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UNIVERSIDAD FERMÍN TORO

VICE REDACTORDO ACADÉMICO


FACULTAD DE CIENCIAS JUDÍDICAS Y POLITICAS
ESCUELA DE DERECHO

AMPARO CONSTITUCIONAL

Autor: Ángela Pérez


C.I: 20.464.767

Barquisimeto, Enero, 2020


El origen del amparo en Venezuela, viene de influencia anglosajona y la
tradición hispánica. La primera, tiene su origen en Inglaterra mediante el habeas
Corpus, declaraciones de derechos y culmina su desarrollo con el Estado
Constitucional norteamericano, cuya influencia penetró con gran fuerza en las
nuevas repúblicas iberoamericanas durante los primeros años de la vida de éstas.
Sin embargo, podemos señalar que los antecedentes del amparo
constitucional en Venezuela datan en principio de 1.947. En la Constitución
Nacional aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente el cinco de Julio de
ese año solo se desglosan de manera, diríamos efímera, los llamados deberes y
derechos individuales y sociales, tal y como lo disponían los artículos 20 al 28 del
mencionado texto.
Enfatizando, en la Constitución Nacional de 1.953, la cual surgió en un
sistema de fuerza no existe ningún desarrollo en materia de amparo
Constitucional, más bien queda reducido el campo conceptual de la Constitución
de 1947 por motivo del sistema imperante. Asimismo, La Constitución del 23 de
Enero de 1.961 consagra el amparo constitucional en los artículos 49 y 50, dentro
de los llamados derechos o disposiciones generales que engloban los artículos 43
al 50.
Además, tenemos como característica general del amparo que se estableció
como un “derecho” constitucional de toda persona, “a ser amparada por los
tribunales en el goce y ejercicio de los derechos y garantías. Por otra parte,
también existen varios tipos de amparos, tales como: el Amparo contra normas
que está previsto en el artículo 3 de la ley orgánica de amparo sobre derechos y
garantías constitucionales; El Amparo contra decisiones judiciales o amparo
judicial (en el artículo 4), también conocido como amparo contra sentencias; El
Amparo cautelar (primer aparte del art. 5); El Amparo de la libertad y seguridad
personal o Habeas corpus (art. 38 y 39); y por último El Amparo sobrevenido (art.
6 ordinal 5).
En tal sentido, ésta figura jurídica también posee un procedimiento el cual
se encuentra establecido en la mencionada Ley e indica que será oral, público,
breve, gratuito y no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial competente tendrá
potestad para restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida o la
situación que más se asemeje a ella. Todo tiempo será hábil y el tribunal lo
tramitará con preferencia a cualquier otro asunto.
A su vez, tal procedimiento se inicia con una demanda o solicitud que debe
contener los requisitos exigidos en el artículo 18 de dicha Ley, por lo que la
solicitud de amparo deberá expresar: en primer lugar, los datos concernientes a la
identificación de la persona agraviada y de la persona que actúe en su nombre, en
cuyo caso deberá identificarse suficientemente el poder conferido; En segundo
lugar, residencia, lugar y domicilio, tanto del agraviante como del agraviado.; en
tercer lugar, suficiente señalamiento e identificación del agraviante, si fuere
posible, e indicación de la circunstancia de su localización; en cuarto lugar,
señalamiento del derecho o garantía constitucionales, violados o amenazados de
violación.
Por consiguiente, en quinto lugar, plantea que: se debe plasmar descripción
narrativa del hecho, acto, omisión y demás circunstancias que motiven la solicitud
de amparo; y en sexto y último lugar, cualquier explicación complementaria
relacionada con la situación jurídica infringida a fin de ilustrar el criterio
jurisdiccional.
Igualmente, en los artículos 7, 8 y 9 de la Ley señalada son competentes
para conocer de la acción de amparo, los Tribunales de Primera Instancia, en la
jurisdicción correspondiente al lugar donde ocurrieren el hecho, acto u omisión
que motivaren la solicitud de amparo. Para el amparo de la libertad y seguridad
personales serán los Tribunales de Primera Instancia en lo Penal.
De igual manera, La Corte Suprema de Justicia conocerá en única
instancia de las acciones de amparo contra los hechos, actos y omisiones
emanados del Presidente de la República, de los Ministros, del Fiscal General de
la República, del Procurador General de la República o del Contralor General de
la República.
Además, Cuando los hechos, actos u omisiones se produzcan en lugar
donde no funcionen Tribunales de Primera Instancia, se tramitará por ante
cualquier Juez de la localidad, y éste decidirá y la enviará en consulta al Tribunal
de Primera Instancia competente.
A continuación, en el Título II, artículo 6 de la Ley ya aludida se
establecen ocho (08) causales de inadmisibilidad de la acción de amparo, las
cuales se mencionarán de la siguiente manera: como primera causal tenemos que:
Cuando haya cesado la violación o amenaza de algún derecho o garantía
constitucional, que hubiese podido causarla. Como segunda, cuando la amenaza
contra el derecho o garantía constitucionales, no sea inmediata, posible y
realizable por el imputado. Como tercera, cuando la violación del derecho o la
garantía constitucionales, constituya una evidente situación irreparable, no siendo
posible el restablecimiento de la situación jurídica infringida.
Al mismo tiempo, continuando con la cuarta causal que puntualiza: cuando
la acción u omisión, el acto o la resolución que violen el derecho o la garantía
constitucionales hayan sido consentidos expresa o tácitamente, por el agraviado, a
menos que se trate de violaciones que infrinjan el orden público o las buenas
costumbres. Como quinta, cuando el agraviado haya optado por recurrir a las vías
judiciales ordinarias o hecho uso de los medios judiciales pre-existentes. Como
sexta, cuando se trate de decisiones emanadas de la Corte Suprema de Justicia.
Y, por último, para culminar con las causales asentamos con la séptima
que: en caso de suspensión de derechos y garantías constitucionales conforme al
artículo 241 de la Constitución, salvo que el acto que se impugne no tenga
relación con la especificación del decreto de la suspensión de los mismos. Y como
octava y última, cuando esté pendiente de decisión una acción de amparo ejercida
ante un tribunal en relación con los mismos hechos en que se hubiese
fundamentado la acción propuesta.

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