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cristian paz dijo...

• VOLUNTAD PERFECTA DE DIOS


Es la que se desarrolla de acuerdo con su Palabra.
Por ejemplo: Es la voluntad perfecta de Dios que nadie se pierda y que todos vengan al
conocimiento de Cristo Jesús.
En Juan 3:16 dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito
Jesucristo, para que todo aquel que en El cree, no se pierda y tenga vida eterna".
12 de febrero de 2014, 8:52
cristian paz dijo...
• VOLUNTAD PERMISIVA DE DIOS
La voluntad permisiva de Dios es aquella que hace el hombre y que no es la perfecta voluntad
de Dios, *Esta es el area en que estás tratando de ayudar a Dios en vez de esperar las
bendiciones que El ha prometido manifestar en tu vida.*
Otras definiciones:
Voluntad perfecta: ¨lo que Dios quiere que acontezca".
Voluntad permisiva: ¨lo que Dios permite que acontezca".
*La voluntad perfecta de Dios = Su camino, la voluntad permisiva de Dios = nuestro camino.*
Dentro de la voluntad perfecta de Dios vemos su deseo de que ningún pecador se pierda, sino
que se arrepientan de sus pecados y se vuelvan a él:
Deseo de Dios (en su voluntad perfecta está): ¨… no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento¨. 2 Ped. 3:9.
Eze 33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se
vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué
moriréis, oh casa de Israel?
1Tim. 2:3-4 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador
el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
La voluntad perfecta de Dios es su deseo, su anhelo, pero muchas veces no tomamos en cuenta
a Dios en nuestras acciones y de esta manera caemos en la voluntad permisiva de Dios. Vemos
que en el mundo suceden diariamente eventos que aunque van en contra de lo que Dios manda
en su Palabra, el Señor permite que sucedan. Hoy día vemos que la violencia, maldad e
iniquidad aumentan con cada día que pasa. Muchos se preguntan por qué Dios supuestamente
no hace nada, expresando de esta manera una terrible ignorancia de la Palabra de Dios. Dios
no es tolerante al pecado ni mira con indiferencia como el ser humano se pierde rumbo al
infierno; sino que El ha puesto en el ser humano el libre albedrío para que tenga la libertad de
escoger y de tomar decisiones.
Aunque su voluntad perfecta es que nadie se pierda, habrá muchos que rechazarán el llamado
al arrepentimiento y no querrán recibir en sus corazones al Salvador Jesucristo para ser salvos.
La voluntad de Dios es buena perfecta y agradable y sería lo mejor que nos puede pasar.
¨No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.¨
Romanos 12: 2.
Ejemplo de lo bien que le va al que anda en la voluntad perfecta de Dios:
Deu 5:29 ¡ Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días
todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!
*A menudo las bendiciones de Dios están condicionadas a nuestra obediencia a El.*
Estudios de Casos:
Salmo 106:13 Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo.
Salmo 106:14 Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la
soledad.
Salmo 106:15 Y él les dio lo que pidieron; Más envió mortandad sobre ellos.
(Para reflexionar):
*¡Que Dios nos libre de obtener lo que deseamos pero tener que recibir conjuntamente su
castigo!*
Caso de Moisés:
La voluntad perfecta de Dios era que él hubiera entrado en la tierra prometida. Por causa de la
desobediencia de Moisés entra en la voluntad permisiva de Dios y no llega a entrar a la tierra
prometida.
Caso del Pueblo de Israel y su elección de un rey:
La perfecta voluntad de Dios para Israel – una teocracia.
La voluntad permisiva de Dios para Israel – una monarquía.
12 de febrero de 2014, 8:54
cristian paz dijo...
1Sam. 8:19 Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre
nosotros;
1Sam. 8:20 y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará,
y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras.
1Sam. 8:21 Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y las refirió en oídos de Jehová.
1Sam. 8:22 Y Jehová dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel a
los varones de Israel: Idos cada uno a vuestra ciudad.
(1Sam. 8:7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te
han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.)
El pueblo de Israel quería un rey como las naciones en su alrededor. Se les advirtió que esto no
iba a resultar bien. Ellos insistieron. Dios lo permitió – y obró a pesar de los reyes durante sus
dinastías. (para una mayor comprensión al respecto leer: I Sam. 8).
Dios nos da la libertad de elegir entre su voluntad perfecta y su voluntad permisiva, y con esa
libertad viene la responsabilidad tanto de la elección como de las consecuencias. Las
consecuencias pudieran ser horribles, para nosotros personalmente… y para aquellos cuyas
vidas quedan afectadas por nuestro pecado.
Cuando andamos en la voluntad perfecta de Dios tenemos bendiciones:
Isa. 48:17 Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que
te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.
Isa. 48:18 ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y
tu justicia como las ondas del mar.
Isa. 48:19 Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los
granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia.
*Solamente cuando andamos en la perfecta voluntad de Dios tendremos la plenitud de sus
bendiciones para nuestras vidas*
*Dejar a un lado la voluntad perfecta de Dios y estar en la permisiva nos traerá bendiciones
limitadas y paz limitada, junto con sufrimientos y tormentos en nuestras vidas.*
Salmo 81:11-16
Salmo 81:11 Pero mi pueblo no oyó mi voz,
E Israel no me quiso a mí.
Salmo 81:12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón. Caminaron en sus propios consejos.
Salmo 81:13 ¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel!
Salmo 81:14 En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano contra sus
adversarios.
Salmo 81:15 Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido, Y el tiempo de ellos sería
para siempre.
Salmo 81:16 Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, y con miel de la peña les saciaría.

Aplicación:
Aquí tenemos un recuento de lo que habría pasado versus lo que realmente aconteció. Lo que
Dios habría hecho, pero que no llevó a cabo pues Israel no anduvo en su perfecta voluntad.

