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Cantidad o calidad, una realidad presente en los alimentos transgénicos y naturales.

Gianna Marie Ortegón Salas

Debido entre otras razones a la ingeniería de alimentos que estoy empezando percibir,

a los múltiples artículos que he visto y a la problemática que día a día se proyecta en los

medios de comunicación, me he formulado las siguientes preguntas: ¿Habrá suficiente

alimento para todos?, ¿Qué tipo de alimentos tendremos en el futuro?, ¿En qué aspectos en

adecuado adoptar la intervención científica para “perfeccionar un alimento? Y ¿Qué

consecuencias trae adoptar una postura para producir alimentos ecológicamente y

químicamente?, Pretendo presentar desde mi opinión respuestas a estas incógnitas a través de

la indagación en antecedentes que rodean el cara a cara de la alimentación transgénica y

natural.

Es preciso comenzar aclarando el concepto que se tiene sobre seguridad alimentaria, y

es que según Pedraza (2003) hablamos de una seguridad alimentaria cuando todas las

personas tienen acceso a alimentos de gran porcentaje nutricional y de producción. Tan solo

en los últimos veinte años ésta seguridad ha venido dispersándose con lo que se refiere a su

definición exacta, pues, en vez de aumentar de forma paralela con el crecimiento de la

población ha disminuido notoriamente hasta llegar a la finalidad de presentar alarmantes

situaciones en donde se registran reducciones de producción por persona, esto hablando

meramente de datos del país africano. No obstante ésta situación no es ajena al resto del

planeta que delimitado a la par con la problemática del cambio climático supone un sin fin de
percances alimentarios en las comunidades que rápidamente se asocian con enfermedades por

la desnutrición que en ultimas es una respuesta obvia a la falta de la alimentación.

Para dar solución a ello los gobiernos han optado por buscar herramientas que

aseguren un alza en la producción de estos alimentos que son de necesidad básica para el

desarrollo nutricional del ser humano y que tristemente son también justificación para ciertos

grupos económicos que hacen aprovechamiento de ésta necesidad en donde ven una gran

rentabilidad. Sin dejar de lado el tema que nos compete debemos conocer el origen de los

intereses económicos que hay en la alimentación en donde nos remontaremos a los finales de

la segunda revolución industrial que dejó un innumerable avance en tecnologías científicas

que sirvieron de base para dar aprovechamiento a materiales químicos que sobraron de la

guerra. Es el caso del agente naranja del que se tomaron elementos activos que sirvieron y que

aún hoy en día sirven para crear los denominados pesticidas. Es entonces en donde aparecen

bastantes multinacionales ofertando una solución (que reutilizaba en gran parte material

sobrante de la guerra como indicamos antes) al hambre de aquel momento bajo el concepto de

revolución verde que acertadamente aumentó la producción en bastantes cultivos hasta de un

80 por ciento de incremento como el caso del trigo que paso de los 500 kg por hectárea a más

de 3000 kg por hectárea lo que significó no solo el abasto para la población si no también los

altos ingresos a estas multinacionales que a través de las modificaciones en los genes de los

cultivos no solo aumentaron el rendimiento para la producción sino también las exigencias

que estos tenían sobre el crecimiento que hacía que la solución a estas se brindaran también

por parte de ellos y que suponía un ingreso más para la industria y un gasto más a quien daba

uso a la producción de la alimentación de modificación genética que denominamos,

alimentos transgénicos (Ceccon,2008).


Son entonces los alimentos transgénicos también llamados alimentos del futuro

quienes se muestran como una solución a la problemática en el declive de la producción de

alimentos que supone la reducción al acceso de los alimentos y al aumento del hambre en el

planeta. Sin embargo y a pesar del incremento en altas tasas de producción, los alimentos

transgénicos sugieren también una nueva problemática para las comunidades, pues la

modificación genética en la alimentación ha traído consigo alteraciones químicas en los

organismos de los seres vivos no solo por la ingesta sino también por la manipulación de

productos que son necesarios para el establecimiento y mantenimiento de este tipo de

producciones que se expresan en consecuencias para la salud como es el caso de las

mutaciones genéticas, la resistencia a medicamentos por el consumo de elementos

introducidos dentro de la manipulación, la aparición de cáncer por la longevidad de sustancias

químicas en el organismo, envenenamientos por manipular productos químicos, la

intoxicación que se evidencia en algunos casos por la reacción de nuevas alergias y un sin

número de problemáticas que aún se evalúan para ser reducidas pero que difícilmente se

erradican debido a la importancia de algunos elementos químicos para la producción de

cultivos de gran demanda.

