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Según una encuesta realizada en el año 2005, el castellano sería la lengua materna del 89%
de la población española, el catalán/valenciano del 9%, el gallego del 5% y el vasco del 1%.
Salvo el vasco, lengua aislada, todas las lenguas vernáculas habladas actualmente en España
pertenecen al subgrupo de lenguas ibero-románicas de las lenguas romances, dentro de la
familia de las lenguas indoeuropeas.
Por su parte, el catalán hablado en las Islas Baleares es una variedad del catalán
oriental que presenta unos rasgos muy diferenciados del catalán peninsular (entre los que
se encuentra una sustitución de los artículos el/la por es/sa) y recibe el nombre de balear.
En las Islas Baleares, el castellano es la lengua materna del 47,7% de la población, el
catalán del 42,6%, y un 1,8% tiene las dos lenguas como lenguas maternas, según una
encuesta realizada en 2003 por el Gobierno balear.
Historia
Durante el siglo XIII, en el reinado de Jaime I, se produce la gran expansión territorial con la
conquista de los reinos de Valencia y Mallorca. A fines de este siglo el empleo del catalán llega
a todos los ámbitos de la cultura, extendiéndose por todo el Mediterráneo. En este siglo surge
la figura importantísima para la lengua catalana de Ramon Llull, creador de la prosa literaria y
del primer catalán científico.
El catalán fue una lengua de prestigio utilizada en tratados jurídicos, como el Libro del
Consulado de Mar; una de las primeras lenguas románicas en la expresión filosófica y en la
medicina, la lengua del Papa, de la prestigiosa cocina medieval y de la 1ª. obra de
caballería Tirant Lo Blanc de Joan Martorell; de la poesía de Ausías March y la de los reyes
como es el caso de El Llibre dels Feyts y la Crònica de Bernard Desclot. En cuanto al hacer
lingüístico debemos destacar que hasta el siglo XV se utilizó el occitano en la poesía y fue
Ausías March quien se desprendió de esta lengua y comenzó a escribir en catalán.
El 2 de abril de 1700 el rey francés Luís XIV decreta la prohibición del uso del catalán en los
documentos públicos.
Pero el catalán es una lengua viva que a pesar de las adversidades toma fuerza después de
cada etapa de prohibición para resurgir con más ímpetu. Toda lengua refleja el espíritu del
pueblo que la habla, y el catalán expresa esa lucha incansable de un pueblo laborioso y
orgulloso por defender su idiosincrasia, su identidad.
El siglo XIX es un siglo de resurgimiento para la lengua catalana. El renacimiento del catalán
vinculado al romanticismo (Renaixença) significó la revitalización de su uso con la creación de:
publicaciones periódicas, restauración de Juegos Florales, el impulso del canto coral. En este
siglo nace la prensa catalana.
Uno de los hechos más relevantes del siglo XX es la creación de la sección de filología del
Institut d’Estudis Catalans en 1911, el que estableció la normativa del catalán literario común a
través de las “Normes Ortográfiques” de 1913, la “Gramàtica Catalana” de 1918 y el “Diccionari
General” de 1932, obras dirigidas por Pompeu Fabra. Este período coincide con una etapa de
incorporación del catalán como lengua de expresión cultural y administrativa, llegando además
a diversas publicaciones especializadas como así también a la difusión radial.
Durante la época de la Mancomunitat (1914) el catalán sin ser formalmente oficial tuvo un uso
extendido en la administración pública, en la enseñanza, en la literatura y en la Iglesia. Este
mismo auge se produjo durante la etapa de vigencia del Estatuto de Autonomía de Catalunya,
época de la 2ª. República, gozando de la condición de lengua oficial plena.
Gallego
El gallego (galego) es cooficial en Galicia (Constitución española de 1978 art. 3.2. y Estatuto de
Autonomía de Galicia art. 5). Forma parte, al igual que el castellano, del grupo de
idiomas romances ibero-románico y está estrechamente emparentado con el portugués, con el
que formó unidad lingüística (gallego-portugués) durante la Edad Media. De hecho, según
algunos sigue formándola a día de hoy pese a las diferencias surgidas (ver reintegracionismo).
El gallego presenta tres bloques diferentes de habla que cruzan Galicia de norte a sur; son los
bloques: occidental, central y oriental, que a su vez se subdividen en distintas áreas.
