Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
64 AIH-ACTAS. IRVINE 92
cultura, que pasa como hemos dicho por momentos difíciles. Este nuevo
humanismo no significa populismo, ni regionalismo sentimental con su
carga de represión e insolidaridad y su cariz provinciano y paleto,
significa una crítica tanto frente al mito del progreso del positivismo
ilustrado, como frente a un regreso al pasado preindustrial.
Estos discursos se relacionan asimismo con lo que Kenneth Framton
ha llamado "regionalismo crítico," que consiste en desarrollar una
relación dialógica entre lo local y las formas culturales hegemónicas o
universales.2
Una de las modalidades del discurso que trata de dar voz al "otro"
es el testimonio. Modalidad que ha venido cobrando indudable auge en
las últimas décadas, desde que en los años sesenta Miguel Barnet lo
formalizara teórica y prácticamente. Lo peculiar de este discurso es que
la voz del otro no se ofrece desde la perspectiva de un yo de cultura
hegemónica o metropolitana, sino que llega directamente. Es la voz de
un yo que lucha contra la desigualdad que implica la dicotomía yo/el
otro. Sin embargo esto no quiere decir que se elimine la relación
dialógica entre lo local y las formas culturales hegemónicas, ya que,
como es sabido, existe un mediador, el autor, que en posesión de estas
últimas elabora con ellas, en mayor o menor medida, el discurso oral del
testimoniante. Aunque es indudable que la denuncia es una función
central del testimonio, este tipo de discurso tiene además otras funciones
asimismo extraliterarias. Por una parte pretende que se reconozcan los
valores que definen la identidad del colectivo al que pertenece el yo del
hablante testimonial. Y por otra reclama su propio espacio, de manera
que lo nacional quede enriquecido y adquiera un sentido más completo
y exacto de su identidad. Pero además, el testimonio tiene la función de
comunicar el resultado de una experiencia, normalmente frustrada o
equivocada en algún sentido, respecto a la que debiera haberse seguido
para no haber llegado al grado de "otredad" en que se encuentra en el
presente, o para no haber incurrido en incoherencias en la lucha
mantenida por salir de ella, por lograr comunicarse en igualdad de
jerarquía con el resto de los colectivos nacionales. El reconocimiento de
las contradicciones o errores de unas conductas individuales o
trayectorias históricas lleva implícito una idea de ejemplaridad. El
hablante dirige su testimonio no sólo al colectivo dominante o
hegemónico sino también a los miembros del suyo propio, a los que
alecciona sobre determinados riesgos o errores de su conducta y/o
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
65
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
66 AIH-ACTAS. IRVINE 92
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
67
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
68 AIH-ACTAS. IRVINE 92
socioeconómicas, que, según su criterio, han sido unas de las causas que
han condenado a su pueblo al más extremo subdesarrollo. Pero además
de la evidente denuncia, también parece desprenderse del texto, como
ya observamos, un intencionado acto de contricción (que se simboliza en
el acto expiatorio de Candelario), como una pública confesión de los
propios y ajenos errores, de que les asiste una cierta culpa en la
condición degradada de su existencia colectiva. Culpa que deben
reconocer y asumir según la conclusión moral que parece derivarse del
conjunto de los testimonios recogidos en el texto.
Candelario Navarro cuenta su historia desde un presente desolador:
"Ahora vivo aquí solo. Aquí, al pie de esta ramazón seca y espinuda que
ataja la arena que viene andando desde el desierto, empujada por el
viento áspero y caliente ... Miro a mi alrededor y siento la soledad como
un silencio opresivo, marcado por la ceniza del fogón apagado y el
aspecto mísero de las ollas negras, carcomidas ... La casa es de carrizo
cubierto de barro y el piso de tierra suelta que mis pies y el agua nunca
pudieron dominar ... Por eso es que el asedio del abandono se me hace
tan patente ... Hacia dónde mire encuentro el escarnio de la destrucción,
la roña afilando sus dientes ... Si hablo, mi voz, viva, queda atrapada en
el silencio vacío, dando vueltas como un murmullo extraviado,
quejándose , aullando, llorando lastimeramente, entonces me convenzo
de que viví encerrado en un tormento vicioso que yo mismo he alimentado
con mi desidia desde años atrás " (39). He subrayado la conciencia que
parece tener al narrador de su propia culpa (lo cual confirma nuestra
hipótesis) tormento moral que se suma a las penosas condiciones físicas
a las que voluntariamente se ha condenado a sí mismo.
