista concedida al periódico El Mundo, el 9 de abril de 2015, Mayorga afirma-
ba que: “Las imágenes poéticas que construye Lope y la tensión de su palabra producen un placer
en la escucha que los muchachos perciben. Es verdad que el verso es exigente, pero compensa
frente a una lengua cotidiana cada vez más empobrecida”.
270 ROSA AVILÉS CASTILLO
yorga también se acerca al clásico desde una vertiente política, porque llevando a
escena ese pasado y no otro, adaptándolo desde esa perspectiva y no desde otra, se
pretende que la representación interceda en el presente. Sin embargo, esa revisión
del pasado con ecos en nuestro presente no la hace Mayorga sacrificando el clásico
original, porque “la recuperación de la línea de conflicto entre los reyes y la orden
militar no reduce el valor de la revuelta del pueblo; la complejiza” (Vega, 2005:
28-29). Y, por lo tanto, deberá ser el espectador quien establezca, o no, esas corres-
pondencias con la actualidad.
de las colonias.
10 “El 16 de marzo, George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar se reunieron en las
islas Azores, invitados por Durâo Barroso, para celebrar una cumbre que daría públicamente luz
verde a la guerra. Los tres mandatarios lanzaron un ultimátum de veinticuatro horas a Sadam
Husein para que entregase sus armas de destrucción masiva (por cierto, no encontradas nunca por
los inspectores de la ONU) o se exiliara. Si no lo hacía, no habría más alternativas que la guerra”
(García-Abadillo, 2004: 164).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 271
Sin embargo, el pueblo de Fuente Obejuna no se mueve entre los ejes de la li-
bertad y la dominación, sino que únicamente se le da la oportunidad de elegir entre
dos señores, porque como el tiempo demostró, la monarquía se acabó convirtiendo,
en España y fuera de ella, en un régimen absolutista plagado de corrupciones. No
hay emancipación, no hay libertad, la opresión no cesa, sino que solamente cambia
de manos: o los reyes o el Comendador, o el PP o el PSOE. Por su parte, la ciu-
dadanía española se sintió desamparada ante un gobierno que tan sólo miraba por
el interés de unos pocos, desalentada por unos dirigentes capaces de mentirles por
mantenerse en el poder, y decidió optar, igual que el pueblo de Fuente Obejuna, por
otro tipo de representación que gobernara verdaderamente con justicia, el PSOE.
No obstante, España se daría cuenta años después de que, en realidad, en aquellas
elecciones de marzo de 2004 no se le dio tampoco la posibilidad de ser libre, sino
que tan sólo se la dejó optar entre dos formas de dominación más o menos acepta-
bles, ya que, una vez más, las grandes instituciones del Estado volvieron a demos-
traron su gran capacidad para funcionar al margen de la voluntad del pueblo. Y eso,
por supuesto, no es gobernar con justicia. Recordemos, sino, por citar un ejemplo,
el giro antisocialista de Zapatero cuando en mayo de 2010 aprobó una impopular
reforma laboral que violaba los derechos de los trabajadores. Unos trabajadores
que salieron a la calle el 29 de septiembre para defenderse y protestar contra los
recortes en gastos sociales en la que fue una huelga general a la que acudieron
unos cinco millones de personas. No obstante, y a pesar del rechazo popular, el
gobierno no la derogó, sino que se reafirmó en su política de ajustes. Dijo René
de Chateaubriand que “la justicia es el pan del pueblo; siempre está hambriento
de ella”. Y cabe preguntarse, ¿no será porque, nos gobierne quien nos gobierne,
siempre acaban por usurpárnosla?
de mayo de 2014, el joven partido “Podemos”, con tan sólo tres meses de existencia, consiguió
convertirse en la cuarta fuerza con más de un millón de votos.
14 Recordemos cómo, por ejemplo, el 23 de marzo de 2015, el PP aprobó la polémica “Ley
Orgánica de Seguridad Ciudadana”, más conocida como “ley mordaza”, que limita derechos fun-
damentales, como el de manifestación y reunión, y constituye un ataque frontal a las libertades
individuales.
15 El 17 de mayo de 2011, Antoni Gutiérrez-Rubi escribió un artículo donde explicaba
cómo “los partidos políticos […] comprendieron que han perdido el privilegio exclusivo de la
acción política. Habrán visto que es posible organizarse políticamente sin ellos, comunicar efi-
cazmente sin intermediación mediática o contra algunas miopías; y crear contenidos de valor sin
liderazgos claros ni fuentes oficiales.”
16 El manifiesto escrito por “Democracia Real Ya” señalaba cómo “Esta situación nos hace
daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla”, La rebelión de los
indignados (Madrid: Editorial Popular, 2011: 83).
274 ROSA AVILÉS CASTILLO
en primer lugar, frenar, en cierta manera, la vorágine a la que nos conducían las
políticas neoliberales. Y, en segundo lugar, la que nos ofreció otras vías de gobier-
no más acordes con la voluntad popular, porque, sin lugar a dudas, la dicha de un
pueblo depende de un gobierno que esté libre de la esclavitud de los mercados
financieros y que sea, por el contrario, esclavo de la libertad de su pueblo. Una
libertad que únicamente puede alcanzarse si el gobierno lo representa con justicia,
eso es, atendiendo a las necesidades de la mayoría y no al bienestar de unos pocos
en situación de privilegio.
Finalmente, debemos señalar cómo no fue baladí que se escogiera a “La
Joven Compañía”, actores noveles de entre 18 y 25 años, para representar esta
nueva adaptación de Fuente Ovejuna, ya que uno de los colectivos más decididos
a luchar por una verdadera democratización de la sociedad, pero, a la vez, más
afectados por la crisis fueron los jóvenes, seguidos de las mujeres y de los ancia-
nos. Precisamente, las tres capas sociales a las que el juez pesquisidor tortura para
que confiesen, sin éxito por su parte, quién mató al Comendador: “Un viejo […]/
atormentan./ ¡Que a un niño le den tormento […]/ Esa mujer al momento/ en ese
potro tended” (Vega, 2016: 68-69). Estos tres sectores, los más desvalidos de la
sociedad del XVII, son los que escoge el Fénix para ensalzar la proeza de un pueblo
que se mantiene unido. Y esas mismas víctimas son las que, cuatro siglos después,
vuelven a estar en el centro de los latigazos del poder. Así lo explicó Carlos Taibo
en unas palabras pronunciadas tras la manifestación del 15-M en la Puerta del Sol:
No es difícil identificar a las víctimas de tanta miseria. La primera la aportan los
jóvenes, que engrosan masivamente nuestro ejército de reserva de desempleados. […]
La segunda víctima son las mujeres, de siempre peor pagadas y condenadas a ocupar
los escalones inferiores de la pirámide productiva […] Una tercera víctima son los ol-
vidados de siempre, los ancianos, ignorados en particular por esos dos maravillosos
sindicatos, Comisiones y UGT (2011: 9).
Por lo tanto, cuando el espectador acudió al teatro en 2015 pudo sentir que
estaba formando parte de la misma lucha: sabía que había logrado frenar la edad
de las tinieblas a la que se adentraba a marchas forzadas el pueblo español y salía
convencido de lo que clamaron hacía ya cuatro años en la Puerta del Sol: “Juntos y
organizados, podemos contra los mercados”. A este convencimiento contribuye el
magistral cierre que Mayorga da a su versión más contemporánea: dice Laurencia:
“llegará hora alguna/ en que señores no habrá/ y entonces resonará/ el grito … Y
todos exclaman: “«¡Fuente Ovejuna!»” (Vega, 2016: 74).
Referencias bibliográficas
Emilie Lumière
Université Toulouse 2 Jean Jaurès
(Laboratoire LLA-CREATIS)
lumiere_emilie@yahoo.fr
1. Introducción
Finalmente lo que puede hacer el teatro es poner a la ciudad ante un mapa, ante
un mapa de esa ciudad o más bien ante mapas de las ciudades invisibles, aquellas que
están allí y que quizás no vemos o no queremos ver; por qué no, puede poner a la ciudad
ante las ciudades del pasado, aquellas que no es que estén detrás sino que están dentro
de ésta, pero de algún modo no queremos escuchar […]; el teatro puede poner ante la
ciudad mapas de las ciudades posibles, […] incluso puede poner ante nosotros mapas
de las ciudades utópicas (Mayorga, 2011: e.l.).
276
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 277
cartógrafo fue publicada en francés (Ed. Les Solitaires Intempestifs, 2010) y dio lugar a una
lectura dramatizada en francés en 2012 en el Théâtre du Vieux Colombier (Comédie Française,
París). Varios fragmentos fueron publicados en inglés (Ed. Palgrave Macmillan, 2014). También
fue publicada en italiano (Ed. ETS, 2015) y traducida al polaco (sin editar) para una lectura dra-
matizada realizada en Varsovia en 2013 (Teatr Polski).
2 Nacido en Madrid en 1965, J. Mayorga es un dramaturgo prolífico. Publicó unas cin-
cuenta obras desde los años 1990, la mitad siendo textos cortos, y recibió muchos premios, entre
los cuales el premio Nacional de Teatro (2007), el Max al mejor autor (2006, 2008 y 2009) y
a la mejor adaptación (2008), el premio Valle-Inclán (2009), el premio Nacional de Literatura
Dramática (2013) y el premio Europa de Nuevas Realidades Teatrales (2016). La historia y la
memoria son temas en el centro de varias obras suyas, como Siete hombres buenos, El sueño de
Ginebra, El jardín quemado, Cartas de amor a Stalin, El hombre de oro, Himmelweg, La tortuga
de Darwin o El cartógrafo. Asimismo, realizó adaptaciones de autores clásicos como Lope de
Vega, Shakespeare, Calderón de la Barca, Tchekhov, Valle-Inclán o Kafka. Dramaturgo, profesor
de Dramaturgia y Filosofía en la RESAD de Madrid, fue hasta 1998 profesor de matemáticas.
Siguió talleres de teatro con dramaturgos que marcaron su escritura teatral, en particular Marco
Antonio de la Parra, José Sanchis Sinisterra y Sarah Kane (Mayorga, 2011: e.l.). Miembro del
Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, realizó una tesis de
doctorado sobre La filosofía de la historia de Walter Benjamin bajo la dirección de Reyes Mate,
que fue publicada en 2003 (Revolución conservadora y conservación revolucionaria. Política y
memoria en Walter Benjamin). La filosofía de Reyes Mate ha influenciado varias de sus obras
como, según las propias palabras del dramaturgo: “Himmelweg, Hamelin, Animales Nocturnos,
Palabra de perro, La tortuga de Darwin, La paz perpetua o El cartógrafo” (Mayorga, J. “Una
deuda: Tres anillos”, versión manuscrita; agradecemos al autor por habernos transmitido el texto);
la última lleva una dedicatoria a Reyes Mate en su publicación de 2014.
278 EMILIE LUMIÈRE
de teatro, se lleva a conciencia y se lleva a memoria ciertas cosas y por tanto se dejan
de llevar a conciencia y a memoria otras, y por tanto, a una obra de teatro siempre
subyacen preguntas morales y políticas (Mayorga, 2011: e.l.).
El autor explica que su idea del teatro no es sino la de los griegos, según la
cual: “la ciudad es convocada por unos ciudadanos, que no otra cosa son los acto-
res […], a ver un mapa de sí misma” (Mayorga, 2011: e.l.). El dramaturgo, como
el cartógrafo, pone entonces al público ante un mapa que le permita mirarse a sí
mismo, descifrarse o criticarse. En esto “se funda el carácter radicalmente político
del teatro”, pues “se realiza ante una asamblea”, “responde no a las preocupaciones
de unos solos sino […] a los sueños o a las pesadillas de la ciudad o de una de sus
fracciones” y “es un espacio para la crítica y para la utopía, para examinar lo que
somos y para imaginar otras cosas que podríamos ser” (Mayorga, 2011: e.l.).
Desde la perspectiva de la intermedialidad, es decir examinando las inte-
racciones entre los medias presentes en una obra3, media entendido en un sentido
amplio (discurso, imagen, video, etc.)4, estudiaremos el mapa que ofrece el autor
en El cartógrafo. Veremos que evoca realidades pasadas y presentes por un jue-
go de mediaciones que le permiten proponer un documento sobre la historia, la
memoria y la actualidad, y suscitar en el espectador una reflexión sobre la repre-
sentabilidad del pasado, en un enfoque metahistórico (Foley, 1986; Elias, 2001 y
2005; Nünning, 1997 y 2004; Lumière, 2012)5, y sobre las potencialidades del arte
dramático, en una dimensión metateatral. Como veremos, aunque no se trate de
teatro documental en sentido estricto ya que la obra no incluye fuentes o documen-
tos auténticos6, El cartógrafo posee un innegable valor documental pese y gracias
a su dimensión ficcional.
ción de relaciones intermediáticas”, es decir relaciones entre varios medias (Müller, 2007: 95-96).
4 Utilizamos el término media según la definición que da Éric Méchoulan de la palabra
médium: “lo que permite los intercambios en una comunidad a la vez como dispositivo sensible
(piedra, pergamino, papel, pantalla catódica son unos soportes mediáticos) y como medio en el
que se producen estos intercambios” (“ce qui permet les échanges dans une certaine communauté
à la fois comme dispositif sensible (pierre, parchemin, papier, écran cathodique sont des supports
médiatiques) et comme milieu dans lequel les échanges ont lieu”, Méchoulan 2003: 16; la traduc-
ción es nuestra). Para el plural, utilizaremos la palabra medias.
5 Se entiende aquí por metahistórico lo que conlleva una reflexión sobre el proceso de
sólo utiliza para su texto documentos y fuentes auténticos, seleccionados y “montados” según la
tesis sociopolítica del dramaturgo” (“Théâtre documentaire”: “Théâtre qui n’utilise pour son texte
que des documents et des sources authentiques, sélectionnés et « montés » en fonction de la thèse
sociopolitique du dramaturge”; la traducción es nuestra). En este mismo apartado dedicado al tea-
tro documental, Patrice Pavis recurre también a la expresión théâtre du document como sinónimo
de théâtre documentaire. Asimismo, en español, podremos considerar teatro documental y teatro
documento como sinónimos.
7 Como lo notan M. Aznar Soler y W. Floeck (Floeck, 2012: e.l.), muy pocos dramatur-
gos españoles dedicaron obras al nazismo y el Holocausto. J. Mayorga, a quien M. Aznar Soler
pregunta acerca de “este desinterés”, contesta: “Supongo que la escasa presencia del tema del
nazismo en el teatro español se explica, en alguna medida, por la no participación de España en
la Segunda Guerra Mundial y porque, lamentablemente, desde 1492 hay pocos judíos en España”
(M. Aznar Soler, “Entrevista a Juan Mayorga sobre Himmelweg”, inédita; de nuevo, agradecemos
a Juan Mayorga por el envío de este texto). Los intercambios con Reyes Mate han nutrido el
interés de Mayorga por el tema (idem).
8 Datos sacados del sitio web “Enseigner l’histoire de la Shoah” del Mémorial de la Shoah
de París, realizado con el apoyo del Ministerio de la Educación nacional francés (cf. Referencias
bibliográficas).
9 Se alude a un “museo” (Mayorga, 2014: 613) que podría remitir al Museo de la Historia
de los Judíos Polacos (Muzeum Historii Żydów Polskich) edificado en el distrito de Muranów, en
el centro del antiguo barrio judío, frente al Monumento de los Héroes del Gueto; iniciado en 2007,
fue abierto al público en abril de 2013 y la exposición permanente fue inaugurada en octubre de
2014. El museo no se centra únicamente en la historia del gueto, sino en “los 1000 años de historia
280 EMILIE LUMIÈRE
común de los pueblos polaco y judío” (Portal turístico oficial de la ciudad de Varsovia: http://
www.warsawtour.pl/es/node/163779).
10 Debe de ser el Monumento de los Héroes del Gueto, edificado en 1947 en el sitio donde
empezó la rebelión.
11 Una perspectiva, según J. Mayorga, “ingenua”, que no ofrece nuevas interpretaciones
del pasado ni establece puentes con el presente, objetivos esenciales del teatro histórico para
nuestro autor: “hay, desde luego, un teatro histórico ingenuo que presume de estar más allá de
todo interés, un teatro que se reclama espejo de la historia. […] La acumulación de referencias
documentadas crea cierta ilusión de objetividad. […] El espectador puede sentir que ha sido des-
plazado a aquel tiempo. Puede creer que está contemplando directamente aquel tiempo. Sin em-
bargo, el mejor teatro histórico no pone al espectador en el punto de vista del testigo presencial.
Pues lo importante no es lo que aquella época sabía de sí misma. Lo importante es lo que aquella
época aún no podía saber sobre sí y que solo el tiempo ha revelado. […] En sus peores versiones,
es el equivalente escénico del museo de cera. Pero ni en sus mejores versiones este teatro revela
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 281
sin embargo a unos datos verídicos. Las descripciones pormenorizadas que hace la
Niña de la violencia, la pobreza, las delaciones, las ejecuciones, las deportaciones
y sus cifras históricamente atestadas, son horrorosas. Harán surgir en la mente del
espectador escenas de hambre, penurias de electricidad, agua, carbón o medicinas,
amontonamiento de gente en las casas, muertos en las aceras (escena 14), el inicio
de las deportaciones (escena 17) –repitiendo mecánicamente la Niña el número de
personas llevadas cada día desde la plaza Umschlagplatz: “Seis mil al día” (Ma-
yorga, 2014: 628)12 –, las deportaciones que siguen y las cifras que aumentan, las
redadas, los saqueos, los silbatos que avisan del peligro inminente y la necesidad
de esconderse (escena 1913). Las deportaciones y sus mortíferas cifras seguirán
mencionadas hasta la última escena que reúne a la Niña y el Anciano: “Seis mil
al día, veintitrés días” indica el abuelo en la escena 22 (Mayorga, 2014: 632),
“Cincuenta días. Seis mil al día”, en la escena 30 (Mayorga, 2014: 641); y la Niña,
en la escena 34, se refiere a la rebelión del gueto suscitada por el reanudo de las
deportaciones, que como sabemos desembocará en su destrucción por los nazis14.
La distancia narrativa por la que se cuentan los hechos no les quita ni fuerza
ni interés histórico: al contrario, esas atrocidades vienen entregadas a la imagina-
ción del espectador que les dará una dimensión y una crudeza que los límites del
espacio escénico no permiten representar. Esta mediación puede remitir también
a la cuestión de lo representable e irrepresentable15 y evitar, al excluir la represen-
tación directa, los riesgos de la banalización y la sacralización (Todorov, 2000:
175-190) del horror, temas que muchas polémicas han suscitado en particular en
el caso de la Shoah16.
nada que no fuese ya evidente en los documentos sobre que se apoya. No pasa de ser una ilustra-
ción escénica de los mismos. Un teatro de información” (Mayorga, 1999: 8-10).
12 Cifra indicada por los historiadores: “Enseigner l’histoire de la Shoah” del Mémorial
de la Shoah de París.
13 Esta escena constituye el clímax de la historia de la Niña y el Anciano.
14 Son documentadas además las fechas mencionadas: el día “veintidós”, en la escena 17,
es el 22 de julio de 1942, inicio de las deportaciones desde la Umschlagplatz; los “cincuenta días”
que duraron las deportaciones según el Anciano en la escena 30, sitúan la escena en septiembre
de 1942, final de la primera fase de deportaciones; las deportaciones se reanudaron a principios
de 43, originando la rebelión del gueto.
15 Cuestión en el centro de la filosofía de R. Mate, cuyo pensamiento ha influenciado los
trabajos teatrales y filosóficos de Mayorga: “en la obra de Reyes Mate hay elementos para lo que
podríamos llamar una Ética de la Representación que, centrada en la exigencia de nunca desoír el
silencio de las víctimas, replantea las preguntas fundamentales ante las que se enfrenta cualquier
creador: ¿Qué es necesario representar? ¿Qué es posible representar? ¿Qué deja fuera toda repre-
sentación? Distintos artistas, lectores de Reyes Mate, han llevado esas preguntas al centro de su
trabajo (Mayorga, “Una deuda: Tres anillos”, versión manuscrita).
16 Al respecto, Mayorga afirmaba, en cuanto a Himmelweg, otra obra suya sobre el tema
del Holocausto: “No hay ningún momento de Himmelweg en que aparezca violencia física explí-
282 EMILIE LUMIÈRE
cita. Tal cosa sería ingenua y engañosa: nada que pongamos en escena podría representar el horror
de la cámara de gas. […] Detesto las obras de arte que pretenden “hablar por las víctimas”, “ser
voz de los sin voz”. Ése me parece un ejercicio de suplantación inaceptable. Nadie puede ponerse
en lugar de las víctimas, ni hablar por ellas; todo lo que podemos, a lo sumo, es hacer que resuene
su silencio.”; al inicio de esa entrevista, J. Mayorga explicaba que “Himmelweg también bebe de
Shoah [de Claude Lanzmann] y del debate generado por esa película acerca de la representación
del exterminio de los judíos” (Aznar Soler, entrevista a Juan Mayorga sobre Himmelweg”, inédi-
ta). Ver sobre este tema la declaración de Cl. Lanzmann sobre la película de S. Spielberg, La lista
de Schindler: “L’Holocauste est d’abord unique en ceci qu’il édifie autour de lui, en un cercle
de flamme, la limite à ne pas franchir parce qu’un certain absolu d’horreur est intransmissible:
prétendre le faire, c’est se rendre coupable de la transgression la plus grave. La fiction est une
transgression, je pense profondément qu’il y a un interdit de la représentation. En voyant La Liste
de Schindler, j’ai retrouvé ce que j’avais éprouvé en voyant le feuilleton Holocauste. Transgres-
ser ou trivialiser, ici c’est pareil: le feuilleton ou le film hollywoodien transgressent parce qu’ils
‘trivialisent’, abolissant ainsi le caractère unique de l’Holocauste” (Lanzmann, 1994). Lanzmann
le reprocha a la obra de Spielberg, al haber intentado figurar directamente el horror, haber “tri-
vializado” la Shoah. Esto remite a la “banalización” de la memoria, uno de los dos riesgos de la
empresa memorística identificados por el filosofo T. Todorov (2000: 175-190): la “banalización”
de la memoria quita su especificidad y su gravedad al acontecimiento; mientras que la “sacraliza-
ción” de la memoria encierra los eventos en un pasado inasequible, museístico, que no puede ni
desestabilizar ni aclarar el presente.
17 Según Mayorga, el teatro histórico no tiene por qué ser totalmente fidedigno y reanuda
con ello con las pretensiones universalistas de la filosofía: “Como es sabido, ya Aristóteles dis-
tingue en la sección novena de su Poética entre el poeta y el historiador, considerando que si el
historiador se ocupa de lo particular (lo que ha sucedido), el poeta trata de lo universal (lo que
podría suceder). A juicio de Aristóteles, ese trato con lo universal pone al poeta cerca del filósofo
y por encima del historiador. Aristóteles no se ocupa del teatro histórico, pero nos brinda una útil
dicotomía para reflexionar sobre él. Cabe decir que la misión del teatro histórico es superar la
oposición entre lo particular y lo universal: buscar lo universal en lo particular. Esa búsqueda de
lo universal puede exigir al poeta renunciar a la fidelidad al documento, a la que el historiador está
obligado. El poeta no ha de ser fiel al documento, sino a la Humanidad. A toda ella: a los hombres
del pasado, a los del presente y a los del futuro” (Mayorga: 1999, 8-10).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 283
víctimas, fue lo que motivó a Blanca en su búsqueda de las huellas de la niña cartó-
grafa e inicialmente lo que inspiró a Mayorga la escritura de la obra. El dramaturgo
explicó que durante su estancia en Varsovia en 2008, tras ver fotos del gueto en una
sinagoga de Varsovia de lugares totalmente destruidos, se dio cuenta de que “lo que
había desaparecido en el Holocausto y en el asesinato de seis millones de judíos,
era, además de vidas inocentes, […] modos de vida que habían sido radicalmente
erradicados”. Le invadió entonces una “zozobra” que “acabaría por convertirse en
teatro” (Mayorga, 2011: e.l.)18.
Así, El cartógrafo puede aparecer no sólo como una obra de teatro documen-
tada y con valor documental, pues está basada en varios datos verídicos e informa
al receptor sobre una realidad pasada, sino también como un documento que, aun-
que en gran parte ficticio, puede participar en la reconstrucción de una memoria
del gueto judío, para la que quedan pocas fuentes auténticas. Cabe recordar que
cuando se publicó El cartógrafo en 2010, el Museo de la Historia de los Judíos
Polacos todavía no había abierto, y en el momento de su segunda publicación,
en 2014, la exposición permanente estaba a punto de ser inaugurada (cf. nota 9).
Además, si Varsovia colocó en 2008 y 2010 a lo largo de los límites del antiguo
barrio judío varias placas conmemorativas de bronce con el mapa del gueto –lo
que en muchos aspectos coincide con la idea del personaje de Blanca, de lo que
hablaremos más adelante–, J. Mayorga desconocía el proyecto cuando escribió su
obra19. Insistimos en que este trabajo de memoria por parte del gobierno polaco es
muy reciente y estaba en sus primeros balbuceos cuando el dramaturgo emprendió
la escritura de la obra.
18 La mediatización de la historia por el prisma del discurso subjetivo parece figurada ade-
por un trabajo de memoria como mecanismo terapéutico para hacer emerger una
memoria “impedida20” (Ricœur, 2000: 82-111, 574-589), trabajo que se realiza en
el texto mediante la figura del mapa y esto, tanto a nivel individual como colectivo.
Blanca, al inicio, imagina hacer un mapa de la Varsovia actual en el que apa-
rece el “espacio que ocupó el gueto”, no para los turistas sino “para los que viven
[allí]”, al considerar que el gueto “Es parte de la ciudad”. Propuso la idea a un
concejal como la de “Marcar en el suelo la silueta del gueto” (escena 7; Mayorga,
2014: 613). La intención de Blanca es hacer viva la memoria del gueto, lejos de la
distancia del museo y los monumentos edificados por la ciudad según la respuesta
del concejal (Mayorga, 2014: 613). Cuando Blanca le cuenta este intercambio a
Raúl, su esposo la reprende: “Imagina que un extranjero llegase a Madrid dán-
donos lecciones sobre nuestra historia. Que se le ocurriese marcar en el mapa,
en el suelo, las atrocidades de nuestra Guerra Civil. ¿No te sentirías ofendida?
(Mayorga, 2014: 613)”. La reacción de Raúl remite a debates frecuentes acerca del
deber de memoria: ¿por qué abrir heridas?, ¿quién puede juzgar a las víctimas o su
familia en su voluntad, o no, de realizar un trabajo de memoria21?
Pero la obra da razón a Blanca: el acto de rememoración aparece como un
medio para superar el sufrimiento y hacer el duelo, y esto mediante la figura del
mapa. La curiosidad de la mujer por los mapas se convierte en obsesión y Blanca
pasa a hacer mapas de todo: hace “Uno por día. Es como un diario.” (Mayorga,
2014: 614). Ese diario íntimo, lo va a escribir en el suelo. En la escena 11, pide a
Raúl que la ayude a reproducir su silueta en el suelo para hacer “Un mapa” (Mayor-
ga, 2014: 620). Se inicia entonces un largo proceso introspectivo: en la escena 18
está todavía “ante su silueta vacía” (Mayorga, 2014: 628), empieza a dibujar sobre
su silueta en la escena 28, hasta que el mapa, su mapa, le permita acceder, en una
de las últimas escenas, la 33, a un recuerdo traumático y verbalizarlo. La escena
empieza con la aparición de Raúl. Inquieto ante el estado de su mujer encerrada
en los mapas, le ha preparado su viaje de regreso a Madrid para que su familia la
20 Paul Ricœur destacó tres formas de “usos y abusos de la memoria” que pueden ocurrir
reacciones frente a un pasado traumático: allí olvido y represión y aquí testimonio y memoria.
Son las mismas reacciones que el autor ha conocido en su propio país frente a la experiencia de la
Guerra Civil: por un lado, la censura bajo el franquismo y el “pacto de silencio” durante la tran-
sición de la dictadura a la democracia y, por otro, los esfuerzos de hacer memoria desde finales
de los años ochenta, que él mismo apoyó con sus propios dramas sobre la Guerra Civil. […] Raúl
es el representante de aquel pacto de silencio que para una parte de los españoles es hasta hoy en
día la reacción adecuada frente al pasado reciente de su país. Blanca, por su parte, lucha obstina-
damente por el descubrimiento de la inhumanidad pasada y su memoria, para que no se repita en
su presente o en el futuro” (Floeck, 2012: e.l.).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 285
cuide. Blanca no le contesta hasta que él le pregunte acerca del mapa. Entonces,
ella se abre y deja volver, gracias al mapa, el recuerdo negado de una experiencia
traumática compartida con su esposo, la muerte de su hija:
La Niña elige una baldosa del suelo, la levanta; en el reverso de la baldosa hay
marcas. La Niña saca un punzón y hace más marcas. Si diésemos la vuelta a todas las
baldosas, las veríamos como cuadrículas de un mapa de Varsovia23 (Mayorga, 2014:
650).
22 En una escena anterior, la 10, el abuelo ya había advertido a su nieta de que el mapa que
ella estaba haciendo: “no es un mapa cualquiera. No puede parecerse a ningún mapa que hayas
visto. Es el mapa de un mundo en peligro. Un arca” (Mayorga, 2014: 618).
23 Esto corresponde además a la advertencia del abuelo que indicaba a su nieta que había
que cifrar el mapa por si cayera en manos del enemigo (Mayorga, 2014: 621). Recuerda también
286 EMILIE LUMIÈRE
El mapa aparece pues en la obra como un media con el que se puede conser-
var y recuperar una memoria individual o colectiva, para reconocer las heridas del
pasado, reconocer a las víctimas y realizar un trabajo de duelo o justicia.
lo sugerido por Deborah a Blanca en la escena 35: la autora del mapa, de haber existido de verdad,
hubiera buscado un modo para preservar el documento, excluyendo materiales perecederos como
el papel o la madera.
24 Da el abuelo otros ejemplos elocuentes: “En este mapa, el centro del mundo es Atenas;
en este lo es Jerusalén. Estos dos representan el mismo lugar, pero fíjate: los checos lo llaman Te-
rezin; los alemanes, Theresienstadt. El México que encontró Cortés según lo veían los indígenas;
los españoles lo veían así” (Mayorga, 2014: 610).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 287
seleccionar unos elementos y callar otros25. Por eso es significativa la escala, que
traduce la perspectiva y la intención del cartógrafo:
El mapa debe hablar a primera vista. No lo hacemos para nosotros, sino para
alguien que un día lo mirará, quizá dentro de mil años. ¿Qué queremos que él vea? Ahí
aparece la cuestión de la escala. Las cosas importantes sólo se ven a pequeña escala
(Mayorga, 2014: 615).
No por nada está subtitulada la obra Varsovia, 1: 400.000, cifra de una esca-
la: metafóricamente el texto puede funcionar como un mapa de la Varsovia actual
y pasada y, por extensión, como un mapa de memorias heridas, individuales y
colectivas.
Por sus capacidades, los mapas pueden tener consecuencias cruciales. Según
los comentarios del Anciano o Deborah, quitan miedo ante los lugares desconoci-
dos, salvan vidas al conducir a los navegantes o los exiliados a buen puerto, hacen
ganar batallas y, en el caso de mapas fraudulentos, permiten engañar y desorientar
a los enemigos (Mayorga, 2014: 609). Los mapas además poseen un valor per-
formativo: al representar, crean una realidad, como un país o una nación al reunir
reinos y delimitar fronteras26. Así pueden constituir unos instrumentos de domina-
ción, como en un caso de colonización. El Anciano explica:
En este viejo mapa, América aparece despoblada, como pidiendo que los blancos
la ocupen. África: leones, chimpancés… ¿Y los hombres? Este mapa de lenguas, éste de
credos, éste de razas, son armas contra otros mapas, preparan ataques que borrarán
fronteras. Por eso, en la mesa de los poderosos siempre hay mapas (Mayorga, 2014:
610)27.
En sus reflexiones, los personajes comparan el mapa con otros medias. Pri-
mero, la fotografía, que para el abuelo difiere del documento cartográfico porque
25 Otra conexión con el teatro de tema histórico, según Mayorga: “La pretensión de escribir
una Historia desconectada de intereses actuales, una Historia capaz de exponer el pasado ‘tal y
como fue’, es una peligrosa ingenuidad. Así como resulta ingenuo y peligroso aspirar a un teatro
histórico desinteresado. El teatro histórico es siempre un teatro político. Abriendo la escena a un
pasado y no a otro, observándolo desde una perspectiva y no desde otra, el teatro interviene en la
actualidad. Porque contribuye a configurar la autocomprensión de su época y, por tanto, empuja
en una dirección el futuro de su época” (Mayorga, 1999: 8-10).
26 Explica el Anciano que “Francia es el mapa de Francia […] El mapa hace que exista
ridad comunista hizo de sus mapas, al falsificar los documentos que ella como cartógrafa oficial
entregó al estado. Borran calles o edificios e inventan otros por la seguridad del estado, según su-
giere Molak, otro agente que la interroga (Mayorga, 2014: 636). Deborah declara así: “He llegado
a pensar que no trabajo en el Servicio Cartográfico, sino en el Departamento de Desinformación”
(Mayorga, 2014: 636).
288 EMILIE LUMIÈRE
“En una foto siempre hay respuestas a preguntas que nadie ha hecho. En el mapa
sólo hay respuestas a las preguntas del cartógrafo” (Mayorga, 2014: 617). Debo-
rah, al final de la obra (escena 35), hará a Blanca comentarios similares, distin-
guiendo esta vez el mapa del cine y acercándolo al teatro:
Lo lamento, ni yo soy aquella niña ni creo que haya existido. Siempre me pareció
inverosímil, cuento de vieja. Pero no tengo nada contra los cuentos si sirven para recor-
dar. ¿Qué importa si la niña existió o no? Pudo existir. Pero usted quiere algo más, usted
quiere salvar a la niña. O al menos, salvar el mapa, asegurarse de que todo aquello no
fue en vano. No creo que lo encuentre nunca. Y aunque lo encontrase, aunque lo tuviese
delante de los ojos, no lo reconocería. Ellos se habrían asegurado de que no cualquiera
pudiese utilizarlo. Me gustaría que hiciesen esa película. No sería “otra película sobre
el Holocausto”. El mapa no debería aparecer, siempre resultaría decepcionante. La pe-
lícula debería ser el mapa. No creo que lleguen a hacerla. La idea, un cartógrafo de un
mundo en peligro, es demasiado difícil, no sé si el público aceptaría que hay algo impor-
tante en juego. Sería mejor una obra de teatro. Las películas están llenas de respuestas a
preguntas que nadie hace. En el teatro todo responde a una pregunta que alguien se ha
hecho. Como los mapas (Mayorga, 2014: 647-648).
caso histórico desde una aproximación documental. Lo que quiero es construir una experiencia,
y la experiencia la encuentro allá donde esté. Puede ser en mi actualidad o en un pasado que me
concierne y por tanto es actual en esa medida. […] Cuando un dramaturgo se ocupa de la historia,
no debe presentar la imagen ya prevista o prefigurada por el espectador sino hacer ver algo que
no había sido visto hasta entonces” (Gabriele, 2009: 165-166). Haciendo “experiencia”, el espec-
tador está incitado a interrogarse sobre sí mismo y la realidad que lo rodea: “Cuando digo que
intento construir en escena una experiencia, lo que quiero decir es que intento que al espectador le
haya sucedido algo en su vida con esa obra. […] Espero que sea una experiencia que el espectador
pueda hacer suya y sobre la que pueda hacer memoria y conciencia” (Gabriele, 2009: 180-181).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 289
se, descubrirse y, quizás, superar los traumas que un lenguaje directo no permitiría
formular. Aunque no se trate de teatro documento propiamente dicho, El cartógra-
fo, provisto de cierto valor documental, se presenta como un documento sobre la
historia y sobre el presente, sobre la memoria y para la memoria, y puede suscitar
en el espectador una reflexión sobre la representabilidad del pasado, las implica-
ciones de toda representación histórica y la fuerza del discurso teatral.
Referencias bibliográficas
Elias, A. J. (2001). Sublime Desire. History and Post-1960s Fiction. Baltimore: Johns Hopkins
University Press.
–––––––––– (2005). “Metahistorical Romance, the Historical Sublime, and Dialogic History”.
Rethinking History 9, 159-172.
Floeck, W. (2012). “La shoah en la era de la globalización. Juan Mayorga y el teatro de la me-
moria”. Don Galán 2, http://teatro.es/contenidos/donGalan/donGalanNum2/pagina.
php?vol=2&doc=2_3 [15/05/2016].
Foley, B. (1986). Telling the Truth. The Theory and Practice of Documentary Fiction. Ithaca:
Cornell University Press.
Gabriele, J.P. (2009). Los dramaturgos hablan. Entrevistas con autores del teatro español con-
temporáneo. Oviedo: KRK Ed.
Lanzmann, Cl. (1994). “Holocauste, la représentation impossible”. Le Monde, 03/03, 7.
Lumière, E. (2012). Clio en question. Le théâtre métahistorique en Espagne (1980-2010). Univer-
sité Toulouse 2 (tesis de doctorado).
–––––––––– (próxima publicación). “Intermédialité et mise en scène de l’histoire au théâtre:
Retrato de gran almirante con perros de Luis Riaza”. En L’intermédialité à la croisée des
chemins: bilans et perspectives.
Mayorga, J. (1999). “El dramaturgo como historiador”. Primer Acto 280, 8-10.
–––––––––– (2011). “Teatro y cartografía” (conferencia grabada). En Poética y Teatro: Juan
Mayorga, Congreso de la Fundación Juan March, http://www.march.es/conferencias/ante-
riores/voz.aspx?p1=22728 [15/05/2016].
–––––––––– (2014). El cartógrafo (Varsovia, 1: 400.000). En Juan Mayorga. Teatro 1989-2014,
601-650. Segovia: Ediciones La uÑa RoTa.
Méchoulan, É. (2003). “Intermédialités: le temps des illusions perdues”. Intermédialités: histoire
et théorie des arts, des lettres et des techniques / Intermediality: History and Theory of
the Arts 1, 9-27.
Memorial de la shoah de París. “Étude de cas: le ghetto de Varsovie (1940-1943)” (partes 1
y 2). Enseigner l’histoire de la Shoah. http://www.enseigner-histoire-shoah.org/outils-et-
ressources/fiches-thematiques/les-grandes-etapes-de-la-shoah-1939-1945/etude-de-cas-
le-ghetto-de-varsovie-1940-1943-12.html [15/05/2016].
Müller, J.e. (2007). “Séries culturelles audiovisuelles ou: Des premiers pas intermédiatiques
dans les nuages de l’archéologie des médias”. En Intermédialité et socialité. Histoire et
géographie d’un concept, M. Froger y J. E. Müller (eds.), 93-110. Münster: Nodus.
Nünning, A. (1997). “Crossing Borders and Blurring Genres. Towards a Typology and Poetics of
Posmodernist Historical Fiction in England since the 1960s”. European Journal of English
Studies 1, 217-238.
290 EMILIE LUMIÈRE
1. Introducción
El teatro breve de Juan Mayorga1 puede definirse a través de su carácter
histórico, político y social. Estamos ante unos textos que manifiestan una clara
1 En Teatro breve en los inicios del siglo XXI (Romera Castillo, ed., 2011) pueden encon-
trarse dos trabajos sobre esta modalidad teatral de nuestro autor: Claire Spooner, “Las obras bre-
ves de Juan Mayorga: ¿metáforas visibles’?” (315-331) y Simone Trecca, “Buscando pasadizos:
el Teatro para minutos, de Juan Mayorga” (333-348).
291
292 CARMEN ABIZANDA LOSADA
el día en que desapareció el primero de los hermanos, César. El título hace honor
a la trama porque la casa podría ser para la protagonista una casa maldita. La in-
determinación es grande, el texto está lleno de huecos. Deliberadamente Mayorga
genera preguntas en el espectador, preguntas que al final quedan sin respuesta.
No sabemos casi nada acerca de los personajes que aparecen en escena. Nada o
muy poco sobre los ausentes. El espacio es elocuente y misterioso a un tiempo. La
guerra planea como respuesta y lugar de indeterminación a un tiempo sobre esas
tres desapariciones y es como si la misma guerra se hubiese infiltrado en la casa
sembrando el temor y la maldad.
Estamos ante una obra de teatro histórico, aunque se refiera a nuestro pa-
sado más reciente. Estamos también, ante una obra necesaria, en la que Mayorga
nos habla de lo social y lo político y que abarca temas como el poder y la co-
rrupción.
El autor, a través del humor y la parodia, muestra una realidad en la que
el lujo y la falta de escrúpulos se mezclan con la actitud de aquellos, que con su
connivencia o su silencio, cobijan a quienes hacen un mal uso del poder. La obra
presenta a unos personajes que se mueven fuera de los límites de la ética, como por
ejemplo Volpone o los candidatos. Otros aceptan su situación e incluso justifican
a quienes la provocan. Juan Mayorga evidencia cómo unos y otros construyen una
realidad en la que la ética, la ética política en concreto, queda al margen. Además
de Justicia y Sentido de calle, Juan Mayorga escribió también para esta obra Can-
didatos, El espíritu de Cernuda, Inocencia y Manifiesto Comunista. Obras a las
que también hacemos mención a continuación.
3.1. Candidatos
En Candidatos (Mayorga, 2009: 89-95) se pone de manifiesto la ambición
política y su lucha por alcanzar el poder. Cada uno busca su mesa mientras esperan
la reacción del presidente, un gesto que les abra paso en un hipotético camino a La
Moncloa. Los candidatos discuten por los resultados de las encuestas. El candida-
to1 y el candidato 2 se enzarzan en una pelea y derraman uno sobre el otro copas
de vino, croquetas, canapés, langostinos y, por último, la tarta nupcial.
Mayorga muestra el comportamiento más mezquino en los aledaños del po-
der. El arribismo que lleva de un modo completamente paródico a los candidatos
a cantar una canción a los novios. Los tres quieren ser el próximo presidente, los
tres acabarían con el propio presidente, y cada uno con los otros si pudiesen. No
pueden. Así que se dedican a cantar, adularse y pelearse sucesivamente.
que ha sido invitado a la boda. Su interés está más cerca de saber dónde se sitúa el
poeta en el engranaje del poder.
El poeta termina de escribir el discurso que los guardaespaldas hacen llegar
al presidente. El presidente lo lee. Se refiere a que ahora se puede citar a cualquier
autor “sin complejos”, refiriéndose a Lorca o a Alberti. Citar a cualquier autor a
pesar de no ser de izquierdas o pese a que el autor lo sea.
3.3. Inocencia
En Inocencia (Mayorga, 2009: 97-102) Volpone trata de vender armamento
a España. Para ello habla con Bermúdez. La conversación termina con estas pala-
bras de Bermúdez: “Perdone, Volpone, ¿qué me decía? Me he distraído viendo la
sonrisa de la novia ¿No es un ángel?” (Mayorga, 2009: 99).
Es frecuente en estos textos de Mayorga que la tensión que viven los perso-
najes se vea interrumpida por los más frívolos comentarios de la boda. La boda es
el escenario de la ambición y también de la corrupción de quienes quieren medrar
gracias a la proximidad al poder. Al final, aparece el personaje del primo del novio.
Volpone trata de venderle algo y acaba vendiéndole lo que en realidad quiere, una
novia. Pero esto es lo único que sabemos que no le puede vender. Mayorga acaba
llevándonos al negocio de la trata de mujeres. Del negocio de la guerra, Volpone
se pasa al negocio de las mujeres, tanto más terrible, cuanto se refiere a menores
de edad.
3.4. Justicia
El fragmento Justicia (Mayorga, 2009: 103-104) sitúa la acción con Mari y
Petra están recogiendo en la cocina. Este fragmento constituye un largo monólo-
go de Petra que va dirigido a Mari. Comienza con la historia del corderito que se
queja ante Dios de que todo el mundo quiere comérselo. Mayorga pone en boca
de Petra parte de los tópicos sobre la derecha y la izquierda. Tópicos que el mis-
mo enuncia y que convierte en reflexiones más profundas de lo que se muestran
en apariencia. Petra es de derechas. Mari de izquierdas. Petra increpa a Mari por
sus ideas, por tener empatía con respecto a los que pasan hambre. Petra acusa a
Mari y cuando lo hace de algún modo se acusa a sí misma. Con esta obra, Juan
Mayorga utiliza el tono más ligero, para hablarnos de temas que no lo son. Las
palabras que Petra dirige a Mari, son las palabras que el propio Mayorga dirige a
los espectadores. Las palabras que están en el inconsciente colectivo. Palabras que
hemos escuchado muchas veces y que Mayorga logra que escuchemos como si
se tratase de la primera vez. Mari no interviene, pero a través de lo que Petra dice
intuimos como es este personaje. Más que definirse a sí misma, Petra nos habla
de Mari. De la gente de izquierdas, de la gente de derechas y de la oposición entre
ambas fuerzas políticas.
296 CARMEN ABIZANDA LOSADA
4. Conclusiones
La obra breve de Juan Mayorga se caracteriza por un claro compromiso con
la actualidad, por un gran sentido ético y por una profunda revisión del pasado.
Estamos ante textos que enlazan lo histórico con lo político y lo social. En estas
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 297
tres piezas breves, el autor presenta conflictos del pasado, que el espectador tras-
lada necesariamente a la actualidad. Esta producción dramática se refleja también
en textos extensos de contenido igualmente histórico, como Himmelweg (Ma-
yorga, 2014. 298-332), Siete hombres buenos (Mayorga, 2014:25-75), El jardín
quemado (Mayorga, 2014: 147-183) o Cartas de amor a Stalin (Mayorga, 2014:
219-258).
El pasado es para Mayorga un medio de conocer el presente. Lo desvela
incluso con mayor claridad de lo que lo hace el presente mismo. Esta idea la desa-
rrolla el dramaturgo no sólo en sus textos dramáticos, también en artículos como
“El dramaturgo como historiador” (Mayorga, 1999: 8-10). Mayorga nos enfrenta
al hecho de que no estamos a salvo, de que la guerra pervive en la paz. Esto se ve
muy claro en La biblioteca del diablo (Mayorga, 2009: 119-124) y en Una carta
de Sarajevo (Mayorga, 2009: 73-36). En estos y otros textos breves, el autor ge-
nera preguntas en el espectador. Son obras cuyo sentido último, el receptor debe
completar. Obras que planean alrededor de los temas que más preocupan autor
madrileño: la violencia, la opresión, el racismo y el mal uso del poder.
Para Juan Mayorga el valor de estas piezas breves no reside en su extensión,
reside en su capacidad para transmitir una experiencia. Una experiencia que se
sustenta en lo político a través de en un sentido histórico, que es también político,
porque para el dramaturgo, el teatro que habla de nuestro pasado, también lo es. Así
lo refleja en su artículo: “El teatro es un arte político” (Mayorga, 2011: 198-199).
En este sentido, el autor rescata temas y personajes de la realidad histórica y social
y ofrece un punto de vista nuevo, abierto al espectador. No entiende un teatro que
no tenga en cuenta al público.
Considera, por otra parte, que el mayor mal es la violencia y que el dra-
maturgo tiene la obligación de denunciar las situaciones en las que se dé. En La
biblioteca del diablo (Mayorga, 2009: 119-124) aparece retratada la violencia de la
guerra, incluso en tiempos de paz. La violencia parece estar detrás de las desapa-
riciones de los hermanos de la protagonista. En Una carta de Sarajevo (Mayorga,
2009: 73-76), la violencia está presente en las palabras que están dirigidas al ciego
y que están vinculadas a la guerra de Bosnia (1992-1995), momento en el que el
personaje con el que quiere contactar desaparece. En ambos textos vemos que el
autor se sirve de la historia. Los personajes, los temas, la intriga es histórica, pero
también política. El espectador ante estas obras se siente aludido.
Para Mayorga el autor se debe a las víctimas, a las víctimas de la historia,
como refleja en “El dramaturgo como historiador” (Primer Acto, 1999: 8-10). En
este mismo artículo, citado anteriormente, expresa su idea de que el pasado puede
ser útil a los hombres y mujeres del presente.
En los tres textos el dramaturgo es fiel a su idea de establecer puentes entre la
historia y el presente, entre el teatro histórico y el teatro político, entre la realidad
y la ficción. A veces estamos ante personajes históricos, otras, ante personajes que
298 CARMEN ABIZANDA LOSADA
Referencias bibliográficas
Mayorga, J. (1999). “El dramaturgo como historiador”. Primer Acto 280, 8-10.