Esta situación ha generado una controversia dentro la comunidad científica, ya que

como indican algunos, los alimentos transgénicos son una rama extensa de la ciencia que ha

brindado soluciones a la humanidad por más de medio siglo y que como suponen ellos ha

generado un control en la desnutrición, que como bien sabemos está en aumento de la mano

con la falta de alimentos en casi toda la población humana, lo que nos hace pensar que la

solución a la problemática del hambre ha retomado de nuevo o en realidad solo se ha


manipulado en ciertos sectores de interés industrial que como hemos evidenciado parecen

estar enfocados en la dependencia económica a productos de intervención genética.

Sumada a la controversia de la salud de la que he hablado se encuentra también una

problemática por parte de la alimentación transgénica en lo que refiere a los procesos que se

deben seguir desde la siembra hasta la cosecha e incluso hasta la comercialización y es que

específicamente en los aspectos fenológicos de cada cultivo se encuentran efectos secundarios

en los entornos en donde se cultivan, pues un gran porcentaje de estos productos se han

introducido entornos con condiciones climáticas y edáficas totalmente distintas alterando

ciclos eclógicos de ecosistemas que afectan a la fauna y flora del lugar incursionando en la

reducción e incluso erradicación de algunos elementos propios del bioma como es el caso del

suelo que se ve afectado por el desplazamiento de algunos minerales debido al ingreso de

nuevos y modificados prospectos químicos en el suelo que benefician al cultivo que se

establece pero que afecta a los que ya estaban ahí al dejarlos sin elementos primordiales por el

desplazamiento químico de estos. Además el problema crece cuando estas plantas (propias

del ecosistema) desaparecen dejando sin alimento alguno a animales propios de la zona que

también se suman a la lista. Por mencionar un ejemplo que se popularizo recientemente,

tenemos el de las abejas que dentro de sus funciones tienen el cargo de polinizar plantas

distribuyendo el polen entre sí mismas para asegurar el desarrollo definitivo del material

vegetal y que ha venido funcionando así desde hace cientos de años pero que con las

alteraciones genéticas a la nuevas plantas se ha reducido hasta el punto de eliminar la

presencia de estas importantes especies que son afectadas por la repelencia que algunos

cultivos presentan para combatir plagas que eviten el fracaso de la producción pero que no

solo eliminan una especie de gran interés sino también reducen la biodiversidad de algunas
plantas al esterilizar el polen que se produce en las muestras modificadas que son dispersadas

en plántulas sin modificación alguna pero que son tocadas por la aspersión involuntaria de

polen estéril por parte de las abejas (Ulloa, 2010).

Son entonces estas razones con otras tantas las que me hacen dudar si realmente son

tan beneficiosas para la humanidad estas modificaciones en los productos propios de la

alimentación transgénica o son un llamado de atención a incursionar de forma ecológica la

producción de alimentos naturales que aunque existen desde el comienzo de la humanidad,

hoy por hoy luchan por posicionarse en una economía que obedece a los transgénicos y no al

hambre, al parecer.

Son estos alimento naturales también llamados funcionales por sus componentes que

debido a altos niveles nutricionales y a la diversidad de estos en varios frutos vegetales sean

vuelta la prioridad que debemos retomar, según veo, pues su justificación se debe a los efectos

positivos que ejercen en la salud de los seres vivos. Dentro de las tantas ventajas que se

presentan por parte de los alimentos naturales encontramos también los beneficios que estos

incurren en el sistema en donde se desarrollan, y es que al ser alimentos propios del lugar las

exigencias están meramente adecuadas al terreno. No obstante se suma la interacción de estos

alimentos naturales con los insectos del entorno que cumplen el papel del que ya hablamos en

párrafos anteriores. Son entonces múltiples los beneficios que acarrea el ser humano al

adoptar nuevamente la postura por alimentos naturales que se muestran como una opción a

seguir.

Si bien son reconocidos a nivel global, es necesario definir adecuadamente los

beneficios de cada alimento y normar sobre estos para que el aporte que brinda cada uno sea

el empleado en los casos adecuados. En ese sentido es cuando aparecen los alimentos
naturales de prioridad para saciar el hambre de poblaciones que padecen de alta desnutrición.

Hablo de los alimentos orgánicos también llamados ecológicos que aunque son considerados

naturales presentan una similitud con los transgénicos siendo la intervención humana la

característica de la que hablo con la variación y que hace que el concepto natural despeje no

porque no sea bueno para la salud sino porque se producen con tecnologías humanas que en

esta ocasión son ecológicas y amigables con los entornos naturales y con aspectos propios de

la salud.