En Galicia, el gallego es la lengua materna del 52,0% de la población, el castellano del 30,1%,
y el 16,3% tiene ambas lenguas como lenguas maternas. Por otro lado, el 61,2% de la
población usa habitualmente más el gallego que el castellano, mientras que el 38,3% usa
habitualmente de forma predominante el castellano.
Historia
El documento más antiguo escrito en gallego que se conserva, data de 1228, se trata
del fuero de Castro Caldelas («Foro do bo burgo do Castro Caldelas») otorgado por el
rey Alfonso IX en abril de dicho año a la villa orensana.
Durante la Edad Media, el gallego-portugués fue, junto con el occitano, la lengua vehicular de
la creación poética trovadoresca en toda la Península Ibérica (ver lírica galaicoportuguesa). El
rey de Castilla Alfonso X el Sabio escribió en gallego-portugués sus Cantigas de Santa María.
A finales del siglo XIX se produce el movimiento literario conocido como Rexurdimento, con el
cual, gracias a autores como Rosalía de Castro, Curros Enríquez, Valentín Lamas
Carvajalo Eduardo Pondal, se convierte el gallego en lengua literaria, aunque casi
exclusivamente utilizada en poesía. A comienzos del siglo XX comienza a ser utilizada en los
mítines por los partidos galleguistas. En 1906 se fundó la Real Academia Gallega, institución
encargada de la protección y difusión del idioma. En el Estatuto de Autonomía de 1936 el
gallego es reconocido como lengua cooficial, junto con el castellano. Sin embargo, tras la
guerra civil sigue un período de represión lingüística, que hace que durante los años cuarenta
casi toda la literatura gallega se escriba desde el exilio. No obstante, durante los años setenta
tiene lugar un importante cambio, y desde 1978 el gallego es reconocido como oficial en Galicia
por la Constitución Española y por el Estatuto de Autonomía de 1981.
Euskera
Los textos más antiguos de esta lengua encontrados hasta ahora son varias palabras
aparecidas en epitafios del siglo II d. C. en Aquitania y una estela funeraria hispano-romana
datada en el siglo I.
En el siglo XI, existen las glosas halladas en el monasterio de San Millán de la Cogolla situado
en La Rioja (donde también se encontraron los primeros escritos en lengua romance), en forma
de pequeñas anotaciones de traducciones, las llamadas Glosas Emilianenses.
Entre 1564 y 1567 Juan Pérez de Lazarraga escribe su manuscrito, recientemente descubierto,
en el que podemos encontrar poesías y novela pastoril renacentista.
En la segunda mitad del siglo XIX, la derrota en las Guerras Carlistas y los cambios que se
estaban dando en la sociedad originaron cierta preocupación sobre el futuro de la lengua, lo
cual motivó la fundación de asociaciones como la Sociedad Euskara de Navarra, la celebración
de certámenes literarios y juegos florales y la aparición de las primeras publicaciones en
euskera. Floreció la literatura y los folcloristas y musicólogos se interesaron por recuperar la
tradición oral. En 1918 se fundó la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza con el
patrocinio de las cuatro diputaciones vasconavarras y un año después, la Academia de la
Lengua Vasca (Euskaltzaindia).
Entre 1848 y 1936, se produjo el llamado euskal pizkundea o renacimiento vasco. Sin embargo,
la guerra civil y su desenlace pospusieron esa etapa de maduración literaria y social.
La identificación del euskera con la vida rural y por lo tanto con una idealizada Arcadia vasca,
tan atractiva para muchos vascos, tuvo que durar hasta el relevo generacional de los años
cincuenta y sesenta. Es entonces cuando en un ambiente de efervescencia cultural y política, el
euskera empezó a oírse en boca de los jóvenes universitarios y ambientes urbanos.
La Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) creada en 1918 por las cuatro
diputaciones forales con el objetivo de fomentar su estudio y promover la unificación literaria,
así como su normalización, actualmente es el organismo encargado del desarrollo normativo
del euskera.
El euskera batua (literalmente "euskera unificado" o "euskera unido", en euskera euskara
batua) es el soporte normativo (o registro) del euskera escrito. Se basa en los dialectos
centrales del euskera como el dialecto navarro, dialecto navarro-labortano y el dialecto central
del euskera. Se inició en 1918 con la fundación de la Real Academia de la Lengua
Vasca (Euskaltzaindia) y presentación de distintas propuestas para culminar en 1968, apoyada
por distintos literatos éuscaros a través de la recién creada Idazleen Alkartea (Asociación de
Escritores) y Ermuako Zina (Juramento de Ermua) de 1968.