Conclusión:
¡Nadie quiere pruebas y tribulaciones innecesarias! Ya tenemos suficientes problemas con qué
lidiar en este mundo. ¿Cómo podemos evitarlas? Quedándonos en la perfecta voluntad de Dios;
siendo pacientes y llegando a ver el cumplimiento de las promesas de Dios y de lo mejor que El
tiene para nosotros.
En el Salmo 143:10 dice: "Enséñame a hacer tu voluntad, porque tu eres mi Dios; tu buen
Espíritu me guíe a tierra de rectitud".
Definitivamente, para todo hijo de Dios, el mayor gozo será el vivir buscando estar siempre en el
centro de la voluntad de Dios (andando en su voluntad perfecta).
*Solamente al andar en la perfecta voluntad de Dios disfrutaremos de la plenitud de sus
bendiciones*.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
1 Juan 2:17
12 de febrero de 2014, 8:56
La Voluntad Perfecta de Dios Vs La Permisiva
Balanceando los dos lados de la voluntad de Dios: Mientras nos esforzamos por ver a Dios a través de un
telescopio, Dios nos ve en todo detalle microscópico desde el principio hasta el fin, desde la concepción hasta
la tumba. De acuerdo al salmista, Él conoce “mi sentarme y mi levantarme”, y Él aun sabe mis pensamientos y
escucha mis palabras antes que yo las diga (Salmo 139:1-2,4). Él “conoce bien todos mis caminos” (v. 3). Y
en su libro, Él ha escrito todos “los días que me fueron dados” (v. 16b).
Podemos ver este detallado plan divino para nuestras vidas desde dos puntos de vista al parecer opuestos
que siempre debemos mantener balanceados. El primero es el lado de la soberanía de Dios; el segundo el
libre albedrío del ser humano.
Lo que Dios Dice
Como el rey soberano del universo, Dios decreta y determina todo lo que ocurre en este mundo. Esto algunas
veces es llamado la voluntad “decretada” o “determinada” de Dios. Dios lleva el timón de su creación. No el
destino, no la suerte, no alguna fuerza impersonal de la naturaleza, no el mal corriendo locamente sino
solamente el Señor está en total control del curso de nuestra vida (vea Isaías 45:6-7).
<Esto, también, es un misterio. ¿Cómo pueden las manos de un Dios amoroso trazar un curso para nosotros
que incluye dolor y calamidad? Es incomprensible. Pero, si no fuera así, Dios no sería Dios. Él sería un
monarca benévolo pero sin poder que se sienta en el cielo retorciendo sus manos, temeroso de que una
tragedia inesperada pudiera echar a perder su plan para nuestro placer y comodidad. No, si Dios es
verdaderamente Dios, Él es soberano. Y si Él es soberano, Él abarcará todo lo que ocurre.
Habiendo dicho esto, necesitamos notar que hay ciertas cosas que Dios no puede hacer. Por ejemplo, Él no
puede mentir y no lo hará (Números 23:19; Hebreos 6:18). Él no puede tentar a nadie a pecar y no lo hará
(Santiago 1:13). Él no puede negarse ni contradecirse a sí mismo y no lo hará (2 Timoteo 2:13). Dios es
eternamente consistente.
Por lo tanto, podemos hacer cuatro declaraciones acerca de la voluntad decretada de Dios. Primera, es
absoluta. Segunda, es inmutable, o inalterable. Tercera, es incondicional. Y cuarta, está en completa armonía
con su plan y con su naturaleza; esto es, nunca contradice su santidad, su juicio, su justicia, ni su bondad.
Este cuarto punto en particular nos calma cuando estamos en mares tempestuosos, como el que estamos
experimentando ahora después de los ataques al Centro de Comercio Mundial y al Pentágono. Como Dios es
bueno, su plan últimamente nos lleva a un buen final.
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que
son llamados conforme a su propósito (Romanos 8:28).
Satanás pudiera tratar de utilizar las pérdidas y los fracasos, las tragedias y los ataques terroristas para
destruirnos, pero este versículo nos asegura que Dios siempre tiene la última palabra. Cualquier cosa que
Satanás trata de hacer para mal, Dios lo cambiará para bien. Dios establece el curso, no Satanás, y podemos
descansar en Su plan.
Lo que Dios permite Desde el punto de vista del “libre albedrío”, vemos una perspectiva diferente de la
voluntad de Dios. Dios verdaderamente es soberano, pero bajo su sombrilla de control, Él permite opciones,
algunas de las cuales son malvadas. Esto es llamado la voluntad permisiva de Dios.Bajo la voluntad permisiva
de Dios, somos responsables de nuestras propias decisiones. No podemos culpar a Dios por nuestro pecado.
El alcohólico, por ejemplo, no puede excusar su adicción diciendo, “No tuve opción, Dios “decretó” que yo
fuera alcohólico.” Dios no “decreta” que nadie peque (vea Santiago 1:13-15). Más bien, dentro de su voluntad
permisiva, Él nos da la libertad de elegir entre la justicia y el pecado, y con esa libertad viene la
responsabilidad tanto de la elección como de las consecuencias. Las consecuencias pudieran ser horribles,
para nosotros personalmente… y para aquellos cuyas vidas destruye nuestro pecado.
En un mundo pecador, personas inocentes sufren. Pero en medio del caos, la mano de Dios está tejiendo un
diseño para un propósito divino que no podemos comenzar a comprender. Vemos los hilos sueltos, rasgados,
y nos duele el corazón de pesar y dolor. Sin embargo, Dios ve el cuadro completo, y podemos extraer
consuelo de la esperanza de que algún día, nosotros también lo veremos.
Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en
parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido (1 Corintios 13:12).

Pregunta: "¿Qué es la voluntad de Dios?"


Respuesta: Cuando se habla de la voluntad de Dios, muchas personas consideran tres aspectos diferentes
de la misma en la Biblia. El primer aspecto se conoce como la voluntad decretal, soberana, u oculta de Dios.
Esta es la voluntad "definitiva" de Dios. Esta faceta de la voluntad de Dios viene del reconocimiento de la
soberanía de Dios y los demás aspectos de la naturaleza de Dios. Esta expresión de la voluntad de Dios se
centra en el hecho de que Dios soberanamente ordena todo lo que sucede. En otras palabras, no hay nada
que sucede es que fuera de la voluntad soberana de Dios. Este aspecto de la voluntad de Dios se ve en los
versículos como Efesios 1:11, donde leemos que Dios es el "que hace todas las cosas según el designio de
su voluntad", y Job 42:2, " Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti."
Este punto de vista de la voluntad de Dios se basa en el hecho de que, porque Dios es soberano, su voluntad
no puede ser frustrada. No ocurre nada que sea más allá de su control.
Esta comprensión de Su voluntad soberana no implica que Dios cause todo lo que suceda. Por el contrario,
esto reconoce que, porque Él es soberano, Él debe por lo menos dar permiso o permitir que pase lo que pase.
Este aspecto de la voluntad de Dios reconoce que, aun cuando Dios permite pasivamente que las cosas
sucedan, Él debe elegir permitirlas, porque siempre tiene el poder y el derecho a intervenir. Dios siempre
puede optar por autorizar o detener las acciones y eventos de este mundo. Por lo tanto, al permitir que
sucedan estas cosas, son Su “voluntad”, en este sentido de la palabra.

