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Prepara tu mensaje personal. Podrías subrayar y marcar
determinados versículos o historias bíblicas que te gustaría
resaltar durante tu evangelización. También prepara
anécdotas sobre tu propia vida como creyente que crees
que podría interesar a alguien para que sea miembro de tu
iglesia. Todo lo que creas que te relacionará con la gente
de una manera más personal será apropiado. Podrías
compartir:
Tus versículos e historias favoritas
Versículos importantes
La historia de tu fe
Tu historia en la iglesia
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Prepara una reserva de preguntas de sondeo. Te será
muy útil ir de una simple conversación a una discusión de fe
haciendo preguntas de sondeo, para lo cual te ayudará
mucho tener una lista bien hecha de preguntas para que no
te cueste formular una en el acto. Esas preguntas podrían
ser, entre otras:
¿Crees en la vida después de la muerte?
¿Qué crees que pasa cuando uno muere?
Si murieras en este momento, ¿crees que irías al cielo?
¿Por qué?
¿Te sientes realizado en la vida?
¿Acaso sientes a veces que te falta algo?
¿Oras?
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Prepárate. Te recomendamos orar y prepararte para el día
en que compartas tu fe. A algunas personas les cuesta
muchísimo compartir su fe y sus experiencias en la iglesia,
pero será necesario que tengas valentía para hablar sobre
tus creencias con gente que no siempre mostrará interés.[1]
Reúne un grupo para evangelizar como una unidad. No te
acerques a la gente en grupo, más bien toma descansos
frecuentes y habla del progreso individual. Tener un grupo
de apoyo hará que el trabajo sea mucho más fácil, porque
el grupo compartirá consejos libremente.
5. No te apresures para empezar a testificar. Empieza
con una conversación casual y pregúntale a la otra persona
cómo ha estado últimamente. No esperes que todos te
tengan confianza de inmediato. Tomará un tiempo antes de
que alguien sea franco contigo.
Pregunta si tiene algún dolor o mareo, y ofrécete a rezar por
ella. La cura de Dios le enseñará en verdad existe y se
preocupa por ella.
Según la Asociación Billy Graham, el 90% de los
convertidos permanece en una iglesia cuando encuentra un
amigo. Así que si estás en la universidad o en la escuela,
podrás hacer este experimento: siéntate con alguien en la
cafetería durante 3 días y primero hazte amigo de esa
persona, luego en el tercer día habla sobre tu fe. Los
resultados podrían sobresaltarte, porque es probable que
ese chico o chica te abra su corazón haciéndote muchas
preguntas, inclusive durante varias horas.
Consejos
No entregues un evangelio de falsas esperanzas. Deberás
entregar el evangelio verdadero, el evangelio de las
“buenas nuevas”. Quien diga que ser cristiano hará que la
vida sea siempre maravillosa y perfecta aparentemente
nunca ha leído el Nuevo Testamento.
Si la persona a la que tratas de convertir no desea
conversar ni escuchar, entonces habla con alguien más
receptivo.
Recuerda que el recién converso no será maduro
espiritualmente de inmediato. Dale tiempo para que crezca.
No prediques sobre el infierno y la ira de Dios de inmediato,
pero tampoco prediques una versión demasiado simple
sobre el evangelio de la prosperidad, primero habla
solamente de los puntos esenciales acerca de las buenas
nuevas del Evangelio. Te recomendamos empezar con la
historia básica de Jesús.
Evangeliza con buenas intenciones. Si esas personas son
sociables o materialistas, no serás mejor que un vendedor.
El Señor siempre se acerca a los no creyentes, pero aun
así podrías impedírselo si eres hipócrita.
Proclama la verdad del Evangelio sin guardar respeto por
ciertas personas ni favoritismos. No uses las opiniones ni
las doctrinas y tradiciones antibíblicas cuando trates de
explicar el Evangelio de Cristo a los no creyentes o
miembros de otras religiones o denominaciones.
No todos podrán evangelizar. Siempre recuerda que no
tendrás que hablarles a cientos de personas en las calles.
En lugar de ello, podrás rezar, estudiar las escrituras, ganar
sabiduría y conocimiento, y hablarle del evangelio a una
persona al día si sientes el llamado de Yahvé.
Si existe una misión que todo creyente debe ejercer fielmente es el evangelistero. Cumplir
por lo establecido por nuestro Señor en Su palabra cuando dice “Y les dijo: Id por todo el
mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”(Marcos 16:15)