Você está na página 1de 6

SECCIÓN VI De la institución de herederos y de

los legados
Artículo 895. Las disposiciones testamentarias pueden hacerse a título de
institución de heredero, o de legado, o bajo cualquiera otra denominación propia
para manifestar la voluntad del testadora
•COMENTARIO
En el antiguo Derecho español, los legados se conocieron con el nombre de
mandas, debido a que el testador manda o dispone que se entregue al legatario
lo que se expresa. De ahí surge el concepto: Que el legado es una manda que en
su testamento o codicilo hace el testador a una o varias personas naturales o
jurídicas. Por extensión lo que se deja o transmite a los sucesores, sea cosa
material o inmaterial. De nuestro ordenamiento jurídico se desprende que el
legado es una liberalidad o disposición testamentaria que hace el testador en
favor de una persona debidamente identificada, sobre una cosa determinada o
determinable. También podemos definirla como la disposición testamentaria a
título particular que confiere derechos patrimoniales determinados que no
atribuyen la calidad de heredero. Por último el legado, es una disposición
testamentaria por la cual se trasmite un bien o varios, o un derecho o se condona
una deuda al obligado y de la cual el testador es acreedor.
Y para Ricci: "Legado es toda donación hecha en testamento, de una cosa
determinada considerada en sí misma, y no como parte alícuota del patrimonio
del de cujus".
El legatario es un acreedor del heredero para el cobro de su legado; el
legatario nunca tiene opción a todos los bienes del testador, diferenciándose el
legado de la herencia en que en ella el heredero asume el activo y el pasivo del
causante, hasta el límite del patrimonio que recibe; en que el heredero puede
llegar a serlo a título universal de todos los bienes del causante; el legatario no
está obligado a pagar las cargas y deudas de la herencia, como sí lo está el
heredero.
Así los sujetos del legado son tres, a saber:
El testador. Es el que ordena o dispone. Sencillamente hace el testamento.
El legatario o beneficiario. Aquel a favor de quien se instituye. En
consecuencia puede ser legatario toda persona física o jurídica capaz de recibir
por testamento, ya que pueden adquirir por testamento todos los que la ley no
declara incapaces o indignos. La persona encargada de cumplir el legado por lo
general es el heredero. Debe observarse que, cuando son varios los herederos,
será gravado aquel de entre ellos que haya señalado el testador, y si no señalare
ninguno, lo serán todos conjuntamente, en proporción a la cuota que les
corresponda en la herencia.
Objeto del Legado.
Puede ser objeto del legado una cosa o un hecho, siempre que uno u otro
sean ciertos, lícitos y posibles.
La cosa es cierta cuando el testador la determina exactamente o cuando fija
los elementos para su determinación. Y puesto que el legado, así como la
institución de heredero, es una disposición de carácter personal, no puede el
testador remitir a terceros la fijación de estos elementos, excepto el caso del
legado ordenado a título de remuneración por servicios prestados.

El legado debe ser lícito. Por tanto no tendrá validez el legado cuyo
cumplimiento implique, en forma alguna, violación de la ley; o el que vaya contra
el orden público o las buenas costumbres. La comisión de un hecho ilícito
impuesta por el testador a uno o varios de sus herederos en favor de un legatario,
carecerá de relevancia jurídica y no podrá cumplirse.
En el mismo sentido, el legado debe ser posible; es decir, que la acción
ordenada pueda ser ejecutada por el heredero o herederos obligados. Así pues,
no tiene efecto el legado de la cosa que se encuentre fuera del comercio, ni el
que ordene la ejecución de un acto imposible.
El legado sólo se instituye por testamento y el legatario debe tener la misma
capacidad que el heredero.
El legatario por regla general no responde de las cargas y deudas de la
herencia. Excepcionalmente responde en tres supuestos:
A. Si no habiendo herederos, toda la herencia se ha distribuido en legados.
B. Si el legado es con cargo, esto es, el testador encarga expresamente que el
legatario pague tal deuda con el bien legado.
C. Cuando el legado es sobre parte alícuota de la porción de libre disposición;
consecuentemente pagará las deudas de la parte proporcional ,flue corresponda,
quedando sobre el activo de dicha parte, instituido el le-Aado.
Clases: Los legados por depender exclusivamente de la voluntad del
.Causante, son voluntarios, y su clasificación se hace en razón de su objeto. Las
clases de legados, serán, entonces, tantas cuantas son las cosas que ¡pueden ser
objeto de ellos; debiendo señalarse que la clasificación que proponemos,
comienza por agrupar las cosas que se encuentran en el patrimonio del testador y
las que se hallaren fuera de éste, distinguiéndose además, et momento de hacer
el testamento y el de la apertura de la sucesión, son las siguientes:
1 Legado de cosa cierta y propia del testador. Este es el caso más
•corriente y parte del supuesto de que el objeto del legado formó parte del
patrimonio del testador al momento de hacer el testamento y de la apertura de la
sucesión.