Mientras la voluntad soberana de Dios es a menudo oculta para nosotros hasta después de que suceda, hay
otro aspecto de Su voluntad que es claro para nosotros: Su voluntad perceptiva o revelada. Como su nombre
lo indica, esta faceta de la voluntad de Dios significa que Dios ha elegido revelar algo de su voluntad en la
Biblia. La voluntad perceptiva de Dios es la voluntad declarada de Dios sobre lo que debemos o no debemos
hacer. Por ejemplo, debido a la voluntad revelada de Dios, podemos saber que es la voluntad de Dios que no
robemos, que amemos a nuestros enemigos, que nos arrepintamos de nuestros pecados, y que seamos
santos como Él es santo. Esta expresión de la voluntad de Dios se manifiesta tanto en su Palabra y en
nuestra conciencia, a través de las cuales Dios ha escrito Su ley moral en los corazones de todos los
hombres. Las leyes de Dios, si escritas en la Biblia o en nuestros corazones, son vinculantes para nosotros.
Somos responsables cuando las desobedecemos.

La comprensión de este aspecto de la voluntad de Dios reconoce que, si bien tenemos el poder y la capacidad
de desobedecer los mandamientos de Dios, no tenemos derecho a hacerlo. Por lo tanto, no hay excusa para
nuestro pecado, y no podemos afirmar que al elegir el pecado estamos cumpliendo simplemente el decreto
soberano o la voluntad de Dios. Judas estaba cumpliendo la voluntad soberana de Dios en traicionar a Cristo,
al igual que los romanos que le crucificaron. Sin embargo, eso no justifica sus pecados. Ellos no eran menos
malignos o traicioneros, y fueron responsables de su rechazo de Cristo (Hechos 4:27-28). A pesar de que, en
su soberana voluntad, Dios permite que suceda el pecado, aún estamos responsables ante Él por el pecado.

El tercer aspecto de la voluntad de Dios que vemos en la Biblia es la voluntad permisiva o perfecta de Dios.
Esta faceta de la voluntad de Dios describe la actitud de Dios y define lo que es agradable a Dios. Por
ejemplo, si bien es claro que Dios no se complace en la muerte de los malvados, también es claro que él
quiere o decreta su muerte. Esta expresión de la voluntad de Dios se revela en los muchos versículos de la
Escritura que indican lo que le complace a Dios o no. Por ejemplo, en 1 Timoteo 2:4 vemos que Dios “quiere
que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad ", sin embargo, sabemos que la
voluntad soberana de Dios es que "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le
resucitaré en el día postrero. "(Juan 6:44).

Si no tenemos cuidado, podemos fácilmente llegar a preocuparnos e incluso obsesionarnos con encontrar la
"voluntad" de Dios para nuestras vidas. Sin embargo, si la voluntad que estamos buscando es Su voluntad
secreta, oculta, o decretal, estamos en una búsqueda tonta. Dios no ha querido revelarnos ese aspecto de su
voluntad. Lo que debemos tratar de conocer es la voluntad perceptiva o revelada de Dios. La verdadera marca
de la espiritualidad es cuando deseamos conocer y vivir de acuerdo a la voluntad de Dios revelada en las
Escrituras, y que puede resumirse como "Sed santos porque yo soy santo" (1 Pedro 1:15-16). Nuestra
responsabilidad es obedecer la voluntad revelada de Dios y no especular sobre lo que su voluntad oculta para
nosotros podría ser. Si bien debemos tratar de ser "guiados por el Espíritu Santo," no debemos olvidar nunca
que el Espíritu Santo nos conduce principalmente hacia la rectitud y a conformarnos a la imagen de Cristo
para que nuestra vida glorifique a Dios. Dios nos llama a vivir nuestra vida de toda palabra que sale de Su
boca.

Vivir de acuerdo a Su voluntad revelada debe ser el objetivo principal o el propósito de nuestras
vidas. Romanos 12:1-2 resume esta verdad, ya que estamos llamados a presentar nuestros "cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta." Para conocer la voluntad de Dios, debemos sumergirnos en la
Palabra de Dios escrita, saturar nuestras mentes con ella, orando que el Espíritu Santo nos transforme a
través de la renovación de nuestras mentes, para que el resultado sea lo que es bueno, agradable y perfecto -
la voluntad de Dios.
Pregunta: "¿Cuáles son los atributos de Dios? ¿Cómo es Dios?" Respuesta: La Biblia, la palabra de
Dios, nos dice cómo es Dios y cómo no es. Sin la autoridad de la Biblia, cualquier intento de explicar los
atributos de Dios no sería mejor que la opinión del hombre; la cual por sí misma es a menudo incorrecta en la
comprensión de Dios (Job 42:7). ¡Decir que es importante para nosotros tratar de entender cómo es Dios, es
como una gran subestimación! El descuidarlo, probablemente va a ocasionar que nos preparemos,
persigamos y adoremos dioses ajenos, lo cual es contrario a Su voluntad (Éxodo 20:3-5).

Solamente lo que Dios ha escogido de Sí mismo para ser revelado, puede ser dado a conocer. Uno de los
atributos o cualidades de Dios es que Él es "luz", queriendo decir que Él mismo nos revela la información de
Sí mismo (Isaías 60:19, Santiago 1:17). La realidad de que Dios ha revelado conocimiento de Sí mismo no
debería ser ignorada (Hebreos 4:1). La creación, la Biblia, y el Verbo hecho carne (Jesucristo) van a
ayudarnos a conocer cómo es Dios.

Comencemos entendiendo que Dios es nuestro Creador y que somos una parte de Su creación (Génesis
1:1, Salmos 24:1). Dios dijo que el hombre fue creado a Su imagen. El hombre está sobre el resto de la
creación y le fue dado dominio sobre ella (Génesis 1:26-28). La creación fue estropeada por la "caída", no
obstante, brinda un destello de Sus obras (Génesis 3:17-18); Romanos 1:19-20). Al considerar la inmensidad
de la creación, la complejidad, la belleza, y el orden, podemos tener una sensación de la grandeza de Dios.

