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Antes de Empezar la celebración Eucarística el comentador introduce la celebración con las siguientes
palabras:
Comentador:
Hermanas y hermanos,
El pasado 30 de septiembre, con ocasión de la memoria litúrgica de San Jerónimo, el Papa
Francisco instituyó para la Iglesia Universal la celebración anual del Domingo de la Palabra de
Dios a realizarse en el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario. Dicha declaración fue comunicada
mediante la Carta Apostólica titulada “Aperuit Illis”, que son las dos primeras palabras de uno de
los versículos del conocido texto de los discípulos de Emaús, en las que se constata que el Señor
“les abrió” el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. (Lc 24,45)
Ese domingo es el que hoy celebramos. Al igual que el pueblo de Israel, somos peregrinos,
seguidores del Señor que sigue hablándonos a través de su Palabra. Por eso, en cada Eucaristía y
en cada celebración cristiana, la Palabra de Dios es proclamada con fuerza y claridad.
Nuestra fe debe apoyarse cada vez más en la Palabra de Dios, a fin de que por ella podamos
descubrir el rostro fascinante del Señor Jesús. Dispongamos nuestros corazones, como lo hicieron
los discípulos que escuchaban la Palabra de labios de Jesús, dispuestos a ser tierra buena y hacerla
germinar en sus corazones.
Participemos con gran alegría de esta celebración con la que la Iglesia universal inaugura El
Domingo de la Palabra de Dios.
Se prosigue con la procesión de entrada del sacerdote con sus ministros. La Eucaristía continúa como de
costumbre con los Ritos iniciales, el saludo del sacerdote, el acto penitencial, Gloria y la Oración Colecta.
2. ENTRONIZACION DE LA BIBLIA
Estando en la parte de atrás de la Iglesia, los ministros que acompañaran la Biblia, el que lleva la Biblia,
los cirios y el incienso si se usa, se alistan para empezar la procesión una vez se lea la monición de
entronización de la Palabra de Dios.
MONICIÓN
(Después de la oración colecta - antes de ser proclamadas las lecturas)
Comentador:
La Palabra de Dios ilumina la existencia humana y mueve la conciencia a revisar en profundidad
la propia vida, inspirando el compromiso con el mundo, desde la responsabilidad ante Cristo Señor
de la Historia.
La misma Palabra de Dios denuncia sin ambigüedades las injusticias y promueve la solidaridad y
la igualdad. Por eso a la luz de la Palabra del Señor, reconocemos los signos de los tiempos que
hay en la historia y no rehuimos el compromiso a favor de los que sufren. De las Sagrada Escritura
tomamos la fortaleza para asumir nuestro compromiso como discípulos de Cristo en la construcción
del Reinado de Paz y Justicia.
Dispongámonos para que la Palabra nos cambie el corazón y en este día especial instituido por
nuestro Santo Padre Francisco, démosle la Bienvenida a la Palabra de Dios. Por favor pongámonos
en Pie.
Celebrante:
Padre Bueno, Dios Misericordioso, envíanos tu Espíritu Santo,
para que nos ayude a leer y escuchar tu Palabra desde el corazón,
atentos al mensaje que nos quieres comunicar.
3. LITURGIA DE LA PALABRA
Comentario general a las lecturas
Las lecturas que nos ofrece la Iglesia en este tercer domingo ordinario, en el que se instituye la
celebración anual del domingo de la Palabra de Dios, nos ponen delante del significado, impacto y
frutos que ella tiene en la vida del creyente.
En primer lugar, la luz evocada en Isaías y retomada en los primeros versos del evangelio, dan
cuenta de una imagen muy provocadora de la Palabra de Dios: ella viene a iluminar: generando
claridad y orientación segura. Y a la vez, permite sofocar las tinieblas. Aquí se abre toda una gama
de posibilidades de aplicación a la vida personal, familiar, social y eclesial, tanto de la luz como de
las tinieblas.
En segundo lugar, el contenido de la Palabra es la buena noticia de la cercanía, de la presencia del
Reino de Dios, anunciada y encarnada en Jesús. La Palabra de Dios expresa lo que Dios mismo
viene a ofrecer a los seres humanos: salvación, vida plena, felicidad. Para los cristianos, la Palabra
no es un libro es la misma persona de Jesucristo, que se hace camino, verdad y vida. De ahí que, el
evangelio de hoy, muestre que, como consecuencia del anuncio de Jesús, viene el seguimiento, el
llamado a personas concretas, que se adhieren a la persona de Jesús y forman comunidad de vida
con él.
Finalmente, haciéndole eco a la segunda lectura, la Palabra que proclama buenas noticias y acogida
en el seguimiento comunitario, como luz que disipa y enfrenta todo tipo de tinieblas, se opone a
cualquier tipo de división en la comunidad cristiana. No significa que no pueda haber conflictos,
sino que la manera de resolverlos no admite la división y la fractura de la unidad.
• Para que tu Palabra, viva y eficaz, llegue al corazón de nuestros gobernantes, los transforme
y los haga comprometerse en la búsqueda sincera de la paz, la justicia y los lleve a adelantar
acciones que promuevan la dignidad humana de cada uno de tus hijos. Roguemos al Señor.
R/
• Para que tu Palabra, Pan de vida, que instruye y corrige sea alimento permanente en nuestras
familias. Roguemos al Señor.
R/
• Para que tu Palabra que conforta, sana y libera sea fortaleza para nuestros hermanos que
sufren por causa de la enfermedad, la discriminación, el rechazo, la violencia y la injusticia.
Roguemos al Señor.
R/
• Para que tu Palabra que es luz para nuestros pasos, ilumine al pueblo de Dios que peregrina
en la Arquidiócesis de Cali, y nos ayude a reconocer, que tú caminas con tu pueblo y lo
fortaleces para realizar su misión. Roguemos al Señor.
R/
• Para que tu Palabra que convoca y anima permita que todos los aquí presentes por medio
de su escucha atenta y la participación en los Sacramentos, podamos dar abundantes frutos
de fraternidad, alegría y solidaridad. Roguemos al Señor.
R/
Celebrante:
Escucha, Padre bueno, las oraciones de estos tus hijos hoy convocados alrededor de tu Palabra y
permite que la fe que depositamos en ti y la esperanza que nos anima nos permita vivir en el amor
que tu Palabra nos enseña y trabajemos para establecer tu reinado en medio de nosotros. Por
Jesucristo nuestro Señor.
La celebración continúa como de costumbre. Después de la comunión, el Presidente de la asamblea
puede usar esta Oración como Oración Post-comunión: