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Cómo reprogramar el subconsciente y

liberarte de tus límites

Imagino que alguna vez habrás oído hablar del subconsciente. Y si estás aquí es porque
te interesa la idea de cómo reprogramar el subconsciente.

La idea general que tenemos es que es algo así como una especie de cuarto oscuro
donde hay grabada mucha información, a la cual no podemos acceder con normalidad.

Se dice que en ese lugar se encuentran guardados nuestros temores, los traumas de la
infancia. Cosas de las que no nos queremos acordar.

Lo cierto es que el tema del subconsciente va mucho más allá que esto que se acaba de
decir. Por ello, en este artículo, quiero dar a conocer más cosas sobre esta particularidad
nuestra -el subconsciente- y cómo podemos reprogramarla.

Porque se puede. Y te aseguro que hacerlo podrá suponer un antes y un después en tu


vida.

Un auténtico punto de inflexión.

Índice de contenidos

¿Qué es el subconsciente?
El subconsciente es una parte de nuestra mente a la cual no tenemos acceso de forma
consciente.

No es que no podamos, seamos incapaces o algo por el estilo.

Simplemente, desde el estado de conciencia (en el que, por ejemplo, te encuentras al


estar leyendo este artículo), tenemos acceso a una parte de nuestra mente, y es esa la que
utilizamos para realizar ciertos procesos.
Sin embargo tenemos una parte mucho mayor, y es la parte subconsciente.

La mente consciente es la parte racional, analítica. Está recibiendo información en todo


momento por los sentidos que tenemos disponibles.

Pero esta información es muy basta. ¡Enorme!

Nuestra mente consciente no va a procesar todos estos datos, porque hay muchos que
“no nos sirven”. El que algo nos sirva o no, que sea importante o no lo sea, está
condicionado por el SAR (Sistema de Activación Reticular), el cual es una especie de
filtro que tiene nuestro cerebro para avisarnos de qué es importante para nosotros. A qué
hay que prestarle atención.

Si por ejemplo eres un gran aficionado a la aviación (de forma profesional o como
pasatiempo), tu SAR hará que estés más atento a cualquier información que llegue del
exterior relacionada con el mundo de la aeronáutica. Sin embargo, para una persona a la
cual este asunto ni le va ni le viene, su SAR seguramente pase por alto esta clase de
información.

Según ciertas investigaciones, nuestro cerebro procesa cuatrocientos mil millones de


bits (400.000.000.000) por segundo. De esta cantidad, sólo somos conscientes de veinte
mil bits (20.000) por segundo. El resto queda registrado en alguna parte del
subconsciente.

Somos conscientes del 5% de la información que nos llega del exterior. El otro
95% queda almacenado en el subconsciente.

En el subconsciente se almacena también los hábitos que tenemos. La inmensa


abundancia de ellos se encuentran ahí almacenados.

Por otro lado, el subconsciente es aquella parte que se encarga de las tareas automáticas
del cuerpo. Estas tareas son, por ejemplo, los procesos de digestión, el latir del corazón,
respirar…
Cómo se va reprogramando el subconsciente día a día
Hay que entender, en primer lugar, que la mente subconsciente “no piensa”.

Vemos que tiene una gran carga de trabajo, muy importante, como los procesos
automáticos del cuerpo o gestionar nuestros hábitos.

Entonces, ¿cómo es posible que no piense?

Recordemos que la parte correspondiente a lo racional, analizar, es la parte consciente


de nuestra mente. Es ahí donde se realizan esa serie de procesos. Nuestro consciente, al
recibir estímulos desde el exterior (información), la procesa, analiza y la “etiqueta”.

El subconsciente, por otro lado, simplemente asume como cierto lo que la parte
consciente le dice. Se podría decir que el subconsciente podría ser la locomotora de un
tren, y el consciente su conductor.

La maquinaria obedece.

No cuestiona. No analiza las órdenes recibidas del conductor. No se queja.

Simplemente hace lo que el conductor le dice en todo momento.

El poder de la mente subconsciente


Con esta información, podemos entender que la influencia del subconsciente en nuestra
vida es muy alta. No solamente se encarga de realizar aquellos procesos automáticos
que nos mantienen con vida. Sino que, además, se encarga de gestionar nuestros
hábitos.

Estos hábitos son un tanto por ciento abrumador de las tareas que realizamos en el día a
día.
Ya se comentó anteriormente que desde la parte consciente utilizamos una porción muy
pequeña de nuestra mente. Y esta parte la utilizamos cuando necesitamos prestar total
atención a lo que estamos haciendo.

Sin embargo, hay otras muchas tareas que aunque sean importantes, son realizadas de
forma automática debido a nuestros hábitos.

Para ilustrar lo que estoy diciendo, voy a utilizar un claro ejemplo, y es el de conducir
un automóvil.

Cuando estás recibiendo lecciones en la autoescuela, te parece muy difícil conducir: no


solo has de mirar hacia adelante (el camino por el que vas), sino que has de prestar
atención a los espejos retrovisores. Además, has de controlar la velocidad a la que
avanzas por medio de dos pedales (acelerar y frenar). Si el coche no es automático (y
esto es lo habitual), ¡horror, hay que utilizar las marchas! Añade un pedal más para
poder cambiarlas, suelta una mano del volante para ponerla en la palanca de cambio de
marchas y elegir la deseada, y ahora ve aflojando la presión del pedal de las marchas
mientras que vuelves a ir presionando el de aceleración…

Parece una locura. Sin embargo, con el paso del tiempo todos estos procesos se realizan
con una facilidad pasmosa, pues se han vuelto automáticos.

No, no es que no seas consciente del proceso de conducir, ¡sino menudo peligro sería!
Lo que ocurre es que la fuerza de los hábitos facilita las tareas. Por lo tanto no necesitas
procesos conscientes de análisis (por ejemplo, cuánta presión pones en un pedal para
acelerar o frenar) ni atención plena y consciente. Simplemente una parte de ti lo hace de
forma automática.

Pero esto no significa que no haya consciencia. Te aseguro que si, por ejemplo, al
presionar un pedal del automóvil éste tiene un tacto diferente, algún proceso dentro de ti
“saltará” y de forma consciente notarás esta diferencia.
¿Cómo se programa el subconsciente?
Si el subconsciente no piensa, no analiza, no cuestiona lo que le llega de fuera… ¿cómo
sabe qué es lo que tiene que hacer?

En este punto, vamos a hablar de los hábitos. Las costumbres. No de los procesos como
la respiración o las funciones de los órganos del cuerpo. Personalmente pienso que hay
una “Inteligencia Superior” que realiza todo esto (una parte de nosotros mismos que no
llegamos a comprender ni conocer). Pero para el caso que nos concierne, nos
ocuparemos de las otras funciones del subconsciente.

Tenemos hábitos de todo tipo. Algunos son muy positivos, como en el caso de conducir
un automóvil que se citó anteriormente. Pero hay otros muy, muy destructivos.

Como ya se comentó, el subconsciente recibe la información del consciente. Esta


información no es cuestionada ni analizada. Se asume. Por lo tanto, la forma en la
cual se programa el subconscientes es mediante patrones de pensamiento.

El subconsciente es altamente susceptible de programarse en dos condiciones:

 Alto impacto emocional. Lo frecuentemente conocido como “trauma”.


 Repetición de pensamientos o autosugestión.

El primer caso, el trauma, puede obedecer a una situación como podría ser la de un niño
que tiene una experiencia dolorosa en el mar. Por ejemplo tener un accidente o estar a
punto de morir ahogado. Es muy probable que genere un miedo al mar que le haga estar
en alerta cada vez que lo vea o esté cerca.

Respecto a la repetición de pensamientos o autosugestión, se refiere a los patrones de


pensamientos que tenemos en nuestra parte consciente.

Si el consciente es el conductor de la maquinaria, y le dice que, por ejemplo, no somos


capaces de perder peso, ¿qué hará la maquinaria? Obedecer fielmente a nuestras
órdenes. Así que nos pondrá “trampas” cuando nos pongamos planes para perder peso.
Como puede ser animarnos a saltarnos la dieta, no ir al gimnasio… Esas “vocecitas
internas” que nos animan a hacer justo aquello que no queremos.

Hay una frase de Henry Ford que me encanta, la cual dice: “tanto si piensas que
puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto”.

La diferencia entre una persona de éxito, aquella que consigue lo que quiera, y una
persona que no, es solamente aquello que piensan de sí misma.

Tal y como dice el refrán, crees es poder.

