Você está na página 1de 5

A las fuentes de una oposición fundamental.

En la antigüedad había interpretación no traducción y era llevada a cabo por un


individuo bilingüe.
La interpretación es una traducción natural. Por eso se puede considrar la
interpretación como la operación de traducción que a la vez la más elemental y la más
fundamental (N.1 p. 21).
Esta función se fue profesionalizando de manera progresiva y el testimonio más
antiguo se encuentra en las paredes de las tumbas d’Elephantine (p:21) Alto Egipto,
III milenio a.C: cita de Newmark p. 22 nota 2).
Aunque no se tengan fuentes, de reflexión sobre la traduc. En esta època, notaremos
que la diferenciación de los idiomas en la mitología egispcia es atribuida a THOT, Dios
de la sabiduría y de la magia. Se le asignaba entre otras cosas la invención de la
escritura. El era el mensajero y escriba de los dioses. Se le representaba bajo la forma
de un ibis, o de un babuino.
Referencia de los sumeros, inicio de polisemización en IV a.C. y era BOCA , a
palabra a grito, a nariz. En el texto de Georges Mounin Op.Cit. 23- Ver en el texto
referencia al rebus.
Los conquistadores semítico no sólo tomaron de los sumerios su escritura, además
conservaron preciosamente las obras literarias de éstos que estudiaron e imitaron
durante mucho tiempo después de que el idioma sumerio haya desaparecido como
idioma hablado. De ahí se explica la necesidad de diccionarios en los cuales las
descripciones y las palabras sumerias eran traducidas en akkadien. (Kramer, 1957,
46) pag. 24
El episodio sumerio AKKADIEN se presenta entonces una etapa capityal en el
establecimiento una ciencia de los signos, tanto en el plano intralingüïstico como
interlingüístico. Mounin subraya que esta cultura bilingüe, generò no sólo formas de
filología y de lexicografía en los escribas Akkdien, sin o también la preocupación de
investigar constantemente los textos antiguos.
El akkadien desempeñaba el papel de idioma diplomático con Aménophis III (1400
a.C.), Cary, 1956, p. 137/ 25.
El resplandor de Sumeria se manifiesta también en dos campos culturales aún más
ligados a la actividad de traducción. Samuel Noah Kramer subraya varaia veces la
analogía entre ciertos números de temas bíblicos y los de la mitología sumera. El ve en
esto una posible influencia remota por medio de los cananeos.
Particularmente sorprendentes son las similitudes que encontramos en el poema
sumerio intitulado “Enki et Ninhursag” (texto de 278 versos), donde se encuentran
evocados los temas del Eden, de la Caída, de un estado preadamita en donde la mujer
daba a luz sin sufrir. Kramer sugiere incluso a partir de este poema la resolución del
enigma planteado por el pasaje de la Biblia en cual Dios crea a Eva, la madre de todos
los seres vivos, a partir de una costilla de Adán. (...se habla del poema). “ti” significa
costilla y también hacer vivir. “Nanti”, significa la señora de a costilla y también la
señora que hace vivir.
Este juego de palabras literario, uno de los primeros que se conozca, pasó a la Biblia,
donde perdió naturalmente su valor, puesto que en hebreo, las palabras que significan
costilla y vida no tiene nada en común. (Kramer, 1957, pag. 198-99,/25)
2

El segundo fenómeno señalado por Kramer es la imitación-préstamo literario. Lo


estudia a partir de la “Epopeya de Gilgamesh” (detalles en las pp.25-26). Smith
encontró una versió en Akkadien en 1862. Luego se encontraron varias tabletas del
siglo XVIII y XVII A.C. que constituían una primera versión de este poema en
sumerio.
Kramer concluye en base a estos descubrimiento que: es seguro que el texto babilonio
de la epopeya había sido traducido y plagiado-remedado un poco en todos los lugares
en el medio Oriente durante períodos muy antiguos. (Kramer, 57, 237/26).
Jonson (citado por T.R. Steiner, 1975, pag. 117-118/26), menciona en su texto que las
consecuencias de este imperialismo lingüístico y cultural, refiriéndose a lo griegos.
Sin embargo, enocontramos dos elementos que no nos pueden dejar indiferentes: la
práctica del oráculo y un comienzo de reflexión sobre el lenguaje.
Los dioses daban sus respuestas bajo formas de signos diversos: sueños, ruidos,
palabras que el el Ermeneus interpretaba para los consultores del oráculo. Esta
costumbre revela una conciencia ya aguda de la ambigüedad dellenguaje y de manera
general de la ambigüedad inherente a toda forma de comunicación, a toda forma de
expresión. El sentido no es dado, hay que construirlo, interpretarlo a partir de un
enunciado formal. Encontramos implícitamente en este uso de los signos una
semiótica potencial. La parte imponderable inherente al mensaje recibido permitía
sondearlo para intentar establecer una relación con un más allá divino. El
psicoanálisis de hoy, en otro plano, asume un rol, papel análogo en la exploración del
inconsciente.
Cratilo pretende qua hay para cada cosa un nombre que le es naturalmente apropiado
y que no es un nombre que algunos hombres le hayan atribuido por convención,
aplicándole tal o tal sonido de su voz, sino que la naturaleza atribuyó a los nombres un
sentido propio que es el mismo con los griegos y con los bárbaros. (Platón 1967, p.
391/27). En el estudio etimológico que hace Platón en el Cratilo, él considera la
posibilidad de una creación “por paerte de una potencia más divina que los hombres”
para los nombres “que tienen una relación con las cosas eternas y la naturaleza”.
(Platón Op.Cit. p. 412/28).
Georges Mounin Op. Cit, 1974, pp- 93-94/28, habla de Aristóteles. Robins, 1976, p.
37/28, habla de Denys de Thracia, con una aptitud empírica hacia la construcción
gramatical que para algunos comentaristas envilecía la materia que enseñaban.
Los griegos en el 360 a 280 a.C. fueron traducidos por los Tolomeos.
La biblia (las escrituras, o también los libros), se dividen en tres grupos:
LA TORAH, la ley (según el cánon católico “ Le Pentateuque”, el pentateuco).
LOS NEBIIM, (los profetas)
LOS KETUBIM (los escritos).

Cap. 5 Divergencias y reacciones


Pag. 252
A través de Gershom Sholem “quien milita en el movimiento sionista”, Benjamín se
reencuentra con la tradicción judaica, se iniciará a la cábala y a las tradiciones
hassidiques, esta influencia va a marcar sus ensayos, entre los cuales los que son a
cerca del lenguaje y de la traducción. (Nota al margen: n. 112— Friedrich Podkus “ reseña
biográfica” en Benjamín, (Euvres, vol, 1, Mitos y violencia
3

Nuestros desarrollo sobra la vida de B. Debe mucho a esta reseña, así como al prefacio de Maurice de
Gandillac para esta misma edción. Señalamos igualmente que el número 1 de la Revue d’Esthétique
(1981) está enteramente dedicado a Benjamín.

En 1923, Benjamín publica, al principio de su traducción de los Tableaux Parisiens de


Baudelaire, su ensayo sobre “ La tarea del traductor”. Este texto prestigioso es
frecuentemente presentado como el manifiesto de la técnica literalista que constituye
lo que hemos descrito como la influencia alemana; el texto nos regresa también por
medio de la cultura del autor a una resurrección de las posturas gnósticas en materia
de lenguaje y por lo tanto de traducción. En su ensayo “Sobre el lenguaje engeneral y
sobre el lenguaje humano”, Benjamín plantea el lenguaje como expresión de una
“esencia espiritual” más o menos fácil de alcanzar, de percibir: “Lo que significa, por
ejemplo que el alemán no es de ninguna manera la expresión de todo lo que por él
nosotros pensamos , sino más bien la expresión inmediata de lo que en él se comunica.
Ese “se” es una esencia espritual, Es entonces obvio desde el principio que la esencia
espiritual que se comunica en el lenguaje no es el propio lenguaje, más bien algo que
se distingue de él. (B. 1916/17, 80). Pag. 253.
En el corazón de su filosofía domina el concepto de revelación: “en el interior de toda
estructura lingüística reina el conflicto entre lo expresado y lo expresable por una
parte, lo inexpresado y lo inexpresable por otra . “ (Cita de las Obras Completas/254).