La lectura de algunos de los nombres de Dios, puede ser de ayuda en nuestra búsqueda de cómo es Dios.
Veamos los siguientes:
Elohim – El Fuerte, Divino (Génesis 1:1)
Adonai – Señor, indicando una relación Maestro — siervo (Éxodo 4:10,13)
El Elyon – El Altísimo, El más Fuerte (Isaías 14:20)
El Roi – El Fuerte que ve (Génesis 16:13)
El Shaddai – Todopoderoso Dios (Génesis 17:1)
El Olam – Dios eterno (Isaías 40:28)
Yahvé – SEÑOR "Yo Soy", lo cual significa el Dios Eterno, que existe independientemente de cualquier otro
ser. (Éxodo 3:13,14).

Dios es eterno, lo cual significa que no tuvo principio y que Su existencia nunca va a terminar. Él es inmortal,
infinito (Deuteronomio 33:27; Salmos 90:2; 1ª Timoteo 1:17). Dios es inmutable, lo cual significa, que es
inalterable; es decir que Dios es absolutamente digno de confianza y fidedigno (Malaquías 3:6; Números
23:19; Salmos 102:26,27). Dios es incomparable, lo cual significa que no hay nadie como Él en obras o
existencia; es inigualable y perfecto (2ª Samuel 7:22; Salmos 86:8; Isaías 40:25; Mateo 5:48). Dios es
inescrutable, lo cual significa que no tiene límite, no se lo puede llegar a conocer por completo, es insondable
(Isaías 40:28; Salmos 145:3; Romanos 11:33,34).

Dios es imparcial, lo cual significa que no hace distinción de personas en el sentido de mostrar favoritismo
(Deuteronomio 32:4; Salmos 18:30). Dios es omnipotente, lo cual significa que es todopoderoso; Él puede
hacer todo lo que le agrada, pero Sus acciones siempre estarán de acuerdo con el resto de Su carácter
(Apocalipsis 19:6, Jeremías 32:17,27). Dios es omnipresente, lo cual significa que siempre está presente, en
todas partes (Salmos 139:7-13; Jeremías 23:23). Dios es omnisciente, lo cual significa que conoce el pasado,
presente y futuro, aún lo que estamos pensando en cualquier momento; puesto que conoce todo, Su justicia
siempre será administrada imparcialmente (Salmos 139:1-5; Proverbios 5:21).

Dios es uno, lo cual significa que no solo no hay otro, sino que también es el único en poder suplir las
necesidades más profundas y anhelos de nuestros corazones. Sólo Él es digno de nuestra adoración y
devoción (Deuteronomio 6:4). Dios es justo, lo cual significa que no puede y no va a pasar por alto la maldad;
es debido a Su rectitud y justicia, que Jesús tuvo que experimentar el juicio de Dios. Nuestros pecados fueron
puestos sobre Él para que de esta manera fuéramos perdonados (Éxodo 9:27; Mateo 27:45-46; Romanos
3:21-26).

Dios es soberano, lo cual significa que es supremo. Toda Su creación junta no puede impedir Sus propósitos
(Salmos 93:1; 95:3; Jeremías 23:20). Dios es espíritu, lo cual significa que es invisible (Juan 1:18; 4:24). Dios
es una Trinidad, lo cual significa que es tres en uno, el mismo en substancia, poder y gloria por igual. Dios es
verdad, lo cual significa que está de acuerdo con todo lo que es, Él va a permanecer incorruptible y no puede
mentir (Salmos 117:2; 1ª Samuel 15:29).

Dios es santo, lo cual significa que está separado de toda corrupción moral y es hostil a ella. Dios ve todo el
mal y esto lo enfada. Dios es referido como un fuego consumidor (Isaías 6:3; Habacuc 1:13; Éxodo
3:2, 4, 5; Hebreos 12:29). Dios es clemente – esto incluiría Su bondad, benevolencia, misericordia y amor –
las cuales son palabras que dan tintes de significado a Su bondad. Si no fuera por la gracia de Dios, Su
santidad nos excluiría de Su presencia. Afortunadamente este no es el caso, porque Él desea conocernos a
cada uno personalmente (Éxodo 22:27; Salmos 31:19; 1ª Pedro 1:3; Juan 3:16, Juan 17:3).

Ya que Dios es un Ser infinito, ningún ser humano puede responder plenamente esta pregunta del tamaño de
Dios, pero a través de la Palabra de Dios, podemos entender mucho acerca de quién es Dios y cómo es Él.
Que todos continuemos buscándole de todo corazón (Jeremías 29:13).

LA NATURALEZA DE DIOS
 Dios es Espíritual. (Juan 4:24; 2 Corintios 3:17)
 No hay otro antes de El y no habrá otro después de El. (Isaías 43:10)
 No hay otro fuera del El. (Deuteronomio 4:35; Isaías 44:6)
 No hay otro semejante a El. (Exodo 8:14; Deuteronomio 33:26; 2 Samuel 7:22; Isaías 46:5,9;
Jeremías 23:24)
 El es el único que es bueno. (Mateo 19>17)
 El llena el cielo y la tierra. (I Reyes; Jeremías 23:24)
 El es invisible. (Job 23:8,9; Juan 1:18; 5:27; Colosenses 1:15; 1 Timoteo 1:17)
 El es Luz. (Isaías 60:19; Santiago 1:27; 1 Juan 1:5)
 El es amor. (1 Juan 4:8,16)
 El es incorruptible. (Romanos 1:23)
 El es eterno. (Deuteronomio 33:27; Salmo 90:2; Apocalipsis 4:8-10)
 El es immortal. (1Timoteo 1:17; 6:16)
 El es todopoderoso. (Génesis 17:1; Exodo 6:3)
 El es omnisciente. (Salmo 139:1-6)
 El es omnipresente (Salmo 139:7-10)
 El es perfecto (Mateo 5:48)
 El es santo (Salmo 99:9; Isaías 5:16)
 El es glorioso. (Exodo 15:11; Salmo 145:5)
 El es justo. (Deuteronomio 32:4; Isaías 45:21)
 El es verdadero. (Jeremías 10:10; Juan 17:3)
 El es recto. (Salmo 25:8; 92:15)
 El es bueno (Salmo 25:8; 119:68)
 El es grande. (2 Crónicas 2:5; Salmo 86:10)
 El es clemente. (Exodo 34:6; Salmo 116:5)
 El es fiel. (1 Corintios 10:13; 1 Pedro 4:19)
 El es misericordioso. (Exodo 34:6-7; Salmo 86:5)
 El es compasivo. (2 Reyes 13:23)
 El es celoso. Exodo 20:5; 34:14; (Josué 24:19; Nahum 1:2)
 El es fuego consimidor. (Hebreos 12:29)