Cuando bombardeamos a nuestra mente con pensamientos limitantes, como: “no


puedo… no sirvo… no valgo… no soy capaz…”, nuestro subconsciente fielmente
reproducirá en nuestra vida estas creencias. Por lo que hará lo necesario para que se
vean reflejadas en nuestra realidad.

Si tienes una entrevista, estarás nervioso/a porque crees que no sirves, que hay
candidatos mejores, y darás imagen de falta de seguridad. Lo cual hará que tengas
menos valoración que otras personas entrevistadas.

Si te confían una tarea importante, manifestarás tu pensamiento de no ser capaz y la


harás de forma equivocada.

Sin embargo, esto funciona igual en el caso contrario. Puedes tener en tu mente
subconsciente grabados patrones de pensamiento y sugestiones que te hagan
empoderarte, brillar, confiar en ti mismo/a.

¿Se puede reprogramar el subconsciente? ¡Por supuesto! Y a continuación, te voy a


dejar tres técnicas para poder hacerlo.

Sólo quiero que seas consciente de algo: al igual que programar equivocadamente tu
subconsciente con información negativa llevó su tiempo, para hacerlo de la forma que tú
deseas también costará una inversión de tiempo.

No digo que sean años de trabajo, puesto esto que te voy a contar es muy efectivo. Sólo
quiero que le des la oportunidad durante varias semanas/meses. Haz el trabajo, con fe
y creencia, y deja que las semillas que vas plantando tengan su tiempo de
germinación.

Todo necesita su gestación. Es ley.


Técnicas para reprogramar el subconsciente

Afirmaciones positivas para reprogramar el


subconsciente
Esta técnica se refiere a que utilicemos los patrones de pensamiento como sugestiones
positivas para reprogramar nuestro subconsciente.

Como antes se comentó, el subconsciente es sugestionable a los patrones de


pensamiento repetitivos. Es por ello que si nos decimos constantemente que somos
capaces de lograr algo, esta información se grabará en nuestro interior.

¿Has visto alguna vez en una película una escena donde el/la protagonista va a realizar
algo que le pondrá a prueba, y antes de enfrentarse a ello se dice a sí mismo/a: “puedo
hacerlo, puedo hacerlo, puedo hacerlo…”?

Bien, pues justamente a eso me refiero.

Las sugestiones de alto impacto tratan de darnos instrucciones positivas sobre nosotros
mismos. Es ir haciendo que nuestro subconsciente reciba estos pensamientos a lo largo
del día, para que esta información sea grabada, sustituyendo así a los antiguos patrones
de pensamientos negativos.

Además, cuando aparezcan los patrones negativos, hay que hacer el esfuerzo de no
pensar en ellos, como por ejemplo repitiendo un pensamiento positivo, o dedicando tu
atención plena y absoluta a realizar alguna tarea que te mantenga ocupado. De esta
forma el “discurso negativo” será cortado, dejando así de influir en el subconsciente.

Sé que hay muchas cosas que te gustaría cambiar, pero no es aconsejable tratar de
abarcar todo a la vez. Por lo tanto, por ejemplo, empieza a trabajar la creencia de que
eres capaz de lograr lo que quieras.

Durante tres veces al día (mañana, medio día y noche), repite con firmeza y convicción
una frase que construyas, y que sea algo parecida a esta: “yo soy capaz de realizar
cualquier cosa que me proponga. A lo largo de mi vida he realizado cosas que me han
causado gran satisfacción interior, y soy capaz de realizar muchas más”.

Repítela cinco, siete o diez veces. Lo que te haga sentir a gusto.

Lo ideal sería que mantuvieras este pensamiento el mayor tiempo posible a lo largo del
día. Recuerda que de lo que se trata es que este pensamiento sea grabado en el
subconsciente. Y para ello es vital la repetición y la creencia de que eres capaz de
cambiar a tu mente subconsciente.

Para ver lo importante que es la repetición, tanto de los pensamientos positivos como de
los negativos, recuerda que los resultados van a variar dependiendo de la cantidad que
tengas de pensamientos al día.
Usa la imagen mental de una balanza: ¿pones más
pensamientos en el lado de los patrones negativos o
en el de los positivos? Allí donde más pongas, más
peso tendrá, y la balanza se inclinará hacia ese lado.
Así de fácil es de entender este concepto.

¿Recuerdas que en la antigüedad, cuando un ejército


quería asaltar un castillo, para derribar la puerta
usaban un ariete?