De la Biblia toma las dos nociones: 1- del verbo creador y 2- de acto de denominación,
como conocimiento: “en Dios el nombre es creador porque es verbo, y el verbo de Dios
es “saber” porque es nombre” (Obras , nota 117). El acto a través del cual el hombre
fue creado no procede directamente del verbo, fue una operación en segundo grado a
partir de una materia pre-existente , una imagen a la cual Dios no presta más que la
facultad de denominación y de conocimiento: “ En comparación de la infinitud
absolutamente ilimitada y creadora del verbo divino, la infinitud de todo lenguaje
humano permanece siempre como esencia limitada y analítica” (cita 118, ibid, 89)/
254. A la junción (en el punto de encuentro), del verbo divino y del lenguaje humano
se sitúa el nombre propio:
Refiriéndose a la primera cita de la pag. 254, Ballard hace este comentario:
Esta concepción a la vez platónica y judaica (y a fin de cuentas, gnóstica), del nombre
excluye la idea de arbitrariedad (signo lingüístico).
Entre le mutismo triste de las cosa creadas, incapaces de expresar su esencia
espiritual, y el lenguaje puro de Dios que crea y nombra, el lenguaje humano aparece
como “aquél que concibe”:
“En el nombre el verbo divino no se conservó como aquél que crea, se volvió por una
parte aquél que concibe, aunque se impone sobre el lenguaje. Esta concepción está
orientada hacia el lenguaje de las cosas mismas, y éstas a su vez, silenciosamente, en la
magia muda de la naturaleza, hacen resplandecer el verbo de Dios.” (Obras, 90-
91)/254.

A partir de este ensayo, la traducción es entonces presentada dentro de un esquema


amplio de transformación, como expresión y como pasaje de un lenguaje hacia otro
(del de las cosas al de los hombre) dentro de una tensión hacia la perfección, no se
puede tratar entonces de una cuestión de similitud: “la traducción es el pasaje de un
4

lenguaje a otro por medio de una serie de modificaciones continuas. La traducción


recorre, midiéndolo, un continuo de modificaciones, y no recorre regiones abstractas
de similitud y de parecido.

Similitud=lo que es igual en los dos


Semblanza o parecido= lo que se parece

Nombrando las cosas y tratando de nombrarlas bien, el hombre cumple la tarea que
Dios le asignó.
(cita de Benjamín, 261)/255
Non se trata entonces de traducir”un mensaje”, sino una forma de expresión de una
esencia:
Una traducción es una forma. Para captarla como tal, es necesario regresar al
original. Porque es éste el que contiene la ley de esta forma, en tanto que está
encerrada (dentro) en la posibilidad misma de ser traducido. (Ibid, 262)/256.

La traducción es concebida al mismo tiempo como continuación de la obra (en su vida


y supervivencia) y como relación íntima entre las lenguas:
Pero la relación a ala que pensamos, esa relación muy íntima entre las lenguas, es la de
una convergencia original. Ésta consiste en que las lenguas no son extranjeras las unas
a las otras, sino que, a priori y haciendo abstracción de todas las relaciones históricas,
se emparientan la una con la otra en lo que quieren decir.” (ibid. 264) 256.

Por estas razones , porque es la continuación del trabajo de la obra, porque es relaci
´ñon entre las lenguas y porque la objetividad, lo mismo que la copia idéntica, son
imposible.
(Ibid. 265)
El parentesco que existe entre las lenguas no está hecho de parecidos:
(Ibid. 266)
Esta reinterpretación del mito de Babel hace de las lenguas fragmentos de un todo que
no se puede esperar reencontrar de manera absoluta. Pero con la reconstitución del
todo se puede (y se debe) obrar para la traducción.
La tarea del traductor “consiste” entonces “a hacer madurar la semilla de un lenguaje
puro (cita de B. 270)/257., es entonces distinta de la tarea del escritor.
Ver la posición de Ballard para confrontarla con Derrida.

En Benjamín, entonces, el objeto de la traducción no es el sentido sino una esencia


espiritual que procede de la identidad de la lengua que lo expresa. Por la traducción y
a través de la alteridad de la lengua de traducción, la obra se encuentra expresada con
más verdad dentro de una tensión hacia el lenguaje puro.
Llegamos en la pag. 257.

El trabajo de Klossowski nos permite distinguir rigurosamente literalidad y calco . La


literalidad, ya lo vimos, opera al nivel del sistema de la lengua y del texto, en el punto
mismo en que los dos sistemas se unen. La traducción literal no reproduce la
facticidad del original, sino la lógica que preside a la organización de esta facticidad.
5

Reproduce esta lógica ahí donde la lengua traductora lo permite, en estos puntos no
reglamentados (que por lo mismo revela ) Berman, 1985, 149.

Você também pode gostar