Dios no solo sabe su nombre de Ud. y donde Ud. vive, sino aún El tiene contados los cabellos de su cabeza.
(Mateo 10:30) Favor considerar estas palabras inspiradas:
Psalm 139:1-18: "Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú conoces cuando me siento y
cuando me levanto; desde lejos entiendes mi pensamiento. Mi caminar y mi acostarme has
considerado; todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y tú, oh
Jehovah, ya la sabes toda. Detrás y delante me rodeas y sobre mí pones tu mano. Tal conocimiento me
es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de
tu presencia? Si subo a los cielos, allí estás tú; si en el Seol hago mi cama, allí tú estás. Si tomo las
alas del alba y habito en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si digo:
"Ciertamente, las tinieblas me encubrirán, y se hará noche la luz que me rodea", aun las tinieblas no
encubren de ti, y la noche resplandece como el día. Lo mismo te son las tinieblas que la luz. Porque tú
formaste mis entrañas; me entretejiste en el vientre de mi madre. Te doy gracias, porque has hecho
maravillas. Maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien. No fueron encubiertos de ti mis
huesos, a pesar de que fui hecho en lo oculto y entretejido en lo profundo de la tierra. Tus ojos vieron
mi embrión, y en tu libro estaba escrito todo aquello que a su tiempo fue formado, sin faltar nada de
ello. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los
enumerara, serían más que la arena. Despierto, y aún estoy contigo."
Romanos 11:33 "¡Oh la profundidad de las riquezas, y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Cuán incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos!"
JESÚS ES DIOS: El pueblo del mundo ha buscado a Dios en todas las generaciones. (Hechos 17:27) Una
razón que lo hacemos es que Dios ha puesto eternidad en el corazón de nosotros. (Eclesiastés 3:11) Aunque
Dios no está lejos de todos nosotros, la mayoría de la gente no tiene idea de como es El. Los paganos, por
ejemplo, dibujaron a Dios por medio de retratos e ídolos crudos. En su ignorancia, no conocieron a Dios. Aún
los judíos no tuvieron un concepto claro de Dios. Por eso, crucificaron a Jesús. La ley tenía solo "una sombra"
de los bienes venideros, no la imagen misma. (Hebreos 10:1) Dios es invariable y no cambia como las
sombras. (Santiago 1:17) Nadie puede tener un concepto preciso de Dios, ni de algún otro, por medio de una
sombra. Las sombras van cambiando, pero Dios nunca cambia.
Por eso, Dios se decidió a manifestarse a la humanidad en la persona de Jesucristo. Entender esto es
esencial para el discipulado. No podemos entender precisamente o seguir a un Dios que no podemos ver.
Jesús fue la imagen visible de Dios. El vino para dejarnos un ejemplo que deberíamos seguir en Sus pasos. (1
Pedro 2:21) Juan, el discipulo quien Jesús amó, explicó el milagro de la incarnación con estas palabras:
"A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer."
(Juan 1:18) La frase "dar a conocer" significa "manifestar". Jesús vino para dar a conocer a Dios o
manifestarle. El es Dios manifestado en carne. (1 Timoteo 3:6) Jesús también es llamado el "Verbo" de Dios.
(Juan 1:1) Una palabra es un medio de comunicación. Por eso, Jesús llegó a ser el medio por el cual Dios
comunica Su naturaleza a Su pueblo. Jesús reveló y explicó cómo es Dios. En Jesús habita corporalmente
toda la plentitud de la Deidad y ustedes están completos en El. (Colosenses 2:9-10) La esencia misma del
cristianismo envuelve la realización que Dios se encarnó y habitó entre nosotros. Su nombre es "Emanuel,"
que quiere decir, "Dios con nosotros."
Este punto es tan importante que necesita ser demostrado más minuciosamente. Nadie puede seguir a Dios
sin seguir a Jesús. Jesús dice: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por
mí." (Juan 14:6) Pablo dice por medio del Espíritu Santo: "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador
entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre." (1 Timoteo 2:5) Note que todo que tiene que ver con la
naturaleza de Dios, según la Biblia, también se atribuye a Jesús.

Considere:
Ambos son el gran "Yo soy". (Exodo 3:14; Juan 8:58)
Ambos son "el primero y el último". (Isaías 44:6; Apocalipsis 1:11)
Ambos son "el Señor de los señores". (Deuteronomio 10:17; Apocalipsis 17:14)
Ambos llenan los cielos y la tierra. (Jeremías 23:23,24; Efesios 1:20-23)
Ambos no cambian. (Malaquías 3:6; Hebreos 13:8)
Ambos son Creadores. (Génesis 1:1; Colosenses 1:16)
Ambos son jueces. (Apocalipsis 20:12; 2 Corintios 5:10)
Ambos son dignos de adoración. (Mateo 4:10; Apocalipsis 5:12-14; etc.)
Verdaderamente, Jesús es "Dios manifestado en carne". (1 Timoteo 3:16)

Dios es fiel y misericordioso. Ha probado esto a nosotros en la persona de Jesucristo. Jesús fue tentado en
todo, igual a nosotros, pero sin pecado. El es la personificación misma del amor. Rendirse a tal Dios es la
última alegría. Tenemos un Dios quien ama a los niños. Tenemos un Dios quien tiene compasión por los
enfermos. Tenemos un Dios quien quiere salvar a todos que vengan a El por fe. No obstante, debemos
reiterarlo a Ud. una vez más que no se puede evitar o eludir una sumisión total. Jesús dijo:
"Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discipulo".
(Lucas 14:33)
Nuestro compromiso con Cristo debe ser tan inclusivo y completo que sea semejante a tomar una cruz. Es
crucificar el yo para que Cristo viva en nosotros. (Gálatas 2:20)