–––––––––– (2009). Teatro para minutos. Ciudad Real: Ñaque.
–––––––––– (2011). “El teatro es un arte político”. En Himmelweg. Edición de Manuel Aznar
Soler, 198-199. Ciudad Real. Ñaque.
–––––––––– (2014). Juan Mayorga. Teatro 1989-2014. Segovia. La Uña Rota.
Romera Castillo, J. (ed.) (2011). El teatro breve en los inicios del siglo XXI: Madrid: Visor
Libros.
Las raíces cortadas de Jerónimo López Mozo:
ficción y documento
Las raíces cortadas by Jerónimo López Mozo:
fction and document
dramaturgo, “[…] algunos de los cuales todavía no han sido conquistados a estas
alturas. Aunque en esta materia las cosas han cambiado mucho, el papel de la mu-
jer en nuestra sociedad sigue siendo objeto de debate” (López Mozo, 2005: 15).
Nos parece fundamental profundizar en este aspecto de la elección del tema y los
personajes porque no olvidemos que, uno de los pilares sobre el que se sustenta el
teatro documento, es su finalidad didáctica. Recordemos, asimismo, las palabras,
ya mencionadas, de López Mozo para explicar su acercamiento a esta fórmula
teatral en sus primeras obras, nacidas, eso sí, en un contexto bien diferente al que
nos ocupa. Y así habla de fórmula adecuada para su teatro político y de eficaz para
ejercer una función didáctica con un público que necesita información. Quizá no
sea el lugar ni el momento para debatir sobre la pertinencia o no de la cualidad
de didactismo en el teatro documento, pero para nosotros el uso y ofrecimiento
de ese material al público nos parece una suerte de argumentación encaminada
ni más ni menos que al convencimiento del receptor y, por tanto, de naturaleza
instructiva.
En Las raíces cortadas, ¿qué parte es puramente histórica y cuál ficción?
Tenemos la gran suerte de conocer de boca del propio autor el proceso creativo
de este texto y así lo desgrana en la introducción que hace a la obra. López Mozo
tuvo claro desde el principio que se enfrentaba a dos dificultades: el escaso interés
teatral del debate político y que las dos protagonistas no alcanzaban, como per-
sonajes dramáticos, la altura de una Dolores Ibárruri o de una Hildegart1. Como
señala el dramaturgo, casi todo el material hallado se refería al episodio del debate
parlamentario y en el caso de Victoria Kent, a su labor como Directora General
de Prisiones. Pero en su labor de búsqueda fue encontrando y “[…] añadiendo
datos […] casi todos de contenido político, pero que, en ocasiones, dejaban tras-
lucir aspectos interesantes de su carácter y arrojaban alguna luz sobre sus bio-
grafías” (López Mozo, 2005: 16). Haciéndonos eco de lo que el mismo López
Mozo cuenta ampliamente en la introducción ya mencionada, a la que remitimos
al lector, destacaremos cuatro escritos fundamentales para el autor en este proceso
de elaboración de la obra: Mi pecado mortal. El voto femenino y yo; La revolución
española vista por una republicana, ambos de Clara Campoamor; Cuatro años en
París de Victoria Kent; y Victoria Kent, una vida al servicio del humanismo libe-
ral, de Zenaida Gutiérrez Vega. El primero de ellos, Mi pecado mortal…, es una
respuesta a las voces críticas con ella por su defensa del voto femenino en 1931 y
las consecuencias políticas de su aprobación. En el segundo de sus libros, ofrecerá
una visión personal sobre las causas que provocaron la contienda española. Como
señala López Mozo, “Dos libros llenos de inconvenientes para el investigador, por
las muchas lagunas que contienen y por su escasa imparcialidad, pero no para mí,
1 Domingo Miras recrearía también a Hildegart en su obra Aurora, estudiada por José
pues son sus defectos, en especial el apasionamiento con el que fueron escritos, los
que me resultaron útiles” (López Mozo, 2005: 16-17).
Al igual que en estos dos libros encontró rasgos relevantes de la personalidad
de su autora, también le sucedería lo mismo con Cuatro años en París (1940-
1944), de Victoria Kent, texto novelado nacido de la necesidad de evasión durante
su refugio en la Embajada de México en París durante la ocupación alemana en
plena Guerra Mundial. De especial importancia le resultó Victoria Kent, una vida
al servicio del humanismo liberal, nacido del archivo rescatado de la política. “En
aquellas páginas se daba cuenta de cuanto importa de la vida pública de Kent, pero
lo que me atrajo decisivamente fue el retrato que su autora hizo de la biografiada.
Estaba plagado de pequeños detalles, algunos entrañables y otros inimaginables,
que rompían la imagen que de ella teníamos y que la convertían en un ser humano
sensible y fascinante. Ponía a mi alcance justamente la información que yo, como
autor, necesitaba” (López Mozo, 2005:17). Y ahondando en estos aspectos biográ-
ficos, a López Mozo empezaron a interesarle otros elementos en los que encontró
mayor sustancia dramática, especialmente en su condición de exiliadas; “Vidas
parecidas a las de miles de españoles, que tuvieron que dejar su patria y abandonar
sus proyectos o reemprenderlos bajo otras condiciones y con buena parte de sus
ilusiones rotas” (López Mozo, 2005: 20).
Como hemos podido observar, arduo ha sido el trabajo documental del dra-
maturgo, por esto mismo, resulta sumamente llamativo que, López Mozo, haya
decidido dividir la pieza en cinco encuentros. Encuentros, claro está, entre ambas
protagonistas, Victoria Kent y Clara Campoamor. ¿Y por qué resulta esto sor-
prendente? Porque como el propio dramaturgo apunta, ambas mujeres, “Apenas
se conocían antes del debate que las enfrentó en el Parlamento y jamás volvieron
a encontrarse después” (López Mozo, 2005: 19). ¿Por qué, entonces este proce-
der, además enfatizado por la división de las escenas por encuentros? Creemos
que, indudablemente, además de por el juego dramático que esto permite, porque
“[…] comparando sus biografías, encontramos muchos puntos en común. Las dos
se licenciaron en Derecho en el año 1924 e ingresaron en el Colegio de Abogados
con muy pocos meses de diferencia. Abrieron enseguida despacho profesional y
entre los asuntos que llevaron figura las defensas de implicados en la subleva-
ción de Jaca […] Ambas consiguieron llegar al parlamento en 1931, tras obtener
sus escaños en las elecciones para Diputados a la Asamblea Constituyente por el
gobierno provisional de la República. Ambas se presentaron por la provincia de
Madrid y resultaron elegidas con muy poca diferencia de votos […]. Y además,
fueron las dos únicas mujeres que ocuparon plaza en el Congreso. Ninguna lo-
gró renovar el escaño en las elecciones del 33. Tras el 18 de julio del 36 ambas
abandonaron España e iniciaron un largo exilio, en el que murieron. Vidas, pues,
paralelas que sólo dejaron de serlo en una ocasión, y chocaron” (López Mozo,
2005: 19-20).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 303
Con este tercer encuentro, López Mozo añade el tema del exilio. Recorde-
mos que como él mismo dijo: “[…] Creía que era más interesante para el especta-
dor actual, al tiempo que, desde el punto de vista dramático, tenía mayor atractivo”
(López Mozo, 2005: 30). Campoamor abandonó España de forma precipitada, ape-
nas estalló el conflicto, a finales del verano del 36, ante el miedo fundado de que
algo malo pudiera pasarle. El encuentro entre ambas mujeres fue verídico, aunque
no se produjo exactamente en el momento en el que se sitúa en la obra, y como dice
la Clara del texto “No fue una conversación agradable”. Al reproche de Victoria
del abandono precipitado y, en su opinión, del miedo infundado de Campoamor,
se añade el nuevo desencuentro de ambas por el “gran pecado mortal” de la ma-
drileña. En un artículo titulado “El mundo se perdió por una mujer”, se señala a la
diputada como la única responsable del resultado de las elecciones generales del 33
y de lo que ocurriría en años sucesivos (López Mozo, 2005: 26):
En realidad, el fracaso de dichas elecciones, aunque no es este el lugar para
analizar el tema, dependió de un conjunto de factores que no tuvieron nada que ver
con el voto femenino. A este fracaso de Campoamor, hubo también que sumarle
otro, que no logró el escaño al que aspiraba por la provincia de Madrid formando
parte de la candidatura radical. Además, habría que añadir el hecho de que este
fiasco estaba inexorablemente ligado a que no contó con la confianza electoral de
las mujeres. A pesar de esto, la diputada alegó en su descargo las sospechas que
tenía de que muchas de ellas no se habían enterado de los debates parlamentarios,
ni de la defensa que había hecho de sus derechos. El revés de Campoamor queda
recogido por López Mozo en un agrio dialogo entre ambas mujeres, el cual con-
cluye con estas palabras de Victoria “Ya estaba en Alicante, buscando acomodo en
algún barco que la sacara de España” (López Mozo, 2005: 69). Con ellas finaliza
la escena y sirven como enlace para el cuarto encuentro. En éste tomará cuerpo
como eje fundamental el tema del exilio. Nos debemos situar en 1986, en Nueva
York, Victoria espera impaciente la llamada de Luise Crane para compartir con ella
la buena noticia de que le había sido concedida la Gran Cruz de la Orden de San
Raimundo de Peñafort. Nuevamente es evocada Clara Campoamor, en este caso
una mujer “[…] de edad indefinida, más de sesenta años, quizá setenta, pero cuyo
físico se corresponde al que Victoria conserva en su memoria, el de aquel día de
1936” (López Mozo, 2005: 72). No obstante, debemos hacer una puntualización.
A excepción del primer encuentro, totalmente ficticio, los dos anteriores, si bien
son imaginados por Victoria, se produjeron realmente. Nos referimos al encuentro
parlamentario y a la salida de Campoamor de España. Sin embargo, este cuarto
encuentro no se produjo nunca. Nos hallamos ante posturas encontradas reales
en un encuentro irreal. La actitud de ambos personajes sirve al autor para seguir
perfilando sus cualidades. Recordemos que ya habíamos subrayado en esa escena,
llamémosla bisagra, la de la conversación de Victoria con Narciso, la diferencia
de caracteres de ambas mujeres. Más flexible o conciliador el de la directora de
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 307
El exilio de Victoria tuvo dos etapas muy distintas. La primera más peligrosa,
ya que para andar por el mundo sólo contaba con un documento de identidad en el
que ponía, en grandes letras moradas “refugiada” y la segunda más confortable. Se
trata de las etapas de París y Estados Unidos, país, este último, donde fundó la re-
308 LAURA LÓPEZ SÁNCHEZ
Victoria. […] “En el consejo de Ministros hemos logrado por fin ejecutar a Victo-
ria Kent” […] “Ha fracasado. Demasiado humanitaria y pocas dotes de mando. No hay
disciplina en las prisiones, los presos se van de vacaciones sin otro requisito que dar su
palabra de honor de que volverán, entran y salen como Pedro por su casa y el que quiere
se fuga (López Mozo, 2005: 84).
por Victoria, maestra y amiga con la que pasó muchas vacaciones en Hendaya. En
1936, tras la sublevación militar se afilió al partido Socialista. Poco después, murió
en un accidente en el laboratorio de explosivos de guerra. Tenía veinticinco años.
Leonchu será la voz del autor, la voz de la esperanza:
Victoria. ¿Leonchu aquí? ¿Dónde?
Clara. Se esfuerza por decirte algo.
Victoria. ¿El qué?
Clara. Dice que un puñado de arena no hace playa, pero que si cada bañista de
Hendaya se hubiera llevado uno, solamente uno, y todos lo hubieran depositado en una
mismo lugar, ahora la playa estaría allí y no en Hendaya.
Victoria. (Sonríe.) Pero hubiera pasado tanto tiempo, que el que cogió el primer
puñado no habría llegado a conocerla.
Clara. Leonchu está convencido de que los obreros que cavaron las zanjas para
echar los cimientos de la catedral de Toledo no llegaron a conocer a los que pusieron la
última piedra y que, sin embargo, ahí está la catedral.
[…]
Ha oído nuestra conversación y no comprende tanto empeño en mostrar como
inútil o insuficiente cuanto hicimos. Dice que en aquella tarea, no fracasamos, que el
fracaso está en que rememoremos aquellos hechos con amargura […] (López Mozo,
2005: 91-92).
Creemos que tras este breve análisis es evidente que el texto de López Mozo
puede ser incluido de pleno derecho en el llamado teatro documento. Si bien la pie-
za no tiene una finalidad propagandística ni nace en un período especialmente con-
vulso, no debemos negar, como ya señalamos, un barniz didáctico que, no obstan-
te, no se manifiesta toscamente en el texto, sino que induce a la reflexión y lo que
podría ser meramente histórico se hace presente. En la palabras de Pedro Víllora
“[…] Su dominio del lenguaje y, sobre todo, su capacidad para convertir cualquier
propuesta teatral en un espacio para el debate, la argumentación y la confrontación
de opiniones e ideas, hacen de él un escritor comprometido no ya con la sociedad,
sino con la trascendencia y relevancia social de su oficio” (López Mozo, 2005: 13).
El documento se erige en la pieza como algo imprescindible, fiel y consecuente con
la elección del tema y de sus protagonistas, y la maestría de López Mozo ha estado
en engarzar esa realidad con la ficción y crear una obra de arte.
Referencias bibliográficas
Corte, Roberto (2006). “Las raíces cortadas”. La Ratonera. Revista asturiana de teatro 17,
130-131.
Fox, manuela (2009). “Victoria Kent y Clara Campoamor en Las raíces cortadas, de Jerónimo
López Mozo”. En El personaje teatral: La mujer en las dramaturgias masculinas en los
inicios del siglo XXI, José Romera Castillo (ed.), 187-198. Madrid. Visor Libros.
310 LAURA LÓPEZ SÁNCHEZ
López Sánchez, Laura (2009). “La mujer en el teatro de Jerónimo López Mozo de La Infanta
de Velázquez a Lady Macbeth”. En El personaje teatral: La mujer en las dramaturgias
masculinas en los inicios del siglo XXI, José Romera Castillo (ed.), 217-230. Madrid:
Visor Libros.
López Mozo, Jerónimo (2005). Las raíces cortadas. Madrid: Asociación de Autores de Teatro /
Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid.
Romera Castillo, José (2005). “El caso Hildegart: de la vida al escenario”. Prólogo a Aurora
de Domingo Miras. En Teatro escogido de Domingo Miras, Virtudes Serrano (ed.), tomo
II, 465-480. Madrid: Asociación de Autores de Teatro. [Incluido como “Domingo Miras:
Aurora (el caso Hildegart: de la vida al escenario)”, en su libro, Teatro español entre dos
siglos a examen (Madrid: Verbum, 2011, 200-217).]
–––––––––– (2010). “Las mujeres del 27, en el exilio, escriben sus memorias”. En Actas del XVI
Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas: Nuevos caminos del hispanis-
mo…, Pierre Civile / Françoise Crémoux (eds.), sección 4: “Literatura española, siglos
XIX-XXI”, 461-471. Madrid: Iberoamericana (en CD).
Documentos de la deriva contemporánea:
a propósito de Protegedme de lo que deseo,
de Rodrigo García
Documents of the contemporary drift:
with regard to Protect me from what i want,
by Rodrigo García
1. Introducción
Rodrigo García (Buenos Aires, 1964), dramaturgo, director, escenógrafo, vi-
deo-artista y performer, ha desarrollado con la compañía La Carnicería Teatro un
particular discurso teatral forjado en la influencia temprana de Eduardo Pavlovsky,
Tadeusz Kantor, Samuel Beckett, Harold Pinter o Heiner Müller, y en la inquietud
interdisciplinar practicada por artistas plásticos y visuales, entre ellos Bruce Nau-
man y Robert Wilson, Bill Viola o Jenny Holzer. También son explícitas en sus
311
312 JOSÉ IGNACIO LORENTE
crisis de lo dramático, de aquello que no podía expresarse con palabras y que apun-
taba hacia una escena expandida, poniendo al descubierto, por arbitrarias y con-
vencionales, las fronteras heredadas entre narración y performatividad. A partir de
ese momento, el drama se sitúa en “la perturbación recíproca que se establece entre
el texto y la escena”, (Lehmann, 2013: 40), una perturbación en la que se pueden
rastrear y reconocer las huellas o el documento de una época y de una determinada
visualidad.
Algunos de los síntomas de este cambio de paradigma consisten en la insis-
tencia en la ambigüedad frente a la lógica causal y la necesidad; en el énfasis en el
proceso frente a la obra; en el recurso a la fragmentación y la discontinuidad que
conducen el discurso hacia los límites de la textualidad; en la implicación de una
gran diversidad de códigos que proporcionan al texto el aspecto de un ensamblaje
de elementos heterogéneos, junto con la deconstrucción de sus estructuras y con-
venciones genéricas y la disposición a la irrupción de lo real en la performance
teatral.
En el teatro postmoderno la incorporación de lo real adquiere el carácter de
un objeto de búsqueda y reflexión, produciendo torsiones y pliegues en la forma
del contenido que salen al encuentro de nuevas configuraciones dramáticas y ex-
presivas. Pero este encuentro con lo real se produce a través de una estética de la
imprevisibilidad que llega a afectar a las relaciones de significación, ya sea a través
de la distancia irónica, de la interpelación extemporánea o del juego, ya sea a través
del azar y la deriva de un texto que disuelve progresivamente la expectativa de
sentido que anticipaba el drama clásico y moderno.
Lo real en el teatro niega la referencialidad de los signos escénicos, el víncu-
lo que la representación mimética establece con los hechos y objetos del mundo,
desdibujando y volviendo indiscernibles las lábiles fronteras entre los aconteci-
mientos en escena y la realidad extraescénica, así como los límites entre la cons-
trucción estética y la realidad prosaica. Lo fortuito, el accidente, el happening o
la performance adquieren en ese momento la densidad de los acontecimientos del
mundo poniendo en crisis los cimientos mismos de la representación.
Pero este real no se confunde con realidad alguna, sino que se presenta bajo
la condición de un proceso de abstracción frecuentemente metateatral gracias al
cual cada elemento del drama es puesto en cuestión como un signo de otro signo
que remite necesariamente a otro signo, sin solución de continuidad, diluyendo la
realidad en un laberinto semiótico que se aleja a cada paso de cualquier anclaje
referencial.
Al mismo tiempo, el signo interpretante de otro signo genera una cadena
infinita de remisiones que abre el proceso de interpretación hacia nuevas e in-
éditas posibilidades de lectura, o en palabras de Fischer-Lichte, provoca que “el
teatro utilice las creaciones materiales de la cultura como sus propios signos, como
conciencia del carácter semiótico de estas creaciones materiales y, de este modo,
314 JOSÉ IGNACIO LORENTE
de abril de 1997 en la Cuarta Pared, de Madrid, con los actores Chete Lera, Miguel Ángel Altet,
Patricia Lamas, Víctor Contreras y Fernandito en el reparto.
2 Para este trabajo, se ha utilizado la puesta en escena de 1997 grabada en vídeo y dispo-
nible en el repositorio del Archivo Virtual de las Artes Escénicas, de la Universidad Castilla-La
Mancha (Cuenca): http://artesescenicas.uclm.es/index.php?sec=video&tipo=2 [03/05/2016].
316 JOSÉ IGNACIO LORENTE
el cuerpo solo pudiera servir de portapalabra para una dramaturgia previa que lo
guiara y determinara.
Tras el monólogo, el decálogo final se adentra y trasgrede los límites de la
obscenidad explícita y de lo grotesco. El decálogo pone en escena la brutalidad
del deseo desasido de las coerciones del texto, exento de prescripciones e ingo-
bernable. En la escena, el deseo, la violencia, el sexo y la pornografía se presentan
entreverados con las obsesiones y neurosis cotidianas: la orgía futbolística, el éxta-
sis taurino o el espectáculo culinario para que, a medida que avanza, todo termine
desmoronándose, colmando el escenario de residuos, de destrucción y de ruina. La
escena que había comenzado compuesta como un bodegón, una mesa provista de
bebidas y viandas a la que se sienta el actor para su prolongada y agotadora diser-
tación, progresivamente se degrada y desintegra como las vanitas, conduciendo
la abundancia material hacia su decadencia en lo simbólico, ese momento mori al
que apunta todo el desarrollo escénico, eludiendo con ello cualquier expectativa de
catarsis y purificación emocional.
La pieza funciona como un artefacto que desborda las escena convencional
para salir al encuentro del espectador y producir una redistribución de lo sensible,
para movilizar no ya nuevas emociones o sensibilidades, sino un “nuevo reparto
político de lo sensible” (Rancière, 2014: 19), allí donde la violencia y la frustración
de una situación reconocible por parte del espectador han quedado insensibilizadas
e invisibilizadas, como algo irrepresentable. No se trata de poner en escena una
obscenidad, lo que haría de ella una nueva representación, sino de convocar lo
obsceno como verdad irrepresentable de una determinada situación, conflicto o
emoción: “Todavía no me aclaro si lo importante es lo que decimos o lo que ocul-
tamos” reflexiona irónicamente un personaje de Versus (2008), trayendo a escena
la falsa realidad sobre la que descansa el teatro de la representación.
Se trata de un teatro, en definitiva, que no habla solo a través de lo que
explícitamente toma forma en el texto y en la escena, sino a través también del
tipo de espectador que construye y del tipo de relación a la que convoca. Y por
esta razón, “en un sentido antropológico amplio del término puede ser considerado
como un teatro político” (Cornago, 2009: 1055). La crítica ética y política de la
educación alienadora, de la mercantilización y de la alienación consumista, del
conformismo y de la desigualdad, hacen del teatro de Rodrigo García un artefacto
de intervención en el propio entorno en el que se desenvuelven las vidas del autor
y del espectador.
En Protegedme de lo que deseo, la voz produce una corriente ininterrumpida
de texto, carente de signos de puntuación, como un monólogo interior que progre-
sa azarosamente conectando fragmentos de vivencias y de referencias detalladas
inmersas en un espacio exhaustivamente documentado: Madrid, el bar Paniza, la
estación de metro Estrecho esquina Juan de Olías, avenida del Capitán Haya. Pero
este documento no aspira al realismo verosímil del discurso documental, sino que
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 317
“una idea recurrente insiste en oponer el mundo bruto del deseo y el universo de
orden social, de razón, de juicio y de yo […] y debido a la carga política de esa
oposición maniquea se prima la modelación simbólica, la primacía del lenguaje
bien ordenado […] para sobrecodificar la economía supuestamente indiferenciada
del deseo […] y los agenciamientos singulares de enunciación” (Guattari y Rol-
nik, 2006: 253). El texto de Rodrigo García impugna esa economía política de
la razón mediante recorridos, a menudo infructuosos, por la cartografía tensa del
deseo entre la carnicería familiar y la oficina, entre ésta y el bar Paniza, entre éste
y la escritura teatral y en definitiva, entre ésta y la “verborrea más verborrea y
verborrea […] porque vivir implica en todo momento morir lo mas lejos posible en
el tiempo” (García, 2015: 164). La verborrea, el flujo indiferenciado del discurso,
palabra tras palabra, sin signos de puntuación, es la forma expresiva que adquiere
el texto, laberíntico y rizomático, para convocar al lector a estos agenciamientos
singulares de enunciación frente a la economía indiferenciada del deseo, conec-
tando la experiencia textual con la experiencia vital, anudando y desanudando los
puntos de anclaje, efímeros y provisionales que el texto dispone como los nodos
azarosos de una red informe.
Pavis rastrea los orígenes del teatro documental en el drama histórico del XIX por
el uso de fuentes históricas y archivos documentales (Büchner, La muerte de Dan-
ton) y los ya conocidos trabajos de Erwin Piscator en la Alemania de entreguerras
y posteriormente en Estados Unidos, no será hasta los años 50 cuando el pretexto
documental irrumpa en el ámbito artístico, contaminando todo tipo de prácticas,
desde la literatura documental, hasta el cine-verdad, desde la pintura hasta el texto
dramático que utiliza profusamente la forma de una investigación, de una pesquisa
o de un proceso judicial (El caso Oppenheimer, Kipphardt), si bien en ocasiones
recurre tanto a elementos documentales como de ficción (Us, Peter Brook,1969;
Soldaten, R. Hochhut,1963; Front Page, R. Nichols; o Hölderlin, Peter Weiss).
Pero será Peter Weiss quien dote al teatro documental de una perspectiva de inter-
vención estética con capacidad para iluminar las causas profundas de un hecho y
en su caso, sugerir soluciones alternativas que retomen el sentido de lo verosímil,
pero no anclándolo a la supuesta verdad histórica de los acontecimientos, sino
proyectándolos sobre un nuevo lienzo de lo posible y sensible de los mismos. De
esta forma, el teatro-documento se confronta con las restricciones genéricas del
verosímil documental, para abrirse al potencial expresivo y enunciativo del texto
(Metz, 1972: 17), de tal forma que cualquier referencia explícita a la veracidad de
los hechos objeto de representación constituye una enunciación enunciada (Todo-
rov, 1972: 177) y por tanto, una llamada de atención acerca del artefacto discursivo
encargado de señalar las estrategias que aseguran su manifestación veridictoria.
En sus Catorce notas sobre el teatro-documento, Peter Weiss advierte que
“El Teatro-Documento no se sitúa en el centro del acontecer, sino que adopta la po-
sición del que observa y analiza. Con su técnica de montaje, hace resaltar detalles
claros entre el caótico material de la realidad exterior” (Weiss, 1968: 377).
El teatro de Rodrigo García adopta esa posición desde la perspectiva parti-
cular, reflexiva y crítica, de quien observa y analiza pero no como un observador
distante o una analista frío, sino a través de su propia experiencia autobiográfica,
poniendo en primer plano los compromisos y derivas de una mirada implicada en
el desarrollo de los acontecimientos. La historia de vida como proyecto histórico y
vital, junto con el testimonio y el monólogo como formas expresivas, constituyen
la estética y la estesis, el tejido sensible de esta práctica singular de teatro que
aborda la realidad, parafraseando al Jean Vigo de À propos de Nice (1930), desde
un “punto de vista documentado”.
5. Conclusiones
Protegedme de lo que deseo transita por los intrincados territorios del teatro
documento expandiendo sus fronteras y demarcaciones. Frente a la idea del docu-
mento en bruto como huella y registro de un acontecimiento mediante la captura
ontológica del mismo, el teatro de la representación procedería paradójicamente a
320 JOSÉ IGNACIO LORENTE
Referencias bibliográficas
Cornago, Óscar (2009). “Experiencia y actuación, infancia e historia. De Rodrigo García a Gior-
gio Agamben”. En En buena compañía. Estudios en honor de Luciano García Lorenzo, J.
Álvarez Barrientos y otros (eds.), 1051-1060. Madrid: CSIC.
Fisher-Lichte, Erika (1999). Semiótica del teatro. Madrid: Arco / Libros.
García, Rodrigo (1997). “Protegedme de todo lo que deseo”. En Rodrigo García (2015). Barullo.
Segovia: Ediciones La Uña Rota.
Godard, Jean-Luc (1999). Histoire(s) du cinema. München: ECM Records.
Guattari, Félix & Rolnik, Suely (2006). Micropolíticas. Cartografías del deseo. Madrid: Trafi-
cantes de Sueños.
Lehmann, H.T. (2013). Teatro postdramático. Murcia: Centro de Documentación y Estudios
Avanzados de Arte Contemporáneo (CENDEAC).
Metz, Christian (1972). “El decir y lo dicho en el cine. ¿Hacia la decadencia de un cierto vero-
símil?”. En Lo verosímil, Eliseo Verón (ed.), 17-30. Buenos Aires: Ed. Tiempo Contem-
poráneo.
Pavis, Patrice (2008). Diccionario del teatro. Barcelona: Paidós.
Rancière, Jacques (2014). El reparto de lo sensible. Buenos Aires: Prometeo.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 321
Ruiz, Mercedes y Hernández, Yohayna (2008). “Pero hay que hacerlo, si no, qué gracia tie-
ne. Una charla con Rodrigo García”. Rev. Tablas 3-4. Disponible en http://artesesceni-
cas.uclm.es/archivos_subidos/textos/245/Una%20charla%20con%20Rodrigo%20Gar-
cia%20-%20Revista%20Tablas.pdf [03/03/2016].
Sánchez, José Antonio (2006). Rodrigo García y La Carnicería Teatro. Cuenca: Archivo Virtual
Artes Escénicas / Universidad de Alcalá.
Todorov, Tzvetan (1972). “Lo verosímil que no se podría evitar”. En Lo verosímil, Eliseo Verón
(ed.), 175-178. Buenos Aires: Ed. Tiempo Contemporáneo.
Weiss, Peter (1968). “Fourteen Propositions for a Documentary Theatre”. World Theatre XVII.5-
6, 375-389.
Zunzunegui, Santos y Zumalde, Imanol (2014). “Guía para escépticos avatares de la doble lectura
modélica del discurso documental”. Signa. Revista de la Asociación Española de Semió-
tica 23, 843-865 (también en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4526876
[06/05/2016]).
El pan y la sal de Raúl Quirós: de la realidad
al pie de la letra a la realidad fantomática
El pan y la sal of Raúl Quirós: from reality
To the foot of the letter to fantomatic reality
Carole Viñals
Universidad de Lille (Francia)
carole.vinals@univ-lille3.fr
Resumen: La obra El pan y la sal de Raúl Quirós pertenece a la corriente del tea-
tro verbatim. La obra consiste en una transcripción de los testimonios de las víctimas del
franquismo en la Audiencia Nacional en 2012. Se trata de una lectura dramatizada con
un decorado que consiste en fotografías, muchas de ellas traídas por el propio público.
La obra crea así un espacio comunitario en el que los traumas del pasado son revividos
y actualizados en presente. Aunque la realidad se encuentre en el corazón de este teatro,
el mero hecho de tratar de la muerte y de desaparecidos provoca la puesta a distancia de
esa realidad que se vuelve inalcanzable. Esa paradoja crea una tensión que nos recuerda
la capacidad del teatro para representar lo irrepresentable.
Abstract: The play El pan y la sal of Raúl Quirós belongs to the literary move-
ment of the verbatim theater. The play consists in a transcription of the testimonies of
victims of Franco in the Spanish National High Court in 2012. It’s a dramatized reading.
The scene is based on photographies, most of them were brought by the public. The
play creates this way a common space where the traumas of the past are reborned and
actualized. Dispite the importance of reality wich is in the heart of the play, this reality
appears far away because the play is about death and trauma. This paradoxe reminds us
that theater in able to represent unrepresentable things.
Palabras clave: Teatro verbatim. Desaparecidos. Trauma. Raúl Quirós. El pan y
la sal.
Key Words: Verbatim theater. Desapeared. Trauma. Raúl Quirós. El pan y la sal.
1. Introducción
Los discursos del poder se ven puestos en tela de juicio hoy más que nunca y
el teatro también participa de este nuevo movimiento de crítica al conceder la pala-
bra a testigos que se oponen a la verdad oficial, ofreciendo así otras versiones de la
Historia y tejiendo lazos comunitarios entre el público y los actores. El pan y la sal
(Juicio a la memoria histórica) de Raúl Quirós pertenece a esta corriente del teatro
verbatim. La obra fue dirigida por Andrés Lima y su elenco contaba con actores
tan famosos como Nuria Espert, José Sacristán o Pepe Viyuela (que actuaron sin
cobrar, pese a su fama y a sus muchas obligaciones). El pan y la sal se representó
tres días (del 26 al 28 de octubre de 2015) en el Teatro del Barrio. Esta obra está
322
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 323
basada en los testimonios de los familiares de las víctimas del franquismo ante la
Audiencia Nacional, en 2012, durante un juicio en el que el propio juez Baltasar
Garzón era el acusado.
El teatro verbatim se encuentra en el corazón de la realidad, borrando auto-
rías y protagonismos. Sin embargo, al tratarse de acontecimientos traumáticos, la
propia realidad se verá puesta a distancia en El pan y la sal. La obra de Quirós des-
cansa pues sobre una paradoja: aunque está construida sobre lo real tomado al pie
de la letra, el hecho de evocar a gente desaparecida obliga al autor a distanciarse de
la propia realidad en la que se asienta.
En nuestra primera parte, trataremos pues de la utilización del documento
y de cómo autor y actores desaparecen en beneficio de lo real. Luego veremos la
dimensión social y de denuncia de este teatro-tribunal. Y por fin nos plantearemos
la capacidad de la obra de Quirós para representar una realidad ausente.
Kent, por ejemplo, es un texto al que le debo mucho. Otro ejercicio interesante en el que
me inspiré fue Ubu and the Truth Comission, de Jane Taylor, aunque este no tiene tanto
de documento (correo electrónico del autor del 10/5/2016).
En El pan y la sal los protagonistas son reales: se trata del juez Baltasar
Garzón, de Gonzalo Martínez Fresneda (el abogado de Garzón), de Joaquín Ruiz
de Infante (de la acusación) y también de las víctimas reales del franquismo que
aparecen con su nombre y su apellido, así como con sus propias palabras. No esta-
mos ante personajes sino ante personas cuyo discurso es retomado literalmente. En
El pan y la sal se escucha el relato de María Martín, de 81 años:
El pan y la sal nos permite también escuchar la voz de Pino Sosa (75 años)
afirmando que su madre nunca quiso firmar nada ni dar por buena el acta de defun-
ción de su marido: “Se lo llevaron vivo y vivo lo reclamaba”. También se escucha
la voz del hijo de Pedro Solsona: “Los maquis nos pidieron comida. Mis padres les
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 325
dieron patatas, pan, huevos… […] Mi padre no tuvo juicio, ni abogado… Lo hicie-
ron desaparecer y sigue desaparecido. Yo tengo casi 80 años y sigo esperando jus-
ticia. ¿Cuánto más voy a tener que esperar?». Su hijo recuerda a María Silva quien
a los 21 años, con un hijo de 13 meses y embarazada de seis meses, estaba muerta.
Los testimonios estaban en YouTube, es decir al alcance de cualquiera. El
autor no se autolegitima alardeando de sus esfuerzos tras haber llevado a cabo una
larga investigación con materiales fuera del alcance del común de los mortales, es
más bien todo lo contrario.
Es el testimonio de María del Pino Sosa el que da su título a la obra: “yo era
muy pequeñita, se me llevaron el pan y la sal de nuestas casas”. Quirós ni siqueira
se atribuye la autoría del título. La noción de autor se ve así puesta en tela de juicio.
Además, se trata de una lectura dramatizada, sin puesta en escena. El decorado es
minimalista: en el fondo, fotografías en blanco y negro, con los rostros de los des-
aparecidos. Una mesa negra. La lectura suele ser una primera etapa y se suele ca-
racterizar por su neutralidad. Los actores no actúan realmente, no se trata para ellos
de lucirse. Actores y autor se autoborran, haciéndose discretos, casi invisibles, para
que solo los protagonistas, la realidad, aparezca. En las tres representaciones, los
actores iban incluso rotando papeles: Mario Gas tomaba a Gutiérrez Caba, Víctor
Clavijo a Pepe Viyuela, incluso las directoras asistentes asumían el papel del juez,
que había sido responsabilidad de Andrés Lima. En El pan y la sal, la dimensión
artística desaparece en beneficio de lo no-artístico, de la autenticidad, de la vida
misma.
El verbatim teatro conduce aquí a la desaparición del autor que se convierte
en El pan y la sal en un yo fantomático, en un “lugar vacío”. Comparte esa iden-
tidad evanescente con las voces de los testigos que recrea, confundiéndose con
ellos. El texto teatral es a la vez panóptico y cámara de ecos para representar un
juicio teatral.
3. Un teatro judicial
En El pan y la sal, los textos están sacados literalmente de las sesiones, pero
el autor ha realizado una selección: estamos frente a una forma de reelaboración
que busca poner de relieve lo más significativo. Quirós,
Con su técnica de montaje, hace resaltar detalles claros entre el caótico material
de la realidad exterior. Mediante la confrontación de detalles contradictorios, llama la
atención sobre un confilcto existente (Brook, 2015: 45)
como todos los participantes están indignados por esta situación chocante en un
país europeo en el siglo XXI.
El tribunal estaba allí para juzgar a Garzón, pero la defensa de Garzón convirtió
el proceso en una comisión de la verdad, a la manera de los juicios de Nuremberg o la
Haya. Lo paradójico es que los testigos (Pino y demás) lo son de la parte del acusado,
no están allí en calidad de víctimas. Por transferencia (Garzón era el criminal) ellos
también son culpables. Su crimen era algo tan sencillo como dar sepultura a sus muer-
tos o conocer la identidad de sus asesinos. En este sentido, es el mismo conflicto de
Antígona traído a la España del siglo XXI (correo electrónico del autor del 10/5/2016).
Lo que se hizo con Garzón fue un crimen, y no se me olvida lo que pasó con él
cuando tocó la trama Gürtel… Se le ha destrozado la vida a una persona que yo consi-
dero íntegra; aún no lo he digerido (Torres, 2015).
De ahí que la estrella trabajara en una sala que funciona como cooperativa
de consumo con unos trescientos socios: “Supe el tema y dije que podían contar
conmigo; luego encontré el texto literal del juicio, a unos compañeros formidables,
un teatrito encantador y que me entusiasma lo que hace” (Torres, 2015). Como
sus otros compañeros, Espert no cobró nada. Otro de los actores famosos es Pepe
Viyuela cuyo abuelo huyó de España en 1939 y que cuenta con un desaparecido
entre sus familiares. El tema de los desaparecidos y del duelo imposible forma
parte de la historia familiar del actor. El actor encontró su pariente gracias a una
una asociación y afirma:
Fue un gran alivio poder llevarle flores; no tiene nada que ver con revanchismo,
ni es desenterrar el hacha de guerra, sino todo lo contrario, un acto de reconciliación y
de reconocimiento (Torres, 2015).
La interpretación de Viyuela tiene que ver pues con su propia historia fami-
liar y la de tanta gente. El pan y la sal forma parte de la historia personal del actor.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 327
De ese modo, el espacio escénico trasciende los límites del escenario puesto que la
percepción del espectador va más allá de lo que se le presenta ante los ojos, al apor-
tar cada cual el conocimiento que tiene del hecho en cuestión y su opinión sobre
el mismo. Todos los espectadores conocían el juicio. Las convicciones del autor se
plasmaron en la fundación del Teatro por la memoria, en 2013:
No se trata de una asociación cultural, ni de un movimiento: no tenemos un ma-
nifiesto, ni un programa, ni siquiera tenemos socios. No somos nada: palabras. Somos
una idea compartida: la de que el teatro debe clamar, desde las tablas, desde los cuerpos
y las voces de los actores, desde el texto dramático, la urgente necesidad de que los
derechos de nuestros ciudadanos sean restablecidos (Quirós, 2015).
Quirós trabaja también desde hace algunos años con un teatro de izquierdas
en Londres, donde colabora con movimientos que usan la dramaturgia para dar
cuenta de cuestiones como la desaparición de bebés durante la dictadura argentina.
Teatro de Barrio es una cooperativa que también asume abiertamente un compro-
miso que define y reúne a sus miembros:
Las producciones del Teatro del Barrio nacen con voluntad de mirar nuestra
historia reciente para poder comprender cómo hemos llegado a la situación actual. Solo
si conocemos nuestra realidad podremos actuar sobre ella para transformarla (San Juan
in blog Quirós, 2015).
El texto original de El pan y la sal se abría con una cita de Eduardo Galeano:
“No hay historia muda, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan”. Se
trata para el autor de contribuir a recuperar la memoria, devolviendo a los vencidos
su dignidad y recordando los crímenes del pasado cuyo olvido impulsó la socie-
dad. Como señala Wilfried Floeck (2006: 190), los textos literarios constituyen
un medio privilegiado en la construcción de memorias e identidades colectivas,
al tiempo que posibilitan modelos de memoria colectiva alternativos. Semejante
potencial emana no solo de su configuración de los acontecimientos históricos y de
los personajes y de su comportamiento, sino también de la estructura de la acción
ficticia, de la semantización del espacio y la configuración particular del tiempo.
El pan y la sal es la segunda composición de teatro de la memoria, el primer
caso fue el tríptico Flores de España2. El pan y la sal implica, por lo tanto, una
mirada afectiva hacia el pasado por parte de aquellos que lo han vivido, menos
atenta a la fiabilidad del dato y a la profundidad del análisis que a las poderosas
emociones que esa rememoración provoca en el testigo. Se trata también para Raul
Quirós de restaurar otra forma de convivencia a través de la representación. Ese vi-
raje está estrechamente ligado a la emergencia de lo que Annette Wieviorka (2002)
ha denominado la “era del testigo”: a saber, el estadio cultural en el que aquel que
ha vivido los acontecimientos aparece como el más legitimado para representarlos
y cuya palabra, preñada de afectividad, parece presentar un grado de verdad e in-
terés imposible de alcanzar por el discurso analítico de la historiografía. Una era,
2 Se puede ver este tríptico en https://www.youtube.com/watch?v=Vl9RKDWCp_0&fea-
ture=youtu.be [13/05/2016].
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 329
por tanto, que ha abandonado –sin espíritu liberador– las antiguas jerarquías entre
los discursos que refieren al pasado, incluyéndolos en un espacio líquido carente
de puntos fijos a los que anudar su legitimidad. Quirós maneja la historia oral
para construir su obra. Sin saberlo, los testigos están oficiando de historiadores
que apelan al relato de sus padres para reconstruir una trama histórica; muchos de
ellos admiten haber comenzado a investigar sobre acontecimientos de la historia
de su pueblo, a raíz del interés que despertó el teatro. Tanto la memoria como
el testimonio oral constituyen vertientes interesantes para una historiografía que
toma la subjetividad como objeto de estudio. En L’ère du témoin, Wievioka (2002)
habla del desarrollo reciente de la historia oral. La subjetividad del testigo es un
complemento a la verdad.
5. Conclusión
El pan y la sal constituye una empresa colectiva: estamos ante un teatro “de
barrio”, creando un espacio común de convivencia entre seres cercanos. En cuanto
teatro verbatim esta obra se hace cargo de lo real, en una tentativa de reparación
simbólica. Pero la particularidad del trauma y del duelo es el no acabarse nunca,
aunque todas estas experiencias individuales estén oficialmente cerradas y perte-
nezcan ya a la Historia. En El pan y la sal, el trauma vuelve a surgir y el espectador
comparte este trauma teatrológico, y acabará haciendo suyo este “dolor fantasma”.
Como sugiere Claude Régy (1998: 37), “el teatro debe ser el cuerpo con-
ductor de un acto de resistencia concentrada, más violento y más tranquilo que
cualquier declaración o cualquier discurso racionalizado”5. El pan y la sal es efec-
tivamente un acto de resistencia que nos recuerda la capacidad del teatro para re-
presentar la ausencia y dar voz y presencia a los olvidados de la Historia.
5 “Le théâtre doit être le corps conducteur d’un acte de résistance concentré, plus violent
et plus calme que n’importe quelle déclaration ou n’importe quel discours rationalisé” (la traduc-
ción es mía).
332 CAROLE VIÑALS
Referencias bibliográficas
Abuín González, A. (2016). “Historia oral, memoria colectiva y comunidad en el teatro del mun-
do: el caso del teatro Verbatim”. Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica
24, 273-289.
Adorno, T.w. (1998). Educación para la emancipación. Conferencias y conversaciones con Hell-
mut Becker (1959-1969). Edición de Gerd Kadelbach. Madrid: Ediciones Morata.
Barthes, R.(1964). “Rhétoriques de l’image”. Communications 4, 40-51 (número especial “Re-
cherches sémiologiques”).
Brandi, C. (1971). Estructuralismo y estética. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.
Brook, P. (2015). El espacio vacío. Barcelona: Península.
Caruth, C. (1996). Unclaimed Experience: Trauma, Narrative, and History. Baltimore: John
Hopkins University Press.
Chambers, R. (2004). Untimely Interventions: Aids Writing, Testimonial, & the Rhetoric of Haun-
ting. Michigan: University of Michigan.
Dubatti, J. (2007). Filosofia del teatro I: convivio, experiencia, subjetividad. Buenos Aires: Atuel.
Dussel, I. (2001). “La transmisión de la historia reciente”. En Memorias en presente. Identidad y
transmisión en la Argentina posgenocidio, S. Guelerman (ed.), 65-95. Buenos Aire Norma.
Floeck, W. (2006). «“Del drama histórico al teatro de la memoria. Lucha entre el olvido y bús-
queda de identidad en el teatro español reciente”. En Tendencias escénicas a principios del
siglo XXI, José Romera Castillo (ed.), 185-209. Madrid: Visor Libros.
Forsyth, A. & Megson, C. (2009). Get real. Documentary theater, past and present. Palgrave
MacMillan: Basingstoke and New York.
Freud, S. (1961). Beyond the pleasure principle. New York: W.W. Norton & Company. Trad.
James Strachey.
Gauthier, L. (dir.). (2007). Dossier “Réel sous influence ”. Mouvement 43, avril-juin, 80-133.
Kofman, S. (1985). “L’espace de la césure”. En Mélancolie de l’art, 73-89. París: Galilée.
Lemaire, V. et Piemme, J.-M. (dir.) (2011). Usages du “document ”. Les écritures théatrales entre
réel et fiction. Etudes théatrales 50.
Nochlin, L. (1991). El realismo. Madrid: Alianza.
Quirós, R. (2015) Teatro por la Memoria. El Teatro también debe responsabilizarse de la Me-
moria Histórica en España. http://www.yoibaparaalgoenlavida.es/blog/teatro-por-la-
memoria-el-teatro-tambien-debe-responsabilizarse-de-la-memoria-historica-en-espana/
[05/04/2016].
Regy, C. (1998). Espaces perdus. Besançon: Les solitaires intempestifs.
Robinson, R. and Paget, D. (1987). Verbatim Theatre: Oral History and Documentary Techniques.
New Theatre Quarterly, vol. 3. En línea: http://dx.doi.org/10.1017/S0266464X00002463
[30/07/2012].
Torres, R. (2015). “Estrellas del teatro recrean el juicio contra Baltasar Garzón”. El
País Cultura, 26 octubre. http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/25/actuali-
dad/1445801926_220694.html [30/04/2016].
Ubersfeld, A. (1996). Lire le théâtre II, l’école du spectateur. París: Belin.
Weiss, P. (1968). “Quatorze thèses sur le théatre documentaire”. En Discours sur les origines et
le déroulement de la très longue guerre du Vietnam, llustrant la nécessité de la lutte armée
des opprimés contre les oppresseurs. París: Seuil.
Wievorka, A (2002). L’ère du témoin. París. Hachette Pluriel.
El secreto de todo no existe: (ir)realidades documentadas
en La piedra oscura de Alberto Conejero
The secret of everything does not exist: on the (ir)realities documented
in Alberto Conejero’s La piedra oscura
Alma Prelec
University of Oxford
alma.prelec@wadh.ox.ac.uk
333
334 ALMA PRELEC
Por lo tanto, nos encontramos desde el principio con un texto que no finge
presentar ni total subjetividad ni objetividad, que insistirá en la existencia de los
qualia frente al fisicalismo; donde nada está claro pero sin embargo es. ¿Y cómo
se ha de entender esto? Hay tres planos de realidades documentadas en la obra:
las literarias, las históricas, y las interpersonales. Los elementos fundamentales
de cada plano (ya sean referencias a cartas, poemas, obras teatrales, o a personas
específicas) convierten a lo que fácilmente podría ser un mero trabajo de imagina-
ción por parte del dramaturgo en algo que casi se podría calificar como documento
histórico, y de ahí la intriga que la obra ha despertado por todas partes del mundo
desde su estreno. Sin embargo, no creo que sea el objetivo de Conejero de repre-
sentar hechos tal y como ocurrieron; lo que en el fondo preocupa al dramaturgo
es una verdad no tanto histórica sino más bien emocional. ¿Quién es el Lorca que
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 335
tantos han querido esconder? Y aquel amante, que todos sabían que existía pero de
quien sin embargo nunca se hablaba, ¿cuál es su historia? De ahí que podamos ver
una metamorfosis, o mejor dicho una simbiosis, de realidad con ficción cuya base
fundamental es el conjunto de documentos archivados, mencionados en la intro-
ducción, que dan peso a la obra. Para entender la pieza, por lo tanto, tenemos que
volver a la famosa paradoja que propone Lacan en sus Écrits: es solo a través de la
mentira o ilusión, y no la verdad, que nos podemos aproximar a algo que tiene una
semblanza de lo real, lo verdadero, lo no-ficticio.