Sin duda el núcleo central del relato es la razón del retorno de
Candelario Coyungo,7 ciudad en donde se instaló treinta y cinco años
atrás del presente de la narración, para vivir en las condiciones que
hemos oído en la cita anterior. Hasta los confines de Coyungo (léase el
infierno, el purgatorio o el exilio) se fue Candelario para expiar los
errores de su juventud. Al viejo narrador —especulativo y observador-
no le queda allí sino el poder ensimismarse en los recuerdos de su
pasado o en otras múltiples cavilaciones, entre las que destacan diversos
aspectos de las otras culturas nacionales: la metropolitana o hegemónica
y la de "los gentiles," esta última a través de su oficio de huaquero. Todo
ello, narrado a un supuesto interlocutor, va evidenciando ante el lector
la idiosincrasia del colectivo al que pertenece el narrador. En un tono
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
69
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
70 AIH-ACTAS. IRVINE 92
acaparar todo sin ponerme a pensar en los demás ... En adelante —conti-
núa diciendo Candico- todo fue para mi como una maldición" (106).
Pero es también a partir de entonces cuando Candelario comienza a
tomar conciencia de su conducta insolidaria e irresponsable. Esta
situación culmina el año 1945, año en el que participa en una campaña
electoral apoyando a un candidato latifundista, uno de la familia Borda,
dueños por entonces de la región habitada por su pueblo. Candelario
trabaja para la candidatura de hombre explotador de los suyos y se
opone al candidato aprista que era un hombre del pueblo como él mismo
y que luchaba por los intereses de todos. Este y otros comportamientos
semejantes acaban sumiéndole en una crisis personal que en el año 1946
le conduce a quedarse en el purgatorio de Coyungo tras abandonarlo
todo.
Al resemantizar la cultura hegemónica, que como tal les ha sido
impuesta, el narrador va destacando su propia identidad o la singulari-
dad con la que han hecho suya esta cultura. Entre lo que destaca
sobresale el libre y sano ejercicio de la sexualidad (aunque como ya
hemos dicho se condene la irresponsabilidad y desidia a que puede
conducir cuando se convierte en comportamiento y valor excluyente)
pero también otros aspectos referidos a lo sensual. En general, los
valores centrales que identifican la idiosincrasia de este pueblo, a juzgar
por lo referido por Candico, parecen estar al servicio de lo primario, de
los sentidos, de lo corporal. De ahí que, por ejemplo, se destaque
también la gastronomía, de la que Candelario nos ofrece singulares
recetas de perro, burro, culebra y otros exóticos ingredientes. Es singular
asimismo —e indicio también de lo anterior— la mentalidad positiva y
pragmática del narrador, mentalidad que se traduce no sólo de la
negación de todo aquello que no admiten sus sentidos físicos, o su
sentido común, en la negación de toda metafísica o toda trascendenden-
cia, sino también en el sentido práctico de su saber tradicional, evidente
en las numerosas fórmulas o recetas que nos va refiriendo Candelario
sobre medicina (29, 32), contra el embarazo (122), para conservar el
pescado fresco todo el año con métodos naturales (126), para adelgazar
(89), etc. Otras refieren trucos para vengar la afrenta del varón, o
"revelan" la relación entre ceguera y "gozar parado."
En todo el conjunto de aspectos sobre mentalidad, creencias, hábitos
y costumbres que se recogen en el testimonio de Martínez como propios
de su pueblo, queremos ver una singular sintonía con el pensamiento
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
71
Notas
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.
72 AIH-ACTAS. IRVINE 92
AIH. Actas XI (1992). Narrativa y testimonio popular: Gregorio Martínez. MARINA GÁLVEZ ACERO.