2. Legado de cosas que se hallen fuera del patrimonio del testador.


A. El legado de cosa ajena es nulo, a menos que se declare en el testamento
que el testador sabía que la cosa pertenecía a otra persona; en cuyo caso el
heredero podrá optar entre adquirir la cosa legada para entregarla al legatario o
pagar a éste su justo precio.
B. Si el testador ordena entregar a un tercero una cosa perteneciente al
heredero o al legatario, deberá entregarse la cosa para tener derecho a la
disposición testamentaria. Sin embargo, si la cosa hubiere salido del patrimonio
del heredero o del legatario, podrá optar éste entre entregarla o pagar su justo
precio.
C. Si el testador, el heredero o el legatario, son propietarios sólo de una parte
de la cosa o de un derecho sobre ella, el legado no será válido sino en relación
con aquella parte o este derecho, a menos que aparezca en el mismo testamento
que el testador conocía tal circunstancia; en cuyo caso, el heredero podrá optar
entre adquirir el resto de la cosa legada para entregarla al legatario, o pagarle su
justo precio.
D. Tratándose de cosas muebles indeterminadas, siempre que se señale su
género o especie, el legado será válido; aunque nada de aquel género o especie
se hallare en el patrimonio de! testador cuando otorgó el testamento o al
momento de su muerte.
E. Cuando el testador haya dejado como propia una cosa particular o una cosa
comprendida en cierto género o especie, el legado no tendrá efecto si la cosa no
se encuentra en el patrimonio del testador al tiempo de su muerte. Si se
encontrare, pero no en la cantidad indicada en la disposición, el legado sólo
tendrá efecto por la cantidad que hubiere.
3. Legado de una cosa perteneciente al legatario. Aquí surgen dos
hipótesis:
A. Que en el momento de testar, la cosa fuere propiedad del beneficiado con
ella por legado. La mayoría de los autores sostienen que "si la cosa propia del
legatario en el momento de la redacción del testamento, se encontrase en el
patrimonio del testador en el momento de su muerte, el legado se mantendrá. Por
el contrario, si se encontrase en propiedad de un tercero, quedará ineficaz como
legado de cosa ajena cuya pertenencia a otro no consta del mismo testamento
que fuera conocida por el testador. pero si del contexto del testamento fuera
posible demostrar, aun cuando expresamente no lo diga el testador, que había
dispuesto de la cosa sabiendo que no era propia, pero para la eventualidad de
que tampoco fuera del legatario sino de un tercero al momento de abrirse la
sucesión, el legado debe subsistir en aplicación al Art. 837 del CC. Italiano de
1865". Por otra parte, si la cosa legada pertenece al legatario, pero el testador
tiene sobre ella un derecho real, el legado será válido en el sentido de trasmitir al
legatario el derecho que sobre la cosa tenía el testador; y
B. En la segunda hipótesis debe diferenciarse si la adquisición por parte del
legatario fue hecha a título oneroso o a título gratuito; pues en el primer caso, por
cuanto el legado tiende a acrecer su patrimonio, el legatario puede reclamar al
heredero el precio que haya pagado para adquirir la cosa. Mientras que si la
adquirió a título gratuito, puesto que ha sido satisfecho ya el objetivo de
favorecerle, aunque sea por título distinto, queda sin efecto la obligación del
heredero.
4. Legado de cosas a tomar de determinado lugar.
Es ésta una especie particular de legado de género, que se identifica
.designando el lugar donde se halla la cosa o cosas legadas. Este legado especial
sólo tiene efecto si la cosa se encuentra en el lugar señalado por el testador y
hasta por la porción que se encontrare.
5. Legado de crédito. El legado de un crédito o de la liberación de una
deuda, no tiene efecto sino en la parte que exista para el momento de la muerte
del testador. El heredero está obligado, únicamente, a entregar al legatario los
títulos de crédito que se encontraban en poder del testador.
6. Legados periódicos. Suelen legarse prestaciones para ser pagadas en
períodos de tiempo más o menos largos; como son, por ejemplo, las rentas
vitalicias y las pensiones, cuyo pago debe iniciarse desde el momento de la
apertura de la sucesión.
7. Legado de alimentos. El legado de alimentos comprende la comida, el
vestido, la habitación y demás cosas necesarias durante la vida del legatario y
puede extenderse, según las circunstancias, a la instrucción conveniente a su
condición social.