En 1934 Lorca escribe a sus padres que está “con [Eduardo] Ugarte y con
[Rafael Rodríguez] Rapún” y que «estos amigos [les] envían cariñosos saludos»
(García Lorca, ed. de Anderson y Maurer, 1997: 802), hecho que nos da a entender
que su familia ya conoce a éstos dos. Tal vez la pista más llamativa sobre lo que
había entre los dos nos la revela el mismo Lorca, siempre con humor, en una carta
que escribe en 1934 a Ezio Levi para aceptar una invitación al Congreso del Teatro
en Roma: “El congreso me invita a llevar a mi señora, pero como no la tengo ¿po-
336 ALMA PRELEC
dría llevar conmigo al secretario de “La Barraca”, que es también secretario mío?”
(García Lorca, ed. de Anderson y Maurer, 1997: 804).
Ian Gibson, que escribe la introducción a la obra de Conejero, y es el estudio-
so que más luz ha dado a la historia de Rapún, nos presenta algunos datos funda-
mentales sobre la relación entre los dos. Por otro lado, es Luis Sáenz de la Calzada,
íntimo amigo de Rapún, quién nos ofrece la prosopografía más detallada del in-
geniero vuelto secretario: “Barbilla enérgica, cuerpo fuerte con músculos descan-
sados, poco hechos al deporte; me parece que no sabía andar; solía ir vestido de
oscuro, color que hacía más luminosa su sonrisa. Pisar seguro y andar decidido…”
(Tinnell, 2012: 62). Y es el propio Luis Sáenz de la Calzada quien da epígrafe a
la obra, lo cual deja claro que ha habido colaboración entre este y el dramaturgo:
obra, aludirá a su amistad con Higueras cuando le pide a Sebastián que le ayude en la búsqueda
de los papeles escondidos de Lorca (“Tienes que recordar este nombre: Modesto Higueras” (Co-
nejero, 2013: 51).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 337
manos hechas aspas. Salió corriendo a los gritos. Tardó horas en regresar a casa y
ya nada fue lo mismo» (Lucas, 2016).
¿Y cómo iba a superar Rafael la muerte de un amor tan hondo? Así describe
la situación María Teresa León2 en sus memorias: “Nadie como este muchacho
silencioso debió sufrir por aquella muerte…Terminadas las noches, los días, las
horas. Mejor morirse. Y Rapún se marchó al frente del Norte. Estoy segura de
que después de disparar su fusil rabiosamente se dejó matar. Fue su manera de
recuperar a Federico” (Gibson, 1998: 557, nota 1). Aquí, como sabemos, Conejero
se aleja de la realidad histórica para insistir de nuevo en la reelaboración ficticia:
inventa los últimos días del joven para darle una voz que en otra circunstancia no
podría haber tenido.
Gibson, Rafael es el implícito objeto de deseo en las obras (1988: 242) y de todas
en la colección, señala la anteriormente mencionada: “Hay indicios de que a Lorca
le preocupaba en estos momentos su relación con Rapún, y la infelicidad expresada
en dos sonetos compuestos en Valencia parece reflejarlo. Se trata de ‘El soneto de
la carta’” (otro título del poema “El poeta pide a su amor que le escriba”). Conejero
entreteje la verdad poética con la verdad teatral, y fijémonos en cómo lo que ocurre
en la escena también refleja las palabras de Lorca; el poeta escribe “en vano espero
tu palabra escrita”, y efectivamente, Rafael no le contesta a sus cartas.
A lo largo del texto dramático se insistirá en la importancia de la poesía
de Lorca como reflejo de sus pensamientos más íntimos. Conejero no se limita a
Sonetos del amor oscuro, sino que también toma fragmentos de Poeta en Nueva
York, Primeras canciones, Diván del Tamarit y Libro de canciones. Veamos cómo,
por ejemplo, en la quinta escena Conejero introduce el texto con una estrofa del
soneto “Adán” de Primeras canciones, y toma los versos del último terceto: “Pero
el otro Adán oscuro está soñando/neutra luna de piedra sin semilla/donde el niño
de luz se irá quemando”. Aquí, Lorca toma la historia original bíblica de Adán y
Eva y la distorsiona (Soufas, 2007: 207); describe un Adán, el otro, que es a la vez
indiferente a Eva e intrigado por otro objeto de deseo: la luna neutra. En efecto,
Luis Martínez Cuitiño escribe que “el segundo Adán muestra el conflicto de la ho-
mosexualidad del autor, el hombre que no puede cumplir con el ritual genésico de
la procreación. Lleva así el adjetivo oscuro con que tiñe Lorca el homoeroticismo”
(2003: 151). Deberíamos tener en cuenta que Cuitiño no es el único crítico que se
ha fijado en este oscuro tinte de la homosexualidad en el poema: Francisco Javier
Díez de Revenga (1988: 105-114), entre otros, opina lo mismo4.
Sin embargo, hemos de insistir en la importancia del papel que desempeña
la colección Sonetos del amor oscuro en la obra, ya que aparece su poesía no solo
como epígrafe o título a las escenas sino también dentro del mismo diálogo entre
los personajes. Esta simbiosis de texto dramático y poético ocurre en la séptima (y
penúltima) escena, cuando Rafael, desesperado tras revelar toda su íntima historia
con Lorca al joven guardián, empieza a leer: “Tú nunca entenderás lo que te quiero
porque duermes en mí y estás dormido. Yo te oculto, llorando, perseguido por una
voz de penetrante acero. Norma que agita igual carne o lucero…”. Son versos to-
mados de «El amor duerme en el pecho del poeta», el penúltimo poema de la serie
en la colección.
Las referencias a textos dramáticos y al mundo teatral nos llevan al segundo
paratexto esencial de la pieza. El trabajo que inaugura la estancia de Rapún como
miembro y secretario de La Barraca es la producción de Fuenteovejuna (Gibson,
4 Sin embargo, no se puede negar la clara influencia de Oscar Wilde (y su Salomé) sobre
la figura de luna en la poesía lorquiana. Para más información, véase el estudio de Rosa Navarro
Durán, “La bailarina mortal del romancero de García Lorca y la luna de Salomé de Oscar Wilde”
(2010).
340 ALMA PRELEC
1998: 421), y a continuación ayuda con una lista larga de piezas que incluyen El
retablo de las maravillas, El robo de la olla y Égloga de Plácida y Victoriano, en-
tre otros (Rodríguez Rapún, 1935: 276). De manera que es llamativo que Rafael,
en conversación con Sebastián, le dice al guardián en respuesta a la pregunta de
qué obras representaban: “Un poco de todo. Creo que aquí hicimos Fuenteovejuna
y luego, al otro año, El burlador de Sevilla”. Por qué elige el dramaturgo seña-
lar Fuenteovejuna, y no cualquier otra de las representaciones de La Barraca? En
este texto no hay casualidades, y podríamos deducir que se basará Conejero en las
siguientes palabras de Gibson: “La Fuenteovejuna del Teatro Universitario, con
su mezcla de acción, canciones, bailes y programa social, sería el montaje de La
Barraca que provocara las más entusiastas reacciones a lo largo y a lo ancho del
país” (énfasis mío). Y El Burlador, ¿por qué aparece? Consideremos lo siguiente.
Muchas pistas se esconden en los títulos de las escenas, y sus secretos no ne-
cesariamente se revelan dentro de la pieza. La quinta escena, por ejemplo, se titula
“Coridón”, aunque en ningún momento en el texto se vuelve a repetir la palabra
o explicar la alusión. Sin embargo, sabemos, gracias a Gibson, que aquí Conejero
hace guiño al trabajo de la Barraca, que en 1933 versiona dicho pieza de Tirso de
Molina, El burlador de Sevilla. El papel que desempeña Rapún en la obra es, por
supuesto, el del pescador Coridón. Gibson aclara la referencia y el casting: “Dada
la fama del Corydon de André Gide, publicado en España en 1929 y del que ya se
ha hecho una tercera edición, está clara que la alusión va por el ‘amor que no se
atreve a decir su nombre’” (Gibson, 1998: 427).
Como vemos, el Rafael creado por Conejero se basa sin lugar a duda en he-
chos históricos; la ruptura de lo real y ficticio ocurre solo en cuanto a las últimos
días del madrileño. Cuando el personaje habla de su experiencia con La Barraca y
de la importancia de crear con el teatro algo que perdure (más sobre eso a seguir),
sus palabras no son invenciones del dramaturgo sino sus pensamientos documenta-
dos. Veamos un fragmento del anteriormente mencionado artículo del Almanaque
Literario que Rodríguez Rapún escribe en 1935:
No se crea por todo esto que “La Barraca” es todo un teatro de arte, no. Es un
teatro de experimentación; ya que los actores y van y vienen a la escena sin echar las
raíces de una verdadera formación. No se puede, por tanto, afinar en las expresiones.
Únicamente subrayar la intención; aunque dado el lamentable espectáculo del teatro
español contemporáneo ya es bastante este ansia de un teatro mejor, asequible a la gran
masa que lo espera como una lluvia fresca confortadora… (Rodríguez Rapún, 1935:
277).
Rafael. Hay poemas y tres obras de teatro. Eso no puede perderse. No para siem-
pre. Los que vengan sabrán entenderlas (Conejero, 2013: 51).
¿Y no es, al final, esa insistencia en lo que “no se puede perder” el latido del
corazón de La piedra oscura? Sabemos que, aunque El público y algunos de los
poemas de Sonetos del amor oscuro se recuperaron, no se han encontrado –y lo
más probable es que nunca se encontrarán– La piedra oscura, los otros poemas,
la obra (innominada) que Federico menciona en la carta de la primera escena. La
historia de Lorca (y de Rafael, y de tantos otros que murieron durante la Guerra
Civil) es una llena de lagunas, de preguntas sin respuestas, tanto en el ámbito lite-
rario como histórico.
La última frase de Rafael, “Nadie puede desaparecer del todo, ¿verdad?”, re-
presenta, por lo tanto, el miedo de toda una generación. Al igual que se han perdido
en la oscuridad histórica los documentos de Lorca, ha resultado imposible localizar
al mismo poeta después de su muerte. Recordemos lo que ocurrió en 2009: tras una
solicitud, hecha por parte de algunos parientes lejanos de Lorca, de excavar en la
zona donde su cuerpo supuestamente se hallaba, y que hasta aquel momento había
servido de tumba simbólica, no se encontró nada. La oscuridad histórica se con-
vierte en algo visceral, en una ausencia tangible. Y ¿qué hacer con tantas lagunas,
tanta falta de información? Dice el poeta en su poema Luz:
El secreto de todo no existe. Las estrellas
son almas que al misterio quisieron escalar.
La esencia del misterio las hizo luz de piedra,
Pero no consiguieron internarse en su Paz
(ed. García Posada, 1998: 423).
Tal vez el poeta tenía razón: el secreto de todo no existe, o por lo menos,
nunca se conocerá: sin embargo, el ser humano, no como aquellas estrellas, se-
guirá buscando la luz allí donde hay oscuridad y humo. Buscamos, tal vez por
defecto, entender los misterios que nos rodean, y el misterio de la vida de Lorca
es sin duda uno de los más grandes de nuestra historia literaria. Pero, tal y como
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 343
Referencias bibliográficas
Caballero, E. (2014). “La piedra oscura: Entrevista con el autor”. Cuadernos Pedagógicos CDN
74, 7-11. Madrid: Centro Dramático Nacional.
Conejero, A. (2013). La piedra oscura. Madrid: Ediciones Antígona (también en http://muestra-
teatro.com/archivos/02_Alberto_Conejero.pdf [20/05/2016]).
Díez De Revenga, F. J. (1988). “Federico García Lorca: de los ‘poemas Neoyorquinos’ a los ‘So-
netos oscuros’”. Revista Hispánica Moderna 41.2, 105-14.
García Lorca, F. (1984). Conferencias. Edición de Christopher Maurer. Madrid: Alianza Edi-
torial.
–––––––––– (1997). Epistolario completo. Edición de Andrew A. Anderson y Christopher Mau-
rer. Madrid: Cátedra.
–––––––––– (1998). Obras II, Poesía 2, Federico García Lorca. Edición de Miguel García Po-
sada. Madrid: Akal.
Gibson, I. (1988). De Nueva York a fuente grande: 1929-1936. Barcelona: Grijalbo.
–––––––––– (1998). Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca. Barcelona: Plaza & Janes.
Lucas, A. (8 de mayo de 2016). “Huellas inéditas del último amor de Lorca”. El Mundo. (http://
www.elmundo.es/cultura/2016/05/08/572e191ee5fdea9c1a8b45e1.html [15/05/2016]).
Martínez Cuitiño, L. (2003). “La imagen de Cristo en la obra de García Lorca”. En Federico
García Lorca et cetera: estudios sobre las literaturas hispánicas en honor de Christian
de Paepe, N. Delbecque, N. Lie, B. Adriaensen y C. de Paepe (eds.), 149-157. Leuven:
Leuven UP.
Navarro Durán, R. (2010). “La bailarina mortal del romancero de García Lorca y la luna de
Salomé de Oscar Wilde”. Clarín: Revista de Nueva Literatura 88, 14-18.
Rodríguez Rapún, R. (1935). “El Teatro Universitario. La Barraca”. En Almanaque literario,
275-277. Madrid: Editorial Plutarco.
Soufas, C. C. (2007). The Subject in Question: Early Contemporary Spanish Literature and Mo-
dernism. Washington, D.C.: Catholic Univ. of America.
Tinnell, R. (2012). “Correspondencia y documentos inéditos en la Fundación Federico García
Lorca”. Cuadernos Hispanoamericanos 739 (enero), 53-75 (también en http://www.cer-
vantesvirtual.com/obra/correspondencia-y-documentos-ineditos-en-la-fundacion-federi-
co-garcia-lorca/ [20/05/2016]).
Teatro de compromiso social
y puesta en escena (2011-2016):
A. Conejero, C. López Llera y P. Bezerra
Social engaged theatre in spain (2011-2016):
A. Conejero, C. López Llera and P. Bezerra.
lo que uno acarrea, padece, siente, necesita, a fin de quedar hermosamente hueco.
Y al mismo tiempo, llenarse de ese Todo que el rito dramático abriga en su inte-
rior, que será, por ende, alimento indispensable para aquellos que nos dedicamos
a esto: ars gratia artis.El Teatro es contenedor de nuestro devenir, de nuestra
Historia; el Teatro es continente de revoluciones, pues el grito de la humanidad
reclamando respuestas a poderes superiores, comenzó a lanzarse a los cuatro vien-
tos desde un escenario de mármol, y, hoy en día, el discurso dramático –tensión,
acción, crisis y mímesis– sigue poniendo en marcha, de forma ávida y unánime,
mecanismos para que todos continuemos reclamando, sin perder la memoria ni
el punto de mira en el futuro. Los dramaturgos y las dramaturgas hemos de ser
cómplices comprometidos y comprometidas para con su tiempo y la sociedad en
la que vivimos. Somos zoon politikon irremediablemente. La dramaturgia actual
persigue y consigue ser testigo de lo que le ocurre al ser humano y trata de arrojar
alguna luz en su nueva tiniebla. La representación teatral nos obliga –nos recla-
ma– con su presente y con nuestra presencia, a recordar y a volver a juzgar (La
piedra oscura de Alberto Conejero), a denunciar y a no callar (Últimos días de
una puta libertaria de César López Llera) a estar alerta y de nuevo a denunciar
(Grooming de Paco Bezerra). He ahí el compromiso. Estas piezas componen la
tríada de mi exposición: testimonios vivos de nuestro panorama teatral, aquí y
ahora. Obras agitadoras y con una respuesta ferviente a su favor tanto del público
como de la crítica. Larga vida pues a todos ellos.
Conviene advertir que mi intervención podría resultar para algunos cuanto
menos singular, puesto que me he acercado a dichas obras a través de varios iti-
nerarios. El primero de ellos, como crítico teatral, donde me bifurco en dos: autor
y director –de ahí que mis críticas alienten más que despisten e informen más
que lapiden– y el segundo, armado con la filología aprehendida en mi juventud.
Así, siguiendo la aclaración de “Texto dramático” de María del Carmen Bobes
(1997),quien lo define como “conjunto de la obra escrita y la obra representada,
con todas las relaciones suscitadas en el proceso de comunicación en dos fases: lec-
tura, representación, Texto Literario y Texto Espectacular”, encaremos mi análisis
múltiple de manera ecléctica, y espero no me traicione a mí mismo a la hora de
valorar cómo estas tres obras reflejan las inquietudes de sus creadores que, en este
caso, serán dos: autor y director, de manera conjunta, en este “género visionario”,
como decía Ortega y Gasset, que es el Teatro. Estas piezas podrían ser claves como
documento histórico y social del teatro español, sin desmerecer, claro está, las ar-
duas labores para con los clásicos, sus giros de tuerca imprescindibles que hoy en
día, parejas tan acertadas como Helena Pimenta y Juan Mayorga, nos regalan a
través de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, pues los clásicos, ya se sabe,
son los doctores de esta antigua y sacra hermandad que es el Santo Teatro.
346 CARLOS HERRERA CARMONA
1 Dirección: Pablo Messíez. Reparto: Daniel Grao y Nacho Sánchez. Escenografía y ves-
tuario: Elisa Sanz. Iluminación: Paloma Parra. Música: Ana Villa y Juanjo Valmorisco. Una co-
producción del Centro Dramático Nacional y Lazona.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 347
–como decía otro grande, Arrabal, aquello de “madrastra Historia”–. El teatro, que
es presencia y presente, oficia de catapulta hacia el pasado y nos lo coloca frente
a nuestras conciencias como si estas fueran espejos donde contemplarnos, y ya
solo dependerá de nosotros si el reflejo que nos devuelve es deforme o no en este
Callejón del Gato que sigue siendo nuestro país.
A Federico se le ha recordado, y también a la guerra que sigue estando vigen-
te, junto a la Memoria. Y al igual que el poeta andaluz, cuando hablaba de aquel
“dolor lírico” que la Poesía le provocaba, autor y director consigue el mismo efecto
al ver y leer esta oscura y malograda piedra.
Para concluir, leamos el potente argumento de Salustio (1988), en su prólogo
a La conjuración de Catilina, donde sostiene que “si el valor del espirítu de los
reyes y gobernantes prevaleciese en la paz lo mismo que en la guerra, las cosas
humanas se mantendrían más uniformes y constantes y no se vería que se llevan
de acá para allá y que todo se cambia y trastorna”. Es decir, si se empeñaran tanto
los de arriba en preparar el camino hacia la paz como lo hacen para la guerra, otro
gallo nos cantaría.
grafía: Pepe Miralles. Sonido: Coco Illán y Daniel Abad. Iluminación: Susana Romero y David
Romero de la Rosa. Una coproducción de Fundición Producciones y Devenir Producciones.
3 Hay otra edición más reciente publicada en Bilbao: Artezblai, 2011.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 349
Vestuario: Ana López. Sonido: Luis Miguel Lobo. Diseño video: Alfonso Nieto. Ayudante de
dirección: Carlota Ferrer.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 351
uno de nuestros pasos vitales, nos siguen persiguiendo y atormentando. Pero algo
ha cambiado: espiar al Otro y conducirlo al agujero de nuestra perversión se nos
antoja ahora más cómodo. Frente a la pantalla del ordenador, seremos capaces y
capataces de lo que nos plazca, siempre y cuando el Otro acepte jugar y por tanto la
excitante partida –nunca mejor dicho– habrá comenzado. Y para dibujar todo esto
y dejarlo tanto por escrito como en escena, existe una pieza llamada Grooming, de
Paco Bezerra (2012),puesta en escena en el Teatro Central de Sevilla los días 17 y
18 de marzo de 2012,que nos hará rebullir en la butaca como espectador y, en mi
caso, como docente. Pues comenté, por cierto, el argumento de la obra con detalle
a mis tutorandos de secundaria, al hilo de una charla que habían ellos recibido so-
bre el acoso en las redes, y quedaron sorprendidos e impresionados al ver el video
promocional de la representación como algunas fotografías. En primer lugar, por
desconocer que estas historias truculentas y tan cercanas a ellos, se escribían y se
contaban más alla de los telediarios; y, en segundo lugar, porque se hacía Teatro
con ellas, se “representaban”. El pathos emparejado con la pietas –según avanza
la obra– se instala en un parque, donde una chica (Nausicaa Bonnin) y un señor
(Antonio de la Torre) coquetean con el temor y el deseo –previa cita engañosa a
través del messenger– mientras el eco de Alicia y su caída en el fatal agujero actúa
como metrónomo en nuestro cerebro.
La atmósfera en escena es, cuanto menos, inquietante. El aire que se respira
lo ha inventado José Luis Gómez. Él, como director, atrapado por el texto de Be-
zerra, lo dispone todo para retratar, según él mismo comenta, la poesía, el humor
y el misterio que le provocó el texto. El acosador aparece en escena llevando una
gran cabeza de conejo de peluche y nos avisa de que esta nueva Alicia se va a
adentrar en un agujero (virtual) del que no podrá salir. Las dos criaturas, el aco-
sador/acosado y la víctima/verdugo son traicionados por su propio ritual en un
intercambio de roles donde las apariencias, tal y como afirmaba Maquiavelo, se
toman como realidades a fin de conseguir la satisfacción. Se demuestra, por tan-
to, como afirma el autor, que puede haber alguien más monstruoso que tú. Nadie
está a salvo. Pero, ¿quién caza en realidad a quién? ¿Es el cazador cazado? Lo
intrigante de esta fábula no es solo la denuncia implícita, sino la incertidumbre
que rodea a la supuesta acosada. Bezerra, acertadamente, nos manipula, creando
una línea de parentesco entre nosotros y estos seres y así marcharnos a casa, sin
saber cuáles son los instintos más bárbaros: si los de la acosada o los de su aco-
sador. Filias y fobias en esta ejecución escénica donde la cuestión de la parafilia
va dejando paso a un horizonte mucho más sobrecogedor: el planteamiento de
que todo acto de violencia o perversión no es solo fruto de un individuo sino de
una sociedad altamente tóxica. De ahí que los actores operen como altavoces de
este tema del ciberacoso. Bezerra sostiene que “entender una actitud no significa
aprobarla” ya que con su obra no hay posicionamientos. De ahí que también la
acción voltee en el aire y, al caer, nos obliga a resetear nuestra propia empatía y
352 CARLOS HERRERA CARMONA
virar en un sentido que, tal vez, no es el que nosotros queremos que sea. Así son
las cosas en el teatro.
Helen Fisherargumenta que “como el cortejo entre algunas especies de ara-
ñas, mandriles y muchas otras criaturas, la elección humana se basa en mensajes
[…], al principio el galanteo y si te acercas demasiado serás rechazado”. El perso-
naje masculino aparenta ser conocedor de estas claves, mientras que el femenino
hará uso de la máxima maquiavélica a fin de someter a su súbdito conservando su
apariencia de virtud. De nuevo la apariencia, el sometimiento, el cortejo animal:
apellidos para Grooming, una pieza en un parque que puede ser de todo menos un
parque.
Las fantasías y el riesgo de la joven criatura inventada por Bezerra, se hicie-
ron carne gracias a la batuta magistral de José Luis Gómez, producción del Teatro
Abadía, para evidenciar el abismo virtual en el que hoy en día gran parte de nuestra
población adolescente navega y, a veces, naufraga… Grooming: un sicario del
placer asustando al más indefenso, otra forma de guerra y de destrucción al fin y
al cabo5.
5. ¿Epílogo o epitafio?
César López Llera me confiesa su sentir agridulce como dramaturgo, su voz
mendicante en el desierto, hacia el potencial que puede albergar una obra de tea-
tro que se configure como piedra arrojadiza contra el sistema. Cierto es que los
textos dramáticos nacen y han de reproducirse/representarse y solo así la onda
expansiva que puede provocar la literatura, en este su único género visionario,
puede arribar hasta ciertas orillas. El autor, al menos, se muestra optimista en su
misión de “incordiar” y de ser un combatiente más en esa lucha pacífica, donde,
como dijo Lázaro Carreter, usaremos la palabra como dardo. Pero con dardos no
se gana una batalla. Esto es un combate lento, donde algunos reman, desafortuna-
damente, hacia otro lado, acomodados en un Parnaso que aminora la gran marcha
general y hace que nuestras pancartas brillen con menos intensidad e incluso, a la
postre, queden totalmente eclipsadas. Por otro lado, Conejero, durante su profunda
y exhaustiva investigación en los subterráneos del mundo lorquiano, se ha topado
con piedras realmente oscuras, aunque al final ha conseguido terminar el túnel y
sacar hasta la superficie la suciedad del trastero ibérico; mostrar el dolor de una y
otra parte, así como regalar la esperanza a nosotros los espectadores de hoy, pues
desde nuestro presente, sabemos que así ha sido: Lorca nos ha llegado casi en su
totalidad. El esfuerzo de muchos para que se haga justicia –leve, difuminada, no lo
olvidemos– de genios como el poeta granadino, ha surtido efecto. La piedra oscura
5 Vid. lo que señalaba Paco Bezerra (2014), en las actas de uno de los Seminarios Interna-
Referencias bibliográficas
Arias De Cossío, Ana María (2015). Arte y reto en la escena: la obra de Nuria Espert. Madrid:
Ediciones Cumbres.
Bezerra, Paco (2012). Grooming. Bilbao: Artezblai Editorial.
–––––––––– (2014). “Riesgo, duda y teatro”. En Creadores jóvenes en el ámbito teatral
(20+13=33), José Romera Castillo (ed.), 28-33. Madrid: Verbum.
Bobes Naves, María Del Carmen (1997). Semiología de la obra dramática. Madrid: Arco / Li-
bros.
Conejero, Alberto (2015). La piedra oscura. Madrid:Ediciones Antígona.
Langley Moore, Doris (2000). La técnica de la seducción por una dama. Buenos Aires: Javier
Vergara Editor /Ediciones B. Argentina.
López Llera, César (2008). Últimos días de una puta libertaria o La vieja y la mar. Madrid:
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Salustio (1988). La conjuración de Catilina. La guerra de Yugurta. Madrid: Alianza Editorial.
Williams, Tennesse (1999). La gata sobre el tejado de zinc caliente. Madrid:Millenium (Colec-
ción publicada por El Mundo, Unidad editorial).
El teatro,
la puerta giratoria de algunos políticos españoles
Theater,
the revolving door of some spanish politicians
Resumen: En los últimos años estamos viendo cómo los principales políticos
de la Transición española se convierten en personajes teatrales. Adolfo Suárez, San-
tiago Carrillo o el Rey, Juan Carlos I, suben a las tablas de la mano de diferentes
dramaturgos que por medio de presupuestos oníricos o de documentos reales tratan de
plantear el derecho al olvido o a la disidencia sobre un periodo histórico del que ellos
fueron protagonistas. La dimisión, Transición, El encuentro y El Rey son solo algunos
ejemplos.
Abstract: Lately politician of the Spanish Transition become theatrical characters.
Adolfo Suárez, Santiago Carrillo or even The King Juan Carlos I get onto the stage.
Different playwrights, through dreams or real documents, try to raise the right to forget
or to dissent about a time when they were principal characters of the Spanish History. La
dimisión, Transición, El encuentro y El Rey are just some of this plays.
Palabras clave: Transición española. Adolfo Suárez. Santiago Carrillo. Juan Car-
los I.
Key Words: Spanish Transition. Adolfo Suárez. Santiago Carrillo. Juan Carlos I.
1. Introducción
“No, a los políticos no nos gusta el teatro, nos recuerda demasiado a nuestra
profesión”, dice el personaje de ADOLFO en la obra Transición de Plou y Salva-
tierra (2013). Esta idea, la de que protagonistas de la Transición española como
Adolfo Suárez, Santiago Carrillo o el rey Juan Carlos I se conviertan en personajes
teatrales y que además reflexionen sobre ello, fue una idea lo suficientemente su-
gerente como para que revisase las últimas producciones teatrales. Así, descubrí
que en algunos dramaturgos los personajes anónimos han dejado paso a personajes
con nombre y apellidos que además forman parte de nuestro pasado reciente. Es
quizá ese cambio de papeles, en protagonistas inmutables en el recuerdo de nuestra
infancia o adolescencia, que ahora vuelven a cobrar vida, el que lleva aparejado
una revisión de sus actuaciones durante aquel periodo.
He elegido cuatro textos teatrales que considero pueden servir para estable-
cer similitudes y divergencias. Los cuatro han visto la luz en el periodo que va
desde 2013 a 2015. Los cuatro sitúan sus tramas en momentos clave de la Transi-
355
356 ISABEL CARABANTES DE LAS HERAS
ción española, 1975 muerte de Franco, 1982 triunfo del PSOE. En los cuatro, los
protagonistas son los protagonistas de aquel proceso. Tres han sido llevados a las
tablas. También tres han sido publicados, en dos de ellos incluso con un prólogo
que aclara y justifica las circunstancias de su creación. En alguna de estas obras
aparecen conversaciones que nunca tuvieron lugar. En otras existe una base docu-
mental, un texto real, y sobre ese testimonio se recrea la obra.
Cerca de una decena de trabajos han quedado fuera de esta selección1 pero
considero que estos cuatro resultan paradigmáticos para lo que queremos analizar:
los diferentes acercamientos que se están realizando sobre este periodo histórico.
2. La Dimisión
El vodevil La dimisión apareció como colofón de la novela Catalanes todos,
de Javier Pérez Andújar (2014). No ha sido representado y ha pasado desapercibido
para parte de la crítica2. Se trata de una sátira sobre las circunstancias que desen-
cadenaron la renuncia de Adolfo Suárez en enero de 1981. A lo largo de las diez
escenas que lo componen, aparecen personajes esperpénticos, como una bailarina
de burlesque que representa a la Transición; la Enana, que primero simboliza a la
minoría catalana y luego a la época ha sido reescrita y se añadió el capítulo “En-
cadenados a la vía”. De menor calado que la novela “este vodevil ligero es, sin
embargo, un eficaz complemento para descubrir las aristas de unos años recientes
que la mayoría de los lectores conservan en su historia personal”. (Senabre, 2014)
anterior; un coro de jóvenes turcos que son la nueva generación de demócratas o
Suárez haciendo de ventrílocuo de sí mismo al verse en un falso directo en tele-
visión. Las situaciones y diálogos disparatados se encadenan para dar entrada a
personajes de la época: el rey, Rafael Arias Salgado, Abril Martorell, Landelino
Lavilla, Martín Villa, Punset o Rodríguez Sahagún entre otros. Las acotaciones
caracterizan a los personajes de una forma precisa: “Amparo Illana, tiene cuarenta
años. Es una señora mentalmente conservadora y externamente moderna. Viste jer-
sey blanco de cuello cisne, pantalones jaspeados acampanados y siempre sostiene
vertical el cigarrillo”.
1 Más allá de que como indicaba López Rejas “La Transición va camino de convertirse
en un género teatral” hemos podido comprobar que sí que es una tendencia la utilización de este
periodo histórico no solo como tiempo en el que desarrollar obras, sino que es la propia Transi-
ción la protagonista de las tramas. Desde las tres obras que conformaron lo que Fox denominó
la “Trilogía de la Transición” de Antonia Bueno (Fox, 2010) compuesta por Las doce noches de
Carmela (1995), Tres hombres limpios (2001) y Éramos tan jóvenes (2006); al reciente musical
de Pepe Macías y Carlas Guimarães, 23-F la versión de Tejero (2016); Cuarenta años de paz
(2015) de Pablo Remón; La ciudad oscura (2015) de Antonio Rojano; F-23 (2010) de Jorge
Moreno o España 82 (2006) de Rubén Buren son solo algunos ejemplos.
2 La que fue su primera novela Catalanes Todos o las 15 visitas de Franco a Cataluña
Abundan los juegos de palabras, los dobles sentidos y las resoluciones ab-
surdas en la línea del mejor Poncela. Al final de la Escena 7 Suárez tiene que ir a
ver al Rey, pero no puede utilizar el coche oficial, por lo que irá “¡En Carrillo!”.
Se sube a lomos de alguien que se da un aire al político comunista y que, cómo no
podía ser de otra manera, lleva una peluca. Con el movimiento se cae la peluca por
lo que se detiene exclamando: “¡Anda la peluca!”. Suárez se da cuenta a su vez de
que ha olvidado el discurso y repite aquel lema publicitario: “¡Anda la cartera!”.
En cualquier caso, la mayor parte de los giros no ocultan la actitud desencantada
ante unos políticos que buscan la cercanía del poder que todavía no ha cambiado de
manos: “A Felipe González le llegará pronto su turno de mandar. Pero aquí mandan
los de siempre. Han perdido la partida pero las fichas siguen siendo suyas…”.
La metáfora de la Transición se refleja en ese despacho presidencial que se
encuentra siempre en obras y que es el escenario donde se desarrolla la acción. Es-
tas reformas se unen a la reflexión sobre el proceso de cambio que se está llevando
a cabo en el país. Estas obras son “una cosa transitoria” dice Arias Salgado. “Las
transiciones… que miedo me dan” contesta Suárez. En la segunda escena pasados
nueve meses, el despacho sigue sin estar terminado, hay operarios por todos lados
y las ventanas no ajustan. El personaje de Vences, el Carpintero, actúa como cone-
jillo de indias para probar la impresión que puede causar el discurso de dimisión.
El poder de la televisión como vehículo para llegar a todos los españoles es
una idea que aparece desde la primera escena. De ahí que se tenga que hacer de la
democracia “un espectáculo para el gran publico”, para todas las familias, que gus-
te a todos, que sea un éxito como Un dos, tres o El Hombre y la Tierra y sobre todo
que nadie se la quiera perder mientras se emite. “La gente se va a acordar más de
la imagen de Arias llorando que la del propio Franco […] con un golpe de pantalla
se llega más lejos que con un golpe de Estado.”
En la escena 7, el discurso de dimisión, redactado por el mallorquín Melià es
ensayado y comentado previamente por Suárez, Amparo y Rafael (Arias Salgado)
“Hay momentos en la vida de todo hombre en los que se asume un especial sentido
de la responsabilidad…” La existencia de palabras que es mejor no pronunciar, la
necesidad de decir frases nuevas para que la gente no se aburra y vote a otros o la
diferencia con lo que pasaba antes, que al que se atrevía a decir una frase nueva se
le caía el pelo, son solo algunas de las reflexiones que ofrece la lectura de ese texto.
Por otra parte el análisis sobre el propio oficio actoral viene al final de la
Escena 6 cuando hablando con Sancho Gracia, Suárez le dice que viendo su serie,
Curro Jiménez, descubrió que la transición había sido algo parecido: un “echarse
al monte”. Los dos son representantes de un periodo: “tú y yo estamos poniéndole
la cara a toda una etapa de la historia”. El personaje del bandolero le contesta: “En
eso consiste ser actor. No basta con encarnar un personaje, hay que encarnar la obra
entera”. Suárez reconoce que ya se está haciendo con el papel porque la gente está
empezando a mirarle como a un personaje histórico: “Alguien a olvidar, creo que
358 ISABEL CARABANTES DE LAS HERAS
3. Transición
El segundo texto es Transición de Plou y Salvatierra (2013). Nace de la
colaboración de tres compañías teatrales bajo el auspicio del Centro Dramático
Nacional3. La obra se compone de trece escenas cuyos títulos recuerdan una esca-
leta televisiva: Apertura debate, Ronda de recuerdos, Clínica recepción, Ronda de
anuncios… Un paciente llamado Adolfo es ingresado en una clínica. Está conven-
cido de que fue el Presidente del Gobierno y así tratará a todos los que le rodean
como al rey Juan Carlos, su esposa Amparo, Carmen Díez de Rivera, Torcuato
Fernández Miranda o Felipe González; saltando del pasado al presente, de lo que
él cree recordar con lo que realmente está sucediendo a su alrededor. Recuerda
cuando le nombraron director de Radiotelevisión o como su relación con el Rey
se fue estrechando con los años. Mientras reparte una mano de mus, va eligiendo
a aquellos que serán los padres de la Constitución: un comunista, un socialista, un
nacionalista, la derecha y uno por cada una de las tres sensibilidades de la UCD.
En la Escena 10, Ronda de delirios, se mezcla un desubicado Cid, con Raimon,
un guardia civil que no hace más que pedir papeles y una trama de corrupción
entre alcaldes con caballos llamados Imperioso, safaris de elefantes o aeropuertos
vacíos. La escena 11 se abre con el texto de la dimisión de Suárez, de nuevo: “Hay
momentos en la vida de un hombre…”
Por otra parte, treinta y cinco años después, Adolfo, de 60 años y pelo cano,
la socióloga en la treintena Inés Ribadeneira y el presentador Andrés Hermida
acompañan la emisión del programa La transición, el Futuro de nuestro Pasado.
A la sucesión de momentos históricos relevantes se unen los recuerdos personales
de los técnicos de plató: la familia Telerín, los dos rombos, el Un, dos, tres o el
mundial de fútbol del 82… En la segunda parte del debate se aborda la legalización
del PC: “Al margen de personalismos, la clave está en entender por qué Carrillo
aceptó olvidar la revolución y admitir bandera, monarquía y unidad de España”
llega a decir Inés.
3 Se estrenó en noviembre de 2012 y estuvo de gira por todo el país durante casi un año. El
texto fue publicado en 2013 y recoge las introducciones de los dos autores y de los dos directores,
Carlos Martín y Santiago Sánchez. El CDN le dedicó el n.º 62 de sus Cuadernos Pedagógicos,
donde se encuentra una contextualización histórica, con numerosos recortes de prensa y entrevis-
tas a los autores, a los directores, al escenógrafo y a la responsable de vestuario (Plou, 2013b).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 359
4. El encuentro
Nuestra tercera propuesta es El encuentro de Luis Felipe Blasco Vilches, al
que agradecemos habernos facilitado el acceso a su obra, al no encontrarse ésta pu-
blicada4. En ella se representa la reunión que mantuvieron Adolfo Suárez y Santia-
go Carrillo tratando de llegar a un acuerdo para la legalización del PC. Los perso-
najes no utilizan su nombre en toda la obra, responden a la denominación de ALTO
y BAJO. Del mismo modo que la reunión representada no es una reproducción de
la que en su día se mantuvo, sino que se trata de una “construcción teatral cuyos
cimientos, eso sí, están ligados a hechos históricos”. Alto y Bajo son los únicos
personajes, no hay acotaciones que los caractericen más allá de que ambos fuman
constantemente. No se tutean y quedan retratados cuando Alto, en la escena 5 dice:
“Usted está en el exilio, yo estoy en el gobierno. Usted habla con los militantes
de su partido, yo hablo con todo el mundo. Los dos queremos lo mismo”. Y más
adelante vuelve a repetir la estructura: “Usted es un hombre de ideales que vive en
el exilio. Yo soy un pragmático que preside el gobierno de España”. Y ese recono-
cido pragmático reconoce su papel: “Estoy un poco en medio, ideológicamente en
una posición tan privilegiada como delicada. Por eso soy la persona indicada para
mediar, para tratar con unos y otros, para hacer que nos sentemos alrededor de la
misma mesa y construyamos una democracia para todos”.
Lo que ambos buscan es la legalización del PC, porque como le dice Alto:
“Deseo de corazón que pierda todas las elecciones, pero para eso tiene que tener
la oportunidad de presentarse”. Hasta la cuarta escena, de las seis que conforman
la obra, se podría tratar de una conversación entre viejos conocidos. La fecha de la
4 Fue premiada como el mejor texto original en los Premios del Teatro Andaluz 2014.
Treinta y siete años después de los hechos que representa, se estrenó en febrero de 2014 en el
Teatro Español. Fue dirigida por Julio Fraga e interpretada por Eduardo Velasco y José Manuel
Seda. La llevó a las tablas la compañía Avanti Teatro en un “proyecto de investigación social a
través del escenario”. En palabras del director, “El encuentro no pretende ser una crítica ni un
panfleto, sino una invitación a la reflexión”.
360 ISABEL CARABANTES DE LAS HERAS
5. El Rey
Por último tenemos la obra, El Rey, de Alberto San Juan, estrenada en 2015
y todavía en cartelera, en el Teatro del Barrio5. En la nota aclaratoria que acompa-
ña al texto publicado se indica expresamente: “Es ficción aunque alude a hechos
reales”. Sobre la veracidad de lo dicho aclara que algunas de las palabras de per-
sonajes como Felipe González han sido tomadas literalmente de declaraciones de
las personas del mismo nombre. En el caso de otros personajes, las palabras han
sido escritas por el autor. Este texto no cuenta con ningún tipo de división interna
y las acotaciones sobre la caracterización de los personajes son escasas, quedando
designados directamente por su nombre. En algunos momentos puede producirse
confusión, ya que es el mismo actor el que interpreta, a renglón seguido, otro papel
diferente. En cualquier caso, todos están perfectamente identificados y suelen pre-
sentarse en su primera intervención con nombre y apellidos.
La obra se inicia con el texto de fondo de Felipe VI prestando juramento
como rey y el personaje de Juan Carlos –su padre–, en el centro del escenario. No
abandonará esta posición, a lo largo de toda la obra, aunque dormite durante algún
momento y se despierte sobresaltado ante lo que pasa a su alrededor. Se trata de un
repaso cronológico a toda su vida: las conversaciones entre Franco y D. Juan de
Borbón, su educación, o sus contactos con Henry Kissinger, Adolfo Suárez, Rodol-
fo Martín Villa o Felipe González6. Son precisamente los que fueran presidentes
del gobierno los que más peso tienen y la función de Juan Carlos como artífice de la
Transición española es el punto más controvertido. Las primeras frases que cruzan
resultan premonitorias “JUAN CARLOS: Te recordaba de otra manera. SUÁREZ:
La memoria es confusa”. A partir de ese momento, el hecho de que el político
tuviese alzhéimer le permite decir cualquier cosa; por ejemplo, la referencia al
número de fosas comunes o de desaparecidos durante el franquismo. Después, ante
la necesidad de legalizar el PC, es él precisamente quien recuerde el episodio de
Paracuellos y Juan Carlos el que afirme: “Eso se puede agitar pero nada más. Nada
de juicios a Carrillo por los crímenes de la Guerra. Ese camino no es interesante”.
La intervención de Felipe González se abre con un chiste de andaluces y sus
siguientes frases son las antológicas: “Efectivamente, por consiguiente y sin acri-
5 Interpretada por Luis Bermejo, Guillermo Toledo, Javier Gutiérrez y Alberto San Juan
y dirigida por este último quien es además el autor del texto, publicado ese mismo año. El Teatro
del Barrio es una cooperativa cuya asamblea decide las líneas fundamentales del proyecto, su
voluntad es abiertamente política y se basa en el rescate del pasado para “poder hablar del futuro”.
6 Aparecen de forma esporádica, otros personajes como Salvador Puig Antic, Chicho Sán-
chez Ferlosio o Jesús Hermida La intervención de este periodista es más extensa que la de otros
y el tono general de la entrevista “para una televisión que nunca ha existido” contrasta con la
emitida por TVE el 4 de enero de 2013. Preguntas sobre su intercesión en asuntos de política
internacional, comisiones cobradas o su relación con las grandes fortunas del país contrastan con
unas respuestas con un sesgo confesional.
362 ISABEL CARABANTES DE LAS HERAS
6. Similitudes y divergencias
Hablábamos en un principio de la disparidad de los textos y es ahora el mo-
mento de confrontar esas diferencias y darnos cuenta que no lo son. Tanto El en-
cuentro como El Rey y Transición surgen de los llamados “laboratorios teatrales”.
La compañía Avanti Teatro se define como “un proyecto de investigación social a
través del escenario”. Ya hemos visto que la voluntad con la que se abrió el Teatro
del Barrio “es abiertamente política” y asamblearia. Hemos citado el proceso de
escritura, por medio de dos talleres de improvisación, que unió a dos dramaturgos
y a dos directores, para dar lugar a un trabajo eminentemente coral que ha resultado
ser “una metáfora de la Transición”.
La edad de los dramaturgos es similar, Plou y Salvatierra de 1964, Pérez
Andújar de 1965, San Juan de 1968 y Blasco de 1977. Es decir, personas que
junto a sus recuerdos de infancia o adolescencia poseen la memoria de ese periodo
histórico y las imágenes que manejan tienen, en su mayoría, origen en una única
televisión7. Son por tanto representaciones iconográficas idénticas y compartidas
por toda una generación.
7 Alfredo Sanzol (1972) sería otro dramaturgo perteneciente a esta misma generación que
en el programa Zona de Obras (2015) reflexionaba precisamente sobre la fuerza de esas imáge-
nes. La primera que él recuerda es la del entierro de Franco y fue ese precisamente el origen de
su obra En la luna (2012).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 363
son su utilización como título de obras teatrales. Por ejemplo, la de Tejero el 23-F: Quieto todo el
mundo, ha sido tomada por Juan Ayala y Miguel Oyarzun. Fue estrenada en la sala Matadero de
Madrid en 2013 por Mirage Compañía. La de Alfonso Guerra: A España no la va a conocer ni la
madre que la parió, ha sido utilizada por Lucia Carballal y Víctor Sánchez en una obra en 2015
por Wichita&co en el teatro Russafa de Valencia.
364 ISABEL CARABANTES DE LAS HERAS
Referencias bibliográficas
Julio Vélez-Sainz
Universidad Complutense de Madrid & Instituto del Teatro de Madrid
jjvelez@ucm.es
La línea del teatro documento que recojo en este trabajo une dos compañías
hermanadas: Animalario y el Teatro del Barrio, que destacan con nombre propio
dentro de este conjunto de obras que se encargan de las corruptelas cotidianas. Los
nombres de Willy Toledo, Alberto San Juan y Javier Gutiérrez, que han trascendi-
do al público general por razones a veces no estrictamente teatrales, muestran, sin
embargo, algunos detalles generales que el público pasa por alto.
La historia del grupo teatral Animalario comienza en 1996, cuando los acto-
res Alberto San Juan, Guillermo Toledo, Nathalie Poza y Ernesto Alterio forman la
compañía Ración de Oreja, con la que presentan el montaje Animalario, que sería
el primer texto como autor de Alberto San Juan. Mientras representan Animalario
conocen a Andrés Lima, fundador de la compañía Riesgo, y unen sus respectivas
compañías en el montaje Qué te importa que te ame. Un año más tarde, con los
dos grupos ya unificados, adoptan el nombre de Animalario para denominar a la
compañía y estrenan El fin de los sueños, escrita también por Alberto San Juan, por
la que obtienen el Premio Max de las Artes Escénicas al mejor espectáculo revela-
365
366 JULIO VÉLEZ-SAINZ
ción. En 2001 deciden hacer un montaje con siete textos cortos escritos por Alberto
San Juan, Juan Mayorga y Juan Cavestany, bajo el título de Tren de mercancías
huyendo hacia el Oeste. Siete piezas, siete. Este mismo año se estrena también
Pornografía barata, escrita y dirigida por Andrés Lima.
El mejor ejemplo de la serie que continúa, bien por separado, bien juntos,
los miembros de Animalario son las producciones de Alberto San Juan (actor, dra-
maturgo, activista y fundador del Teatro del Barrio), donde se ha puesto en escena
Ruz-Bárcenas (con autoría compartida con Jordi Casanovas), Autorretrato de un
joven capitalista español, El rey, o Confesión de un ex presidente que ha llevado a
su país a la crisis. Estas obras, abiertamente comprometidas, establecen un modelo
teatral que oscila entre lo ideológico y lo documental. Encontramos, pues, textos
que si bien parten de una materia real, histórica, esta se encuentra manipulada de
manera que sirve para establecer una línea ideológica coherente.
Varias de estas obras buscan entender la historia a través de personajes y
hechos reales. Por ejemplo, en Confesión de un ex presidente que ha llevado a su
país1 se adivinan las memorias de Zapatero y, sobre todo, José María Aznar con
un suave tamiz. La identificación con los personajes llega a El rey, firmada por
San Juan y protagonizada por Luis Bermejo que se meterá en la piel del monarca
Juan Carlos I. Sigue la línea de teatro documental que inauguró Casanovas en ese
mismo escenario. La línea del teatro documental en la obra es obvia, recordemos
que en 2007 Animalario coproduce con el Centro Dramático Nacional un montaje
de Marat/Sade del propio Weiss, en versión de Alfonso Sastre. El espectáculo fue,
de hecho, finalista en 6 categorías en la XI edición de los Premios Max2.
