Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
CHOLULA
la verdad oculta
Guillermo Marín
A Jesusa Rodríguez
y a José Luis Bustamante,
fraternos y verdaderos.
Hasta los años cincuenta del silgo XX, no existía más héroe de
la Conquista de México, que Hernán Cortes. La figura de
Cuauhtémoc empezó a aparecer a partir del descubrimiento de
la tumba del último tlatoani mexica, debido a los trabajos de la
arqueóloga Eulalia Guzmán, quien descubrió los restos el 26 de
septiembre de 1949. Frente a toda la oposición de ideología
criolla hispanista, que afirmaba que los restos encontrados no
eran de Cuauhtémoc, Diego Rivera y algunos intelectuales
nacionalistas, lograron que el Estado los asumiera como
auténticos.
De esta manera, comenzando con el propio Hernán Cortés,
quien escribió las llamadas “Cartas de Relación” al rey de
España, como un alegato leguleyo, para salvar su situación de
prófugo de la ley de Cuba, y traidor del gobernador y los
inversionistas que habían financiado la expedición. Los escritos
sobre la invasión y conquista fueron movidos por intereses
personales de los conquistadores y misioneros, que, con ellos,
pretendieron aumentar y exaltar sus méritos personales, como
institucionales, tanto de la corona como de la iglesia católica,
que pretendieron transformar un holocausto y un epistemicidio,
en una epopeya civilizadora y evangélica.
"Y así por esto como por las señales que para ello veía,
acordé de prevenir antes de ser prevenido, e hice llamar
a algunos de los señores de la ciudad diciendo que les
quería hablar y les metí en una sala y en tanto hice que la
gente de los nuestros estuviese apercibida y que en
soltando una escopeta diesen en mucha cantidad de indios
que había junto al aposento y muchos dentro de él. Así se
hizo, que después que tuve los señores dentro de aquella
sala, dejélos atando y cabalgué e hice soltar la escopeta y
dímosles tal mano, que en pocas horas murieron más de
tres mil hombres. Y porque vuestra majestad vea cuán
apercibidos estaban, antes que yo saliese de nuestro
aposento tenían todas las calles tomadas y toda la gente
a punto, aunque como los tomamos de sobresalto fueron
buenos de desbaratar, mayormente que les faltaban los
caudillos porque los tenía ya presos e hice poner fuego a
algunas torres y casas fuertes donde se defendían y nos
ofendían y así anduve por la ciudad peleando, dejando a
buen recaudo el aposento, que era muy fuerte, bien cinco
horas, hasta que eché toda la gente fuera de la ciudad por
muchas partes de ella, porque me ayudaban bien cinco
mil indios de Tascaltecal y otros cuatrocientos de
Cempoal." Hernán Cortés.
Guillermo Marín
Oaxaca, mayo 2017.