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Lo que NUNCA debes decirle a tu hijo

25 de Marzo de 2015 a la(s) 11:1 - Karla Velasco

Aprende a educar a tus hijos asertivamente para que sean


personas de bien y puedan creer en sí mismos durante sus
vidas

Sabías que las cosas que dices a tu hijo pueden repercutir en su desarrollo, más si estás
tienen un efecto negativo.

Una buena relación con tus hijos se basa en el respeto, amor y compresión, esto no
quiere decir que en el camino dejen de haber altercados, desacuerdos y desaprobación
ante ciertas conductas que se comenten. Pero hay que detenerse a pensar que los adultos
son los padres, no los hijos quienes están en el camino del aprendizaje.

Los niños a medida crecen empiezan a afirmar su independencia, adoptar ciertos


comportamientos y a definir su identidad como persona, la cual es un entramado de
costumbres, valores y creencias.

Por eso es importante que envites ciertas frases porque puedes hacer un daño
psicólogico en tus hijos y pueden llegar a creerse ciertas cosas que les dices y hasta
sentirse incapaces de lograr lo que se proponen.

Las palabras pueden llegar a doler más que los golpes y dejar cicatrices más profundas
que una herida. Ten cuidado con lo que dices y evita decir las siguientes frases a tus
hijos:

“Nunca haces nada bien”.


Esto es un error de decirle esto a tus hijos, porque ellos están en proceso de aprendizaje,
incluso los padres y las demás personas nunca dejan de aprender todos los días.
Entonces es injusto decirle eso a los niños cuando empiezan a descubrir un nuevo
mundo. Enséñales a cómo hacerlo, explícales lo que no saben, está es la mejor opción
en estos casos.

“Deberías parecerte más a tu hermano”.


Jamás compares a un hijo con sus hermanos, ya que cada quien es una persona diferente
y por eso cada quien se merece respeto individual. Eso solo creará rivalidades o
envidia.

“Eres un tonto e incapaz de hacer algo”.


Asegúrate de resaltar lo bueno que hacen tus hijos, sus cualidades y destrezas. Ayúdales
a creer en su capacidad de lograr cosas buenas en sus vidas, y no al contrario, hacerlos
sentir incapacez de hacer bien las cosas, ya que pueden llegar a creerselo y fracasar en
sus vidas.
“Ojalá nunca te hubiera tenido”.
Cuestionar la validez del derecho a la existencia de tu hijo, nunca es un pensamiento
que deseas implantar en su mente —y puede volverse en tu contra, si trata de hacer esa
aseveración realidad—.

“Fuiste un error y arruinaste mi vida al nacer”.


Los hijos no son los culpables de las desiciones que toman sus padres. Un hijo es una
bendición y un tesoro que hay que cuidar y saberlo hacer. Los padres deben ver que un
hijo, es la oportunidad que tienen de hacer personas de bien, de inspirarlos a que sepan
lo que quieren de sus vidas y que los ayudes a que alcancen sus metas. También que les
enseñes a no a cometer tus errores.

“Te odio, no te soporto”.


Ojalá que ninguna de estas afirmaciones sea verdadera. Ambas afirmaciones son tan
inútiles y carentes de tacto, que terminan por crear una mayor brecha entre hijo y madre
o padre. Inclusive si son ciertas nunca se deberían decir. Y, de hecho, si lo sientes, ello
significa que ambos necesitan buscar ayuda profesional.

“Me iré de la casa si no te vuelves a portar bien y nunca regresaré”.


Más y más inseguridades, acaso no quieres hacer de tu hijo una persona segura de sí y
que se sienta respaldado por sus padres y en un hogar estable, entonces trata de no
utilizar estas frases.

“Fuera de la casa”.
Un niño debe crecer en un hogar seguro y confiable, si hace algo mal, esa es una forma
incorrecta decir esa frase. Los padres deberían aprender a ser más adultos al momento
de lidiar los problemas con sus hijos.

“Deja de hacer preguntas tontas”.


Tener paciencia y comprensión de los que tus hijos te preguntan es esencial. Ellos creen
que tu los sabes todo, por eso confían en tus respuestas para poder aprender de tí.
Ninguna pregunta es tonta, los niños tienen una sed incansable de conocer y tú eres una
fuente de conocimiento para ellos. Alienta su curiosidad, no la enjaules.

“Tus problemas no son nada comparados a los mios”.


Todos los problemas son igual de importantes, ninguno es menos o más que otro.
Aprende a escuchar a tus hijos a comprenderlos y aconsejarlos de la mejor manera.

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