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filosóficos, teleológicos, religiosos, políticos y entre muchas más. Todas estas discusiones han
llegado a puntos en las que las diferentes posturas se reducen ante las otras, y se logran amainar
los diferentes debates. Sin embargo, absolutamente todos estos temas, de amplio material, se han
visto involucrados en la discusión por un concepto que hasta nuestros días ha implicado a todos
los sectores del ser humano. “La verdad”, ha sido desde mi posición, la discusión más larga que
Verdad”, es fácil darle un final a dicho conflicto de ideas, dado que casi todos lo entendemos
como aquello que tiene coherencia entre lo que se dice, se piensa, se cree, con lo que es; algo
cierto. Pero la complejidad del asunto, está en quien porta esa verdad y cuál es la verdad.
De acuerdo con la anterior, la variedad de posturas que existen alrededor del concepto hacen
este debate interminable, tanto así que algunas doctrinas ponen en duda la existencia de la verdad
absoluta. Sin embargo, la idea de este texto, no es entrar a responder esa compleja pregunta
acerca de la verdad, sino con base al concepto que se maneja de esta, estudiar su importancia en
colombiano.
En aras de una mejor sociedad, dándole fin al conflicto interno armado, el cual tenía más de
medio siglo, se ha puesto en marcha un modelo de justicia transicional, que busca garantizar la
reparación y la no repetición de estos hechos tan dañinos. Se ha planteado, que esto se hará
gracias a la justicia que habrá para las miles víctimas de la guerra, por medio de reparación
integral, en la que va incluida la verdad para los flagelados por este negro capítulo de nuestra
historia como país. Bien decía Immanuel Kant, que aunque la justica y la verdad, obedecen a
precisamente esto, lo que debe buscar el estado colombiano, dignificar a las víctimas de esta
guerra sin sentido, no solo por el medio económico, sino por medio de la verdad, no con una
verdad filosófica, teleológica o científica, pues solo basta, con conocer lo ocurrido con sus seres
queridos o los motivos por los cuales cometieron algunos de esas aberrantes conductas, lo cual,
estaríamos utilizando una de las más básicas teorías de este concepto, la cual es conocida como
“la verdad como correspondencia”, la cual dice que debe haber precisamente una
correspondencia entre los hechos del entendimiento y lo real. Un ejemplo de esto podría ser, el
Determinación de los Hechos y Conductas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el cual
ordena a los integrantes de extinta guerrilla FARC- EP, que amplíen la versión sobre los
secuestros colectivos llevados a cabo por esa organización. Esto, en busca de información del
modo de operar de dicho grupo, además, satisfacer las demandas de verdad por parte de las
Por otro lado, William Ospina en uno de sus textos dice: “Mucho tenemos que descifrar
todavía de nuestra tierra, para que podamos por fin habitar este suelo tantas veces profanado, y
nuestros muertos” estableciendo en esa idea, que uno de los factores más importantes para que
Por todo lo expresado anteriormente, debemos entender a esa verdad, como un derecho, no
solo para las víctimas, sino para todo el pueblo colombiano. En Colombia, empezamos a hablar
reconciliación nacional al que dé lugar la presente ley, deberá promover, en todo caso, el
proceso y las garantías judiciales de los procesados.” Partiendo de ello, podríamos decir, que es
el derecho a la verdad, uno de los más importantes en cualquier posconflicto, dado que sin este
Finalmente, comprendemos, que ese tan discutido concepto, llamado “verdad”, convertido en
un derecho para las personas, se convierte en el eje central en un proceso de posconflicto, puesto
que más allá de determinar una culpabilidad o una inocencia, este contribuye a lograr la paz y la
reconciliación, dado que una víctima reparada integralmente trabajará para que el perdón y la no