Estas dos compañías, hermanadas a partir de la figura de Alberto San Juan,
presentan una versión muy original del teatro documento (también teatro verbatim,
teatro de la realidad o teatro testimonial). Normalmente relacionado con la figura
fundamental de Peter Weiss (Haberl, 1969: 359-362), sobre todo, en su sobre Trotz-
ki im Exil (Shunami, 1971: 503-518), en los últimos tiempos se han desarrollado
interesantes variantes en su Alemania natal (Nussbaum, 1981: 237-255; Irmer,
2006: 16-28; Nehring, 1977: 30-40). En el ámbito anglosajón se suele relacionar
con los trabajos de la directora Emily Mann, o la dramaturga Anna Deavere Smith
(Salz, 1996). Asimismo, el teatro documento ha tenido ecos dentro de la tradición
hispánica, sobre los sesenta y setenta del siglo pasado y se ha asociado, en este
1 Obra no publicada, que he consultado en una grabación que me ha proporcionado el
ción de Obra Teatral: Alfonso Sastre, Mejor Director de Escena: Andrés Lima, Mejor Figurinista:
Beatriz San Juan, Mejor Actor Protagonista: Alberto San Juan y Mejor Empresario o Productor
Privado de Artes Escénicas: Animalario. Obtuvo los premios en las categorías de: Mejor Empre-
sario o Productor Privado de Artes Escénicas, Mejor Director de Escena y Mejor Espectáculo de
Teatro.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 367
contexto, a la obra de los mexicanos Vicente Leñero y Hugo Salcedo o del cubano
Reynaldo Arenas3.
Para atestiguar la recepción española del teatro documento en España resulta
de interés el pionero trabajo de Ricardo Doménech (1965, pp. 376-381), quien
destaca el famoso El Fernando del TEU de Murcia (1972)4. Una de las caracterís-
ticas más sobresalientes del teatro documento, quizá su función definitoria, es su
exploración de las acontecimientos por medio de un prisma objetivo, aspecto que
combina con un compromiso ideológico claro y abierto y una tendencia un suje-
to comunal (Claycomb, 2003: 95-122; Guidicelli, 2008: 501-509; Kondo, 2000:
81-107). En ocasiones este modelo viene circunscrito y favorecido por procesos
colectivos de creación (Garde, 2011: 313-328) e, incluso, de improvisación a partir
del documento base (Ferguson, 2010: 35-41).
El teatro documento parte de la compleja dinámica de representación de la
realidad por medio del arte que confiere al teatro documento, como en otro nivel
a la literatura testimonial en general, una condición cercana a la falacia crítica
(Favorini, 1994: 31-43). Este aspecto es especialmente notable en la primera obra
a la que le vamos a prestar atención, Alejandro y Ana: todo lo que España no
pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente. La obra pertenece a esta
primera época “animalarista”. En febrero de 2003 estrenan el montaje escrito por
Juan Mayorga y Juan Cavestany, coproducido con Vania Produccions y con Rober-
to Álamo, Javier Gutiérrez, Alberto San Juan y Guillermo Toledo de actores. En
2004 obtuvo el Premio Max al mejor espectáculo de teatro y a la mejor empresa de
producción. Además de estos dos premios, también fue nominado el mejor texto
teatral. El espectáculo giró por toda España durante más de dos años, superando
las 350 representaciones.
La obra reflejaba, imbuida en el espíritu de los “locos años noventa”, una
época de plenitud estulta que está magníficamente cristalizada en aquella boda
real-que-no-lo-fue de la hija del entonces Presidente del Gobierno José María Az-
nar (Ana Aznar y Alejandro Agag). Alejandro y Ana aspiran a presentar en tono de
sátira una visión (muy sesgada) de la boda de la que todo el mundo estaba hablando
pero a la que nadie del público estaba invitado. La función se desarrolla a lo largo
de varias escenas que podrían (o no) haber sucedido durante el banquete posterior
a la boda en El Escorial de Ana Aznar y Alejandro Agag, aunque ninguno de ellos
aparece como personaje.
En una entrevista que los escritores hicieron a El confidencial, años después,
Juan Mayorga declaraba: “Pensamos en aquel momento la noción de teatro históri-
co de urgencia”; a lo que Andrés Lima añadía: “Nosotros queríamos hacer mucho
3 Para Pueblo rechazado de Leñero véase Clark & Salgado (1971: 54-60); para Reinaldo
hincapié en que no era parodia. Era un análisis muy serio pero evidentemente jugá-
bamos con elementos paródicos y el humor. Tomarnos esto con sentido del humor
era básico” (2014). En efecto, las referencias literarias de la obra mantenían una
genealogía estaban claras en cuanto se entreveían las costuras cutres a una suerte
de “corte de los milagros” valleinclanesca y “casposa” (por utilizar un término
muy del momento) que era la élite política española5. De hecho, por aquel momen-
to Aznar utilizó el término “casta”, que tanto se ha popularizado, para referirse a
la élite (quizá extractiva) política (Campos, 2014)6. Se ha llegado a mantener, con
algo de exageración, que en aquella ocasión, el teatro se adelantó a los periódicos
en la denuncia de la Gürtel (Campos, 2014).
Otro aspecto llama especialmente la atención: el espectáculo se representaba
en salones de bodas, lo que le dotaba de un aspecto de verosimilitud y una cierta
“documentalidad” a un texto que, por su propia naturaleza artificiosa, no puede ser
“real” ni “documental”. Nos adentramos en los terrenos alrededor del documento
à-la-Peter-Weiss, en concreto, con lo que la crítica denomina el “post-documental”,
aplicado a los más diversos medios (documentales cinematográficos, formatos te-
levisivos, etc.). Se ha llegado incluso a hablar de una era del “post-documental”,
“una era que encierra una serie de tendencias: programas televisivos tipo Reality
Show, Survivor, formatos tradicionales como informes periodísticos, programas de
investigación, el docudrama, el falso documental” (Gómez Vaquero, 2008: 291).
Desde esta nueva segmentación el documental pasa a ser un proceso difuso, en
donde lo que está en juego no serían los formatos sino la virtud ética del documen-
talista que interactúa con la capacidad crítica de la audiencia (Dufuur, 2010: 331).
La obra oscilaba entre el detallado en la descripción de los usos y costumbres de
la alta sociedad por medio la caracterización de los más variopintos personajes:
la señora elegante, la querida (vista bajo un prisma semiprostibulario), el trepa,
entre los que destacan los tres candidatos a suceder en la presidencia, el neolibe-
ral italiano Benedetto Volpone vendedor de armas, farmacéuticos, combustibles y
proxeneta de su propia hija (representado por un Javier Gutiérrez) con una frase
repetida: “la frase misma de la inocencia”. Frente a estos se situaba, solitaria, la
figura del escritor de textos del presidente, un “poeta” que se presentaba como
contrapunto ético al resto. En el documental, que acompañó el DVD, los actores
presentaban una serie de reflexiones sobre la obra, que fundamentaba, no solo una
parodia del evento nupcial, sino una disección en clave de humor amargo sobre
5 Se puede consultar la ficha de la boda en http://www.animalario.eu/shows/alejandro-
yana.html [06/09/2016].
6 Sobre el término “casta” el italiano Filippo Maria Battaglia (2014), en Lei non sa chi ero
io!-La nascita della Casta in Italia, lo explica muy bien. Fue Luigi Sturzo el primero en asociar el
término casta al ámbito político. Considerada “la tendencia a dar puestos de consolación a minis-
tros, subsecretarios y diputados fuera de uso” –escribe, en 1950, el fundador del Partido Popular
Italiano–, nuestros parlamentarios están ya empeñados en “querer crear o consolidar una casta”.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 369
las pulgas, en honor a un cuplé hecho en memoria de la bella Chelito que otrora fuera la primera
mujer empresaria teatral española (compró lo que ahora conocemos como el Teatro Muñoz Seca y
lo llamó el Chantecler); el ya muy asentado Microteatro por dinero que tiene lugar en un antiguo
burdel en la calle Ballesta 4 o sus primos lírico-burlescos del Prostíbulo poético de Barcelona, a
su vez inspirado en The Poetry Brothel de Nueva York.
9 Premios Max Mejor actriz protagonista (candidata): Rocío Muñoz Cobo. Mejor actriz
secundaria (candidata): Raquel Pérez. Mejor versión (candidato): José Martret / Mi Butaquita.
370 JULIO VÉLEZ-SAINZ
Hay tres grupos de personas. Primero, los que no están aquí, los que no han po-
dido entrar y están en su casa o en la calle. Estos pueden tener una ilusión de libertad,
de poder pensar y decir lo que piensan, de criticar incluso. En segundo lugar, los que
están aquí comiendo tienen una ilusión muy distinta. Tienen la ilusión del poder. Creen
que tienen el poder. El tercer grupo somos nosotros, los que manejamos a largo plazo
el transporte de petróleo, la guerra y el fútbol, es decir, no nos movemos por ilusiones
pasajeras10.
[06/09/2016].
14 Se puede consultar, por ejemplo, en http://estaticos.elmundo.es/documentos/2013/07/26/
declaracion_barcenas.pdf [06/09/2016].
15 Hermanada con Ruz-Bárcenas salió la película B (2015), del director David Ilundáin, en
la que a Pedro Casablanc y Manolo Solo se unen Pedro Civera (Javier Gómez de Liaño), Eduardo
Recabarren (Gonzalo Boyen), Patxi Freytez (Enrique Santiago), Celia Castro (María Dolores
Márquez de Prado), Enric Benavent (José Mariano Benítez de Lugo) y Ramón Ibarra (Miguel
Durán). La transcripción de la declaración es, también, con modificaciones dignas de estudio, la
base del guion cinematográfico.
16 Transcripción audio, p. 27.
372 JULIO VÉLEZ-SAINZ
Solo, el actor que hace las veces del juez Ruz. Puesto que la transcripción no puede
reflejar sus reacciones, el actor procura mantener una cara de abierta perplejidad
ante lo que está oyendo. De este modo, el actor se sitúa en el mismo nivel del públi-
co, que, por vez primera, ha sido invitado a presenciar un momento histórico que,
de manera indefectible, no pudo presenciar. Si gran parte del encanto de Alejandro
y Ana consistía en poder presenciar una reconstrucción teatral abiertamente irreal
(los actores se transformaban en gaviotas para dar paso a las escenas), en Ruz-
Bárcenas la materia teatral favorece la verosimilitud de la escena. Manolo Solo
procura romper la cuarta pared y situarse más con el público que escucha atónito la
declaración que con la compostura que se le supone al juez.
Otro momento de ruptura de la cuarta pared se produce cuando se reflejan las
páginas 54-55 de la declaración en las que Ruz tiene que parar la declaración por
que ha sido advertido de que alguien estaba grabando la depositio y, posiblemente,
distribuyéndola por las redes sociales. En el momento equivalente de la obra, Ma-
nolo Solo se dirige al público con el fin de informarles de que alguien está graban-
do. Se produce, pues, un juego de identificación entre la declaración de Bárcenas
que ha sido grabada y la obra en sí de modo que se confunde el documento base
con el producto teatral. Asimismo, al no haber posibilidad de variar lo ya escrito,
el orden textual se convierte en clave. De este modo, en el texto de Casanovas hay
algunas alteraciones significativas del orden de la depositio. Por ejemplo, el par-
lamento final de Bárcenas en el que este declara que él no había hecho “ninguna
de las cochinadas” que habían hecho otros responsables de las cuentas del Partido
Popular. Se trata de un dardo disparado a la Secretaria de Organización del Partido,
María Dolores de Cospedal, que lee como sigue:
Casanovas / San Juan mezclan este párrafo con la exculpación que realiza
Bárcenas en la página 107, ante Javier Gómez de Liaño, de su actuación en la que,
de paso, aprovecha para denunciar las amenazas que recibe al respecto de su mujer.
La dirección de San Juan subraya el punto de clímax de la obra: Solo se ausenta del
escenario y deja a Bárcenas declarando frente al público su propia versión de los
hechos. Se trata de la imposición de un clímax a un texto, que, por su propia natu-
raleza documental, no puede tenerlo. En cierto sentido se supedita el documento a
una mínima teatralidad de carácter aristotélico que permite que el espectador com-
prenda que se trata del momento culmen de la obra. Los cambios y añadidos son
trasladados al final con la intencionalidad de que sirvan como cierre de la decla-
ración, aunque en la misma tuviera lugar al principio. Es decir, la disposición del
texto favorece precisamente que nos encontremos con un documento convertido en
texto, un documento post-documental al que se le impone una estructura literaria
(mínima, sí, pero necesaria para comprender la trama).
Las compañías Animalario y Teatro del Barrio, hermanadas a partir de la
figura de Alberto San Juan, presentan una serie de concomitancias interesantes que
permiten el análisis de su obra a partir de los parámetros del teatro documento y
la superación de este modelo en los últimos tiempos. Si en la producción de 2003,
Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija
del presidente, Animalario presentaba una fantasía satírica de la boda de la hija del
entonces Presidente del gobierno, lo hacía precisamente fundamentándose en su
función ficcional. Lo que el espectador presenciaba era un acto “privado”, secreto
por lo tanto, en el que el gran público no podía participar. Se explotaba, pues, el
aspecto de falacia crítica del documento para pasar a un esquema post-documental
en el que el espectador participaba del convivio de los novios. En Ruz-Bárcenas,
una obra que se rige dentro de las directrices del teatro documento tradicional, el
documento original tenía necesariamente que sufrir una serie de modificaciones en
la estructura de modo que resultara un texto literario de modo que del documento
histórico pasamos al monumento literario. Alberto San Juan, actor, escritor, direc-
tor, unifica ambas obras en cuanto presenta una trayectoria continua y coherente de
una propuesta dramática que pretende sobrepasar los límites del teatro-documento
para ampliar su carga estética, ética e ideológica. El documento, imposible materia
teatral, se convierte en una efectiva arma de cambio político, en un productor de
ideas y un motor de cambio social.
Referencias bibliográficas
Animalario (2003). Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de boda de la
hija del presidente. DVD. Madrid: Animalario.
Battaglia, F. M. (2014). Lei non sa chi ero io!-La nascita della Casta in Italia. Roma: Bollati
Boringhieri.
Campos, P. (2014). “Retrato del corrupto: Alejandro y Ana, la obra de teatro que destapó la trama
Gürtel”. El confidencial, 12.12. URL: http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-12-12/
retrato-del-corrupto-alejandro-y-ana-la-obra-de-teatro-que-destapo-la-trama-gur-
tel588585/ [21/09/2016].
Clark, F. M. & Salgado, M. A. (1971). “Documentary Theatre in Mexico: Vicente Leñero’s
Pueblo rechazado”. Romance Notes 13, 54-60.
Claycomb, R. M. (2003). “(Ch)oral History: Documentary Theatre, the Communal Subject and
Progressive Politics”. Journal of Dramatic Theory and Criticism 17.2, 95-122.
374 JULIO VÉLEZ-SAINZ
Cruz, F. (2006). “The Documentary Theatre of Vicente Leñero”. Documentary Theatre, TDR:
The Drama Review: A Journal of Performance Studies 50.3, 5-191.
Cruz, J. (2008). Los vivos y los m(íos). Madrid: ADE.
Doménech, R. (1965). “Notas sobre teatro: El teatro-documento”. Cuadernos Hispanoamerica-
nos. Revista Mensual de Cultura Hispánica 64, 376-381.
Dufuur, L. (2010). “Tendencias actuales del cine documental”. FRAME 6, 312-349,
Favorini, A. (1994). “Representation and Reality: The Case of Documentary Theatre”. Theatre
Survey: The Journal of the American Society for Theatre Research 35.2, 31-43.
Ferguson, A. L. (2010) “Improvising the Document”. Canadian Theatre Review 143, 35-41.
García Ruiz, V. & Torres, G. (2005). Historia y antología del teatro español de posguerra (1940-
1975): 1971-1975, vol. VII. Madrid: Fundamentos.
Garde, U. (2011). “Spotlight on the Audience: Collective Creativity in Recent Documentary and
Reality Theatre from Australia and Germany”. En Collective Creativity: Collaborative
Work in the Sciences, Literature and the Arts, Gerhard Fischer & Florian Vassen (eds.),
313-328. Amsterdam, Netherlands: Rodopi.
Gómez Vaquero, L. (2008). “Realidad e imagen: nuevas miradas en la era del “post-documental”.
Archivo de la Filmoteca, 57-58.
Guidicelli, C. (2008) “Le Théâtre documentaire: Pour la constitution d’une mémoire commu-
ne?”. En Culture et mémoire: Représentations contemporaines de la mémoire dans les
espaces mémoriels, les arts du visuel, la littérature et le théâtre, Carola Hähnel-Mesnard,
Marie Liénard-Yeterian & Cristina Marinas (eds.), 501-509. París: École Polytechnique.
Haberl, F. P. (1969). “Peter Weiss’s Documentary Theater Books”. Abroad 43.3, 359-362.
Irmer, T. (2006). “A Search for New Realities: Documentary Theatre in Germany”. TDR: The
Drama Review: A Journal of Performance Studies 50.3, 16-28.
Kondo, D. (2000). “(Re)Visions of Race: Contemporary Race Theory and the Cultural Politics of
Racial Crossover in Documentary Theatre”. Theatre Journal 52.1, 81-107.
Nehring, W. (1977). “Das dokumentarische Theater: Geschichtsfalschung und asthetische Unzu-
langlichkeit? Ein Ruckblick”. Pacific Coast Philology 12, 30-40.
Nussbaum, L. (1981). “The German Documentary Theater of the Sixties: A Stereopis of Contem-
porary History”. German Studies Review 4.2, 237-255.
Salz, M. (1996). Theatre of Testimony: The Works of Emily Mann, Anna Deavere Smith and
Spaulding Gray. Tesis doctoral. University of Colorado, Boulder.
Sánchez-Grey Alba, E. (1992). “El teatro documento de Reinaldo Arenas”. Círculo: Revista de
Cultura 21, 67-76.
Shunami, G. (1971). “The Mechanism of Revolution in the Documentary Theater: A Study of the
Play, Trotzki im Exil, by Peter Weiss”. German Quarterly 44.4, 503-518.
Vélez-Sainz, J. (2014). “El mejor teatro fuera de los teatros” El Huffington Post (Versión españo-
la) 19/03. URL: http://www.huffingtonpost.es/julio-velez-sainz/el-mejor-teatro-fuera-de-
b4980136.html [21/09/2016].
–––––––––– (e. p.). “Teatro documento y denuncia social en tiempos de crisis: Alberto San Juan
y el Teatro del Barrio”. Acotaciones: Revista de investigación teatral.
El Rey, de Alberto San Juan,
como documento histórico
The King, by Alberto San Juan,
like a historical document
Resumen: El artículo analiza el texto teatral El Rey, de Alberto San Juan, basado
en los hechos e historia del rey español Juan Carlos I, durante la época de la transición
española, desde la dictadura de Franco a la democracia actual. Una vez que analiza su
estructura la pone en consonancia con las claves del Teatro Documento que postuló Peter
Weiss para, después de considerar que la obra no se adapta a todos estos parámetros,
concluir que, a pesar de que su gestación no se hizo rigurosamente desde documentos
oficiales, tal vez pueda convertirse, en un futuro, en un documento para reescribir la
historia de la España de esa transición.
Abstract: This paper analyses the text of the theater play El Rey (The King) of Al-
berto San Juan, which is based on facts and history of Spanish king Juan Carlos I during
the Spanish transition period from the dictatorship of Franco till the present democracy.
After analyzing its structure which conforms with the rules of Documentary Theater as
postulated by Peter Weiss, and considering that this work does not conform with all those
rules, it is concluded that, because its creation was not rigourously based on official do-
cuments, maybe in the future, it could be converted into a document to rewrite the history
of that Spanish transition period.
Palabras clave: El Rey. Alberto San Juan. Juan Carlos I. Teatro. Documento.
Key Words: The King. Alberto San Juan. Juan Carlos I. Theater. Document.
Sin embargo, hoy en día la urgencia nos viene dada por la ingente cantidad
de información que recibimos, cada minuto, a través de los medios de comunica-
ción y de las redes sociales, lo que hace que algunas de las creaciones tengan el
valor de aquellas de la época de la guerra civil, aunque otras sean más interesantes
o merezcan mayor atención, puesto que los mismos mecanismos que nos permiten
conocer los “documentos” también nos consienten crear de manera más rápida, de
cotejar por medio de diferentes ventanas, de analizar mediante el uso de estadísti-
cas y de archivos, de escribir y de corregir (el ordenador hace las primeras correc-
ciones) inmediatamente, con lo que la urgencia se hace, si puede decirse, menos
urgencia y debería dar lugar a una escritura más madurada.
Dentro de las creaciones interesantes yo destacaría El Rey, escrita por el
actor, licenciado en ciencias de la comunicación y, últimamente, metido a drama-
turgo, director, productor y hasta político, Alberto San Juan. Esta obra se enmarca
dentro de un proyecto creado por unos jóvenes actores, dramaturgos y directores
combativos (y combatientes) contra las políticas que nos llevaron a la mencionada
crisis, algunos de ellos se conocieron en la escuela de actores de Cristina Rota2
y crearon la compañía Ración de Oreja, cuyo primer montaje, también el primer
texto escrito por San Juan, se llamaría Animalario; cuando se encontraban en plena
campaña de representaciones conocieron a Andrés Lima que representaba con su
compañía Riesgo y al saber que sus maneras de ver el teatro eran afines deciden
realizar un nuevo montaje uniendo sus respectivas compañías. Un año después
fusionarían las dos compañías en una y adoptarían el nombre de Animalario, la
2 Estos actores eran los siguientes: el mencionado Alberto San Juan, Guillermo Toledo,
Nathalie Poza y Ernesto Alterio, que son actores conocidos de la escena y el audiovisual en Es-
paña, aunque a algunos se les conozca más por unas cosas (Guillermo Toledo es el gran agitador)
que por otras. Es bastante significativo el hecho de que una escuela como la de Cristina Rota, a la
que la gente parece etiquetar como cantera de figuras televisivas o cinematográficas, haya tenido
en sus aulas a estos actores que a pesar de alcanzar la fama en esos medios, nunca hayan olvidado
la lucha para acabar con las desigualdades sociales y los atropellos políticos, quizá esto se deba al
hecho de que la llegada a España de la misma Rota, es el producto de ese atropello en su Argenti-
na natal, cuando, huyendo de la represión de la dictadura y habiendo perdido a su marido a manos
de los militares, se asentó en Madrid.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 377
afinidad de la que hablo se puede ver en las creaciones del grupo, las cuales ca-
minan siempre en la senda de agitación social muy en consonancia con el Teatro
Documento que se gestó en la época de Piscator3 y que cuajó en las creaciones
y en el manifiesto de Peter Weiss4. Con Animalario siguió trabajando San Juan,
destacando como actor y convirtiéndose en un director y dramaturgo de prestigio
con creaciones tales como: El fin de los sueños; Argelino, servidor de dos amos
(versión hecha con Andrés Lima desde la conocida Arlequino, servidor de dos
amos, de Goldoni), Autorretrato de un joven capitalista español, entre otras, hasta
que en el año 2013 sientan sus bases en un espacio propio en la sala alternativa y
multifuncional que hoy en día se conoce como Teatro del Barrio5, esto les ha dado
mayor margen de maniobra, al tener su propio espacio se han podido dedicar más
a trabajos de dramaturgia y dirección y ahí han gestado dos de sus creaciones más
interesantes y que yo considero puro Teatro Documento: El Rey y Ruz-Bárcenas.
De estas dos piezas, me parece más interesante la primera, porque no se adapta tan
fácilmente a lo que se considera Teatro Documento como tal6, sino que tiene unos
visos ficcionales que podrán hacer que la obra haga un camino en sentido contrario
y que se convierta en documento para los historiadores futuros, y eso es lo que
pretendo mostrar con este trabajo.
La obra, que no se encuentra editada7, nos muestra la vida de Juan Carlos
I, desde que el dictador Francisco Franco pensó en él como su sucesor; tomando
3 No todos los estudiosos del Teatro Documento consideran a Piscator el creador de este
movimiento sino que se lo conceden a Peter Weiss en 1965, sin embargo, según Fernández Mo-
rales: “el Teatro documento nace como subgénero dramático en Alemania, de la mano de Erwin
Piscator, fechándose su aparición en 1929, cuando se publica The Political Theatre. En ella el dra-
maturgo dedica todo un capítulo a las obras documentales, las cuales liga indefectiblemente a la
filosofía del materialismo histórico. Según Piscator, el objetivo –claramente político– de este tipo
de teatro es mostrar la relación entre los acontecimientos vistos en escena y las fuerzas activas
en la historia. Para ello no se recurrirá a la ficción dramatizada, sino a las fuerzas primarias, do-
cumentos políticos reales de donde se extraerán los textos que se pondrán en escena” (Fernández
Morales, 2004: 2). Cf. además R. Rodríguez (1995).
4 Me refiero a las obras: La indagación (1965), Discurso sobre Vietnam (1967), Trosky
en el exilio (1969), en el prólogo a Discurso sobre Vietnam, Weiss definirá las claves de este
movimiento y de las que daremos cuenta cuando analicemos después la obra El Rey de Alberto
San Juan.
5 Además de sus obras, programan espectáculos que caminan por la misma senda de la
lucha contra la opresión o la crítica a la apatía, organizan conferencias, debates y mesas redondas,
con periodistas y políticos que crean que la cultura es un instrumento de transformación social, y
han puesto en valor lo que llaman la Universidad del Barrio, cuya meta, según ellos mismos, es
contar la historia no escrita de España.
6 La primera acepción del Diccionario del teatro de Patrice Pavis: “Teatro que en su texto
como base los recuerdos de un rey anciano, que parece haber envejecido (incluso
enloquecido) mucho más desde que decidió abdicar y ceder la corona de España a
su hijo Felipe VI. Por eso la pieza parece seguir una estructura temporal acrónica,
el tiempo va y viene algunas veces, aunque su misma historicidad la lleva a recupe-
rar el cauce de su cronología. En la primera parte, se escucha el discurso de Felipe
VI, en el año 2014, prestando juramento como nuevo rey y luego nos retrotrae a
los recuerdos de Juan Carlos I, que al principio parecen agolparse en diversidad de
momentos históricos, saltando de aquí a allá, pero que en realidad nos llevan, prin-
cipalmente al discurso del viejo rey cuando juró como monarca de los españoles
en 1975 (dos días después de la muerte de Franco) en una especie de paralelismo
dramático entre los dos juramentos. Después, la obra nos traslada a una escena
íntima entre Juan de Borbón y Francisco Franco cuando negociaron la vuelta de la
monarquía a España y el conocido salto generacional, para dejar de lado a don Juan
y poner en el trono, una vez muerto el Generalísimo, a Juan Carlos. A partir de ahí,
la trama adquiere una cierta linealidad y nos muestra (a veces nos narra) la vida
del príncipe Juan Carlos desde que llegó a España y vio al Caudillo por primera
vez en 1948 hasta que (se adelanta al futuro) el rey Juan Carlos I sea puesto en el
pudridero real, antes de ser enterrado en el panteón de los reyes del monasterio de
El Escorial8. El final de la obra será un parlamento emitido, irónicamente, por el
mismo Juan Carlos I. Tras el cual, siguiendo con la tradición de los entierros reales
en España, después de que se den tres golpes en el ataúd del monarca y se le llame
por su nombre, se decrete oficialmente su muerte:
Monje. La tradición manda también que se den tres fuertes golpes en la caja del
monarca difunto llamándole por su nombre: Juan Carlos (Golpe y pausa.) Juan Carlos
(Golpe y pausa.) Juan Carlos (Golpe y pausa.) Tras lo cual, el jefe de la Casa Real ha
de declarar solemnemente…
Juan Carlos. Puesto que el rey no responde, está muerto (San Juan, 2015: 26).
8 Aquí el autor se adelanta al futuro, aunque por la fuerza de la tradición, sabe que ese
todas aquellas cosas que el pueblo español sospecha que han pasado (aquellas que
a veces se presentan como mitos urbanos o como parte de la memoria colectiva9
de los españoles) tales como los cobros de comisiones millonarias por promover la
participación española en la primera guerra del Golfo o la defensa de los intereses
de las más importantes empresas privadas del país, obteniendo participaciones de
los beneficios de estas, entre otras lindezas. Las palabras que el autor pone en boca
del enloquecido ex presidente Suárez, por su parte, intentan descargar en el rey la
culpa de la gestación del golpe de estado fallido del 23F, así como de la moción de
censura que se organizó contra el propio Suárez y que se hizo conocer a la opinión
pública como una dimisión. Finalmente, hace que Felipe y Juan Carlos I se acusen
y se amenazen mutuamente por casos como la creación de los GAL, el ocultamien-
to de los papeles del CESID y del indulto a los miembros del gobierno de González
(únicos acusados por el caso de los GAL) Rafael Vera y José Barrionuevo.
También llama la atención que en mitad de todo esto aparezcan personajes
(o se haga mención de ellos) de la esfera popular tanto de la vida social (una tal
Bárbara –referida a una mujer del mundo del espectáculo con apellido real–) como
del ámbito de la corrupción actual, son los casos de El Bigotes y Francisco Correa
(principales implicados en la trama Gürtel). Hasta se menciona una canción popu-
lar10, muy del gusto de los delincuentes de corte mafioso e incluso los de guante
blanco, de la nueva ola española, para hacer mayor la creencia de la colectividad
(que une hechos reales con otros que pueden serlo) de que tanto la corrupción en
las altas esferas como de que los monarcas son mujeriegos es algo cíclico.
Por todo eso, no es nada sorprendente que las voces en off, que defienden la
gestión de Juan Carlos I al final de la obra, y dicen que todas las patrañas que se
cuentan acerca de él son falsas, sean las de Javier Cercas e Ignacio Sánchez Galán,
presidentes de grandes empresas del IBEX 35 en España, y la de José Juan Tahoria,
presidente de Metroscopia.
Si tomamos la estructura de la obra El Rey y la cotejamos con los postulados
de Weiss en su prólogo a Discurso sobre Vietnam o a la primera entrada del diccio-
nario del teatro de Pavis, sobre Teatro Documento, comprobaremos que la pieza no
tiene todos los elementos para ser considerada una obra de ese género en su totali-
dad. Veamos una comparativa entre la pieza y las claves del movimiento llamado
9 Dice Maurice Halbwachs de esa memoria colectiva: “La historia no es todo el pasado,
pero tampoco es todo lo que queda del pasado. O, si se quiere, junto a una historia escrita se en-
cuentra una historia viva que se perpetúa o se renueva a través del tiempo y donde es posible en-
contrar un gran número de esas corrientes antiguas que sólo aparentemente habían desaparecido
[…] Los grupos en cuyo seno antaño se elaboraron unas concepciones y un espíritu que reinaron
algún tiempo sobre toda la sociedad, retroceden pronto y hacen sitio a otros que sostienen a su
vez, durante un periodo, el centro de las costumbres y dan forma a la opinión según nuevos mo-
delos” (Halbwachs, 1968: 209).
10 La ranchera mexicana: Pero sigo siendo el rey.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 381
Teatro Documento, escritas por Weiss para el prólogo a Discurso sobre Vietnam
y después rehechas para la revista World Theatre de Nueva York. Weiss anotaba:
El dramaturgo posee un criterio previo; pero este criterio no viene dado por el
material que ha estado manejando. La posición del autor ha de teñir todo el espectáculo
(Weiss, 1968: 381).
Por todo esto la ideología del autor nos es conocida, así como también su
militancia en el partido de nuevo cuño: Podemos. En este caso se cumplen las
premisas que requería Weiss, con quien seguimos en la exposición de sus claves:
Los actores pueden en una misma obra representar varios personajes asumiendo
simplemente su discurso (Weiss, 1968: 382).
Con una lectura atenta del texto encontraremos este recurso en muchos ca-
sos, como en el siguiente pasaje:
Felipe. Bueno, por un momento he sido chicho, pero ahora soy Felipe otra vez
(San Juan, 2015: 20).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 383
La realidad por oscura que parezca, siempre puede ser explicada y desmenusada
hasta el último detalle (Weiss, 1968: 382).
Las posibilidades de usar las nuevas tecnologías para añadir recursos postpisca-
torianos a las más recientes obras documentales son evidentes, aunque la mayor parte
de los autores parece preferir ceñirse a lo ya conocido y probado como eficiente. La
utilización de Internet, realidad virtual, etc. en un escenario puede ser muy especta-
cular, pero también se corre el riesgo de entrar en conflicto con el deseo explícito de
los dramaturgos de esta corriente de perseguir la verdad sobria y llana. Sin embargo,
no debe cerrarse esta puerta, puesto que ya el propio iniciador del teatro documental
concebía sus obras como experimentos, siempre en flujo, siempre cambiando (Fernández
Morales, 2002: 25).
Referencias bibliográficas
12 Según las palabras de Juan Carlos Monedero, responsable de la Universidad del Barrio
(nacida en el marco del Teatro del Barrio), respondiendo a una entrevista para madridesteatro.
com. el 29 de noviembre de 2013.
El teatro como docu-memento: conexiones y paradojas
entre materiales históricos y ficción teatral
en El triángulo azul (2014), de Mariano Llorente-Laila
Ripoll y J’attendrai (2015), de José Ramón Fernández
Theatre as a docu-memento: connections and paradoxes
between historical materials and theatrical fiction
in El triángulo azul (2014), of Mariano Llorente-Laila Ripoll
and J’attendrai (2013), José Ramón Fernández
385
386 ANTONIA AMO SÁNCHEZ
1. Introducción
El presente trabajo tiene como cometido el estudio de dos obras representati-
vas del teatro concentracionario español contemporáneo. Sus respectivos procesos
creativos parten de un mismo interrogante: cómo escribir una historia indecible
(por traumática) desde las posibilidades expresivas que ofrece el teatro. Nos pro-
pondremos, pues, explorar la función y sentido de un teatro de compromiso po-
lítico, cuyos fundamentos bien debieran seguir desbaratando el descrédito hacia
los discursos apocalípticos sobre la historia de cariz postmoderno. Así, merecerán
especial atención los modos en que se funden y confunden las fronteras aristoté-
licas entre historia y poesía y los mecanismos por los que el teatro logra (como la
historiografía) reconstruir e imaginar los hechos (Mayorga, 1999; Urrutia, 2013),
gracias a su más eficiente engranaje: el juego autorreferencial o metateatral entre
ficción, mentira y verdad. Estas cuestiones nos permitirán acotar el sentido de lo
que hemos llamado el docu-memento.
2. Contextos y cotextos
El teatro de la memoria tal como se escribe en España en los últimos 20 años
ha destacado entre sus temas de predilección la dignificación de las víctimas del
franquismo, la denuncia de responsabilidades políticas de los victimarios o la crí-
tica de una transición democrática en la que el continuismo alentó el avestrucismo
político en materia de memoria (Romera, 2003; Amo, 2008, 2014).
Pocas obras han abordado, no obstante, la temática concentracionaria pro-
piamente dicha: nos referimos al teatro que trata de la experiencia de la concen-
tración y de la deportación española en los campos franceses y alemanes1. En el
corpus de los campos (Sicot, 2010) sobresalen claramente dos categorías: por un
lado, las obras escritas por los que vivieron la experiencia traumática, que recu-
rren a la literatura para, de algún modo, desincorporarla (en teatro hallamos a Max
Aub, Manuel García Gerpe, Teresa Gracia, Álvaro de Orriols y Jorge Semprún);
por otro lado, las obras concebidas por las generaciones legatarias, que incorporan
la memoria testimonial desde el compromiso de mostrar y reparar, abriendo las
zanjas de la historia para tratar de zanjar algunas de las asignaturas pendientes de
nuestro pasado. Esta dualidad del corpus la formulaba del modo siguiente Varlam
Chalamov al definir su modelo de “testigo”, que “no es el de Orfeo cuando visita
1 En el ámbito teatral, es Manuel Aznar Soler, desde sus imprescindibles estudios sobre el
exilio, quien más se ha acercado a las obras teatrales de algunos escritores y escritoras exiliados,
testigos directos de la experiencia concentracionaria. Resultaría imposible dar cuenta de esta bi-
bliografía de manera exhaustiva en este reducido espacio, por ello citaremos, a modo de botón de
muestra, los siguientes trabajos de Manuel Aznar Soler (1998, con Alted Vigil; 2008-2009; 2009;
2015); César de Vicente (1998); Bernard Sicot (2010); Francie Cate-Arries (2012).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 387
los infiernos, sino el de Plutón cuando vuelve de ellos” (Coquio, 2006: 82). Tam-
bién Renaud Dulong (1998) habla de “testigo ocular” frente a los demás tipos de
recreaciones memoriales, que pasan por el tamiz de la distancia, la herencia, la
invención.
En el grupo de obras escritas desde la distancia histórica y la observación de
una experiencia no vivida, destacan El triángulo azul, de Mariano Llorente y Laila
Ripoll (2014) y J’attendrai, de José Ramón Fernández (20152), junto con El con-
voy de los 927, de Laila Ripoll (2009), Todos los que quedan, de Raúl Hernández
Garrido (2013) y 186 Escalones. La historia de los españoles en el KZ Mauthausen,
de Rubén Buren (inédita, presentada en el XVIII Certamen de Teatro Universitario
de la Universidad Complutense de Madrid en 2014); todas estas obras abordan la
memoria de los españoles deportados a Mauthausen3.
Será El triángulo azul (Premio Nacional de Literatura dramática 2015, es-
trenada el 25 de abril en el CDN Teatro Valle-Inclán de Madrid) la obra que cause
más impacto de recepción, arrojando luz sobre un episodio nebuloso de nuestra
historia común, a saber, la experiencia de los más de 7000 españoles deportados a
2 Inédita. La traducción francesa a cargo de André Delmas ha sido objeto de varias lecturas
su caso, al campo de concentración ubicado en Túnez al que también fueron a parar parte de los
refugiados españoles al final de la guerra civil. En relación con los campos franceses hay que
añadir Ligeros de equipaje. Crónica de la retirada, de Jesús Arbués (2013). A nuestro juicio,
fuera de este corpus quedarían obras como Himmelweg, de Juan Mayorga (2007, vid. la edición
de Aznar Soler de 2011), Blut und Boden (Sang i pàtria), de Manuel Molins (2014) o la Trilogía
del exterminio, de Marisa Esteban, Premio Lope de Vega 2011 con 20604 Europa o La Fiesta
de Los Vivos, segunda parte de su trilogía (cuya primera obra es Frente a las costas de Mada-
gascar (Königinnen), de 2008, y la última, La Corrupción del Tiempo, inéditas), pues, a pesar de
desarrollar el tema concentracionario, no se conciben desde la explícita experiencia referencial
española (aunque la puedan pensar por analogía), sino desde una reflexión que transciende la
historia española, para problematizar la dialéctica entre pensamiento y poder, y para pensar la
supervivencia del arte y el “arte” de la supervivencia en un contexto de barbarie extrema. Lo cual
no significa que no haya convergencias en cuanto a problemáticas rapsódicas comunes en torno a
la ficcionalización de la memoria, la poética de lo indecible, la renuncia (o no) a la mímesis o la
estetización de la violencia mediante técnicas de ocultamiento o de metaficción, argucias en las
que el teatro es ducho.
388 ANTONIA AMO SÁNCHEZ
Mauthausen entre 1940 y 1945 (Roig, 1978), un tema que Laila Ripoll lleva traba-
jando desde El convoy de los 927, obra radiofónica editada en 20094.
J’attendrai y El triángulo azul entrelazan de algún modo la historia de Es-
paña con la de Francia, tierra de acogida no siempre acogedora, pues durante la
ocupación nazi, el gobierno colaboracionista de Vichy contribuye a la detención y
deportación de numerosos republicanos españoles a diferentes campos nazis. Y no
es casualidad que tanto en España como en Francia, aunque en razón de procesos
históricos distintos, haya que esperar hasta los años 90 para asistir a la recupera-
ción de la literatura llamada “de la deportación” o del testimonio concentracionario
(Cate-Arries, 2012). En 1994 Dyonis Mascolo dedica el número de la revista Lig-
nes a la recuperación de Robert Antelme, cuyo relato testimonio L’espèce humai-
ne, publicado en 1947, no encontrará eco hasta 1957; 1994 es también el año en
que Jorge Semprún publica L’écriture ou la vie (en 1997, en español), obra emble-
mática sobre su experiencia concentracionaria, después de El largo viaje (1963) y
Autobiografía de Federico Sánchez (1976) (Coquio, 2006: 67)5.
4 El primer acto oficial celebrado en memoria de los deportados republicanos por un go-
bierno español democrático no tendrá lugar hasta el 9 de mayo de 2005, en un acto conmemorati-
vo presidido por el entonces presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, 60
años después de la liberación del campo.
5 En el caso de los escritores supervivientes franceses, el relato testimonio de David Rous-
set, L’Univers concentrationnaire, se publica en 1946 (Premio Renaudot), pero no se reedita hasta
1965 (Éditions de Minuit). El italiano Primo Levi publica Se questo è un uomo en 1947, pero el
libro pasa desapercibido hasta 1976 (la traducción de la obra al francés no llegará hasta 1987;
en castellano, el libro no sale publicado hasta 1999 en Ediciones El Aleph). Como lo destaca
Catherine Coquio, hay que esperar hasta los 90 para que empiecen a tener resonancia, en Francia,
obras de gran relevancia en la literatura concentracionaria mundial, como la del austriaco Jean
Améry o la del húngaro, Premio Nobel de Literatura 2002, Imre Kertész. No resulta anodino que
tal recuperación se dé en los 90, en un contexto europeo de guerras (étnicas, civiles, religiosas,
económicas) que corre parejo con el retorno afirmado en Francia (un país con un plomizo historial
colonial y postcolonial) de la reflexión sobre el deber de memoria. Mencionemos los trabajos in-
soslayables de Pierre Nora, Lieux de mémoire (1984-1992), Jacques Le Goff, Histoire et mémoire
(1988), Marc Augé, Les formes de l’oubli (1998), Paul Ricoeur, La mémoire, l’histoire, l’oubli
(2000), Tzvetan Todorov, Face à l’extrême (1994), Les abus de la mémoire (2004), Joel Candau,
Anthropologie de la mémoire (2005), pues son algunos de los textos fundadores de un basamento
intelectual que vuelve a “pensar Auschwitz” 50 años después, desde la distancia histórica y la
necesidad ética de no olvidar.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 389
6 Del mismo modo, varios años lleva preparando José Ramón Fernández la adaptación
teatral de El laberinto mágico de Max Aub, que se estrenó el 7 de junio de 2016 en el CDN, en el
Teatro Valle-Inclán de Madrid.
390 ANTONIA AMO SÁNCHEZ
Yo. […] hace veinte años empecé a tomar apuntes para una historia que no soy
capaz de escribir (7) […].
Yo. Si por fin hubiera sido capaz de escribir esa obra; si esto fuera una obra de
teatro, podría presentar un personaje que se llamase YO y que dijera todas estas cosas
(10) […].
Yo. […] estas historias no interesan a nadie. Te das cuenta de que has repetido
esa frase muchas veces en estos años, cada vez que te planteabas ponerte a escribir;
cada vez que le contabas a algún amigo que querías escribir esta historia pero no con-
seguías avanzar (42)9.
con los que el teatro “pone en escena” la historia han sido ampliamente estudiados en la tesis de
Emilie Lumière, Clio en question: le théâtre métahistorique en Espagne (1980-2010), defendida
el 27/09/2012 en Toulouse. Inédita.
9 Manuscrito amablemente proporcionado por el autor en marzo de 2016.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 393
venir. Esta espera simbólica se tematiza en todos los personajes (el nieto de Pepe
(Vincent), la nieta de Patricia (Claire) y YO), gracias a la canción J’attendrai (em-
blema de aquellos terribles años), que da nombre a la casa en la que vive Clara y
título a la obra.
Se cierra la pieza con la respuesta del personaje YO, trasunto kantoriano,
brechtiano, alonsosantiano de un Yo individual (el del dramaturgo) y un Yo polifó-
nico, metáfora del linaje humano y de los muchos eslabones que engarzan nuestro
presente a nuestro pasado:
Yo. Seguramente este será el modo en que comience mi obra de teatro. Una obra
que cuente que no he sido capaz de escribir esta historia a lo largo de veinte años de mi
vida. Una historia que podría ser la de alguno de los españoles de Mauthausen, porque
la Historia se siente incómoda contando la vida de las personas: su hambre, su cansan-
cio, su miedo a morir y a ser olvidados.
Yo. Además, a la historia se la come el polvo. A la literatura, a veces, no. Si la
obra que escribo vale la pena como literatura, como arte, será leída dentro de veinte
años cuando yo ya esté muerto, cuando los hijos de esos españoles de Mauthausen sean
ancianos o hayan dejado de existir.
Yo. Esta vez sí te gustaría trascender. Que esta obra viviera cien años. Esta y las
obras de Laila, de Raúl, las que se escriban, porque habrá más, estás seguro (Fernández,
2015: 42-43).
Yo. Has usado una historia que sucedió realmente. Sucedió en el verano de 1942.
Un prisionero logró escapar: era un gitano austriaco que se llamaba Hans Bonarewitz.
Yo. Lo cogieron enseguida. Le dieron veinticinco palos en las nalgas delante de
todos los prisioneros. Luego lo pasearon por el campo subido a una especie de carreti-
lla, mientras la orquestina tocaba esa canción: J’attendrai.
Yo. Lo ahorcaron y se rompió la cuerda. Lo volvieron a colgar y se volvió a rom-
per. Murió la tercera vez (Fernández, 2015: 37).
orquesta cambia de tercio y se arranca por la Polka del Barril de Cerveza. El KAPO
baja a empellones y golpes al reo y se dirige con él hacia el cadalso” (Llorente,
Ripoll, 2014: 38). La invitación al público a “participar” con la música apoya un
cierto efecto de inmersión (formar parte del show macabro). Por ello, una amarga
sensación de malestar recorre las gradas del teatro cuando algunos espectadores
aceptan la invitación sin comprender que la distancia es la única respuesta ante tal
violencia10. Crear tal distancia está en manos del espectador que puede hacer de la
cuarta pared un escudo, esgrimiendo así, con esta frontera, su resistencia emocio-
nal y política, contra todo tipo de complicidad… Si la música festiva “pretende”
enmascarar el horror, el silencio inmóvil (que no inmovilista) del espectador sabe
desmantelar el engaño. Paradójicamente el silencio digno del público en las gradas
es a la obra lo que la memoria puede ser a la historia: un contrapunto, un clamor
de justicia. Se nos tiende así una trampa de afilado corte brechtiano: no porque lo
que se ve enfrente parece cómico, lo es. La máscara de la comedia puede ocultar
otras máscaras, tétricas o macabras. Es la base de la ironía, del sarcasmo, con la que
magistralmente juegan, y nos educan, Laila Ripoll y Mariano Llorente.
Otros dispositivos de extrañamiento destacan en El triángulo azul, basados
en estéticas distorsionantes con influjos expresionistas, esperpénticos, quevedes-
cos, goyescos, cubistas (Ripoll, 2014). Incluso el recurso a la sicalipsis pasa por el
filtro de lo burlesco. También las letras de las canciones (véase la “Canción de la
alambra electrificada”, o “El chotis del crematorio”, entre otros muchos ejemplos)
mayoritariamente inspiradas en un repertorio popular de cuplés, chotis, polkas,
pasodobles, o en las revistas musicales (como la de El rajá de Rajalolla, basada
en otro hecho real protagonizado por algunos españoles en el campo de Mauthau-
sen11) se someten al oxímoron y a un disparatado remix grotesco (Oñoro, 2016;
Trecca, 2016). Y, de nuevo, con la intención de conjurar, con la parodia y el humor
negro por delante, un espacio traspasado por la tragedia.
6. Consideraciones finales
J’attendrai y El triángulo azul dan cuenta de una escritura comprometida
que aboga por una cultura de la memoria capaz de normalizar e incorporar un pa-
sado traumático apenas expuesto a una justicia reparadora.
En los procesos de creación de ambas obras resalta el fructífero diálogo que
entablan historia / ficción desde poéticas muy diferentes y la convicción del deber
10 En un intercambio personal con la dramaturga, Laila Ripoll nos confirmaba que el públi-
co suele palmear en esta escena siniestra: “Sí, la gente palmea, luego se quedan tiesos y se quieren
morir, pero palmean en todas las funciones mientras ahorcamos a Bonarewitz”.
11 Ampliamente documentado por Montserrat Roig (1978) en su ensayo Noche y niebla.
Referencias bibliográficas
Alted Vigil, A. y Aznar Soler, M. (eds.) (1998). Literatura y cultura del exilio español de 1939
en Francia. Salamanca: AEMIC-GEXEL.
Amestoy, I. (2013). “Literatura e historia. El testimonio del teatro”. Anthropos 240 (julio-sep-
tiembre), 89-114.
Amo Sánchez, A. (2008). “Los niños perdidos de Laila Ripoll: la memoria histórica al servicio de
la identidad colectiva”. En Dramaturgias femeninas en el teatro español contemporáneo:
entre pasado y presente, W. Floeck, A. García y H. Fritz (eds.), 245-258. Hildesheim:
Georg Olms.