Pago de Legados. El legado se paga entregando la cosa o cumpliendo la


prestación de que éste es objeto. La cosa legada debe entregarse al legatario con
todos sus accesorios y en el estado en que se hallaba al momento de la muerte
del testador.
Si el legado es un inmueble, formarán parte de éste los adornos, cons-
trucciones y la ampliación que venga a quedar comprendida dentro de un mismo
cercado. Pero cuando quien haya legado la propiedad de un inmueble le ha
agregado adquisiciones posteriores, aunque se trate de aumentos contiguos,
deberá ordenar una nueva disposición testamentaria para que dichas
adquisiciones formen parte del inmueble.
Tampoco pertenecen ipso iure al legatario, los frutos de la cosa o de los
intereses de la suma legada. Por lo que deberá reclamarlos a quien se encuentre
gravado con el legado para que le sean reconocidos, lo cual tendrá efecto desde
el día en que sea propuesta la demanda o desde que el gravado hubiere
prometido cumplir la prestación; o sea, desde que ésta incurra en mora. Pues,
conforme al Art. 929, estos frutos o intereses sólo corren en provecho del
legatario:
1. Cuando el testador lo ha dispuesto así expresamente; y
2. Cuando el legado es de un fundo, de un capital, o de otra cosa productiva
de frutos.
Si la cosa legada estuviere gravada con una pensión, canon, servidumbre u
otra carga inherente al fundo, tal carga recaerá sobre el legatario. Y si estuviese
empeñada por una obligación o deuda de la herencia, o de un tercero, el tercero
estará obligado al pago de los intereses de la deuda y el pago del capital según la
naturaleza de la deuda o de la obligación, a menos que el testador haya dispuesto
otra cosa.
Los gastos necesarios para la entrega del legado serán de cargo de la
herencia, sin que pueda afectarse, sin embargo, la legítima.
Asimismo, el pago de los derechos sucesorales serán cargo de los herederos;
pero éstos tendrán acción para reclamar del legatario el monto de los derechos
pagados sobre la cosa legada. Y en caso de suscitarse algún cuestionamiento
sobre dichos derechos, deberá oírse al legatario.
Revocatoria del legado. Igual que en la institución de heredero el legado
como acto unilateral de última voluntad puede ser revocado expresamente por
medio de un nuevo testamento o tácitamente, si el causante dispone en vida del
bien legado.
Aparte de la manifestación de revocarlas, expresamente mediante otro
testamento válido, la revocatoria de las disposiciones a título particular, también
tienen lugar cuando ocurren hechos de los cuales el legislador deduce la presunta
voluntad del testador de no mantener la liberalidad; estos hechos son:
1. La existencia o supervivencia de un hijo, descubierta aquélla o verificada
ésta después de la muerte del testador, salvo que éste hubiere previsto en el
mismo testamento, o en otro anterior o posterior no revocado, tal contingencia; y
2. La enajenación de la totalidad o parte de la cosa legada o su trans-
formación en otra hasta el punto de que haya perdido su forma precedente y su
denominación primitiva.
Ineficacia del Legado. El legado puede devenir ineficaz por extinción, por
nulidad o por caducidad.
Será ineficaz si la cosa objeto del legado se extingue o perece comple-
tamente, en vida del testador o después de la muerte de éste; siempre, en este
último caso, que no haya habido hecho o culpa del heredero obligado, aunque
éste haya incurrido en mora respecto de la entrega. O si la cosa perece en manos
del legatario.
El legado se hace ineficaz, igualmente, cuando la disposición testamentaria
resulta nula; ya porque lo sea todo el testamento o porque la cláusula
testamentaria que instituye el legado resulte nula o anulable. Pudiendo esta
nulidad resultar de la falta de un requisito esencial a su validez o por vicios que
generan, a favor de los interesados, acción para demandar esta nulidad.
Finalmente, queda sin efecto el legado en caso de caducidad; entendiéndose
por tal la ineficacia de una disposición testamentaria por causa sobrevenida; es
decir cuando surge un obstáculo que no existía al tiempo de otorgarse el
testamento, y que de haber existido, habría determinado la nulidad de la
manifestación de última voluntad Así pues, el legado será ineficaz si el favorecido
no sobrevive al testador, salvo el caso de representación.