El ariete no rompía la puerta de un golpe. Sino que era empujado, una y otra vez, para
estrellarse contra la puerta varias veces. Muchas de ellas. Y en cada golpe, la puerta se
debilitaba un poco más, hasta que finalmente terminaba cediendo.

Con la repetición de un pensamiento para reprogramar el subconsciente, ocurre lo


mismo. A base de “golpear” una y otra vez, con constancia y determinación, la puerta
del subconsciente se abrirá y el pensamiento/idea que queremos grabar será recibido e
instalado en nuestra mente.

Hazte consciente de algo: tienes todo lo necesario. No te falta nada. Todas las
herramientas y procesos están puestos a tu disposición. Y funcionan exactamente
igual para todas las personas del mundo. Así que si otros pueden hacerlo, tú (sin duda
alguna) también puedes.

Grábate a fuego esto en tu mente consciente 😉

Reprogramar el subconsciente mediante las ondas alfa


Esta técnica de lo que trata es de llevar a tu mente a un estado de relajación. Y una vez
ahí, realizar afirmaciones para que éstas sean grabadas en tu subconsciente.

Se trata de utilizar frases como la del ejemplo de la técnica anterior. Solo que en esta
ocasión, al hacerlo en un estado alfa, la impresión en el subconsciente será más fuerte y
rápida.

Nuestro cerebro emite, en todo momento, impulsos eléctricos (los cuales son
información) que son transmitidos a través de las neuronas. Estos impulsos producen
«rítmos«, a los que se llama «ondas cerebrales«.
Tenemos cuatro tipos principales de ondas cerebrales: beta, alfa, theta y delta.

Cada uno de estos estados se asocia a un momento de actividad del cerebro:

 Beta: el cerebro está en plena actividad, totalmente despierto. Se producen en


momentos donde el individuo está embarcado en procesos mentales, como por
ejemplo resolviendo un problema matemático. Son ondas amplias y de mayor
velocidad.
 Alfa: se producen cuando el cerebro tiene poca actividad y está en un estado de
relajación. Son ondas lentas y de mayor amplitud que las beta. Se producen, por
ejemplo, cuando una persona disfruta con calma de un bonito paisaje, conectada
al momento presente.
 Theta: estas ondas cerebrales son de mayor amplitud y menor frecuencia. Se
asocian a momentos del sueño y estados de meditación profunda.
 Delta: son las ondas de mayor amplitud y menor frecuencia. Aparecen cuando
estamos en un estado de sueño profundo

El estado perfecto para reprogramar el subsconciente es en estado Alfa, pues aunque


estamos despiertos y conscientes, nuestro cerebro se encuentra relajado. Para llegar a
este estado (si no tienes experiencia con la meditación, porque si la tienes sólo has de
ponerte a meditar) basta con que te sientes tranquilamente en una silla o sillón. Apagues
los estímulos externos (televisión, teléfono…), cierres los ojos y te centres en tu
respiración. Aparecerán pensamientos, pero si no les haces caso y te centras en la
respiración, tu mente se irá relajando más y más.
En este momento, cuando experimentas una gran calma y quietud, es cuando el
subconsciente se encuentra más sugestionable. Y es cuando has de repetir tus
afirmaciones, aquellas que deseas programar en tu subconsciente. Simplemente repítelas
varias veces, y procura que haya una emoción positiva (creencia) asociada. Esto es muy
importante, dejar de lado las emociones negativas.

Cómo reprogramar el subconsciente antes de dormir y


al despertar
Cuando despertamos, y al quedarnos dormidos, nuestro cerebro se encuentra en estado
alfa de forma natural. Es ese momento donde aunque eres consciente, estás un poco
adormilado. Un momento perfecto para repetir las afirmaciones con las que quieres
reprogramar tu subconsciente, pues no habrá resistencias de las programaciones
negativas que tengas.

Conclusiones

En el subconsciente tenemos a un gran aliado si nosotros así lo deseamos. Es accesible


y cumple nuestras órdenes fielmente. Reprogramarlo es posible y fácil. Sólo hay que
dedicarle tiempo, ganas y depositar nuestra creencia en el proceso.

Me gustaría mucho que dejases aquí abajo un comentario sobre el artículo, o si quieres
cuéntanos alguna experiencia tuya sobre los patrones de pensamiento, hábitos o
cambios que hayas podido hacer en tu subconsciente.

Muchas gracias por estar.

Un fuerte abrazo.

Óscar Martín.

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