–––––––––– (2014). “Dramaturgias de lo imprescriptible: un teatro para la recuperación de la
memoria histórica en España (1990-2012)”. Anales de Literatura Española Contemporá-
nea 39.2, 337-365.
Aznar Soler, M. (2015). El teatro de Jorge Semprún. Zurich: Verlag.
–––––––––– (2011). “Introducción” a Juan Mayorga, Himmelweg. 15-128 y 269-276. Ciudad
Real: Ñaque.
–––––––––– (2009). “Un republicano exiliado en Francia. Las maletas perdidas de Álvaro de
Orriols”. Primer Acto 329,126-132.
–––––––––– (2008-2009). “Españoles en Francia”. Laberintos 10-11, 222-285.
Cate-Arries, C. (2012). Culturas del exilio español entre las alambradas (Literatura y memoria
de los campos de concentración en Francia, 1939-1945). Barcelona: Anthropos. (Traduc-
ción de Jaime Fatás Cabeza).
Coquio, C. (2006). “La ‘vérité’ du témoin comme schisme littéraire”. En Les camps et la littéra-
ture. Une littérature du XX siècle, D. Dobbels y D. Moncond’huy (dirs.), 67-91. Rennes:
PUR.
Dulong, R. (1998). Le témoin oculaire. Les conditions sociales de l’attestation personnelle. Pa-
rís: EHESS.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 397
afectado al curso de la historia de los grupos implicados que tienen la capacidad de poner en
escena esos recuerdos comunes” (Ricoeur, 1998: 19).
400 ROSANA MURIAS CARRACEDO
2 Escrita y dirigida por Jesús Arbués, la obra fue estrenada por la compañía Producciones
de esta última. La obra se estrenó el 25 de abril de 2014 en la sala Francisco Nieva del Centro
Dramático Nacional. En escena actúan siete actores y tres músicos.
4 Frase que aparece en el tráiler de presentación.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 401
canos españoles deportados a Mathaussen” (5ª Sesión de Historia de la Universidad del Barrio),
celebrado el 1 de febrero de 2016 en el Teatro del Barrio de Madrid. Participan además Laila Ri-
poll, el periodista Emilio Silva, el historiador Benito Bermejo (autor de numerosos trabajos sobre
el exilio republicano) y familiares de víctimas del campo de Mauthasen. Puede verse la sesión
completa en: https://www.youtube.com/watch?v=HHcjNTBG5X4 [01/05/2016].
402 ROSANA MURIAS CARRACEDO
duelo6. El duelo es un proceso que, desde la inicial negación ante la pérdida que
acabamos de sufrir, nos conduce poco a poco hasta un estado de cierto distancia-
miento que nos permite convivir con el dolor. Se trata de un proceso necesario para
superar esa pérdida. Del mismo modo, la recuperación de la memoria reprimida
debe llevar finalmente a un olvido terapéutico de esos recuerdos que obstaculizan
la vida del individuo.
Si aplicamos los principios del psicoanálisis a nivel social encontramos que
similares traumas y procesos pueden reproducirse en un grupo humano o nación.
Un pueblo que haya sufrido una pérdida (una guerra, por ejemplo) deberá elaborar
un proceso de duelo que le lleve a aceptar y superar su pasado. Cuando dicho pro-
ceso no tiene lugar, sostiene Freud, el duelo se convierte en melancolía.
6 “El duelo es, por regla general, la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de
una abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc.” (Freud, 1917: 1).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 403
En cuanto a mí… dicen que ya pagué, que cumplí el castigo. Pero sé que no. Sé
que aunque viva mil años, no pagaré lo que hice, lo que hicimos. Arrastramos a Alema-
nia por el fango, enlodamos su nombre por los siglos de los siglos. Las generaciones
nos escupirán y nuestros hijos no querrán mirarnos a la cara. Y aun así no pagaré, no
pagaremos. Ahora mi alma solo alberga vergüenza, vergüenza y una enorme tristeza…
(Ripoll y Llorente, 2014: 40).
¿Crees que fui un cobarde? Lo puedes decir. Es posible que sea verdad, es posible
que fuera un cobarde. Lo piensas tú y en aquella cárcel lo pensaba todo el mundo: yo
era un cobarde, yo fui un cobarde, para qué le vamos a dar más vueltas. Estaba asusta-
do, acojonado. ¡Un cobarde, ya lo sabes, tienes un abuelo cobarde! (Arbués, 2016: 22).
desván en el que conversan abuelo y nieto a la frontera francesa o al campo se marcan en escena
a través de efectos de luz.
404 ROSANA MURIAS CARRACEDO
sin negar la propia singularidad del suceso, decido utilizarlo, una vez recuperado, como
una manifestación entre otras de una categoría más general, y me sirvo de él como de un
modelo para comprender situaciones nuevas, con agentes diferentes. […] El pasado se
convierte por tanto en principio de acción para el presente (Todorov, 2000: 23).
Mer, con esa letra (Arbués, 2016: 44-45) y la música de Esta noche me emborracho, de Carlos
Gardel. Resulta interesante ver las indudables similitudes entre este tango cantado en un campo
francés y aquella revista de Mauthassen. Para explicar ese tango dice el abuelo “Como no hay otra
cosa que hacer, pues nos reímos. Mucho, reímos mucho… Si no riéramos estaríamos muertos, si
no te ríes te mueres” (Arbués, 2016: 45).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 405
Así, “los números musicales que representan los presos en un escenario –las
propias víctimas– no reproducen lo que vemos en escena. Dan sonido –presencia–
a aquello que no se puede nombrar, no se puede pensar, no se puede oír” (Oñoro,
2016: 244). Se construye de este modo un discurso que huye de lo explícito, de lo
macabramente descriptivo, buscando el valor simbólico. La memoria así plantea-
da trasciende la memoria literal para tejer una memoria ejemplar que conecte los
hechos del pasado con el presente, es decir, personajes y espectador, las víctimas
de entonces con el ciudadano de ahora. La memoria ejemplar nos da herramientas
para utilizar el pasado en relación con los problemas del presente. Establecer vín-
culos entre pasado y presente que van más allá de la mera causalidad nos permite
extraer lecciones de carácter abstracto y general.
Los usos de la memoria literal y ejemplar pudieran parecer excluyentes entre
sí; sin embargo, consideramos que pueden formar parte de un mismo proceso en
fases diferentes. En un primer momento resulta necesario establecer una memoria
literal que fije ciertos sucesos como elementos objetivos. Si nos referimos al caso
concreto de España, se hace imprescindible recuperar una serie de voces y relatos
que han sido sistemáticamente silenciados, como dan buen ejemplo los hechos
históricos representados en las obras analizadas y que tan poco espacio ocupan en
el relato oficial de nuestra historia reciente. Es decir, existe la necesidad de crear
una memoria literal que hasta ahora no ha sido abordada. Una tarea que puede ser
definida como política de la memoria (Ricoeur, 1998: 40), poniéndose en juego el
cultivo de una memoria justa (Ricoeur, 1998: 40). Pero debemos reconocer que esa
memoria literal no es suficiente y probablemente la obcecación en dicha tarea sea
una de las causas del estancamiento del que adolecen muchos de los discursos, ini-
ciativas sociales, manifestaciones artísticas y, en general, las políticas de la memo-
ria en nuestro país. Cabe preguntarse si tras años de empeño en la construcción de
9 “Pues la mejor manera de dar consistencia a una experiencia que el tiempo desmorona
tanto en el escritor como en el lector ¿no será acudir al tipo de discurso que interpela más a la
imaginación?” (Le Bigot, 2011-2012: 227).
406 ROSANA MURIAS CARRACEDO
la memoria hemos dado el salto, aunque sea sin haber superado esa primera fase,
hacia una memoria más productiva que tenga verdadera incidencia en el presente.
3. Lecciones de la memoria
Las piezas analizadas ofrecen, por tanto, varias lecturas. Por un lado, nos en-
contramos con una reflexión sobre la propia memoria, una suerte de metamemoria,
que invita al espectador a participar de modo activo planteándose su propio papel
en la construcción de una memoria colectiva que ha de trascender el relato oficial.
Existe así una intención testimonial, la de recordar unos episodios del pasado de
España que no cuentan con el lugar que les corresponde en la Historia. Partiendo
de material documental, estos dramas adquieren valor documental por sí mismos
al generar una memoria literal que, en última instancia, lucha contra un olvido que
amenaza la dignidad de las víctimas y dilata de modo indefinido la tarea de hacer
justicia. Esa memoria literal juega un importante papel en el proceso de duelo, pues
para pasar página en la historia, antes hay que haberla leído10. Y somos nosotros
precisamente, hijos y nietos, a quienes les corresponde elaborar ese proceso de
duelo, leer y pasar esa página. Stephen Greenhart (2001) habla del Fifty-Year Effect
(el efecto de los cincuenta años), sobre el que a su vez reflexiona Etkind:
Fifty years, or two cultural generations, is how much is needed to make of work
of mourning culturally productive. I would speculate that the historical processes of ca-
tastrophic scale traumatize the first generation of descendants, and it is their daughters
and sons- the grandchildren of the victims, perpetrators, and onlookers- who produce
the work of mourning for their grandfathers: mass graves for the generation of terror,
trauma for the first post catastrophic generation, and mourning for the second (Etkind,
2013: 3).
Pero la memoria nos sirve no solo para elaborar ese duelo colectivo, todavía
pendiente en España, sino que trasciende la singularidad de los sucesos en busca de
asociaciones basadas en la analogía y no en la continuidad para convertir el pasado
en un principio de acción en el presente. De este modo, al hablar de refugiados, de
exiliados, de presos republicanos españoles se habla de todos los refugiados, exi-
liados y presos de entonces y de ahora. Así lo entiende Primo Levi y lo expresa en
la introducción de su obra autobiográfica Si esto es un hombre (2002):
Las obras que hemos elegido nos proponen una reflexión sobre el pasado,
testimonian unos hechos concretos, pero pretenden además ofrecernos las herra-
mientas que la historia y la experiencia nos dan para entender el presente y afrontar
el futuro; para entender que aquel éxodo de entonces descansa en los mismos prin-
cipios y dogmas que los éxodos de ahora.
Actor 1.–¿Cuántos han pasado hoy? ¿Diez mil? Imagínese que llegan de Ma-
rruecos, de Portugal, harapientos, hambrientos, con los ojos ansiosos, con la mirada…
Actor 2.– Pero nosotros no somos así.
Actor 1.– ¡Eso lo dice usted! Mírese, mire a sus colegas […]
Actor 2.– Entonces me miré, miré a mis compañeros y me eché a llorar (Arbués,
2016: 40).
Referencias bibliográficas
histórico: “En España […] parecía que no nos hubiese afectado, que nunca hubieran existido.
408
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 409
Supongo que tiene que ver con la necesidad del régimen de Franco por silenciar aquel episodio,
por enterrar la vergüenza de su estrecha colaboración con el nazismo […]” (López Rejas, 2016).
Asimismo, Mariano Llorente señala el afán testimonial: “Hace ya sesenta años y todavía, a día de
hoy, ni un triste monolito en nuestro país recuerda a los miles de españoles que fueron asesinados
por los nazis en Mauthausen” (López Rejas, 2016).
3 La investigación histórica de Benito Bermejo (2002), recopilada en el libro Francisco
Boix, el fotógrafo de Mauthausen, sirvió también de base para el documental de Llorenç Soler
titulado Francisco Boix. Un fotógrafo en el infierno, en el que se muestran las fotos de Boix y se
reúnen los testimonios de unos deportados, compañeros de cautiverio del fotógrafo en Mauthau-
sen. Noche y niebla. Los catalanes en los campos nazis (Roig, 1978), obra escrita a favor de la
memoria histórica y que recoge todos los testimonios que Roig logró recopilar sobre las vivencias
de los republicanos deportados. Españoles en el Holocausto: vida y muerte de los republicanos
en Mauthausen (Pike, 2003), narra la terrible epopeya de los exiliados republicanos, detallando
sucesos hasta entonces no difundidos. Mi vida en los campos de la muerte nazis (Gavilanes Laso,
2005) recoge las memorias de Prisciliano García Gaitero, revisadas y anotadas por el autor, con
un estudio preliminar y un apéndice documental.
410 SIMONA DI GIOVENALE
sen4 que urden el plan de sustracción de las fotos del campo con el afán de testificar
ante el mundo el horror de la vida o, mejor dicho, de la muerte en el infierno del
lager5 a través de una prueba irrefutable de la barbarie6.
En El triángulo azul se retoma el personaje histórico de Francisco Boix,
el fotógrafo de Mauthausen, especial prisionero español destinado, junto con su
contrapunto Antoni García, al servicio de identificación fotográfica del campo y
principal artífice del designio antedicho7. En efecto, aprovechando su trabajo en el
laboratorio ocultó fotos y negativos, como afirmó posteriormente en el Juicio de
Núremberg. La operación clandestina culminó cuando los deportados españoles
del Kommando Poschacher, aprovechando sus salidas del campo, entregaron el
paquete a una mujer del cercano pueblo de Mauthausen, Anna Poitner, quien se
encargó de guardarlas hasta la liberación de los presos.
En la pieza se escenifican otros hechos documentados sobre la vida de los
republicanos deportados, a saber, la petición de los españoles para representar una
revista musical en medio del horror; la creación de una atmósfera farsesca para la
ejecución-escarmiento del prisionero Hans Bonarewitz, gitano austriaco evadido
del campo; el minuto de silencio en señal de duelo por la memoria de José Marfil
Escalona, el primer compatriota muerto en Mauthausen. Por otra parte, los autores
intercalan unos elementos de ficción en la estructura narrativa de la pieza, entre los
que puede mencionarse el personaje de la prostituta gitana Oana y su papel en el
plan de sustracción de las fotos, ardid que dinamiza en escena la narración de los
acontecimientos históricos sin alterar la autenticidad del documento.
4 En el campo de Mauthausen fueron detenidos unos 7000 españoles, de los que solo
sobrevivieron unos 2000. La llegada del primer convoy se remonta al año 1940, mientras que la
liberación de los sobrevivientes tuvo lugar en 1945 gracias a la intervención de las fuerza libe-
radoras (rusos y americanos). Como recuerda Preston (2011: 318), “15 mila dei 30 mila rifugiati
spagnoli trasferiti dalla Francia in Germania vennero rinchiusi nei campi nazisti. La metà circa
finì a Mauthausen, arrivando a costituire il secondo gruppo di prigionieri per numero. I restanti
finirono ad Auschwitz, Buchenwald, Dachau e in altri campi di concentramento. Ne vennero
uccisi la metà. Il regime franchista non fece nulla per impedire che gli spagnoli subissero la stessa
sorte degli altri deportati, incoraggiando anzi i tedeschi a imprigionare i repubblicani in esilio”.
5 El sustantivo alemán indica los campos de concentración destinados por los nazis a los
y Antoni García fueron incorporados al Servicio de Identificación fotográfica del campo, cuyo
director era el SS-Hauptscharführer Paul Ricken.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 411
indagación (Die Ermittlung) de Peter Weiss, acto de denuncia contra los crímenes perpetrados
por los nazis en el campo de Auschwitz, publicada en 1965, tras el juicio que tuvo lugar desde
1963 hasta 1965 en Fráncfort contra los militares alemanes. La obra se basa en las actas del
juicio, en las notas que el propio autor tomó durante las sesiones a las que asistió y resulta ser
una representación realista y fehaciente del suceso que lleva a las tablas con las intervenciones
de un juez, un procurador y un defensor y las respuestas de testigos y acusados. La narración del
inconcebible horror diario fluye a través de versos libres y página tras página se amontonan las
atrocidades cometidas por los alemanes, expuestas con un lenguaje descarnado. Precisamente en
la absoluta falta de énfasis en el relato áspero del juicio parece residir la fuerza expresiva de la
pieza. Otra pieza ambientada en un campo de concentración, centrada en esta ocasión en el tema
del Holocausto es Himmelwelg (Camino del cielo) de Juan Mayorga, estrenada en 2003. En la
pieza, la oscilación entre el horror y lo apacible remite a un referente histórico: la visita en un
campo de concentración en Polonia de un informante externo, un delegado de la Cruz Roja que
tiene que controlar las condiciones de vida de los internados. En esta circunstancia, los presos se
ven obligados por los nazis a aparentar una existencia plácida mientras dure la visita, escenifi-
cando ante el hombre una vida paralela e inexistente. El delegado, aunque percibe algo raro en el
campo, emite un informe positivo.
9 Otro ejemplo de aproximación algo heterodoxa al tema podría ser Maus, la novela gráfica
de Art Spiegelman basada en las vivencias del padre del autor Vladek Spiegelman, judío polaco
que sobrevivió al Holocausto. Se trata de una novela de corte autobiográfico en la que el historie-
tista entrevista a su padre para que le cuente su historia, la que luego se convierte en el argumento
de la novela misma. Lo alternativo en este caso reside en el uso de animales antropomórficos
para representar los distintos grupos sociales que protagonizan el cómic: los ratones representan
a los judíos, los gatos a los alemanes, los cerdos a los polacos (no judíos), los perros a ingleses y
estadounidenses […].
412 SIMONA DI GIOVENALE
lística sobre el tema ofrece testimonios de sucesos parecidos. Un primer ejemplo en este sentido
se encuentra en la novela autobiográfica Si esto es un hombre, en la que Primo Levi rememora la
experiencia de su cautiverio en el campo de Auschwitz. En el capítulo once la narración se centra
en el recuerdo de cuando el mismo autor se puso a recitar de memoria el canto XXVI de la Divina
Comedia, el de Ulises. Más allá de la trascendencia que adquiere dicha cita en el contexto infernal
del lager, cabe decir que se trata no solo de un momento de reflexión debido a lo que simboliza
la figura de Ulises, sino también de una tregua, una interrupción aunque solo momentánea de la
barbarie. Otro ejemplo del recurso al arte, en este caso al arte del teatro, para sobrevivir espiri-
tualmente en un campo de concentración puede encontrarse en Auschwitz y después, la obra de
corte autobiográfico de Charlotte Delbo, prisionera política detenida en el de Auschwitz por su
participación en la resistencia francesa. En esta ocasión la autora y sus compañeras de cautiverio
delegaron en una obra maestra la función de entretener a las demás deportadas, proporcionándo-
les de esa forma solaz y consuelo.
11 El personaje Paul Ricken repasa al principio de la pieza distintas manifestaciones de la
alta cultura, la que proporcionaría la evolución moral del hombre y su ennoblecimiento espiritual.
Sin embargo, mentes embebidas de tal alta cultura no lograron contrarrestar la furia genocida en
el seno de la misma patria, Alemania, cuna de la filosofía y de la cultura. George Steiner plantea
el asunto en su libro La barbarie dell’ignoranza, cuando diserta sobre lo imparable de la barbarie
y el papel de la cultura: “perché le scienze umane nel senso più ampio della parola, perché la
ragione non ci hanno fornito alcuna protezione di fronte all’inumano? Perché effettivamente si
può suonare Schubert la sera e andare a fare il proprio dovere in un campo di concentramento il
mattino?” (Steiner, 2005: 41).
12 Acúdase al imprescindibile estudio de Bachtin y recuérdense, especialmente, estas con-
sideraciones: “Tout ce qui était redoutable devient drôle […] On joue avec ce qui est redoutable,
on s’en moque: le terrible devient un “joyeux épouvantail” (Bachtin, 1970: 99).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 413
su pieza, cuyos títulos son: Canción del triángulo azul, Canción de la cantera de
Wienergraben, El rajá de Rajaloya, Chotis del crematorio, Canción de la supre-
macía de la raza aria, Canción de la alambrada electrificada. Estas composicio-
nes musicales, creadas por Pedro Esparza, son la parodia de la narración seria, el
disfraz burlesco de lo que se expone en las partes dialogadas. Intercaladas en la
acción de manera sistemática, aligeran de repente la tensión dramática, y hacen que
la representación del horror y de la barbarie sobre las tablas sea más llevadera13.
Por último, cabría reparar en la función documental que la adopción de dicha
modalidad expresiva desempeña desde una doble vertiente. En efecto, por un lado
la solución estética privilegiada por los autores remite a un referente histórico con-
creto, el espectáculo de variedades protagonizado por los españoles de Mauthau-
sen, del que ya se ha hecho mención; por otro lado, la recuperación de dicho código
estético resulta ser también documento de una época, en la medida en que logra
evocar el contexto histórico y cultural en el que tuvieron lugar los acontecimien-
tos representados. En efecto, el teatro de revista, subgénero de la comedia, cuya
función prioritaria consistía en entretener al público con espectáculos de tono más
bien ligero y sin mayor profundidad dramática, estaba muy en boga en los años
de la Segunda Guerra Mundial14, ya que les garantizaba a los espectadores, en un
momento oscuro de la historia, la posibilidad de evadir, olvidándose del horror de
la guerra.
como puede verse, por poner solo un ejemplo, en el Chotis del crematorio, que se coloca con-
trastivamente justo al concluir el diálogo entre Toni y Oana, cuando ella le revela que toda su
familia ha sido exterminada en la cámara de gas. Es en ese momento cuando aparecen en escena
los presos ataviados de mujeres que, actuando a la manera de actrices de revista, convierten en
algo cómico precisamente el crematorio y la cámara de gas, protagonizando una grotesca danza
macabra junto con un esqueleto que remite a la muerte. Entonces, el tradicional baile madrileño
aparece convertido en un rito para exorcizar el horror en escena.
14 Parecida función de documento del contexto histórico-cultural de los años de la Segunda
Guerra Mundial, por así decirlo, parece desempeñar la canción francesa J’attendrai, que en unas
escenas acompaña la representación. En efecto, dicha canción interpretada por Rina Ketty en
1938 se convirtió en uno de los símbolos de la Segunda Guerra Mundial.
414 SIMONA DI GIOVENALE
15 Espectáculo musical con texto y dirección de Mariano Llorente y Laila Ripoll, sobre una
idea de José Monleón. Estreno en el teatro “Antonio Buero Vallejo” de Alcorcón (Madrid), dentro
de la programación del FIT Madrid Sur, gira por España y participación en el Festival Internacio-
nal “Don Quijote” de París (Francia). Galardonada con el Premio a la Lealtad Republicana de la
Asociación Manuel Azaña.
16 Esta alternancia entre lo general y lo individual también marca la estructura de otra pieza
escrita por Laila Ripoll, Que nos quiten lo bailao, estrenada en 2004 por el grupo de teatro mur-
ciano, Sinfín. Señala Alison Guzmán, en su tesis doctoral, que en la susodicha pieza, basada en el
tema del exilio, “las escenas que sirven para universalizar la condición de emigración y destierro
se intercalan con otras más íntimas, atiborradas de nostalgia y ternura” (Guzmán, 2012: 260).
17 El protagonista Francisco Boix cuenta con la ayuda de dos deuteragonistas: Jacinto,
el joven español del Kommando Poschacher, y la prostituta gitana Oana. Contra ellos actúan
distintos antagonistas: los militares nazis y La Begún, sanguinario Kapo español al sueldo de los
alemanes.
18 Un ejemplo en este sentido es la representación algo contrapuntística que Ricken da
cuando habla de sus dos ayudantes en el laboratorio fotográfico. En efecto, describe a Toni como
un hombre “muy serio, grande y triste” y a Paco “alegre, menudo, vivaz”(cf. El triángulo azul,
pág. 25). La caracterización de los personajes por medio de la actuación a lo largo del espectáculo
se ajusta al rápido esbozo que facilita Ricken.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 415
como “la forma letteraria dell’accadere (I) presente (2) intersoggettivo (3)” (Szondi, 1962: 60).
20 Ricken fue el SS-Hauptscharführer, director del Servicio de Identificación fotográfica
de Mauthausen desde junio de 1941 hasta la liberación del campo en mayo de 1945. Los hechos
históricos que rememora a través de analepsis sucesivas se remontan a un arco temporal cuyos ex-
tremos son 1940, año de la llegada del primer convoy de españoles a Mauthausen y 1945, cuando
la liberación del campo gracias a la llegada de las tropas de soldados americanos. Podría definirse
como un narrador omnisciente, siempre presente en escena y homodiegético, ya que no solo es
testigo de los hechos que relata sino que también se cuela dentro del marco narrativo, dando un
brinco temporal y protagonizando él también la representación.
21 Por ejemplo, el bloque colocado a la extrema derecha del escenario, dependiendo de
la presencia de cada actor, sirve de escritorio y remite en unas escenas, a través de un nexo si-
necdótico, al estudio de Ricken y al despacho de Brettmeier (con un cambio en las coordenadas
cronotópicas de la acción escénica); en otras, sirve de mesa de trabajo de Toni y Paco, lo que
sugiere la ambientación escénica en el laboratorio fotográfico; por último, remite a las letrinas,
punto neurálgico de la conspiración de la resistencia española. Se trata de un “espace gestuel”,
es decir, “l’espace créé par la présence, la position scénique et les déplacements des comédiens:
espace “émis” et tracé par l’acteur, induit par sa corporalité” (Pavis, 1996: 141).
416 SIMONA DI GIOVENALE
influencia del arte goyesco de Las pinturas negras y de Los caprichos22 y de la pin-
tura feísta de Gutiérrez Solana23. La iluminación, con sus tintes grises y fríos, crea
en escena un ambiente lúgubre y de pesadilla que parece remitir metafóricamente
al infierno del lager, del que se enseñorea la Muerte, variamente representada: un
esqueleto ataviado de mujer en una grotesca danza macabra, o bien, en la transpo-
sición del Sueño de la muerte de Quevedo, el mismo Hitler, que se expresa con el
tono declamatorio típico de los discursos oficiales públicos, refrendado al final por
el saludo nazi.
Con respecto a la modalidad épica, es oportuno añadir que la contraposición
entre el sujeto, el yo épico monologante, y el objeto, la narración plasmada en el es-
cenario, no completa la totalidad de la obra ya que resulta evidente la intervención
de un artífice externo en el montaje que no se limita a empalmar las escenas que in-
tegran el retablo, sino que también completa el relato con la inserción de fragmen-
tos que quedan fuera del alcance del narrador, lo que aparta la estructura de la pieza
de la modalidad propiamente épica. La función de complemento de la narración,
por así decirlo, está desempeñada también por elementos que integran el espectá-
culo, distintos del texto dramático y resulta paradigmático en este caso el uso de la
música. Por poner un ejemplo, cuando Ricken, justo al principio de la pieza, refiere
la llegada al campo del primer convoy de españoles, también menciona detalles del
suceso que el mismo narrador no pudo haber conocido de forma directa pero que
pueden forjarse en su imaginación gracias al poder de la música, cuya “función
evocativa” ha sido destacada por Simone Trecca (2015: 254) en su artículo sobre
las funciones de la música en la dramaturgia de Laila Ripoll24. En relación con el
teatro de revista, el género se reproduce, a través de la técnica del pastiche, en sus
rasgos expresivos distintivos en lo referente a los números musicales y los recursos
actorales. Dichos números musicales, que suponen un alejamiento deformante de
la materia que se escenifica, se intercalan en el espectáculo y producen un efecto de
extrañamiento à la Brecht, debido al choque entre su tono burlesco y desenfadado y
frívolo escenificado en Mauthausen en 1942 por los españoles del campo, hace expresamente re-
ferencia a Goya: “El colmo del grotesco, el humor de Francisco de Goya hecho carne de escenario
[…] Los grabados de Goya en movimiento” (54).
23 Una secuencia de la escena en la que se transpone el Sueño de la muerte de Quevedo
tren, porque este representa la obsesión que le acosa desde su pasado, la llegada de los convoys
repletos de condenados” (Trecca, 2016: 254).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 417
la gravedad de los asuntos a los que hacen referencia. Basta con citar, por poner un
ejemplo, los versos que encabezan la Canción de la alambrada electrificada para
entender el efecto paródico de dichas composiciones: “Sé que soy la tentación /
ven, no pierdas la ocasión; / ven, que tengo un cablecito / que te arrea un calambri-
to, / yo soy tu liberación” (113). O bien, la presentación del espectáculo El rajá de
Rajaloya, cuyo registro ejemplifica la tónica de los números musicales:
Preso. Señoras y señores, meinedamen un herren […] la fabulosa compañía de
revista “La Española” del KonzentrantionslagerMauthausen (¡toma castaña!, para que
luego digan que a los españoles se nos da mal los idiomas) tiene el placer de presentarles
[…] (53).
imagen o un signo, sino a la cosa necesariamente real que ha sido colocada ante el objetivo […]
nunca puedo negar en la Fotografía […] que la cosa haya estado allí […] Lo que intencionalizo
en una foto […] no es ni el Arte, ni la Comunicación, es la Referencia, que es el orden fundador
de la Fotografía. […] la esencia de la Fotografía consiste en ratificar lo que ella misma representa.
[…] es la autentificación misma” (Barthes, 1990: 135-136, 149-150).
26 Otros personajes también proporcionan información histórica. Un ejemplo entre otros
Se trata de un rasgo distintivo del estilo de Laila Ripoll que forma parte de
sus “convenzioni particolari” (De Marinis, 1982: 126) ya que, efectivamente, en
otras piezas también –Santa Perpetua27 (2010) y Los niños perdidos28 (2005)– la
autora inserta monólogos igual de patéticos que matizan el carácter grotesco de la
representación29.
27 Texto y dirección de Laila Ripoll. Estreno en el Festival Internacional Madrid Sur. Gira
por España y temporada en el Teatro Cuarta Pared. Premio Garnacha al Mejor Actor.
28 Texto y dirección de Laila Ripoll. Estreno en el FIT Madrid Sur, temporada en el Teatro
“María Guerrero” de Madrid, gira por España y participación en el Festival Internacional “Don
Quijote” de París (Francia). Gira por Brasil. Festivales en Bolivia y Honduras. Premio del Público
del Festival de Rivadavia. Premio al Mejor Espectáculo en Gira de la Feria de Huesca. Finalista
Premio Max Espectáculo Revelación.
29 Se trata del intenso monólogo que –en Santa Perpetua– pronuncia la presunta santa, que
en una suerte de trance y como poseída, cuenta los últimos instantes de vida de Zoilo, víctima
joven del odio cainita, matado por los falangistas después de la delación de la misma santa. El
otro monólogo es el de Cucachica en Los niños perdidos, a lo largo del que el niño rememora su
trágica epopeya hasta la llegada en el orfanato.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 419
4. Conclusión
El triángulo azul forma parte del proyecto ético-dramatúrgico, político y es-
tético a la vez, compartido por Laila Ripoll y Mariano Llorente. En efecto la pieza,
tion mimétique d’un rôle. Le performer est d’abord celui qui est physiquement et psychiquement
présent devant le spectateur” (Pavis, 1996: 55).
31 Por ejemplo, en unas escenas parodia a los militares y jerarcas nazis intentando imitar
también el alemán.
420 SIMONA DI GIOVENALE
32 Se hace referencia a los heterogéneos recursos materiales que integran el entramado del
espectáculo: los elementos que componen el diseño escénico, la música, los recursos sonoros y
las proyecciones audiovisuales, las distintas técnicas actorales, etc.
33 Hans-Thies Lehmann señala este rasgo distintivo del teatro postdramático: “[…] within
the paratactical, de-hierarchized use of signs postdramatic theatre establishes the possibility of
dissolving the logocentric hierarchy and assigning the dominant role to elements other than dra-
matic logos and language” (Lehmann, 2006: 93).
34 Isabelle Reck señala este aspecto distintivo de la dramaturgia de Laila Ripoll: “Laila
Ripoll, cuyo teatro indaga en lo impensable […] no podía sino decantarse por lo grotesco, la
única estética capaz de ofrecer el distanciamiento necesario para abordar a la vez de soslayo y
directamente lo insostenible, lo indecible […]” (Reck, 2012: 61).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 421
Referencias bibliográficas
Bachtin, M. (1970). L’œuvre de François Rabelais et la culture populaire au Moyen Âge et sous
la Renaissance. París: Gallimard.
Barthes, R. (1990). La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía. Barcelona: Paidós.
Bermejo, B. (2002). Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen. Barcelona: RBA.
Brecht, B. (1973). Scritti sulla letteratura e sull’arte. Torino: Einaudi.
De Marinis, M. (1982). Semiotica del teatro. L’analisi testuale dello spettacolo.Milano: Bom-
piani.
Gavilanes Laso, J. L. (2005). Mi vida en los campos de la muerte nazis. León: Edilesa.
Guzmán, A. (2012). La memoria de la Guerra Civil en el teatro español: 1939–2009. Universidad
de Salamanca. [Tesis doctoral.]
Lehmann, H.-T. (2006). PostdramticTheatre. London: Routledge.
López Mozo, J. (2014). “El triángulo azul. El exilio de los olvidados”. MadridTeatro, 17/05. http://
www.madridteatro.net/index.php?option=com_content&view=article&id=3559:el-trian-
gulo-azulcritica&catid=290:critica&Itemid=263[20/05/2016].
López Rejas, J. (2016). “Promesa y comprensión”. El Cultural, 18/04. http://www.elcultural.com/
revista/escenarios/Promesa-y-comprension-de-El-triangulo-azul/34511[20/05/2016].
Pavis, P. (1996). L’analyse des spectacles. París: Nathan.
Pike, D. (2003). Españoles en el Holocausto: vida y muerte de los republicanos en Mauthausen.
Barcelona: Mondadori.
Preston, P. (2011). La guerra civile spagnola. Reazione, rivoluzione, vendetta. Milano: Oscar
Mondadori.
Reck, I. (2012). “El teatro grotesco de Laila Ripoll, autora”. Signa. Revista de la Asocia-
ción Española de Semiótica 21, 55-84 (también en https://dialnet.unirioja.es/servlet/
articulo?codigo=3831737.[20/05/2016]).
Ripoll, L. y Llorente, M. (2014). El triángulo azul. Madrid. Centro Dramático Nacional.
Roig, M. (1978). Noche y niebla. Los catalanes en los campos nazis. Barcelona: Península.
Steiner, G. (2005). La barbarie dell’ignoranza. Roma: Nottetempo.
Szondi, P. (1962). Teoria del dramma moderno(1880-1950). Torino: Einaudi.
Trecca, S. (2016). “Funciones dramatúrgicas de la música en la puesta en escena de Cancionero
republicano y El triángulo azul, de Laila Ripoll”. En Teatro y música en los inicios del
siglo XXI, José Romera Castillo (ed.), 247-258. Madrid: Verbum.
El mesianismo apocalíptico
en el teatro de Angélica Liddell
The apocalyptic messianism
in Angélica Liddell’s theatre
1. Introducción
La Biblia es la referencia más relevante en todos los campos artísticos. Sin
embargo, no es hasta los años sesenta en que esta mediación da un salto, pudiera
calificarse de místico, para las artes escénicas. Con Artaud como inspiración, el
Wiener Aktionismus, de 1962 a 1970 (Badura-Triska y Klockert, 2011), y Jerzy
Grotowsky con su montaje de El príncipe constante de Calderón en 1968 (Gro-
towsky, 1999; Barba, 2000), convierten el cuerpo del propio creador en el material
de trabajo, llevándolo a situaciones límites en las que la auto-agresión suponía
el camino de exploración, recogiendo la estrategia cristiana, ya revelada por los
Profetas del Antiguo Testamento, del martirio del Yo como herramienta de subli-
mación.
Si bien en las artes escénicas españolas del XX y XXI la influencia bíblica
se presenta de muy diversas formas, siempre fue y ha sido usada como ficción
(Domínguez Matito y Martínez Berbel, 2012), la singularidad de Angélica Liddell
proviene de haber recogido la estrategia del cordero sacrificial en su propio Yo
422
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 423
como medio de sublimación, lo que aleja sus obras de la tradición teatral para
acercarla a la tradición mística española de San Ignacio de Loyola, Santa Teresa
de Ávila y San Juan de la Cruz, si bien en un sentido radicalmente opuesto, como
se verá.
La presencia del Mesianismo en la obra de Angélica Liddell no se limita a
símbolos parciales sino que implica la totalidad de su sentido. De ahí que su trabajo
suponga ya un documento cultural en el que contrastar la efectos sociológicos de
una parte de la sociedad española, la oligarquía militar de la que Liddell procede
(Eguía, 2013: 47) que la educó con firmeza dentro de los valores tribales, nacio-
nalistas, bélicos y religiosos de una dictadura que ajustó para sí los principios del
cristianismo, con una jerarquía inamovible que formalizaba sus estructuras me-
diante un código ritual propio y que, con la apertura de España hacia los valores
fundacionales de la contemporaneidad (Berenguer, 2007: 7), la adaptación devino
imposible para ciertos grupos, lo que se tradujo en una intento por restaurar las
estructuras cerradas aprehendidas, ya fuera mediante acciones de reacción, como el
golpe de Estado del 23F, o generando otro código ceremonial propio en el plano de
la ficción, como en el caso de Liddell (Eguía, 2013: 666). “Estoy crucificada entre
ruina y ruina, de manera que sólo puedo evitar la humillación eligiendo el orden”
(Liddell, 2015: 114) ya que nació “incapaz de sobrevivir a la hostilidad del mundo”
(115) dirá en La novia del sepulturero.
En este trabajo se trazará la evolución de la relación de Liddell con la idea bí-
blica del Mesías, desde el tránsito de tomar para sí la estrategia de auto-inmolación
mesiánica como la más adecuada a sus fines estéticos e ideológicos, hasta dedi-
carse explícitamente a temas cristianos, ahondando así en una de las conclusiones
de mi tesis doctoral (Eguía, 2013) pero esta vez aplicadas al posterior teatro de
Liddell. Así mismo, con ello se plasmará una guía para futuros estudios sociológi-
cos sobre la relación entre religión y sociedad en la España contemporánea con el
texto teatral como prueba documental.
3. La gnosis de la resurrección
Una particularidad definitoria del sacrificio mesiánico resulta al aparcar el
sentido nominalista del cristianismo que, como sintetiza Popper, “nos dice cier-
tamente que la única manera de demostrar la propia fe consiste en prestar ayuda
(mundana) práctica a aquellos que la necesitan” (Popper, 2006: 487), para tomar de
manera aislada el esencialismo idealista respecto a la resurrección de los muertos,
resumido en que con ella “se siembran cuerpos corruptibles y resucitarán inco-
rruptibles; se siembran cuerpos humillados y resucitarán gloriosos; se siembran
cuerpos puramente naturales y resucitarán cuerpos espirituales” (1 Corintios 15,
42-44), es decir, la destrucción corporal como ascesis para la elevación espiritual,
en palabras de Liddell: “se muere en corrupción y se resucita en incorrupción”
(Liddell, 2015: 33). En síntesis, “hay algo mediocre en lo terreno / y maravilloso
en lo absoluto, / y es el ansia de absoluto lo que nos hace desgraciados en los de-
siertos de la realidad, / porque la realidad atrofia el deseo, / pero lo divino lo exalta.
/ Mírame” (22). De ver a los seres humanos como “amigos” de Dios (Juan 15: 14)
e incluso “hijos adoptivos” de Dios (Romanos 8, 15), Liddell usa el idealismo para
contraponerlo como “mero contenedor de materia” (Liddell, 2014: 21), lo que ya
había descrito como una “roña [que] es incapaz de reconocer lo bueno, lo bello,
lo importante y lo eterno” (Liddell, 2003: 63-4), por lo que deviene coherente que
prefiera que lo material desaparezca para dejar paso a las esencias, o “que un piano
suene solo a que lo toque cualquier gilipollas” (Liddell, 2014: 14). La ideología
de la obra de Liddell, por tanto, implica para su desarrollo un axioma apocalíptico
(Eguía, 2013: 564-576) en el que el ser humano, Malo por ley natural (Topolska,
2014, pág. 303; 308) y no por responsabilidad normativa, un conglomerado de
“tantos seres humanos juntos, y todos destruidos, y todos aniquilados, y todos en-
fermos” (Liddell, 2011a: 98), desaparezca. Como promulga al final de La Casa de
la fuerza: “Un hombre sólo necesita fuerza para comprar un clavo y un trozo de
cuerda. Si es capaz de salir a la calle a comprar esas dos cosas ya puede ahorcarse.
Ésa es la base de toda esperanza” (Liddell, 2011a: 127).
El proceso para alcanzar esta convicción determinista también bebe del cris-
tianismo. Retomando el discurso del dolor y el rencor al entorno social iniciado
en Monólogo necesario…, proseguirá con la idea de que “es necesario haber ama-
do mucho, haber confiado mucho, y haber llorado mucho para llegar hasta aquí”
(Liddell, 2014: 18), un aquí que se entiende como resurrección en la que adquirió
la gnosis sobre el determinismo de la Maldad humana. Cf. con Lucas, 9: 22, “El
hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los
sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día” o
Lc. 24, 7, “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los pe-
cadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día”. En la analogía liddelliana,
los sumos sacerdotes y escribas apuntarían a esos intelectuales anteriormente vili-
pendiados, mientras que los pecadores a la “roña material” ya descrita. La adqui-
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 427
Una soledad que le lleva a únicamente desear beber su vino y comer su pan:
“No quiero comulgar. / Compartir infecta” (40). De igual modo, tal afán de muerte
que resume en “odiarás a los otros tanto como a ti mismo” (37), subvierte la máxi-
ma cristiana de amar al próximo como a uno mismo (Lucas 10, 27). Esta particular
ascesis hacia la sapiencia es lo que la empuja a erradicar toda esperanza en el ser
humano y a propagar el antihumanitarismo durante casi tres décadas: “Que no
vuelva a ser concebido un solo niño más sobre la tierra” (61) será la última frase de
Maldito sea el hombre… Además, el don de la videncia respecto al entorno reali-
menta el sacrificio mesiánico ya que, como escribe en el diario La novia del sepul-
turero, “Dios […] me sentenció con la desgracia de la clarividencia monstruosa”
(Liddell, 2015: 115). Sin embargo, tal “desgracia” será planteada como signo de
superioridad frente a la roña, ya que “todo en ti irradia la pasión de los elegidos,
como en un Evangelio” (103).
Una característica que blinda y ayuda a la efectividad de su ideología es la
exigencia del salto de fe a la manera de Kierkegaard (1982: 49), es decir, que la
única manera con la que Liddell permite al receptor asomarse a sus obras es que
se acepte la consciencia posible liddelliana como real o, de lo contrario, se verá
arrinconado al grupo de la roña incapaz de alcanzar la Verdad suprema y entrar al
grupo de los indignos que “pisotean y encima se cagan en ello y eructan, y atosigan
de tocino sus estómagos, y se rascan los huevos y el coño, y se meten los dedos en
el culo, y se los huelen y se excitan como jabalíes delante del televisor” (Liddell,
2003: 63-4). Incluso si pudiera quedar algún resquicio humanitarista entre el res-
petable, como alerta en Maldito sea el hombre…:
Y tú dirás, ‘pero hay que respetar al ser humano’ […] Si dices esa estupidez es
que no has llorado todavía lo suficiente. […] No has acumulado decepciones suficientes
/ para levantar una montaña inmensa de mierda. / No te han jodido la vida lo suficiente.
/ Métete tus buenas intenciones por el culo. / Métete tu falso amor al prójimo por el culo.
/ Métete tu buen rollito de pequeño-intelectual- / burgués-europeo-responsable dedicado
a la cultura / por el mismísimo culo (Liddell, 2014: 17).
428 JESÚS EGUÍA ARMENTEROS
nes de mi tesis doctoral (Eguía, 2013: 683). Cuando en la última frase de You are
my destiny Liddell afirma que “El tiempo de lo sagrado ha comenzado” (Liddell,
2015: 45) constata un paso lógico en su evolución: la asunción explícita de la
identificación mesiánica, siempre en base al particular Evangelio apocalíptico ya
descrito. Así, en Primera carta… desglosa, al fin en clave religiosa, su estrategia.
Primero, el deseo de entrega absoluta, de donación radical, “vivir para alguien”
(19), rol que representa el Otro, el público, para así afeitarse la cabeza (22), desnu-
darse y llenarse de oprobio para alcanzar la gnosis del Espíritu y ser sublimada a
la manera del Sumo Sacerdote Melquisedec (Hebreos 7, 1-10), es decir, Jesucristo:
“Yo soy la novia y el sacerdote al mismo tiempo” (Liddell, 2015: 23), porque “a
más castigo, más alabanza” (24). Y sólo a través de esta sublimación logrará per-
suadir de su Palabra, es decir, de su particular ideología en la que se trasmuta el
Ágape cristiano en la necesidad de aniquilación del mundo.
Así, la Mesías Liddell utiliza tal Verdad superior a la manera del Cantar
de los Cantares, refiriéndose a ella como el Amado que le da su “espíritu” y la
“acompaña en el valle tenebroso” (26). Sin embargo, este Amado supone un amor
ensimismado y sin salida precisamente por su negación radical del entorno: “Cuan-
do llega el que debe ser amado, estará en todas partes, estará en ti, pero aun así tú
nunca estarás con él ni en él” (99). Emulando a Kierkegaard, Liddell “es mítica a
la manera de una religión natural encerrada en sí y sin salida” (Adorno, 2006: 226).
Por ello, manteniendo el paradigma de Monólogo necesario para la extin-
ción de Nubila Wahlheim y Extinción, el mesianismo explícito de Liddell en el
Ciclo de las resurrecciones busca “transformar el vino en sangre” (36), una auto-
destrucción pero en la que ella alcanzase, en tanto que Mesías, la exaltación de su
Palabra, que, al igual que Cristo, es Ella misma: “Sacad al bebé al frío invierno y
cantad, cantad hasta que el bebé muera congelado, pues ese es el salmo que llevo
en mis entrañas” (53).
5. Conclusión
En coherencia con la conclusión XVII de mi tesis doctoral, sobre el teatro
de Liddell, de 2010 a 2015, sigue acusando la mediación psicosocial ya descrita
del estamento militar del Franquismo tardío (Eguía, 2015: 39-57), creando en la
autora un conjunto de motivos que le han llevado a evolucionar a una estrategia
artística explícita de emulación a Cristo, si bien recogiendo solo su idealismo, el
contraste entre carne y espíritu con el que justificar su visión del mundo: el ser
humano es Malo, por Ley Natural, y por tanto condenado a la autodestrucción de
manera historicista. Tal religión o ideología no implica nada práctico que supon-
ga mejora, sino la implementación en términos totales, del anti-humanitarismo.
Con todo este despliegue dramático e ideológico, finalmente el único fin resulta su
propia exaltación, la necesidad de una auto-sublimación que parece responder a la
430 JESÚS EGUÍA ARMENTEROS
dificultad para gestionar «la tensión de la civilización» (Popper, 2006: 192) de una
parte de la ologarquía Franquista de donde Liddell proviene y que, con la pérdida
de privilegios, acentuó su incapacidad de adaptación a la incertidumbre constante
de la sociedad abierta, algo que al hablar de sí misma la propia Liddell define
como incapacidad “de sobrevivir a la hostilidad del mundo” (Liddell, 2015: 115).
Referencias bibliográficas
Adorno, Th. W. (2006). Kierkegaard. Construcción de lo estético. Obra completa II. Madrid:
Akal.
Arendt, H. (2006). Los orígenes del totalitarismo. Madrid: Alianza Editorial.
Badura-Triska, E. & Klockert, H. (2011). Wiener Aktionismus: Kunst und Aufbruch im Wien der
1960er-Jahre. Wien: Verlag Der Buchhandlung König.
Barba, E. (2000). La tierra de cenizas y diamantes: mi aprendizaje en Polonia. Barcelona: Oc-
taedro.
Benedicto XVI (2007). Jesús de Nazaret. Primera parte. Desde el Bautismo a la Transfiguración.
Madrid: La Esfera de los Libros.
–––––––––– (2011). “Salmo 23”. En Audiencia General, 05/10/. URL: http://w2.vatican.va/
content/benedict-xvi/es/audiences/2011/documents/hf_ben-xvi_aud_20111005.html
[20/05/2016].
–––––––––– (2012). La infancia de Jesús. Barcelona: Planeta.
Berenguer, A. (2007). “Motivos y estrategias: introducción a una teoría de los lenguajes escéni-
cos contemporáneos”. Teatro: Revista de Estudios Teatrales 21, 13-29.
Domínguez Matito, F. y Martínez Berbel, J. M. (eds.) (2012). La Biblia en el teatro español.
Vigo: Academia del Hispanismo / Fundación San Millán de la Cogolla.
Eguía Armenteros, J. (2013). “Motivos y estrategias en el teatro de Angélica Liddell” (Tesis
doctoral). Teatr@, Revista de Estudios Culturales 27. Monografía. (también en http://
digitalcommons.conncoll.edu/teatro/vol27/iss27/1/ [15/05/2016]).
Europa Press (2007). “El CDN estrena el último montaje de Angélica Liddell, una función sobre
los problemas de un teórico mundo perfecto”. Agencia Europa Press, 06/11/ (también en
http://www.europapress.es/cultura/noticia-cdn-estrena-ultimo-montaje-angelica-liddell-
funcion-problemas-teorico-mundo-perfecto-20071106152920.html [16/05/2016)]).
Goldmann, L. (1959). Le dieu caché; étude sur la visión tragique dans les Pensées de Pascal et
dans le théâtre de Racine. París: Gallimard.
–––––––––– (1975). Marxismo y ciencias humanas. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
Grotowski, J. (1999). Hacia un teatro pobre. Madrid: Siglo XXI.
Kierkegaard, S. (1982). El concepto de la angustia. Madrid: Espasa Calpe.
Liddell, A. (2001). “Haemorroísa / Haemorroísa hasta el polo Norte o Haematuria survivor
killer”. Ophelia. Revista de Teatro y otras artes 5, 26-43.
–––––––––– (2003). “Monólogo necesario para la extinción de Nubila Wahlheim y Extinción”.
En Teatro Americano Actual, I Premio Casa de América Festival Escena Contemporánea
de Dramaturgia Innovadora, 13-123. Madrid: Casa de América.
–––––––––– (2004). “El tríptico de la aflicción”. Acotaciones. Revista de Investigación Teatral
12, 67-170.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 431
1.ª parte. Monólogos para tres actrices. Seis interludios musicales: El Corrido de
Chihuahua / La Tequilera / El preso número 9 / Por un amor / La muerte / Sin sangre en
las venas.
2.ª parte. “Texto del vídeo” / “Textos de amor a un muñeco de plastilina” / “Las
Tres Hermanas”. Cinco interludios musicales: Cum dederit / Muñeca de trapo / Dulce
locura / Cum dederit / Rata de dos patas.
3.ª parte. “El caso de Paulina” / “El campo del algodonero” / “Pongo mi espíritu”
/ “Las Tres Hermanas – Último acto” / “Textos para un forzudo”. Cinco interludios
musicales: A chismearle a tu madre / Song to the Siren / Ne me quittes pas / Love Me
Tender / Si me das a elegir.
Conviene recordar que existe una voluntad de ruptura con cualquier clase
de clímax o armonía, incluso en cuanto a la posibilidad de una armonía buscada a
través de la música. Es como si la música llegara desde el más puro inconsciente,
sin ninguna voluntad de ser insertada dentro de una textualidad narrativa lógica (al
menos musical lógica), más allá de la expresión a pinceladas gruesas de melanco-
lía, por un lado, y de un machismo atroz, por otro. Porque, al igual que las palabras
del texto artístico, las palabras musicales se convierten en parte del sudor de este
gimnasio de entrenamiento emocional. Para concretar de manera más explícita lo
que vengo diciendo, baste con observar la lista de autores que tras estas letras
descansan: Pedro Lille y Felipe Bermejo, Alfredo D’Orsay, Roberto Cantoral, Gil-
berto Parra, José Alfredo Jiménez, Antonio Vivaldi, La oreja de Van Gogh, Manuel
Eduardo Toscano, Grupo Exterminador, Tim Buckley y Larry Beckett, Jaques Brel,
Elvis Prestley y Vera Matson y Juan Salazar (Los Chunguitos). El espacio musical
de la obra constituye un aspecto muy importante de la misma, dado que en con-
junto, la interpretación de las diferentes canciones constituyen casi una hora del
espectáculo que propone la autora desde el texto.
1.1.1. E l d o l o r e n l a p o i e s i s
En un artículo de reflexión acerca de su propia escritura dramática, titulado
“Abraham y el sacrificio poético” (Liddell, 2011), la autora nos ilustra sobre sí
misma con unas palabras muy reveladoras acerca del dolor y la transgresión social
que conlleva toda poiesis, además de la necesaria aceptación de la imposibilidad de
comprensión intelectual plena de la misma. Lo que en definitiva nos está diciendo
Liddell es que el acto poético-dramático pasa por el cuerpo y es solo a través del
cuerpo sacrificado como podemos experimentar el arte performativo:
para que se produzca esa reconfiguración […] El sacrificio poético, por su propia na-
turaleza está formado por todo aquello que la gente no quiere escuchar (Liddell, 2011:
249-252).
1.1.2. D e l d o l o r a l Y o ( N o ) : l a t é c n i c a d e l d o c u m e n t o
La recuperación del hombre para la propia humanidad. Solo a través de una
fe ciega en el arte se logrará dar el paso decisivo para esa recuperación de la espe-
cie humana a partir de ella misma. Dentro de esta línea que venimos estableciendo
desde la propia reflexión de la autora, cabe considerar las palabras del investigador
Óscar Cornago, quien nos habla en el epílogo del libro del “dolor como principio
de realidad” (Cornago, 2015: 131-132) en el teatro de Liddell, intentando entender
eso que para la propia autora es INCOMPRENSIBLE, a partir de una negación
como gesto que implica una fragmentación que debe incorporar “las voces de los
otros”:
Entre sus líneas parece oírse una voz oscura que afirma con rotundidad Yo (No)
y que en su hacerse implica a todo el que la escucha. En ese gesto de negación está la
pregunta por una sociedad imposible; por eso nos molesta, porque formamos parte de
esa sociedad. Y seguro que no es un azar que sean estos y no otros los textos que se
incluyen en una publicación de este tipo. Por eso están hechos de fragmentos y trozos,
constituidos con las voces de los otros, textualidades prestadas como restos que nos
habitan, las voces de los que nos hirieron y de los que nos amaron, las voces de los
muertos, de los libros y los profetas, de las canciones que no tienen autor porque han
sido cantadas mil veces en noches de alcohol y madrugadas sin sentido, materiales de
deshecho (Cornago, 2015: 135).
Me parece interesante apreciar que ese espacio del Yo (No) del que nos habla
Cornago en su epílogo, lo suple Angélica Liddell con el documento. Es ahí donde
436 ANTONIO CÉSAR MORÓN
residen esas “textualidades prestadas como restos que nos habitan”, de las que nos
habla el crítico. De manera que la autora (No) Es a través del fragmento que puede
ser documental o no. Los documentos funcionan aquí a modo de asunción psicoló-
gica individual que proporcionan los diferentes materiales para la historia personal,
autobiográfica, vivida de forma tanto consciente como inconsciente.
1.2.1. E
l arte de la interpretación como angustia
de un oficio: la autobiografía escénica
Las tres hermanas que retratara el autor ruso no pueden escapar del tedio
porque no están en forma, no se han entrenado para escapar de un mundo del que
están presas emocional, educacional y culturalmente. Olga y sus hermanas son el
ejemplo palpable del sometimiento; de una dominación machista que siempre ha
existido porque es connatural al hombre.
438 ANTONIO CÉSAR MORÓN
2. Los documentos
A partir de las perspectivas descritas hasta ahora, tanto en cuanto a la técnica
de composición de la obra como en cuanto a la temática mostrada como sentidos de
facto que habitan en la obra, Liddell se enfrenta a los documentos utilizados acerca
de las violaciones y asesinatos de mujeres y niñas en Ciudad Juárez. Concretamen-
te se centra en dos casos: “El Caso Paulina” y “El Campo del Algodonero”, para
después continuar relatando una “Lista de crímenes de Ciudad Juárez que Cynthia
leyó en su cocina”, donde se enumeran los nombres de Angelina, de 16 años; “una
mujer de 35”; Verónica; Mireya, de 20 años; Esmeralda, de 13 años; Yolanda;
María, de 11 años; Lorenza, de 23 años; Gladis; Guillermina, de 15 años; y Sonia,
de 13 años (Liddell, 2015, 116-117). Acerca de cada una de ellas se especifica el
crimen cometido.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 439
mos (eso en cuanto a los niños; en cuanto a los hombres ya adultos, como veíamos
anteriormente, lo que les pide es valor para ahorcarse).
¿Estamos ante una obra transgresora o ante una obra en la que “la capacidad
provocadora de Angélica Liddell proviene [de ser] políticamente correcta hasta el
hartazgo”, como nos sugiere Lector Mal-herido en un post sobre el montaje, pu-
blicado en su blog en el año 2011? El feminismo radical como discurso en el que
se embarca la autora, actriz y directora ciertamente es aceptado por la sociedad en
su planteamiento teórico. Ahora bien, considero que llevarlo al teatro y exponerlo
desde la propia corporalidad, sí es un acto transgresor en el que Liddell remueve las
vísceras que envuelven el tegumento entre el arte y la vida; el abismo psicológico
y el cultural.
Referencias bibliográficas
Cimac Noticias (2008). “Recibió CoIDH documento sobre feminicidio en Campo Algodonero”.
En Cimac Noticias. Periodismo con perspectiva de género, http://www.cimacnoticias.
com.mx/node/46317 [21/05/2016].
Cornago, Ó. (2015). “Anotaciones al margen”. En La casa de la fuerza. Te haré invisible con mi
derrota. Anfaegtelse, A. Liddell, 129-140. Segovia: La Uña Rota.
El Tejido Del Tiempo (2009). “Notas sobre La casa de la fuerza, de Angélica Liddell”. Teatrón,
http://www.tea-tron.com/cmc/blog/2009/11/18/hello-world/ [21/05/2016].
El Real De Chihuahua (2008). http://www.elrealdechihuahua.com.mx/not_detalle.php?id_n=
9307 [21/05/2016].
Lector Mal-Herido Inc. (2011). “La casa de la fuerza, de Angélica Liddell”, https://lectormalhe-
rido.wordpress.com/2011/11/10/la-casa-de-la-fuerza-de-angelica-liddell/.
Liddell, A. (2011). “Abraham y el sacrificio dramático”. En Repensar la dramaturgia. Errancia
y transformación, VV. AA., 243-252. Murcia: CENDEAC.
–––––––––– (2015). La casa de la fuerza. Te haré invisible con mi derrota. Anfaegtelse. Segovia:
La Uña Rota.
–––––––––– “La casa de la fuerza. Trailer”, https://www.youtube.com/watch?v=qy1QmZRQKwg
[21/05/2016].
Medina Quiroga, C. (2009). “Caso González y otras (‘Campo Algodonero’) vs. México. Senten-
cia de 16 de noviembre de 2009”, http://www.campoalgodonero.org.mx/sites/default/files/
descargables-estatico/Sentencia_Campo_Algodonero.pdf [21/05/2016].
Pijuan, A. (2011). “La casa de la fuerza, el odio infinito de Angélica Liddell”. En Koult,
http://www.koult.es/2011/02/la-casa-de-la-fuerza-el-odio-infinito-de-angelica-liddell/
[21/05/2016].
Vallejo, J. (2009). “Por las revueltas de Angélica Liddell”. El País, http://elpais.com/dia-
rio/2009/10/17/babelia/1255738359_850215.html [21/05/2016].
La puesta en escena de la intimidad
en algunas creadoras del siglo xxi
The staging of privacy
in some creators of the century
1. Introducción
La cultura contemporánea acentúa el consumo con sed de veracidad. Se ha
creado una alfabetización de lo que es real y de lo que es ficcional, lejos de ser
verdadero. Lo verosímil y lo verdadero se confunden. Ya uno de los preceptos
aristotélicos hacía referencia a la característica de verosimilitud indispensable en
el arte, siendo preferible lo imposible verosímil en lugar de lo posible inverosímil.
442
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 443
2. Estrategia de la intimidad
perdidas. Tienen sus propias vidas, cuentan sus propias historias, como casas abando-
nadas. Los zapatos nos acompañan, caminan y viajan: son una de nuestras posesiones
más íntimas. Envejecen con nosotros guardando nuestros secretos y nuestras memorias
más íntimas.
no se debe olvidar que dos tercios de la población mundial nunca tendrán acceso
a Internet, o sea, que en cuestión numérica el You a que se refiere la revista Time
está hablando de la clase media y alta del mundo desarrollado. Este You es el sujeto
donde reside la metamorfosis de la cultura global y la Historia se construye solo a
partir de esta parcialidad:
Esos miles de millones de personas que, no obstante habitan este mismo planeta,
son los “excluidos” de los paraísos extraterritoriales del ciberespacio, condenados a
la gris inmovilidad local en plena era multicolor del marketing global. Y lo que quizás
sea más penoso en esta sociedad del espectáculo, en la que sólo es lo que se ve: en ese
mismo gesto, también se los condena a la invisibilidad total (Sibilia, 2008: 30, 31).
De esta manera la sociedad del espectáculo identifica a las personas sólo por
lo que se ve de ellas, condicionando también los modos de ser de cada individuo.
En el caso de Angélica Liddell (Figueres, 1966) cabe tener presente como
esta creadora plantea su yo escénico en el yo real fuera de los escenarios y como la
producción de su teatro se condiciona por estos modos de ver y los modos de ser.
Los últimos años ha colgado en sus desaparecidos blogs imágenes de fuerte sexua-
lidad, abyección y violencia en un ambiente privado, como era su casa, la cocina,
la bañera, el sofá del comedor y también colgó, a modo de diario íntimo, como si
de un antiguo diario de abordo se tratara– sus autorretratos situados en los hoteles
donde se alojaba durante las funciones teatrales. Todo ello con un alto grado de es-
teticismo, referencias artísticas por doquier e imágenes impactantes. Allí no había
espectáculo, pero si espectadores; no había puesta en escena, pero sí escenografía,
actriz sólo una, ella.
El uso de la web como comunicación con los otros (también con el público
que le sigue la pista) puede considerarse una estrategia para que el yo escénico
sobrepase las fronteras de lo real, Liddell cruza el umbral escénico y lo amplia en
una proyección en red donde la información con el espectador es recíproca. En el
espectáculo teatral La casa de la fuerza (2009) recoge en el escenario sus experien-
cias personales y explica en un monólogo cuidadosamente verosímil como mostró
su cuerpo en la web, como se ha masturbado y cómo ella accedía a casi todo lo que
hombres anónimos le iban pidiendo. En sus manifestaciones privadas responde a
un activismo violento que también se puede ver en escena, estamos hablando de la
estrategia de la intimidad:
La virtud de la buena literatura (del buen teatro y del buen cine) no consisten en
hacernos vivir Las Otras vidas que no Podemos vivir en una sola, sino en aproximarnos
a la vida de los otros. No es lo mismo acompañar a los personajes en peripecias biográ-
ficas que nos son ajenas que acercarse verdaderamente en la vida de otra persona. Esto
es lo que propicia la estrategia de la intimidad (Sánchez, 2009: 167).
446 MERCÈ BALLESPÍ VILLAGRASA
En Liddell parece no haber escisión entre vida y oficio, entre vida y arte y
el espectador- sea internauta o no- tiene la sensación de compartir su vida y su
sufrimiento. Las últimas entradas de la artista se recogen en Via Lucis (2015), ex-
posición de autorretratos con poemas (El lugar sin límites) en el Centro Dramático
Nacional.
Picó en el panorama escénico español, fue el primero de los actuales 15 montajes profesionales
producidos.
2 Hacemos referencia al concepto de Judith Butler (Cleveland, 1956) en toda su inves-
tigación feminista y posestructuralista acerca del género como construcción social, cultural e
histórica.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 447
Cuando cruza una habitación o llora por la muerte de su padre, a duras penas
evita imaginarse a sí misma caminando o llorando. Desde su más temprana infancia se
le ha enseñado a examinarse continuamente. […] Tiene que supervisar todo lo que es y
todo lo que hace porque el modo en que aparezca ante los demás, y en último término
ante los hombres, es de importancia crucial para lo que normalmente se considera para
ella éxito en la vida. Su propio sentido de ser ella misma es suplantado por el sentido de
ser apreciada como tal por otro (Berger, 1980: 54).
3 Íntimo y personal es la performance que escribió Ester Ferrer (San Sebastián, 1937),
miembro del grupo Zaj y Premio Nacional de Artes Plásticas, en 2008, donde los espectadores
tenían que seguir las instrucciones textuales de la performer. En la representación de 1998 en el
MACBA se recoge el documento visual de la acción.
450 MERCÈ BALLESPÍ VILLAGRASA
del mundo que nos rodea condiciona el activismo artístico con la percepción de ser
el artista creador que mueve los hilos de un cuerpo, el propio.
En el momento en que las convenciones artísticas se han diluido surge la
revolución del espacio íntimo. En el caso de la convención teatral la disolución
afecta no solo a la línea definitoria de quién es el público y quienes los actores sino
también al espacio de representación, así pues ¿en qué territorio nos movemos? ¿tu
casa, tu pantalla de ordenador, tu móvil? ¿la bañera?
El aquí y ahora de la interpretación actoral se desplaza a un nuevo espacio de
representación. La verosimilitud que a nivel interpretativo es requisito indispensa-
ble de los intérpretes se traslada en un nuevo plano escénico: los actos íntimos del
individuo en particular se representan en el espacio público, estas particularidades
del individuo son mostradas sin pudor como es una exposición fotográfica o una
representación teatral, constituyendo un documento tangible y público sobre la
intimidad. De manera que la intimidad expuesta constituye la estrategia de rebelión
contra el poder.
Referencias bibliográficas
Ballespí, M. (2014). De la bellesa a la convulsió escènica: Marta Carrasco, Sol Picó i Angélica
Liddell. Vint anys creant. Tesis doctoral, dirigida por Mercè Saumell. UAB-Institut del
Teatre.
Berger, J. (1980). Modos de ver (trad. de Justo G. Beramendi). Barcelona: Gustavo Gili.
Butler, J. (2006). Gender trouble: feminism and the subvesion of identity. New York: Roudledge.
Hoghe, R. (2009). “Aproximación a Pina Bausch y su teatro. Hacia mí – Una rama, un muro”
(trad. de Andreu Carandell). Primer Acto 331, 108-118.
Giménez, C. (2007). “Soy Angélica Liddell”. Matador Revista de Cultura Ideas y Tendencias,
volumen K, 43.
Pardo, J. L. (2011). Conferencia: “La transformación de la intimidad” en el Centro de Cultura
Contemporánea de Barcelona, el 30/06/, recuperada de http://www.cccb.org/ca/activitats/
fitxa/la-transformacio-de-la-intimitat/217878 [24/05/16].
Sánchez, J. A. (2009). “Vivencias literarias del cine y del teatro”. En Querido público. El espec-
tador ante la participación: jugadores, usuarios, prosumers y fans, Ignasi Duarte y Roger
Bernat (eds.), 149-172. Murcia: Centro Párraga / Centro de Documentación y Estudios
Avanzados de Arte Contemporáneo y Elèctrica Produccions.
Sibilia, P. (2008). La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica
de Argentina.
Vallejo, J. (2009). “Por las revueltas de Angélica Liddell”. Diario El País. 17 de noviembre,
recuperada de http://artesescenicas.uclm.es/index.php?sec=criti&id=74&PHPSESSID=
azhwlexmmzvpjcee [24/05/16].
Ensayos con bate de béisbol:
género y poder en el teatro de Juana Escabias
Rehersals with a beisbol bat:
gender and power in Juana Escabias’ theater
1. Introducción
La extensa producción dramática de Juana Escabias responde a una visión
estética, política y feminista de enorme congruencia. La dramaturga confía en
el poder transformador de un teatro que indaga en los conflictos más primitivos
y ancestrales del ser humano, invitando al público a confrontar la realidad con-
temporánea pero también toda una herencia de mitos, símbolos y fósiles (Martín
Clavijo, 2014: 315) de la puede extraer lecciones válidas. Esa visión optimista y
revolucionaria, que reclama que el arte puede y debe servir para transformar el
mundo (Martín Clavijo, 2014: 322), se asienta sobre un análisis y una cosmovisión
que resalta los tonos crudos de la violencia al tiempo que indaga en el ejercicio
451
452 ANA MARÍA DÍAZ MARCOS
1 Las obras Cautivas, Whatsapp, No le cuentes a mi marido que sueño con otro hombre…
2014: 313). Estamos ante un teatro que busca concienciar, revelando la identidad
y rasgos del depredador, reconociéndonos a veces en él, y arrojando luz sobre la
ferocidad de nuestro sistema para deslumbrar y despertar al público de la aneste-
sia. Estamos ampliamente entrenados en la violencia explícita y verbal a través
de productos culturales como el cine, los videojuegos y la televisión, se nos ha
socializado en esa lógica hasta tal punto que parece permisible o invisible y obras
que incomodan tanto al espectador como Tierra convexa o Apología del amor, nos
fuerzan a articular una mirada crítica y asumir una actitud reflexiva desde el cono-
cimiento, pues solo desde la revelación será posible trasformar el sistema y crear
alternativas. La reiteración de la violencia y su ensayo escénico muestran las grie-
tas de un orden que hace uso constante del terror y la represión para perpetuarse.
Los escenarios que propone Escabias se constituyen en espacios privile-
giados de denuncia que documentan y negocian problemas, realidades y usos del
presente sin dejar de lado cuestiones trascendentales. En este sentido, su propues-
ta teatral no sólo disecciona las vísceras y ramificaciones del poder en todas sus
posibles variantes sino que revela y abre en canal los mecanismos que afianzan la
hegemonía y favorecen la opresión, articulando un enfoque de género que trascien-
de la denuncia para aportar “una propuesta de transformación de esa realidad de
discriminación y marginación que […] resulta convergente con procesos sociales
de transformación de la sociedad toda, o sea, del poder” (Rauber, 2003: 32). Esca-
bias ha afrontado con su teatro una difícil tarea ética y estética: fotografiar, relatar,
exponer, explicar la violencia para abrir un espacio desde el que sea posible desac-
tivarla y desmantelarla, pues solo entonces será posible articular otro orden basado
en principios alternativos.
El poder puede definirse como una forma de dominación que permite el con-
trol de un grupo sobre otro, reforzando la desigualdad y la marginación y favore-
ciendo al grupo dominante, estratificando así, por ejemplo, a los hombres sobre
las mujeres, una clase sobre otra, una etnia o cultura sobre otra (Hierro, 1994: 76).
Las relaciones de poder se sirven de la violencia y la reproducen constantemente
para apuntalar y mantener un sistema asimétrico, desigual y patriarcal, el orden de
la competición y la explotación. Esta radical desigualdad en las relaciones perso-
nales, políticas, de clase o sexo aflora constantemente en la dramaturgia de Esca-
bias que nos muestra múltiples formas de autoridad, influencia, y (des)obediencia.
Estos dramas presentan una visión sutil y demoledora que logra incomodar, crear
desazón y obliga a abrir los ojos desenmascarando nuestra participación y aquies-
cencia con ese sistema. Los seres humanos (lectores, espectadores, académicos)
también reproducimos y apuntalamos ese mismo poder, lo respetamos y nos do-
blegamos ante él diariamente, lo validamos en diferentes entornos: en la familia
(Interiores), en la pareja (Apología, Whatsapp, Crimen imperfecto), en el trabajo
(Despido improcedente, Tierra convexa), en el mundillo intelectual y académico
(Voracidad de los parques). Estas obras evidencian que en todos estos espacios se
454 ANA MARÍA DÍAZ MARCOS
ta, complaciendo a un cliente implacable que no busca sexo sino ejercitar su poder
y doblegarla a cada instante. La leyenda de Barba Azul, Las mil y una noches, el
cuento de Aladino y la lámpara maravillosa y el de Caperucita Roja actúan como
subtextos de este drama en el que el intercambio sexual es irrelevante porque lo
que se representa es la violencia de la lucha de clases (Martín Clavijo, 2014: 322).
El motor económico define las relaciones entre todos los personajes de la obra: el
cliente y la prostituta, el cliente y su familia política, el cliente y su mujer, la pros-
tituta y sus compañeras, y así sucesivamente, para mostrar que la centralidad del
dinero en las relaciones personales no hace sino agrandar la red de explotación y
reproducirla: la prostituta que trata de cobrar su servicio, la prostituta que delata a
una compañera que le debe dinero, el hombre que intenta agradar a la aristocrática
familia de su esposa, el cliente que no puede comprar ni el orgasmo fingido de su
esposa. No estamos ante la guerra de los sexos, sino ante una contienda mucho
más compleja, la batalla por una maleta llena de dinero y la pugna por el poder. El
diálogo brutal entre estos dos personajes a lo largo de una noche de duelo verbal,
destilado en un tira-y-afloja dialéctico entre estos dos contrincantes, muestra la
disposición a sacrificarlo todo con tal de ostentar y mantener el poder: retener el
dominio en la relación o el dinero que otorga una independencia económica en-
gendradora de poder y seguridad, no se olvide que la maleta constituye también un
seguro de vida para la prostituta que envejece. Como subraya la filósofa feminista
Graciela Hierro, ante la imposición del poder por quien lo ostenta y venera sólo
existen dos respuestas posibles: someterse o responder con otro poder más fuerte
que pueda oponérsele (1994: 176). En este sentido, Apología del amor documenta
de manera explícita y feroz el ejercicio del poder en las relaciones humanas basa-
das en principios de intercambio económico. La batalla entre estos dos personajes,
depredador y superviviente, ejemplifica la lucha por la vida:
El cliente: […] Me encanta, salvaje, con orgullo. Qué gracia tendría domesticar
a un animal sumiso; y qué trofeo tan exiguo poseer un simple cuerpo. No puedes ser
orgullosa, acepta tu destino, el orgullo es privilegio de pudientes.
La puta: […] No eres tan original, los clientes que me aplastan con el peso de su
cuerpo buscan lo mismo que tú, ejercer el poder.
El cliente: He encontrado una puta con estudios. ¡Qué barbaridad! Qué dientes
tan afilados tienes, lobita feroz […]
La puta: Deseas lo mismo que ellos, sentirte dueño de mí. […] ¿Qué debo hacer
para ganarlo?
El cliente: Obedecerme.
La puta: Obedeceré… depende (Escabias, 2011a: 20-21).
Otras obras presentan una visión más sutil de la reproducción de estas rela-
ciones en entornos que, en principio, no asociamos automáticamente al mercadeo.
El ámbito familiar y doméstico o la crianza de los hijos constituyen un buen ejem-
plo de esta reproducción del sistema a diferentes niveles. La obra Interiores, por
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 457
yo tengo una hija de catorce años, se llama Carla. Tenemos una relación extraordinaria,
vamos juntas a hacer la compra de la semana, compramos juntas sus libros escolares,
los regalos de navidad, los de reyes, compramos juntas los regalos de cumpleaños de sus
amigos […] ¿Preguntarle a mi hija si es feliz? ¿Por qué voy a preguntárselo? Claro que
será feliz, le compro todo lo que se le antoja (Escabias, 2011a: 68-69).
La obra nos descubre así una de las grandes trampas del sistema que con-
sigue llegar al nivel más sofisticado de reproducción, como apunta Santiago en
Interiores, sugiriendo que todos cometemos los mismos errores: “así empezamos
todos, modificando nuestra vida por nuestros hijos” (Escabias, 2011b: 75) y for-
mamos parte de un sistema de reproducción: reproducción de individuos y de la
dinámica social por la que éstos se rigen. Por eso mismo adoptamos ese baremo
universal que implica comprar la casa más grande, ahorrar, sacrificarse, trabajar
duro para darles a nuestros hijos muchas cosas y garantizarles a ellos también una
burbuja de poder, algo que se define con el poroso término de calidad de vida:
458 ANA MARÍA DÍAZ MARCOS
las muertes que cierran algunas piezas nos advierten sobre la perversidad de una
dinámica tan arraigada que la obra solo puede terminar con el golpe del cuerpo de
la víctima cayendo a nuestro lado, en el patio de butacas (Escabias 2011a: 86). Esa
revelación hace pensar al espectador si es posible romper el ciclo, crear un sistema
distinto, un orden no impuesto desde la intimidación, tal vez un orden radical y
transformador del placer y no del poder (Hierro, 1994: 182). Una vez desenmasca-
rado el poder quizás este teatro haya abierto una grieta, ofreciendo una oportuni-
dad, y empiece a ser posible otro teatro radical del placer que hable de cooperación
en vez de obediencia.
Referencias bibliográficas
inédito. Agradezco una vez más a Juana Escabias su generosidad a la hora de compartir conmigo
su trabajo. La representación de este breve monólogo se encuentra en Youtube.
Sillas que se pliegan. El espectáculo teatral
en Lecciones milanesas de Sara Molina
Folding chairs. Theatre performance
in Lecciones milanesas by Sara Molina
Resumen: Sara Molina es una directora española con una importante trayectoria
dentro de la estética del teatro contemporáneo desde mediados de los años 80. En una
de sus últimas producciones, Lecciones milanesas, el imaginario de Molina se encuentra
con el de uno de sus más admirados teóricos, Tadeusz Kantor, para ofrecernos un espec-
táculo donde no se funden, sino que quedan expuestos como estratos, como capas del
terreno escénico, el imaginario de Molina y el de Kantor, en un intento, muy conseguido,
de ir más allá de Kantor, atravesarlo o dejarse atravesar por él, y en definitiva por mostrar
que su Teatro de la muerte sigue vivo. A través de esta comunicación quisiera señalar
cómo ambos imaginarios quedan expuestos en el espectáculo, se superponen y cómo el
propio espectáculo, incorporando la teoría y la práctica contemporánea reciente, indaga
sobre los componentes del teatro desde una estética contemporánea.
Abstract: Sara Molina is a Spanish theatre director who has developed a very sig-
nificant body of work in contemporary theatre aesthetics since the mid-1980s. In one of
her latest productions, Milano Lessons, Molina’s imaginary encounters that of Tadeusz
Kantor to offer a performance where they do not merge but both Molina’s and Kantor’s
imaginary are exposed, as starta, as layers of scenic terrain, in an attempt, to go beyond
Kantor, pass through or be crossed by him, in an attepmt to show that his Theatre of
Death is still alive. Through this paper I intend to explain how both imaginaries are
exposed on the show, how they overlap and how the performance, incorporating recent
theory and contemporary practice inquiries into what constitutes theatre from a contem-
porary aesthetic.
Palabras clave: Tadeusz Kantor. Sara Molina. Teatro de la muerte. Metateatro.
Teatro contemporáneo.
Key Words: Tadeusz Kantor. Sara Molina. Theatre of Death. Metatheatre. Con-
temporary Theatre
461
462 MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ MONTES
Mi último consejo:
Hay que acordarse de todo
Y olvidarse de todo
(Tadeusz Kantor)
residencia teatral en las Naves de Valencia. Dos años más tarde, en 2015, consigue
una nueva residencia esta vez en la Sala Círculo para estrenar Thursday Today,
como he señalado su primer espectáculo.
Por lo que respecta a Sara Molina y como ya planteamos en un artículo (Sán-
chez Montes y Grande Rosales, 2005) y posteriormente en el libro dedicado a su
trayectoria (Grande Rosales y Sánchez Montes, 2012) se trata de una directora
teatral imprescindible para conocer el desarrollo de la estética contemporánea en
España. Sus influencias dramatúrgicas se han visto alimentadas por las de Edward
Gordon Craig, Antonin Artaud, Bertolt Brecht, Samuel Beckett o el propio Tadeusz
Kantor a los que se ha unido la estética de lo fragmentario, la reflexión feminista
o el psicoanálisis, pasando por sus estrategias escénicas: el espacio vacío, la pre-
ocupación por lo trascendente, el énfasis sobre el cuerpo, el actor y sus vivencias,
el recurso a la estética surrealista, el ejercicio de indagación personal a través de la
puesta en escena, o el uso de textos teóricos como base dramatúrgica del espectá-
culo. Con todo ello y a través de una mirada personalísima conforma un imaginario
poético de dimensiones ciertamente complejas y en todo caso muy alejado del
componente naturalista y del referente narrativo.
Tras una trayectoria en el teatro profesional de más de tres décadas, en la
etapa que comprende los años 2010 al 2015, Sara Molina ha estado fundamental-
mente dedicada a la producción de espectáculos dentro del ámbito universitario.
En concreto en la Universidad de Granada y a través de su Grupo de Teatro ha
realizado una labor de formación y de investigación a través del trabajo como
directora artística de todos los espectáculos del citado grupo en ese período, que
han sido fundamentalmente cinco: Zwölf, bcktt, Brecht: Callejón sin salida (frag-
mentos, citas y canciones), Lecciones milanesas y Pier Paolo, a los que se unen
también la realización de una serie de performances, acciones o ejercicios escéni-
cos, pensados o adaptados al lugar en el que se mostraban, en concreto el Carmen
de los Rodríguez-Acosta de Granada. Estos han sido FUERA-DENTRO-FUERA
dispositivo escénico en 2011, Samuel Beckett en la Fundación en 2012, Acción
espacio tiempo en 2013, en 2014 Despertar-es. Los cinco despertares de Rosaura
y en 2015 Ejercicio de estilo (desórdenes).
Como ya he dicho anteriormente en esta ocasión me voy a referir al espectá-
culo de 2013 titulado Lecciones milanesas. En esta puesta en escena el imaginario
de Sara Molina se encuentra con el de Tadeusz Kantor para ofrecernos un espec-
táculo dónde más que fundirse quedan expuestos como estratos, como capas del
espacio escénico, ambos imaginarios, el de Molina y el de Kantor, en un intento
muy conseguido de ir más allá del propio Kantor, atravesarlo incluso, o mejor di-
cho dejarse atravesar por él, y en definitiva por mostrar que su Teatro de la muerte
sigue en gran medida vivo y le sirve a Molina, entre otras cosas para confrontar al
espectador con la reflexión metateatral, una de sus constantes y de sus preocupa-
ciones escénicas.
464 MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ MONTES
Por otro lado, quisiera además hacer dialogar a este espectáculo con el ya
citado Thursday Today por considerar que ambos comparten algo en su punto de
partida y difieren en algo en su resultado final. Siendo ambos espectáculos comple-
jos, diferentes y con muchas dimensiones susceptibles de ser estudiadas desde muy
distintos puntos de vista, la posibilidad de ser considerados documentos es común
a ambos, aunque con resultados bien diferentes.
En el caso de Thursday Today, el más reciente, lo que se produce bajo mi
punto de vista es una reconstrucción de la estética, una suplantación incluso de la
persona de Kantor para que aparezca su director, Miquel Mateu, como si de un
nuevo Kantor se tratase. Thursday Today sin embargo muestra la fascinación de su
director por el polaco, pero no destila preocupaciones ni planteamientos escénicos
propios. Constituye un remedar lo ya visto y puesto en escena, aunque pasado y
matizado eso sí por referentes personales de la propia memoria de Mateu que se
llevan a escena a la manera de Kantor, en la medida que se visten totalmente de la
estética kantoriana y nos recuerdan su modo de hacer. Thursday Today constituye
bajo mi punto de vista un ejercicio de estilo, un espectáculo con un marcado matiz
documental, es en ese sentido un documento conseguido, válido e incluso valioso
por serlo para aquellos que no pudieron asistir a las representaciones del propio
Kantor, es de algún modo una repetición de un modo de hacer, de mirar la vida,
de considerar los recuerdos, siguiendo la estructura y el modo de hacer kantoria-
no usando para ello el mundo personal del novel director español. Como Kantor,
Mateu se sube al escenario, pero no actúa como él sino como un personaje más,
Mateu no es Mateu en escena, es una suerte de Kantor renovado y pasado por sus
recuerdos de una España reciente. Así la fuerza de la figura del director de escena
polaco lógicamente se pierde no solo porque no es Kantor sino porque Mateu no es
Kantor, algo que por muy obvio que esto nos resulte no quiero dejar de señalar ya
que en ninguna medida consigue convocar lo que el director polaco llevaba a esce-
na con su presencia sobre el escenario. Al fin y al cabo, el espectáculo importa un
estilo, una mirada y se apropia del modo de hacer del director polaco para intentar
hacer lo mismo desde lo que interpreto como auténtica veneración por él. Es un
loable y feliz intento, en el sentido de J. L. Austin, de devolver a Kantor al escena-
rio, aunque me parece no deja de tener algo de ejercicio estético y arqueológico y
por tanto puede ser visto como carente de sentido más allá de eso y en todo caso no
transita lugares renovados desde los que visitar a su vez la teoría, la práctica y las
preocupaciones kantorianas.
Por su parte, Lecciones milanesas1 se estrenaría dos años y medio antes, en
concreto el 19 de noviembre de 2013 en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía
y Letras y en el marco del Festival Internacional de Teatro Universitario de Gra-
1 http://www.cacocu.es/static/CacocuElementManagement/*/grupo-de-teatro-universi-
dad-de-granada-lecciones-milanesas/ver [28/08/2016].
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 465
nada. El título del espectáculo está tomado del que ya diese Tadeusz Kantor a la
transcripción de las sesiones de trabajo que llevó a cabo en 1986 ante un grupo de
estudiantes y críticos de teatro en el Centro de Investigación Teatral de Milán. Sin
embargo, la Lecciones milanesas de Molina, a diferencia de lo que algunos creye-
ron, no se trataba de una adaptación propiamente dicha del ensayo kantoriano. No
obstante, a través del título ya se pone de manifiesto que, en algo, y como ya hiciera
Kantor con su propio trabajo y su teoría en aquellas sesiones en Milán, el espectá-
culo de Sara Molina nos confronta con la reflexión sobre la propia escena. Como
ese texto de Kantor, el texto escénico de Sara Molina puede ser considerado y ana-
lizado como documento, como tratado teórico que incorpora las preocupaciones
de la creación escénica contemporánea, explica los componentes de la puesta en
escena a la vez que desbroza las claves del propio teatro kantoriano, incorporando
su estética y trascendiendo el discurso exclusivamente teórico del director polaco,
pero sin renunciar a él. Su estructura responde más al imaginario de Sara Molina
y no tanto al de Tadeusz Kantor, y es el hecho de que en una suerte de espectáculo
metateatral, aunque no exclusivamente porque pone en juego muchas capas desde
las que producir sentidos, rinde homenaje al director de escena polaco, mientras
que explica su estética y nos interpela sobre qué es el teatro, qué constituye un
espectáculo, qué efectos tiene, cómo se construye, cuáles son sus componentes,
quién es el actor, qué es un actor, qué es un personaje, quién es el personaje…
Lecciones milanesas se inicia con un fundido en negro y el sonido de un
látigo impactando sobre el suelo, tras unos segundos se ilumina el escenario y
podemos ver una figura masculina que sigue golpeando el suelo con el látigo. Se
sucede un nuevo fundido y entonces escuchamos el sonido de una cinta de gim-
nasia rítmica rozando el suelo con el sonido delicado que produce y que contrasta
con el anterior. Cuando se ilumina el escenario la figura que vemos es femenina, va
vestida con ropa interior negra, la cinta también es negra. Tras un nuevo fundido,
se ilumina con un contraluz la mujer que hemos visto antes que lleva ahora una
gabardina de color marrón claro que deja ver la ropa que hay debajo. Bajo el pros-
cenio se ven unas figuras casi amontonadas, que por su aspecto y por su vestimenta
nos recuerdan a los personajes kantorianos aunque significativamente más jóvenes.
Ellos como si de unos muñecos o marionetas se tratase van recibiendo aire, cuerpos
que cobran vida y comienzan a subir al escenario al ritmo de “Digging a grave” de
Micah P. Hinson tras una intervención de una de las jóvenes:
Estimadas Señoras.
Distinguidos Señores
2 Este texto y los que se citen más adelante referidos al espectáculo proceden de la dra-
maturgia del espectáculo Lecciones milanesas al que he podido acceder a través de su directora
Sara Molina. La mayoría de los textos son fragmentos de textos teóricos de Kantor. El texto de
la dramaturgia está inédito.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 467
¡y esa espera
“tan importante”!
Distinguidas Señoras
y distinguidos Señores,
¡un brindis Señores!
Mientras que yo
para crear algo, para crear el universo
donde vosotros treparéis firmemente
y entre los aplausos, yo debo rebajarme,
y estoy cayendo.
Se genera eso.
Primero la infelicidad
y después la fuerza.
Todos brutalmente mezclados: los ahorcados y los malhechores, la puta del caba-
ret y la mosquita muerta, las canciones obscenas y un himno patriótico de los soldados,
las plegarias y los gritos libertinos y tramposos, la fregona y la gloria de la nación, los
generales, como esculturas en plata de antiguos mariscales, mezclados con los sueños de
un niño y un caballo de batalla del que ya solo queda un esqueleto de huesos amarillos.
Todos gritan, hablan sin parar, se agarran… se cuelgan de su memoria borrosa y
tratan desesperadamente de reconstruir lo que fue su vida con fragmentos de palabras,
lamentos, recuerdos impotentes, ineficaces y vacíos como una TUMBA.
En la base de este teatro está el circo. Una comicidad que no entra en las conve-
niencias…violenta, payasesca, chillona…Filtro de las cosas humanas las purifica, las
descompone, las hace evidentes, impide que se borren.
Más que un proceso debería de ser un acto. Un estado en que uno se mueve alre-
dedor de un vacío…
¿Es necesario subrayar que ante todo hay que tener sentido de lo imposible?
por los actores, y se finaliza recuperando uno de los textos sobre los personajes
kantorianos que se dicen en la introducción, mientras con la música festiva tradi-
cional polaca y tras una barricada de sillas, se asoman los actores del espectáculo y
arrancaban los aplausos de los espectadores.
En Lecciones milanesas la dramaturgia y el espectáculo se construyen de
manera estratificada y se superponen varios niveles, uno el de la propia textualidad
teórica del director polaco, desde la que se visitan las preguntas que han acompa-
ñado los espectáculos anteriores y la poética escénica de Sara Molina desde sus
inicios. Es en este nivel un documento nuevo en el que los fragmentos de textos
de Kantor se disponen de manera diversa a como fueron concebidos y dispuestos
dejando a un lado la cronología del tiempo en el que se formulan esas ideas pro-
vocando así Molina que actores y espectadores nos enfrentemos a ellos de manera
imprevista y no en virtud de las preocupaciones del director polaco sino de los
intereses de la directora española; como dice Kantor:
Pero el espectáculo no solo hace uso de textos teóricos, sino que él mismo
puede ser considerado un tratado teórico sobre la puesta en escena y sus compo-
nentes. Lecciones milanesas puede ser considerado así un espectáculo que es a su
vez una textualidad teórica dentro de los límites, los condicionantes y el lenguaje
que nos impone la escena. Así, la reflexión teórica referida a las partes que cons-
tituyen un espectáculo, se resuelve a través de acciones físicas de los actores que
aluden a cada una de las ya mencionadas en el índice y paradójicamente o en este
contexto lógicamente, no van apoyadas con textos sobre la escenografía, ni sobre
la iluminación, ni sobre el vestuario o sobre los personajes. Tan solo asistimos a
acciones que inspiradas en los espectáculos de Kantor construyen imágenes que
remiten a estos aspectos de la puesta en escena.
Habría un tercer nivel en esta construcción que es el de las acciones que de
algún modo ilustran o mejor dicho materializan planteamientos teóricos del propio
Kantor. Así por ejemplo la mayoría de las acciones que se producen, mientras los
actores dicen textos que en nada tienen que ver con ellas y que a su vez son teóri-
cos, parecen querer subrayar desde lo escénico que:
Referencias bibliográficas
Grande Rosales, María Ángeles y Sánchez Montes, María José (2012). “Paisajes del imagi-
nario escénico: Sara Molina”. En Fragmentos. Un recorrido por la obra de Sara Molina,
169-196. Sevilla: Junta de Andalucía / Diputación de Granada.
Kantor, Tadeusz (2010). Teatro de la muerte y otros ensayos 1944-1986. Barcelona: Alba Edi-
tores.
Sánchez Montes, María José y(2005). “Espacios de lo imaginario en el teatro contemporáneo:
Q Teatro”. En Dramaturgias femeninas en la segunda mitad del siglo XX, José Romera
Castillo (ed.), 555-563. Madrid: Visor Libros.
Elementos principales del teatro-documento
en la Compañía Snomians
Documentary theatre main elements in Snomians’ plays
1. Introducción
En este trabajo nos proponemos examinar de qué forma la compañía teatral
Snomians se vale de elementos documentales en las puestas en escena de sus es-
pectáculos. Para ello tomaremos sólo algunos documentos representativos de cada
una de las obras que han llevado a cabo y veremos cómo funcionan dentro de una
dramaturgia dada.
La compañía Snomians comienza su andadura entre los años 2011 y 2012
bajo la dirección y el liderazgo de la guionista, coreógrafa y directora de escena
Ana Kuntzelman. El año 2013 será el de la constitución oficial de la compañía y el
año, también, en el que su espectáculo, Haunted House, adquirirá una total madu-
rez tras haber pasado por diferentes versiones que iban desde el happening –en el
que la participación del público era fundamental– hasta un site-specific theatre para
el Jardín Botánico de la Universidad Complutense de Madrid (2012). En esta pri-
mera versión del espectáculo se utilizó una fotografía en la que una mujer ayuda a
transportar a una monja herida durante la quema de conventos en Madrid en 1931.
Esta fotografía es el primer elemento de carácter documental sobre el cual la com-
473
474 MARCOS GARCÍA BARRERO
pañía genera un trabajo de ficción que habrá de implicar al público para su puesta
en escena. En las subsiguientes versiones, ya para un teatro a la italiana, Snomians
aborda una poética en la que ciertos fragmentos documentales, fundamentalmente
de la vida de los intérpretes, sirven de base para que el espectador se formule una
serie de preguntas relativas a los orígenes del terror.
En el siguiente espectáculo, Experimentos Científicos de Cabaret Contempo-
ráneo1(2014).la compañía amplía su uso de material documental. El espectáculo se
divide en tres partes en las que se disecciona la vida y obra de cuatro pioneros de la
danza contemporánea: Vaslav Nijinsky, Rudolf von Laban, Mary Wigman y Loïe
Fuller. Las referencias documentales a cada uno de los bailarines, en la puesta en es-
cena, consisten en la proyección de películas documentales de la época y fotografías.
Tras este montaje, Snomians indaga en las consecuencias del cambio cli-
mático, sus causas y sus posibles soluciones con el montaje Cambio climático, un
musical (punk) (2015). Para ello se servirá de una labor de documentación exhaus-
tiva que cada uno de los cuatro intérpretes de la obra llevará a cabo para exponer al
público los pros y los contras de ser un ciudadano ejemplar con plena conciencia
ecológica.
Por último, ya en el año 2016, Ana Kuntzelman explora, junto a sus actores
Clemente García y Leire Asarta, el universo de la danza expresionista a través de
la figura de la bailarina y coreógrafa alemana Mary Wigman en el espectáculo Ex-
periemento#21: Mary2. La proyección de Hexentanz, una de las coreografías de la
bailarina alemana, será la piedra angular que constituirá la base de un experimento
escénico que habrá de incluir a los espectadores para su realización.
el año 2013.
4 Será el nombre ficticio que la dramaturga le asignará a la protagonista anónima de la
fotografía.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 475
el 10 y el 13 de mayo del año 1931. Este documento gráfico da lugar a toda una
fabulación que originará la primera performance-happening de Haunted House en
la Universidad Rey Juan Carlos I.
2. Documentos sonoros: Los dos actores del espectáculo confiesan sus te-
rrores ocultos, sus miedos y las pesadillas que les acechan desde la infancia. Estos
testimonios son grabados por la directora y constituyen un documento sonoro, que
unido a las imágenes de los intérpretes, será emitido en cada una de las represen-
taciones de la obra.
En Experimentos científicos de Cabaret Contemporáneo5:
1. Documentos sonoros: Se trata de grabaciones realizadas en la primera fase
de ECCC en las que se recogen las opiniones de ciudadanos normales y corrien-
tes acerca de los bailarines sobre los que el espectáculo trata, y la relación que el
ciudadano común tiene con el mundo de la danza contemporánea. Los intérpretes,
convertidos temporalmente en periodistas de investigación, realizarán una serie
de entrevistas en espacios públicos y, también, en dos centros de danza: el Centro
Cultural El Horno y la Escuela Municipal de Danza de Madrid.
2. Documentación escrita: El intérprete de la pieza Nijinsky compone durante
el montaje del espectáculo un diario personal en el que narra las dificultades que
tiene para meterse en la piel del bailarín al que debe interpretar. Semanalmente, irá
haciendo acopio dela documentación relativa al control de su peso (informes) y
tomará nota de la dieta que lleva para poner su cuerpo a la altura del personaje que,
supuestamente, debe encarnar.