SÍGUEME
"¡Sígueme" fue el mandamiento principal que Jesús dio a Sus discípulos. Jesús consiguió Sus primeros
discípulos en Betábara más allá del Jordán donde Juan bautizaba. Juan identificó a Jesús como "El Cordero
de Dios", y dos de Sus discípulos lo oyeron hablar y "siguieron a Jesús". (Juan 1:37)
Juan 1:43 "Al día siguiente, Jesús quiso salir para Galilea y encontró a Felipe. Y Jesús le dijo: --
Sígueme." Mateo 4:18-22 "Mientras andaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a
Simón, que es llamado Pedro, y a su hermano Andrés. Estaban echando una red en el mar, porque
eran pescadores. Y les dijo: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres." Y de inmediato
ellos dejaron sus redes y le siguieron. Y pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo
de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, arreglando sus redes. Los llamó, y
en seguida ellos dejaron la barca y a su padre, y le siguieron."
Mateo 9:9 Pasando de allí más adelante, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el lugar de
los tributos públicos, y le dijo: "¡Sígueme!" Y él se levantó y le siguió.
Mateo 18:24 "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: --Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a
sí mismo, tome su cruz y sígame."
Juan 10:27 "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen."
Juan 12:26 "Si alguno me sirve, sígame;"
Etc.
En los Evangelios hay 77 referencias en cuanto al seguir a Jesús Solo una vez Jesús dijo seguir a algún otro.
Esta única excepción se encuentra en Marcos 14:13. En este pasaje, Jesús hace los arreglos para la pascua.
Note que El no les dio una dirección, ni un mapa; El les dio un guía que seguir.
Marcos 14:13-14 " El envió a dos de sus discípulos y les dijo: --Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro
un hombre llevando un cántaro de agua. Seguidle; y donde entre, decid al dueño de casa: "El Maestro
dice: '¿Dónde está mi habitación donde he de comer la Pascua con mis discípulos?'"
Es mucho más fácil seguir a una persona que seguir instrucciones. Un hombre llevando un cántaro de agua
sería fácil encontrar, porque normalmente esto fue considerado trabajo de mujeres. Una vez encontrado, sería
fácil para los discípulos seguirle al lugar apropiado.
Había algo refrescante y sencillo en cuanto a las palabras de Jesús. El habló en ena manera distinta que la de
los escribas. Cualquiera que quería pudiera seguirle.
FÁCIL Y DIFÍCIL A LA VEZ
Seguir a Jesús fue fácil y difícil a la vez. Fue fácil del punto de vista que la persona solamente tuvo que
mantenerle a la vista. Fue difícil porque requería abnegación.
Para seguir a Jesús, los discípulos tuvieron que "abnegarse". Pedro, por ejemplo, fue un pescador. También
tuvo una familia. Sin duda, tenía un pasatiempo, o algo que hacía para recrearse. Seguir a Jesús requirió que
Pedro ponga la voluntad del Señor antes de su propia voluntad.
Una vez Pedro dijo:
Lucas 18:28-30 "Entonces Pedro dijo: --He aquí, nosotros hemos dejado lo nuestro y te hemos
seguido. Y él les dijo: --De cierto os digo que no hay nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos,
padres o hijos por causa del reino de Dios, que no haya de recibir muchísimo más en este tiempo, y en
la edad venidera, la vida eterna."
Después de la resurrección, Pedro y los otros discípulos se fueron a pescar. Jesús les apareció en la orilla, y
les instruyó dónde echar la red. Por Su indicación, ellos pescaron 153 peces grandes sin romper la red.
Fue en esta ocasión, delante de una brasa, que Jesús desafió a Pedro que Le confesara tres veces. (Un poco
antes, también delante de una brasa, Pedro Le había negado tres veces.) Jesús dijo, "Simón, hijo de Jonás,
¿me amas más que éstos? (Juan 21:16) ¿Que quería decir por "estos"? Algunos han sugerido que cuando
Jesús habló estas palabras El señaló con Su mano. Cerca estaban los objetos de sentimiento mundano a los
cuales Pedro anteriormente había dedicado su vida. ¿Amaba Pedro a Jesús más que su barco, su red y su
profesión? Tres veces confesó que amaba a Jesús. Cada vez, al contestar, Jesús le amonestó a apacentar
sus corderos. Entonces Jesús dijo a Pedro, "¡Sígueme!" Estas palabras toman un nuevo significado cuando se
recurerda que vinieron del Cristo resuscitado quien pronto regresaría al cielo.
Pedro, igual a muchos de nosotros, quería saber que debería hacer algún otro. Se dirigió hacia Juan y dijo:
"¿Y qué de éste?" Jesús le dijo: "Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿gué a ti? Sígueme tú." (Juan
21:22)
Es una tentación común que fijemos nuestra mirada en algún otro en vez de Jesús. No importa qué algún otro
haga, o no haga, deberemos seguir a Jesús. Deberemos concentrarnos en lo que Jesús nos dirija a hacer.
LA NATURALEZA DE DIOS
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan
4:24) Es esencial que aprendamos más acerca de la naturaleza de Dios. Por supuesto, nuestras
pequeñas mentes humanas no pueden descubrir o comprender todo lo que hay de conocer
acerca de Dios, pero la Biblia sí describe muchas características y atributos importantes que
Dios posee.
DIOS ES ESPIRITU: Jesús proclamó esta verdad en Juan 4:24. La Biblia la revela
consistentemente, desde Génesis 1:2 (“y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas”) hasta Apocalipsis 22:17 (“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven.”). Hebreos 12:9 le llama
a Dios el Padre de los espíritus. ¿Qué es un espíritu? El Diccionario Webster (inglés) incluye en
su definición de la palabra lo siguiente: “Un ser sobrenatural, incorpóreo, y racional siendo
usualmente invisible a los seres humanos pero poseyendo el poder de hacerse visible a su
voluntad. . . un ser que posee una naturaleza incorpórea o inmaterial.
”1 La palabra hebrea que se traduce espíritu es ruwach, y puede significar viento, aliento, vida,
ira, insustancialidad, región del cielo, o el espíritu de un ser racional. La palabra griega traducida
como espíritu, pneuma, puede significar una corriente de aire, aliento, un soplo repentino, brisa,
espíritu, alma, principio vital, disposición, ángel, demonio, o Dios.
2 Las tres definiciones enfatizan que un espíritu no tiene carne y huesos (Lucas 24:39). Del
mismo modo, Jesús indicó que el Espíritu de Dios no tiene carne y sangre (Mateo 16:17).
Entonces, cuando la Biblia dice que Dios es Espíritu, quiere decir que El no puede ser visto ni
tocado físicamente por los seres humanos. Como un Espíritu, El es un Ser inteligente y
sobrenatural que no tiene un cuerpo físico