CAPITULO III Disposiciones comunes a las sucesiones


intestadas y a las testamentarias
SECCIÓN I De la apertura de la sucesión y de la
continuación de la posesión en la persona del
heredero
Artículo 993. La sucesión se abre en el momento de la muerte y en el lugar
del último domicilio del de cujus.'2'
-COMENTARIO
Esta es una norma de orden público, que no puede ser modificada o derogada
por el causante en su testamento.
Artículo 994. Si hubiere duda sobre cual de dos o más individuos llamados
recíprocamente a sucederse, haya muerto primero que el otro, el que sostenga la
anterioridad de la muerte del uno o del otro deberá probarla. A falta de prueba, se
presumen todos muertos al mismo tiempo y no hay transmisión de derechos de
uno a otro.
- COMENTARIO
En cuanto a la transmisión de derechos la regla es clara. Si, por ejemplo,
murieron en el descarrilamiento de un ferrocarril u otra catástrofe semejante, dos
consortes sin hijos provenientes de su matrimonio, los descendientes,
ascendientes o colaterales que cada uno tuviese serían llamados a heredarlos
respectivamente, prescindiendo de la sucesión del otro cónyuge. Por tanto, en los
bienes del marido los herederos de la mujer nada heredarían; en los bienes de la
mujer nada tendrían por ese respecto los herederos del marido, porque dado que
haya sido imposible averiguar quién de los dos consortes pereció primero, la ley
juzga que no hubo trasmisión de derechos de un cónyuge a otro, pues ninguna de
las dos sucesiones se abrió antes que la otra, y por consiguiente que el marido no
heredó a la mujer, ni la mujer al marido. No así cuando se prueba que uno
sucumbió primero: los herederos del último conmoriente reunirán las dos
sucesiones, porque el que sobrevivió, siquiera un momento, adquirió y trasmitió
con su herencia la del otro, en la parte que por la ley le correspondía. Dominici,
Ob. Cit.
Artículo 995. La posesión de los bienes del de cujus pasa de derecho a la
persona del heredero, sin necesidad de toma de posesión material.
Si alguno que no fuere heredero tomare posesión de los bienes hereditarios,
los herederos se tendrán por despojados de hecho, y podrán ejercer todas las
acciones que les competan.(1)
• COMENTARIO
Con la muerte del de cujus, se apertura la sucesión, sin la necesidad de acto
alguno por parte del heredero y a veces sin su conocimiento.

Você também pode gostar