3. Documentación audiovisual: Las fotografías del bailarín Vaslav Nijinsky,
tomadas en 1912, durante la representación del ballet La siesta el fauno –con músi-
ca de Claude Debussy– constituyen la base documental de este experimento. Estas
fotografías fueron montadas muchos años después, gracias a la técnica del montaje
cinematográfico y el vídeo, para crear la ilusión de ver al propio Nijinsky bailar
su pieza. Desgraciadamente, no existe ningún documento audiovisual filmado en
los años en los que Nijinsky estaba en activo6. La compañía, sin embargo, utilizó
el vídeo ficticio al que nos acabamos de referir para su puesta en escena7 así como
algunas fotografías del rostro del bailarín y de los momentos más célebres de sus
coreografías. De esta forma, se subrayaba el carácter documental de la puesta en
escena. También se usó, para esta pieza, la grabación del ballet Le Corsaire (1963)
en la que se puede ver al bailarín ruso Rudolf Nureyev ejecutar una coreografía.
5 El espectáculo se estrenó en el año 2014, dentro del festival Surge Madrid en la sala El
no era costumbre que las funciones de ballet (ni las de los Ballets Rusos de Diághilev ni ninguna
otra en esa época) fuesen filmadas.
7 Este pseudodocumento ha pasado por verdadero para una gran mayoría de aficionados a
la danza desde que pudo verse en varios canales de internet, principalmente en YouTube.
476 MARCOS GARCÍA BARRERO
10 Cabe destacar que el Verbatim Theatre, como forma de teatro documental, ha tenido
en Inglaterra una gran aceptación llegando, incluso, a hacerse un hueco dentro de la corriente
principal con títulos como My name es Rachel Corrie (2005), en los que los diarios de Rachel
478 MARCOS GARCÍA BARRERO
Corrie, una activista norteamericana en la Franja de Gaza, sirven de base para una dramaturgia
del actor y director Alan Rickman y de la periodista Katharine Viner. Por otro lado, David Hare,
con The permanent way (2003), es uno de los máximos exponentes del género. Vid. al respecto el
artículo de Anxo Abuín (2016).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 479
parte del juego. Sobre esta relación, Marie Hélène Falcon, directora del Festival
de Teatro de las Américas, manifestó–tras ver el espectáculo Speak biterness de
Forced Entertainment– que “nunca había visto nada similar con anterioridad, una
obra que fuese tan política, provocativa y poética porque se trataba de un grupo de
artistas hablando de sus propias vidas, y por lo tanto de las nuestras, de la forma
más directa” (Gardner, The Guardian, 25 de octubre de 2004).
4. Conclusiones
Resulta difícil, al hablar del tema que nos ocupa, no aludir brevemente al
Naturalismo de André Antoine y Émile Zola en el siglo XIX y, posteriormente,
al teatro documental de Peter Weiss para establecer una relación conceptual con
nuestro objeto de estudio.
Por un lado, la tranche de vie del movimiento naturalista, en la segunda mi-
tad del siglo XIX, pretendía mirar hacia adentro del ser humano –apagando las luces
que desde el Renacimiento habían estado encendidas– para que la escena fuese una
especie de espejo mimético de la realidad, un trozo arrancado de la vida (tranche
de vie) que hiciese resurgir al teatro del mar de suspiros de cartón piedra y actores
divinizados que inundaba la escena.
Por otro lado, en los años 60 del siglo XX, el dramaturgo y novelista alemán
Peter Weiss, junto a autores como Hochhut, Kipphardt y Dorst, establece las ba-
ses del teatro-documento con su obra La indagación (1965). En lo concerniente
a esto, Ignacio Amestoy señala que Weiss es tajante al afirmar que “el Escenario
del Teatro-Documento no muestra ya la realidad momentánea, sino la copia de un
fragmento de realidad, arrancado de la continuidad viva” (Amestoy, 2013).
Estamos ante otro paso más, continuando con la figura usada por Lehmann,
que el teatro da ante su urgente necesidad de reconstruir sus moldes para establecer
una conexión veraz, artística, ética y estética con la sociedad del momento. Si el
teatro de André Antoine pretendió, en sus puestas en escenas de autores que al fin y
al cabo escribían obras de ficción, imitar la realidad hasta unos límites que el teatro
de su época no había previsto –mostrando, por ejemplo, “pedazos de carne autén-
tica colgados en la escenificación de la obra La carnicería […] o [a] gallinas vivas
picoteando por el escenario de La tierra” (Oliva y Torres Monreal, 1997: 322)–, el
teatro documental y las últimas expresiones del mismo (Verbatim Theatre) fueron
aún más lejos: se recortó la realidad gracias a un sinfín de documentos, tanto grá-
ficos como audiovisuales, que se referían a unos hechos, generalmente de talante
político o histórico, y pretendían adoptar la posición del que observa y analiza en
un claro intento de esclarecer las razones que llevaron a una parte de la humanidad
a intentar a aniquilar a la otra parte. La técnica utilizada, en este caso, sería la del
montaje –deudora del cine– cuyo fin es el de resaltar un conflicto existente median-
te la yuxtaposición de detalles contradictorios.
480 MARCOS GARCÍA BARRERO
Referencias bibliográficas
Abuín González, Anxo (2016). “Historia oral, memoria colectiva y comunidad en el teatro del
mundo: el caso del teatro Verbatim”. Signa. Revista de la Asociación Española de Semió-
tica 25, 273-298.
11 “Las imágenes de los seres humanos en la dramaturgia moderna son mucho más va-
riadas y complicadas y esperan y exigen que surja en el escenario un actor nuevo que sirva para
todos los papeles. El arte de este nuevo actor vivirá en lo verdadero” (Sergio Jiménez y Edgar
Ceballos en Medina Vicario, 2000: 102).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 481
Amestoy, Ignacio (2013). “Literatura e historia. El testimonio del teatro”. Revista Anthropos. La
ficción de la verdad. Literatura e historia 240, 89-114.
Gardner, Lyn (2004). “The crazy gang”. The Guardian, 25 de octubre (también en https://www.
theguardian.com/stage/2004/oct/25/theatre).
Lehmann, Hans-Thies (2013). Teatro posdramático. Murcia: Cendeac.
Medina Vicario, Miguel (2000). Los géneros dramáticos. Madrid: Fundamentos.
Oliva, César y Torres Monreal, Francisco (1997). Historia básica del arte escénico. Madrid:
Cátedra.
Nadia, un documental escénico de Nadia Ghulam
y La Conquesta del Pol Sud
Nadia, a scenic documentary by Nadia Ghulam
and La Conquesta del Pol Sud
Ambos creadores viajaron con ella a Kabul, a fin de conocer de primera mano el
conflicto y documentar audiovisualmente y vivencialmente la situación del país.
El espectáculo se compone de cuatro partes. La primera de ellas se titula
“Guerra” y se inicia con ruidos cotidianos de la ciudad de Kabul, y una breve ex-
plicación –proyectada en el dispositivo escenográfico– sobre la situación de Afga-
nistán en 1989. Nadia Ghulam entra en escena y se sienta en una butaca; Fernández
Giua se sienta en otra butaca, a fin de entrevistar a la joven afgana, y Szwarcer
se sienta en el banco que está adosado al módulo-pantalla y procede a grabar la
entrevista. Nadia, cuyo rostro aparece ampliado en pantalla, habla de los sueños
y pesadillas que la asaltan y se remontan a su infancia, truncada por el conflicto
bélico, y, más concretamente, al día en que le cayó una bomba encima, cuando
ella tenía ocho años y estaba en su casa hojeando un cuento. El énfasis puesto en
el relato como pulsión rapsódica lo hallamos en el gesto que hace Nadia de pasar
página, como si se tratara del cuento que hojeaba de pequeña; ello tiene un sentido
y alcance metateatral por cuanto alude al cuento –la historia de su vida– que nos
va a contar. Tras este gesto, que funciona como una elipsis y que en el fondo está
hablando del trauma y de la amnesia, se salta a la narración de la estancia en el
hospital, donde su madre le contaba cuentos maravillosos que la ayudaban a vivir,
y que la curaban por dentro y por fuera. Suena una voz en off en afgano, y se pro-
yecta primero un paisaje con montañas y después escenas bélicas.
La segunda parte del espectáculo lleva por título “Mentira” y gira en torno
a la gran mentira que fue vivir como un chico durante diez años. Y es que, cuando
Nadia salió del coma, en su país había un régimen nuevo, el de los talibanes, y las
mujeres no podían trabajar ni estudiar. Su hermano mayor había sido asesinado
por uno de los señores de la guerra, y su padre enloqueció. Nadia, consciente de
que con sus quemaduras no se podría casar, decidió vestirse de hombre y ponerse
a trabajar. Se da en el espectáculo una gran elipsis que nos sitúa ya en un momento
clave, la decisión del cambio de identidad para poder sobrevivir y mantener a su
familia. Por detrás del dispositivo escénico se perfila su silueta, que se va vistiendo
con ropas de hombre y se coloca el turbante; acompaña estos gestos con una leta-
nía en lengua afgana. Después se ilumina el escenario y Nadia se sitúa en primer
término de la escena y, mirando ya directamente al público, le cuenta su historia en
catalán. Refiere cómo, sin pensarlo mucho, decidió que se llamaría como su herma-
no; también en la autobiografía El secreto de mi turbante se alude a este momento:
“Así fue como me quedé con el nombre de mi hermano. Y, sin ser consciente de
ello, también así maté a Nadia para hacer revivir, en su lugar, a Zelmai” (Ghulam y
Rotger, 2012: 85). Se proyectan imágenes de un bazar mientras ella explica cómo
hizo suyas las ropas de su hermano, que su madre guardaba cuidadosamente, y se
construyó un personaje. Trabajó como campesino durante cuatro años, limpiando
campos de tomates y berenjenas a las órdenes del señor Bismilá. También cuidó del
ganado y excavó pozos, entre otras muchas ocupaciones. Empezó a construirse una
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 485
carcasa lo más dura posible y se propuso suprimir sus rasgos femeninos. Aprendió
a actuar con brusquedad y rudeza; a usar un tono imperativo. Solo en compañía
de sus amigos, cuando quedaban para contarse chistes o hacer competiciones de
palomas –se proyectan imágenes de un palomar y de cientos de pájaros volando–,
lograba olvidarse por unos momentos de sus responsabilidades como jefe y cabe-
za de familia y de sus inquietudes religiosas. Tenía una honda y un cuchillo, que
muestra al público, y a veces –cuenta– cazaba un pajarito y se lo comía asado. Su
relato está salpicado de continuos toques de humor que permiten que el público
empatice y se haga una idea clara de lo que suponía vivir en Kabul en aquellos
tiempos, y de lo necesaria que se hacía la picaresca para la supervivencia cotidiana.
La tercera parte se llama “Historia” y empieza con la proyección de imá-
genes del atentado del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de
Nueva York. Se superponen informativos de telediarios en distintas lenguas. Sobre
la imagen congelada de las torres ardiendo, se proyectan unas enormes letras en
árabe con la frase “El Islam es paz”; de este modo, Nadia reivindica su religión y
su cultura. Un día oyó decir al señor Yosuf, un habitual de la mezquita del barrio,
que “unos árabes han derribado unas torres muy altas en América, y que ha muerto
mucha gente” (Ghulam y Rotger, 2012: 178). Pero a los afganos, que habían vivido
tanto tiempo entre la muerte y la destrucción, no les impresionaba aquel ataque,
hasta que comprendieron que la factura de aquel atentado la pagarían en Afganis-
tán: “Los talibanes, que habían acogido al autor del atentado, eran los malos de la
historia y se tenían que ir para que los americanos pudieran cumplir su venganza,
y nosotros –decían– pudiéramos vivir más felices” (Ghulam y Rotger, 2012: 41).
Una mañana el mulá les anunció que los talibanes dejaban el gobierno; pero lo
cierto –explica Nadia– es que, a excepción de los mandos, los talibanes se queda-
ron: simplemente se quitaron el turbante y se afeitaron la barba. Pocas mujeres se
atrevieron a prescindir del burka. Los cambios fueron muy lentos y tímidos: empe-
zaron a abrir escuelas, academias y cibercafés; la cultura dejaba de ser clandestina
y llegaban extranjeros. Ghulam y Fernández Giua, sentados en el banco, vuelven a
una ficción de entrevista, y el rostro de Nadia se proyecta en primer término.
En esta tercera parte, ella habla de su adolescencia y de sus crisis de iden-
tidad. Cuando contaba dieciséis años, Nadia iba a menudo a la montaña a pensar,
a llorar y a escuchar música, sobre todo canciones de Ahmed Zahir, un cantante
afgano muerto a finales de los años setenta. Se proyectan imágenes de las montañas
de Kabul, y la voz de Nadia suena como si estuviera en lo alto de un monte. Se
dirige nuevamente al público para hablarle de esos momentos tan difíciles en que
el amor y la amistad se confundían. Sus dos personalidades, la mujer reprimida y
el hombre audaz, entraban en contradicción. Nadia estaba cansada de fingir y ser
fuerte, y vivía atenazada por el pánico a ser descubierta. Confiesa que ni siquiera
se atrevía a cantar porque su voz podía delatar su feminidad; entonces suena una
canción y ella mueve los labios como si cantara pero sin proferir sonido alguno.
486 ANA PRIETO NADAL
noche –dice– hay un día, y ella está viviendo ahora su día. Fernández Giua le da las
gracias, y así termina el espectáculo.
Nadia constituye un espectáculo multidisciplinar o híbrido, por cuanto com-
bina diferentes lenguajes. El material videográfico, que ilustra la realidad de Kabul
y algunos aspectos de la vida de Nadia Ghulam, se superpone a la palabra sincera
y espontánea de la joven, y se combina asimismo con escenificaciones mínimas y
algunos objetos escénicos. El dispositivo escenográfico ideado por Szwarcer, con
una puerta, una ventana y un banco adosado, representa o evoca –de un modo más
metafórico y simbólico que metonímico o indicial– una casa, y funciona asimismo
como una pantalla donde se proyectan retazos de una vida llena de Kabul, habitada
por sus calles, sus casas destruidas, sus mercados y sus montañas. Este módulo
translúcido, que permite jugar con el delante y el detrás, la ocultación y la mostra-
ción, es cóncavo, como si se tratara de una caja de resonancia –una casa mental,
la casa de Nadia– donde reverberan ideas, imágenes y sonidos; la puerta permite
pasar del pasado al presente, y del dolor a la esperanza. Tal como apunta Fernández
Giua, lo que el lenguaje teatral aporta a la historia de Nadia es la capacidad de lle-
gar a lugares donde las palabras no alcanzan (Rubià, 2014: en línea). Contribuyen
a lograr esta singular poética la matizada iluminación de Luis Martí y el sugestivo
espacio sonoro de Damien Bazin.
Señala Joan-Anton Benach (2014: 63) que Nadia no constituye un produc-
to teatral homologado, en el sentido de que, por un lado, no se puede hablar de
ficción, por cuanto la protagonista no interpreta en el sentido de añadir cálculo o
impostación dramática a la narración, y, por otro lado, el contenido documental
estricto es puramente ambiental, con apenas breves apuntes referidos al personaje
central. Está claro que el montaje tiene más de rapsodia –de recreación, de auto-
explicación– que de documental propiamente dicho, pero las vivencias y sucesos
referidos son reales, y el modo como se nos ofrecen buscan rehuir tanto la ficción
como el periodismo, aun cuando haya breves simulacros de entrevista, que solo
tienen como objetivo hacer avanzar la acción y direccionar el discurso. La joven se
apodera de la escena y ejerce la autoridad sobre el relato de su vida. Se ha apren-
dido un papel, que previamente ha tenido que crear, y lo va puntuando con guiños
autoirónicos y cómplices. Habla, en los términos que ella misma ha escogido, de lo
que vio y vivió en primera persona. La dramaturgia la elaboró Ghulam con la ayu-
da de Fernández Giua: los materiales fueron surgiendo de horas y horas de charlas
y entrevistas, y se fueron seleccionando, jerarquizando y ordenando en torno a
algunas temáticas y elementos recurrentes.
Se opta por dejar fuera las escenas más dolorosas, que se pueden restituir
parcialmente con la lectura del libro autobiográfico El secreto de mi turbante. El
montaje teatral busca apelar a la esperanza y muestra un claro ejemplo de supe-
ración. Se trata de un proyecto que trasciende lo artístico; un viaje intenso que
alcanza lo humano. Como señala Aída Pallarès (2016: en línea), las cicatrices de
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 489
Nadia no solo hablan de la historia de Kabul sino que son un ejemplo de cómo los
intereses de Occidente inciden directamente en la vida de millones de personas.
Gracias a este montaje sencillo pero contundente, el espectador es capaz de situar-
se en una óptica distinta y empatizar con el otro, además de admirar el coraje y el
compromiso de una mujer excepcional. Y es que Nadia no se aferra a la dramática
de la desesperación y la rabia, sino que cimienta su discurso en el optimismo, la
confianza y una extraordinaria voluntad de lucha. A pesar de que todavía hoy tiene
dudas sobre sí misma y se siente desubicada, Nadia Ghulam puntualiza enérgica-
mente que, lejos de sentirse como una exiliada, se está preparando para volver a
Afganistán y serle útil a su país (Galán, 2010). Por eso estudia sin descanso.
Como dice César de Vicente Hernando, “el teatro es un lugar público, […] y
por tanto, allí donde es posible la politización de la vida” (2013: 13). Nadia devuel-
ve la realidad a un centro de representación privilegiado como es el teatro. El afán
documentalista se diluye para dar cabida a la voz personal e intransferible de una
persona con una experiencia única. Nadia Ghulam nos cuenta su historia para con-
frontarla de alguna manera con la nuestra y reelaborar el concepto de singularidad
e incluso de identidad. Con su sorprendente relato de vida y su vocación dialógica,
de interpelación, mueve a los espectadores a la empatía y la reflexión.
Referencias bibliográficas
1. Introducción
4.48 Psychosis (Kane, 2000) cierra el corpus dramático de una figura clave
del teatro contemporáneo, Sarah Kane (1971-1999), con una propuesta experimen-
tal de marcado aspecto poético que supone en sí misma una reflexión sobre la
forma dramática y la creación.
En su última pieza, la dramaturga inglesa cuestiona los límites teatrales al
presentar una obra desprovista de direcciones escénicas e información relativa
al espacio o los personajes y compuesta por secciones de texto que aparecen se-
paradas entre sí con cortes casi cinematográficos que permiten una sucesión de
imágenes, testimonios e informaciones semejante a la producida en los medios de
comunicación.
490
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 491
En 4.48 Psychosis, la forma se desintegra para reflejar las voces hechas añi-
cos de una interioridad rota. La voz principal del texto, ocupada en la batalla con
su dolor, relata la incongruencia a la que la condena la escisión psicótica y que se
encarna en la separación de su propio cuerpo, en la abyección de una parte de sí.
“Here am I/ and there is my body” (Kane, 2001: 230).
Al poner sobre el escenario el interior del ser, el espacio de la obra constituye
el aquí de la mente enferma y evidencia su segregación del mundo y de su propio
cuerpo. La voz de la conciencia casi disuelta refleja las fronteras con el exterior, sus
propios límites, evaporados. “Where do I start?/ Where do I stop?” (Kane, 2001:
226). Ante esta imposibilidad de distinguir con claridad entre el yo y el mundo, el
yo y todo lo abyecto, el sujeto como entidad reconocible se evapora en la obra y
la sujeción de la identidad coherente y equilibrada queda imposibilitada (Kristeva,
1988). Difuminados los contornos del ser, el interior se dispersa en varios pedazos
y, en dicha dispersión, el sujeto como ente reconocible desaparece y la noción tra-
dicional de personaje fracasa.
Sarah Kane escenifica la inarticulación y la fractura del ser en las distintas
voces que constituyen la obra. Unas voces que no parecen poder hilar una narra-
ción lógica y que se hacen eco de ese hollow man, como Simon Bennet lo bautiza,
presente en la literatura del siglo XX “desintegrado, deconstruído, fragmentado,
inestable e incapaz de articular coherentemente una historia” (Bennet, 1991: 157).
Efectivamente, el primer yo de 4.48 Psychosis tarda en pronunciarse y, cuando lo
hace, duda de si volverá a hablar. Lejos de ser estable, el yo fluye a lo largo de la
obra y se transforma en nosotros para identificarse con aquellos marginados por
la razón, los “parias de la cordura” (Kane, 2001: 228). El yo aparece en ocasio-
nes también objetivado y deshumanizado por los informes clínicos como “patient”
(Kane, 2001: 223); convertido en objeto por los ojos que miran sin comprender. Lo
que es más relevante aún, el yo de la mente enferma se desdobla distanciándose de
sí y su sufrimiento para poder dar cuenta del dolor: “Shame shame shame/ Drown
in your fucking shame!” (Kane, 2001: 209). La voz de 4.48 Psychosis espectacu-
lariza de ese modo su existencia para dar testimonio y poder elevar “a truth which
no one ever utters” (Kane, 2001: 205); el drama psicológico que tiene lugar en la
mente del enfermo y que Sarah Kane logra poner sobre las tablas.
En 4.48 Psychosis, la mente se desdobla como contenido y espacio físico
de la obra y escenifica un pulso a muerte con la enfermedad, una suerte de psi-
comaquia en lucha por su alma. En ese limbo abstracto y simbólico que pone en
escena la búsqueda de la cordura y la completud, la experiencia del tiempo es una
experiencia emocional que se sitúa fuera de los parámetros habituales de medida
del tiempo y contribuye a la nebulosa de la obra con su confusión, sus saltos tem-
porales y la polisemia de la hora que da título a la obra y que aparece asociada a di-
versos estados que transitan de la desesperación a la lucidez. En 4.48 Psychosis el
tiempo se convierte en antagonista del personaje contrarrestando sus esfuerzos por
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 493
I killed the Kurds, I bombed the Arabs, I fucked small children while they begged
for mercy, the killing fields are mine” (Kane, 2001: 227).
Engendrados en ese caldo de culpabilidad y negatividad surgen en la obra un
sinfín de deseos insatisfechos que la voz enumera en varias ocasiones en la obra
como una plegaria:
Una letanía de treinta y seis anhelos que reproducen las necesidades hu-
manas catalogadas por Henry Murray en 1938 y recogidas en The Suicidal Mind
(1998), uno de los libros de referencia de Sarah Kane a la hora de escribir su último
trabajo. Anhelos que aparecen condensados en las últimas páginas de la obra en
una única necesidad vital: “to be loved” (Kane, 2001: 243).
4.48 Psychosis recoge el rosario de tratamientos y efectos secundarios que
llevan a la voz protagonista de la obra a la desesperanza y la extenuación sin con-
seguir curarla. El lector de la obra es invitado, también, a atestiguar el proceso de
pérdida de control del cuerpo y los síntomas psicóticos que se reflejan en las pala-
bras, a veces dispersas, a veces dispuestas en columnas o, incluso, en cascada. En
4.48 Psychosis, Sarah Kane acompaña el abismo mental con su reflejo lingüístico
y tipográfico en la página.
El protocolo clínico asociado a la enfermedad mental aparece reflejado en la
obra en las conversaciones que parecen extraídas de sesiones de terapias e, incluso,
en la fase de la observación clínica en la que la voz se transforma en la paciente y
se convierte en objeto de estudio y disección. El texto de 4.48 Psychosis recoge,
igualmente, el tratamiento de la paciente mediante informes clínicos y algunos
ejercicios de concentración como los serial sevens habitualmente utilizados en la
evaluación de las funciones mentales de pacientes psiquiátricos. Incluso lo que
parecen ser sesiones de electroshock son registradas en la obra a modo de destellos
lingüísticos en líneas de palabras aisladas pertenecientes a campos semánticos de
la quemadura, el corte y la luz.
Sin embargo, pese al viacrucis que atraviesa y que el texto documenta, la
voz sigue enferma: “Still ill” (Kane, 2001: 223). No parece haber medicina capaz
de darle sentido al sinsentido y al vacío del otro que la voz experimenta. “There’s
not a drug on earth can make life meaningful” (Kane, 2001: 220). La medicina no
logra dar respuesta a un dolor que registra y deshumaniza con frío lenguaje clínico:
Symptoms: Not eating, not sleeping, not speaking, no sex drive, in despair, wants
to die.
una identificación que culmina en las últimas páginas de la obra en las que el texto
se va adelgazando, las palabras se dispersan y se explicita el propio final cerrando
toda posibilidad de continuidad: “The final period/ The full stop” (Kane, 2001:
243). Texto y vida abandonan, pues, la escena y la propia voz de la obra proclama
el fin del espectáculo de sí misma.
Al poner el proceso teatral sobre las tablas, Sarah Kane provoca la reflexión
sobre lo que constituye la dramaticidad y los límites de la forma dramática. La
autora, que en cada uno de sus trabajos quiso irse despojando de lo superfluo,
prescindir de la acción escénica o el diálogo hasta llegar a la reducción máxima
del lenguaje y la forma teatral, resume su proceso con una reflexión: “Just a word
on a page and there is the drama” (Kane, 2001: 213). Para que se dé el milagro del
teatro, una palabra basta.
Referencias bibliográficas
Armstrong, J. (2003). Postmodernism and Trauma: Four/Fore Plays of Sarah Kane. PhD Thesis,
University of Alberta (Canadá).
Beckett, S. (1984). Collected Shorter Plays. London and Boston: Faber and Faber.
Bennett, S. (1991). “The Fragmented Self, the Reproduction of the Self and Reproduction in
Beckett and the Theatre of the Absurd”. En The World of Samuel Beckett, J. Smith (ed.),
157-180. Baltimore and London: The Johns Hopkins University Press.
Butler, J. (2006). Vida precaria: El poder del duelo y la violencia. Buenos Aires: Paidós.
Kane, S. (2001). Complete Plays. London: Methuen.
Kristeva, J. (1988). Poderes del horror (Pouvoirs de l’horreur). Traducción de Nicolás Rosa.
Madrid: Editorial Siglo XXI.
Pavis, P. (1983). Diccionario del teatro. Barcelona: Paidós.
Scarry, E. (1985). The Body in Pain. The Making and Unmaking of the World. New York: Oxford
University Press.
Shneidman, E. (1998). The Suicidal Mind. Oxford: Oxford University Press.
Stephenson, H. & Langridge, N. (1997). Rage and Reason. Women Playwrights on Playwriting.
London: Methuen.
Stylan, J. L. (1960). The Elements of Drama. Cambridge: Cambridge.
Woolf, V. (1926). On Being Ill. Essays 4. New York: The New Criterion.
El uso de la cita como documento en el teatro español
contemporáneo. De Rebeldías posibles a Nada que perder
(Cuarta Pared)
Cite as a document in contemporary spanish theater.
From Rebeldías posibles to Nada que perder
cación, publicada en una de las actas del SELITEN@T, en la que realicé un análisis sobre el
tratamiento del humor en las obras que componen la llamada Trilogía imprevista Casado, 2010).
2 Nada que perder es una obra estrenada y producida por la compañía Cuarta Pared en el
mes de noviembre de 2015, escrita por Quique y Yeray Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe
499
500 ALICIA CASADO VEGAS
dos obras que muestran nuestra contemporaneidad con una intención de denuncia
social3.
Pese a su evidente naturaleza argumentativa, si tenemos presente la puntuali-
zación que García Barrientos (2001) señalaba para la función poética en el discurso
teatral de neutralizarse en su dimensión externa, notamos que este modelo teórico
nos sirve para constatar que la cita, en el teatro, sí que es capaz de apuntar a las dos
dimensiones a la vez y para ello me voy a detener en un ejemplo ex contrario ex-
traído de la obra La tortuga de Darwin, de Juan Mayorga, en la tortuga HARRIET
necesita acudir a la autoridad de Charles Darwin para demostrar su humanización:
Harriet. Charly previó esa posibilidad, se refiere a ella en el capítulo trece: “En
circunstancias extremas, la materia viva puede evolucionar de forma acelerada”. Él
llamaba a eso “evolución exponencial bajo estimulaciones extraordinarias” (Mayorga,
2014: 480)4.
Al final del texto, cuando por fin ha comprendido que está siendo objeto de
la ambición cruel de un historiador mediocre, de su codiciosa mujer y de un mé-
dico resentido, la tortuga volverá a utilizar la misma estrategia para fingir que está
involucionando, provocando que sus abusadores localicen y lean en alto una nota
del texto del naturalista en que prevenía del carácter reversible de la evolución bajo
condiciones también extraordinarias5.
La tortuga de Darwin es un ejemplo de lo que sería una falsa cita, o en otro
sentido, una cita verosímil, poniendo de relieve esto que afirmamos sobre la doble
apelación de la misma a las dimensiones interna y externa del texto, ya que, en el
y dirigida por este último. Actualmente está en prensa para la editorial Primer Acto, por lo que
cito a partir del texto cedido por cortesía de la Compañía. En este sentido el director y coautor
Javier Yagüe afirma en el dossier de prensa: “Nada que perder se preparó durante año y medio
pero se gestó durante mucho más tiempo. Es fruto de una reflexión que arranca en el 2008 sobre
qué teatro debíamos hacer en una situación tan nueva y cambiante, cuando todas las coordenadas
que nos servían de referencia empezaban a tambalearse”.
3 Dejamos de lado textos como Ruz- Bárcenas de Jordi Casanova, o El rey de Alberto San
Juan, más o menos integrados en el denominado teatro verbatim, y también otro tipo de obras
de carácter biográfico, relacionadas con las anteriores, que por su temática precisan recurrir a la
cita, como La lengua en pedazos (2010) de Juan Mayorga, sobre la figura de Santa Teresa, o el
texto Larrea Toujours (2011) de Daniel Sarasola, sobre el poeta Juan Larrea, o mi obra Exorcis-
mo de sirena (2008), en donde la cita constituye el germen inspirador de la obra, caracteriza la
psicología de un personaje y bucea en el nivel metateatral por formar parte dicho personaje de
una ficción de segundo grado.
4 Es sabido que Juan Mayorga vuelve una y otra vez sobre sus textos; por lo que cito por
“DOCTOR. Aquí está (Lee.) “La evolución exponencial bajo estimulaciones extraordinarias pue-
de ser reversible bajo condiciones asimismo extraordinarias” (p. 510).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 501
capítulo trece de El origen de las especies, Charles Darwin no trata en absoluto del
tema de la evolución exponencial sino que esto es una pura invención del drama-
turgo. Es una cita de autor que burla al espectador, y que, en la dimensión comu-
nicativa interna, insistimos, queda neutralizada. Pragmáticamente, este engaño va
dirigido al espectador puesto que los personajes de la ficción asumen perfectamen-
te la afirmación. Vayamos ahora al tema de la fuente de la cita.
Si el lenguaje, como señalaba W. Floeck (2004)6, está perdiendo su función
comunicativa esencial, no es de extrañar que en algunas de las obras que analiza-
mos se cite del diccionario, cual libro sagrado, al que se conjura para rogar que el
significado de una palabra vuelva a amarrarse a su significante. Por ejemplo, en la
obra Rebeldías posibles (2007) el personaje de ANA, una adolescente anoréxica,
recurre en numerosas ocasiones a la cita de la definición del diccionario para de-
fender su individualidad:
Podría decirse que este tipo de citación es una característica fundamental del
idiolecto de este personaje. Tanto es así, que en otro momento de la obra repetirá la
siguiente cita a modo de letanía detrás de la réplica de cada personaje:
Ana. Esperanza: estado de ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que
deseamos (García y Yagüe, 2007: Escena 7).
Por su parte Paco Bezerra (2011) en Grooming incluía al final del texto,
copiadas sin aparente justificación, la definición de veinticuatro parafilias de un
diccionario especializado de psiquiatría, que el director José Luis Gómez eliminó
en su puesta en escena.
En Segunda vida (2008) de Aitana Galán7 se citará tanto a autores de la
literatura de ciencia ficción como al sociólogo Zigmunt Bauman…; sin embargo,
lo que nos interesa ahora, en relación con la definición o la cita del diccionario, es
destacar que en esta obra se cita a la Wikipedia como diccionario enciclopédico
virtual para desvelar la polisemia del vocablo “avatar” y su origen. Si a propósito
de HARRIET de Mayorga, podemos reflexionar sobre la importancia del emisor
6 Donde se puede leera: “Pero, sobre todo, el idioma ha perdido, a pesar de toda la supre-
macía en los textos, su auténtica función como medio de percepción de la realidad y de comuni-
cación humana” (p. 57).
7 Si grooming es el anglicismo para referirse al acoso sexual a menores por Internet, como
define la protagonista; Segunda vida remite a Second life, el famoso juego de ordenador, creado
en 2003 por Linden Lab y que se convirtió en un fenómeno sociológico al ser seguido rápidamen-
te por más de 14 millones de personas. Para más información sobre este texto y la autora remito
a mi trabajo (Casado, 2012).
502 ALICIA CASADO VEGAS
de la cita, ahora la mención de la Wikipedia como fuente, nos pone ante el dato de
su calidad desde el punto de vista de su peso como autoridad.
La mención de la Wikipedia en Segunda vida en el año 2008 no tiene nin-
guna connotación negativa ni paródica porque en el contexto de la obra sirve para
subrayar la enorme influencia de las nuevas tecnologías en nuestras vidas, muy
al contrario que en Nada que perder 8, en donde la Wikipedia degrada como un
síntoma de erudición a la violeta.
Me detengo a analizar la cita en la escena 5, titulada “Lovemark”, por su
fuerte función dramática, ya que aquí la cita hace, puesto que sirve para la coacción
no solo por su contenido argumentativo de refuerzo de unas ideas, sino sobre todo
por la manera de utilizar este recurso en sí mismo.
Como es el esquema habitual de esta obra, en la escena intervienen tres per-
sonajes, dos enfrentados por un agón, aquí el JEFE y el COBRADOR, y un TER-
CERO que a modo de conciencia va reflexionando con el público sobre todos los
conflictos, pero que por su naturaleza de personaje alegórico9 no interviene ni en la
acción ni en el desarrollo de la fábula.
Estamos en una empresa de cobros con el nombre Cervantes Cobrador en la
cual los trabajadores van vestidos con calzas, camisa negra, gola10 y gorro. Se trata
de un jefe y un empleado que no es capaz de cobrar una deuda:
círculos de poder de la sociedad española actual. La obra se desarrolla a lo largo de ocho escenas
y un epílogo a modo de devastadora conclusión.
9 Recurso este que también podemos ver en Rebeldías en una escena de carácter onírico,
en la que CARMEN recibe la visita de los personajes EXCUSAS 1, 2, 3, 4 y 5 que no van a venir
a arreglar el techo derrumbado de su casa.
10 Una gola que molesta visiblemente al personaje COBRADOR a lo largo de la escena.
11 La ironía se acrecienta cuando el JEFE justifica la pertinencia de la empresa diciendo
que el propio Cervantes era cobrador de impuestos Aquí hay además un guiño a la utilización
demagógica que se está haciendo de la figura de Cervantes por parte de algunos políticos de la
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 503
Jefe. Que no está loco. Que te quiere engañar como engañó al Quijote el pícaro
Ginés de Pasamonte.
Tercero. Wikipedia.
Jefe. Él lo liberó de las cadenas que lo llevaban a las galeras ¿y qué hizo? Ro-
barle y lanzarle piedras. ¡El Libro! ¿Te vas a dejar engañar otra vez?
Cobrador.No.
Jefe. ¿No? ¿Entonces qué vas a hacer? Vas a…
Cobrador. … a ir, sí, le haré pagar.
Jefe. ¡Que te tema! Ay de él como se te suba la cólera al campanario porque…
Cobrador.“… porque vive el Dador, si se me sube la cólera al campanario…”
Jefe. ¡Por fin! Ya oigo a Cervantes.
derecha, que lo que enarbolan como emblema de un burdo patrioterismo nacionalista, reforzada
por esta esporádica acotación irrepresentada en la que resuena la voz de autor: Los huesos de
Cervantes estén donde estén siguen revolviéndose en su tumba.
504 ALICIA CASADO VEGAS
Esta pregunta que a su vez va dirigida al público y que hace que este persona-
je también perfore la Cuarta Pared, dejando al TERCERO sólo en escena con una
reflexión sobre la que descansa el nihilismo de la obra12:
Tercero. ¿Yo? ¿Qué sería capaz de hacer yo por conservar un trabajo? ¿Cómo
silenciaría mi conciencia? ¿Bastaría decirme que lo hago por mi familia? ¿Valgo yo
más que él? ¿Vale más mi familia que la suya?
para mostrar la insaciable codicia de la gran empresa que enajena y fagocita al individuo y su per-
versa exquisitez en el manejo manipulador del lenguaje. Véase en Café (García y otros) la escena
en la que la jefa de Amanda la presiona para que trabaje más utilizando el juego de los puntos
de colores. En Rebeldías posibles, en la Escena 4, titulada “La situación laboral”, cuando García
viene a pedir a su jefe otro día libre más para acudir a su juicio contra su compañía telefónica por
los dichos 28 céntimos, el jefe usará cinco pasos: negociar, burlarse de la persona, amenazarla
(moobing), humillarla y por último emplear el chantaje emocional al hacer que García se sienta
culpable de que echen a Carmen, una compañera en peor situación económica que él.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 505
13 Y este es el ideal que persiguen todos los personajes, prisioneros de la voracidad del
anunciando el día del carro lleno por un euro? Otro: “No será usted el que cruzó doscientas veces
por una paso de cebra y provocó un atasco de varios kilómetros”.
15 Y a propósito de Nada que perder dice ahora Javier Yagüe: “Partimos de noticias y de
cartas al director también, porque ése es el último refugio de alguien que ya no sabe a quién recu-
rrir, lo único que le queda es mandar una carta al director, como el que manda un mensaje en una
botella y la lanza al mar”, en una entrevista recogida por Joana Rei en El español (25/11/2015).
506 ALICIA CASADO VEGAS
Carmen. Claro que sí. Me has dado ejemplo. He recuperado la esperanza. ¿Por
qué no creer que las cosas pueden cambiar. Fácil no es, pero es posible. Cuando estoy
animada, le veo cierto sentido a todo lo que estudiaba. Badiou invita a pensar que hay
una verdad por la que luchar. Zizek propone la agresividad pasiva, empezar por no
hacer lo que no debemos hacer. También propone recuperar las utopías […]. Sloterdijk
pinta un fresco salvaje del cinismo de nuestro tiempo y después hace una apología de la
ingenuidad. Paulo Freire invita a la indignación para salir de la inercia en que vivimos,
activar la voluntad de cambiar. Cambiar para conseguir nuestros sueños, hacer lo que
nos gusta, que no nos humillen, que nos escuchen, vivir un poco mejor… […]. García
nos muestra un camino […]. ¿Qué pretenden que asumamos el sufrimiento? García
nos dice: seamos ingenuos, démonos permiso. Vamos a intentarlo. Lo que podamos.
Da igual. Aunque sea por 28 cts. Aunque sea sólo descolgar el teléfono… […]. Gracias
García (García y Yagüe, 2007: escena 6).
El Tercero. ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me cabe esperar? Las
tres preguntas que Kant se hizo sobre el hombre. Hay una cuarta pregunta que las resu-
me a todas, la pregunta más importante: ¿Qué es el hombre?
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 507
El Tercero. Duele. Profesor, sé que duele, pero habla desde ti. No acudas a una
cita, por favor, no… […] ¿Por qué pensamos que una cita, un proverbio o un refrán tie-
nen más autoridad que un abrazo?
texto y la vida obsérvese que este dato se aporta en un blog que la compañía abrió a la vez que
promocionaba el estreno de la obra, con noticias reales de la actualidad política, titulado “El ruido
que no cesa”.
508 ALICIA CASADO VEGAS
Y como auguraba el TERCERO este momento acabará con una bofetada por
parte del padre al hijo y el insulto de “Rousseau” del hijo hacia el padre, al que le
acaba de decir que toda su filosofía le ha servido para ser un “mierda”, cosa que él
no quiere ser aunque en el fondo se sabe un poco como su padre.
Y en esta escena inicial se produce el hecho inaudito e irrepetible en la obra
de que un objeto cobre voz, una voz peregrina que también se contagiará de las
citas:
Referencias bibliográficas
Bezerra, P. (2010). Grooming. Primer Acto 335, sept-nov, 57-80. Publicada después también en
Bilbao: Artezblai, 2012.
Casado, A. (2008). Exorcismo de sirena. Madrid: Primer Acto.
18 Esta escena significativamente comienza con el recitado del Juramento Hipocrático cuya
figura irá invocando el personaje del TERCERO casi a cada réplica del MÉDICO al hilo del
interrogatorio al PACIENTE, que es el interventor represaliado por cuya causa acaba de morir el
CONCEJAL.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 509
–––––––––– (2010). “El humor en la segunda trilogía de Cuarta Pared”. En El teatro de humor en
los inicios del siglo XXI, J. Romera Castillo (ed), 233-245. Madrid: Visor Libros.
–––––––––– (2012). “Internet en el teatro de Aitana Galán y Paco Bezerra”. En Teatro e Internet
en la primera década del siglo XXI, J. Romera Castillo (ed.), 345-356. Madrid: Verbum.
Floeck, W. (2004). “El teatro actual en España y Portugal en el contexto de la posmodernidad”.
Revue Latino-américaine 14, 47-67.
Galán, A. (en prensa). Segunda vida.
García Araus, L. y Galán, A. (2009). De cerca nadie es normal. Madrid: Primer Acto.
García Araus, L. y Yagüe, J. (2007). Rebeldías posibles. Madrid: ADE.
García Araus, L., Yagüe J. y Sánchez, S. (en prensa). Café.
García Barrientos, J. L. (2001). Cómo se comenta una obra de teatro. Madrid: Síntesis.
Mayorga, J. (2014). Teatro 1989-2014. Segovia: Ediciones la uÑa RoTa.
Teatro invisible de Matarile.
La obra como documento artístico
Teatro invisible de Matarile.
the work as artistic document
1. Introducción
Cuando en 2012, Ana Vallés es invitada a dar una conferencia sobre el tra-
bajo de Matarile en la ESAD de Galicia, la compañía había decidido tomarse un
descanso, con un parón en la actividad que duraba desde 2010. Se trataba de una
conferencia en la que Ana Vallés intenta dar respuesta a la pregunta: “¿Por qué
seguir haciendo teatro?” Una cuestión que ya en Cerrado por aburrimiento (2009)
aparecía explícitamente: “¿Por qué hacemos teatro, Juan?, ¿para qué?”, le pregun-
taba entonces Ana Vallés a Xan Cejudo –uno de los actores–.
Matarile reiniciaría el trabajo con la puesta en escena de Stayng Alive (2013),
una apuesta esencialmente coreográfica, pero es en Teatro invisible (2014) donde la
reflexión sobre la propia trayectoria de la compañía toma cuerpo y se presenta en
escena en forma de documento vivo.
Teatro invisible, una pieza que –como todas en Matarile- escapa a la publica-
ción en papel, está basada en textos de la propia Ana Vallés y Javier Martínez Ale-
jandre, con citas de Didi-Huberman, Gilles Deleuze, Passolini y Tadeusz Kantor.
Fue estrenada en marzo de 2014 en el Festival ALT das Artes escénicas de Vigo,
recorriendo más tarde algunos festivales como el FITO de Orense, FETAL de Va-
510
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 511
2. Estructura asociativa
La pérdida del hilo conductor es una de las claves que de forma más tem-
prana aparece en el teatro de Matarile. No en vano, una de sus primeras puestas
en escena es Hamletmaschine (1989), ocupándose aquí de representar un texto,
pero optando, precisamente, por una obra en la que claramente existe una decons-
trucción de la narración. Una obra de Heiner Müller que tal y como aclara José
A. Sánchez (1994: 156): “sólo puede ser abordada desde su consideración como
un material textual autónomo para ser utilizado en un proceso de composición
escénica”. Y es esto, en efecto, lo que hará Matarile, siguiendo la estela de Robert
Wilson, quien ya había realizado una versión en 1986 dando preponderancia a la
visualidad y al movimiento.
Aunando teatro de comunicación verbal y no verbal, Matarile inicia una com-
pleja y larga andadura a partir Hamletmaschine que empujará a la compañía hacia
un teatro de la emoción, conectado, como veremos, con problemáticas asociadas al
individuo, a la construcción escénica de una intimidad y a la transmisión directa de
las sensaciones. No será este un proceso sencillo y alejado de autoreflexión. Teatro
invisible da cuenta de ello, poniendo en evidencia una de las claves para compren-
der las arquitecturas dramatúrgicas de Matarile: su carácter rizomático.
Deleuze (1997) es invocado por Ana Vallés en un momento de la puesta en
escena, y hemos de entender al padre del modelo epistemológico del rizoma –junto
con Guattari- como referencia filosófica permanente en poética de la compañía. No
solo en lo que se refiere a la desejerarquización de los lenguajes que se emplean,
sino también por lo que la propia estructura rizomática implica: una relación com-
pleja e indirecta entre significante y significado, y a su vez una indisimulada apa-
rición del inconsciente. Deleuze y Guattari (1997: 23) escriben, al respecto: “Lo
fundamental es producir inconsciente, y, con él, nuevos enunciados, otros deseos:
el rizoma es precisamente esa producción de inconsciente”. Un inconsciente que
en Teatro invisible se presenta a través de los actos escénicos y las narraciones que
los circundan, mediante la presencia de una Ana Vallés que se deja llevar por los
impulsos del instante.
3. El teatro como ensayo de la intimidad
512 JULIO FERNÁNDEZ PELÁEZ
como nos recuerda José A. Sánchez (2007: 99): “La idea de la preexistencia del
actor sirvió a Kantor para descartar el proceso de construcción de personajes: es
inútil pretender transformar al actor en otro, lo único que se puede hacer es dis-
frazarlo, enmascararlo”. Guadalupe Soria, en su artículo “Últimos espectáculos de
Matarile”, advierte la influencia de Kantor, en este sentido, y en especial en Acto
seguido (2003):
en la obra se reflexiona de forma explícita sobre las teorías de Kantor. Se trata del mo-
mento de El Teatro de la muerte en que se presenta el proceso por el cual una persona
se transforma en actor, cuando se separa del grupo que pertenece y se sitúa delante de
él, y a partir de ahí, la relación que se establece entre esa comunidad (espectador) y el
actor: el igual que aparece muerto (Soria Tomás, 2007: 550).
el giro fundamental vendrá con su acercamiento a lo que ella misma denomina el teatro
de las personas […] De este modo, la propia directora ha ido redefiniendo su labor ante
el grupo, hasta llegar a concebirla, más que como un trabajo de dirección en el sentido
tradicional, como una actividad que consiste en generar las condiciones para que algo
surja […], resultado del propio trabajo de los actores, a veces de carácter individual,
pero en la mayoría de los casos, de carácter colectivo (2006).
como en The Queen is dead (1999), donde el suelo se había cubierto por trozos
de papel de seda azules. Aunque nunca llegó a configurarse como una compañía
encuadrada exclusivamente en el teatro visual, lo cierto es que Matarile mantuvo
siempre en su trayectoria un extremo cuidado en la gestación de espacios –visua-
les, lumínicos y sonoros–, situándose en no pocas ocasiones en el ámbito de la poe-
sía visual y experimental –en esta dirección tendríamos que hablar del espectáculo
Hombres bisagra (2015), dirigido por Baltasar Patiño–. Un rasgo que regresa con
el último de Matarile: El cuello de la jirafa (2016), donde la poesía de los objetos
determina las performances que los envuelven, y por ende el espacio en el cual se
presentan.
En Teatro invisible se cumplen las premisas de la plasticidad y palabra poé-
tica, si bien aquí ahonda de especial manera en el poder relacional de la poesía, su
capacidad de intercambio emocional. En este sentido, la propia Ana Vallés, en una
entrevista de Laura Corcuera, nos cuenta:
No existe una escena que no implique, al mismo tiempo, los sentidos, el pensa-
miento, el juicio, la emoción; asociaciones, memoria, empatía. El espectador siempre
se implica o, por lo menos, toma posición. Por lo tanto, actúa, tiene la posibilidad de
actuar. […]El teatro como una forma de dar, concebido como una ofrenda (Corcuera,
2006).
Desde la estilización presente en Zeppelin (1997), una pieza que gira en tor-
no al mito de Ícaro, a la danza que tiene como explícita referencia a Kazuo Ohno,
como ocurre en Teatro invisible, han pasado casi dos décadas de experimentación
1 Se refiere a su libro El instante eterno. El retorno de lo trágico en las sociedades posmo-
en las artes del movimiento, y Ana Vallés encuentra por fin la oportunidad de pro-
fundizar en solitario en lo espiritual, sin abandonar por ello la línea ya iniciada y
mencionada teatro del encuentro. Y es en la conexión de la danza con la vida del
butoh donde se topa con esa doble posibilidad. En palabras de Kazuo Ohno, re-
cogidas por Gustavo Collini (1995: 123): “La danza es una forma de vida, no una
organización de movimientos”.
A través de esta danza del instante, profundamente vital y al mismo tiempo
espiritual, Ana Vallés cierra un ciclo que tiene que ver con su investigación artísti-
ca, pero también con su propia vida, su pasado. En Teatro invisible, Ana Vallés saca
a una persona del público a bailar, pero no es una persona cualquiera, sino alguien
que en algún momento compartió con ella un momento importante de su vida. En
Escenas do cambio, por ejemplo, Ana baila en escena con Gema Bahamonde, una
de las actrices que formaron parte de Matarile en los primeros montajes, quien por
fortuna había acudido a la función.
Pero si la danza es equivalente a la misma vida, vivir es equivalente a seguir
bailando, a dar y recibir a través del movimiento, a hacer con el corazón y desde la
locura que habita dentro. La danza, de este modo, se manifiesta en Teatro invisible
como un acto de resistencia frente a la muerte, frente a la invisibilidad.
Eduardo Pérez Rasilla también insiste en su breve estudio sobre Teatro invi-
sible sobre la idea de resistencia. Para Rasilla, estamos ante un acto de resistencia
artística y cultural, que viene dándose, por otra parte, desde el momento en el que
Matarile opta por un teatro periférico, dispuesto siempre a ocupar territorios no
colonizados por el consumismo y los modos masivos de producción cultural en
un contexto de destrucción de valores. “La actriz lémbranos que nos fala ‘desde a
peor Europa posible’. Non entanto, ou presisamente por iso, Teatro invisible é un
acto de resistencia, como o son, xa dende hai uns anos, os traballos de Matarile”
(Pérez-Rasilla, 2015: 71).
Ana Vallés se defiende mediante el arte de su propia desaparición, tratan-
do de exorcizar el presente de aquello que denunciaba en 1975 Pasolini, cuando
pretendía establecer un simíl entre el genocidio cultural y aquella desaparición
fulminante y fulgurante de las luciérnagas, que él había creído observar. Para Pa-
solini (2009), aquellas luces ya apagadas significaban actos de luminosa resisten-
cia frente a la poderosa luz del capitalismo, que impedía la actividad en lo público
desde un posicionamiento radical de regreso a lo esencial para el individuo. Unas
luces que son rescatadas por Didi-Huberman (2012), en su ensayo Supervivencia
de las luciérnagas, para dar pie a la esperanza, al regreso de la luz interna como
expresión vehemente de la resistencia del arte, convertido desde hace tiempo en
vida.
En Teatro invisible, Ana lee noticias culturales de actualidad, no sin ironía,
y dejando ver de forma ácida una latente crítica a los modos hegemónicos de pro-
ducción artística. Su resistencia, asumida a través de ese gorro que denota una
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 519
8. Conclusiones
Teatro invisible se autoconstruye como manifiesto escénico en donde pode-
mos observar las claves teatrales, estéticas y filosóficas de Matarile, presentadas
y ejecutadas por la propia Ana Vallés. Además de poner en evidencia la profunda
influencia de Kantor en el trabajo de Matarile, en Teatro invisible se articulan, de
una forma elocuente, los procedimientos compositivos en la creación escénica de
la compañía, entre los que destacan los referidos al comportamiento escénico. Esta
pieza es, en este sentido, un documento capaz de sintetizar las preocupaciones
artísticas de Ana Vallés, pero también lo es en el hecho de autodefinirse como acto
de resistencia. Una resistencia que encuentra como aliada, la fábula de la desapa-
rición de las luciérnagas. De este modo, la luz que emana desde la obra de arte se
constituye en luziferasa, en química de lo que aun siendo inútil, es capaz de emitir
verdad desde lo íntimo.
Referencias bibliográficas
Collini Sartor, G. (1995). Kazuo Ohno: el último emperador de la danza. Buenos Aires: Vin-
ciguerra.
Corcuera, L. (2016). Entrevista a Ana Vallés: “Se ha asumido la cultura del miedo”. Periódico
Diagonal: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/29833-se-ha-asumido-la-cultura-
del-miedo.html [20/05/2016].
Cornago, Ó. (2005). Los caminos de la creación escénica y Matarile… rile, rón (I). (Fragmentos
de una conversación imaginaria). En Archivo Virtual Artes Escénicas: http://artesesceni-
cas.uclm.es/index.php?sec=texto&id=29 [20/05/2016].
–––––––––– (2006). Morir con las tristezas en los bolsillos. En Archivo Virtual Artes Escénicas:
http://artesescenicas.uclm.es/index.php?sec=texto&id=28 [20/05/2016].
Deleuze, G. & Guattari, F. (1997). Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pre-
Textos.
Didi-Huberman, G. (2012). La supervivencia de las luciérnagas. Madrid: Adaba.
Henríquez, J. (2003). “Sin sombra de duda”. Madrid: La guía del ocio 1425, 7.
Lepecki, A. (2011). “’No estamos listos para el dramaturgo’: Algunas notas sobre la dramaturgia
de la danza.”. En Repensar la dramaturgia, 161-179. Murcia: CENDEAC.
Maffesoli, M. (2001). El instante eterno. El retorno de lo trágico en las sociedades posmoder-
nas. Buenos Aires: Paidós.
Pasolini, P. (2009). Escritos corsarios. Madrid: Oriente y Mediterráneo.
Pardo, J. L. (1996). La intimidad. Valencia: Pre-Textos.
Pérez-Rasilla, E. (2015). “Teatro invisible, de Matarile: un acto de resistencia e paradoxo”. En
Escenas do Cambio 2015, 70-79. Santiago de Compostela: Ed. Xunta de Galicia.
Sánchez, J. A. (1994). Dramaturgias de la imagen. Cuenca: UCLM.
520 JULIO FERNÁNDEZ PELÁEZ
1 En 2003 se hablaba de crisis aun cuando las cifras de audiencia estaban en su mejor
momento. Según datos del Anuario de la SGAE, Madrid superó los tres millones de espectadores,
superando el récord de la temporada 1984-1985. El descontento provenía de la ausencia de auto-
res jóvenes vivos en escena y de la necesidad de establecer contacto con el teatro alternativo para
fomentar la búsqueda de nuevas formas y lenguajes teatrales (Vilches, 2004: 18).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 523
bilidad del sector, solo la de los creadores, que lógicamente no se conforman con
quedarse en casa. En realidad, no es una salida, sino una forma más de protestar
ante la situación”2. Tres años más tarde, Ernesto Caballero, director del Centro
Dramático Nacional, en una entrevista concedida a Paula Corroto, hacía un balan-
ce del fenómeno off:
Han sido iniciativas muy meritorias que hay que reconocer, ver y saludar, pero
tenían que haberse reconvertido profesionalmente […] decir, como se ha dicho, sobre
todo la nueva política, que esto era la alternativa al viejo teatro o la vieja cultura, ha
sido una falacia. La realidad es que se desprofesionaliza el sector, se precariza abso-
lutamente. Y ahí tienes esa realidad de profesionales de primer orden que no tienen ni
siquiera cobertura de desempleo (Corroto, 2016).
Para poder mantenerse a flote, los papeles de gestión, dirección, autoría, pro-
gramación y representación se entrecruzan –no es raro que el mismo autor de la
obra la dirija, o que el director desempeñe un cargo en la gestión del local y además
actúe–. Se trata de un ‘todos hacen de todo’ que parece imprescindible para la su-
pervivencia del teatro off. En este panorama de búsqueda constante de nuevas fór-
mulas y espacios teatrales, el proyecto de José Martret –director y dramaturgo– y
Alberto Puraenvidia –director artístico y escenógrafo–– con la creación de La Casa
de la Portera para la que estrenaron Iván-Off, versión del Ivánov de Anton Chéjov,
seguido en La Pensión de las Pulgas, se ha materializado con un éxito de público y
de la crítica que hace difícil aceptar su clausura3. M.B.I.G. (McBeth International
Group) –versión y dirección de José Martret (2014)– se estrenó en 2013 con moti-
vo de la inauguración de La Pensión de las Pulgas, espacio ubicado en el madrileño
Barrio de las Letras, en la que fuera vivienda de la famosa cupletista de principios
del siglo XX, La Bella Chelito4. La puesta en escena de la versión del clásico de
Shakespeare se sustenta en una experiencia teatral poco convencional en la que
el público no es un mero observador a distancia, sino que convive, respira y sufre
próximo a los personajes de quienes puede hasta sentir el latido de su corazón. El
aforo de treinta y cinco personas permite la creación de una atmósfera íntima que
además hace partícipe al público de la representación en un recorrido por tres habi-
taciones que marca los distintos espacios en el desarrollo de la acción. La versión
2 Ver artículo de Fernández-Santos (2013), “El teatro alternativo llama a su puerta”.
3 La Casa se cerró en 2015 tras tres años de trayectoria y La Pensión verá próximamente
su final en julio de 2016, tras más de 350 representaciones de MBIG.
4 La Bella Chelito, Consuelo Portella, fue además la primera empresaria teatral del país,
propietaria del Chantecler, ubicado en el actual Teatro Muñoz Seca en Madrid. El nombre de La
pensión de las pulgas evoca el famoso cuplé sicalíptico muy del gusto de la época, “La pulga”,
que interpretaba La Chelito. La película que protagonizó Sara Montiel en 1962, bajo la dirección
de Rafael Gil, La reina del Chantecler, traza la historia de una cupletista ficticia, La bella Charito,
mezclando una trama de amor y espionaje antes de la primera guerra mundial.
524 M. REINA RUIZ LLUCH
evoca el precedente de Claudio Tolcachir con Timbre 4, en Buenos Aires, cuando en 1999 adaptó
su piso para crear un espacio para la investigación y puesta en escena de espectáculos de pequeño
formato. El éxito de La omisión de la familia Coleman en 2005 convirtió a Timbre 4 en un refe-
rente del teatro argentino alternativo contemporáneo.
6 La versión de Martret, quien ha manejado cinco traducciones para crear su texto dramá-
tico, mantiene la esencia del original de Shakespeare aunque reduce a diez personajes los más de
treinta del original e introduce el personaje de Camelia.
7 Cabe señalar que trasladar al público por diferentes espacios es algo que se está reali-
las reacciones, gestos, miradas o posturas del resto de los presentes. Es evidente
que la fuerza de las emociones se acentúa precisamente por la escasa distancia
que media entre los actores y el público y la relación tan íntima que se genera,
lo cual provoca una percepción más cercana de las emociones que los personajes
transmiten y un incremento de la empatía, el rechazo y los procesos afectivos que
la escena proyecta. Las habitaciones donde se desarrolla la acción son espacios
sin escapatoria para los asistentes, quienes pueden ser escrutados y estudiados por
otros. Ahí no hay lugar para la distracción, a nadie se le ocurre sacar el teléfo-
no móvil a hurtadillas, cualquier cuchicheo es demasiado evidente, abandonar la
sala –salvo causa mayor– sería improcedente e incluso el excesivo movimiento
del algún espectador o espectadora puede resultar incómodo y distraer al resto de
asistentes que en general permanecen casi paralizados en su asiento fascinados con
lo que ocurre a su alrededor. Las miradas que los actores dirigen al público son
directas, todos los asistentes son testigos de a quién se dirige un personaje cuando
se encara a un espectador.
Para el actor, el público ya no está camuflado tras la intensidad de los focos,
y para los asistentes su presencia ya no es invisible como en los teatros conven-
cionales parapetados detrás de la fila de butacas. Aquí se trata de un cara a cara,
un cuerpo a cuerpo en el que todos, de una manera u otra, forman parte del espec-
táculo. Un ejemplo destacable se daría en el primer acto en los apartes en los que
Macbeth comienza a plantear sus temores ante los vaticinios de las brujas sobre su
ascensión política: “¿por qué vienen a mi cabeza imágenes tan horribles que se me
eriza todo el vello y me late tan fuerte el corazón que parece me va a saltar del
pecho?” (Martret, 2015: 31, la cursiva es mía). MacBeth pronuncia estas palabras
mirando fijamente a uno de los espectadores, aunque se diría que su interlocutor
es él mismo, dejando fluir un monólogo interior en el que a la vez transmite sus
sensaciones –el vello erizado, el latido del corazón– y transfiere la fuerza de sus
sentimientos a su otro yo que, como en la otra cara del espejo se sitúa el espectador.
A la hora de definir el significado del término audiencia habría que remontar-
se a la etimología latina del verbo audire: oír. Cabe recordar que en el Siglo de Oro,
momento de eclosión del teatro en España, el público acudía a los corrales a ‘oír’
comedias, lo cual también sería explicable dada la concepción de los teatros como
espacios interactivos entre público y representantes. Famosas son las peleas de los
mosqueteros y el barullo que podían armar los descontentos si el desarrollo de lo
que sucedía en escena no era de su gusto. Se trataba de una audiencia activa que se
comunicaba de forma directa con los comediantes a quienes increpaban, insultaban
o arrojaban pepinos o tomates si el espectáculo no era de su agrado. Se diría que el
espectáculo estaba servido tanto sobre las tablas como al otro lado de ellas8.
8 El papel de don Quijote como espectador implicado en el episodio del retablo de Maese
Pedro, en los capítulos XXV y XXVI de la segunda parte de Don Quijote, es un ejemplo que
526 M. REINA RUIZ LLUCH
merece recordarse. El caballero confunde la realidad con la ficción y no es capaz de demarcar los
límites entre el teatro y la vida. Al fnal termina destrozando el teatrillo de Maese Pedro cuando
interviene con furia en la huida de don Gaiferos y su esposa Melisendra destruyendo a los moros
que los perseguían y dando mandobles a todo lo que se le pone por delante.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 527
Referencias bibliográficas
1 “[…] la ecuación estatal = político se vuelve incorrecta e induce a error en la precisa me-
dida en la que Estado y sociedad se interpenetran recíprocamente; en la medida en que todas las
instancias que antes eran estatales se vuelven sociales y, a la inversa, todas las instancias que antes
528
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 529
“político” aplicado a los textos teatrales resulta arriesgado porque desde nuestro
punto de vista nos enfrentamos a un concepto dinámico en su significado. Es decir,
el teatro político abre su abanico de posibilidades desde los primeros postulados
de Piscator (1976), muy cercanos al proletkult o al agitprop, hasta el conjunto de
todas las producciones teatrales, tal y como entiende Melchinger (1974) el teatro:
todo el teatro es político.
Para concebir el teatro como político cabría entenderlo como una herra-
mienta de transformación social. Desde este punto de vista, hay que tener presente
siempre al receptor. Supongamos que la realidad que este vive no gusta por opre-
sora, por injusta. El dramaturgo, en este caso, si entiende la realidad de la misma
manera, plantea el texto para que, después de su recepción, el espectador se vea
empujado a tomar conciencia de lo que ha visto en escena y actúe en favor de la
justicia social que, hasta el momento, no existía.
Dicho brevemente: el teatro político se define por un cambio de perspectiva
en la naturaleza del conflicto que plantea. Pasamos de lo individual a lo colectivo:
el nudo de la trama trasciende del personaje y afecta al grupo. Asimismo, dicho
conflicto abandona el ámbito privado para situarse en el terreno de lo público.
Podemos afirmar, con todas las reservas que consideremos, que el auge del
teatro político tuvo lugar sobre todo en el período que abarca finales del siglo XIX,
con creaciones como Los tejedores de G. Hauptmann (1893); hasta los años 30 del
siglo XX con, por ejemplo, La excepción y la regla de B. Brecht (1930-1931). Lo
cual, como venimos afirmando, no significa que no exista o que no esté vigente en
la actualidad. De hecho obras de la literatura portuguesa como la creación colec-
tiva Ao qu’isto chegou (1977) o alguna más reciente como Liberdade, liberdade!
(2013) de Filomena Oliveira y Miguel Real demuestran que esta manera de conce-
bir el teatro continua viva y resulta útil a los dramaturgos y a las compañías.
En la actualidad, en el Hipermodernismo, donde las utopías revolucionarias
han acabado, el déficit democrático aumenta poco a poco, y la mayor parte de la in-
formación que circula se encuentra en manos de ciertos monopolios mundiales; en
esta época, servirse de la literatura/del arte para poner en marcha una movilización
social, supone ir a contracorriente, significa contraponer la libertad creadora a los
poderes dominantes y al mainstream establecido. En este sentido, e inmersos en el
capitalismo neoliberal global, vemos que aquel artista “comprometido” destaca en
medio de una invisibilidad ideológica generalizada. Dicho artista tendría que tener
mucho cuidado para ejercer el sentido crítico y no caer en el arte cromo, en el arte
barato, tal como ya decía Santiago Rusiñol en 1894.
La pieza teatral, a veces –y decimos a veces porque R. Barthes (1993: 21) ya
contemplaba la divergencia entre lo que el autor quiere escribir y lo que el receptor/
eran “meramente» sociales se vuelven estatales, cosa que se produce con carácter de necesidad en
una comunidad organizada democráticamente.[…] surge un Estado total basado en la identidad
de Estado y Sociedad” (Schmitt, 1999: 53).
530 JOSEP RAMON GARCIA I IBÁÑEZ
como dramaturgo en sus inicios en la compañía A comuna (Teatro de Pesquisa). Más tarde sus
textos han sido representados por compañías como Escola da Noite o Teatro de Montemuro entre
otras. Neves se dedica a la escritura no sólo de teatro sino también de narrativa y de poesía. Entre
los títulos que destacamos de sus más de 50 textos teatrales tenemos Finisterrae (1997), Além as
estrelas são a nossa casa (1999), Nunca estive em Bagdad (2006), Jardim suspenso (2010) –Pré-
mio Luso-brasileiro de Dramaturgia António José da Silva–, y Sabe Deus Pintar o diabo (2013).
Entre la producción narrativa hemos seleccionado Precioso (2006) y Cornos da fonte fria (2007).
Y a nivel poético reseñamos Quasi stellar (2013).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 531
Una noche Samuel entrega a su hijo a una mafia de tráfico de órganos. Val-
dete a pesar de sospecharlo, acepta seguir viviendo con el marido con la esperanza
de reencontrar a su hijo. Un buen día Samuel sufre dos ataques y se queda ciego,
momento que ella aprovecha para lanzarlo a aquel foso donde morirá.
El hecho de que la obra sea monologada y que el resto del elenco nazca de las
palabras de Valdete, la protagonista, genera una ambigüedad y un juego de espejos
entre emisor –ausente o no– / receptor –ausente o no.
Samuel es percibido por Valdete como un ser animalizado la mayoría de las
ocasiones. Y lo hace tanto desde el punto de vista físico, al tratarlo como un cerdo
por el olor que desprende, como desde el punto de vista de su comportamiento
sexual, que no sensual, ni amoroso: puramente sexo animalizado. Es cierto que
ella lo percibe con contrasentidos. Hay momentos, pocos, en que lo trata bien y
hay muchos otros en que lo trata mal. Y lo hace aún más a partir de los ataques
que él sufrirá. Justo cuando ella se siente más poderosa y capaz de desatarse de su
“cadena”.
Neves (2009) incorpora a la trama dos personajes más: las dos visitas mudas,
las cuales se desdoblan semióticamente en el texto escrito en público/personaje.
Nuestro papel como espectadores es un papel casi literalmente testimonial, en el
sentido que, tal y como hacen las visitas que llegan a casa de Valdete, nos converti-
mos en oyentes de sus vivencias, pero sin voz activa, aunque en el limbo del terre-
no ficcional, como un coro que escucha los diálogos en segunda persona dirigidos
al marido o los monólogos interiores de la protagonista. Nosotros, lo sentimos,
lo escuchamos, lo completamos todo. Comenzamos a encajar las piezas cuando
conocemos el final trágico del marido y releemos la palabra fim pronunciada un
momento antes: “Dediquei-me ao meu marido e qual foi a paga dele? (Breve pau-
sa.) Se havia alguém que o odiava, esse alguém era eu, e cuidei dele até o fim. E no
fim… a paga” (págs. 9-10). Como también entendemos por qué ella lo minusvalora
después de haber sufrido vejaciones y maltrato de todo tipo: “Era um pulha o meu
marido. Posso dizê-lo agora com todas as letras. Ao princípio foi amor, sim, ao
princípio” (págs. 10-11).
Si seguimos analizando Vulcão desde una óptica política, nos vemos abocados
a observar, aunque sea de manera breve, el contexto real de su escritura, nacida
de la plena libertad creativa y sin carencias o recortes producto de una censura
o de una autocensura. La obra no pretende en sí misma retratar la realidad de la
mujer maltratada, sino que intentaría explicar esa realidad, deconstruirla para que
el espectador pudiera extraer su propio discurso, ya no político stricto sensu, sino
metapolítico. Sí que se lo proponen, a nuestro juicio, Maria Isabel Barreno, Maria
Teresa Horta y Maria Velho da Costa (1979) en sus Novas cartas portuguesas.
Ellas utilizan la voz de los personajes femeninos reales como D. Joana de Vascon-
celos para contar la sumisión de la mujer al hombre tanto dentro como fuera del
matrimonio en el marco de un discurso feminista que tiene su auge en los años 70
532 JOSEP RAMON GARCIA I IBÁÑEZ
del siglo XX. Estas autoras hablan muy claramente, pero utilizando el efecto bre-
chtiano del distanciamiento aplicado esta vez a la narración: “Que desgraça o se
nascer mulher! Frágeis, inaptas por obriçação, por casta, obedientes por lei a seus
donos, senhores sôfregos até de nossos males…” (Maria Isabel Barreno, Maria
Teresa Horta y Maria Velho da Costa, 1979: 166).
En Vulcão no hemos encontrado ningún hecho real que empuje a Neves a
escribir el texto. Quizá sean las reiteradas noticias en prensa de mujeres asesinadas
las que nos conducen al tratamiento en las tablas de este tema: la eufemísticamente
“violencia doméstica”, ya analizada por la APAV (Associação Portugesa de Apoio
à Vítima). Su investigación de 2009, año del estreno de Vulcão, contabiliza 6.682
casos de violencia en el seno del hogar. En un 88% de los cuales, las víctimas eran
las mujeres.
Como venimos diciendo, en esta obra de Neves hay un tema que destaca por
encima del resto: la violencia contra la mujer. Creemos que vale la pena exponer
aquí lo que la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer de
Naciones Unidas (1993), entiende como “violencia contra la mujer”: “Artículo 2.
Se entenderá que la violencia contra la mujer abarca los siguientes actos, aunque
sin limitarse a ellos:
a) La violencia física, sexual y sicológica que se produzca en la familia,
incluidos los malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la
violencia relacionada con la dote, la violación por el marido, la mutilación
genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para la mujer, los
actos de violencia perpetrados por otros miembros de la familia y la vio-
lencia relacionada con la explotación;
b) La violencia física, sexual y sicológica perpetrada dentro de la comunidad
en general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimi-
dación sexuales en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros
lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada;
c) La violencia física, sexual y sicológica perpetrada o tolerada por el Estado,
dondequiera que ocurra” (Naciones Unidas, 1993).
Atendiendo a estos postulados, hemos extraído algunos fragmentos que los
ejemplifican en nuestra pieza, como son: “Vou fazer o que tu queres, sim, não es-
tava a pensar noutra coisa, só penso no que tu queres, meu querido […] (pág. 19)”
o “Voltaste a dominar-me e eu fiz tudo o que tu querias, a tua submissa. […] A tua
submissa… odeio- te!” (pág. 39). Una violencia que Samuel, el marido, ejerce no
solamente contra su esposa, sino que también ejerce sobre el hijo de ambos y sobre
los perros de la casa (violencia contra los animales). Un tipo de violencia sistemá-
tica calificada de exterminio por él mismo: “Habituei-me… E x t e r m í n i o…
ele escreveu a palavra em todos os vidros das janelas do casebre […]” (pág. 16).
En la obra, aparte de este tema principal, aparecen otros dos que podemos
calificar de anejos: la discapacidad sensorial –el hijo de ambos es ciego de naci-
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 533
miento y su padre lo maltrata también: “O meu filho é cego. (Breve pausa.) Fui
contar a história ao meu marido e ele disse ‘Temos em casa um filho da puta dum
sobredotado, é o que é!’” (pág.
12)– y el alcoholismo del marido: “Ele nunca falava com o menino. Era a
bebida a falar, e eu rezava para que o carro seguisse bem na estrada e que nenhum
outro aparecesse de repente pela frente.” (pág. 37). Por tanto, y según los temas
sociales que se tratan, podemos decir que la obra no abandona ni el tema de la
violencia –machista o contra los animales– ni los referidos a la discapacidad o al
alcoholismo.
Ya en el terreno netamente del texto teatral, entendido este como producto
lingüístico, hemos tratado tres aspectos en los cuales hemos observado un conteni-
do sociopolítico: el subtexto, las acotaciones y los parlamentos.
Respecto al subtexto, podemos decir que la parte oculta en Vulcão, así como
las ausencias son muy sugerentes. El reverso de las palabras, cargado de intencio-
nalidad positiva o negativa por parte de quien las dice, lo percibimos más nítida-
mente en los determinantes posesivos nosso, meu, vosso usados en numerosas oca-
siones con diferente sentido según el locutor se refiere a la protagonista, al hijo o al
marido de manera inclusiva o excluyente. Vemos entonces las filias y las fobias de
los tres lados del triángulo familiar: Valdete-Samuel-hijo en el que se muestra un
marido dominante, una mujer-madre protectora y un hijo curiosamente sin nombre
propio alguno, es decir anulado como sujeto político a causa de su discapacidad.
“O meu marido não sabia falar com o filho, não queria, mas, com o calor do álcool,
falava” (pág. 14); “O meu menino cresceu, tinha dez anos […]” (pág. 22).
Otro hecho interesante que afecta al subtexto es el que encarnan los visi-
tadores, quizá policías o quizá funcionarios de los Servicios Sociales que con su
inacción –se limitan a escuchar sin hablar– contribuyen a perpetuar la situación de
discriminación, de maltrato y de crueldad que sufren la madre y el hijo, cosa que
constituye desde nuestro punto de vista una crítica del autor a las instituciones y a
su burocracia, ineficaces e ineficientes: “Por aqui, se fazem o favor, por aqui. Não
reparem. A sala está como está… não reparem. (Espera que as duas personagens
imaginárias ganhem assento e senta-se no extremo da chaise longue, afastada do
pinguim. Algum tempo.) […] Os senhores vão testemunhar a minha maneira de ser,
só pode ser isso.” (pág. 8).
Ya en el terreno de las acotaciones, debemos recordar que la obra empieza
con una acotación escénica llena de simbolismo solamente con dos objetos en el
escenario: la chaise longue, propia de una consulta de un psiquiatra, lo que añade
más polisemia al texto; y el pingüino, el regalo que obtuvo el hijo el único día que
realizaron una salida la familia unida, el único día que disfrutaron de unas horas en
la feria. Este objeto, el peluche, conecta metafóricamente las imágenes en televi-
sión de la matanza de focas en el Ártico que tanto gustaban a Samuel, con el alma
del hijo desaparecido e incluso con el escondite del arma homicida que acabará con
534 JOSEP RAMON GARCIA I IBÁÑEZ
la vida del marido. Otras acotaciones como la que indica el sonido de los ladridos
de los perros o la que indica a la actriz cómo tiene que ir ahogándose ella misma
con sus manos, las manos de Samuel, acompañan semióticamente al público a
penetrar en el mundo ficcional de Valdete. En ambos casos, creemos que Neves
ha pretendido conectar los diferentes planos comunicativos: personajes ficticios-
narradora interna-público para mantener, de nuevo, la conciencia del espectador
atenta al sufrimiento que el ser humano ejerce sobre sus semejantes y sobre otros
animales de manera cruel.
Por lo que respecta a los parlamentos, indicaremos, en primer lugar, la na-
rratividad de raíz en B. Brecht (1963) que se da en todo el texto. Por su naturaleza
monologada, el hecho narrativo está muy presente. Valdete cuenta su mundo inter-
no y su mundo externo, sobre todo el pasado, que veía con visos de felicidad junto
con su marido y que se torna en sometimiento y maltrato; pero también esboza el
futuro que desea liberada de esa cárcel/perrera. Este personaje narrador tiene su
par narratario en las figuras que la visitan y en nosotros como receptores como si
la escucháramos. La diferencia entre aquellas y nosotros, aparte de, obviamente, el
terreno ficcional o no de cada cual, es la inacción de ellas y la acción que se espera
de nosotros espectadores en pro de la erradicación de la violencia contra las muje-
res concretamente y, por extensión, de cualquier tipo de violencia.
Otro de los recursos que hemos incluido en este análisis es el que se refiere
a los refranes, sentencias, etc. Dichos elementos concentran en poco espacio una
gran cantidad de contenido moral y político que no podemos dejar de remarcar. En
ese sentido, el conjunto de máximas que aparecen en Vulcão se centran en dos cam-
pos principales: la manera de comportarse las personas como por ejemplo “[…]
contadas, as coisas lembram- se melhor […]” (pág. 12); y la comparación entre
estas y los animales desde un punto de vista moral: “A esperteza dos monstros não
é humana e foi feita por Deus também […]” (pág. 18).
También nos interesa, dada la complejidad psicológica que nace en la mente
de la mujer maltratada, todo lo concerniente a las contradicciones o paradojas, las
cuales en este caso nos remiten a la psique de la protagonista. Su mente viaja del
odio al amor que siente por su marido, de la misma manera que viajan las mujeres
víctimas de violencia machista: “Era uma jóia.” (pág. 9); “O meu marido tratava
deles [los perros]. […] Era capaz de deitar a língua sobre as línguas deles, uma por-
caria, mas era amor, e eu odiava” (pág. 10). Veamos en detalle este otro ejemplo:
“Tu é que dominavas e eu é que cuidei de ti! (Rindo)” (pág. 42) ¿Por qué Valdete
ríe? Porque siente que a pesar de la tiranía ejercida por el marido sobre ella, ella po-
see una superioridad moral y humana que le dará fuerza suficiente para deshacerse
de todo aquello que la oprime. Primero del marido y poco a poco de los perros.
En esta obra también hemos subrayado dos pares de elementos simbólicos
que se nos presentan como testimonio del maltrato hacia la mujer. Estos elemen-
tos son: el hombre/macho y la libertad/cárcel. En el primer caso, nos referimos al
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 535
Referencias bibliográficas
Ewelina Topolska
Universidad Pedagógica de Cracovia (Polonia)
evetop@hotmail.com
Yalta, se entregó toda la región de Baja Silesia a Polonia, quitándole a su vez los te-
rritorios al este del río Bug (ahora partes de Belarusia, Ucrania y Lituania). Debido
al acuerdo de las grandes potencias los habitantes alemanes (aplastante mayoría)
de toda la región, Liegnitz incluida, tuvieron que abandonar sus casas y trasladarse
a los territorios detrás de la línea Oder-Neisse, mientras que los polacos de las
tierras del este fueron forzados a buscar su suerte en la nueva patria, en las tierras
recuperadas, como las describía la propaganda comunista. De este modo nadie en
la Baja Silesia puede decir soy de aquí.
Si bien las nuevas tierras fueron integradas oficialmente en la República Po-
pular de Polonia, esto no quiere decir que los polacos ejercieran sobre ellas un
control autónomo. En múltiples ciudades de Polonia se establecieron grandes cuar-
teles rusos que permanecieron en nuestro país hasta los principios de los años 901.
Legnica también se vio forzada a acoger uno de esos cuarteles cuyos miembros con
sus familias llegaron a ocupar ni más ni menos sino la tercera (sic!) parte de todo el
territorio de la ciudad, incluida la Plaza Central con su viejo teatro alemán. La ciu-
dad recibió el apodo “La pequeña Moscú”: en 1946 la habitaban 16.700 polacos,
12.800 alemanes y más de 60.0002 rusos (Schwarzgruber 2013).
Jacek Glomb. Un nombre clave para la vida cultural de Legnica y una figura
importante en el mundillo teatral polaco. En el 1994 asumió el cargo del director
del Centro de Arte – Teatro Dramático en Legnica para convertirlo en 1999 en
Teatro Helena Modrzejewska. Glomb tampoco es de aquí. Vino a Legnica desde
Tarnów, una ciudad en la región Malopolska (la Pequeña Polonia) con la capital en
Cracovia. De joven no soñaba vincular su carrera profesional al teatro: se graduó
en historia y quería ejercer de profesor, pero debido a su involucramiento en el
movimiento anti-comunista “Solidaridad”, este camino le fue vedado (Knychals-
ka, 2014: 7). Como era también apasionado del teatro, volcó todas sus energías
en desarrollar esta área y en 1995 se licenció como director teatral por la Estatal
Escuela Superior del teatro en Cracovia. Invitó al teatro de Legnica (que por aquel
entonces estaba a punto de disolución) a sus compañeros de la escuela teatral y
juntos intentaban encontrar una fórmula que garantizara no solamente la supervi-
vencia, sino también el desarrollo de la institución cultural que lideraba. No era una
tarea fácil: al fin y al cabo Legnica no es una metrópolis, sino una ciudad más bien
provincial, de aprox. 100.000 habitantes. Una posible vía que seguir era crear una
oferta cultural dirigida a las escuelas (Kopka, 2007: 6), presentando las versiones
1 El listado de todas las bases del Ejército Soviético en Polonia puede verse en Swiacik
(2010: 179-180).
2 Franciszek Grzywacz (2008: 2) habla de 50.000 rusos, pero sin indicar el año.
540 EWELINA TOPOLSKA
Sin embargo, todos los esfuerzos que hacía Jacek Glomb y su equipo no
acababan de cambiar la imagen del THM como una escena de segunda categoría,
no frecuentada por “la alta sociedad” de Legnica (Kopka, 2007: 28). A la vista de
los insatisfactorios resultados de su trabajo los y las artistas decidieron a apostar
por un plan B.
memorias sobre la actividad del teatro en los años 90, que la idea de trabajar la novela de Cer-
vantes surgió de la sensación que en la sociedad corroída por el salvaje capitalismo “los niños de
la Solidaridad” (2007: 8), gente llena de ideales y decepcionada por el injusto y corrupto sistema
político-social que se acababa de formar, tenían mucho que ver con la figura del noble e ingenuo
hidalgo de la Mancha.
5 “El Manifiesto” fue publicado en el blog del artista: http://jacekglomb.blogspot.
con Jacek Glomb resultó que los dos apuntaban en la misma dirección, solo que
Glomb buscaba una historia local con garra. Empezaron a indagar entre los natura-
les de la ciudad y dentro de poco dieron con una pista: la historia de los gamberros
que en los años 50-60 residían en el barrio más inmundo de Legnica, Zakaczawie.
En las conversaciones recurría la figura de un gitano, Gienek, el macho alpha entre
los rateros de la localidad. Gienek el Gitano emanaba clase: guapo, musculoso (era
el campeón en el culturismo libre), adinerado, temerario… Les inspiraba respeto
a los hombres y cautivaba a las mujeres. Al final se casó con una stripper del hotel
Cuprum, la cual lo abandonó al cabo de un tiempo refugiándose en Italia. Gienek
siguió su huella, pero al final los celos le costaron la vida: en Austria sufrió un
accidente fatal de coche (Kopka, 2007: 26).
Esta historia se volvió la base del primer espectáculo de Legnica que atraje-
ra mucha atención a nivel nacional, la estrenada en 2000 Balada del Zakaczawie
(Ballada o Zakaczawiu). El texto, de la autoría de Krzysztof Kopka, Maciej Kowa-
lewski y Jacek Głomb, parte de los datos y biografías reales, pero recurre a la
ficción cuando los hechos o nuestro conocimiento de ellos no bastan para construir
una historia realmente seductora. Como explica Kopka, este tipo de teatro puede
ser considerado documental, pero no en el sentido de verbatim. Según la definición
propuesta por Will Hammond y Dan Stewart
[t]he term verbatim refers to the origins of the text spoken in the play. The words of
real people are recorded or transcribed by a dramatist during an interview or research
process, or are appropriated from existing records such as the transcripts of an official
enquiry. They are then edited, arranged or recontextualised to form a dramatic presen-
tation, in which actors take on the characters of the real individuals whose words are
being used (2008: 9).
Tanto La Balada, como Los levantamientos y las caídas de una ciudad que
vamos a analizar más adelante pertenecen al teatro documental en el sentido más
amplio, un teatro que crea el espacio para examinar y reconsiderar los eventos pú-
blicos del pasado y presente, así como desarrolla la cultura oral del teatro (Reinelt,
2009: 11). Las figuras reales se mezclan con las ficticias, cuyas biografías están
tejidas, a modo de una almazuela, de múltiples anécdotas y memorias recogidas
por los autores.
Aunque la verdad de La Balada queda embellecida e intensificada por la
imaginación de los autores, en algunos casos el público no sabía distinguir entre
el periodismo teatral y la licentia poetica. En una conversación que tuve con Kr-
zysztof Kopka el 19/05/2016, cuando coincidimos en Legnica para ver la nueva
producción del THM, Tsar el Impostor6, el dramaturgo recordaba las reacciones
6 El espectáculo revoca la figura del Dimitri I El Impostor, el supuesto hijo del Iván el
explicó que, dado que los habitantes de Legnica no querían venir al teatro, él decidió salir con su
teatro a las calles a buscarlos. De ahí que el estreno de La Balada se diera en el corazón de la zona
más desfavorecida de la ciudad.
8 Como comenta Kopka, aunque en principio sus aspiraciones eran modestas, resultó im-
posible hablar del Zakaczawie en los años 50 sin hablar de las circunstancias en las que se desen-
volvía la vida en la República Popular de Polonia: en el caso particular de Legnica, sobre todo la
presencia del Ejército Soviético (2007: 39-30).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 543
Jacek Glomb, buscando una idea original para celebrar la larga vida del im-
ponente edificio que llevaba más de un siglo y medio acogiendo a los amantes
de Talía, concluyó, junto con un joven (por aquel entonces) dramaturgo Robert
Urbanski, que lo mejor que se podía hacer con el motivo de ese aniversario era
recurrir a la biografía… del edificio mismo. Así nació el drama Los levantamientos
y las caídas de una ciudad.
El titulo polaco, Wschody i Zachody Miasta, presenta dificultades a la hora
de traducir, ya que contiene un doble significado imposible de trasvasar en español.
Por un lado, wschód y zachód denotan los puntos cardinales: este y oeste. Otra
posible acepción es la salida y la puesta del sol. El mismo autor nos proporciona la
siguiente interpretación:
Zimmermann, reina la alegría: ¡el teatro tiene por fin su escena giratoria! Se in-
troducen también otras modernizaciones, descritas en la cita prestada de la página
del teatro e insertada más arriba. En la escena los actores y actrices presentan a
los clásicos alemanes como Goethe y Schiller, la orquestra toca a Edvard Grieg,
los habitantes de Liegnitz9 aplauden con entusiasmo… El periodo descrito en las
escenas 1-3 de la primera parte (Urbanski 2003b:7-17)10 fue evocado en las memo-
rias de Carl H. Hiller, un crítico de ópera nacido en 1926, quien pasó su infancia y
adolescencia en Liegnitz:
9 En la conversación que mantuve con Robert Urbanski, en marzo de 2016, el autor hizo
familiares de los alemanes expulsados de Liegnitz después de la segunda guerra y otras personas
interesadas que dominen alemán pueden familiarizarse con el texto del drama.
11 Al preparar la obra Robert Urbanski realizó un gran número de entrevistas con los an-
tiguos (y supervivientes: todos eran de la edad muy avanzada y, como subrayaba el autor, era el
último momento para rescatar sus historias) habitantes de Liegnitz, cuyas memorias se recogieron
en la publicación, otra vez bilingüe, El teatro de la ciudad/ La ciudad del teatro (2003a).
12 Fijémonos que son los apellidos de los directores reales. El nombre hace referencia a
Henriette Ohnra, una estrella de la escena de Liegnitz de la preguerra (Hiller, 2003: 44).
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 545
13 En Internet circula una película que documenta la entrada del Ejército Rojo (después
salvajes combatientes que no sabían valorar la belleza y el progreso que emanaba ciudad. Mann
comenta, por ejemplo, que la mayoría no sabía usar el baño, por lo cual dejaban sus excrementos
por doquier.
15 Para la descripción detallada de la expulsión de los alemanes de Legnica véase Swiacik
(2010: 26-33).
16 Aunque creando este personaje Urbanski no se apoyaba en ninguna biografía real, gra-
cias a la entrevista con el judío polaco residente en los EEUU, Jakub Szczupak, llegó a saber que
en la Legnica de posguerra realmente trabajaba un sastre teatral judío, Jakub Lejb (Mokrzanows-
ka, 2002). Auerbach recibe el nombre del hijo de J. Lejb, Eliasz.
546 EWELINA TOPOLSKA
De vez en cuando se daban casos cuando bien los antiguos dueños de las casas forzosamente
abandonadas en 1945, bien sus familiares llamaban a la puerta de los silesianos y pedían permiso
para echar un vistazo a su antiguo hogar.
EL TEATRO COMO DOCUMENTO ARTÍSTICO, HISTÓRICO Y CULTURAL EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI 547
tado18, Zofia Krupska, la vieja limpiadora del teatro, reconoce el rostro de su amor
de antaño, Sebastian.
Si el teatro huye de este mundo, no cumple con su papel. Como dijo alguien
más sabio que yo: “Actúa local, piensa global”. Las historias locales construyen a las
universales. Tengo la impresión de que el teatro que dirijo está obligado a participar
en la construcción de la identidad de estas tierras. Estas tierras que durante siglos no
eran polacas, los polacos aparecieron aquí después. El problema persiste hasta hoy en
día, porque seguimos tachando de “posalemán” lo que hay aquí. Y el rol del teatro es
ocuparse de ello.
Hasta hoy, Glomb sigue fiel a este programa, proponiendo a los habitantes de
Legnica y los alrededores obras que les ayuden a entender su propia historia y, por
extrapolación, la historia de Polonia.
Referencias bibliográficas
Derkacz, R. (2011). Ludzie boja sie teatru”. Niezły numer. Dziennik Festiwalu Teatru Nie-Zlego
1, 2.
Freidenberg, B. (2003). “Jak poznałem Trzy siostry ”. En Teatr miasta/ Miasto teatru, R. Urbans-
ki (ed.), 174-188. Legnica: Oficyna Wydawnicza Atut.
Glomb, J.; Knychalska, K.; Kopka, K. & Urbanski, R. (2012).).”Manifest kontrrewolucyjny”.
Jacek Glomb. Oficjalny blog, http://jacekglomb.blogspot.com/2012/01/manifest-kont-
rrewolucyjny.html [25/05/2016].
Grzywacz, F. (2008). Legnica za radzieckim murem. Legnica: Edytor.
Hammond, W. & Stewart, D. (2008). Verbatim. Contemporary Documentary Theatre. Londres:
Oberon Books.
Hiller, C.h. (2003). “Bok drugiego balkonu”. En Teatr miasta/ Miasto teatru, R. Urbanski (ed.),
28-48. Legnica: Oficyna Wydawnicza Atut.
Knychalska, K. (2014). “Trudny przypadek Jacka Glomba”. Nietakt 18, 5-9 (también en https://
issuu.com/marzgabryk-ciszak/docs/nietak_t_nr18 [25/05/2016]).
Kopka, K. (2007). “Wstep”. En Dramaty Modrzejewskiej. Antologia sztuk napisanych dla teatru
w Legnicy, R. Urbanski (ed.), 5-53. Gdansk: Slowo/obraz terytoria.
Legnica 1945 R. https://www.youtube.com/watch?v=KQSl2RbKxcQ [25/05/2016].
18 El hombre es hijo del hermano de Sebastian y su mujer judía, Elza. Los dos pierden la
Mann, F. (2003). “Dni, w których rozstrzygnal się los miasta Liegnitz”. En Teatr miasta/ Miasto
teatru, R. Urbanski (ed.), 111-130. Legnica: Oficyna Wydawnicza Atut.
Mokrzanowska, M. (2002). “Zydowski swiadek”. Gazeta Wroclawska 09/08.
Schwarzgruber, M. (2013). “Czas wracac. 20 lat temu wyjechali ostatni radzieccy zolnierze”.
Interia facet, http://facet.interia.pl/obyczaje/historia/news-czas-wracac-20-lat-temu-
wyjechali-ostatni-radzieccy-zolnierz,nId,1027597 [25/05/2016].
Swiacik, J. L. (2010). Podwojnie strzezeni. Armia Radziecka w Legnicy (1945-1993). Wroclaw:
Stowarzyszenie na Rzecz Promocji Dolnego Slaska.
Reinelt, J. (2009). “The Promise of Documentary”. En Get Real: Documentary Theatre Past and
Present, A Forsyth, C. Megson (eds.), 6-23. Houndmills: Palgrave MacMillan.
Urbanski, R. (s/f). Zarys dziejow teatru w Legnicy. Teatro Helena Modrzejewska, http://www.
teatr.legnica.pl/o-teatrze/32-zarys-dziejow-teatru-w-legnicy [25/05/2016].
–––––––––– (2003a). “Wprowadzenie”. En Teatr miasta/ Miasto teatru, R. Urbanski (ed.), 9-15.
Legnica: Oficyna Wydawnicza Atut.
–––––––––– (2003b). Wschody i Zachody Miasta. Legnica: Oficyna Wydawnicza Atut.
Wolska, H. (2003).”Milosc i roboty przymusowe”. En Teatr miasta/ Miasto teatru, R. Urbanski
(ed.), 131-141. Legnica: Oficyna Wydawnicza Atut.
Publicaciones del Centro de Investigación
de Semiótica Literaria, Teatral
y Nuevas Tecnologías
Director: José Romera Castillo
Departamento de Literatura Española y Teoría de la Literatura (UNED)
jromera@flog.uned.es
Una mayor información sobre las actividades del Centro puede verse en su
página web: http://www.uned.es/centro-investigacion-SELITEN@T.
I. Actas de Congresos
1. José Romera Castillo et alii, eds. (1992). Ch. S. Peirce y la literatura.
Signa 1.
2. José Romera Castillo et alii, eds. (1993). Escritura autobiográfica. Ma-
drid: Visor Libros.
3. José Romera Castillo et alii, eds. (1994). Semiótica(s). Homenaje a Grei-
mas. Madrid: Visor Libros.
4. José Romera Castillo et alii, eds. (1995). Bajtín y la literatura. Madrid:
Visor Libros.
5. José Romera Castillo et alii, eds. (1996). La novela histórica a finales del
siglo XX. Madrid: Visor Libros.
6. José Romera Castillo et alii, eds. (1997). Literatura y multimedia. Madrid:
Visor Libros.
7. José Romera Castillo y Francisco Gutiérrez Carbajo, eds. (1998). Biogra-
fías literarias (1975-1997). Madrid: Visor Libros.
8. José Romera Castillo y Francisco Gutiérrez Carbajo, eds. (1999). Teatro
histórico (1975-1998): textos y representaciones. Madrid: Visor Libros.
9. José Romera Castillo y Francisco Gutiérrez Carbajo, eds. (2000). Poesía
histórica y (auto)biográfica (1975-1999). Madrid: Visor Libros.
10. José Romera Castillo y Francisco Gutiérrez Carbajo, eds. (2001). El cuen-
to en la década de los noventa. Madrid: Visor Libros.
11. José Romera Castillo, ed. (2002). Del teatro al cine y la televisión en la
segunda mitad del siglo XX. Madrid: Visor Libros.
12. José Romera Castillo, ed. (2003). Teatro y memoria en la segunda mitad
del siglo XX. Madrid: Visor Libros.
13. José Romera Castillo, ed. (2004). Teatro, prensa y nuevas tecnologías
(1990-2003). Madrid: Visor Libros.
549
550 JOSÉ ROMERA CASTILLO
II. Revista
Asimismo, el Centro de Investigación edita, anualmente, bajo la dirección
de José Romera Castillo, Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica.
Hasta el momento han aparecido los siguientes números: 1 (1992), 2 (1993), 3
(1994), 4 (1995), 5 (1996), 6 (1997), 7 (1998), 8 (1999), 9 (2000), 10 (2001),
11 (2002), 12 (2003), 13 (2004), 14 (2005), 15 (2006), 16 (2007), 17 (2008), 18
(2009), 19 (2010), 20 (2011), 21 (2012), 22 (2013), 23 (2014), 24 (2015), 25
(2016) y 26 (2017). La revista se edita en formato impreso (Madrid: Ediciones de
la UNED) y electrónico:
http://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=1349
http://www.cervantesvirtual.com/portales/signa/
http://e-spacio.uned.es/revistasuned/index.php/signa/issue/archive (desde el
número 13 y siguientes).
JOSÉ ROMERA CASTILLO
(EDITOR)
JOSÉ ROMERA CASTILLO
(EDITOR)
Teatro y música
en los inicios
Teatro y música en
del siglo xxi los inicios del siglo XXI
I.S.B.N.: 978-84-9074-312-6