DIOS ES INVISIBLE: Ya que Dios es un Espíritu, El es invisible, a menos que El escoga


manifestarse al hombre en alguna forma visible. Dios le dijo a Moisés, “No podrás ver mi rostro;
porque no me verá hombre, y vivirá” (Exodo 33:20). “
Dios nadie le vio jamás” (Juan 1:18; I Juan 4:12). No tan solo ningún hombre ha visto a Dios
jamás, sino que ningún hombre puede ver a Dios (I Timoteo 6:16). Varias veces la Biblia le
describe a Dios como siendo invisible (Colosenses 1:15; I Timoteo 1:17; Hebreos 11:27).
Aunque el hombre puede ver a Dios cuando El aparece en varias formas, ningún hombre puede
ver directamente el Espíritu invisible de Dios.
DIOS ES OMNIPRESENTE (ESTA EN TODO LUGAR) Porque Dios es Espíritu, El puede estar
en todo lugar al mismo tiempo. El es el único Espíritu que es verdaderamente omnipresente;
pues todos los otros seres espirituales como los demonios, los ángeles, y Satanás mismo
pueden ser confinados a ciertas localidades (Marcos 5:10; Judas 6; Apocalipsis 20:1-3).
Salomón reconoció la omnipresencia de Dios cuando oró en la dedicación del Templo, diciendo,
“He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener” (I Reyes 8:27; véase II
Crónicas 2:6; 6:18). Dios declaró Su omnipresencia diciendo, “El cielo es mi trono, y la tierra
estrado de mis pies” (Isaías 66:1; véase también Hechos 7:49). Pablo predicó que el Señor “no
está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos
17:27-28). Tal vez la más hermosa descripción de la omnipresencia de Dios se halla en Salmo
139:7-13: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los
cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del
alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si
dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las
tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.”
Si Dios es omnipresente, ¿por qué le describe la Biblia como estando en el cielo? He aquí varias
razones:
(1) Esto enseña que Dios es trascendente. En otras palabras, El sobrepasa el entendimiento
humano y no se halla limitado a esta tierra.
(2) Se refiere al centro del razonamiento y la actividad de Dios, Su cuartel general—por decirlo
así.
(3) Se refiere a la presencia inmediata de Dios; eso es, la plenitud de la gloria y el poder de
Dios, a la cual ningún hombre mortal puede mirar y vivir (Exodo 33:20).
4) Puede referirse también a la manifestación visible de Dios a los ángeles en el cielo. No puede
significar que Dios es falto de omnipresencia, ni es limitado a un sólo lugar, ni limitado a un
cuerpo. De igual modo, cuando la Biblia dice que Dios vino a la tierra o se apareció a un
hombre, no niega Su omnipresencia. Meramente significa que el enfoque de Su actividad se ha
mudado a la tierra, por lo menos en cuanto a un cierto individuo o una cierta situación. Cuando
Dios viene a la tierra, el cielo no está vacío.
El puede actuar simultáneamente en el cielo y en la tierra, o en varias localidades en la tierra. Es
muy importante que reconozcamos la magnitud de la omnipresencia de Dios y que no la
limitemos por nuestra experiencia humana.
¿TIENE DIOS UN CUERPO?
Ya que Dios es un Espíritu invisible y es omnipresente, El ciertamente no tiene un cuerpo como
nosotros lo conocemos. El sí uso varias formas y manifestaciones temporales a través del
Antiguo Testamento para que el hombre le pudiera ver. Sin embargo, la Biblia no registra
ninguna manifestación corporal permanente de Dios hasta que nació Jesucristo. Por supuesto
Dios, en Cristo, tuvo un cuerpo humano y ahora tiene un cuerpo humano glorificado e inmortal.
Fuera de las manifestaciones temporales de Dios y fuera de la revelación neo testamentaria de
Dios en Cristo, creemos que las referencias escriturales a los ojos, las manos, los brazos, los
pies, el corazón, y otras partes del cuerpo de Dios son ejemplos de lenguaje figurativo o
antropomorfismos, (interpretaciones de lo no-humano en términos de lo humano para que el
hombre pueda comprender). En otras palabras, la Biblia le describe al Dios infinito en términos
humanos y finitos para que podamos comprenderle mejor. Por ejemplo, el corazón de Dios
denota Su intelecto y Sus emociones, no un órgano que bombea sangre (Génesis 6:6; 8:21).
Cuando Dios dijo que el cielo era Su trono y la tierra estrado de Sus pies, El describía Su
omnipresencia, no unos pies literales recostados en la esfera (Isaías 66:1).
Cuando Dios dijo que Su mano derecha midió los cielos con la palma, El describía Su gran
poder y no una mano grande extendiéndose por la atmósfera (Isaías 48:13).
“Los ojos de Jehová están en todo lugar” no significa que Dios tiene ojos físicos en toda
localidad, sino que indica Su omnipresencia y omnisciencia (Proverbios 15:3).
Cuando Jesús echó fuera demonios por el dedo de Dios, El no arrastró del cielo un dedo
gigantesco, sino que ejercitó el poder de Dios (Lucas 11:20).

El soplo del aliento de Dios no consistía en partículas literales emitidas por gigantescas narices
celestiales, sino el fuerte viento oriental enviado de Dios para abrir el Mar Rojo (Exodo 15:8;
14:21). El hecho es que la interpretación literal de todas las visiones y descripciones físicas de
Dios nos conduciría a la creencia que Dios tiene alas (Salmos 91:4). En breve, creemos que
Dios como Espíritu no tiene un cuerpo a menos que El escoja manifestarse en forma corporal,
como lo hizo en la persona de Jesucristo.