Aspectos propios que por lo general están enmarcados en la producción limpia de

estos alimentos y que fueron tratados con herramientas propias del entorno ecológico. A esto

se le denomina producción orgánica, que en gran parte de gobiernos ha sido adoptada y

sugerida como la más inocua para la salud humana pero con falencias que hacen que el frente

a frente con los alimentos transgénicos se haga más competitivo, pues en la producción de

alimentos orgánicos hay grandes ventajas cuando se manejan en escalas reducidas debido a la

eficiencia controlada de los mismos que se pierde cuando se produce de forma extensiva que

si bien es cierto es natural está inmersa en entorno que queramos o no ya están alterados por

producciones anteriores con tecnologías inadecuadas y por consecuencias del cambio

climático que hacen de los productos orgánicos un nivel de exigencia elevado para la

producción que el tradicional. Haciendo que los costos de estos alimentos sean elevados y que

el acceso a estos sea mínima dejando así una nueva problemática que parece ser una

dinámica a la que se debe responder empleando aspectos propios de la educación ecológica de

cada individuo que debe estar acompañada por los gobiernos en el proceso de pequeñas

producciones pero que se desarrollen en la población total, haciendo así lo que desde el inicio

definimos, una seguridad alimentaria (Gómez, Gamboa & García, 2006).


Dicha seguridad alimentaria es la que obedece al rumbo que deben tomar ambos

frentes alimentarios que aunque tienen beneficios económicos en algunos casos y saludables

en otros demuestran ser insuficientes para controlar el nivel de pobreza que alarmantemente

está en crecimiento y que necesita respuesta rápida de profesionales que salen de las

universidades con las capacidades para controlar y reestablecer las dinámicas alimenticias. De

hecho es ahí cuando me pregunto ¿cuál es papel que debo adoptar como futura ingeniera de

alimentos? Considerando que las dinámicas de producción alimentaria que se manejan hoy en

día giran en torno a saciar el hambre pero que sean impregnados de falencias que difícilmente

veo se resuelvan rápidamente debido a las intervenciones externas que hay en cada una de

ellas.

Es el frente a frente de los alimentos transgénicos y los alimentos naturales una clara

elección de cantidad o calidad que notoriamente veo, es un factor con el que luchan muchos

profesionales de mi área. Se hace entonces primordial aclarar estos dos conceptos en donde

lo que refiere a la cantidad de alimentos tiene enfoque de altas producciones que en otros

términos se definiría como sustentabilidad; en el ámbito alimenticio la calidad hace referencia

el estado inocuo y optimo del alimento para que éste no solo llene sino también haga su aporte

nutricional.

Debo considerar que ambas posturas deben girar entrono a la investigación, a la misma

que realmente demuestra la viabilidad de una tecnología en el beneficio no meramente

económico sino social. Es esa postura la que debemos considerar en el proceso de formación

que obtenemos al hacernos profesionales en ésta área.

Como estudiante en formación veo ciertas inclinaciones éticas que hacen de mi pensar

una postura ecológica, adoptando y defendiendo la dinámica de la seguridad alimentaria que a


través de la investigación realizada para elaborar este ensayo está contemplada en Colombia

en la resolución 464 de 2017 que enfatiza la importancia de la agricultura familiar que

obedece a la seguridad alimentaria y a la comprensión profesional que deben tomar

profesionales del campo de la agricultura, tecnología agropecuaria y alimentaria que darán

solución a largo plazo si adoptan estas nuevas dinámicas que hacen que el frente a frente de

los alimentos transgénicos y naturales no sea un tema de diversas opines sino más bien un

tema que sirva como guía para evitar errores que afecten directamente la salud de los seres

vivos y el entorno en donde se produce la alimentación de estos.


Referencias Bibliográficas:

Ceccon, E. (2008). La revolución verde: tragedia en dos actos. Ciencias, 91(091).

Gómez, G. E. P., Gamboa, E. M., & García, M. L. J. (2006). Representaciones sociales sobre

alimentación saludable en población vulnerable Bucaramanga, Santander. Colombia. Revista

Salud UIS, 38(3).

Hinrichsen, D., & Robey, B. (Eds.). (1997). Cómo ganar la carrera de la alimentación. John

Hopkins University, School of Public Medicine, Population Information Program, Center for

Communications Programs.

Ulloa, J. A., MONDRAGON CORTEZ, P. E. D. R. O., RODRIGUEZ RODRIGUEZ, R. O. G.

E. L. I. O., RESENDIZ VAZQUEZ, J. A., & ROSAS ULLOA, P. E. T. R. A. (2010). La miel de

abeja y su importancia. CONACYT.

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