Un versículo clave de la Escritura implica que, Dios no es visible aun a seres espirituales si El no
escoge manifestarse en alguna manera: “Dios fue manifestado en carne. . .
visto de los ángeles” (I Timoteo 3:16). Por lo mínimo, si Dios tenía algún tipo de cuerpo espiritual
El ciertamente no se hallaba confinado a él como otros seres espirituales son confinados a sus
cuerpos; pues entonces El no sería verdaderamente omnipresente. Por ejemplo, la
omnipresencia de Dios significa que Él podría haberse aparecido a los hombres en la tierra y a
los ángeles en el cielo simultáneamente. También, tenemos que darnos cuenta de que en los
tiempos neo testamentarios Dios ha escogido revelarse plenamente mediante Jesucristo
(Colosenses 2:9). No hay posibilidad de separar a Dios y a Jesús, y no hay un Dios visible fuera
de Jesús.
DIOS ES OMNISCIENTE (TODO LO SABE): El Salmo 139:1-6 nos enseña que Dios conoce
todo, incluso nuestros movimientos, pensamientos, caminos, maneras, y palabras. Job confesó,
“Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti” (Job 42:2).
Dios tiene conocimiento completo de todo, incluyendo el conocimiento del futuro (Hechos 2:23).
Así como la omnipresencia, la omnisciencia es un atributo que pertenece solamente a Dios.

Él es el “único y sabio Dios” (I Timoteo 1:17). La Biblia no identifica a ningún otro ser quien es
capaz de leer todos los pensamientos del hombre, predecir el futuro con certeza, o conocer todo
lo que hay de conocer.

Dios es Omnipotente (Todopoderoso)


Dios se identifica como el Todopoderoso muchas veces a través de la Biblia (Génesis 17:1;
35:11, etc.). Él tiene todo el poder que existe, y ningún ser puede ejercer cualquier poder a
menos que Dios lo permita (Romanos 13:1). Nuevamente, solo Dios es omnipotente, pues
solamente ún ser puede tener todo poder.

Primera de Timoteo 6:15 le describe a Dios como “el bienaventurado y solo Soberano, Rey de
reyes, y Señor de señores,” Los santos de Dios en el cielo proclamarán: “¡Aleluya, porque el
Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” (Apocalipsis 19:6). Dios describe hermosamente Su
gran omnipotencia en Job, capítulos 38 al 41.
DIOS ES ETERNO

Dios es eterno, inmortal, y perdura para siempre (Deuteronomio 33:27; Isaías 9:6; I Timoteo
1:17). Él es el primero y el último

(Isaías 44:6). El no tuvo principio ni tendrá fin; otros seres espirituales, incluso el hombre, son
inmortales en cuanto al futuro, pero sólo Dios es eterno en el pasado y el futuro.
DIOS ES INMUTABLE (NO CAMBIA)

El carácter y los atributos de Dios nunca cambian: “Porque yo Jehová no cambio” (Malaquías
3:6). Es cierto que Dios a veces se arrepiente (cambia Su curso de acción en relación al
hombre), pero esto es solamente porque el hombre cambia sus acciones.

La naturaleza de Dios permanece igual; solamente Su futuro curso de acción cambia para
responder a los cambios del hombre. Por ejemplo, el arrepentimiento de Nínive causó que Dios
cambiara Sus planes para destruir aquella ciudad (Jonás 3:10). Además, a veces la Biblia dice
que Dios se arrepiente en un sentido de entristecerse o de sentir pena en vez de el sentido de
cambiarse de decisión (Génesis 6:6).
La naturaleza emocional esencial de Dios es amor, pero El posee muchas emociones como el
deleite, piedad o compasión, odio al pecado y celo por la justicia (Salmo 18:19; Salmo 103:13;
Proverbios 6:16; Exodo 20:5). El es tardo en airarse, pero sí puede ser provocado a la ira
(Salmo 103:8; Deuteronomio 4:25). Dios puede ser contristado (Génesis 6:6) y bendecido
(Salmo 103:1). Por supuesto, Sus emociones trascienden nuestras emociones, pero solamente
podemos describirle a Él usando términos que describen emociones humanas.

LOS ATRIBUTOS MORALES DE DIOS: “Dios es amor” (I Juan 4:8, 16). El amor es la esencia
de Dios; es Su misma naturaleza. Dios tiene muchas otras cualidades y atributos, muchos de los
cuales provienen de Su amor.
La Naturaleza Moral de Dios
1. amor (I Juan 4:8)
2. luz (I Juan 1:5)
3. santidad (I Pedro 1:16)
4. misericordia (Salmo 103:8)
5. benignidad (Salmo 18:35)
6. rectitud (Salmo 129:4)
7. bondad (Romanos 2:4)
8. perfección (Mateo 5:48)
9. justicia (Isaías 45:21)
10. fidelidad (I Corintios 10:13)
11. verdad (Juan 17:17)
12. gracia (Salmo 103:8)

Estos atributos morales de Dios no son contradictorios, sino que obran en armonía. Por ejemplo,
la santidad de Dios obligó una separación inmediata entre Dios y el hombre cuando el hombre
pecó. Después, la rectitud y la justicia de Dios demandaban la muerte como la pena del pecado,
pero el amor y la misericordia de Dios buscaban el perdón. Dios pudo satisfacer a la justicia y a
la misericordia mediante la muerte de Cristo en el Calvario y el plan de salvación que resultó de
ella. Nos gozamos de los beneficios de la misericordia de Dios cuando aceptamos la obra
propiciatoria de Cristo y la aplicamos a nuestras vidas mediante la fe. Cuando aceptamos y
obedecemos por la fe el plan de salvación de Dios, Dios nos atribuye la justicia de Cristo
(Romanos 3:21-5:21). Entonces, Dios puede perdonarnos justamente (I Juan 1:9) y nos puede
restaurar a la comunión con El sin violar Su santidad. La muerte del Cristo inocente y sin pecado
y la imputación a nosotros de la justicia de Cristo satisfacen la justicia y la santidad de Dios. Sin
embargo, si rechazamos la propiciación de Cristo, solamente nos queda el enfrentarnos sólos al
juicio de Dios. En este caso Su santidad demanda separación del hombre pecaminoso y su
justicia demanda la muerte para el hombre pecaminoso. Entonces la justicia y la misericordia
son aspectos complementarios y no contradictorios de la naturaleza de Dios, como lo son la
santidad y el amor. Si aceptamos el amor y la misericordia de Dios El nos ayudará a satisfacer
Su justicia y santidad. Si rechazamos el amor y la misericordia de Dios tendremos que
enfrentarnos sólos a Su justicia y santidad (Romanos 11:22). Por supuesto, la lista mencionada
arriba no agota las cualidades de Dios. Dios es trascendente y ningún humano le puede
comprender plenamente. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis
caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos.” (Isaías 55:8-9). “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién
entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?” (Romanos 11:33-34).

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